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Regulación e

innovación
Innovación y disrupción

El Manual de Oslo, emitido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico


(2005), define la innovación como “la implementación de un producto, un bien o servicio, proceso
o método de marketing nuevo o significativamente mejorado, un nuevo método organizacional en
prácticas de negocios, en el ambiente de trabajo o en relaciones entre una institución y el
exterior” (p. 46). En el mismo sentido, se pronuncian Pelkmans y Renda (2014) al definir la
innovación como “la creación de nuevos recursos o la reubicación eficiente de recursos existentes
que contribuyen al progreso” (p. 2). De acuerdo con esta definición, que tiene consenso con otras
emitidas desde la perspectiva económica o el ámbito de las tecnologías de la información, para
que un bien o servicio pueda obtener el membrete de innovación, debe contar con dos
características fundamentales:

Desde el punto de vista meramente económico, una innovación, además de ser la aplicación de
nuevas ideas a los productos, procesos y otros aspectos de una actividad, debe dar como
resultado la obtención de un valor agregado, que puede ser percibido por el creador de la
innovación, por quienes la consumen o incluso por terceros —otras empresas competidoras,
prestadores de servicios alternativos o empleadoras de esa innovación, etc.—. Por esta razón,

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además del valor agregado, se considera que una innovación necesita difusión; es decir, que el
producto o servicio innovador haya sido ya probado o aplicado por un amplio sector de la
población objetivo.

Esta innovación puede consistir en un producto, cuando se introduce al mercado algo nuevo que
mejora o supera la oferta y la calidad de los productos existentes o bien, en un proceso, cuando se
trata de una nueva manera de realizar una acción o de proveer bienes y servicios.

La utilidad específica de cada innovación cambia


dependiendo si se implementa en un producto,
servicio o si es generada por un ente público o
privado; la innovación provee un beneficio al
incrementar la eficiencia, en términos de tiempo
o de costo beneficio y en la resolución de un
problema o en la aplicación de un producto.

La innovación consta de ciertas etapas. Cada


una de ellas consiste en una combinación de
conocimiento, capital humano, equipo
Jarmoluk. (s. f.). Innovación [fotografía]. Tomada de
especializado, tiempo y recursos. Si el proceso
http://bit.ly/2t2eR0q
es exitoso, tendrá como resultado un output,
que puede ser tangible o intangible —una idea, una pieza del producto final o un paso en un
proceso—. Para mayor claridad, conviene distinguir el concepto de innovación de otros conceptos
similares:

• La innovación es diferente a la invención y al descubrimiento. Aunque la invención y el


descubrimiento aumentan el conocimiento, no constituyen necesariamente una novedad
y no son ideas aplicadas y probadas.
• La innovación es diferente a la tecnología. La tecnología es la aplicación de ciertos
conocimientos a una actividad productiva, mientras que la innovación puede o no formar
parte del proceso tecnológico y puede o no incorporar tecnología.

Existen dos tipos de innovación: la innovación incremental y la drástica. La primera se refiere a un


pequeño cambio en un producto o proceso existente; por ejemplo, la reducción de tamaño de un
equipo de telefonía móvil. La segunda se utiliza cuando se trata de un tipo nuevo de producción,
con un amplio rango de aplicación que da pie a toda una gama de productos o servicios; por
ejemplo, la invención de un material sintético como el nylon. Dentro de la drástica, el economista
Clayton M. Christensen (1997) acuñó el término innovación disruptiva, con el que se denomina al
empleo de una nueva tecnología para ofrecer alternativas más eficientes, sencillas y baratas a
productos ofrecidos por competidores establecidos con anterioridad.

Aunque parece un concepto aplicable a muchos productos y servicios, son pocas las innovaciones
que pueden considerarse disruptivas. Al respecto, el propio Christensen (1997) identifica cuatro
elementos que deben cumplirse:

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Podemos deducir, entonces, que no toda innovación es disruptiva. Cabe mencionar que, en razón
de las grandes afectaciones que la misma genera, su aplicación no siempre es prudente, ya que
puede ocasionar distorsiones que, si no son detectadas y atajadas con antelación, provocan la
afectación en la provisión de un bien o servicio básico, restringen la competencia económica y la
libre concurrencia, aumentan la desigualdad entre las personas o, incluso, afectan la garantía de
derechos fundamentales.

La regulación de la innovación

La innovación es la aplicación de nuevas ideas a productos, procesos u otros aspectos de una


actividad que dan como resultado un valor agregado y el mejoramiento sustantivo en términos de
eficiencia y costo beneficio. De acuerdo con la OCDE (2005), la innovación puede evidenciarse en:

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De acuerdo a lo anterior, la regulación de la innovación puede ser económica, social e
institucional. Nos referimos a regulación económica cuando se centra en promover y proteger la
competencia y el buen funcionamiento de los mercados; se habla de regulación social cuando se
enfoca en la protección al medio ambiente, la salud y la seguridad de los ciudadanos,
consumidores y trabajadores; será institucional cuando su objetivo sea generar productos y
servicios más seguros.

El vínculo de la innovación y la regulación es complejo. Los marcos regulatorios, dadas sus


características dentro de las sociedades democráticas, están sujetos a procedimientos que, en
algunos casos, pueden generar colisiones importantes con la innovación; sin embargo, estos
marcos tienen la posibilidad de convertirse en sus aliados, ya que también puede ser incluida en
los procesos regulatorios con el fin de mejorarlos. En este contexto, es posible identificar tres
puntos nodales de la relación entre la innovación y la regulación.

La regulación de la innovación
El establecimiento de reglas claras para la realización de un proceso, la prestación de un servicio o
la producción de un producto permite que los sujetos activos —agentes económicos, empresas,
industria, personas morales y físicas— y los consumidores —receptores y beneficiarios— tengan
certidumbre sobre cómo se realiza o se ejecuta un producto o proceso.

La innovación, en especial la disruptiva, presenta importantes retos para la regulación, ya que, en


la mayoría de los casos, como en la introducción al mercado de los iPod o las nuevas plataformas
de servicios peer to peer, por ejemplo, Uber o Airbnb, la regulación existente no contempla reglas
para sus características particulares o, incluso, prohíbe la comercialización de ese producto o
servicio.

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Advantage, U. (2005).
Discman [fotografía].
Tomada de
http://bit.ly/2rhGT71

Ragdezemog96. (2016).
iPod [fotografía]. Tomada
de http://bit.ly/2rs2IoG

En este contexto, resulta evidente la necesidad de adecuar los marcos regulatorios existentes para
permitir no sólo la entrada de los productos o servicios innovadores, sino para dar cabida a la
generación de otros nuevos que aporten beneficios, en términos de eficacia, sencillez y mayor
competencia económica.

La regulación para la innovación


La creación de marcos regulatorios que incentiven y protejan la innovación son necesarios para
promover su expansión, la inversión pública y privada y la adopción de nuevos procesos y
productos dentro de la propia Administración pública. Al respecto, impera la necesidad de generar
una política en torno a la innovación que genere un marco regulatorio que proteja la innovación
existente, a partir del reconocimiento de derechos de autor, patentes, marcas y protección a la
propiedad industrial e intelectual, otorgue incentivos económicos y de reconocimiento público a
las personas físicas o morales o, incluso, a los sectores dentro de la Administración pública que
generen innovación con beneficio social; en fin, que se incentive la incorporación de procesos o
productos innovadores en todos los sectores.

La innovación en la regulación
La incorporación de procesos más eficaces, eficientes y sencillos puede traducirse en menores
costos, menor tiempo invertido y en menos trabajo, tanto para la Administración pública como
para los usuarios de los servicios. En este sentido, también es necesario generar una política
pública al interior de las instituciones para que identifiquen e incorporen la innovación en sus
propios procesos. Por ello, es necesario realizar modificaciones a los marcos regulatorios y
esquemas tradicionales de trabajo que permitan la colaboración, la recepción de propuestas
innovadoras y la participación de nuevos agentes internos y externos. En cada uno de estos
puntos, la relación entre la innovación y la regulación se afecta en tres distintas fases:

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Por esta razón, una política regulativa de innovación debe implicar acciones comprensivas,
coordinadas e incluyentes que transformen las tres fases. Asimismo, deberán tomarse en
consideración los elementos autorregulativos que cada sector haya generado sobre sus propios
elementos innovadores. De lo contrario, ésta puede tener efectos adversos y contraproducentes,
como el desfase de una parte del marco regulatorio con otra, el mantenimiento de reglas
obsoletas o distorsiones en el mercado o sector donde se inserte esta innovación. Al respecto,
existe un consenso sobre los puntos que deben tomarse en cuenta al realizar una regulación a
favor de la innovación:

1. Flexibilidad: Una regulación flexible es aquella


que es lo suficientemente general como para
dar cabida a productos y procesos
innovadores, sin necesidad de ser reformada
cada vez, al tiempo que brinde certeza y
permanencia a los aplicadores y usuarios para
que éstos puedan realizar las provisiones
necesarias para su cumplimiento. Tenemos
pues que, entre más flexible sea una
regulación, más estimula la innovación.
2. Regulación mínima: Las cargas regulatorias, la
cantidad de reglas, trámites y requisitos que
se tienen que cumplir para poder acceder a un Ebrahim. (2009). Regulación mínima
[fotografía]. Tomada de http://bit.ly/2s1GFUr
mercado como ofertante —por ejemplo,
cuando una empresa busca proveer un
servicio— influyen en las propuestas y los productos innovadores. Entre más cargas
regulatorias existan, menos espacio existirá para la innovación, esto es así porque el
cumplimiento de las cargas regulatorias implica una inversión de recursos humanos y
materiales que, siendo limitados, dejan poco espacio para generarla; al implicar procesos
de ensayo y error, también necesita de la disposición de recursos que no siempre reportan
beneficios seguros.

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3. Políticas públicas de innovación transversales: Se recomienda que, al implementar una
política pública que favorezca la innovación, sea transversal; es decir, que sus principios
sean incorporados a otras, ya que incluso si no tienen a primera vista una relación directa
con la innovación, pueden afectar su generación y los incentivos ligados a la misma. Por
ejemplo, una política fiscal puede tener efectos positivos o negativos que repercutan más
profundamente que una política de innovación.
4. Stringency: Se llama stringency a la medición de rigurosidad de una regulación al ser
incorporado un elemento innovador. Si la innovación representa una carga regulatoria
adicional —un pago extraordinario, la necesidad de contratación de más personal o la
delación en los tiempos de cumplimiento de la carga— es probable que se generen
incentivos negativos para innovar. Por el contrario, si la regulación permite que la
innovación haga más eficiente su propio cumplimiento, es más probable que ésta sea
adoptada y promovida. En términos simples, entre más sencillo sea cumplir con las cargas
regulatorias, existirán más propuestas.
5. Disponibilidad de financiamiento: La regulación para la innovación debe considerar, para
su cumplimiento cabal, que existan opciones de financiamiento público y privado que
permitan realizar procesos de innovación en ambos sectores. Es necesario recordar que la
inversión al respecto conlleva siempre un riesgo: que la innovación no se logre realizar o
no cumpla con los objetivos para los que fue planeada. Por ello, las empresas,
universidades, etc., se encuentran renuentes a gastar recursos en ésta.

Photogrammer7. (2016). Empresa [fotografía]. Tomada Geralt. (s. f.). Recursos limitados [ilustración]. Tomada
de http://bit.ly/2stjXWB de http://bit.ly/2dw8yMr

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Innovación gubernamental como herramienta de la regulación

Las sociedades democráticas representan para los gobiernos nuevas exigencias; requieren de
quienes las administran,
legislan, imparten justicia y
regulan, una mayor apertura, es
decir, mejores políticas de
transparencia y acceso a la
información, mayor cercanía
con las personas, nuevas
formas de participación,
colaboración e interacción. La
globalización, la creación de
Geralt. (s. f.). Globalización y nuevas tecnologías [ilustración]. Tomada de
nuevas tecnologías, el
http://bit.ly/2st2qxS surgimiento de problemas cada
vez más complejos por su
multidimensionalidad o por su carácter transnacional y la necesidad de funcionar con
presupuestos cada vez más ajustados han evidenciado la necesidad de reformar los procesos e
interacciones tradicionales de los Gobiernos, con el fin de dar soluciones y respuestas más
eficientes a las demandas y expectativas de las personas físicas y morales involucradas.

Al respecto, en la última década, ciertos sectores han incorporado como una política de Estado la
innovación gubernamental, cuyo objetivo es producir beneficios sociales y administrativos:
eficiencia y mayor satisfacción con el empleo que provee el Gobierno y con los bienes y servicios
que presta; tiene tres ámbitos de aplicación que corresponden a distintas facetas de la actividad
gubernamental:

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La incorporación virtuosa de los procesos de innovación gubernamental puede aumentar la
capacidad de reconocimiento y respuesta a los retos y oportunidades que enfrentan los Gobiernos
en el contexto actual. De forma específica, la innovación gubernamental incide en el
empoderamiento de la plantilla laboral —es decir, de la burocracia—, igualmente en la generación
de nuevas ideas, la incorporación de nuevos actores en los procesos de Gobierno, la adopción de
nuevos métodos de trabajo que mejoren la productividad, la calidad de vida de los servidores
públicos y de los ciudadanos y, por último, la reducción de la complejidad regulatoria. Al respecto,
se han identificado cuatro grandes áreas que deberán tomarse en consideración para implementar
procesos de innovación gubernamental.

1. Colaboración: ¿Cuáles son los mecanismos mediante los cuales puede incorporarse la
innovación gubernamental? Con el fin de aumentar las probabilidades de éxito de los
cambios institucionales, generar sinergias positivas con los sujetos regulados y reducir los
costos materiales y humanos, se sugieren como estructuras para la innovación
gubernamental partnerships, colaboraciones o modificaciones estructurales. Éstas pueden
darse tanto al interior de la institución gubernamental como fuera de ella. Pueden ser
entre instituciones, sectores, agentes públicos y privados, instituciones universitarias, etc.
2. Reglas y procesos: ¿Qué elementos deben de considerarse para generar una política
exitosa de innovación gubernamental? Para la implementación de procesos de innovación
gubernamental que cumplan con los objetivos deseados, sean viables y se encuentren
dentro del marco jurídico existente, es necesario considerar el marco regulatorio
existente, la presupuestación y la administración de los proyectos que van a ser sujetos a
procesos de innovación gubernamental.
3. Conocimiento: ¿Qué información es necesaria para la implementación de una política de
innovación gubernamental? Los procesos de innovación necesitan partir de un diagnóstico
sólido de los problemas y las oportunidades. Asimismo, la provisión de información veraz,
clara, pública y abierta permite que los involucrados en la misma puedan generar la mejor
solución o la mejor herramienta para cumplir con el objetivo establecido. Por eso, es
importante la generación y provisión de datos, la apertura en la consulta de los mismos y
la creación de esquemas de obtención de conocimiento y aprendizaje.
4. Recursos humanos: ¿Quiénes serán las
personas que se involucrarán en la
innovación gubernamental? Las
personas que colaboren en la
implementación de las políticas de
innovación gubernamental son un
elemento fundamental para su éxito o
fracaso; por esta razón, se deben
identificar con claridad quienes, debido
a sus habilidades, sus capacidades de
liderazgo, compromiso y su cúmulo de
valores, serán los candidatos idóneos
para comenzar las transformaciones Geralt. (s. f.). Recursos humanos [ilustración].
Tomada de http://bit.ly/2t2SVTh
necesarias para la recepción de
herramientas de innovación gubernamental.

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Aunque podría parecer que la innovación gubernamental es una estrategia de ganar-ganar, que
reporta beneficios al interior y exterior de la estructura del Estado a quienes hacen uso de ella e
interactúan con la misma, se han detectado distintos obstáculos que deben tomarse en
consideración, con el fin de atenderse antes, durante y después de los procesos de innovación, los
cuales se distinguen a continuación:

1. Los estudios empíricos aplicados a distintas estrategias de innovación gubernamental


señalan las viejas prácticas tradicionales en el ambiente laboral del Gobierno como su
principal obstáculo. Los procesos burocráticos y las estructuras tradicionales —plazas
inamovibles, personal de base y sindicalizado— suelen ser adversas al cambio y, por temor
o por desconocimiento de los beneficios que dichos cambios pueden representar, suelen
ser reticentes a la incorporación de tecnologías y esquemas de trabajo diferentes —más
colaborativos, menos verticales— o a nuevas metodologías de trabajo.
2. Se han identificado obstáculos regulatorios dentro del sector público que hacen difícil,
cuando no imposible, la implementación de procesos y herramientas. Una carga
regulatoria de complejo cumplimiento —stringency— puede provocar que las
instituciones gubernamentales y los propios servidores públicos no encuentren interés u
oportunidad de generar soluciones innovadoras.
3. Hay obstáculos materiales, como la asignación presupuestal a proyectos de innovación
gubernamental, teniendo en consideración que éstos conllevan etapas de ensayo y error,
cuyos efectos pueden verse reflejados sólo a mediano o largo plazo. La innovación puede
acarrear un costo hundido para la institución, sin contar los impuestos a los que puede ser
objeto.

Ohsusannamarie. (s. f.). Procesos de innovación [ilustración]. Tomada de http://bit.ly/2ssYFIE

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Para atajar estos obstáculos, la OCDE (2015) sugiere las siguientes prácticas para fomentar la
innovación gubernamental:

Geralt. (s. f.). Estructuras


organizacionales [ilustración].
Tomada de http://bit.ly/2s1M7H1

Geralt. (s. f.). Análisis de riesgo


[ilustración]. Tomada de
http://bit.ly/2s1naLG

Geralt. (s. f.). Libre flujo de


conocimiento [ilustración]. Tomada
de http://bit.ly/2rscLdu

Geralt. (s. f.). Incentivos [ilustración].


Tomada de http://bit.ly/2rs0hSY

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Al respecto, vale la pena recordar lo señalado por el grupo de expertos de la Comisión Europea en
Innovación en el Sector Público (2015): “La innovación no viene de las cabezas, viene de los
mandos medios y de los sectores técnicos y operativos” (p. 67). Por último, se recomienda que en
estos puntos se incorporen, de forma transversal, herramientas digitales que permitan mejorar la
eficiencia, la transparencia y el gasto dentro de las agencias y en beneficio de todas las personas.

Innovación, competencia económica y productividad

La innovación tiene innegables efectos positivos para la economía. La incorporación de nuevos


productos, procesos o servicios fomenta la competencia entre las empresas, aumenta el valor de
un mercado o un sector y otorga mayores beneficios a los consumidores de un producto. Los
creadores se beneficiarán si ésta resulta exitosa, lo que se traduce en mayores ventas, mejor
posicionamiento de la empresa o la marca en el sector o en la generación de una patente que
pueda resultar rentable al ser vendida a los competidores. Los consumidores pueden obtener un
mejor producto, mejor provisión de un servicio y un mejor precio. Un cierto producto o proceso
innovador puede resultar benéfico para terceros; por ejemplo, una innovación tecnológica puede
tener distintos usos en otros sectores y ser replicable en otros ámbitos.

Así, la innovación de procesos busca reducir los costos de producción, que pueden ser materiales y
humanos. Por su parte, la innovación de productos propicia, además de los beneficios señalados,
una nueva configuración en cambios de costos y recompensas.

En cuanto a innovación de procesos,


podemos encontrar una correlación directa
entre la implementación exitosa de éstos y
un aumento en la productividad de las
empresas y los Gobiernos. Los procesos son
más eficientes y baratos gracias a la
incorporación de herramientas de
innovación como nuevas tecnologías,
simplificación dentro de la administración
de una empresa, nuevos esquemas, como el
trabajo en casa, el colaborativo o la
reducción de la jornada laboral.

(s. a.) (2015). Trabajo en casa [fotografía]. Tomada de


http://bit.ly/1R7M13J La innovación causa también efectos
negativos para quien la produce y para el
mercado donde se inserta. Por esta razón, a pesar de la solicitud de muchas empresas pioneras en
innovación de permitir que se rijan a partir de procesos de autorregulación —es decir, que
establezcan, con base en las leyes de oferta y demanda del mercado, sus propias reglas de
funcionamiento— resulta necesario generar esquemas de regulación económica y social que
permitan el funcionamiento de las innovaciones, que se potencien los beneficios de las mismas, al
tiempo que se protejan bienes valiosos para el Estado y la sociedad, como la competencia
económica, la libre concurrencia, la seguridad, la integridad personal, etc.

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Al respecto, la investigación teórica y empírica sobre los vínculos entre innovación, productividad y
competencia económica arrojan relaciones más complejas de lo que puede parecer a primera
vista.

Innovación y competencia económica

La competencia económica, entendida como la protección y fomento a la existencia de múltiples


opciones, distintas y diferenciadas, dentro del mercado que permitan que el consumidor pueda
elegir una de acuerdo con sus necesidades e preferencias, es una de las principales metas y
necesidades para el desarrollo económico. La relación entre la competencia económica y la
innovación corre en dos sentidos, uno positivo y otro negativo; en cuanto a lo primero,
encontramos lo siguiente:

• Cuando en un mercado existen dos o más empresas que son fuertes competidores y de
tamaño más o menos igual, lo que se conoce en inglés como neck to neck, y que una de
estas empresas genere innovación, puede permitir que una destaque sobre las demás, al
tiempo que fomenta que las otras produzcan más productos, innovaciones o estrategias o
que bajen los precios, lo cual mantendrá una competencia cerrada, que repercute en
beneficios al consumidor.
• En mercados donde existe poca o competencia inequitativa, es decir, cuando existen una o
varias empresas demasiado grandes comparadas con otras, y una pequeña busca mayor
espacio dentro del mercado, una innovación del tipo disruptivo puede ayudar a que esa
empresa capte una mayor tajada, creando así más competencia. En estos casos, tenemos
que mercados más competitivos generan más productividad y mayor crecimiento
económico.

En el sentido negativo, la innovación también puede tener efectos adversos sobre la competencia.
En lo que se denomina como “u invertida”, se puede reducir la competencia cuando, a partir de la
misma, se genera la sustitución total o parcial de un producto por otro en el mercado que antes
mantenía equilibrios competitivos: se vuelve monopólico. Asimismo, en virtud del porcentaje de
incertidumbre que conlleva la innovación, las empresas pueden ser reticentes a introducirla,
aunque pueda reportarles mayores beneficios tanto a ellas como a los consumidores, lo que
provoca que el mercado se mantenga estático.

En este sentido, la regulación juega un papel importante. Su existencia beneficia la competencia


económica; asimismo, la vigilancia antimonopolio puede favorecer que, incluso ante la
incertidumbre, una empresa decida invertir en innovación.

Innovación y productividad

El vínculo de la innovación y la productividad tampoco está exento de complejidad. Especialmente


en economías emergentes y en crisis como las de Latinoamérica, la innovación es un factor crucial
para aumentar la productividad, tal como lo devela la experiencia empírica y el ingreso per capita;

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sin embargo, para que la innovación pueda rendir los efectos esperados, debe contar con un
marco regulatorio que la favorezca. Barreras a la entrada en la regulación, es decir, cargas
regulatorias excesivas o de difícil cumplimiento para pequeñas o medianas empresas, que son las
que suelen desarrollar la innovación, pueden desincentivar que se realice. Aunado a esto, se debe
procurar que la innovación provenga de los ámbitos locales, ya que tiene un mayor impacto en la
productividad y en el crecimiento económico, comparada con la de importación cuyo costo de
adquisición o réplica y cuya admisión dentro de un mercado puede resultar contraproducente.

Asimismo, uno de los factores más importantes para que la


innovación reporte mayores beneficios a la productividad
estriba en la regulación de las patentes. La protección de los
derechos de propiedad industrial e intelectual desacelera la
innovación, al no permitir que más empresas hagan uso de
ella; de esta forma, se realizan gastos en replicarla, en lugar
de partir de ella y generar más productos y servicios que
repercutan en el fortalecimiento de los sectores, empresas y
mercados en general. En síntesis, los procesos de innovación
representan un desafío y una oportunidad en términos de
regulación. Una buena regulación puede no sólo estimularla,
sino también ayudar en ámbitos como el Gobierno y su
OpenClipartVVectors. (s. f.). Patentes relación con la sociedad civil. Por el contrario, una mala
[ilustración]. Tomada de regulación puede resultar perniciosa para la innovación en sí y
http://bit.ly/2s1DLiC para los mercados donde ésta trate de incursionar.

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