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ACTIVIDADES A REALIZAR
VALORACIÓN
(ESTAS INDICAN PROCESOS Y COMPETENCIAS A ALCANZAR)
Reconoce los grandes cambios políticos,
económicos y culturales derivados de la
SABER CONOCER (COGNITIVO) industrialización, identificando la influencia que 35%
tuvo en las condiciones sociales de los países
de Asia, África y América.
Identifica las características básicas del
SABER HACER colonialismo reconociendo cómo los diferentes
35%
(PROCEDIEMENTAL) fenómenos sociales pueden observarse desde
diferentes puntos de vista.
Participa en debates y discusiones:
reconociendo el peso en los argumentos de
SABER SER (ACTITUDINAL) 30%
otras personas, asumiendo una posición crítica
frente al imperialismo.
1. INDICADORES DE DESEMPEÑO:
- Comprende la importancia de la revolución industrial en la sociedad.
- Analiza los pros y contra de los grandes avances científicos y tecnológicos de la
revolución industrial.
- Reflexiona sobre la importancia de la revolución industrial en el contexto actual.
- Al inicio y en la última página de esta guía encuentran los datos de contacto de los
profesores por si se tiene alguna inquietud sobre cómo resolver el taller.
3. CRITERIOS DE EVALUACIÓN
Colombia es un país con treinta y dos países adentro. Pero quiero que nos fijemos
en las siguientes cifras: según el censo del Dane en 2005, la población colombiana
se compone de un 37 % de blancos, un 10,6 % de negros, un 3,4 % de indígenas,
un 0,01 % de gitanos y un 48,9 % de mestizos. Sin embargo, tales porcentajes son
ampliamente discutibles. Primero, hay que revisar los parámetros que usan para
consideran „blanca‟ o „mestiza‟ a una persona.
En mi caso, mi piel es blanca, mis apellidos son españoles, pero tengo raíces
indígenas, como muchos. Ahora, hagamos también la aclaración de que un
español ya viene mezcladito con cuchara. En segundo lugar, en el porcentaje de
mestizos, que suma casi la otra mitad de la población, quizá un mulato o un zambo
de piel canela o chocolate con leche se encuentren en esta parte de la torta, pero
a la hora de conseguir trabajo, esa persona será mirada igual que un negro.
Tabla rasa. Es lo que hace la guerra. Igual que durante las campañas libertadoras,
esas mismas categorías raciales, hoy, o sirven a un poder, o quedan en el fuego
cruzado, negreados, invisibilizados. Y terminan siendo el blanco. Porque las
masacres no ocurren en las ciudades grandes: ocurren en pueblos indígenas,
negros, campesinos. Como si fuera un acuerdo de exterminio tácito entre bandos.
Y para volverse un blanco móvil, en lo posible salir de la mirilla del fusil o la
ametralladora, migran.
Yo que nací como un animal doméstico y citadino, viví la realidad de estar lejos de
la guerra y lejos de esos otros universos culturales (solo viví las bombas de los 80
y 90). Sin embargo, ahora que vivo en Chile, veo que Colombia es el segundo país
migrante en estas latitudes después de Perú. Nuestros compatriotas vienen a
trabajar por tres pesos, a limpiar baños, barrer calles, a cuidar edificios, a
contrabandear, los más afortunados, y el resto, a lo que puede; asaltar,
prostituirse, bailar en las calles (no he hablado de las mujeres, pero son una cifra
importante en esta realidad). En las quincenas, en las casas de giros, nuestros
transterrados (término de José Gaos) hacen filas que se alargan por una cuadra
entera, para enviarles dinero a sus familias. Y adivinen qué. La mayor parte de
inmigrantes son de facciones indígenas y afrodescendientes. Al hablar, delatan su
acento paisa, valluno.
Ahí es donde pienso en chistes como “mi celular es una flecha porque cualquier
indio lo tiene”; esa obsesión por usar „indio‟ como un insulto, esa obsesión por
diminutivos despectivos como „negrito‟, „morenito‟, o las nefastas expresiones de
„pelo quieto‟ y „pelo malo‟, invisibilizan no solo el hecho apabullante de que somos
diversos, sino la realidad cruda de que es esa fracción de la población colombiana
la que está recibiendo los golpes. Es irónico que en los últimos cincuenta años
casi todos los presidentes que hemos tenido son de provincia, más cercanos a la
violencia, y sin embargo, ninguno ha velado por visibilizar ni proteger a esos
sectores sociales. Los votantes no parecemos notarlo tampoco, nos preocupa más
“poder salir a la finca”.
BIBLIOGRAFIA: https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/racismo-y-rechazo-a-
la-diversidad-en-colombia-77674