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Consulte los siete pecados capitales y las 7 virtudes teologales

Resumen de los 7 pecados capitales:


Los siete pecados capitales que se encuentran claramente explicados son: el
pecado de la soberbia, la gula, la avaricia, la ira, la lujuria, la pereza y la envidia. El
libro tiene una tendencia crítica moralista, debido a que la lectura hace una fuerte
reflexión de las acciones que cometemos como seres humanos, es decir, como
personas, es una lectura que nos hace reflexionar con un estilo particular que
contagia el autor, acerca de nuestras acciones y de injusticias que cometemos con
los demás y hasta con nosotros mismos.
Resumen de las 7 virtudes teologales:
Tradicionalmente las siete virtudes celestiales combinan las cuatro virtudes
clásicas de prudencia, justicia, templanza y coraje (o fortaleza) con las otras tres
virtudes teologales de fe, esperanza y caridad.
En ocasiones se mezclan o confunden las siete virtudes con las siete virtudes
contrarias, tipología de origen medieval, fruto más bien de un celo por yuxtaponer,
típico de la época. En la actualidad se cuestiona su validez por artificiosa.
Cada una de las siete virtudes serviría para que el cristiano sepa cómo afrontar la
tentación de cometer alguno de los siete pecados capitales, puesto que se
contraponen a ellos y, por ello, sirven como modo de salvar el alma.
Escriba un comentario personal de cada uno de los pecados capitales y al frente
un comentario de la virtud teologal la cual corresponde.
La soberbia:
La soberbia es la apreciación descontrolada de nuestro propio valor, atractivo e
importancia ante los demás. Se le considera uno de los pecados más serios.
La avaricia:
La avaricia es un pecado de exceso al igual que la lujuria y la gula, pero por el
deseo de poseer bienes materiales y riquezas.
La lujuria:
La lujuria son los pensamientos que se consideran impuros por su excesiva
naturaleza o compulsión sexual excesiva o un deseo sexual desordenando e
incontrolable.
La ira:
La ira es el sentimiento descontrolado y desmedido que genera la rabia o el enojo.
La gula:
La gula es la glotonería, el consumo desmedido de alimentos y bebidas.
La envidia:
La envidia es el deseo de poseer lo que otras personas tienen, en algunos casos,
por considerar que aquello les hace falta en sus vidas.
La pereza:
La pereza es la falta de estímulo, de deseo, de voluntad para atender a lo
necesario e, incluso, para realizar actividades creativas o de cualquier índole.
Virtudes teologales:
Humildad:
La humildad es que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y
debilidades, como «bajeza de nacimiento» de clase baja u origen pobre, y como
sumisión.
Generosidad:
La generosidad es el hábito de dar o compartir con los demás sin recibir nada a
cambio. Comparado a menudo con la caridad como virtud, la generosidad se
acepta extensamente en la sociedad como un hábito deseable.
Castidad:
La castidad es una virtud relacionada con la templanza. Alguien que es casto se
abstiene de la actividad sexual considerada inmoral o cualquier actividad sexual,
según su estado de vida.
Paciencia:
La paciencia es la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos
y dificultades para conseguir algún bien.
Templanza:
La templanza es la virtud cardinal que recomienda moderación en la atracción de
los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el
dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de
la honestidad.
Caridad:
La caridad es aquella virtud teologal por la cual se ama a Dios sobre todas las
cosas por Él mismo y al prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.
Diligencia:
La diligencia es la virtud cardinal con la que se combate la pereza. La diligencia
procede del latín Diligere que significa Amar.

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