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CAYCE
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índice
La familia y el h o g a r ........................................................ 81
• La familia y el estado superior del s e r ..................... 81
• El significado profundo del sexo ............................ 96
• En qué consiste la autenticidad del h o g a r.............. 100
Los orígenes de la reencarnación................................... ..... 103
• Reencarnación y cristianismo................................... ..... 105
• El redescubrimiento de la reencarnación .............. ..... 109
• El karma de Cayce ................................................... ..... 112
• La enfermedad y el matrimonio kármico .............. ..... 121
• La compleja dinámica de la reencarnación................. 123
• Las reencarnaciones de Cristo ...................................... 131
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Estuvo mucho tiempo sin querer cobrar nada por sus
actividades, ya que no se sentía seguro, pero llegó un mo
mento en el que decidió que no podía seguir en la pe
nuria y que, al fin y al cabo, lo que estaba haciendo era
un trabajo que, como cualquier otro, debía tener una
justa compensación. Por fin, en el año 1903, Cayce se
pudo casar con Gertrude Evans, la mujer de su vida.
Layne se había hecho todo un experto en el arte de
guiar las consultas y aprovechaba los ratos en que Cayce
estaba dormido para experimentar con sus poderes. Una
vez, mientras se hallaba en estado hipnótico, le hizo des
cribir todas las actividades que estarían realizando unos
amigos suyos en París. Cayce, dormido, dio toda clase
de explicaciones sobre lo que ellos estaban haciendo,
incluso citó en lengua francesa los lugares que estaban
visitando en aquellos mismos instantes. Cuando esos
amigos volvieron, Layne se apresuró a contrastar las in
formaciones de Cayce con las que ellos le relataban y
pudo comprobar que todo lo dicho era exacto: Cayce te
nía poderes para ver a través del espacio.
Layne supo que los poderes de Cayce eran superiores
a lo que en principio ambos creían y se encargó de pro
barlos. Una vez, Layne pidió a Cayce que hiciera una lec
tura física sólo conociendo el lugar donde se encontraba
la persona que quería sanarse. El no sabía que la paciente
en cuestión no estaba presente y, dormido, ofreció su lec
tura. Cuando esa persona llegó, Layne comprobó que to
dos los síntomas descritos por Cayce eran correctos.
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L as auras
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L a numerología
Una de las técnicas para el desarrollo de la intuición es
la numerología. Los números pueden funcionar como in
dicativo o señal que, en un momento dado, pueda ayu
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L a vida astrológica
La astrología es otra de las facetas de Cayce, aunque de
forma muy sui géneris, puesto que en ella introdujo las
reencarnaciones y las estancias planetarias. Cayce parte
de la base de que cada alma elige su momento de naci
miento (o de venida a la Tierra) según sean sus necesi
dades para la óptima evolución espiritual. Los ciclos de
reencarnaciones están determinados según las posiciones
planetarias. Esto significa que, según sea la lección que
el alma debe aprender en el plano terrestre, ésta elegirá
determinado momento astrológico para su nacimiento.
La astrología, además, resume y refleja las anteriores en
carnaciones, así como la vida de las almas en otros planetas.
Esta teoría, nada fácil de resumir, se debe fundamen
talmente a que la progresión espiritual de las almas es pa
ralela a la progresión de las mismas por el sistema solar.
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L a curación psi
La curación psi puede darse mediante las manos, así
como a través de la voz o la mirada. El trasfondo de la
curación psi reside en la energía espiritual que se emplea
en dirección a un enfermo. Esta energía es una fuente
de vida que todas las personas poseen, pero que es ne
cesario aprender a usar. La fuerza creadora de Dios mora
tanto en el interior como en el exterior de cada indivi
duo, por lo tanto, esta energía que puede manifestarse
desde el fondo de cada conciencia; es la que tiene el po
der suficiente para rehabilitar a personas que no están en
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La familia y el hogar
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estés atento y obres de acuerdo con las leyes de
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en el hombre, sino que son las almas las que guardan toda
la esencia de la existencia. El cuerpo es solamente una
morada más del alma, un caparazón transitorio.
Reencarnación y cristianismo
El cristianismo predicaba el monoteísmo, la exaltación
de. la humildad e iba contra la esclavitud. Debido a que
todos estos principios corroían las bases del Imperio Ro
mano, el cristianismo fue perseguido y hubo de susten
tarse de forma clandestina. Todavía flaqueaba cuando el
emperador romano Constantino proclamó la plena li
bertad religiosa. Poco más tarde, a finales de la centuria,
el emperador Teodosio nombró al cristianismo religión
oficial del estado, pero a pesar de todo, quienes en la corte
romana se hacían llamar cristianos seguían practicando
la religión del cuerpo: el derroche, los banquetes y la lu
juria daban todavía muestras de paganismo.
Los comienzos de la propagación del cristianismo no
resultaron nada fáciles. En los anales de la historia ecle
siástica se dieron importantes disputas acerca de la reen
carnación, sobre la que unos estaban de acuerdo y otros
no. Orígenes fue un filósofo que desempeñó un impor
tante papel en la conservación de las Sagradas Escrituras
tal y como fueron escritas en un principio, sin tergiver
saciones (el Nuevo Testamento es mucho más ambiguo
en cuanto a la reencarnación). Orígenes realizó un traba
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E l redescubrimiento de la reencarnación
Cayce descubrió la reencarnación de repente. Cuando él
daba lecturas no podía saber qué había dicho o reco
mendado, porque estaba dormido, así que se hizo pre
ciso tomar notas. Gladys fue la secretaria que tomaría los
apuntes taquigráficos durante toda su vida. A la edad de
cuarenta y seis años, Cayce dio una lectura a un hom
bre y, cuando despertó, pudo leer en sus notas que esa
persona había tenido otra vida: había sido un monje.
Cayce se sorprendió muchísimo, es más, tuvo una crisis
transitoria, ya que él era un ferviente cristiano y en la Bi
blia no se menciona la reencarnación. Esta es la trans
cripción de aquella lectura:
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E l karm a de Cayce
El alma no puede recordar sus vidas pasadas porque esto
podría causar tremendos efectos en la psicología de la per
sona. Cayce solo daba lecturas de vidas pasadas a quie
nes sabía que podían sobrellevarlo sin problemas. En sus
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L as reencarnaciones de Cristo
Cuando Cayce daba lecturas de reencarnaciones ofrecía
múltiples detalles de episodios históricos, ya fuera de ci
vilizaciones conocidas, como de sociedades y mundos ja
más intuidos por los historiadores. En sus lecturas (se
gún estas culturas) solía hablar en diferentes lenguas,
como el francés, el italiano, el español, el alemán u otras
que resultaban intraducibies por ser desconocidas. En
tre las civilizaciones a las que hizo referencia, las más im
portantes fueron la Atlántida, el Egipto prehistórico y la
época de Jesucristo.
La reencarnación es una ley física y universal, forma
parte de la teoría de la evolución, ya que no solamente
evoluciona el cuerpo sino también el espíritu. Cristo es
el ejemplo de la redención, el modelo de conducta y el
camino que guía a todos los hombres hacia la luz, hacia
la unión con su creador. Cristo fue el alma más evolu
cionada, capaz de someter el estado físico y material de
la vida al espiritual, y con ello demostró a todos los hom
bres la grandeza de la fe y de Dios:
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La creación según Cayce
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L as civilizaciones perdidas
Cayce decía que, en comparación al de hace 12.000 años,
el hombre actual había degenerado en cuanto a sus ca
pacidades psíquicas, espirituales e incluso materiales. Se
gún las numerosas lecturas de Cayce, existieron varias ci
vilizaciones perdidas de las que no hay pruebas materiales
ni científicas de su existencia, aunque sí algunos indicios.
Estas civilizaciones (anteriores a la época de Jesucristo)
fueron levantadas por hombres que disponían de una tec
nología muy superior a la actual y unos poderes menta
les que hoy en día ni siquiera se podrían imaginar. Los
atlantes, por ejemplo, poseían poderes paranormales: te
lepatía, extrasensorialidad, capacidades psi, etc. Domi
naban energías como la electricidad, la energía nuclear
y la solar, eran expertos en navegación y en telecomuni
caciones, así como en ingeniería. También eran singula
res cirujanos y doctores: hicieron grandes progresos para
alargar la longevidad y, en el campo quirúrgico, practi
caban técnicas muy complejas que actualmente serían in
concebibles.
El universo de Cayce es realmente sorprendente: dio
toda clase de detalles y pormenores acerca de estos hom
bres antiguos cuyas civilizaciones parecían atrasadas y ru
dimentarias. En cambio, ¡resultaban ser mucho más avan
zadas que las actuales!
En sus lecturas, Cayce revive épocas del misterioso
continente perdido de la Atlántida (del que también ha-
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L a Atlántida
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principal central (debido a su excesivo aprovechamiento)
provocó el desastre. Los Hijos de Belial (almas de natu
raleza destructiva) habían forzado de tal manera las po
sibilidades de la naturaleza que provocaron la fractura del
suelo y las primeras erupciones volcánicas:
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Lemuria, el país de Mu
El Gobi
Al norte de la China se extiende actualmente el desierto
del Gobi, pero en sus tiempos la zona nada tenía que ver
con el desierto actual. Allí prosperó un pueblo bajo el co
mercio y la influencia de Lemuria, en cuyo período dis
frutó de un gran esplendor. La civilización mongola del
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L a antigua Indochina
Otra de las civilizaciones destruidas a la que Cayce se re
firió es la de la antigua Indochina. Al igual que el pue
blo del Gobi, estuvo bajo la dinámica influencia de Le-
muria. Era una sociedad en la que florecían las artes y
las ciencias, y también poseía abundante oro. Curiosa
mente, en este pueblo quienes tenían el poder en sus ma
nos eran las mujeres. La civilización también acabó por
extinguirse. La conclusión de Cayce siempre es la misma:
el progreso y mantenimiento de cualquier sociedad tiene
una clave, y ésta no es más que la Ley del Uno, o sea: la
fe en Dios. Esta fe supone ética, supone moral y con-
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Persia
Cayce describió Persia en diferentes épocas. Una de ellas
fue cuando se seguía la ruta de la seda, un período inte
resante de la historia, porque el comercio y el intercam
bio de información entre Oriente y Occidente era muy
limitado y se circunscribía a los señores que mandaban
aquellas maravillosas caravanas cargadas con toda clase
de productos exóticos.
Cayce dio algunas lecturas a personas que en otras
vidas habían sido reyes persas. El mismo tuvo una en
carnación en aquella época, posterior a la de Ra-Ta. Fue
un líder de los nómadas con un nombre algo compli
cado: Uhjltd. Su encarnación no fue única, sino que por
lo visto fue en grupo. Por entonces hubo una serie de
almas que ya habían vivido el esplendor egipcio y qui
sieron restablecer las antiguas enseñanzas de la Ley del
Uno. Así que Uhjltd volvió acompañado de sus cola
boradores a lo que hoy es Irán y allí luchó contra Creso,
el rey persa, ganó el gobierno y restableció el mono
teísmo.
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L a guerra de Troya
No todas las reencarnaciones fueron maravillosas, Cayce
tuvo una poco gloriosa: durante la guerra de Troya fue
Xenón, un guardián de las puertas de la ciudad que mu
rió en su defensa. En esta reencarnación, Cayce salió per
diendo de la batalla y del plano espiritual (en las reen
carnaciones no siempre se progresa). Esto sucedía unos
mil doscientos años a.C. En sus lecturas hay pasajes que
describen cómo aconteció la guerra de Troya y da mu
chos detalles desconocidos. Un día, mientras daba una
lectura de sus vidas pasadas a un ingeniero estadouni
dense, descubrió que este había sido el artífice y cons
tructor del caballo que derrotó la ciudad de Troya.
L os esenios
Los esenios eran una secta dentro de las primeras co
munidades judías, que se distinguían por su humildad
y por la comunidad de sus bienes. Era una fraternidad
mística y profética que acostumbraba a celebrar ritos y
meditaciones religiosas, además de reuniones secretas para
preparar el día en que sobrevendría el advenimiento del
Salvador. Era una comunidad de alto nivel cultural, y en
tiempos de Cristo fueron dirigidos por una mujer, Judy,
una sabia sacerdotisa capaz de curar a través de la ple
garia. La comunidad esenia tenía unas facultades psí
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Las profecías
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E l libre albedrío
Todas las penas y desgracias que asolan las almas de los
mortales tienen una misma raíz: el mal uso del libre al
bedrío. El libre albedrío es una oportunidad de apren
der; es el poder que permite construirse la propia vida
sin interferencias. Es una joya que Dios ha confiado a
cada alma, algunas la cuidan, algunas la echan a perder,
pero aquello que cuidan o que estropean forma parte de
ellas mismas: son ellas mismas. Y, mientras las almas ex
perimentan con todo ello, mientras aprenden por sí mis
mas qué es lo verdadero, qué es lo que vale la pena y lo
que no, Dios espera con paciencia y sobre todo con com
pasión, a que sus hijas vuelvan tarde o temprano a El.
Cuando las almas reconocen que el libre albedrío es sólo
un canal del Señor, que no les pertenece a ellas, sino que,
como ellas, pertenece enteramente a Él, entonces alcan
zan la gloria de Dios.
El destino del hombre está siempre formado por las
acciones que ha llevado a cabo en otras vidas, pero el fu
turo no está escrito, nunca está totalmente predetermi
nado. Gracias al libre albedrío, las almas se alejan o se
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E D G A R C A Y C E
“Recuerda que,
aunque el mundo pueda
parecer grande, no h ay espacio
suficiente en él para que existan
conflictos entre los que sirven
debidam ente a aquellas
fuerzas que construyen
la vida de cada uno;
con hum ildad de corazón,
con hum ildad de propósitos,
cada uno tiene que responsabilizarse
de cada elemento que pueda
sem brar conflictos,
puesto que no puede haber
una unión de fuerzas perfecta
si existen antagonism os.”
C a lid a d y M e d io A m b ie n t e
Los lib ro s de Tikal pueden considerarse perm anentes. S u papel se ha fabricado sin e m plear sub sta ncias p erjud iciale s para el m edio
am biente, com o el cloro. La en ergía e lé ctrica utilizad a en la producción es, en g ran parte, de origen hidráulico.
Este p apel es opaco, d e transp arencia m ínim a, y no s e d eteriora con el paso d el tiem po.
Las p ág ina s están co sid as en p lieg o s, sigu ie n d o e l m étodo de encuadernación trad icio nal, y no se desprenden, com o sucede con
frecue ncia c u an d ^ las hojas están sim p lem ente en co lad as. A sí, los lib ro s de Tikal pueden ab rirse com p letam ente sin su frir daño.