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DIRECCION DE INVESTIGACION
I CONGRESO DE INVESTIGACION
UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA (UCA)
3 de junio de 1999.
INTERPRETACION.
Msc. Ligia María Peña T.
Investigadora. Instituto de Historia de Nicaragua.
INTRODUCCIÓN.-
En Centroamérica, los intentos del estado colonial español por controlar los bienes de
las cofradías para poder disponer libremente de sus fondos se intensificaron a partir de la
segunda mitad del siglo XVIII. Las regulaciones borbónicas restringieron muchos de los
beneficios que los curas recibían de los indios, especialmente respecto a los fondos de las
cofradías.
diferentes bandos con el objetivo de controlar los fraudes que experimentaba la renta de
comercio de contrabando, bajo la justificación que los productos que comercializaban procedían
sufragar cuantiosos gastos militares cuyas remesas provenían de las colonias de ultramar. En
este contexto se produjo la Consolidación de los Vales Reales, mecanismo por el cual se
de la Fuente, del curato de Nuestra Señora de la Concepción en la Villa de Rivas, reveló que
algunas cofradías habían vendido sus bienes a la Real Caja de Consolidación, tal era el caso
La ofensiva de comienzos del siglo contra las bases económicas de la iglesia no paró
con el decreto de Consolidación. En 1805 se promulgó una cédula real que dio inicio a la
general de estos dos intentos del estado colonial por el control de los bienes de las cofradías
• Intensificación de las contradicciones entre las autoridades locales y los curas, ya que las de
• Pérdida gradual del control de los indios sobre los bienes de las cofradías.
ofensiva de la Corona Española contra de los privilegios de la iglesia, continuó en las décadas
que prevaleció en las Cortes de Cádiz, atacó algunos privilegios de la iglesia, suprimió el
de sus bienes. La aplicación de las leyes y decretos emitidos por las Cortes de Cádiz, se
suspendió en 1814, con el retorno de Fernando VII al trono español, pero fueron puestas en
El rumbo que tomaron los acontecimientos políticos en España, así como el evidente
temor de la jerarquía eclesiástica a perder sus fueros y privilegios propició la unión del alto clero
independencia de España.
formando parte del estado. En el acta de Independencia suscrita en Guatemala en 1821, el alto
clero se preocupó por conservar pura e inalterable la religión católica y garantizar el respeto a
sus ministros eclesiásticos tanto seculares como regulares, protegiendo sus propiedades. Sin
embargo, fue inevitable el rompimiento de Roma, con los nuevos gobiernos. Las diócesis
de otra religión; y conservó para el clero sus fueros y privilegios. Situación que explica la
oportunidad ansiada por los liberales para hegemonizar el vacío de poder que se presentó al
romperse los vínculos con el Imperio Español.3 En aras de capitalizar esta situación, los
leyes que atacaban directamente los sagrados cánones, la disciplina general de la iglesia y los
El trasfondo de los reclamos del prelado García Jerez, evidenciaba el temor a la ofensiva
ciudad de León, decretó una serie de impuestos lesivos a los intereses de la iglesia, lo que
preocupó seriamente al obispo al grado de convocar al clero leonés a una junta general en el
Con el paso del tiempo, se agudizó la pugna entre las autoridades de León y la Iglesia.
objetivo deponer a la junta gubernativa encabezada precisamente por el obispo García Jerez.
Esta situación obligó a la institución eclesiástica a negociar para poder coexistir bajo el nuevo
sistema republicano. En Diciembre de ese mismo año, el dignatario juró fidelidad y lealtad a la
Constitución. (Zúñiga,1996:298).
a la tarea de discutir el tipo de república que convenía a los intereses de los centroamericanos,
se inclinó por la posición de los liberales, que propugnaban por instaurar un gobierno federal.
La Carta Magna suscrita por los liberales centroamericanos en 1824, no fue del todo
oficial, lo cual se hizo extensivo a la Constitución de 1826, que Nicaragua suscribió como
estado federado, en correspondencia al decreto emitido el dos de julio de 1823 por la Asamblea
Iglesia y el Estado, se planteó una moción que afectaba directamente a los eclesiásticos, no en
por una sola vez, la contribución de un 20% sobre el valor de todas las fincas pertenecientes a
1973: 372)
asunto, ya que sin ánimo de parecer un ataque directo al patrimonio eclesiástico, conjugó la
Ministerio, estaban exentos del trabajo que otros sectores necesitan para existir. Su vida era
cómoda y en algunos casos hasta opulenta, y al reflexionar sobre el origen y naturaleza de sus
riquezas, comparada con la del resto de ciudadanos; se notaba que no se iban a perjudicar al
Sobre la base de esos argumentos la comisión hacendaria solicitó se decretara por una
sola vez, una contribución de 7% sobre el valor de todas las propiedades de las comunidades
eclesiásticas, seculares y regulares; y una cantidad igual se exigiría a los fondos de cofradías,
hermandades y obras pías, con excepción de los que estaban destinados a la instrucción
Consecuente con sus principios, los liberales que actuaron en el escenario político de
las naciones centroamericanas entre 1824 y 1850, tenían una visión de la sociedad moderna,
secularizada, donde no había lugar para una iglesia católica como bastión de la reacción.
desaparición de las órdenes monásticas, abolición de los fueros jurídicos del clero y en
especial, terminar con la riqueza eclesiástica: el estado debía hacerse cargo de los diezmos,
propiedades, capitales y bienes de obras pías, cofradías y capellanías. Los liberales estaban
por los gobiernos centroamericanos: en Costa Rica, la exención del pago de diezmo por las
propiedades de las órdenes religiosas, que afectó fuertemente a la orden dominica, propietaria
pesar de la anarquía que reinó en el país, los gobernantes de turno dictaron medidas
encaminadas a secularizar los bienes de las cofradías. Los escasos documentos de la época,
que ya existían con las autoridades municipales respecto a los fondos de cofradías. Se ponía
párrocos locales, que a toda costa querían proteger sus privilegios económicos; y la Junta
Es importante destacar en este período, es el hecho que alrededor del conflicto sobre la
secularización de los bienes de las cofradías estaba subyacente el enfrentamiento entre dos
herencia colonial.
Esta situación se percibe con claridad en la exposición del cura de Acoyapa, D. Pedro José
“el estado de abatimiento en que se ven el día de hoy los fondos piadosos de cofradías
que han servido de congrua a los curas de este beneficio trae su origen de la sacrílega
ambición de quererlos destruir para disponer de lo producido en usos profanos (...) fundado en
las perversas ideas que el filosofismo impío ha esparcido en sus papeles y libros por todas
partes...” 6
En otra parte del escrito, se señalaba que la municipalidad pretendía rebajar los
aranceles establecidos por los oficios religiosos los cuales se pagaban con el dinero de las
cofradías. A pesar que los fondos se hallaban seriamente deteriorados por los abusos de los
Ministro. 7
9
necesidad de hacer cumplir las disposiciones que ya existían para la administración de los
fondos de las cofradías y el cura demandaba que éstas no se apegaban a las resoluciones de
la cédula de 1805 y pretendía anular el papel de los curas respecto a los fondos:
“... aunque tal vez se me da aviso, como capellán de aquellos, quando se trata
de arrendar alguno, este paso es más bien un verdadero insulto, puesto que en contra
conducta y sin aquellas fianzas que el derecho requiere en tales casos a fin de que los
así sucedió en el mes de abril de este presente año en que se dio en arrendamiento el
embargo de haberlo yo citado en oficio de diez de abril último a consulta que se me hizo,
cual ya esta dilapidado (...) la misma situación se presenta con los réditos, son obligados
no se me paguen sino muy tarde que de mala manera, resultando de aquí, que este
por decreto legislativo del 8 de enero de 1830, fueron abolidas las comunidades religiosas
siguientes:
10
son opuestos i no conformes con las bases del sistema, que ha adoptado la nación: que
no es solo estraño, sino contrario a los intereses de ésta el que habitantes hijos de ella,
estén bajo las órdenes de mandatarios de otra nación(...) quedan siempre abolidos del
legislativo, confiscó todas las propiedades de los monasterios expulsados del país y las declaró
propiedad del Estado. La disposición significó un duro golpe para las órdenes religiosas, las
propiedades que poseían tanto urbanas como rurales fueron subastadas, aquellas fincas que
no pudieron ser vendidas se pusieron en arrendamiento, y las casas de los conventos fueron
( De la Rocha,1874 : 374) 9
Posteriormente el ataque contra los bienes eclesiásticos se volvió hacia las cofradías.
Encontramos así, una resolución emitida el 29 de mayo de 1830, por la cual el gobierno,
La disposición se hacía extensiva a todas las cofradías que existían en el país y que
durante el gobierno español habían pertenecido a los indios. Se aclaraba que una parte de los
réditos se dedicarían al culto de la imagen y la otra, pasaría al tesoro nacional para el fondo de
instrucción pública.
superiores si los bienes de las cofradías debían pagar del diezmo de lo que producían
”... los espresados bienes no son comprendidos en el privilejio de que gozan los
II.
interés de las autoridades estatales por el patrimonio económico de las cofradías. El punto de
Art.2º. Con respecto a las cofradías arrendadas, tenga lugar esta lei, cuando se haya
Art.3º. Todos los documentos que hayan salido del poder de las juntas de cofrades,
por el control de los bienes de las cofradías. Cabe recordar que la cédula de 1805 facultaba al
estado a intervenir los fondos de esas instituciones, trasladando el control administrativo a las
municipalidades. De ahí que serán estos organismos de poder local los que se encargaran a lo
largo del siglo XIX, de ejercer todo tipo de presiones sobre los párrocos locales para exigirles el
Por otro lado, como ya señalabamos unos párrafos atrás, durante las primeras décadas
del siglo, la iglesia como institución quedó acéfala, lo cual contribuyó a reforzar la autoridad del
Lo cual debe tomarse en cuenta al explicar las limitantes que tuvo el proceso de liquidación de
las cofradías en la primera mitad del SXIX. Esta situación se hizo más evidente entre 1844-
1848.
El Informe del Prefecto del Departamento Meridional, Rafael Lebrón, dirigido al Señor
Ministro del Supremo Gobierno del Estado, en 1846 resaltaba con suma claridad el grado de
legitimidad que la autoridad de los curas había alcanzado en algunas localidades. Refiriéndose
“... la municipalidad no cuenta con ningún fondo de propios(...) se me dio a entender que
invierten su trabajo anual en las funciones de la iglesia y fiestas a que son mui
propensos y cuyo gasto anteponen al más sagrado..... el cura es el que manda en jefe
en esta población, como sucede en todas las demás que carecen de inteligencia para
Más adelante el Prefecto sugería al Ministro de Relaciones que el Poder Ejecutivo debía
utilizar la posición e influencia que gozaban los curas en los pueblos con el objetivo de facilitar
” por consiguiente un sacerdote virtuoso haría progresar las luces en esta población, y
este agente principal que influya también en lo político debiera ser el prototipo escogido
Por otro lado, la necesidad constante de las elites nicaragüenses a recurrir al poder
que a nuestro juicio, contribuyó a preservar a lo largo de la primera mitad del siglo XIX, los
Esta debilidad se manifiesta con suma claridad, en una Nota por el Supremo Gobierno
“... una de las máximas saludables de los gobiernos amantes del orden en el orbe
político, sino también divino, puesto que esta comprendido en el decálogo que es por sí
este respecto si en estas desgraciadas circunstancias en que el genio del mal derrama
por todas partes el veneno mortífero de la seducción para reproducir la guerra fratricida
que ha ensangrentado el país, los venerables señores curas como pastores y padres
brevedad que exije el caso se dignará a expedir la correspondiente circular con tan
loable objeto...”
13
14
Por otro lado, la anarquía que imperó en el país durante esos años, ante el accionar de
las bandas armadas jefeadas por José María Valle, Bernabé Somoza, y Trinidad Gallardo entre
otros, obligó al gobierno a incrementar el número de tropas, lo que elevó el gasto en pertrechos,
comida y salarios sumiendo al país en una aguda postración económica. A pesar de las
medidas económicas dictadas por la administración del Director Supremo, José León Sandoval,
en un informe de 1846 el señor Ministro de Hacienda describía la situación caótica del erario
público:
”... por muchos sacrificios que ha hecho el gobierno para darle vitalidad al alma
agonizante del Estado, el tesoro público, por muchos sacrificios que se han exijido de
los propietarios nada ha bastado para tener cumplidamente pagados a los militares, ni a
los funcionarios de toda escala; a todos se les adeuda: se les adeuda también a los
Así mismo, la naturaleza se ensañó con la economía de algunas zonas del país ya que
según el informe del Prefecto del Departamento Meridional, Rafael Lebrón, en 1846:
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“...terremoto y huracán tienen a este departamento en la miseria...” Lo que propició que
muchas familias de esa región, emigraran a la vecina Costa Rica en busca de mejores
condiciones de vida.
Así mismo, la falta de recursos económicos que propiciara el desarrollo del país, limitó
los esfuerzos de las élites gobernantes nicaragüenses de estructurar un poder estatal cuya
jurisdicción abarcara todo el territorio nacional. Esta situación la reconocía el propio Director
“Aún no hemos podido constituir un poder nacional que nos dé paz y estabilidad en el
De ahí que es muy probable que con el objetivo de solventar la situación del erario
legitimidad que los curas locales habían adquirido en los pueblos y villas el Supremo Gobierno
De ahí que el siguiente paso fue emitir el 27 de octubre de 1847, un acuerdo por el cual
Supremo Gobierno recordaba a las municipalidades que donde existieran fondos de cofradías
de 1838, está prevenido que los fondos de cofradías que no correspondían a los
de 1805 que se refiere a las de 27 de diciembre de 1802, que estas cédulas establecen
cofrades deben obrar en la administración de dichos fondos, i que esto no obstante, hai
pueblos, en donde no existen las espresadas juntas i los fondos de cofrades, por este
Art.1º. Los Prefectos de los departamentos donde hayan tales fondos, bajo su más
estrecha responsabilidad, harán que desde luego se organicen las precitadas juntas de
Art.2º. Los mismos Prefectos, o por su impedimento, la persona de confianza que ellos
1873: 380)
16
El acuerdo legislativo reafirmaba la autoridad que tenían los prefectos sobre los fondos
de cofradías que existieran en su jurisdicción. Por medio de las llamadas juntas de cofrades,
debían ejercer un estricto control sobre los bienes y fondos, pero sin descuidar los
compromisos religiosos de las cofradías tanto con el culto a las imágenes, como del
contenidas en la cédula de 1805, con el objetivo de dotar a los Prefectos de los instrumentos
legales para hacer frente a los inevitables conflictos que se desarrollaron entre la iglesia y las
En 1849, estalló un conflicto entre indios y ladinos del pueblo de Comalapa, por los
documentos sobre el caso reflejaron, por un lado, las contradicciones entre las autoridades
octubre de 1847, y por otro, las tensiones sociales que provocaba la presencia de los ladinos en
En el caso de Comalapa, los ladinos reclamaban a las autoridades eclesiásticas que les
restituyeran los derechos sobre los bienes de la cofradía de Candelaria, ya que los indios
estaban dilapidando los fondos. Por su parte el cura del pueblo presbítero Jacinto Dumas, en
las indagatorias seguidas a solicitud de la Vicaría Eclesiástica, se inclinó a favor de los ladinos
destacando que:
17
” desde que fui destinado a este beneficio que hace largo espacio de catorce años, he
Señora de Candelaria, fue creada por los ladinos y haciéndoles ver algunas objecciones
inspección de los indios fue por ayudarles en algo a la sostención del cura, porque como
eran muy pobres no podían sin ese auxilio soportar esa carga...” 17
En otra parte del escrito, el cura confirmaba la versión de los ladinos acerca de deterioro en que
(...) así mismo me consta que los indios la deterioran y se patentiza porque cuando dice
estaba para satisfacer con desahogo las pensiones que han tenido como son: misas
mensuales, solemnes, y los otros gastos necesarios para el culto divino y la presente
para dar de lleno a estas cargas sería necesario para el culto divino gravar más y más la
cofradía y la conclusión por lo poco que ha quedado, lo más es menudencia y así por
esto, como por el mal manejo que han tenido: los préstamos que se hacen nunca los
devuelven(...) por lo cual no hay una persona capaz para que maneje con orden dicha
cofradía por cuyas razones lo considero mejor en poder de los ladinos, puesto que las
El conflicto entre los ladinos e indígenas de Comalapa duró un año. En 1850 las
autoridades civiles recomendaban a la Vicaría Eclesiástica que para emitir un fallo que diera
por concluido el caso, era necesario tomar en consideración la resolución legislativa que regía
“administrados con pureza y exactitud, de suerte que se lleven los objetos piadosos de
cuanto a las cofradías y su observancia es la única que está recomendada a los muy
de octubre de 1838 que le da vigor y fuerza de en este Estado. Por consiguiente a los
previene dha cédula(...) ésta según el art.9º. de la espresada cédula por lo que
bienes en que consiste por el orijen de su fundación y cuando por el art.6º.declara que
Para finalizar, cabe señalar que la Vicaría Eclesiástica emitió la resolución del caso de la
cofradía de Candelaria favor de los ladinos del pueblo de Comalapa y tomando en cuenta las
CONCLUSIONES.-
restringir muchos de los beneficios que los curas obtenían de los indios, especialmente
respecto a los fondos de las cofradías. La ofensiva contra las bases económicas de la iglesia,
se incrementó en los primeros años del siglo XIX, al amparo del decretó de Consolidación de
los Vales Reales. Este mecanismo le permitió a la Corona incautar una buena parte de los
bienes de la iglesia en general, y de las cofradías en particular; a pesar que éstas no estaban
los grupos liberales, implementar acciones contra el patrimonio y privilegios de la iglesia, que se
de España, la iglesia se las ingenió para conservar sus fueros y privilegios y preservar pura e
liberales, instaurar un gobierno federado, que abarcó a los cinco países del área. No obstante,
la Carta Magna de 1824, no fue adversa a los intereses de la iglesia. Mantuvo el reconocimiento
de la religión católica, como oficial, lo cual se hizo extensivo en la Constitución de 1826, que
suscribió Nicaragua como estado federado. Sin embargo los liberales que actuaron en el
escenario político de las naciones centroamericanas durante la primera mitad del siglo XIX,
órdenes monásticas, abolición de los fueros y privilegios del clero; y terminar con las fuentes de
enriquecimiento de la iglesia.
Durante la primera mitad del siglo XIX en Nicaragua, se realizaron intentos por limitar el
poder económico de la iglesia. Durante el período federal sé decretaron leyes adversas a los
intereses económicos de la iglesia. Las órdenes religiosas fueron expulsadas del país y sus
bienes fueron incautados por el estado. Así mismo, se procedió al arrendamiento de todas las
cofradías que pertenecían a los indios, destinándose una parte de sus réditos para el culto y
la otra, pasó al estado para el fondo de instrucción pública. Por otra parte, se retomó la
obligación que tenían las cofradías de pagar el diezmo, por los productos que cosechaban en
sus tierras.
Los intentos de regulación del estado de los bienes de las cofradías a lo largo de la
primera mitad del siglo XIX no fue una tarea fácil para las clases gobernantes que se toparon,
con la oposición de los párrocos que vieron fortalecido su poder a nivel local después de la
poder de las clases gobernantes en las décadas posteriores a 1821, mediatizó los esfuerzos
del Estado a través de las municipalidades de liquidar los bienes de las cofradías y poder contar
con una fuente de ingresos que les permitiera solventar la asfixiante situación económica que
provocó la anarquía que imperó en el país en las décadas posteriores a la ruptura con España.
21
FUENTES PRIMARIAS.-
FUENTES HEMEROGRAFICAS.-
Traducción y Notas por Frances Kinloch Tijerino. EN: Taller de Historia No.5. Instituto de
FLACSO_EDUCA, 1996.
Historia General de Centroamérica. Tomo II, Capítulo II.—San José: FLACSO- Programa
y Notas Introductorias por Frances Kinloch Tijerino. En: Revista de Historia. No.2. Instituto
6. Memoria Con Que El Ministro de Hacienda del Supremo Gobierno del Estado de
Administración del Poder Ejecutivo en el Año de 1845. Y parte del de 46. San
Desde el punto de vista jurídico: Concordato 1861. Managua: UCA, 1992. Tésis de
8. Solórzano, Juan Carlos. “Los años finales de la Dominación Española”. En: Historia
General de Centroamérica. T.II . 2da. Edic.- - San José, Costa Rica: Flacso- Programa
9. Townsed Ezcurra, Andrés. Las Provincias Unidas de Centroamérica.- -San José, Costa
1996.
23
NOTAS Y CITAS
1
El capítulo 14 de la Real Instrucción decía: ”se exceptúan de las reglas anteriores las cofradías que sean
puramente de indios, pues no se han de enajenar sus bienes y propiedades, ni hacerse con ellos la menor
novedad”. En: Historia de los pueblos indígenas de México. De la Costa a la Sierra. Las huastecas:1750-1900.
A su vez tomado de: Solano Francisco. (Comp). Cedulario de Tierras(1497-1820). México:UNAM,1984. p.520.
2
AHDL. Fondo Cofradías. Exp.1810.
3
Después de la Independencia, la iglesia desempeñó un rol importante en la organización de la vida cotidiana
de los pueblos centroamericanos. En el caso de Nicaragua el papel de la iglesia en la organización de la
sociedad fue más fuerte, las élites tanto conservadoras como liberales(debido a su fragilidad política),
mantuvieron relaciones armoniosas y de mutua colaboración con la Iglesia Católica, lo cual no sucedió en los
demás Estado centroamericanos. En las constituciones políticas promovidas por ambos partidos, el catolicismo
gozaba de privilegios como religión oficial del Estado y los clérigos ocupaban puestos de importancia en los
gobiernos de ambos signos ideológicos”.(Bradford Burns. Patriarcas y Pueblo. El Surgimiento de Nicaragua.
1798-1850. Trad. Y Notas de Frances Kinloch. En: Talleres de Historia,No.5. Instituto de Historia de Nicaragua,
1993. p.12)
4
El texto completo de la moción quedó de la siguiente manera:”1º. Se exigirá por una sola vez la contribución
de siete por ciento sobre el valor líquido de todas las fincas pertenecientes a comunidades eclesiásticas,
seculares y regulares, e igual cantidad se exigirá en los mismos términos de los fondos correspondientes a
cofradías, hermandades y obras pías, con excepción, solamente, de aquellos que estén destinados a la
instrucción pública y al sostenimiento de los hospitales.2º.El Gobierno excitará el celo de los Prelados
eclesiásticos a fin de por su parte concurran facilitando los auxilios propios de sus facultades y de que los
Intendentes puedan necesitar para que sin perder momento, y con la actividad que exigen las circunstancias se
lleve a cabo en todas las Provincias Unidas la contribución decretada en el artículo precedente.3º. Con igual
mira dispondrá el gobierno se forme la correspondiente instrucción sobre las reglas que deberán observarse en
todo lo que concierne a la fijación de la cuota que debe exigirse por cada posesión de las que resulten
afectadas a la contribución, y la que corresponda a las cofradías y hermandades de cualesquiera clase, para
que obteniendo la aprobación de la Asamblea surta sin demora los efectos correspondientes”. En: (Towsend E.,
1973:374)
5
AHDL. Cofradías. Exp. 1827.
6
ibid
7
ibid.
8
ibid.
9
El texto íntegro del decreto puede consultarse en: Código de la Legislación de la República de Nicaragua en
Centroamérica. Comp. Por el Lic. Jesús de la Rocha.—Managua: Imprenta de “El Centroamericano”, 1873. pp .
373-374.
10
“Resolución Lejislativa de 29 de mayo de 1830, mandando que se dé en arrendamiento la cofradía del
Rosario de Granada. Consecuente al reclamo que hicieron los cofrades de la hermandad del Rosario de esta
ciudad, tuvo a bien pasarlo a la comisión de Justicia i Negocios Eclesiástico, quien espuso lo que sigue: La
comisión de justicia i negocios eclesiásticos, consecuente con la nota del Gobierno i documento que acompaña
sobre la cofradía del Rosario los ha examinado con detención por : por ella se deduce que la enunciada
cofradía aunque ha sido gobernada por los frailes guardianes del Convento de San Francisco, no perteneció a
los bienes de los monasterios; por lo tanto la comisión es de sentir: que dicha cofradía se ponga en
arrendamiento por la mejor postura, asegurando con fiadores, i que sus réditos después de dejar lo necesario
para el culto de la imajén se introduzca el resto en el tesoro nacional de los fondos del convento para la
enseñanza pública de cuya ejecución deberá cuidar el gobierno. Esto mismo debe observarse en todas las
cofradías que hai en el Estado, i que en el antiguo Gobierno Español llamaron de indios”. ( De la Rocha, 1873:
379).
11
Registro Oficial, No.80. 12 de septiembre de 1846.” Informe del Prefecto del Departamento Meridional al
Señor Ministro de Relaciones del Supremo Gobierno del Estado. Rivas, 14 de julio de 1846”.
12
Ibid.
13
Registro Oficial. León, Sábado 10 de Enero de 1846. No.51.
14
Memoria con que el Ministro de Hacienda del Supremo Gobierno del Estado de Nicaragua, ha dado cuenta a
la Asamblea Legislativa del mismo de la Administración Económica del Poder Ejecutivo en el año de 1845. Y
parte del de 46. San Fernando: Imprenta Minerva, julio 1846. P.2
15
Informe del prefecto ... ibid.
16
Registro Oficial, No.67. 2 de mayo de 1846.”Discurso del Supremo Director José León Sandoval”.
17
AHDL. Cofradías. Exp. 1849-1850.
18
Ibid.
19
Ibid.
20
Ibid.