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Juan Ramón Jiménez

*Vino primero pura

Vino, primero, pura,


vestida de inocencia.
Y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes. 5
Y la fui odiando, sin saberlo.
Llegó a ser una reina,
fastuosa de tesoros…
¡Qué iracundia de yel y sin sentido!
…Mas se fue desnudando. 10
Y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica, 15
y apareció desnuda toda…
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
*Otra balada a la luna

C'était, dans la nuit brune,


Sur le clocher jauni,
La lune,
Comme un point sur un i.
Musset.

Heine, Laforgue, Verlaine…-


Luna de mi corazón,
niña blanca, si has nacido en
el Japón,

baja a mis labios tu cara


de flor de almendro, pues eso
lo necesito yo para
darte un beso.

Háblame tú con tu voz


de musmé fresca y gentil,
luna de nardo, de arroz
y marfil!

Y si fueres por tu cuna


noble y plácida princesa,
cásate conmigo, luna
japonesa!

Estás desnuda, o te endiosa


un velo blanco de tul?
Y tu carne, luna, es rosa
o es azul?

Eres pagana, o qué eres?


Di, qué has oído, qué has visto?
También turbó tus placeres
Jesucristo?

Va algún alma eterna en ti


a los parques de la cita?
Y tu hermana Ofelia? Di,
Margarita…

Te has muerto acaso? Estás yerta?


Se enredó un nombre a tu boca?
Di, luna mía, estás muerta,
o estás loca?

Tú, que entre la noche bruna,


en una torre amari-
lla, eres como un punto, oh, luna!
sobre una i;

tú, ladrada de los perros,


lámpara azul del amor,
tú, que dorabas los cerros
al pastor;

tú, Selene, tú, Diana,


urna de melancolía,
que te vaciarás mañana
sobre el día;

deja en mi frente tu estela,


o, como una mariposa,
desde tu magnolia, vuela
a mi rosa!

Luna, desde mi balcón


de florecidos cristales,
te mando este corazón
de rosales!

Sé mi novia, soberana
ciega, romántica muda,
tú que eres triste, liviana
y desnuda!

Emperatriz de jazmines,
bella sin años contados,
alma sin cuerpo, en jardines
estrellados!

Oh, rosa de plata! Oh, luna!


Aldea blanca y en calma,
sé el hogar y la fortuna
de mi alma!
*Octubre

Estaba echado yo en la tierra, enfrente


del infinito campo de Castilla,
que el otoño envolvía en la amarilla
dulzura de su claro sol poniente.
Lento, el arado, paralelamente 5
abría el haza oscura, y la sencilla
mano abierta dejaba la semilla
en su entraña partida honradamente.
Pensé arrancarme el corazón y echarlo,
pleno de su sentir alto y profundo, 10
al ancho surco del terruño tierno,
a ver si con romperlo y con sembrarlo,
la primavera le mostraba al mundo
el árbol puro del amor eterno.
*Cielo

Te tenía olvidado,
cielo, y no eras
más que un vago existir de luz,
visto – sin nombre –
por mis cansados ojos indolentes.
Y parecías, entre las palabras
perezosas y desesperanzadas del viajero,
como en breves lagunas repetidas
de un paisaje de agua visto en sueños…

Hoy te he mirado lentamente,


Y te has ido elevando hasta tu nombre.

*Sky

Como tu nombre es otro,


cielo, y su sentimiento
no es mío aún, aún no eres cielo.
Sin cielo, ¡oh cielo! estoy,
pues estoy aprendiendo
tu nombre, todavía…
¡Sin cielo, amor!
- ¿Sin cielo?

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