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Apreciable Participante:

Con base en el contenido visto, se le solicita realizar una descripción de los objetivos que, a
su criterio, le corresponde a un líder lograr o impulsar dentro de una organización, de
acuerdo con los temas analizados y su experiencia personal.

DISTINTAS VISIONES DE LA ORGANIZACIÓN


La premisa básica de la cual partimos es que las teorías y explicaciones de la vida organizacional se basan
en metáforas que nos llevan a ver y comprender las organizaciones de un modo distinto, aunque parcial.
Las metáforas se emplean normalmente como un recurso para embellecer el discurso, pero su
importancia va mucho más allá. El empleo de la metáfora implica un “modo de pensar” y un “modo de
ver” que traspasa el cómo comprendemos nuestro mundo en general. Las organizaciones son un
fenómeno complejo y paradójico que puede comprenderse de muchas maneras diferentes. Varias de
nuestras ideas “dadas por supuesto” sobre la organización son metafóricas, aunque pudiéramos no
reconocerlas como tales. Por ejemplo, hablamos frecuentemente de las organizaciones como si fuesen
máquinas diseñadas para conseguir determinados objetivos. Y como resultado de esta clase de
pensamiento a menudo intentamos organizarlas y gestionarlas de un modo mecanicista, forzando sus
otras cualidades.
Las organizaciones como máquinas
Según el punto de vista de muchos, la mecanización ha traído principalmente beneficios, pues ha
permitido que la humanidad pasara de competir con la naturaleza a adueñarse virtualmente de la misma.
Para otros, la visión de la alienación humana se pone de manifiesto cuando contemplan el alto precio del
progreso mecánico, como la transformación del trabajo artesanal en fábricas, la transición de las
comunidades rurales a la masificación urbana, la degradación general del medio ambiente y el asalto del
racionalismo sobre el espíritu humanista. Independientemente de la postura que se tome, no puede
negarse que el empleo de las máquinas ha transformado radicalmente la naturaleza de la productividad
y ha estimulado el desarrollo de la imaginación, del pensamiento y del sentimiento humano a través del
tiempo. La vida organizada se vuelve tan rutinaria como la precisión exigida a un reloj. Se espera de la
gente que llegue al trabajo a una hora determinada, que cumpla un conjunto predeterminado de
funciones, que descanse a las horas ya señaladas, que después resuma las tareas realizadas y ahí su
trabajo acabó. La mayoría de las organizaciones fueron diseñadas como máquinas y se espera que sus
empleados, en esencia, se comporten como si fueran piezas de las mismas. Porque hablamos de las
organizaciones como si fueran máquinas, tendemos a esperar que las personas trabajen máquina.

Las organizaciones como organismos


Desde esta perspectiva, pensamos en las organizaciones como entes vivos, que existen en un medio
ambiente del cual dependen para satisfacer sus variadas necesidades. Y si miramos hacia el mundo
organizacional comenzamos a ver que es posible identificar diferentes especies de organizaciones en
diferentes clases de ambientes o entornos; del mismo modo que encontramos al oso polar en las regiones
árticas y al caimán en las aguas pantanosas, observamos que ciertas especies de organizaciones están
mejor “adaptadas” a determinadas condiciones ambientales que a otras. En esta línea de pensamiento,
encontramos la esencia de muchos de los más importantes desarrollos de la teoría de la organización de
los últimos cincuenta años. Bajo la influencia de la metáfora de la máquina, la teoría de la organización
fue encerrada en una forma de maquinaria preocupada por las relaciones entre objetivos, estructuras y
eficiencia. La idea de la organización como organismo ha cambiado todo esto, llevando nuestra atención
hacia modos más generales de supervivencia, de relación entre la organización y su entorno y hacia el
concepto de efectividad de las organizaciones. Los objetivos y estructuras pasan a ser subsidiarios ante
los problemas de supervivencia y otras preocupaciones biológicas.

La metáfora también tiene grandes limitaciones, como por ejemplo:

• esta imagen se debilita cuando se reflexiona sobre el hecho de que, actualmente, los fenómenos sociales
de la organización inciden mucho más en su rendimiento que los elementos materiales que la componen.
Este punto de vista tiende a ver a las organizaciones y sus miembros como dependientes de fuerzas del
mundo exterior, más que a reconocer que son agentes activos operando con otros en la construcción del
mundo.
• en los organismos vivientes, las distintas partes colaboran naturalmente para la supervivencia. Si
observamos la mayoría de las organizaciones, sin embargo, encontraremos que las situaciones en que sus
diferentes elementos operan con un alto grado de armonía son generalmente más ocasionales que
normales.
• el peligro de que la metáfora se convierta en una ideología. El personal puede llegar a convertirse en
un recurso a ser desarrollado en lugar de seres humanos valiosos por sí mismos con derecho a elegir y
proyectar su propio futuro.

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