Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
para estar conectados y productivos en medio de las distancias. Los hogares se convirtieron en
oficinas y salones de clase, y todo indica que se mantendrán así en el futuro cercano. Pero,
además, muchos cambios de hábitos en el consumo y en lo laboral apalancados en lo digital ya
harán parte de la cotidianidad.
Eso sí, la situación generada por la covid-19 dejó en evidencia las brechas digitales y, sobre todo, la
necesidad imperiosa de acelerar los procesos para cerrarlas y lograr que la tecnología y su acceso
se conviertan en un instrumento de competitividad y productividad, así como en uno de los
elementos más importantes de equidad. Aunque hay zonas, especialmente en la ruralidad, que
aún esperan conexiones para acceder a internet, historias como la de María Fernanda se repiten
en los segmentos de menores ingresos y en áreas alejadas.
Es el caso de Johanna de Arias, quien vive en la vereda El Consuelo, de Ansermanuevo, Valle del
Cauca, y es estilista. Con el acceso a internet ha podido desarrollar nuevos conocimientos y
prácticas sobre temas de belleza para presentarles a sus clientes de la zona. "Veo tutoriales de
cómo hacer queratina o aplicar tintes. Eso me permite mantenerme actualizada, además, vecinos
de la finca, por las tardes, usan internet para estudiar y hacer otras actividades", dice Johanna.
En ese sentido, hace unos días la ministra de las Tecnologías de la Información y las
Telecomunicaciones (TIC), Karen Abudinen, realizó un recorrido por siete municipios de cuatro
departamentos del sur del país, en los antiguos territorios nacionales, Putumayo, Caquetá, Guainía
y Vichada. Allí, junto con representantes de los operadores -Claro, Tigo, Movistar y WOM-, hizo el
seguimiento para comprobar que los beneficios del despliegue de infraestructura, cobertura y
acceso a internet móvil y telefonía celular están llegando a quienes de verdad los necesitan.