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2.5.5 2.6
Umberto Eco y la estética semiótica.. . Junto a y contra la semiótica: posmoderno y
deconstrucción . . . . . . . . . .
126
Prólogo
3. TRADICIONES Y PROBLEMAS DE LA SE
MIOTICA DE LAS ARTES . . . . . .
133
3.1 3.2 3.3
¿El arte es lenguaje? . . . . . . . . El problema del iconismo. . . . . . Lo
específico, el modelo lingüístico, la unidad.
133 143 165
Vous ne passerez pour belle Qu'autant que je l'aurais dit.>>
Corneille
4. LAS TENDENCIAS ACTUALES.
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4.1 Modos de producción semiótica.
. 4.2 Tipologia de la cultura . . . . 4.3 Permanencias del modelo lingüístico. 4.4
Visible/legible. . . . . . . . . 4.5 El modelo greimasiano.... . 4.6 Investigaciones
lógicas. . . 4.7 Semiótica neopeirceana. 4.8 Teoría de las catástrofes . . 4.9 Los
artistas interpretados por los filósofos.. 4.10 Teoría del arte . . . . . . . . .
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.
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INDICE DE NOMBRES....
..
Este libro intenta ocuparse de la relación entre el arte y la comunicación. Pero
ésta es una referencia tan sintética que corre el riesgo de ser demasiado
genérica o demasiado oscura. Trataremos de explicar, entonces, qué significado tienen
las tres palabras «arte y comunicación».
Comencemos, ante todo, por la conjunción «y». La conjunción «y» implica que los
dos objetos («arte», «co municación») tienen una relación de conexión. Por lo tan to,
la finalidad de este manual es la de explicar qué es esa relación. Rápidamente quiero
adelantar que no se exami narán todos los tipos de conexión. En efecto, las relacio nes
entre arte y comunicación pueden estar orientadas en dos direcciones: aquella que
se refiere a lo que en el arte atañe a la comunicación, o la que se refiere a lo
que en la comunicación atañe al arte. En el primer caso, nos ocu paremos de las
prácticas artísticas (comprendida la crítica) desde el punto de vista comunicativo. En el
segundo, de lo que interesa a los artistas en las teorías de la comuni cación (éstos
desarrollan las teorías estéticamente, como ha sucedido con muchísima frecuencia en la
historia del arte). Nosotros nos estableceremos en la primera dirección. La otra razón
por la cual no se estudiarán todos los tipos de conexión está en el hecho de
que optaremos por las definiciones sintéticas, tanto de «arte» como de
«comuni cación». Con lo que hemos llegado a la explicación de los dos
términos principales.
EL LENGUAJE DEL ARTE
PRÓLOGO
11
de los sistemas ideológicos. De todo, si se quiere. Pero de todo siempre desde el punto de
vista de la comunicación y de la significación.
En este punto, comienza a ser claro el significado del binomio «arte y
comunicación». Quiero poner en claro que el arte, como condición de ciertas obras
producidas con fines estéticos y de la producción de objetos con efec to estético, es un
fenómeno de comunicación y de signifi cación, y puede ser investigado como tal. Esto significa
que tendremos que partir de algunas premisas:
a) que el arte sea un lenguaje;
b) que la cualidad estética, necesaria para que un objeto sea artístico, también pueda
ser explicada como dependiente de la forma de comunicar de los objetos ar tísticos
mismos;
c) que el efecto estético que es transmitido al desti natario también dependa de la forma en
que son construi dos los mensajes artísticos.
Es obvio que cada una de estas premisas crea proble mas. En el curso de los últimos
decenios, por cierto, cada una de ellas constituyó un tema de debate, a veces hasta
extremadamente intenso. Por ejemplo: afirmar que el arte pueda ser analizado como fenómeno
comunicativo ¿signi fica, quizá, que la comunicación (o mejor, las teorías que se
refieren a la comunicación) puede explicar el arte? A una pregunta como ésta se
puede contestar tanto afirma tiva como negativamente. Si por «explicar el arte» se en
tiende dar cuenta de los fenómenos artísticos atribuyen doles un juicio de valor,
reconstruyendo las intenciones del artista, su psicología, su relación con la sociedad, la
ubi cación histórica de la obra y demás, la respuesta es no. Una teoría del arte sobre
una base comunicacional no nos dice todo sobre el arte y, sobre todo, no se ocupa de la
formulación de los juicios de valor. En cambio, si para «explicar el arte» se trata de dar
cuenta de cómo están construidos sus objetos para crear un sentido, para mani festar
efectos estéticos, para ser portadores de valores del gusto, y otros elementos más,
entonces la respuesta será sí. Y no sólo eso: el análisis del fenómeno artístico como
hecho comunicativo podrá establecer científicamente otros
tipos de disciplinas que están relacionadas con los inte rrogantes anteriores. Será
capaz, por ejemplo, de mostrar cómo el mensaje artístico puede contener rasgos destina dos
a la propia interpretación. O cómo puede tratar el material lingüístico de manera
de renovar los códigos exis tentes y producir innovaciones. O como en el
mensaje existen caracteres portadores de valores estéticos. Y otras más. En otras
palabras: el punto de vista de la comunica ción nunca intentará decir si una
obra de arte es «bella»; sin embargo, dirá cómo y por qué esa obra puede
querer producir un efecto que consista en la posibilidad de que al guien le diga
«bella». Y más aún: no tratará de explicar «lo que quería decir el artista», sino, más
bien, «como la obra dice aquello que dice». En síntesis, para explicar las obras
de arte en el sentido restrictivo expuesto anteriormen te, el punto de vista de la
comunicación quiere limitarse sólo al texto y no a los elementos exteriores a él (vida
del artista, sucesos históricos, psicología de los participantes en el intercambio de la
comunicación, intuición del crítico, «documentos de la época, etc.). Naturalmente,
es obvio que también está excluido todo concepto idealista sobre la «inefabilidad de
la obra de arte, es decir, sobre el hecho de que su significado sólo sea perceptible por
medio de una relación espiritual casi de médium con el objeto. A pesar de todo
esto, aún quedan problemas. Por ejemplo: no se da por descontado que el arte sea un
lenguaje. Como veremos mejor en la segunda parte del libro, esta afirma ción debe
ser demostrada. Y sólo puede serlo en la me dida en que se pueda verificar que las obras
de arte res ponden a ciertos requisitos: que sean un «sistema»; que tengan
coherencia respecto al funcionamiento general de los sistemas de signos; que estén
constituidas por una for ma y un contenido; que obedezcan a leyes estables de la
comunicación misma; que todos los sujetos del acto lin güístico participen de
los códigos eventuales en base a los cuales la obra comunica; que la
reformulación evidente de los códigos (típica de las obras de arte) también tenga
un fundamento explicable en el interior del sistema.
Por supuesto que los diferentes grupos y corrientes han contestado en forma
diferente a la pregunta sobre si