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Contaminación de
Ecosistemas Naturales y
Legislación del Riesgo
Medioambiental
Realizado por:
1. Introducción.
2. Contaminación Atmosférica
2.1 Efectos e indicadores.
3. Contaminación Acuática.
3.1. Alteraciones Físicas, Químicas y Organolépticas del Agua
3.1.1 Alteraciones físicas:
3.1.2 Alteraciones químicas
3.1.3 Alteraciones organolépticas:
3.1.3.1 Color.
3.1.3.2 Olor.
3.1.3.3 Material flotante.
3.2 Microorganismos tóxicos
3.2.1 Principales microorganismos transmitidos por el agua e indicadores
microbiológicos de contaminación.
3.2.1.1 Bacterias.
3.2.1.2 Virus.
3.2.1.3 Parásitos.
3.3 Contaminación Orgánica e Inorgánica
3.3.1 Contaminantes inorgánicos.
3.3.2 Contaminantes orgánicos.
Las unidades con las que se miden las partículas son microgramos de
contaminante por metro cúbico. En el caso de los gases, las unidades son las
partes por millón. Dentro de los compuestos de azufre, los óxidos se originan en
las combustiones de combustible fósiles que contienen azufre, como es el caso
del carbón, el petróleo y algunos derivados. Las principales fuentes son las
centrales térmicas, diversos procesos industriales, el tránsito automovilístico y
ciertas calefacciones.
Efectos e indicadores
Los óxidos de carbono son otra familia de contaminantes. Los principales son el
monóxido de carbono, CO, y el dióxido de carbono, CO2. El monóxido de carbono
se produce por la combustión incompleta de combustibles orgánicos, es decir, en
una situación de falta de oxígeno que imposibilita la oxidación completa a CO2.
Los máximos productores son los automóviles y los procesos en los que
intervienen las combustiones. El monóxido de carbono es una sustancia altamente
tóxica porque se combina con la hemoglobina de la sangre e impide el transporte
de oxígeno a los tejidos, y por tanto la respiración. El dióxido de carbono es un gas
que se encuentra normalmente en la atmósfera en una concentración media del
0,03%. Se produce de forma natural en la respiración de los seres vivos y en las
combustiones. Se consume por la fotosíntesis de las plantas. Además el dióxido
de carbono tiene una participación determinante en el calentamiento del planeta,
ya que absorbe la radiación infrarroja proveniente del sol y de los océanos. Este
fenómeno se conoce con el nombre de efecto invernadero.
Los compuestos halogenados con mayor incidencia sobre la calidad del aire son
los compuestos de flúor , los de cloro y los freones, compuestos de cloro y flúor.
Los compuestos de flúor son emitidos principalmente por las industrias de la
cerámica, de aluminio y de vidrio. Ya que el flúor tiene un cierto papel en algunos
procesos fisiológicos de los organismos, un aumento importante de su
concentración puede tener consecuencias negativas, especialmente en los niños.
Además al reaccionar con el vapor de agua, se forma el ácido fluorhídrico, que es
muy corrosivo. Los compuestos de cloro son emitidos principalmente por la
industria petroquímica, los procesos de combustión de materiales plásticos u otros
que contengan cloro. Los freones son gases que se utilizan como propulsores de
los aerosoles y en sistemas de refrigeración. Estos compuestos tienen efectos
negativos sobre la capa de ozono y es por ello que se está limitando su uso
(AMBIENTUM, 2019).
Entre los metales emitidos a la atmósfera con mayor incidencia tenemos: el plomo,
el cadmio, el níquel, el hierro, el mercurio, el cromo, el cobre, el manganesio y el
arsénico. El más importante y el que más abunda en la atmósfera es el plomo.
Proviene principalmente de lo que se incluye en la gasolina de los automóviles
como antidetonante. Este fenómeno de contaminación se está reduciendo
notablemente con el uso de vehículos que utilizan gasolina sin plomo. Todos estos
metales tienen características tóxicas y se acumulan en los tejidos de los
organismos, donde pueden alcanzar concentraciones notables.
Contaminación Acuática
La contaminación del agua es un problema habitual dentro del ciclo del agua. Así,
las aguas contaminadas han aumentado al mismo ritmo que el desarrollo
industrial, planteando un problema que requiere de soluciones inmediatas.
Hay distintos criterios para clasificar la contaminación del agua: según el tipo de
escurrimiento, se distingue en puntual o localizada; por el contaminante químico
en orgánica e inorgánica; si es físico o biológico y por el impacto al medio
ambiente, en tóxico y no tóxico.
Alteraciones físicas:
Alteraciones químicas:
El agua dulce es esencial para conservar la salud humana y también para
mantener muchos de los ecosistemas que suministran alimentos y otros
bienes y servicios esenciales para las personas.
Alteraciones organolépticas:
Color:
Las aguas superficiales pueden parecer altamente coloreadas
debido a la presencia de materia pigmentada en suspensión, cuando
en realidad el agua no tiene color. El material colorante resulta del
contacto con detritus orgánicos como hojas, agujas de coníferas y
madera, en diversos estados de descomposición, está formado por
una considerable variedad de extractos vegeta.
Olor:
Material flotante:
Microorganismos tóxicos
Los indicadores microbiológicos de calidad del agua son organismos que tienen un
comportamiento similar a microorganismos patógenos cuya procedencia,
concentración, hábitat y reacción a factores externos es la de la mayoría. Su
presencia determina la existencia de patógenos y permite comparar sus
reacciones a cambios de pH y temperatura o aplicación de medios físicos o
químicos de desinfección, con la ventaja de ser más fácilmente cultivables o
identificables, y económicamente factibles. Requieren la identificación y
cuantificación de microorganismos por índices de diversidad ajustados a intervalos
que califican la calidad del agua y, aunque la información microbiológica
obtenida a partir de su análisis no reemplaza los análisis fisicoquímicos, reduce
costos y aporta información en el monitoreo de la calidad del agua
Bacterias:
Más del 80% de bacterias descritas en el manual de Bergey
[Bergey’s Manual of Systematic Bacteriology] pueden aislarse del
agua [9]. En su mayoría son bacterias entéricas, provenientes del
tracto gastrointestinal de animales y humanos, denominadas
bacterias fecales, cuya capacidad de sobrevivir y reproducirse en el
agua es restringida dado el estrés fisiológico que presenta el medio
acuoso. Establecerlas como bioindicadoras tiene alto grado de
complejidad debido a las limitaciones diagnósticas que esto genera.
Estas características particulares indican que su hallazgo está
asociado con infecciones recientes o con presencia de materia
orgánica y condiciones de pH, humedad y temperatura que faciliten
su reproducción y sobrevivencia. Poseen características que las
hacen tener algunas ventajas sobre otros organismos, como la
metodología de muestreo estandarizado y muy bien definido para
obtener una respuesta rápida a cambios ambientales como la
contaminación.
Virus:
Los virus son la principal causa de morbilidad y mortalidad en las
enfermedades de transmisión hídrica y en ningún caso se consideran
flora normal del tracto gastrointestinal de animales y humanos. El
87% de enfermedades virales transmitidas por agua son causadas
por el virus de la Hepatitis, Adenovirus y Rotavirus. Hasta el
momento se han reportado más de 140 virus patógenos entéricos de
transmisión hídrica, por la previa contaminación con materia fecal de
personas o animales infectados. Los principales son:
Parásitos:
Dentro de los parásitos patógenos transmitidos por el agua se
encuentran dos grupos: protozoos y helmintos Protozoos: sus formas
parasitarias, quistes u ooquistes y trofozoitos, son en su mayoría
retenidos en el proceso de filtración de los sistemas de tratamiento y
algunos son resistentes a la cloración [ooquistes]. Son causantes de
enfermedades diarreicas en las especies que parasitan y, en algunas
ocasiones, son organismos oportunistas causantes de enfermedades
graves e incluso la muerte en niños, ancianos y pacientes
inmunocomprometidos. Los protozoos patógenos más encontrados
en aguas contaminadas son: Giardia intestinalis, Entamoeba
histolytica, Balantidium coli, Toxoplasma gondii, Blastocystiss pp.,
Enterocytozoon bieneusi, Encephalitozoon intestinalis,
Cryptosporidium spp. y algunas otras especies de coccidias como
Cystoisospora belli y Cyclospora cayetanensis. Los ooquistes de
Cryptosporidium spp. Permanecen viables en el agua 140 días y son
muy resistentes a la mayoría de desinfectantes corrientes, lo que
dificulta mucho e incluso impide su destrucción por la cloración
normal de las aguas. Algunos brotes mundiales de criptosporidiosis
son por la contaminación de aguas superficiales, subterráneas y
recreacionales con ooquistes del parásito. Brotes con más casos han
sido causados por contaminación de agua en plantas de tratamiento
de grandes ciudades.
Contaminantes inorgánicos:
Contaminantes orgánicos
Esta ley tiene por objeto establecer las disposiciones y los principios rectores para
la gestión del ambiente, en el marco del desarrollo sustentable como derecho y
deber fundamental del Estado y de la sociedad, para contribuir a la seguridad y al
logro del máximo bienestar de la población y al sostenimiento del medioambiente.
Se trata por tanto una concreción del denominado “principio de quien contamina
paga”, pero además, en este caso repara, estableciendo un sistema garantista de
exigencia de responsabilidad.
Así, la ley, durante estos más de diez años de vida, se ha visto modificada y
desarrollada mediante distintos Reglamentos, Leyes y Órdenes Ministeriales.
La normativa aborda diferentes cuestiones, como el procedimiento para la
reparación de los daños, la creación de una Comisión Mixta adscrita al Ministerio
con competencias en materia de medio ambiente o la creación de dos fondos; un
fondo de compensación de daños medioambientales del Consorcio de
Compensación de Seguros y un fondo estatal de reparación de daños
medioambientales.
Tampoco podemos olvidar otras fuentes de peligro como pueden ser el entorno, la
actividad de la empresa, la gestión de recursos humanos etc.
Para realizar este análisis de riesgos ambientales, hay que identificar los posibles
peligros. Posteriormente, hay que valorarlos y determinar el daño que podría
causar al entorno. Debemos excluir del análisis posibles daños que se puedan
producir y afecten a elementos que no sean del medio ambiente, como podrían ser
daños a los empleados o las instalaciones de la propia empresa.
Los requisitos para que una organización pueda ser incluida en EMAS:
- El análisis medioambiental.
- El procedimiento de auditoría.
- La declaración medioambiental.