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«PAN DE VIDA, ALIMENTO PARA EL ALMA» HORA SANTA (PARA

VIVIR EN COMUNIÓN CON JESÚS)

CANTO DE EXPOSICIÓN
Monitor: El Señor Jesús, en el Evangelio de san Juan, nos ha dejado unas
palabras que hoy, ante la presencia de Jesús Eucaristía, abren nuestra reflexión
para estos momentos de oración: «Así como yo, que he sido enviado por el Padre
que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por
mí (Jn. 6,57). Buscando tener vida en abundancia para vivir para Cristo y nuestros
hermanos pongámonos de pie para recibir a Jesús Eucaristía, Pan de Vida,
alimento para el alma.
CANTO
CANTO PARA MEDITAR: «SEÑOR, ¿A QUIÉN IREMOS?»
EVANGELIO
Del Evangelio según San Juan (Jn 6,27-35).
En aquel tiempo dijo Jesús: «Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el
alimento que permanece y da vida eterna. Este se lo dará el Hijo del hombre; él ha
sido marcado con el sello del Padre.» Entonces le preguntaron: «¿Qué tenemos
que hacer para trabajar en las obras de Dios?» Jesús respondió: «La obra de Dios
es ésta: creer en aquel que Dios ha enviado.» Le dijeron: «¿Qué puedes hacer?
¿Qué señal milagrosa haces tú, para que la veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu
obra? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, según dice la
Escritura: Se les dio a comer pan del cielo.» Jesús contestó: «En verdad les digo:
No fue Moisés quien les dio el pan del cielo. Es mi Padre el que les da el
verdadero pan del cielo. El pan que Dios da es Aquel que baja del cielo y que da
vida al mundo.» Ellos dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.» Jesús les dijo:
«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en
mí nunca tendrá sed. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN:
Todo el que vea al Hijo de Dios y crea en Él, es decir, quien lo reconoce y acoge
mediante la fe, tendrá la vida eterna y resucitará en el último día. La fe es un don
de Dios que nos dispone para asentir a las verdades reveladas por Dios. No es
algo que se logre por un mero esfuerzo humano. Pero es necesaria nuestra
colaboración con Dios. Dios ha querido sentir necesidad de nosotros. Hay
cristianos que son como esos cantos redondos de los ríos, que a lo mejor llevan
años dentro del agua, pero se rompen y en su interior están completamente secos.
La falta no está en el cristianismo sino en esos corazones que son como el de los
judíos del evangelio: "han visto pero no han creído". Nada hemos de valorar tanto
como este regalo de la fe. Por defender la fe, se da incluso la vida, como tantas
veces ha ocurrido a lo largo de los siglos. Pero no nos sintamos solos. Cristo nos
espera con los brazos abiertos, porque quien camina hacia Él por la fe, nunca será
rechazado.

Diálogo con Cristo. Jesús, me doy cuenta que el ideal de cumplir siempre tu
voluntad es costoso. El orgullo, la pereza espiritual o el miedo son obstáculos que
necesito vencer, pero frecuentemente olvido que sólo tu gracia podrá lograr esa
transformación de mi egoísmo y soberbia en amor a Ti y a los demás. Nunca
permitas que me aparte de la fuente de esa gracia: tu Eucaristía.
Salmo 77
R/. El Señor les dio pan del cielo.
Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
Las alabanzas del Señor, su poder,
las maravillas que realizó.

Dio orden a las altas nubes,


abrió las compuertas del cielo:
Hizo llover sobre ellos maná,
les dio pan del cielo.

El hombre comió pan de ángeles,


el Señor les mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo entrar por las santas fronteras
hasta el monte que su diestra había adquirido.
CANTO PARA MEDITAR:
PRECES
Señor Jesús, alimento de nuestras almas en la Eucaristía, Tú nos invitas a gozar
de tu presencia en estos ricos momentos de adoración. Escucha nuestras súplicas
y bendice nuestro ser y quehacer para que nunca nos falte el alimento de tu
Palabra y de tu Eucaristía:
Respondemos todos: Tú eres, Señor, el Pan de vida.
Danos tu bendición y concédenos todas las gracias, que necesitamos, para
amarte y servirte con la mayor fidelidad. R/.
Bendice, Señor, a nuestro Santísimo Padre el Papa, vuestro Vicario en la tierra;
ilumínale, santifícale y líbrale de todos sus enemigos para que nos siga
alimentando de Ti. R/.
Bendice a la Iglesia haz que tu luz brille en todas las naciones; y que todos te
conozcan y te amen. R/.
Bendice a los sacerdotes, santifícalos y multiplícalos. R/.
Bendice y protege a nuestra nación. R/.
Bendice a todos nuestros familiares y amigos y concédeles la bienaventuranza
eterna. R/.
Bendice a los que nos han ofendido y cólmalos de beneficios. R/.
Bendice a todos los deprimidos, los angustiados, los que se encuentran solos y
haz que vivan todos en tu gracia y amistad y que un día nos reunamos con ellos
en la Gloria. R/.
Da el descanso eterno a todas las almas de los fieles difuntos que están en el
Purgatorio. R/.
Da la salud a los enfermos. Convierte a todos los pecadores. Danos a todos tu
divino amor, para que la fe que nos impide ahora ver tu santísimo rostro se
convierta un día en luz esplendorosa en la Gloria, donde en unidad con el Padre y
el Espíritu Santo te alabemos y bendigamos por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro, Dios te salve, Gloria.
Momento de silencio personal.
Bendición y reserva del Santísimo.

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