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b POSTERIOR A 1939:

La poesía posterior a 1939 pasa por diferentes etapas, los años 40, caracterizados por una crisis nacional tras
la
y el drama. Destacan José M.ª Pemán con La viudita naviera y J. Calvo Sotelo con Una muchachita de Valladolid.
El teatro de humor renovado muestra situaciones ingeniosamente construida en las que lo inverosímil y
absurdo son los protagonistas. El lenguaje es agudo y crítico y aborda los temas de la presión social del
individuo, las costumbres burguesas o los conflictos individuales existenciales. Los personajes son de lase
media y las obras más sobresalientes son Usted tiene ojos de mujer fatal y Eloísa está debajo de un almendro
de Jardiel Poncela y Tres sombreros de copa y Melocotón en almíbar de Miguel Mihura. Por último, el teatro
en el exilio, que posee como tema común España como el paraíso perdido. Lo cultivan autores como Alejandro
Casona con La dama del alba y Max Aubcon Morir por cerrar los ojos.
En la década de los cincuenta aparece el teatro existencialista y de realismo social, en el que las inquietudes
existenciales derivan hacia lo realista y social en un teatro de testimonio y compromiso. Aunque el lenguaje es
realista, ante la censura, los autores recurren al uso de símbolos e imágenes. La figura que más cultiva este
género es Antonio Buero-Vallejo con Historia de una escalera, En la ardiente oscuridad, Hoy es fiesta y Un
soñador para un pueblo, Alfonso Sastre con Escuadra hacia la muerte y Guillermo Tell tiene los ojos tristes y
Antonio Gala con Anillos para una dama.

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A partir de 1975 se produce una mejora sustancial del espectáculo teatral vvvv se vuelve a la tradición. Se
renuevan los grupos de teatro y surgen otros como Gayo Vallecano o La Cubana. Dentro de este teatro se
renueva la comedia burguesa, un ejemplo sería Los ochenta son nuestros de Ana Diosdado. Se vuelve al
realismo, pero renovado puesto que ya existe una formación fvvfvvf escénica, con un teatro de consumo y
vanguardista, que posee equilibrio, compromiso social, actitud crítica y se sitúa en mundo del medio urbano.
Abordan temas sociales de la época como las drogas, o los problemas de la juventud y los personajes son
marginados y fracasados. Se inician en la comedia, farsa y drama, además de utilizar géneros menores como
el sainete. Destaca de Alonso de Santos con La estanquera de Vallecas y Bajarse al moro o Joseé Sanchís
Sinisterra con ¡Ay, Carmela!
Ya en los ochenta aparecen los continuadores del realismo renovado donde hay una mayor presencia de lo
imaginativo, la temática gira hacia lo privado tratando temas como la frustración o los sentimientos. Destaca
Ernesto Caballero con Squash, Ignacio del moral con Oseznos o Paloma Pedreiro con Invierno de la luna alegre.
La promoción de los 90, crea el “pastiche” que consiste en servirse de materiales de otras artes y espectáculos.
Trata los temas de la atracción por lo marginal, críticas al racismo y totalitarismos y en él coexisten diversidad
de géneros con personajes abstractos y tono de distanciamiento. Los autores más sobresalientes son Rodrigo
García con Reloj y Juan Mayorga con Cartas de amor a Stalin.

En la actualidad, ha aparecido el teatro alternativo que es aquel que está comprometido con su tiempo y
nuevas formas expresivas como en Madrid La cuarta pared o en Barcelona “MIcroteatro por dinero”

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