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CACHICAMO TRABAJA PA´ LAPA

(Ensayo basado en el tercer capítulo del libro «Las venas abiertas de América Latina» titulado
«Las fuentes subterráneas del poder» de Eduardo Galeano)
Jhoswerd Lugo
C.I. 25.632.656.

«El pueblo que se somete, perece.»


José Martí

América Latina es un pueblo indudablemente rico, en sus espacios geográficos


posee la mayor producción de minerales del mundo. El oro, la plata, el cobre, el hierro, que
son, por nombrar algunos, los minerales más deseados en el mundo, los tiene
Latinoamérica. Asimismo estas tierras multimillonarias producen el hidrocarburo más
codiciado en todo el planeta desde hace un par de siglos, el petróleo, o como muchos le
llaman por coloquio, el oro negro. Es así como nadie puede negar que invertir en América
Latina es un negocio redondo, esto lo supieron los conquistadores en el siglo XV, que por
supuesto no invirtieron sino se hicieron con el botín, y en la actualidad lo saben las
naciones desarrolladas como Estados Unidos, que tal vez, sólo tal vez, parafraseando a un
personaje ideado por un cineasta mexicano «se aprovechan de la nobleza de América
Latina» o quizá de su ingenuidad, ya que ellos saben cómo dice Galeano que para
abastecerse de la mayor parte de los minerales estratégicos que se consideran de valor
crítico para su potencial de guerra, los Estados Unidos dependen de las fuentes
extranjeras, y estas fuentes extranjeras no son otras que América Latina.

Desde la colonia, hace algunos siglos atrás, estas tierras americanas han sufrido el
menosprecio y además han sido vistas simplemente como tierras prostitutas, es decir, como
tierras donde se puede venir, hacer y llevarse lo que se quiera, luego, al quedar arto o
felizmente complacido, dejar una miseria como pago e irse, ¿qué tiene de malo esto, puesto
que aparentemente ésta mujer, la prostituta, queda satisfecha con la miseria que se le da?
Nada, responde el hombre adultero, es más, él piensa que le está haciendo un favor, y
medita en sus adentros, cuando me sienta necesitado puedo venir y ella esperará con las
piernas abiertas. En esta mujer se ha convertido América Latina, en la prostituta, pues él, el
hombre adultero, sabe que su mujer no le puede dar lo que la prostituta ingenua le da por
tan poco precio, bien hace en decir Galeano «los Estados Unidos pagan más barato el
hierro que reciben de Brasil o Venezuela que el hierro que extraen de su propio subsuelo.»
Por comentar un mineral de muchos otros.

Asimismo, la alegoría de la prostituta no es la única cierta aquí, hay una quizá más
palpable, y es que América Latina es, ha sido, y si muchos hombres de estas tierras no
reaccionan, seguirá siendo, un burro de carga, y esto es aunque suene aparatoso, en sentido
literal. Latinoamérica se encarga de trabajar para que otros vivan de su trabajo, esto ha sido
así desde la conquista hasta nuestros días, Galeano dice refiriéndose al Chile del siglo XIX
que «al abrirse la década del 90, Chile destinaba a Inglaterra las tres cuartas partes de sus
exportaciones, y de Inglaterra recibía casi la mitad de sus importaciones; su dependencia
comercial era todavía mayor que la que por entonces padecía la India.» pero no solo esto
sino que «Chile funcionaba como un apéndice de la economía británica: el más importante
proveedor de abonos del mercado europeo no tenía derecho a la vida propia.» Puede
surgir la pregunta ¿Cómo así que no tenían derecho a la vida propia? Es que los
trabajadores que eran precisamente chilenos, era vistos simplemente como burros de carga,
su dignidad, su vida, sus derechos no importaban, es más no los tenían, «por lo general, los
mineros chilenos viven en camarotes estrechos y sórdidos, separados de sus familias, que
habitan casuchas miserables en las afueras; separados también, claro está, del personal
extranjero, que en las grandes minas habita un universo aparte, minúsculos estados dentro
del Estado, donde sólo se habla inglés y hasta se editan periódicos para su uso exclusivo.»
Y esto por nombrar solo a una nación de América Latina, puesto que la mayoría, por no
decir todas, hacen el mismo papel en esta obra de teatro.

En Venezuela hay un refrán popular que encaja aquí como anillo al dedo, y es sin
duda alguna el centro de todo este escrito, cachicamo trabaja pa´ lapa, el cachicamo es un
animal que cuando se siente en peligro hace una cueva en la tierra y se mete en ella, pero
nunca hace las cuevas donde pueda entrar por completo, sino que en ellas solo entra su
cabeza, luego de que pasa el peligro o es asesinado, que es lo más probable, no vuelve a
usar la cueva, así que otros animales llamados lapas que sí caben por completo en las
cuevas, las utilizan como refugio por largos días. En fin el refrán quiere interpretar que
muchas veces algunos trabajan para que otros se hagan con el beneficio de dicho trabajo, y
cualquier parecido con la realidad entre América Latina y otras naciones desarrolladas es
mera coincidencia (que se note la ironía de la frase).

Ahora bien, hablemos de una nación olvidada de América Latina, que en años
pasados estaba llena de gloria y ahora de esa gloria no queda más que una silueta lejana que
apenas se distingue como una sombra, Bolivia, que «para el mundo, en efecto no existía ni
existió después: el saqueo de la plata y, posteriormente, el despojo del estaño no han sido
más que el ejercicio de un derecho natural de los países ricos.» Un derecho natural de
países ricos, vaya ironía, lo propio no es propio, es que siempre ha sido así, su desgracia ha
sido como se comentaba en otra oportunidad, haber sido rica, antes era la plata, ahora es el
estaño, más adelante ¿qué será? El agua tal vez… Galeano comenta en tono reflexivo y
crítico que «la hojalata - llevada a Estados Unidos y a través de esta nación importada a
todo el mundo- contiene estaño, y los mineros bolivianos mueren con los pulmones
podridos para que el mundo pueda consumir estaño barato. Media docena de hombres fija
su precio mundial.» Es que los bolivianos aparentemente no valen, y con ellos toda
Latinoamérica, es más, se sigue discutiendo en la actualidad aunque suene ilógico, si los
hombres de esta tierras tienen o no alma, o dignidad, aunque esto no se haga en forma
explícita, o intelectual, en cuanto a términos de producción y consumo se refiere esto se
nota a leguas, «aquí, el estaño es un dios de lata que reina sobre los hombres y las cosas, y
está presente en todas partes.» Y los bolivianos y junto con ellos toda Latinoamérica
siguen siendo mártires del estaño, que triste morir así, como un cachicamo, haciendo la
cueva pero solo pudiendo meter su cabeza en ella, y el resto del cuerpo afuera listo para ser
cazado. «La muerte lenta y callada constituye la especialidad de la mina. El vómito de
sangre, la tos, la sensación de un peso de plomo sobre la espalda y una aguda opresión en
el pecho son los signos que la anuncian.»

Consiguientemente resulta imprescindible hoy para cualquier nación el hidrocarburo


llamado Petróleo, y precisamente Latinoamérica se ha convertido en una fuente
aparentemente inagotable y además barata de este producto tan codiciado por las grandes
naciones de todo el mundo, Galeano lo define como «el principal combustible de cuantos
ponen en marcha al mundo contemporáneo, una materia prima de creciente importancia
para la industria química y el material estratégico primordial para las actividades
militares.» Es decir que sin petróleo no hay fuerzas armadas sólidas, sino hay fuerzas
armadas no hay seguridad, si no hay seguridad no hay soberanía. Sin embargo, el petróleo
es un gran negocio, más para unos que para otros, «con el petróleo ocurre, como ocurre
con el café o con la carne, que los países ricos ganan mucho más por tomarse el trabajo de
consumirlo, que los países pobres por producirlo. La diferencia es de diez a uno: de los
once dólares que cuestan los derivados de un barril de petróleo, los países exportadores de
la materia prima más importante del mundo reciben apenas un dólar.» Vaya paradoja, sin
duda alguna Cachicamo trabaja pa´ lapa.

Hablemos pues de la nación de América que posee la mayor producción y


exportación de petróleo, hablemos de Venezuela, comenta Galeano que de éste país
«proviene casi la mitad de las ganancias que los capitales norteamericanos sustraen a toda
América Latina. Este es uno de los países más ricos del planeta y, también, uno de los más
pobres y uno de los más violentos.» Ciertamente más ricos por sus tierras, pero más pobres
por su estilo de vida, de derroche y de comodidad, Venezuela es sin duda alguna «un centro
de la cultura del petróleo que prefiere el consumo a la creación y que multiplica las
necesidades artificiales para ocultar las reales» y mientras que unos disfrutan de los
beneficios del oro negro «en las laderas de los cerros, más de medio millón de olvidados
contempla, desde sus chozas armadas de basura, el derroche ajeno.» Venezuela tiene sin
duda una cantidad de riqueza tan enorme que esta sentencia que se va a afirmar a
continuación puede sonar aparatosa, Venezuela aún hoy no es consciente de tanta riqueza
que posee en sus manos «ningún país ha producido tanto al capitalismo mundial en tan
poco tiempo: Venezuela ha drenado una riqueza que, según Rangel, excede a la que los
españoles usurparon a Potosí o los ingleses a la India.» Mientras tanto ellos vienen (los
países que necesitan el petróleo como el agua para vivir) y hacen que sus riquezas se
multipliquen y nosotros le prestamos las tierras y trabajamos para ellos, y sin duda alguna
cachicamo trabaja pa´ lapa.

Para finalizar, Venezuela, Chile, Bolivia y toda Latinoamérica siempre serán vistas
como la prostituta, como el burro o como el cachicamo, como esas naciones que no son
capaces de aprovechar tantos recursos que su propia tierra les brinda, y esto no va a
cambiar hasta que no s reflexione sobre el hecho, por esta razón está en nuestra conciencia
formarnos bien, ser capaces de defender lo nuestro, no ser mediocres, ni idiotas, no ser
cachicamos, ni tampoco lapas, sino ser auténticos, obrar con justicia, no con venganza, sino
con la verdadera justicia, defendiendo la dignidad de nuestra gente, de nuestra América,
para que de una vez por todas dejemos de ser el cachicamo que trabaje pa´ la lapa.

¡América Latina es una caja de sorpresas; no se agota nunca la capacidad de asombro


de esta región torturada del mundo!

Jhoswerd Lugo
25.632.656.

P.D. Fr. Javier Rico, pido inmensamente disculpas por no haber entregado el ensayo el día
lunes, puesto que tuve un inconveniente con la impresión, espero su dispensa por este
hecho, trataré de que no vuelva a ocurrir, mientras tanto seguiré pensando y meditando en
mi papel intelectual y actoral para cambiar y luchar por mi América Latina.

A modo de comentario, en el pasado ensayo mi cedula la escribí mal, coloqué 26… en vez
de 25…, supongo que por esta razón no aparece mi nota del segundo ensayo, espero pueda
ayudarme con dicho inconveniente.

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