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150
Andres Caro
Ni Revoluvion Ni Nacion
Historia Politica y Cultural de Colombia I
VI Semestre

1810
NI REVOLUCIÓN
NINACIÓN

La Carreta
Editores E.U.

2010
Athehotúa Cruz, Adolfo León
181 O: ni revolución ni nación/ Adolfo LeónAtehortúa
Cruz-Editor César A. Hurtado O. -Medellín : La Carreta
Editores, 2010
112p. : il., mapas; 23 cm. -(La carreta histórica)
Incluye bibliografía. A Tomás,
ISBN 978-958-8427-37-9 regalo alegre ele la vida,
1. Colombia - Historia- 181 O2. Colombia- Condiciones nacido en la fecha del bicentenario
Socioeconómicas - 181 O3. Colombia - Política y gobierno, 181 O
del primer grito ele América
l. Hurtado Orozco, César A., ed. II. Tít. III. Serie.
en el país ele su abuela
986.03 cd 21 ed.
A1253687
C EP-Banco de la República-Biblioteca Luis ÁngelArango

ISBN: 978-958-8427-37-9
© 2010 Adolfo León Atehortúa Cruz
© 2010 La Carreta Editores E. U.

La Carreta Editores E.U.


Editor: César A. Hurtado Orozco
http://www.lacarretaeditores.com/
E-mail: lacarreta.ed@gmail.com; lacarreta@une.net.co
Teléfono: (57) 4 250 06 84.
Medellín, Colombia.

Primera edición: junio de 2010


Carátula: diseño de Álvaro Vélez
Ilustración: Museo de la Independencia, Bogotá. Tomada de
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Impreso y hecho en Colombia/ Printed and made in Colombia


por Impresos Marticolor, Medellín.

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el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler público.
Contenido

INTRODUCCIÓN.................................................................... 9

I. CONDICIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES EN LA NUEVA


GRANADA ....................................................................... 17

l. España: poderío y decadencia........................................................... 21


2. La Nueva Granada: economía y sociedad ....................................... 26

II. lQUÉ PASÓ EL 20 DE JULIO DE 1810? ................................. 43


l. Antecedentes ...................................................................................... 45
2. Juntas por doquier................................................................................ 48
3. La chispa que produce la hoguera..................................................... 50
4. Las gentes de la plaza .......................................................................... 53
5. Un estallido popular............................................................................. 54
6. El papel de los criollos.......................................................................... 59
7. La furia se desata ................................................................................. 66
8. ¿Por qué no obró el ejército?............................................................... 68
9. La Nueva Granada amenaza con incendiarse................................. 70
10. Cabildo extraordinario o Cabildo abierto.......................................... 74
11. La división de la tropa y el valor de las mujeres................................ 78
12. «Junta de notables» vs «Junta popular» ............................................. 81

CONCLUSIONES: NI REVOLUCIÓN, NI NACIÓN


LA INDEPENDENCIA POSTERGADA...................................... 87

BIBLIOGRAFÍA...................................................................... 103

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INTRODUCCIÓN
Colombia, como la gran mayoría de los países de América
Hispana, se dispone a celebrar el «Bicentenario de la
Independencia» en la fecha de su más trascendental grito.
Antes que en Santa Fe, lugares como Cartagena, Mompox,
Cali, Pamplona y Socorro desataron movimientos contra el
gobierno colonial del virreinato; pero era Santa Fe la capital y
por eso su levantamiento obtuvo la trascendencia histórica
que ninguno de los otros alcanzó.
El 20 de julio de 1810, como lo veremos en el cuerpo del
presente texto, tampoco proclamó la Independencia. A todas
luces, no fue esta la voluntad de los protagonistas del famoso
suceso del florero y así se consignó con claridad en el Acta
del respectivo Cabildo. Sin embargo, su importancia como
punto de partida de un proceso que llevó casi dos lustros, es
indiscutible. La relación del 20 de julio con la llamada
reconquista y la Guerra por la Independencia, se expresa en
una línea de continuidad directa.
No pocos de los gobiernos nacionales hispanoamericanos
han dispuesto la celebración del bicentenario con oficios
religiosos, ofrendas florales, desfiles de la fuerza pública con
exhibición de armamento, festivales gastronómicos, muestras
artísticas, juegos pirotécnicos, conciertos y espectáculos de
masas. Es aplicable a ello la crítica que Touraine hizo sobre la
celebración del segundo centenario de la Revolución
Francesa, confiado a los publicistas: los que promovían un

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retorno de las grandes causas y los grandes valores, los que lado de numerosos simposios y ciclos de conferencias. Aunque
querían volver a dar un sentido a la historia o identificar su es nítida la explosión de la independencia como fenómeno
país con ese sentido y con principios universales, se hispanoamericano y el carácter continental del proceso, las
manifestaron entonces como ideólogos retrasados frente a la celebraciones no lograron o no se propusieron concitar este
posición oficial de reducir lo que había sido un acontecimiento pretexto para promover la unidad por la que lucharon los
fundamental a un puro espectáculo, a un producto de la próceres o realizar siquiera festividades conjuntas que
cultura de masas, cuyo contenido es tan diverso y tan permitieran estrechar los lazos heredados de la historia. No
rápidamente renovado como los programas de .televisión hubo, siquiera, una cumbre de gobiernos hermanos.
(Touraine, 1994: 191). Los ensayos reunidos en este pequeño libro son un grano
En las celebraciones y actos gubernamentales con motivo de arena, entre muchos otros -aún más sólidos y fuertes-
del Bicentenario, prima el carácter conmemorativo, festivo, que intentan algo distinto con motivo del Bicentenario. Su
tradicional y mediático, por sobre la formación y la circulación propósito es soportado por dos interrogantes: Hue el
del conocimiento; la lectura en clave nacional por encima movimiento de 1810 una revolución? lNació allí la nación?
del tratamiento continental que los mismos episodios Las preguntas están al orden del día porque, a pesar de
emancipadores demuestran y declaran; las interpretaciones ingentes esfuerzos historiográficos, las respuestas positivas se
históricas' vacías, tradicionales, sin preguntas, frente a la ofrecen a menudo al público y, sobre todo, a maestros y
construcción de nuevas visiones, narrativas y relatos. Los estudiantes. Aunque las afirmaciones parecen simples y
significados de la historia, la memoria y la experiencia, parecen lógicas, subsisten errados conceptos y apreciaciones.
fracasar frente a las realidades de un consumo que se coloca Para algunos historiadores, la génesis de la emancipación
por encima de los seres humanos para arrebatarles el carácter se inscribe en la crisis española más que en la acción de los
de sujetos. Los bicentenarios serán grandes fiestas nacionales americanos (1808 a 1826) (Henao y Arrubla, 1911); en un
que culminarán al día siguiente. proceso más grande de cambio histórico que decide el retiro
Muchos interrogantes con respecto a la emancipación de de los europeos de la América continental entre 1776 y 1825
independencia seguirán sin resolverse. Ocupados los (Guerra, 1992), o en una perspectiva aún más larga que se
presupuestos en las celebraciones que exigía el consumo, se hace evidente con el rezago económico español y la debilidad
negó a la academia el apoyo necesario para adelantar militar con su derrota naval en la Guerra de los Siete Años
investigaciones esclarecedoras o para ampliar, al menos, el (Lynch, 1983). Nuestro trabajo, ligado a conclusiones más
conocimiento sobre los hechos cuyo aniversario es materia contemporáneas advierte que, si bien las situaciones de
de alborozo. Con gran esfuerzo, sin embargo, varias España y Europa fueron definitivas para la coyuntura, las
compilaciones y volúmenes de texto han sido publicados, al condiciones en América se acercaron también en forma

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concurrente. Por esa razón, sin plantear un determinismo de la «Junta Suprema» citando la importante participación
económico impensable, se ha considerado pertinente, como José Acevedo y Gómez o Camilo Torres Tenorio, mientras
primer paso, acercarse a las condiciones económicas y sociales un 5 por ciento adicional recordó a José María Carbonell o a
presentes en la Nueva Granada al momento de la Francisco José de Caldas. El 11 por ciento restante no supo
Independencia, lo que constituye el eje del primer ensayo. dar respuesta alguna o reconoció su desconocimiento u
En ese breve texto se analiza, en efecto, la evolución de «olvido» de los hechos.
España desde la época del descubrimiento hasta su Cuando los maestros, preocupados por los resultados de
decadencia y caída tras las reformas borbónicas. Así mismo, la prueba, preguntaron por un texto sencillo y breve que
se estudia el carácter de la economía en la Nueva Granada y explicara con lenguaje ameno el desarrollo de los hechos en
se establecen las razones por las cuales la unidad nacional o esa fecha histórica, la bibliografía se quedó corta: Arturo
la construcción de nación no estuvieron presentes en las Abella ( 1964), con la salvedad de sus limitan tes ideológicos e
dinámicas del 20 de julio de 181 O. historiográficos, Indalecio Liévano (1972) bastante completo
Las luces que ofrece el primer ensayo sobre las condiciones pero con apreciaciones cuestionables, y otros más recientes
sociales traspasan al segundo escrito, dedicado a los sucesos como Rigoberto Rueda (2009), quien no sigue, sin embargo,
del 20 de julio. Se puede objetar, probablemente, su escritura una cronología detallada de los sucesos. Algunos más parecen
en clave nacional y su especificidad descriptiva. Sin embargo, extensos o demasiado profundos y tal vez no brinden lo que
su estructura y contenido resultaron obligatorios por dos los maestros buscan. Las recomendaciones siguientes
motivos. Uno, el escaso conocimiento que increíblemente volvieron a las narraciones clásicas: Caldas ( 1996) y el propio
existe en tomo a lo ocurrido el 20 de julio. Diversas entrevistas Acevedo y Gómez (En, Ortega, 1960). Los manuales no se
realizadas por el autor, durante el año 2008, en colegios ocupan en detalle del asunto y los textos escolares se quedan
públicos distritales y en privados de diferente estrato, en la generalidad. Como conclusión, se pensó en un texto
constataron que, en términos generales, el conocimiento que pudiera llenar la expectativa.
escolar más difundido sobre el grito de la independencia En segundo lugar, el carácter descriptivo del ensayo sobre
refiere simplemente la disputa por un florero. Poco menos del el 20 de julio posee otra motivación: solo es posible recalcar la
58 por ciento de los entrevistados advirtió esta respuesta y inexistencia de una revolución como objetivo y logro de ese
solo un 16 por ciento identificó a sus actores principales. El movimiento, cuando se sigue palmo a palmo su desenlace,
conocimiento demostró ser fraccionado y elemental. Solo cuando se develan sus actores, se desentrañan los conflictos
algunos pocos identificaron el lugar del hecho y relataron y se ponen al desnudo las restricciones y ambigüedades del
pormenores de las circunstancias. Un 1O por ciento de los liderazgo criollo, los imaginarios y los embrionarios significados
entrevistados se refirió al «Cabildo Abierto» y a la creación que iluminaron los hechos. De modo que este aspecto, ligado

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a la necesidad de «volver al acontecimiento» y sus detalles
para extraer de allí los anagramas que permitan responder
los interrogantes formulados y comprender las hipótesis
construidas sobre ellos, orientó las respuestas frente a lo
acaecido el 20 de julio de 1810.
Al final, las conclusiones pretenden aportar respuestas
concretas a las preguntas arriba formuladas: LRevolución y
nación el 20 de julio de 1810?

CONDICIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES


EN LA NUEVA GRANADA
ALA VÍSPERADELAÑO 1810

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El Virreinato de Nueva Granada, llamado también
reinato de Santa Fe o Virreinato del Nuevo Reino de
anada, fue una división administrativa territorial
tablecida por la Corona española como resultado de su
ominio en América. Creado por primera vez mediante
édula Real por Felipe V en 171 7 y suspendido siete años
espués por problemas financieros, el Virreinato fue
estaurado en 1739, fecha desde la cual permaneció con
iversas modificaciones en sus límites hasta 1810, cuando la
revolución independentista lo sepultó en ruptura con el
,Imperio español. Reconquistado en 1815, fue nuevamente
restaurado hasta 1819 cuando la Batalla de Boyacá selló su
definitiva independencia.
El Virreinato comprendió las Reales Audiencias de Santa
Fe de Bogotá, Panamá, y Quito, y parte del posterior territorio
de la Capitanía General de Venezuela. Puesto en términos
actuales, formaron parte del Virreinato las Repúblicas de
Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela, además de regiones
del norte del Perú y Brasil, el oeste de Guyana y la costa
Mosquitia de Nicaragua, que le fue anexada en 1803. Como
capital, desde un principio, le fue asignada la ciudad de Santa
Fe (Maqueda, 2007).
En 1811, al iniciarse el proceso de Independencia, la
Audiencia de Santa Fe pasó a formar las «Provincias Unidas
de la Nueva Granada» y, finalmente, lo que hoy son Colombia,

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énezuela y Ecuad9r formaron la Gran Colombia. Sin
bargo, disuelta la unión en 1830, tras la muerte de Bolívar,
constituyó la República de la Nueva Granada con capital
nta Fe de Bogotá.
El presente capítulo, aunque emplea en forma
discriminada el término «Nueva Granada», hace referencia
. specífica al Distrito de Santa Fe, es decir, al territorio de lo
·. ue es hoy la República de Colombia. Su propósito, en términos
¿generales, intenta mostrar las condiciones económicas y
sociales que caracterizaban esta entidad geográfica al
momento de la revolución de independencia, antecedida por
: una breve descripción del Imperio Español durante su dominio
colonial.

Mapa histórico del Nuevo Reino de Granada, 1717

España: poderío y decadencia

La América que hoy se expresa en el lenguaje hispano,


como sabemos, fue ocupada y sojuzgada por España a partir
de 1492. Tras la huella de Colón, aventureros y conquistadores
se lanzaron a la empresa del sometimiento en busca de
beneficios y riquezas. Previamente, el reino de España había
surgido como producto de la unión matrimonial entre los
soberanos católicos de Castilla y Aragón, quienes lograron
con su fuerza la conquista de Granada y la expulsión definitiva
de los moros. «España vivía una crisis social que fue la fuerza
motriz de sus guerras en Europa y el acicate para las
exploraciones y descubrimientos» (Friede, 1980: 70).
Virreinato de la Nueva Granada en 181 O

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Con el arribo al Nuevo Mundo y a diferencia de Inglaterra, tiempo, en el continente indígena, España repartió mercedes,
el imperio español no pudo levantarse sobre cimientos vendió títulos nobiliarios y cargos públicos, legalizó tierras
capitalistas. España carecía de industria y la población ilegalmente adquiridas, construyó privilegios e instauró sobre
adinerada no tenía todavía la capacidad suficiente para los aborígenes un sistema basado en relaciones tributarias y
absorber a plenitud los botines extraídos de América. El de servidumbre que pronto compartió con una esclavitud
monopolio de la Corona, ligado al sistema impositivo del Estado inclemente sobre población negra extraída en forma violenta
permitió su lucro, solventó los gastos de la corte y brindó de África.
expensas militares a la metrópoli, pero no indujo su propio De esta manera, el poderío español se levantó sobre
desarrollo y menos aún el de sus colonias. estructuras aún señoriales que en su edad dorada le
La expulsión de los judíos y de los musulmanes, así como permitieron disputar amplios lugares en el escenario de
el establecimiento de la Inquisición y el oro que empezó a Europa. Sin embargo, en menos de dos siglos, ese mismo
brotar por borbotones desde el nuevo continente, poderío no pudo imprimir sobre la monarquía los cambios
fortalecieron la monarquía pero no le permitieron capitalizar institucionales necesarios para el desarrollo del capitalismo y,
en exclusivo provecho las iniciales consecuencias de los por el contrario, debilitó al extremo el poder de la naciente
descubrimientos geográficos: el intenso desarrollo del burguesía para forjar el derrumbe que la dinastía de los
comercio y la industria, los cambios en la organización del Austrias se encargó de acelerar.
crédito y la revolución de los precios. Por el contrario, el auge La organización del imperio giró en torno a la ilusoria
del oro y del comercio se extendió por toda Europa y favoreció, riqueza que brindaban los metales extraídos de América con
en muchas ocasiones, a los enemigos de la península ibérica. sangre y látigo; no se auspició el crecimiento productivo ni se
España se convirtió, claro está, en una potencia colonial. planeó el mercado. El sistema mercantil implantado amplió
Aunque no pudo promover el desarrollo de manufacturas ni la circulación de metales y productos pero no transformó las
avivar la expansión de empresas mercantiles en su propio maneras de producir en la metrópoli ni en las colonias. Desde
territorio, construyó mediante subasta una nueva casta de el gobierno de Felipe II, la decadencia económica de España
funcionarios públicos que adquirió poderes superiores a las era insoslayable. El Estado monopolizó las actividades
Cortes y reemplazó a la vieja aristocracia con el absolutismo. comerciales y despilfarró los excedentes económicos en
Basada· en la hegemonía de una burocracia civil y militar inversiones suntuarias o en guerras sin victorias; propició la
alineada con la Iglesia, la Corona española impulsó las 'casas inflación y le quitó incentivos a la producción con los
de contratación' en su territorio y los 'consulados' en América gravámenes. Como consecuencia, floreció el contrabando, se
para implantar el sistema con el cual garantizó su monopolio amplió la piratería, se empobrecieron las ciudades y se
y obtuvo un importante excedente de metales. Al mismo extendió la ruina. El oro y la plata que cruzaba por torrentes

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el océano Atlántico procedente de los vastos territorios Detrás de la modernización se propuso, así mismo, la
coloniales, pasó raudo por España con destino a las economías ímplementación de políticas de fomento y la tecnificación de
europeas ilustradas con que el reino comerciaba (Elliot, 1970: minería, una mejor distribución de la tierra, generalización
63). Si el imperio de España en América fue la perdición de de la educación y mayor difusión de las ciencias prácticas y
su propia economía, la estructura del imperio en la península los conocimientos técnicos. Con respecto al control social,
fue la ruina de su Estado (Anderson, 1982: 69). Inglaterra y fas reformas impulsaron la constitución de nuevos virreinatos,
Holanda, apoyadas en su pujanza económica contribuyeron, la creación del sistema de intendencias con un esquema de
por otra parte, a socavar paulatinamente las bases militares y división territorial similar al francés, ya instaurado en la España
económicas del Imperio español de ultramar, cortaron su peninsular, y la eliminación del consulado de comerciantes.
expansión hacia el resto de Europa y apresuraron su derrumbe Dichas medidas buscaron unificar la administración y confinar
(Kalmanovitz, 2008: 11). la participación de los criollos en la alta burocracia 1•
Las reformas borbónicas no pudieron detener tampoco la Aunque las reformas lograron ampliar la base de
hecatombe. Conscientes de que el renacimiento de España recaudación impositiva a favor de la Corona, reducir el poder
pasaba por un mejor control de las colonias, los borbones de los criollos e incrementar la intervención directa de la
impulsaron el estudio de sus condiciones para promover burocracia chapetona sobre la vida económica y social de las
transformaciones económicas, ordenar la administración y · colonias, su aplicación desmedida aceleró el descontento de
mejorar la extracción de recursos. Tras este propósito, el las élites locales, provocó levantamientos populares e impulsó
reinado de Carlos III se impuso la centralización extrema en el proceso de emancipación cuando, en medio de sus crisis
beneficio de la Corona, lo cual se tradujo en nuevas medidas internas, España fue ocupada por Napoleón. En 1810, al
impositivas y eficientes mecanismos de recaudo para iniciarse la lucha independentista, el monopolio comercial que
garantizar el crecimiento de las arcas estatales (Alzate, 2009: reivindicara España en sus posesiones americanas se había
34). debilitado y resquebrajado por completo (Konetzke, 1982:
274). Los criollos, al mismo tiempo, habían madurado sus
Las reformas abarcaron, igualmente, el control del Estado
concepciones y estaban mejor preparados para el ejercicio del
sobre los monopolios más rentables, la supresión de los
gobierno. Para España, la suerte estaba echada.
resguardos, la eliminación de ciertos privilegios de la iglesia
para afirmar el poder secular sobre el religioso, diversos
cambios en la producción de bienes, la ampliación del
comercio, la liberación de puertos y medidas para fortalecer
los aparatos militares que, entre otras decisiones, permitió a l. De 170 virreyes que hubo en el Nuevo Mundo, solo 4 fueron
criollos. De 602 mandatarios, presidentes, gobernadores y capitanes
los criollos ingresar a la oficialidad del ejército y las milicias.
generales, tan solo 14 fueron americanos (Olivos, 1999: 20-21).

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2. La Nueva Granada: economía y sociedad ~1610. Tras un exten~o período de depresión y crisis a lo largo
el siglo XVII, la producción en los distritos de Nóvita, Citará y
I Raposo recuperó el brillo de la minería. Por consiguiente, la
2.1 Economía del oro y economía de islas explotación del oro se desplazó por diversas regiones del Nuevo
Reino con procesos de trabajo diversos y escenarios cambiantes.
ha movilidad, según Colmenares, «produjo como resultado
La economía de los territorios que comprende que en diferentes épocas la riqueza, y con ella el acceso a un
hoy Colombia fue, durante la Colonia, una 'economía de islas'. fuundo exterior, se concentrara en regiones aisladas unas de
Es cierto que primó la explotación del oro y que gruesa parte (')tras» (Colmenares, 1980: 125).
de la renta en la Nueva Granada tuvo como sustento la
En el curso del siglo XVIII y antes de la independencia,
explotación de este metal: Europa necesitaba minerales
.Popayán y su provincia alcanzaron un auge económico sin
amonedables para mantener el ritmo de los precios y estimular
tecedentes, gracias al provecho de los yacimientos auríferos y
la producción; pero, aún así, no fue el oro un producto
la formación de haciendas en función de un mercado para
exclusivo ni excluyente. A su lado, débiles, fallidos o
s productos en torno a las minas. A partir de la explotación
ligeramente exitosos, lucharon por surgir otros tipos de riqueza
el Chocó, el Cauca alcanzó paulatinamente un equilibrio
que privilegiaron productos y sistemas de explotación o
nsiderable entre la producción minera y sus abastecimientos
inserción comercial diferentes. En criterio de Colmenares,
";grícolas, así como también condiciones favorables para la mano
sin menospreciar la importancia del oro, se construyó en la
.•. e obra esclava, dada la posibilidad de intercambio entre la
Nueva Granada la expresión de un régimen colonial cuyo
fuina y un trabajo más liviano, de descanso o reposición de fuerza
propósito central se basaba, ante todo, en la canalización de
n las haciendas. No obstante, el conjunto productivo de esta
ganancias comerciales en favor de una metrópoli (1982: 243).
onomía era aún simple. Aunque el consumo regional se cubría
La explotación y producción del oro, por otra parte, no aplicó in la provincia y cobijaba las minas de Almaguer y Caloto, las
procesos uniformes, no se desarrolló bajo un marco territorial tonas mineras de Chocó y Pasto permanecieron
exclusivo, ni estuvo sometida a una administración centralizada. omercialmente aisladas de las villas y ciudades principales,
En un primer momento, la abundante mano de obra indígena mientras en Chocó ni siquiera fue posible la construcción de
favoreció la explotación acelerada en los distritos mineros ~e,ntros urbanos o el traslado y residencia de los 'señores de
cercanos a Popayán, Cartago, Arma, Anserma, Pamplona y ~uadrilla' (Colmenares, 1997A: 296yss. y 1997B: 121 yss.).
Remedios. Posteriormente, con los hallazgos en San Jerónimo,
Es cierto que algunas mercancías extranjeras se
Cáceres y Zaragoza, se inició la introducción de esclavos con
sintrodujeron por el Atrato al Cauca, pero, en sentido inverso,
un ciclo de producción que alcanzó su tope máximo entre 1590
fas vías de comunicación recogían ante todo el flujo del oro y el

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tránsito de mulas con carne salada y productos agrícolas ínfimos también que el alcance obtenido estaba demasiado lejos de
para la subsistencia de los esclavos y de algunos mineros erí un carácter construct6r de nacionalidad y próspero en materia
Maimato y Antioquia. De Popayán a Santa Fe, solo la cera de financiera. En las postrimerías coloniales, Carlos III intentó
laurel fue reclamada como elemento de mercado. una ampliación y liberalización del tráfico entre España y el
A finales del siglo XVI y principios del XVII, los yacimientos Nuevo Reino con nuevas medidas que culminaron en el
de Antioquia ostentaron el mayor rendimiento obtenido en Reglamento de libre comercio expedido en 1778. Pero, pese a
toda la Colonia. Pero una vez exánimes los filones más ello, los historiadores coinciden en señalar sus débiles efectos
superficiales, se inició hacia 1630 una crisis que afectó a todo como una sencilla preparación para el intercambio que habría
el Reino con escasez de capitales y mano de obra. Al término de nacer décadas después de la Independencia.
del siglo XVIII, la explotación pasó a manos de una pequeña y Es más, en repetidas ocasiones, la rentabilidad de las minas
mediana minería independiente con una explotación aurífera se colocó en tela de juicio al término del siglo XVIII y principios
dispersa y de rescate. Persistió, sin embargo, una dificultad del XIX. Según Pedro Fermín de Vargas, no eran pocos los
no despreciable: desde los primeros tiempos, Antioquia no mineros que continuaban en la producción por simple obsesión
logró construir una infraestructura agropecuaria y con vanas esperanzas. Queja oportunista, a veces, reflejaba
autosuficiente. Mon y Velarde, visitador colonial de la en otras la cruda realidad. De no ser por la exportación ilegal
provincia en 1785, impulsó una reforma agraria para fomentar -es la hipótesis de algunos estudios- la actividad minera
la agricultura y disminuir el costo de la subsistencia en los habría desaparecido, conforme fracasaron los intentos de Juan
distritos mineros. Todavía en el siglo XIX, José Manuel Restrepo ·José D'Eluyar por reconstruir la producción argentífera en
se quejaba por el consumo de cacao, cerdos y mulas Mariquita (De Vargas, 1968: 8).
procedentes del valle de Buga. Argumentaba con tristeza que, En cualquier caso, hay que evitar las exageraciones. Es
por esa vía, Antioquia obsequiaba las riquezas de sus minas 2• verdad que el oro posibilitó el nacimiento de un comercio
Con todo, gracias a la explotación aurífera y su interno y cierto nivel de desarrollo artesanal y agropecuario.
contrabando, comerciantes y mineros (caucanos y Es cierto, igualmente, que el comercio se convirtió en una
antioqueños principalmente), cosecharon los recursos iniciales ,actividad integradora del territorio colonial que permitió el
para liderar económica y políticamente el siglo XIX. El comercio desplazamiento de riquezas, impulsó la minería, fortaleció a
externo, vía expedita para la inversión del oro que burlaba los las haciendas y dinamizó el contrabando. Pero una cosa fue el
quintos reales, propició las fortunas más sólidas. Pero es cierto comercio inicial con la metrópoli que drenó excedentes
2. José Manuel Restrepo, «Ensayo sobre la geografía,
productivos y oxigenó la acumulación de dinero, y otra bien
producciones, industria y población de la Provincia de Antioquia en distinta aquella actividad comercial que intentó desarrollarse
el Nuevo Reyno de Granada», en Semanario del Nuevo Reyno de al interior de las colonias. En este sentido, no deben olvidarse
Granada, Nos. 6 al 12. Bogotá, febrero 12 a marzo 26 de 1809.

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los rudos golpes que el comercio local sufrió con la penetración importante presencia en los mercados urbanos y surtieron con
de productos extranjeros en diferentes épocas, como' éxito la manutención en las minas; otros más, con motivo de
consecuencia indirecta del florecimiento aurífero. Como las reformas borbónicas, ganaron terrenos en la exportación
0 en el incipiente comercio intercolonial. Pero, con todo, su
quiera que el oro fuera moneda y mercancía de exportación
al mismo tiempo, cada región estableció su uso de la manera crecimiento fue moderado y la cantidad de tierra
más conveniente. A título de ejemplo, la élite antioqueña económicamente utilizada continuó baja (Tovar, 1980: 36).
adquiría el oro de productores independientes a cambio de Salvo el nivel rentable alcanzado por las haciendas jesuitas,
plata. Pero, a pesar de ser aquel el circulante interno, los los historiadores atribuyen los grandes limitantes de las
santafereños preferían un comercio con base en el oro y no haciendas y la producción agropecuaria en los siglos XVIII y
en la plata. Con esta lógica, la plata poseía mayor valor en XIX, al carácter regional del comercio sobre lo producido, a la
Antioquia que en Santa Fe, aunque muy escaso en la Costa, debilidad del capital propietario, a los «censos», a las
donde las transacciones se realizaban con oro. En ciertos dificultades topográficas y del transporte, a la escasa inversión
momentos, además, algunas haciendas, especialmente las de tecnológica y a las cargas fiscales y obstáculos coloniales3 •
tierras bajas y medias, eliminaron casi por completo la En realidad, no pocos productos y esquemas de comercio
circulación monetaria en sus regiones, al pagar con vales fueron ante todo regionales. La Costa atlántica, cuya
redimibles en sus propias tiendas (Kalmanovitz, 1985: 54). producción giraba alrededor de la gran hacienda, entregaba
Aunque la hacienda constituyó la más importante pieza de al comercio ganado y caña de azúcar para la fabricación de
la estructura social granadina, al lado y servicio del oro, no lo fue mieles y aguardiente. Su mercado, como ocurría con el cacao,
de su economía. Más que en la tecnología, los hacendados el maíz, la yuca y el plátano, era de carácter estrictamente
prefirieron invertir en esclavos sin vislumbrar nunca el nivel provincial. Sólo en determinadas ocasiones, algunos
alcanzado por las plantaciones en Venezuela o las Antillas. Entre productos, sebos, cueros y ganado, se enviaron al Chocó. El
otras cosas, porque la presencia de esclavos en las haciendas era algodón, el palo brasil y el carey se exportaban a España y las
consecuencia de la relación de éstas con el abastecimiento islas inglesas, a donde también se enviaban esporádicamente
minero. Al término de la Colonia, Pedro Fermín de Vargas advirtió mulas y caballos.
igualmente el desconocimiento del arado de hierro y de las La sabana de Santa Fe de Bogotá era productora de
técnicas de siembra, abono y riego en muchos parajes provinciales, ganado, papa y trigo para el consumo propio y el mercado con
sustituidos por un «inmenso trabajo corporal» (1968: 8). Tunja. La harina de trigo, único producto que había logrado
Si bien la hacienda colonial obtuvo mejores dividendos
que ciertos latifundios del siglo XIX, la rentabilidad alcanzada 3. Acerca de las haciendas y la agricultura en la época aludida,
son obras básicas las siguientes: Colmenares, 1983 y 1997; González,
no fue absoluta. Algunos géneros agrícolas lograron
1977; Fals, 1979 y Tovar, 1980.

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ubicarse en el comercio por el Magdalena, fracasó gracias a La extracción de frutos no merece referirse; la cantidad de
un acuerdo entre la Corona española e Inglaterra que lé ellos salidos por nuestros puertos sólo sirve para probar el
permitía a esta última el monopolio del comercio de esclavos, vergonzoso atraso de todos los ramos de agricultura e industria
tras el cual se escondió el contrabando de harinas y otras de este Reino. En el día no debe admirar tanto, porque se
mercancías por Cartagena. puede estimar como consecuencia de la guerra; pero en los
centenares de años que han pasado después de su
De acuerdo con un informe enviado por los oficiales de la descubrimiento(. .. ) no merece disculpa su criminal abandono,
Dirección General de Rentas de Cartagena en 1795, la zona sea de quien fuere la culpa, bien de la general desidia de los
del Socorro era sin duda aquella que más relaciones habitantes o del descuido de los jefes que nos han precedido, a
comerciales tenía establecidas con el interior del virreinato. quienes no puedo menos de atribuir la parte principal. .. 5.
La villa del Socorro remitía «a todo el reino algodones en rama Finalmente, para ser consecuentes con el vasto territorio
con pepita y sin ella, lienzos, paños de manos, colchas y otras que comprende hoy Colombia, debe decirse con respecto a
piezas útiles». Algo similar ocurría con el tabaco producido San Andrés y Providencia que solo inició su poblamiento
en Girón y San Gil, cuyo comercio ilícito intentó controlar la definitivo en las primeras décadas del siglo XVIII con elementos
Corona estableciendo el estanco en 1766. Las mieles, anglófonos procedentes de Jamaica, algunos escoceses e
convertidas en azúcar, panela y aguardiente, «hacían giro a irlandeses. Sus actividades económicas comprendían el corte
Santa Fe y alguna parte a Cartagena», lo mismo que el cacao y exportación de maderas, plantación de algodón y coco,
de Pamplona y Cúcuta, rumbo a Maracaibo, San Bartolomé y pesca, explotación de tortuga, comercio y contrabando. No
también Cartagena Qaramillo, 1987: 74) 4• obstante, su integración a la parte continental de lo que hoy
En general, las reformas borbónicas no alcanzaron tampoco es Colombia fue mucho más difícil. Aunque el arzobispo~virrey
el desarrollo económico ni la transformación social con que Caballero y Góngora concedió en 1788 un permiso especial
fueron anunciadas. En la última Relación de Mando, fechada para que los sanandresanos pudieran vender sus frutos en
en 1818 por el Virrey Francisco de Montalvo, se expresa Cartagena de Indias 6 y evitar así el comercio ilegal con
acerca de la producción agrícola: Jamaica, las transacciones fueron realmente pocas y los isleños
.. siguieron sometidos a la consideración como extranjeros.

4. No obstante, es preciso subrayar el carácter limitado de los Durante la breve ocupación del inglés John Bligh, en 1806,
intercambios y comercios regionales atrás expuestos. Tal como lo los Sanandresanos no tuvieron inconveniente alguno en recibirlo
evidencia Germán Colmenares al analizar las cuentas de los productos
que pasaron por Honda entre 1773 y 1775, «este comercio no 5. Reproducido por Posada e Ibáñez, 1910.
representaba gran cosa» si se comparaba con la producción en sus 6. Archivo Nacional de Colombia (ANC) Colonia. Miscelánea,
puntos de origen y el consumo en sus lugares de mercado T.101, f. 182. Licencia de Comercio y Navegación concedida por el
(Colmenares, 1997A: 389 y ss.). arzobispo virrey a los habitantes de San Andrés.

32 33
con signos de alborozo y declararse vasallos del gobierno En Antioquia, salvo la penetración original en el Cerro de
británico. La oposición de la Corona española al comercio de ' Buriticá, floreció en'' cambio una minería libre practicada
las Islas con la Costa Mosquitia y sus congéneres del Caribe, sobre el 'oro corrido' en ríos y quebradas o sobre minas de
ocasionaba una oposición agravada por la ausencia de tajo abierto y extracción fácil a golpes de azada. De hecho,
alternativas diferentes, la lengua inglesa y las creencias los criollos de Antioquia, forzados por el tipo de explotación
protestantes. aurífera vinculada al «mazamorreo», a los «aventaderos» y
al rescate en río, aunque no olvidaron su «pureza de sangre»,
no vacilaron en plantear una relación horizontal y cercana
con pequeños mineros mestizos, negros y mulatos. La
2. 2 Heterogeneidad en lo social
esclavitud no era rentable y los levantamientos, dada la
alternativa que los manumisos tenían a la vista, se hicieron
A la diversidad productiva correspondió, desde luego, una repetidos.
heterogeneidad en lo social. Con respecto al oro, por ejemplo, Las prácticas integradoras arrojaron, para los criollos
debe empezarse con una aclaración: existen en la explotación antioqueños, mejores resultados que el modelo oprobioso,
aurífera dos tipos de minas, de veta o filón y de aluvión o jerárquico y vertical aplicado en el Cauca, propiciado a su
«placer». En las primeras, el mineral rellena grietas o líneas vez por una minería que, como el trapiche en las haciendas,
de fractura a las cuales se llega construyendo socavones y exigía el empleo crudo de la fuerza. Algo similar ocurrió con
galerías por pozos verticales, a través de rampas o a media los contactos que en ocasiones trabaron los criollos
ladera, según la profundidad del yacimiento. El procedimiento hacendados con los negros cimarrones y sus palenques.
de extracción es complicado y el lavado o separación entre Antioquia fue el área excepcional en la que se hizo posible la
metal y rocas es lento. En las segundas, el mineral se encuentra movilidad social; no solo a través de la minería, sino incluso
en los playones de los ríos o a flor de tierra en la montaña y gracias al comercio. Medellín, fundada tardíamente en 1675,
precisa tan solo excavaciones a cielo descubierto con menor se convirtió en punto nodal para el abastecimiento de las
exigencia tecnológica. minas y centro general de la región donde las relaciones de
Aunque las minas de aluvión o «placer» fueron preferidas trabajo empezaron a admitir la autonomía entre los
en tiempos coloniales, las de veta o filón no se abandonaron contratantes 7• Así las cosas, mientras en Popayán se castigaba
por completo. En el caso caucano, ambos tipos de mina fueron con látigo al negro que osaba entrar a las iglesias de los blancos,
sometidos por cuadrillas de esclavos cuando el trabajo en Antioquia se liberaba constantemente a los esclavos.
indígena comenzó a faltar o lo exigió la hacienda. Entre las Santa Fe de Bogotá, sede que fue de la Administración
minas de veta sobresalieron, precisamente, las de Anserma, Colonial, de la Casa de Moneda, de la Real Audiencia y del
Cartago (Marmato y Quiebralomo), Popayán y Almaguer.

34 35
Arzobispado, cultivó como el Cauca relaciones y prácticas Humboldt, «los desdichados habitantes de estos desiertos no
sociales diferenciales. En buena medida, Bogotá fue el centro' tenían otro alimentoque las papas» (1970: 21) Económica,
de acopio y distribución del oro, la plata y las mercancías social y culturalmente, cada una de estas regiones recibió,
nacionales y extranjeras, a cargo de una aristocracia que no por su lado, el influjo de Maracaibo y Quito.
alcanzó tampoco los niveles de riqueza que muchos le
suponen. Cubierta por profesionales, extranjeros, empleados, La costa atlántica se constituyó en el escenario predilecto
y lógico del comercio con el exterior. Durante la Colonia, nadie
talleres y chicherías; rodeada en ocasiones por otros sistemas
productivos en sus haciendas boyacenses y receptora directa disputó a Cartagena el monopolio sobre el comercio marítimo.
de la dominación española, la casta de los criollos santafereños Debido a su ubicación estratégica fue centro comercial,
se hizo sui~generis entre sus iguales. militar, eclesiástico y administrativo de primer orden, y cuna
de una aristocracia ocupada en la trata de esclavos. Con
Las regiones del Socorro y sus proximidades, el oriente de Santa Marta y la Guajira, pasó a ser luego el punto de acceso
Boyacá y Pasto, fueron más conocidas por su producción para las mercaderías procedentes de Inglaterra, Francia y
artesanal, aunque en Tunja, Villa de Leyva y Vélez, como en Holanda principalmente. Si bien el patrón de ocupación fue
Santa Fe, empezaron a formarse estancias que evolucionaron diferente, la distribución de la tierra, como sucedió en el Cauca,
en algunos casos al nivel de hacienda y permitieron a su cobijó a pocos propietarios con grandes latifundios. La situación
alrededor propietarios medianos, simples labradores o no era semejante en Tunja, Bogotá o Cali, en cuyas
artesanos para la atención de necesidades domésticas. En los inmediaciones se instalaron pequeños agricultores o agregados
tiempos coloniales la labor artesanal fue hasta cierto punto con rozas y ganado, y muy opuesta en Pasto, en el Socorro o
protegida y se intentó con ella la creación de obrajes. No Antioquia donde, según Ann Twinan, existía un concepto
obstante, su demanda no llegó a cubrir todos los sectores «atípico» sobre la propiedad de la tierra (Twinam, 1985).
regionales. Grupos de la elite criolla preferían los géneros de
Por su posición estratégica a orillas del Magdalena,
Inglaterra y las mercancías importadas.
Mompox fue el centro natural para el mercado de los
La manufactura del interior surtió a los grupos sociales de productos criollos en el norte, para las actividades
inferior nivel económico. Si bien el vecindario santandereano exportadoras de las haciendas costeñas y para la distribución
pudo concentrarse en torno a los poblados y mantener un de mercancías legalmente importadas o de contrabando, en
comercio activo con Tunja y Bogotá, el artesanado del sur del el interior del país. Por cierto, los asientos de la trata negrera
país no logró salir de su condición más miserable. Según que la Corona española otorgó a Portugal, Francia e Inglaterra
sucesivamente, permitieron la introducción ilícita y periódica
de mercancías. En estas condiciones, punto de contacto y
7. Al respecto, el texto de López (1970), es pionero en
argumentar tales condiciones.
cruce obligado en la relación de diversos sectores, la costa

36 37
terminó rompiendo el modelo vertical de los tiempos exacto, el cómputo obedecía a conjeturas construidas con
coloniales, sin llegar a plantear, empero, un tipo de relación base en informaciones de los suscriptores de su Semanario.
como el antioqueño o el santandereano. Sin embargo, dicho cálculo no estaba lejos de la realidad. El
censo practicado por el arzobispo virrey Caballero y Góngora
En cada una de las regiones, los patrones de ocupación de
en 1782 encontró 1.046.000 habitantes, en tanto el censo
la tierra y el proceso constitutivo de la hacienda fueron ordenado por el General Santander en 1825 contó un total
materia de diversidad, como lo fueron los procesos y de 1.3 2 7.000 habitantes. Si se tienen en cuenta las
relaciones de trabajo en todo orden. Según Ospina Vásquez, dificultades y calamidades propias de la guerra, el
«había una especialización regional bastante marcada» (1974: desplazamiento de los ejércitos y la huída de españoles, la cifra
59). A excepción del Cauca y de algunas haciendas bogotanas, de Caldas podría tomarse como cierta.
los propietarios eran ausentistas. Se emplearon
diferencialmente esclavos o mano de obra indígena, concierto El Nuevo Reino de Granada se hallaba compuesto por dos
forzoso o voluntario, servidumbre o peonaje libre y asalariado, distritos: Santa Fe y Quito. El primero de ellos se dividía en
aparcería o terraje. En algunas zonas del Cauca y cerca a Pasto provincias: Santa Fe, Cartagena, Santa Marta, Riohacha,
se instalaron terrazgueros que laboraban gratis para los Panamá, Veraguas, Popayán, Antioquia y Chocó, así como en
hacendados aledaños en determinadas épocas del año. Otras los corregimientos de Tunja, Socorro, Pamplona, Casanare,
haciendas emplearon arrendatarios fijos o asentados, cuya Mariquita y Neiva.
atadura a la tierra se lograba por coerción o endeudamiento. La ciudad de Santa Fe concentraba las actividades del
ejercicio formal de autoridad, ya que en ella tenían asiento
los superiores tribunales de política, justicia y hacienda, así
~como la más alta jerarquía eclesiástica. Allí se concentró,
2.3 Población y regiones separadas por la igualmente, la labor educativa y cultural que permitió la
geografía preparación intelectual de la elite granadina. Todo ello,
argumenta un historiador, «a pesar de que tales formas de
monopolio centralista se dieran en un contexto de dispersión
La Nueva Granada, según los cálculos de Humboldt, regional, de acentuada incomunicación y de geografía
comprendía 58.300 leguas cuadradas8 • Su población, en 181 O, abrupta y montaraz, hasta el punto de generar ese espíritu
fue estimada por Caldas en 1.400.000 habitantes distribuidos gionalista y autonomista que se reconoce durante todo el
de la siguiente manera: blancos, 877 mil; indígenas, 313 mil; anscurso de la sociedad colonial y que, bajo condiciones
pardos 140 mil, y esclavos 70 mil9 • Antes que a un censo

8. Citado por Restrepo, 1969: vol. 1, 18. 9. Ibíd, 19.

39
38
diferentes, reaparecerá con tanta fuerza en el siglo XIX» (Silva, Humboldt empleó 17 días en cruzar los Andes. Sus botas
1988: 28). terminaron deshechas sobre la piel y arribó a Cartago «con
En efecto, la comunicación entre las provincias y los los pies desnudos y sangrantes». Los bueyes penosamente
corregimientos no era la más expedita. El abrupto trazado de transitaban estas galerías andinas, pero al toparse con ellos
caminos o la ausencia de eficaces vías de comunicación y por desgracia en el centro de los barrancos, era necesario
medios de transporte lo impedían. Los carruajes de rueda eran «desandar el camino recorrido o subirse a los bordes de la
un artículo de lujo que solo se utilizaba por los privilegiados grieta sujetándose a las raíces». Igualmente, «la persona que
en las grandes ciudades. La navegación se hacía por medio va en las sillas de los cargueros ha de permanecer inmóvil
de canoas, champanes, botes, lanchas y bongos a fuerza de horas enteras, so pena de caer ambos con más peligros aún de
remos o impelidas por palancas que se apoyaban en los árboles los naturales (Humboldt, 1970: 23, 26).
o piedras de las orillas. Hacia el sur, el camino que conducía a Pasto no tenía similar.
Diversos extranjeros que visitaron y exploraron el territorio Según el mismo Humboldt, era el más terrible de todos: bosques
nacional en la primera mitad del siglo XIX, legaron con sus espesos y pantanos en los cuales las mulas «hunden medio
memorias una descripción detallada acerca de las enormes cuerpo», gargantas hondas y estrechas empedradas por los huesos
dificultades geográficas que padecía el conjunto de las de las mulas víctimas del frío o el desfallecimiento. No obstante,
regiones. Para Humboldt, por ejemplo, el curso por el sus descripciones no lograron superar el peligro relatado por
Magdalena hacia el interior era indescriptible: una corriente Teodoro Mollien al navegar por el río Dagua hasta Buenaventura
crecida y poderosa, bosques deshabitados, cataratas, (1970: 33) ni el accidentado trayecto vencido a lomo de bestia
mosquitos, caimanes y tempestades permanentes (1970: 16). por Carlos Saffray en Antioquia (1970: 171 y ss.).
Al final, el camino de Ho0:da hacia Bogotá no era más que En estas condiciones, a lo largo del siglo xrx era más fácil y
«una pequeña escalera abierta en la piedra», con un ancho menos penoso trasladarse de Cartagena a La Habana o a
de 18 a 20 pulgadas, insuficiente para el paso de una mula y Cádiz, que viajar desde el mismo Cartagena al interior del
en la que, según Augusto Lemoyne, se acumulaban «todos país. Es más, en cortos tramos de una misma región, la
los obstáculos susceptibles de hacer el tránsito difícil y opografía era igualmente inclemente. El camino que unía a
peligroso» (1970: 96). Palmira con Cali, por ejemplo, fue señalado por Isaac Holton
El paso por el Quindío era tan solo apto para bueyes y como «el peor del mundo, en cuanto al barro se refiere». El
cargueros humanos que soportaban sobre sus espaldas una desnivel existente entre el lecho del río Cauca y el Valle, hacía
silla amarrada para sentar al viajero. En una travesía superior rebosar sus márgenes y represar todos sus afluentes en grandes
a quince días, no se encontraba huella alguna de habitante. inundaciones y pantanos plagados de mosquitos. «En cierto
Gracias a un tiempo «extraordinariamente hermoso», lugar -advierte Holton- tuvimos que quitarle la montura a

40 41
nuestros caballos, y cruzar un fangal caminando sobre troncos
tendidos, y sosteniendo las cabalgaduras por la jáquima para
evitar que se hundieran totalmente en el fango» (1970: 153).
Según el pensamiento de Pedro Fermín de Vargas, «la
torpeza y falta de facilidad en los caminos» impedía
absolutamente «todo fomento interior». Además, mientras
no se uniera a las provincias del Reino con las costas y el
exterior, ningún progreso era factible ( 1968: 16).
Con todo, los problemas geográficos no deben prestarse a
equivoco. Sin aducir razones contundentes, Ospina Vásquez
2
no cree en un país «descoyuntado» o «incomunicado»: «la
fragmentación e incomunicación en que se cree tanto -
aplicando los criterios de hoy a los hechos de entonces- no ¿QUÉ PASÓ EL20 DE JULIO DE 1810?
era la que se dice» (1974: 58). En opinión de Jorge Orlando
Melo, «debe hacerse énfasis en que la estrechez de mercado
no era solamente un problema de barreras geográficas y de
altos costos de transporte, aunque estos eran importantes,
sino que surgía en buena parte de la baja productividad de
las unidades económicas del país y de la poca capacidad de
generar un excedente comercializable, que a su vez dejara
en manos de los productores unos ingresos capaces de
convertirse en demanda adecuada para productos no
agrícolas» (1989: 53 y 58).

42
l. Antecedentes

Si se toma como referencia la fecha del mal llamado


«descubrimiento de América», España cumplió a finales del
siglo XVIII tres centurias de presencia y dominación en el Nuevo
Mundo. Tal como se ha expuesto en el capítulo primero,
durante dicho lapso la organización del imperio giró en torno
a la ilusoria riqueza que brindaban los metales extraídos de
América sobre la base de un sistema de privilegios cimentado
en relaciones tributarias, de esclavitud y servidumbre. Incapaz
de imprimir sobre la monarquía los cambios institucionales
necesarios para el desarrollo del capitalismo, la Corona
Española no auspició el crecimiento productivo ni planeó el
mercado; amplió la circulación de metales y productos pero
no transformó las formas de producir en la metrópoli ni en las
colonias. El oro y la plata de América fueron absorbidos por la
naciente burguesía de los países enemigos de la misma España,
quienes supieron convertir la acumulación de dinero en
acumulación de capital.
La decadencia económica de España y su pérdida de po,
derío se vislumbraron, entonces, como destino inexorable. El
Estado monopolizó las actividades comerciales y despilfarró
los excedentes económicos en inversiones suntuarias o en
guerras sin victorias; propició la inflación y le quitó incentivos r
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j
AooLFO LEÓN ATEHORTÚA CRUZ 181 Ü: NI REVOLUCIÓN N[ Ni\C[ÓN

a la producción con los gravámenes. Como consecuencia, flo- Claustro del Rosario» (Forero, 1952), las actividades
reció el contrabando, se amplió la piratería, se empobrecie- conspirativas y precursoras de Antonio Nariño y Pedro Ferrnín
ron las ciudades y se extendió la ruina. España se convirtió de Vargas, la persecución de «papeles sediciosos y afrancesa-
en fácil presa del declive con respecto a Europa, mientras el dos» (Ortiz, 1960), así como los documentos del Cabildo
descontento crecía en América contra el monopolio del co- Santafereño en 1809, a que haremos referencia más adelante.
mercio, los estancos estatales, los excesivos impuestos, los
Por sus condiciones en Europa y en América, la Corona
obstáculos para el crecimiento productivo, los privilegios se- hispana no podía tenerse en pie. España fue derrotada por los
ñoriales arcaicos, la rivalidad de los españoles contra los crio-
revolucionarios franceses cuando intentó intervenir en sus
llos y la discriminación de estos últimos en los más altos cargos destinos a raíz de la ejecución de Luis XVI (1795), su armada
de la administración.
fue destruida en Trafalgar por los ingleses (1805), y la familia
Como hemos dicho atrás, las reformas borbónicas no pu- real se trenzó en una disputa radical que trajo como resultado
dieron detener tampoco la hecatombe. Conscientes de que consecutivas abdicaciones (1808). Carlos IV facilitó el paso
el renacimiento de España pasaba por un mejor control de las del ejército francés para atacar a Portugal. El rechazo de su
colonias, los barbones impulsaron el estudio de sus condiciones hijo Fernando VII a esta medida, así como el odio contra el
para promover transformaciones económica·s, ordenar la ministro Godoy, produjo el motín de Aranjuez que obligó al
administración y mejorar la extracción de recursos. Aunque padre a entregar el trono a su hijo. Detenidos ambos en
las reformas lograron ampliar la base de recaudación Bayona por las tropas de Napoleón, Fernando renunció de
impositiva a favor de la Corona, reducir el poder de los criollos nuevo a favor de su padre, quien cedió sus derechos a
e incrementar la intervención directa de la burocracia Napoleón. Este último designó, entonces, como monarca de
chapetona sobre la vida económica y social de las colonias, su España, a su hermano José.
aplicación desmedida aceleró el descontento de las élites
El levantamiento popular no se hizo esperar. Campesinos
locales en América y provocó levantamientos populares. En y criados, después de haber esperado con vana ilusión noticias
el caso de Los Comuneros (1781), por ejemplo, no menos de favorables a Fernando VII, se arrojaron enfurecidos contra la
sesenta y seis poblaciones acudieron con sus gentes para ocupación francesa «mientras nobles y burgueses se
engrosar la marcha a Bogotá y más de 25.000 personas parapetaban temerosamente en sus casas» (Bergeron, 1967:
conformaron un ejército mayor en cantidad que el de Bolívar
153). Con ellos surgió, días más tarde, la creación de «juntas
en su mejor momento. A dicho movimiento le siguieron, como insurreccionales» o regionales autónomas, defensoras de los
antecedentes del 20 de julio de 1810, el llamado «Proceso de
derechos de Fernando VII, cuya máxima expresión se
los pasquines» (Posada, 1912), la traducción y publicación
constituyó bajo el título de «Junta Central» o «Suprema de
de los «Derechos del Hombre» (1794), las «Juntas en el
España e Indias». Con el avance del ejército de Napoleón la r

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Junta se refugió en Sevilla y posteriormente se trasladó a Cádiz, sí misma y animó los movimientos suscitados a continuación
para disolverse en 1810 en el Consejo de Regencia. en la Nueva Granada:
Así, entonces, la solicitud hecha por la Junta Suprema a las
administraciones territoriales del continente, consistente en
la elección de un diputado como su representante, se convirtió
2. Juntas por doquier en motivo de descontento y reclamo. ella se refirió Ignacio
de Herrera, síndico procurador del Cabildo de Santa con
un apasionado documento que cuestiona la administración
La Junta Central quiso construir un gobierno provisional colonial y muestra el germen de la emancipación 10 • Más tarde,
con la participación de los americanos; no tanto por cuestiones el Cabildo le confió a Camilo Torres una respuesta sustentada
de equidad sino, ante todo, por la necesidad de su apoyo y que se convirtió en el afamado «Memorial de Agravios»
como segura retaguardia contra el avance francés. Aunque (noviembre 20 de 1809), un escrito que, en sentir de su posterior
. la representación no logró concretarse, la existencia de un editor, «iluminó el espíritu de muchos, puso en actividad la razón
vacío de poder en la península se constituyó en visi~n y de otros ( ... ), nos hizo conocer el oprobio de vivir en la
convicción de habitantes hispanoamericanos. dependencia de un gobierno lejano, esencialmente injusto,
En consecuencia, desde 1808 estallaron juntas a imitación avaro i parcial ( ... ), i fortaleció el ánimo de los pocos
de las creadas en la metrópoli. Algunas de ellas juraron determinados a no dejar perder la ocasión que presentaba la
situación apurada de la península ... » i 1.
fidelidad a Fernando VII y prometieron salvaguardar el
territorio contra cualquier amenaza externa. Ocurrió así en En 1810 la autonomía se convirtió en el grito generalizado
México, Montevideo, Buenos Aires, Santa Fe (septiembre 11 de las juntas americanas. El movimiento se inició en Caracas
de 1809) y Popayán (octubre 29 de 1809); pero en Charcas (abril 19), siguió en Buenos Aires (mayo 25) y cobijó con una
(mayo 25 de 1809) y La Paz (junio 16 de 1809) estallaron agilidad inusitada a la Nueva Granada: Cali Qulio 3), Pamplona
insurrecciones; en Casanare, jóvenes patriotas socorranos (julio 4), Villa del Socorro (julio 11), y Santa Fe (julio 20) 12 •
intentaron un levantamiento armado; en Caracas un
movimiento de notables fracasó en su intento de instalar una
10. «Reflexiones que hace un americano imparcial al diputado
junta de gobierno ante la respuesta decisiva de la Capitanía de este Reino de Granada para que las tenga presentes en su delicada
General, y en Quito (agosto 10 de 1809), apareció una clara misión». Reproducido por Arciniegas, 1972: 45 a 75.
tendencia autonomista: se configuró un típico golpe de Estado 11. Citado por Umaña, E. (1952: 59 y 60).
que, si bien fue doblegado por fuerzas realistas enviadas desde 12. Aunque la creación de la Junta en Cartagena de Indias es
el Perú, reclamó el derecho de la provincia a gobernarse por posterior a la de Santa Fe, la ciu<lad expulsó al gobernador en mayo
22 de 1810 e inició un proceso de autogobiemo ante el Consejo de

48 49
Creada la Junta en la capital del virreinato, muchas La negativa del español González originó un serio cruce
poblaciones se sintieron con el derecho de hacer lo propio: de palabras con los hermanos Morales Galavis, el cual terminó
Neiva, San Juan Girón y Tunja, en julio de 1810; Mompox, en un enfrentamiento a golpes bastante desventajoso para el
Santa Marta, Popayán y Santa Fe de Antioquia, en agosto; primero. En este punto, sin embargo, los relatos son
Quibdó, Timaná, Soatá, Pore y Nóvita en septiembre discordantes. Según afirma José Acevedo y Gómez, fue Luis
(Quintero/Martínez, 2008). En toda Suramérica, el territorio Rubio quien solicitó el florero en préstamo. De acuerdo con
hispano quedó bajo el control de juntas locales de gobierno, otras fuentes, fue Pantaleón Santamaría y no los Morales
con excepción del Perú. Las campanas de la independencia (Posada, 1914: 5). Para algunos testigos, el chapetón se negó
tocaban a rebato. con decencia y naturalidad; los criollos intentaron provocarlo
pero González, anciano y temeroso, no respondió. La gresca
se desató cuando un ilustre criollo pasó por el lugar y saludó a
González Llorente en medio de la discusión. Los Morales
Galavis le recriminaron y pidieron a gritos que no era posible
3. La chispa que produce la hoguera
que un americano saludara de tan cortés forma a un chapetón
que acababa de insultar a los nacidos en América y de negarse
Los hechos del 20 de julio de 1810 encontraron su punto a prestar un florero para recibir a otro americano enviado por
de partida en la casa de José González Llorente; más la Junta defensora de Fernando VII. En esto si coinciden las
exactamente, en su establecimiento de comercio. Llegaron fuentes: Antonio Morales saltó el mostrador y «hartó de palos»
hasta allí Francisco Morales Fernández y sus hijos Francisco y al chapetón; su padre y su hermano salieron a la plaza y
Antonio Morales Galavis, con el pretexto de solicitar en denunciaron a viva voz el ultraje que había proferido el
préstamo un florero que habría de adornar la mesa central comerciante.
del banquete que preparaban para la bienvenida del Francisco José de Caldas, señalado además por un testigo
Comisario Regio Antonio Villavicencio, un representante de anónimo como el único «granadino ilustre» que presenció
la Junta Suprema de Sevilla y del Consejo de Regencia, quien directamente lo sucedido 13 , relata de la siguiente forma el
regresaba al Virreinato de la Nueva Granada con el propósito inicio de los hechos en su «Diario Político de Santa Fe de
de solicitar apoyo y fidelidad al rey Fernando VII, caído en Bogotá»:
desgracia y preso por Napoleón al ocupar España.

Regencia en presencia de Antonio Villavicencio. Mompox depuso 13. Véase: «La revolución del 20 de julio de 1810, referida por
al comandante militar el 24 de junio de 1810 pero la constitución de un testigo ocular», en Boletín de Historia y antigüedades, tomo VIII,
la Junta esperó hasta agosto. Bogotá, Academia Colombiana de Historia, 1913.

50 51
Don José Llorente, espaüol y amigo de los ministros opresores
introducirse por la fuerza en ella si no se le entregaba al
de nuestra libertad, soltó una expresión poco decorosa a los
español. José Miguel Pey, alcalde ordinario de la ciudad, habló
americanos; esta noticia se difundió con rapidez y exaltó los
ánimos ya dispuestos a la venganza. Grupos de criollos paseaban
entonces desde el balcón de la casa de González Llorente y
alrededor de la tienda de Llorente con el enojo pintado en sus ofreció llevarlo a prisión para calmar los ánimos. Fue la primera
semblantes. A este tiempo pasó un americano, que ignoraba conquista de los amotinados.
lo sucedido, hizo una cortesía de urbanidad a este espaüol; en
el momento fue reprendido por don Francisco Morales, y saltó
la chispa que formó el incendio y nuestra libertad. Todos se
agolpan a la tienda de Llorente; los gritos atraen más gente, y
en un momento se vio un pueblo numeroso, reunido e 4. Las gentes de la plaza
indignado contra este espaüol y sus amigos. Trabajo costó a
don José Moledo aquietar por este instante los ánimos e impedir
las funestas consecuencias que se temían. Llorente se refugió lQuién era esa «gleba», esa «chusma» que el 20 de julio
en la casa inmediata de don Lorenzo Marroquín (Caldas, 1996: de 181 O la emprendió contra el español José González
118). Llorente?
El error de González Llorente fue intentar el retorno a su La Plaza Mayor reunía en su costado norte, frente a la
casa cuando creyó sosegado el bullicio. Se mudó de ropa y se casa de González Llorente, puestos de ventas divididos en
hizo trasladar en una silla de manos para que no fuera cuatro secciones: de carne y sebo para velas, de aves, de frutas
reconocido. Al salir de su refugio, sin embargo, un hombre sin y legumbres, y de algodón, hilados, telas, sombreros y
página en la historia, «uno de la plebe» -como dice Caldas- confecciones artesanales. Esa era la gente inicialmente
lo identificó y lo señaló ante la gente que permanecía indómita. congregada en un viernes de mercado: tenderos, artesanos,
«Apenas entró a su casa cuando un pueblo inmenso se hallaba campesinos e indígenas con sus productos a cuestas,
al frente de ella resuelto a ponerlo preso y tal vez a asesinarlo» matanceros, pulperos, verduleras y yerbateras.
(Caldas, ibid). En el costado sur de la plaza, entre el Cuarto de Armas, la
Por primera vez, en forma abierta y sin temor, se escuchó cárcel y la Real Audiencia, funcionaban algunas chicherías,
en las calles de Santa Fe el grito que Bolívar legitimó más expendios de licor casero que, precisamente por tratarse de
tarde: «muerte a los chapetones». La «gleba», la «chusma», un día de mercado, se encontraban seguramente abarrotadas.
como se le llamaba entonces, pidió enardecida la prisión de En el centro de la plaza se ubicaba el «mono de la pila», la
González Llorente para permitirle su vida. Arrojó piedras fuente de agua hasta la cual llegaban las mujeres más pobres
contra los ventanales y vitrinas de su tienda y amenazó con para cargar el líquido imprescindible en sus hogares y a cuyo
alrededor se paraban los desocupados, albañiles, braceros y

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trabajadores domésticos que ofrecían sus servicios a quien autoridades del Virreinato la abolición de los gravámenes que
los necesitara. ocasionaba el descargue de la mercancía en la aduana y tenía
Al frente del motín se alinearon los estudiantes y algunos cardinales negocios con muchos americanos a los cuales,
empleados de menor rango a quienes se les denominó además, les concedía préstamos y los auxiliaba en sus
«chisperos». Fueron, sin duda, la chispa de la revolución. desgracias financieras. Era casado con una criolla y participaba
de sus ágapes y juntas de beneficencia. Como español, claro
está, era acérrimo defensor de la Corona y se opuso en la
Junta de Notables a la revuelta de los quiteños, el primer
levantamiento criollo en América.
5. Un estallido popular Con la «gleba», por el contrario, la relación de Gonzalez
Llorente no era cristalina. Exportador de quina, se convirtió
¿Cómo se explica ese súbito levantamiento, aquella a principios del siglo XIX en uno de los comerciantes más
respuesta espontánea de esta gente, movilizadora y prósperos del virreynato, gracias a la explotación de naturales
contundente, ante la agitación del hecho? y esclavos. González Llorente era, para su desgracia, el
suntuoso y boyante comerciante situado al frente del vendedor
Quienes piensan como el patriarca en otoño de García humilde del mercado. Cuando «los guametas del pueblo bajo»
Márquez, argumentan que algunos individuos de esa «plebe» levantaban la vista de su venta hambreada y paupérrima, se
actuaron pagados por los líderes de la confabulación; otros encontraban de frente con la más hermosa casa de balcón de
más fueron movilizados por el engaño, por el amedrentamiento la plaza mayor, en cuyo interior el negociante opulento hacía
o gracias a la instigación de los «chisperos», auténticos también las veces de expoliador prendario y prestamista a altos
agitadores preparados para organizar movilizaciones populares intereses. González Llorente era el odiado propietario a quien
sin sentido ni causa. Subyace la concepción de que el pueblo :la plebe estorbaba con sus ventas ambulantes. Aquel que los
no obra nunca por sí solo, por la conciencia de sus cantaleteaba por el desaseo, por los olores; el chapetón que
reivindicaciones, sino por el empuje oportunista de quienes los miraba con furia y con desdén, con el deseo de arrasarlos.
utilizan su descontento; por la paga y los más bajos intereses 14•
Aquellos que descendían de los barrizales de Las Cruces,
Pero la realidad es otra. González Llorente no tenía cuentas :Egipto o Belén, o subían de la sabana a vender velas, frutas,
pendientes con los criollos. Abogó por ellos solicitando a las tcanastillos y legumbres, a preparar chicha, caldos o fritangas
14. Lo vieron así, por ejemplo, Manuel María Farto y José Antonio o en fin, a cumplir sus oficios de mercado de los viernes, no
de Torres, testigos de la parte realista no pocas veces asimilados por eran precisamente los más amigos del chapetón González.
nuestros historiadores. En algunos pasajes de su relato, el «abanderado»
José María Espinosa no escapa a ese desprecio por los amotinados.

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Más aún, González Llorente personificaba en Santa Fe a excomulgadas. En un auto, con la fecha curiosa del 20 de
los núcleos de españoles que las reformas comerciales y julio de 1717, el arzobfspo Rincón, encargado del gobierno civil,
administrativas borbónicas introdujeron en América para dispuso que «no quedaran sino 120 entre chicherías y
obtener el dominio de los mercados locales desplazando a los pulperías», que tales establecimientos «se pusieran en manos
criollos antes dominantes. Junto a la esposa del Virrey, de buena gente», se rompieran las ollas de las chicherías sin
propietaria de comercios, tiendas y restaurantes, González licencia y redujeran los delincuentes a prisión por un mes,
representaba a aquellos chapetones que, en la hipótesis de repitiéndose el procedimiento en caso de reincidencia
Halperin, en un espacio ya tan limitado, hicieron desesperada (Vergara, 1906: 63~64). Sin embargo, nada pudo impedir su
la lucha por la supervivencia social que era ya muy difícil persistencia y crecimiento.
(Halperin, 1969: 40). Una y otra vez, entonces, trató de legislarse contra ellas y
El 20 de julio tuvo también otro protagonista: los chicheros, siempre la realidad práctica rompió todo propósito. Los
los expendedores del licor y sus clientes. No se trata, desde chicheros, indígenas prófugos como se advirtiera arriba, mestizos
luego, del néctar producido en los alambiques virreinales, del pobres, desempleados, alcohólicos y «gentes del populacho
aguardiente de estanco. Se trata del licor casero, d~ la díscolo», se encargaban de reabrirlas con la costumbre
ancestral chicha de maíz fermentada en vasijas de barro. centenaria del consumo 15 • Su resultado histórico, los chicheros
Habría que estudiar la trayectoria histórica de las chicherías de 1810, eran descendientes de aquellos que conservaron sus
y sus clientes para entender su germen explosivo. La crónica · negocios en franca lid con las autoridades coloniales y que
relata la formación de aquellas como tiendas donde «moraban luchaban ahora contra el estanco de los aguardientes de caña
dueños, animales e indios prófugos de sus respectivas y el monopolio que sobre todo licor imponía con miles de
encomiendas»; un factor clave que propicia su crecimiento vejaciones y robos la Corona (Villavicencio, 1960: 117).
pero, al mismo tiempo, su lógica de confrontación con las José Antonio de Torres, un cura realista que despreciaba
autoridades coloniales. Reducto de indígenas prófugos y luego a los chicheros, advirtió, sin embargo, los peligros de la
de plebe mestiza, las chicherías son perseguidas con saña persecución desatada contra las chicherías:
desde la metrópoli.
Las fábricas y estancos de los aguardientes de caña y el rigor con
En Real Cédula de enero de 1675, fueron grabadas con
que se procede contra los que se destilan y venden
seis pesos anuales de renta «sin perjuicio de las respectivas clandestinamente, ha sido y es un seminario de disgustos y querellas
alcabalas». Una y otra vez fueron hostigadas para intentar el que se oyen todos los días con dolor (De Torres, 1960: 59).
reintegro de los indios a sus encomiendas. Se ordenó su cierre,
se trató de reducir su número y de dispersarlas «por el centro 15. Se calcula que, a comienzos del siglo XVIII, existían en
y arrabales muy extensos» de toda la ciudad; fueron incluso Bogotá 800 chicherías, lo que equivale a una proporción de 13
personas por cada una de ellas (Olivos, 1999: 129).

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De modo que fueron los vendedores y las vendedoras de 6. El papel de los criollos
la plaza, los tenderos y las tenderas, los artesanos y las
artesanas, los y las indígenas de los resguardos de la sabana,
los campesinos y las campesinas, los cortadores de leña, los Mucho se ha discutido en torno al carácter preconcebido
recolectores de esmeraldas con las uñas, los matanceros, los o por lo menos planificado de los sucesos ocurridos el 20 de
pulperos, las verduleras y yerbateras, los chicheros, los julio de 1810. La versión más aceptada indica que cierta
trabajadores y las trabajadoras domésticas, los desocupados, dirigencia criolla se reunió en varias ocasiones con el propósito
la «plebe» que chapetones y criollos miraban con de planear cualquier tipo de acto o incitar una movilización
desconfianza, quienes asumieron la agitación contra los que sirviera de pretexto y/o presión para forzar la convocatoria
chapetones, quienes tiraron piedras contra la casa de y constitución de la Junta. Dichas sesiones conspirativas
González Llorente e intentaron derribar las puertas para tuvieron como sede la casa de José Acevedo y Gómez y el
lincharlo, los actores principales del levantamiento. observatorio astronómico con el auspicio de Sinforoso Mutis
y del sabio Caldas. Los objetivos, sugieren otras fuentes, fueron
Pudieron tener, finalmente, un motivo más para el
filtrados por los oidores quienes se apresuraron a advertir al
alzamiento. Desde 1803 el virrey Mendinueta advirtió que
Virrey e incluso abrieron un expediente que buscaba
«los precios de los alimentos, medicamentos y demás» habían
incriminar y detener a algunos de los confabulados.
subido como «todo lo necesario para la vida» 16 • La situación
es confirmada por José María Espinosa: «han subido los El 19 de julio, dice Julio Manzini, temerosos por el rumor
comistrajes a precios nunca vistos»; entre ellos, la miel, la de una investigación levantada en su contra, se reunieron en
panela, los alfandoques, el maíz, las arracachas, los plátanos, el observatorio Torres, Herrera, Gutiérrez, Pombo, Camacho,
la harina, el azúcar, la botella de aguardiente, la múcura de Morales y Acevedo, quienes decidieron actuar de inmediato.
chicha, el arroz, los garbanzos, la manteca y los huevos, cuyos Camilo Torres aseguró, entonces, que todo estaba preparado
importes se habrían incrementado a partir de 1809 (Espinosa, pero que, para asegurar el éxito, era necesario que la chispa
1989: 77 y 78). La responsabilidad del costo de la vida se incendiaria partiera del vivac enemigo. Fue así como Francisco
ubicaba, por supuesto, en las aduanas coloniales y en las Morales propuso el plan del florero convirtiendo a González
medidas atribuidas, como en tiempo de los comuneros, al «mal Llorente en «la chispa que prendería fuego a la pólvora: se
gobierno». formaría una aglomeración de público y los patriotas
arrastrarían al pueblo» (Manzini, 1923: 291).
Pero, si bien puede admitirse esta versión que reivindica el
papel de los criollos neogranadinos, es necesario advertir al menos
dos limitaciones. En primer lugar, como veremos más adelante,
16. Citado por Llano Rodrigo (1996: 20)

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la planificación al detalle no pudo concretarse más allá de la regimiento de soldados dirigidos por Baraya que al pueblo
chispa inicial y su designio ulterior de constituir la Junta. Después mismo. Si acaso los criollos urdían un plan, nunca pensaron
del incidente con González Llorente el movimiento tomó su propio en movilizar con toda su magnitud al pueblo y menos
rumbo y les correspondió a los criollos amoldarse a él o tratar de imaginaron su respuesta vibrante.
acomodarlo de la mejor manera a sus propios intereses, hasta el La conjura del 20 de julio fue acordada en sus términos
momento en que pudieron dominarlo. iniciales como consecuencia del desespero ante la inminente
En segundo lugar, parece descartable que existiera entre captura de los identificados conspiradores criollos y no como
los criollos un acuerdo pleno en torno al tipo de acto o un acto movilizador de la opinión con miras a la
movimiento que impulsara o hiciera ineludible la creación de independencia. Entre otras cosas, porque conocían muy bien
la Junta; menos aún con respecto a los mecanismos, el riesgo de incitar rencores y cuestionar ante la plebe el
características y objetivos perseguidos. La hija de Acevedo y privilegio de los españoles que en diversos aspectos se hacía
Gómez contaría mucho después, que alguna vez había comparable con el propio. No solo permanecía vivo el recuerdo
escuchado de su padre «los pareceres contradictorios» de Galán sino que, en términos generales, tal y como lo
emitidos en las tertulias citadinas.: describió Humboldt, a nadie temían más los blancos como «a
los muchos negros e indios» (Humboldt, 1970: 21). En este
El fogoso Carbonell quería un golpe atrevido; Lozano ha sentido, el discurso del criollo es ambiguo: se siente
aconsejado proposiciones al Virrey; Camilo Torres quiere que colonizador frente al indio pero se rebela frente al colonizador
se pidan terminantes y prontas explicaciones al gobierno español. recién llegado (Adorno, 1988: 55,68).
Herrera aconsejaba una asonada ruidosa que intimidara a los
gobernantes y en caso de correr la sangre de estos, se mirase este Cuando Camilo Torres se reclamaba en el «Memorial de
hecho como un castigo ejemplar y una justa venganza; Benitez ;agravios» «tan español como los hijos de don Pelayo»,
quiere que se indague con más atención la opinión pública y no «descendiente de los que han derramado su sangre por adquirir
falta quien aconseje un sangriento atentado .. .17. 'estos nuevos dominios a la corona española» «tan acreedores
Este testimonio es importante, no solo porque muestra la 'por esta razón a las distinciones, privilegios y prerrogativas del
ausencia de unidad en los criterios por parte de la dirigencia resto de la nación como los que, salidos de las montañas
santafereña, sino porque con nitidez enseña sus limitaciones expulsaron a los moros y poblaron sucesivamente la península»,
y temores. Obsérvese cómo Torres y Lozano no cuentan en ho reclamaba otra cosa que prerrogativas a su casta como
sus planes con el pueblo, mientras Benitez llama la atención a scendiente de conquistadores y no igualdad o privilegios para
Herrera desconfiando de la concurrencia efectiva de la gente dígenas americanos y esclavos importados; estos -decía en el
que, por cierto, en la vieja esperanza de Rosillo, refiere más al ismo documento- «son muy poco o son nada en comparación
con los hijos de europeos que hoy pueblan estas ricas posesiones».
17. Citada por Liévano (1972: 563, t. .2)

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Esto no es, sin embargo, un reproche. A los hombres de del antagonismo frente a la organización estatal y las políticas
1810 hay que entenderlos en su época, hay que ubicarlos en de discriminación, cóntrol e imposición de rentas que aquella
las perspectivas de su tiempo y de sus intereses como estrato agenciaba (Lynch, 1983).
o sector social. En este sentido, ellos interpretaron muy bien
Superar estas barreras, eliminar o al menos limitar la
la situación que se les presentaba. En primer lugar, el aspecto
injerencia ya observada como extraña en los asuntos capitales
central era el agotamiento del orden y del poder colonial
de su dirección política, obtener la hegemonía de gobierno
agudizado por la intervención francesa en la península,
conservando al tiempo la infraestructura económica que
acontecimiento que realzaba el antagonismo generado por el
sustentaba su poder de dominación, encerraba para la elite
estado de inferioridad americano e injusto privilegio de los
criolla todos los prejuicios de su época. El legado colonial
españoles en los cargos y políticas de dirección en Indias. Si en
ideológico, su temor al fidelismo monárquico supuestamente
tales circunstancias, en vez de avizorar el triunfo ibérico sobre
manifestado en los sectores populares pero arraigado en ellos
Napoleón, el avance de este parecía irreversible, lo lógico era
mismos, el deseo enraizado -casi necesario- de contar con la
que la aristocracia criolla aspirase a reemplazar en el poder político
aprobación inglesa y lógicamente la continuidad del statu~
a los personajes que carecían ya de fortaleza, representatividad
quo en las formas de producción, distribución y propiedad,
y piso jurídico, cuando no de poder económico.
regían el accionar de los criollos y delimitaban su esperanza
Las condiciones históricas en que se produjo la conquista y política. Si se refirieron a sí mismos como «americanos»
consiguiente colonización de América, más a cuenta, sangre y involucrando en tal denominación a todos los nacidos en el
riesgo de los particulares que de la corona, el derecho de continente, fue quizás una manera jurídica de reclamar
poses10n sobre las tierras ocupadas heredado soberanía ante el vacío creado por un monarca prisionero.
generacionalmente en virtud al empeño individual Sin embargo, como sustenta una historiadora: «convocaban
(pensamiento de ser acreedor al libre albedrío en sus dominios alpuebloperotemíanalaplebe» (Garrido, 1991: 79).
por haberlos conquistado, «pacificado» y puesto en producción
Por tales razones, los granadinos preferían la
sin colaboración de la corona); la oposición por ello y de siempre
compartimentación del poder antes que la deposición
al destino a que querían someterlos autoridades «intrusas e
absoluta del virrey. El temor a despertar las «castas inferiores»,
ignorantes» de su realidad 18 , dibujaron a través de su
a la reconquista española o a la decisión de su aliada
fortalecimiento económico y bajo otras causas e influencias,
Inglaterra, la necesidad en fin de garantizar la sobrevivencia
una conciencia más definida de sí mismos que elevó los grados
de sus derechos, propiedades y comunidades, el temor a la
18. Obsérvese el primer punto de la «Representación» o plebe, reducían su objetivo al simple acceso a la cúpula
«Informe» del Comisionado Regio, don Antonio Villavicencio al administrativa y política del virreinato en forma legitimada y
Consejo de Regencia, 24 de mayo de 1810. En, Boletín Historial,
pacífica.
Año I, No. 12, Cartagena, 1916.

62 63
Basándose en la coyuntura internacional, fue abogado este el sencillo virrey, en la confianza que lo dejaban de presidente,
propósito desde 1808 en cuanta forma fue posible. Desde el que seguía la unión"con España y que no se intentaba más que
«Memorial de Agravios» hasta los oficios anticipados al una reforma de abusos y agravios, lo puso todo y se puso a sí mismo
visitador Villavicencio para lograr su adhesión, lo reclamaron en manos de los revoltosos, y que tuvo no poca fortuna en salir de
encarecidamente. Al final, en la víspera del 20 de julio y ellas con vida, aunque bien robado (De Torres, 1960: 118-119).
enterado de los sucesos del Socorro, José Acevedo y Gómez Habría que decir, además, que la limitación de este
planteó una vez más al Comisario Regio su voto por una «Junta objetivo no obedecía exclusivamente al deseo de los criollos
provisional» apuntándolo incluso como tabla salvadora de granadinos. Los criollos americanos lucharon de uno a otro
quienes ostentaban la autoridad virreinal: «Más fácil les sería extremo contra los levantamientos de las «castas inferiores»,
a estos salvarse, antes que se deshaga la tempestad, que, fueran indígenas, libertos, esclavos o cimarrones, tanto como
reteniendo un cetro que por demasiado pesado ya se les cae lucharon contra el ascenso de los pardos o sus mínimas
de las manos, perecer sin remedio» 19 • pretensiones por «blanquear» su sangre, o contra las
El mismo 20 de julio, en horas de la mañana, antes de pretendidas invasiones de Miranda. Ahora la convulsión
desatar el agravio de González Llorente, los criollos del Cabildo europea les ofrecía en bandeja de plata la oportunidad más
insistieron en adoptar una conducta prudente y comisionaron clara y justificable, les brindaba una táctica de poco
a Joaquín Camacho para que expresara al Virrey Amar y compromiso y leal a España en apariencia: la creación de
Borbón la propuesta de constituir una «Junta de Gobierno» «Juntas provisorias» con el pretexto de «asegurar los dominios»
presidida por él e integrada por los miembros del a un rey que en sus adentros creían derrotado
Ayuntamiento. Tal era el deseo prioritario de los criollos definitivamente. Más que una revolución era entonces un
granadinos en 1810, atribuido a «lo que la religión y sus relevo en la sustentación del poder americano.
principios les dictaban»: antes que promover la caída violenta Con sobrada razón, de esta época y sus hombres apunta
del virrey, instarlo a compartir el poder. Deseo tan nítido que Halperin Dongui:
realistas como el presbítero Torres y Peña lo dieron incluso
como entendido por Amar y Borbón, atribuyéndole a la «Los revolucionarios no se sienten rebeldes, sino herederos de
confianza de este las consecuencias funestas de su un poder caído, probablemente, para siempre: no hay razón
alguna para que marquen disidencias frente a ese patrimonio
imprecación:
político-administrativo que ahora consideran suyo y al que
entienden hacer servir para sus fines (. .. ). Más que las ideas
políticas de la antigua España son sus instituciones jurídicas las
que evocan en su apoyo unos insurgentes que no quieren serlo,,
19. José Acevedo y Gómez, «Carta a don Antonio Villavicencio», (Halperin, 1969: 90).
julio 19 de 1810, en Ortega, 1960: 148.

64 65
Esto es, en efecto, lo que ocurre en toda Hispanoamérica: como armas los discursos elocuentes, el fantasma del
en Santiago de Chile como en Santa Fe, las juntas serán descontento popular, el antecedente de Cartagena aceptado
presididas por las mismas autoridades que destronan; en por Villavicencio y los sucesos del Socorro y Pamplona.
Caracas como en Buenos Aires, los criollos se refugiarán en
Sin embargo, los hechos se desbordaron. Obtenida la prisión
renuncias «espontáneas y voluntarias» de sus gobernantes,
de González Llorente, el pueblo siguió su rumbo y rebosó su
pero en México las elites urbanas criollas forjarán la más
accionar: «no aguardaron orden de nadie porque ya no
estrecha alianza con los soportes del colonialismo español para
respetaban autoridad ninguna» 20 y descargaron toda su ira
reprimir la ira de indígenas, peones rurales y mineros
contra las casas de los españoles. Así fuese bajo la influencia
encabezados primero por Hidalgo y luego por Morelos.
emocional del ardoroso momento y la primera conquista, por
«conciencia vindicativa» o azuzada por la instigación de
criollos más comprometidos como José María Carbonell, del
escribano García, del Presbítero Francisco Javier Gómez, de
7. La furia se desata Ignacio Herrera y Primo Groot, a quienes la historiografía
tradicional reconoce como los «chisperos del 20 de julio»
(Abella, 1964: 136), la multitud empezó a pedir la prisión o las
La manera como empezaron a desarrollarse los hechos en cabezas del regente Juan Hernández de Alba y de los oidores
el 20 de julio santafereño, así como su promoción inicial sin la Frías, Infiesta y Trillo, petición de garganta que transformó
presencia beligerante y visible de los principales criollos, hacen en hechos contra sus propiedades; rompieron vidrieras,
figurar como más viable objetivo la generación de un mínimo forzaron puertas e intentaron aplicar justicia con sus propias
desorden que exigiera del virrey la convocatoria a Cabildo manos saqueando tiendas y almacenes de españoles.
extraordinario. Según algunas fuentes, el alcalde Pey, criollo
Así se supo quién era quién en la jornada histórica.
y vicepresidente posterior de la «Junta Suprema», solo aparece
en escena a pedido del Virrey, lo mismo que Camilo Torres y Hacia las tres de la tarde, -dice Liévano Aguirre- la
Joaquín Camacho, quienes le acompañan al alcalde con el situación tomó visos más alarmantes, porque las multitudes
fin de «pacificar a la gente». comenzaron a olvidarse de las autoridades y la dinámica de la
miseria y de la injusticia los indujo a prescindir de toda
La sola presión lograda sobre González Llorente, preferido
distinción, de manera que los magnates criollos de la capital
de Amar y de probada lealtad por el rechazo en junta de temieron, con sobrada razón, que pronto les llegaría el turno
notables a la tímida insurgencia Quiteña, podía pretender de sufrir el impacto de la inconformidad popular. Hacia las
méritos suficientes para arrancar en Cabildo, la Junta Suprema
que tanto anhelaban los neogranadinos de la capital, usando
«Testigo ocular». En, Ortega, 1960: 165.

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cuatro de la tarde los patricios criollos habían renunciado a Total que el Virrey se abstuvo de ordenar la respuesta
permanecer en las calles y se habían ocultado en sus casas, represiva que Sámanó esperaba y sólo dispuso la intervención
pensando los unos en salvar sus vidas y los más en proteger sus del alcalde ordinario, José Miguel Pey, cuando las puertas de
bienes (Liévano, 1972: V. II, 571). la casa de González Llorente estaban a punto de ser
Esta y no otra fue la clara impresión que dibujó Acevedo derribadas 22 • Pero su comisión, consistente según Caldas en
y Gómez en sus relatos epistolares: «Los hombres más «sosegar este tumulto y salvar la vida de este hombre
ilustrados», «los patriotas», estaban «sorprendidos de asombro desgraciado» (Caldas, 1996: 118) no tuvo mejores efectos: al
y tan azorados como los mismos delincuentes a quienes pueblo no lo contenía nadie; por el contrario, su irritación
perseguía el pueblo» 21 • trascendía a tal extremo que fue preciso ceder y se gestó así
la primera transacción y la primera conquista del
levantamiento: los amotinados se comprometieron a respetar
la vida de González Llorente cuando el alcalde lo redujo a
prisión.
8. ¿Por qué no obró el ejército?
No obstante, si en el caso de González Llorente la
decisión del Virrey se explica por la confianza errada en que
El regente Hernández de Alba, convocado por el Virrey el alboroto se aplacaría finalmente o que, en el peor de los
para analizar la situación ocurrida en la villa del Socorro, opinó casos, todo cuanto se procuraba era el mínimo incidente
a la víspera que los americanos eran perros sin dientes: «laten que obligara a la convocatoria de Cabildo, lpor qué no obró,
pero no muerden». Tres horas antes de la reyerta en la tienda entonces, cuando el pueblo descargó toda su furia contra
de González Llorente aseguró, también, que «la conmoción los oidores de la audiencia? lPor qué les permitió atacar con
popular que se teme está muy lejos». Pensaba en los criollos, piedras las casas de los funcionarios españoles y los símbolos
no contaba con el pueblo. Si no se descargó la represión contra de su poder? lPor qué no le ordenó a Sámano disolver a
los primeros gritos en la plaza, fue porque el Virrey y los oidores sangre y fuego el tumulto?
no calcularon la magnitud del accionar popular, porque no
presupuestaron el arrebato de tres siglos de dominación, el La historiografía más tradicional, comenzando por José
estado de ánimo que se desbordó hasta lo imprevisto. No Manuel Restrepo (1969: 136), adula la actividad del virrey;
conocían la lógica del descontento represado, una dialéctica al fin y al cabo, Camilo Torres y Frutos Joaquín Gutiérrez lo
natural aplicada a la historia. Creían conocer a los criollos de hicieron también en representación de la aristocracia criolla:
la élite pero desconocían a la plebe de la plaza. el mismo 20 de julio ensalzaron las «virtudes, nobles cualidades

21. Acevedo y Gómez: Carta a don J.M. Real de Cartagena. En 22. Relación de D. José González Llorente. En, Ortega, 1960:
Ortega, 1960: 170 262-263.
68 69
y consumada prudencia» del «distinguido y notable militar» se desarrolló por parte del corregidor la prevención de
que impidió el derramamiento de sangre 23 • cualquier insurgenciérpor la fuerza.

En nuestro criterio, preferimos pasar a tres explicaciones: Ante esta situación, como en Santafé, la opción de los
los antecedentes del Socorro, la vitalidad del movimiento criollos fue entonces la legalidad y el reclamo en el
cuando la vuelta hacia atrás era imposible, y la división de las Ayuntamiento. El 26 de mayo de 1810, el Cabildo pidió a
fuerzas en armas. Valdés y al teniente de tropas Fominaya explicar las
«novedades» de tan «manifiesta hostilidad», recibiendo como
respuesta el reforzamiento de la tropa. Escribieron
seguidamente al Virrey «suplicándole con el más vivo empeño
librase una providencia a fin de tranquilizar los ánimos
9. La Nueva Granada amenaza con incendiarse. conmovidos por los preparativos hostiles que observaban en
Arde Socorro el corregidor». No contentos con ello, los alcaldes intentaron
«tranquilizar» a Valdés, asegurándole que no recibiría «el
menor agravio de nuestra parte y que jamás seremos
Asaltado por el temor de una insurgencia en la villa del agresores». Reiteraron, además, su sumisión a la justicia y los
Socorro y a instancias del oidor Hernández de Alba, el virrey votos «por el buen éxito de la justa causa de la nación que es,
había nombrado un año antes a José Valdés Posada como ha sido y será la nuestra» 25 •
corregidor de esa provincia, a efecto de que develara y
castigara por la fuerza cualquier tentativa de trastorno. El 9 de julio en las horas de la noche, tres campesinos,
hombres sin página en la historia, pasaron frente a los cuarteles
Valdés reforzó la guarnición de la ciudad y puso bajo de Valdés. El inmediato requerimiento que desde el balcón
estrecha vigilancia «a los más notables y patriotas les lanzaron los soldados del régimen con la amenaza de hacer
ciudadanos», de quienes sospechaba tuviesen ideas sediciosas fuego, derramó el descontento popular ante el estado armado
(Rodríguez, 1963: 21-22). La decisión obedeció al latente y de sitio que por meses se había ahogado. La protesta,
enfrentamiento que de hecho surgió entre Valdés y la presentada en la bocacalle de los cuarteles, fue recibida con
dirigencia criolla del Socorro por los motivos de siempre: Valdés descargas de fusilería, sin más respuesta que las piedras. Era
era el «aparecido» que llegaba a «despojar al propietario» de una muestra fehaciente del valor del pueblo, de su arrojo
sus atribuciones24 • De modo que, en forma abierta e inapelable, espontáneo pero decidido.

23. Ver: «Acta de Independencia», 1810. 25. «Memorial del Cabildo del Socorro al Virrey» «Oficio de los
24. José Acevedo y Gómez, «Carta a don Antonio Villavicencio», alcaldes _al corregidor Valdés». Reproducidos por Rodríguez, 1963:
julio 19 de 1810, en Ortega, 1960: 133. 22 y SS.

70 71
El pueblo no se entendía con los tiranos a través de oficios. españoles una rendición sin sangre. Finalmente venció esta
En la madrugada del 10, cuando vio manchadas las calles con última opción y el cotregidor Valdés, el Teniente Antonio
la sangre inocente de ocho o diez hombres que murieron a Fominaya y el Alférez Mariano Ruiz quedaron presos en la
balazos, entró en tal furor que el corregidor, sintiéndose administración municipal de aguardientes. La villa del Socorro
inseguro en sus cuarteles, prefirió resguardarse en el convento dio así el primer grito de emancipación en Colombia.
capuchino y desde allí disparó a los primeros que armados De modo que el Virrey sabía de sobra una lección. El
con piedras se acercaron. El pueblo -dirá en su memorial el tratamiento opresivo y de fusilería dado a un pequeño tumulto
Cabildo del Socorro- «bramaba de cólera viendo salir las balas en la villa del Socorro, se convirtió de la noche a la mañana
y la muerte de una casa que no hacía muchos años que había en un levantamiento general violento y dispuesto a todo. El
edificado con el sudor de su frente no para que ofreciera asilo vecindario del pueblo, la provincia entera, se movilizó en
a unos caribes sino para que diese culto a la divinidad» 26 • contadas horas para lavar la sangre de los caídos. Dichas
Su veneración se convirtió, entonces, en odio. El pueblo noticias, rezan las fuentes, llegaron a la capital del virreinato
sitió al convento y se dispuso a pasar por cuchillo a cuantos se el 19 de julio en horas de la tarde y se rumoró, entonces, que
hallaren dentro, a destruirlo piedra por piedra. Pascual Santa Fe podía correr la misma suerte (Ortiz, 1960: 139). Ya
Afanador, un testigo de los hechos, dejó para la historia no solo lo temía el Virrey; también los criollos expresaron su
constancia sobre el coraje de las gentes: recelo ante una posible avanzada de la provincia si no lograba
concluirse cuanto antes su ambición de «Junta». El
Las mujeres del pueblo, con la sangre de Manuela Beltrán «fantasma» de Los Comuneros rondaba en la memoria.
hirviendo en sus venas, se subieron como los hombres a los
caballetes de los tejados disparando a los chapetones con Por esa razón, el vitTey no quiso jugar inicialmente la misma
improvisados cañones de guadua liada con bejucos y tirando carta del corregidor Valdés, aquella recomendada por
piedras entre carga y carga. Cuando las primeras noticias de la . Hernández de Alba, cuya cabeza era la más exigida por la
masacre llegaron a Barichará, Cabrera, Simacota, Palmas, plebe santafereña. No en vano, en la redacción del «Acta de
Páramo, Pinchote y confines, los hombres revivieron la gesta Independencia» se destacó preferencialmente la relación de
de Galán armándose de machetes, lanzas, hondas, chuzos y estos sucesos como causa de la furia capitalina:
piedras (Afanador, 1990: 21). ·
La multitud de nueve mil personas que se hallaban armadas,
Bien pronto Valdés y sus fusileros se hallaron sin
comenzaban a pedir la prisión y cabezas de varios ciudadanos
escapatoria, rodeados por más de ocho mil insurrectos que
cuyos ánimos se hallaban en la mayor división y recíprocas
preparaban escaleras para tomar el convento por asalto, sin desconfianzas desde que supo el pueblo el asesinato que se
temor a las balas y sin dar oído a los criollos que pedían de los cometió a sangre fria en la villa del Socorro por su corregidor
don José Valdés, usando la fuerza militar.
26. «Memorial del Cabildo del Socorro al Virrey», ibíd., 24.

72 73
El virrey había aprendido, entonces, en Socorro, una «cobarde» del virrey Amar, José Acevedo y Gómez resalta la
fórmula que resumió después con medio siglo de experiencia capacidad de la resisténcia popular:
José María Samper en su era radical; la fórmula que no
entendió Morillo en 1816 y que le costó su derrota: Serían las cinco de la tarde cuando quedaron en la cárcel esos
hombres, y cuando ya la conmoción era generalísima: no había
Ninguna rebelión se combate provechosamente con el rigor; calle en la ciudad que no estuviese obstruida por el pueblo;
porque alrededor de cada patíbulo que se alza para castigar, se todos se presentaban armados y hasta las mujeres y los niños
levanta una docena de conciudadanos para vengar a la víctima andaban cargados de piedras pidiendo a gritos la cabeza de
i por cada proscripción que se decreta, aparecen veinte Alba, Frías, Mansilla, lnfiesta, Trillo, Marroquín, Llorente y
insurreccionados de más. Jamás la política de la compresión i otros, con la libertad del magistrado Rosillo. Yo observé que si
del rigor produjo en las sociedades sino explosiones e incendios el Virrey no manda a la tropa que se esté quieta en los cuarteles
(Samper, 1853: 325). sin ofender al pueblo, el primer paso hostil del gobierno habría
La «historia patria», al concentrar su atención en los sido la señal para que no quedase un europeo ni ninguno de
los americanos aduladores del antiguo sistema 28
sucesos de Bogotá, ha olvidado a menudo los acontecimientos
del Socorro y los ha despojado de la importancia que merecen. Así las cosas, el poder del pueblo apareció vestido de gala
Ellos abrieron las puertas al 20 de julio santafereño como lo en las calles de Santa Fe aquel 20 de julio. De su fuerza
reconoce Acevedo y Gómez en misiva a su primo Miguel irresistible, una especie de instinto de consolidación y
Tadeo: «Somos libres. Se completó la obra que comenzó esa legitimación del poder esgrimido sin resistencia opositora,
ilustre provincia» 27 • ligado a la dirección ganada ya por José María Carbonell,
Manuel García y algunos estudiantes del San Bartolomé, brotó
la consigna de «Cabildo Abierto» contra aquella de «Junta
de Notables» que proponían los criollos o de «Cabildo
Extraordinario» que concedió el Virrey a última hora.
10. Cabildo extraordinario o Cabildo abierto
Fue también el pueblo quien inició los pasos tendientes a
su materialización cuando pasó movilizado frente a la casa
El pueblo santafereño no era tampoco un rebaño fácil de del regidor José Acevedo y Gómez y lo invitó a salir para que
dominar en ese instante. A despecho de quienes prefieren convocara Cabildo Abierto. Este estaba «observando todos
enaltecer una supuesta actitud «prudente», «benévola» o los movimientos desde el balcón de su residencia», como lo
reconoce, «cuando a la oración viene el pueblo y lo lleva a

27. José Acevedo y Gómez, carta a su primo Miguel Tadeo Gómez, 28. José Acevedo y Gómez, carta a Carlos Montúfar, agosto 5 de
julio 21 de 1810. En, AA. VV. (1996: 113)
1810. En, Ortega, 1960: 173-174.
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Cabildo». Acevedo es tomado en vilo por la montonera y El error de Liévano radica, sin embargo, en tomar como
conducido como «el aire» hasta la plaza 29 • cierto el testimonio dél realista Manuel María Farto, a quien
cita en extenso como sustento de su hipótesis: solo algunos
Aquí es válido impugnar el yerro en que incurre Liévano «pocos de la plebe» quedaban por allí y se retiraban ya, cuando
al endilgarle a Acevedo la más férrea acción para mantener Acevedo les gritaba que no se fueran». Fue este, según
en pié el movimiento que, en su criterio, abandonaban las Liévano, el marco del famoso discurso de Acevedo: «Si perdéis
masas. Afirma el historiador que la violencia de las turbas este momento de efervescencia y calor; si dejáis escapar esta
careció de las proyecciones revolucionarias esperadas «porque ocasión única y feliz, antes de doce horas seréis tratados como
gran parte de la gleba que intervino en esta primera fase del insurgentes; ved los calabozos, los grillos y las cadenas que os
conflicto estaba formada por indios y vivanderos de las esperan».
poblaciones de la sabana, que debían regresar a sus pueblos al
amanecer» (Liévano, 1972: Vol. II, 571). Por tanto, después Veamos ahora cómo es posible contradecir su
de asaltar las residencias y almacenes «comenzaron a dejar interpretación. En primer lugar, el testimonio de Farto muestra
la ciudad». Acevedo intentó aprovechar la escasa presencia a todas luces un acérrimo odio no solo por el «populacho»
popular y procedió a nombrar la «Junta de Gobierno» integrada sino en general por la causa americana. En tal virtud, es
por personas que ni siquiera se habían aproximado al justificable que demerite la presencia del pueblo, que
ayuntamiento. ridiculice su cantidad o que denigre de su participación
consciente presentándola como comprada, amedrentada o
En estas circunstancias, afirma Liévano, «el hecho tenía engañada. En Liévano pudo obrar cierto tipo de historiografía
todas las características de una victoria fugaz»: «los grupos que ha acogido sin discusión este relato para resaltar las
de gente que rodeaban el Cabildo eran cada vez más escasos cualidades de Acevedo en desmedro de la participación
y al mismo Acevedo y Gómez le había sido imposible conseguir popular. Pero, en contra de este testimonio, otras versiones
que los regidores y la mayoría de los vocales nombrados se igualmente realistas contradicen el cálculo de asistentes que
trasladaran al lugar de los acontecimientos» (Liévano, 1972: hizo Farto. Para el Oidor Joaquín Carrión y Moreno, «la gente
Vol. II, 574). Para Liévano, es este el momento en que que se había juntado en la plaza» cuando empezó su discurso
«inesperadamente» irrumpen nuevas fuerzas, gracias a la .
Acevedo, po drían ser «setecientas u ochooen
. t as personas» Jo .
actividad política de José María Carbonell: una muchedumbre
que transforma la propuesta de «Junta de Notables» en Para Caldas, por el contrario, la presencia y accionar de
«Cabildo Abierto». las gentes del pueblo es continua y crece en cantidad Y
beligerancia con el paso de las horas, gracias a la agitación sin

Informe del Oidor D. Joaquín Carrión y Moreno al Consejo


29. Ibíd. de Regencia, en Ortega, 1960: 204.

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descanso que encabeza Carbonell. En la relación de los su gobierno, los oidores, eran perseguidos por el pueblo que
sucesos, Caldas salta en forma consecutiva de la prisión de atacaba sus casas. Algtfnos fueron detenidos y otros corrieron
Llorente a las casas de Infiesta y Trillo, y de allí localiza al a esconderse. El secretario privado del Virrey, el capitán José
pueblo en una sola mareada hacia la plaza principal. Leyva, asestó el primer golpe en las entrañas del poder: se
declaró de acuerdo con la instalación de la Junta. El coronel
La noche se acercaba y los ánimos parecía que tomaban nuevo
José Moledo, ayudante de Sámano, se negó a utilizar su tropa
calor con las tinieblas. Olas de pueblo armado refluían de todas
partes a la plaza principal; todos se agolpaban al palacio y no se en contra de la gente que ocupaba la calle y manifestó su
oye otra voz que ¡Cabildo abierto: Junta! (Caldas, 1996: 118). simpatía por la solicitud de los criollos. Es más, se presentó al
Cabildo y fue nombrado vocal de la junta. El capitán Antonio
A más de lo anterior, Liévano olvidó el testimonio más
Baraya, quien sacó sus hombres del Batallón Auxiliar a la plaza,
importante: el del propio Acevedo y Gómez, quien en
estaba con el movimiento y era pariente de los principales
fragmento citado parcialmente con anterioridad, advierte que
insurrectos.
«la plaza estaba completamente llena de gente y las calles no
daban paso» 31 • Pese a la división existente en el seno del ejército, algunos
hombres de la tropa intentaron cargar contra la multitud pero
El vibrante discurso de Acevedo y Gómez, más que a la
comprendieron de inmediato que la agresión era un suicidio:
población, estuvo dirigido a «los hombres más ilustres y
gentes del pueblo rodeaban ya el parque de artillería en donde
patriotas» que, «asustados por un espectáculo tan nuevo, se
se encontraban la munición y los cañones para impedir que
habían retirado a los retretes más recónditos de sus casas» 32 • Si
éstos fueran conducidos a la plaza. El testimonio de Caldas
no aprovechaban la movilización popular para crear la nueva
(1992: 120) es contundente:
junta de gobierno, la cárcel era la perspectiva más segura.
Una mujer cuyo nombre ignoramos, y que sentimos no
inmortalizar en este Diario, reunió a muchas de su sexo, y en
su presencia tomó de la mano a su hijo, le dio la bendición y le
dijo: ve a morir con los hombres; nosotras las mujeres
11. La división de la tropa y el valor de las mujeres marcharemos adelante; presentaremos nuestros pechos al
cañón; que la metralla descargue sobre nosotras, y los hombres
que nos siguen y a quienes hemos salvado de la primera
El 20 de julio, poco después del medio día, la resistencia descarga, pasen sobre nuestros cadáveres, que se apoderen de
del Virrey comenzó a desmoronarse. Los hombres fuertes de la artillería y libren a la patria.
31. José Acevedo y Gómez, carta a su primo Miguel Tadeo Gómez, Según otras fuentes, era esa mujer una «morena esbelta y
julio 21 de 1810, en M. VV (1996: 114). cimbreante, de ojos negros y vivos, de sensual boca, amante
32. Carta a don Carlos Montúfar, en Ortega, 1960: 174

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de Pedro Fermín de Vargas», quien huyó en su compañía existía en Bogotá una «Junta Suprema del Nuevo Reyno de
cuando sentenciaron a Nariño. Regresó sola al país en 1797 y Granada», presidida por el otrora virrey Amar y Borbón. Al
fue condenada a cinco años de prisión (Díaz, s.f.: 22). Cabildo llegó el fiscal Mancilla y pidió que se permitiera su
Menospreciada por la élite, vilipendiada por las damas de alta ingreso junto con Alba, Frías y Carrión a la Suprema Junta en
cuna, lideró la acción que hizo rodar por el suelo la escasa calidad de vocales. «Ya es tarde», se le respondió.
moral que podía tener la tropa leal al virreinato.
Con el avance de la jornada, la población movilizada en la
plaza construyó su propia seguridad. Las campanas de todas
las iglesias tocaron a rebato y la multitud se hizo aún mayor. 12. «Junta de notables» vs «Junta popular»
Mujeres y hombres empezaron a llegar desde las afueras de la
capital, de San Victorino, de los arrabales de Egipto, Las Cruces
y Belén; portaban antorchas y estaban armados de puñales y A partir del 21 de julio los hechos tomaron connotaciones
machetes. Sumaban, según las fuentes, ocho mil personas en especiales y nunca sospechadas siquiera por la mayoría de los
la plaza de una ciudad cercana a los veinte mil habitantes. El criollos ilustrados. El acta levantada el día anterior no
Virrey, quien se había negado a autorizar la reunión de los implicaba, a todas luces, una declaración de Independencia.
regidores y que discutió con Carbonell cuando éste visitó con Institucionalizó, simplemente, una versión de gobierno
una comisión el recinto palaciego para pedir Cabildo Abierto, compartido entre el Virrey y la dirigencia de los criollos que
prefirió negociar con los criollos. Autorizó el Cabildo duraría muy poco. La Junta fue protocolariamente reconocida
Extraordinario y aceptó el consejo del Oidor Jurado, y el propio Amar y Borbón prestó su juramento desde el recinto
simpatizante de la Junta: «conceda excelencia cuanto el virreinal.
pueblo pida si quiere salvar su vida y sus intereses» (Liévano, Poco después, sin embargo, las multitudes movilizadas por
1972: vol. II, 579). Carbonell ocuparon de nuevo la Plaza. Descontentas con lo
En adelante, el acuerdo del Cabildo tomó forma jurídica. pactado por el patriciado criollo, las masas de los arrabales
El Virrey se negó a asistir en persona alegando enfermedad, pedían ahora la prisión de Amar, de los Oidores Hernández
pero nombró como representante al Oidor Jurado. Accedió a de Alba y Frías y del Regidor Mancilla, así como la libertad
la Junta y aceptó su presidencia por propuesta de Camilo del canónigo Rosillo. A falta de una autorización legal que la
Torres y Acevedo. Finalmente autorizó que la custodia del confundida Junta no podía emitir, las multitudes emprendieron
parque de artillería le fuera entregada a don José Ayala, criollo la tarea por su propia mano. Llevaron a Rosillo en hombros
partidario de la Junta, quien desalojó a la tropa que se hasta la Casa Consistorial, sacaron a Frías de su vivienda y
encontraba apostada en él. A las tres y media de la mañana obligaron a que Hernández de Alba se entregara. No se

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contentaron con su detención: exigieron verlos con grillos de El día 23, la «Junta de notables» ordenó instalar un enorme
pies y manos y se declararon en vigilancia permanente para retrato de Fernando VÍI en las Casas Consistoriales y sacó a
defender sus propias decisiones. En un acto simbólico pero las renovadas milicias como guardia de honor en un desfile
significativo, el pueblo en la plaza obligó a que las milicias le que encabezó Amar y Borbón. Poco después se publicó el
presentaran armas y batieran marcha: ipasaba el soberano! primer «Bando de la Junta Suprema» que, además de
Con estos actos se inició una especie de situación «sostener y defender la religión católica, apostólica y romana»,
revolucionaria que tuvo como sede un viejo local en el barrio así como los «derechos de Fernando VII», «nuestro amable
San Victorino. A semejanza de la «Sociedad Patriótica» en soberano», prohibió «todo espíritu de división», «los toques
Caracas, con la participación directa de Bolívar, se instaló el de campana y cualquier otra alarma que no se haga de orden
22 de julio la «Junta Popular» santafereña que designó como de la junta», bajo la amenaza de «tomar las providencias más
presidente a Carbonell y discutió a voz en cuello, por primera activas y vigorosas». En adelante, advirtió, como un intento
vez en la Nueva Granada, la declaración de Independencia. de acabar con las movilizaciones, «el pueblo pedirá lo que
Entre tanto la «Junta de notables» preocupada por los quiera por medio de su Síndico Procurador General» (Liévano,
amenazantes sucesos, tomó la decisión de reestructurar las 597~598).
milicias y de readecuar al cuerpo militar que habría de Fue en vano. El pueblo había vuelto a la plaza y pedía la
enfrentar la avalancha que temían. A juicio de Caldas, «el prisión de otros funcionarios de la Corona y el juicio a
pueblo sostenía su puesto y su firmeza. A cada momento Marroquín, el auxiliador de González Llorente. Pidió el registro
gustaba más de su libertad, conocía más y más sus derechos, de varios domicilios bajo la sospecha de que guardaban armas
su dignidad y su soberanía. Tomaba aquel tono imperioso, libre y se exigió el allanamiento de las moradas de los Oidores para
y de señor. Ya no era ese rebaño de ovejas, no ese montón de buscar los expedientes que se hubiesen iniciado contra los
bestias de carga que sólo existían para obedecer y para sufrir. patriotas, así como las llaves del Acuerdo para examinar las
Pedía o casi mandaba a la Suprema Junta la ejecución de causas criminales. Carbonell, en persona, presentó un pliego
muchos artículos» (Caldas, 126). con más de setenta artículos, entre los cuales sobresalían la
Más aún: libertad y la igualdad sin distinción de personas.
La «Junta Suprema» organizó, entonces, cuatro
ya muchos ciudadanos ilustrados preveían las consecuencias a
escuadrones con 150 hombres y «una fuerza de a caballo» al
que darían origen las reuniones frecuentes de un pueblo
mando de patricios criollos; se convocó un regimiento de
numeroso y embriagado con la libertad. Se temía que aquellos
«Voluntarios de la Guardia Nacional» cuyo reclutamiento se
esfuerzos que al principio habían salvado la patria, le fuesen
funestos en los días consecutivos, y deseaban que la suprema encargó a Baraya con base en la anuencia que sobre los
autoridad impidiese las reuniones (Caldas, 127). individuos garantizara la Junta Suprema y se puso al frente

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de ellos a uno de los mayores hacendados de la Sabana, de pompa y gala, mientras la «Junta popular» impulsaba la
donde provenían los voluntarios, con el propósito de frenar creación de similares 6rganizaciones en cada barrio.
las aspiraciones populares y obstaculizar la acción agitadora Los días 10 y 11 de agosto el pueblo volvió a las calles para
de Carbonell. Los días 24 y 25 de julio -dice Caldas- la exigir que Amar y su esposa fueran conducidos con grillos a
caballería velaba en todos los sitios peligrosos» mientras las las cárceles comunes. La Junta Suprema respondió con
reuniones tumultuarias cedían el paso a la calma y la evasivas y argumentó que el ex virrey sería expulsado de la
serenidad. ciudad con destino a Cartagena. Al día siguiente los ánimos
De repente, en la tarde del 25 de julio, surgió el rumor de se caldearon y las Juntas populares lanzaron las consignas de
que la guardia de honor que conservaba Amar había cargado «el Virrey a la cárcel» y la «Virreina al Divorcio». El pueblo
con bala sus fusiles y preparaba los cañones. De nuevo una tuvo arrestos para enfrentar con su movilización a las milicias
marea de pueblo enfurecido, campanas a rebato y la exigencia y se lanzó en masa contra las Casas Consistoriales y el Tribunal
de detener al ex virrey y a su esposa, sin que los patricios de Cuentas en donde se hallaba el ex virrey. La junta no tuvo
criollos pudieran oponerse: «conocía que la perplejidad en alternativa y ordenó el traslado.
estas circunstancias podía tener las más funestas Las mujeres del pueblo cobraron su vindicta frente a la ex
consecuencias y resolvió acceder a los deseos del pueblo» virreina. Formaron una calle compuesta por más de seiscientas
(Caldas, 140). Amar y Borbón fue conducido al Tribunal de mujeres por donde pasó la esposa de Amar. «Le rasgaron la
Cuentas, mientras su esposa fue recluida en el Convento de saya y el manto», «las indolencias que le decían era para tapar
Santa Gertrudis. los oídos»; «la llevaron a empellones y puñadas», «la hicieron
Con este hecho, las bases del acuerdo entre el Virrey y los caer en el caño de la calle de la Catedral» (Citado por Liévano,
criollos comenzaron a romperse, tanto como la relación de la 613).
«Junta de notables» con la «Junta popular». En adelante, El hecho rebosó la copa y la «Junta Suprema» decidió
clamaron los patricios, no querían escuchar más las voces de mostrar su catadura. Al día siguiente, una guardia reforzada
«el pueblo dice, el pueblo quiere» y todas las peticiones debían ocupó la plaza mayor y se sacó a la pareja de ex virreyes de la
hacerse de manera formal, a través de memoriales cárcel, devolviéndoles el palacio en medio de cortejos y
presentados a personas que la Junta comisionó en los barrios, discursos de desagravio en un ceremonial solemne. El pueblo
como requisito para ser consideradas. se amotinó como respuesta en los barrios más humildes y se
Con todo, la Junta ratificó el día 26 de julio su anunció una manifestación para el día 16 con el propósito de
reconocimiento a Femando VII como rey, aunque desconoció retornarlos a prisión. La Junta Suprema convino la partida
al Consejo de Regencia. La ambigüedad se reflejó igualmente del Virrey y su esposa y los compensó con dinero.
el 6 de agosto con la celebración de la conquista en medio de

84 85
El 15 de agosto, al tiempo que una procesión en honor de
«Nuestra Señora del Tránsito» se efectuaba en la ciudad y
algunos barrios, salió la familia virreinal casi en secreto; se
ordenó el allanamiento y ocupación de la sede principal de la
Junta popular y la detención de José María Carbonell, Manuel
García y José Eduardo Pontón. Los brotes revolucionarios
murieron y el poder definitivo quedó en manos de los notables
criollos.
La «Junta Suprema» de Santa Fe cumplió al dedillo con
aquello que Marx dijo acerca de las Juntas creadas en España: CONCLUSIONES:

Se vieron llenas de gentes elegidas en virtud de la posición


ocupada antes por ellas y muy distantes de ser jefes
NI REVOLUCIÓN, NI NACIÓN
revolucionarios ... al detener su elección en estas autoridades, el LA INDEPENDENCIA POSTERGADA
pueblo no pensó en limitar sus atribuciones ni en fijar término
a su gestión. Naturalmente, las juntas sólo se preocuparon de
ampliar las unas y de perpetuar la otra. Y así, estas primeras
creaciones del impulso popular, surgidas en los comienzos mismos
de la revolución, siguieron siendo durante todo su curso otros
tantos diques de contención de la corriente revolucionaria cuando
esta amenazaba desbordarse (1974: 19-20).

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¿Cuál era la situación económica y social de la Nueva
Granada al momento de la Independencia? La productividad
regional y las relaciones que en los procesos productivos se
establecían, la heterogeneidad de lo social y las condiciones
concretas de la sociedad neogranadina al momento de su
independencia, no fueron tan simples en la realidad como
para describirlas en pocos renglones. La brevedad y sencillez
de los aspectos tratados en nuestro primer ensayo, solo ha
intentado sustentar algunas conclusiones sobre determinadas
características que asoman de plano.
Tal como concluye Germán Colmenares y como lo hemos
dejado expuesto, la economía del oro no se desarrolló
uniformemente, con un centro único o dentro de una
específica unidad territorial, y ni siquiera dentro de un marco
administrativo centralizado. La explotación del oro se desplazó
en forma regular por diversas regiones del reino, utilizando
procesos de trabajo y abastecimiento diferentes. «Esta
movilidad produjo como resultado que en diferentes épocas
la riqueza, y con ella el acceso a un mundo exterior, se
concentrara en regiones aisladas unas de otras. La prosperidad
que caía de pronto sobre un territorio era apenas compartida
por los demás. Paradójicamente, los nexos entre una región
minera y las regiones vecinas resultaban a veces más débiles
que aquellos que mantenía con un mercado mundial». Tres
siglos de economía del oro, construida fugazmente en

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yacimientos dispersos que obligaban a desplazamientos comercialización y trapsporte. La concentración de recursos
permanentes, dejaron una huella profunda en la formación en manos de sectorei privilegiados favoreció una estructura
económica y social de estas regiones (Colmenares, 1997 A: económica sin estúnulos para el desarrollo productivo y técnico.
26 7 y ss.). Es allí donde reside el origen de la célebre definición Las oportunidades del poder adquisitivo y de movilidad social
de Colombia como «archipiélago de regiones». en estamentos medios, fueron francamente restringidas. No
Aunque el oro se convirtió en el producto principal y casi solo era pobre la capacidad productiva colocada en el mercado.
exclusivo para la exportación, los diversos procesos de También era pobre la base social que a él tenía acceso.
producción, la diferenciación regional y la variedad productiva Al final de la colonia, la historia social no podría hablar de
en otros ramos económicos, indican la ausencia de una castas con la nitidez con que lo haría en los siglos XVI y XVII.
especialización o modelo único en todas las regiones. El Sin embargo, para el siglo XVIII, la calidad estamental de la
problema fundamental reside en el desarrollo desigual de sus sociedad era indiscutible. Luego de los encomenderos -cuya
actividades, en la carencia de un mercado nacional que las supremacía surgió de la conquista y de la dualidad étnica y
aglutine, y en la debilidad de los centros mercantiles, cultural que institucionalizó la colonia-, correspondió el tumo
incapaces de articular el esquema y los resultados productivos a los terratenientes, los mineros y los comerciantes, quienes
regionales. No hay que olvidar que, hacia 1810, solo un pasaron a forjar la clase dirigente con alianzas, incluso
producto alcanzaba circulación nacional: la sal gema de matrimoniales, con funcionarios de la burocracia imperial. La
Zipaquirá, Tausa y Nemocón, del cual se proveían «casi todas propiedad se concentró, entonces, en las élites que
las provincias interiores de la Nueva Granada» 33 • No existía detentaban a su vez la pureza de sangre y las relaciones con
un mercado nacional ni un país unido que lo propiciara. la monarquía. Más allá del color de la piel o del lugar de
La concentración de poder durante la colonia implicó un nacimiento, empezó a formarse un poder real fundado en la
Estado inoperante y frágil en materia económica, que no fue propiedad o en la preponderancia sobre el juego político y
capaz de construir mecanismos de transporte y comunicación económico de la sociedad. Si bien los criollos se encontraban
para dominar su geografía regional ni desarrollar la educación en la cima de la pirámide social, la inequidad política los
o las habilidades de su población. A ello debería agregarse, enfrentaba con los chapetones y en muchas ocasiones tuvieron
igualmente, la ausencia de procesos internos que condujeran que duplicar sus arrestos para protegerse de las sospechas de
a un crecimiento sostenible en la demanda, a la acumulación mestizaje. Entrado el siglo XIX, el poder local empezó a
de dinero y a la inversión en infraestructura de producción, sustentarse en la calidad de terrateniente y propietario de
esclavos. La contradicción entre americanos y españoles afloró
33. Obsérvese, al respecto, el «Diario Político de Santafé de
Bogotá», No. 18 del 23 de Octubre de 1810. El total de sal producido como motor de los conflictos. En la villa del Socorro, por
anualmente se estimaba en 200.000 @, con un precio calculado en ejemplo, mal podían los criollos aceptar el poder de un
$ 50.000. corregidor aparecido a última hora.
90 91
Durante la Colonia, gran parte de la población, bajo el En estas condiciopes, los métodos de conquista y
ambiguo estatus de «libres» o mestizos, era sometida a colonización, el proceso estructural colonial, los sistemas de
tributos: blancos pobres, mestizos arañando limpiezas de producción, las relaciones de trabajo, el aislamiento geográfico
sangre, pardos, gañanes, colonos, agregados, labradores, y la diversidad productiva, así como determinadas formas de
aparceros, medieros, pastores, pulperos, arrieros, artesanos, enfrentar los aspectos sociales, demográficos y étnicos,
asalariados y trabajadores independientes, entre otros. Y al contribuyeron a crear, en el curso del desarrollo histórico,
lado de ellos, en la base de la pirámide, la mano de obra notables diferencias regionales que moldearon una diáfana
indígena y negra que sustentaba el sistema económico sobre heterogeneidad social y cultural en los sujetos de la
formas institucionales de explotación como la encomienda, independencia granadina. Desde luego, esas diferencias no
la mita, el concierto/alquiler o la esclavitud. solo se expresaron en torno a los proyectos de las élites, sus
concepciones y acciones; también se expresaron con respecto
La organización misma de la administración establecía de a los sectores subalternos y en el seno de éstos mismos.
plano ciertas diferencias. La Audiencia estaba compuesta por
ciudades, villas, pueblos de indios, lugares y parroquias cuya Más que en la variedad productiva, el factor diferenciador
jerarquización reposaba en privilegios, más que en un esquema descansaba en las relaciones que tales procesos regionales de
administrativo~constitucional uniforme. En ello, argumenta producción encarnaron. Mientras algunas actividades
Colmenares, las normas de derecho público seguían las pautas económicas se edificaron en torno a la mano de obra esclava
de un Estado patrimonial que distribuía favores a los o al concierto de indios, otras encajaron de manera natural
individuos en el derecho privado (Colmenares, 1980: 145). diversos sistemas o exigieron formas de trabajo servil y libre.
Con las reformas borbónicas, incluso, dispuso el virrey agrupar Mientras algunas precisaron formas de relación social
en poblados, «ordenados y sujetos a una disciplina legal y aristocráticas y verticales, otras indujeron formas de relación
religiosa» a vagabundos y pordioseros que «debían ser social directa y relativamente horizontales. De hecho, el
recogidos y forzados a trabajar» (Me Farlane: 1997, 406). empleo de indígenas o esclavos generó diversos conflictos.

Los indígenas, los esclavos, los labradores y los artesanos, A pesar de las notorias diferencias que observaron los
quienes podrían sumar las cuatro quintas partes del total de sectores sociales en el 20 de julio santafereño, las
contradicciones en el seno de las élites neogranadinas
la población, eran analfabetas. Las escuelas de primaria eran
escalaron finalmente las aristas del conflicto. Ellas se hicieron
escasas y circunscritas a las ciudades más populosas; no eran
visibles entre encomenderos~terratenientes y mineros o entre
dotadas por el gobierno español sino por los cabildos o
mineros y comerciantes según la fuerza de trabajo preferida.
particulares. El ingreso a ellas era otro de los privilegios en
El 20 de julio de 1810 mostró las diferencias: por un lado, los
tiempos coloniales (Restrepo, 1969: 3 7). La pobreza solo fue
«guarnetas del pueblo bajo», «la plebe», «la gleba», y por el
reconocida como tal cuando el dominio de España llegaba a
otro, el patriciado, los notables y entre estos últimos, la
sus últimos días (Rodríguez: 2007, 21).

92 93
confrontación inicialmente silenciosa y después protagónica con proyectos e intereses diferentes; familias enteras luchando
de la historia. por el poder en su vilI; y en su pueblo.

En efecto, no fueron pocos los factores que incrementaron En 1810, por estas razones, no podía existir identidad
la diferencia social, cultural, histórica y de intereses nacional ni unidad de criterios con respecto a los propósitos
configurada en los estratos regionales criollos. El sistema de los Cabildos. Las élites criollas en la Nueva Granada
relacional oro,plata,mercancías que fue asumido con tanta guardaban serias diferencias con respecto a sus perspectivas
diversidad como la producción misma, fue uno de los más políticas y económicas. Algunas hubieran preferido continuar
importantes; las vías y mecanismos de acumulación regional bajo la tutela española, no solo por los beneficios adquiridos,
no solo fueron diferentes sino, incluso, contrapuestos. sino también por el temor a desatar una rebelión en contra
de su propio statu,quo. Otras querían la autonomía sin
Si las vías de acumulación de riqueza eran disímiles y
desafiar el poder español o con la esperanza de que en algún
discordantes, los intereses necesariamente terminarían
momento pudieran ser libres sin mayor esfuerzo. Algunas más
enfrentados. No se trataba simplemente de defender o no la
eran realmente leales a la Corona e ideológica y culturalmente
esclavitud, de perpetuar o no el concierto de indios como
atadas a su identidad con España. Los más proclives a la
sistema productivo. Se trataba también de disputarse el
Independencia desde los primeros clamores de 1810, fueron
control sobre el metálico y, a través de él, sobre el mercado
bastante pocos. Se encontraban presos, como Antonio Nariño,
externo, observado como alternativa número uno de
prófugos como Pedro Fermín de Vargas, o fueron perseguidos
acumulación. Por consiguiente, los mecanismos de
y encarcelados después del primer triunfo, como José María
distribución de los productos y el estanco sobre la sal, el tabaco
Carbonell.
y el aguardiente, tendrían que ser, igualmente, materia de
contrariedades. No hubo, entonces, una nación siquiera en ciernes. No
solo no existía una economía nacional con un mercado de tal
Si no existía un centro mercantil capaz de aglutinar la
índole como en la expresión nacional alemana; tampoco se
complejidad productiva y colocarla a su servicio, ello se debía a
había forjado una concepción republicana y laica que, en el
la inexistencia de un sector de clase con carácter nacional,
sentido nacional francés o estadounidense, estuviese
con el poder político y económico suficiente para implantarlo.
dispuesta a conducir el triunfo de la razón sobre la tradición.
A la hora de la verdad, cuando se piensa en términos de
Hubo, en cambio, una eclosión de proyectos locales enredados
«nación», las diferencias económicas regionales no pesan tanto
en la continuidad hispana que se manifestaron en múltiples
como la ausencia de un sector apto para salvar las diferencias
juntas defensoras, todas, de los derechos de Fernando VII. Si
socio,culturales e imponer su dominación o hegemonía. A falta
en gracia de discusión se aceptara que 1810 marcó el inicio
de una élite criolla con proyecto nacional unificado, el momento
en los procesos de construcción nacional para la América
de la independencia dejó al desnudo diversas élites regionales

94 95
Hispana, faltaba mucho por hacer; incluso la declaratoria el resultado fue un agudo regionalismo que complicó
formal de la misma Independencia. enormemente los primeros intentos de organización política.
En realidad, no solamente se demostró que las diferentes
De todas maneras, no fue una situación simplemente local. provincias eran incapaces de unirse, sino que algunas
En toda América hispana los criollos debatieron la alternativa: comenzaron a desmembrarse internamente. Después de todo,
lFidelidad a Fernando VII, autonomía o independencia? Pero una vez proclamado el principio de que cada provincia debería
no solo ello. El debate por el sistema de gobierno, ¿federalismo ser una entidad independiente, con su propia junta de
o centralismo?, por ejemplo, estuvo también al orden del día. gobierno, ¿por qué considerar solamente las provincias
Las diferencias regionales eran tan profundas como las existentes, todas ellas rezagos del pasado sistema colonial?
divergencias políticas y las conveniencias económicas. Al fin Consecuentemente, algunas poblaciones remotas comenzaron
y al cabo, solo los unía el sentirse americanos y no nacionales, a declararse independientes de sus respectivas capitales
aunque algunos, incluso, se sentían también «tan españoles provinciales, con el propósito de crear más provincias
autónomas (Bushnell: 1996, 65).
como los hijos de don Pelayo». En estas circunstancias, vale
repetir, la unidad política y la nación no fueron el punto de La idea de modernidad, el concepto de progreso, que
partida de la vida republicana sino, por el contrario, un proceso alcanza a vislumbrarse en los precursores de la
a construir. A falta de entendimiento, las guerras civiles Independencia, no parece presente en las decisiones de las
pasaron al primer plano de inmediato. juntas. Anclados en el siglo XVIII, reflexionan sobre el orden,
la paz y la libertad pero no sobre la modernidad. Al contrario,
La historia que se escribe a partir de 1810 es aquella cuyas
los dirigentes se desvelan por la conservación de los privilegios,
características se habían forjado en tres siglos de sometimiento.
por la continuidad del statu~quo; pretenden conquistar el aparato
La mal llamada «Patria Boba», como la «Patria Vieja» en
estatal sin mayores modificaciones y sin alterar las condiciones
Chile, donde los patriotas se baten fratricidas, no son históricos
sociales y económicas preexistentes. La nación, una forma política
errores. Es simplemente aquella América «apoderada del de la modernidad y actor principal de la modernización, no estaba
furor» de hacer juntas y gobiernos independientes «hasta en todavía en la mente de los hombres del 20 de julio. No podía
los pueblos más miserables>>34; la América donde «cree el estarlo sin vencer las fuertes cadenas del pasado. Todavía en la
aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea» (Martí, Carta de Jamaica, Bolívar no lograba dirimir el asunto.
2003). David Bushnell lo explica en un párrafo que vale la
pena citar en extenso: El 20 de julio de 1810 puso en movimiento a los diversos
sectores sociales con sus disímiles formas de concepción y de
La separación geográfica vino a reforzar las diferencias acción. En la élite criolla, algunos personajes desconfiaron de
socioeconómicas básicas que existían entre las grandes regiones; la movilización popular, la encontraron peligrosa y la
aborrecieron. La aceptaron, en un principio, porque no tenían
34. Argos Americano, periódico cartagenero, mayo 27 de 1811. otra salida; como estrategia temporal y como producto del

96 97
desespero. Otros vieron en ella el instrumento y pretexto para acertada sobre los conflictos para sumar fuerzas. Más que al
conseguir sus fines y los más consecuentes se colocaron a la vacío de poder configurado en España, los criollos temían al
cabeza del movimiento para orientarlo. vacío de poder en América. Los santafereños, por ejemplo,
En el fondo, se llevó a escena una lucha entre significados. trasnocharon con la posibilidad de un asalto que podía gestarse
Los criollos invocaron al pueblo como soberano para reclamar en la provincia o con el desbordamiento de un movimiento
el poder, para justificar en términos teóricos la conformación popular instigado por sectores rivales. La memoria del
de la Junta y sostenerla. Si el rey estaba preso y no podía ejercer movimiento comunero rondaba los espíritus de dirigentes
su mandato, la soberanía retornaba al pueblo y el pueblo la criollos que nunca reconocieron en él su justeza ni su grito
asumía a través de las juntas. Pero, al mismo tiempo, precursor contra el dominio colonial. Paradójicamente, las
expresaron su temor -y a veces su terror- frente al ejercicio armas que empuñaron las milicias para controlar el orden
soberano del pueblo. Los sectores populares, por su parte, se público en una Santa Fe desbordada por las exigencias
encontraron de repente ante una situación nunca vista. populares, fueron extraídas del depósito en que reposaban
Descubrieron, demasiado pronto, que su presencia en la plaza, desde el peligro comunero. Creada la Junta, la élite
sus gritos y sus puñales, lograban en un día lo impensable en santafereña trasnochó con la «embriaguez» de un pueblo que
lustros de historia. Abrazaron la política y arrastraron, sin se salía de sus manos; ordenó, entonces, una y otra vez su
saberlo, la idea jacobina de que los cambios en el Estado desmovilización y creó canales demagógicos para controlar o
podrían transformar la sociedad. Sin embargo, cuando el botín desmontar la acción directa de la «gleba».
estuvo seguro en manos de los criollos, la milicia salió por un El rumor fue también un motor importante en la
lado y las procesiones religiosas por el otro. Se detuvo a movilización. Los criollos se decidieron con el rumor de que
Carbonell y se cerró la sede de la «Junta Popular», se dictaron se cernía sobre ellos una causa criminal levantada por los
bandos que prohibieron las manifestaciones y las Oidores, al tiempo que los sectores populares renovaban sus
reclamaciones por vías diferentes a las dispuestas por la Junta pedidos cuando el rumor anunciaba un peligro sobreviniente
Suprema. o una arremetida militar del virrey y sus áulicos. En este último
Los sucesos del 20 de julio de 1810 pusieron de presente caso, podría pensarse incluso que el rumor entraba en
las ambigüedades de los criollos. Aceptaron el Cabildo circulación con el propósito definido de incitar la movilización
Extraordinario pero sesionaron en Cabildo Abierto, y conducirla a la obtención de resultados. A disgusto de los
destronaron al virrey pero lo nombraron presidente de la Junta, criollos, la detención de Amar no le sirvió a nadie como a ellos.
rechazaban el dominio español pero reconocían los derechos Para los criollos el movimiento provocado el 20 de julio
de Fernando VII y le ofrecían conservar su territorio. Mucho culminaba con la creación de la Junta. Al día siguiente, con
hubo de táctica, algo de convicción y un poco más de atención el reconocimiento de las milicias al nuevo gobierno y el

98 99
juramento del virrey como presidente, se dio por culminada A partir de la Revolución Francesa la idea revolucionaria
la revolución. Se eliminó a la Real Audiencia y se suprimió el unió tres elementos:<la voluntad de liberar las fuerzas de la
cargo de Virrey. Sin embargo, lejos de proclamar la modernidad, la lucha contra un antiguo régimen que pone
Independencia, se juró «derramar hasta la última gota de obstáculos a la modernización y al triunfo de la razón y,
sangre» por defender la religión y a «nuestro amado monarca finalmente, la afirmación de una voluntad nacional que se
Fernando VII». El día 23 de julio, la Junta recalcó en un bando identifica con la modernidad (Touraine, 1994: 69). Quizás,
la fidelidad del pueblo y de sus nuevos gobernantes al rey con diversos limitantes, estas características empezaron a
Fernando VII y ofreció una vez más «mantener sus derechos». surgir con la guerra de independencia y con personajes como
Si bien el día 26 desconoció al Consejo de Regencia y al nuevo Bolívar, pero no estuvieron presentes en los propósitos del 20
virrey que este designaba, el 29 volvió a declarar terminada de julio de 1810.
la revolución y el 6 de agosto celebró solemnemente el La aspiración de una Junta Suprema de Gobierno y su
aniversario de la conquista. En sentido estricto, la revolución consolidación se convirtió en asunto exclusivo de las élites
para los criollos duró un día y no cambió más que el gobierno, criollas en Santa Fe y en toda la Nueva Granada. Ante todo,
aunque aceptó a Amar y Borbón como su presidente. Dicho estamos frente a un cambio político que no logra tocar los
en otras palabras fue una especie de golpe de Estado asestado trasfondos del régimen y menos aún la economía; tampoco se
desde el Cabildo, que logró y utilizó la movilización popular y trata de organizar una sociedad automotora que se identifique
ganó el respaldo de los cuerpos de ejército para destituir a los con la formación de una nación. Los componentes de las
Oidores, cambiar el título del virrey y reducir su poder. juntas, además, no son elegidos democráticamente, ni siquiera
Los sectores populares, cuyos representantes no formaron aclamados y no representan a la totalidad de los sectores
parte de la Junta Suprema, impulsaron su propia Junta, movilizados. Sus decisiones ulteriores, por el contrario,
crearon sedes de ella en cada barrio y convirtieron la intentan aplacar los reclamos e instalar la tranquilidad y el
movilización en herramienta participativa. Lograron aquello orden precedentes.
que de una u otra forma les convenía a los criollos en su En estas circunstancias, la Independencia se convirtió en
momento político pero fueron silenciados cuando la situación tarea postergada. No hubo en 1810 ni revolución, ni nación.
estuvo definida. No hubo, por consiguiente, una revolución Todavía en plena lucha por la Independencia, un año después,
propiamente dicha. Si acaso tomó bríos con la detención de no hubo en la Nueva Granada un Estado en germen; hubo
Amar y de su esposa, de inmediato fue aplacada con la prisión múltiples, pequeñas y regionales expresiones de Estado.
de Carbonell, la clausura de las sedes de la Junta Popular y la Igualmente, no hubo un ejército; hubo múltiples y regionales
militarización de la ciudad por obra de una milicia expresiones de ejércitos. La historia de la revolución de
reestructurada y leal a la dirigencia criolla. independencia, como la historia de la nación, recién
empezaron a escribirse con estos hechos.

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