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1. Los huevos son transmitidos por las heces, y si son depositados en la tierra, en un sitio
húmedo y tibio, las larvas eclosionan en 1 o 2 días.
2. Los huevos liberan larvas rabditiformes, que crecen en las heces o el suelo.
3. Después de 5 a 10 días las larvas se vuelven infecciosas.
4. Cuando entran en contacto con el huésped humano, penetran la piel y llegan al
corazón, y luego a los pulmones a través del torrente sanguíneo. Penetran en los alvéolos
pulmonares, y ascienden por el árbol bronquial hacia la faringe, donde son deglutidas.
5. Las larvas alcanzan el intestino delgado, donde maduran. Los parásitos adultos viven en
la luz del intestino delgado. Se adhieren a la pared intestinal, se alimentan de la sangre (lo
que produce pérdida de sangre en el huésped), y producen huevos.
La uncinariasis es endémica y más grave, cuando el ambiente físico y socio-humano
favorecen el fecalismo, la población más susceptible de con- traer la parasitosis son los
niños preescolares y escolares quienes juegan con los suelos contami- nados, pero
también los adultos al caminar des- calzos, aumentan considerablemente el riesgo de
exposición.
En todas las investigaciones realizadas, se ha confirmado la relación causal de la
uncinariasis con la pobreza, el saneamiento ambiental deficiente y el ruralismo.
En contraste, las larvas filariformes de ori- gen animal, como es el caso del A. braziliense
pre- sente en el excremento de los perros, atraviesan la epidermis y se desplazan cavando
un túnel in- tradérmico serpiginoso, tal lesión se conoce como larva migrans cutánea
manifestación clásica de la uncinariasis zoonótica
Al cabo de diez días de haber penetrado por la piel, las lar- vas filariformes son acarreadas
a los pulmones, provocando edema intraalveolar transitorio con eosinofilia, acompañados
de tos seca, ardor de garganta, así como de sibilancias asmatiformes, fiebre y a veces
esputo hemoptoico (síndrome de Loeffer);3,4 estos síntomas suelen durar cerca de dos o
tres meses.
La especie de la uncinaria infectante es de gran significado epidemiológico y nutricional,
habién- dose estimado la pérdida sanguínea diaria por lom- briz en 0.3 a 0.25 mL para
Necator y, 0.1 a 0.5 mL para Ancylostoma. Un niño parasitado por N. americanus suele
perder 8 mL de sangre por día, contra 60 o más mL causados por Ancylostoma.8 Por
ejemplo, en Zanzíbar del África tropical, la prevalencia de hipoferritinemia, es decir, el
nivel de ferritina sérica < 12 μg/L fue 33.1% en el caso del Necator, contra 58.9%
registrado en los niños parasitados por A. duodenale.
Conocido internacionalmente como hookworms (gusano ganchudo) o whipworms
(gusano látigo).
A finales de la década de 1940, se estimaba que una cuarta parte de la población mundial
sufría infecciones por uncinarias (uncinariasis). En la actualidad la prevalencia supera los
700 millones de personas.
El sistema excretor de los gusanos es complejo: consiste en una estructura portadora, otra
estructura suspensoria y un par de túbulos que se extienden desde la cápsula bucal hasta
la región subcaudal. El poro excretor se halla en la región ventral del gusano.
Los gusanos machos solo tienen un testículo asociado a una bolsa dentro de la que
desembocan el recto y el canal genital.
Los huevos del gusano suelen tener de 2 a 8 células cuando se eliminan en la materia fecal
de la persona infectada. Las condiciones más favorables para los embriones son los suelos
arenosos, húmedos, sombríos, cálidos y con material vegetal en descomposición. En
condiciones favorables, las larvas, de tipo rhabditoide, eclosionan al cabo de entre 24 y 48
horas. Entre el 5º y 8º día, la larva muda al estado filariforme a la vez que su boca se cierra
y el esófago se alarga. Esta larva filariforme es ya infectante para el hombre,
manteniéndose viable, en un hábitat favorable, durante varias semanas.
El paso de las larvas desde los capilares pulmonares hasta los alveolos no da lugar a una
reacción histológica significativa.
La malnutrición disminuye la resistencia a la infección. Tal vez por esta razón, los niños son
los más susceptibles, seguidos por las mujeres y los hombres.