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Resumen de la Guía de Diseño para el Lavado de Pozos

Jesús Tlatuani Ortiz García


La operación de lavado de pozo consiste en desplazar el lodo de perforación empleado en la
última etapa con un fluido de terminación libre de sólidos. En la mayoría de los casos, el fluido de
terminación es filtrado para eliminar partículas contaminantes. Si la operación de lavado es
ineficiente, los sólidos no removidos pueden taponar los poros y canales de la formación
productora durante los disparos, causando una drástica reducción de la permeabilidad y con esto
una disminución de la producción. Lo anterior, debido a la gran variedad en tipos y composición
química de los fluidos de terminación, así como las características mineralógicas y propiedades de
los yacimientos productores en México.

Por lo que, para una selección apropiada de fluido de terminación se recomienda realizar pruebas
de laboratorio para verificar la interacción y compatibilidad entre roca–fluido y fluido–fluido.
También se ha observado que las propiedades de los fluidos lavadores y viscosos son variadas, así
como el criterio para el nivel de turbidez.

METODOLOGÍA DE DISEÑO

a. Sarta de lavado: La utilización de herramientas, como cepillos, difusores, escareadores


rotatorios o algún otro elemento mecánico que pretende mejorar la eficiencia de la
limpieza, deberá ser analizada antes de su introducción al pozo, con la finalidad de evaluar
el riesgo y el beneficio esperado por el incremento de recursos a emplear. Esto es correcto
siempre y cuando sea técnicamente factible y el objetivo del viaje no sea únicamente lavar
el pozo, pues se evitaría un viaje adicional para el desplazamiento de lodo.

b. Tipo, posición y cantidad de baches: Analizando operaciones previas de lavado, se ha


observado que no se requiere una gran variedad y cantidad de baches para ejecutar una
operación rápida y exitosa de lavado, por lo que se sugiere emplear únicamente los
siguientes tipos de fluidos:
• Fluido espaciador (agua o Diesel)
• Fluido lavador.
• Fluido viscoso.
• Fluido de terminación.

c. Volumen o longitud lineal de baches: La función del bache espaciador es separar


dos fluidos para evitar su contaminación; por lo tanto, éste debe proveer una distancia
suficiente para mantener los fluidos alejados uno del otro. Debido a lo anterior, se
recomiendan un volumen de bache espaciador equivalente a 500 m lineales en el espacio
anular más amplio. Esto, siempre y cuando no altere el programa de líquidos en el equipo
d. Presión diferencial máxima durante el desplazamiento: Se requiere obtener la presión
diferencial máxima con el objeto de determinar el equipo de bombeo a utilizar. Si la
presión diferencial es mayor a la presión de trabajo de las bombas de lodo, se deberá
emplear la unidad de alta presión, de lo contrario se deben emplear las bombas de lodo
con el mayor diámetro de camisa posible. Esto, con la finalidad de alcanzar el mayor gasto
de bombeo.
e. Ingeniería de fluidos: Los fluidos que realizan el lavado de un pozo, es decir el
desprendimiento y acarreo de los sólidos, son los baches lavadores y viscosos. Por tanto,
se analizaron los modelos reológicos que caracterizan el comportamiento de éstos y se
encontró lo siguiente: los baches lavadores se comportan como fluidos newtonianos; por
otra, parte los baches viscosos se comportan como fluidos nonewtonianos, siguiendo el
modelo de ley de potencias.

Baches lavadores
Para obtener el tipo de flujo que se presenta en las diferentes secciones del sistema, es
necesario conocer el número de Reynolds. Para saber si se está llevando a cabo una
operación adecuada de desplazamiento, se calcula la eficiencia de transporte de los
sólidos en el sistema, la cual es función de la velocidad de deslizamiento de la partícula y
de la velocidad del fluido. Para alcanzar un régimen turbulento en este tipo de fluidos, se
requiere alcanzar el número de Reynolds mayor a 2100, este es un numero de Reynolds
crítico. La velocidad de deslizamiento es función de las características de los sólidos a
transportar y del fluido lavador. En este proceso se presentan diferentes partículas, como
barita, sedimentos, contaminantes, etc. La barita es una de las partículas más pesadas en
el proceso, por lo cual este análisis dará un buen resultado si se considera la barita como
el sólido a evaluar. El rango API de la barita varía de 25 a 75 micrones, por lo que se
considerará el máximo tamaño para este cálculo.

Baches viscosos

A diferencia de los fluidos lavadores, los baches viscosos se comportan como fluidos
no-newtonianos, los cuales se ajustan al modelo de la Ley de potencias. El Apéndice 3
presenta la caracterización de estos fluidos. Estos índices se obtienen empleando las
lecturas del viscosímetro rotacional «Fann-35» En el modelo de la Ley de potencias se
requiere calcular la viscosidad aparente para obtener el número de Reynolds. Ésta es
función de los índices que caracterizan el fluido, así como de la geometría y la velocidad de
flujo. Para alcanzar condiciones de turbulencia, el número de Reynolds tiene que ser
mayor que el número de Reynolds crítico, este último es función del índice de
comportamiento de flujo. El flujo más apropiado de los baches viscosos es el turbulento.

Una vez que se conoce el número de Reynolds crítico, tenemos dos ecuaciones con dos
incógnitas, resolviendo estas simultáneamente se puede calcular la velocidad crítica, la
cual sería la mínima requerida para alcanzar el régimen turbulento.
El procedimiento para determinar el gasto adecuado de lavado es el siguiente
 Determinar el índice de comportamiento de flujo.
 Calcular el índice de consistencia.
 Obtener el número de Reynolds.
 Determinar la velocidad crítica.
 Estimar el gasto mínimo adecuado de bombeo.
Debido a la alta viscosidad de los baches, es difícil alcanzar condiciones de turbulencia, por
lo que se tienen que modificar las viscosidades a niveles donde se presente la mejor
eficiencia de transporte. Como se comentó anteriormente, la eficiencia de transporte
depende de la velocidad de deslizamiento de la partícula. En este caso se aplicarán las
ecuaciones para fluidos de la Ley de potencias,

f. Nivel de turbidez: La turbidez de un fluido es una medida de la luz dispersada por las
partículas suspendidas en el fluido, y es medida con un nefelómetro. Por lo tanto, se
deberá filtrar únicamente hasta que se alcance un valor de 30 NTU. Se recomienda realizar
una gráfica de valores de filtrado con respecto al tiempo , y seguir la guía,  con esto se
podrá obtener un eficiente lavado de pozo a un bajo costo.

SARTA DE LAVADO RECOMENDADA

Tubería de perforación

Escareador

Combinación

Tubería de perforación

Escareador

Tubo o niple aguja

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