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I. LA RECONCILIACIÓN.
1. Etimología de la Palabra
2. ¿Qué se necesita para que exista reconciliación?
3. El papel del Sistema Personal en la Reconciliación.
A. LA REALIDAD
Un hombre endemoniado fuera de sí
Vive entre justos
Nadie lo puede sujetar ni siquiera con cadenas: VIOLENCIA – IRA
Nadie lo puede dominar
Vive en el cementerio: EN EL PASADO
No podía descansar
Da gritos
Se hace daño con piedras: TIENE DOLOR Y SE HACE DAÑO CON
SUS MISMOS DOLORES.
B. PRONÓSTICO
C. LA NUEVA REALIDAD
JESÚS:
- Le revela que SU DESTINO ES OTRO.
- El cerdo es lo impuro.
- El cerdo muere en el agua (¿Cuál es el papel del agua?).
A. LA REALIDAD
B. PRONÓSTICO
JESÚS:
- ¿Qué esperaba este hombre de Jesús?: lo que él esperaba de toda
persona: QUE LO AYUDE.
- Le dice: “QUIERES”.
- Le da una nueva conciencia: HAZTE CARGO DE TI MISMO.
C. LA NUEVA REALIDAD
Ambientación
Oración:
Coro 1: ¡Dios todopoderoso! Padre, Hijo y Espíritu Santo, tú has creado la
tierra y la has confiado a los seres humanos para culminar tu obra.
Coro 2: Cada criatura es un libro abierto del amor de Dios. Cada criatura,
hasta la más insignificante, es parte de la Comunidad de la Tierra.
2. ¿Con qué agua riego mi tierra cada día, cada semana, cada mes,
cada año? ¿Cómo experimento el agua viva de Dios en mi vida?
GENEROSIDAD HERENCIA
PAPÁ
(Lc 15)
MISERICORDIOSO
CONCLUSIÓN:
El antigénesis
“… el hombre la creatura predilecta de Dios dio origen al antigénesis:
Día primero: Dijo el hombre: Alarguemos la luz del día para que no exista
diferencia entre la noche y el día. Y creó las centrales nucleares,
hidroeléctricas, rompió los cursos naturales, ensució con humo y
contaminación... Y vio que era bueno.
Segundo día: Dijo el hombre: Conquistemos nuevos espacios, que no
haya separación entre cielo y tierra. Y aparecieron los satélites, la basura
espacial, la destrucción de la capa de ozono, las aeronaves y nuevas
armas destructivas, misiles potentes con ojivas nucleares... Y vio que era
bueno.
Tercer día: Dijo el hombre: Ganemos espacios a mares y ríos y saquemos
lo que esconden. Y se crearon plataformas, ciudades artificiales, para
extraer riquezas y oro negro, pero que contaminó ríos y mares,
destruyendo especies y plantas diversas... Y vio que era bueno.
Cuarto día: Dijo el hombre: Explotemos al máximo los frutos de la tierra. Y
se talaron bosques y se destruyeron hábitat y ecosistemas, se
multiplicaron los alimentos artificiales, con colorantes, el plástico, el vidrio
y basura tóxica llenaron la tierra... Y vio que era bueno.
3. Realiza una tabla comparativa entre el texto del Génesis (la obra
divina) y el antigénesis (la obra humana separada del Creador)
estableciendo las diferencias más importantes entre uno y otro relato.
DIFERENCIAS
GÉNESIS ANTIGÉNESIS
III. LA PERSONA HUMANA Y SU RELACIÓN CON LA NATURALEZA 1
Esta intención pone en marcha todo un plan, que comprende desde la creación
hasta la transformación de todas las cosas en orden a recapitular las todas en
Cristo, y así, insertas en él, introducirlas en la corriente misma de la vida de Dios.
Ef. 1, 3-10; cf. Col 1,13-20.
Ejercicio 6
Se hacen dos o tres grupos. Y cada uno teniendo pequeños trozos de
cartulina escriben el nombre de lugares y personajes que han colaborado en
la Historia de la Salvación.
2º. Los hechos salvíficos se hallan implicados, de una u otra manera, personajes
concretos que han forjado en ocasiones la historia solemne y pública de la
humanidad, en unas condiciones sociales, culturales y políticas bien conocidas
por documentos extrabíblicos: Los Ramsés, Sesonq, Nekao y Psammeticos, en
Egipto; los Ben Hadad, Jazael y Rasín, en Damasco; los Teglatfalasar, Salma-
nassar, Sargón, Senaquerib y Assurbáhipal, en Asiria; Nabopolassar y
Nabucodonosor, en Babilonia; Ciro, Cambises, Darío, Jerjes y Artajerjes, en
Persia; César Augusto y Tiberio, en Roma; los Herodes, en Palestina; Poncio
Pilato, Félix y Festo, procuradores romanos en Judea, etc.
Esa palabra reviste también la forma de una alianza (cf. Gen 15, 18; 17, 1-8).
Esta alianza, que se destina a la humanidad entera, y de la que es signo la
establecida en Noé (cf. Gen 6, 8; 9, 8-17), se concreta con la descendencia de
Abraham en el Sinaí (cf. Ex 19; 24, 1-8; 34, 1-28). Conocerá una nueva
concreción con David y sus descendientes (cf. 2 Sam 7, 1-17), y tendrá su plena
realización y cumplimiento en Cristo, el descendiente de David (cf. Mt 1, 1; Lc 1,
32-33; Heb 1, 5; Mt 22, 44; Hech 2, 30-35), con la alianza en su propia sangre (cf.
Mc 14, 22-25; Mt 26, 26-29; Lc 22, 15-20; 1 Cor 11, 23-25), por la que los
hombres todos tienen acceso y comunión plena con Dios (cf. Heb 8, 6-13; 9, 15-
28).
Sólo hay historia verdadera cuando hay conciencia. Así la historia de la salvación
se constituye esencialmente cuando los hechos que la forman son reconocidos
como hechos salvíficos, cuando la conciencia del hombre que vive el
acontecimiento, personal o colectivo, descubre en él esa dimensión de
intervención salvífica de Dios:
- «Cuando el día de mañana te pregunte tu hijo: ¿Qué significa esto?», le
dirás: «Con mano fuerte nos sacó Yavé de Egipto, de la casa de
servidumbre» (Ex 13, 14; cf. 10, 2; 12, 26;13, 8; Dt 4, 9; 6, 7. 20-25; Sal 78,
1-8; 44, 2).
- “Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué, que habéis
recibido... Porque os transmitir, en primer lugar, lo que a mi vez recibí...» (1
Cor 15, 1.3; cf. 11, 23-27). Revelación, fe y tradición son, pues, elementos
integrantes de la historia salvífica.
- «Y viendo Israel la mano fuerte que Yavé había desplegado contra los
egipcios, temió a Yavé y creyeron en Yavé y en Moisés, su siervo» (Ex 14,
31; cf. Jos 24, 14. 16-17; Hech 2, 36-38).
- Esos hechos son salvíficos para el hombre. (cf. Ex 16, 7; Sal 3, 4; 20, 6;
61, 8; Is 60, 1-2; Sal 78, 9; Jn 2,11).
2º. La elección. (cf. Ex 3. 11; Jer 1, 6). Este complacerse en preferir «la
necesidad para confundir a los sabios, la flaqueza para confundir a los
fuertes, y lo plebeyo, el desecho, lo que no es nada... para anular a lo
que es, para que nadie pueda gloriarse ante Dios» (1 Cor 1, 27-29) es
una constante en la historia de la salvación.
TEXTOS: Gen 1, 1-2, 4; Is 42, 5-13; 44, 6-8.24-27; Sal 8; 19, 1-7; 103-104;
136; 148; Job 38-42; Prov 8, 22-31; Ecco 42, 15-43, 33; 2 Mac 7,28; Jn 1, 1-
18; Hech 17, 16-34; Col 1, 14-20; Heb 1, 1-14; 3, 7-4, 13.
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Con esta afirmación se abre la
Escritura. Con ella se responde a la pregunta que todo hombre se formula sobre
el origen del mundo y del hombre.
Los primeros capítulos del Génesis, libro en el que se exponen los orígenes
de Israel (12-50), empalmándolos con los orígenes del mundo y del hombre
(1-12), contienen dos catequesis distintas sobre los orígenes. Las dos
intentan exponer, con lenguaje sencillo, sin pretensiones científicas, no meras
doctrinas, sino hechos teológicos, acontecimientos ocurridos en la esfera de las
relaciones del mundo y del hombre con Dios, y situaciones procedentes de esos
hechos.
Los cielos y la tierra indican la totalidad de lo existente (cf. 2 Mac 7, 28). La acción
«crear» es exclusiva de Dios. Nunca el hombre «crea» nada. Organiza,
transforma la realidad existente. Todo lo que hay en el mundo, en su existir y en
su actuar, con todas sus energías y posibilidades, es hechura de Dios. Hechura
absoluta, hechura original, desde sus raíces, «en el principio», «de la nada». La
acción de Dios se sitúa frente al vacío total, frente a la confusión plena. La única
garantía de comienzo es el espíritu de Dios, fuente de vida, dispuesto a
comunicarla. La acción de Dios pone también orden y distinción (3-13), pone
belleza y hermosura (14-25). Toda la acción se orienta y culmina en el hombre,
maravilla suprema, obra maestra de la acción creadora de Dios (26-31).
La creación entera lleva el sello del creador. Hace signos al hombre para
descubrirlo. Es un libro abierto en orden a la alabanza de Dios por parte del
hombre «Desde la creación del mundo, lo invisible de Dios, su eterno poder y
divinidad, son conocidos mediante las obras» (Rom 1, 20). «El cielo proclama la
gloria de Dios... Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a
toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe, su lenguaje» (Sal 18,
2. 4-5).
TEXTOS: Gen 2, 4.3, 24; Is 11, 1-9; 14, 12-15; 30, 23-26; 35, 1-17; 65, 19-25;
Jer 31, 1-14; Ez 28, 12-19; 34, 23-31; 36, 26-28; 47, 7-12; Lo 23, 43; Jn 11, 1-
45; Rom 5,12-21; 1 Cor 15, 20-28. 42-49; Apoc 2, 7; 7, 9-17; 21, 1-6; 22, 1-5;
Concilio de Trento, Sesión VI; Concilio Vaticano II, «Const. Gaudium et Spes»,
12-18. 22.
La narración de Gen 2, 4-3, 24, por el estilo, por el contenido, revela un mundo
distinto, unas preocupaciones diversas, un autor nuevo. Existe una intención
catequética. La situación del hombre en el mundo en que vive es una situación
lastimosa. Un abismo separa el plan de Dios de la realidad.
Sin embargo, y a pesar de todo, esta situación miserable en la que el hombre vive
no es desesperada. Yavé, que maravillosamente creó al hombre, ha decidido, por
su misericordia, restaurarlo más maravillosamente aún.
Esta narración nace en Israel como fruto de la experiencia. Desde el período del
éxodo ha vivido en alianza con Yavé. Pero desde el primer momento le ha sido
infiel, se ha rebelado contra él, ha roto el compromiso de la alianza, ha
desobedecido sus mandatos. (cf. Jer 2, 13). Abandonaron el bien, su bien, y se
han abrazado al mal, su perdición, su muerte.
Jesús de Nazaret es el hombre, enviado por Dios, que realiza la apertura del
paraíso. «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc 23, 39). Es el nuevo Adán
que repara lo que el antiguo, el primero, deshizo. «Porque como por un hombre
vino la muerte, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. Y
como en Adán hemos muerto todos, así también en Cristo somos todos
vivificados» (1 Cor 15, 21-22). Su vida es una constante lucha, y una victoria
constante sobre el tentador (cf. Mc 1,12-13. 23-27; 9,12-27), especialmente en su
pasión y su muerte, en que el enfrentamiento entre ambos llega al máximo (cf. Lc
22, 3. 53; Jn 13, 2. 27). Es una lucha y una superación del pecado. obtenida por
el perdón y la misericordia, por la entrega en el amor hasta la muerte (cf. Mc 1,
21; 2, 5; Mt 9, 2.6; Lc 7, 47-49; Jn 1, 29; 3, 5; Rom 6, 6; 1 Jn 1, 7; Ef 1, 7; Col 1,
14; Heb 1, 3; 10, 12). También la muerte a sido vencida de lo que son signo las
resurrecciones de muertos (cf. Mc 5, 21-43; Jn 11), victoria obtenida por la
resurrección de Jesús. En ella queda de manifiesto que la muerte no es la
consagración en la ruptura de la relación con Dios, sino el comienzo de una
relación nueva, imperecedera (cf. 1 Cor 15, 20-26).
El hombre ha roto con Dios. De esta ruptura se deriva la ruptura de los hombres
entre sí (cf. 4. 1-12: Caín y Abel; 4, 23-24: Lamech y sus venganzas). El
multiplicarse de la humanidad sobre la tierra trae consigo el multiplicarse del
pecado. De aquí arranca la narración del diluvio. Yavé constata que la maldad del
hombre cunde en la tierra, que todos los pensamientos que idea su corazón son
puro mal de continuo (Gen 6. 5). «La tierra estaba corrompida en la presencia de
Dios; la tierra se llenó de violencias. Dios miró a la tierra y he aquí que estaba
viciada, porque toda carne tenia una conducta viciosa sobre la tierra» (vv. 11-12).
Esta corrupción no deja indiferente a Dios. El Dios «santo» no puede tolerar el pe-
cado. Es incompatible con él por su propio ser. Sobre el pecado tiene que
manifestarse necesariamente, de un modo o de otro, antes o después, el celo de
Dios, su cólera, su ira. El hombre, con su pecado, contamina su propia existencia
y la tierra en que habita. Hay momentos en que la contaminación llega a tales ex-
tremos que la vida del hombre se hace insoportable sobre la tierra. Dios se ve
obligado a intervenir para purificar al hombre y hacer de nuevo habitable su tierra.
La purificación tiene una vertiente negativa, el juicio que Dios realiza sobre la
humanidad pecadora. «He decidido acabar con toda carne, porque la tierra está llena de
violencias por culpa de ellos» (6, 13). El pecado de suyo destruye a la humanidad. Si la
destrucción no se manifiesta antes, o si no llega a todos, es por la paciencia de Dios,
que ofrece una dilación del juicio, un tiempo para la penitencia (cf. 1 Pe 3, 20).
El diluvio es también figura y anticipo de otro juicio, el que tendrá lugar al final de los
tiempos, en el día de la venida del Señor. Este juicio se realizará. Vendrá de improviso,
cogiendo a la humanidad desprevenida como en los tiempos de Noé (cf. Mt 24, 38-39).
Antes de que llegue ese día, se concede a los hombres un espacio, en orden a la
penitencia, a la conversión (cf. 2 Pe 3, 9). El juicio se describe como una catástrofe
cósmica, por el agua y el fuego (cf. 2 Pe 2, 4-10; 3, 5-13).
Mientras el cristiano espera en la paciencia, condenando al mundo con su fe, como Noé
(cf. Heb 11, 7-8), descubre anticipaciones, signos de ese juicio en toda la serie de
catástrofes naturales o provocadas por el hombre que acontecen a su alrededor (cf. Mc
13; Mt 24; Lc 21).
La Tierra (las plantas y los animales) Gn 1,9-12; 24-25; Job 12,7-10; Num 35,33-
34 R. Y vio Dios que era bueno. (Puede ser cantado)
El fuego (el sol, la luna y la luz) Gn 1,3.14-19; Hch 2,1-4; Heb 12,29; Ex 3,1-6;
13,18.21-22 R. Y vio Dios que era bueno. El viento (la vida, el espíritu y la
respiración) Ez 37,5; Sal 104,3-4; Hch 2,1-4 R. Y vio Dios que era bueno.
El agua (los mares, los ríos, los océanos y todas las criaturas acuáticas) Gn
1,9.20-23; Is 44,3a; 55,1; 2Re 5,14; Ap 22,1-3 R. Y vio Dios que era bueno. La
vida humana (mujeres y varones) Gn 1,27; 2,7.18.21.22 R. Y vio Dios que era
bueno.
Ejercicio 8: La creación
Los seres humanos somos parte En Génesis 2, 15, Dios nos explica su
de la creación, pero tenemos un mandamiento. Diferentes traducciones de la
rol único que desempeñar. Biblia usan palabras como: cultivar, labrar,
guardar, cuidar. ¿Cómo puede este versículo
Lea Génesis 1, 26-28 ser utilizado para desafiar el concepto de un
¿Qué hay de especial en la gobierno egoísta? Considere Filipenses 2, 5-7
creación de los seres
humanos por parte de Dios, • Dado que nosotros somos hechos a imagen de
comparada con la del resto de Dios, nuestro gobierno debe ser modelado en el
la creación? gobierno de Dios y reflejar su carácter.
• Como seres humanos tenemos autoridad de
¿Qué responsabilidad da Dios reyes sobre el resto de la creación pero
a los seres humanos, tanto a debemos ejercitarla como siervos de nuestro
hombres como a mujeres? Dios creador, de la tierra y de sus criaturas las
cuales Él nos ha encargado para gobernar
sobre ellas.
Lea Génesis 2, 4-9, 15 • Ya hemos visto cómo Dios ama a su creación,
¿Cómo creó Dios al primer la disfruta y cuida de ella. Si amamos a Dios,
ser humano? ¿Cuál es el debemos desear ser como Él, y cuidar de las
propósito de Dios para los cosas que Él estima.
seres humanos? En el
■ ¿Tenemos una actitud correcta respecto a
idioma hebreo, la palabra nuestro rol en la tierra como humanos en
para varón es adam [Adán], relación con la creación de Dios?
y la palabra para tierra es
adamah, para demostrar ■ ¿Nuestras prácticas reflejan esta actitud?
nuestra conexión con la ¿Qué cosas podemos hacer para tomar más
en serio la orden de Dios de cuidar de su
tierra. ¿De qué forma el creación?
entender nuestra conexión
con el mundo alrededor ■ ¿Cómo podríamos responder a alguien que
nuestro influye sobre la piensa que tiene el derecho de explotar los
manera en que lo tratamos? recursos de la tierra?
1. Giramos hacia el oriente, lugar de salida del sol y del origen de la Vida.
Animador: Encendemos la vela roja y nos volvemos todos hacia el oriente donde nace
el sol, de donde proviene el amanecer, el día, la esperanza, la fuerza… fuimos hechos
sol, luz, calor, sabia y crecimiento.
Lector 1: Gracias, Señor, por la luz del sol que nos alumbra y nos da vida. El sol es
vida, es calor, es luz. Es un regalo tuyo para toda la humanidad. Es un signo, una señal
de ti mismo, que eres luz, calor, vida. Gracias porque nos has dado a tu Hijo, que es el
verdadero Sol que nos alumbra, que nos da vida. Jesús, que es Dios y Hombre, está
aquí con nosotros, vivo, resucitado, presente en la Eucaristía. Jesús es nuestra luz; es
el camino en quien encontramos la verdad y la vida. Con El, podemos ver la realidad de
nuestro mundo, distinguir la verdad de la mentira, conocer cuál es el camino de la vida.
Bendito seas, Señor Jesús, porque quisiste quedarte entre nosotros, como el verdadero
Sol que nos da Vida eterna.
Todos: Sol de nuestras vidas, energía original, haz brotar de nosotros el anhelo
incontenible de comulgar con la vida que se entrega y no acaba, danos el coraje de
defenderla en donde quiera que se vea amenazada, aun a costa de nuestra propia
vida. (Hacemos una reverencia)
Canto:
2. Giramos hacia el poniente, como signo de reconciliación con la historia
humana y con el cosmos.
Animador: Encendemos la vela morada y nos volvemos todos hacia donde cae el sol,
tomemos conciencia de los pasos destructivos que hemos dado contra toda forma de
vida, y las veces que hemos sido indiferentes cuando esta era destruida. El poniente
nos recuerda el ocaso del sol, la llegada de la noche, el silencio, la intimidad, el
descanso, el sueño como anticipo a la muerte. Se acaba la jornada, se termina una
época, se entra en la noche. Es el momento de pensar, de evaluar y de reflexionar
sobre nuestras acciones
Lector 4: "En verdad les digo: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo;
pero si muere, da mucho fruto."(San Juan 12, 24).
Canto:
Todos: Fuente de la vida, autor siempre joven de los siglos, te damos gracias por el
tiempo que nos regalas para vivir, que nos permites trabajar y descansar, gastar y
renovar nuestras fuerzas. Ayúdanos a dar gratis lo que gratuitamente hemos recibido,
danos la oportunidad de reparar el mal que hemos causado para recrear nuestra vida,
restaurar nuestra energía y volver a ser amigos tuyos, creadores contigo. (Hacemos
una reverencia).
Animador: Encendemos la vela blanca. Las corrientes frías del Norte causan las
heladas que destruyen las cosechas. Del norte vinieron las corrientes opresoras que
nos esclavizan. No aceptamos esta injusticia, pero si nos pidiesen perdón les
ofreceríamos la oportunidad de restaurar juntos la creación que ha sido herida, para
recuperar la justicia y su propia humanidad. Nosotros seguiremos comprometidos con la
vida, la libertad y la dignidad de nuestros pueblos.
Lector 5:
Gracias, Señor, por nuestros antepasados, por nuestros abuelos y abuelas. El color
blanco de sus huesos nos recuerda que entregaron su vida en el trabajo y en el servicio
por nosotros, y siguen aún floreciendo en el presente.
Gracias por toda la historia de la salvación, por los patriarcas y profetas, de antes
y de ahora. Gracias porque en el hielo y el granizo de las opresiones, de la
discriminación y la marginación, contamos con Jesús, nuestro único y definitivo
Liberador. Gracias, Señor Jesús, porque cargas la historia de tu pueblo Israel, de
nuestros pueblos originarios y de toda la humanidad, pasada y presente. Gracias
porque te manifiestas en nuestra historia y la trasformas, para nuestro bien.
Lector 6: "Yo soy la puerta: el que entre por mí estará a salvo; entrará y saldrá y
encontrará alimento. El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he
venido para que tengan vida y la tengan en plenitud. Yo soy el Buen Pastor. El buen
pastor da su vida por las ovejas." (San Juan 10, 9-11).
Canto:
Todos
Enigma de los siglos, misterio de la historia que callas ante el sufrimiento de los
inocentes, que dejas a los seres humanos la responsabilidad de la historia con todos
sus crímenes y sus enormes posibilidades. Danos la luz de la conciencia, la voz de la
denuncia, la energía de la lucha, la fuerza de la unión, la oportunidad de contemplar la
justicia y la paz besándose eternamente. (Hacemos una reverencia)
4. Giramos hacia el Sur, que ofrece hoy un futuro de solidaridad y justicia.
Animador: Ahora encendemos la vela amarilla. Nos volvemos hacia el sur lugar de la
abundancia, de grandes selvas y montañas, signo de abundancia y prosperidad. El
viento del sur nos trae la fragancia de la esperanza para los pobres, la fuerza de los que
sufren, la unión de los pequeños, la utopía de los rebeldes, el sueño de los poetas el
anuncio de los profetas.
Lector 7: Gracias, Señor, porque has hecho fecunda nuestra madre tierra; gracias por
las cosechas del arroz, del plátano, del maíz, del frijol y de cuanto necesitamos para
vivir. Gracias por los manantiales y los ríos, que salen del seno de la madre tierra.
Gracias por las mujeres, que participamos de tu fecundidad y hacemos presente tu
maternidad. Gracias por nuestras madres y nuestras abuelas. Gracias porque invitaste a
la Virgen María a ayudarte para que Jesús naciera y se hiciera uno como nosotros.
Gracias Jesús, por dejarnos a tu Madre como nuestra Madre. Gracias por invitar a
muchas mujeres a trabajar contigo en la construcción de otro mundo más humano.
Gracias porque, al unirnos a ti, nos haces dar frutos abundantes, con la fuerza de tu
Espíritu Santo.
Lector 8: "¡Cielos, griten de alegría! ¡Tierra, alégrate! Cerros, salten y canten de gozo
porque Yavé ha consolado a su pueblo y se ha compadecido de los afligidos. Y Sión
decía: «Yavé me ha abandonado y el Señor se ha olvidado de mí.» Pero, ¿puede una
mujer olvidarse del niño que cría, o dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues bien,
aunque alguna lo olvidase, yo nunca me olvidaría de ti. Mira cómo te tengo grabada en
la palma de mis manos. y nunca dejé de pensar en tus murallas:" (Isaías 49, 13-16).
Todos: Te alabamos y te bendecimos; te adoramos y te glorificamos a ti Señor Jesús
que nos has regalado como madre a la Virgen María.
Canto:
Todos: Utopía de todos los pueblos. Solidaridad universal. Tú que sacudes a los
cobardes, despiertas a los resignados y sublevas a los pobres. Ayúdanos a crear
contigo un mundo sin dueños, ni señores, ni siervos ni oprimidos. Un mundo de libertad
y de dignidad, de mujeres nuevas y de hombres nuevos, ayúdanos a sembrar la semilla
de un futuro justo y digno para todos. (Hacemos una reverencia)
5. Ahora volvemos nuestro corazón, nuestra alma y todo nuestro ser hacia el
Centro, símbolo de la Fidelidad a la unidad y a la fraternidad universal.
Animador: Ahora encendemos las velas verde y azul. Nos volvemos hacia el centro
cósmico en el que está la vida, la vida del hombre y de la mujer, de los antepasados y
de los seres vivientes actuales. El verde representa la abundancia de las cosechas, y el
azul representa el cosmos de la plenitud de la vida. La mirada hacia adentro nos
devuelve la conciencia hacia nosotros mismos, y la mirada hacia los hermanos nos
enciende en amor y solidaridad, ahora sabemos que no estamos solos, somos muchos
y vamos caminando juntos.
Mujeres: Gracias, Señor, porque eres Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra. Con
este nombre te llamaron los antepasados mayas, porque tú eres sólo corazón, que por
el amor que nos tienes, unes el cielo y la tierra: el cielo que se significa en el color azul,
y la tierra en el color verde.
Hombres: Gracias, Padre, porque nos has dado a Jesús, en quien se unen el cielo y la
tierra, porque Él es Dios y es Hombre; viene del cielo y se encarna en nuestra tierra, en
nuestro barro, en nuestro polvo.
Mujeres: Gracias, Señor Jesús, porque eres cielo en la tierra; en ti se unen el azul y el
verde, la humanidad y la divinidad. Tu cruz está sembrada en la tierra, y desde ella nos
llevas contigo al cielo. Tú estás aquí en medio de nosotros, tú eres corazón del cielo y
corazón de la tierra. Eres uno de nosotros, de nuestro barro, de nuestra tierra, y eres
Dios, que unes el cielo y la tierra.
Hombres: Gracias porque tú nos acompañas, nos sostienes, nos levantas, nos
alimentas, nos fortaleces, nos sanas, nos amas. Sin ti, nuestro barro nos enloda;
contigo, nuestro barro nos une a ti y nos llevas al cielo. Sin tu presencia y sin tu vida,
todo es noche, oscuridad, pecado, muerte. Contigo, escuchando tu Palabra, orando en
tu presencia, alimentándonos con tu Cuerpo y tu Sangre, todo es luz, paz, esperanza,
fortaleza, ánimo, amor, y vida.
Oración comunitaria:
Quien desee, puede hacer una oración en voz alta para adorar, alabar, dar
gracias, pedir perdón, suplicar y pedir lo que cada quien desee.