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Alfredo Jerusalinsky - Psicoanálisis Del Autismo
Alfredo Jerusalinsky - Psicoanálisis Del Autismo
Alicia Fernández
La inteligencia atrapada
I Marey y M. Farinati
Reflexiones sobre Jardín Maternal
Alfredo Jerusalinsky
Psicoanálisis del autismo
Gregorio Baremblitt
Saber, poder, quehacer y deseo
ISBN 950-602-157-0
1988 por Ediciones Nueva Visión SAIC
Impreso en la Argentina
INTRODUCCIÓN
La transferencia
Función materna
Este trabajo tiene una pequeña historia que vale la pena recordar,
Iniciamos nuestra práctica terapéutica con niños autistas desde
una perspectiva annafreudista y pedagógica piagetiana, inspirados
en parte en los cuidados médico-neurológicos que estos pacientes
reciben. La tarea de equipo con más de cincuenta colegas de los
Centros "Lydia Coríat" de Buenos Aires y Porto Alegre
representó un valioso foro de revisión constante de nuestra
práctica clínica. Así, esa práctica inicial, por sus resultados, que
mostraban grandes riesgos de mecanización de los niños, mereció
un análisis critico que nos llevó a buscar refereneciales que
valorizasen los aspectos imaginarios. Apelamos en esta segunda
etapa a los conceptos winnicottianos, enfrentándonos con los
efectos de una recuperación de la vinculación afectiva con la
madre, un ordenamiento simbólico: los niños autistas se
transformaban en verdaderos tiranos de los padres, presentando
características psicóticas no autistas. En un tipo de clínica en la
cual la recuperación de los pequeños pacientes es difícil, no
renunciamos sin embargo a continuar buscando los ejes de una
intervención psicoanalítica más elaborada.
De este modo, ayudados por los avances conceptúales producidos
por el psicoanálisis en estos últimos años, llegamos a las
formulaciones freudiano lacanianas de cuya práctica intentamos
hoy dar cuenta.
Parte 1
PROBLEMAS TEÓRICO-CLÍNICOS
1
CUESTIONES PRELIMINARES
Fue Leo Kanner quien en 1943 aplicó este término para designar
el cuadro presentado por once niños "cuyas tendencias al
retraimiento fueron observadas en el pri- mer año de vida".
"La mayoría de estos niños fueron traídos con la suposición de
que eran intensamente débiles mentales o bien con el interrogante
acerca de una posible disminución auditiva", relata Kanner y
continua: "El factor común en todos estos pacientes es una
incapacidad para relacionarse de manera habitual con las
personas y las situaciones, comenzando esta dificultad a partir
del inicio de sus vidas. Sus padres acostumbran describirlos
como autosuficientes y cerrados en si mismos, más felices cuando
se quedan solos, actuando como si la gente no existiese y dando
la sensación de poseer una silenciosa sabiduría”.
Las historias de los casos indican invariablemente la presencia
desde el comienzo de una soledad autística extrema y que siempre
que es posible, se cierra a todo cuanto le llega al niño desde el
exterior" (Kanner, 1951, pp. 7689). (La bastardilla es nuestra.)
La última expresión subrayada adquiere relevancia a medida que
pasa el tiempo y las historias acerca del autismo se multiplican.
¿Qué hace posible ese cerramiento y qué lo tornaría imposible?
Retomaremos esta pregunta más adelante. Antes será necesario
que hagamos un pequeño recorrido exploratorio.
A partir de este texto inaugural, otros autores y el mismo Kanner
vuelven al asunto, ya que se advierte que las conductas que
Kanner menciona para los casos de AIP también aparecen en
varios tipos de niños. Según Furneaux (1982), pp. 20 -1) deben
considerarse siete grupos principales;
1) niños sordos e hipotónicos;
2) niños ciegos o con visión parcial;
3) niños subnormales o infradotados profundos;
4) niños con lesión cerebral conocida;
5) niños clasificados como psicóticos infantiles;
6) niños clasificados como esquizofrénicos infantiles;
7) niños con estados demenciales conocidos, detenidos o
progresivos y debidos a diferentes causas patológicas.
1 Nos referimos a los cambios que el informe elaborado por Abraham Flexner en 1910,
respondiendo a un pedido de la Carnegie Foundation, introdujo en la práctica médica y
clínica en general. La mayor parte de los criterios que en ese informe definen la
«medicina científica» fueron universalmente adoptados, y a ellos nos estamos refiriendo
aquí.
gran diversidad de situaciones clínicas. En particular, los
síndromes no cumplen de manera satisfactoria con las tres
condiciones que la medicina «flexneriana»1 define como conditio
sine qua non para considerar una manifestación patológica como
«enfermedad: 1) tener una determinada semiología (un conjunto
de síntomas típicos de esa patología); 2) tener una determinada
etiología (una causa o conjunto de causas demostradas), y 3)
disponer de un método eficaz de intervención clínica para su
mejora o cura. Por cierto, el autismo no satisface plenamente esas
tres condiciones y, por ello, sigue siendo clasificado como
«síndrome» y no como «enfermedad».
Lógicamente, ese encuadre epistemológico sitúa al autismo más
como un cuadro que requiere investigación y trabajo
interdisciplinario, que como una categoría psicopatológica
conclusiva. Dicho de otro modo, el autismo es un territorio de
interrogación para los conceptos fundamentales en los que se
sostienen nuestras categorías psicopatológicas.
2 Véase T. W. Deacon, The symbolic species: The co-evolution oflanguage and. the
brain. Nueva York, Norton & Company, 1998.
Primordial (por lo general su madre).3 Esa identificación primaria
marca la entrada en un complejo sistema de identificaciones
conocido como «Estadio del Espejo», así llamado precisamente
porque, a partir de ese momento, cada semejante pasa a funcionar
como un espejo en que el niño contempla las múltiples
variaciones de los efectos que su voz, su gestualidad y sus
expresiones causan en el otro. El niño, entonces, se reconoce en
esos efectos. Dicho de otro modo, se reconoce en los otros y
percibe las condiciones que debe satisfacer para ser reconocido.
Los trazos lingüísticos que acompañan y organizan ese
intercambio especular transforman los actos de reconocimiento
recíproco entre el niño y su Otro en una función simbólica: el
niño y los otros pasan a ser representados por palabras, por
ejemplo, por un nombre y, más aun, por un conjunto de nombres.
Como se puede advertir, la «función de reconocimiento» es una
operación delicada y compleja que tiene un valor fundamental: es
la puerta de entrada al mundo propiamente humano. Por ello,
tanto Freud como Lacan prestaron especial atención a las
«identificaciones primarias»; el primero en lo que concierne al
papel del padre y el segundo, a los trazos significantes que las
constituyen.4
Lo que de modo invariable encontramos en la clínica del autismo
infantil precoz es el fracaso de esa función primordial de
reconocimiento. Las causas de ese fracaso son, en efecto,
sumamente variables - d e las genéticas y neurológicas hasta las
traumático-psicológicas-, pero la falla de esa delicada y
fundamental operación de entrada en el campo del lenguaje
aparece rigurosamente en todos los casos.
¿Curable o incurable?
S S´ (tachado) -----> S 1
S (tachado) X s
En esta fórmula las S mayúsculas son significantes, y la s
minúscula es el significado "inducido por la metáfora, que
consiste en el reemplazo de la cadena significante", o sea, en el
pasaje de S a S´ "La elisión de S´, representada aquí por la barra,
es la condición para el éxito de la metáfora" (Lacan, 1975, p.
242), Esto informa que solamente cuando la marca significante
del nombre del padre opera sobre la madre la ley que restringe el
campo de su goce a los lugares externos al incesto, la madre es
deseante. Deseante del único que podría serlo: de lo que le falta, o
sea del objeto residual del incesto primordial: el hijo, Hijo que,
por ser objeto real, se convierte en fetiche de la madre para
acceder, por esa vía, a la dimensión simbólica. Como fetiche de
una madre normalmente neurótica, queda referido al Otro (A)
portador de la ley, o sea, pasa a ser significado como falo en lo
imaginario materno y, por lo tanto, referido al significante de ía
falta (precisamente el falo) en lo imaginario propio. La fórmula
propuesta se toma más comprensible del siguiente modo:
(circulación imaginario/simbólica)
Acción x lenguaje
La causalidad psíquica
La brecha entre las series complementarias (lo constitucional, las
experiencias infantiles, la situación actual) y el orden de la
palabra, que Freud intenta incesantemente cerrar, es finalmente
suturada por Lacan. Lo constitucional pasa a ser lo originario, es
decir, el tejido de significaciones que preceden al sujeto y guían
su constitución. Las experiencias infantiles se configuran como
inscripciones, pues tienen el valor de letras de un texto (el texto
de la novela familiar). La situación actual se configura como la
forma en que el sujeto se representa en el discurso social.
Precisamente, el Otro Social generalizado no es un personaje
concreto –aun cuando se invista en representantes imaginarios-,
sino una abstracción interiorizada en términos de discurso. Así se
hace evidente la razón de que el inconsciente esté estructurado
como un lenguaje y, por consiguiente, de que responda de modo
tan sensible al campo de la palabra.
En la medida en que se considera el descubrimiento del
inconsciente como la instancia del Otro que habla en nosotros, se
explica la posición de lo sexual en tanto etiología de las neurosis,
en tanto el saber sobre el objeto de la satisfacción se constituye,
en nosotros, alienado. Ya no se trata de una reminiscencia
instintiva - animal - como mero residuo hereditario de la
evolución de las especies, sino de una marca simbólica sobre lo 1
Citado por J. Lacan en su clase del 22 de abril de 1959.
real que, solo después de ser marcado por los bordes del
significante, se convierte en resto. Es interesante señalar que es,
precisamente cuando el corte producido por el significante en el
cuerpo diferencia un borde erógeno - e n el momento en que el
objeto se constituye como tal creyendo que éste, imaginariamente,
pasa a hacernos falta. Es por ello que el significante simboliza la
falta de objeto y es también por ello que el significante funciona
en la exacta proporción en que el objeto falta.
El psicoanálisis evoluciona en esa dirección desde la primera
teoría de Sigmund Freud sobre los instintos hasta los capítulos
dedicados a las pulsiones en el Seminario XI (Los cuatro
conceptos fundamentales del psicoanálisis) de Jacques Lacan.
Ahora bien, además de señalar que en los seres humanos la falta
no es del orden de una pura necesidad biológica, tanto Freud
como Lacan recurren a las representaciones geométricas con el
propósito de investigar y establecer las formas que ese corte
-producido por el significante- podría llegar a tener. Se trata de
una interrogación sobre el resto real de la operación simbólica, lo
que equivale a interrogarse acerca de cuánto hay de arbitrario y
cuánto hay de «imperativo categórico» (nos permitimos esa
pequeña ironía sobre el apotegma kantiano) como característico
de esa operación. En otras palabras, cuál es la lógica a la que
obedece ese trazo que hace un corte en el cuerpo inaugurando la
sexualidad en términos de realización fálica, es decir,
inaugurando el dominio arbitrario de la alteridad.
Es interesante señalar que la geometría proyectiva que constituye
la topología también recibe el nombre de Analysis situs y es
considerada, entre los matemáticos, como mucho más intuitiva
que la geometría métrica, basada en la noción de distancia y no en
la de línea como la proyectiva. Pero lo que para los matemáticos
de comienzos del siglo XX aún permanecía adherido a la
aritmética, en la medida en que todavía prevalecía un concepto
euclidiano de lo que podría recibir el nombre de «lógica», hoy
permanece alejado de esa lógica elemental para dar lugar a una
interrogación más profunda acerca del lugar en que se encuentra
aquello que determina un sistema lógico. A pesar de haber hecho
un uso muy modesto de la topología, Freud tuvo el mérito de
seguir el camino de una lógica cualitativa en mucha mayor
medida que el camino de lo cuantitativo. Los modelos de
reflexión de Freud nunca atravesaron el territorio de la teoría de
las probabilidades ni, por lo tanto, de las estadísticas. En Freud,
las tesis económicas (las relativas a las cargas pulsionales)
siempre dependieron, para causar sus efectos, de la posición de su
inversión en lo concerniente a un artefacto estructural topológico.
Lacan retoma ese hilo con todo desenfado, del mismo modo en
que retomó el del lenguaje. Es necesario precisar que la topología
que Lacan utiliza como instrumento de investigación acerca de la
lógica de las cadenas significantes (y, por lo tanto, de la lógica del
lenguaje que constituye al sujeto) es considerada como una
tercera geometría - la mencionada como Analysis situs- diferente
de las geometrías métrica y proyectiva, ya que en ella se reduce a
la mínima expresión toda cuantificación poniendo en su lugar
aquello que, hoy en día, llamaríamos «prevalencia lógica».
Resulta esclarecedor el comentario de Poincaré en este
aspecto:
Pero hay una tercera geometría, en la que la cantidad está suprimida por completo, y
que es puramente cualitativa: el Analysis situs. En esa disciplina, dos figuras son
equivalentes siempre que sea posible pasar de una a otra por medio de una deformación
continua, cualquiera sea la ley de esa deformación, con la condición de que respete esa
continuidad (1913, citado en Fréchet y Fan, 1959, pp. 5-6).
2 Hacemos aquí una diferencia entre «episteme» y «epistemología». Puesto que este
último concepto se refiere a la disciplina que estudia las condiciones de producción
necesarias para adquirir un conocimiento verdadero, reservamos el concepto de
«episteme» para denominar una perspectiva particular de saber sobre el mundo. En
nuestro entender, el término «episteme» se corresponde de modo más preciso con el
estatus de los conocimientos psicoanalíticos, ya que estos, en efecto, permiten abrir
perspectivas de nuevas significaciones sin poner el acento en la producción de un
sistema
Indicadores de alerta
Fallas en la inscripción
Orestes: "Si la serpiente salió del mismo vientre del cual yo salí; si fui envuelta en mis
propios pañales y se prendió voraz a los pechos que me criaron y saco de ellos leche y
sangre, razón tuvo la que eso soñó, yo seré la serpiente.” (Esquilo, Orestiado. 498 a.C.)
Discusión
Discusión
Ifigenia: "Hasta los niños que no hablan tienen cierto presentimiento de los males
... " (Eurípides, Ifigenia en Aulida. 405 a.C.)
Discusión