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Clinica 1
Clinica 1
PROGRAMA ANUAL
CARRERA:
PSICOPEDAGOGIA
42 AÑO
PROFESOR:
ROSANA NIVEIRO
ANO: 2016
FUNDAMENTACION
OBJETIVOS:
• Conocer y valorar la importancia de la constitución subjetiva y su relación con el método y
técnicas de tratamiento.
• Construir los conocimientos suficientes para poder operar clínicamente en el campo
específico de la niñez y adquirir la capacitación indispensable para establecer diagnósticos
diferenciales que posibiliten esta práctica.
CONTENIDOS:
Unidad II. La clínica y las estrategias actuales. (Articulación con Practica IV)
• Aproximaciones conceptuales en la clínica psicopedagógica (Prol - Wettengel)
• Momentos del Tratamiento Psicopedagógico (Alicia Fernández)
• La narración y el lenguaje en la Clínica Psicopedagógica (S. Schlemenson)
• La escritura y la clínica psicopedagógica (Gerardo Prol)
• La narratividad y expresión textual en la clínica psicopedagógica. (G. Cantu)
• Psicopedagogía estratégico interaccional. Tratamiento, intervenciones sobre el aspecto
cognitivo e Interaccional. Etapas del tratamiento. (Amitrano-Rother)
• La Inclusión de la familia en la clínica psicopedagógica. (Marta Caballero)
• Tratamiento grupal psicopedagógico (Artola, N. y Aldonca, M.)
BIBLIOGRAFIA
Unidad II. La clínica y las estrategias actuales. (Articulación con Practica IV)
• FERNANDEZ, Alicia. Los idiomas del aprendiente. Edit. Nueva Visión. 2003.
• BIN, L.; DIEZ, A.; y WAISBURG, H., Tratamiento psicopedagógico. Ed. Paidós, Buenos Aires.
2000.
• AMITRANO, C. y ROTHER, G. Tratamiento Psicopedagógico. Estrategias y procedimientos
con niños, padres y adolescentes. Edit. PSYCOTECA
• PROL, Gerardo y WETTENGEL, Luisa. Tratamiento de los problemas de aprendizaje.
Actualizaciones en la clínica psicopedagógicg. Edit. Noveduc.
• SCHLEMENSON, Silvia y col. Subjetividad y lenguaje en la clínica psicopedagógicg. Edit.
Paidós Educador. 2008
• COLL, Cesar. Psicologíg Genéticg y gprendizgjes escolores. Recopilgción de textos sobre las
aplicaciones pedagógicas de las teorías de Piaget. Edit. SIGLO XXI. 1983
• DOLTO, Frangoise. La imggen inconsciente del cuerpo. Edit.
• PAIN, Sara. Estructuras inconscientes del pensamiento. Construcción de los esquemas de
acción. Edit. Nueva Visión
• PIAGET. Jean. La eguilibración de las estructuras cognitivas. Edit. SIGLO XXI
• VISCA, Jorge. Psicopedagogía. Teoría. Clínica. Investigación. Ed. VISCA. 1996
• BIN, L.; DIEZ, A.; y WAISBURG, H., Tratamiento psicopedagógico. Ed. Paidós, Buenos Aires.
2000 .
• FERNÁNDEZ, Alicia. Poner en juego el saber. Edic. Nueva Visión 2000.
• ORTEGA RUIZ, Rosario. El juego infantil y la construcción social del conocimiento.
• RADRIZZANI GOÑI, Ana María y GONZALEZ, Ana. El niño y el juego. Lgs operaciones
infralóaicasy el juego reglgdo. Ed. CATARI
• WINNICOTT, D. Realidad y Juego. Paidós. Barcelona. 1993.
Unidad IV. Los problemas de aprendizaje en los diferentes campos de patologías psíquicas.
• BIN, L.; DIEZ, A.; y WAISBURG, H., Tratamiento psicopedagógico. Ed. Paidós, Buenos Aires.
2000 .
• CORDIE, Anny. Los retrasados no existen. Psicoanálisis de niños con fracaso escolar. Edit.
Nueva Visión. 2003
• FERNANDEZ, Alicia. Psicopedagogía en Psicodrama. Habitando el Jugar. Edit. Nueva Visión.
2000
• VASEN, Juan. La atención gue no se presta: el "mal" llamado AD D. Ed. Noveduc. 2007
CONTENIDOS PROCEDIMENTALES:
• Selección y recolección de información de diferentes fuentes.
• Diseño y desarrollo de informes.
• Lectura e interpretación de la bibliografía específica y obligatoria.
• Reconocimiento de la intencionalidad explícita e implícita en la comunicación interpersonal
y de los medios de comunicación social.
• Participación en debates sobre temas específicos.
• Exposición oral a partir de una guía escrita
• Selección y empleo de recursos de apoyo.
• Revisión y corrección de trabajos presentados.
CONTENIDOS ACTITUDINALES:
• Respeto por la vida en todas sus manifestaciones.
• Cuidado de la salud personal, la salud comunitaria y el ambiente.
• Sensibilidad por las necesidades humanas e interés por hallar soluciones.
• Valoración del uso de un vocabulario preciso.
• Posición reflexiva y crítica ante los mensajes de los medios de comunicación social.
• Valorar la importancia del aprendizaje permanente.
• Actitud crítica, responsable y honesta en las evaluaciones escitas y orales.
METODOLOGÍA:
• Elaboración de trabajos prácticos en pequeños grupos.
• Exposiciones orales en pequeños grupos.
CRITERIOS DE EVALUACION:
• Empleo correcto del lenguaje técnico.
• Actitud responsable y respetuosa del estudiante.
• Prolijidad y puntualidad en la entrega de los trabajos solicitados.
• Precisión conceptual, ortografía y aporte personal en los trabajos escritos.
• Capacidad e interés en la participación individual y grupal.
• Habilidad para manejar la información relacionándola con otros temas y contextualizándola.
• Demostrar capacidad para plantear estrategias personales para identificar, analizar y
resolver problemas.
REQUISITOS DE APROBACION:
Alumnos Presenciales:
• 70 % de asistencia.
• Presentación en tiempo y forma de Trabajos Prácticos.
• Aprobación 100 % Trabajos Prácticos.
• Aprobación 100 % de las Producciones Integradoras Parciales (según carga horaria). Con sus
instancias de recuperación.
• Aprobar un examen integrador final de articulación teórico práctica.
Alumnos Semipresenciales:
• Presentación en tiempo y forma de Trabajos Prácticos.
• Aprobación 100 % Trabajos Prácticos.
• Aprobación 100 % de las Producciones Integradoras Parciales (según carga horaria). Con sus
instancias de recuperación.
• Aprobar un examen integrador final de articulación teórico práctica.
Alumnos Libres:
• Aprobación 100 % Trabajos Prácticos.
• Aprobar un examen integrador final de articulación teórico práctica.
INDICE DE MATERIALESCLINICA I
Unidad II. La clínica v las estrategias actuales. (Articulación con Practica IV)
• FERNANDEZ, Alicia. Los idiomas del aprendiente. Edit. Nueva Visión. 2003.
• BIN, L.; DIEZ, A.; y WAISBURG, H., Tratamiento psicopedagógico. Ed. Paidós, Buenos Aires.
2000 .
• AMITRANO, C. y ROTHER, G. Tratamiento Psicopedagógico. Estrategias y procedimientos
con niños, padres y adolescentes. Edit. PSYCOTECA
• PROL, Gerardo y WETTENGEL, Luisa. Tratamiento de los problemas de aprendizaje.
Actualizaciones en la clínica psicopedagógica. Edit. Noveduc.
• SCHLEMENSON, Silvia y col. Subjetividad y lenguaje en la clínica psicopedagógica. Edit.
Paidós Educador. 2008
Unidad IV. Los problemas de aprendizaje en los diferentes campos de patologías psíquicas.
• BIN, L.; DIEZ, A.; y WAISBURG, H., Tratamiento psicopedagógico. Ed. Paidós, Buenos Aires.
2000 .
• CORDIE, Anny. Los retrasados no existen. Psicoanálisis de niños con fracaso escolar. Edit.
Nueva Visión. 2003
• FERNANDEZ, Alicia. Psicopedagogía en Psicodrama. Habitando el Jugar. Edit. Nueva Visión.
2000
• VASEN, Juan. La atención gue no se presta: el "mal" llamado AD D. Ed. Noveduc. 2007
EL DIAGNÓSTICO PSICOPEDAGÓGICO
S ilv ia S ch le m e n s o n
1. P r e s e n t a c ió n
1. El c o n j u n t o d e los c a s o s c l í n i c o s d e s c r i p t o s a !o l a r g o d e l li b r o l o c o n s t i
t u y e n p a c i e n t e s q u e c o n s u l t a n el P r o g r a m a d e A s is te n c i a a N i ñ o s c o n P r o b l e m a s
d e A p r e n d i z a j e , a c a r g o d e la c á t e d r a d e P s í r n n o r i , ~ ~ ~
16 N IÑ O S Q U E N O A P R E N D E N
2. G é n e s is d e l a a c t iv id a d r e p r e s e n t a t iv a p a r a a l g u n a s t e o r ía s
PSIC O A N A LÍTIC A S2
2. E s t e a p a r t a d o e s p a r t e d e l m a t e r i a l d e tes is d o c t o r a l d e la a u t o r a , t i t u l a d o
"C o n s titu c ió n p síq uica v e s p acio e s c o la r ", F a c u lta d de Psicología, U n iversid ad
Hp R u p n n s Aire*:.
EL D IA G N Ó STICO PSIC O PED A G Ó G IC O 17
• la relación que esta m antiene con el padre del niño, quien influ
ye en las form as de asistencia que la m adre elige para sus hijos.
En los casos de niños p ara quienes esta prim era relación es ex
trem ad am en te inestable o p recaria (m ad res en situación dolosa,
trau m ática o agresiva), los deseos de entrelazam iento libidinal no
se instituyen y el p siq u ism o del niño se constituye con un nivel de
p recaried ad sim bólica difícil de re cu p e ra r posteriorm ente. Este es
el caso característico de los niños au tistas con intensos déficit de
aten ción o con som atizacio n es graves. En otros casos, la asistencia
del niño puede ser excesiv a, p o r lo cual tam p oco se concreta un
espacio de u n ió n /s e p a ra c ió n suficiente entre la madre y el niño,
que posibilite la in stau ració n de una im p ron ta libidinal atractiva.
E n este tipo de casos, la relación originaria adquiere característi
cas de libidinización e x cesiv a v la carg a pulsional que el niño re
cibe de su m adre busca p e rm a n e n te d e scarg a por desborde, con lo
cual la actividad rep resen tativa tam p o co se instala. En am bos ca
sos extrem os, p o r caren cia o p or exceso, los niños son receptores
de im p ron tas libidinales que les gen eran dificultades para el acce
so a la actividad rep resen tativ a e im p id en que la actividad sim bó
lica se instale.
P ara Piera A ulagnier (1977), este p rim er período de organ iza
ción del psiquism o es ráp id a m e n te su ced id o por la entrada en
funciones del proceso p rim ario , cu ya activid ad representativa c a
racterística es la fantasía. La fantasía es un producto psíquico de
m ay o r com plejidad que las rep resen tacion es pictográficas y surge
para com p en sar p síq u icam en te la au sen cia que la m adre concreta
toda vez que se aleja o p o ste rg a la p reten d id a asistencia p erm a
nente que el niño requirió inicialm erite p ara satisfacer sus necesi
d ad es y dem andas.
Inm ediatam ente después del nacim iento, la relación m adre ''ni
ño es perm anente e incondicional. P osteriorm ente, cuando su m a
dre se ausenta, la sep aración se consolida y surge en el psiquism o
infantil la representación de la existen cia de dos espacios, el de la
m ad re v el del niño. Se estab lece entre ellos un eje referencial p re
se n cia /a u se n cia que com plejiza su psiquism o m ediante la pro
d ucción de fantasías. El co n ten id o de d ich as fantasías suele rep re
sen tar los rasgos identifica torios que el niño im agina que posee el
n uevo espacio que su m ad re constituye.
EL D IA G N Ó STICO PSIC O PED A G Ó G IC O 19
L a p rim era de las variab les (produ cción sim bólica del niño) se ela
bora m ed ian te el análisis de los ind icadores que se extraen d e las
cuatro en trevistas con el niño (gráficos, CAT, W ISC, Test de Ben-
der y p ru eb as p ed ag óg icas).
L a seg u n d a (an teceden tes h istórico-libidin ales) se d ed u ce de los in
dicad ores que se extraen de las entrevistas con los padres (a d m i
sión, m otivo de consulta e historia vital) y de algunas entrevistas
con el niño (p rim era entrevista, fam ilia kinética y CAT).
La in form ación req u erid a p ara delinear aspectos diferenciales
de un a y o tra de las v a riab les se e xtrae de las p ru eb as que se a d
m in istran al niño y a sus p ad res. C ad a una de las p ruebas tiene
in d icad o res gen erales que p erm iten interpretar las variables en
investigación , de acu erd o con el m arco teórico exp u esto en la p ri
m era p arte de este capítulo.
4. A n á lisis d e l a s p r u e b a s p a r a h a l l a r in d ic a d o r e s s ig n ific a t iv o s
4.5.1. G ráficos
a) D ibu jo libre
De las p ru eb as p roy ectivas gráficas existentes se ad m in istran
solo d os; p a ra no p ro lo n g ar el proceso diagnóstico ni sa tu ra r al te
rap eu ta co n in form ación . E stas son las de dibujo libre y fam ilia ki-
nética. En am b a s se trata de evaluar las características de la activi
dad rep resen tativ a del niño en estudio, los factores sign ificativos
que incid en en su form a de presentación y el nivel de com plejidad
sim bólica qu e se d ed u ce de su contenido y de sus trazos.
En el dibujo libre se tom a en consideración el tipo de d esliza
m iento a so cia tiv o que se concreta en la particu lar elección de ob
jetos con los que el sujeto se presenta en sus gráficos. L a hoja en
blanco y la con sign a con la que se solicita el dibujo ("dibujá lo que
quieras p a ra que yo p u ed a conocerte y entender tus p ro b lem as")
p rod u ce u n im p acto psíquico que coloca al niño en la n ecesid ad
de p o sicio n arse frente al entrevistador y decidir cóm o v qué co
m en zar a dibujar.
30 N IÑ O S Q UE N O A P R EN D EN
»i ' : u u i i u u m m
ram en te descriptivos, su posibilidad de sim bolización puede ser
con sid erad a insuficiente co m o para acced er a cualquier tipo de
exigen cias cognitivas. C u an d o el relato es altam ente explicativo v
com plejo, aunque los dibujos tengan m arcas orim arias que defor
m an las figuras, sus posibilidades de éxito escolar son m ayores.
Los indicadores a d e d u cir del dibujo libre son:
3. A s p e c t o s de] t r a b a j o c l í n i c o s e a b o r d a n e n el li b r o L eer y e s c r ib ir en c o n t e x
tos so c ia les c o m p lejo s ( S c h l e m p n s n n ioqo'
32 N IÑ O S Q U E N O A P R E N D E N
1. Tipo de trazo.
2. C aracterísticas en la con stitu ción de la im agen y posibilida
des de copia de figu ras com plejas.
3. C aracterísticas del uso del esp acio plano.
5. S ín t e s is y a n á l is is d e r e su l t a d o s
4. V é a s e el c a p í t u l o d e G u s t a v o C a n t ú y M a r í a Di S c a la , " U n m o d e l o i n s t r u
m e n t a l p a r a el d i a g n ó s t i c o c l í n i c o " ( S c h l e m e n s o n , 1 9 9 9 ) .
I
EL D IA G N Ó ST IC O P S IC O P E D A G O G IC O 39
t e n d a l a d e c u a d a p ara la r e s ig n if ic a c í ó n d e la s c a p t u r a s n a r c is ís ti-
cas q u e p r o d u j e r o n las r e s t r i c c i o n e s s i m b ó l i c a s p o r las c u a le s se
in ició el d ia g n ó s t i c o p s i c o p e d a g ó g i c o .
T endencias actuales en la in terp retación de la problem ática de!
aprendizaje en los niños con sid eran que se p u ed e trabajar sin un
diagn óstico específico de la génesis de sus dificultad es. C o n tra ria
m ente a esta postu lación , los m iem b ros de la cáted ra de P sico p e
dagogía C línica (Facu ltad de P sicología, U B A ) con sid eram os que
cuan d o un niño m anifiesta un p rob lem a reiterad o de aprendizaje
escolar es n ecesario co n cretar su d iagn óstico para p rop on er líneas
de in terven ción que ah orren los esfuerzos psíquicos que p rod u ce
la in certid u m b re. La realización de un d iagn óstico diferencial p e r
mite orien tar al niño, a la fam ilia y a la escuela acerca de ios reco-
--ridos terap éu tico s n ecesario s para co n cretar la rem isión de los
problem as de aprendizaje del niño.
L o s n iñ o s e n los q u e e n c o n t r a m o s s i t u a c io n e s d e s u f r i m i e n t o
p s íq u ic o ele c a r a c t e r í s t i c a s c o n s c i e n t e s e i n c o n s c i e n t e s q u e m a n i
fiestan r e s tr i c c io n e s e n su p r o d u c c i ó n s i m b ó l ic a son d e r i v a d o s a
u n t r a t a m i e n t o p s i c o p e d a g ó g i c o . El a b o r d a je c lín ic o t r a n s f o r m a el
e s f u e r z o a s i s t e n c ia ! e n u n a p r o p u e s t a e n la q u e los d is t in t o s d a t o s
o b t e n id o s en el m a t e r ia l d i a g n ó s t i c o p e r m i t e n d i s e ñ a r u n a i n t e r
v e n c ió n te r a p é u t ic a e s p e c íf ic a ."
B ib lio g r a fía
5. L a f o r m a c i / n i c a d e l t r a t a m i e n t o p r o p u e s t o p u e d e c o n s u l t a r s e e n El tra ta
m ien to g r u p a l en ¡a c lín ica p s ic o p e d a g ó g ic a ( S c h l e m e n í n n iao -\
40 NIÑOS Q U E NO APRENDEN
L O S S E N D E R O S D E L A T R A N SM ISIÓ N
L u isa W etten g el
La tr a n s m is ió n de u na g e n e r a c ió n a otra tiene en té rm in os g e
n erales, el s e n tid o de d ar a los d e sc e n d ie n te s las claves p ara su a c
ceso a la realida d en la qu e se in sc rib en La tran sm isió n parental
a d q u ie r e la p a rticu larid ad de in a u g u r a r para cada hijo u n a form a
s in g u la r de ap ro p iarse de su herencia p síqu ica Con la v e r sió n que
d e ella se dé a sí m ism o , el niño v a a ronstruir los re cu rso s de s ig
n ific a c ió n p ara in terp retar el m u n d o que lo rodea, su lu g a r en él,
su id e n tid a d . C on stru irá su p ro p ia historia, capítulo p o r capítulo,
en u n a rd u o trabajo psíqu ico para articular lo que le viene de
a fu era y lo q u e le pasa p o r d entro, lo que pasó aún an te s de él y
lo q u e tra n scu rre en su p resente, lo q u e co n tin ú a y lo q u e se c o n
fig ura c o m o diferente. El n iñ o transita por procesos de s i m b o l iz a
ció n q u e e stru c tu ra n su p siq u e i
El interés en la heren cia p síq u ic a y los objetos que la c o n fo r
m a n se ce n tra en el h ec h o de que la noción de trabajo p s íq u ic o de
la tra n sm isió n entre g e n e r a cio n e s se p u ed e entend.er a la vez c o
m o p ro c e s o y co m o p ro d u c to P o r u na parte, tal m o v im i e n t o
m u e s t r a el efecto de las lig a z o n e s libid inales sobre la o fe rta p a re n
tal, s e ñ a l a n d o el v alor p síq u ico q u e represen ta y la m a n e r a de in
c o rp o ra rla . P o r otra, m u estra el re su ltad o de tal p ro c eso en cali
d a d de tr a n s fo rm a c io n e s p síq u ica s, tanto en quien o frece co m o en
q u ie n recibe.
R e q u ie re , p o r lo tanto, d iferen ciar entre 1° que es tran sm itid o
y lo que es re cibid o y tran sfo rm ad o , p rin cip alm e n te en el proceso
de h is to riz a c ió n que hace el su jeto de su herencia. Las. en trevistas
co n los p a d re s d u ran te el pro ceso d iag n ó stico de un n iñ o se c o n s
tituyen, de ese m o d o , ep h e r ra m ie n ta s clínicas in d isp en sab les p a
42 NI ÑOS QU E N O AP RE N D EN
g u i c í o a s i m i l a r la h e r e n c i a a f e c t i v a d e l a s q u e le p r e c e d i e r o n rem
1 9 1 3 , p a 'g . 1 8 4 9 ) .
cipa en la c o n stitu c ió n d e su p s iq u is m o
Ei trabajo p s íq u ic o de la t r a n s m is ió n en tre las g e n e r a c io n e s e s
el re su lta d o de u n p r o c e s o e n el q u e se in visten se le c tiv a m e n te lo?
in v e s tim ie n to s del otro q u e lo p r e c e d ió . N o h ay lin ealid ad p o s ib le
en este devenir, y to d a in t e lig ib ilid a d p r o b a b le de su s cau sas es re
co n stru id a p o r e n la c e s re tr o a c t iv o s entre sig n ificacio n es. Es p o r la
h isto ria de la re la c ió n c o n su s o b jeto s, so p o rte s de sus in v e s t i
m ie n to s , qu e el y o c o n s t r u y e su p ro p ia historia, su propia re lació n
co n el d eseo, el p a s a d o , el fu tu ro , la realidad . La p o sib ilid ad de
p e n s a r s o b re la m o d i f i c a c i ó n de lo que fue d ad o en herencia y los
té rm in o s de su s c o n f li c t o s in tra e in tersu b jetiv o s, p e rm ite e n t e n
d er ese p ro ceso p s í q u ic o c o m o r e in te rp re ta c ió n h istó rica que i n s
cribe el le g ad o así r e n o v a d o en cad a su jeto in g u lar ab rie n d o la
ca teg o ría de porven ir.
F re u d señala q u e el p r in c i p io de p e r m a n e n c ia y el p rin cip io ele
c a m b io s o n los dos ta c to re s q u e rigen, el f u n c io n a m ie n to id en t i (i-
catorio. Para qu e las in v e s tid u r a s de esta . re la c io n es p u e d a n c o n
tinuar s ie n d o durante- la in fa n c ia el so ste n del c o m p ro m is o id e n -
tifica tcrio , el niño n e c e s i t a a lia rse te m p o r a l m e n te co n aqu ello q u e
el d is c u rs o de los p a d r e s p r iv ile g ia E s c u c h a r a los p ad res en. su r e
lato so b re la h isto ria vital d el n iñ o n o s o frece el te stim o n io "d e los
qu e p re te n d e n s a b e r y p u e d e n s e r los ú n ico s en a c o rd a rs e " ( A u
lagnier, 1976) sobre u n t i e m p o p re té rito en el q u e c o m e n z ó a e s c r i
birse la historia s i n g u la r del h ijo v su p o sició n id en tificaton a,
D u ra n te el p r o c e s o d ia g n ó s t i c o la e n tre v ista so b re la h isto ria
vita l s u c e d e t e m p o r a l m e n t e a la e n tre v is ta en la qu e los p a d re s
d e s p lie g a n el m o t i v o p o r el c u a l c o n s u lt a n . G e n e ra lm e n te , los
fa n ta s m a s p e r s e c u t o r io s p r e s e n t e s en la p rim e ra entrevista h an
c e d id o en parte. E s to p r e d i s p o n e a u na actitu d m á s abierta en
c u a n to al p la n teo d e d e m a n d a s v m a n if e s t a c i o n e s d isc u rs iv a s
acerca de la in t e r p r e t a c ió n p a r e n ta l so b re las ca u sa s y razo n es
q u e a ta ñ e n a la p r o b l e m á t i c a del n iñ o
A q u e llo qu e les v u e lv e c o m o p re g u n ta m o v iliza sus re p rese n
tacio n es de la r e a lid a d h is t ó r ic a q u e e n m a r c a la trayectoria de vi
da de su hijo y de las re la c io n e s q u e p u d ie r o n establecer con él
d e s d e su s fu n c io n es m a t e r n a y p a te rn a . El relato del tiempo p a sa
do s ie m p r e es una r e c o n s tr u c c ió n y en cierto sentido, también es
r e m o d e la d o en tr a n sfe re n c ia c o m o c o n te x to para o rd en a r n u e v a
m e n te las p ro p ia s v iv e n c ia s .
48 N IÑ O S Q U E N O A P R E N D E N
[... ] h o y e s u n d í a m u y e x t r a ñ o p a r a m í , e s t o y s o ñ a n d o p e r o m e p a
r e c e q u e t o d o es real y t e n e o q u e e n c o n t r a r m e c o n u n a s p e r s o n a s q u e
LOS S E N D E R O S ÜE LA T R A N S M I S ÓN
s o l o e x i s t e n e n n n r e c u e r d o . H o y e s el ú l t i m o d i n d e |uIio,. d i j o el L o
t e r o C o j o , ln c i u d a d e s l á d e s i e r t a , d e b e m o s e s t a r e n c u a r e n t a g r a d o s
a la s o m b r a , s u p o n g o q u e s e r á e l d í a m á s a p r o p i a d o p a r a e n c o n t r a r a
p e r s o n a s q u e s o lo e x is te n en su re c u e rd o en su a lm a , p e r d ó n , e n su
I n c o n s c i e n t e , t e n d r á m u c h o q u e h a c e r e n u n d í a c o m o e s t e , le d e . c
u n b u en día v b u e n a s u e r te
A n to n io Tabucchi R é q u ie m (IQQ'I )
3. S ín t e s is
N U E V O S A P O R T E S A L A N A LISIS
D E L A P R O D U C C IÓ N P R O Y ECTJ VA G R Á F IC A 1
1 E s to s d e s a r r o l l o s f o r m a n p a r t e d o In tesis d o c t o r a l d e ia a u l o in . S e c a >.
ve s lig ac ió n d e d o c t o r a d o U B A C v T 1 9 9 9 - 2 0 0 1 P r o b l e m a s le s i m b o l i z n i i ó n en
niños"
62 NIÑOS QUE NO APRENDEN
C a p ítu lo 4
A C E R C A D E L A P R O D U C C IÓ N D IS C U R S IV A
P a tr ic ia A lv a r c z
c*
1. In tr o d u c c ió n 1 ^
va oral, pero el p ro c e s o es a n a li z a d o d e s d e el m a rc o c o n c e p tu a l
p sico a n a lític o , a p a rtir de la a p l ic a c i ó n de los in d ic a d o r e s m á s re
le v a n te s o b t e n id o s en la in v e s tig a c ió n m e n c io n a d a so b re p r o d u c
ció n d isc u rs iv a .
N o s v a m o s a c e n tr a r en el a n á lisis de la fo r m a en la que el n i
ño c o n s t r u y e y d e s p lie g a su d is c u rs o , ya que este a sp e cto es el m e
n o s e s t u d i a d o y, en c o n s e c u e n c ia , su an álisis en el d ia g n ó s tic o es
esc a so , q u e d a n d o lim ita d o casi e x c lu s iv a m e n te a los co n te n id o s
e x p r e s a d o s a p a rtir d e cad a lá m in a d el test.
Esto n o im p lic a re le g a r la im p o r ta n c ia que tiene el an álisis de
lo s c o n t e n id o s s in o la p o s ib ilid a d d e o b te n e r u n a in f o r m a c ió n
m a s rica y m á s a m p l ia a p a rtir d el es tu d io de las ca r a cte rística s
co n las q u e el n iñ o d e s p lie g a su d is c u r s o y p o n e r en re lació n a m
b o s n iv e le s (fo rm a l y de c o n t e n i d o ) en los a sp e cto s q u e resulten
sig n ifica tiv o s.
3. A s pe c t o s p r o y e c t iv o s d e l d isc u r so
4. A n álisis d i; l a m o d a l i d a d d i s c u r s i v a
C o m o s e ñ a l á b a m o s a n t e r io r m e n t e , el " y o " se c o n s t it u y e y
c o m p l e j i z a en la p r o d u c c i ó n de la tra m a de e n u n c i a d o s q u e lo
d e l i n e n a él y a su r e la c ió n co n los o b je to s ; p o r e s o los s u je to s
del d is c u r s o q u e p r o d u c e lle v a n la m a r c a y la te x tu r a de su c o m
p le jid a d .
A C E R C A D E LA P R O D U C C IÓ N DISCURSIV A 69
4 3 . Conflictos
B í b i j o g r a f Ia
W IS C : IN S T R U M E N T O D E IN T E R P R E T A C IÓ N
D E L A M O D A L ID A D C O G N IT IV A
S ilv ia Cnbito
A D M IS I Ó N : L U G A R D E A P E R T U R A
A leja n d rin a M ez a
1. ¿ Q u ié n h a b l a p o r e l n i ñ o ?
2. ¿ Q ué se o f r e c e e n l a e n t r e v i s t a de ad m isió n ?
3. E jes d e l a e n t r e v is t a
E s c u c h a m o s el n o m b r e d el n iñ o d e s d e la v o z q u e lo n o m i n ó y
lo e s c r i b im o s e n la p la n illa , p l e n a m e n t e co n s c ie n te s de q u e en es
te acto filia to rio c o m e n z a m o s a erigir u n lím ite, u na fro n te r a en tre
un an te s y u n d e sp u é s , e n tre u n aqu í y u n allá.
C a d a p la n illa co n tie n e u n a historia y es a su v e z p rim e r e s la b ó n
de u n a n u e v a historia. D a to s b á sico s p a ra v o lc a r en la planilla:
ed ad , fe ch a d e n a c im ie n to , n a c io n a lid a d , escu ela, grado, d irecció n ,
etcétera. M ie n t r a s la v o z d e la m a d r e va d e lin e a n d o el p e rfil d el p a
ciente, n u e str o silen cio p ro p icia el d e s p lie g u e d isc u rs iv o m á s allá
de los d ato s p e r s o n a le s del niño . D e este m o d o , esta planilla a c o m
pletar, este re q u isito a d m in is tra tiv o se co n v ie rte en u n p re te x to q u e
n o s p e rm ite e s c u c h a r los o lv id o s, los errores, las d u b itac io n es.
A v e c e s la c o n f u s i ó n p o r el n o m b r e d e m o r a e n a cla rarse : "Se
llam a E m a n u e l pero le d e c im o s M a n u el, p o r q u e M a n u e l era m i p a p á y
Ernanuel es su p a p á " . O tr a s v e c e s la p re g u n ta p o r la fecha de n a c i
m ie n to p r o d u c e r e s p u e s t a s in e sp e ra d a s: "C o m o p ara olv id a r m e, ca
AD MI S I Ó N : L U G A R D E A P E R T U R A 115
3.3. ¿ Q u é le o c u rr e al niño?
E ste e n c u e n tro no so lo es la p r im e r a a p r o x im a c ió n q u e te n e
m o s co n el n iñ o a trav és d e la p a la b r a d e su m ad re , sin o q u e ta m
b ié n es la p rim e ra a p r o x im a c ió n d e esta al servicio . P o d r ía p e n s a r
se en u na c o a d n i is i ó n o a d m is i ó n m u tu a . A m b a s in a u g u r a m o s u n
lu g a r para e ste n iñ o física m e n te a u se n te .
Así, c o n s i d e r a m o s la e n tre v ista de a d m is ió n , en tanto p r i m e r
e n c u e n tro d e la m a d r e co n el se r v ic io , c o m o m o m e n t o p r iv ile g ia
do p o r la o p o r t u n id a d que n os b r in d a para q u e la m a d re nos o to r
g u e su p e r m is o y su c o m p r o m is o c o m o s o s te n e d o r a d el p ro c eso
d ia g n ó s tic o q u e se inicia. S o b e m o s el lu g a r q u e ella o c u p a en tan
to facilitad o ra u o b s t a c u l i z a d o s d el d ia g n ó s tic o , lo cu a l d e p e n d e
rá en g ra n m e d i d a d e la ca lid a d d e la re la c ió n q u e la m a d r e e s ta
b le z c a con n u e s tr o eq u ip o .
P iera A u la g n ie r se pre gu n ta:
D e a h í n u e s t r o p r o p ó s ito d e lo g r a r q u e la m a d r e n o s a ce p te,
n o s co n c ed a, n o s co n fiese, n o s p e rm ita entrar, n o s re c o n o z c a .
A c e p c io n e s to d a s q u e b r i n d a M a r í a M o li n e r en su D ic cio n a rio de
uso del e sp a ñ o l d e l v o c a b lo a d m itir. C u a n to m á s n o s a d m ita , m á s f a
cilitad o y e n r iq u e c id o se v erá el trab ajo co n su hijo.
C o n s i d e r a m o s q u e es en el m a r c o de un p re s e n te -in ic io trans-
f e re n cia l q u e s o s t e n d r e m o s a la m a d r e p a r a q u e ella p u e d a s o s t e
n e r el e sfu e rz o q u e ex ige el p r o c e s o d ia g n ó stico . E n la m e d i d a en
q u e ella a d m it a n u e s tr a o ferta d e e sc u c h a , n o s o tr o s p o d r e m o s e s
c u c h a b a su hijo.
D e s p u é s de h a b e r p a s a d o p o r la e x p e rie n c ia de la e n trev ista-d e
ad m isión, ella ya co n o ce rá los p a s o s a seguir: la n e c e sid a d de la co n
cu rrencia de la p a re ja p a re n ta l a las e n tre v ista s m o ti v o de c o n s u l
ta e h isto ria vital, los cinco e n c u e n tr o s co n e l niñ o , las e n tre v ista s
de d e v o lu c ió n a los p a d re s y al n iñ o re s p e c tiv a m e n t e . P e ro t a m
b ié n sabrá d e la m o d a lid a d y c a lid a d de ésto s e n c u e n tro s . D e q u é
m a n e r a se les h a b la r á y de q u é m a n e r a se los e sc u c h a rá .
Así, la e n t r e v is ta de a d m is i ó n se c o n v ie rte en in sta n cia an tici-
p a d o r a del t i e m p o p o r venir, p r o p i c i a n d o co n fia n z a , tr a n q u ilid a d
y e sp era n z a .
H a y m a d r e s q u e ir r it a n ,„q u e s o r p r e n d e n , q u e c o n f u n d e n , q u e
s e d u c e n , q u e d e sc a lifica n , q u e o b tu r a n , que a n g u s tia n , q u e c o l a
b o r a n . L as s e n s a c io n e s c o n t r a tr a n s f e r e n c ia le s q u e q u e d a n en n o
s o tro s al fin a liz a r la en trev ista g e n e r a lm e n t e s o n in d ic a d o r e s p r e
m a t u r o s de lo q u e v en d rá.
B ib l io g r a f ía
" A L E J O ES A .D . D "
A b o r d a n d o el d o l o r (d e u n n iñ o ) e n u n d iag n ó stico
G is e la U n to ig lich
C a p ítu lo 11
E S C U C H A N D O A L O S PAD R ES
M a ría E rh n rt d el C a m p o
1. E l e n c u e n t r o c o n l a s f ig u r a s p rim a ria s
2. L a c o n s t it u c ió n su b je t iv a , u n c a m in o e n c o n s t r u c c ió n
C o n s i d e r a m o s al n iñ o c o m o u n su je to en co n s titu c ió n , q u e es
tru ctu ra su a p a r a to p síq u ic o en el m a rc o de las re la c io n e s inter-
p e r s o n a lc s , es d e c ir en la in te rs u b je tiv id a d . Es en el v ín c u lo co n
las fig u ra s p r i m a r i a s q u e p o d r e m o s e n c o n tr a r lo s p r i m e r o s h ace s
de s e n t id o q u e e n l a z a r e m o s , .luego, co n las s i n g u la r i d a d e s q u e se
e v id e n c ie n en las p r o d u c c i o n e s de los n iñ o s a lo larg o del pro ceso .
C o m e n ta la m a d r e de D a n ie l: "N osotros s ie m p r e lo esp er áb am o s,
p ero en realidad a n tes que eso nos h a b ía n dicho q u e h ab ía un n en e y
c u a n d o nació la m a m á se arrepintió... d esp u és de eso d ijim os basta, no es
p e r a m o s n ada y listo... y en ese sí, en el anterior, m ie n tras esp er á b a m o s
yo tejía, y d esp u és reg a lé todo, a s í q ue con D an iel no t en íam o s nada, yo
no h ab ía tejido n ada...". .
El p r e g u n ta r p o r los p r im e r o s m o m e n t o s de v i d a del n iñ o es
u na in v ita c ió n a c o n s t r u ir u n esp a cio en el q u e se re e d it e n s itu a
cio n es de e n c u e n tr o , e sp a c io q u e cad a u na d e la s fig u ra s p are n ta-
les o c u p a r á de a c u e r d o co n su s p ro p io s d e t e r m i n a n te s su b je tiv o s.
A
0
1
ES C U C H A N D O A LOS PADRES 153
3. L a escucha
4. M it o s y f a n t a s m a s . E l e n t r a m a d o f a m i l i a r
Las p r im e r a s e n u n c i a c i o n e s d a r á n c u en ta del lu g a r qu e o cu p a
el hijo en el e n t r a m a d o fa m ilia r y se r á n la b a s e sobre la qu e in t e n
tarem o s e sta b le ce r las s in g u la r id a d e s de los p rim e ro s m o m e n t o s
de v id a del niño, la re la c ió n de las fig u ra s p are n ta les con el m e
dio, la c a lid a d de los v ín cu lo s.
C o m e n ta el p a d r e de D a n ie l: "Tiene problem as g ra v es en la e s c u e
la, y o no s é si sabe, m i hijo es adoptado, no sa b em o s los an teceden tes... si
p u ed e h ab er un p r o b le m a an terio r o no..."
"P orqu e ella de chiquita fue terrible, no s é si la m im am os más porque
f u e nena, iba siem pre atrás mío...", nos cu en ta la m ad re de Yamila.
In te n ta r e m o s c o m p r e n d e r qué s e n tid o tendría el p asad o d e s c o
n o c id o d e D an iel. ¿ C ó m o s o p o r ta r el “no sa b e r" algo de la h is t o
ria del n iñ o ? P o d ría ello h a b e r in flu id o en el víncu lo co n las f ig u
ras p rim a ria s p o s i c io n á n d o lo en el lu g a r del "n o s a b e r " au n an tes
d e su lleg ad a a la fa m ilia ?
158 NIÑOS QUE NO AP RE N D E N
O tra v e z n o s p r e g u n ta m o s q u é f a n ta s ía s h a b r á d e s p e r t a d o en
la m a d re d e Y am ila el n a c im ie n to de su hija mujer. ¿P o d ría s u c e
d er q u e el " s e r m u je r " c o n lle v e d e t e r m i n a d o s s ig n ifica n te s en re
lació n a la m o d a lid a d de v ín cu lo de la p areja p a r e n ta l co n la n iñ a,
c o n d ic io n a n t e s q u e h a b ría n in terferid o en los n e c e s a rio s p ro c e s o s
de d e s p e g u e ? P e n s a m o s en el d isc u rs o de lo s p a d re s c o m o te x to s
in c o n scie n te s, aqu ello s te x to s d o n d e e s tá n a n c la d o s los f a n ta s m a s
d el g ru p o fam iliar.
C o m e n ta el p a p á de D a n ie l: " O rg á n ico no tiene nada, se le h an h e
cho todos los estu d ios n eurológicos y es n orm a l, p ero y o no s é si el p a d r e
era alcohólico, la m adre e.ra alcohólica, no conozco...". M á s a d e la n te
ag reg a en re la c ió n con la a d o p c ió n d el h e r m a n o m a y o r : "Un dm
vino O sc a r y m e dijo: 'Mira, no digas nada, p e r o h a y un chico q u e nos
van a e n tre g a r q u e es para ustedes, es sa n ísim o, co n o zco al h erm an o" '.
¿Sería p o s ib le q u e la h isto ria p a s a d a , n o v iv e n c ia d a , ajen a, e s
tuviera o b tu r a n d o la p o sib ilid a d de los p a d r e s de D a n ie l p ara r e
la c io n a rse co n el niño? ¿C u á l h a b r á sid o la p a rtic u la r o fe rta de
e m b le m a s y e n u n c ia d o s al e n c o n tr a r s e a m b o s p a d re s p r e o c u p a
dos p o r la " s a l u d " de su hijo, p o r la p o s ib le e x iste n c ia de u n " d a
ñ o " ig n o r a d o p o r ellos?
L a ca lid a d del v ín cu lo de los p a d re s c o n su s fig u ras p r im a r ia s
será u n a c u e stió n d e re lev anc ia p a r a n u e s tr a in d a g a c ió n , ya q u e
c o n fo rm a el en tra m a d o so b re el q u e ca d a u n o de ellos p o d r á lu e
go es ta b le c e r su relación co n el hijo. N o s re fe r im o s a la p o s ib ilid a d
d e co n s titu irs e c o m o pad res, a s u m ie n d o su rol en la e s tru c tu ra de
p are n te sco .
" E n ton ces la vieja nos crió a nosotros... nos m a n d a b a u na v ez p o r a ñ o
a cada u n o a B ahía Blanca, q u e v iv e m i abu ela, a p a s a r todo el añ o allá...
y yo le dije q u e no, q u e no iba a h ac er lo q u e h iz o ella, d e s e p a r a r a mi, h i
jo de los padres... m i hijo vive conm igo... la im a g en de m i viejo era de un
ex trañ o q u e ven ía con regalos fa b u lo so s... un tipo q u e estab a tres días en
casa y d os m es es afuera, n os c u e n ta el p a d r e d e D a n ie l co n r e s p e c to
a sus fig u ra s parentales.
"Mi m a m á v iv e a una cuadra, m i so b rin a esta a quin ce, so m o s m u y
fa m ilieros... m i p a p á fa lleció hace un año, ér a m o s m u y u n i d o s ", c o m e n
ta la m a d r e d el n iñ o .
"Y d e sp u és lo q u e le g u s ta b a era lo ca r m e el p ech o , q u e eso se lo s a q u é
a los cu atro añ os, m á s o m en os... y eso m e dijo m i m a m á q u e era de a m a -
E S C U C H A N D O A L O S PADRES 159
E n re fe re n c ia a Y am ila, su rg e n u e v a m e n t e el c u e s t io n a m i e n to
acerca de las s ig n if ic a c io n e s o fe r ta d a s p o r su s fig u ra s p rim a ria s
q u e e s t a r í a n o b s t a c u l iz a n d o la e s c o la r i z a c i ó n de la n iñ a así c o m o
ta m b ié n su p o s i c ió n en el e n t r a m a d o fa m ilia r al d ife r e n c ia rs e de
sus h e r m a n o s v a ro n e s.
5 . L a B Ú S Q U E D A D E SE NTID OS
B ib l io g r a f ía
C e c ilia K o r n b lii
A p r e n d e r a e sc rib ir i m p li c a la a p r o p ia c ió n d e u n o bjeto de c o
n o c im ie n to p riv ile g ia d o ; d e este a p r e n d iz a je d e p e n d e en b u e n
g ra d o la p o s i b il id a d d e c o n s t r u ir o b je to s d e c o n o c i m ie n to s u p e
riores. E s sa b id o p o r d o c e n t e s y p s i c o p e d a g o g o s q u e el d e t e n i
m i e n to en la a p r o p i a c i ó n d e l le n g u a je esc rito p u e d e co n stitu irse
en o b s tá c u lo p a r a p o s te r io r e s a p r e n d iz a je s , n o so lo p o r ser la es
critu ra u n a h e r r a m ie n ta d e u so c o t id ia n o en la e scu e la, u tiliz a d a
en el a p r e n d iz a je de o tro s c o n t e n i d o s , s in o t a m b ié n por las c o n s e
c u e n c ia s s o cia le s y fa m ilia r e s de este d e t e n i m ie n t o ( m a r g inació n ,
e x c lu sió n , h u m illa c ió n , etcétera).
M e atr e v e ría a a f ir m a r q u e en to d o s lo s n iñ o s q u e co n su lta n
p o r p r o b l e m a s de a p r e n d iz a je , la c u e s t ió n de la escritu ra está p r e
s en te c o m o c a r e n c ia , 1 c o m o a q u e llo a lo q u e n o se p u e d e a cc ed e r
o a lo q u e se a c c e d e c o n d ific u lta d . D e s d e el n o escrib ir h asta las
d i f i c u l t a d e s p a r a r e l a t a r e n f o r m a e s c r i t a , p a s a n d o p o r to d as
las f o r m a s p o s ib le s de " e s c r i b i r m a l " (lé a se o m isio n e s, a lte r a c io
n e s y s u s titu c io n e s d e letras, e s c r itu r a en esp ejo , faltas de o rto g ra -
1. C a r e n c i a e n t a n t o p r i v a c i ó n d e l o b j e t o y en tn n lo i m p o s i b i l i d a d - p o r i m p o
t e n c i a o p r o h i b i c i ó n - d e a c e r c a r s e al o b j e t o .
J60 NI Ñ O S Q U E NO A P R E N D E N
E n r e fe r e n c ia a Y am ila, s u r g e n u e v a m e n t e el c u e s t io n a m ie n to
acerca de las sig n if ic a c io n e s o fe r ta d a s p o r su s fig u ra s p rim a ria s
que e s t a r í a n o b s ta c u l iz a n d o la esc o la riz a c ió n de la n iñ a así c o m o
tam b ién su p o s ic ió n en el e n t r a m a d o fam ilia r al d ife r e n c ia rs e de
sus h e r m a n o s varo n es.
5. L a B Ú S Q U E D A DE SE NTID OS
B ib l io g r a f ía
v a n p e r m i t i e n d o p o s t e r g a r la d e s c a r g a in m e d ia t a y e l a b o r a r la
au sen cia.
L a v o z de la m a d r e es u n o r d e n a d o r lógico q u e in stitu y e en el
iiifans f e n ó m e n o s de te m p o ra liz a ció n , que señala cucáles son los o b
je t o s a catectizar. N o se le presta a te n c ió n a cu a lq u ie r objeto, sino a
a q u e llo s q u e fu e ro n " b a l i t a d o s " p o r el O tro. E llo p are ce estar fre
c u e n t e m e n t e a u se n te en los n iñ o s co n este tipo de sin to m a to lo g ía .
A le jo tien e p r o b l e m a s de d e s a te n c ió n : es cierto q u e n o a tie n d e
a lo q u e la e sc u e la e s p e ra que a tien d a . Sería p e r tin e n te p r e g u n ta r
se e n t o n c e s : ¿en q u é tiene p u esta su ate n ció n A le jo ? P r o b a b l e m e n
te, e n in ten tar e n h e b r a r las cu e n ta s q u e se e n c u e n tr a n d e s p a r r a
m a d a s a lo largo d e su h isto ria. T rab ajo q u e o b v ia m e n t e n o p u e d e
r e a liz a r so lo y q u e im p lic a que esté p e r m a n e n t e m e n t e r e c l a m a n
d o al O tro su a te n ció n . P o r eso es a b s o lu t a m e n t e n e c e s a rio u n te
r a p e u t a q u e haga u n trabajo de lig a z ó n con el n iñ o y su s padres,
a s í c o m o ta m b ié n en tre los d iferen te s p r o f e s io n a le s q u e se o c u p a n
d e este niño. M a e s t r o s , pediatra y te ra p e u ta te n d rá n q u e trabajar
en e q u i p o p ara p o d e r c o n stru ir u n a red q u e s o s te n g a y a c o m p a ñ e
a e ste n iñ o en su s d e s b o rd e s , m ie n tr a s c o n s tru y e su p ro p io b o rd e.
B ib l io g r a f ía
C a p ítu lo 10
M a r ía C ip rian o
e*
C u a n d o u n n iñ o c o n p r o b l e m a s de a p r e n d iz a je llega la c o n - &
sulta, lo a c o m p a ñ a n p ad re s, m a e s tro s y o tro s p ro fesio nales q u e
m
d e m a n d a n a lg ú n tipo de in te rv e n c ió n en re lació n con la d ific u l
tad. L le g a n a n o s o tro s b u s c a n d o e n t e n d e r las ra z o n e s de los fra X*
casos. S u e l e n h a b la r n o s de d ific u lta d e s en la lcctoescritura, en la m
aten ció n, e n el in teré s p o r conocer, en c o m p le t a r pro d u ccio nes, en
m
tra b ajar solo. N o s o tr o s y n u e s tr o p a c ie n te c o n s t r u im o s d e lic a d a
m e n te uii e s p a c io de trabajo d o n d e es p o s i b le el e n te n d im ie n to de &
su p a d ec er: el p ro c e so d ia g n ó stico .
0
N o s p r o p o n e m o s re fle x io n a r so bre la e s p e c ific id a d del d i a g
n ó stico de las d ific u lta d e s en el a p re n d iz a je , su ex p lo ració n y d e &
p
1. L a e x p r e s i ó n " a p r o p i a c i ó n p r o d u c t i v a " i n t r o d u c e a q u í u n a va g a re fe r e n c i a
a un p ro c e s o c o m p le jo . E s te p ro ce s o in c lu y e tan to un m o v im ie n lo de in co r p o ra - 0
c i ó n , h a c i e n d o p r o p i o a l g o q u e n o lo e r a , c o m o o t r o d e c r e a c i ó n , p r o d u c i e n d o a l
go nuevo. ^
$
f
132 NIÑOS Q U E NO AP RE N D E N
P a r a f r a s e a n d o a la au to ra n o s p r e g u n t a m o s , ¿qué tipo de r e
p re s e n t a c io n e s , qué d iv e r s id a d e s ló g ic a s c o m p o n e n el a lm a de
u n ser s u frie n te ? Y al ig u al q u e ella a f i r m a m o s que el p s i c o a n á l i
sis n o tiene p o r q u é ten er to d as las r e s p u e s ta s , pero sí b u sc a rla s,
p u e s la clín ica c o m p r e n d e co n s ig o la o p o r tu n id a d y el d e b e r de
re flex io n ar, re v isa r p e r m a n e n t e m e n t e n u e s t r o s s u p u e s to s te ó r i
cos, h e r r a m ie n t a s y li n e a m i e n t o s c lín ic o s q u e e n m a r c a n n u e s tr o
qu eh ac er.
1.1. La ch u ica
2. L a a u t o r a h a c e r e f e r e n c i a a la c o n c c p t u a l i z a c i ó n s o b r e n a r c i s i s m o d e m u e l
le q u e r e a li z a A. G r e e n e n s u l ib ro N m a sism o de vuin, narcisismo de muerte, B u e n o s
Aires, A m o r r o r tu , 1999.
134 NIÑC S Q U E NO A P R E N D E N
4. L n p l a n c h e y F o n t a l i s , e n s u D iccionario de jtsicniitmlisis, h a c e n e x t e n s a es l a
d e f i n i c i ó n a o t r o s s e c t o r e s y c u a d r o s p s i c o p a t o l ó g i c o s . 1ZI s u b r a y a d o q u e a p a r e
c e e n e s t e p á r r a f o e s m ío .
NI ÑOS Q U E NO A P R E N D E N
su b je tiv a. U n n iñ o n ec esita s e r p e n s a d o e im a g in a d o p o r su s p a -
dies. N e c e s it a d e un tiem p o p rim e ro de a p e g o al o b jeto m a t e r n o
en d o n d e ese a d u lto , q u e ejerce la f u n c ió n m a te rn a , im p la n t e en
su p s i q u i s m o s u m in i s tr o s lib id in a le s y narc isístico s.
S i g u ie n d o lo s d e sa rr o llo s d e B le ic h m ar, p o d e m o s d e c ir q u e los
c u id a d o s p r e c o c e s v e h i c u li z a n s e x u a lid a d y n a rc is is m o . E s to p r o
picia u n m o v im i e n t o de c irc u la ció n lib id in a l en d o n d e la m a d re ,
al m is m o tie m p o q u e in stala la p u ls ió n q u e da o rig e n a las p r i m e
ras i n s c r i p c i o n e s p síq u ic a s, o to rg a al n iñ o p o s i b il id a d e s de lig a
zó n de estas. D e s d e su p ro p io n a r c is i s m o e h isto ria lib id in a l o fr e
ce al niño sig n ific a c io n e s , o to rg a s e n t id o a su s v iv e n cia s, se n tir e s
y e m o c io n e s . La p re sen c ia del le n g u a je a d q u ie r e e n t o n c e s u n a
fun ció n p rim o rd ia l, en tanto es a través de él q u e la m a d r e o fr e ce
lig a z o n e s q u e el niño d eb e rá h a c e r p ro p ia s, e n c o n t r a n d o de ese
m o d o n u e v a s f o r m a s d e representar, de d a r s e n tid o a a q u e llo q u e
vive v sien te, y c o m p le ji z a n d o así su e n t r a m a d o sim b ó lic o . Las
p a la b ra s d e la m a d r e circ u la n c o m o o fe rta de s im b o liz a c ió n , de
c u a lilic a c ió n ; o r d e n a n el p s i q u i s m o del niño. Las e n u n c ia c io n e s
de la m a d r e d e b e n ser p o r t a d o r a s d e m e n s a je s de d if e r e n c ia c ió n
que fa v o r e z c a n la d e s c a p tu ra y la n c e n al n iñ o a la b ú s q u e d a de
o bjeto s su stitu tiv o s.
P or o tro lado, la fu n c ió n p a t e n t a d e b e g a r a n tiz a r este p ro ceso ,
p ro p ic ia n d o la ru p tu ra d e este a p e g o en tre la m a d r e y su lujo, in
te rc e p ta n d o la a p ro p ia c ió n q u e ella h a ce d el cu e r p o y d e l p s i q u i s
m o del n iñ o ; al eje rce r su funció n, o fr e ce atr ib u to s e m b le m á tic o s ,
n u e v o s e s p a c io s e intereses ( re p r e se n ta n te s de la c u ltu r a ) y o b je
tos del m u n d o .
Un s e g u n d o m o m e n t o de esta c o n s titu c ió n s u b je tiv a es la in s
talació n de la rep resió n o rig in aria, c o n d i c ió n de la f u n d a c i ó n del
in c o n scie n te , lo q u e da o rig e n al clivaje d el a p a r a to p s íq u ic o del
niño, al yo y su p o sició n en la tópica p síq u ic a (B leich m ar, 1993).
So lo a p a rtir de esto, de la ex iste n cia ele u n e n t r a m a d o sim b ó lic o ,
retículo li g a d o r del yo, y de la a s u n c ió n de las id e n tific a c io n e s q u e
le so n p ro p u e s t a s , p u e d e h a b la r se de u n su je to q u e " s a b e " s o b re
sí m is m o y s o b r e el m u n d o .
SOBRE LA ESPECIFICIDAD CLINICA 137
2. S o b r e e l d is c u r s o p a r e n t a l
5. M a t e r i a l c l í n i c o del E q u i p o d e D i a g n ó s t i c o del P r o g r a m a d e A s i s t e n c i a a
N i ñ o s c o n P r o b l e m a s d e A p r e n d i z a j e d e la c á l e d r a d e P s i c o p e d a g o g í a C lín ic a, F a
c u l t a d d e P s i c o l o g í a , T JB A . D i a g n ó s t i c o r e a l i z a d o p o r la Lic. A l e j a n d r i n a M e z a .
140 NI ÑOS Q U E NO A P R E N D E N
de p ro d u c ir a s í a lg ú n m o v im i e n t o q u e a ctú e d e s c a p tu r a n d o a su
h ijo de ella m i s m a . A s í se m a te ria liz a la d ific u lta d de a p re n d iz a je ,
"no avan za, so lo n o pu ede".
El n a r c is is m o d e u n n iñ o se c o n s t it u y e en el m a rc o del a p e g o al
s e m e ja n te m a t e r n o y es la le c tu ra q u e h a c e m o s de este " p a r a s i t a -
j e " la q u e n o s p o sib ilita ra stre a r lo s m o d o s de su e s tru c tu ra c ió n . A
p a rtir de e sto p o d e m o s d ec ir q u e N ic o lá s q u e d ó e x p u e s to a d i f e
re n te s s itu a c io n e s en las cu a le s el so sté n m a t e r n o no in te rv in o e f i
c a z m e n te en la lín e a de fa v o r e c e r lig a z o n e s p síq u ic a s. L o s p r o c e
so s c o n f u s i o n a le s q u e p re s e n ta la m a d r e no le p e r m it e n p e n s a r a
su hijo, m ir a r lo , p r o d ig a r le p a la b r a s y a c c io n e s q u e lo a y u d e n a
o rd e n a rs e , q u e le o fr e z c a n u n b o rd e, una to talid ad e n g lo b a n t e
q u e lo c o n t e n g a y lo d iferencie.
A h o ra, ¿ q u é ca r a c te rís tic a s to m a esto en N ic o lá s ? E n to d o caso,
n o s e s t a m o s p r e g u n t a n d o p o r su s p o s ib ilid a d e s de s im b o l iz a c ió n
y p o r los m o d o s de o p e r a r de u na instan cia, el yo.
3. D el l a d o d e l n iñ o
3.1. N ic olá s
N ic o lá s se p re s e n ta en su p r im e r a e n tre v ista co m o u n n iñ o
m u y d u lce , cau to , m u y a te n to a la m i r a d a del ad ulto. C o m ie n z a
h a b la n d o so b re la d if ic u lta d q u e tiene para h a c e rse de u n lugar:
"No m e g u s ta ln esc u ela a mí... los chicos siernjire pelean... yo les digo,
j u g u e m o s n la pelota y no m e dejan y m e dicen no ju g u es , y estoy ju g a n
do y m e p eg a n p ata d as" . T a m b ié n dice: "M e g u s ta j u g a r a Ia p e l ó l a , p a
sear con m i pnprí, a y u d a r lo a h a c er las cosas... a trabajar... a pescar... p e
ro h a c e m u c h o q ue n o va".
H a c e u n p r i m e r d ib u jo q u e e s b o z a c o n trazo tem blo ro so ; so lo
u n b o r d e , sin d etalles. D ice: "Es un c a b a llo ... la cabeza, la oreja... M e
NIÑOS QU E NO APRENDEN
4. A M O D O D E C O N C L U S I Ó N
qu e un n iñ o tiene de re sp o n d e r, d e s d e su c a p a cid a d d e s i m b o l iz a
ción, al tr a b a jo e la b o ra tiv o al q u e su a p a ra to p s íq u ic o se ve e x
p u e sto c o n t in u a m e n te , y q u e se e x p r e s a n en las m o d a li d a d e s co n
las q u e el su je to c o n s t r u y e su re lació n co n el m u n d o .
P o r otro lad o , r e s c a t a m o s el p ro c e s o d ia g n ó s tic o c o m o u n e s p a
cio co n a m p l ia s p o s ib ilid a d e s d e abrir la reflex ió n : la o b s e r v a c ió n
clín ica n o s p e r m it e e s ta b le c e r re la c io n e s y se n tid o s q u e se a p u n t a
lan en los c o n c e p t o s q u e la teoría p s ic o a n a lític a n o s ofrece.
F in a lm e n te , s e ñ a l a m o s so lo a lg u n o s criterio s clín ic o s q u e p l a n
te a m o s c o m o f u n d a m e n t a le s p ara su e x p lo r a c ió n d ia g n ó s tic a , y
q u e n o s a y u d a n a ce rca r lo s m o m e n to s co n stitu tiv o s e s t r u c tu r a n t e s ’'
en el n iñ o :
* La in d a g a ció n de lo h istórico -libidiu a l, te ñ id o p o r la fan ta sía pa-
rental y su r e tra n s c rip c ió n en el n iñ o . Es decir, lectura d el " p a r a -
sitaje" p r i m a r i o de la re la c ió n m a d r e /hijo, y de los m o d o s de cir
c u la c ió n lib id in a l de a m b o s p a d re s e n r e la c ió n c o n su hijo.
P r im e r a s h u e lla s, in s c rip c io n e s y p r o c e s o s d e lig a z ó n o fe rta d o s;
r e c o n s tr u c c ió n q u e el n iñ o h a c e de las m i s m a s .
° Ln in d a g a ció n de la estru ctu ra ció n tópica, es decir, si n o s h a ll a
m o s fren te a un n iñ o con un a p a ra to p s íq u ic o c o n s titu id o , cliva-
do, d o n d e el p r o c e s o e la b o r a tiv o q u e p r im a es el s e c u n d a r io . T a m
bién p l a n t e a m o s la d e lim ita c ió n de la u n if ic a c ió n im a g i n a r ia del
y o y d el e n t r a m a d o s im b ó lic o q u e la s o stien e .
® La in d a g a ció n de los asp ectos edfpicos estru ctu ra n tes: el ra streo de
los ti e m p o s del E d ip o ; la d e s c a p tu ra de la e s p e c u l a r id a d inicial, la
a c e p t a c ió n d e la te rce rid a d y la re g u la c ió n n o r m a tiv a , i n c o r p o r a
ción d e las d iferen cia s, circ u la c ió n d e se a n te .
• Ln in d a g a ció n del p r o y ec t o iden tificatorio: id e n tific a c io n e s p r o
p u e s t a s p o r lo s pa d res, c o m p r o m is o d e la in stan cia y o ica d e l n iñ o
c o n estas, co n s t it u c ió n d el id eal d el yo.
E s to s a s p e c t o s de la co n s t it u c ió n su b je tiv a so n c o n d i c io n e s n e
ce sa ria s p a r a q u e u n n iñ o p u e d a aprend er, p a r a q u e p u e d a c o n s
truir te o ría s q u e d e n re sp u e sta a los e n i g m a s q u e lo h a b ita n .
6. S e g u i m o s a q u í lo d e s a r r o l l a d o p o r la d o c t o r a S ilv ia B l e i c h m a r e n s u s c l a
s e s del s e m i n a r i o " I n t e l i g e n c i a y s i m b o l i z a c i ó n : u n a p e r s p e c t i v a p s i c o a n a l í t i c a " ,
d ictad o en 1998.
SOTiRE LA E S P E C I F I C I D A D CLI NI CA 1 r
B ibliografía
MALESTAR
EN EL DOCENTE
L a e d u c a c ió n c o n fro n ta d a
c o n el p s ic o a n á lis is
C. E l d eseo d e s a b e r y s u im p e d im e n t o :
E L FRA C A SO -SÍN TO M A
162
n e c e s a r i a s p a r a e n c a r a r l o s ap ren d iza jes cognitivos. H ay otros casos
que q u isiera c o m e n t a r a h o r a d o n d e 'S r i r á c a s ó está ín tim a m é n té ^ p |
asociado a un conflicto p s íq u ic o . E s lo que lla m a r e m o s frac aso - ,.i]f
sín tom a. V ere m o s de q u é 'm o d o se asocian aquí la a n g u stia , el ! '
conflicto y la in h ib ic ió n in te le ctu a l. E l re s u lta d o de e s ta in h ib ició n ' *
s e r á el fracaso , con tod as l a s co n secu en cia s se c u n d a r ia s a que y a nos
h em o s referido: p érd id a de l a a u to e s tim a , depresión, a veces m a rg i- '
nación. H em os insistido so b re el su frim ien to que siente el'hiño a
c a u s a de la d ep reciació n de su im a g e n ; ciertos docentes o bserv an
incluso en estos jó v en es su jetos u n a pérd id a de su dignidad con
motivo de la h u m illación y l a re le g ació n de que m u ch a s veces son
v íc tim a s. •
Al lado de e s te su fr im ie n to h a y otro que se ignora: el sufrim ien to
n eu rótico ; co rresp on d e a u n m a l e s t a r íntim o, a un conflicto in con s
ciente. S e lo recon oce por alg u n o s indicios: u n niño o un ad olescen te
que t ie n e n todas las a p titu d e s p a r a t riu n fa r, no lo consiguen. No se
t r a t a aquí de c a r e n c i a e d u c a t i v a m ay o r, de dificultad de ra z o n a - ■
m ien to, de r e t r a s o lin güístico ev id en te: es un fracaso inexplicado,
incom prensible. E s t a “in c o m p r e n s ió n ” de la situ ación re fu e rz a las
p o s tu ra s cr ític a s: “lo h a c e a p ro p ó sito ”, se le n o t a l a “m a l a v o lu n ta d ”.
E n c o n t r a m o s la m i s m a r e a c c ió n i r r i t a d a a n te el adulto depresivo del
que se dice: “¡No le f a lta n a d a p a r a s e r feliz! ¡Sólo tiene que m o verse
un poco!” Y a h e m o s esb ozad o u n a reflexión so b re la n a t u r a l e z a del
s ín to m a con m otivo del ca so de A r t h u r , en la p rim e ra p a r t e de este
libro: q u ie ra el lector r e m i t i r s e al p unto corresp on d ien te.
E l sín to m a es u n a fo rm a c ió n del in c o n s c ie n te
163
i g n o r a d o por el s u j e t o , q u i e n n o se r e c o n o c e e n t e r a m e n t e e n él: "no
es culpa m í a , dice el niño q ue se h ace pipí en la c a m a , no lo hago a
propósito”, "q u isiera co m er, pero 1 1 0 p u ed o ”, nos dice la an o réxica.
¿Qué dice el obsesivo al m u ltip lic a r su s ritos y l a v a r s e las m an o s
veinte veces por d ía ? “Q u is ie ra p a r a r , pero no puedo, es m á s fu e r te
qu e y o .” ¿Qué dice el niño en situ ació n de fra c a s o ? “Q uisiera e s t u d ia r
bien, pero no puedo, y no sé p o r q u é .” E l sujeto no com p ren d e lo q u e
le em puja (p u lsió n ) a a c t u a r a s í o, al c o n tr a rio , lo que lo i n c a p a c i ta
p a ra a c t u a r (in h ib ició n ).
E1 sín to m a es un s u frim ie nto: su frir viene del la tín f e r r e , llevar:
uno lleuci su cruz, uno a g u a n t a su desazón . No se t r a t a aq u í del
su frim ien to ligado a la h e rid a de a m o r propio p ro ven iente de la
m i ra d a del otro, sino de u n su frim ien to ín timo, oculto, a m enudo n o
identificado. E l s u f r im ien to del s ín to m a es silen cioso, no p a s a de
e n tr a d a por la p a la b r a y puede ad op tar, p a r a d ó j i c a m e n t e ,l a fo rm a
de üñ~~eoco: tal es el caso de la a n o r é x ic a que corre aleg re y
d esp re o cu p ad a h a c i a la m u e r t e , o el de la h is té ric a desplegando con
"bella in d iferen c ia” el relato de sus m ú ltip les tra sto r n o s. S e a como
fuere, en el p lan o in co n scien te este su frim ien to e s t á dirigido al Otro
v se co n creta en d e te r m in a d o m o m e n to en u n a queja e x p r e s a d a en
g eneral ni mérlirir la a n o r é x ic a y a no so p o r ta su a m e n o r r e a o sus
m a l e s t a r e s d igestivos. C u a n d o se t r a t a de u n a h is te ria de co n v e r
sión, lá p acie n te, c a n s a d a de su p arálisis o de su s d esm ay o s, irá a
con su ltar.
E s in frecu e n te que el s u frim ie n to m a n ife sta d o se rec o n o zca de
e n tr a d a como psíquico, lo que o c u r r i r á por lo g e n e ra l después de un
largo tray ec to s e m b r a d o de e s p e r a n z a s y de fra c a s o s te ra p é u tico s. A
veces se n e c e s ita m u ch o tiem p o p a r a que el origen psíquico de los
trastorn o s q u ede reconocido e identificado. P o r ejem p lo, el niño
incapaz de a t e n d e r en clas e ign o ra por com pleto, y su en torn o ju n to
con él, que s u fre m o r a l m e n t e de algú n conflicto psicológico; h a y
d esconocimiento y d e s p la z a m ie n to de la c a u sa , todo el tiempo se oye
aquéllo de “la cu lp a es d e...” y de “sólo h a y q u e ...”. S e niega así la
responsabilidad del sujeto y su im p oten cia es atrib u id a a u n a
realidad e x te rio r. V e n d rá e n to n ce s el vals de los in terv in ien tes,
buenos apóstoles o ju e c e s in m is e ric o r d e s . E n el grupo de d ocen tes en
dificultades seg u im os paso a p aso la a n d a d u r a que va del su frim ie n
to físico a la subjetivación del sín to m a , con la fase final de la
d e m a n d a dirigida a u o J 5 u j« te su p u esto sab er.
E n un p rim e r tiempo se t r a t a b a de m a n i fe stacio n e s s o m á t i cas
aislad as. El d ocen te e n fe rm a b a y e s t a s e n fe rm e d a d e s p a re cía n
1G4
-
1c a r e c e r de todo nexo con un m a l e s t a r psíquico cu alq u iera; la intriga »!
em pezó con su repetición y con su s u rg im ien to al rein iciars ■ las
labores d ocentes. U n a c a u s a lid a d se abrió paso y la queja se focalizó
^
sobre la c a u s a s u p u e s ta : se incrim inó a la fu n c ió n docente, y el .
t r a s t o r n o , reconocido e n to n ce s como "psicológico”, recibió el n o m b ré "k
de dep resión . De aquí en m á s , las cosas esta b a n en su sitio: la queja
pudo d e sp le g a rs e , las c a u s a s t r a u m á t i c a s inh erentes a la función se
p re c is a ro n , el s u frim ie n to psíquico fue identificado e ingresó en la
noso g rafía bajo la d e nom in ación de “fo o ia escolar de los d o c e n te s”.^
P e se a esto, la im plicación del sujeto seg u ía siendo difícil de plan-^',
t e a r, su b s is tía u n a posición p a ra n o ic a con sisten te en atrib u ir la^?
ca u s a a un fenómeno e x te rio r. Todo e r a culpa deí sis te m a , de la :
in stitu ción , de los a lu m n o s, e tc é t e r a . L a c a u s a n te de la enferm edad
era la p ro fe s ió n , como si se dijera: “no quiero s a b e r n a d a ”... de mi
resp o n sab ilid ad . E l s í n t o m a realiza su trabajo de compromiso, la
fobia cu m p le su papel de rev elació n del m a le sta r.
H a y un abism o e n tr e la queja y la interro gación del sujeto so b re "^
sí m ism o a ra íz de su su frim ien to . E s éste un tra y e c to largo y .,
doloroso, pues consiste p r i m e r a m e n t e en reconocer su divisiórl
y luego en i n t e n t a r re a p r o p ia r s e de aquella p a r t e de sí que él
q uisiera, en el fondo, s e g u ir ignorando. E s a h o r a cu an d o puede ^
s u rg ir la d e m a n d a a un O tro del sa b e r y cuando pod rá in ic ia rs e un
tra b a jo e n cu a d ra d o en la tra n s fe re n c ia .
E s t e proceso es d ifere n te en el i^iüo. A p a rte de que n o j a a v . al
comienzo, d e m a n d a p ro pia, las cosas se com plican por el im p a cto ,
que produ cen los f a n t a s m a s p a re n ta l e s sobre su s í n t om a , y a que el ‘
solo h echo de reco n o cer la n a t u r a l e z a sin t o m á tica del f r a c a s o e s c o lar ;
de su hiio se to rn a difícilm en te acentnhlo nara loa_narlreE. V o lv e re
mos u lt e ri o r m e n te sobre e s te asp e c to del problem a, cu a n d o e x p o n
g am o s el caso de Víctor.
No b a s t a que el sujeto se a sig n e a sí m ism o el origen de su s m a l e s
p a ra que p u ed a e fe c tu a r u n a d e m a n d a de an álisis, porque el d e s e o;A-,
de s a b e r se ve c o n t r a r r e s ta d o por el miedo a s a b e r rismasiarln- el 1
sujeto o lfatea el peligró,~teme d e scu b rir s us pro pias g r i e t a s y no
po^Hr r e c u p e r a r s e de ello. Aquí e s tá el “odio al s a b e r ”, a ese s a b e r
i n s abtthrflel in con sciente, aquí e s t á “la pasión de l a i ( m o ra n c ia ” a que
alude L a c a n . Hoy por hoy, los vem os ejercerse en el r e c h a z o a l ^
p sico an álisis y en el odio inclusive a todo cu an to le co n cie rn e .21
165
P e n s a m o s tam b ién en el e n tu s ia s m o por las n e u ro c ien c ias y por las
t e r a p i a s co n d u ctis tas , d e s t i n a d a s a o c u p a r todo el cam p o psicológico
y p siq u iátrico ; to d as e s t a s t e r a p ia s , al re fo rz a r el yo, tien d en a
o c u l t a r l o in con scien te. H a ce f a l ta v alo r, es cierto, p a r a re n u n c i a r al
s í n t o m a y h a ce f a lta c i e r t a dosis de “in co n scien cia” p a r a d ep ositar
co n fia n z a en aquel que nos a c o m p a ñ a r á en e s ta exploración. P e n s a
mos en F r e u d , quien p artió solo al d e sc u b rim ie n to del inconsciente.
Sólo en el m o m e n to de in ic ia rs e el tra b a jo p sico terap éu tico puede el
su frim ien to a r t i c u l a r s e en u n a p a l a b r a , y en to n ces, al h a c e r s e oír,
v o lv e rá al sujeto como re v e la c ió n de su ser.
. S o b r e la n a t u r a l e z a del s ín t o m a
166
dice lo s ig u ie n te : "No e s t a b a yo, algo m e dirigía, no e s t a b a p revisto
que h a r í a lo que hice, no t e n í a n in g u n a idea preconcebida... E l a rte
r e v e l a lo que c a d a cu al lleva d en tro de sí sin sa b e rlo ...” Lo que no
im pide que si e m p r e se le h a g a n al a u to r las m ism a s p r e g u n t a s : ¿ E s
u sted m ism o el que h a b la por boca de ta l o cual p erso n aje? ¿ E s t a obra
es au to b io g ráfica? ¿ C u á n to tien e de ficción? Y h a y qu ien es se
a s o m b ra n de que la vida del a u t o r no se p arez ca en n a d a a su obra.
Por m á s que F l a u b e r t diga: “M a d a m e B o v a r y soy yo”, n a d ie le cree
porque n ad ie se a t r e v e a p e n s a r que lo m á s v erd ad ero de uno m ism o
esté s ie m p re “en o tra p a r t e ”, de p refe ren cia en la ficción.
¿ P u e d e h a b l a r s e de elecció n d el sín to m a ? Si h a y elección, tien e
que s e r por f u e rz a in c o n s cien te, como el conflicto que l a -d e te rm in a :
lo a t e s t ig u a la e s t r u c t u r a m i s m a del síntom a. R eco n ocem os en la
d e te r m in a c ió n de e s t a elección la e xp erien c ia co n stitu tiv a del su je
to. Si en el s í n t o m a e n c o n tr a m o s sie m p re los m isinos e l e m entos
es tru c tu ra le s —conflicto i n c o n s cien te, r e p r e sión, re to rn o de lo r e p ri
mido, e t c é t e r a —, ¿qúéfdirem os en cam bio de la fo r m a del s ín to m a ?
P a r a e x p r e s a r su m a l e s t a r , el sujeto v a to m a r e l e m e n to s de su
entorno so cio cu ltu ra l. E l s í n t o m a se inscribe en u n a ép oca, u tilizá
sus significan te s clave, s é ü i i m e n t a de los m itos y c r e e n c ia s de u n a
cu ltu ra. E l s í n t o m a es l l a m a d a al Otro~y"éste Otro al que el sujeto
d estin a su queja difiere seg ú n las ép ocas y las c u l t u r a s : puede ,
t r a t a r s e de i n s t a n c i a s m é d ica s , religiosas y h a s t a p olíticas.
P o n d ré como ejemplo a l a h is t é r ic a . P a r a ella se t r a t a de aco m o
d a r e s t r a t e g i a s del deseo p a r a r e m e d i a r la a n g u s tia de c a s t r a c i ó n .
V a a u tiliz a r su s e s t r a t e g i a s sobre la s figu ras e m b l e m á t i c a s de los
m a estro s de su tiem p o . E n la E d a d M ed ia, cu an d o la ideología
d o m in a n te e r a la religión, q u e m a b a n a la s h is té ric a s p o r b ru ja s , su
d em o n izació n y su c o n d en a se in s crib ían en el c o n te x to religioso de
la época.
L a s h is t é r i c a s de la época de F r e u d y C h arcot, con s u s g ra n d e s
crisis epileptoides y su s p a rá lis is , in te rp e la b a n al neurólogo. R e co r
d am o s las p o lém icas en torn o a las v e rd a d e r a s y f a l s a s p a rá lis is :
¿lesión n eu roló gica o sim u lación ? ¿a ta q u e s epilépticos v e rd a d e r o s o
falsos? L a s h is t é r ic a s de hoy y a no p re s e n ta n m a n ife sta cio n e s ta n
ru idosas y t e a t r a l e s , en cam bio se d e p r im e n , hacen es p a s m o filia , “se
vienen a b a jo ” o "so m a tiza n ”. L os que interro gan al m édico son
fu n d a m e n ta l m e n t e los P P S (fenóm enos p sicosom áticos), con fu n
diéndolo y poniendo en en tre d ich o una medicina a l t a m e n t e cien tí
fica y un s a b e r sob re el cuerpo ca d a vez m á s técnico y d esu b jetivad o .
L a política t a m b ié n puede t e n e r su impacto sobre la fo rm a del
167
síntom a: ¿o no se h a b la a c t u a l m e n t e de e sta d o s d ep resivo s relacio
nados con la crisis? L a s reivin d icacion es se o r i e n t a n en to n ces a
ciertas i n s t a n c ia s de conducción, pudiendo t r a t a r s e del poder polí
tico, pero ta m b ié n de los re s p o n s a b le s de i n s titu c io n e s en las que los
sujetos se h a l l a n in s e rto s , tiern o s v isto a los d o c e n te s cu e s tio n a r
d ir e c ta m e n te , con su fo b iay s u s reiv in d icacio n es, el fu n cion am ien to
de E d u cació n n a cio n a l.
L a psicosis no e s c a p a a esto s d e t e r m i n a n t e s . Si los fenóm enos
e le m e n ta le s q ue s e lla n la e s t r u c t u r a de la psicosis se m a n t ie n e n
e s t a b l e s - a l u c i n a c i o n e s , a n g u s ti a de fra g m e n ta c i ó n , d e sp e rs o n a li
zación, por e j e m p lo -, las fo rm a s que a d o p t a r á n la s producciones
d e lira n te s y los fe n ó m en o s de su p len cia v a r í a n s e g ú n las ép ocas o
c u ltu r a s . ¡N u e s t ro s p a c i e n te s de hoy recib en m u c h a m en o s c o rrien te
e lé ctric a en el c u e rp o que h a c e un siglo, pero e s t á n m á s a m en u d o
bajo la in flu en cia del p re s e n t a d o r televisivo que los h ip n o tiza
dirigiéndose a ellos p e r s o n a lm e n t e ! S a b e m o s que el loco„pued£_ser
el reflejo m á s o m e n o s d efo rm ad o de la socied ad y.^por este hecho,
se r á a ce p ta d o com o d ife re n te o s e r á re c h a z a d o . Así, p or los p r é s t a
mos t o m a d o s de los m ito s e id e a le s de u n a co m u n id a d , el s ín to m a ,
en su fo r m a , c o n s titu y e un lazo social.
C u an d o se i n s t a l a la confusión e n tr e e s t r u c t u r a y fo rm a del
s ín to m a , v e m o s s u r g i r co n ce p tu a liz a cio n e s p s i q u iá t r i c a s m á s que
d u d osas y de efectos p e rv e rs o s . P ie n s o a h o r a en c i e r t a s aplicaciones
p s ic o t e r a p é u t i c a s d é l a s tesis e tn o p s iq u iá tric a s . L a o b ra de G eorges
D e v e re u x sirv e de p r e t e x to a t e r a p i a s e t n i c is ta s a p lic a d a s a inm i
g ra n te s . P a r a estos n u evo s t e r a p e u t a s - b r u j o s - c u r a n d e r o s , el psi
quismo e s t a r í a definido en su e se n c ia por el e l e m e n to c u ltu ra l:
confunden, pues, e s t r u c t u r a y form a. Al a t e n d e r e x c l u s i v a m e n te a
la forma c u l t u r a l del s ín to m a , descon ocen lo íntim o, lo s i n g u la r de
un sujeto, y de esto modo re fu e rz a n la alien ació n y los procfesos de
defensa. E l pod er del t e r a p e u t a , a la vez brujo, p s ic o a n a lis ta y
etnólogo, p u ede g e n e r a r ilusiones por cu an to , al a c u m u l a r todos los
sig nificantes del s a b e r y del poder, s u s c i ta u n a t r a n s f e r e n c i a m a s iv a
y se v a le en to n ces de su influ encia como lo h a r í a un h ip n o tizad or.
Puede r e s u l t a r de ello u n a r á p i d a d e s a p a rición del s ín to m a por
efecto del refu erzo de las d eten sas^ -a traves d_e.l¿identificaciónyoiea
con el g ru p o . A m en u d o esto d esa p a rició n es p ro v iso ria, y ciertos
fenómenos de d esp la z a m ie n to rev elan q_u.e. _na s e ..pueda h a ce r,
im p u n e m e n te , caso o m iso de la es t r u c t u r a .
A sistim os desde h a c e a lg u n a s d é c a d a s a un cam bio en las p atolo
gías. L a lleg ad a de los n eu rolép ticos modificó p ro fu n d a m e n te las
168
í;-m a n ife s ta c io n e s tesq u iizo rren ica^ P r^ ctiq am en te y a no vem os ep
Agrandes re g re s io n e s de tipo ca ta tó n ic o , los psicóticos se presiint:
m á s como p e rso n a lid a d e s b o r d e r lin e , i n a d a p t a d o s sociales en q ú ié?
nes la d iv ersid ad y v aria b ilid a d de los t r a s t o r n o s son un obstáculo^
p a r a la identificación de la e s t r u c t u r a su b y a ce n te . M uchas conduc
tas a d ic tiv a s, por ejemplo, so n re m e d io s p a r a la an g u stia de d eses
t r u c tu ra c ió n psicótica, d if e re n ciá n d o se en e s te aspecto del grueso de
las to xico m an ías .
L a s so cied ad es m o d e r n a s p ro p o n en m ú ltip les objetos de s a t i s f a c
ción i n m e d i a t a y de e ste m odo facilitan el co n su m ism o . L a u tiliza
ción bulím ica de estos objetos p u ede s e r v ir com o un m edio p a r a
e v ita r la a n g u s tia . L a g a m a c o rre desde el u so d e se n fre n a d o de las
i m á g e n e s telev isiv a s h a s t a la i n g e s t a de d ro ga s, p a sa n d o por todas
las c o n d u c ta s de adicción: b u lim ia, m a n í a de c o m p ra r, p asión p o r el
juego, sexo consum ible. „
No to d a s e s t a s p ato lo g ías co n cie rn en fo rz o s a m e n te al niño peque
ño, pues é s te no tien e a su disposición los e lem en to s cu ltu rales
n e ce s a rio s p a r a co n s tru ir s í n t o m a s t a n elabo rad o s. E n su caso, fel v.
su frim ie n to y la a n g u s ti a su e le n e x p r e s a r s e a t r a v é s de u n a altera,»3a§
ción c o r p o r a l . C i e r t a s disfu n cion es s o m á tic a s —t ra s t o r n o s del B u e ñ o ^ i'
a n o r e x ia , r e t a r d o s del c r e c im ie n to —p u eden s e r r e s p u e s ta d ir e c ta i '
u n a d istorsión de la relación p reco z m ad re-h ijo. U n se r que t o d a v í a 1 !
no posee el le n g u a je p uede m a n i f e s t a r , m e d ia n te u n a lesión de su
cuerpo, el s u frim ie n to de un ab an d on o. E l ab andonism o descripto
por Spitz c o m e n z a b a en el “m a r a s m o ”, la “l e t a r g í a ”, y a c a b a b a en el
au tism o, el r e t r a s o y m u y a m e n u d o en la e n fe rm e d a d y la m u e rte .
A u n q u e la term in o lo g ía h a y a c a m b ia d o , el p ro b le m a sigue siendo
observable. V im o s h a c e m u y poco esos ro stro s de niños d esh u m án i-
zados en ciertos p aíses donde el E s t a d o debía h a c e r s e ca rg o de lá
in fan cia a b a n d o n a d a : n iños r u m a n o s , n iñ ita s ch in as de m i r a d a » ^
v a cía cu ya v id a se re s u m e en un b alan ceo este reo tip a d o y en gritps^a
inarticu lad os.
E l niño puedñ q n orlnr mqr<-qrln ' m j L¿£i p n m n a s o b re in v e s tid u r a J *
pulsional d el O tro; u n a p a r t e de su cuerpo se q ueda entonces n
so u jfr a n c e * y p a s a a s e r sed e d e fijación p a r a u n fenóm eno psicoso--^
m^ticu: e cz e m a , e n fe rm e d a d e s del t r a c t o digestivo u o tra enferme-.^,
dad de órgan o.
¿P o r qué cierto niño h a r á u n a a n o r e x ia y otro p ertu rb acio n e s d é l ^ 1
I
169
r t
su eñ o o un e cz e m a ? Lo ig n o ra m o s ... L o s médicos h a b la n de sensibi
lidad específica de tal o cual ó rg a n o al que califican de “espina
i r r i t a t i v a ”. L os a n a l i s t a s p e n s a m o s en la s o b rein v estid u ra pulsional
de u n a m ad re que-im prim e sohrp p! rnprpn HpkTi hiio la m a r r a Hp <Th
prupiojjoce. U n a e x a n o r é x ic a t r a n s m i t i r á a su hijo su s an sied ad es
en torn o a la co m id a y p o d rá in d u c irle t r a s t o r n o s de la función
a l i m e n t a r i a . O tra , de e s t r u c t u r a o b s e siv a, p en d ien te de la r e g u la r i
dad de su trá n s i to i n te s tin a l, g e n e r a r á u n a disfunción o u n a en fer
m e d a d del tubo digestivo. E s e im p a c to d et f a n t a s m a p a r e n ta l sobre
la in s ta la c ió n del s í n t o m a del niñqdejü_a é s te en un estacfó emingn-
t e m e n te lábil . 22 A la i n v e r s a de lo que sucede^én el adulto, los-
t^írstórnos to d av ía no se h a n co ag ulad o y evolu cion an , se d esplazan,
pudiendo el niño l i b e r a r s e de ellos m á s fá c ilm e n te p or cu an to la
p ato log ía es in d u cid a por el O tro y c o m p a r t id a con él. C u alq u ier
i n t ° r v e n c'ón Hp nn-<-prrprr> que le p e r m i ta lib e ra rs e de e s te intinjr A
p ro d u c irá u n a r e c ti fi cación i n m e d i a t a de RUS pn.qirinnpa Hnhjptivag '
y la s a lid a de su a l ie n a c i ó n . A v eces se n e c e s it a m u y poco p a r a -
a y u d a r a nn niño n rpnnrlar 3 1 1 ca m in o pronio.
H e m o s se ñ a la d o en d iv e r s a s o p o rtu nid ad es la a rtic u la c ió n en tre
lo social y lo s in g u la r; el sín to m a “fra c a so e s c o l a r ” h a c e al propio
meollo de e s t a p ro b l e m á t ic a pu es se s i t ú a en la in te rs e cc ió n del se r
social y del s e r íntim o. E x a m i n a d o y a el p unto de la n efasta
in flu en cia que ejercen la s condiciones sociales so b re el ap ren d izaje
esc o lar, y a veces sobre el propio d esa rrollo del su jeto, nos p l a n t e a
mos a h o r a e], fra c a so esc o la r en su d im e n s i ón de s í n t o m a. D escu b ri
rem o s, a s o c i a d a s 'a él, las e s t r u c t u r a s del yo, es decir, todo cu an to
concierne a la p e rso n a , a su re p r e s e n t a c ió n social, a su s v alo res, y
todo c u a n to a t a ñ e al su jeto d e l in c o n sc ie n te . P o d ría m o s p r e s e n t a r
las c o sa s de otro m odo y r e c o r d a r la n a t u r a l e z a del sín to m a : su fo rm a
to m a d a en la c u l t u r a de u n a ép oca y su e s t ru c tu r a s ie m p re ligada a
la m a n ife sta ció n del incon scie n te. In sis tim o s en el h ech o de que la
presión social, que d escribim o s con s u s im p e ra tiv o s de éxito, no
puede c r e a r por sí so la un sín to m a , ni s iq u ie ra a s o c i a d a a la presión
del s i s t e m a ed u cativ o; p a r a que el fra c a so p u ed a e n t r a r en la ,
c a t egoría de sín to m a h a c e f a lta que e x i s t a ün conflicto alred ed o r del ^
se n tid o que ad q u ieren el s a b e r y el éxiJ^oenhi_confi[^ración_adlnica_r
'cfel ruño: f u n d a m e n ta l m e n t e , en el deseo y en los f a n t a s m as de los
p ad res. —'
22. "Le phénoméne psychosomatiquo (PPS) chez l’enfant", en A p ertu ra, Collec-
tion de reclierche psychanalytique, n° G, Springer Verlag Franco, 1991.
170
C ierto s t r a s t o r n o s i lu s tra n m e jo r que otros la com plejidad de los
e le m e n to s que in te rv ie n e n en la fo rmación del s ín to m a . E x i s t e n
ca s o s de a n o r e x i a m e n ta l en los que r e a p a re c e n los elem en to s
e s t r u c t u r a l e s a n t e s d escriptos: la división del sujeto con su s conflic- r
tos in co n scien tes, l a lu c h a c o n tr a las pulsiones con la re p re s ió n , las )
nociones de co m p ro m iso y so b re d e te rm in a ció n i n h e r e n t e s a l a
fin alid ad del sín to m a .
V a m o s a u b ic a r todos estos in g re d ie n te s a t r a v é s de u n caso dé "
a n o r e x i a m e n t a l en u n a m u c h a c h a de 2 2 años, incluyendo el ap orte
de lo social p ercep tible en lo m o s t r a d o por un cuerpo cu y a delgadez'
se ju s tifica en los estereo tip os de belleza fem en in a a c t u a l e s .
“In h ib ir” significa " d e t e n e r un m o v im ien to , u n a f u n c i ó n ". E l movi
m ien to evoca el a cto , la inhibición co rre s p o n d e a la d ete n c ió n de un
acto. D is tin g u im o s bien aq u í e :itre_ a£ln -y -a««i4n Si la acción de
co m er co rre s p o n d e al h e ch o de a l i m e n t a r s e , p od em o s decir que, p a r a
la a n o r é x ic a , c o m e r es un acto en el sentido de q ue p a r a ella engloba
una significación esp ecífica en la que p ro y e c ta todo su ser, co n scien
te e in co n scien te. L a in hibición es u n a especie de rev és d el acto\
¿puede h a b la r s e de acto^en n e g ativ o ?
El té rm in o “n e g a t i v o ” se p r e s t a a confusión p u es r e c h a z a r u n a
fu n c ió n , decirle q ue no a un acto no es lo m ism o que e m p l e a r u n a for
m a n e g a t i v a en u n a fra s e . L a den egació n es un d e cir, es el re c h azo
de un p e n s a m i e n to; al n e g a r un h ech o, el su je to lo d en u n cia, el
in co n scien te se r e v ela a t r a v é s de u n a p a l a b r a que se niega. E n el
su eñ o de u n a p a c ie n te F r e u d co m p ren d ió que la frase “no es mi
m a d r e ” in d ica b a c a b a l m e n t e la im a g e n de l a m a d r e . L a denegación *
al m ism o título que el l a p s u s o el a c to fallido, es u n a form ación del
incoñs<:i£nte.
E n el p r i m e r cap ítu lo de su en say o “Inhibición, sín to m a y a n g u s
t ia ”, F re u d define la inhibición como la “lim itación de u n a función”.
M en cion a las lim i t a c i o n e s de la función s e x u a l, que v a n de la
im p o ten cia a la e y a cu la c ió n precoz, la inhibición de la función
a l i m e n t a r i a , la a v e rsió n a la m a r c h a , la inhibición p a ra t r a b a ja r ,
fenó m en os todos ellos re la cio n a d o s con la a n g u s t i a v que d e ri v a n d o ,
la n ecesidad de re p r e s ió n. L a t e n t a t i v a de r e p resión p articip a en
todos los m e c a n i s m o s de d efen sa, y el “no q u e r e r s a b e r n a d a ” se
a rtic u la con t o d as la s fo rm a s del s í n t o m a. N o v a m o s a n p u nd ar en
los an ális is q ue h a ce F r e u d sob re la fobia y el s ín to m a , pero sí
r e s c a t a r e m o s los p u n to s sa lie n te s de la inhibición, de la a u e dice que
^ es “la e xp resió n de u n a lim itación funcional del yo cuyos orígenes
y /\ p u e deii s e r m u y d iv e r s os”. P u e d e t r a t a r s e de “la re n u n cia p a ra nn
e n t r a r en conflicto con elUU o, a fin de no v e r s e obligado a e m p re n d e r
u n a n u eva r e p r e s i ó n”. S u s ejemplos no d ejan de s e r pintorescos (hoy
lo d iríam o s de o t r a m a n e r a ) : “C u an d o el t o c a r el piano, la e s c r i tu r a
y h a s t a la m a r c h a e s t á n su jetos a inhibiciones n e u ró tica s , el an álisis
nos d e scu b re que su razó n se e n c u e n t r a en u n a erotización e x c e s i
v a m e n te in t e n s a de los ó rg a n o s in te re s a d o s p or e sta función, los
dedos y los p ies.” V e re m o s que u n a ero tiza ció n d em asiad o g ra n d e de
la función in te le ctu a l puede d a r origen a u n a inhibición.
F r e u d d e s t a c a el lu g a r del su p ery i5: “inhibiciones al servicio deY
au to ca s tig o p a r a no e n t r a r en conflicto con el su p e ry ó ”, dice. C i t a 1
ig u a lm e n te la inhibición m a s iv a en la p atología del d u elo y de '.a
m ela n co lía .
V em os en e s t o s ejemplos que, si la n a t u r a l e z a del conflicto difiere,
igual s u b s is te n l a a n g u s ti a p rim o rd ia l y la t e n t a t i v a de rep resión . El.
m ecan ism o inhibidor consiste en p a ra r, d e te n e r, in t e r r u m p ir un
m ovim iento: en e s te r.aao. el m o v im ie nto HpI ppnsamípnf,n De las
distinciones de F r e u d sobre la inhibición r e s c a t a r e m o s f u n d a m e n
ta lm e n t e el conflicto con el su p ery ó v el conflicto con la s pulsiones (el
ello J.
L ^ in h i b ic ió n in te le c tu a l es u n a e sp e c ie de dej pnrión dpi p pnsn^
mientoT u n a d eten ció n en el c o r r e r de las a s o c i a c io n e s y d e’ los
m e c a n i s m o s ’co g n itiv os.T od o el m u n d o h a podido e x p e r i m e n & r e s t a
dificultad en a lg ú n m o m e n to de su v id a; el agujero n e g r o cuando se
debe re s p o n d e r a u n a p r e g u n t a e m b a r a z o s á , el m o m e n to de e s tu por
que a c o m p a ñ a a un su ceso t r a u m á t i c o , l a in com p ren sió n total de
ciertos e n u n c ia d o s. M u ch os r e c u e r d a n h a b e r conocido este pánico al
ten er que r e n d ir e x á m e n e s , e s a s e n s a c ió n de v acío e n la cab eza a n te
la p ágin a en blan co o el m u tis m o a n t e el e x a m in a d o r. E l m e c a n i s m o
puede p r e s e n t a r s e en fo rm a a isla d a , s i n m á s co n secu en cias p a r a el
sujeto. A v eces lo o b s e rv a m o s en n u e s t r a p rá c t i c a de a n a lis ta s en
estado n a c i e n te , p o d ríam o s d ecir, a n te s de su revelación en u n a
o rgan ización s i n t o m á t i c a . E s t o n os p e rm ite d escu b rir mejor, su
génesis. D a r é a lg u n o s ejemplos.
C ierto s niños nos fueron e n v ia d o s por d ificultades p a r a compren-,
der las o p e ra cio n e s de cálculo. E n los p rim e ro s en cu en tro s con ellos
tuve la posibilidad de e x p lo r a r e s t e tipo de im p ed im e n to a tra v é s del
juego. E l niño h a h ech o u n a t o r t a con plastilin a, por ejemplo, y yo le
propongo que la co rte en p orcion es y la s r e p a r t a e n tr e los m iem b ros
de su fam ilia: ¿ c u á n to s son? ¿ H a y que a g r e g a r a lg u n a ? ¿ H a y que
q u itar a lg u n a ? , e t c é t e r a . E n e s t a s c i r c u n s ta n c ia s puede descu brirse
un bloqueo m a s iv o del niño al t e n e r que e fe c tu a r c i e r t a s operaciones
simples. L e r e s u l t a r á imposible co m p re n d e r lo que fu ere porque se
alca n z a aquí un p u n to sen sib le de u n a e xp erien c ia p erso nal; puede
t r a t a r s e de la lle g a d a de un n u evo niño a la fam ilia: u no m á s ; o de
la m u e rte de un p a rie n te : u n o m e n o s ; o dé la n ece s id a d de dividir:
¿ c o m p a r tir a l a m a d r e ? E n m i libro a n te r io r ,26 h a b lé de un niño que
no podía i n t e g r a r el sig n ifican te “doble” p u es el sentido de la
I n h i b i c i ó n y s u p e r y ó : ln p r o h i b i c i ó n d e s a b e r
189
MJ
GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BS. AS.
SECRETARIA DE SALUD
DIRECCIÓN GRAL DE RECURSOS HUMANOS DE SALUD
DIRECCIÓN DE CAPACITACION Y DESARROLLO
HTAL. DE AGUDOS DR. T. ALVAREZ
En la clase anterior vimos cómo los diagnósticos en la infancia se nos imponen incluso
desde el discurso de los medios masivos de comunicación. Hicimos un recorrido en tanto
pensar el diagnóstico psicopedagógico clínico desde la singularidad de Cada niño,
oponiéndonos a la idea de decodificación. Pensando que un diagnóstico debe posibilitar el
encuentro con el niño y generar un pensamiento que redunde en una intervención posible.
Señalamos la necesidad de abordar el diagnóstico desde el paradigma de la complejidad. Por
último, tomando los conceptos de Silvia Bleichmar, pudimos hacer una diferencia en el
diagnóstico: inhibición, síntoma y trastorno.
En esta clase, mi intención es que podamos hacer otra diferencia que pone en el
centro de la cuestión a la deficiencia mental. En la clínica psicopedagógica trabajamos con
frecuencia con niños con síndrome de down, síndrome de W illia m s , síndrome de x frágil, etc,
etc. En todos los casos se trata de patologías con compromiso orgánico. Podría decirse que
existe cierto déficit cognitivo, o más bien, que los tiempos lógicos de constitución del sujeto
de aprendizaje, tendrán una marcada diferencia con lo tiempos cronológicos esperables.
Ahora bien, me pregunto y los invito a pensar ciertas aproximaciones para estas y otras
preguntas:
Si pensamos en el papel tipo filmina, los trazos con el lápiz probablemente sean
invisibles o se borren con facilidad. En el caso de la birome, dependerá del tipo de tinta que
se pueda o no inscribir algo allí.
En el caso del cartón corrugado, dependerá del tipo de trazo que hagamos, porque
probablemente queden superficies sin recorrer.
Y si pensamos en la hoja negra, dependerá del color del lápiz o la birome que algún
trazo se pueda plasmar.
Podríamos decir, también, que para cada hoja es necesario una inscripción diferente.
Si la herramienta es siempre la misma, algunos papeles quedarán sin huellas.
Me parece una metáfora maravillosa la que propone Elsa Coriat (1996) porque nos
permite ponernos en el lugar del niño que nace con una marca en el cuerpo, en el lugar de los
padres -que necesitan buscar otras herramientas para las mismas acciones- y en el lugar de
nosotros como profesionales -que trabajamos con lo que aparece escrito y con lo que puede
ser escrito-. Los dejo, por ahora, con sus palabras:
¿Y que tiene que ver todo esto con los chicos con problemas orgánicos? Pues nada i
más que para que cada uno de ellos tenga la posibilidad de advenir sujeto del deseo es
necesario que se cumplan ¡as mismas p r e m is a s , los m ism os pasos, que para que eso
acontezca en un niño orgánicamente normal.
Recordemos que, según cómo esas primeras marcas fundantes sean instaladas,
según cuál sea su concatenación, posibilitarán o impedirán el surgimiento del deseo.
Por otra parte, para escribir, no sólo es necesaria una mano dirigida desde lo
simbólico, también es necesario el papel.
¿De qué está hecho el papel? Si tomamos como papel la superficie corporal, ésta
funciona a la manera del block maravilloso. Las extensiones periféricas del sistema
nervioso central se ocupan de llevar la información al cerebro y a llí queda instalado el
Módulo 3. Diagnóstico Psicopedagógico Diferencial. Clase 2.
Lic. María Emilia Chuit
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I
registro definitivo. Las tetras del mensaje quedan escritas en código químico. La
información se transmite por vía química y eléctrica.
Podríamos decir que, si el psicoanálisis se ocupa de los efectos de lo escrito, la
neurología se ocupa del papel.
La neurología nos dice que hay una gran variedad de calidades de papel. (Elsa
Coriat.1996)
¿Qué pasa en el seno de la familia cuando nace un niño con una patología
orgánica que conlleva en sí misma el déficit mental? 1
Aún antes de nacer en el seno de una familia determinada, el niño está inmerso en
múltiples significantes que “lo hablan”, “lo enuncian”, “lo esperan”. En el momento mismo
del nacimiento se produce, para todo niño y para toda familia, un quiebre entre aquel bebé
deseado y fantaseado y este infans que viene a ocupar su lugar. Todos los padres, de
cualquier niño y de cualquier condición -me refiero a padres de hijos biológicos o adoptivos,
sanos o con alguna enfermedad congénita, con discapacidad o sin ella- tienen que hacer un
corrimiento que permita “desprenderse” de ese bebé fantaseado y poder hacer “propio” este
otro bebé.
1 Este apartado corresponde a parte de una clase del curso "Integración, diversidad y subjetivación”
Caminos posibles hacia la integración en la escuela.", dictado por mí en los años 2005 y 2007 en Signar
www.xpsicopedagoeia.com.ar
Las figuras parentales deben elaborar un duelo, una pérdida, entre ese hijo deseado y
fantaseado y este niño que viene a ocupar su lugar. No se trata de negar un diagnóstico, sino
de cuestionarlo, indagarlo, conocerlo, aceptarlo... Para esto es saludable que se pueda
habilitar un espacio para el enojo, para “el no querer”. Siguiendo las palabras de Gabriela
Covache creo que es sumamente importante, en el trabajo inicial con los padres:
Tal como señala Norma Filidoro (2002), el problema de aprendizaje en niños con
problemas en el desarrollo aparece por el particular modo en que lo real del cuerpo del niño
se entrelaza con su constitución subjetiva.
Fabricio tiene síndrome de X frágil, pero no ES un X Frágil. Por eso, podríamos decir
que lo que singulariza su producción es la necesidad de que otro decodifique su decir, su
dificultad para apropiarse de sus propias escrituras, su creencia en que lo único que puede ser
escrito por él es “caca”.
¿Por qué se posiciona Fabricio desde el lugar del desecho? ¿Por qué su producción
simbólica se reduce a lo que el otro descifra, de lo contrario solo es caca? Este es Fabricio, y
la intervención psicopedagógica se arma allí donde se evidencia su singular manera de
no/aprender.
Si nos detuviéramos sólo a pensar que Fabricio tiene 8 años, tiene síndrome de X
frágil y cursa 2° grado, probablemente tendríamos muy poco para decir acerca de su
posicionamiento ante los objetos de aprendizaje. Si nos centráramos sólo en estos indicadores
no podríamos sorprendernos con lo que Fabricio sí puede producir.
Y si de posiciones se trata...
No podemos terminar esta clase sin hacer una diferencia. Dijimos que una deficiencia
mental por sí misma no da cuenta de las maneras de aprender de un niño. Tampoco lo
posiciona, necesariamente, en una posición de debilidad.
Volvemos a encontrarnos con las palabras de Norma Filidoro que nos ayudan a pensar
en esta línea:
Roberto tiene 13 años. Cursa por la mañana talleres en una Escuela de Educación
Especial y a la tarde concurre a la escuela de Adolescentes y Adultos. Dice la mamá: “ahí es
donde está el problema” “La maestra dice que no es un chico para ahí, que no logra
enseñarle, que el problema se basa en la lecto-escritura” “Ellos dicen de derivarlo a Esc.
Especial todo el día” “El gabinete dice que eso lo tiene como último recurso. Prefieren antes
que esté con maestra integradora”
Roberto convive con su mamá, la pareja de ella y 4 hermanos. Dos de ellos, hijos de
la pareja y los otros dos son hijos del padre con una pareja anterior. En cuanto a Roberto
dice la mamá: “Roberto es hijo mío de soltera, entonces es un lazo muy fuerte. A lo último
i ••
Cuando le pido que escriba una historia a partir de este dibujo dice: “No se me ocurre nada.
No puedo contar ninguna historia. ”
Aclarada esta cuestión podremos volver al inicio de la clase anterior y tener en cuenta
que lo que allí planteamos es la necesidad de pensar en un sujeto en pleno proceso de
constitución subjetiva, más allá de la patología orgánica que pueda tener un niño.
sanas y así vender a.todo el mundo". Aquel sueño es hoy el motor de una imparable máquina comercial manejada por f
las industrias más rentables del planeta. Así comienza el libro Selling Sickness (Vendiendo enfermedad) del
investigador australiano Ray Moynihan (2005), que recién se acaba de traducir al español (con el titulo Medicamentos
que nos enferman e industrias farmacéuticas que nos convierten en pacientes), pero que todavía no llegó a la
Argentina. Rara Moynihan. como cada vez más neurólogos, psicoanalistas, pedíatras, psiquiatras, psleopedagogas en
el país, el Síndrome de Déficit de Atención con o sin Hipar actividad re es otra cosa que parte de acjsi si.eño de
Gadsden.
Moynihan lo dice asi en su libro: "La industria ha hecho un marketing para transformar molestias comunes en todo tipo
de enfermedades que las presentan como peligrosas y para las cuales ellas tienen la solución. (...) El desorden de falta
de atención/hiperactividad ha sido otro éxito espectacular en transformar la percepción del público sobre un desorden
de salud mental. Psiquiatras en las nóminas de los laboratorios han dado una explicación neurobiológlca de esta
condición y se han vendido medicamentos de acción similar a las anfetaminas, como por ejemplo Ritalina en grandes
cantidades. Sin embargo, se diagnosticó. con esta condición no solamente a niños con síntoma severos de
hiperactividad o falta de atención sino a un número muchísimo mayor de niños inquietos o que se distraen en clase.
También se prescribe a adultos por et simple hecho de que golpean nerviosamente con los dedos de la mano la mesa,
un cuento más”.
Considerado un trastorno de l aprendizaje porque repercute fuertem ente en el aula, el déficit de atención
(con o sin hiperactividad) afecta a num erosos chicos y puede poner en jaque su escolaridad y su vida
afectiva. Las claves de un buen diagnóstico y tratam iento
(...)
En los trastornos de aprendizaje hay entonces una línea neurobiológica implicada en las dificultades, y éstas se
agrupan en un racima de problemas que van mayor a menor. Son las conocidas como "dis”: dislexia,
disgrafía, discalculia son algunas, pero no todas. El déficit de atención (ADD, según sus siglas en inglés) y el
mismo trastorno pero con hiperactividad o impulsividad (ADHD) también se encuentran dentro de ésfe grupo de
dificultades junto con el síndrome de Tourette, cuya manifestación básica son los tics, tanto motores como
fónicos, que conjugan, además, con los anteriores problemas -lo s "dis" y el ADD y AD H D - presentando una
tríada básica, a los que se les suman a menudo el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y trastornos de
conducta y emocionales. (N. de la R: en esta nota se presentará un exhaustivo informe sobre ADD y ADHD; en
una próxima entrega, sobre dislexia, disgrafía, discalculia y el síndrome de Tourette).
En todos los casos, se trata de cuadros crónicos: problemas para toda la vida que sin embargo se pueden
reeducar, manejar y contener. Valga una importante aclaración: de ninguna manera se trata de una deficiencia
(...)
Michanie puntualiza que "es difícil reconocer este trastorno porque los niños son vitalmente movedizos.
Entonces, hay que estar atentas a cuatro conductas: si el chico es rnuv inauieto (no solamente en el juego, sino
siempre), si es impulsivo y también ansioso o impaciente. Un claro ejemplo es aquel chico que no puede
esperar su turno para patear la pelota o el que está todo el tiempo inquieto en clase. Y, finalmente, el síntoma
más importante, la cuarta conducta: si le resulta muy difícil mantener la atención".
http://www.lanacion.com.ar/nola.aso?nota id=837963
^ Viernes 12
CLirin.comX Septien,bre2008
SOCIEDAD
EXCESO DE SUPUESTOS TRASTORNOS
"Se ha hecho un comercio en tomo a los niños y la maternidad y, en ese marco, se petologizan cuestiones normties de
la infancia. Todo se ha convertido en un trastorno que requiere ia ayuda de expertos. Deberíamos cuestionar algunas
modas y pensar cuánta responsabilidad tenemos los padres en los 'problemas' y síntomas de los chicos. A veces no
hay que ir al especialista, sino cambiar las rutinas y darles tiempo", dispara en off un pediatra, miembro de la Sociedad
Argentina de Pediatría.
Trastornos del sueño, del habla, de la alimentación, del desarrollo, de la atención. ¿Los niños de hoy son todos
trastornados? ¿Qué es oormal y qué es¡patolÓgico? ¿Qué síntomas son, simplemente, un pedido de atención?
"Lamentablemente, los adultos estamos tan alejados del universo de los pequeños -pretendiendo que se parezcan lo
más rápidamente posible a nosotros- y les negamos tan estrictamente nuestra presencia, contacto, silencio y mirada
que se ven obligados a 'desplazar1hacia 'síntomas escuchables' lo que les pasa", dice la terapeuta Laura Gutman, al
frente de Crianza, y subraya que la consulta a expertos "no garantiza que finalmente escuchemos al niño desde sus
necesidades originales”.
Estudiosa del tema, la psicoanalista Gisela Untoiglich vincula "el auge de los trastornos" a las "asimetEÍas invertidas"
que uno observa en muchas familias. "Hoy, no son tos padres los que arman los dtmos y rutinas. Ron el contEario,
siguen a los pequeños: se come cuando, donde y aquello que el chico exige; se duerme cuando y como el niño
impone, etcétera. Esto va generando un sentimiento de orfandad que promueve el aumento de patología", afirma.
A su vez, dice, "hay un auge ue clasificaciones diagnósticas en ¡a infancia que ooedece a varios factores: por un lado,
los laboratorios quieren imponer productos y necesitan nuevas patologías a las cuales poder 'curar1; por el otro, para
simplificar se realizan diagnósticos por sumatoria de observables y terminan generalizando y anulando la singularidad
de cada caso".
"Los adultos -sostiene Untoinglich- tenemos cada vez menos tolerancia para los tiempos que demanda criar y educar a
un hijo. Se los institucionaliza cada vez más tempranamente y se espera que la institución se ocupe de todo lo que uno
no puede hacer mientras corre detrás de exigencias laborales. En esta sumatoria de problemáticas los niños crecen
cadg vez más solos".
http://wwvv.clarin.com/diario/2008/09/12/sociedad/s-0175S516.htm
v' ¿Qué nombre buscaban para Tatín? ¿Puede una psicopedagoga ver TODO? ¿Qué
indicadores médicos se toman en cuenta para evaluar y diagnosticar en UN día a UN
niño? ¿Cuál es el mundo del Autismo?
* ¿Cuántos diagnósticos en la infancia podrían formar parte del libro Selling Sickness?
¿Podemos hablar de “cuadros crónicos" en niños? ¿Un niño inquieto, ansioso,
impulsivo, impaciente y a quien le cuesta prestar atención es ADD?
¿Cuáles son las cuestiones de la infancia? ¿Por qué se tiende a la patologización
temprana?
Gisella Untoiglich habla de las asimetrías invertidas. Esto me recuerda a una mamá
que planteaba que su hijo no podía ir antes de las 9 al jardín porque “tiene que ver Meteoro”
(en la televisión). No hay adulto allí que regule mínimamente el ingreso no solo a la escuela
sino hacia una inscripción social satisfactoria. Esta asimetría, podría decirse, es la contracara
del desvalimiento. Y el desvalimiento redunda en un empobrecimiento simbólico.
“La complejidad es mucho más una noción lógica que una noción cuantitativa. Posee
desde luego muchos soportes y caracteres cuantitativos que desafian efectivamente los
modos de cálculo; pero es una noción de otro tipo. Es una noción a explorar, a definir. La
complejidad nos aparece, ante todo, efectivamente como irracionalidad, como
incertidumbre, como angustia, como desorden. ” (Edgar Morin. 1999)
Es necesario afrontar la complejidad. Por ello no podremos pasar por alto que al
referirnos al diagnóstico de niños, estamos hablando de sujetos en pleno proceso de
constitución subjetiva1. Por lo que difícilmente podamos hablar de determinismos y
diagnósticos acabados.
1 Véanse al respecto las clases anteriores desarrolladas por la Lic. Hilda Fernández
2 Los remito nuevamente a las clases de la Lic. Hilda Fernández para retomar los conceptos de Piera Aulagnier en
relación a la génesis de la actividad de representación.
Silvia Bleichmar nos aporta varias “pistas” para pensar de qué diferencia se trata. En
principio, habla de un sujeto cognoscente que puede o no estar constituido, de un
inconciente que puede o no encontrar su estatuto de reprimido y de un yo que, de no haber
advenido, no puede constituir la lógica de la temporalidad, la negación, el tiempo, el
espacio, el lenguaje.
Pienso entonces en Gianluca, de 4 años. Ingresa al consultorio arrasando con todo lo que
encuentra a su paso. No hay corte posible entre una actividad y la siguiente. No hay lenguaje
que nomine o anticipe. En el jardín están preocupados porque no se queda quieto, entra y
sale de la sala sin permiso. No juega con sus compañeros, más bien destruye lo que otros
construyen. En los intercambios orales se para en el centro de la ronda y dice “cualquier
cosa”: malas palabras, gritos, tarareos.
diferencial.
1. adj. Perteneciente o relativo a la diferencia de las cosas.
diferencia.
(Del lat. differentía).
1. f. Cualidad o accidente por el cual algo se distingue de otra
cosa.
Real Academia Española
Hasta aquí, parece que de lo que se trata es de hacer una distinción. Podríamos
hablar, entonces, de la necesidad de inscribir una diferencia allí donde el aprendizaje
deviene en imposibilidad. Imposibilidad de encuentro con el objeto de conocimiento, ya sea
porque el mismo aparece empobrecido, oculto, negado, fallido, fragmentado, sustituido o
descatectizado (por nombrar solo algunos posibles)
Inscripción que solo es factible deducir a posteriori. Que no puede ser “adivinada” por
la lectura de ciertos “signos” que se encuentran en el sujeto, sino que debe ser construida en
el marco de un proceso que se da en transferencia.
Para pensar cuáles son las diferencias diagnósticas en este proceso, voy a tomar
algunas de las premisas que plantea Silvia Bleichmar (1991) respecto de cuáles serían los
“supuestos teóricos psicoanalíticos para abordar las cuestiones teóricas del aprendizaje”:
Fernando, en cambio, puede completar las tareas, comprende las consignas que se le
proponen y trabaja en consecuencia. Es muy hábil con las operaciones matemáticas. Presenta
mayores dificultades en lengua, ante la escritura espontánea. La derivación surge de la
escuela porque Fernando no habla. Y esto es una dificultad a la hora de las clases expositivas
que dan en grupo, o en las guías que se proponen para resolver grupalmente. Tampoco hace
. , \
La INHIBICION es secundaria al síntoma, es "un tiempo segundo" dice Bleichmar \
(2000). Se produce un cercenamiento determinado que se traduce en una inhibición en algún \
aspecto del conocimiento. En el caso de Femando se trata de una inhibición parcial.
Fernando, Matías, Gianluca... nos ayudan a inscribir una diferencia que nos habla de
la subjetividad de un niño y de su particular modo de no/aprender.
Más allá de las terminologías que empleemos, considero que hay diagnósticos
habilitantes y de los otros. Una palabra, por sí sola, no habilita o inhabilita a ningún sujeto.
Dependerá de lo que circule a través de determinados significantes.
Los invito, ahora, a dejar nuevas marcas en las preguntas y comentarios que cada
uno de ustedes pueda formular.
» Bleichmar, Silvia: “Supuestos teóricos psicoanalíticos para abordar las cuestiones teóricas
del aprendizaje” en Temas de Psicopedagogía N° 5. Año 1991
Diario Clarín. Com: “Por todos los Tatin”. Por:Mariana Nisebe. De la Redacción de
Clarin.com en http://www.clarin.com/diario/2008/09/04/conexiones/t-01752412.htm
* Diario Clarín: Los chicos, entre un vínculo distante y el sobrediagnóstico.
http://www.clarin.com/diario/2008/09/12/sociedad/s-01758516.htm
« Diario La Nación: ¿Mi hijo tiene ADD?
En http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=837968
« Diario Página 12: La industria que fabrica enfermedades en
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/74605-24186-2006-10-17.html
» Morin, Edgar: Los siete saberes necesarios a la educación del futuro. UNESCO. 1999
* Prol, Gerardo. “El problema de aprendizaje en la escena clínica” en Wettengel, Luisa y
Prol, Gerardo: “Tratamiento de los problemas en el aprendizaje. Actualización en clínica
psicopedagógica”. Ed. Noveduc. 2006
« Real Academia Española, http://www.rae.es/rae.html
* Untoiglich, Gisela: “La cuestión del diagnóstico diferencial en psicopedagogía Clínica”.
Ficha de la Cátedra de Psicopedagogía Clínica de la Fac. de Psicología de la UBA.
* Gisela Untoiglich (coordinadora): "Diagnósticos en la infancia". En busca de la
subjetividad perdida. Inteligencia. Un debate desde la complejidad. Documento sobre
ADD / ADHD. Ed. Novedades Educativas. 2005
240
Capítulo XV
MOMENTOS
D EL TRATAMIENTO PSICOPEDAGÓGICO
243
sus manos, emitiendo un sonido «oooh». Freud observa luego
al niño jugando con un carretel atado a un piolín. Arrojaba
el carretel acompañando el gesto con un «oooh» y lo atraía
diciendo, entonces «da».
Según el criterio con que se lo interpreta, este texto ha sido
denominado como el «juego del carretel» o el «juego del fort-
da> , Se encuentra en Más allá del principio del placer.
Allí la atención de Freud estaba centrada en el problema
planteado por la neurosis de repetición.
Encontraba que la actividad lúdica se hallaba sometida al
mismo principio.
Al observar el j uego, notó que el niño ponía más entusias
mo en arrojar los objetos que en atraerlos.
Primer acto
Personajes: Mamá - Niño - Abuelo
Escenografía: Cunita con barrotes - Escritorio
Primera escena del prim er acto,
Una mamá se despide de su hijo. Este se queda tranquilo.
El abuelo lee y escribe en otra parte de la habitación.
Segundo acto.
Personajes: Niño - En otra habitación: Abuelo
Escenografía: Habitación con espejo hasta el suelo.
Primera escena del segundo acto.
Encontramos el mismo chico frente al espejo. Se mira y se
244
deja mirar. Cuando encuentra su imagen en el espejo, dice
«da», la palabra que usaba al atraer el carretel, y cuando
pierde su imagen en el espejo, dice «oooh», la misma palabra
que usaba cuando arrojaba los objetos.
Tercer acto
Personajes: Nene - Madre
Escenografía: (puede ser la misma del primer acto o
la misma que en el segundo acto)
La madre regresa y el hijo le dice: «nene oooh».
245
podrían ser tres instantes que ocurrieran, entremezclados
con muchas otras acciones deí paciente, en una serie de
varias sesiones.
Me interesa que observemos metodológicamente qué es lo
que Freud encuentra en estas tres situaciones para relacio
narlas y, desde allí, poder interpretar.
Aparentemente la única semejanza entre las tres escenas
está en las palabras «fort» y «da», que se repiten. Pero no es
la única ni, desde mi punto de vista, la necesaria para
comprender el método utilizado por Freud.
Además, probablemente, el niño utilizará esas mismas
palabras en muchas otras ocasiones.
Según mi criterio, lo que Freud encuentra como repetición
en estas escenas, para poder interpretar, es el esquema de la
acción, sin interesarse por el objeto de la misma.
Es decir, cuando Freud encuentra al niño jugando con el
carretel, no se detiene a analizar el carretel. Podría ser, para
el caso, lo mismo si arrojase un muñeco o una pelota.163
Se detiene en el esquema de la acción. ¿Qué quiero decir
con «esquema de acción»?164 ¿En este caso, cuál sería?
163 Mannoni, Maud, E l niño, su enferm edad y los otros, Ed. Nueva
Visión, Buenos Aires,
164 Véase en La sexualidad atrapada de la Señorita maestra, y en
Psicopedagogía en psicodrama la complejización de esta idea, ahora
conceptualizada por la autora como «esquema de acción significación».
246
- ■ —I
Se acuerdan que yo les decía que él estaba tratando de
descubrir por qué el ser humano repite. Acá se explica el
cómo y el por qué de la repetición.
Después de que el niño fue sometido como objeto arrojado (la
madre se va), repite ese esquema en el juego con el carretel.
¿El carretel representa a la madre o al niño? ¿El niño sería
el arrojado y la madre el objeto que desaparece?
El carretel no representa a la mamá ni al niño, sino que
la acción de ap arecer y desaparece r (que se repite en
diferentes circunstancias con diferentes objetos),represen-
J a r ía el ap arecer-d esap arecer de la m adre j el niño.
Una acción es representada por otra acción.
Ün vínculo donde el niño resultaba ser el objeto pasivo es
repetido, Migándolo a través de otro vínculo similar donde él
es ahora activo, dueño de su poder de acción y'decidiendo la
suerte del otro.
Descubrir el «esquema de la acción» permite relacionar el
segundo acto, en el que encontramos a un niño frente al espejo,
con el primero, donde hay un niño arrojando objetos. Dos
acciones que en su contenido parecen no tener nada que ver.
En el segundo acto, también encontramos, entonces, un
esquema de acción carecido. Es decir, hay una imagen -en
este caso la imagen propia- que aparece y desaparece en el
espejo. Vean ustedes cómo se empieza a generalizar, obser
vando la repetición del esquema de la acción.
Y sólo desde aquí podemos comenzar a interpretar: esta
bleciendo relaciones que apunten a la significación de las
acciones.
El mismo esquema de acción se repite en el tercer acto,
cuando aparece la madre y el hijo dice: «nene oooh», «nene
afuera».
¿Qué podemos aprender a partir de aquí?
247
despliegue el aprendiseñante,165 nos interesa descubrir el
esquema. Por ejemplo, no nos vamos a detener especialmen
te en que el aprendiseñante haya dibujado una casa o un
paisaje, si bien no es indiferente que el niño del fort-da haya
preferido el carretel o cualquier otro objeto. Pero este obje
to,166 es secundario frente a la acción.
Supongamos que un chico elija el recortar como acción
más constante. Dibuja una casa, después ia recorta, después
observa una lámina con un paisaje y también la recorta.
Entonces vamos a tra ta r de interpretar «el recortar», más
que el contenido en sí de la casa o el paisaje.
Estamos tratando de desmenuzar un método que nos
provea más elementos para interpretar. Creo que no es
conveniente tomar puntualmente una acción y remitirla a
un significado. Suponer, por ejemplo, que dibujó una casa
porque se siente solo y está necesitando que alguien lo
contenga... En general este tipo de análisis no es eficaz.
Además, el terapeuta corre el riesgo de equivocarse, pues
son interpretaciones que parten de ideas preconcebidas.
Lo que tratarem os de interpretar, entonces, es la repeti
ción del esquema.
Yo no estoy de acuerdo en “querer entende^” cada cosa ni
bien aparece.
Nos acercamos a la interpretación (o mejor aún posibilita
mos el espacio para el despliegue de la significación), dete;
niéndonos en la repetición producida por el aprendiseñante,
repetición fundamentalmente de «esquemas» y no de conte
nidos. Este método nos permitirá ir construyendo hipótesis
internas. El psicopedagogo debe estar “interpretando» para
sí mismo permanentemente.
Debemos saber usar el tiempo de espera. ¿Qué es lo que
vamos a enunciar de la interpretación, qué le vamos a
transmitir al paciente acerca de lo que estamos pensando?
165 Aprendiseñante es el nombre que en la actualidad estoy dando al
paciente psicopedagógico. En el texto original decía paciente.
166 En mi libro Psicopedagogía en Psicodrama, desarrollo la idea de
«subjetil», que sería interesante utilizarla aquí para comprender la
importancia del «objeto».
248
A lum na: E n el ejem plo de re c o rta r decir por ejemplo: «¡Ah,
está s recortan d o! como el otro día cuando record ab as la casa».
250
tiene confundidas dentro de su grupo familiar, o está tratan
do de separar situaciones, pues siente muchos estímulos que
han venido a invadirlo y procura organizarse...
167 Para este tema puede ser interesante el libro sobreLa interpretación
en niños, de E. Ferreiro y J.C.Volnovich, Nueva Visión. Y un bello artículo:
«La interpretación lúdica», de Rodrigué, que cita Eduardo Pavlovsky en
Reflexiones sobre el acto creativo.
168 Véase E l cuerpo y la palabra. S er psicoanalista de los pequeños, de
C. Eliacheff, Nueva Visión, Buenos Aires, 1994.
251
L_
observador del juego, sino un actor del mismo y a través de
las acciones ir produciendo las interpretaciones.
Por dos ra zones: para que el psicopedagogo pueda enten
der y para hacerse entender. Dar permiso-Desculpabilizar-
Resignificar.
En una dramatización o juego dramático podemos, desde
un rol determinado, rol de mamá, de hermano, de padre, de
amigo, intervenir desde el personaje introduciendo algún
tipo de modificación.
Y esto no es sólo para los chicos. Winnicott sostenía que la
virtud principal para ser terapeuta es saber jugar y tener
sentido del humor.
Habíamos hecho este paréntesis de los distintos tipos de
intervenciones psicopedagógicas.
Creo que el psicopedagogo puede apelar a cuatro tipos de
intervenciones: indicación, señalamiento, interpretación o
construcción. La diferencia entré ün psicopedagogo y otro
psicoterapeuta (como algunos pretenden) no está en la
restricción en el uso de las interpretaciones, sino en el tipo
de interpretaciones.
El psicopedagogo va a intervenir desde el aprendizaje,
desde la relación del sujeto con el conocimiento.
A los efectos de analizar la metodología utilizada por
Freud habíamos pensado en tres momentos del juego del
fort-da. De ahí deduiim is ciertas conclusiones acerca de
cómo observar. La primera, descubrir el esquema de acción
y la segunda detenerse en su repetición.165
Metodológicamente hay otro aspecto previo a descubrirel
esquema de acción: ubicarse en una actitud de pregunta. Si
Freud no se hubiese preguntado por qué no se angustiaba el
nene cuando la mamá se iba, no habría podido encontrar una
línea de interpretación.
Sin preguntas previas no hay posibilidad de interpretar
nada. Todos los datos que nos da el paciente se transforman
169 Puede seguirse el desarrollo de esta idea que hoy llamo «esquema de
acción significación», en La inteligencia atrapada, La sexualidad atrapa
da de la Señorita maestra y en Psicopedagogía en Psicodrama, los tres
libros son de mi autoría.
252
en un caos, en una cantidad de estímulos en los que uno no
tiene posibilidad de descubrir la interrelación entre las
distintas acciones.
Entonces, retrocediendo metodológicamente, primero
partimos de una hipótesis. Después de la hipótesis continua
r emos formulándonos preguntas a partir de las cuales infe-
riremosTos «esquemas de acción-signiftcación», presentes en
las diferentes producciones del paciente y una vez descubier
tos. buscaremos la repetición de los mismos.
Momentos
en el tratam iento psicopedagógico
253
¿A qué me refiero con esto del «reconocimiento de la falta»
en nuestros pacientes? No me refiero a un reconocimiento
conceptual, ni pretendo promover angustia que remita a
frustración o incapacidad. El niño del fort-da necesitó darse
cuenta de que su madre se iba para empezar a jugar, es decir,
a utilizar la angustia como motor de creatividad y así
construir al juego como posibilitador de individuación y
lugar de reconocimiento de sus propias posibilidades.
De igual modo, un niño con problemas de aprendizaje no
podría comenzar un trabajo terapéutico si no se «diera
cuenta» de que el conocimiento no está, que su saber está
escondido, o si no siente dolor o «bronca» porque no le dejan
conocer. No pretendemos un reconocimiento conceptual,
sino sentir la dificultad en relación con el aprendizaje como
una carencia. Sentimiento que va a ser ambivalente, porque
se entrelazará con el beneficio secundario de la enfermedad.
Pero es necesario que se conecte con el reconocimiento de la
falta, que no es lo mismo que «conciencia» de «enfermedad».
E mpezar el trabajo desde las posibilidades no se contradi
ce con ayudar al paciente a conectarse con la falta, desde
donde va a surgir la posibilidacTde jugar-elaborar.
Un paciente adulto acude a un terapeuta porque de cierto
modo sufre y reconoce que sufre, y entonces quiere cambiar.
Pero al ir está respondiendo de alguna manera a cierta
conexión con la falta y a algún tipo de sufrimiento.
Mientras que, en general, el niño es traído por los padres,
mandado por el maestro o por otro profesional, y será
nuestra tarea ayudarlo a construir la demanda.
254
Bueno, para buscar la libertad, deberá darse cuenta de que
está preso, sentir la falta de libertad. Porque desde ahí va a
empezar una nueva circulación del deseo y el querer curarse.
De este modo, previo a introducirnos en el primer momen
to del tratamiento, tenemos por delante un escollo a vencer:
ayudar a conectarse con las cosas que se pierden por no
aprender, por no autorizarse a pensar.
Insisto: es diferente al reconocimiento de la falta, al
reconocimiento de la dificultad. Por ejemplo, ante una per
sona que padece parálisis histérica en un brazo, el reconoci
miento de la falta no pasaría por ubicarla en la exigencia de
mover el brazo y sufrir, por lo tanto, con su parálisis. Sin
embargo, es necesario que se conecte con lo que pierde por no
mover el brazo, lo que podría hacer o lo que en algún
momento hizo con su posibilidad. Que se encuentre con
aquella capacidad perdida, que el síntoma está o b tu ra n d o A
esto me refiero cuando hablo de reconocimiento de la falta.
255
no era encontrar el objeto, sino poder elaborar la angustia de
haber sido arrojado repitiendo la acción, pero siendo él quien
arroja activamente un objeto que sustituye y representa
smiDólicamenttí a la madre.
É sta primera función del juego, puesta de relieve en la
primera escena del fort-da. es algo que encontramos en
el primer momento del tratamiento. Tiene que ver con la
expresión catártica. Así como el primer momento tiene una
función catártica, en el primer momento del tratamiento
prima la catarsis en relación con la resignación.
El psicopedagogo «se ofrece como carretel», en lugar de
apelar a la “caja para guardar sus materiales”.
Yo no me opongo al uso de la caja en el tratamiento, pero
si se puede trabajar sin ella considero que es mejor. Muchas
veces la caja y los objetos sirven como traba, como sustituto,
como pantalla, justamente para que el psicopedagogo, que
dándose escondido detrás de ellos, no se ofrezca él como
carretel. Aparte de esta razón, hay otras para que considere
que en un tratamiento psicopedagógico no es bueno empezar
ofreciendo la caja. Creo que el paciente tiene que ir haciendo
un proceso de apropiación. Debemos dejar crecer el deseo,
partiendo del «deseo» de guardar las producciones propias.
En tal sentido, no es conveniente partir de la caja aada por
el terapeuta. En el tratam iento psicopedagógico se va hacia
un «lugar donde guardar* elegido por el niño.
Además, no es bueno partir de una caja, porque para
poder transitar bien por el primer momento del tratamiento
es útil ofrecer el propio cuerpo del psicopedagogo como objeto
transicional, para que pueda aparecer el cuerpo del propio
aprendiseñante. Y el espacio del consultorio como espacio
transicional.
256
Vamos a usar otros recursos que no sean los objetos para
poder establecer un juego. Seguramente resultará más difí
cil para un psicopedagogo (especialmente si recién empieza
a trabajar); ya que muchas veces los objetos sirven para
calmar la ansiedad del terapeuta Por eso pienso que no está
contraindicado el uso de la caja, pues hay muchos psicopeda-
gogos (y puede haber algunos aprendiseñantes) que se sien
tan totalmente desprotegidos, perdidos, sin los objetos.
257
hojas, pegamentos), pero como objetos del consultorio, posi
bles de ser usados. No es que estén prohibidos los objetos,
remarco esto, pues hay toda una línea de trabajo en los
tratamientos psicopedagógicos (que está tomada de los tra
tamientos psicoanalíticos), acerca de comenzar con la caja.
Observo que muchas veces el psicopedagogo cuando comien
za un tratamiento, le pide la caja al paciente o, peor aun, a
la madre. É sta es otra confusión. Lo que muchas veces
sucede es que la caja esté hecha por la madre a gusto y
necesidad de ella. Con los cuadernos, los lápices, el sacapun
tas y la caja forrada ya se está imponiendo el tipo de tarea
que vamos a hacer y la intermediación de la madre.
El primer momento del tratamiento, dijimos, es catártico.
Se va a dar paso a la «bronca», salida a la agresión. Para
que el niño se pueda enojar, usamos objetos como almohado
nes, cubos de espuma, que le van a servir, con la ayuda del
terapeuta, para trasferir agresiones hacia distintos perso
najes y situaciones.
T!uando un paciente llega enojado con el terapeuta o
vemos que no se permite mostrar la agresión que vuelca
contra sí mismo, podemos decir: «a mí me parece que vos no
estás enojado conmigo, pero estás enojado con otras perso
nas. Vamos a transformar el almohadón en esas personas
que vos le tenés más rabia». «Golpeálo, castigálo, decíle por
qué no te gusta». Así lo estamos ayudando a que encuentre
el «carretel».
El juego del fort-da lo construye un niño sin problemas de
aprendizaje, que puede jugar y así elaborar la angustia de la
partida de la madre. Así encuentra solo la forma de elaborar
la angustia.
Pero nuestros pacientes no encuentran el carretel o los
carreteles posibles para elaborar la angustia Ahí está la
intervención del terapeuta ofreciendo esos «carreteles», esos
objetos transí dónales. Este es el sentido que tienen los ob
jetos que se introducen en el ti atamiento. Sentido de objeto
transicional que uno ofrece al aprendiseñante y que él va
a transformar en otras cosas.
A lum no: ¿E s to tiene que v e r con el m ateria] in estru ctu rad o
de la h o ra de juego?
259
almohadón (haciendo con el almohadón, por ejemplo, lo que
a él le hicieron).
También se puede trabajar proponiendo consignas como
inventar un cuento acerca de un nene al que le quitan las
cosas y otro día podremos dramatizar ese cuento o una obra
de teatro acerca de un chico enojado. Luego proponer un
juego o un dibujo de un nene que estaba enojado porque le
,-sacaban las cosas. Es decir, ir buscando diferentes formas
) donde no solamente juegue con un carretel, sino que encuen-
j tre diferentes «objetos» para arrojar. De este modo vamos a
posibilitar el trabajo de la repetición.
El niño del fort-da, jugaba-repetía variando espontánea
mente. A nuestros pacientes quizás tengamos que ayudarlos
ihnosotros, proveyéndoles el espacio de confianza y los recur-
[ sos para que puedan repetir escenas, pero en diferentes
|escenarios (con cambiantes medios expresivos y objetos)
f para posibilitar el surgimiento del juego y la resignificación.
|Porque hay un síntoma de aprendizaje, hay algo encapsula-
|do, hay un mensaje que para ser emitido no encuentra el
1código compartido.
r Aún es fundamenta] la catarsis, pero ya estamos iniciando
lias resignificaciones. Cuando le doy al paciente el almohadón
Ipara que lo golpee y se enoje, sólo cumple una. función catártica
pero cuando le propongo que haga un cuento, ya estoy empe
zando a permitir que el aprendiseñante pueda resignificar. Es
decir, dar significados distintos a aquellas situaciones de las
que ha sido víctima. Por ejemplo, un paciente comenta que
siempre le quitan las cosas en el colegio.
Nosotros intervenimos pidiéndole que piense en alguna
de esas situaciones e intervenimos con preguntas acerca de
si se enojó, si dijo algo, y le proponemos esa escena.
Segundo m omento
260
él quien dice «no está». Aquello que antes hacía con el
carretel, ahora lo hace con su propio cuerpo. Creo que esto
tiene que ver con la construcción del “yo corporal”, un lugar
desde donde integrar. Al usar su cuerpo como representante
tiene más poder sobre él mismo y sobre los demás. Este es un
punto importante: «el poder de...» el carretel o la muñeca se
pueden perder,... el cuerpo no.
El segundo momento tiene que ver con la identidad. 1
Nuestras intervenciones en este período suelen dirigirse a
ayudar al aprendiseñante a construir o reconstruir sus
propias identificaciones, diferenciándolo de nosotros, de la
madre, del padre, del enseñante, del otro. Que reconozca su j
propio desear y pensar.
Por ejemplo, si el niño nos dice «traje el cuaderno para que
lo veas», nuestra intervención en el segundo momento tende
ría a discriminar quién quiere mostrarme el cuaderno. Sí él j
no quiere que lo veamos, no lo miramos. Si a él se le ocurrió, /
le pediremos que elija qué página quiere mostrar.
En el segundo momento trabajaremos con el reconoci
miento de sí mismo. Con la visión especular que el otro
provee acerca de uno mismo. El mirarse y no mirarse al 1
espejo tiene que ver con reconocerse: «¿quién soy?», «ésta es
mi mano», «ésta es la cabeza», «éste soy yo». Poder verse
entero. El trabajo acerca de las diferentes perturbaciones en la
lateralidad, por ejemplo, se ubica en este segundo momento.
También se sitúan allí los juegos y ejercicios acerca de la
ubicación en la familia, las líneas de parentesco, «yo soy hijo
de fulano o mengano», esta matriz vivencial de las clasifica
ciones y seriaciones lógicas, en relación consigo mismo y con
la propia familia.
261
se llamaba Ju an Pérez; lo más probable es que su padre fuese
el señor Pérez. E sta dificultad se relacionaba no tanto con
una perturbación cognitiva, sino fundamentalmente con el
no tener un lugar dentro de la familia que le permitiera la
clasificación (recuerdo que Mannoni dice acerca de un pa
ciente: «Yo no soy hijo de mi mamá, sino que mi mamá es mi
esposa, al tiempo que es mi madre»). E sta dificultad está
anclada en la estructuración edípica. Los chicos que tienen
isíntoma problema de aprendizaje, suelen soportar mal un
Itránsito por la estructuración edípica y tiene dificultades en
Iconocer su historia.
Jugamos entonces con aquel grupo la escena durante toda
la sesión. Cada uno representaba a su madre o a su padre,
hablando sobre ellos.
En el segundo momento trabajaremos con el recuerdo.
Que pueda recordar (reinscribir, reinventar) su propia his
toria. Propondremos actividades como hacer una línea de
vida, escribir la autobiografía, traer el álbum familiar,
trabajaremos el saber sobre sí mismo y también acerca del
, futuro. Saber sobre sí mismo, pero a través de la imagen
especular que le devuelve el otro.
Yo creo que en este segundo momento es importante
introducir al otro.
El primer momento repite la relación dual, el tercero
introduce al tercero al otro. Por ejemplo, si un aprendiseñan
te relata lo que le sucedió antes de llegar al consultorio, en
el primer momento podríamos proponer la representación
de la escena, mientras que en el segundo momento pregun
taríamos si había alguien que lo vio, qué hacía, qué le dijo.
También podremos sugerir representar las escenas introdu
ciendo a un tercero. Esto aportaría el conocimiento de sí a
través de la imagen (especular) que le devuelve el otro. Qué
opinan, qué piensan los otros de la conducta del sujeto, a partir
de lo que el aprendiseñante se imagina. El segundo momento
( es ideal para la introducción de las técnicas psicodramáticas.
262
No, el desarrollo que estoy haciendo acerca de los momen
tos del tratamiento es válido para cualquier tipo de trata
miento psicopedagógico.
La dramatización obliga a pensar en imágenes y a antici-i
par (dificultades comunes al paciente psicopedagógico) y ;
también a que exprese el sentimiento que está encapsulado j
en el síntoma. Si yo les cuento a ustedes, por ejemplo, que
cuando venía para acá presencié un accidente, puedo hacerlo
sin emoción y despersonalizadamente. Si ustedes comenza
ran a preguntarme cómo fue y pidieran detalles, yo les
tendré que contar que vi un auto y un hombre cayó ensan
grentado. El hombre estaba con una niña pequeña. Si uste
des siguiesen preguntando dónde estaba, cómo estaba, con
quién estaba, les tendré que contar que la hija lloraba y
decía, «papá, papá qué te pasó», «papá, ;por qué no me
contestás?»
La imagen impone el surgimiento de la emoción, no nos
permite despersonalizarnos, escondernos, perdernos detrás
de las palabras.
Por ejemplo, si la maestra ha clasificado como in s u fic ie n te
al niño y él dice «a mí no me importa», la psicopedagoga
podría decirle “Yo creo que estás negando que te importa
mucho. Pero estas palabras probablemente no sean escu
chadas. Nosotros propondríamos representar la situación:
«Vamos a dramatizar el momento cuando abriste el boletín
y leiste insuficiente” o «vamos a hacer el momento cuando
llegaste a tu casa y mostraste el boletín». A veces, sin llegar
a la dramatización le pregunta cómo se imaginaba él en
aquel momento, si parado, sentado, cómo hizo para abrir la
mochila, en qué lugar estaba, qué le preguntó la madre, el
hermano...
Esta reconstrucción podrá luego ser dramatizada o no.
También puedo sugerir el imaginar y escribir una obra de ]
teatro acerca de un chico que trajo el boletín con insuficiente.
(Si el aprendiseñante no quiere escribir, yo escribo pues el ■
objetivo no es hacerle escribir. Esto surgirá sólo d e s p u é s ).
Plantearé escribirlo en forma de diálogo, pues ayuda a poner
en palabras lo que siente.
263
Primero podemos registrarlo tal cual él lo cuenta y luego,
cuando relata por ejemplo, «Juan dijo que no le importaba
sacarse insuficiente», por ejemplo preguntarle: «Viste que en
las obras de teatro se pone entre paréntesis en qué postura
está el protagonista, lo que siente, bueno vamos a hacer así
lo que sintió Juan cuando dijo «¿a quién le importa que me
saque insuficiente?».
264
tenga la posibilidad de ser reconocido por sus hermanos o
que cada uno pueda reconocerse a partir del cambio.
265
familia se puede ir en enero y el terapeuta en febrero, y es
más difícil coordinar las vacaciones de todo el mundo).
Estando en el primer momento es importante anticipar,
trabajando más tiempo la despedida, ser más cuidadoso en
relación con pensar y hacer pensar que el psicopedagogo va
a estar cuando vuelva. Se necesitan elementos externos que
demarquen ese tiempo que estarán separados.
T ercer momento
266
los ojos, ¿qué veías?», y a trabajar todos esos aspectos desde
la imagen del sujeto en el espacio a partir de su yo corporal.
Les estoy hablando del espacio, categoría en la que nos
centramos en ese segundo momento del tratamiento. E sta
mos trabajando en relación con la construcción de la identi
dad, pero en un plano que tiene que ver con el propio cuerpo
(como registro para recordar) relacionado con el espacio.
Mientras que en el tercer momentqttrabajamos con drama
tización de escenas, pero centrándonos en otras cosas, porj
ejemplo, qué hubiera tenido ganas de decirle al chico que le
puso el pie cuando se cayó, que le podría decir después que
pasó, imaginarse un encuentro con el que le puso el pie para
que se cayera, ponerse en el lugar del chico y hablar con él,
hacer una inversión de roles o un soliloquio.
En un niño con problemas de aprendizaje, en el segundo
momento del tratamiento, en genepal, sólo podemos prepa
rar el trabajo para las dramatizacipnes que se podrán des
plegar en el tercer momento. | ■
La mayoría de las veces, todavía no hay una identidad
asumida como para proponer técnicas como la inversión de
roles.
En el segundo" momento vamos a trabajar con:
a) La identidad en su apoyatura corporal. Trataremos de
que el paciente pueda ubicarse como un ser distinto a otro a
partir de su yo corporal.
b) Ubicarse en el espacio: dónde estaba, recordar y repro
ducir la postura.
En el tercer momento trabajaremos la misma temática^
desde otra luz (la luz del otro). Tomemos como ejemplo el i
relato del niño al que le ponían un pie para que se cayera.
Propondríamos en el tercer momento la dramatización de la
escena, pero centrándonos en otros aspectos.
Imaginar una escena donde él hable con otro para decirle lo
que sintió cuando el compañero le puso el pie o, «vas a tu casa
y le contás a ...», «¿a quién le podsías contar lo que pasó?».
A partir de lo que él sintió, estamos introduciendo un otro
que lo va a llevar a la diferenciación de quién es él. Otro que, (
frente a la misma escena, puede-sentir algo diferente a él,
267
que le puede dar otra visión, otra perspectiva. Estamos
trabajando con la elaboración objetivamente (la inteligencia
puesta al servicio de la dramática inconsciente).
Se acuerdan que habían dicho que el primer momento era
eminentemente catártico; el segundo tenía que ver con la
resignificación, proceso que se continúa en el tercer momen
to. La resignificación implica un trabajo objetivante y subje-
\tivante.
Apelando a la elaboración objetivamente, en el tercer
momento, preguntaremos por ejemplo: «¿qué le podrías
haber dicho?», «¿por qué te parece que fulano habrá hecho
esto?» o «trataremos de pensar si a lo mejor el que te pegó
estaba enojado con otra persona y te hizo eso a vos», «¿qué
representabas vos para él?».
; Se trata de tender a trabajar para que la inteligencia
pueda ayudar a organizar las emociones, y con esto puesto al
servicio de la resignificación, darle nuevos sentidos a situa
ciones conflictivas.
268
la seriación, leyes que permiten la organización de la reali
dad. Que el sujeto organice, que autorganice, que dé una
organización personal a la realidad a partir de las leyes
lógicas.
La elaboración objetivante incluso aporta el proceso de\
resignificación permitiendo dar nuevos significados a la j
realidad e incluso resignarse a ella también.
Si se nos muere un ser querido, es un hecho que escapa a :
toda comprensión. Desde la lógica, no hay ninguna explica
ción posible. Mi deseo será: mi amigo no debería haber
muerto. Si yo me quedase sólo con mi deseo y no interviniese
para nada la elaboración objetivante, podría llegar a psico- ,
tizarme pensando que esta persona vive. Hay todo un mo
mento de elaboración del duelo que tiene que ver con: no
murió.
¿Por qué les digo que la elaboración objetivante tiene que I
ver con la clasificación y la seriación? i
En el caso de la muerte, me ayuda a ver que todas las
personas mueren, y mi amigo es una persona: también tenía
que morir. «En algún momento de la vida todos morimos». «A
unos les toca antes, a otros después». «Se murió porque ...».
«La culpa la tienen los médicos, porque la atendieron mal».
«Tendrían que haber hecho un control antes». Cosas que
hacen posible la inclusión dentro de un sistema de generali
zaciones, poder incluir la situación, clasificarla, seriarla,
como más o menos importante. Es importante para mí que\
se haya muerto, pero no es lo más importante de mi vida. La
elaboración subjetivante no se maneja con las mismas leyes
que la elaboración objetivante, el deseo va a seguir dicien
do que esos argumentos no le importan. El sujeto va organi- /
zando la realidad en la medida que se den las dos elaborado-1
nes articuladas.
La elaboración objetivante finalmente trata de mostrar,
de hacer evidente que tengo que partir de que se murió para
reconocer que no quiero que se muera.
En un sujeto con problemas de aprendizaje lo que está
atrapado no es la inteligencia como estructura, sino estas
argumentaciones, las posibilidades de construir elaboracio- ¡
269
i n e s o b je tiv a n te s . O tro c a m in o q u e n o s lle v a a l t e m a d el
i s e c r e t o (q u e t r a b a ja m o s en a n te r i o r e s c la s e s ).
L a e la b o ra c ió n o b je tiv a n te tie n e n e c e s a r i a m e n t e q u e c o n s
t a t a r , m o s t r a r , m i e n t r a s q u e la e la b o ra c ió n s u b j e ti v a n t e
t r a t a m á s b ie n d e e s c o n d e r , g u a r d a r , o d e m o s t r a r só lo lo q u e
c a d a u n o tie n e d e d if e re n te . L a e la b o ra c ió n o b je tiv a n te t r a t a
d e m o s t r a r m e a m í co m o s e m e ja n t e , ig u a l o p a re c id o .
E s t o e s im p o r t a n te , p o rq u e a c á r a d i c a u n a d if e r e n c ia
e n t r e u n t r a t a m i e n t o p s ic o p e d a g ó g ic o y o tro p sico ló g ico o
p s ic o a n a lític o .
N o s o tro s p e r m a n e n te m e n t e v a m o s a t r a b a j a r con l a e l a
b o r a c ió n o b je tiv a n te , a y u d a n d o a q u e v a y a a p a r e c ie n d o . E s e
n o e s el o b je tiv o d e u n t r a t a m i e n t o p s ic o te r a p é u tic o , p o rq u e
p a r t e d e e so y a e s t á d ad o.
E n el ju e g o d el f o r t-d a , e n el t e r c e r m o m e n to a p a r e c e la
m a d r e r e a l . E l n iñ o a h o r a p u e d e d if e r e n c i a r s e y o b s e r v a r á a
la m a d r e r e a l p o rq u e y a h a lo g ra d o a lg o d e in d iv id u a liz a c ió n .
E l t e r c e r m o m e n to del t r a t a m i e n t o tie n e q u e v e r co n l a
in c lu s ió n d e la r e a lid a d .
1 A y u d a r a l a p r e n d is e ñ a n t e a in c lu ir s e e n l a r e a l id a d . Al
p rin c ip io , el e s p a c io e r a f u n d a m e n ta l m e n t e t r a n s i c i o n a l
e n to n c e s él p o d ía d e s a r r o l l a r a llí a c c io n e s q u e no e s t a b a n
p e r m i ti d a s f u e r a d el e s p a c io d el t r a t a m i e n t o .
E n el t e r c e r m o m e n to , si él v a a la e s c u e la , p o r e je m p lo , y
r e a l i z a co n s u s c o m p a ñ e r o s o co n s u m a e s t r a lo q u e h a c e
c o n m ig o , n o le va a i r m u y b i e n . A n te s e so e r a p o sib le , y a n o.
N e c e s it a e n c o n t r a r f o r m a s s im b ó lic a s d e r e p r e s e n t a r .
F a v o r e c e r el p e n s a r p a r a p o d e r c r i t i c a r m e a m í. E s t o e s
i m p o r t a n te : a y u d a r a q u e m e c r itiq u e .
— E l t r a b a jo del t e r a p e u t a s e d ir e c c io n a a s e r r e le g a d o a l
o lv id o , a s í co m o lo e s el o b je to t r a n s i c i o n a l .
P u e d e s e r re le g a d o al o lv id o p o rq u e s irv ió , a s í co m o , si se
s i g u i e r a u s a n d o a lo s v e i n t e a ñ o s el « o sito d e p e lu c h e » ,
i n d i c a r ía q u e no cu m p lió s u fu n ció n a los d os o t r e s a ñ o s .
270
Capítulo 2
LA NARRACIÓN Y EL LENGUAJE
EN LA CLÍNICA PSICOPEDAGÓGICA
Silvia Schlemenson
1. E l le n g u a je
2. E l d i á l o g o c o m o e s t r a t e g ia t e r a p é u t ic a
blante es el p o rtad o r de la p alab ra. El oyen te, en cam bio, v ien e a ser
un reflejo esp ecu lar del au tor, su doble, que cu an d o co n testa y a su
m e la au toría m odifica el cariz de aquello que fue dicho. D en tro d e
este m arco triád ico -d ialóg ico (au to r-tem a -o y e n te ) (Bajtín, 1 9 9 0 ), lo
inconcluso no co n d u ce a u na v erd ad final sino que desarrolla in ter
cam b io s que d an lu g a r a e n tre cru z a m ie n to s subjetivos y subje-
tivantes.
L a cad en a " a u to r" , " te m a " y "o y e n te " abre u n a riqueza d e sen ti
dos inconm ensurables que circulan entre los interlocutores. L a inter-
textu alid ad que se co n creta en sus in terseccio n es se en tiende co m o
la p resen cia sim ultánea d e dos o m ás texto s q u e rivalizan en tre sí
p or la v aried ad de significados y sentidos que se deslizan en tre ellos.
La diferencia p asa a con stitu ir el eje a p artir del cu al cad a vino d e los
p articip an tes se co m p ro m ete con el otro en un espacio de te m a s que
sensibilizan a los hablantes.
El h ab lan te alu d e a las situ acio n es con flictivas que a tra v ie sa
u san d o , en tre o tro s, p ro n o m b res p erso n a le s, m ed iante los cu a le s
d istin gue a los p erso n ajes a los que se refiere. Los pronom bres son
reversibles y fijan p osicion es que se tra n sfo rm a n en el in tercam b io
de p areceres en tre los sem ejan tes. "M i papá" y “Tu papá" in clu y en
el m ism o su stan tivo (" p a p á " ), p ero refiere a diferentes p e rso n a s;
son en u n ciad o s p ro fu n d am en te co n m o cio n a n te s de a cu e rd o co n
la p osición del h ab lan te, quien in terp ela a su in terlocu to r en las
s im ilitu d e s y d if e r e n c ia s a p a r t ir d e la s c u a le s se p la s m a n
en trecru zam ien to s d e d iscu rso s co n u n a d iv ersid ad d e se n tid o s
que co n flu y en en un a so la p ro d u cció n a p a re n te m e n te m o n o ló g ica
p ero p ro fu n d am en te d ialó g ica.
L a constitución del sentido está v in culad a a la posición p ro n o m i
nal del sujeto que p roduce el en u n ciado, a sus experiencias libidinales
pasadas y a la form a de enunciar y elaborar sus proyectos. L a riq u eza
discursiva y el intercam b io d ialógico h acen a v a n z a r tem áticam en te
las p r o d u c c io n e s d e u n a p e r s o n a m e d ia n te una a lte r n a n c ia
enunciativa en la cual h ab lante y o yen te son p artes de u n a m ism a
tram a que se m odifica. C a d a v ez que el sujeto o el terap euta ce d e n
la p alab ra, ab ren la escu ch a y cam bian posiciones p ronom inales con
la con secu ente inclusión d e diferencias. L a acep tación d e los c a m
bios, la form u lación incesante de n u evas p ropu estas y resp u estas
form an p arte d e la com p lejid ad y la d u ctilid ad d e las p ro d u ccio n es
42 SILVIA SCHLEM ENSON
sim bólicas de un sujeto en con stitu ción que se m o d ifica a p a rtir del
intercam bio dialógico entre sem ejantes.
En los grupos terapéuticos los participantes se ord en an de acu er
do con un tem a. En los gru pos d e padres, el tem a al que se refieren es
el de la posición de cada uno de ellos respecto d e su hijo y la p ro d u c
tividad simbólica de éste. E n los g ru p o s terap éuticos con niños se
habla sobre las problem áticas escolares, las características d e su p ro
ductividad simbólica y la form a de dinam izarlas. E n am bas situacio
nes se trata de prestar atención a las contraposiciones entre ellos p ara
subrayar incongruencias, com p rom isos subjetivos y silencios, y así
cuestionar lo existente y d ar ingreso a lo diferente.
L os g ru po s terap éuticos co locan al sujeto en d iálo go co n sus se
m ejantes. A p artir de este d iálogo, se p on e en conflicto a ca d a sujeto
con antiguos estilos y m o d os de interp retar los aco n tecim ien tos, y
se resignifican form as h ered ad as d e o p erar y d e relacion arse co n el
m undo. P or ello con sid eram os la dinám ica del intercam bio dialógico
com o u n o p erad o r sim bólico que p u ed e a y u d a r a abrir el ca m p o de
la subjetivación y a ro m p er con la repetición y el destino co m o úni
ca opción en el desarrollo del psiquism o.
L os asp ectos d escon ocid os, las incon gru en cias y caren cias en la
tram a d iscu rsiva de los sujetos que d ialogan son o p o rtu n id ad es p ri
vilegiadas para gen erar p ro ceso s reflexivos sobre la tem ática que
los co n vo ca. El lenguaje p aró d ico y el irónico tam b ién se utilizan
com o m áscaras p ara p oner en cu estión los lenguajes d o g m ático s y
directos. En la parodia y en la risa es donde el lenguaje adquiere tam
bién p otencia crítica: m u estra la realidad d esd e o tro p u n to d e vista,
sortea la conven cion alidad de las relaciones h u m a n a s y tran sp orta
la sospech a sobre aquello a lo que alude. U n a d e las fu n cion es d e la
risa es, entonces, la de aflojar los n ud os d e u n a su bjetividad d e m a
siado solidificada y ofrecer m irad as escép ticas y d iv ertid as sobre
las situaciones referidas. L a p aro d ia y la risa son tam b ién form as
p articu lares del diálogo entre sem ejantes.
En el intercam bio dialógico entre pares, los asp ectos fantasm áticos
de cad a sujeto se p on en en cuestión. L os fan tasm as que los niños
exp resan (m iedos, relación co n las figu ras p rim a ria s, d iferencias
entre los sexos, entre generacion es, rivalid ad es y trau m atism o s) in
gresan al estatu to d e la palab ra en u n juego d e espejos, en el que se
c o m p a rte n fra g m e n to s y se e x c lu y e n d ife re n c ia s p o r c o n tr a
LA N A R R A CIÓ N Y EL L E N G U A JE . 43
p ro d u ccion es sim bólicas exp resad as en form as verb ales con d icio
n ales o pred icaciones m etafóricas e im agin ativas.
Las produ ccion es escritas abren u n m u n d o p or el que circu lan
los conflictos y deseos. L os tem as que se tra ta n en el texto son d iv er
sos, posibilitan un a m ultiplicidad d e lectu ras y p ro m u e v e n ingre
so s interp retativos a los distintos p u n to s d e vista del narrad or. La
existencia de una v aried ad de "p u n to s de v ista " en tre los niños d es
acred ita cualquier intento correctivo sobre lo n a rra d o , que sólo es
pasible de ser interp retad o.
L a n arrativ a fo calizad a en la escritu ra p u ed e ser co n sid erad a
co m o una form a de interven ción terap éu tica p orq u e expresa:
• las form as d e sim bolizar de u n sujeto;
• el ab and on o de las referencias p ercep tiv as y la introd ucción
de u n a dim ensión interp retativa;
• la inclusión de la im agin ación co m o u n esp acio abierto a sa
tisfacciones fu turas;
• la im pronta de una subjetividad pasible d e ser interp retad a
cuand o se la lee.
4. L e c t u r a y p r o c e s o s d e s im b o l iz a c ió n
5 . P r o d u c t iv id a d s im b ó l ic a y p r o c e s o n a r r a t r iv o
e n to rn o p a re n ta l a d q u ie re n s ig n ific a c ió n p a r a el n iñ o e n la
co m p lejización de su p siq u ism o, p u es rep resen tan u n a tra ctiv o
libidinal en la búsqueda de lo diferente. En la d in ám ica d e las ofer
tas existentes y el tipo de relaciones que el sujeto establece, ro m p e la
clau su ra de "lo ya instituido p o r el O tro " e inicia un com plejo ca m i
no de indagación e invención d e situaciones d ivergen tes q u e p ro
m u even la p ro d u ctivid ad sim bólica d e los sujetos.
El esp acio escolar p od ría tran sfo rm arse en atractiv o p a ra los ni
ños y potencialm ente activo en la com p lejización del p siq u ism o in
fantil si ofreciera habitualm ente o p o rtu n id ad es reflexivas de inter
cam bios dialógicos y n arrativ os. Las v oces p resen tes que circu lan
en su en torn o alud en a u n p asad o que se tran sfo rm a en las aulas.
Posibilitar la exp resión de la sin gu larid ad , p ro m o v e r la reflexión y
jerarq uizar el p roceso im agin ativo a tra v é s del lenguaje abre o p o r
tun id ades exp an sivas a una subjetividad que se enriquece.
Según Touraine (1997), el p orven ir profesional de cu alq u ier ciu
d ad an o es p oco previsible si la escuela no lo p rep ara p ara la d u ctili
dad y el respeto p or lo original y la diferencia. P a ra ello, h ab ría que
m odificar la linealidad cu rricu lar existente y tran sfo rm ar la institu
ción escolar en un esp acio de p ro d u cción y respeto en la exp resió n
de subjetividades; se alud e, d e este m o d o , a u n tipo de p e d a g o g ía
conocida con el nom bre de p ed ago gía rad ical (G iroux, 1 996), en la
cual se con sid era central la p roblem ática de la diferencia y se reco
noce a los docen tes co m o "cru zad o res de fro n teras". El co n ce p to de
frontera su giere elem entos de desestabilización e incluye la posibili
d ad de m o verse en esferas de incertid u m b re, d e trasp o n er los lím i
tes cu lturales instituidos p or los n ativos y d e incluir la d iv ersid ad y
la extranjerid ad co m o ejes co n stitu tivos d e la iden tidad . P a ra co n
cretar esta p ropu esta, la p ed ag o g ía crítica (G iroux y Me L aren , 1998)
cu estiona las escuelas que rep rod u cen d iscu rsos y valores en form a
u niform e, e incluye el d iálogo co m o in stru m en to p ara g e n e ra r el
cru ce entre sujetos y cu ltu ras y recu p erar así en su seno la exp resió n
n arrativ a de la v o z de las individualidades.
L a confluencia de la d iversid ad y de la h eterogen eid ad d e subje
tivid ad es en un m ism o g ru p o escolar m ejora la calid ad de la e d u ca
ción y perm ite ap ostar a p oten ciar sim bólicam ente el enriquecim ien
to psíquico de su s m iem bros. P ara h acerlo, se h ace necesario rev isar
las características de la escuela actu al y ad ecu arlas a un tipo d e e d u
LA N A R R A C IÓ N Y EL LEN G U A JE. 55
B ib l io g r a f ía
G erardo Prol
1. I n t r o d u c c ió n
2. E l u s o del c u a d e r n o
5. L a e s c r itu r a m ás a l l á de la tr a n s c rip c ió n
7. E s c r it u r a s m á s a l l á d e l p a p e l : u n a s it u a c ió n c l ín ic a g r u p a l
ANALIZADA COMO ESCRITURA
t
88 GERARDO PROL
tido intrínseco, y que nad ie d u d aría de llam ar "u n e scrito ", es, de
an tem ano , efecto de ion acto de escritu ra.
M u ch as v eces nos sentim os ten tad o s de aleg rarn o s cu a n d o v e
m os a u n niño to m ar su lápiz y trabajar en u n p ap el. M u ch o m ás
todavía cu an d o p o d em o s leer ese p ro d u cto y co m p ro b a m o s que
estam os ante u n texto sin fallas, que p o d em o s re cu p e ra r sin m a y o
res problem as su sentido. Sin em b arg o p o cas v e ce s n os p re g u n ta
m o s, en estos casos, si ese p ro d u cto es la co n secu en cia de u n a cto de
escritu ra. Esto es, si el escritor, o lo que n osotro s im agin am os co m o
escritor, dejó su rastro.
La literatura n os ofrece v arias m u estra s d e esto. P o r ejem plo,
Pablo de Santis, en su n ovela El calígrafo de Voltaire, p on e en b e ca de
:;u personaje, u n calígrafo que d esarrolla su arte en la é p o ca d e la
R evolución F ran cesa, el siguiente com en tario:
fos que n o p od ían recon o cerse en su s escritos, e sto s niños tam bién
están en riesgo m ortífero. Sin em b arg o, la eficacia tran scrip tiva de
su s textos, p o r cu an to gen eralm en te p u ed en s e r leídos sin dificul
tad, ocu lta la m ism a d esu b jetivación que estalla en evidencia en los
n iñ os que no pu ed en escrib ir o escriben in correctam en te.
9. E l t é r m in o " e s c r i t u r a " m ás a l l á de l a m e t á f o r a
mal escrito, co n stitu y en, en la situ ación clínica, v erd ad eras escritu
ras. Porque si h ay letras ilegibles, n o lo so n p o r ninguna razó n in
trínseca, sino p orq u e no en cu en tran su lector. El sufrim iento no h ace
m ás que ev id en ciar este reclam o . Esa es la fin alid ad de que n u estro
disp ositivo se acerq u e a lo escolar: que co m ien ce a tener sentido
aquello que en la escu ela h a q u ed ad o sin sen tido.
En algunas p ro p u estas terapéuticas se p u e d e observar cierta co n
fusión: se interpreta co m o u n rod eo necesario p a ra el despliegue sub
jetivo lo que en realid ad es un m o d o de elud ir el encuentro con el
paciente, redoblándose d e esta form a la so rd era y la ceguera de su
entorno (escuela, fam ilia, etcétera) que sostienen su padecim iento.
12. E s c r i t u r a e in tim id a d
B ib l i o g r a f í a
LA LECTURA REINVENTADA:
NARRATIVIDAD E INTERPRETACIÓN TEXTUAL
EN LA CLÍNICA PSICOPEDAGÓGICA1
Gustavo Cantú
1. L ecto res n ó m a d es
3. E l PLACER DE LEER
decía " y o " al leer el epitafio p ertenecía a lo escrito, form aba cu erp o
co n él, se unía a lo escrito d u ran te el m om en to d e la lectura. E sto
anulaba la contradicción interna que sentiría un lector actual al p ro
nu n ciar sem ejante frase. Introducía una su erte de violencia bajo la
form a d e una servidum bre del lector p ara con lo escrito. P ara los
griegos, la escritu ra se ap ropiaba d e la v oz del lector, con vertid o en
instru m en to an cilar de lo inscripto.
P od em os pensar, a p artir d e eso , que la desterritorialización que
su p o n e el acto de leer im plica n o sólo un desp ren d im ien to d e las
co o rd en ad as d e tiem po y esp acio que organ izan n u estra exp erien
cia, sino tam bién la posibilidad d e q u ebrar la clausura identitaria5 y
p ro d u cir una ap ertu ra que p erm ita ingresar al ca m p o d e una subje
tividad en p roceso.
U na estatuilla de bronce que d ata del siglo VI a.C . exhibe la si
g uiente inscripción en dialecto ático: "A todo aquel que m e lo p re
g u n te le con testaré lo m ism o: que A n d ró n , hijo d e A ntífanes, m e
d ed icó co m o d iezm o ."
Esta estatuilla es tam bién u n objeto p arlan te, p ero no en el m is
m o sentido que el epitafio citad o, y a que su estru ctu ra de en u n cia
ción no sólo utiliza la prim era p erso n a, sino ad em ás u n verbo ("co n
testar") que alu d e a una acción q ue designa su p ropia enunciación
escrita. De esta extrañ a estatuilla ap ren d erem os aú n otra cosa: el
v erb o que está trad ucid o co m o "resp o n d e r" es hypokrínomai, que
significa ad em ás "in terp retar", tan to en el sentido de d esem p eñ ar
u n papel en el teatro com o en el d e d ar un sentido a su eñ os y signos
en igm áticos. Al em p lear ese v erb o, la estatuilla se atrib u ye u n a v oz.
5. M e t a m o r f o s is : d e l o e s c r it o a l t e x t o
El diario a diario
6. E l s u je to y e l te x to : so b re la s f a ls a s o p o s ic io n e s
7. F u n d a c ió n m ít ic a d e l t e x t o
9. C o n d en a d o a leer
C on esas tres palab ras resu m iríam os la sentencia que A u lagn ier
p one m etafóricam en te en b oca del Yo: "C o n d e n a d o d e y p o r v id a a
un a p u esta en pen sam ien to y a u n a p u esta en sentido d e tu p rop io
esp acio co rp o ral, d e los objetos m eta d e tus d eseos, d e esa realidad
con la cual d eb erás cohabitar, que les asegu ren que se co n serv arán ,
p ase lo que p ase, los so p ortes privilegiad os d e tus in v estid u ras"
(A ulagnier, 1994a, p ág. 254).
Para A u lagn ier el trabajo psíquico es u n trabajo de interpretación.
E l y o d a r á i n t e r p r e t a c i o n e s c a u s a le s p a r a h a c e r p e n s a b le ,
cognoscible, existente, su p ropia viven cia afectiva. Está obligad o a
h acerlo p u esto qu e el Yo n o es otra co sa que el sab er del Yo sob re el
Yo. Si leer es interp retar, el Yo es p arad ig m áticam en te lector.
La activid ad d e in terpretación es, segú n A ulagnier, u n a exig en
cia del p ro ceso secu n d ario en la b ú sq u ed a d e una cau sa que d é ra
zó n d e lo que aq uél en cu en tra en el conjunto d e lo percibido. La
in terp retación (p ara n osotros, lectu ra) se p ro p o n e d a r u na significa
ción d e los fen óm en os que co rresp on d a al m o d elo d e una co n stru c
ción que o rgan iza el cam p o d e las significaciones. L a relación del Yo
co n la realid ad está en ton ces organ izad a p o r el leer, en el sentido
am pliad o que le estam o s d an d o en este capítulo.
Saber y certeza son los d os p olos que o rd en an la relación del Yo
co n la realidad. Lo p ropio de la certeza es el rech azo del cu estio n a-
m iento. El sab er p reten d e en u n ciar una v erd ad , p ero siem pre p ro
visoria. La certeza (el m ito, la religión, la ideología, el delirio), en
cam bio, tiende al cierre. En los p rim eros m o m en to s de la e stru ctu
ración subjetiva, la activid ad psíquica se organ iza segú n un m od elo
en el cu al sab er y certeza coinciden. E n la psique siem p re persiste la
ilusión d e p o d er en con trar, en la escena d e lo real, a o tro que g a ra n
tice la certeza de los en u n ciados p or los cuales el sujeto se define y
define su m o d elo d e la realidad.
L o que diferencia la interp retación (lectu ra) inherente al p roceso
p rim ario de aquella p ropia del p ro ceso secu n d ario son las leyes a
LA LE C T U R A REIN V EN TA D A 111
las cu ales está som etid a esa in terp retación qu e opera el Yo. En el
p ro ceso prim ario, la rep resen tació n de la cau sa del objeto y su in
vestim ien to se d an bajo la form a d e lo n o cuestionable, d e m o d o
que tod o lo que se elabora en este cam p o está d o tad o del atributo
d e la certeza. A la inversa, la interp retación bajo la égida del Yo y de
su trabajo de p u esta en sen tid o se ca racteriza p o r su cuestionabili-
d a d y su dep endencia d e una prueba de v erificación y p or la posibi
lidad d e acu d ir a g aran tías extern as en fo rm a d e referencias.
11. E l t r a b a j o d e l le c t o r : n a r r a d o r - b r / c o le u r
12. ¿ Q u é es u n t e x t o ?
13. A c e r c a d e l t r a t o p r o c u r a n t e
12. ¿ Q u é es u n te x t o ?
13. A c e r c a d e l t r a t o p r o c u r a n t e
texto. Del v asto m arco de la principal obra del filósofo d esp ren d e
rem os sólo aquello que n os interesa p ara n u estro p ropósito.
H eid eg g er p arte de la con d u cta d e la v id a cotidiana q u e define
co m o "tra to p ro cu ran te" (Besorgen) e intenta p recisar el m o d o en
que algo n os sale al encuentro en ella. La form a del trato p ro cu ra n te
es aquella en que el h om bre se en cu en tra en su m u n d o. N o s e n co n
tram os en esta situación co tid ian am en te, cu an d o h ace m o s u so de
cosas co n las que tenem os trato. P o r ejem plo, al abrir u n a p u erta
h acem o s u so del p icaporte. Ese h acer u so d e un útil (Z eug) n o a p re
h en d e ese en te tem áticam ente co m o co sa, sino que, en ese trato , el
p ro cu rar se subordina al "p a ra " constitutivo del útil correspondiente.
La relación originaria con el útil p erm ite que éste n os salg a al p aso
ab iertam en te com o tal. A l em p lear las co sa s en el trato p ro cu ra n te
con ellas es que el sujeto ap ren d e a co n o cerlas y exp erim en ta eso
que son. H eid eg g er dirá entonces que el m o d o de ser d e ese ente es
su disponibilidad. Las co sas son disponibles, es decir, "e stá n a m a n o ",
p ro n tas p ara ser tom ad as.
Ya en la estru ctu ra m ás sim ple d e lo disponible co m o " p a r a " re
side la rem isión a otra cosa. H eid eg g er lo exp resa d iciend o que eso
m uestra conformidad (Bewandtnis) con el útil. L a con form id ad de cada
cosa ap u n ta hacia un todo m ay o r de u n a totalid ad de co n fo rm id a
des en que se funda y a p artir de la cu al el útil es com p ren sib le.
C ad a totalid ad de con form id ad es rem ite al h om bre en su ser-en -el-
m u n d o. P o r eso todo co m p ren d er de las co sas en tanto útiles se fun
da en la com p ren sión que el h om bre tiene del m u n d o.
E sta co m p ren sió n del ser-disponible, v a g a y vigen te, n o se d a a
nivel de proposiciones sino que es p re-p red icativa. A l d esp liegu e
de esta co m p ren sió n , H eid eg ger lo llam a explicitación. La exp licita-
ción aco n tece en el trato p ro cu ran te, en la m ed id a en que en él lo
d ad o p asa exp resam ente a la visión co m p ren siv a. En el tra to p ro cu
ran te, el útil se com p ren d e en aquello p a ra lo cu al sirve. Se lo co m
p ren d e "c o m o a lg o ", co m o m esa, p u erta , au to m ó vil, etcétera. El
"c ó m o " co n stitu y e la explicitación.
Esta b reve reseña p erm ite que n os p lan teem o s algu n as p re g u n
tas, y a no d e ord en ontológico sino clínico: ¿cu áles son las form as
de trato procurante m ediante las cu ales u n n iñ o dispone d e u n texto ?
¿C uál es, p ara este niño, la disponibilidad del texto ? ¿A qué totalid ad
LA LECTURA REIN V EN TA D A H5
14. L e e r n o es r e p e t ir
15. R amiro
16. L eer, es c u c h a r
17. L e e r , n a r r a r , s u b je t iv a r
19. E l s e n tid o a u s e n te
10. ¿Por qué será que el nombre de escribas que se les atribuyó a quienes domi
naban la lectura y la escritura elude explicitar la función de lectores implícita nece
sariamente en su tarea? Manguel (1999) supone que la posibilidad de leer hacía
que estos funcionarios fueran tan poderosos -dada su capacidad de interpretar y
dotar de sentido a la información que, por ejemplo, recibía el rey- que no podían
presumir de semejante poder político. Hipótesis interesante que nos hace pensar
en el poder del lector y de los aspectos instituyentes de la lectura. En las teorías
tradicionales, la lectura es entendida como una actividad pasiva y receptiva; por el
contrario, aquí enfatizamos su carácter productivo.
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La Psicopedagogíci
Estratégico-lnteraccional
PSICOTECA EDITORIAL 13 T r a t a m ie n t o p s ic o p e d a g ó g ic o
de aprendizaje en la escuela.
Inevitablemente estos padres (tanto como el docente)
tienen alguna “teorí^” o “idea previa” acerca de la naturaleza
(origen o motiva :ión) del problema que presenta el niño: Por
ejemplo, los padres pueden manifestar que rio les extraña
esta derivación dado que siempre notaron cierta inmadurez
en su hijo; asimismo quizás atribuyan esta inmadurez a uno
o varios factores (celos del hermano, un problema orgánico
que sufre o padeció de chico, tipo de personalidad, etcétera).
En el otro extremo, en cambio, pueden atribuir la dificultad
escolar a las características del docente (“es una maestra exi
gente para estar con chicos tan chicos”, “no tiene paciencia”,
“explica para los que entienden y deja a los lentos de lado”).
Cualquiera sea la teoría o punto de vista de los padres o
del docente, lo que es importante señalar es que se trata de
ideas previas relevantes en un doble aspecto:
L las ideas respecto de la naturaleza y origen del problema per
miten entender los comportamientos de los padres y del
docente respecto del problema (por ejemplo, retarlo cuando no
entiende, explicarle reiteradamente un mismo tema, tenerle
paciencia, ponerle penitencias, etc.) y los sentimientos respec
to del problema (impotencia, enojo, angustia, pena, frustra
ción, etc.). ; ,
2. puede suceder que las ideas previas del docente y/o los padres
sean considerados por el terapeuta, a partir del diagnóstico,
como “erróneas”, en el sentido que, desde un punto de vista
sistémico, no hacen más que mantener el problema o bien
puede tratarse de ideas definitivamente desacertadas (por
ejemplo, pensar que el niño no trabaja en clase por capricho y
concluir por el diagnóstico que no lo hace porque sus esque
mas son insuficientes en ese área). Se establece así un’circui
to interaccional disfuncional. También puede suceder que el
criterio de padres y/o docente coincida con el del terapeuta. En
ambos casos, el psicopedagogo deberá basar su intervención
en las ideas previas de padres o docente ya sea para tomarlas
como apoyo a su intervención o para modificarlas, constru
yendo con ellos (co-construyendo) visiones alternativas (nue
vas ideas) acerca del problema con el objetivo de que de éstas
se desprendan nuevos comportamientos y sentimientos.
La P.E.I toma premisas de modelos teóricos cuyas ideas nos
A m jt r a n o / R o t h e r 14 PSICOTECA EDITORIAL
re s u lta ro n esclarecedoras p a ra n u e stro trabajo: la teoría sistém i-
ca, el enfoque psicogenético, la te o ría del aprendizaje de VYGOTSKY
así como aportes de la psicología cognitiva desde el modelo de pro- (
cesamiento de la información.
E l enfoque sistémico de las relaciones humanas, y específi- I
camente el modelo estratégico de Palo Alto, orientan nuestra
acción cuando consideram'os que debemos intervenir sobre con I
ductas comunicacionales disfuncionales entre las personas «
(padres-niño, padres-docente, niño-docente, etc.). Como se verá
más adelante, es el enfoque elegido para el abordaje terapéutico ü
de las relaciones interpersonales, aspectos diagnosticados como
«
“in teracción ales" en un problema escolar.
E l enfoque psicogenético guía nuestra mirada cuando cree- #
mos que la intervención debe orientarse hacia la relación entre
el niño y el objeto de conocimiento.
Finalmente, la importancia que VYGOTSKY ha otorgado a £
la intervención del adulto en los aprendizajes de los niños,
nos ha llevado a considerar relevantes para nuestro trabajo
las ideas de este autor a la hora de plantearnos objetivos para
cada niño en un tratamiento. Los conceptos vygotskianos de *
zona de d esarrollo p róxim o — de ahora en adelante
Z.D.P.— e in te m a liza c ió n nos han resultado de suma utili
dad por la luz que arrojan sobre los procesos de aprendizaje
sistemáticos. Guiadas por estos conceptos evaluamos el desa
rrollo efectivo o real del niño sobre un área en particular del r
conocimiento (lo que es capaz de hacer en forma indepen
diente). A continuación evaluamos el desarrollo potencial del
niño respecto de ese mismo área, es decir, lo que es capaz de *
hacer con nuestra ayuda o con la de un par más capaz en ese
dominio. Finalmente reproducimos ese tipo de ayuda que per
mitió un progreso buscando que se generalice a otras sitúa-
ciones y contextos posibles de aprendizaje.
En relación con los aportes de la Psicología Cognitiva, pode
mos decir que el enfoque cognitivo en general, dado su interés en 0^
los procesos centrales — estudiados según la analogía de la
mente con el software o metáfora del ordenador— resulta de ■0^
interés para un modelo que, como el nuestro, se preocupa tanto .
por las representaciones que orientan las interacciones entre las
personas como por las que construye el niño en relación al obje
to de conocimiento. Los estudios realizados por los psicólogos
cognitivos acerca de la memoria o resolución de problemas, por
A m it r a n o / R o t h e r 16 PS1COTECA EDITORIAL
Por lo tanto, lo que es importante recordar sobre las teorías
es que pueden mostrar aspectos distintos de la misma realidad.
Son metáforas o descripciones creadas por los seres humanos
sobre cierta área de su experiencia con un fin determinado.
Los modelos teóricos en que sustentamos el tratamiento psi-
copedagógico, mantienen entre sí relaciones que dan coherencia
interna al abordaje terapéutico. Hemos denominado P.E.I. a esta
red de modelos interconectados que permite un abordaje eficaz de
los problemas escolares. Las diferencias entre los modelos se rela
cionan con los diferentes objetivos con que fueron creados o con las
variables que toma en cuenta cada uno; estas diferencias permi
ten intervenciones específicas según la necesidad particular de la
consulta. Las convergencias entre ellos se encuentran en sus
supuestos epistemológicos y se pueden sintetizar en que todos son
de naturaleza cognitiva y constructivista.
Efectivamente, tienen en común la relevancia que otorgan a
los procesos mentales como fuente de la interpretación que hace el
hombre del mundo. Tanto la teoría sistémica como los planteos
de P i a g e t , V y g o t s k y y la psicología cognitiva conciben al hom
bre como un otorgador de significados. Esto es lo que justifica,
desde nuestra perspectiva, interconectarlos bajo el marco teórico
de la P.E.I.
Por lo antedicho diferenciamos el"terreno“ o el mundo, de los
“mapas” que el hombre construye de ese mundo. Es sobre los
"mapas de mundo" de nuestros consultantes donde nos propone
mos intervenir.
Si el foco de la intervención debe ser la variable intelectual
del niño, una será la metodología, basada a su vez en cierta teo
ría que la sustenta. En el modelo de la P.E.I. el método por exce
lencia será el método clínico tanto para interrogar la concepción del
niño sobre un objeto de conocimiento como para intervenir sobre
esta concepción. Aquí encontramos la perspectiva y metodología de
la escuela de Ginebra. Para decidir hacia dónde intervenir, compa
ramos el desarrollo real del niño (su desempeño independiente en
una tarea) con el desarrollo potencial (su desempeño en esa misma
tarea mediando la intervención á través del método clínico mencio
nado). Dicho desarrollo potencial nos indicará el camino a seguir en
el tratamiento psicopedagógico: aquello que el niño logre realizar
con nuestra ayuda o la de sus pares en el grupo de tratamiento, será
lo que nos propondremos que logre en forma autónoma posterior
mente. De ésta manera buscaremos que el desarrollo potencial se
PSICOTECA EDITORIAL 17 T r a t a m ie n t o p s ic o p e d a g ó g ic o
transforme en desarrollo efectivo a partir de la intervención en la
ZDP del niño. Aquí se observa la influencia de la preocupación
vygotskiana por el papel del adulto en las producciones del niño.
La analogía con lk computadora propia del modelo cognitivo
del procesamiento de la información nos posibilita intervenir desde
micromodelos muy detallados para aquellos procesos que los psicó
logos cognitivos han estudiado experimentalmente. Los aportes del
modelo de procesamiento de la información, nos resultan de utili
dad, para abordar temas específicos como son los objetivos cogniti
vos en los tratamientos psicopedagógicos. En particular, nos servi
mos de las investigaciones sobre los procesos de memoria y razona
miento. Por esta razón, no se incluirá una reseña sobre este mode
lo en la presente introducción teórica.
E n el caso de que la variable familiar o de la institución
escolar sean consideradas de relevancia en el mantenimiento del
problema, el foco de la intervención psicopedagógica se desplazará
desde el niño hacia sus relaciones con las personas que lo rodean.
Esto, a su vez, requerirá, para su efectivización, de un marco teóri
co específico del que se desprendan procedimientos terapéuticos
concretos. En nuestro caso se trata de la teoría sistémica y, especí
ficamente, del modelo sistémico de Palo Alto.
Los modelos en los que se basa la Psicopedagogía Estratégico-
Interaccional (P.E.I) fberon creados para dar respuesta a distintas
problemáticas, desde consultas psiquiátricas hasta la pregunta acer
ca de cómo conoce el hombre. Dado que la consulta psicopedagógica
y específicamente los problemas escolares incluyen ciertos aspectos
de todas estas problemáticas, requieren de un marco conceptual
suficientemente abarcativo. Al mismo tiempo, hemos podido
comprobar que I oí- problemas escolares son de un nivel de
especificidad tal que implican orígenes, protagonistas, circuitos
ínter acciónales, soluciones y pronósticos relativamente constan
tes y predecibles. Esto último es lo que nos ha llevado a crear un
enfoque específico id que denominamos P.E.I.
La elección de los modelos, descriptos a continuación, se ori
ginó en las necesidades que nos presentaban las consultas acer
ca de niños con dificultades escolares. Su implementación data
de 1988 y ha sufrido modificaciones en la búsqueda de una
mayor eficacia en el contexto cambiante de la realidad.
A j i i t b a .n o / R o t h e r 18 PSICOTECA EDITORIAL
La psicología genética
(*) L a s a c o ta c io n e s en le tr a c u rsiv a p e r te n e c e n a la s a u to ra s . -.
PSICOTECA EDITORIAL 19 T r a t a m ie n t o p s ic o p e d a g ó g ic o
3. E l aprendizaje es un proceso de reorganización cognitiva
(inteijuego de asimilación y acomodación). Este proceso de
autorregulación es lo que la teoría piagetiana denomina
Equilibracion.
4. Las contradicciones y conflictos cognitivos son el motor
del desarrollo y, por lo tanto, del aprendizaje. Cuando un
sujeto se encuentra ante una contradicción, es decir, cuando
sus esquemas de asimilación son insuficientes para entender
la realidad que se le presenta, puede reaccionar de tres
maneras según la relación entre su nivel de desarrollo cog-
nitivo y la complejidad del problema.
5. A saber (P i a g e t , 1978):
a) conductas alpha, donde la regulación de la perturba
ción no se traduce en un cambio del sistema cognitivo del
sujeto, ya sea porque la perturbación es muy leve y puede ser
corregida sin modificar el sistema o porque, siendo fuerte, se
ignora o no se considera como perturbación;
b) conductas beta, donde se modifican los esquemas fren
te a la perturbación. Se enfrentan las dificultades dando
lugar a una conducta nueva y adaptada al problema;
c) conductas gamma, donde el sistema cognitivo puede
anticipar las posibles contradicciones. Son las más evolucio
nadas.
Solamente las conductas beta y gamma permiten el apren
dizaje porque en ambas se produce una reorganización del
conocimiento.
6. La toma de conciencia es condición necesaria pata que se
ponga en marcha el proceso de elaboración mencionado.
7. Para reorganizarse y lograr reequilibradones maximizadoras
es preciso que el sujeto realice abstracciones reflexivas, gene
ralizaciones, diferenciaciones y otros procesos de elaboración.
8. La interacción social favorece el aprendizaje sólo en la medi
da en que produce contradicciones en los sujetos, debido a la
necesidad de coordinar perspectivas y entender el punto de
vista del otro.
E l p a p el que se otorga a la in te ra cció n so cial es u n o de los
p u n to s que m arca diferen cias en tre la posición p ia g e tia n a y la fo r
m u la c ió n de V y g o t s k y que de ta lla m o s a con tin uación.
A m it r a n o / R o t h e r 20 p s ic o t e c a e d it o r i a l
La formulación de Vygotsky
PSICOTECA EDITORIAL 21 T r a t a m ii n to p s ic o p e d a g ó g ic o
Examinaremos dos de los muchos fenómenos que V y g o t s k y
analizó con relación a ella: por un lado la intemalización y por
otro la zona de desarrollo próximo.
In te m a liz a c ió n »
L a Z o n a d e d e s a r r o l l o p r ó x i m o (Z D P )
A m it r a n o / R o t h e r 22 PSICOTECA EDITORIAL
m
m
m
’M
de la resolución independiente de problemas” y el nivel más eleva
do de “desarrollo potencial tal y como es determinado por la reso- H
lución de problemas bajo la guía del adulto o en colaboración con ,
sus iguales más capacitados” (VYGOTSKY, 1978). ®
Introdujo esta noción en un intento por resolver los proble- ^
mas prácticos de la psicología de la educación: la evaluación de las
capacidades intelectuales de los niños y la evaluación de las prác- $
ticas de instrucción.
En lo que al tratamiento psicopedagógico se refiere considera m
mos especialmente útil la noción de ZDP relacionada con la eva
luación de las prácticas de instrucción. V y g o t s k y consideró una
relación específica entre desarrollo e instrucción. Desde su punto de 4É
vista “desarrollo e instrucción no coinciden directamente, sino que
representan dos procesos que coexisten en una interrelación muy m
compleja. Por un lado la instrucción crea la ZDP. Pero decir que un i¡g|
niño puede hacer más cosas cuando colabora con un adulto no quie
re decir que el nivel de desarrollo potencial sea arbitrariamente supe- ^
ñor. E l niño puede operar dentro de ciertos límites que le impone su
m
desarrollo y posibilidades intelectuales. A partir de aquí, la ZD P se
determina conjuntamente por el nivel de desarrollo del niño y la gp
forma de instrucción implicada; no es una propiedad ni del niño ni
del funcionamiento interpsicológico por sí solo” (VYGOTSKY, 1934a.
E n W e r t s c h , 1988). ^
Al considerar las formas específicas de instrucción VYGOTSKY dice:
m
“L a in str u cció n s o la m e n te e s p o s itiv a c u a n d o v a m á s
a l l á d e l d e s a r r o llo . E n to n c e s d e s p ie r ta y p o n e en m a r c h a
t o d a u n a s e r ie d e fu n c io n e s qu e, s it u a d a s en la ZD P, se
e n c u e n t r a n en p r o c e s o d e m a d u r a c ió n . A s í e s co m o la in s
tru c c ió n d e s e m p e ñ a un p a p e l im p o r ta n te en el d esarro llo " .
(Vygotsky, 1 9 3 4 a . E n W e rts c h , 1 9 8 8 ).
PSICOTECA EDITORIAL 23 T r a t a m ie n t o p s ic o p e d a g ó g ic o
su cumplimiento, una estrategia de intervención psicopedagógica
adecuada para lograr la colaboración de padres y docentes. Este
tipo de estrategia se especifica en el Capítulo 4.
L& ZDP nos muestra qué necesita ese niño en ese contenido
específico para optimizar la utilización de las herramientas cogni-
tivas con las que cuenta. Se trataría de la Zona de desarrollo pró
xima de ese niño en esa tarea específica. Basándose en las ideas
de V y g o ts k y , B runer (1 9 8 4 ) acuñó el término “andam iaje"
para referirse a las conductas de los adultos destinadas a
posibilitar la realización de comportamientos, por parte del niño,
que estarían más allá de sus capacidades individuales considera
das de modo aislado. Los andamiajes serían, la estructuración que
los adultos hacen de las tareas para facilitar el aprendizaje de los
más jóvenes.
El concepto de ZDP y de andamiaje nos ayudan a delimitar
la diferencia entre lo que el niño es capaz de hacer sólo o espontá
neamente y lo que puede lograr mediando una intervención espe
cífica adecuada. Posteriormente a la mediación del adulto o pares,
observaremos si hubo cambios en distintas categorías que, en el
Capítulo 3, relacionaremos con el aspecto cognitivo, a saber: repre
sentaciones, simbolizaciones, procedimientos y utilización de la
información ofrecida en la interacción mediadora.
A su vez este concepto nos llevó a observar y estudiar los pro
cedimientos del psicopedagogo que se mostraban más adecuados
para favorecer el pasaje desde el nivel de desarrollo efectivo al
potencial.
A m it r a n o / R o t h e r 24 PSICOTECA EDITORIAL
ñas y los atributos son sus conductas comunicación ales.
Los individuos pueden ser vistos comc elementos de un
sistema y las familias, la escuela, y los distintos grupos de los
que forma parte un individuo, pueden ser tratados como sis
temas o subsistemas de sistemas más amplios. Por ejemplo,
si se considera a la familia como un sistema los padres pue
den ser vistos como un subsistema del mismo. Si, en cambio,
consideramos a una comunidad como un sistema, una familia
puede ser a su vez un subsistema de éste.
Basándose en la teoría general de los sistemas se desa
rrollaron modelos psicoterapéuticos diferentes. Estos mode
los sistémicos comparten varias premisas ( C a s a b i a n c a y
HlRSCH, 1 9 8 9 ):
• “La conducta de todo individuo es función de la con
ducta de otros individuos con los que mantiene rela
ciones. Por ende, si el comportamiento de alguno de
ellos se altera, también cambiará el del primero (siem
pre dentro de los márgenes de su potencia personal).
• Los individuos que mantienen relaciones más o me
nos estables pueden ser vistos como miembro de un
sistema.
• Los miembros de un sistema significan sus conductas.
• Las conductas en un sistema se organizan en torno
de dos ejes: interdependencia y jerarquía.
• Todo sistema puede ser visto desde la óptica del inter-
juego de dos tendencias opuestas: a favor del cambio y
a favor de la estabilidad.”
P S IC O T E C ¿ E D ITO R IA L 25 T r a t a m ie n t o p s ic g p e d a g ó g ic o
eos las p rem isas m en cion ad as a n te rio rm en te . P a r a s in te tiz a r en
qué se d iferen cia de ellos nos rem itirem os nu evam ente a la sínte
sis realizada por C a s .\bianca y H ir sc h (1 989):
PSICÜTECA EDITORIAL 27 T r a t a m ie n t o p s ic o p e d a g ó g ig o
to (el paciente) o para los demás.
C. Se informa que el paciente o que los demás han realizado es
fuerzos para detener o modificar esta conducta, pero que no
han tenido éxito.
D. E n consecuencia el paciente o los otros implicados buscan la
ayuda del terapeuta para cambiar la situación que no han si
do capaces de revertir por si solos.
Esta es la concepción de los problemas que subyace a la
terapia desde el modelo de Palo Alto. La manera en que se lle
van adelante estas premisas a través de la terapia ha sido cla
ramente ilustrada por los autores mencionados. Asimismo, en
nuestro país, C a s a b i a n c a y H i r s c h (1989) recrean y enriquecen
dicho modelo ofreciendo un modo de codificación del proceso
terapéutico.
A m it r a n o / R o t h e r 2a PSICOTECA EDITORIAL
lucradas en la consulta, a aquella que está más p reocup a
da y que, al mismo tiempo, tenga m ás poder, en el sentido
de jerarquía, para hacer algo respecto del problema. El que
más afectado se sienta por el problema, es quien estará en
mejores condiciones de colaborar en su resolución. Esto se
debe a que será el más motivado. Por lo tanto se intervendrá
con más intensidad en aquel subsistema que cumpla estas
dos características, si bien no se descuidará a los subsistemas
restantes.
La P.E.I. es un modelo c o n s t r u c t i v i s t a , porque entien
de que el niño conoce a partir de sus esquemas interpretati
vos, a través de una actividad intelectual que se apoya en sus
ideas previas respecto de aquello que conoce. Cuando el niño
se desempeña con esquemas insuficientes para los contenidos
que le requiere la escuela, la intervención psicopedagógica
estará orientada a permitir una progresiva resignificación de
los objetos de conocimiento en cuestión. Buscará, de esta
manera, que se produzcan aprendizajes significativos. Esto
se describirá, más adelante, como intervención sobre el
a s p e c to c o g n itiv o .
Asimismo, se considera que el adulto también conoce a
través de sus esquemas interpretativos. Por ello, la interven
ción terapéutica orientada a los subsistemas conformados por
miembros adultos (padres, docentes,"etc.) partirá de sus cre
encias o ideas previas. En efecto, todas las conductas de las
personas tienen su raíz en alguna teoría c creencia que las
justifica, en tanto representaciones personales de la realidad.
Según A. R o b b in s (1987) las creencias serían planteamientos
preformados y preorganizados de la percepción, que filtran de
una manera coherente nuestra comunicación con nosotros
mismos. E n este sentido, la dirección o estrategia terapéuti
ca elegida, será aquella que permita desactivar las conductas
comunicacionales disfuncionales sustentadas en estas ideas
previas. Estas intervenciones se describirán más adelante
como pertenecientes al d o m in io i n t e r a c c i o n a l .
Es un modelo i n t e r a c c i o n a l , porque entiende que los
problemas no están en las personas (el niño, sus padres, el
maestro), sino e n t r e la s p e r s o n a s o entre un niño y un obje
to de conocimiento. Vale aclarar que la relación entre el niño
y el conocimiento será categorizada, en este trabajo, como
perteneciente al dominio de lo cognitivo, en tanto que lo rela
PSICOTECA EDITORIAL 29 T r a ta ;¿ ie n t o p s ic o p e d a g ó g ic o
tivo a las relaciones entre las personas pertenecerá al domi
nio de lo interaccional.
En este sentido toijlo problema puede ser expresado como
un circuito de interacción entre las personas intervinientes.
Dicho circuito constituye una aproximación diagnóstica, que
da cuenta de qué conducta de quién “desencadena la conduc
ta problema y qué comportamientos de quiénes siguen a ésta
con el propósito de solucionarla; se trata de identificar este
ciclo autoperpetuante” ( C a s a b l a n c a y H i r s c h , 1989). A partir
de este circuito, el terapeuta puede visualizar dónde podría
“cortarlo”, lo cual constituirá el objetivo terapéutico.
A su vez, las características e s t r a t é g i c o e i n t e r a c c i o
n a l del modelo se ponen de manifiesto en la manera en que
se hace uso de l a información anteriormente mencionada,
para C O -C O N S T R U IR con e l consultante ( C a s a b l a n c a y
H i r s c h , 1989):
1. un p r o b l e m a s o l u c i o n a b l e ,
2. una m e t a alcanzable en un plazo de tiempo y
3. nuevas s o l u c i o n e s .
Con “co-construcción” nos referimos al proceso por el cual
el terapeuta interactúa con los consultantes con el objetivo de
acordar explícitamente:
1. qué es exactamente lo que piensa que debe modificarse
(co-constracción del motivo de consulta);
2. qué indicio se tomará para evaluar que los cambios se han
comenzado a dar en la dirección deseada (co-construcción
de una m e t a E i í n i m a ) y
3. cuáles son las acciones alternativas para alcanzar esa meta,
diferentes a las ensayadas hasta el momento de la consulta
dado que, según el concepto de circuito autoperpetuante, no
hicieron más que mantener el problema.
A m jt r a n o / R o t h e r 30 PSIC O T EC A ED ITO R IA L
como la meta alcanzable y las soluciones nuevas, son ítems
que el terapeuta no podrá trabajar si desatiende el significa
do que los consultantes otorgan a éstos. Co-construir es crear
nuevos significados que conduzcan a visiones nuevas y, por lo
tanto, nuevas acciones.
C la s ific a c ió n d e los p ro b le m a s
Hemos clasificado los problemas escolares en problemas de
tres tipos '*’(KELMANOWicz, 1996). Paira esto nos basamos en su
forma de manifestación y mantenimiento. Como todos los inten
tos de clasificación de los fenómenos, se trata de un instrumen
to de organización de los mismos que sirve para entenderlos y
poder operar sobre ellos. Por lo tanto tomamos esta clasificación
con un criterio flexible.
La clasificación propuesta es la siguiente:,
1. P rob lem as interaccionales: se manifiestan en la con
ducta del niño en la escuela o en la casa y la escuela al
mismo tiempo. Incluimos trastornos de conducta donde
se ve agresión, inhibición, distracción, desinterés, pasi
vidad, falta de integración al grupo de pares, problemas
para aceptar límites, etc. Estos problemas, se mantienen
como consecuencia de las soluciones intentadas por las
personas, para hacer frente al problema. De esta mane
ra se generan circuitos autoperpetuantes de comunica
ciones disfuncionales;
2. P rob lem as cognitivos: se generan v se mantienen por
un déficit en el nivel cognitivo del niño. Dicho déficit se
diagnostica en relación con las categorías que se desa
rrollan en .el Capítulo 3, a saber: representaciones, sim
bolizaciones, procedimientos, información que utiliza,
desempeño pedagógico y nivel estructural. Los proble
mas cognitivos se manifiestan en el aprendizaje de los
contenidos escolares por no adquisición de esos cono-
A m it r a n o / R o t h e r 32 PS1COTECA EDITORIAL
zará con intervenir a través del miembro más preocupado y con
jerarquía suficiente para influir en el sistema.
Los pi'oblemas cognitivos y mixtos se abordarán especí
ficamente a través de tratamiento psicopedagógico requiriendo
la perspectiva de todos los modelos teóricos descriptos en la pre
sente introducción. Según sea el foco de nuestra intervención
apelaremos a uno u otro. Por otro lado distinsnimos etapas de
intervención diferentes en uno u otro tipos de problema.
El problema m ixto requerirá indefectiblemente una prime
ra etapa de trabajo sobre el aspecto interaccional (el desinterés,
el rechazo, etc.). Se apunta primero a lograr cambios actitudina-
les en el niño, dado que observamos que éstos repercuten favo
rablemente en él y su entorno, generando una mejor predisposi
ción hacia las intervenciones sobre los aspectos cognitivos. Las
intervenciones específicas que se utilizan en estos casos se des
criben en los Capítulos 3 y 4 y se ejemplifican en la ilustración
del modelo a través de un caso clínico (Capítulo 5).
En el problema cognitivo, al no ser los aspectos interacciona-
les los que mantien el problema, la intervención psicopedagógica se
puede orientar directamente al componente cognitivo, es decir, a las
herramientas intelectuales del niño.
« En síntesis, para abordar (diagnosticar y tratar) los problemas
escolares, “interrogamos” a los distintos modelos teóricos descrip
tos, con el fin de obtener instrumentos adecuados a nuestro fin.
De esta manera, en lo que se refiere al tratamiento psicope
dagógico, cuando diagnosticamos un problema como interac
cional, el modelo sistémico de Palo Alto nos permite discrimi
nar con quién o quiénes intervenir y cómo hacerlo.
Cuando el problema reviste las características de “cogniti
v o ”, la Psicología Genética nos orienta.acerca d 2 dónde necesita
el niño que intervengamos. En qué dn acción resulta más conve
niente de acuerdo con el desarrollo potencial del niño, lo hace el
concepto vygotskyano de Zona de Desarrollo Próximo. Este últi
mo cóncepto orienta sobre el tipo de ayuda que deben proporcio
nar al niño los adultos que lo rodean. A su vez" el modelo estra
tégico de Palo Alto, nos permite encontrar el modo más adecua
do de lograr que los adultos hagan efectiva esta ayuda al niño.
Este modelo proporciona las técnicas precisas para influir tera
péuticamente en ias interacciones.
En los problemas mixtos, donde se interviene tanto en los
PSICOTECA EDITORIAL 33 T r a t a m ie n t o ps ic o p e d a g ó g ic o
aspectos cognitivos como interaccionaies, requeriremos de los
aportes evaluados como necesarios tanto para los problemas
interaccionaies como cognitivos.
En el próximo capítuío comenzaremos a caracterizar el tra
tamiento psicopedagógico y sus objetivos. Asimismo planteare
mos nuestra posición en relación al lugar de los contenidos esco
lares y el juego, dentro del tratamiento.
Caracterización
P S IC O T E C A ED ITO RIA L 37 T r a t a m i e ^t o p s i c o p e d a g ó g i c o
160 T R A T A M IE N T O P S IC O P E D A G Ó G IC O
L A IN C L U S I Ó N D E L A FA M ILIA
E N L A C L ÍN IC A P S IC O P E D A G Ó G IC A
Marta Caballero
La familia
[...] deben efectuar algún modo de córte que reduzca el peso significativo
de las familias de' origen, esto permite una transcripción transformadora, la
historia se singulariza y se conforma, de lo contrario la repetición de los víncu
los inconcientes de origen parece a veces fatal, es imposible evitarlo, muchas
veces de allí deviene algo mortífero que impide todo crecimiento v desarro
llo. .
Tenemos entonces una teoría que implica trabajar con una historia
transgeneracional (de por lo menos tres generaciones). Es a través de nues
tro encuentro con ella que el síntoma, su significación, adquirirá una nueva
dimensión, nuevos sentidos aparecerán.
Al contactarnos con la historia de las generaciones que preceden a nues
tros pacientes muchas veces su fracaso en el aprendizaje cobra una nueva
perspectiva. Descubrimos a través de esta historia pasada cuánto de ella se
encuentra aún presente sin posibilidad de modificación.
LA IN C L U S IÓ N DE LA F A M IL IA E N L A CLÍN ICA P SIC O P E D A G Ó G IC A 163
Recuerdo una entrevista familiar a la que concurre una madre con cinco
de sus siete hijos. El padre había fallecido años atrás. Consultan por el hijo
menor, Adolfo, 10 años, quinto grado, quien tiene dificultades en su aprendizaje.
La madre al iniciar la entrevista presenta a la familia diciendo: "Nosotros
somos de los...”. Dice un apellido que desconocemos y que aparentemente
deberíamos conocer, nos sorprende en ese momento que este apellido no
se corresponde con el que tenemos registrado; sin embargo, no pregunta
mos, dejamos transcurrir la entrevista.
Relatan reiteradas migraciones, la muerte del padre, las separaciones de
los hijos. Todos los hijos pardcipan activamente de esta difícil reconstrucción.
Casi al finalizar la entrevista la madre comenta: “M i padre es un arquitecto
muy conocido, mi hermana lo es también". Nombra aquí nuevamente el ape
llido que los presentó, que es el suyo de soltera pero no el de sus hijos.
En este momento Adolfo comenta: "Es difícil alimentar a siete personas,
nosotros comemos pan y eso, nada más. Los domingos vienen los abuelos ma
ternos. Tenemos que comprar comidas ricas porque vienen nuestros abuelos".
Este recorte de la entrevista muestra, sin velos y de forma impactante, la
ausencia de cortes con la familia de origen materno; el pasado no es tal, es pre
sente. Hay que sostener este apellido y esta imagen, no importa a qué costo.
Hay que sostener esta discursividad que impone ser alguien muy especial.
Las dificultades de Adolfo se referían a su imposibilidad de poder poner
por escrito sus ideas. Decía el informe escolar que el niño participaba acdva
mente en las clases con muy buena producción verbal. Sin embargo, al te
ner que plasmar sus ideas por escrito, llamaba la atención la pobreza de su
producción.
Retomando los conceptos anteriores en el proceso de constitución de un
nuevo grupo familiar, el hombre deberá hacer un primer corte en lo simbó
lico, deberá separar a su mujer de su familia de origen y separarse de la pro
pia, pero las marcas de origen siempre quedan y aquello no elaborado
retornará.
La clínica
Este rico extracto de una entrevista nos permite elaborar hipótesis y pre
guntas. Durante la misma nos preguntábamos: ¿De quién nos habla esta
mamá? ¿De las hijas, de cuál, de ella misma? ¿Qué sucede que no se alude a
una diferencia, que no hay un espacio para la individualidad? ¿Qué expresa
cada una de las niñas? Lo que nos queda claro es que la mamá no está pre
parada para tolerar las diferencias: “N o hace bien que una sí y la otra no.”
^•Cuántos temas complejos se nos presentan, cómo ligarlos y pensarlos para
entender a esta familik?
A través de esta entrevista se nos devela también la posición diferente de
cada una frente al cuestionar, a la duda y a la pregunta. Parece que Laura no
tiene necesidad de obturar y cerrar aquello que no sabe. Aún puede pregun
tar aunque no tenga respuestas. Alejandra asume una posición muy diferen
te, no cuestiona la estructura familiar donde el mensaje subyacente es “no
preguntes, aún no estás preparada para saber”. Acalla sus inquietudes y ob
tura con hipótesis cerradas su posibilidad de saber.
¿Qué relación existe entre el crecimiento y el saber? Aquí la hipótesis fa
miliar es que solo hay un lugar para ello puesto en el futuro, mientras tanto
hay que acallar. Laura, sin embargo, cuestiona esta creencia y habla de su
necesidad actual de obtener respuestas.
Más adelante nos impacta descubrir la historia que precede a estas niñas,
la repetición que se opera, esta mamá también perdió a su mamá y parece
haber acallado por años su posibilidad de asociar, de pensar. En esta historia
es muy claro aquello no elaborado que retorna.
Indicamos abordaje psicopedagógico para .Alejandra, a Laura no le indi
camos tratamiento.
¿N o era también esta indicación una forma de marcar la diferencia y de
comenzar un camino de discriminación? También indicamos la realización
de una orientación a los padres, para que por via de la resignificación de la
historia/no se culpabilice el saber... que se abra el camino para las renova
das preguntas v también un espacio para que la diferencia sea reconocida v
aceptada.
Caso clínico
Bibliografía
Silvia Lederm an
1. Este texto resu lta de c o rre g ir la d e sg ra b a ció n de la in terv en ción que realicé d u ra n te las
Jo r n a d a s de la R ed N acio nal de P sico p e d a g o g ía . D ecid í m a n ten er el to n o coloq u ial, ya q u e fue
el qu e tuvo en aq u ella o casió n . C o n serv a d e esta m a n era su carácter casi “in form al", y re cu p e ro
así la sen sación de d iálo go y de e n c u e n tr o q u e tuve aquel día. Es posible e n c o n tra r en la m ism a
c ie rto d eso rd en q u e m arca el én fasis q u e fui p o n ien d o en algunas ideas, en fu n ció n de las m i
radas y los clim as q u e se fu ero n c re a n d o .
250 T R A T A M IE N T O P S IC O P E D A G Ó G IC O
T r a ta m ie n to g ru p a l p s ic o p e d a g ó g ic o
¿ Quiénes somos ?
E s p e c i f i c i d a d e s e n r e l a c i ó n c o n e l t r a b a jo c o n c r e t o
Entonces busco otra manera de decir, de hablar del lugar del otro, de la
especularización y la diferenciación. Narro una escena clínica.
Las nenas Mariela y Elena están sentadas una al lado de la otra, hamacan sus
piemitas coordinada y acompasadamente por debajo de la mesa, las dos tienen zapa
tillas rojas, hoy. Cuando se le pregunta a Elena al comenzar la sesión: "t Cómo estás ?”,
Mariela se apresura a contestar por ella. “Bien, está bien”.
La terapeuta se hace una pregunta: ¿por quién contesta Mariela? ¿Por Elena o
por una duplicaáón igualita de Mariela? ¿Ocasión de qué es Elena para Mariela que
se apresura tanto y contesta ?
A llí se escucha una intervención: “ Ey, Mariela juega a contestar por Elena, juega
a que sabe sobre Elena".(Intervención que ensaya singularizar aspectos de especu
larización.)
“Es que soy su mellizo ' agrega Mariela. ¿ “Melliza ” en el diccionario de Mariela en
este momento será: “igualita”, “que le pasa lo mismo que a mí”, “idéntica especular”?
Se le pregunta a Elena, que es hermana melliza, y que tiene varios hermanos y her
manas, entre ellos otra pareja de mellizos, ¿Cómo es ser melliza, Elena ?
Y ¿¡quién sigue!?, Mariela que contesta: “Son iguales, hacen lo mismo, tienen la
misma edad ”.
Elena deja que hablen por ella. Se sonroja, se sonríe. ¿Se ofrece de espejito? /i eso
sabejugar, parece que lojuega afuera.
La terapeuta detiene allí la escena y vuelve a dirigir la pregunta a Elena, la invita
a decir: “Elena, ¿cómo es ser melliza?”.
Sonrojada, cabizbaja y en voz casi inaudible Elena dice: “Iguales no, no somos
iguales
Algo del encanto se rompe.
Levanta su cabeáta y decide seguir contando. So sabe cuándo nació ella, pero sí
sabe que los mellizos chiquitos son menores, que nacieron después. Y en su decir apare
ce ahora una serie indiferenciada de ellas, hermanas de edades parecidas, Leticia,
Natalia, otra.
En ese punto, Mariela que la escucha atentamente U pregunta: “¿Ah, pero quién
de todas esas que nombrás es tu melliza ? ¿ Todas?”.
Mariela no sabe sobre Elena y por eso le pregunta. Mariela pudo escuchar una
confusión indifeienciada de hermanas y esto le abrió un enigma. Una confusión en
Elena es la oportunidad para una pregunta de Mariela.
Esta situación clínica entrelaza el relato con la particular escucha del te
rapeuta, que no ubica aquí al grupo como una esencia, o una unidad sino
que destaca en la escena general que se produce en situación grupal, la po
sición de cada uno. El grupo es concebido por nosotros como un proceso
donde se procura que los movimientos identificatorios puedan ser vistos como
254 T R A T A M IE N T O P S IC O P E D A G Ó G IC O
T r a b a ja r c o n c u a d e r n o s e n s e s ió n C i t . ¿ -
q u e este m aterial n o es solo un lugar para producir, sino que establecen con
el cu a d ern o una m an era particular de relación fo rm al, que tienen con él un
trato singular, qu e es repetitivo y propio de cada n iñ o , y en el que se regis
tran diferencias significativas a lo largo del proceso del tratam iento.
L lam é a este uso “uso m anip ulatorio” y sus ind icad ores en el caso de es
tos niños son: a rra n c a r hojas, borrar, pasar hojas en blanco, rayar, tirar su
cu ad ern o , deslizar su cuaderno por la mesa y por su cu erpo. Considero que
estos son in d icad ores claros de anulación, descarga impulsiva, lentificación
de la p ro d u cció n . Es lo que h acen estos n iñ o s cu a n d o se Ies pide que
grafiqu en , escriban , utilicen ese espacio.
Resulta significativa la dism inución en la frecu e n cia de aparición de es
tas pautas d e “uso m anip ulatorio” a pardr del sexto m es de tratam iento. A
m edida que disminuye el uso manipulatorio, aparecen y aumentan en su fre
cuencia las pautas de otro uso, al que llamé “uso productivo o instrumental”.
Las pautas que caracterizan a este uso son: buscar en su cuaderno un dato
q u e el n iñ o necesita, autocorregirse esp on tán eam en te, recapitular, confron-
,ar, ejem p lificar gráficam en te, transm itir m ensajes p o r escrito dirigidos a
algu ien del grupo, am pliar su producción esp on tán eam en te, co n feccion ar
u n a carátula por propia iniciativa o crear un cód igo de idendficación de su
-u ad ern o .
S e pu ed e afirm ar, entonces, que el co n ju n to de los niños despliega una
q;ama mayor de estrategias al servicio de su p ro d u cció n , a través de la in ten
sificación del uso producdvo.
En síntesis, los usos que hacen los niños del cuaderno en sesión lo señalan como
-’n soporte material, como un espacio donde se dejan huellas objetivables de una mo
dalidad singular de relación con el aprendizaje.
¿Podríam os considerar el cuaderno en sesión un escen ario donde el niño
''.rigiría y protagonizaría su problem ática?
El uso productivo muestra tam bién algo de la Junción del cuaderno (desta
cam os la función del o bjeto, que hoy es un co n ju n to de hojas con tapa y ma-
ana puede ser una com putadora, pero es y será un espacio material presente
> u n o u o tro m odo en todo aprendizaje sistem ático ): com o espacio represen
tativo, como reservcnio de información y como secuenciador de un proceso.
Esto im plica que el niño pueda apropiarse de este o b jeto , en el que pare-
en ajen arse, en tanto no puede recorrer, construir, reco n o cer marcas.
En los inicios solo parece haber u n a m ano que m arca, introm isión de
o Lras m anos e im posibilidad de convocar allí a algu ien que se acciona, sien-
su jeto de su acción . Alguien que se apropia de su prod ucto. Es d ecir que
1' re co rre , lo in terro g a, lo corrig e, aprend e. P od ríam o s decir que ap ren
d er es, en un sentido general, apropiarse y ¿apropiarse será accionarse sien-
u •sujeto?
T R A T A M IE N T O G R U P A L P SIC O P L D A G Ó G IC O 257
El trabajo con el cuaderno como soporte, como material clínico, nos lle
vó a otro de los aspectos específicos de nuestro quehacer que es el de ofertar
la realización de una tarea en él mismo.
D ar una consigna
L a e s c r itu r a e n s e s ió n p s ic o p e d a g ó g ic a
O
I)- ¿Cuál es el estatuto de la escritura en el interior mismo de la clínica
psicopedagógica? Esta pregunta abre un campo de problemas que a nuestro
' entender se encuentra inexplorado,
tí Acerco aquí, a través de citas que transcribo, aproximaciones generales
^ que anuncian muy sucintamente algunas de las elaboraciones que se están
produciendo.
_ e n las que profundizan en clases y seminarios. A partir de aquí soy portavoz entusiasta de los
^ > en sam ien to s de estos compañeros v colegas.
^ 5. Transcribo textualmente un escrito que anuncia, a mi entender, pensamientos novedosos
en nuestro campo, las ideas aquí expresadas son desarrolladas y profundizadas en las clases del
-^ e m in a rio que, tomando la problemática de la clínica grupal psicopedagógica, se dictan anual-
^ m e n te en la Facultad de Psicología de la L'BA a través de su secretaría de extensión universitaria.
♦
• _________
T R A T A M IE N T O GRUP.AL P SIC O P E D A G Ó G IC O 259
Bibliografía
Este trabajo parte del principio de que todo acto educativo implica
una referencia obligada a un proceso de adquisición de saberes,
entendiendo por «saberes» tanto los contenidos específico* de las
distintas áreas del aprendizaje escolar como las destrezas, normas,
valores, acritudes e intereses que vehiculán los sistemas educativos.
En las pa'ginas siguientes, abordaremos' algunos aspecto:' de esta
ndquisición considerándolos simultáneamente desde una perspec
tiva sistemática de los procesos de enseñanza/aprendizaje (Coll,
1980) y desde una óptica genético-constructivista. _
En el abanico de las aplicaciones educativas de la teoría genéticaJ, •
predominan las que ven en la génesis de las estructuras operatorias
un modelo de competencia intelectual del alumno relevante sobre
todo «para la programación educativa a largo, plazo» (Riviere., 1980,
página 17). Sin embargo, paralelamente al modelo de evolución de
las competencias intelectuales que representan las estructuras ope-
ratonas, la teoría genética ha ¿laborado también una explicación
para dar cuenta de los mecanismos responsables de la evolución de
tíichas estructuras. Estos aspectos funcionales — en el sentido -de
funcionamiento, no de función— de la teoríá genética constituyen -
nuestro punto de partida.
En un primer momento, abordaremos los conceptos de esquema y
de estructura y el papel que desempeñan en la teoría; genética,.es
poniendo después algunos puntos esenciales del modelo de equili-
I Este trabajo retoma y amplía algunas ideas ya expuestas en una comunicación presentada en
la Reunión Nacional sobre Intervención Psicológica de Murcia (30 de manso-2 de abril de 1982).
: Vcase el artículo de este mismo volumen titulado «Las aportaciones de la psicología a la
educación: el caso de la teoría genética y de los aprendizajes escolares», pp. 15-42.
\
184 bración aue configura el núcleo de la explicación funcional d e_la. C. Coll
^^ teoiía. Los dos puntos siguientes estarán destinados a explorar el »
grado de adecuación de estos conceptos para el análisis del apren o
dizaje escolar habida cuenta de las características específicas de Eí
del recién nacido presentan una organización casi idéntica las pri
meras veces que se manifiestan. Así, por ejemplo, es suficiente
estimular un punto cualquiera de la zona bucal para que se des
encadene automáticamente el esquema reflejo de succión, y una
estimulación en la palma de la mano provoca inmediatamente la
reacción de prensión. Esta conservación de la organización de las
acciones que conforman los esquemas retleios indica un cierto gra-
do"3c equilibrio en los intercambios_del recién nacido con el mun
do que le rodea
í>in embargo, muy pronto, en el transcurso de estos intercambios
los esquemas reflejos muestran ciertos desajustes: la succión puede
producirse en el vacío si no se orienta la cabeza en la dirección de
la fuente de estimulación; los objetos estimulantes no se adaptan
por igual a los movimientos de succión; la m ano,'al cerrarse sobre
el objeto, encuentra cosas diferentes: el dedo de un adulto, la
colcha de la cuna, el mango de un sonajero, el borde de una silla,
el brazo de un muñeco de felpa, etc. En sumadla asimilación de
0 ; ,O los objetos al conjunto organizado de acciones que_configuran el
esquema encuentra resistencias y provoca desajustes. Estos des
ajustes van a ser compensados mediante una reorganización_de las
A o*< «
acciones, mediante una acomodación del esquema. Los desajustes
suponen, pues, una pérdida momentánea del equili rio de los es
quemas y los reajustes el l o »o. también momentáneo, de un nuevo
equilibrio.
L a construc Mediante este juego de la asimilación y de la acomodación, de
ción de
desajustes y de reajustes, los~csq5émai reflejos se ven sometidos"a
ESQUEMAS DE
CONOCIMIENTO un proceso de d ife r e n c ia c ió n que conduce a la elaboración de nue
EN EL PROCESO vos esquemas, que ahora ya no son reflejos, adaptados a ciertas
DE ENSEÑANZA/ clases de situaciones y de objetos. A pareccmauevos es q u e m a s d é
APRENDIZAJE a c c ió n , es decirn u eyq ^organizaciones de acciones que se conser
val. a través 3e las situaciones y objetos a los que se aplican. Pero
el incremento del bagaie de esquemas tío reiulta únicameñte~~3e
la diferenciación progresiva e imnic.. r~ümpidá~á partir dé los esque
mas reflejos. Se da también un proceso de c o o r d in a c ió n de los es
quemas existentes que genera igualmente nuevos ‘esquemas;
así, por ejemplo, hacia los tres-cuatro meses el bebé ya no
se limita a coger lo que entra en contacto con sus manos, o a 5-
mirar lo que cae dentro de su campo visual, sino que intenta coger
lo que ve y mirar lo que coge. Esta coordinación de la visión y de
la prensión no es más que una c oordinación elemental que será
seguida por otras muchas de complejidad creciente: coger~Io que J
ve para llevarlo a la boca, coger lo que ve para frotarlo contra el
borde de la cuna y explorar el ruido que provoca el roce, despla
zarse para coger lo que ve y dejarlo caer posteriormente al suelq
con el fin de explorar el ruido que produce la caída, desplazarse
para buscar un objeto que está escondido bajo un almohadón, etc.
De este modo, durante los primeros meses de vida, el bebé cons
truye progresivamente un conjunto de esquemas de acción, de max-
cos asimiladores, que le permiten a tr ib u ir sig n ific a c io n e s al mundo > n
que le rodea: en definitiva, que le~permiten ir estructurando la t x f ' ‘
realidad en la oue se encuentra inmerso, Es gracias a ios esquemas c - r ? f
de acción como, en la explicación genética, el bebé empieza a identi
¿t,
ficar y a categorizar los objetos y las situaciones: objetos para chu •V
par, para coger, para golpear, para frotar, para tirar, etc. Los
esquemas de acción son, pues, los primeros in str u m en to s d e c o m a lji.
p r e n s ió n de la realidad. La exploración de objetos y de situaciones\
nuevas, el intento de atribuirles una significación, consistirá en úl
timo término en aplicarles esquemas ya elaborados, en integrarlos
a los marcos asimiladores disponibles; cuando este intento no con
siga su objetivo, es decir, cuando la asimilación encuentre resisten
cias, será necesario introducir las modificaciones oportunas en los j
marcos asimiladores y, si esto no es posible, se abandonará la
exploración.
Hacia el final del segundo año de vida, una observación minu-N.
ciosa del comportamiento del niño muestra la existencia de un gran
número de esquemas de acción diferenciados. Pero además se cons
tata que estos esquemas pueden combinarse entre sí respetando
determinadas leyes o reglas de composición interna. Estas totali
dades de esquemas de acción que aparecen agrupados de manera
que respetan unas reglas de composición marcan el punto culmi
nante de la inteligencia sensoriomotriz y definen las primeras es
tru ctu ra s in te le c tu a le s : son las leyes de composición interna,
> •
asociatividad, de reversibilidad y de identidad que caracterizan el
g r u p o d e d e s p la z a m ie n to y que permiten una estructuración espa-
cio-temporal y causal del universo práctico.
La aparición de la función representativa entre los dieciocho y los
La construc desarrollo de las estructuras cognitivas en términos de equilibra-
CIÓN DE ción. E l momento en que aparece la primera (Piaget, Apostel y
187 i
ESQUEMAS DE
Mandelbrot, 1957) corresponde al momento inmediatamente pos
CONOCIMIENTO
EN EL PROCESO terior al estudio sistemático de las categorías fundamentales del
DE ENSEÑANZA/ pensamiento, y el modelo utilizado es de naturaleza probabilística;
APRENDIZAJE la segunda, a la que nosotros nos referiremos, es relativamente
reciente (Piaget, 1975) y aparece cuando la Escuela de Ginebra ha
iniciado ya un deslizamiento progresivo de sus preocupaciones ha
cia aspectos dinámicos v funcionales del desarrollo cognitivo, por
oposición a las preocupaciones básicamente estructurales que carac
terizan sus investigaciones precedentes (Coll y Gilliéron, 1982).
La secuencia equilibrio-desequilibrio-reequilibrio de los esquemas
y estructuras, que resulta del juego de la asimilación y de la aco
modación, es explicada mediante los conceptos de perturbación,
regulación y compensación. El problema que^ intenta resolver el
modelo es, pues, el del desarrollo y construcción de los esquemas,
que es caracterizado como un proceso ininterrumpido que conduce
de ciertos estados de equilibrio a otros estados de equilibrio su
A ? Ju>ty perior, pasando por sucesivos desequilibrios y reequilibraciones. El
r~~* .
—, -t-jV. j.*'- concepto de perturbación hace referencia a los desequilibrios,
i i mientras que los de regulación y compensación conciernen a.las re
equilibraciones subsiguientes.
S il¿ ‘ propio dé un esquema de asimilación es la tendencia a- incof»
porar objetos y sicuaciones — a alimentarse— con el fin de atri-\
^ 1 buirles una significación determinada; y si todo esquema de asimi-
th . o . w , J I
i 1 ¡ación se ve obligado en un momento determinado a acomodarse,
es decir, a introducir en su propia organización las modificaciones
necesarias para poder alimentarse — ambas afirmaciones son ta i
madas a título de postulados en el modelo— , aparece entonces
l claramente como consecuencia que el punto de partida de la ex
^ ^ \ y^ . plicación debe ser este equilibrio siempre momentáneo, siempre
móvil, entre la asimilación y la acomodación o, si se prefiere, entre;
A - . la capacidad de asimilación y la capacidad de acomodación de losj
■- .esquemas.
i *■ IEl motor del desarrollo se sitúa así en los desequilibrios ^ en la rup
y.1' ’+<*,_■-*
L. _ tura de este_eqúilibrio entre la asimilación y la acomodación; son
estos desequilibrios los que obligan al sujeto á revisar los esque
mas y a buscar su superación. Pero los desequilibrios sólo pueden
ser considerados como los factores desencadenantes de la búsqueda
de la superación; su r avor o "menor incidencia sobre el desarrollo
de los esquemas y de las estructuras ha de evaluarse en función de
las reequilibraciones que posibilitan y de las construcciones" o’ re
construcciones que generan. Así pues, ciertamente sin desequili
brios no puede haber desarrollo, perü~ést"ds- rió BastarTpara explicar"
la novedad de las construcciones; de aquí la necesidad de explicar
tanto.las posibles causas de los prim eros'— las perturbaciones—
como los mecanismos responsables de la novedad de las construc
ciones — compensaciones y regulaciones.
Las \perturbaciones ; son las resistencias que encuentran los esque
mas para ejercer su capacidad asimiladora; las resistencias pueden
ser debidas a los objetos o sicuaciones a los que se aplican los es
quemas, pero pueden tener también otro origen; así, por ejemplo,
\
o C Co l l La construc inferior / perturbaciones / regulaciones / compensaciones / equili
e ción DE brio de un nivel superior— , pero constituye al mismo tiempo el
¡189
ESQUEMAS DE
a punto de partida potencial de un nuevo proceso, pues toda cons
ZONOCIMIENTO
a N EL PROCESO trucción cognitiva engendra nuevas dificultades simultáneamente
s LENSEÑANZA/ con la resolución de las que la Han originado. Al ser conceptuali-
e APRENDIZAJE ‘ zado el equilibrio de un sistema cognitivo, cualquiera que sea su
grado de extensión — amplitud de las perturbaciones virtuales que
es capaz de anticipar y de integrar sin ser realmente perturbado— ,
como un estado momentáneo, el proceso de equilibración implica
necesariamente la construcción de novedades y la superación de
forma ininteirumpída. De aquí, la distinción que establece el mo
2
C *. delo entre la equilibración simple, que sería la tendencia de todo
I- sistema cognitivo a restablecer el equilibrio percudo, y la equili
a ( - u t j
bra o t mayorante, que sería la tendencia de todo sistema cogni vo
s y -— '* Ai a reaccionar ante las perturbaciones introduciendo una serie de
i- modificaciones que aseguren un equilibrio mejor — es decir, capaz
a ci de anticipar y de integrar un mayor número de perturbaciones vir
e tuales. Por supuesto, la equilibración mayorante es la que explica
•V»
□ el desarrollo de las estructuras cognitivas.
i- j* Las mejoras que introduce en el sistema la equilibración mayorante
pueden_ ser de índole diversa: desde una_ampliación del sistema
'ó
en -extensión — integración de los elementos_perturbadcresT-, pa-
. -sando por una ampliación en comprensión — diferenciación de los
esguemas iniciales con la aparición de nuevos esquemas que in
tegran los elementos perturbadores— , hasta la construcción de es
quemas de nivel superior mediante «abstracción reflexiva» de las
novedades producidas por las regulaciones ^n presencia. Vuelve a
'J plantearse aquí el problema de delimitar bajo qué condiciones l a '
equilibración deja de ser una equilibración simple para adquirir las
características y propiedades de la equilibración mayorante. En
otros términos, ante la afirmación de Piaget de que «la equilibra
;
/v a o ción, tarde o temprano, es necesariamente, mayorante y constituye
n un proceso de superación tanto como de estabilización, reuniendo
a / d e forma indisociable las construcciones y las compensaciones»
l ( (Piaget, 1 9 7 8 , p. 4 6), es forzoso constatar la ambigüedad de la ex
a ) presión «tarde o temprano» y la incapacidad del modelo en su ni
a ; x .- 1 ] vel actual de elaboración para aportar mayores precisiones al
c-v^y i— ^
J ¡_jespecto.
o Tras este resumen sintético de los conceptos nucleares del modelo
n 4 de equilibración, vamos ahora a describir su funcionamiento con mo
t* ( tivo de la interacción entre el sujeto y los objetos. Aunque Piaget
i distingue varios tipos de situaciones interactivas de complejidad di
i- versa, nosotros nos limitaremos a la situación-tipo, en la que in
1- tervienen a la vez los observables del objeto — el resultado de la
n lectura inmediata que hace el sujeto de las características y pro
piedades del objeto— y los esquemas y estructuras que el sujeto
utiliza para asimilar el objeto. Veamos la manera como Piaget re
presenta esta situación interactiva (1 9 7 8 , pp. 59-65):
\
(O bs. S -------r+- Coord. S) ------- ► (Obs. Ó <--------- Coord. O )
> , 1___________________ r
vu *^ -O
\Ot>T. S designa los observables comprobados por el sujeto en sus
propias acciones, mientras que Obs. O designa "los observables
constatados por el sujeto en los objetos. Tomando como ejemplo
la situación clásica de la bolita de arcilla y de su deformación,
Obs. S sería la constatación que el sujeto hace de su propia acción
de alargar la bola; y Obs. O el alargamiento que presenta la bola
tras esta acción. Coord. S se refiere a las coordinaciones que esta
blece el lu jeto sobre sus propias acciones, y que toman la forma
de inferencias que. sobrepasan el nivel de los observables; ..asimis
mo, Coord. 0 se refiere a las inferencias que establece el sujeto a
propósito de los objetos, que van también más allá de lo estricta
mente óbservableT Siguiendo con nuestro ejemplo, Coord. S se
concreta en una inferencia relativa a la transformación imprimida
por el sujeto a la bolita de arcilla mediante la acción de alargar; y
Coord. O a la inferencia de que la bolita ha experimentado otros
cambios además del alargamiento.
L a flecha Obs. S —> Coord. S sirve para señalar que el sujeto esta
blece inferencias de sus acciones a partir de los observables cons
tatados en las mismas; es decir, el sujeto hará una inferencia sobre
.ílas consecuencias de su acción de alargar a partir de los observables
‘ de su propia acción. La flecha Obs. O <— Coord. O indica que los
observables registrados en el objeto nunca son neutros, sino que
están mediatizados por una serie de inferencias que el sujeto hace
a su propósito.
La flecha OS, que va en el sentido Obs. O —> Obs. S, muestra
que el sujeto llega a un conocimiento de sus propias acciones a
partir de los resultados de éstas cuando son aplicadas a los objetos
y remite, por lo tanto, a la toma de conciencia de las propias accio
nes u operaciones. La flecha SO, por el contrario, se establece en
el nivel de las coordinaciones inferenciales Coord. S —*• Coord. O
^ expresa el hecho de que las relaciones causales entre los objetos
(Coord. O ) consisten, en último análisis, en atribuirles las coordi
naciones inferenciales establecidas por el sujeto a partir de sus pro
pias acciones u operaciones (Coord. S). Finalmente, la flecha ( . . . )
«-* ( . . . ) indica que el sistema mantiene un cierto equilibrio y que
no se producen desajustes entre observables y coordinaciones in
ferenciales. Dicho de otro modo, los objetos no presentan resis
tencias, al menos momentáneamente, a la actividad asimiladora de
los esquemas, que corresponden en esta terminología al conjunto
de Coord. S y Coord. O. La figura presenta, pues, un estado de
equilibrio, de tal manera que el ciclo
Tobs. S (n) --------------- 5- Coord. S (n)l -i---------- - f o b j. O (n) ------------- Coord. O (n)"l
s t
'.."rTSBT*
C. COLL
192 Por supuesto, no todas las modificaciones introducidas en el sis
tema como resultado de las contradicciones y conflictos entre las
coordinaciones y los observables tienen las mismas consecuencias c
desde el punto de vista de la equilibración. Las perturbaciones que Eií
r
IV. I LA EQUILIBRACION DE LOS ESQUEMAS DE CO
\ NOCIMIENTO ______________________ \
Aunque el'modelo propuesto por Piaget está destinado a explicar
el desarrollo de las estructuras en sentido estricto — como lo des
taca el título mismo del libro: La equilibración de las estructuras
cognitivas. Problema central del desarrollo — , nosotros intentare
mos aplicarlo aquí a los esquemas de conocimiento, postulando que
la elaboración, revisión y coordinación de dichos esquemas cons
tituye uno de los problemas centrales del aprendizaje escolar. Si
bien la pertinencia de este cambTo’He orientación parece suficien
temente justificada en las páginas precedentes, no por ello deja de
implicar la necesidad de proceder a ciertos reajustes del modelo
original. E n vez de justificar las variantes que exige el cambio de
orientación señalado, nos limitaremos a proporcionar una descrip
ción de cómo es posible conceptualizar a grandes rasgos el fundo-
La c o n s tru c
c i ó n DE
naraiento de los esquemas de conocimiento en términos de equili- 197
bración; pero antes reproduciremos unas frases de Piaget que pa
E S Q U E M A S DE
CONOCI MI ENT O
recen autorizar implícitamente esta empresa:
EN E l PROCESO
DE ENSEÑANZA/
« (...) comencemos por recordar lo que entendemos por sistemas
APRENDIZAJE
cognitivos, tomando este término en el sentido más amplio. En
primer lugar, pueden ser simples descripciones, como cuando se
trata de observables Obs. O o S, conceptualizados por el sujeto
con ocasión de una acción o de un acontecimiento particular. Tam
bién serán los instrumentos cognitivos de los que (implícita o ex
plícitamente) se sirve el sujeto en sus conceptualizaciones: clasi
ficaciones, sistemas de relaciones, seriaciones, números, medidas,
etcétera, en todos los niveles preoperatorios u operatorios. Igual
mente serán, y esto a propósito de las coordinaciones Coord. S
y O, bien las composiciones operatorias particulares elaboradas
por- el sujeto con ocasión del problema planteado, bien sus expli
caciones causales. Finalmente, tanto estas composiciones locales
como estas explicaciones se referirán a estructuras más amplias
(agrupamien'tos, grupos, etc.), que constituyen el nivel superior de
estos diversos tipos de sistemas.»
(Piaget, 1978, pp. 72-73.)
)
l
m La equilibración de los esquem as de conocim iento
c
Esquemas de conocimiento disponi acción asimiladora y acomodadora Objeto de conoci £
bles activados. i i. miento. OI
¡I
'Ó' ir
Desequilibración: perturbaciones (resistencias del objeto; ausencia de
coordinación y/o de integración entre los esquemas activados; con
frontación con otros esquemas; ausencia de los esquemas necesarios
para asimilar el objeto). Constatación de la inadecuación de los es
quemas activados.
Reeeuilibración: (regulaciones compensadoras! de las perturbaciones»
Revisión de los esquemas- iniciales: substitución, ampliación, reorga
nización, diferenciación y coordinación.
(
á
La c o n s t r u c - trínseca. No obstante, lo d t o d í o de las compensaciones es llegar a 199
de un reequilibno coinitw o entreoíos esquemas desconocimiento y el
E S Q U E M A S DE
objeto de conocimiento. Pero, aun en el mejor de los casos, este
CONOCI MI ENTO
EN E L PR OC ES O nuevo equilibrio no deja de ser transitorio, quedando siempre a
de enseñanza/ merced del efecto desequilibrador de la eventual complicación del
aprend izaje objeto ae conocimiento o d ef probable enriquecimiento del con
junto de esquemas del sujeto!
V. EL PROCESO DE ENSEÑANZA/APRENDIZAJE Y
LA CONSTRUCCION DE ESQUEiMAS DE CONOCI
MIENTO ..
Con el fin de llevar a cabo el plan anunciado en la introducción,
concluiremos señalando algunos aspectos del proceso de enseñanza/
aprendizaje que adquieren un relieve particular cuando éste es in
terpretado en términos de construcción, revisión y coordinación
de esquemas. Estas consideraciones tíñales servirán igualmente para ]'
precisar algunas áreas de investigación pardcularmente pertinentes /
para la Psicología de la Educación en una perspectiva cognidva y í
para formular algunos elementos de reflexión susceo bles dé guiar )
la intervención psicoeducativa. >
En primer lugar, el planteamiento expuesto suscita la cuestión del
[desfase oprimo jfentre los esquemas de conocimiento del alumno y
el obieto de conocimiento propuesto, bn etecto. cuando el objeto
de conocimiento está excesivamente alejado de los esquemas de
que dispone el sujeto, éste no podrá atribuirle significación alguna
y el proceso de enseñanza/aprendizaj'e será incapaz de desembocar
cu U n aprendizaie verdaderamente significativo; si, pese a ello, se
tuerza la transmisión del objeto de conocimiento, se obtendrá pro
bablemente una memorización Cuyo valor funcional será muy cs^
caso o nulo. Inversamente^ cuando el objeto de conocimiento no v\
oponga resistencias a dejarse asimilar por el conjunto de esquemas /
del alumno, o Jbien oponga unas resistencias mínimas, el proceso l.
se verá igualmente bloqueado al no producirse un nivel de mod- |
vación mínimo que justifique su realización. —1
Conviene recordar que, en el contexto de los esquemas de conoci
miento. la problemática del desfase óptimo no puede ni debe re
ducirse a una evaluación de las competencias intelectuales del alum
no con el fin de comprobar su grado de adecuación a la estructura
lógica del objeto de conocimiento. Las capacidades estructurales
deFalumno — en el sentido de capacidades operatorias— son un~
ifigreSienre 'más-, 3m duda"~SnilraT^ffe dichos esquemas, que inclu
yen también otros elementos igualmente esenciales, en particular
informaciones en sentido estricto con una determinada organiza
ción interna. l«a elaboración de instrumentos de análisis que per- .
mitán detectar el conjunto ae esquemas pertinentes para un objeto
de conocimiento dado, así como su interrelación y organización
interna, constituye una de las áreas de investigación de mayor rele
vancia para la Psicología de la Educación actual, al mismo tiempo
que anuncia una reconsideración en profundidad de los objetivos,
significado e instrumentos del diagnóstico psicopedagógico.
t
">Q Q En estrecha relación con la problemática del desfase óptimo hay C. Coll
' que situar la trascendencia de los {a c to r e s m o t iv a c io n a le s para
R
correcta realización de los procesos de enseñanza/aprendizaje. Pues Ai
to que nuestra conceptualización postula que el nivel de motiva pTwfc»-
ción está relacionado con el grado de desequilibrio, el manejo de ¿u n
los~tactores~motivacionales no debe contemplarse como algo que _ JT u .
vi depende únicamente de la elección del de conocimiento, As
\ sino también y sobre todo de la Jflgflglg como dicho objetó es pre-
i ! sentado al alumno. Esto remite, a su vez, a la necesidad de analizar
las modalidades de presentación del objeto de conocimiento que
pueden resultar más adecuadas paTa provocar un g r a d o d e d e s e q u i
li b r i o ó p t im o y . sobre todo, para f¡ /orectTi una t o m a d e c o n c ie n
c ia del mismo. Constatar la inadecuación de los esquemas de conoci
miento activados, es decir, tomar conciencia del desequilibrio, e
identificar las razones del mismo son requisitos casi siempre nece-
’saños para compensar las perturbaciones, subsanar las lagunas y , ,
erTconsecuencia, restablecer el equilibrio perdido. No basta, pues,
con elegir un objeto ae conocimiento” que provoque un grado de
desequilibrio óptimo; es igualmente necesario interrogarse sobre
cómo hay oue proceder para qne el alumno tome conciencia de este
desequilibrio e idenüfique las causas que están en su origen. .
LaTcurerencia radical entre el proceso de desarrollo de las [eStfuc-
turas~piageti¡ oj~¡y el tpioiu>cnit: enseiiam a/apifalRllzaje es que, en
eTprimer caso, «la equilibración, [tarde o tempranoJjes neccsana-
rúente mayorante y constituye un proceso de superación tanto
como de estabilización, reuniendo de forma indisocíable las cons-
tmrrinnrs v lac fnmpw ia n n n w en el seno de los ciclos tunQOna-
Iés>T"( Piaget, 1978. p 46). f o r el contrario, en ei caso de Tos es-
quemas de conocimiento que entran en iuepo en _e)_ procesa de
enseñanza / aprendizaje, la compensación de las perturbaciones y la
7
estabilización de las construcciones no aparecen com o algo que se
producirá inevitablemente «tarde o temprano». L a propia existen
cia de los procesos educativos sistémáticoT no puede entenderse
sino como el resultado de la voluntad explícita de incidir sobre el
aprendizaje del individuo; en otros términos, de colaborar de ma
nera organizada, racional y sistemática en la revisión, coordinación,
integración y construcción de sus esquemas de conocimiento.
Para ello, no basta con provocar desequilibrios; ni siquiera con
asegurar una toma de conciencia de Iosjgism os. D el mismo modo,
es en nuestra opiruoh ternblemente(mgenuo ^uponer que el alum
no, abandonado-a-su suerte, y gracias a ¡las virtudes infinitas — e
incluso élgo mágica<^-(,de su propia actividad? podrá apropiarse
el objeto 3é cofioclmiento y revisar los esquemas de conocimiento
inicialmente activados. Por el contrario, hay que p r o p o r c i o n a r l o s
e l e m e n to s n e c e s a r io s p a ra h a c e r p o s i b l e la s u p e r a c ió n d e l d e s e q u i
l ib r io p ro v o c a d o . Todos los enseñantes, cualesquiera que sean la
naturaleza defóbjeto de conocimiento y el nivel educadvo consi
derado, saben que, a pesar de todo, es mucho más fácil provocar
desequilibrios en los alumnos nue conseguir reequilibraciones en
la dire<£Íón _de un verdadero progreso de los esquemas de conod-
, miento. ----------- *— -
«■WIN
:n
61 ¡l 111 ni Icleonomia, esto es, :i l.i salislaccion el»: necesidades,
lisia del ¡ilición se liga a la idea de cpic en el compoi (amiento
lodo lili .se relaciona con una necesidad, deliuida como desequi
librio l.a salislaccióu es así conectada con la rccquilibi ación,
peni, como veremos, la salislacción nn liadla.
] .a nuliieión, (orno nmclios olios cnmpni lamicnlns, di pén
elo de una instancia inlcrmcdia entre el llanto y la succión, ins
tancia aleatoria que no permite c en a r el círculo del comporla-
mienlo en un e:;c|uema, permanente. l'.l impulso no sostiene el
intervalo entre el dolor del hambre y el llanto, sino el que va
entre el llanto y la succión, pues el impulso no es propiamente
tic idimonlarse, sino de persistir en imponer esa necesidad como,
prioritaria.
Tampoco es necesario hablar di; pulsión paia explicar el
acto del niño al estirar el brazo para alcanzar un objeto, ya (|uo
el mismo esquema de prensión contiene, en su despliegue tanto
el estímulo que desencadena su ejercicio como la satisfacción que
tic ¿ste se. deriva. Si la noción de impulso cubriera simplemente
l¡t energética de los luncionamienlns activos, no valdría la pena
incluirla como a l g o disintió de los esquemas mismos.
Poro cuando se líala de resolver el problema de las reaccio
nes provocadas por la ausencia, el escamoteo del objeto o la prohi
bición de tocarlo, la instancia impulsiva cobra un valor teórico,
co m o clave para una mejor comprensión del comportamiento.
Allí se poríila, entre la («-acepción y la prensión que debería
acompañarla, una cuña dilercnciada que podríamos denominar
"ganas de”, que pone en la prensión una carga de conqni.slH.
Se pasa así de objeto del esquema motor a objeto do pulsión.
El placer 'de conquista es producto dj: la (luda inicial sobre
el leliz término de. cada empresa, y no condición para que una
acción se desencadene. Kslo quiere decir que la acción no liene
sil motor en la constante búsqueda de placer, sino que lo en
cuentra cuando en su origen se presenta la duda (le conquista,
y por lo tanto el impulso (pie sostiene la aeeión. F.n un Icngunje
lacauiano, la accióm nos remite a la necesidad, y el impulso está
35
1
I ' j j ! í« yy, q <^ i " Ic iic ia , tr a n s lo r m a c io n c s en r i c i )i i i |h j i u i i i i h i <u <.
jj| ¡ Hins, lo d o im p u ls o se c o n s titu y e un la e m o c ió n de n n rie s g o , o
^ sea 1(111' se m u e v e eou u n m a rg e n ile chu la d e <|ue su liu sea
1 { /' ) a lc a n z a d o . .Si esa d u d a se e o n lir m a , el im p u ls o p u e d e s a lis la e e is e
c o n o lio o b je to , q u e sea e o n lo rm e a la a c c ió n e m p re n d id a , y d i-
¡ , i / lib r e m o s e n to n c e s q u e el su je to se e o u lo rn ia . T a m b ié n p u e d e d a r-
Í¿&5 fl0 ' SC 111111 c o n v c ls '()n 1“ a c c ió n , p ro p o n ié n d o s e el su jo lo un pro-
>£& ' fe
:C>'/: ^ y <:c,° e q u iv a le n te (|ue d r a m a tiz a las m ism a s te n sio n es (p ie la
ím ' p ro p u c:sla p r im itiv a . D ir e m o s e n to n ce s q u e el su jeto se re s ig n a ,
^ --O 'A -til el s e n tid o d e q u e r e - s ig n ific a la s itu a c ió n , p ro p o n ié n d o s e m íe
" vo s v a lo re s.
I ’c ro el im p u ls o p u e d e c o n s e rv a rs e caí su p r é d ic a o r ig in a l a
travé s d e su p o s tu la c ió n in v e r tid a en el á m liilo riel d e seo . ]£n
c ie rta m a n e ra el im p u ls o y el d e seo so stie n e n a p u e sta s o p u e s ta s ,
[lile s m ie n tra s el im p u ls o lo lia e ir en la p o s itiv id a d d e la c o n e re - i
ti/ a c ió n que p o see, c:l d e seo lo lia c e eu su u e g a tiv id a d , pues "
só lo lo im p o s ib le g a r a n t iz a to d a la fu e r z a de l voto in c o n s c ie n te .
Un. n iñ o ra b io s o , p o r e je m p lo , p u e d e d e se a r q u e su p a d re se
m u e ra , m ie n tra s su p a d re no esté c n le r m o ui co rra n in g ú n p e li
g ro , p u e s no se trata a q u í do q u e el v o lo se c o n lirm e . F r e u d d ic e
q u e la s g e n te s e n fe rm a n a v e ce s a n te la fru s tra c ió n , y o tra s p o r
q u e se les lia r e a liz a d o u n d e seo p o d e ro s ís im o ,7 d e lo c u a l d e d u
c im o s q u e ta n to el im p u ls o c o m o “g a n a s d e" co m o el v o lo d e l
d e se o se e n c u e n tra n ja q u e a d o s p o r la re a lid a d d isp u e sta a h a c e r
p e rd e r las a p u e sta s qiífc a m b o s h a c e n al “s í” y a l “ no " d e la
o c u r r e n c ia d e a q u e llo a lo c u a l tie n d e n .
E n o tra p a rle F r e u d 8 d ic e q u e lia n sid o v a n o s lo s e s fu e r
zo s d e p e r s u a d ir a u n a m u je r de: q u e a b a n d o n e su d e se o d e p e n e
p o rq u e es ir r e a liz a b le . E s t e s e ria e l p e o r a rg u m e n to y a g o ta rla
e n e lla la p o s ib ilid a d d e te n e rlo a tra v é s d e otro. A q u í teneiriox
la p a u ta a c e r c a d e la ju n c ió n d e l d e se o , (p ie m a n te n ie n d o el v o to
ser de todos modos nhuiuloiinclo, y el placer entonces quedó íijutlo. ( " Lec
ciones m lnicluí luíiiis ni psIcoauAlisis”, p. 2.151.)
7 S. 1‘ iciicl, "l£ l tras lo m o d e |u m cinoriu en la A ciA polis", p. 3 3 3 0 .
• S. Frene!, “ AnAlisU lerininablc c Inlcim ltm lilo", lljld , p. 3 3 0 1 .
30
/
ción piimeia tic snlislaitilín se. 1him>;■ deseo. I;!l deseo i\s que esa
ini|ins;i mi sea un Iracasn, lo cual, dada la dialéctica del goce,
es i1111 >ii m Iile. I'oi eso el lielie liamlii ¡culo no se consuela .suc
cionando en el vacio y .se entrega pi ceisamcnlt: a tal acción cuan
do, buscando el sueno, líala de recobrar algo del hambre per
dida. t'.l espectáculo de una mesa bien servilla, las revistas por
nográficas, son ejemplos triviales para demostrar que de lo que
se traía justamente es de despertar los impulsos, aletargados por
la salislacción y el orden, y (pie sólo (d deseo conserva.
Sostenemos entonces la dilereneia radical existente entre la
noción de impulso concicntizada como "tengo ganas de", y la no
ción ile deseo postulada en el discurso inconsciente como "oja
lá que". Las ganas apuestan a un posible, a la realización de
mi impulso nacido en el margen de la duda. La obtención del
i in proporciona satisfacción y su Iracaso promueve un sentimien
to ilo Ifnslración (pie liumilla la imagen del “yo” ipie se com
promete en caila una de sus empresas. I’or el contrario el deseo
apuesta su voto, eoiini iailo en positivo y cripticamcutc, a una
concrclización imposible, y la duda de que la eventualidad se
produzca engendra angustia. Cuando li'reud dice (pie la angus
tia crea represión," o vem os más bien que es la represión la que
genera angustia, pues desde, que el impulso se instaura por la
represión como deseo, teme su eoiicreli/aeión. liai el mismo sen
tido, si la visión de la ausencia de pene en la madre puede tras
tornar al niño, es porque algún deseo de desposeerla del que
creia que tenia rotulaba sus sueños. No es la decepción la que
enloquece, sino la continuación de un deseo, que o bien puede
promover lina paralización de su función simbólica, o bien, una
rencgación de la realidad.
\
* I. n c a n d ic e q u e la n e c e s id a d , imi ( I lit m iliic , se su je ta u la ile n in n ila . I V i l l
la d e m a n d a ni) se a p li c a ii la s a lis t a c c ió u , s in o 1;l p r e s e n c ia d e l O l i o , co rn il
p in c h a d e su a n u ir; p in a lio so lu is , a m b a s t o s a s cu el lu g a r d e lo ¡m pi}-
s ililc , (p ie ¿I lla m a c u s c u iiiila s u s t r a c c ió n ( " l. a s ix iiif ic a U o ii dn p liiillu s " ,
p. 110.
lu S \ l'Y c iu l, “ l.a lu lta p i c l a c iú u d i; lo s s u e ñ o s " , p. O H). ,
11 S. I 'i c u i l , “ N u e v a s le c c io n e s In t r o d u c t o r ia s i ! p s ic o a n A lis is ", p, 31-10.
37
* I» i .ii i.uiiiii i i > pi oponemos, ei impulso surge por una ri-piesmn
1. <*|oi cilla desde Lis cii emislancias (k I olio, y si: icloiniula rn el
• I. ámliiln di:l deseo, st'f'ún un código que hace posible conservar
"I!
»'l í el voln lucra del procesamiento niliilizanle de la inteligencia.
Observemos isla dinámica en el cninpurlamicnln de control de
eslinicies': mientras no hay mandato de conlrol, n sea de pos
i' tergación del ailn paia hacerlo coincidir eon una ciiconstancia
V
adecuada para la desnude/, y la ItaCinilia, no hay un impulso
\ p ' reconocible de <xpulsióu. .Simpleiuenle se. cumple un aclo ori;á-
'•■Ü
1 ’ nico que comicu/.a eon cierta in ilación de las mucosas y Icrmi-
1 ina con mi complicado mecanismo 'muscular que asegura la.expul
sión. I'.l impulso va a verificarse en el intervalo de la conlincn-
'á\'
•I • ¡CÍM, como soslén lie la excitación y de la demanda hasla que si’
i ! ; den las condicione:; favorables. í,a marca agícsivo-sádica que
Sí! alrihuye ni proceso anal y qjto está además inscripta en los
:iíi modismos del lenguaje, no puede alrihuirse dilectamente al acto
primario y orgánico, sino al valor del impulso una vez instalado
í 1' en ol cuerpo donde deviene paradigma del deseo de loila incon-
linencia onmipoleule.
i
si
n:«i
Mientras el impulso salisleeho agola la excilación en su
lítenle y va despreciando los aclos y los ohjclos que llevan a
¡ w . su sal¡slacción, el tleseo mantiene inlaela la fuente di: excitación
«i1
a través de una producción simbólica que so satisface con la sola
oportunidad de proponerse discursivamente. Dada la constancia
y
del sintagma cristalizado “realización de. deseo", calie distinguir
aquí entre “realización" y "'concTclizaeión’j / - ! leal i/.ación ] d e un
deseo es la posibilidad del voto de enunciarse sin riesgo de ser
miniado por el sistema lógico. Siendo el deseo un discurso, Au
realidad es la liase. I.a satisfacción deviene de la propia ela
boración n Irados de la cual el deseo es nombrado, aunque pase
de incógnito. Otra cosa es la/^cíincre^ización |<Jn la que la enun
ciación. alcanza su verilicaeión literal, como si al decir "que jne
I '
'lil*;
;.i r 3t)
i:-,
i;
b [( A ; rr ) noc\o ■o*? fC k
9 re ( / o -o poV K o o
pr-rc
r
V SorSox i '
Cuando hablamos de lucillo de/'excilacimiJel término parece
devolvernos a lo biológico, pues es electivamente un estado con
fuso de ansiedad y temperatura (|nc se lo<::iI¡7.;i en el cuerpo. Se
supone que cu el origen la excitación es por lo menos contem
poránea del impulso, si no su fuente, pero muy pronto se con
vierte en un liu a ( empastar, un estado placentero apetecible
por s(.
lín una civilización como la nuestra, en la que encontrar
la comida sobre, la mesa y la pareja en la cama 110 es una aven
tura, queda poco lugar para el impulso, a pesar de las optimistas
razones de Freud que. supone que 110 está porque 110 lo dejamos.
No parece tan absurdo postular que 110 los dejamos puní creer
que si 110 fuera así estarían siempre allí presentes, nunqne es
(¡vidente* que pasamos 1111 buen tiempo de nuestros vidas en
despertarlas.
E11 este despertar de los impulsos el deseo desempeña un
papel hmdanicnlal pues son sus votos de seducción y de muerte
los que van a invocar las representaciones capaces de producir
cu el cuerpo la excitación que el impulso toma como señal de
mui falla. Tero no so líala aquí de postular que el deseo de
matar produce el impulso de matar, exaltando lns condiciones
de 1111 cuerpo belicoso; por el contrario, tal exaltación permitiiA
al sujeto vivir y liiiuilar sin matar, dado que lo laniUleo se pos
tula en lo imposible, mientras (pie en lo real se concreta 1111
cuerpo valioso.
Eslc cuerpo que se exalta, se excita, sufre y se agota se
deline como una construcción elaborada por un sistema comple
tamente dilcrcntc del biológico. Este último campo incluye ex
clusivamente al^ir£qnismo¿v sus regulaciones, y este organismo
1 individualiza, contornea a cada individuo. El [cucrpg, en cambio,
pertenece al sujeto y se constituye al mismo tiempo que él, por
que, por un lado, supone el conjunto de las eoorillnaelones de
los esquemas de. acción, y por el otro constituye el conjunto de
los siguilieautes a partir de los cítales la topología corporal de
viene símbolo arqnctqoico de sus funciones. Entonces, mientras
«Irseos reprim idos, til l¿niiino concluíIzndiín nos rem ite n 1111 fiincioiinmluiiln
fiillidn ild ¡i|i:mito. fA .I). y ) ) . ! , , ]
3!)
J _____________ -_________
/ ro n fo ( n r c & f 1
/W O *1 ' - /l¡ ' n?,
. . -f. F '
V>*V Cf ( r j f ' t f ' r l ( • '
L J L I L I I H . M J I I I H I I X . I H W
40
cniit inua ya qi io, ('II cuanto so diera una Ia ILa de sol ¡ei L;<ción del
ambiente, esta ausencia por si misma .sería asumida como una
grave solicilación, de modo que el pensamiento nunca puede,
sustraerse a su propia dinámica. Tampoco en la emergencia del
sueño o el lapsus .so puedo hablar do lalta de pensamiento, sino
más bien de un procesamiento particular y sumamente elabo
rado del mismo, de acuerdo con una manipulación semiótica (pie
se resuelvo en metonimia y metáfora.
I.os intercambios entre el sujeto y el medio so efectúan enton
ces a Iravés di I piusa míenlo procesado, coniii liemos visto, según
una doblo estructuración, inteligente y desidorativa. liaiconlia-
mos tanto caí una como en otra ciertos procesos fundamentales,
son ellos la asimilación y la acomodación; profundamente defini
dos dentro del- contexto do la psicología genótiea, y la repetición
y la represión, claves de interpretación, en la teoría psicó-
analitica . *
1.a asimilación permite, inventariar a todos los objetos que
se someten ¡d ejercicio de un mismo esquema, llegándose por
coordinación de los mismos a la organización de nociones siste
matizadas. Cada situación desencadena ciertos esquemas de los
que lorma paite como punto de partida, y los mismos, al ser
aplicados, permiten reconocer cu la situación lo que hay de seme
jante y lo que lia y de distinto, sea en la totalidad, sea en las
pailes. I£l Lecho aparentemente simple de rolar nn frasco para
sacar una pastilla del lóndo supone la asimilación de la situación
primeramente al esquema salida-apertura, seguidamente al es
quema desplazamiento-caída, para finalizar en mi esquema de
rotación que contiene la transformación que va del momento ac-
Inal al uinmcnlu residíante de la puesta en imagen de las asimi
laciones anteriores. Claro que en la actividad del adulto una
reacción como la dcscripla se da como un saber inmediato y es
pontáneo, pero basta analizarla tai su recorrido genótico para
ponderar liasla <|oé punto supone la coordinación elaborada de
una serie de esquemas sucesivos.
Como se advierto, la modalidad asimilativa reduce la reali
dad a los instrumentos que el sujeto posee para asumirla, pues
- 41
..ni m u tu: i o n e s q u e m a s h a b ilita d o s . l i L j n e m s im b ó lic o ic s n lla
a s í el p ro to tip o d e l;i a c t iv id a d a s im ila tiv a pu es .lili se a s ig n a n
¡i los o b je to s Is in p r o p ie d a d e s q u e los lineen1 n e is a p to s p ara c u m
p lir mi m i re p re s e n ta tiv o . s in p e rd e r sin e m b a rg o las p ro p ia s , por
e jc in p ln la lu p a d e l i l l a nn deja ( l e s r r (al p a ia e l n i ñ o q u e la
lia ci! g ir a r co m o n n v o la n te .
T a l e e n tiiM iio en la o r g a n iz a c ió n ile la o b je t iv id a d , sie m p re
d e p e n d ie n te de. los m o d e lo s p re v io s d fí a c tu a c ió n so b re e lla , está
b a la n c e a d o p o r n n p ro c e s o r 11te a c o m p a ñ a c o n tin u a m e n te a la
/ T n s in iila e ii'in T liie ro c o n n n s e n tid o co n tra rio . r,n e le c to , las re s is
te n c ia s p a rc ia le s de la re a lid a d a la a p lic a c ió n a u to m á tic a d e
lo s e s q u e m a s p r o d u c e n en óstos tra n s fo rm a c io n e s s u c e s iv a s cjue
. lo s v a n d if e r e n c ia n d o , p a ra h a ce rs e a p to s p u ra su a p lic a c ió n a las
/ d iv e r s a s c ir c u n s t a n c ia s . I ,a m o d ific a c ió n y d if e r e n c ia c ió n d e ] n j
I e s q u e m a s en ju n c ió n d e la re a lid a d se d e n o m in a / a c o m o d a ció n .
1 l í l e je m p lo c lá s ic o d e l m e c a n is m o a c o m o d a tiv o es la ju iiU ic á t u íT
e n q u e el n iñ o l í a l a d e re p r o d u c ir , p o r tina c o o r d in a c ió n d e m o
v im ie n t o s , u n g e sto o u n m o v im ie n to e xte rn o a él y no e fe c tu a d o
a n te rio rm e n te . (M aro q u e el n iñ o d e sg lo sa el m o v im ie n to a im ita r
en tra m o s s u s c e p t ib le s de a s im ila c ió n , p e ro el c o n ju n to es el
re s u lta d o d e un a a c o m o d a c ió n . P ié n se se en u n n iñ o q u e p ro cu ra
im it a r el m o v im ie n to d e la l>icla d e l tren m e d ia n te la ro ta c ió n ,
s o b re el h o m b ro y el c o d o , d e l bra'/.o y el a n te b ra z o , o, s im p le
m e n te , c u c u a lq u ie r a d u lto q u e ap ren de, a b a ila r . .....
U l i s ia c la r o e n to n c e s <|iie to d < > y rc co n n c im icu (n c o g n iliv o rlim -:
p lic a la a c t iv id a d e q u ilib ra d a '' d e u n p ro c e so d e a s im ila c ió n , p o r
el c u a l la s it u a c ió n se p o n d e ra en I u n c ió n d e lo s e sq u e m a s h a b i
lit a d o s e n el s u je to p a ra su a p lic a c ió n , y d e u n p ro c e s o d e nco -
| (n o d a c ió n q u e a ju sta tal e sq u e m a en el m á x im o d e su p la s t ic id a d ,
d e a c u e r d o c o n la s c a r a c t e r ís t ic a s n o v e d o sa s d^t la s itu a c ió n .
S i el e s q u e m a c o n s t it u y e u n a u n id a d d e a c c ió n re a l o v irtu a l
p a ra el d o m in io d e l e n to rn o , 110 p u e d e p o r s í so lo ju s t if ic a r la
■ e la b o r a c ió n d e u n c o n o c im ie n t o a d q u ir id o o a p re n d id o . P a ra
d n r c u e n t a d e la e o n s lr n c e ió i i d e u n a o b je t iv id a d c o l i e re n te , q u e
es e l s a b e r d e l u n iv e r s o , o s im p le m e n te el u n iv e r s o e n c a d a in d i
v id u o y e n c a d a m o m e n to h is tó ric o , es n e c e s a rio (|ne los e sq u e
m a s s e a n s o m e tid o s a u n a c o o r d in a c ió n e q u ilib r a n t e q u e I í c ik i
In|':ir por medio de upi.'r¡u iones peí tcnecicntcs a una .cstiuclma
lógica.
Otra cniaclciislica de los csijncmns_i.li; ¡irrión es su (endeuda
;i lii lilil ín|ini. Kn i:l i nnipii tic lii constitución d e l incotuelcnle, .
d psicoanálisis ln ddiiic c o n o ln « arnclcnsliea propia dd sín
toma, (pie es el ii lorno. C r e e n 11 considern (|nc ln noción do
repetición 1i;i estado siempre en rl horizonte de ln Investigación
psicoanalílica, desde la célebre afirmación de l’ ieud en el sen
tido de que ln liislericn snlre de reminiscencias. M’Uzan ’* liaco
nuil distinción muy interesanle entre la reproducción de lo mismo
y la reproducción de lo idéntico, pues en d primer caso la com
pulsión se darla en pos de una elaboración del conflicto, y no
entra en juego la categoría de jasado. •
Cacemos entonces que la modalidad de repetición está pre
sente en lodo pcnsnmiculo, sea actual o fantástico, aunque más
no sea por fn npoynlmn (|iie necesita para seguir pensándose, pues
es necesnrio rclrnnsilar varias veces por el mismo camino para
concretarlo, e incluso, linalmenlc, recurrir al lápiz y ni pnpd
para volver a él más fácilmente., y desde, alil corregirlo. En el
pensamiento normal este luncionanilento se regulariza por su ngo-
tamienlo o por su llegada a un eslado de cqnilibración suficiente,
que permite pasar a otra cosa. La compulsión a la repetición del
síntoma proviene de su imposibilidad de agotamiento, pues eslá
seguramente sustenido'en su origen como mensaje de un deseo
conlradieioiio con su misma satjslacción, y será sólo en ese punto
signitieaute donde podrá romperse d encantamiento do su eterno
conjuro. I.acnn'* nos da la paula de la característica de ln situa
ción patológica :t través de sn contenido, cuando níirma q ue!
la memorización (Jue conviene ni inconsciente freudiano no es la,
que conviene a unn propiedad de lo viviente, pues ln repetición,|
si insiste tanto, es que procedo sobre lo que no fue, y podemos
agregar, ddlnitivamente. Como canta el paje, "morir de aquella
pena, pero nunca consolarse”.
líl último invariante, equivalente de la función biológica de
retener la aparición de ciertos Funcionamientos basta ja aparición.
43
j. . . , til vimos que el mecanismo represivo aparece cla-
Tamente en el primer nivel de la actividad inlaiilii y es ingre
diente obligado de lodo intervalo que permita 1.» definición del
impulso como luí- I’ues lo (pie se reprime alií no es el impulso,
.'-iuo, más simplemente, el llanto, para i|iie aparezcan las ganas
de ser socorrido y, en eonscciuyicia, los comportamientos útiles
para conseguir el lin del impulso por yiras vías.
Lili la teoría psicnanalítica la represión constituye una noción
clave, aunque sea difícil localizarla en su agente y en su objeto.
A veces l'reud la supuso como arma de un “yo’’ instauVador, capa
citado para encerrar impulsos o representaciones según el texto,
dispuestos a convertirse en acción a destiempo, y a despecho de
las circunstancias snciomorales. Frepd 11 dice que de ese modo
hay incompatibilidad entre el yo y tu representación, que es en
tonces impulsada al inconsciente,-para que no sea sin embargo i
absorbida por ti olvido o por el sistema cognitivo. . Como afirma
Freuil,1" la represión sirve ¡i la conservación del recuerdo, y no
existe para su comprensión mejor analogía que el scpuítamicnln,
porque queda allí la lápida marmórea, más durable (pie la carne,
y el hueso es presencia de aquello (pie, según l.aean, nunca fue
m se consció de no haber sido.
I^a represión es la posibilidad, para mi esquema de acción.
(lo retenerse en su despliegue, y pasar así a ser ejemplar do una
lnlia arquetipica. como equivalente metafórico de la misma. Su
función resulta entonces' eminentemente conservadora. I’ero es
por su inclusión en un sistema más amplio que (ales esquemas
primarios se van n coordinar en cadenas significantes, pues es
ii‘ cesaría una elaboración semiótica de aquéllos, para hacer po
sible su supervivencia expresiva en un ejeito dispuso. Tal dis
curso tiene que ser resistente a cualquier intento de logizaeión -
44
Freud el proceso di: roniesión consislo n i ¿.jiio l:i representación ”
psignjta del instinto ve neiíado su acceso a la conciencia y a la
descaiga motora direcia, ton lo cual liaI>rí:i conservndo (ocla su
Juerza. J ) e este modo so reprimí: y se imprime, podiendo acce
der a caminos, indiicelos. I.'ln csle scnlido la represión permi
tiría la emergencia do un sinloma a través del cual su satisfaría
un inslinlo, sin los iii sgos di: su consumación. Y no hablamos
sillo di: los riesgos prometidos por el pinilanismo sino, por los
riesgos de la saturación, di: la desaparición del erotismo. Fou-
eaull •" indica i|iie la represión lia sido el modo fundamental (le:
la relación entro el poder, el saber y la sexualidad. Dice que
lo ijue es propio di: las colectividades modernas no es que con
denen al sexo a quedarse en la snml>ra,. sino que condenen a
hablar continuamente de. ¿I, haciéndolo prevalecer como secreto.
Y\ sinloniiiflimc: es una especio de secreto personal, es justamente
para l*reud il .exulorio transaceional do nn deseo reprimido.21
Iün la descripción de los esquemas y de su luncionamicnto
pareceria que algunos procesos están más libados a la olabora-
ción cognitiva y oíros a la elaboración semiótica. I'.sta selección
se da electivamente coir.n decios de la diversa cslrueluraeión a l
que son sometidos, y por ello lian sido conceplualizados respec- I
tivamenlc por la escuela de l'iagcl y por la de Freud. Sin em
bargo vamos a anotar algunos lenómenos descriplos lanío en el
ámliito de la cognii ión como en el áml¡ilo de la simbolización,
que ponen de manilieslo la presencia de lodos los procesos carac
terizados basta ahora como polares. I\n oportunidad del análisis
genético de la lormación de esquemas intentaremos demostrarj
su origen común.
Por lo que alañe a la /repetición, l’iagcl,1” (le acuerdo con
las observaciones ya efectuadas por naldwin, subraya su papel
en el ejercicio de la actividad práelica di I bebé, ulonilc aparece
como circularidad. I .a circularidad de la acción primaria no le
45
permite ni belié ji i;ii<|i<i/.m los momentos de 1:1 inisniii, que se
desencadena (un 1:1 r ic:<ói i «le cuali |i i¡i r c-sl:i 11Ó11. Además, y
[ii iuci[>:i luiente, el bebé no efectúa en el primer momento una
di Ieiciiciacióu m i r e sus esquemas y lus movimientos en el olio,
con ln cual su acción en serie puede desencadenarse? desde la
percepción de lali s movimientos, como ocurre en el juego "(pié
linda manilo", en <1 coiihigin del llanlo en l:i nnisciy, o (ai la
imitación, ■|m: lodavia no es tal, del liallilicco. ■’ (lomo la per
cepción sigile el movimiento, también puede engendrado. El
bebé comenzará a agitar sus piernitas apenas oiga el cascabeleo,
c.vln ve/, producido por la intci vención del adulto, porque al
lial)cr íidcpiirido el esquema (pie relaciona el movimiento y el
ponido en lumia circular y repetitiva, no puede determinarse
como cansa del .sonido, lis necesario que la repetición circular
se corte, precisamente, para uno la noción de unitivo eficiente
de la acción comience, a centrarse. cu el sujeto de la misma. En-
tonccs la repetición circular dará lugar, en lo virlnal, a las repe
ticiones retroactivas (pie permitirán el reajuste v la aceleración
:on la aplicación de lus esquemas.
1.a represión no lia sido considerada con tul mimbre por til
escuela de l’iaget, pero podemos reconocer su Innción en lo (pie
en ella se deunmina "imitación diferida" y (pie tiene un rol muy
importante tai la génesis de las imágenes.-' Dilcrir un movi
miento es permitir su intcinali/.acióo en lorma esquematizada de
lo no cleeluado, (pie deja mía (mella. ílay un momento (ai (pie
cuando se saluda a un niño aliriendo y cen and o la mano, el
no respondí; de inmediato al ademán, sino cuando su inlerlo-
/culor se ausenta. En este caso se produce la represión del niovi-
miciilu, (pie se transformará uii es(|iicma de. saludo, usado li
continuación para invocar al ausente.
El proceso de represión alire la brecha para la instalación
del objeto o <lci .gesko .simbólico (pie va a representar al esquema.,
rjnc permanece...reprimido cu su despliegue nctivo, y que termi
nará simplemente por tenía- un nombre en el lenguaje. Consi
deramos entonces que si bien en la instauración dt\ toda repre
sentación hay un proceso de represión internalizante, mientras
‘10
algu n as retornan 1il n í n c l i t a ni p ensam iento, otras lo Ir.u cn cu
lorm a d íp t ic a . Ksta i m d.didnd de retorno iki ikis p arece yn unn
Iu nción propia de ln rep resión , sino do las op erncioncs incon s
c ie n te s. Son ellas Ins |ue, e la bo ran d o ¡i su m anera los esqu em as
rep rim id os, d arán por rcsu lln d o , sen un discurso ló g ico q u e v er
sará sobre l:i o b jetiv i Ind in te lig ib le , sen mi discurso sim liolico
1111 •t v eisn iá s u b ir el ;uji lo cu su rclnción con el olro. A m bos
d iscu rsos pueden leni r cnliidn en el m ism o eslu clie, g racias n ln
. prop ied ad del lenj;ii:i j-■ (|tic a d m ite, a la ve/., Ins re fe re n cias sig-
;iiilic ;tu le signiliend o y siü n ilic a n le -s iü iiilic a n lc. I.n d ife re n ciació n
se prodinx; va ¡ll nivel de ln represión pornne no toda represión
se dn exilio K n á m k -j p ropia d el esH ncm a u n e p roced o n a tu ra l
m en te n su Jiu e n in liz a i ión^ sino rpie o cu rre q u e algu nos cs(|iie-
nias son forzudos lau to a rep rim irse com o a desonendennrso por
unn im posición d esd e a b u rn, por un m an d alo . inipUeilo o explí-
c ilo , d esd e el olro. . T a l m aii(Íalo puede q u ed ar in clu id o com o
mi m om ento del e sq u em a, p ero pu ed e su ced er i|uo la re p rese n
tació n del esquem a de a c ció n d eje de sig n ificarlo en Im ito tul, y
pase a con stitu ir i l s ig iiilic a n lc de ln relació n con el innndnnle.
I'ln cnanto al problema inverso de ln vigencia de las nociones
.do asimilación y acomodación en el dominio de las elnboracioiU’s.
subjetivas, no es diHcij advertir sil rol en los procesos prnyec-
Livos y de idenlili.cac*"!!. I\n mi sentido más trivial el termino
pioyeceión designa el licclio de transió!mar el mundo en función
justamente del proyecto propio, puesto asi en los demás.3S T a m
bién iudicn ln asimilación de unn persona a otra, como ocurre
en ln transferencia. lín un sentido más nnlropológico, Frctid . '
considcrn el mecanismo de ^iroyeccióií)como una actitud normal 1
cjue consiste en atribuir a los fenómenos intenciones y reacciones
propias del ser liuinhno, comportamiento paralelo ni <iuc Piaget
denomina egocentriso»'. con sus variedades de animismo, ai ti-
ncinlismo, ele. Kn InCídontificficiÓBKen cambio. habrá un intento j Di
de transformación del s u id o , a través de sus esquemns, pma
n p ro p in rs e d e l o tro o d e su s a trib u to s , n fin d e p a re c e rs e ni
m o d e lo . , < /- *
I!I J . I.tipliiiiclu: y J. 11. l’'iiit:ills, V n c n b n la lrc ilti ln V syclw iw lyxc, pp. .113
y 187.
• »
47
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L A I r ó f ^ l L í b
o s - a ? / t i O A
T £ /O ? ! 4 <^b t
^l&LO XX t
E H IP O T E S IS E X P L IC A T IV A S
I
Planteamiento da los p r o b lem a s 9
:s F O R M A S DE E Q U IL IB R A C IÓ N Y LA C O R R E S P O N -
N E G A C IO N E S Y LA S A F IR M A C IO N E S .— L a C O n sid e -
ra ció n de los ciclos d escrito s en § 1 m uestra desde el prim er
m o m en to la necesidad de tres clases de equilibraciones y
e s to si con tin u am os ateniéndonos a la p rim era ap roxim a
ció n de una definición m ediante las conservaciones m utuas:
J . ' C o j . _ 7 ■¡ r i¡ A
f ij/rnr : \ l ' ■> •v >
/ ^ S?LJI L - (o ' r ‘
^ o ’g LO r - J
P lanteam iento de los problem a s i i
y . e n e s t e .s e n tid o , a s im ila c io n e s , v a c o m o d a c i o n e s r e c íp r o c a s ,
p e r o ile a c u e r d o c o n u n a d i m e n s i ó n d e j e r a r q u ía v y a n o
s o l a m e n t e c o l a t e r a l.
Las tres clases de eauilibrac iones que acabam os de dis
tin guir _gresen_tan^n común el_doble aspecto de ser todas
rejativ as al equilibrio entre la asim ilación v la acom odación
y de referirse sin m ás a los c a r a c te re s positivos que p erte
necen a los esquem as, subsistem as o totalidades en juego:
incluso en el caso de una e stru c tu ra que entraña operacio
nes inversas, éstas constituyen propiedades com o las otras
(y en ese sentido positivas) del sistem a considerado. Pero
h ay que_añndir. porque esta o b serv ación será esencial más
ad elan te, que la equilibración de cad a una de las estru ctu
ra s consideradas conlleva, adem ás, una cierta co rresp onden
c ia , cuya naturaleza se tra ta rá de determ inar, en tre las
afirm acio n es v las negaciones, o los cara cte re s positivos v
n egativos, siendo éstos necesarios p ara la delim itación de
los ca ra cte re s positivos:
r r r ]J En el caso de la equilibración entre los esquem as
del su jeto A, B o C y los objetos e x te rio re s A', B', etc., a los
q u e se refieren las afcciones, previsiones, juicios, etc., es ne
ce s a rio no solam ente que posean cie rto s caracteres a', sino
tam bién que el su jeto los d istin ga de caracteres diferen
tes .r, y, con sid erad os com o no-a'. Igualm ente, en presencia
de o b jeto s A' de ca ra cte re s a , es n ecesario, para utilizarlos
o ju zg arlos (clasificarlos, situ arlos en una serie, e tc.), recu
r r i r al esquem a A y no a o tros, con sid erad os entonces com o '
no-A. P o r lo tanto, es evidente que no im porta cuál térm ino
se oponga, tanto en extensión co m o en com prensión, a los
qu e de él se distinguen, lo cual e n tra ñ a tantas negaciones
c o m o afirm acion es, pudiendo e sta corresp on d en cia quedar
im p lícita, pero a m enudo exigir u n a explicitación m ás o
m en o s sistem ática.
1.° bis} Pero hay más. C on stan tem en te sucede que un
esq u em a A no en cu en tra sus alim en tos ordinarios A’, pero
p u ed e aco m o d arse a térm inos A" de ca ra cte re s próxim os a".
S i e s ta acom od ación tiene éxito, el esquem a A se m odifica
e n to n ces en A2, pero esta novedad no suprim e la existen cia
de A en su antigua fo rm a Al, conllevando entonces el esque
m a inicial A sim plem ente la p resen cia de dos subesque-
P lanteam iento de los p ro b lem a s 13
§ 3. La razón d e l o s d e s e q u i l i b r i o s y d e su f r e c u e n c i a •
in ic ia l.— E stas observaciones puram en te descriptivas con
ducen a su scita r el prob lem a inicial de toda teoría de la.
eq u ilib ración : si la [pregn an cia,! de las «buenas form as»
cognitivas v el ca rá c te r obligado del equilibrio no se en
cu en tran dados desde el principio, ni con una m ism a form a
a todos los niveles, ¿p o r qué se producen desequilibrios?
¿ Y desem peñan éstos una función previa inevitable? En
efecto , es evidente que en una p erspectiva de equilibración -
una de las fuentes de progreso en el d esarrollo de los con o
cim ien tos ha de b u scarse en los desequilibrios com o tales,
que p or sí solos obligan a un sujeto a su p e ra r su estado
actu al y a b u scar lo que seaT^én nuevas d ireccion es. Sólo
que no es m enos evidente que, si bien los desequilibrios
co n stitu y en un fa cto r esencial, pero en g rim e r lugar motiva-
cío n al, no p od rían desem p eñ ar todos la m ism a función for-
m ad o ra y sólo lo hacen a condición de d a r lugar a supera
cio nes, y, p or lo tanto, a ser superados y a d esem b ocar así
en reeq u ilib rac iones esp ecíficas. Pero ¿es en ton ces el des
equilibrio inherente a las m ism as accion es del su jeto o sólo
se b asa en situacion es h istó ricas co n tin gen tes? Y , si es así,
¿cu áles son sus diferentes form as posibles? Se tra ta , pues, 1
de e stab lecer si los desequilibrios, o dicho de o tro modo,
las co n trad iccio n es, son inherentes, p o r una especie de ne
cesidad in trín seca, a la co n stitu ció n de los o b jeto s, p or una
p arte, o a las acciones del ^sujeto, p or o tra , o si son sólo el
resu ltad o de co n flicto s m om en tán eos, co m o los que supone
cu alq u ier d esarrollo h istó rico : en este caso se deberían ,!f
sim p lem en te a la diversidad de. los sistem as y subsistem as j
de obse rv a blés~V de coord in aciones, al hecho cíe que ningu- j
no de ellos e,gta desde_un p rincipio- acab ad o (e incluso los
sis te m a s 'c a u sa le s no lo están n u n ca) y al hechp de cju e ,se .
d esarro llan a diferentes velocidades; en una palab ra, al he-
P lan team ien to de los p r o b le m a s 15
( ) 4 p j t L f l ' T.;Z - i? ¿ _
24 -/ ca n Piaget
" V éase P. W eiss, «The living system », en Deyond red u ctio n ism (A lpbach
S y m p osiu m , 1968), Londres, H u lch in son , 1969. p. IZ.
" E n L'explicatiott dans les scien ce s . P a rís, F lam m ario n , 1973, c a p . 11.
28 J e a i j Piaget
) ) i 7 '/
* lo
p la n tea m ien to de los p r oblem a s 29
no to d a r e a c c i ó n a una p e r t u r b a c i ó n (o b s tá cu lo o la g u n a )
e n g e n d r a u n a re g u la ció n (y a que ésta sólo interviene b a jo
la p re s ió n de los s iste m a s de c o n j u n t o ) , ta m p o c o toda r e g u
la ció n p r o d u c e una c o m p e n s a c i ó n . C onstitu yen una e x c e p
c ió n c i e r t a s r e t r o a lim e n t a c io n e s po sitiv as, cu a n d o c o n d u c e n
a un r e f u e r z o del e r r o r . P e r o en el te r re n o cognitivo e s ta
e x c e p c i ó n s ó lo es m o m e n t á n e a : p r o n to o ta r d e el e r r o r c o n
d u c e a c o n t r a d i c c i o n e s y é s ta s , c o m o hem os visto' en
o t r a p a r t e ll, co n siste n en c o m p e n s a c io n e s in co m p letas
(a X n o-a ^ 0 ), y e n to n c e s su s u p e r a c ió n equivale a c o m
p l e ta r la s .
Si d e n o m i n a m o s , c o m p e n s a c i ó n a u n a a cció n de se n tid o
- ^ c o n t r a r i o a un e fe c to d a d o q ue tiende, p o r lo tan to, a a n u l a r
lo o a n e u t r a li z a r lo , es e v id e n te q ue las re t ro a lim e n t a c io n e s
n e g a tiv a s d e s e m p e ñ a n tal fu n ció n en c u a n t o in str u m e n to s
rs)t\ 1 de c o r r e c c i ó n . C u an d o se t r a t a de c o r r e g i r la propia a c c ió n ,
f o m o en las c o n d u c t a s de un c iclis ta en su s com ienzo s, e s ta s
e s p e c ie s de negaciorfes m o t r i c e s son ev id en tes: e n d e rez arse
en c a s o de in clin a ció n q ue c o n d u c e a la c a íd a o, por el c o n
t r a r i o , in c li n a r s e en u na c u r v a c u a n d o u n a posición d e m a
s ia d o v e r t i c a l h a ce p e lig r a r el eq uilib rio. E n c u a n to a las
p e r t u r b a c i o n e s que se d e b en a o b s tá c u lo s e x te r io re s, é sto s
se a p a r t a n o se r o d e a n , lo c u a l eq uivale a c o m p e n s a r la p e r
t u r b a c i ó n m e d i a n t e u na n e g a c ió n c o m p l e t a o parcial, c o r r e s
p o n d ie n d o e s t a ú ltim a e n t o n c e s a u n a d ife ren ciac ió n del e s
q u e m a en s u b e s q u e m a s , de a c u e r d o c o n que el ob jetivo p u e d a
s e r a l c a n z a d o m e d ia n te u n itin e r a r io d ir e c t o o no. Ig u al
m e n t e si s e t r a t a de a s im ila c io n e s re p r e s e n ta t iv a s y no s o
l a m e n t e s e n s o r io - m o tr i c e s y, p o r lo ta n to , de p e rtu rb a c io n e s
p r o v o c a d a s p o r o b je to s in a sim ila b le s p o r m e d io de e s q u e
m a s q u e e s t á n a d isp o sició n o p o r h e c h o s c o n t r a r i o s a las
p r e v i s i o . e s , se vuelven a e n c o n t r a r v a rie d a d e s an álo g as: o
b ie n sé niegk el a c o n t e c i m i e n t o e x t e r i o r en la m e d id a en que
es p é r t u r b á d o r (p o r n eg lige n cia o in clu so a veces p o r u n a
e s p e c ie d e r e c h a z o ) o b ien h a y m o d i f i c a c i ó n de los e s q u e
/i>¡
m a s y, p o r lo ta n to , d ife r e n c ia c ió n e n su b e s q u e m a s c o n las
r\
n e g a c i o n e s p a r c i a l e s que e n t r a ñ a n ; y en to d o s esto s c a s o s
h a y c o m p e n s a c i ó n (m ás o m e n o s esta b le).
' 11 V éase n u e s tra s R e c h e r c h e s s u r la co n tra d ic tio n . [H a y trad. c a ste lla
n a: In v e s tig a c io n e s s o b re la c o n tra d ic c ió n , M adrid, Siglo X X I , 1978.]
Planteam iento d e lo s p ro b lem a s
•K |
' 2* E n cu a n to a las re tro alim en tacio n es positivas, la si
tuación p arece m á s c o m p le ja , pero no excluye en absoluto
el d e s e m b o c a m ie n to en co m p en sacion es (excep to en el ca so ,
pero m o m e n tá n e o e n to n ce s, de los refuerzos de un e r r o r ) ;
si no, no se p o d r ía c o m p r e n d e r p o r qué hay regulación. E n
p rim er lugar, r e c o r d e m o s el hecho esencial de que la a d q u i
sición de toda c o n d u c t a en la que in tervienen refuerzos
supone p o r este m i s m o h echo c o rr e c c io n e s ; en efecto, en los
casos en los que los refuerzo s son inútiles, es porque hay
éxito o c o m p re n s ió n in m e d ia ta , m ie n tras que los recu rso s
a refuerzos im plican la p re sen cia de dificultades y, p o r lo Qm'
tan to, de c o r r e c c io n e s . E s t o equivale a d e cir que las re tro -
v
a lim en tacio n es p o sitiv as está n , en general, unidas a o t r a s
n egativas y a las c o m p e n s a c io n e s que é stas conllevan: en i. w
p a r t i c u l a r es el c a s o de lo que en § 4 h em o s d enom in ado i
«regu laciones a c tiv a s » , p o rq ue un ca m b io de medios e s tá
re la cio n a d o a la vez c o n el refuerzo y con la c o rr e c c ió n .
P ero h ay m ás, ya (Jue el refuerzo que se debe a la re tro ali '/f* I
m e n ta c i ó n positiva e s t á d estin ad o a llenar una laguna (p o d er
insuficiente de la a c c ió n , d ista n cia espacio -tem p o ral q ue
se p a ra de un ob je tiv o d e m a s ia d o a le ja d o , e tc .) : ah o ra bien,
llenar u n a laguna es u n a co m p e n s ació n , de a c u e rd o c o n la
definición a d o p tad a (y sin volver a la doble negación). P e ro
eso no es todavía lo e se n cia l: el f a c t o r p rincipal, c u an d o se .o y )
fo r m a u n a re t ro a lim e n t a c ió n positiva, es eí v alo r que el su-
v / t ó * -■)/ tí '
>i ¡ ) /
j e t o a tr ib u y e al ob jetivo p erse g u id o y q ue le hace ju zg a r
c o m o in dispensable la s a ti s f a c c ió n de la n ecesid ad (p rá c tica
o p u r a m e n t e co g n itiv a ) a la cu al c o r r e s p o n d e . Ahora bien,
to d o s los a u to r e s que se h an o c u p a d o de las necesidades, v
e n p a r t i c u l a r el p uro fu n cio n a lis ta que e r a C laparéde (que
vio bien las relacio n es e n tre las n e ce sid a d e s en general y la
« p r e g u n t a » en c u a n t o m o m e n t o inicial y n ece sario del acto
de la intelig en cia), han p re s e n ta d o la n ecesid ad c o m o un
d e s e q u ilib rio m o m e n t á n e o y su s a ti s f a c c ió n c o m o una reequi-
Ii b r a c ió n : b a s ta co n d e cir que el re f u e r z o en la investigación
(c u a l q u i e r a que sea su c a r á c t e r p o s iti v o ) d esem p e ñ a una
fu n c ió n de co m p e n s a c ió n en re lació n c o n el déficit de un
« p r e s u p u e s t o » (p a ra utilizar la te r m in o lo g ía de J a n e t , o tr o
f u n c io n a lis t a ), que sin ello a r r o j a r í a un sald o negativo. P o r
o t r a p a rte , v o lv e rem o s en § 27 al p r o b l e m a de la elección de
los o b je tiv o s , en relació n c o n la a s im ila c ió n re c í p r o c a de los
s u b s is te m a s y so b re todo c o n el e q u ilib rio de las d iferencia
c io n e s y de la in teg ración y v e re m o s q u e e s ta elección en sí
m i s m a y a se e n c u e n t ra c o n d i c io n a d a p o r necesidades de
1 c o m p e n s a c i ó n . H a y que a ñ a d i r el p r o b l e m a de las regulacio-
- ^ ' " n e s de re g u la cio n e s. A h ora bien, ta m b i é n en este c a s o , si una
re g u la c i ó n es insuficiente, es d ecir, si n o con sigu e a n u la r
t o d a s las perturbaciones» o re lle n a r las la gu n as, se h a r á ne
c e s a r i o s u b o r d i n a r la a o t r a s , que d e s e m p e ñ a r á n una doble
f u n c i ó n de c o r r e c c i ó n y de re f u e r z o : v o lv e m o s a e n c o n t r a r
e n t o n c e s las m i s m a s c u e s tio n e s y a n á lo g a s co m p e n sa cio n e s,
e x c e p t o q u e u n a vez m á s n o s q u ed a p o r e x p lic a r la posibili
d a d de tales p e r f e c c i o n a m ie n to s (v é a s e § 6 ). P e ro c o m o las
i c o m p e n s a c i o n e s en ju e g o so n e n to n c e s m á s co m p le ja s, ya
q u e en e ste c a s o a fe c t a n a m e c a n i s m o s que son y a c o m p e n
s a d o r e s , las neg acio n es q u e e n g e n d ra n son ig u alm ente de
u n tipo m á s e la b o ra d o y c o m i e n z a n a p a r e c e r s e a o p e ra c io
n e s in v e rsa s. L o s a s p e c to s n e g ativ o s de las c o m p e n sa cio n e s
e le m e n t a le s pued en , en e fe c to , no s e r ap reh en d id o s fácil
m e n t e p o r la co n c ie n c ia del su je to , en la m ed id a en que éste
r a z o n a en té r m in o s de sim p le s d ife r e n c ia s , c o m o es la ten
d e n c i a p r o p i a de los ju ic io s de « c o m p r e n s ió n » y ha de r e c o
r r e r s e un la r g o c a m i n o h a s t a el m a n e j o de las negaciones
o p e r a t o r i a s u o p e ra cio n e s in v ersas. L a s c o m p e n s a c io n e s p r o
p ia s de las re g u la cio n e s dé re g u la c io n e s m a r c a n u na nueva
P lanteam iento de los p ro blem as 33
- \ -----
3.“? E xam in em os aliora los c a ra c te re s comuncs^xi estas
diferentes com pensaciones reguladoras. El prim ero es el que ^
h asta aquí se lia descrito : toda co m p en sación se o rienta en
d irección inversa o recípro ca a la de la perturbación (obs
tácu lo o laguna), lo cual equivale a an ularla (inversión) o aV
n eutralizarla en cu anto p ertu rb ación (recip rocid ad ), al tiem
po que se puede e x tr a e r de ella inform aciones útiles (ya lo
v e re m o s en § 6), ad em ás del d esarrollo de las negaciones
que im plican, etapa tras etapa, los pares perturbación-
co m p e n sación .
El s eg u n d a c a r á c t e r general de las com pensaciones cog-
nitivas es conllevar una evaluación term inal de su éxito o de
su insuficiencia, que está unido al origen de la regulación
m ism a. Al estar este origen constituido por un desequilibrio
de la asim ilación y de la a com o d a ció n debido a la presencia
de una perturbación que impide a lca n za r el objetivo m e
d iante el esquema de partida, la evaluación final consiste en
un ju icio sobre ese a cce so (com pleto, p arcial o fallido), m e
d ian te asimilación recognitiva en los ca so s sensorio-motores
m á s simples, pero luego con posibilidad de com prensión
de las nuevas relaciones debidas a la reequilibración de la
a sim ilació n y de la a co m o d a ció n y a las informaciones
e x tr a íd a s de los elem entos inicialm cnte p ertu rb a d o res y
fin a lm e n te integrados en la co n du cta read ap tad a (volvere
m o s so b re h ilo s en § 13).
E l tercei)) c a rá cte r c o m ú n a todas las com p en sacion es es
que tienden a conservaciones a través de transform acio n es:
co n se rv a ció n de jin estad o o de una p rogresión, de un esque
m a o de un subsistema, e tc. E sta s tendencias co n servad oras
e stá n lejos de d esem b oca r sin más en la co n stru cció n de
n o cio n es o principios estru ctu rales de con serv ació n (sustan
cia , e t c .) porque, para llegar a ese p unto, hay que con stituir
aú n u n a cu antificación de las com p en sacio n es, pero, en su
f o r m a cualitativa inicial, éstas p ro p o rcio n an desde el co
m ienzo esbozos funcionales de estas realizaciones posterio-
34 le a n Piat¡ei
§ 6. L a e q u i l i b r a c i ó n m a x i m i z a d o r a . — E l e x a m e n de las
r e g u l a c i o n e s n o s ha m o s t r a d o c ó m o se e f e c t ú a la equilibra
c i ó n en s u s t r e s f o r m a s de e q u ilib rio e n t r e el su je to y los
o b j e t o s , e n t r e los e sq u e m a s o lo s s u b s is te m a s del m ism o
n iv e l j e r á r q u i c o y e n tre su d if e r e n c i a c i ó n y su in teg ra ció n
e n t o t a l i d a d e s s u p e rio res . P e r o lo que q u e d a p o r p re c is a r
es q u e la e q u i lib r a c i ó n co g n itiv a n u n c a señ ala un p u n to de
d e t e n c i ó n , si n o es a título p r o v i s i o n a l ; y en ello no hay
n a d a q u e l a m e n t a r , ni e s p e c ia lm e n t e el indicio de u n a espe
c i e d e p e c a d o o rigin al c o m o lo s e r í a la c o n t r a d i c c i ó n que
d e t e r m i n a d a s d ia lé c t ic a s q u e r r ía n in s t a l a r en el c o ra z ó n mis-
Q m o d e la in te lig e n c ia. E l h e ch o d e q u e los e sta d o s de equi
li b r i o s e a n s i e m p r e s u p era d o s s e d ebe, p o r el c o n t r a r i o , a
u n a r a z ó n m u y p o sitiv a. T o d o c o n o c i m i e n t o c o n siste en sus
c i t a r n u e v o s p r o b le m a s a m e d id a q u e resu elv e los p re ce d e n
te s . E s t o es e v id e n te en las c i e n c i a s e x p e rim e n t a le s , en que
el d e s c u b r i m i e n t o de la c a u s a l i d a d de un fe n ó m e n o su scita
la c u e s t i ó n d e l p o rq u é de los f a c t o r e s in v o ca d o s, y así suce-
P lanteam iento d e los p r o b le m a s
/* N *
5./fl P e r o e ste p r o c e s o de reflexión de las neg acio n es
p r á c t i c a s en n eg a cio n e s co n c e p t u a le s es la e x p re s ió n de un
p r o c e s o de c o n s t r u c c i ó n e s tr e c h a m e n t e unido al ju e go de las
re g u la c io n e s y del c u a l, p o r o t r a p a rte , c o n s titu y e un a sp ecto
in se p a ra b le : es la a b s t r a c c i ó n reflexiva, e s tu d ia d a en o tr o
lu g a r c u y o m e c a n i s m o in terfie re c o n tin u a m e n te co n la
f o r m a c i ó n de las re g u la c io n e s de re g u la c io n e s , h a s ta tal
p u n to que p a r e c e tr a t a r s e en este p u n to de un solo y m is m o
m e c a n i s m o a n aliz a d o en d o s 'l e n g u a j e s y d esde dos p un tos
de v ista d ife ren tes.
L a a b s t r a c c i ó n re f le xiv a co n llev a dos m o m e n t o s indiso-
c ia b le s : un « p r o c e s o de reflexió n » en el se n tid o de u na p r o
y e c c ió n en un nivel s u p e r i o r de lo e x t r a í d o del nivel p r e c e
d e n t e (a c a b a m o s de v e r u n e je m p lo de ello) y un « p r o d u c t o
d e la re flex ió n » en el se n tid o de u n a r e c o n s t r u c c i ó n o r e o r
g a n iz a ció n c o g n itiv a ( m á s o m e n o s c o n s c ie n te o n o ) de lo
q u e de e s te m o d o h a sid o tr a n sf e rid o . S ó lo h a y que p re c i
s a r q ue e s t a a b s t r a c c i ó n no se lim ita a u tiliz ar u n a su cesión
d e niveles j e r á r q u i c o s c u y a f o r m a c ió n le s e rí a a j e n a : ella es
q uien los e n g e n d r a m e d ia n te in te r a c c io n e s a lt e r n a d a s de
« p r o c e s o s de re f le x ió n » y « p r o d u c t o s de re fle xió n » , p ero
p r e c i s a m e n t e en u n a u n ió n tan e s t r e c h a c o n el a fin a m ien to
d e las re g u la c io n e s que se t r a t a de un solo y m i s m o m e c a
n i s m o de c o n ju n t o .
I f
i u v i wj x >.__ v . ' » ■■- . < u i <
/ - v 'I tr .o
¡
j Ullim os Idilios p u b lic a d o s
i _ n
í 2*1. Ifmfiim Scj:;i! - In tro d u cció n n ¡a o b r o de 59 O Kcnihcrg - Im teoría d e las relacion es o b
A /eíon ie Klein jé ta le s
2 5. W. R Ilion - A p ren dien do de la e x p erien c ia 60. S I. Siifin-Ali * C u er p o rea l, cu erp o inia¡¡¡-
26. I:. Junes - i p e sa d illa tiarto
i 27. L Giinliciy. Ni. Lnnjjcr y E. - Pst- 61. M. Ssipir. F. Rcvciclion. J J. Pr¿vn*t y otros -
nutnA lisit en lux /im b ricas. E l ¡tr o c a n a n a lf- h t relaja ción . Su e n fo q u e p sicoon alitico
¡ito. Tran sferen cia y con tro tran sferen cia 62. \V. K. Ilion *S em in arios d e p\icoattál¡\is
23. Callos A l\iz - A n a liz a b iíid a d 63. J. Cliu.sM-‘Kiic(-Siniigcl - I o s cam in os d el anti-
20. C- G Jung - l'sicolon ia y s im b ó lic a d e! ttr- F d ip a
q u etip o 6-1. (i. CuitliIccV. - C on feren cia s p sicoan alitica s
30 A G;irm;i - N u n m a p o rta c io n es a l p s ic o a n á p a r a en ferm os
lisis i/t* Ins xu ain s 05 M. A. Miitloun - El an ólisis ju n g u io n o d e los
3 1. Anninilii Ahcmstury - /ip o r ta c io n e s a l p s i s u frios
coan álisis ¡le ttirios C(\. i). I'oulkc.s - G ra m ática d e lo s fu rrios
I 32. A. (iiLiiiiü -/;/ p sicoan álisis. Teoría, clin ¡en 67. A 1111:1 Frcud - E l y o y los m ec on ism o s d e d e
y técn ica fe n s a
33. U- V/. Wltilc ■E l y o y la r e a lid a d en la (c o ífl IIci 11/. K0 I111I - f.a restau ración tlel si-m ism o
i l a psicon n alitica 69. \V. Rcich yol rus - E s a i tos ps icoa n a Utico i fí a t -
3-1. M. Tniclcnbcift - 1-0 circu ncisión. Un estu dio datitcn lalcs
j p\icoanaíf¡iat sobre ¡as m utilaciones ¡(en hales 70 Gcorjit-'s Ainsolo - D el n i rio a l adulto. E l psi-
35. W. Kcicli - Ij i fu n ción d el oriinsino cn iin ólisis v el ser
! .Ni. J. UlegC! - S im biosis y n m b ig ü eila d 1 1. Jcan Goilliiumin •f o s su rtios y el yo. R up
37. J. SmihIIit. Ch. D:»re y A. Iloklcr - E l p a - tura. coitiinuiilíiil. c rea ción en la vida pni-
I viente y el an alista q u ica
33. M. Ati.nl! y otros ■/.<! fa s c in a c ió n d e la 72. I. Ucrcn.slcin - P sicoan álisis d e ¡a estructura
J tu u n te, l'unnn mui. d in am ism o y preven ción ■ fa m il ia r
ilrl suicidio 73. M, A. Müiiiis - P a ra d o ja s p sicoan alitica s
'j 39. S. UikIl) ■Psicoanálisis d e la con d u tta 7‘t. M. 'i'iimpcy - P sicoan álisis d e la cultura
' -10 Anim l-'tL-uü - N o rm alid ad y p a to lo g ía en ¡a , 15. C. M. MciKyiizv.il - M o^ia. m ito y p s ic o -
¡j .mriez dram a
i» -II. A. Gimnn - E¡ dolor d e c a b ez a . Cii'nesis psico- 10 I.. Giinhcrg - Psicoanálisis. A spectos teóricos
li s o m ó tic a y tratam iento p sicoan n litiio y clin icos
lí ‘12. S. Lcclüiie y J. D, Nlisio - D e sen m asca ra r lo 77, I). J. Fclüfngul y A. P. 7imerman (comps.)-
•i n al. E l ob jeto en p sicoan álisis El pxirjuism o d e l nii)o en ferm o org án ico
A}. O. I.! lie iiini 11 y II Miiltluvsky - /\/< o a n á lis is 7S. C. G. J 11 ng - Energ¿iica p síq u ica y esencia
j )•sem iótica. Sen :i dos d e r e a lid a d y ca te ¡¡oriza ■ d e! su crio
r n o n es estilísticas 70. C. O. 1‘ere^ - \ fascu lin o-F em en in o o la bella
; Ü . I. Ilcrcnsicin ■F am ilia y en fer m ed a d m e n ta l iliferen tia
{ -15. I ik’fCMNlirin -/:/ c o m p le jo d e E dipo. Lstruc- .SO S. Ti cotí - Esqucn ¡a d el p sic o a n á lisis
I tura y significación 81. i). L.igiicliC - O bras f (I9 J2 -IV JS )
i *16 A. Arni ¡nulo ■L a vuelta a Fretid. M iíii y S2. I). I.aciche - O bras I f (!< )J9-I946)
i c a lid a d 83. D l.n^ichc - O bras /// ( I 9 ‘f7 ‘ 19-19)
■i?. I con Ciiinlu ijí - T eoría d e la iden tificación ñ-í. O. Ln^iiulic - ObraK IV (¡950-1952)
■1H J llmvllty - l'i vincula afectivo 01. M. Miinuom •El n iiio tetard ad a y su m ailtv
■IV. J. Iluwlliy- I j : sep a ra ción afectiva 02. L. C II Dclgüilo - A nálisis estructural d e l*
51. I . M. IItiII¿i ■F am ilia y p e rs o n a lid a d d ib u jo libre
52. M. SliCjinril - Friti Pcrls. L a tera p ia gu estál- 0J. M, H. Giiieia Ar¿cno - E l sín d ro m e d e la
tica niria p a b e r
53. l.cón GiÍiiIh.t^ (eomp.) - Pró‘ ticas psicon n n- 9-1. C. D IVtl/. * (fa lux'ar en cf espejo. E l esp acio
Uticos c o m p a ra d a s en la n curou s vin u al d e la d in it a
5 I. l.cón tninbeiy (comp.) * P r á ¡tic a sp iic a a n a - 0 “. A. Ta 11;1fe r ro ■Ct 1r so b 1i.vtc o d e p s ico a /: ó -
la icas c o m p a ra d a s en la s psitosis ¡i us
55. I con Ciiinln-'j;ítomp.) • IW m u n v p sic a a n a - 99. F. Dnllo - S cM iaiidati fe m e n in a
litií as i'innparadíis en /tirios y udoiesi entes ]IX). II Huhicio y oWus - D e la droy/tificrian
56. 1, 11c icn *.1c in ■/ Altv a n titisis y sem iótic a d e los 10 1 . I. tic Kicll - L o escu d u t. Lj i histeria
i \Uf)]()S 102 , M. A Miiiiiis - IV ulticm as y p a s a tiem p o s /ja i-
57. Aiinn I kiii! ■Estudios p\itaaiuilitico\ coftn ali'icos
58. I*. I.. As'imn - Frcud: lo fd o s a fia r las lili. [) I.¡ij- ithe ■E l p\icoonóli\Ís
s('!aS |ií i. |- l>•!:.) - fui im oyen im o/t;,dente d el ct ierra
jL ' JL C iJL iV ^ V Ji.0 V-» ’ JL"' X l.V/ . , J a' *
LA IMAGEN
INCONSCIENTE
DEL CUERPO
ediciones
BU DOS
IIxrc si an9
Ou mi.1 1 /Mí j i
Mi>.!cu
L e . A res O
c A , ¿ n o
•WtSu:í ' o «■«<<#•. t, *l> -ni-wq-ji anB
í r f w v . '. ‘. --i»- £ó¡¡¿ ru'.-túí(|ani*> •»:.*:• o~ :;.'.iL-í-: x^í’ - '¿ a ’ . , :•* - '-
-^ «ü | -*w o »u < x*q :iu » fijodí- (fufKfe -¿o* - . , '**-.r* *-* — * r
íA ¿ n fí t .ja ^ I ;ir B S Q U B M * CORPORALES IMAGEN^DELi. CUERPO ¿
11
"’ ttT . ■ • 1
N. in. a d e die^. añ os totalmente in-
■o ivd n s b v o fr e a ui a sonríe-' -
................. M£?atBíip¡«t!p áí^ ¿5p i® 6ÍK K ‘ *"
Jfr -TgM^^tVVvis^BQ ffuetfcw^n n f v . ¿ ; S e g ú i x : d i c e . n o sueña, se .
pone a representar wráíicaqjcnte ¿«batallas con tanques».1De
- ,] hecho, codos.i[o^ ;dibu josvlcf¿. jjus^prim erassesiones son repre
sentaciones- d e este tnisn r,t + a,,de una manera que manifiesta
............ con .cla ndac^ la a n f'itu d ^ d c £i jniúbición: en la relación con el
otro, liiv.unos.jde.asus dibujos^ p or ejem pIoit'h a y um tanque de
g ralis m o pálido y temblequeante' en. mitad de la página y, sólo
en la extremidad derecha; del.papelr la punta del cañón de otro.
De la punta! de este, cañón no- sale ningún obús; el único obús
es eL proyectado por el cañón del tanque visible, pero su direc
ción es tal; manifiestamente, que no podría causar ningún daño
al tanque invisible. ...
De sesió n en sesión prosigue id én ticam en te este im posible
co m b a te en tre dos tanques, su stituid os con p osterioridad p or
b oxead o res vistos de perfil, sólo visible un brazo y a resp etab le
d istan cia uno del o tro . Se confirm a, pues, el problem a de la riv a
lidad en la fo rm a del im posible cu erp o a cu erp o . Porque esto s
b oxead ores ca re ce n , según los prim eros dibujos sucesivos del
niño, o bien de cab eza, porque no caben en teram en te en el es
pacio del papel, dado el volumen de sus cu e rp o s, o bien de pies.
D ándose cu enta de ello, el m uch ach o vuelve a dibujarlos con las
rod illas dobladas; están am bos de rodillas uno frente al o tro ,
p ero sus brazos, aun extendidos, no alcan zan a tocarse.
Cuando finalm ente, después de varias sesiones, el niño co n
sigue situ a r a los dos boxeadores de pie uno frente al o tro , lo
que a p arece es que uno lleva una ca m ise ta rayad a y el o tro no.
A m i pregun ta co n testa que, si él estuviese en el dibujo, sería el
p rim ero. Ahora bien, las asociacion es d em o straron que la c a
m iseta rayada record ab a el jersey de un com p añ ero de clase
que, habiendo vuelto de la escuela con una m ala nota, había
recibido una paliza de su padre.
Iln to n ccs, a mi p regunta: «¿Tú q u errías que tu p adre te
p egara una paliza? — ¡Ah! No es eso lo que quiero decir, sino que»
su papá se ocupa de él».
En efecto , este niño tenía un padre que lo tratab a con total !
m d ileren cia; en últim a instancia, este p ad re no había recon o
cid o a su hijo com o alguien válido. Toda la inhibición del niño
pudo exp resarse en una au to d cstru cció n de su libido viril, por
au sen cia de identificación posible a un p adre que no se recon o
cía co m o tal y que no recon ocía en su hijo a un m uchacho que
iba haciéndose válido, puesto que no tenía ningún interés por
él. Se daba aquí inclusive una inversión de la situación edípi-
ca, era el padre el que estab a celoso de su hijo y el que no le
p erm itía co n stru irse en referen cia a él m ism o, elaborando ins
tan cias de psique: Yo, Superyó. Ideal d e l'Y o , debido a que este
X vxpyjü y * ? k ? d re . n o era.'ÜV J i n j S u Q c r y d inhibidor, ¿de-la noHoboervancid de-
H & S n a f * ja J g r } d c t > t r a i t e j o ^ —gu<r . e s ,u n a .a tib lu n ació ^ T ? d cíjsi*p *^ lila iic » >
13
l<awuai compuuuvas a tas. ra ;' |ue: basta, consiguen desclavar-
J>-ta».‘ La, QiadEtfSque'acamp^fl___ í *Ír 'x » a ñ t a . ^ u e s t r a
i »lSniS pleirínisfiiniiRUFladaS? cdrijál r ^h tií^SlturB 'de las ¡bias.
♦y # !* í i i l p i ^ d e í ñ Í P p n p i l i ^ ^ h i r ro m hr'qay'erfeaáli tcTcom -
$^ __
- ^___
« m _m l m i c ^ d e l n iilo'^ e'b
. , B h i Ú 'p i i i - d e l BjEha-
T ; c ;J¡fconvüffaE d e tfa d a en q u e 'd u é r m e d la /y sobre & d e la mesa fami-
■ 33-¿wq|fai-?ael W doafef que rd £ ^ K c £ t m t íb n >ie n t a n k * n li
6;T - ■>'«< la En et transcurso deteste-primar ¿«intacto, todo lo que el chico
»• ■.jbJísü ¿m e "puede x.cii*, acerca>‘[fc'íii3’rsír.«!ut »P£- ‘« N o puedo evitarlo,
1 ir - • ' es más fu e rte 'q u e ' yo.T'? — Pero, v¿c(Sm s e exptica que siempre
sea contra tu m adre y nVddntrá'fúTpadns?— Ñ o la ;é, no lo hago
ad red e»’’ , • ju- ü ?}#»]» ¿ j
' M e com unica que nc puede' dibujar y, escoge hacer un mo-
' delado,'iin p o z o á la manera antigua,'artísticamente reproduci
do'. En ese m om ento digo: «Un pozo, ¿qué podría decir de él?
— Bueno, en el fon do hay agua, es ün pozo de los de antes, ahora
ya no hay pozos. — Sí. ¿Pero qué se dice todavía que se esconde
en el pozo?» Así, juntos, acabamos hablando del pozo y de la
verdad, que supuestamente sale de él desnuda. Terminada la
sesión, en el m om ento de fijar las citas siguientes, el muchacho,
que sin em bargo parece despabilado, me dice: «Tengo que pre
guntarle a mamá. — ¿A qué se debe que tenga que preguntarle
a su madre? N o sabe usted mism o cuáles son sus días libres?
— No, tengo que preguntarle a mamá».
Viene en to n ces la m ad re y se sien ta a su izquierda. M ientras
me habla de los días en que fijarem os las sesiones siguientes, el
m uchacho to m a la m ano derech a de su m ad re con su m ano iz
quierda y lleva su dedo índice a a c a ric ia r el in terior del pozo
modelado, sin que ella, que sigue hablándom e, p arezca ad ver
tirlo. .En lugar de d ejarlo m a rch a rse con su m adre, digo a é sta :
«Le ruego que espere un instante, tengo que hablar un poco
más con su hijo». E lla sale y yo p regunto al joven: «¿Q ué sig
nifica el gesto que usted le hizo h a ce r al dedo índice de su m ad re
en el m odelado? — ¿Y o ? ¿C óm o? No s é ...» (P a re ce sorp ren d id o,
incluso d escon certad o .) R esponde, pues, com o si no re c o rd a ra ,
com o si no se hubiese dado cu en ta de n ad a; entonces le d escri
bo lo que le he visto h acer. Y añ ad o: « ¿E n qué le hace p en sar
el dedo de su m ad re en el agujero de este pozo? — Ah, b u en o...
yo no puedo ir al baño, m am á no me p erm ite ir al baño del
instituto porque ella tiene que m ira r, tiene que co n tro lar mi caca.
— ¿P o r qué? ¿P ad ece desde hace m ucho tiempo de problem as
intestinales? — No, pero ella lo quiere así, y si hago ca c a en el
instituto me m on ta una escena. — Vaya a b u sca r a su m ad re».
Vuelve la madre, y se confirma que tampoco ella había no
tado nada del juego con su dedo en el pozo. Le digo que su hijo
(siempre presente) me lia hablado de su necesidad de verificar
su cxcrementación. «Claro, señora, ¿acaso no es deber de madre
. jjCÍusokrk^ai h ija mayor (un m uchacho de veintiún años)* Ee|m»49
- ái ;* m o cada vez q u e va a l^ R lre le .— /Alt sí? ¿ Y p o r q u i j »
15
A n & * tu V ''L lii* r' •:i-. v - « i » - ;, « ' í i "''*
(QclunoAquiccc .que.nadie duertna_con el la atn^JiabiEacion».
fe g t i
17
31
nes a e nvaiuiaa;. un ei cuarco caso, se traía, ue aquella p a n e
o.partes- ausentes de su. imagen, del, ci io qu^tcnfan. vedada su
t_ t á K f f i o j e t abítela mórestu mí i p a J a S a d r e i tenían
%[ niño 1 c fe n H ^ S ¡^ n *ü n 'm .v
13
guaje 'fín ico y la palabra. expresar y fanraimatr/ar sus deseos, f
.'^.ajur>3Seart o s reaQzabfe^ ¿ ño s c g u a '^ é ’e s q u O T a ^ rp o ca ! lisioiío./
'-1j$8£RRE)M ejem plo, ítf faftáf^aríaptóliay^úuí^iáSsít^icÉ de jugar
■S ht>>j:^v«rb«|piente con so madre. n iM a M fr a f r ^ m g f e » I t w : cosas /
que su madre sabe tan bign com o é í que ja m ís podra realizar. ^
^Proyecta asf este niño'aria imafeten sana del cueif&o^simbolizada
' r m ediante'la palabra y ' tas^reptesenraciones gráficas, en fontas-
■" 1'~mas de satisfacciones eróticas, en r f intercambio de sujeto a su
je to . Hablar asf de sus deseos con aTguien que acepta con éí este
;juego proyectivo, permite al sujeto integrar dichos deseos en el
lenguaje a pesar de lá realidad, de la Invalidez de su cuerpo. Y
er lenguaje le aporta el descubrim iento de medios personales de
* comunicación. Un niño focom élico, nacido sin miembros infe
riores o superiores, posee un esquema corporal lisiado. No obs
tante, su imagen del cuerpo puede ser completamente sana y
permitir un lenguaje de com unicaciones interhumanas tan com
pletas y satisfactorias para él cóm o las de un individuo no li
siado. Tal es el caso de Denise Legrix, mujer-tronco, autora del
libro Née comme $a* y que, inválida de nacimiento, fue am ada
por su padre, su madre y su entorno social.
Un niño con un brazo sólo puede, con este brazo, conseguir 1
la m anipulación de los objetos q u e - le son n ecesarios. Lo que
convierte al niño en mal socializad o y hasta en ca ra cte ria l, con
una imagen del cuerpo m alsan a, no castrable en el m om ento
del destete y luego en el de la ca s tra ció n anal (el a c tu a r autóno
mo) en relación con su m ad re, y que lo deja en estad o de de
pendencia en relación con ella, co n fijación fílica o fóbica, es
aquel a quien su m adre nunca ha querido hablarle de su invali
dez, m ientras que él observa m uy bien la diferencia existente
en tre su cuerpo y el de los dem ás niños.
Así pues, la evolución sana de este sujeto, sim bolizada p or
una imagen del cuerpo no inválida, depende de la relación em o
cional de los padres con su p erso n a: de que muy precozm ente ■
éstos le ofrezcan, en palab ras, inform aciones verídicas relativas
a su estado físico de lisiado. E sto s intercam bios hum anizado-
res — o p or el co n trario su au sen cia, deshum anizadora— depen
derán de que los padres hayan acep tad o — o no— la invalidez
del cuerpo de su hijo. ¿ E s tá n culpabilizados en cu an to a su
propia genitalidad? ¿E s tá n an gu stiad os? ¿Se narcisiza el niño
p or ser am ado tal com o es o, por el con trario, se ve desnarcisi-
zado eri su valor de in terlocu to r que, por lisiado, no es am ado,
y cuya invalidez no es recon ocid a ni hablada? En cuanto invá
lido, ¿es rechazado por sus padres, en vez de ser reconocido en
teram ente, com o su hijo o su hija en la adversidad, considerado
19
»• w ■
ífcfl ■ í ::<■ .. . .• ’j., i .; í *»•Vi
íío'Srí^ ser humanó' ?dc? pierio derechcr curf*Vti£?nyab'cIcz? S ijs e
réonnoce c in io ' sújetó^de-sus dereos^fnffi3BP&S*lB paEaSra
ííJ K r i;- * iS S a __ s*.-
w * * ^ w ^ iu iu a u iu u c a u iiu u iu u u u iv j i^ u c l u a iiu iu w iu iu u u tu
5. E j e m p l o c o r r i e n t e es la t i mi de z , y s u l e n g u a j e del c u e r p o : « r u b o
ri zar se», « s u d a r » , l.a n e u r o s i s c o r r e s p o n d i e n t e es l a e r i t i o l ' u b i a , p e r o la
t i mi d e z n o e s n e u r ó t i c a .
ó. V é a s e p i g . 13.
HÍ ¿I X í í i i - V , . . ** . . L l £ , j .<J . - U o . 1* ( 1 1 0 •t .’ I . i 1 - - t .. U|
8. E l Y o I d e a l es u n a i n s t a n c i a q u e t o m a a un s e r de la r e a l i d a d
( u n T ú ) c o m o p u n t o de r e f e r e n c i a i d e a l i z a d o ( m o d e l o ) , p a r a el p r e s u j e t o
q u e es Y o [/Víoi] r e f e r i d o a T ú . M o d e l o m a e s t r o , c on d e r e c h o a d e c i r « Yo»
[ J e ] . D e s p u é s del E d i p o , el s u j e t o es ¿1 m i s m o el s u j e t o Y o [le\ q ue
a s u m e Y o [ 1 V/0 1 ] su c o m p o r t a m i e n t o m a r c a d o po r la ley c e n i t a l t a n t o
c o m o l o e s t á n l os a d u l t o s ; y el I d e a l del Y o y a r.o e s t á r e f e i i do a a hj ui e n,
s i n o a u n a é t i c a q u e s i r v e a! Y o [ Moi ] c o m o a p o y o ¡ m a c u l a r i o p a r a el
a c c e s o d e la e d a d a du l t a .
9. P o r d e s d i c h a , e s t o n o p r u e b a s i e m p r e en la p r á c t i c a q u e es a m a d o
en su p e r s o n a ; p o r q u e el c a r a m e l o es a ve c e s el m e d i o de r e c h a z a r su
d e m a n d a de r e l a c i ó n ; se i n t e n t a h a c e r l o c a l l a r ci ándol e un c a m í n e l o .
T -J V. ¿¡wjv >íu j.::¿ .«■.:■- -• - - . i hr. . ■. '1 - . '. ~Ü .* \
y . -V:Ja dem anda, del. xaram eio, reconocíend ta par el hecho de ™ :r
. . .,. , r. que el niño dem anda c o a ello a alguien.una relación c o n él, y
" s i este alguien se interesa entonces en. la persona del njño,*" .i;.j•
¿¡ *c,hahla„ ^ com u n ica ,con él, esto prueba al niño que es ama- ,;u -
■j • ¿<?ri‘ ault cuando se. le rehúse una gratificación del cuerpo. Este -4 '
r a m o s q u e se^le da, aunque no se haya respondido a su demanda
de, p'íaccr bucal, le concede un placer de valor humano amplia
.. m e n te ,com pensatorio. , . . . H
...Como se lia dich o, sólo con la e n tra d a en el orden sim bólico,
‘ poL.obra_"<ic ía c a s tra c ió n ed íp ica. la relación verd ad era en la
, p alab ra podrá, e x p re sa r cla ra m e n te a aquel que h abla, en cu an
to sujeto responsable del o b ra r de su Yo, que su cu erp o m ani
fiesta. H asta a h í, eL deseo propio del niño, sea olfativo, oral,
anal, u retral (en el varón) o genital (en el varón y la n iñ a), no
puede exp resarse d ire cta m e n te de una m an era, fundada en el
lenguaje, au tó n om a, referid a p articu larm en te a las instancias
tu telares y dependiente de ésta s: instancias que, focalizando el
deseo, definen el m undo rclacio n al del niño. E ste sólo puede
e x p re sa r su deseo p or el sesgo de deseos parciales, a través de
las p royeccion es rep resen tad as que de aquél ofrece. De ahí la
im p ortan cia teó rica y p rá ctica — en el psicoanálisis— de la
noción de imagen del cu erp o en los niños de edad preedípica.
E l deseo del niño se ex pr es a frent e a cualqui er h o m b r e o cual
q u i e r m u j e r — incluido el anali sta— con la prudencia def ensi
va nec esari a para la preservac i ón de la est ruct uración en curso.
El niño no moviliza en la relación con una persona extrafa-
mi liar aquellas pulsiones er ót ic as que deben p e rma ne c er c o m
pro me t i da s en la si tuación e moc io n al aseguradora del espacio
familiar, situación i n c o ns ci e n te me n t e erótica [rente a los dos
progeni tores. E s que, en su realidad, estas personas parental es
son los garantes de su cohesión narcisística, r eler enci ados en
el tiempo a su esc en a pri mari a, y en el espacio a su relación
actual de dependencia a su respecto,_para sobrevivir. S u deseo
e st r uc t ur an t e incest uoso ( inco n sc i e nt e, por supuesto), h o mo s e
xual y/o heterosexual, está y debe por tanto seguir c o m p r o m e
tido respecto de su padre y su madre. Por consiguiente, las errfo-
ci ones suscitadas en su si tuac i ón erót ica actual, en t r a nce de
evolución hacia la inst alación (el mo nt a j e ) complet a del Edipo 10
sobre los padres, no pueden ser transferidas sobre el ps i co a na
lista sin peligro para la cohesión narcisística del niño, no más
que sobre cualqui er otra persona f emeni na o masculina. E l pe
ligro se deriva del riesgo de (jue el niño no pueda transferir
proyectivamente nías que las emoc i o nes no castradas, no si m
bolizadas, ligadas a pulsiones a r c ai c as : y este riesgo se inc re
me nt a si. como suele a co n t ec er , los propios padres regresan, a
I m agen d el cuerpo
PULSIONES DE VIDA Y DE MUERTE
* ‘ T o m a r » la l e n g u a : « t o m a r » la p a l a b r a . [ R . ]
1
SCI lA L llV t l) u • Ii« to a t » a — ■ -^ - .
'1
.i -i z* ítíHaíjirt^ríii• í . ^. _' arw¿: u ”» A ü í j í ; .á-*, ¿^ ,
•jff. W iíriiv l»!¿¿: . :;5<VÍ7 , KV‘i¡t¿.'ÍÜ.í;’t, S ¿i j j_ \ :.
* n z » a c t : '"érítoncS^ c o n te s ta 1nusfón.fínd* sfe^Siéri té^ya wsdfb, s m o íp o r y -co rt-^
’• !’J • 'i* j O- *í I ■ *1 . ’ >M ■ *JU '"a i* ■_i J i l , fji * ' ■>
• ** \ . ■ . - , * • . , . r ®* * ■ —
J1 'L a visión del muncfo del chiquillo se adecúa a su im agen.
1 ‘ dcl cu c. ctiíal y'depender'dé esta:'Así piies;1será p or media- ‘ :
ción de esta imagen del cuerpo com o podrem os entrar en con
tacto-con él. s * « . - • • • -J ' i,íi i-:- -*• -•* K :n ^
Desde eí m om ento de nacer, los contactos percibidos por eTl
cuerpo ”dcl niña ya han estado acompañados de palabras y fo
nemas. Las palabras, con las cuales pensamos, fueron en un
principio palabras y grupos de palabras que acom pañaron a
las imágenes del cuerpo en contacto con el cuerpo de otro.
1 E sta s p alab ras serán oídas y co m p ren d id as p o r el niño de
u n a m anera que d iferirá según el estad io que h aya alcanzado.
E s necesario, p o r tan to , que n osotros, p sico an alistas, lo co m
p rendam os, que las p alab ras em pleadas con los niños sean pa
labras que co rresp o n d an a una experiencia sen sorial ya sim bo
lizada o en vías de serlo . E s evidente que la p alab ra «am ar» no
exp resa la m ism a co sa en un niño de seis m eses, que se encuen
tra en la etapa o ral, y en un adulto que ha llegado a la etap a
genital. E l niño cu ya im agen del cuerpo es la del estadio oral
no com prende m ás que las palabras de p lacer de boca y de
cuerpo tran sp o rtad o , aquellas que se refieren al funcionam iento
y a la eró tica o ral, p a ra un cu erp o cuyo esquem a co rp o ra l no
es aún autónom o. —^
Una niña de cin co o seis años llega a la co n su lta; hace dos
años que no tom a nada con sus m anos: pulsiones de m u erte
parciales han ausentizado la imagen del cu erp o funcional de
sus m iem bros su p eriores. Cuando se le p resen ta un objeto, re
pliega sus dedos en la m ano, su mano en el an teb razo, el a n te
brazo en el tórax, de m an era que sus m anos no toquen el ob je
to acercad o. E s ta niña com e de los m ism os platos, cuando ve
un alim ento que le gu sta. Yo le tiendo p asta p ara m odelar, di-
ciéndole: «Puedas tóm enla con ti* boca d e m ano». In m ed iata
m ente, la p asta p ara m od elar es rap tad a por la mano de la
niña y llevada a su b oca. Ella puede co m p ren d er «tu boca de
mano» porque se tra ta de palabras acord es con su eró tica oral.
Si yo le tiendo la pasta para modelar, ella no reacciona. No
habría reaccionado si yo hubiese dicho: «Toma la pasta en tu
mano», o «Modela algo», porque éstas son palabras que impli
can una imagen del cuerpo del estadio anal, que la niña ha
perdido. Estas palabras, no siendo ya para ella portadoras de
una referencia de la imagen del cuerpo al esquema corporal,
habrían quedado vacías de sentido. En cierto modo, lo que hice
fue procurarle la mediación fantasmatiznda de la boca, zona
cróa»:na conservada para tragar y sobrevivir, lo cual le permi
tió e! uso del I•• .i. Mientras que no tenía manos no en su
' ■ r-irviéiul'.'! !e li p.ilaln.. una boca i ulano,
1 : y i K . !• •! . . >ii i|iie reen: > •> i ;nan<> ’ ¡>oe<i
1
.._• Iiti íá'r,SL¿ wsí- ZStiiiiitíii"- '••* -----*-i'< - ;
ciar. _ a su - boca-manos d e rbistro. tam bién' perdido. Su
■ ■' <poraIiy»su" imagen üei- cuerpo habían padecido una
> : \en cuanto áv«tom a r» ÍDerot'n o par:'«cam in a r»)., en » n »
u. ■ en q ué aún no se habían- entrecruzada en. eUnivel del
hacer»*que; pertenecen'a. la e ró tica ’ a n a l.S ií ética se
;om ib le/n o com ible, .'continente/contenido, agradab .
dable, bueno/m alo. Ua noción cte form a palpable estaba dorrtí-
.. .n ada p or el aspecto táctil, labial, .auditivo, .visual, olfativo, per- •
cepcióri deí estadio oral; la percepción de volumen aparece tan- -
sólo co n er estadio anal. ----- ■. \
L a im agen del cu e rp o es aquello en lo cual*-se inscriben Ias”J
experiencias relaciónales de la n ecesid ad y del deseo, valori
zantes y /o desvalorizantes, es d ecir, n arcisizan tes y /o desnarci-
sizantes. E stas sensaciones valorizan tes o desvalorizantes se m a
nifiestan com o una sim bolización de las variacio n es de p ercepción
del esquem a co rp o ral, y más p a rticu larm en te de aquellas que
inducen los en cu en tros interh u m an os, en tre las cuales el con-»
tacto y los decires de la m adre son predom inantes. •— ^
12. L l a m o « o b j e t o t o t a l - a un s e r vi vo e n sil e n t e r i d a d , á r b o l , a n i m a l ,
s e r l i u m a n o . Lí . : ; . i o « o b j e t o p a r c i a l » n u n a pai te r e p r e s ' ; i ' a l i v a c!c e s t e
j e t o t ot a l , " •'.> c u a l 1 .injel* . i c ■mt r ar en i : : h •m e d i a t i z a d a
•'-5!i d i c h o j - ‘ . '■•ii.
A ..*- .. . . N o o b s ta n te , ta ~ .jc i á a . d e « ¡s H T Iñ a g e n del
cu erp o p u e d e s e r e s tu d ia d a ta n s ó lo e n "etn i ñ o , en el cu rso de
conocí r
F a n ta s m a , d e s e o . R e a lid a d , n e c e s id a d
3 !
'~ , * _ y _ m . f ^ . A
r e la c i n t e r s u b je t i v a . C u a lq u ie r in t e r r u p c ió n d e e sta reiaciór
de e s t a c o m u n i c a c i ó n , o u e d e t e n e r e f e c t o s d r a m á t i c o s . Els I a c - /
.... t a n t e uau< “.spera. a jin a A t a m ¿ L q u c j > & h a , marcha d o d o s semanas h ’
a tr á s , la era t a l c u a l l a d e j o . C u a n d o ¿ella.¿vuelve., q u i n c e , d i a s
d e s p u é s , l a ve d i s t i n t a , j f j j j l t a r ó b i é n e s d i s t i n t o , e n s u r e a l i d a d . -
Aquí e s c u á n d o p u e d e , i i £ t a ¡ a f t e e l . a u t i s m o . p o r q u e c t n i ñ o n o
re e n c u e n tra co n e l o tr o la s c iis a c ió n d e é l d e h a c e q u in c e d ía s ,
n o re e n c u e n tra en su m ad ra ni a la m is m a m a d re do a n te s ni
al m is m o ¿1. Este c a m b io pu ede *se r ta m b ié n tr a u m á tic o a la
v is ta de la m am á que v u e lv e de la m a te r n id a d con un bebe;
ya no tie n e a l b e b é d e n tro d e su v ie n tr e , co m o cuand o p a r tió ;
p u es b ie n , e s to e s lo q u e e i m a y o r c ito e s p e r a , s in saber que lo
esp era: no Sabiendo p o r las p a l a b r a s
e s p e r a v e r la c o n u n b e b é .
p r o n u n c i a d a s q u e ha n a c i d o u n h e r m a n i t o o u n a h e r m a n i t a , e s -J
p e r a q u e la m a d r e v u e l v a con u n n i ñ o d e s u edad.
Su fantasm a de lo que espera no es lo que sucede en la rea- .
lidad. E l efecto a veces patógeno de esta discordancia en tre lo
im aginario y la realidad es aquello so b re lo cual opera el psico
análisis. Todo niño debe a ju sta r co n stan tem en te el fan tasm ón
que deriva de sus relaciones p asad as, a la experiencia in ip rev i-1
sible de la realidad actu al, la cual difiere en todo o en p arte del
fantasm a. E ste ajuste perm anente" acom paña al crecim ien to
continuo del esquema corp oral del niño frente a la realidad de
los adultos en su form a, que le p arece perfecta, inm utable (cu al
quier cam bio en ella es insólito) y deseable. Se tra ta , en la im a
gen del cuerpo, c o m o hem os dicho, de deseo y no solam ente del
necesidad.
L a rep etic ió n p e r m a n e n te de las m o d a lid a d e s ele la necesi
dad, segu id a p o r el olvido ca si to ta l de las ten sion es que la
a c o m p a ñ a b a n , s u b r a y a el h e ch o de que el ser h u m a n o vive
m u ch o m á s n a r c i s i s t a m e n t e las e m o c i o n e s de deseo , a so cia d a s
a su im agen del c u e rp o , que las s e n s a c io n e s de p la c e r y de su
frim iento, ligadas a las e x c it a c io n e s de su e sq u e m a c o r p o r a l
(salvo, es v e rd ad , en los c a s o s lím ites en que su vida e s tá en
peligro o cu a n d o , en el niño, la reg ió n c u e s tio n a d a por la ten
sión es n a r c is í s tic a m e n te so b re in v e stid a p o r f a n ta sm a s c o m p a r
tidos c o n el adulto tu te l a r, so b re tod o si p e r m a n e c e n in expre-
sados de una p arte y de o tr a ).
No hay c o m o el deseo p a r a b u s c a r s a ti s fa c e rs e , sin s a c ia r s e
ja m á s , en las exp resio n e s t e ó r ic a m e n te sin límites q ue p e r m i te n
la p a lab ra , las im ágenes y los f a n t a s m a s . La n ecesid ad puede
ser « te rg iv e rs ad a » p o r la p ala b ra sólo m o m e n t á n e a m e n t e , tiene
que s e r s atis fe ch a en el cu e rp o . Con p la c e r o no, lia de s e r obli
gato ria y e fe ctiv a m e n te sa cia d a p a r a que la vida del c u e r p o
pueda c o n tin u a r. Si el e s q u e m a c o r p o r a l y la im ag en del cu eF~j
po se hallan en relación , es sólo por los dos p r o c e s o s que son ten
siones de d olor o de p la c e r er, el c u j r p o , p o r una p a rte , y pala-
~
•K-y
-oras
f-s»
« fu iu d i .d e o l i o para /humaniza. estas percepciones, por
¿ i ...» . c ... r ' r
Ia ° tn i- ••' Q .. ■..■ ■ • : •; ¡/ 3pf .
K d illc a d a e n l a r e la c ió n ae o r d q n . lin g ü ís tic o con e l o t r o , la
. . im a g e n del cu erp o c o n s titu y e el m e d io , el p u e n te ’ d e la co-
m ü n i c a c i ó r i ’ ii erh u m an a. E llo e x p lic a ,- a la in v e r s a ^ q u e el v i- ’jr'
v ir c o n u n e s q u e m a c o r p o r a l s in im a g e n d el cu erp o s e a u n v iv ir
, m udo, s o l i t a r i o '' s ile n c io s o , n a r c is ís tic a m e n te in s e n s ib le , ray a
do co n el d esam p aro hum ano: e l s u je t o a u tis ta o p s ic ó tic o p e r
m an ece c a u t iv o ’d e una im a g e n in c o m u n ic a b le , im a g e n a n im a l,
v e g e ta l, o im a g e n de co sa, donde no p u ede m a n if e s t a r s e ..m á s
, q u e u n s e r - a n im a l, u n s e r - v e g e t a l o u n s e r - c o s a , r e s p i r a n t e y puT-
s á t il, s in p la c e r n i s u fr im ie n to . Se o b s e i 'v a e s t o .e n n iñ o s que,
m udos so b re sí m is m o s , p a r e c ie n d o ig n o ra r su s s e n s a c io n e s y
su s p e n s a m ie n to s , n o pu eden ex p resarse m ás que p re s ta n d o su
voz a una m u ñ eca, un g a to , u n a m a r i o n e t a . 11
Sólo p o r la palabra d eseos p re té rito s han podido o rgan iza r
se en im agen del cu erp o , sólo p or la p alab ra recuerdos pasados
han podido a fectar zonas del esquem a co rp o ra l, co n vertid as por
este hecho en zonas erógenas, au n cu an d o el ob jeto del deseo
ya no esté. Insisto en el hecho de que, si no ha habido__palabras,
la im agen del cu erp o no es tru ctu ra el sim bo lism o del su jeto ,
sino qu e h ace d e éste un d ébil ideativo relacional.
~ En este caso liay no obstan te «algo de» imagen del cu erp o ,
pero tan arcaica, imagen sensorial fugaz, im p recisa y ca re n te de
palabras que la representen, que no existe posibilidad de co m u
nicación con una persona. E sta clase de su jetos está a la esp era
de sim bolización. Nada puede él e x p re sa r de su im agen del
cuerp o, nada puede «m im icar» de ella. No puede e x p re sa r m as
que una estupefacción tonta o en a le rta , a la esp era de sentido.
El sentido es dado por el lenguaje, que recu b re la com unidad
de em ociones entre dos sujetos de los cuales al m enos uno
habla de las que siente, es una p erso n a. E stos dos su jetos se
com unican por sus imágenes del cu e rp o , que guardan una rela
ción com plem entaria. Si esto falta, sea cual fuere la razón de
esta falta, el sujeto sigue siendo en ap arien cia un débil m en
tal, porque su imagen del cu erp o ca re ce de m ediación fundada
I en el lenguaje.
’ W .v .c «Clin- >’ ■ li:<ii Uliqii'-'. > l'.'.l <!e l;i poupec-íl :ii; \ii jc:i
V, o;>. cil.
por razones.CLue^en^cada historia^que^ju^poi- descifrar.Incluso S5£
cuando hay'palabras, sonido* ‘.".si para el sujeto-niño n o signi- 'v *'
ñcan la com unicación de (una persona con su persona, puede ,
r habe una suerte d e breeh i ¡n. ¿a simbolización,. que puede cul
minar, en la esquizofrenia. .» »' , T, . - _ Z.. *.
E n el caso de los débiles m en tales de ap arien cia clín ica, la
(potencialidad de sim bolizar I3 im agen deL cu e rp o se en cu en tra
ad orm ecid a.. E n el caso de los esq u izofrénicos, e sta p oten ciali-";
dad de sim bolizar la im agen del cu erp o quedó interru m p id a en '
determ inada- épocá, y com o no ha habido p alab ras proccden-
las- de la p ersona co n quien la relación e ra e stru c tu ra n te , en la
relación de am o r, el niño sim boliza p or sí m ism o todo lo que
vive, m ediante un código que d eja de s e r com u n icab le. Y ello
deriva de que jam ás se habló a su p erso n a, o bien de1 que se le
dijeron, o él oyó, p alab ras no sen tidas, qu iero d ecir no confor
mes con las em ociones que su p u estam en te exp resab an , pala
bras-ruidos, sin valo r em ocional veríd ico, no h u m anam ente car-
“gádas'cíiTuna intención cap az de co m u n ica r la vida y el am or
(o el odio) del sujeto que h ablaba al niño y a quien el niño ha
blaba. Todas las o tra s p ercepcion es, sean de p alab ras, de ejem
plos, de co m u n icación, al no p roven ir del o b je to cóm plice es
perado, son sentidas com o ruidos de p alab ras, com o percepcio
nes sensoriales desprovistas de sentido p ara su imagen del
cuerpo, y nuevam ente el niño queda red ucid o, com o antes de
todo conocim iento, a un esquem a co rp o ral, el del m om ento en
que se vuelve esquizofrénico. E s te esquem a c o r j ral, separado
de la imagen d el.cu erp o, crea una su erte de ru p tu ra del"espacio
y del tiem po, una falla, se podría d ecir, donde el "niño se vueleá,
a lo im aginario d é'u n de'seo disociaclo de. su posible realizació n ^
Y a no h a y p a r a su d ese o u n a r e p r e s e n t a c i ó n ele m i r a c o n F o ?
tante, creíb le p a r a el n a r c is i s m o de un s u j e t o en co m u n ic a c ió n
con o tro s u je to . >
Así, un ru ido del e x t e r i o r le p a r e c e una r e s p u e s t a a una «ex
periencia» a ctu a l de su c u e r p o , el m u n d o e n t e r o de las cosas
se e n c u e n tra en c o n v e r s a c ió n c o n él, p ero no el d e los sere s hu- •
manos, p o rq u e la re l a c ió n co n el o t r o se h a c o n v e r li d o en un
peligro debido a que el o t r o o él, o los dos, h a s o lta d o p ren d a .
del o tro o de él, p e ro , ¿ cu á l de ellos e m p e z ó ? ; el niño se ha p er
dido a sí m is m o , y t a m p o c o se en tie n d e . S e r e t i r a en sí mismo~'i
y e stab lece con sigo m i s m o un có d ig o de le n g u a je d e lira n te para 1
nosotrnc m i e n t ra s que, p a ra él, e s te có d ig o p r e s t a sentido a lo I
que él vive; o bien « d esh a b la », e m itie n d o f o n e m a s que no son J
reuniones s e n s a ta s de p a la b ra s .
C o m p re n d e m o s así p o r que ra z ó n una c o m p a ñ í a de m imos
que actu ó en un hospital p siq u iá trico , a n te un p úb lico c o m p u e s
to en p a r te por ; icó ticos, se sin tió m e j o r c o m p r e n d id a que
nor un público ; nal.
-=~ La~imagen- d e l cu e rp o ■f tá^intetigencfa r “ .
‘ ' :~deL ltengúa¡er' de 'Tosrr¿ e itó i,í^ ^ >Fás *pátaf>ras " Si — .f
" ?.«!:>. sítuaiiiq -■ ~fc ,
•‘ '"“ El ití. que mediatiza imágenes del- cuerpo es inmediata ■iil
mente inteligible para ”éí psicótico) parareí esquizofrénico, pre
cisam ente" p orq u e ’ éste no descifra lingüísticamente el espec
táculo def m im o* i i ó ‘p o n e ,’cbm o el [público habitual, palabras
en lo que ve. El espectáculo deL m im o habla directamente a su
imagen det cu erpo.14 - ►^ - - -
De una m a n e ra general, la com p ren sión de a n a p alab ra d e-1
pende á la vez del esquem a co rp o ra l de cada uno y de la c o n s -'
titución de-' s u im agen del cu erp o, ligada a los in tercam b io s
vivientes qu e secu n d aron , p a ra él, la integración, la ad q u isició rt/
de esta m ism a p alab ra. La p alab ra tiene, ciertam en te, un sentí-
do sim bólico en si m ism a, es d ecir que reúne, m ás allá del es
pacio y del tiem p o , en una com u n icación p or el lenguaje hab la
do, reg istrad o , escrito , a seres hum anos que, aun sin exp erien cia
adquirida en co m ú n , pueden tran sm itirse, si se tienen confian
za, los fru to s con base en el lenguaje adquiridos p or ellos en el
cruzam ien to de su imagen del cu erp o con su esquem a co rp o ra l.
P ero aquel q u e no tiene, bien sea la im agen del cu erp o , bien sea
el esquem a co rp o ra l co rresp on d ien te a la palabra em itid a, oye
la p alab ra sin co m p ren d erla, por ca re ce r de la relación co rp o
ra l (im agen so b re esquem a) que p erm ite darle un sentido.
Un ciego de nacim iento puede, p or ejem plo, h ab lar de los
colores, p ro n u n c ia r las p alab ras «azul», «rojo», «verd e»; p ala
b ras que fo rm a rá n im agen, que co b ra rá n sentido p a ra un in ter
lo cu to r v id en te (porq u e, en él, las sensaciones escóp icas han
contribuido a la co n stitu ció n de la im agen del cu e rp o ); ello no
impide que el ciego de nacim ien to ignore el sentido de sus pa
lab ras; m ás exactam en te , los significantes de los co lores no pue
den reunir p a ra él una im agen del cu erp o de vidente a un es
quem a co rp o ra l que es no vitlente. Cada uno de n o so tro s, a j
d ecir v erd ad , tiene así una relación narcisizada (a tra v e sa d a p or i
el n arcisism o ) con los elem entos sensoriales que están en re so -/
nancia con los térm inos del vocab u lario.15 ys
il'M U ú - »• •, ,*#4. . * , . , f # ; m¡ |
I m a g e n d e l c u e r p o y c a s o p a r tic u la r d e l n o m b r e .
Ü 3
en principio por la castración, cdípk genital, había;desde un .
'c a m p o de experiencia relacionado con su cuerpo, sggialmente^ K¡
adulto, con ,su esquema, corporal y con. las percepciones intei*re- _
lacionales tales co m o él las conoce: todo fes tal aún incognoscible
paya. et niño. Cuando éste: retom a en su lenguaje las palabras dé
.adulto que oye, para él son representativas de otras erogenei-
,dades, distintas d e aquellas a las o u e 'e t adulto podía hacer]
.aítisión. ‘ " • ' •' " ; .
> T ÍO ! •: .. . : J • ~} - .
i. . . .. i •. •• •
Im a g e n d e l c u e r p o y c a s o p a r tic u la r d e l n o m b r e .
Ám
De todos los fon em as, de todas las p alab ras oídas p or el
niño, hay una que o ste n ta rá una im p ortan cia p rim ordial, ase
g urando la cohesión n a rcisística del su je to : su n om bre. Y a a l.
n a cer, el nom bre — ligado al cuerpo y a la p resen cia del p ró
jim o— contrib uye de m an era decisiva a la estructuración_de..las.
im ágen esjd el o jer[> q ~ ¡n clu id as_Ías.m ás .a rca ica s,..E l nom bre es
el~o los fon em a(s) que acom pañan al sensorio del niño, prim e
ro en su relación con sus padres y luego con el o tro , desde el
nacim ien to h asta la m u erte. La pronunciación de su nom bre
puede d esp e rta r al su jeto aun en estado de sueño profundo. Si
se en cu en tra en co m a y le llam an por su nom bre, ab re los ojos.
Su nom bre es el p rim ero y últim o fonem a en relación con si¡"}
vida para él y con o tro , y el que la sostiene, porque fue asim is-í
mo, desde su nacim iento, el signifícam e de su relación con su
m ad re. A condición, cla ro está, de que e sta no le haya llam ado
sem p itern am en te «repollito», «chichi», «tití» o «bonito». Si el
nom bre acom p añ a al su jeto más allá de la ca stra ció n edípica
y es retom ad o p or todos en sociedad, el sob ren om b re evcntual-
m ente aplicado por la m ad re a su bebé debería ser abandonado
sim u ltáneam ente con el d estete o con la limpieza esfm teriana.
Todo esto explica el grave nesgo que implica cambiar el J
nombre de un niño. —
'i
d
i«tiM u.tu(i r»v>uu Mi.« -«•_
rt trr
trr K
k r<ía**«2,
zodo^mcifío ‘cxpreaívaj^como
' ni'uíií¿&r^Ste“sigHííicahtí'ést el que prSporciona-^ ~
>l'r
” ■* éí .sencido‘‘de la identidad social, simbólica.1Aquí residen, com o -• -
hem os'señatado’" él v á fo rry ’ Ta^írnporiancia’ det nombtc que, en
_ .eL me n nto d e lp a s o del feto al lactante, es recibido-, por el
I 's u je to d e “las insíL-icias^tutélaresj ligado a su cuerpo-’ visible
p ara cl o tro , y certifica p ara él, en la realidad, su perennidad
' e xisten cia!; prueba, cu á nd o 'él se reconoce en los fonemas de
esta palabra, de la dominación de sus pulsiones de vida sobre
sus pulsiones de muerte.
L a im agen de b ase no puede se r afectad a, no puede se r alte
rad a, sin que su rjan de inm ediato una rep resentación , un fan
tasm a, que am enazan la vida m ism a. E ste fantasm a no es, em
p ero, el p ro d u cto de las pulsiones de m u erte, porque éstas son
inercia vital y sobre todo carecen de rep resentación . Cuando '
la imagen de base se ve am enazada ap arece un estado fóbico,
medio específico de defensa co n tra un peligro sentido com o
persccu"tonb,_ y la_p ro p ia rep resentación de esta persecución
fantasm a tizada está ligada a la zona erógena actualm ente p re
dom inante p ara el su jeto. Así pues, éste reaccion ará ante aque
llo que pone en peligro su imagen de base m ediante un fan tas
m a de "persecución v isceral, um bilical, respiratoria7 oral, anal
— rcven tar7 estallar tam bién, según el m om ento trau m ático ex
perim entado en p rim er lugar en su historia.
E sto equivale a d ecir que cada estadio viene a m odificar las
rep resen tacion es que el niño puede tener de su imagen de base;
en o tras p alab ras, hay una im agen de base propia de cada es
tadio. A parece de este m odo, después del nacim iento, p rim ero ]
una im agen d e base respiratorio-olfativo-auditiva (cavum y tó- 1
rax); es la p rim era im agen aérea c^e base. Le sigue una im agen
de base oral que co m p ren d e no solam ente a la prim era, respi-
ralorio-olfativo-auditiva, sino igualmente a toda la zona bucal,
fai ingo-laríngea, que, al cavum y al tórax, les asocia la imngen
del vientre, la rep resen tació n de lo lleno o de lo vacío del estó
m ago (que tiene ham b re o está saciado), la cual puede hallarse
I
I’
1 en resonancia con las sensaciones fetales de ham bre y de reple-'
l ción estom acal.
( La tercera im anen d e base., que. es la im agen de base anal,
i añade a las dos p rim era s el fu n cio n a m ien to de retención o de
I expulsión de la parte in ferio r del tubo digestivo, y añade asi-
I
i
V* *11
lerítfremos'iqae volver*sobre'esta aatíntKalár^'
" Jq u iiectura relaclnriai, p ero que lotes* iliacam en te si. mientras
• p resta "sus cuidados al riirúVla m ad re n u tricia b a b la : a rq u ite c
tu ra ^centrada p cir los lugares éremenos de p la c e r (e n p a rtic u la r
los agujeros del cu erp o , pero no solam en te ello s), los cuales
siem pre e stá a articu lad o s a un>lugar funcional d on d e la p ercep
ción és esperada, a veces coflvocadai m ed íante g rito s, esp era
satisfecha o reh u sad a p o r la m ad re-n u tricia.
• E n ninguna p arte m e jo r que en el nivel de la im agen de b áse
y del n arcisism o prim ord ial puede ca p ta rse el conflicto que
opone en tre sí pulsiones de vida y pulsiones de m u e rte ,11 pu-
diendo las últim as segu ir predom inando largo tiem po en un
bebé cuando la m ad re (o el en torn o) tra ta al la cta n te com o si
fuera un paquete, com o un objeto de cuidados, sin h ab lar a su
persona.
Quisiera ilu strar lo que precede con un ejem plo.
Imagen funcional
‘17
je ti v a d o en ef deseo, á m a n i f e s t a r s e p . o b t e n e r p la c e r , a ob
je t i v a r s e en l á ;r e l a c i ó n c o n el- m u n d o y con el o tr o . , . V ,
Así, la im ag e n fu n c io n a r a n a l del c u e rp o de un niño es.pri-*' ,
m e r a m e n t e u n a im a g e n d e e m is ió n expulsiva, en s u -o rig en
re l a c io n a d a c o n la n e c e s id a d d e f e c a t o r i a q u e él p a d e c e , ’ q u e é l
e x p e r im e n t a p a s iv a m e n te y q u e c o b r a o no se n tid o d e len g u a
j e con- Iá m a d r e ; luego* en s e g u n d o té rm in o , c o b r a la f o r m a de
u n a im ag e n q u e e x p r e s a la e x p u lsió n e s té n ic a a g ra d a b le de un
o b je to p a r c ia l no s i e m p r e s u b s t a n c i a l , y q u e p u ed e s e r . t r a n s
ferido, p o r d esp laz am ien to ,' s o b r e un o b je to p a rcial su til del
c u e r p o propio. P o r e je m p lo , la exp ulsió n p a r a el p l a c e r de íá
c o lu m n a de a ir e p u lm o n a r, m o d if ic a n d o la fo r m a de a p e r t u r a y la
em isión de sonidos, lo q ue p e r m i t e la s u b lim ació n dé la anali-
d a d en el d e c ir p a la b ra s y en la m o d u la ció n de la voz c a n t a d a .
Debe c o m p r e n d e r s e q ue la e l a b o r a c i ó n de J a . im ag en fu n cion al
e n tr a ñ a , en relació n c o n la m e r a re s p u e sta en ju ego de. las zo
nas e ró g e n a s, un e n r i q u e c i m i e n t o de las posibilidades r e l a c ió
nales con el o tr o . L a m a n o , p o r eje m p lo , q ue p r i m e r a m e n t e es
zona eró g e n a p re n siv a o ra l, y lu ego e xp u lsan te anal, tiene que
i n te g r a r s e en , una im ag e n fu n cio n a l braq uial, p r o p o r c io n a n d o
al niño la libertad e s q u e l e t o m u s c u l a r que le p e rm i te a lc a n z a r
sus fines, y po sib ilitan do la s a ti s f a c c ió n de su s n e ce sid a d e s y la
e xp re sió n de su s d eseo s a tr a v é s del juego. A la in v ersa , c u a n
do la im ag en fu ncional es to ta l o p a rc ia l m e n te d e n e g a d a , p o r
e je m p lo si se p ro d u c e una in te rv e n c ió n f ís ic a m e n te r e p re s i v a
o v e r b a l m e n t c c a s t r a d o r a que se o p o n e al a c t u a r del niño («N o
to q u e s»), é ste puede elegir c o m o d ese n la ce un f u n cio n a m ie n to
de repliegue, p ara que la z o n a e ró g e n a no e n tre en c o n t a c t o
c o n el o b je to p roh ib id o, o b j e t o peligroso, ni su deseo en c o n
flicto co n el deseo del a d u lto tu te l a r.
P o d e m o s r e f e rirn o s al e j e m p l o de esa niña fó b ica al t o c a
m ie n to que pudo r e c o b r a r el u so de la p resió n cu a n d o le dije:
«Torna con tu boca de m a n o » . Con esta p ala b ra , fue c o m o si
yo hubiese «en g añ a d o » la im a g en táctil; la niña tom ó el o b j e
to, lo ra p tó e i n m e d ia t a m e n te se lo llevó a la b o ca , co n un
b ra zo que, en vez de q u e d a r rep leg a d o s o b re el c u e rp o , pudo
e x te n d e r s e y p e r m i t i r que la m a n o to m a ra , co sa que no sab ía
h a c e r desde hacía m e se s, c o m o si ella ig n o rara que tenía m a
nos. Y o !e devolví la posibilidad de una im ag en funcional oral-
anal, e in terés oral p o r las c o s a s anales, q ue es la posibilidad
(leí c u e rp o de un niño tle v e in te m eses. A hora bien, esta niña
ten ía casi tres años y m edio y, según afirm a b a n quienes la co
n o cía n , h a s ta los dos años y m ed io había sido una chiquilla
tra viesa y c o m u n ic a ti v a , y é ste fue un períod o en el que tuvo
q u e viví” una serie de t r a u m a t i s m o s psíquicos do srealizantes.
Imagen erógena 3
^• - - .. • * .... J
• v i» »
" L a t e r c e r a co m p o n e n t e ' d e la im a g e n del c u e r p o es la i m a
g en e ró g e n a . ' ~ ' ' . ' * ’ ’* ~ 1
P a r a lim ita r m e a p r e s e n t a r l a , d iré q u e e s tá a s o c i a d a a d e
t e r m i n a d a im ag en funcional d é l c u e r p o , el lu g a r d o n d e $e f o c a
lizan p lac e r o d is p la c e r , e ró tico e n _!.a re l a c ió n c o n el' o’tr'dT'Su
r e p r e s e n ta c i ó n e s tá r e f e r i a a a c í r c u l o s , óvalo s, c o n c a v id a d e s ,
bolas, p a lp o s, ra y a s y a g u je r o s , i m a g in a d o s c o m o d o ta d o s de
in ten cio n es e m isivas a ctiv a s o r e c e p t i v a s p a siv a s, d e finalidad
a g ra d a b le o d esag rad able.
. Lo im p o r t a n t e es d e s c rib ir el m o d o en que e s t a s tre s c o m
p onen tes de la im agen del c u e r p o se m e t a b o l iz a n , se tr a n s f o r
m a n y se reo rg a n iz an , h a b id a c u e n t a de las p r u e b a s que el
su jeto ■afronta y de las lim ita c io n e s q u e e n c u e n t r a , en p a r ti c u
lar b a jo la f o r m a de las c a s t r a c i o n e s s im b o líg e n a s 19 •que le
son im p u e s ta s ; d escrib ir, pues, el m o d o en qué las vicisitudes
de su h is to r ia p erm iten , en el m e j o r d e los c a s o s , q ue su ima-
g e n _ _ d e _ b a s e _ g a ra n tic e su c o h e s ió n n a r c i s í s t i c a . P a r a ello es
n e c e s a rio : 1. que la. im agen fu n cio n a l p e r m i t a u n a u tiliz a c ión
a d a p ta d a del e s q u e m a 'c o r p o r a l ; " 2. q u e la i m a g e n _ e r ó g e n a a b r a
al su jetn la vía de un p la c e r c o m p a r t i d o , h u m a n i z a n t e p o r " l o
que tiene_d e v a lo r , simbólico., y que p u e d e h a lla r e x p re sió n no
'solo en la m ím ic a y la a cció n sino c o n p a la b r a s Hfchá’s ~pór o tro ,
m em o i izadas en situación p o r el niño, quien se s e r v i r á de cílas
con d is c e rn im ie n to cu a n d o hable.
Com o p re c e d e n t e m e n te h e m o s in d i c a d o , la imagen del cuerpo
es la síntes is viva, en constante devenir, de estas tres imágenes:
de base, funcional y erópana, enlazadas entre sí por las pulsjo-
nes~de vida, las cuales se acTualijan~para el sujeto en lo que
yo denomino ima gen dinámica.
i
La imagen dinámica
El caso d e /lgnej
Así sucedió con esta chiquilla alimentada al pecho desde
hacía cinco días y cuya m adre debió ser hospitalizada a raíz
de un grave Incidente febril que exigió una Intervención gine
cológica. En los días que sucedieron, la criatu ra no aceptó nada
de lo que su padre, ah ora solo, o su tía, presente en la casa
desde su nacimiento, le daban: ni agua con cu ch ara ni biberón,
rechazo total de alimento. Según el consejo del pediatra, iner
me ante esta situación y que me conocía, el padre me tele
foneó. Debo a cla ra r que todo esto sucedía durante la guerra,
en provincias, y que traerm e a la niña era p or ello mismo im- •
pensable. Al alarm ado padre le respondí, simplemente: «Vaya al ■
hospital, traiga el cam isón que usa su m ujer procurando que
conserve lodo s m o to r. Póngalo alrededor del cuello de la niña
y preséntele el biberón». ¡El biberón fue Ingerido inmediata
mente! ,
Lo que me permitió concebir y sugerir esta solución fue el
trabajo sobre la noción de imagen del cuerpo. ¿Qué le faltaba
a este bebé, a causa de la ausencia de su madre, para poder
tragar? La niña no estaba enferma pero perdía peso, tenía ham
bre. Puesto que había m am ado tres o cu atro días, lo que le
fallaba sólo podía ser la imagen olfativa de la madre, súbita
mente ausente. El n arcisism o fundamental del sujeto (que per
mite al cuerpo vivir) echa raíces en las primeras relaciones
repetitivas que acom pañan a la vez la respiración, la satisfac
ción de las necesidades nutritivas y la satisfacción de deseos
p a r c i a l e s , olfativos, auditivos, visuales, táctiles, que i l u s t r a n
podríamos decir, l a comunicación ele p s i q ::: l’ n\o a p s i q u i s ,
del m ■ > - bebé c o n el i-su-madre.
5f>
en ese lugar real que es el cuerpo del niño, ciertos funciona
mientos corporales son elegidos^-por la repetición de las sensa
ciones que le procuran, rJr est$s lugares sirven de cen tro al
narcisismo primario. Son' aquellos lugares de su cu erp o en los
que el niño reconoce día tras' día, de tensión-privación en rela
jación-satisfacción, p or el hambre-sed seguido de saciedad, una |
mismidad sentida com o reencuentro de ser y de funcionar. Pero
ai mismo tiempo que existen estos funcionamientos substan
ciales, estas aportaciones y recogidas substanciales en zonas
erógenas corporales de dominante card io rre sp irato ria , oral y
viscerouroanal, al mismo tiempo la audición, el olfato, la tac
tilidad y la visión acompañan, en el espació y en el tiempo, a
las satisfacciones que el niño exp erim en ta en estas zonas eró
genas, y tejen su narcisismo. Cuando en tre el niño y su madre
nutricia adviene una separación, el deseo se frustra, pero el
niño sólo se percata de ello al re a p a re c e r la necesidad que va
unida al deseo, y entonces la necesidad es satisfecha por cual
quier persona, con lo que el deseo no puede recon o cer la au
dición, la visión, la olfacción de la person a que anles venía en
lazada a estas satisfacciones. El lugar donde las tensiones del
deseo y de la necesidad se confunden ha pasado a ser lugar de
goce prometido, esperado, satisfecho o no. Y este lugar en que
la falta se experimenta, este lugar de búsqueda no sólo subs
tancial (sostén del vivir para el cuerpo, o sea de la necesidad),
sino también sutil (búsqueda de corazón a corazón, del otro
sí mismo en el am or, es decir, del deseo), este lugar situado
en el cuerpo es zona erógena. Pero en el espacio, aquel lugar
donde, en el tiempo, se repite el encuentro que responde a nece
sidades y deseos, deviene espacio de seguridad para, el niño. Por \
ejemplo, el niño oye a más distancia de la que ve. Su espacio
de seguridad auditivo es más grande que su espacio de segu
ridad visual. Y su espacio de seguridad táctil es aún más redu
cido que su espacio de seguridad visual. El conjunto creado
por este lugar, de seguridad' constituye el espacio en el cual
el vinculo con su madre es potencialm ente recobrable. Se com
prende que el pecho y el pezón, con ju n tad os en el olor de la
madre con la boca succionante del bebé y con su m ucosa pitui
taria, al mismo tiempo que el niño se arrebuja en el hueco
del .brazo contra el flanco de su m a d re, todo esto forma un
patcni 'del deseo confundido, en este cumplimiento a la vez de
necesidad y de deseo, con el placer de ser y la satisfacción de
vivir y amar. A cada separación le sigue el sueño, y a cada ac
ceso de hambre del n i ñ o le sigue un reencuentro, que le hace
continuar experimentando como erógeno el lugar y el conjun
t o de lugares que ! o enlajan a su m ad re. Las pulsiones par- ,
cíales del d e s e o c o n t i n ú a n f o c a l i z á n d o s e en l a b o c a . en el
:vum del bebé, nvcnlras espera c ' reencuentros. C. ''a v e ?
,i7
es el Nirvana de la o resen cia m atern ue la s e g u n u a u aniua-
. . . ?•! RUQxr.i’n \ 3 . ,r< , t ,
da en su regazo. L a privación p o r algún tiempo, cu an d o e ; bebé
sé halla b ajo tensión, su scita todas las potencialidades susti-
t u t i v a s d e que él es capaz, asociadas a la sensorialidad subs
tancial del o b jetó p a rcia l, el pecho, para un en cu e n tro con el
o tr o que .él fant^sm atiza con cualquier sensorialidad liminar
aso ciad a a los entíue'ntros pasados, y quizás esto sea una prome-
. s a del. <?tro. Asim ismo, la sonoridad de la voz m a te rn a a dis
tancia és p ro m esa de un encuentro que él espera, con una
tensión hacia su goce que le. hace desarrollar el reconocim ien
to auditivo de e sta voz. .
. Así pues, podem os d ecir que, m ás allá de la distancia del
cu erp o a cuerpo en tre el bebé y su m ad re nutricia cu an d o ésta
ha salido de su ca m p o visual, las percepciones sutiles de su
o lo r y de su voz siguen constituyendo para el niño el lugar
— en el espacio que lo rod ea— en que él acecha él retorn o de
su madre, es decir, el lugar de su vínculo narcisizante co n .
ella, y la continuación de esa sensación de .vivir en seguridad
/"que con ella exp erim e n ta. Asimismo, la defecación en sus pá-
■' \ nales le ap orta, con el olor excrem encial, la tactilidad de los
« c a c t o s de aseo con su m ad re, y así sus excrem en to s presen-
V” v ) tes en su trasero son para él una p rom esa de que ella volverá
/ pronto; de ahí el sentido de la |:ncopres§& posterior: ésla es.
I en situación de angustia, la manera inconsciente con que un
I niño grande puede inten tar el reencuentro de un espacio de
- seguridad m atern a . Las nuevas vías de relación hum ana -del
' / bebé, vías sutiles a través del tiempo, más allá de la distancia,
y no ya relaciones substanciales de un cuerpo a cuerpo, debe
rán ser preservadas, para que el narcisismo del sujeto no
experimente dem asiadas fractu ras: esto es, para sostener la
seguridad de su mismidad, conocida y reconocida p or estar en
relación con ese p rim er otro, el objeto total conocido, su m a
dre nutricia, que le perm ite recon ocerse humano y am arse vivo.
E n la primera infancia es indispensable, a no dudarlo, para
que la imagen del cuerpo se organice, que haya un continuo
de percepciones repetidas y reconocidas sobre el cual se alter
nen percepciones, sucesivamente ausentes y presentes, y otras
desconocidas y nuevas que el niño descubre y que lo cuestio
nan. Algunas las reconoce, o tras lo sorprenden. Ante estas otras
que lo sorprenden, color, forma, percepción, persona, espacio
desconocidos, es necesario que el adulto testigo le dé, median
te sonoridades, respuesta a su sorpresa. De esta manera, el
cam po de variación de las percepciones sutiles Toleradas, vivi
das en seguridad, puede ampliarse. Percepciones insólitas pri
m ero , pero asociadas a la presencia de la madre que conserva
s u habitus conocido y nom bra l a s cosas, h a b l a , y después la
58
S il ¿c, <1 I U , 1U lilis . U V ilU . . . . . . . . ____ K t
*0
c e r d e c a p t a c i ó n . c a n í b a l — ,» l a > s e p a r a c i ó n ¿ f í s i c a , la p ro h ib ició n
del p l a c e r del c u e r p o def niño al p l a c e r d el c u e r p o de. la m a d r e ,
esta c a s t r a c i ó n llam ad a a n a l e s la b o n d ic i ó n de la h u m a n i z a c ió n
y de la so cia liz a ció n del niñó de v e i n t i c u a t r o a v e in tio ch o m e se s.
L a p riv a c ió n total de la a s is t e n c i a Tísica m a t e r n a es ta m b ié n
el c o m i e n z o de la a u to n o m ía p a r a e l n iñ o , c o n r e s p e c t o a lo
que e r a u n a tutela, donde él' d epen d ía- de los solos d ese o s de j
su m a d r e , q u e p rim a b a s o b re to d a s s u s o t r a s re l a c io n e s . E s t a
d ecisió n , v is t a c o m o una p r o m o c i ó n y p r e p a r a d a p o r la m a d r e
con la e n t r e g a al niño de los m e d io s té c n ic o s n e c e s a r io s p a r a
el c u id a d o de su c u e rp o , el uso p r u d e n t e de su li b e r ta d de m o
v im ie n to s, su iniciación p ro g re siv a c o n r e s p u e s t a s v e ríd ic a s a
todo aq u e llo que lo cu e stio n a , e s t a d e c is ió n — d ig a m o s — a b r e
al niño la c o m u n ic a c ió n con to d o s lo s n iñ os de su ed ad y con
cu a lq u ie r p r ó ji m o , en in te r c a m b io s d e p a la b r a s , m a n ip u la c io
nes lú d ic a s o u tilitarias c o m p a r t i d a s c o n su e n t o r n o fa m ilia r
y so c ia l p r ó x i m o cuyo au xiliar se s ie n t e p r o m o c i o n a d o a se r.
E l fr u to de la c a s t ració n anal, q u e p o n e fin a la d e p e n d e n c ia •
p a r a F it a r ia r e s p e c to de la m a d r e , es ta m b ié n el d e s c u b r im ie n to
de u n a rela ció n viva c o n el p a d r e , ccrn las o t r as m u j e r e s, c o n
los c o m p a ñ ero s p r e f e r idos: es e n t r a r en el a c t u a r y el h a c e r
de v a ró n o niña en sociedad, s a b e r c o n t r o l a r sus a c t o s , d is c ri
m i n a r el d e c ir del h ace r, lo, posible de lo im posible. No c e d e r
al p l a c e r de a c to s que p o drían d a ñ a r l o a él m ism o y a quienes
él a m a .
Gracias a esta autonomía conquistada por obra de la castra
ción ana!, autonomía del niño respecto de su madre, pero sobre
lodo de su madre a su respecto, el niño, cliica o chico, siente
humano y puede, como se dice, «colocarse en el lugar de otro»,
sobre todo de los niños o animales, o de un débil en relación
con los fuertes, y de este modo desarrollar los basamentos de
una ética humana: «No hacerle yo a otro lo que no querría que
me hiciese él a mí», con, desgraciadamente, también este fre
cuente corolario infantil impulsivo: la venganza.
Sólo el lenguaje permite lo que ya no es un «adiestramien
to»: término que debería ser desterrado cuando se trata de un
sei humano, cuyo aprendizaje, desde las primeras horas de
su «crianza», es ya educación.
El niño no puede obrar de otra manera que imitando lo
que percibe, y luego identificándose con los seics humanos qué
lo rodean. A estas personas modelo, de las que él depende para
sobrevivir, el niño las inviste con el derecho de limitar su agre
sividad o su pasividad en beneficio de su pertenencia al grupo
familiar y social: lin cultural, utilitario, lúdico, al (jue él concu
rre con seres semejantes, o bien con seres diferentes de él. Al
h.V'!.ir con su entorno de sus observaciones, de sus deseos,
re respuestas, a - iciones, dcue¡; ones, juicios. L-.y con
‘-h ib ic io n e s .‘ L a c a s t r a c i ó n sim b o líg es d a d a asi n uevam ente? |
. d é ún m o d o o d e o t r o , p o r alg u ien en quien el niño tiene con- *
i fianza p o r ' c a u s a d e su p e r te n e n c ia al g ru p o . Con su a cep ta- Va
ció n d e éstas* p ro h ib ic io n e s , el n iñ o c o b r a v a i o r de elem e n to * ''
vivo d el g r u p o . .
' ‘ TE n e s t e p r e c i s o m o m e n t o se t o r n a ir re m p la z a b le p a r a el
niño l a f r e c u e n t a c i ó n del m u n d o e x t r a f a m i l i a r ; sin que, por
e sto , q u e d e a r r a n c a d o de e s te g ru p o y s o b re to d o de su m a d re ,
que es la g a r a n t í a de su co n tin u id a d viviente. S o b r e to d o en el
c a s o d e u n h ijo único, sólo la fr e c u e n ta c i ó n de o t r o s niños posi
b ilita rá u n a s a n a e n t r a d a en el E d i p o , co n el c o n o c im i e n t o por
el niño d e su se x o , m a s c u li n o o fem enino, según la c o m p a r a
ció n q u e p o d r á re a liz a r m e d ia n te la o b s e rv a c ió n de o t r o s niños
de a m b o s s e x o s . T ie n e e n to n c e s n ece sid a d de re s p u e s ta s ju stas
re f e rid a s a su o b s e r v a c ió n , ta n to de las d ife r e n c ia s sexuales
c o m o d e las d ife r e n c i a s ra c i a le s o so cia les, así c o m o de las
a p a r ie n c ia s y c o m p o r t a m i e n t o s de los v a ro n e s, de las ch icas,
de los h o m b r e s y las m u j e r e s a q uienes fr e c u e n ta . ‘
E l n iñ o d e s a r r o l la u n a iden tificació n c o n los h e r m a n o s m a
y o res d e su m i s m o se xo , y la e x p e r ie n c ia d e m u e s t r a q ue cu and o
éstos, a s í c o m o los a d u lto s a quienes fr e c u e n ta , han recibido*
ig u alm en te la c a s t r a c i ó n de su s pulsiones a r c a i c a s , el niño se
d e s a rro l la s a n a m e n t e h a cia un E d ip o a c o r d e co n la m o r a l vi
gente en su á m b it o cu ltu r a l . P r e s e n t a , p o r el c o n t r a r i o , signos
in m e d iato s de a n g u s tia a n te a d u lto s y h e r m a n o s m a y o r e s cu
yas p ulsion es a r c a i c a s e s tá n mal c a s t r a d a s , y p o r ta n to mal
s u b lim a d a s, y que, p o r e s te h e c h o , sienten a t r a c c i ó n p o r los
niños, p o r q u e no han a c a b a d o c o n su p ro p ia in fan cia. Los
p la c e re s que e s p e r a n del t r a t o c o n los p eq u eñ o s y q ue éstos,
e m b a u c a d o s , les d e ja n t o m a r o in t e r c a m b i a r c o n ellos, no sólo
no a p o r t a n u n a e d u c a c ió n a los niños, en el se n tid o de u na ini
ciació n en la s u b lim a c ió n de las pulsiones o r i e n t a d a a la c r e a
tividad a d u lta , sin o que « s e d u c e n » a los niñ os en el sen tid o de
un bloqueo r e p e titiv o del placer^ n a rc is ís tic o , que no d ese m b o
ca en la ley de la b u en a a c c ió n , y ello no sólo p a r a el individuo
sino ta m b ié n p a r a el g ru p o social que é ste in teg ra . Muchas
neurosis in fan tiles p rovien en del h ec h o de q ue e sto s niños no
son in fo r m a d o s a tiem po de los d e re c h o s lim ita d o s que a su
re s p e c to tienen to dos los a d u lto s, incluidos sus p a d res, fami
liares, e d u c a d o r e s y la so cie d a d en gen eral. T o d o es distinto
p a ra el niño si p uede h a b l a r co n co nfianza y s e r in fo r m a d o de
que ha h ab id o u na tr a n s g r e s ió n de sus d e r e c h o s , y que el cul
pable h a sido un ad ulto. E s t a sola afirm a ció n b a s ta p a ra poner
a d isp osición del niño el o rd e n n a tu ra l de una é tica h um ana,
es d e cir, n u n c a deten id a p o r sí m is m a en la b ú sq u ed a de la
rep etició n de p la ce re s c o n o c id o s . La ¿tica h u m a n a es una bus- :
íamili y q u e ha e n tra d o en la a firm ació n de su s e x o riva
l i z a n d o c o n lo s h e r m a n o s m a y o r e s , a n sia c o n f e r v o r los d e r e
ch os y p l a c e r e s del a d u lto , p a d r e ( o e d u c a d •) d e su sex o , m a
d re ó p a d r e , e n relació n éon s u o b j e t o p re fc r e n c i a l, el o t r o
p ro g e n ito r (el s e r a m a d a < l c l ^ u c a d o r ) .
L a v erb alízació n de l a ' p r o h i b i c i ó n del incesto (y , si lo cria n
person as d istin ta s de su s p a d r e s , la proh ib ición de re la cio n es
sexuales ad ulto s-n iñ o s), p ero ' ta m b i é n y sobre lodo Ifi im posi
bilidad re al e x p e r im e n t a d a de l o g r a r éxito con sus p ica rd ía s
se d u c to ra s re s p e c to del p r o g e n i t o r del o t r o sex o ; y o l r o lan ío
frente at a d u lto rival h o m o s e x u a l, h a r á n que el niño recib a la
castra ció n ed ip ica . E l fru (o de e s la c a s tr a c ió n es su a d a p t a
ción a to d as las situ acion e s de la s o cie d a d . Más a ú n , las p u lsio
nes o rales, a ñ ajes, u r e tra les, q ue ya _ fu e ro n c a s t r a d a s en la e t a
pa cíeí d e s te te y despues en la de ía a u to n o m ía deí c u e r p o , vjin
á ~ n e ta fo rí z a rs e _ e n H Tlnanipuláción ’ele esos o b je to s sutiles que
soiT las p a l a b r a s , 'l á sin taxis, las re g la s de lodos los ju eg o s (ío
cu a l"n o 's¡g n ific a que el niño a c c p l e p e r d e r c u an d o ju e g a y que
no in ten te h a c e r tr a m p a ). P o r ú ltim o , los signos r e p r e s e n t a n - .
vos de los fo n e m as — la e s c r i t u r a , la le c í ü r a — , los signos que
re p rese n ta n a los n ú m e ro s ^ son s u b lim a cio n e s, es- d é c i r ~ f r u t o s
de todas Ías’ ”c a s tr a c io n e s _ a i u e r ¡ o r é s —y~que~adqúiéreh" su sen- '“l
lidó’ eíi’l á o rie n ta ció n de! v a ró n y de la niña hacia una vicia
géríitárfutúf;r"i:sp'er'a d á' corno u ñ a p ro m e s a y~ p r e p a r a d a p o r el *■
práciíi‘ ~ t l f a d q l i i r i r c o n o c im i e n t o s y p o deres, té cn ica s, c u r io s i
dades y p la c e re s . Al linal del E d i p o . el niño vive no ya para
co m p la c e r a p apá o a m a m á , sin o p a ra sí misino y para sus ^
c o m p a ñ e ro s y amigos. *___ j
D espués d e l E d ip o
p re p e n o s a de a c e p t a r , es, t r a s la d i f í c i l ' p i n - b a . c H r e n ú n c i a - ~
'"miento a los a c t o s p ro h ib id o s m e d i a n t e los c u a le s ‘etiñ íñ ó qu’i-
“ s lS T a 'p r o c u r a r s e un p l a c e r a u n m a y o r q u e ' a q u e l q u c j y a h a b í a j
" g u sta d o , a s í f u e s e ' s ó l o c o n lá -i m a g in a c ió n ” en sus p r o y e c t o s ^
lis el duelo en la re a l id a d de s u e ñ o s d e p la c e re s q u e el niño
r e c o n o c e c o m o irre aliza b le s, p a r a él q u e . a m a al adulto inter-
d i c t o r y q ue d e se a id en tificarse c o n él. E s el r e n u n c ia m ie n to a
' las p ulsion es c a n ib a lís t ic a s , p e r v e r s a s . ' a s e s i n a s , v an dálicas, e tc .
S i p r o c u r a r a r e s u m i r , en u n a o d o s fr a s e s , lo que d e n o m in o J
« fr u to s de la c a s t r a c i ó n » 1 d irí a q u e so n la s u e r te r e s e r v a d a a j
a q uellas p ulsiones que no p u e d e n s a t i s f a c e r s e d i r e c t a m e n te en
la s a tis fa c c ió n del c o n t a c t o c o r p o r a l , o en la sa tis fa cc ió n del
c u e r p o co n o b je to s e r ó t ic o s in c e s tu o s o s . E s t a s pulsiones si
guen e sta n d o p ro h ib id a s — y h a y a q u í un h ec h o de realid ad
p r o m o c i o n a n te — p o r el m o d e lo q u e h a . d i c t a d o el dicho de la
p roh ib ición , con r e s p e to p o r la h u m a n iz a c ió n del niño. R iv a
lizando c o n la m a n e r a en q ue las e m p le a n o tr o s que son vale
deros en la s o c ie d a d , e s ta s p u ls io n e s e n tra n , tras un períod o
m á s o m e n o s p ro lo n g a d o de silen c io , de re p res ió n , en los d en o
m in ad os p ro c e s o s de s u b l im a c i ó n , es d e cir, en la cu ltu ra . P a ra
e l.c u e rp q ) prop io, se t r a t a de la s o lt u r a , la g ra c i a , la d es tre z a ,
la habilidad d e p o r tiv a y la a u t o n o m í a to ta l; p a ra lo m e n ta l}
tic la c o m u n ic a c ió n co n b ase en el le n g u a je y de la inteligencia
de las c o s a s de la vida. P a r a las c o s a s del sexo,;iindepend¡cnte-
in cn tc del in terés p o r el p l a c e r de los lu gares erógen os s e x u a
les y de las a t r a c c i o n e s s e n tin ien tal-s ex u a les , a los tres años,
el orgullo que in sp ira al niño su apellido, su sexo, su p erten en - •
cia al g ru p o fa m ilia r p o r t a d o r , el p la c e r u nirse a Io s -n iñ o s >
de s u e d a d , son signo de que ha h abido una buena c a s t r a c i ó n • ’
% í. L y - A Q Í il^ _ " ~ ' t i ,
6-1
I , « r e asiste n cia . ■* ?C‘ j .»• v .*’-r .'n. .* * • > » i - -
E s t a p r e s e n t a c i ó n / e s t a su e rte de p a n o r a m a q u e a c a b a m o s
de t r a z a r „r e s p e c t ó l e las ^ » s t r a ¿ í o ñ e s h u n ia n i z a d o r a s s u c e s i
vas, p e r m i t e sin . d u d a , c o m p r e n d e r m e j o r q u e h a b l á s e m o s de
c a s t r a c i o n e s «sim b olíg en as» . S o b r e e s t a n o c ió n — c a p i t a l — di- /
rig ire m o s a h o r a n u e s t r a a t e n c i ó n . '
S o b r e la p a la b r a á sim b o líg en o » -*
Me parece" i m p o r t a n t e a ñ a d ir el a d j e t i v o s im b o líg e n a al té r
mino c a s t r a c i ó n . P r o p o r c i o n a a é ste el se n tid o q u e p o see en
psico an álisis. E n e fe c t o , la p a la b ra « c a s t r a c i ón» s i g nifica, en
f r a n c é s , * la m u tila ció n d é l a s g [2rielUlasHjexua 1c s , o_ sea u n _ a ta
qué "físico q u e ~ 3 e j a ~ i r r é v e ? s i6 l e m e n t.e ..e s té r i l,a l_ i n d iv i d u o . ca s :—.
tr a d o . A h o ra bien, en p sjcp a n á jjsis,_ ja _ p a j a b r a c a s t r a c i ó n da ¡
c u e n t a del p r o c e s o (fue se c u m ple en u n s e r liü m a~ng~EuáñcI5~
"o tro - S C f lfiim a n o ie significa que el c u m p l i m i e n t o cíe su ü eseó, A. - ^
' con la^ rfarm a lg ü e él *qú e r r í á ' u a r l é . e s t á p rohib'ido~~párr~Ta~I:cy~
É s t a significación pasa p o r el len g u aje , bien sea ge stu a l, mí- /
m ico o v erbal. ’
La re ce p ció n de esta p ro h ib ició n al actu a r, que el s u je to I
a n h e la b a , provoca en q u ien la re cib e un efecto de choque, el 1
refo rz a m ien to de su deseo a n te el o b stá cu lo , a veces la re b el
d ía, p u e s sien te su deseo am enazado de a n u la c ió n a n te la to tal
in u tilid a d de p erseg u ir su o b je to .
E x p e r i m e n t a s e c u n d a r ia m e n te u n a inhib ició n de e fe c to d e
presivo. Es el tr a b a j o de la rep resió n de las p u lsio n es en ju e g o :
una tensión r e p r e s o r a que, s u p e r a n d o el r e n u n c i a m i e n t o al o b
je to del deseo y a las m od a lid ad e s de su s a t i s f a c c ió n , a lcan za
al v a lo r de este m i s m o deseo, p o d ie n d o a c a r r e a r una m u t i l a - '
ción definitiva (de o rd e n psíquico) de sus fu e n tes pulsionales.'
Debe h a b la rse e n to n c e s de in v alid ación t r a u m á t i c a , de m u ti
lación h is té r ica y no de c a s t r a c i ó n en el se n tid o p sico a n a lílic o .
La co n fu sió n en que in c u rre el s u j e t o e n t r e la d u r a p ru e b a
a s u f r i r y este riesgo im a gin ario de m u ti la c ió n , p a r a su c u e r
po y p a r a la zon a e ró g e n a a f e c t a d a p o r la p ro h ib ició n , nos
in cita a c o n s e r v a r p a ra este c o m p le j o el n o m b r e de co m p le- )
¡o d e ca stra ció n .
iJa r a nüsCftn'lb, se p o d ría c o m p a r a r al individuo co n -una ~j
p lanta que, m u y jo v e n , d e ja b r o t a r su p r i m e r a llor: c re y e n d o I
que es la única que h a b r á de tener. E n L o n ce s, el ja r d i n e r o se
la c o r t a . N o s o t ro s s a b e m o s que la flor es el ó r g a n o sexu al de .
la p lan ta. Si la p la n ta p ud iera p e n s a r , c r e e r í a p o r tan to e s t a r
su friend o una m u tila ció n de su d e s tin o r e p r o d u c t i v o . E n r e a
* Y i:n c a s í c i ! o. [ T . )
.. ,s. ¡dad, si el ja rd in e ro h a .c o r ta d o a prim era flor es porque
sabe, al hacerlo, que la fuerza de las raíces d a rá más bríos aE *j
r ' ; ; >' -crecimiento de la planta; y que, en cambio, si deja la ram a yají
. florecida, em pobrecerá su vitalidad. La educación p or los huma
. nos de un ser humano, niño en trance de desarrollo, correspon
de a lo que realiza el jardinero, que sabe lo que está haciendo
y que somete a la planta, suponiendo que ésta se pusiera a
pensar,'al trance de la nulidad de la gloria ligada a esta pri
mera floración, que ella imaginaba ser promesa de su única
oportunidad de fecundidad. Al igual que con la flor, en el ser
humano la castración es algo siempre p o r recomenzar. Cuandoj
las condiciones de la relación emocional entre un niño y un
adulto están plenas de recíproca confianza, un sentido huma
. nizador sale en ellas a la luz, mediante el ejemplo y las verba-
lizaciones. El niño, a imitación del adulto que representa para
él la imagen acabada de su persona futura, acepta de él lo que
éste, le impone, porque desea, para adquirir más valor, acce
der al ejemplo que recibe de quien le parece creíble o de quien
gobiernaNsu fo rmación y que, además, tiene por virtud de la
Jw- Ley derechos sobre él. La verbalización de la prohibición im-
•iMpuesta a determinada mira de su deseo, a condición de que el
. y r Iniño sepa a ciencia cierta que el adulto está tan m arcado como-
Q\A U-V ^ Po r esta prohibición, lo ayuda a soportar la prueba, y sigue
* ío-' ^habiendo confianza en el sujeto, dado su derecho a imaginar
v la finalidad de este deseo que el adulto ha prohibido. Asf pues,
el sujeto deseante es iniciado, por prohibición, en la potencia
de su deseo, que es un valor, al mismo tiempo que se inicia
también en la Ley, la cual le ofrece otras vías para la identi
ficación de los otros humanos, marcados también ellos porj
la Ley.
Esto da lugar a un proceso que podemos denominar de
mutación para el sujeto, y de reforzamiento para el deseo. La
Ley de que se trata no es únicamente una Ley represiva. Se
trata de una Ley que, aunque parc7.ca momentáneamente repre
siva del . actuar, es en realidad una Ley que promociona al
sujeto para su actuación en la-comunidad de los seres huma
nos. Nunca puede ser la Ley de un adulto determinado que
la profiere en su provecho en contra del niño. Es la Lev a la
•’ que este adulto^ eatá sometido, él ta n to co mo el_Djñ°- -
Las pulsiones así reprimidas experimentan una reéstructu- \
ración dinámica, y el deseo, cuyo fin inicial ha sido prohibido,
aborda su realización por medios nuevos, sublimaciones: me
dios que exigen, para su satisfacción, un proceso de elabora
ción que no exigía el objeto primitivamente tenido en vista.
Sólo este último proceso lleva el nombre de simbolización,
emanado deTina castración entendida en el sentido psicoana-l
Utico.
Ello no implica decir que castración es igual a sublimación.
ÓÓ
Una cc ición p uede co n du cir a la sublimación, pero también I .
puede d esem bocar en una p erv ers ió n , e n .una represión d e d e- i 7
senlace neurótico. . ■ ■ .
' La perversión es una 5¡!?>boIi:<...i.íón, pero una simbolización. t
que no correspoTT3e~a~la^L’ey' pora todos: ley de la progresión.’ ! oi"
que, de castracióñ'érf castración, conduce a aquel y aquella que
la experimentan a una humanización tanto en un sentido de ií
creatividad como de ética. Puede haber uii desvío de las puí'J
siones hacia una satisfacción q u e .n o introduce la progresión »
del sujeto hacia la asunción de la Ley. Por ejemplo, cuando
la castración conduce al individuo a la negación de los proce
sos vitales, como se observa en el masoquismo.1
Supongamos el caso de una chiquilla que reacciona ante \
la agresión sufrida por parte de un compañerito liberando sus
pulsiones agresivas por medio del grito. Si la madre in terv ien e n ^
para desbaratar esta manifestación oral de las pulsiones agresi-i
tfas de su’ hija, burlándose de ella, com o si se hiciera cómplice ¡QJ
del chico, la niña, cuyo modelo es la madre, puede llegar-a so- j \¿
meterse a la agresión como aquello que su madre desea efecti-, I
vamente para ella. Es decir, gozar de un sufrimiento físico ,|
supuestamente aprobado por la imagen acabada de ella misma li
que el adulto representa. ■
Es de este modo como el Superyó se torna perverso, maso^j
quista, hipocondríaco (cuando está introycctado) o masoquis-
ta en la relación con el otro, o autod estru ctor (accidentes re
petidos), o desprovisto de defensa humoral ante agresiones
patógenas. La castración es com prendida a veces — según el
adulto que la da, según el niño que la recibe, sobre todo según
la pareja parental, ejemplo de vida recibido en ese preciso
momento y promesa de futuro— co m o la prohibición de todo
deseo que tenga por fin el placer, y como una denegación de la
justa intuición experimentada por el niño en lo tocante a lo
que es gozar de su desarrollo físico, afectivo y mental. Hay
aquí un efecto simbolígeno perverso de las castraciones. A m e
nudo enteramente inconsciente en los padres o educadores que j
le han dado origen. lina castración que induce el deseo de s á ' ‘
tisfacerse con el sufrimiento, en lugar ~(V¿"satisfacerse 'con el
placer, es una perversidn'.~0'ívo caso "es" cuan*d¿ fiay""efecio~ fió-"*
mosexualizante de ‘ ljT'prohibición relativa al cumplimiento in
cestuoso del deseo genital. La prohibición de la mujer que es
objeto del sujeto hijo varón, o sea su madre (o sus hermanas),
puede serle verbalizada y ser oída por él corpo la prohibición
de toda mujer, siendo toda rrnijer propiedad de su padre. Los
comportamientos y los enunciados de su padre le prohíben en
tonces tratar de atraer la atención de mujer alguna en el medio
familiar y social de su entorno. De este modo, la castración
69
descubrimiento, com o una invención, una creación a e uos, pur
una conjugación — a través del r rpo— de los psíquismos de
la m adre y de su bebé. £1 goce ^asa a ser, simbólicamente,
fruto de un en cu en tro a la vez imauinario y real, en el tiempo
y en el espacio, asociado al cuerpo del niño en 'sus sensacio
nes parciales, pero también al cu erp o en su totalidad, gracias
a la presencia sutil y expresiva de la madre: presencia cuyas
modalidades de percepción permanecen en la memoria, sin
eliminarse, co m o sucede con lo substancial.
Se trata de una modificación con valor simbólico, nueva to
dos los días, de la presencia materna, y no de una desaparición
del objeto-madre. De un afinamiento del conocim iento que el
niño tiene de ella y de sí. en el placer de aco rd arse de ella, de
esperarla y reen con trarla, similar y sorprendente, en algo dife
rente. En cam bio, si el objeto desaparece para siempre, la cas
tración ya no es ni valorización del deseo, ni portadyra de vida
V conocida, ni ap ertura a una llamada de comunicación interhu
mana. Es, tras un cierto tiempo de espera, un agotamiento del
deseo y una detención de la dinámica del deseo, la mutilación
. ide la imagen del cuerpo que se había desarrollado en la rela
ción del lactante con su madre; sucede a ello una imposibili-
Idad de simbolización de un vínculo desaparecido, y por tanto
I de la sublimación en relaciones sutiles, fundadas en el lenguaje,
que otras personas podrían oír. P o r mediación de lo cual, estas
pulsiones desligadas bruscamente de la relación con la única
oersona por la cual el niño se sabe~existir, retornan al' cuerpo'
del niño ahora anónimo en relación con su deseo. El niño cum-
"ple una regresión como «uno anterior a su nacimiento», sin
poseer ya las referencias anteriores al nacimiento.
)<* E s el autismó?~S
Mediante la c a s t r a c i ó n sim bolígena, por el c o n t r a r i o , la m a
dre, que ha d e s te ta d o a su hijo y c o m p ro b a d o , p o r sus gritos,
su m a l e s t a r p a r a vivir y a c e p ta r e s ta difícil p ru e b a , se ingenia
p a ra co n solarlo . Más aún cu and o, a menudo, tam bién ella su
fre p o r este c a m b io de r e la c ió n -c o n su c u e rp o p ro p io y con s u '
bebé. E n s e ñ a al niño a sentirse tan c e rc a n o a ella y aún más
g r a ta m e n te que an tes de la p rivación, en su re c íp r o c o inter
c a m b io h u m an o . Le enseña a e n c o n t r a r , en una com u n icación
con base en el lenguaje, una in tro d u cció n a la a te n c ió n de otro:
el p adre, los h e r m a n o s y h e rm a n a s, co n s o la d o re s e in terlocuto
res de re em p lazo , aliados de la m a d re , que vienen a revelar al
bebé el m u n d o social. Cuando un niño se so n ríe, tiende los
brazos y hay allí o tr a persona que dice: «Qué m a j o es su bebé,
có m o se so n ríe », esta persona lo in tro d u c e a u na distinta de
su m a d re ; y, de unos brazos en o tr o s , de p erso n a en person a que
lo re c o n o ce c o m o alguien que se co m u n ic a , él e n tr a en co m u
nicación con la sociedad. Por eso ju s ta m e n t e el destete, esta
ca s tr a c ió n o ral, es simbolígeno.
La angustia del octavo m es
1 1 /: 1 1 1 :*.■¿i. n o siiub'.'i:
destreza cíente- en ei mnncju u u ...... „ _
del lcngui.ji;, c o m o p or la destreza m an u al que permite ai niño
una actividad industriosa, u n ' :s a b c r ‘ h a c e r gracias al cual es
capaz de intercam bios con lcis oti’bs ,-1 puede se r apreciado por
los otros y aoand on ar, de ístratfe»' crí e stra to , su dependencia
respecto de los adultos tutelares' familiares. P rogresar de cas
tración en castración es el mcjlio para, abandonar el co m p o r
tamiento de impotencia pueril -para p a á a r al de p reciu d ad an o
en vías de a cceso a todos sus d e re ch o s: a condición, estos de
rechos, de pagarlos con la aceptación de las leyes que rigen a
aquellos en cuya escuela el niño se ha integrado por am or, es
decir sus padres, sus educadores, así co m o sus compañeros
de ¿d ad y sus co m p añ ero s m ayores. E s t e sentimiento de pro
moción le perm ite d e ja r detrás de sí el gozar de la primera in
fancia, para acc e d er a un gozar más grande, un gozar de más
edad que él. E xiste en los niños n atu ra lm en te este deseo de c r e
cer, proyecto incluido en su organism o en crecim iento. Esta
esperanza de no seguir siendo pequeños sostiene su coraje
ante muchas con traried ad es debidas a su impotencia en la rea
lidad, co m p arad a con sus iniciativas cread o ras. Por desgracia,
muchos adultos siguen aún ahí y rep ro ch an , o más bien expre
san de m anera peyorativa a un niño su descontento, desvalori
zando su valor de sujeto en n om bre de su cuerpo, lo cual es
vejatorio para él. E s bien comprensible que el niño que está
creciendo experim ente a veces el peligro de retornar a la ante
castración, puesto que al mismo tiempo perdería las adquisi
ciones que, gracias a esta castración , ha podido obtener. Antes
de ser absolutam ente asegurado respecto de las nuevas moda
lidades culturales adquiridas, es peligroso para un niño mirar
para atrás e identificarse con el que era él mismo antaño.
A ello corresponden las actitudes fóbicas de pequeños que,
colocados en un espacio nuevo, se refugian en las faldas de su
madre, con una mímica primero más o menos ansiosa pero que
puede llegar a serlo gravemente, y son susceptibles hasta de
llegar a perder el lenguaje: debido a que, justam ente, el len
guaje utiliza las- pulsiones orales de una manera civilizada,
mientras que la -fo b ia proyecta estas pulsiones sobre la idea
de un peligro en el espacio, que tendría forma de mandíbula
dental, destinada a devorar todo o p arte del cuerpo de quien
busca goce.
Cuando, por el con trario, un niño ha alcanzado el nivel de
la castración anal, o sea que ya es capaz, mediante su esquema
corporal, de uLilizar pulsiones m otrices enteram ente sublima
das en la soltura del cuerpo, soltura en todas lasmodulaciones
de' sus pulsiones de una manera ya cultural, enese momento
ya no teme identificarse consigo mismo tal como era de peque
ño. Por otra parte, ésta e.; la edad en que los niños no temen
ocular*-* de los ch iq u é , de reírse de rarezas, y yT 1
9<i 73
ut. 4 1 1 1 5 ios ucücs son objeto
por p arís de las personas a m a d a '- :
Inversamente» .cu a n d o la casi ,¡ón anal es mal asumida,
bien sea / p o r q u e , fue mal dada por el adulto, bien porque el ¡¡
adulto q u ería „ha .dado, e n palabras no es un modelo a imitar
p o f ' e l ' s u j e t o (sí este m ism o adulto está angustiado por sus
propios deseos), j a m á s aquel al que educa podrá sublim ar sufi*
cientemeñte, es d ecir hablar, fantasmatizar «en broma» sus
pulsiones anales. E l adulto tutelar confunde imaginario y reali-
' dad; no es ni tolerhnte, ni indulgente, ni permisivo frente a sus
propios fantasm as, que deben permanecer inconscientes, co ar
tados o reprimidos, los de sus pulsiones orales y anales. E s una
triste evidencia c o m p ro b a r que son muchos los adultos inca
paces de d a r tina ca s tració n simbolígena de los estadios arcai
cos, porque ellos m ism os lamentan haber dejado de ser niños
o lamentan que su hijo crezca y experimente deseos de autono
mía a su respecto. Impide al niño alzarse a un nivel que le
permite so b rep asar aquel estadio ético arcaico en el cual tuvo
que p erm an ecer algún tiempo, y del que la edad lo sacará casi
espontáneamente si tiene jun to a él unos padres felices, quiero
decir padres que viven de una libido genital mucho más que
en el nivel libidinal de consum o y de trabajo (sublimación oral
y anal). E n la dinámica familiar, el agente de la educación, lo
grada o no, es mucho más el inconsciente que un saber peda
gógico aprendido. ( F u e ra de la dinámica familiar, la trampa
incestuosa ya no está d irectam en te presente.)
Ahora que he explicitado lo que entiendo por castración
simbolígena, voy a exam in ar con más detenimiento su manera
de actualizarse en la historicidad de la vivencia del niño.- j
L a C A S T R A C IO N U M B IL IC A L
71
tes de -la en voltu ra con s tilu id a p o r la piel, s e p a r a d a de la pla
cen ta de las envolturas co n te n id a s en el ú t e r o , y a él deja
das. L a im agen del cu e rp o , o riginada p a rc ia lm e n te en los rit
m o s ,' e l c a l o r , las sonoridades^ las1 p erce p cio n e s fetales, se ve
m o d i f i c a d a 'p o r la variafcíóit l^rusca de estas p e rc e p c io n e s ; en
p a r ti c u l a r la pérdid a, p a ra las pulsiones pasivas auditivas, del
doble l u i d o del corazón que, in u taro el niño o ía . E s t a modifi
cació n viene a c o m p añ ad a pcír la a p a rició n del fucile p u jm o n a r
y de la activació n del p e risla llism o del tubo digestivo que,
nacido el niño, emile el m e co n io acu m u lad o en la vida fetal.
La cica triz umbilical y la pérd id a de la placenta pueden c o n
sid erarse en función del d estino luim ano an te rio r, c o m o una
prefiguración de todas las p ru e b a s que m ás ad e la n te serán de
nom in ad as ca stracion es ( añ adiénd oles el ad jetivo oral, anal,
u re tra l, genital). Así pues, esta p rim e ra se p a ra c ió n recibirá
el n o m b re de castració n u m b ilical., E s c o n c o m it a n t e al n aci
miento y 'd eb e con sid erársela fu n d ad o ra, con las m od a lid ad e s de
alegría o de angustia m a n ife s ta d a s al nacim iento del niño en
su relación co n el deseo de los o tro s. Las m od alidad es del na
cim ien to, e sta prim era c a s t r a c i ó n m u la n te , serv irán de matriz
a las modalidades de las c a s t r a c i o n e s u lteriores.
E l nacimi ent o viene a c o mp a ña do , ' mer c ed a las modificacio
nes fisiológicas que se o p e r a n en el c u e r p o del niño, por un
grito sonoro mediante el cual éste se manifiesta, al mi s mo tiem
po que reac c i o na con la e v a c ua c i ó n del cont eni do substancial
intestinal por el polo cloacal, mi e nt r a s que antes e r a un feto
c e nt r a do úni c amen t e por la salida umbilical, po r lá deglución
de líquido amni ót i co y la mi c c i ón urinari a en éste.
A la par que su respir ación y su propio grito, que el bebé
oye, la e n t r a d a en juego del olfato (el olor ma t e rno) es incons
cient ement e el impact o p r i m e r o , s o br e el recién na ci do, de una
localización p a r t i c ul a r de su relación con su ma d r e . La audición
prenatal a mo r t i gu ad a d e sa pa r e c e , p a r a d a r paso a la audición in
tensificada de las voces ya c on o c i d a s : las del padre, la ma dre y
los parientes. 1
E s t a perdida de percepciones conoc i das y este s ur g i r de per
cepciones nuevas constituyen lo que se ha dado en l l amar el
«t r a u m a » del nacimiento, que es una mutaci ón inicial de nues
tra vida y que sella con un estilo de angustia má s o menos
memori zado, para cada feto que a rr i ba a la vida a é r e a , su pri
me r a sensación [¡minar de asfixia, ligada al finiquito del ele-
s
3. N ó t e s e q u e r e c i e n t e s e s t u d i o s h a n p r o b a d o q ue i» n í e r u el n i ñ o oye
los s o n i d o s gr ave s , es deci r, las v o c e s m a s c u l i n a s , y que- lo q u e oye de
la m a d r e es el l a l i d o del c o r a z ó n y u n r u i do q u e se p a r e c e al de l as ol as
q u e r o m p e n c o n t r a la pl aya. El n i ñ o sól o e s c u c h a la voz m a t e r n a si est a
p o s e e i n t e n s i d a d e s gr aves. Lo m i s c u r i o s o es q u e e s t o se i n v e r t i r í a t í a s
el n a c i m i e n t o , y q u e e n t o n c e s el n i ñ o o i t í: t s o b r e todo las fi e m i e n d a s
el evadas .
m en tó a cu á tico c a lie n te y al su rg im ie n to c n 'c l m undo aéreo
del p eso. A sí pues, m o d ifica cio n es ca ta clísm ica s m arcan nues
tro n a cim ie n to , n u e s tra p rim e ra p a rtició n m u la n te , p o r la c u a l
d e ja m o s una p arte im p o rta n te de lo que co n stitu ía , in útero
n u estro p ro p io o rg a n is m o , e n v o ltu ra s a in n ió tic a s , p la c e n ta , c o r
dón u m b ilica l; p a r t e g r a c i a s a la c u a l hem os p o d id o s e r v ia b les
p a ra u n e s p a c i o d i f e r e n t e q u e , a l a c o g e r n o s , n o s i m p o s i b i l i t a p a
ra s i e m p r e e l r e t o r n o aL. e s p a c i o p r e c e d e n t e , al m o d o d e vivir
y d e g o z a r q u e e n él h a b í a m o s c o n o c i d o .
Gn lu g a r de la s a n g r e p la c e n t a r i a q ue a li m e n ta b a p a siv a
m e n te la vida s im b i ó tic a del feto en el o r g a n i s m o m a t e r n o , la
vida c a rn a l se i n c o r p o r a , p o d r ía m o s d e c ir, al a ire, nuevo e le
m e n to c o m ú n a to d as las c r i a t u r a s t e r r e s t r e s y c u y o (lujo y
reflujo re sp o n d e n al fuelle p u l m o n a r . Con este fuelle a p a r e e ^
la m o d ificación del r i t m o pulsátil c a r d i a c o , que a h o r a no es
pen d u lar sino o b e d ie n te a un r i t m o , c o m o lo e r a , en la vida
fetal, el c o r a z ó n de r i t m o o n d u la t o r io de la m a d r e . S í: el niño
recién n acid o ha p e rd id o , al n a c e r , la au dición de su pro p io
ritm o c a r d i a c o tal co rn o él lo c o n o c ía . A p a re c e ta m b ié n la s e n
sación de la m a s a del c u e r p o , s o m e t i d a a la p e sa n te z , y de las
m o d alidad es de m a n ip u la c ió n de la q u e es o b je to p o r las m a
nos que la re co g e n ; y el plano de la c a m a o el c u e r p o de la
m a d re s o b re el cu al el niño r e p o s a . L a luz d e s lu m b ra su retin a,
el o lo r de la m a d re llena su c a v u m , las voces del equipo a s is
tente y los ruidos se d e ja n o ír co n c la r id a d , m i e n t r a s que, h a s ta
e n to n ce s, las s o n o r id a d e s del m u n d o sólo e ra n p ercib id a s a
través de aquella p a r e d de agua y de c a r n e , so b re a q uel fondo
donde el ri tm o p e n d u la r ráp id o del c o r a z ó n fetal se c ru z a b a
con el ri tm o , dos tie m p o s y m ed io m á s lenlo, del c o ra z ó n m a
terno. S egún las h o r a s del día, e sto s r itm o s sin c o p a d o s se al
ternab an c o n los de la m a r c h a del c u e r p o p o r t a d o r , y con los
ruidos de su activ id a d in d u s trio s a , m a r c a d o s a v e c e s p o r v ib ra
ciones s o n o r a s / q u e las p a l a b r a s , s o b r e todo las de las voces
grav es, m a scu lin a s, tr a n s m i t í a n a h o y a d a s h a sta el h uevo eri que
el niño iba d e s a rro l lá n d o s e . P o r la n o c h e este doble ritm o a u
ditivo rep o sa b a , y a él se s u m a b a n el ro n q u id o del sueño m a
terno y los b o r b o r ig m o s de los m o v im ie n to s v iscera les d iges
tivos de la m a d re d o rm i d a .
Asi pues, b r u s c a m e n t e , b r u ta lm e n t e , el niño d e s c u b r e p e r
ce p cio n es de las que h a s ta e n to n c e s no tenia n o ció n : luz, o lo
res, sen sa cio n e s tá ctile s, se n sa cio n e s de presión y de peso, y los
son id os fu ertes y nítidos que h a s ta a h o r a sólo h abía p ercibido
s o r d a m e n te . E l e le m e n to auditivo m á s d e s ta c a d o se rá , por su
re p etició n , el de su n o m b re , sign ifican te de su s e r en el inundo
p a r a sus p adres. Sign ificante tle su sexo, igu a lm en te, porq ue
esto es lo p rim ero q ue oye: « ¡ E s un v a ró n !» , <>|lls una niña!»,
y l a s p a la b ras que a c t o s c g u U o b r o t a r o n d e l o s a siste n te s, y
la;', y--o¡- . ‘ ; ios fam iliares e lo reciben. jees que se
7ó
a c e rc a » ., la s voces que se a le ja n y, p erp etu am en te o íd o s, lo s
fo n em as' de la s p a la b ra s «varón» o « n iñ a » , acom pañados del
nom bre con el qué io s p ad res Jo sig n ifica n desde ah ora. E ste
nom bre, y esta c a lific a c id s r , la c a lific a c ió n de su sexo, son lan
zados por voces a n im a d a s p or la a le g ría ó por la re tice n cia ,
exp resand o la s a t is f a c c ió n o po del en to rn o , y cad a d ía descu
b rim o s h a sta qué p u nto lo s Ja cta n te s conservan , «engram ad as»
com o cin ta s m a g n é tica s en a lg ú n p u n to de su có rte x , estas p ri
m eras sig n ifica cio n es de a le g ría n a rc isiz a n te , ya desde en to n
ces, o de re ticen cia , cuando no de pesadum bre, y de a n g u stia
para e l l o s d e s n a r c i s i z a n t e , y a d e s d e e n t o n c e s .
Así pues, es el len g u a je el q u e simboliza ¡a castración del
nacim iento que llam am os ca stració n umbilical', este lenguaje
golpeará repetitivamente el oído del bebé como el efecto de
su ser en el impacto emocional de sus padres, al cap richo de
las sílabas sonoras, de las modulaciones y afecto que él percibe
de m anera intuitiva, sin que sepam os exactam ente có m o le es
posible percibirlos. E s co m o si todos estos afectos, aco m p a
ñados por fonemas, e n c a rn a ra n un modo de ser narcisístico
primero.
Las sílabas prim eras que nos han significado son para cada
uno de nosotros el m en saje auditivo símbolo de nuestro naci
miento, sinónimo del p resen te en el doble sentido de actual
y de don que es el vivir efectivo p ara este niño que, de imagi
nario que era para los padres, pasa a ser realidad. Realidad
irreversible, femenino o m asculino, así es él y así será, como
se presentó ante tocios, ante sus padres y ante los rep resentan
tes de la sociedad que lo acogieran. Como varón o niña, con
nombre de varón o de niña, es dado por su padre a su madre,
recibido por su padre de su m adre, recibiéndolo ambos no.sólo
el uno del otro sino de las generaciones anteriores que los tra
jeron a ellos mismos al mundo y también del destino que lleva
o no, para ellos, el n om bre de Dios, pero que, de cualquier m a
nera, ha signado esta existencia. E s inexorable, el bebé es niña
o varón, así son las cosas, un hecho ajeno al poder de los pa
dres. Con lo cual, en este asunto, también éstos sufren una
castración. La -castración 'de ellos es la inscripción del niño en
el Registro civil, que signa su estatu to de ciudadano, suceda a
sus padres lo que suceda. Lo p ro tejan o no puedan protegerlo,
de aliura en adelante él está a su cargo, si pueden asumirlo;
pero no Ies pertenece en teram en te, pues es un sujeto legal de
la sociedad sobre el cual sus derechos son limitados. ¡Y su
deber, ¡limitado!
Los proyectos fantasmálicos de nombre y de sexo se acaban
con la fijación de esta inscripción en el Registro civil, incluida
la pertenencia a quien lo reconoce legal o adulterino, o a quien
se niega a reconocerlo le.' 'mente o, más aún, afectivamente. Ya
no . fantasmas pojii una vez c ■ !¡do este acto e:'. '1
77
Registro; el niño ha ingresado en una realidad de la cual no
podrá desprenderse, salvo obedeciendo a la Ley. La simboliza
ción, para el recién nacido lanío com o para sus padres, de esta
castración del feto y con él de los padres, con el nacimiento
y la inscripción en el Registro civil, es su adopción plena y en
tera, afectiva y social, o su adopción reticente, significada por
la manera en que su genitores han decidido inscribirlo. Esta
escritura cuya huella es dejada en el Registro civil, un*ida a un
patronímico, le procura para toda su vida el significante ma
yor de su ser en el mundo, aquel que su cuerpo llevará consigo
hasta la muerte.
E s realmente sorprendente pero es así: el impacto produci
do sobre un recién nacido por la escucha y las percepciones
que él tiene del surgimiento de alegría, corazón a corazón, de
sus padres o, por el contrario, de la depresión en la que su
nacimiento — porque es de tal sexo o presenta tal o cual as
pecto— ha sumido a uno de los padres o a ambos, reaparecen
siempre en los psicoanálisis. Sea la que fuere esta simbolización
de la castración umbilical, ahora tenemos las pruebas formales
de que puede p ro c u ra r al niño una potencia simbólica más o
menos grande! según la manera en que la m adre ha vivido, en
el plano fisiológico, su alumbramiento, es decir, la expulsión
de la placenta una media hora después de nacer el niño, y en
que la pareja conjunta del padre y la madre ha vivido la
promesa, cumplida a sus ojos por la realidad, en lo co n cer
niente a sus fantasm as de genitud fecunda.y viable en el bebé,
niña o varón. Pueden sentirse colmados; pero el bebé puede
no co n co rd ar con lo que en sus fantasmas ellos habían espe
rado.
Así pues, hay clos fu e n te s da vitalidad simboligena que p ro
m ueve la castración umbilical: una se d e b e al impacto orgánico
del nacim iento en el equilibrio de la salud psicosomática de la
m adre, y con ello de la pareja de cónyuges en su relación ge
nital; la otra es el impacto afectivo qu e la viabilidad del niño
aporta, en más narcisismo o en m enos narcisismo, a cada uno
de los dos genitores, quienes, por eHo, van a adoptarlo con las
características de su emoción del momento, y a introducirlo
en su vida como el portador del sentido que en ese momento
él ha tenido para ellos.
Estas dos fuentes de potencia simboligena, resultantes de la
castración umbilical del niño y de la castración imaginaria de
los ¡xidres, son bien visibles cuando una u otra de ellas ha sido
agotada en el m omento del nacimiento. La muurie o morbidez
de la m adre m arca de manera indeleble con una culpabilidad
inconsciente para vivir a todo niño que, por el hecho de su
nacimiento, pareció ante su padre haber sido responsable de un
efecto patógeno o mortífero sobre su genitorn. Asimismo, cuan
do el sexo y la . pariencia d e l n i ñ o h a n d e c e p c i o n a d o profun-
clamen..e, a la vez co n scien te c in co n scien tem e n te , a u n o u o tr o
de sus padres, más aún si fue a a m b o s , para este niño el vivir
e stá ligado fun dainen laln ien te.^con su nom b re, a u na cu lp a
bilidad: lenguaje in cu lcad o al su je to relativo al vivir de su
deseo en su cuerpo. E s t o se nos a p a r e c e en los c a s o s de psi
co sis p re co ce s que l e ñ e m o s , que a te n d e r , donde el d e terio ro
de los medios de co m u n ic ació n d£l deseo es, c o m o ob serv arn o s,
el de un orden sim bólico p re c o z m e n te p ertu rb ad o .
C o n traria m e n te a lo que se podría pensar, no es el hecho
de la m u e rte o de la h e m o rr a g ia p osnatal de la m a d r e , por
ejem plo, el que, habiendo p rod u cid o un im pacto indeleble so
b re la 'o rg a n ic id a d del niño, ha p ro v o ca d o el e s ta d o psicótico.
P o rq ue el hecho es lo que se pudo c o n s t a t a r en el plano de la
realid ad; y lo que el tr a ta m ie n to p sicoanalítico p ru e b a es que
fue el elem ento psicógeno el que a c tu ó sobre la prohibición
de desarro llarse. El análisis de esto nacim iento , y la reviven
cia de este trance con p a la b ra s ju sta s, dichas lan ío p o r los pa
dres c o m o por el niño, d e n tro del análisis, son p re c is a m e n t e
lo que lo libera definitivamente de las redes que lo retenían en
la prohibición de vivir p o r su p ro p ia c u en ta.
' E l preco císim o tr a sto rn o de mal d esarrollo s o m a to p síq u ico
en el niño psicótico era im p u ta d o a un nacim iento c a ta s tró fic o ;
y a veces se invocaba una en cefalitis q ue habría p a s a d o d esa
percibida. No obstante, el h echo de que el análisis p ueda librar
al niño de la psicosis p ru eba qi:c los trasto rn o s no provienen
de heridas físicas — de tr a s to rn o s funcionales o lesiónales físi
cos p re co ces que hubiesen in fo rm ad o el cuerpo del recién n a
cido. Las dificultades de d e sa rro llo han sido expresión de e m o
ciones p re co ces y de a fectos co m p a r t id o s con el e n to rn o que
no pudieron ser significados con p alab ras dichas al niño a
tiempo, así se tr a ta r a de p alab ras invalidantes del d e re ch o a
la vida sim bólica del niño.
E s, por tanto, desde la c a s tr a c ió n umbilical que la angus
tia o la alegría, en la triangulación padres-hijo por d o nd e c i r c u
la la vitalidad dinámica del inco n scien te, m arcan de m an e ra
sirnbolígena o no el psiquismo de un ser humano, in d ependien
tem ente de su organicidad. Se tr a ta de una puesta en m a r c h a
de la fuente dinámica inconsciente que va a so ste n e r, (le m a
n era rica o em pobrecida, el d esarrollo del niño. E s t a potencia
es p ro cu ra d a al sujeto con generosidad o mezquindad, según
el narcisism o pacificado o conflictivo de los p adres; y ella lo
sostiene o lo p ertu rb a en la su p era ció n de las difíciles pruebas
que son la mutación del n acim ien to y los prim eros días de a d a p
tación a la vida aérea.
P o r las ab ertu ra s, por lo:; orificios del rostro a b ie rt o s a las
com u n icacio n es sutiles, c e n tr a d a s y con vergen tes h a c ia el ca-
vum —-venl.. ',.\s de la nariz, o re jas, aso ciad as a I-.-, percepcio-
,O l/
lu g a r ílcl .p e c h o . ; S L d e p r o c u r a la s p a l a b r a s , q u e ssign ¡fican lo
q u e ele e s te m o d o el e x p e r i m e n t a c o n la ta ctilid a d , p o r e j e m
p lo : « E s t o es el s o n a j e r o , e s frío, es m e t a l, es h ueso , es tu osi-
,to d e p clu c h e , es te la , e s tu puño, es el d e d o de p a p á , es la
huía d e tu j e r s e y » , to d a s e s t a s p a la b r a s , c u a n d o ella no e stá ,
h a c e n q ue él- la r e m e m o r e y busq u e r e p e t i r los so n id o s q ue
la a c o m p a ñ a b a n , y q u e p u e d a p r o b a r a a c t u a r c o m o ella lo h a c e
coni los p e q u e ñ o s o b j e t o s de su vida c o m ú n , a c e l e b r a r c o n fo
n e m a s , g rito s, g e s to s y s o n r i s a s ju b ilo s a s , la llegada del p a d r e
y de los f a m ilia r e s del e n t o r n o , sin p r o v o c a r co n ello en la
m a d r e un s e n tim ie n to de c e lo s o de a b a n d o n o . E s a sí c o m o el
le n g u a je p asa a s e r s im b ó l ic o de la r e l a c ió n c u e r p o a c u e r p o ,
c i r c u i t o c o r l o del niñ o a la m a d r e , m u t á n d o s e en c i r c u i t o l a r
go, p o r lo su til d e las v o c a liz a c io n e s y del se n tid o de e s ta s
p a la b r a s que r e c u b r e n p e r c e p c io n e s s e n s o r ia l e s d ife r e n te s , pero-
to d as « m a m a i z a d a s » p o r la voz de la m a d r e , la m i s m a que
c u a n d o él e s t a b a al p e c h o .
Así pues, el e fe c t o s im b o lig e n o cle. la c a stra ció n o r a l es la
in tr o d u c c ió n del niño, en c u a n t o s e p a r a d o de la p r e s e n c ia a b
s o l u t a m e n t e n e c e s a r i a de su m a d r e , a la re l a c ió n c o n o t r o : el
niño ha a c c e d id o a m o d a li d a d e s de c o m p o r t a m i e n t o , fu n d a d as
en len g u a je , que le h a ce n a c e p t a r la a s is t e n c i a de c u a lq u ie r
p e r s o n a con la cu a l la m a d r e se e n c u e n t r e en b uen o s té r m in o s ,
c o n la c u a l él m i s m o d e s a r r o l l e p osib ilid a d e s de c o m u n i c a c i ó n ,
e s b o z a d a s c o n su m a d r e o su p ad re y d e s a r r o l la d a s co n o tr o s .
D e b e m o s s u b r a y a r l o : só lo d espu és del d e s te te p r o p i a m e n t e
d ich o — p riv a c ió n del c o n t a c t o c u e r p o c o n c u e r p o — co m i e n z a
a e f e c t u a r s e la a s im ila c ió n de la lengua m a t e r n a , p o r g ru p o s
de fo n e m a s s e c u n d a n d o se n s a c io n e s y e m o c i o n e s , las s e n s a c io
nes táctiles p r o c u r a d a s p o r el c u e r p o p r ó x i m o de la m a d r e ,
las e m o c i o n e s a n t e su a c e r c a m i e n t o o su a le j a m ie n to .
E s la é p o ca i m p r e c i s a del lenguaje, cu y o fru to el niño no
p uede m a n i f e s t a r s im u l tá n e a m e n te . S ólo m ás a d e la n te s e r á c a
paz de ello, c u a n d o d e s c u b r a -el p la c e r, de d o m i n a r el o b j e t o
p r im o r d ia l an al, es d e c ir los e x c r e m e n t o s , ju g a n d o co n sus
e s fín te re s u r e t r a l y anal, ju g a n d o a c o n s e r v a r las m a t e r i a s o
a e x p u ls a rla s , s o b r e todo si es a p e tició n de la m a d r e , "y a p r o
d u c i r so n id o s o no, ta m b ié n en este c a s o s o b r e todo a p e tició n
de la m a d r e , en su s ju e g o s c a r a a c a r a , y d espu és a n o m b r a r
co n fo n e m a s a sus p a d r e s , luego sus e x c r e m e n t o s , con f r e c u e n
cia a n te s de n o m b r a r el a lim e n to .
P r i m e r a s p a la b r a s r e p e ti tiv a s de d os sílab a s que c o r r e s p o n
den al s e n tim ie n to de e x i s t i r del niño, c u a n d o está unido a su
m a d r e c o m o un s e m e j a n t e y doble de su se n s ació n , en lo cu al
se in icia el p r i m e r len g u aje: M a ... m a . . . c a . . . c a . . . ; es s ie m p r e
él — el o tr o , s e m e j a n l e « a s e m e j a d o » — el que p ro v o c a el c o m i e n
do d e l h a b l a ; -u e s t a s d o s s í l a b a s s e m e j a n t e s r e p e - ¡ l i v a s . L o s
b.lijes com ie .. easi sieinpr .. : >l ur p o r ahí.
Creo que, precisam ente, este doble, que es él de |a m a d re ,
y ésta simbiosis seguida de diada, conri los ritm os préferencia-
les de dos tiempos, todo ello h ace de e s ta época una ép oca de
ritm o de dos tiempos. Ev&len tornen le, e s to proced e del c o r a
zón y sus latidos, pero s o b r e .t o d o del h ech o de que es p re
ciso ser doble, desdoblarse con d isp lacer cuando la m ad re se
va, reunificarse con place^ cuando vuelve a hallarse uno doble,
y volver a desdoblarse de repente para que lo simbólico alcan
ce la noción de sentimiento diferente de las sensaciones con
la madre y sin ella; sensaciones aco m p añ ad as p o r el p lacer
residual de la su stracción de una de las sensaciones, mientras
que la madre se lleva la otra, y del re e n cu e n tro s e c u n d a d o 'p o r
una alegría aditiva, de ser también e x p re sa d a p o r la madre.
El conjunto de esta m etaforización de las presencias de obje
tos parciales redoblados por la presencia-ausencia de la m a
dre, me parece explicar la silabización doble que va a con s
tituir los primeros significantes entre los niños y cl ser que
los alimenta.
Ello explica que el papel de la m ad re c o m o iniciadora en el
lenguaje sea primordial, punto no suficientemente conocido
por las madres y las nodrizas. E s im p o rta n te que tras' cad a
mamada, en el m om ento en que el niño, m uy anim ado antes
de dormirse, gusta de entablar ya una con versación — lo cual,
para él, es manipulación de objetos, y espejism o de m irarse
en el rostro de su m ad re— , la m ad re le n om b re todos los
objetos que él se pone en la boca, que indique su nombre, su
gusto, su tactilidad, su color. El niño a p ren d e a d a r estos o b - '
jetos a su madre, co m o le daría una c u c h a ra d a de comida. Y la
madre, al procurárselos, se divierte con cl juego que a veces
consiste en, de golpe, tirar el objeto por la borda: exactam en te
igual a como en su boca, tras un rato de manipulación, de
masticación por las mandíbulas y la lengua, hay desaparición
por deglución del objeto en el estómago; aquí la m etáfora del
estómago es el desplazamiento del tirar p o r la borda, del h acer
desaparecer de la cuna. El niño se llena de júbilo si la m adre
recoge entonces las cosas a rro jad as, ju s ta m e n te porque se tra
ta de cosas y no de objetos parciales de consumición. No es
tamos aquí en el orden anal del a r ro ja r ; esto puede surgir, pero
cl arro jar comienza bajo el modo de la deglución, del h a ce r
tragar por cl espacio.
Asistimos así en el niño destetado dos o tres sem anas atrás
— tiene entre seis y ocho meses, empiezan a salirle los dientes—
al advenimiento de los frutos simbólicos de una castración
oral que ha tenido lugar en buen entendim iento con la madre.
Es el lenguaje mímico, expresivo, modulado de m an era variable
según las personas del entorno, y según las sensaciones y los
sentimiento , del niño; asistimos en el niño al advenimiento de
un lengua-' nodulado, no .• ¡.atical todavía ne alcanza su
«5
— .» mv.dc:>. jjc este m odo el
nino pasa a ser capaz de manij ir a las personas (le su entor
no a distancia. Su boca lia heredado su destreza manual, que
■i los padres habían valorizado; su lengiíá^manipula fonemas que
..son, para los padres, para el entorno^ otros tantos signos de
los sentimientos, sensaciones y deseos que él les quiere co
municar.’ Es muy interesante lo que sucede entonces entre las
diversas zonas erógenas. El primer lenguaje en el que las pa
labras aún no son reconocibles pero donde el entorno reco
noce la intención y fa intensidad del deseo, promueve en el
niño, si no está todo el tiempo con sus padres, una manipula
ción inventiva a distancia, y a veces una manipulación de los
objetos próximos para atraerlos hacia sí. Sabe perfectamente,
por ejem plo, cuando se aburre por la ausencia de la madre,
que si echa a rodar objetos, si hace ruido o grita, esto hará
volver al adulto. |Y el niño lo hace igual que tira uno de una
cuerda para que suene una campanilla! Para él, esto es len
guaje.
Si la m a d r e p r a c ti c a in te r c a m b io s m ím ic o s y verbales con
su h ijo , a d istan cia, el niño goza a u t é n t i c a m e n t e y ap lau de cpn
las m a n o s : bien sea a p lican d o u na c o n t r a la o tr a , cu and o se
le e n señ a a h a cerlo , o m e j o r a ú n to m a n d o o b je to s co n sus
m a n o s y golpeándolos a le g r e m e n te , de a r r ib a a b a jo , so b re un
s o p o rte fijo c o m o la m esa . L anza e n to n c e s gritos de co n te n to ,
y se sie n te de lo más feliz si la m a d r e a ñ a d e una ca n ció n p a r a
m o d u la r c o n él la alegría q ue e x p e r i m e n t a y que él manifiesta
golp ean do aquello que m a n ip u la según un ritm o que le es
propio. Golpea según su ri tm o , q ue la m a m á ju eg a a secu n dar
poniéndole p a la b ras , a v ece s m o d u lá n d o la s , y esto pasa- a ser
una c a n c ió n : es fan tástico, todo c o b r a sen tid o .
lí e aquí de lo que es c a p a z un niño que aún no c am in a
p ero que j a m á s se d ese sp era p o rq u e su m a d r e (o una p erso n a
a m ig a q ue la su stituye) es té p re se n te o no, siem p re que no se
e n c u e n tre d e m a sia d o lejos, al a lc a n c e de la voz. III niño no se
a b u r re , p o rq u e los frutos sim b ó lico s de la ca s tr a c ió n oral ya
han h ech o de él un individuo h u m a n o , que posee una vida
in te rio r r e la c io n a d a con las alegrías de su m a d r e , aso ciad as
a sus p ro p ia s alegrías; alegrías de* su m a d r e que también son
p a ra él la c e rt e z a de que su p a d r e y los ad ulto s del en to rn o de
su m a d r e e stá n orgullosos de él; y, si tiene h e rm a n o s m a y o
res, de que es tá ascen d ien do los p e ld a ñ o s que lo h a rá n igual a
ellos.
Olvidaría uu elem ento que p uede d e s e m p e ñ a r a veces un
papel cap ital si no m e n cio n a se a q u í el a s p e c to o lfativ o de to d o
lo qu e in terv ien e en torno a la c a s tr a c ió n oral. Porq ue, al m is
m o tiempo que la m a m a d a , c u m p lim ie n to de la necesidad, el
niño ex p e rim e n ta b a una s a tis fa c c ió n e r ó t i c a , a la vez olfativa
y seudo can ibalistica, p o r o b ra de la preijaión del pezón en tre
sus -nulibulas. El niño, que ya nu dispone del pedio y se
alin^.ita con biberón, su ve sometido a la ausencia de aquella
-erótica olfativa que acompañaba a su canibalismo imaginario,
aun cuando la prensión y la succión, en el momento del destete
y del paso al biberón, sigan aportándole la satisfacción que ya
antes conocía. E l cavum*y la tfbea del niño van a servir, claro
está que de manera inconsciente, para la comunicación sutil
con la madre, a distancia del cuerpo a cuerpo, es decir, pon
la I madre com o persona total y 110 ya como objeto parcial,
substancial.
E s e lectiv am e n te por el olfato c o m o la m ad re puede, de un
ob jeto p arcial m a m a r io , llegar a s e r singularizada co m o o b je to
total: porq ue, p re cis a m e n te , el olfato no fo rm a p arte de un
lu g ar^ p reciso p a r a el niño. La sutilidad del o lo r su expande
por el esp acio que lo rodea, el niño se im pregna de él en la
vecindad de su m a d re . El olor ya no es asignado a tal o cual
parte del .cuerpo m a te rn o y, a so cia d a siem p re la zona erógena
pituitaria' a una inspiración nasal, ese o lo r dejado por la m ad re
no puede a u s e n ta rs e del niño m ás que si éste se halla a fe c t a
do de an o sm ia. E s im p o r ta n te c o m p r e n d e r que, c o m o la n e c e
sidad de r e s p ir a r no está so m e tid a a tem po rizació n , la olfac
ción va a a c o m p a ñ a r a c a d a in spiración nasal. Así pues, el
deseo y la d iscrim in a ció n del p la ce r debido a la presencia de
la m a d re tienen lugar por m ediación del olfato, m ientras que
la n ecesidad de r e s p ir a r se s a tisfa ce con cu alq u ier aire, llega
do p o r la b o ca c o m o p o r la nariz, y cu alq u iera que sea su olor.
El d estete puede co n stitu ir un a c o n te cim ie n to euforizante
para el bebé y p a ra la m a d re si, so b re un fondo conocido de
co m u n ica ció n su b stan cial — es d ecir, a h o r a la m a m a d a del bi
b eró n — y de imagen funcional de su cció n — deglución de leche
y de alim en to s líquidos o semilíquidos a n te s de que sean sóli
dos, todos de un gusto d iferente al de la leche m a t e rn a — , el
niño y la m a d re c o n se rv a n ju n to s lo que sigue siendo especi
fico de su vínculo psíq uico, m an ifestad o p o r su presencia c o n
jugada. E s lazo sen soriop síq u ico p ara el bebé el olor del c u e r
po de la m a d re p ró x im a , su voz, su vista, su m ira d a , sus rit
mos, todo lo que se desprend e de ella p ara él c u a n d o lo tiene
en sus b razos y que el puede p e rc ib ir en el c o n ta c to cu erp o a
cu e rp o ; al m ism o tiempo, para la m a d re nada ha ca m b ia d o en
su bebé, que ya no toma el pecho pero cu ya gracia y d e s a rro
llo ella a d m ir a todos los días.
In v e rsa m e n te , p reciso es decirlo, una m a d re que no habla
a su hijo m ien tras le da de m a m a r a c a riciá n d o la c o n s ta n te m e n
te, o que, m ie n tra s le p re sta cuidados, por d epresión, se m u es
tra totalm e n te indiferente, no p ro m u e v e en el niño un destete
favorable a la socialización ulterior, a una expresión verbal y
una m o tricid a d c o r r e c ta s .
Menos aún una ma d r e qile, iras h a be r de s t e t a do a su hijo,
■* „ . ,. . -• _ * ’ »
no puede ev itar d evo rarlo co n stan tem ente con sus besos y
agobiarlo- con toqueteos acariciad ores. Ella m ism a lia sido la
niña herida de una relación hija-madre p erturbad a, que intenta
c u r a r d esesp erad am en te. Su lujo es para ella cl fetiche de aquel
p ech o m atern o a rc a ic o del que ella m ism a fue privada de m a
n era trau ip ática. ^
• V
L a C A S T R A C IO N A N A L
Ú•#
* La c a s t r a d o .i anal, entonces," es la prohibición u c ___ _
propio cuerpo, rásí coino ’ et m u n d o in an im ad o "y anim ado iue
rodea el triángulo inicial padre-madre-hijo,, p o r acciones m o to
ras, de arro jam ien to, pcligrosa^-o in con tro lad as. Se trata,' de
hecho y en su raíz, de la p ro h ib ic ió n del crim e n y del vanda
lismo, en nom bre de la sana arm onía del g ru p o ; al misino tiem
po que la iniciación en las libertades del p la c e r inotor c o m p a r
tido con otro, en una comunicació'n de raíz/ en el lenguaje ges-
tual en la que cada uno se co m p lace en con cord arse con los
demás, liste control de las pulsiones m o tric e s dañinas, esta
iniciación al p lacer de la com unicación basad a en el lenguaje
y al co n trol de la motricidad, a la m e s u r a y al dominio de la
fuerza, empleada en actividades útiles y agradables, todo esto
permite al sujeto advenir al cuidado de sí misino, su c o n se r
vación, la deambulación en el espacio, y luego la creativid ad
industriosa o lúdica (es decir, no sólo utilitaria). Al mismo
tiempo, queda abierto el camino a o tro s placeres, que se des
cu brirán en estadios ulteriores, uretral y vaginal, que lo con
ducirán, varón o niña, al estadio genital. ,
Los s e r e s hum anos, cualquiera q u e sea su edad, so n capa- !
ccs de d a r esta castración anal a los m ás jóvenes, tanto p o r I
el e je m p lo co m o p o r la palabra. i
89
o.V >■
. I.f»
.. — .. ■.■.u.juiuuj cu c» to objetos supuestamente de
alimento y placer para h Cuando el sistema m otor
•progresa..y la castración .oral.ha sido,simbolígena, los entelados
matarnos al trasero del niño van acompañados por palabras,
juegos, p o r toda una relación afectiva durante la cual día a día
va progresando el esquema corporal. Pero el e s q u em a corporal
r s e desarrolla e n tre cru z a d o con la imagen del cuerpo-, ligada
al don erógeno excremencial y al placer funcional de la fuerza
muscular motrizí, placer que expresan las jubilosas palpitacio
nes de sus miembros, su cuerpo, su boca, sus sonrisas, sus bor-
> borigmos, sus sueños, sus juegos sonoros, y los gritos, significan
do a la madre su aflicción o su alegría. __
Al p ra ctica r estos juegos motores, al andar a gatas, c! niño ■
descubre, en sus desplazamientos y en los que él imprime a
cuanto objeto circu nd an te pueda moverse que su motricidad
pasa a ser para la m adre un problema que ella intenta resol
ver menguando su libertad o, por el contrario, suscitando posi
bilidades de desplazamiento explorador cada vez más amplias,
que son posibilidades de comercio con el niño, fuente de pala
bras, de placer, fuente de aflicción y de alegría, de restricciones
y de autorizaciones con certad as y significadas mediante el len
guaje. La castración anal se entrega así progresivam ente. LUla’
orienta al niño a d o m in a r él m ism o su motricidad, pero no
solam ente la excrem encia l. lis decir que el niño se vuelve con
tinente cuando logra el dominio m o to r de sí mismo, para su
buen entendimiento con el código del lenguaje m o to r de los
seres anim ados del mundo exterior. La castración anal es posi
ble, de una m an era simbolígena qu e hace industrioso al'niño,
sólo cuando hay identificación motriz con el o bjeto total que
rep re se n ta cada uno de los padres y d e los h erm a n o s mayores i
en su m otricidad intencional observable por el niño. i
Cuando la simbolización de la motricidad en actos útiles y I
lúdicos no puede cumplirse por falta de iniciación, de control,)
de palabras y de alegría liklica con el entorno, el niño no pue
de sublim ar el placer anorrcctal, el único que se le deja para
él mism o; y vuelve a él por falta de desplazamiento de las
pulsiones anales, pasivas y activas, sobre otros objetos parcia
les, situados más allá de su cuerpo, en un ejercicio de la mo
tricidad dirigido a una mayor comunicación con las personas
sobre las cuales transferir su relación con su madre. El niño
retorna, por falta de castración anal simbolígena, a la c o m u
nicación liminar inicial qu e tenía con la m ad re interior: es de
cir, ju g ar a retener, por estreñimiento, o a exteriorizar las heces,
evenlualmente. en Corma de diarrea, en cualquier caso de ma
nera incontinente, no controlada. Y después se aburre, a veces
se excita con cualquier cosa, y se aburre otra vez. I.a madre
sigue siendo imaginariamente interior, en vez de est'.-r repre-
sí da inconscientemente por lodos los objetos exteriores que.
ella ha nombrado y que ella debe permitir manipular.
Así pues, el e stre ñ im ien to p u e d e s e r un signo de inhibición
de la relació n m o triz ,opn e f m u n d o ex te r io r: p o rq u e el niño
no h a sido in iciado por la ^ a d r e en está relación p o r q u e se
e n cu e n tra en m a la a r m o n í a 'c o n ella en lo que a ta ñ e a la fun
ción e x c re m e n cia l. Pero tajhbién p u ed e ponerse d iary cico c u a n
do los efecto s de una e x cita ció n m o triz no pueden e x p r e s a r s e
de o tra m a n e r a , y son re p ri m id o s en !o con cern ien te a las a c
ciones de su c u e r p o c s q u e le lo m u s c u la r sobre los o b j e t o s del
mundo e x te r io r. Las pulsiones an ales se ejercen e n to n c e s so
b re la imagen del cu e rp o p r im e r a , es decir sobre el peristal-
tismo del tubo digestivo, que s e vuelve h ip eractivo y cuyo
h ip e rfu n cion am ie n to p ro d u ce la d ia rr e a . La d iarrea inicial es
una d ia rr e a no in fecciosa; pero hallándose el tubo digestivo
. somelidd a u na so b re activ id ad ; el Canal del tubo d igestivo, que
ya no m an ip u la un contenido digestivo expulsado d e m a sia d o
pronto, se e xcita so b re sí m ism o y p ro v o ca una in fecció n por
efecto de un p e rista ltism o en v a cío , que a c arrea el d e s c a la b ro
m ucoso. Tal fue el d e scu b r im ie n to de la señora A u b r y .'e n las
investigaciones que realizó en « P a re n t de Rosan» con niños de
esta g u ard e ría de ado pció n. C uan d o las en fe rm era s discutían
sobre la cu n a de estos niños a b an d o n ad o s, sin p a d r e s , cuya
imagen del c u e rp o e stab a ya re d u c id a a la mera bola toráxico-
abdominal y al tubo digestivo, y en d o de un polo e ró g e n o al
o tro, y sin que hubiese lenguaje dirigido a sus p e rso n as, ellos
intentaban ponerse al unísono de e ste lenguaje violento e n ta
blado en tre d esco n o cid os que los angustiaban, y su reacció n
e ra un h ip c rp c ris ta ltis m o rea ctivo que daba lugar a la dia
rre a. D iarrea que la señ o ra Aubry d esc u b rió ser a b s o lu ta m e n te
am icro b ia n a y que ce sa b a si, una tr a s o tra , se d aban al niño
dos o tres c o m id a s , p a ra llenar el ca n a l de sit tubo digestivo:
él tenía e n to n ces con qué o c u p a r su excitación p e ristá ltica y
esto ya no d e jab a secuelas pató g en as.
La d ia rrea no es sino una m a n e r a de rech az ar un peligro
m atern o im a g in aria m e n te in co rp o rad o . Significa quizá, desde el
punto de vista del niño, que, si él expulsa mucho, la m a d re
o ral va a volver a dárselo p o r a rr ib a , a a p o r ta r o b je to s p a r c ia
les en la e n tra d a del tubo digestivo: puesto que él expulsa
por ab ajo a la m a d re «m ala» (esto a c a u sa de los d e c ire s c o n
cernientes al olfato: «Muele m al»), le cabe e s p e ra r que por
arriba llegará la m a d re buena, la leche, la papilla: «Huele
bien». Así su ced ió, por o tr a p arle, en ln experiencia c o n d u ci
da por la señ o ra Aubry. A esto s niños d ia rrcic o s que antes eran
puestos a diela, ella les haaía d a r ráp id am e n te una o dos c o
midas. Claro está (pie no hay que h acerlo si la diarre:', ya es
infecciosa y cl tubo digestivo eslá afe cta d o p o r f r o t a m i e n t o s in
trínsecos d e b i d o s a un p e r i s t a l t i s m o e x a c e r b a d o . I’ m o l o d o e l l o
prueba al m en o s que, cuantío la diarrea se i n s t a l a 'e n un niño
co locad o en ün 'ambiente de gran tensión nerviosa, es que no
tiene m ás m ed ios qiie"Ios‘ digest¡vos para m an ifestarse. Si pu
d iera gritar, ya sería o tro ' re c ü rso : el grito es la expresión de
. u na tensión, de una sobretensión en busca de co m u n icació n
¡ c o n el o tro . Si ni siquiera el grito es oído p o r alguiejn, y no
m u eve a alguien a a cu d ir p a ra tranquilizarlo, e n tran d o en len
g u a je con el niño, entonces éste dirige la tensión so b re la* m a
dre a r c a ic a im aginaria del tubo digestivo: p oiq u e en su propio
in te rio r sufre de aquello que, en su tubo digestivo, está aso
ciad o a esa m a d r e exterio r que lo h ace su frir a través de una
tensión nerviosa ansiógena.
P ara co m p re n d e r m ejo r esta dinámica se puede c o m p a r a r
el tubo digestivo del niño con esos gusanos que se ven a orillas
del m a r y que, en su avance, tragan la arena y la dejan detrás
de sí, co m o si se alim entaran del medio que a traviesan . Por
lo que respecta al niño, es su m ad re quien pasa p or su inte
rio r, de la boca al ano: su m ad re, imaginaria, en form a de ob
je to parcial que él ingiere. Y es la m ad re e x te rio r real — la
que lo acoye y anida, la que le p ro cu ra tranquilidad— quien,
en un fan tasm a altern ad o, tía a la boca y toma del ano. Cuando
el niño expulsa violentamente el contenido de su tubo diges
tivo, es corno si d ijera a su m adre: «Lléname p o r arriba». Es
d e c ir que reclam a una com unicación. Quisiera palabras, pero
autos que no tener nada, prefiere el alimento, y esto es lo que
está expresando. Lo que demanda es la presencia de la m adre
simbólica. Y si la m ad re no co m p ren d e que es ella, su presen
cia, su tranquila ternura lo que él necesita, si sólo le da m a
terial digestivo, si sólo le da tle beber, de co m er, y esto no es
lenguaje, un niño así, visto siem pre por ella co m o un tubo
digestivo para el cual ella busca lo que le falta y que expulsa
la c a c a de la que ella.se apodera sin ap ortación de palabras, el
niño queda incvitable'mcnte inhibido en cu anto a su iniciación
en el lenguaje p ara el futuro. Y esto tiene lugar muy pronto.
Cuando el niño comienza a liablar, liacc ya nueve meses que
es p oten cialm en te hablante, porque él «traga fonemas». Los tra
gaba p or los oídos y debe echarlos p o r la laringe, es la misma
co sa an alógicam en te para lo sutil co m o para lo substancial, es
.una m etáfora tle lo que acontece en el tubo digestivo.
o>
• .!, -i—t-iíií . ••• i-• ■ .
.-Vfs.’i: . . ?*• :» •«
de imitarlos p a ra valorizarse narcisísücán icn te, alcanzando' una
imagen m ás desarrollada y más arm oniosa," m as adaptad a al
grupo que la que ah ora posee. *]Zste anhelo se orienta a su de
sarrollo en sociedad, h acia el " p attéfa ' adulto, de varón o de
niña; porque el niño tiene, gracias al lenguaje, el conocimien
to de su sexo, pero también lo -tien e intuitivamente, p or su
deseo de im itar a los que siente!' sin que sep am o s muy bien
có m o , com o sus sem ejan tes sexuados.
93
. , .. n e ma s so n c u ic a s , |y
usccu es un v a ró u l» . EL a b rió lo*- o j o s de p a r e n p a r , c o m o si mi
r e sp u e sta lo h ub ies e d e ja d o al lo. Y o d ije: « ¡ I l a s l a el m a r t e s
.yie :;.u ,jt. iipin^iwmn i&das&ttii • *v
.'Fue un tr a ta m ie n to e x tr a o r d in a r io , un t r a ta m ie n to re l á m
p ago, de c in c o sesiones a razón d e u n a p o r s e m a n a . A e ste
ch ico le e ra im posible a l c a n z a r la m a d u r e z : e r a un niño que
reivindicaba el id en tificarse a un h o m b r e p e ro que p e rm a n e c ía
todo el tiem po fusionado con su h e r m a n a , que le llevabaj c a
to r ce m eses. Y h abía llegado a e s ta ten tativ a de suicidio p oco
después de a lc a n z a r su h e r m a n a la nubilidad. E n seis m e s e s se
había tr a n s f o rm a d o , de niña se h a b ía c o n v e rtid o en una jo-
vencita, con su reglas, m u ta d a e n - c o m p a r a c i ó n co n él. Y a d e
más todos los v aro n es se in tere sab a n en ella, la llam ab an p or
teléfono; y él, su h e rm a n o , s ie m p r e c o n t e s t a b a : «No está».
Cuando quien llam ab a e ra un varó n y a ten d ía él, p arecía que
ella n u n ca e sta b a .
E s to s dos niños ja m á s hablaban u no del o t r o si no e ra d i
ciendo «n o so tro s» . « N o so tro s dos-C ristina — decía él— q u e re m o s
e sto ... p e n sa m os a q u e llo ...» Y ella d e c ía : « N o s o tro s d o s -F r a n
c is c o ...» . J a m á s « Y o» , ni cl uno ni el o t r o ; era n s iem pre «el
uno y el o tro ». El niño e ra an o ré x ico d esde los siete años, pero
nadie de la familia se h abía p re o c u p a d o p o r e sto . E r a longi
líneo, muy d elgado, d ep ortivo , a ctivo , muy a d elan tad o en la
escuela, y los p adres d ecía n : «Sí, n u n ca c o m e g ra s a s ni pan,
n unca c o m e a z ú c a r, en fin, se a lim en ta así desde los siete añ o s»:
edad en que había nacido su h e rm a n a pequeña. Y de esto m e
dio di la clave, m e dijo q ue así e ra d esde que su m a d re e s p e
raba el « fa n ta s m a » ... Yo le p re g u n té: «¿Q ué es eso del fa n ta s
m a ? — B u e n o , usted sabe, los bebes, c u a n d o n a c e n , se ponen
de pie en la c u n a y sa cu d e n los velos. Así que yo la llamé “cl
fa n ta sm a ”. — ¿Quien es, el fa n ta s m a ? — B u en o , fue una niña.
— E n to n ce s , ¿es su h e r m a n a ? — B u e n o , 110. usted sabe, si hu
biese sido un varón yo h abría podido s e r h e rm a n o , pero co m o
e ra una niñ a... — E n to n ce s , si era una niña, ¿ u s te d qué e r a ?
— Dueño, es mi h e rm a n a (p reten d ía re f e rirs e a C ristina) la que
e ra h erm a n a » . E n su a b s u r d a o c u r r e n c ia él h a b ría sido h e r
mano si el recién nacido hub iera sido un varón , p ero ah ora
no era nada, era Cristina, que c o m o u n a falsa gem ela, era
«mi h e r m a n a » ... y la p equeña era el fa n ta s m a . De hecho, era
él quien devenía un fan tasm a.
Me dijo tam bién que c u a n d o su m a d r e e sp e ra b a al « fa n ta s
ma», cl médico de la familia le había e xp lica d o : «Debería us
ted a p ro v ech ar para que su m arid o haga rég im en , p o rq ue está
gordo y eso le puede a fe c t a r el co razó n ». T a n t o es así que m ien
tras ella estuvo encinta, su m arid o, cl p a d r e de F ra n c is c o , si
guió un régimen p a ra ad elgazar. Y F r a n c i s c o añ ad ió : «Usted
sab*. lü gordo de las m u jeres da bebés, pero lo gordo de los
he res, eso les aplasta el corazón».
Fue increíble, todo lo q u ej«ie,.d ijo en unas pocas sesiones
mientras engordaba..." ¡doce kilos! En la última sesión me
dijo: «¿Qué trabajo csigl su y o ...? ¿Qué hay que estudiar para
hacer ese trabajo? ¡Y o!quisiera h acer el trabajo que hace us
ted! — Hay que ser, o p rim ero médico o primero psicólogo,
y después psicoanalizarse y ap ren d er eSc oficio».
A lo que c o n te stó : «Alt,- sí, el psicoanálisis, ya sé, un asun
to del co m p le jo de E d ip o . Sí, m e lo co n tó p apá», ( l i r a en la
última sesión, la de des[)edida. Quiso que su p adre estuviese
p resente.) «|Oh, [ue la h is to ria de un tipo, que lo jo r o b a b a o tro
que e stab a todo el tiempo h a c ie n d o la’i us * (¡sic!) y él lo liquidó!»
Y o dije: «Sí, es más o m en o s e so pero hay o t r a c o sa . — Claro,
lo sabes bien — dijo e n to n c e s el p a d r e — , ya te dije que fue
porque el p adre estaba en a m o ra d o , de la misma m u j e r que el
hijo ( ¡ta m b ién sic!)».
E n c u a lq u ie r caso, volviendo a la dificultad de sus identi
ficaciones, si nunca más había vuelto a co m e r g ra s a s era p o r
que quería h a cerse h o m b re y no ten er esa g o rd u ra que da be
bés. De ahí la an orexia, que lo llevaba hasta el d e sm a y o . Pocas
sem anas a n te s de in te n ta r s u ic id a rs e , en su c la s e le habían
elegido jefe. Al resp ecto m e e x p lic ó : «Cuando los m u ch a ch o s
me eligieron yo me dije: p ero si no soy una niña, ¿ p o r qué
los chicos m e buscan a mí?».
Cuando m e habló de su p é rd id a total tle apetito , que lo lle
vaba a d esv an e cerse , le dije: « ¿ C ó m o fue que e m p e z ó ? ¿ P o r la
imposibilidad de c o m e r o p o r la imposibilidad de h a c e r c a c a ?
— Eso, es la imposibilidad de h a c e r c a c a . Usted sab e, yo estaba
lleno de esos panecillos en Corma de supositorios». (S e tra tab a
de unos bocadillos que el había d e n o m in a d o «en fo rm a de su
positorios» y que com ía en el in stitu to a m an era de a ln m e r /o .)
«Me llenaba todo, y no podían salir p o rq u e tenía d e m asia d o s. Así
que no podía com er.»
Es, sin e m b a rg o , e x tr a o rd in a ria e s ta pubertad en cie rn e pro
vocando una eclosión de todos los f a n ta sm a s infantiles. Todos
los orificios se confu ndían co n una imagen del tubo digestivo
que era c o m o una «cosa» en la q u e se a m o n to n a b a todo lo
que ingería. El niño tenía la idea de o b stácu lo p o r a c u m u la
ción. Además dijo: «Usted sabe, es c o m o cu ando las tuberías
están tap ad as; hay que d e s ta p a rla s » . Y p or esq él había d e sta
pado su es tó m a g o abriéndose el a b d o m e n con un cuchillo de
cocina. Tenía que m a t a r al f a n ta s m a p a ra h acerse real. En su
caso, la ca s tr a c ió n anal había sido d a d a p o r la h e r m a n a . Vale
decir que fue con la h e rm a n a con quien se identificó en el
* E s t e e q u í v o c o de la e x p r e s i ó n del n i ñ o es i n t r a d u c i b i e . Vi e n e de
que IniiíS es t é r m i n o f a mi l i a r e q u i v a l e n t e a « p e r o r a t a » , « d i s c u r s o - , p e r o
a la vez Lai'us es Layo, el n o m b r e del p a d r e de Udi po. [ T . )
95
\10
. m o m en to de p odec-adqiiirlr el d o m in io 'm o to r de sí m ism o y leí
mundo que lo circundaba-, teri''una] especie de falso gemefo‘ en .
que-’ se creía se m e ja n te a ‘ ella. ;JZl conocía bien la diferencia
sexual, pero no tenía diferencia de co m p o rtam ien to h a sta el día
en que el deseo d e los 'm uchachos se dirigió ar su hermana*, isí
que estaba perdido, pues su Y o au xiliar lo abandonaba. Hasta
entonces no había dispuesto de ¡u n a real autonom ía, a despe
cho de un d esarrollo intelectual m u y elevado y de un éxito
e s c o l a r poco co m ú n . La c a s tra ció n an al había sido dada pero la
identificación m asculinizante era imposible, y el Ed ip o había
tenido lugar so b re una imagen del cu e rp o borrosa, que no era
la do un v arón ; se t r a ta b a de un desea ntc-de-ser-várón cuya
imagen del cuerp o era asexuada o femenina, asexuad a subjeti
vamente p or h ab e r advertido él que no era femenino, pero que
quedó secu n dariam en te am enazado (a sus ojos) de feminiza
ción, cuando la votación de sus co m p añ e ro s lo eligió jefe de
clase: él les g ustaba, co m o su h e rm a n a a los m uchachos.
Aquí se observa có m o la ca stració n anal d e b e s e r dada por
aquellos qu e so stienen, en aquel a q u ie n la dan, lo q u e noso
tros llamam os identificació n con su sexo, el Y o ideal del niño
— es decir, el modelo envidiado, aquel al que quiere identifi
c a r se — , y que con gestos y palabras le prohíbe c o m p o rta m ie n
tos moLorcs indeseables se g ú n las leyes del g r u p o : co m p o rta
m ientos qu e el d e s e o le su giere, p e r o q u e serían dañinos, bien
sea para si m is m o , bien para otro. Deriva de ello que, si a es
condidas o a espaldas del adulto, el niño, curioso p or experi
m en ta r su deseo, desobedece las prohibiciones verbales que se
le habían impuesto y con ello no sólo no experim enta ningún
daño sino que obtiene placer sin p erjuicio para o tro n¡ para
sí mismo, lia d escu bierto solo el m edio de satisfacer su deseo
y, con esto mismo, ha exp erim en tad o un poder del que el adul
to no lo consideraba cap az todavía. E s el momento m ás impor
tante en la relación ed u cad o ra del adulto hacia el niño entre
los dos y los c u a tro años. Cuando la instancia tutelar descubre
esta transgresión motriz, debería felicitar por ella al niño que
lia desobedecido, en vez de culpabilizarlo por hab er desobede
cido un decir; puesto que este decir tenía por único propósito
el protegerlo de un peligro real, y de ningún modo hacerlo de
pendiente de una p alab ra prolúbidora de la m otricidad. E s ta
palabra ha quedado c a d u c a por el hecho de que el niño ya no
necesita de la prohibición para hallarse seguro, poniendo en
riesgo su deseo. Aquí re sid e toda la dificultad da la ed u cación
del niño da d os a cu a tro años, a q u ie n se q u ie re inculcar, p o r
qu e es más có m o d o , q u e ¿l o ella no d e b e n d e s o b e d e c e r las ór
d en es p ru d en cia les d e la instancia tutelar:' cuando las t r a n s g r e
d e y n o le s u c e d e n i n g ú n d o l o , se d e b e decir: « B r a v o . Y o t e
l o h a b í a prohibido p o i q u e n o te c r e í a lo b a s t a n t e c r e c i d o c o m o
]• ‘ ' . i c e r l o sin p e r o d a d o qi: 1 ■ e s t á s , p u e s bit-n le
96
; j.íjC ji. -- ----------------- - • 1 -1
.felicitó, ,desdu a h o r a 'tie n e s . perin¡so;./-pcro no hagas t a l, otra
, cosa,-de lasque no serías capaz, hasta el.'.dia en que te sientas
capaz de hacerla, pues podría significarte tal 0 :.cual problem a.
Cuida también de qu e tal niñc/gnás pequeño que tú no lo haga
hasta: que sea .capaz de ello»
Un cam bio, si con ocasión de esta te n ta tiv a de transgresión
o de . una transgresión co n su m ad a el .niño ha experimentado
su impotencia p or un dolo sufrido p o r ¿1, o p or un perjuicio
no deseado com o tal en su proyecto d e a c t u a r , la castración
anal ha de serle dada nuevam ente m e d ian te palabras, al mismo
tiempo que se ha de a p o r ta r un so c o rro a su narcisismo, por
haber fracasado en e i t e deseo de transgresión, deseo promo-,
cionante de identificación con el adulto. P o r lo general, obser
vamos que la educación se im parte de una manera muy dife
rente. El niño ha sufrido p o r el fracaso de su tentativa de trans
gresión, y el adulto, angustiado porque el niño ha corrido ries
go de accidente o h a p rovocad o un incidente, lo agrede a su
vez, y de una m a n e ra a menudo sádica lo celebra verbalmen
te: «Te lo m erecías, has desobedecido y ahí tienes el castigo».*
E sta manera de d ar la castración anal es rotundam ente ne
fasta, inhumana. Al niño le parece que *cl propio adulto, con
palabras mágicas en las que se expresa su deseo, es cl agente
de su desventura. E s el adulto quien quiere, en su ¡dea de om
nipotencia, imponerle una impotencia motriz, que amenaza de
rivar ahora del deseo del propio niño, p or identificación con
cl adulto, cuando ansíe alcan zar un éxito en la realidad. Es
ciertam ente necesario que el adulto verbalice el peligro real, la
impotencia en la que se hallaba el niño frente a la acción que
quería realizar. Pero el adulto debe exp licar que la m ism a im-'
potencia sería patrim onio igualmente de los adultos, si en su
propia escala intentaran acciones com o las que el niño probó
cumplir y fracasó. E n el prim er caso, el adulto procura al niño
la esperanza de identificarse algún día con él, desarrollándose
y observando las modalidades de sus acto s; en el segundo, da
al niño la prueba de que su impotencia no es mayor que la
de sus padres, si se vieran enfrentados, den tro de sus propias
condiciones, con los elementos en juego en esta peligrosa acti
vidad. La castración anal coloca al niño en un estado de segu
ridad, sin dejar de ap u n ta la r su libertad de desear y su espe
ranza de salir exitoso.
El niño, por exp erie n c ia , d e s c u b r e q u e las p rohibiciones son
aseguradoras desde el m om ento en que, si las transgrede, aca
rrean para él un sufrim iento real. E sta experiencia le depara
confianza en sus padres y en aquellas de sus verbalizaciones
que limitan su com pleta libertad. No obstante, preciso es sa
ber que cualquier co n traried ad es para el niño una herida nar-
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cisfstica, al mismo tiempo que e’ ifrimiento que puede¿cx-
'p crim cn tar ante una contrariedad pi avocada por un deseo obra
. do por él voluntariamente,' p e rte n e c e ' nf ord en'1tic la castra-
" c i ó n . "E llo 'e xp lica la 'importancia dé'"no ‘ prohibir0 nunca jinás
que de manera temporal todo aquella nue puede ser perju
dicial para el niño com o tal, pero qu un hiño más grande
o un adulto podrá hacer y Iograr.~"segün' el m o d o 'd e la ética
anal, sin peligro, cuando disponga de su tecnología. E s nece
sario afirmar siempre al niño que con el tichnpo, y con pa
ciencia, observación, una destreza m ás afinada y la identifica
ción al comportamiento de los adultos en los que puede con
fiar, su perseverancia y sus esfuerzos serán recompensados:
podrá acceder un día a la misma potencia que observa en sus
: padres, y quizás incluso a una potencia mayor que la de éstos.
De todo ello se desprende que los adultos, p ad re s o no, cap a
ce s de dar a un niño la castración anal con el máximo de efi
cacia sirnbolígena tanto para su poder lúdico, industrioso, ar
tístico y utilitario como para su sentido social y su respeto al
prójimo, son aquellos que no proyectan a cada paso una angus
tia sobre las acciones de los pequeños que tienen bajo su res
ponsabilidad. Son aquellos que están listos para responder a
las preguntas que el niño formule, sin ir más allá de lo que
él pregunta; y que son aptos para ayudarlo juiciosamente cuan
do se pone nervioso y se desanima al no alcanzar determinado
rendimiento por él ansiado, por no poder utilizar el recurso
técnico apropiado. .
Son también aquellos que saben decir no al deseo de un niño
cuando éste co n traría la ley de no-perjuicio, por ejemplo con
tomas de posesión — birlar, sustraer, robar los objetos perso
nales de otro en ausencia del propietario— , o bien con actos
realmente peligrosos para su edad. Cuando digo que el niño
debe aprender a respetar el bien de otro én su ausencia, esto
no es posible más que si el niño posee, a su vez, objetos que
son un bien propio, y si el adulto no se arroga el derecho
de atentar, en su ausencia, .contra este bien. Hay, por ejemplo,
madres o padres que tiran frecuentemente ciertos juguetes de
su hijo con el pretexto de que están rotos. Otros confiscan los
juguetes u obligan al niño a confiarles el dinero que les han
regalado. No se dan cuenta de que, haciendo esto, socavan la
posibilidad de respeto al bien de otro por parte del niño. Al
principio, forma parte del juego del niño el despedazamiento
de sus juguetes, y nunca una posesión perteneciente a un chi
quito debería ser tirada sin que lo decida él mismo. De igual
modo, ninguna pertenencia debe serle confiscada al niño por
castigo. Si se le retira un objeto, sólo lia de ser porque éste
tiene un alto valor real y para ayudar al propio niño, quien
co rre el riesgo de estropearlo y de echarlo en falta poco des
pués si el precio del objeto, o su seguridad, excluyen un posi-
ble r'~ aplazo. Pero nunca: «Te confisco el muñeco porque has
roto c jarrón».: '
El niño..a quien s e j e lia .respetado todo lo que lia metido en
...su cajón de juguetes, y que — por razones personales— le re
sulta precioso, respetará natura hílente los objetos personales tle
otro. Se observa que la AistraQtón a n a l s ó lo pu n de s e r dada
si los p a d res s o n rea lm en te r e s p e tu o s o s d e l niño y da sus b ie
nes, si lo ed u ca n p resta n d o co n fia n z a a la in teligen cia y a la
vida en d ev en ir d e e s te h o m b r e c ito o e s ta m n jercita , si dejan
am p lio m arg en a su iniciativa, si reducen día a día el número
de prohibiciones que le han sido impuestas, en la medida de
su desarrollo y de las experiencias adquiridas: algunas veces,
al precio de transgresiones de las órdenes parenlales, riesgosas,
pero que se convierten en éxitos cuando el niño sale de ellas
sin incidente.
" Cuantlq se producen estas transgresiones exitosas, estas deso
bediencias que acaban siéndole provechosas, el niño se pone
particularmente al acecho de lo que le dirán. ¿Le reñirán por
haber desobedecido, o se enorgullecerán con su éxito? Si el
adulto reconoce haber subestimado las aptitudes alcanzadas
por el niño al prohibir todavía aquello que éste ya era capaz de
hacer, el pequeño depositará aún más confianza en esa perso
na mayor que lo vigilaba por su seguridad y no para mantener
lo bajo su dependencia. Cuando se le imponga oirá prohibición,
pero ahora mencionando transgresiones anteriores exitosas con
la aclaración de que, en este caso, la aventura sería demasiado
arriesgada y hasta, catastrófica, para el o para otro, el niño es
cuchará y no desobedecerá.
Muchas modalidades educativas, en la etapa da la castración
anal —o sea entre los dieciocho meses y los cu a tro o cinco
años, cpoca en la que están en juego la motricidad, el valor de
sociabilidad en el juego con los demás niños, el valor de domi
nio corporal, fuente de placer y salud— , son origen da trastor
nos dal carácter en la familia y la sociedad. Estos trastornos
se deben ya sea a la inhibición, ya sea a la inexistencia de
respeto por toda regla de conducta. La no socialización del
niño proviene de que los educadores no han respetado día
a día sus deseos de iniciativas motrices, aun cuantío no com
portaran ningún peligro real, simplemente porque éstas cían
un poco ruidosas, alteraban un tanto la ordenación del espa
cio y provocaban en los padres angustias fantasmáticas en
nombre de las cuales distribuían éstos imaginaciones proféti-
cas de desdicha, amenazas tle'castigos o de golpes, y palizas:
y ello al menor intento de transgresión de prohibiciones absur
das y sádicas, vulnerndorns tle una sana promoción motriz que
en realidad hacía honor al buen sentido del niño.
Por ejemplo: la prohibición tle ensuciarse, de hacer desor
den, de hacer ruido al jugar, de subirse a los muebles (basta
loca: lodo lo que ci ,n. ......
si* las anegla para, a su ve/., adquirir 'treza. El nmo quien,
imitar a los adultos, oso es su deber, u u ..Ircvo a decir; en esle
esfuerzo debe contar con cl sostén de una atenta solicitud. Las
manos de un niño de veintidós a veinticuatro meses, y su cuer
po toilo, píieden ser tan hábiles frente ni mundo exterior como
las manos y el cuerpo tic ciertos adultos, aun cuando todavía
no sea capa/ de controlar sus esfínteres con vistas a una con
tinencia absoluta. A los cuatro o cinco años, educado sobre la
base de Ja confianza, el niño puede ser sumamente hábil, si
se le enseña la tecnología y si tiene la alegría de ayudar a su
vez al adulto cada vez que éste lo autoriza. El trabajo así com
partido, la actividad motriz de finalidad utilitaria, los juegos
con los padres, actividades todas en que cada cual obtiene pla
cer intercambiando palabras referidas a lo que se hace y a lo
que el niño sabe hacer, todo esto decuplica el placer de la
acción en el niño y lo prepara para una progresiva y total
autonomía por introyección conLinua de un saber-hacer conju
gado con la palabra, y también con cl cariño enLre él y el adulto,
cutre él y los otros niños, cariño que la actividad compartida
le permite experimentar.
102
, j i c s , son sie m p re iiUelijjeitlcs; y los ¡tdultos, c u a n d o le vci
im potdutc para re aliza r un d e se o , m á s bien d e b e r ía n alentarte
a reiniciar más lard e la m isn ia experiencia, a n t e s q u e so lta rle
« ¡ Y a ves,' te lo habiVrdiclio!i». La mayoría tle Tos *imos son obli
gados a q uedarse nuftlio <¿empo en lugares p ú b lico s o c u .Ii.
m esa, p o r ejem plo, y p o rq u e a los padres les a p e t e c e , en unr
inmovilidad que les re s u jta nociva. Y , en su p ro p ia c a s a , no se
ayuda a estos m ism os niños a a d q u ir ir habilidad, cb sa que todc
niño desea. F re c u e n te m e n te , su torpeza se debe a la vez a su
inexperiencia, a su falta de co n ce n tració n , a su insuficiente
ob servación , y sob re todo a la falta de p alab ra s e x p lica tiv a;
pro ced entes de esto s adultos cu y a s actividades él g u s ta o b se r
var. El niño tiene n ecesidad de com prensión te c n o ló g ica , y por
tan to de una ayuda verbal de los padres, quienes d eben expli
c a ri e que, si ellos se h ubiesen p uesto a la t a r c a de la m ism a
m a n e ra en que se puso él, s e h a b ría n llevado el m i s m o disgusto
que él. Pero, una vez m á s , no es posible a r r ib a r a e s to , a este
p la ce r del «hacer» tecnológico con m ateriales u o b je to s , si no
es mediante la su blim ació n del p lace r cx c re m e n cia l, p l a c e r de
p ro d u cir por sí m is m o los o b je to s parciales su b s ta n c ia le s pipí
y c a c a , del cual c u a lq u ie r o t r o .«hacer» es un d e sp la z a m ie n to
en su interés afeclivo, id ea lo rio y de lenguaje eu el v e rd a d e ro
sentido del término.
lis verdad que, desde su n a cim ien to , sus e x c r e m e n t o s son
n e cesariam ente o b je to s de in terés p ara los p a d r e s : ya que su
emisión regular y su a s p e c to s a tisfa cto rio p e rm iten al m éd ico
y a la m ad re ju zg ar, con cH fu ncionam iento digestivo, la buena
salud del bebé. A d em ás, el niño ha confundido e s to s o b je to s
de interés e x c rc m c n c ia l, al m ism o tiempo con re f e r e n c ia s tá c
tiles a su lazo co n n a tu ra l con su m a d re , y con re f e r e n c ia s olfa
tivas que él e xp erim en ta incluso cuantío ella e s tá a u s e n te , si
ha defecado en los pañales, lilla es quien, lo m ánd o selo s d u r a n
te la limpieza, s u prim iend o p o r tanto una se n sa ció n táctil en
el trase ro , al m ismo tiempo que el percibe un o lo r c a r a c t e r í s
tico, añade ap reciaciones m í m ic a s (lenguaje) que j a m á s pasan
d esapercibidas para el niño. Es ella quien lo inicia en la fun
ción de control m anual que ella tiene sobre eslos o b je to s p a r
ciales de expulsión debidos a la necesidad, y tam b ié n en la
función que el propio niño, p o r medio de su c o n tr o l , puede
c u m p lir respecto de eslos o b je to s que también sirv en al deseo
y al p lacer que el e x c r e m e n t a r puede a p ortarle: p la c e r fr e c u e n
tem ente solitario, tras h a b e r sido co m p artid o 'con la m a d re .
Son necesidades, ya lo dije: p ero si el «hacer» in icia al niño,
después del «com er», en el deseo es p o r interm edio de todas
las relaciones con la m a d re vinculadas a dichas n e ce sid a d e s.
Con el desarrolle de su e sq u e m a co rp o ral, el niño se torna
n atu ralm ente sensible al h echo tic que puede, con sus e m is io
nes o impidiéndolas, e x p e r i m e n !:■ ' p lace r local o bien p la cer
.
a distancia por la manipulación del c l i m a ' emocional delíadul-
. , . -. • - i - v~'
.
_ to a, su respecto. El control Iúdico de sus e x cre m e n to s-p u e d e , ‘
dependiendo de las exigencias ed u cad o ras, convertirse ;en un
¡:-jintercam bio valorizado con los o tros, intercam bio con base en
el lenguaje y com erció de objetos. Se h a hablado m u ch o — de- ’
m asiad o , además— de la caca-regalo: y esto es m uy propio de
cid rias modalidades educativas que son corrien tes en Hucs-
¡u t r o mcdi.o. :.;-
De allí la importancia del estilo de respu esta que a p o r ta rá
a ello el adulto, en especial la madre. Si ella concede a la re
cepción, a la visión o no visión del objeto parcial excrcm en cial
tan ta importancia como al niño en tero — que parlotea, sonríe,
m anipula objetos y los intercam bia con ella— , da valor de len
g u aje a las necesidades, a los e x cre m e n to s com o tales, mien
tra s que para el niño sq trata de algo inuy distinto. Ahora bien,
los excrem entos como tales no pueden ser un regalo. Pasan
a serlo para el niño si la m a d re los celeb ra más de lo que cele
b r a sus actividades lúdicas manuales y vocales. De algún modo :
el ano se convierte entonces en un su stituto de la boca, puesto
q u e es el significado anal cl que resulta valorizado p o r ella.
Listo es lo que hace susceptible a la c a c a de co n vertirse — o
de seguir siendo— caca-regalo. ¡Vem os así m adres que se rego
cijan , que le cuentan a lodo el mundo el pipí-caca de su h ijo !...
Y él, ya «pervertible», intenta c o m p la ce r aún más a su madre
«m ostrándose», exhibiendo su talento. Cuando hay extrañ os,
t r a c su orinal delante de todo el m undo. Aquí es donde, preci
sam en te, la castración simbólica, y no la represión pura, será
bienvenida: «No traigas eso, m ejor tra c tu juguete, a tu padre
o a mí nunca nos lias visto (rayéndole nuestra caca a todo el
m undo». «Trae pasteles, m uéstranos los juguetes que te intere
san , ven con nosotros si quieres, pero entonces, haz com o no
sotros.» E s así como la m adre ayuda al niño — que, p or su
naturaleza sociable,, quiere desp ertar interés, p articip ar en el
grupo, ser admitido en él— a ap o r ta r algo al-orden social.
E ste enorme valor asignado a la cac a es muy reciente.® Antes
del llamado «lenguaje a lainglesa», la im portancia de la i»x-
cremeiUnción de los bebes y niños no existía. Se originó, en
p arte sin duda, en la «pereza» de las madres para lavar los
pañales. Cuanto más pronto el niño se volvía limpio, menos
tra b a jo tenían ellas, en una época en que no había lavadoras
ni algodón en guata. También es cierto que para el niño era
una ventaja no mojarse demasiado. Cuando se m ojaba, tenía
frió; cuando tenía frío, podía sut'rir cólicos; constituía esto todo
un conjunto ansiógeuo, tanto por el trab ajo de la m adre como
p o r cl riesgo corrido. Cuando yo era pequeña no había bragas
KM
' -¡a ; j f <¿ein & “I ' 1
de goma, había paríalos de lana, pero el nulo m ojado podía
coger frío, y la m ortalidad infanLil era, ju stam en te, la gran ob
sesión de las madres! ” r ■ .y
De cualquier m an era, ,si lefc muslios substanciales de inter
cambio privilegiados siguen siendo estos o b je tos parciales ure
tral y anal que son los excrem entos, y en la medida misma en
que estos objetos parciales brutos soíi producidos inconsciente
y fatalmente p or su cuerpo, el niño sera habilitado a creer
que 'su obediencia pasiva al deseo de que dé sus excrementos
en el momento en que el adullo lo quiere, representa una rela
ción interhumana arm oniosa. E sto pervierte lo que constituirá
el sentido de la creatividad en el niño, y es una desviación com
pulsiva en devenir que convierte al niño en «la cosa» funcio
nante de una m adre que se pone ansiosa cu an d o no encuentra
en el orinal lo que desea ver en su interior.
Implica esto un grave daño para la humanización futura de
niños cuya m ad re cree tener que co n sa g ra r, con el pretexto
de la educación, toda su atención a la obtención de un adies
tramiento: o sea, después de la acep tación de la comida tal
como la m adre la impone, ta excrem en tación a su gusto. Todo
adiestramiento es una incitación perversa a la pasividad, a una
interparasitación prolongada; con ello la m a d re retrasa, por el
solo hecho de sus exigencias y de la regularidad que pretende
imponer a los ritm os de las necesidades, el interés del niño por
la actividad lúdica motriz, el acceso a la m a rc h a , la agilidad
corporal y manual. listas dos actividades exigen una relajación
muscular que, obligatoriamente, es fuente de «accidentes en la
braga». El niño todavía no es .apto, debido a su insuficiente
desarrollo neurológico y anatómico (antes de los veintiuno a
los veintiocho meses) para con trolar a la vez lo que ve, lo que
oye, lo que sus manos realizan de manera lúdica o industriosa,
y sus esfínteres. A esta edad no le es posible estar a la vez
«en el horno y en el molino». Felizmente, las madres, en mu
chos casos, se cansan de no obtener lo que quieren y se inte
resan también en todas las demás manifestaciones del desa
rrollo de su hijo, dejando para después ese adiestramiento que
a ellas las extenúa y que es fuente ininterrumpida de choques
emocionales con el pequeño; si éste tiene c a r á c t e r : lo cual es
mejor presagio para el futuro que si en este terreno es obedien
te a su madre.
/ Uf e
ju n ta r, s ep ara r. Ahora son los pies los’ q están 'in v estid o s de
la airo sid ad y la tactilidad reservadas hasta aquí a las manos.
E s sabido cu á n to g ustan los niños de .explorar los dedos d e s ú s
pies, sus talones, sus piernas, y hasta la raíz de sus m iem b ros,
l a 'in g le y cl sexo, cl ano, la región de las nalgas. L e s : g u s t a
pellizcarse, cosa que sigue siendo privilegio de las m an os, ori
ginado sin duda en el .desplazamiento de la pinza de la boca
so b re l a 'd e las maniis, que, p o r lo demás, se abre y se cierra
c o m o un esfínter g racias a la oposición del pulgar a los demás
dedos. Además, las nalgas continúan siendo privilegio de las
m anos del adulto tutelar, pues antes de los treinta meses el
niño a veces no tiene el brazo lo bastante largo c ó m o para
alcan zar a todas las p arte s de su cuerpo (sólo a los seis años
puede la m an o d erecha, pasando el brazo por en cim a de la
cabeza, t o c a r el lóbulo de la oreja izquierda). I’ero si cl niño
Lienc que d escubrirlas también es porque ignora la fo rm a tác
til de su hendidura nalgatoria y de la región anal. Asi pues,
todas las manipulaciones de su cuerpo deberían ir a co m p añ a
das de palabras que designaran las diferentes partes, muy le
jo s de que la madre, viéndolo actu ar, le impida tocarse. Desde
los prim eros lenguajes, desde la época en que tenía pocos m e
ses, por poco que el niño hubiere conseguido a t r a p a r la región
genital p or casualidad — cuando s u s 'm a n o s aún no eran otra
co sa que pincitas que. ap retaban todo lo que en co n trab an y
que atraían todo cuanto so podía a tra e r— , el bebé, si entonces
1 1 0 recibió palm aditas en las manos por su m ad re, pudo loca
to»
—• _ . . •.•«iji» íKJ- r t j l c : ■*'.'.2.
3a el im k .ice In palabra «co m e r» , no .pu • - co m e r ai m ism o
dí... - tiempo.' Cuándo dice «pipí», puede h a c e r l o r p no h acerlo . N o
puede c o m e r al mismo, tiempo i^ue -habla, pero sí d e fe ca r al
' mismo tiempo' que habla. b'¿p!
- ' / ‘Aquí reside toda la difiírcnci.V é n tr e ia defecación y lo que
sucede en la b o c a / Y csio explica tam bién el que la prohibición
- de h ab lar de ello lleve al niño a c r c c r que le está prohibido
* sen tir lo que aconlccc en e s ta-reg ió n tan copiosam ente inerva
da,' y que le está prohibido s e n t i r la articulación inteligente
entre, p o r una parte, el control a co n q u istar; a sem ejanza de
los adultos y hermanos m ayores, los funcionamientos de su
cu erp o — con los placeres que los aco m p añ an — y, p o r la o tra,
los" placeres sensuales de diferente nivel que los del c o m p o r ta
miento promocional.
N o se en ten d erá la im p ortan cia q u e es p reciso a sig n a r a la
p u esta en ju ego de ¡a ca stració n anal, si no s e c o m p re n d e q u e
ella es q u ie n p erm ite ¡a o b ten ció n d e tin dom inio a d ecu a d o y
h um anizado d e la m otricidad, a s í fu ese e n la fo r m a , e n t r e o t r a s ,
del a p r e n d i z a je de la m a r c h a .
. E l c a r á c t e r decisivo — p a r a el p o r v e n i r del niño— de la c as-
_ tr a c i ó n an al, estriba, en sín tesis, en q u e ella es el desfile q ue
va a p e r m i t i r (o no) la s u b l im a c i ó n de las m a n if e s ta c io n e s ex-
c r e m e n c i a l e s b ajo la fo r m a del h a c e r in d u strio so y crea tiv o. Al
m i s m o tie m p o , la fase re l a c io n a ! del niño de la que a q u í nos
o c u p a m o s es tam bién a q u e lla en la q u e tiene que d o m i n a r su
m o t r i c i d a d , y en la que le es p r e c is o t o m a r nota de c o m p o r
ta m ie n to s sen tid os por él c o m o insó lito s, los de los o t r o s s e r e s
vivos, an im a le s , adultos y n iñ os, que su a u to n o m ía en el e s p a
cio le p e r m i te o b se rv a r y q u e al p r in c ip io s o n n uev o s, a je n o s
* a su m u n d o tu te la r h abitu al. C u an d o a ú n n o había a lc a n z a d o
la a u t o n o m í a d c a m b u la to ria , el niño o b s e r v a b a sin r ie sg o s, r o
d e a d o p o r un nim bo de s e g u r id a d fa m ilia r . E s t a s e g u rid a d que
a h o r a le falta, el niño n e c e s i t a m á s to d a v ía que a n te s te n e rla
i m a g in a r ia m e n te , a través de las p a l a b r a s c o n s e r v a d a s en la
m e m o r i a , so sté n de e n se ñ a n z a s re la tiv a s a los nuevos s e r e s que
h a b r á de c o n o c e r : p a la b ra s p o r t a d o r a s de c o n o c im i e n t o s te c
n o ló g ico s so b re el m u n do d el q ue f o r m a p a r t e y que él d e s c u
b r e día tra s día, p a lab ras q u e lo in icia n a la m a n ip u la c ió n
de las c o s a s p o r su p e r m a n e n c ia en el r e c u e r d o c u a n d o la p r e
se n cia tu te l a r le falta. Con e s ta s p a la b r a s ex p lica tiv a s q u e el n iñ o '
r e m e m o r a , es c o m o si la p r e s e n c i a tu t e l a r fu e r a su in ic ia d o r a en
el c o m p o r t a m i e n t o de s e re s y c o s a s a ú n d e s c o n o c i d o s p a r a él.
E s t a s en señan zas le p e r m i t i r á n c o n s i d e r a r el e s p a c io d e s c o
n o cid o p o r d e s c u b r ir c a d a d ía, lo s o s t e n d r á n en la e x p l o r a c i ó n
del á m b it o fam iliar, p o r to d a s las h a b i t a c i o n e s de la c a s a y
sin peligro fa n ta sm á tic o . E l niño p u ed e lle v a r a ca b o e s ta c o n
q u ista g ra c ia s a ese sa b e r v e rb a liz a d o q u e le p e rm i te n ro m o -
c 'o n a r s e p ara ella. E n t o n c e s , sie n ':: oue se valoriza cu . >s pri-
/ J ' 13 - 109
. . . . . . _ .
meras pruebas a que se ve somctu.u su narcisismo, cuando no
se las estigmatiza .com o oirás tantas «tonterías», y en sus^éxi-
' tos reates cada vez cinc puede actu ar c o m o -v e hacerlo «* los
’SrfitifipC? .... ¿ v r$%
'■' E s f á c ñ , en ésta etapa intermedia entre el niño pequeño
que es y la persona grande que desea ser, ¡ntroycctar el fraca
so y ¿I éxito como efectos mágicos debidos a la malicia de las
co sas; a un deseo dañino de las criaturas animales o vegetales
o incluso de las cosas inerted, que el niño antropomorfiza se
gún el modelo de su madre omnipotente. El niño de este esta
dio proyecta intenciones anlroponiorfizadas de devoración, o
de rechazo, o de daño, sobre todo lo que le resiste, sobre todo
lo que lo angustia, con razún o sin ella, en sus contactos con
los objetos. •
E j e m p l o : un niño de nueve meses q ue ga te a con gran ra
pidez re cib e de su padre, que le ve p oner los dedos en un en
ch ufe, la pro h ib ició n de h ace rlo ; si lo h a ce , m u y mal le irá, y su
p apá le prohíbe te rm in a n te m e n te m e t e r los dedos en los agu
je r o s de los en chu fes. Como cualquier niño de nueve meses,,
éste, que es inteligente, intenta transgredir la prohibición. Y en
un m o m e n t o en q ue nadie lo ve, co m ete el a c t o prohibido. Gri
ta, y llegan los m a y o r e s. Felizmente, el día de esta experiencia
el p erju icio no es muy g ran d e; pero el niño m u e stra el enchu
fe y dice, a t e r r a d o : « ¡P a p á, ahí!». Tres días después, sus abue
los vienen de visita y él hace señas a su abuelo p ara que lo
siga. El lo p rece d e gateando. Le m u estra el enchufe, de lejos,
y vuelve a d ecir: « ¡P a p á , ahí!». En re su m e n , la persona que
enunció la proh ib ición está para él p resen te allí donde, habien
do tran sg red id o la prohibición, recibió la d e sca rg a eléctrica
d e sa g ra d a b le ."
T o d a h e rid a n arcisística impele al niño a replegarse sobre
placeres co n o cid o s y por tanto nada riesgosos p ara su esquema
c o rp o ra l. A e s ta edad, todos los placeres c o rp o ra le s se focali
zan e s en cia lm e n te en el cavu m , la boen, el an o ; en cu a n to al
varón: la v e rg a ; en c u an to a la niña: la vulva y el clítoris;
placeres que se p rod u cen por interm ediación de sus manos.
Pro hibiciones en ex ceso num erosas de to c a r o b je to s exteriores
a su c u e rp o obligan al niño a con sid erar sus m anos co m o pe
ligrosas; y si se le prohíbe to c a r su propio cu e rp o , a cab a cre
yéndose en su c u e rp o — lodo o parte— un o b je to de peligro,
seccionable, d cvorab le, y creyendo que su se xo está expuesto
al peligro de sus propias m an o s, las cuales son inquietantes por
110
' ' 'V i /
si mismas para ciertos niños a quienes se les dice sin parar:
jNo toquesl». , . i,; . . . * j, v. ; |
mpfíSu's ganns dé despedazar. de desmontar de locarlo lodo, son
° para .¿l una manera de descubrirse manos capaces, a semejan
; >za de las de los adullos'^lc ch ip a rse cu otra cosa que en su
boca, su trasero o su sexo. Desarrolla cl niño una habilidad
manual, un conocimiento visual, auditivo y táctil de los obje- .
los; al mismo tiempo que rfl dominarlos domestica sus peli- I
gros, experimenta su lado utilitario o su lado agradable; en
resumen, se concilia con cl mundo aprendiendo a conocerse y
a conocerlo,* a familiarizarse con el.
Un co n tra tie m p o técnico, c u a n d o coincide con una reacción
de burla, descontento o angustia por parle del adulto, quien
a veces añade sen tencias c o m o : « E ste niño me m ata» , o bien
«Se va a m a ta r» , «liste niño no hace más que tonterías», o
•incluso: ,«Te lo mereces, esto te enseñará a desobedecer», pro
yecta dé un tirón, para un niño precoz, su deseo en las dimen
siones d e se stru clu ra n te s de una soledad petrificante en medio
de los peligros que acech an b a jo cu alquier cosa a tractiv a, pe
ligros que lo am enazan y con los que los padres están de a c u e r
do, siendo por tanto cóm plices y perseguidores. Cualquier a t r a c
tivo hace su rg ir en la imagen del cuerpo la imagen funcional
motriz. Inteligentemente utilizado, el deseo lo prom ocionaría a
buscar un p lacer que, si él lo obtuviera, lo iniciaría en una
autonom ía mayor.
/ture un fracaso, cl niño s iem p r e nc.cesila palabras que le
expliquen su cansa, sin censurarlo, y lo reconcilien asi con su
intención, «desma^icizanilo» el peligro que lia co rr id o y que
creyó puesto ahí in lcn cion alm cnte por sus padres. Es necesario
e stab lecer cla ra m e n te con cl niño la tecnología de su fracaso;
tecnología a la cual los adultos están tan sometidos co m o él,
porque se tr ata de las leyes de la realidad de las cosas.
Ante sus fracasos, cl niño se siente humillado a sus propios
ojos y pide consuelo, bien sea gritando, bien yendo a quejarse
a su m ad re con tono llorón y regresivo. Sin em bargo, muy a
menudo este niño que viene a pedir s oco rro a los adultos por
que ha co m etid o una torpeza, siendo incluso que quería pro-
m ocionarse, recibe una actitud de rechazo, con respuestas a g re
sivas: «¡Cállate, déjanos tranquilos!». 0 incluso el adulto lo
estupidiza con su propia angustia, recogiéndolo en sus brazos
en vez de ponerlo de nuevo ante el obstáculo y de m o stra rle
' con sus propias manos o con sus pies, a la ¡lar que se la ex
plica en palabras, la manera en «pie habría podido llevar la
experiencia a buen término. Digamos también que si los adul
tos hacen por él lo que él no pudo hacer, lo que él no con
siguió, es tan grave co m o si no hicieran nada, porque al pro-
4 I O, IJ
. ,r „ . ^ . i u c ios dem ás a la que sus padres
. le naüituaron.
: Lo misino su ced e cuando un lie. .mo mayor recibe yl^con-
; ¡: .-. ’ . scjo.pen^extjdpr. de-darle.el gusto a su hermánito o hermanita,
i:, ... . con e l :prelexto d e que es pequeño; o .d e d ejar que éste'lo in-
*¡ . vacía .cuando él está sumido en ocupaciones.de muy distinto
,. . ínter».', e n , su tiempo y .e n su espacio. E sto se ve constante
* m én le.en las familias: estos consejos, esas órdenes pervertido
-;j -
ras tanto para el mayor como para el más pequeñio. pero a
. ■ quien más perjudican es al más pequeño, que no recibe la cas-
1 tración anal. E s ta ética perversa en la época del estadio anal
.. perseguirá de m anera ncurotizante al niño en cl estadio genital.
F o r «castración anal», entienda la prohibición de h a cer lo
qu e se le ocurra, p o r placer erótico. 'H an de im p o n e rse a los
a cto s p roh ib icion es limitativas si este «h acer» pudiese p r o v o c a r
d isp lacer o peligro p a ra los d em á s, si el uso de la libertad en
realid ad turba la lib ertad de a c t u a r de otro.
La castración anal d eb e en seña r al niño la d iferencia en tre
lo que es su posesión, de la qu e es en teram ente libre, y lo que
es la posesión de o tro, cuyo uso para él d ebe pasar por la pa-
labra que d e m a n d a a o tr o p re sta rle o b jeto s de los que el que
rría disponer, y q u e a cep ta que este o tr o se los rehúse. Más
allá de la pulsión de la posesión de ob jetos parciales, el resp eto
p o r la posesión p e rso n al de un o b jeto p o r parte del o tr o indu
c e al niño a c o m p r e n d e r que su propio espacio se prolonga
hacia el m u n do e x te r io r , pero que también debe re s p e ta r el
que el espacio de o t r o se prolongue en sus propios ob jeto s
personales, so b re los cuales él no tiene derecho de acción , úni
c a m e n te los de una negociación p o r el lenguaje.
La ed ucación de las pulsiones a p a rtir del estadio anal debe,
a d e m á s, d e ja r libre al niño de d a r o no a otro un o b jeto que
le p erten ece y que o t r o desea, o de h a c e r un trueque, a menucio
. desfavorab le p a ra el ingenuo que p ro c u ra h acerse amigos, o
bien si le tienta un o b j e t o porq ue lo posee otro.
Los in te rcam b io s de baldes, de palas, en el parque, se inicia
rían te m p ra n a m e n te y s e ría n muy socializantes si las m a d re s no
vinieran a «p oner o r d e n » ; «¡N o dejes íjue te cojan tu bald e!».
Cuando el niño c r e c e , se asiste al don tal vez. irreflexivo, al
trueque tal vez d e s v e n ta jo s o o v en tajo so en exceso (según el
v a lo r m onetario del o b j e t o recibido a ca m b io ): a condición de
que se trate de o b je to s que sean propiedad de los niños que
p a rticip an en el trueq u e, está cla ro que esto no se debe pro h i
b ir sino explicar. No hay reglam entación implícita para el don,
y st la hay para el tru eq u e. P e ro si a los ojos de un niño tiene
m á s valor un coch ecito q u e el p recioso ju guete recibido en su
cu m p leañ os, esto es c o s a suya. A algunos padres Ies resulta
m u y duro admitirlo, p e r o para un niño — e incluso para m u
c h o s adultos— cl valor d e las cosas es más afectivo que mone-
114
l
• . í ■
lario.
I
formativo es discutirlo con ct niño, p e r o nunca qué '
c
¡i o s p a d r e s c o n t i n ú e n -.sintiéndose poseedores de, lo que han
dado a su hijo, como t a m p o c o q u e no aprecien el valor afecti
vo que éste asigna o n^»*a(1iii^ regalo. . ........
¿Sadism o anal? * ¡ .
i
En mi opinión, cuando se habla, en lodos los escritos psi-
coanalíticos, del sadismo anal, como si el placer de dañar
estuviese normalmente libado a las pulsiones de este es indio,
se comete un grave error. De lo que se habla es de niños que
fueron educados de una manera perversa, sin el respeto debi
do a su persona. Porque el niño que recibe, a medida que se
manifiesta su deseo de motricidad, limitaciones por razones de
auténtiqd perjuicio (para él o para otros), a la par que se ve
sostenido y consolado por una instancia tutelar que le asegura
que más adelante saldrá exitoso, este niño, apoyado más allá
de su sentimiento de impotencia con palabras reconfortantes,
no desarrolla en absoluto un deseo de destrucción sobre el otro,
como tampoco comprendería que exista placer en destruir. III
niño no tiene sadismo nunca, salvo muy al principio, en los
inicios de su primera dentición. El sadismo es oral, no anal.
La ética pervertida en un csLadio por causa de una castración
inexistente o nial dada (aquí, el destete), puede contaminar de
perversión el estadio siguiente del desarrollo. Totla conducta
coercitiva del adulto so bre el niño es iniciación en el sadismo
e incita al niño a identificarse con este m odelo.
Puede así observarse que la castración anal no es otra cosa
que la prohibición (tanto para el propio niño como para los
demás) del deterioro tanto como del rapto de los objetos de
otro, y de todo daño en detrimento del cuerpo: no sólo del
cuerpo de los seres humanos, sino el daño gratuito, por el mero
placer de quien utiliza así su tuerza y su poder sobre el cuerpo
de los animales, sobre los vegetales estéticos o utilitarios, so
bre los objetos usuales necesarios para las actividades de lodos
en la familia o en la sociedad: el vandalismo. La verbalización
de estas prohibiciones por parte del adulto, quien da el ejem
plo ajustando sus actos a estas prohibiciones, es también cas
tración anal.
Un chiquillo de veinticuatro a treinta y dos o treinta y tres
meses, que se encuentra de lleno en el apogeo de la edad anal,
y por tanto de la motricidad voluntaria, tampoco recibe la cas
tración anal, que debe ser sirnbolígena en el sentido psicoana-
Htico, si todo le está prohibido y si su libertad de buscar, de
manera intensiva y autoerótica, c! placer de sus movimientos, de
su acrobacia, de su manipulación desplazadora de los objetos
que puede manipular, no tiene cabida en el tiempo de su jor-
115
• -Vi »•. .3 t¡;
: ! í'
... .,J - - . . t .
117
O, para ser más exactos, porque él lo ha observado y aspira
a una explicación sobre eso que ha observado. E ste sostén de
' .la'curiosidad de^os^riiños/ en^Iugár1 d cljn ifta rla o proh¡6iila
. — mientras que se trata d e 'I á m S s "fundamental de las pulsio-
;■ nes, la pulsión epistemológica— ,•* constituye el punto clave en
;una educación de las pulsiones orales y ''anales desprovista de
sadismo. La prohibición a un niño de interesarse en algo es
antieducativo y hasta nocivo: interesarse en algo nunca es per
judicial. Asf pues, con palabras, cada vez que el niño hace
preguntas hay que contestarle verídicamente lo que se piensa,
lo que se sabe, o confesar la real ignorancia. Así quedan neu
tralizadas las bases del sadismo. Habrá quizá sadismo más
adelante, en la ¿poca del estadio uretral, pero no en la del
estadio anal. III sadismo es entonces tina regresión de las pul
siones uretrales o genitales sobre el estadio anal.. Pero, en el
estadio anal, no lo hay cuando el niño cuenta con un sostén
para realizar su actividad motriz, y para, cuando ésta no es
realizable, hablar de ella y recibir una autorización a término,
en beneficio del futuro, «cuando sepas hacer tal o cual cosa...».
S o sten er y valorizar la curiosidad unida a la observación form a
parte del principio m ism o de la educación hum anizante. Si sus
miras encuentran apoyo en la castración sirnbolígena, es que
la propia persona que limita a un niño el acceso directo y
conocido a su deseo es para él el representante de un ser huma
no más evolucionado, poseedor de un poder y de un saber que
él quiere alcanzar, poder y saber que esta persona está dis
puesta a delegarle y transmitirle en palabras y anticipándole
una experiencia próximamente autorizada. Este es todo el tra
bajo, decir: «Pronto podrás, no está prohibido».
El tratamiento psicoanalítico se basa precisamente en este
permiso para hablar de su deseo. También invitamos a dibujar
todas las cosas que los niños fabulan; incluidas, por cierto, las
expresiones sádicas. Esto significa que estamos de acuerdo con
el deseo en sí, que aquí se expresa en fantasmas de una exage
rada violencia. A partir del momento en que el niño lo realiza
en y por el diálogo en situación de transferencia analítica, ya
no tiene deseo efecLivo de dañar en-la realidad, por placer. Es
algo probado por la experiencia. La expresión simbolizada en
lenguaje, en una relación en cuyo transcurso-el sujeto es reco
nocido como válido — y por tanto narcisizado por alguien que
no desea al niño pero que está al servicio de su desarrollo, res
peta su persona y las de quienes son amados por él, padres,
educadores, y no apunta a separarlo de ellos— , es ya una su
blimación para el deseo. La simbolización aleja progresivamen
te al sujeto del recurso al placer del cuerpo a cuerpo, que eclip
sa la relación de sujeto a sujeto. Todo representante de pul
13. Que impulsa al ser Immnno a saber. Un síntesis, la curi osi dad.
siones ajeno al cuerpo propio del deseante es ya una media- \
ción en el camino del dominio det deseo y de su valorización
% humanizante, en acuerdo con la ley de vida entre humanos.
Todo ser humano es nc^liiralmculc social, a condición de que
i lo social no .invalide uft desáó que está en pos de su cumpli
miento en e¡ placer. Cuando 'es compartido por otros, el placer
I se incrementa: otros tanto.,más numerosos cuanto que el len
'i! guaje Ies permite comunicarse lo que experimentan.
'3s
V De ahí el valor sinibolígeno de las castraciones que permi
ten a las pulsiones una expresión distinta del mero e inmedia
to goce del cuerpo, el cual hacía desaparecer la tensión del
f<v deseo, suprimiendo al mismo tiempo la búsqueda enriquecedo-
ra del otro destinada a comunicar y compartir las emociones
del corazón y los cuestionamientos de la ¡indigencia.
■ E l rerc/o
Lo que permite al sujeto la integración motriz por el sujeto
de su propio cuerpo — integración que sanciona, en la relación
con el otro, la castración anal— , e% aquel momento narcisisti-
co que la experiencia psicoanalílica permitió aislar como es
tadio del espejo. •
Por otra parte, hablar ele estadio es en sí abusivo, pues más
bien se traía de unn asunción del sujeto en su narcisismo;
asunción que permite y recubre el campo de la castración pro
pia del estadio anal y que deja sentir sus efectos- más allá, en
la realización de la diferencia de sexos (castración primaria,
como se verá más adelante).
Yo añado que a menudo se valoriza la dimensión escópica
de las llamadas experiencias especulares: erróneamente, si no
se insiste cuanto es debido en el aspecto relacional, simbólico,
de estas experiencias que puede cumplir el niño. No basta con
que haya realmente un espejo plano. De nada sirve si el sujeto
se confronta de hecho con la falta de un espejo da su ser en
el otro. Porque esto es lo importante.
Lo que puede ser dramático es que un niño al que le falta
la presencia de su madre o de otro ser vivo que se refleje con
él, acabe «perdiéndose» en el espejo.
Como esa niña que se volvió esquizofrénica a los dos años
y medio porque fue instalada en una habitación de hotel don
de todos los muebles eran de cristal y las paredes se hallaban
recubiertas de espejos. Vivía en los Estados Unidos y hasta
los dos años y medio era una niña perfectamente sana, que reía,
jugaba, hablaba; en Francia, al cabo de dos meses de hotel,
con una persona contratada para que se ocupara de ella y a
quien ella no conocía, se la convirtió en una niña esquizofré
nica. Se perdió, dispersada, en el espacio de aquella habitación
d escon ocid a; en trozos de cu erp o s visibles p or todas partes,
en los espejos, en el cristal de las puertas, en los de las patas
de la m esa; frag m en tad a p o r todo el espacio y sin presen cia
'am iga."Sus p ad res se dedicaban a visitar París, d e já n d o la 'c o n
una guardiana d esconocida para la niña y para ellos y que rio
hablaba inglés. . •
Ciertos ¡niños pueden írrfer así en el autismo, p or la c o n te m
plación de su im agen en cl espejo, tram p a ilusoria de relación
con o tr o niño. No estoy hablando de los que se frag m en ta n en
cantidad es de cristales, sino de los que tienen un espejo a su
disposición. E s t a imagen de ellos mismos no les aporLa más
que la dureza y el frío de un cristal, o la superficie de un agua
d u rm iente en la cual, atraídos al encuentro del otro, co m o N ar
ciso, no en cu en tran a nadie: una imagen, solamente. E s , en el
niño, un m o m en to de invalidación del sentimiento de existir.
El estadio del espejo, que puede ser simbólico para el niño de
su se r en el mundo para o tro en tanto que él es un individuo
en medio de los o tro s, puede asim ism o ser des-simboiígeno para
su imagen del cuerpo, por la visión de esa cosa que es su c u e r
po propio si no lo reconoce co m o cl suyo.
In ten tem o s, pues, ab o rd ar nuevamente lo que ha de en ten
derse p or la individuación del sujeto niño en el espejo. ¿Cuál es
el alcan ce de esta experiencia para el narcisismo p rim ario, del
que e m erg erá , después de la castración edípicn, el narcisism o
secu n dario? *'1
Se ha dicho ya que cl niño puede, por medio de imágenes
( fa n ta s m a s anticipatorios), suplir provisionalmente la ausencia
del o t r o dilecto, que es indispensable para su supervivencia.
Si este otro llega a faltar por un tiempo excesivam ente largo,
hay obligatoriam ente esbozo de regresión, sólo observable en
tonces en una exagerada somnolencia del bebé. Si se tra ta de
una regresión trau m ática, surgen en la imaginación del niño
pulsiones disociadas' de todo fan tasm a de imágenes de funcio
namiento. E n ton ces comienzan a pred om in ar las pulsiones de
muerLe del sujeto. A la inversa, el pre-Yo del niño se origina
en la dialéctica de la presencia-ausencia m atern a, de n tro dtl
continuo asegu rad or de una percepción progresivam ente aso
ciada a la presencia prometida, esperada y reen co n trad a, en
el seno del medio espacial y temporal del ser en el mundo, y
por la m em orización en lenguaje. El niño oyente se conoce
él m ism o por quien le habla; y, día tras día, ese reen cu en tro
lo personaliza, representado com o está, auditivamente, p or los
fonemas de su nom bre pronunciado p or esta voz, p or estas per
cepciones que él reconoce y que constituyen la especificidad de
c s r i persona (la madre) repetitivamente reencontrada. El re t o r
no ¿ ! e !a m adre sobre fondo reconocido e s siempre fuente de
I?.0
j .... -j el ít*. >.i-. - ¿)
nuevos de abrim ientos. Y las percepciones, nuevas toman sen
tido humanizado del lenguaje m ím ico v vocal materno que las
acom paña. * «•„ . !
- Así p u es, la im a gen del iqtierpó s e h a elaborado com o u na
r e d 'de seg u rid a d co n ¡a irfadre *fu n d a d a e n iel lenguaje. E s t a
red personaliza las experiencias ‘ del niño, en cuanto al olfato,
ja vista, la audición, las modalidades del tacto, según los ritm os
específicos del h a b í tus m aterno. P e ro n o individualiza (il n iñ o
en cuanto a su c u e r p o ; porque los lím ites espaciales de sus p er
cepciones con base en el lenguaje son im p re ciso s: ¿1 es también
su madre, su m ad re es también él; p uesto que ella es su paz,
su adicción o su alegría. Podemos d e c i r que las cesuras, las
particiones (las castraciones orales y anales, como las hemos
designado) que representan el destete y la motricidad autóno
ma, han operado ya una relativa individuación que permitió
al esquema corporal del niño s e p a ra r se del de su m adre y,
p o r sustitución, ligar su propio e sq u e m a corporal en elabora
ción con su imagen inconsciente del cu e rp o . Esta vinculación
d el sujeto al c u erp o se cu m p le m e d ia n te la elaboración d e un
n a rcisism o p rey oico , garante a la vez, p ara el sujeto, de su
existencia y de su relación continuar con su cuerpo, a través
de una ética que perenniza la asegu ración tras la prueba an-
siógena que toda castración implica.
Pero la noción de individuación p ropia de este narcisismo
preyoico, referida para cada cual a los límites de la piel, en
su realidad cohesiva, táctil y visible, em a n a de otra clase de
experiencia, la del espejo. E s ta experiencia de la imagen que
él ve en el espejo, cuando la intuye c o m o suya, lo coloca b ru s
cam ente ante una plusvalía de las pulsiones escópicas sob re
todas las otras pulsiones, plusvalía que no cae por su peso y
que choca con los valores de cam bio c o m o con los valores nar-
cisísticos de las o tras pulsiones: olfativas, auditivas, táctiles.
Recordem os que, en la co n stitución d e la im agen del cu erp o ,
las pulsiones escó picas ocupan un lu g a r m u y m odesto, incluso
totalm ente a usen te para la o rgan iza ció n del narcisism o p ri
m ario. El espejo va a ap ortar esta exp eriencia: la apariencia de
un otro desconocido, la imagen de un bebé como el sujeto ha
podido ver otras en el espacio y que él ignora como suya; esta
imagen escópica debe entonces su p erp o n erse para él a la ex
periencia, ya conocida, del cru zam ien to de su esquema c o rp o
ral con su imagen del cuerpo inconsciente. Quiero decir que el
niño ve ahí una imagen de la que, frente al espejo, aprende
que él solo es la causa, puesto que no encuentra más que una
superficie fría y no a otro bebé y, ad em ás, si se ap arta del
frente de esla fría superficie, la im agen desaparece. El lenguaje
mímico y afectivo que el niño ha establecido con el mundo
ambiente no le aporta ninguna respu esta acerca de esta imagen
que encue; : . h el espejo, c n . \ - rarinincnte a todas las expe-
121
¿3.
nene cid o tr o . E llo explica q u e si la m a d r e , o una
' p e rso n a c o n o c id a ,' no Vestá c e r c a de Adentro de su espacio,
liáy riesgo de q u e a c a u s a „del espv.^ s u J m i a g e n del cu e rp o
d e s a p a r e z ca sin que la imagen e s c ó p ic a -h a y a c o b r a d o un sen
tido p a r a ¿1. L a im ag en e s cáp ica co b ra sen tid o de exp erien cia
viva tan sólo p o r la p resen cia, al lado, del niño, de u na persona
c o n la c u a l su im agen del cu erp o y su e s q u e m a c o r p o r a l se r e
c o n o c e n , al m is m o tiempo que ¿1 re c o n o c e a e sta p erso n a en
la su perficie plana de la im agen «jscópica: ve el niño desdobla
do en el espejo lo que él percibe de ella a su lado, y puede
e n to n c e s av alar la im agen escópica c o m o la suya p ro p ia, pues
e sta im agen le m u e s tr a , al lado de la suya, la del o tr o . Se des
c u b r e e n to n ces c o n la fo rm a de un bebé c o m o o tr o s a los que
ve, m i e n t ra s que liasta ah o ra, su único e sp e jo e r a el o t r o con
quien él se hallaba en co m u n icación : lo cu al podía inducirle
a c r e e r que él era es te o tr o , pero sin que sep a o sepa rea lm e n te
que e s te o tr o tenía u na imagen escópica, y él lo m ism o .
Unicam ente la experien cia del e s p e jo posibilita al niño el
c h o q u e d e c a p ta r q u e su imagen del c u e r p o no b a s t a b a para
r e s p o n d e r d e su s e r p a ra los otros, p o r e llo s con ocid o. Y que,
p o r tan to, su imagen del cu erp o no es total. Lo cu al no significa
que la im agen es có p ica responda de él. A esta h e rid a ir re m e
diable de la e xp e rien cia del espejo se la puede calificar de agu
je r o sim bólico del que deriva, para todos n o so tro s , la in ad apta
ción de la imagen del cu erp o al esq uem a co rp o ra l, cu y o irre
p a rab le daño n a rcisístico muchos sín to m a s a p u n ta r á n en lo
su cesivo a r e p a ra r . L a repetición de la exp erien cia del espejo
v a cu n a al niño del p r im e r estu p or que por ella ha e xp e ri
m e n ta d o , y le a seg u ra , con el testim onio e scóp ico, que, pase
lo que pase, él n un ca es despedazable: puesto que p a r a los
o tr o s que se reflejan c o m o él, el «rapto» de sus a p a rie n c ia s no
los alcanza en la integridad de su ser e n te ro , que el sigue en
c o n tr a n d o c o m o an tes al ca lo r de los in te rcam b io s , de las opo
siciones o c o n c o rd a n c i a s de deseos e n tre él y los o tro s , que el
lenguaje — en el senLido total del término— significa, p e ro nada
o muy p o co el a s p e c to visible de los^ cu erp o s.
Al h a b la r de este ag u jero , de esta hiancia, me refiero a un
«blanco», a una relación escópica e xtra ñ a , d iscord a n te , que sir
ve c o m o m á s c a r a viva, s iem pre más o m enos traicio n era , para
lo que es sentido p o r el su jeto. El s u je to d e scu bre e n to n ces,
co n re s p e cto al otro, que él no es a u té n tico m ás que en su
imagen del c u erp o inconsciente que, a sociad a o no al esq u e m a
c o rp o ra l, según que sea en lo imaginario c o m o él piense a este
o t r o o que, en la realidad, este otro esté ahí, le p e rm ite d iscri
m i n a r la diferencia e n tre un encuentro en la ausencia o en la
p resen cia. E n t r e un fan tasm a y un hecho. El espejo p erm ite al
niño o b se rv a rse c o m o si él fuera o lro al que nunca e n cu e n tra .
122
E l « s e - ve, pero aquí lodo su deseo tic co m u n ica rs e con o tr o f
se Fru i. *. . ;| ' .
imaginemos a un ciego de n a c in u e u to ^quc ,se< c n c u c n t r á
J-íU coí\1un espejo". P a ra cl es sólo un c a s o p articu la r d e pared, un
espacio fr/o d entro de uy inarcb lim itad o que le proporciona
referen cias de percepciórv*táctit* y eso e s todo. P a r a un niño
vidente el efecto es p o r co m p leto d istin to , ya que tiene, en esta
e x tra ñ a ventana, cl señuelo tic un o t r o a quien cl no conocía,
a quien no Conocerá nunca y-q u e, en lu g ar de un s e r que p re
s e n ta volumen y ca lo r, es una superficie plana y fría. Su imagen
' d esa p arece de esa superficie cu and o él no está fronte al espejo
y a p are ce cuando vuelve a situarse an te aquél. E s a imagen
pasa a ser para él una experiencia co n co m ita n te de su presen
cia, p ero una experiencia ú n ica m en te cscóp ica, sin respuesta,
sin comunicación. Su llamada, su gesto, en cl esp ejo son los
m ism os pero al revés. Su llamada le habla a esta im agen, pero
el niño no oye más que su propia voz, no hay otra que le res
ponda. E n este sentido esta imagen es alienante, si no hay, en
el espacio, una persona por él c o n o cid a y que, c o n él, frente
al espejo, le m u estre que también ella responde a e sta s mismas
c u rio sas condiciones de reflexión s o b r e la superficie plana y
fría.
l i e aquí una exp e rien cia de ilusión del en cuen tro de otro,
con cl que puede llegar a s atisfac erse , un poco c o m o si se sa
tisficiera con cl o bjeto transicional: ca y en d o en su tram p a por
el aburrim iento de e sta r solo, por falta de encuentros con otras
p erson as, por ausencia tle juguetes, de distracciones, co m o se
dice. En este caso la tra m p a ¡Hiede llegar al punto de devenir
goce óptico, que quila valor a las relacion es ¡ntersubjclivas:
cu and o éstas no tienen para el niño sentido de p lacer c o m p a r
tido. La trampa puede co n stitu ir una fascinación m o rtífera para
la propia imagen del cu erp o in con scien te: por to r n a r se la
imagen escópica un su stituto co n scie n te de la imagen del cu e r
po inconsciente, y p rovocan do en el niño cl d esconocim iento de
su verdadera relación con el otro. Se ab o ca el niño a no consi
d e ra r ahora sino la apariencia del o tr o y a no dar en su rela
ción con el otro más que la ap arien cia de un placer causado
p o r cl en cuentro. Su propia imagen puede ser suficiente para
gozar; hace muecas dirigidas al otro c o m o se las hace a sí mis
mo en recuerdo de su propia im agen: desde entonces ya no
se expresa en su verdad. Esta'" es la tr a m p a que crea una ap a
riencia. T ra m p a de lo que no es un s e r vivo, sino una aparien
cia parcial, un maniquí y lina m á s c a r a de se r vivo. Si el niño
puede quedar fascinado por esta a p arie n cia repetitiva de ser
viviente, es porque ella e je rce un e fe cto tranquilizador sobre
123
/ a L'
los fan tasm as fóbicos de vivir únicam ente con objetos inaníina-
' - d o s ; : p e r o / ’al mismo tiempo, es -rotundam ente adinámica.!*..;
¡t' iTodo bebé que ve su imagen de lejos en un espejo, sob re
lodo la prim era vez. experim en ta una jubilosa so rp res a. *corre
a! esp ejo y exclama, si sabe h ab lar: «¡Un b eb é!*, m ie n tra s que,
c u a n d o habla de sí mismo, ya se nombra pronun cian d o los
fo n em as de su nom bre, lis d e cir que no se re con o ce . A p artir
d e aquí será llevado a d escu brir su apariencia y a j u g a r con
ella; h a sta aquí, cuando existía la imagen del cu erp o en la re
lación del sujeto a lo deseado, era siempre inconsciente y se
hallaba en intuitiva referencia al deseo de o tro .
Aquí es donde los ciegos d e n acim iento en análisis 'pueden
p erm itirn o s situ ar leí d ifere n c ia e n tre ellos y los v id en tes en
cu a n to a su n arcisism o p rim a rio : d ifere n c ia d eb id a a la a u sen
cia, en ellos, d e la ex p erien cia aseó pica d el es p e jo . La mímica
afectiva de los ciegos es tic una autenticidad tan conmovedora
como la de los bebés antes de la experiencia del espejo. Jamás
disfrazan lo que sienten, y se lee sobre su rostro todo lo que
experimentan al contacto de aquellos a quienes encuentran.
Pero no saben que el otro lo lee. Por tanto, no pueden y tam
poco saben esconderse; lo que prueba a las claras que noso
tros, videntes, nos escondemos y escondemos al otro lo que
.sentimos debido a que liemos hecho la experiencia del espejo.
La visión de su imagen en el espejo impone al niño la revela
ción de que su cuerpo es una pequeña masa al lado de tantas
otras masas de diferentes dimensiones y sobre todo de la gran
masa de los adultos. E l no lo sabía. También hay esto de nue
vo: el descubrimiento de un rostro y de 1111 cuerpo desde ahora
inseparables el uno del otro. Por tanto el niño ya no puede, en
la realidad, a partir de la experiencia escópica compartida con
otro, confundirse ni con el otro ni con el otro del otro, quiero
decir: ni con el padre, ni con la madre, ni con un hermano
mayor, lo que gustosamente hacia antes. Tampoco puede con
fundirse en la realidad con los fantasmas narcisísticos que lo
llevaban a imaginarse tal como desearía ser: porque el niño
imagina fácilmente que es un autobús, un avión, un tren, un*
caballo, un pájaro; se advierte esto cuando juega a las onorna-
topeyas, traduciendo de manera sonora su supuesta" identidad;
a veces, interpreta 1111 personaje y cree serlo de veras. A partir
de la experiencia del espejo, las cosas ya no serán como antes.
17.1 niño sabe que ya no puede confundirse con una imagen fan-
tasmática de él mismo, que ya no puede jugar a ser el otro
125
melos. nacidos cl mismo din. s explicaciones, atentamente
escuchadas, planteaban visible silenciosamente un grave pro
í-ÍVíV -vis blem a a sus l u j o s . : : . * .v- * i-
■ .• í
Antes de la experiencia del espejo plano, era el esquema
-«corporal d e ' - l a madre, su cuerpo en i a realidad, el que daba
t sentido a las referencias del narcisismo primordial o fundamen
tal de su hijo y las sostenía. Sólo después de la experiencia
del espejo es ciiando la imagen del cuerpo del bebé da forma
a su propio, esquema corporal, según el lenguaje que constitu
ye la imagen del cuerpo para el sujeto, en referencia al sujeto
madre. El niño sólo descubre su aparente integridad o no, su
carácter euforizante o 1 1 0 , .si su narcisismo se satisface con la
imagen que ve en el espejo 17 y que cualquier otro podría ver.11
E ste es el m om ento de la aparición clínica de la identifica
ción prim aria : origen del narcisism o primario, el cual suceda
al narcisism o prim ordial qu e llamo también fundam ental. El
narcisismo primario no viene a reemplazar al narcisismo fun
damental. E s t á empalmado con él, en el sentido analógico de
injerto. Viene a sumarse a til, extendiendo así cl campo rela-
cional del niño. La imagen del corazón de la cebolla envuelto
en sus túnicas ¡lustra claramente la relación existente entre nar
cisismo fundamental y narcisismo primario. Este se superpone1
a aquél. Prim ero hace falta el narcisismo fundamental, después
cl narcisismo primario, con la reflexión mental concerniente a
sí mismo, referida a la experiencia de la imagen que cl espejo
refleja. Antes, el narcisismo del niño se informa por cl incons
ciente de la madre y se pone en concordancia con ella, se con
forma según la manera en que ella lo mira. Su ser vivo (su
«vivancia») en el sentido vegetativo (pasivo), y su «vitalidad»
en el sentido animal (motor), su sexo, se adecúan inconsciente
mente a las emociones que él suscita y que sienten las perso
nas que, al ocuparse de él, reviven la historia de su propio
narcisismo, que el niño les hace rememorar. El narcisismo del
niño, esta vez como sujeto, se construye así en su relación, día
por día, con los deseos de la elegida de su deseo y con sus fa
miliares, con su padre genitor o eualquier adulto que, por ser
el compañero habitual de su madre, cualquiera que sea su sexo,
cobra a sus ojos valor de cónyuge de la madre.
Reflexionemos: hasta ahora, el niño no ha visto, con sus pro
pios ojos, más que la cara anterior de su cuerpo, tórax, abdo
men, miembros superiores c inferiores. Ha sentido los volú
menes de su cuerpo, agujeros, saliencias, relieves, rostros, cue-
I
lio, v.spalda, por el contacto con las manos de su inutlrc prime-
.i.1 «ó iro , después por el contacto de las suyas con aquellas partes de
su cuerpo que pueden alcanzar, y por sensaciones de placer o
de dolor. Pero, hasta aliara, no se conocía rostro ni expresivi
dad propia. Se palpaba? ln cSbeza, sabía señalar con el dedo
orejas, ojos, boca, nariz, frente, mejillas, cabellos, en esos jue-
. gos que las madres gustan ¿le practicar con sus hijos; pero no
t sabía que su rostro es visible para olro como lo es I para él
el rostro de los demás. Esto lo aprende sobre lodo por el es
pejo, corno demostraba yo más arriba, contrariamente al ciego
que lo sabe pero que no lo lia «visto».
Sin em bargo, el niño se siente cohesivo yn antes del estudio
del espejo, gracias a las referencias viscerales: por ejem plo, las
sutiles sensaciones peristálticas co n tin u a s de su tubo digestivo,
en el cual siente el itinerario del o b je to parcial o ral, señalan-
•do su e stóm ago cuando ha e n c o n tra d o Inicua la com ida. Des
pués, lo' que percibe del tránsito Abdominal; le gusta tocarse
y a ca ric ia rse el vientre. A con tin u ació n , el objeto parcial anal y
su expulsión, que lo refercn cian a sensaciones lácliles y olfa
tivas específicas. Todo esto co n stitu y e un continuo cohesivo,
interno, limitado al co n ju n to de su revestim iento cu tán eo , que
sensaciones táctiles han delim itado en ocasiones c o m o los cui
dados m atern os y al transp orte. Con ello se expresa hasta que
punto la m adre, o la nodriza, son realm en te el g a ran te del nar
cisismo fundamental del lactante y ello hasta la m a r c h a , y aun
hasta la experiencia adquirida g ra cia s a los retorn os re p a ra d o
res a la m ad re. Juego de las dificultades relaciónales con los
otros en sociedad. Por ello el ree n cu e n tro , de la m ad re, que
sigue el ritm o de referencias específicas, es necesario para la
perennidad de la cohesión n arcisística. del niño. Sólo tras la
experiencia especular, que el niño repite exp crim cn ta lm e n te
con sus idas y venidas deliberadas frente al espejo, comienza
en cierto modo a ap ro p iarse de su propio cuerpo, tendiendo
así a su narcisismo una tram p a , narcisism o que, desde este
m om ento, llevará el n o m b re de p rim ario . El p arecer se pone a
valer, y a veces a prevalecer sobre lo sentido del ser. E n p a r
ticular su propio rostro, que el espejo le revela y que desde
ahora será indisociable de su identidad, solidario cíe su cuerpo,
tórax, tronco, miembros, convence al niño de que es se m e ja n
te a los o tros humanos, uno entre ellos. El descubrim iento de la
talla relativa de su cuerpo^dentro del m a r co del espejo no es
' una cosa obvia. ¿No es aca so ésta la razón por la cual d u rante
tantos siglos predominaron cn'el a rle la ausencia de perspectiva
y una dimensión 110 prop orcion ad a del cuerpo humano respecto
del m a r co arq u itectónico?
Así co m o el niño descubre por la observación del esp ejo la
realidad visible de su ser en el mundo, de frente e inmóvil o
casi inmóvil, así la observación de la desnudez de los otros
I
• ' 127
| fv ^
niños, que ¿1 sabe sem ejan tes á .é l y - ' m icn e s «ve de espaldas,
cabellos sin ro s t r o en lá parte supei. v y nalgas en la parte
inferior, -le .in te resa m u c h o .más después?de l a . experiencia fej-
cópica que antes. Pó .o después de la aceptación de los frutos
de la experiencia del espejo, el niño descubre que si todos los
niños tienen en la p a r t e superior de su cuerpo una cabeza
con una ca ra adelante y cabellos detrás, si en la p a rte supe
ri o r de sus piernas tienen, detrás nalgas (si los ’niños, de es
paldas, son todos iguales), de frente, en cambio, no son igua
les. Vistos del lado d e rla cara, algunos tienen abajo una hen
didura,” com o si tuvieran ahí unas pequeñas nalgas, y otros
una prolongación. ¿ Y entonces qué pasa con su propio cuerpo?
¿ l i a visto bien? El niño sufre entonces lo que n osotro s llama
mos castración p rim aria, efecto del descubrim iento de la dife-_
r e n d a de sexos; y é sta , naturalmente, es asociada al rostro,
pues éste siempre es visible de frenLe, com o el sexo, y con
sus orificios, ojos, nariz, boca, delimitado p or la m as a de los
cabellos que referen cian el ro stro a la cabeza. E s te d esc u
brim ien to de su c u e rp o p o r re feren cia al de los otros n iñ os 110
p u ed e p ro d u c irse a ntes d el estadio del espejo. E s su e x p e r ie n
cia reiterada lo q u e p e rm ite qu e la castración p rim a ria sea in
tegrada en la co n vicció n tle ser hum an o, y 1 1 0 vivida co m o un
fenómeno de anim alidad. Verse desnudo, conforme a la des
nudez de los otros niños, le permite saber que, así desnudo,
se hará hom bre o m u j e r adulto, y no seguirá siendo un perro
esa o tra criatu ra cualquiera que antes de la experiencia escó-
pica tal vez creyó. P orque ese m om ento es p recisam en te el de
las identificaciones anim ales, sin ro stro humano, pues el niño
se identifica con todo lo que ve y le interesa. Pero se identifica
de manera dominante con su propia imagen en cuanto ha po
dido reconocerse en el espejo, valorizado por la palabra, aun- ¡
que sorprendido primero, pero promocionado a ser un hum a
no en medio de los o tros, yendo-deviniendo hombre o mujer.
La identificación con el animal,- si 1 1 0 es com p en sada por
el conocim iento de sí en cuanto hijo de hombre, hará que las
percepciones sentidas en su sexo se eroticen según la manera
en que se le habla de ellas, en que se responde a sus pregun
tas, y que le hacen a so cia r su sexo positiva o negativamente al
narcisismo de su imagen especular. Hay casos en q u e el ttiño
no p u ed e in tegra r con o rgullo la p articularidad de su sexo, va
rón o niño. «Yo» [iV(f)í-7e] * no se siente valioso por se r varón
iy. Cariosamente, los niños no hablan niAs que tle la «raya» del
trasero, esa linea oscura que separa de espaldas el modelo muscular.
Es una palabra que habla de lo visible y no de lo tftctil, como la palabra
hendidura, que los niños 110 utilizan nunca.
* Ante la imposibilidad de traducir este M oi-Jc en términos caste
llanos estrictamente equivalentes, se opta por consignar »Yo» [Afoi-Vel,
pudiendo remitirse el leen-: . 1 lo aclarado en la N. de T . tle pái ;. 9. r T . )
128
o p o r si ¡ña, a c a u s a de u n a r e f e r e n c i a al falo p r o p i a d e su
'¿¡íamilia a . c a u s a . d e , s u l u g a r , e n la s e r i e - d e h e r m a n o s o d e la
im p o r ta n c ia r e la tiv a del p a d r e o d e la m a d r e d e n t r o d e la f a m i
lia (si el p a d r e d e su s e x o «Je parfcce d e sv a lo riz a d o p o r el o tr o ,
. o en re la ció n c o n el o t r o , én l a s 'f c o n v e r s a c io n e s q u e o y e o p o r
los in te r c a m b io s y c o m p o r t a m i e n t o s que o b s e r v a ). E n e sto s
c a s o s , los niños s e sie n te n o bien c o n un r o s t r o c o r r e s p o n d i e n
te a lo que son, v a r ó n o niñzi, p e r o c o n un s e x o a n a t ó m i c o c u y a s
s e n s acio n es d e nieg an ( p o s t e r i o r m e n t e las r e p r i m i r á n ) , n o a c e p
tan d o m á s que el p l a c e r de los f u n c io n a m ie n to s de n e c e s id a d
— e s tr e ñ im ie n to , e n c o p r e s is , p r e s u n t a cis t itis o e n u re sis— , o bien,
p o r el c o n t r a r i o , c o n un se x o q u e c o r r e s p o n d e c a b a l m e n t e al
su yo p ero que su m a n e r a de h a b l a r , de c o m p o r t a r s e , n o a s u
m e. E s to s niños no p ued en , en s o c i e d a d , h a c e r c o n c o r d a r su
r o s t r o y su sex o .20
Se crea o superpone al servicio de pulsiones libidinales que
el sexo no valoriza un «Yo» [Moi-Je\ animal, al servicio de
las pulsiones de una zona erógena parcial, asociada al sexo an
tes de la castración p rim aria; y hay disparidad sentida del
rostro humano corresp on d ien te a este sexo, el suyo. En estos
casos, el niño siente o bien un rostro', o bien un sexo, domina
cl uno o el otro pero no se co rres p o n d ¿n . Cuando el niño se
siente sexuado, se siente anim al cu an d o habla, se siente hu
mano, pero de sexo indeterm inado. E n tre estos dos modos de
su expresión, el sujeto es frágil, no cohesivo. El éxiii» escolar,
al valorizarlo entre los demás niños, puede ayudarlo a g u ard ar
las apariencias; pero en estas im ágenes de alternativas se fijan
psicosis o enclaves psicóticos que p erm an ecen sigilosamente en
la estru ctu ra neutralizada del niño en cu an to a su sexo, y que a
veces se revelarán p osterio rm en te. Porque, sobre esta base
disociada, no puede ni ad e n tra r se realm ente en el Edipo, ni
resolverlo. E s p articu larm en te después de la pubertad, d u ran
te las crisis provocadas por difíciles pruebas narcisisticas, so
bre todo las tocantes al fracaso de las sublimaciones, cuando
se despierta la .angustia de las ca s tra cio n e s pregenitales (las
derelicciones de-los mal vistos).
Es sin duda para d esem b arazarse de estos resabios prege-
nitales del deseo que no han pasado p o r la castración hum ani
zante p o r 'l o que son útiles las m ím icas, m áscaras, disfraces,
humanamente desrealizantes, e s p o n tán eam en te necesarios en
los juegos de todos los niños, sanos o neuróticos; pero igno
rados por los niños psicóticos que, sin m á s c a ra , viven e m o cio
nes no humanizadas. P ro bablem ente, las fiestas grupales y so
ciales en que los rostros se cu b ren con m ás ca ra s perm iten así
a cada uno liberar pulsiones rep rim idas y no todas sublim adas
en acuerdo con la ética del deseo ca s tra d o . Ellas autorizan, en
1 30
. fuere el - Jo de e sta in tegración, las re p res en tac io n e s de per
sonas se ...odifican. La intuición que el niño poseía de su ver
dad y de la p rim acía de sil imagen in c o n s c ic n lc Uei cu e rp o , del
orden de lo invisible pero qije él re p re s e n ta b a en su s dibujos y
m odelados, da paso a rep resa n la q jp n cs de ¡m íg e n e s con scien
tem ente valiosas y'v isib les, t i niño d ib uja p e rso n aje s que son
c o m o él q uerría que el espejo le devolviese la im agen de su
cu e rp o : en una ap arien cia a co rd e co n sp n arcisism o . Presta a
las figuras h um anas c a r a c t e r ís ti c a s recon o cib les y atrib utos
sim bólicos masculinos o fem eninos si él está orgulloso del sexo
que posee.
Si su pertenencia a su sexo lo hace desdichado, sus dibujos
traducen, mediante referencias arcaicas, cl modo de educación
oral y anal que recibió en lo relativo a la aceptación de su ros
tro,-de su cuerpo y de su sexo. Un cualquier caso, después del
estadio del espejo los dibujos enfatizan, mucho más que las
imágenes inconscientes del cuerpo, las representaciones de los
artificios vestimentarios y los ^objetos parciales, accesorios aso
ciados a sus personajes y destinados a valorizarlos.
Los niños se proyectan en estos personajes, y estos atribu
tos de poder y de rol a desempeñar prueban que cl sexo, por
sí mismo, siempre es un problema; esto durará todo el periodo
prcedípico y luego cl periodo de latencia, y este rasgo carac
teriza de hecho los dibujos de niños a partir de la castración
primaria, aun cuando ésta sea exitosa y otro lanío sucede con
la castración genital ulterior.
En efecto, la ¿tica qu e d esd e nuestra prim era in/aitci/i cen
tra nuestro narcisism o, (¡arante de nuestra cohesión, tiene como
m om entos cruciales aquellos en qu e nos d efen d em o s d e la p ér
dida de las ilusiones que se refieren a nuestro cu erpo , a nues
tro rostro, a nuestro sexo, o a nuestra potencia, siem p re asocia
dos a la angustia de castración. La idealidad, subyacente en
cada uno de nosotros, tle quien asume plenamente nucslras
emociones, nuestras palabras y nuestros actos, plantea serios
problemas. El narcisismo es necesario para defender la cohe
sión del sujeto en su relación con su Yo (su cuerpo), y a través
de cl, con la apariencia que ofrece, la cual, en ciertas situacio
nes relaciónales, debe desdeñar en mayor o menor medida su
identidad deseante subyacente (imagen del cuerpo mconscicn-
. te), para no exponerse a riesgos de retorsión. Todo esto plantea
serios problemas. En el curso^del Edipo, y aun durante toda
la vida, nos complacemos en conquistar identificaciones suce
sivas y en perseguir su exaltación. listas identificaciones pro
ceden, sencillam ente, del desplazam iento de! valor at ribuiilo al
falo; pero ninguna de estas identificaciones p uede resp o n d er de
nuestra identidad deseante desconocida que, por su parte, des
pués de la castración primaria, ¡carece de imagen inconscicnlc
del cuerpo! Esla-identidad desconocida de cada uno de noso-
1.11
I r o s , tanto v a ró n co m o niña, sin d uda e a m a r r a d a a la Íími-
n a r y luminosa p ercep ció n .,d el p r i m e r i o stro inclinado sob re
el n u estro ^ .¿B t'-la b u esta' m i ra d a c o n expresión de am or, al '
«co g ern os, a n o so tro s que ¿ r a m o s el nuevo huésped descon o
cido en el h o g a r de n u e s tro s padres?. ¿ E r a el ro stro de u n -t é c
nico profesional en p a r t o s ? E n cu alq u ier cas o , la m irad a de
e sle rostro h u m an o es e l-p rim e r p unto de referencia para nues
tra identidad-valor. ¡
L a C A S T R A C IO N P R IM A R IA A VECF.S LLAMADA
C A S T R A C IO N C E N IT A L N O E D I P IC A
-iz a
la p e lv is del n iñ o , in d is tin ta m e n te > p e c to de la p a r t e ^ a n te
rio r co m o d e la p o s te r io r , lo c o m p ila n to d o , a u n s i, d is c r im i
f 1 1 •_< I n,14
a n d o« l i*-*'*-
a z o n a • *p o c : . s u . ¿ f u n c i' o n a m i e n t o / - a ñ a d e n : a «popó» o , ®
a
T é il tr» ** i
«trasero» el adjetivo «grande» o «pequeño».* La primtíra vi
sión clara, para un niño, de* la curioso que es el sexo de una
nina, significa un choque, así. .como tía (primera visión clara,
p áfa'una niña, del sexo de un niño. No hay caso en cl que, si
los niños pueden hablar con libertad, 1 1 0 reaccionen abrupta
mente a esta prim era visión. El chico piensa que tas nenas tie
- i nen un pene, pero q u e .e s tá escondido, momentáneamente, para
i ' ■’' adentro; y las niñas, todas, realizan de inmediato un gesto rap
tor, irreflexivo. Cuántas de ellas, según los testimonios de los
padres, dicen: « E so es mío, me lo has quitado». No hacen pre
guntas, raptan, ¡convencidas de su derecho! En cuanto al va
rón, este interés le desconcierta, o bien suelta una carcajad a y
corre a decírselo a quien quiera escucharlo. Precisamente en
conexión con esta experiencia del descubrimiento y las pregun
tas indirectas o d irectas tocantes a la diferencia sexual, deben
darse respuestas verd aderas al niño de ambos sexos, que con
firmen el acierto de su observación y lo feliciten por haberse
percatado de una diferencia que siempre existió. Las palabras
verdaderas q u e ex p re sa n la con fo rm id ad d e su sexo con un
futuro de m u je r o ele h o m b re , proporcionan valor de lenguaje
y valor social a su sexo y al propio n iñ o ; y preparan un por
venir sano para su genitalidad, a una edad en que las pulsiones
genitales no son aún predominantes. Desde pequeño, el niño
oye que es varón o ch ica; pero se trata de una referencia pura
mente verbal, que no halla correspondencia con su observación
del cuerpo. E s una palabra que contiene juicios ¿ticos bastante
vagos, según las familias y, encima, ideas desagradables o agra
dables para las m am ás o los papas que habrían deseado o no,
al nacer el pequeño, un hijo de sexo diferente al suyo. En las
conversaciones corrientes de la vida, se dice que las niñas son
coquetas y los varones bruscos. Las niñas lloran, los varones
no deben llorar. Las niñas son delicadas, y los varones supues
tamente temerarios. ¡Cuántas afirmaciones ociosas no oirán los
niños, referentes a una diferencia n<3 obstante sexual, mucho
antes de saber cómo referirlas a los genitales! ¡Y cuántos niños
quedan abandonados sin explicaciones a esta observación, fun-
. dadora de su inteligencia general y de su afectividad! Porque
ella es la base de todas las discriminaciones significantes que
dan sustento a las comparaciones, las diferencias, las analogías,
la inducción, la deducción y al vocabulario del parentesco, de
la ciudadanía, de la responsabilidad.
13‘l
Es lispensablc que los niños, cuando expresan s i i cui iosi-í
dad o sus dudas sobre sus observaciones, o cuando a veces, por ./.
prudencia,1acusan S'ólro niño'de interesarse por ver o m o s t r a r á
esa región, o incluso cuando sostienen lo [also para conocer lo
verdadero, reciban en cse'u rcciso momento no la orden tle ca
llarse ni palabras que tos' ridiculicen,' sino las palabras justas í
del vocabulario referentes a su observación, a las formas fisio
lógicas de su sexo, del de los o tro s: formas que hacen que.
desde su nacimiento,- un belS'é sea inscrito en el Registro como
varón o mujer, y que, al crecer, se haga hombre com o su padre
o mujer com o su madre. Palabras verdaderas, justas y simples:
¡qué difícil parece ser esto! 0 bien escuchan mu» clase magis
tral, acompañada de moralejas, d e advertencias; o bien, más
a menudo, una'negativa: «E ste no es el momento, es demasia
do importante para contestarte ahoríi». ¡Como si hiciera falta
un cara a cara-, en última instancia croti/.ado, y términos botá
nicos o zoológicos! Fuera de que c:\si siempre sólo se proponen
términos de funcionamiento, que ¿onfirman la ilusión de lina
forma de utilidad urinaria; para confundir las pistas de la cu
riosidad relativa al placer que el niño conoce ya y a su cues-
tionamicnto: para qué sirven la erección, el sexo (que se ob
servan), o p a r a ‘qué sirve lo que se .siente con eso. tan intere
sante, tan emocionante, sobre Lodo cuando se trata de las niñas,
que no tienen, o que no pueden, hablar de la erección peniana.
y que en el lugar donde sienten no se ve natía.
Muchos adultos — los psicoanalistas los oímos, en el diván,
y los médicos tainbién pueden atestiguarlo— siguen sin tener,
para designar sus'órganos sexuales, más que palabras infanti
les, en las cuales la función sirve para denominar el órgano,
o motes en definitiva peyorativos, picarescos o argóticos. De aquí
proviene sin duda, de genitores a engendrados, tle padre a hijo,
de madre a hija, la imposible información dada por los padres
a los niños, quienes sin embargo lo esperan lodo de sus ex
plicaciones. Esperan sobre lodo que no se dé muerte al deseo
ni al placer: porque esto es lo que inás le importa al niño, que
lo ha descubierto mucho antes de advertir la distinción entre
el placer que acompaña a la liberación excremcncial y el que
él siente ya sea por manipulación de esta zona, va sea en cier
tos momentos emocionales de cuya explicación carece. Hacia
los treinta m eses, acabando el período anal — pero puede ser
más tarde— , la pulsión epistem ológica elel niño sitia en el «para
qué sirve» y respecto de lo que fuere, buscando respuesta sobre
lo útil, lo inútil, lo agradable o lo desagradable, a corto o a
largo plazo; er\ síntesis, sobre lo que suministraba ya los crite-
r’ios de satisfacción o de renunciamiento anle los peligros de
las pulsiones orales y anafes. Uno tle estos peligros, liien co
rriente, es disgustar a mama, y este displace)' el niño lo cons
tata en torno al placer que a él le procuran sus excrementos.
i
___ uispiut-ci es uno «•■■ ios meoios con que
c u e n t a el niño p a ra d is crim in ar lo que a ;sponde a lo sexual
e n .relación, co n lo excremencial» m ien tras que al principio am
bos ¡están co n fu n d id o s.'C o n fu n d id o s sobre todo en el varón,
d a d o que h asta los veintiocho ó treinta m eses 1 1 0 puede o rinar
sin e re c c ió n . Sólo después las erecciones independientes de la
m icció n hacen de este ó rgan o , que se mueve solo y sin fina
lidad funcional, un problem a. No tiene entonces la posibilidad
de d e s c if r a r él solo el ien tid o de lo que exp erim en ta. En cuan
to a. la niña, m u y te m p ra n a m en te la función urinaria pierde
relación con el p la c e r de las sensaciones clitoridianas y vagina
les. A dem ás las niñas son m ás precoces, pero quizá, com o sus
ó rg a n o s en erec ció n , es decir, cuando experim entan su sensa
ció n de varian cia, no se ven, tienen más dificultad para hablar
de ello. Se tra ta de sensaciones íntimas, sin correspondencia
v i s i b l e c o n el testim onio que de ellas podrían dar.
P a ra cu alq u ier niño sus padres son los poseedores de lodo
el sab er, y sus dichos tienen au to rid ad, después del destele, en
tod o cu a n to incum be al to m a r, al a ctu a r, al h acer del niño que
tienen bajo su tutela.
1.16
lo tienta ” q u e se 1c p rohíbd. Lo b u e n o y lo m a lo s e r e l a c i o n a n
. c o n el cu ; o ; p e r o lo feo. lo ru in , c o n J o ^ v is t o p o r el o t r o . E l
. bien'y^él m a l s o n algo m u y c o m p l i c a d o c o n ^ r e s p e c to a lo b u e n o
y a lo m a lo , p o r q u e lo b uen o , lon\ádó e h e x c e s o , p u ed e h a c e r s e
m a l o , y e s t á m a l d e s o b e d e c e r a ^ . i n s t a n c i a , tu te l a r t o m a n d o e n
e x c e s o lo q ue es b u e n o . A vece? e s t á . b i e n no a c t u a r , a u n q u e
tiente h a c e rlo , p o r q u e es te h a c e r s e r í a b u e n o pero e s t a r í a m a l
; p a r a o tr o o si fu e r a o b s e rv a d o 'p o r la i n s t a n c i a tutelar).
' Todo lo realizado p or el trabajo m e n ta l discriminativo del
niño inteligente, desde que es in tro d u cid o en el lenguaje, le
hace elaborar un sistem a de v a lo re s,■una ética concerniente a
lo imaginario y a la realidad, m ie n tra s que til se e n cu en tra,
porque es un ser viviente, a la b ú squeda del placer, siem p re
■meta del deseo, inconsciente o co n scien te. E s t á el p lacer «p or
decir» o en b ro m a, el que se siente h ab lan d o ; y también el
placer «de verdad», «de veras», el que se siente al realizar
lo que se desea. Ello subtiende todas las sublim aciones de las
pulsiones en los niños de ambos sexos. P o r introyección de las
palabras del adulto, de las conductas del adulto que el niño
observa y de las que depende para so b rev iv ir, la imagen in
consciente del cu erp o (record em os q u e es triple: basal, funcio
nal y erógena) se estru c tu ra desde la p rim e ra castració n umbi
lical, luego el destete y luego la independencia motriz. Se es
tru ctu ra informando el esquema co rp o ral con los dichos pa-
reñíales en cu anto que limitan las iniciativas del niño (pre-
Supcryó)",\ porque éstas pondrían en peligro la cohesión del
sujeto y de su cuerpo por la que se m ediatiza su relación con
su objeto de a m o r: madre, padre, persona tutelar. «Mamá-
Papá» o «Papá-M amá», instancia bicéfala en cuanto objeto fa
miliar a manipular y, en cuanto relación matizada con c a d a -
uno de ellos, a adular diferentemente según el caso, pero siem
pre, fatalm ente, proyectando sobre los dos el narcisismo del
hijo.
El niño, hacia los tres años, según la iniciación verbal y los
ejemplos recibidos, conoce ya su apellido, su dirección, su per
tenencia familiar. Sabe au lo m aie rn arsc lo suficiente com o para
no morir de h am b re o de frío si tiene qué c o m e r y con qué
abrigarse dentro del espacio que lo circ u n d a , sabe e n c o n tra r
interés y p lacer en todo cuanto lo rodea sin excesivos riesgos,
y si conoce el espacio en el que sus fam iliares lo han intro
ducido, sabe ya conducirse, es decir, a u to p a te r n a r s e . liste niño,,
nena o varón, c r e ce deseoso de identificarse con los adultos tu
telares, progenitores y hermanos mayores. Y es entonces cuan--
do su observación y su deseo de saber — pulsión fundamental
de todo ser humano que le lleva, respecto de todo, a investi
gar para qué sirve, de qué e s t á hecho, c ó m o funciona y por
q u é — le p e r m i t e n d e s c u b r i r c l a r a m e n t e l a d i f e r e n c i a sexual,'
irprendente d e sa b rim ie n to inmedi l á m e m e refer '■* ni p í a -
cer « í p e c i r .» qiií
*% ® r ja s a n a
co m o tú?, dice e! chicó a su m am á o la chica a su papá. — Va
mos, no digas tonterías — se le co n testa— , serás como. . serás...
no lo sé. Hablemos de otra cosji.»
De manera que hacer estas preguntas tiene algo, misterio
samente, de malo, de prohibido. Lo que sucede es que los pa
dres, adultos que han olvidado por completo la manera de pen
sa r y sentir de su primera infancia (co sa que Freud descubrió
y que denominó represión) se sienten cuestionados en lo más
íntimo de sí mismos; y quedan pasmados, y se sienten casi mo
lestos al revelárseles que su hijo experimenta un placer que
ellos creían reservado a los adultos, en relación con emociones
que imaginaban ligadas a un sexo completamente desarrollado,
en un cuerpo de caracteres sexuales secundarios enteramente
visibles. Para un adulto, el deseo y el am o r antes de la pubertad
son impensables; y la posibilidad de un orgasmo sexual aú n '
más. El adulto interrogado piensa, pues, que es inútil respon
der a preguntas que les parecen desprovistas de fundamento.
Pero el niño comprende el malestar de los padres de una mane
ra bien distinta.
El niño que ve que el sexo de otro es diferente del suyo tie
ne el fantasma de que se trata de tina anomalía o de una muti
lación: ¿padecida?, ¿aceptada?, ¿efectuada por los padres? Es
el mismo fantasma que en ocasiones despierta demasiado .pre
cozmente al niño a su genitalidad. Los padres lo han olvidado.
Pero el malestar que el niño constata1 en el adulto le confirma
que sin duda fueron ellos quienes hicieron eso con él o con
otro, ellos quienes lo quisieron, y ¿p o r qué? De aquí una angus
tia absolutamente inútil, que se agrega a la primera angustia de
despertar, inevitable'y necesaria, dado el modo de razonamien
to del pequeñito hasta entonces, bien sea por su lógica de las
formas (parecido-no parecido, grande-pequeño, más-menos, bue
no-malo, posible-imposible), bien sea por su lógica de los fun
cionamientos de su cuerpo, siempre acompañados por aprecia
ciones de las personas tutelares (es bonito o feo, ha comido
bien o ha comido mal, ha estado muy enfermo, mira cómo te
has puesto, etc.).
Así pues, el inconveniente de las no respuestas o de las res
puestas inadecuadas a las preguntas del niño sobre el sexo es
el de confirmar su hipótesis: fueron los padres los que cortaron
algo o tramaron aquello. Opinión más creíble aún para el niño
cuando es testigo de disputas entre padres que ya no pueden
hacer concordar su deseo sexual y su amor. May un malenten'
dido inherente a la edad respectiva del que pregunta y del que
138
lo-entcndible cu cie rta s pre-
resp o n d e; p ero ***** a lo m is profundo ilcl SUfl‘1*
■ ¡ M U do lo . nid o.. poroi.e locan
mlunto a f e c t i v o y psiquif» dc^lps
adultos, es durlr. n sus pro-
níns mi|[u»lln» du cnütración y . a si is difíciles y a c tú a les trancos
de impotencia. -
E n la m ay oría de los c a so s — q u e evolu cion arán saludable
m en te gradias a un en torn o e d u c a tiv o que posibilite al niño la
inteligencia de lo que ob serva, y que. a m e al niño c o m o futuro
h o m b re o futura m u je r — , la a c e p ta c ió n de la c a s tr a c ió n pri
m aria implica p a ra cl niño de a m b o s sexos la valorización
del pene en c u a n to fo rm a bella y d eseable. E s ta bella forma del
pene se inscribe en la continuidad d e la bella fo rm a d<;l pecho.
En cu án to a la niña, sólo en un segu nd o tiempo y después de
la reflexión ad m ite que para su c u e r p o es más válido no tener
pene para h a c e r pipí: dado que. p o r una p arle, ella puede ha
c e r pipí (no de pie, cie rta m e n te , p e ro puede); y. por la o lí a ,
hurgando en la zona con la ¡dea d e 1que tal vez tiene uno o le
c r e c e r á , ha d e scu b ierto cl clítoris, y éste al lin y al cab o le
p ro cu ra m u ch as sa tisfa c cio n e s; finalmente, al a p re n d e r que su
m adre y las m u je re s hechas c o m o e ll a 'e s l á n co n fo rm e s, deduce
de esto que ésa es la condición p a ra ser m a m á , para tener o
h acer bebés (c o n c e b ir no es algo tod avía pensable) y gu star a
los papas.
¡E n to n c e s , bien está no tener pene! Aceptem os este agujero
y este botón (la vagina y el c líto ris), c o m o ellas los llaman.
Y ad em ás están los o tr o s dos b o lo n es del pecho. «¿C uándo se
convertirán en p echo s p a ra d a r de m a m a r a mis bebés?» P re
gunta de niña. Que c o n fo rt a a la im agen del c u e rp o de la niña,
imagen in consciente, y c o n fo rt a a la niña, co n sc ie n te m e n le , en
la acep tació n de su esq u e m a c o rp o ra l. Ella a cep ta m ás fácil
mente que el varón la ca s tr a c ió n u ro an al, es d ecir, cl renun
ciam ien to al p la cer e ró tic o con el o b je to ex crem en cial. La
continencia e sfm tcria n a va seguida de la sublim ación de las pul
siones táctiles en la d estreza m anual, tal c o m o la niña la ob
serva en el hábil d e sem p eñ o de las m u je re s en cl hogar. Asi
mismo, el p la cer m o t o r m u scu la r se desplaza m u ch o más rá
pidamente en las ch icas que en los chico s, del n a rcisism o del
p eristaltism o e ró g en o y de la m anipulación del c u e rp o en la
región vulvar, sob re el p la cer p ro cu ra d o por las labores seudu-
dom ésticas de m a n te n im ien to de la ca sa, de cu id ad o de las m u
ñecas, sustitutos de hijos, y sobre la p ulcritud de su cuerpo,
el arreglo de su pein ado, so b re su vestim en ta; ¿n síntesis, sobre
la coquetería, la preocupacióNi por sus v estidos, el gusto por los
pliegues, los bolones, bolsillos, cintas, n u d o s ...
Observemos a los niños de esta edad que pasan bien este
periodo. Las chicas, que no tienen pelos en la lengua, nie^ m
a los varones el valor ■!. su pene, sin c r e e r d em a siad o en e!í >,
felices, cu ando pueden. ¿ verlos «h. de c o m e r -
l o ‘«fuertes» que son cuantío se pegan, peró. ¡Ustedes no, no-
" sotírás ias'ch icas sí scrén iós rn am ás y tendrem os bebés!». Ue ahí
el ju g a r a las m u ñ ecas, clá s ic o juego de nena, o al menos con- ’
sid eiado co m o tal, m ie n tr a s que es, en efecto, juego de nena
peró juego eró tico eri lo q ue respecta al hijo fetiche fálico anal,
co m o para el varón el ju e g 9 de los au litos: desplazamiento del
o b jeta parcial ex cre m e n cia l sob re un objeto fetiche anouretjnl
que él inisniQ, co n d u ce, del que es amo y al que a d ora. Así corno
los juegos con a r m a s co rre sp on d en al desplazamiento del feti
chism o del objeto parcial peniano, cuando el niño ha acep tad o
el control de la con tin en cia. Como podemos o b serv ar, la niña se
dedica a juegos de d esplazam iento de objeto parcial anal con los
que se ejercita en la m atern id ad , y el niño a juegos de despla
zamiento de objeto sexual parcial anal y u retral (interno y ex
terno — el pene— ) donde e x p re sa su virilidad en devenir. El va
rón exp erim en ta una co n tra rie d a d ante esta presu n ta superio
ridad de las niñas que no poseen pene pero que tendrán bebés,
salvo si se les enseña, al m ism o tiempo que a las chiquillas que
de este modo creen triu n far sobre su p resu n ta superioridad en
la diferencia sexual a p a re n te , que una m u jer no puede tener
hijos sino a condición de que un hom bre, el padre del niño,
dé a la m ujer, en la unión sexual, la posibilidad de concebirlo.
1:10
cada día su ^rtc en la simbiosis fc lo m a t e r n a l. E s t a respu esta
clara a ce rca üe la concepción abrevia posibilidad de una palabra
verídica del adulto sobre el p lacer $exual> que no siempre está
forzosam ente al servicio de } o fecundidad. Si no se les dice
esta verdad, los inocentes imaginan el a c t o sexual co m o e s t r i c
tamente funcional, anim al, zoológico, «opcracional». «Lo ha
béis hecho dos veces» (si hay dds ljiijos). Y con ello se los in
duce a una incom prensión total y cad a vez m ay o r, al c r e c e r, de
sus emociones sentimentales y de'Tos' deseos experim entados
en su cuerpo, al ev ocar y /o ver a aquellos o aquellas a quienes
desean y am an.
Que la llegada al inundo de un niño sea asu nto de un deseo
•y de p lacer recíp ro co s de sujetos que se buscan, se hablan y,
en el en cu en tro co n certad o, lian llam ad o hacia si al s e r que
han concebido, sabiéndolo o no (esp erán d o lo o pretendiendo
evitarlo), esto es lo que, dicho con p a la b ras que el niño per
cibe com o verídicas, le revela la hum an ización de la sexualidad
genital, lenguaje de vida y no sólo p ro c e s o funcional.
La filiación y la parentalidad respo nsab les de este niño, de
las que también hay que hablarle, dan .su sentido fundamental
a su vida Lal com o ella se ha inaugurado: fácil, difícil o impo
sible de asu m ir por sus genitores. Y esta verdad hablada lo
humaniza definitivamente, en relación co n lo que ha podido
ver y sab er a c e r c a del celo, los aco p la m ien tos, la m aternidad
entre los m am ífero s, entre los p á ja r o s , y la cam arad ería paren-
tal que p ractica n . P o r .l o general, a los niños no su les explica
claram en te la fecundación en los an im a le s. Aun cuando hoy en
día no se elude informarlos sobre la tecnología de la fecunda
ción y del p arto entre los anim ales, ca s i siempre se lo hace
empleando términos ambiguos: p or ejem p lo, el acoplam iento
para la inseminación de un anim al d o m é stic o es llamado «ca
samiento», el celo instintivo y estacional de los anim ales se '
verbaliza en términos de deseo y de a m o r , como si se tratara
de seres humanos.
Sin una explicación verbal de la responsabilidad en la con
cepción y la crianza del lactante, y p o sterio rm en te en la ed u ca
ción del niño, procedente del geniLor o de un reemplazante pa-
ternantc, de la genitora o de una reem p laz an te nodriza, el niño
no puede co m p ren d er el vocabulario del parentesco, en par
ticular el vocabulario rclacional en tre los adultos familiares y
el. Sólo el co n o cim ien to íle la unión s e x u a l le p erm ite c o m p r e n
d e r el sen tid o sim bó lico de tas p a la b ra s d e la p arentalidad de
cu erp o , d e la parenta lid ad afectiva o d e corazón, y d e la paren-
talidad social, es decir, la nominación p o r un patronímico legal,
¡ n : ' l i t o e n e l R e g i s t r o d e l e s t a d o c i v i l , p a t r o n í m i c o que el niño
l i e . a toda s u v : 1 i. L a d i f e r e n c i a c i ó n . !c e s t a s a c e p c i o n e s del
.lino parcnUiu.i. — acepción p:" ina y m alern :irnal,
3
aiecuva, legal— posibilita al niño la Inteligencia de las rela-
í cionés simbólicas. '
. - . ¿ i S e m e dirá que el niño de entre trt» y cuatro años no com-,
rende"!riadir dé todo esto. No es verdad; é! intuye su sentido,
si las palabras aco ta n una realidad que él ha experimentado;
palabras /justas para el adulto, y que él siente justas, lo cons
truyen co m o ser h um ano. Tiene necesidad de saber que su pa
dre,. co m o -él,'fue -concebido p or la unión sexual de un hombre
con su abuela patprna, y que el hombre que dio su apellido a
su padre es su abuelo paterno. Sus tíos y . tías paternos tam
bién fueron concebidos por el mismo hombre o. en todo caso,
fue el m ism o hombre, el abuelo paterno, quien les dio su ape
llido y se mostró, ante la Ley, responsable de ellos, a través
de su m ad re, la esposa, que es para él la abuela paterna. De
igual manera, necesita saber que su madre fue concebida del
abuelo m aterno y de la abuela materna, esa que él conoce u
otra de quien su m ad re le habla. Sus tíos y tías del lado ma
terno lo son porque son hermanos y hermanas de su madre,
lo cual significa que nacieron de la misma madre que su madre,
o del m ism o padre que su padre, o bien de la unión sexual de
este mismo abuelo con esta misma abuela. Comprende enton
ces que sus tíos y tías sean más jóvenes o de más edad que
su madre. El es su sobrino o su sobrina, los hijos de ellos son
sus primos o primas; lo mismo del lado del linaje paterno. Y si.
por la razón que fuere, el niño no tiene parentesco legal del
lado de uno u otro de sus padres,, se le debe proporcionar la
explicación verídica de ello. E sta explicación del vocabulario
del parentesco carece de sentido si la unión sexual no es men
cionada com o origen del nacimiento y de la filiación del niño,
asumida por quien le ha dado su apellido, y que después lo
ha criado o no.
El varón — que goza ya en su imagen del cuerpo de su
valor erótico peniano, tanto por la imagen funcional anouretral
de la cxcremenlación co m o por la masturbación, en parle su
blimadas sobre objetos lúdicos y utilitarios que es preciso do
minar, y que con ello se narcisiza como varón— es despertado
así a la conciencia no sólo del placer que experimentará como
hombre en la unión sexual de los amantes, sino también de
lo que hab rá .de ser su valor social de compañeros, tal vez de
marido de una mujer a la que amará; y sobre todo del valor
procreador de su padre y de su abuelo a quienes, hasta enton
ces, sólo veía como satélites, compañeros, cómplices, co m p a r
sas, agradables o 1 1 0 , de la madre o la abuela. Todo niño de pa
dre desconocido no para hasta saber de quién lo concibió su
madre. I-Ie visto muchos hijos de madre soltera manifeslnndo
numerosos y diversos trastornos del comportamiento como
electo de no respondérseles a una pregunta implícita o indirec
tamente explícita referente a su padre: «¿Para qué lo nccesi-
1*12
tas, acar -o somos felfees?». «¿No tienes a tu tío, n tu abuela?».
Estas so. .as palabras que un niño, o y e cuando plantea la cues-
tu n, lan sólo indirecta: «¿Por que los domas limos tienen
papá?». Veamos, por ejemplp un niño mestizo con los cabellos
tan crespos como los de u n ’africnvno y cuya madre era rubia;
como ¿I se le quejaba de las preguntas que le hacían sus co m
pañeros sobre el color de su piel, ella respondió: «Te has bron
ceado en tus vacaciones, en la m ontaña, eso es todo. -Í-¿Y por
qué me llaman “negro"?». La madre no. encontró nada mejor
para decir que esto: «Son unos groseros, unos maleducados».
Cuando se tr ata de niños aún no m u y crecidos, en tre los
tres y los cin co años o incluso un p o c o m á s , pero cuyo proble
m a es éste, el de su genitud," una re s p u e s ta verdadera de su
m a d re puede restablecerlos en el o rd e n de un c o m p o rta m ie n
to hum anizado. En ocasiones es n e c e s a r io que ella tr a b a je con
un p sicoanalista en la co m p ren sión He lo que sucede, para po
d e r d ecir esa verdad con las p a lab ras m á s simples. E s to es lo
que el niño precisa c o n o c e r y, de p r e g u n t a en respuesta, c o m
p ren der. Y esto es lo que le da las b ase s s a n a s para el re e n cu e n
tro de lo que no sé denom in ar d<: o t r o m odo que c o m o su
o rd en . P ero para eso no es indispensable ir a ver a un p sico an a
lista. Toda m ad re, si supiera cu á n i m p o r t a n t e es esto, podría
resp o n d er a su hijo. En m u ch os c a so s sim ila re s vi tan sólo a
la m a d re. En algunos, fue inútil i n tr o d u c ir a una te rcera p er
sona, el psicoanalista, en el tra b a jo de in fo rm ació n hum anizan
te del niño. La m ad re podía b a s ta r, co n sólo que hubiese c o m
prendido sus resistencias. Pero la v e rd a d so b re la genitud del
niño puede se r dicha también p o r el ab u e lo , por cualq uier per
sona que quiera al niño y que co n o zca su historia, y que pueda
entonces co n társela con resp eto por la unión sexual que lo
engendró, sin ce n s u ra r a uno u o lr o de su s genitores. E s ne
ce sa rio d ecir ln realidad de los hechos y, de ser posible, a p o r
ta r precisiones sobre el apellido, so b re la familia m ism a del
genitor, sobre las razones que llevaron a los padres a unirse
y después a se p ararse. E ste ser h u m an o , el niño, es él m ismo
el origen de su propia vida: su deseo lo hizo en ca rn a rs e, p er
m a n e c e r en la m atriz un día y o tro , c o n esa m u jer que era
feliz de llevarlo en su seno o que tenía dificultades para ello.
Todo esto su cuerpo lo ha vivido, y lodo, pues, puede ser h a
blado para que todo se hum anice, para que nada perm anezca
en una seudoanim alidad y organ icidad , p o rq u ó naila es única
m en te orgánico en el ser hum ano, todo es tam bién sim bólico.
Al c o n o c e r la verdad de la unión sexual de sus padres, que ha
sido origen de su vida, la inteligencia de los niños hace eclo
sión, reforzada por el con o cim iento de su filiación, p erm itién
22. Con este tiirmino sicnificn. a la vez. las potencias físicas tic la
procreación y la asunción del deseo bajo l a propia r e s p o n s a b i l i d a d .
doles dar-sencido a los sentimientos que inspiran su m a d re,
su "pad re y sus respectivos,lin ajes, s i ,ti e n e n la su e rte de tener
los. Pero p a ra la riiéñtaliclad de un niño se t r a t a de un deseo
q u e no es m i s que verbalm ente genital p o r el m o m en to . La
responsabilidad, ace p ta d a o ‘esquivada, de su s padresl de asu
mirlo p arcialm en te , totalm ente o nada en ab so lu to al traerlo
al mundp, esto él todavía no puede co m p re n d e rlo , y ad em ás
no hay discurso moral que hacerle oír* a c tu a lm e n te sob re los
h echos verídicos de su historia. S e r papá o m a m á es p a ra el
niño una rep resentació n funcional y sin duda e ró tica , pero para
él se trata de funciones de zonas erógenas p arciales del cu erp o ,
cuyo supuesto p lacer es del orden del que el se p ro cu ra a tra
vés de la m as tu rb ac ió n , con el añadido de fan ta sm as de feli
cidad de a- dos, el ch ico con su m ad re o una princesa, la nena
co n su padre o un príncipe encantado, pero sin la so m b ra de
una rivalidad. Aún no es el Edipo. Si el niño no co m p ren d e
lo que sucede en cu an to a la responsabilidad y la m u tación nar-
cisístiqa que implican la m aternidad y la paternid ad p a ra sus
padres, esto, p ara el, no se halla en c o n tra d ic ció n con lo que
c r e e fue su dicha ante su n acim iento: ellos e stán co n ten to s de
«tenerlo», y de d esem p eñ ar a su respecto el «rol» de papá y
de mamá. Para él, aferrado a su propia vida, es obvio que .amor
y alegría van a la par con «tener» un hijo; y tener un fiijo es
algo que confiere un «poder discrecional». Y este último, para
él. es en teram en te com patible con el afecto que ellos le inspi
r a n cuando es pequeño, sea cual fuere el c o m p o rta m ie n to de
su s padres.
Pero, podría d ecírsem e, si las condiciones em ocionales del
nacim iento del niño han sido desventuradas, o aun catastró fi
c a s , ¿liay que d ecírselo? Por supuesto, puesto que él ha so b re
vivido. Si el niño está ahí, después de las dificultades a t r a v e
sa d a s por su mad|'c, su padre, la familia, p or él m ism o, es
porque Lales dificultades fueron com patible^ con su supervi
vencia y p or tanto dinám icam ente positivas p ara él, y fo rm an
p a r t e de lo que ha de decírsele en palabras, felicitándolo pfor
h a b e r superado todo aquello. La vida es el bien más valioso,
y él vive. Uno se hace cargo de sí m ism o con palab ras de
o tr o , que liberan el sentido y la fuerza del deseo p or la verdad
así diclia sobre las dificultades que ha tenido uno que enfren tar.
Pero, añadirán aún tantos padres, si los niños saben el su
p u esto se creto de su concepción, jugarán sin tregua co n su
se xo o incluso co n ta rá n a cualquiera la verdad de una filiación
que las personas del entorno ignoran. E slo s son pensamientos
de adultos, y no tienen natía de cierto. E incluso es p re cis a
m en te lo co n trario . El niño, apaciguado en cu an to a las p re
guntas (¡ue se ha hecho, entra en un período de im Agencia de
la relación tria "u la r y de la vi .1 su c o n j u n f ' . lo cun-
III
d u cc al coi ejo de Edipo. iY éste no consiste, co m o piensan
los padres* en, ju g ar sin p a ra r co n su sexo.
O t r o s padres dicen. *«S¡ info rm ó a i r » hijo, él se l o repetirá
a otros'niños, y entonces, ¿qué van a p en sar de mí?». ¡Siempre
el problema de los padres q{ié pi^psan que está mal que un
niño sepa1 que el origen de 'sú vida estuvo en el deseo y en el
a m o r de su padres! Si él está ahí, representa una unión sexual,
y entonces ¿p o r qfié no tendrá derecho a sab erlo con palabras,
cuando esta verdad lo ha con stru id o co m o es? «Pero en la es
cuela, si habla de ello...»
Hablemos, pues, de la e s c u d a a los tres a ñ o s y de su m isión.
E n su funcionamiento, la higiene de los cuidados que el niño
debe aprender a con ocer p ara ocu p arse de sí mismo podría
. se r impartida en las clases, en los jardines de infancia, y reto
m adas luego en la escuela p rim aria. Lo m ism o en lo que res
p ecta al sexo masculino y femenino y al papel del deseo asu
mido, en conformidad con las leyes: sin p or esto desdeñar la
existencia de deseos que los niños expresan y que no integran
la Ley, que ciertos adultos también realizan y que los hacen
c a e r bajo el peso de la Ley, llevándolos a la cá rce l: los deseos
prohibidos de canibalismo, de asesinato, de robo, de daño, de
exhibicionismo, de violación, prohibiciones que ju s tam en te re
doblan las castraciones orales y anales que estos adultos han
transgredido. La escuela debería enseñar a los niños a discrimi
n a r entre las necesidades que son irreprimibles y los deseos que
son domeñables, y que esta distinción es la que singulariza a
los seres humanos en relación co n los animales. La vida social
de los seres h u m a n o s im p lic a . el dom inio d e los d eseo s según
la Ley, la m ism a para lodos-, y a p artir de los tres o cuatro
años, en la escuela se puede vcrb alizar perfectam en te que no es
posible casarse con el padre o con la madre, entre hermanos y
hermanas, al mismo tiempo que los niños juegan y siguen fan
taseando, porque el complejo de Edipo se vive y se resuelve
en fantasmas, sostenido por el saber con scien te de su prohi
bición en la realidad. La única ley co m ú n a toda ¡a es p e c ie hu
m ana, y de la cual la escuela no habla n u n ca , es la proh ibició n
d el incesto, h om osexu al y h etero sexu a l. E n la escuela se debe
ría enseñar a los niños que esta prohibición se aplica tanto a
su deseo respecto de sus pad res como al de sus p ad res res
pecto de ellos, así com o a las relaciones sexuales entre her
manos.
Todas las otras leyes refercnLcs a la sexualidad genital, es
decir, las reglas de validación e invalidación del matrimonio
y las que atañen al reconocimiento legal de los hijos nacidos
de una unión extram atrim onial, así como lo referente a los di
vorcios, a la guarda de los hijos, a la pensión alim entaria, to
das estas cosas de las que los niños suelen oír hablar o que
los conci ;rnen di rectamente, obedecen a l e y : diferentes según
145
lo s p n ís e s . L o s n iñ o s d e b e r ía n , e n la . í c & '^ s e r p u e s t o s a l c o
r r ie n te d e tt o d q _ ,e s t 9 .e n la e t a p a ' e n ’q u e - d e s p i e r t a s il in t e r é s ,"
es d e c ir , e n tr e lo s c i n c o y lo s ocho a ñ o s ..
P or añadidura, en ¡as escu elas d e Francia se plantea actual
m ente el p roblem a de los días d e ¡a M adre y del Padre. |Cuán-
to s Horrores tienen que v iv ir los niños a c a u sa de estas c e le
b ra c io n e s! L o s niños e x p e rim e n ta n h a c ia sil m ad re y su p adre
sen tim ie n to s Intimos que no pueden c o in c id ir en absoluto co n
las m e ü n d ro sid a d c s que se les dicen en c la se a este resp ecto .
La « m a m á querida». Dios sab e q ue e s ta s palab ras, en cie rta s
fam ilias, son totalm en te in a d e cu ad a s (p o rq u e la m ad re e s tá
e n ferm a, o es depresiva, o se ha m a r c h a d o , o ha abandonado el
h o g a r, o ha m u e r t o o .. . qué sé y o ) : q ué h a cen todos estos po
b re s niños co n este día de las M a d res q ue no consigue m ás
q u e e n clav a r el p rob lem a, m ie n tra s q ue c o n esta ücasión, p re
cis am en te , y p re p ará n d o la , p o dría t r a t a r s e de la fiesta del p ro
pio niño, de su deseo de h a b er n a cid o de la unión sexual de
sus padres, que ha tenido i^n sentido y q ue siem pre tendrá uno,
el sentido de su deseo de vivir que lo liga a dos estirpes a t r a
vés de quienes le con cib iero n . C iertos niñ os dicen en clase’:
«Pues yo, tengo tres p ap á s. — E s c i e r t o — puede c o n te s ta r la
m a e s t r a — , algunos tienen tres p ap á s, p e r o c a d a uno de noso
tro s tiene n ad a m á s que un p adre de n a c im ie n to y una m a d re '
de nacim iento . Uno puede ten er tr e in ta y seis papás, que son
los co m p a ñ e ro s de m a m á ; ellos pueden c a m b ia r , pero ca d a uno
de n o so tro s tiene un solo p a d re , aquel que dio el germ en de
vid a a n u e stra m a d re , la que nos llevó en su seno varios meses
a n te s de que n a c ié ra m o s . T odos n o s o tr o s hem os sido co n ce
bidos p o r n u e stro p ad re y n u e s tra m a d r e en su unión sexual.
Algunos p adres se quieren m u ch o tie m p o o toda la vida, o tros
se se p a ra n o se divorcian, pero esto no c a m b ia su paren tesco
co n su hijo».
E s t a debería se r la enseñanza de la e scu ela , si su objetivo
es la educación. A todos los niños se les p o dría d ecir la verdad.
T o d o s los niños, hoy en día, oyen h a b la r p o r la radio, por la
televisión, de las leyes relativas al a b o r to . Oyen a sus madres
h a b l a r de la píldora, de m étodos a n tico n ce p tiv o s . ¿P o r qué no
pueden p lan tear estas p re g u n ta s? ¿ Y p o r qué no les iban a
re s p o n d e r la m a e s tra o el m a e s t r o ? Con toda natu ralidad, co m o
d e b e r la h acérselo en familia. Y con ello, el vocabulario del pa
re n te s c o em pezaría a c o b r a r sentido. ¿Qué es una madre, qué
es un p a d re? ¿Qud es un lío, una tía, un abuelo, una abuela?
¿C ó m o llegar a explicarlo si el niño no es inform ado de la ge-
nitud y de la unión sexual que h ace que sus an tepasados sean
los p a d res de sus abuelos, sus abuelos los p adres de sus padres,
y él el punto focal del en cu en tro en tre dos linajes que, a través
de él, tal vez se co n tin u a rán ?
L a rep re sen tación tipo de un Arbol genealógico en la escue-
!
• . r» *; **' " ” • » *
la scrfa sin duda una fe.Ias larcas más interesantes, c invitaría
a cada uno a trabajar en ella junto con su padre, con su ma
dre, con sus hermanos y heWnan^j. mayores, si los tiene, con
sus abuelos. Bien que se da a los niños horrendas planchas con
teniendo dibujos que deben colorear. ¿P o r qué. en los grados
primarios, no darles el esquema -tle un árbol genealógico? Quie
nes proceden de familias <(J diferentes regiones, o aun de dife
rentes países, pondrían muchísimo interés en oír a sus padres
hablarles, y al m aestro hablar con ellos, c!c las costumbres dife
rentes de sus abuelos y colaterales parcntalcs, según sus regio
nes de origen. Si pertenecen a etnias diferentes, y con la inmi
gración los hay cada vez más en las escuelas francesas, hacer
les tomar conciencia del origen de sus familias, observando el
mapa y hablando de las costumbres, hábitos, del clima, de las
familias de las que proceden; familias quizá diferentes, del lado
de su padre y del de su madre, cuando éstos se han conocido
en Francia: todo esto, a mi entender, es tarea <le la escuela,
desde que sabemos, gracias al psicoanálisis, que la manara en
(¡ue el adulto creíb le responde a las preguntas del niño, explí
citamente m anifestadas entre los tres y los cinco años, d eter
mina la apertura o no de una inteligencia hum ana, quiero d ecir
de una inteligencia ligada a la ley social. Antes, la inteligencia
del niño está al servicio de. la astucia, por desconocer la Ley
vigente para todos.
Cuando no ha obtenido respuesta a las preguntas so b re su
vida, sobre su genitud, el niño deja de p re g u n ta r, al m en os en
el ámbito de la fam ilia. Cuando llega a la escuela, se las debe
p ro m o v er de nuevo, a fin de instruirlo, responderle y h a c e r
de él no un c a c h o r r o anónimo de la especie h um ana sino un
sujeto a quien se restitu ye la responsabilidad tle su historia
y de su deseo, al m ism o tiempo que se re c o n o c e su deseo en
sus miras m asculinas y femeninas lejanas, «cuantío yo sea g r a n
de», con las leyes de este deseo en las sociedades h um anas y
p a rticularm en te en aquella de la que el niño form a parte.
Si hago m ención al papel de la escuela en la inform ación y
educación sobre la genitud y la sexualidad de los niños, es por
que cada vez en tran estos más tem p ra n a m e n te en la vida so
cial, primero en el ja rd ín de infancia y luego en la escuela, y en
estos ámbitos puede s e r paliado todo lo que no se ha hecho
en la familia. Ahora bien, vemos llegar a linos pobres pequeñi-
tos que ni siquiera saben de quién son hijos, qtie ni siquiera
saben de qué m a n e ra , por obra de quién, p^ra quién tienen
sentido su vida y su supervivencia, que no c on o cen el sentido
de las palabras que utilizan: abuelo, abuela, m a d re , padre, tío,
tía, herm ano, h e rm an a, etc. Es misión de la escu ela o frecerles
el sentido del vocab ulario , y ln educación sexual consiste fin a l
m ente en explicitar el vocabulario del p aren tesco. Desde F re u d ,
sabernos que las psicosis se f-jrjan en el ciü o .-le los estadios
t
• ' i ,1
pregenitalcs, es d ecir an tes de la en trad a en ia Castración pri
m aria, que es cl 'descubrim iento de los sexos; y que la respuesta
a Ia ’ pregünta p o r la" scx u a ció n de cad a niño .es una de las m ás
im portantes p a ra que este pueda ainar, cuidar y re s p e ta r su
cuerpo, arriar sú propia vida y h a ce rs e c a r g o -d e sí mismo en
la familia que lo cría, sea o no la propia.
111 niño vive ca d a etppa de sú vida según las palabras que le
inforniah claram en te a c e r c a de sus difíciles vicisitudes. Por
añadidura, cada etapa se vive según la m an era en que fue vivi
da y superada la etapa p recedente. 1-os niños de hoy, sobre todo
en las ciudades, reciben tan p oca enseñanza de sus padres que
este papel educativo incum be c a d a vez m ás a los m aestro s. P o r
otra parte, ¿a c a so la In stru c ció n pública no lia pasado a ser
Educación nacional?
La cas tració n p rim aria, es d ecir el descubrimiento de su
sexo por el niño y de que sólo a este sexo pertenece y de lo que
ello significa p ara cl futuro, puede fallar completamente en
cuanto a sus efectos simbolígenos a cau sa de la falta de infor
mación, de las rep rim en d as, que acom p añ an las reacciones de
los adultos ante las p reguntas que el niño formula respecto
de lo que lia observado, oído decir, sentido.
lin la escuela, todas las p reguntas de los niños deberían ser
válidas. Muchas escuelas han co m prendido esto y ayudan a los
niños a o b se rv ar a los seres vivos y a cuidarlos: vida de los
vegetales, crecim ien to de los granos, cuidado de animalitos pe
queños dejados en clase b ajo su responsabilidad. Todo esto está
muy bien, pero no es una educación para la propia vida del
niño, 1 1 0 es suficiente p ara entenderla y conocerla. Para un ni
ño, cuando descubre la diferencia sexual y ésta le es explica
da, lo extraord in ario está en que es la primera noticia que. tiene
de una ley que no depende de sus padres ni tle los adultos, de
una ley que es un hecho n atural y que, a algunos, les trastoca
su mundo. E sto produce un efecto simbolígeno de valorización
de su persona, pero también puede tener éfectos c o n tr a d ic to
rios. En tal caso, es im p ortan te que la escuela sea capaz de
ayudar al niño a re m o n ta r la desventaja que lo afirmado eií la
familia, o los valores inculcados por ésta, imponen a su sexo.
En ocasiones este mismo niño, varón o mujer, querría p ertene
ce r al o tro sexo p or razones que él conoce y que podría ex
presar, y que no le molesta enunciar cuando alguien está dis
puesto a escucharlo. Cuanto más reílexiono sobre el problema
de la prevención de las psicosis en niños de dos años que p re
sentan todavía un co m p o rtam ie n to sano, y de las neurosis en
aquellos que comienzan a tener dificultades a partir de la edad
escolar, más pie digo que lo que 1 1 0 se encuentra a punto es cl
p a p e l inform ado r y e d u c a t i v o d e la e s c u e l a en lo q u e r e s p e c t a
a l a s preguntas r e f e r e n t e s al c u e r p o y a l s e x o d e los n i ñ o s ,
ahora iü 1' -'slos fre c u e n l;u r sociedad tan t> r-' ni a n a m e n t e , a l i o -
ra que las fan. j s , s o n cada vez .menos n u m e ro sa s y que Jos
niños ,tienen i tan (Jpo,cq i mpo ¿.para, h a b la r co n su s padres.
Por lo demás, todo lo que oyen y ven en los medios de co m u
nicación, en la televisión, se suma ? J a confusión de lo que sien
ten:- impulsos pasionales que inducen a*r c o n d u c ta s criminales,
relaciones am orosas exhibicionistas. Todo esto, que incumbe
a las relaciones de sus padres y a sij' propia existencia, suma
imágenes á las preguntas que los niños se plantean. La escuela
debe cam biar, la escuela debe responder co n un vocabulario
preciso a todas las preguntas del niño, en p a rtic u la r: « ¿P o r qué
aquel niño lleva el apellido de soltera de su m a d re , o el de su
padre g enitor que no es el mismo que el de su m a d re o el de
su hermano, o el de un amante de su madre, ca s a d o después con
ésta ’ y que lo ha reconocido pero que no es su padre?». Todo
esto debería se r aclarado en la escuela, ya que es en la escuela
donde todo esto se le aparece. Cuando pasan lista, ¡cuántos ni
ños escuchan p o r prim era v e : un apellido que ignoraban y que
sin em bargo es el inscrito en el Registro civil! u
C o m plejo dc h d ii’ o •
Y CASTRACION CENITAL HDIPICA
(PR O H IBIC IO N DEL INC ES TO )
|.'9
... .. wiO>i (II que
w.i e sc momento de sú vida. Y ,;or eso es tan impóiS
‘ fañtc, a causa de su función —e; ida o ño— de iniciador en
la Ley, como espero haber dcm. irado’ ampliamente, que. W n
-niño haya obtenido respuesta en lo que atañe al papel' que le
cupo a su padre en su concepción y después en su nacimiento:
rol de acuerdo con .la naturaleza en la unión sexual; según la
Ley en el reconocimiento del niño ante el Registro civil, y papel
afectivo en la toma a cargo del niño. El padre le ha dado o no
su apellido, ha ayudado o no a Ial madre a criarlo. El niño pue
de o no con tar con él como guía, como ayuda para hacerse
hombre o m ujer adulto.
Si su genitor falta, otro hombre, compañero de su madre,
puede servirle de padre tutelar. A partir de la entrada en el
Edipo se desarrolla en el niño una visión de sí en el mundo
donde su vida imaginaria está dominada por su relación actual
con los dos progenitores, en cuanto ligada al proyecto — que
él acaricia— de su porvenir adulto, según su sexo, seductor y
exitoso. El Edipo puede resultar, o bien sanamente conflictivo,
o bien patológicamente conflictivo a causa de la derelicción 'de
pertenecer al sexo que tiene. E sto puede suceder cuando la
madre no ha podido o querido decir la verdad sobre la filiación
del niño, mujer o varón. Pero también puede o cu rrir si a causá
de continuos dramas entre los padres el niño se ve obligado a
sufrir por su madre debido a la actitud del padre, a juzgar
mal a su padre, o a la inversa. Se dirá: ¿qué se puede cambiar
de la vida de un niño que tiene la desgracia de hallarse entre
una pareja desavenida, de ser criado por un hombre o una
mujer solteros, o de que sus padres estén divorciados, etc.?
Hay mucho que hacer, poniendo palabras justas sobre la si
tuación de hecho, y ayudando al niño a decir lo que él cree
culpable oír, a decir lo que cree culpable pensar; porque un
niño piensa siempre cosas positivas sobre su padre y su madre,
incluso si piensa cosas negativas, incluso si tiene pruebas visi
bles de su desinteligencia y sufre por la actitud educativa, a ve
ces terrible de soportar, de ciertos padres. Los hijos siempre—-
encuentran cómo disculparlos. JLo importante, puesto que el
niño vive, es sostenerlo, ayudarlo a hacerse cargo de sí mismo
y a hablar sin vergüenza de lo que sucede. No es cómodo ni
agradable. Sus padres le causan problemas; pero para poder
seguir desarrollándose acorde con el orden de su genitud, debe
ser sostenido, esforzándose por confiar en él como su hijo o
hija. E s lo que yo llamo en psicoanálisis «sostener el narcisis
mo de este niño», su narcisismo primario, el gusto por la vida,
y su narcisismo secundario, el interés por sí mismo, como al
guien que va-deviene adulto en el sexo al que pertenece: bien
sea tomando como modelos a las personas que conoce, bien sa
biendo que, aun con modelos que él no querría imitar, hay en
ISO
i
¿1 U a de«eo Q ue busca u n modelo pura hacerse adulto del s e x o
! v? ■ - y
ciue es juyo. f ... . •
' ■Supongr’ iios que cl niño cuente c o n ‘condiciones suficientes
Srí,&e* entendimiento de la pareja pare nial como para proseguir
su evolución. En este momento hay una diferencia entre la
niña y el varón. El varón quiírc íd<Mlificarse con su padre, como
también la niña. Cada uno quiere’ a ctu ar como los dos padres.
Pero el varón, que por obra de jui intuición viril tiene la inicia
tiva sexual, decjjde que quiere casarse con mamá. También la
niña, en el momento en que va a e n trar en el Edipo, dice querer
casarse con su madre. Lo que sucede es que todavía cree que
la madre produce digestivamente a los hijos y que, si se hace
am ar p6r su madre, ésta le dará, en todo o en parte, lo que
su marido le ha dado a ella misma, es decir, con que tener
hijos; porque para ella, en sus fantasmas, la concepción y cl
parto son cosas exclusivamente femeninas y tienen aún algo de
niágico. Con qué hacer un bebé anal, .esto es lo que ella querría
recibir del adulto amado, hombre ó mujer. Papá, si está en
la casa, de todas maneras sería y seguiría siendo el papá, de
ella misma y de sus hijos. El varón está mucho más directa
mente en el Edipo. Si estima a su padre y si siente que su
madre estima a su padre, está orgulloso de él, quiere parecérse-
le, busca identificarse totalmente con éi y, nalurnlmcntc, go
zar de las prerrogativas de que su padre disfruta con su ma
dre en la intimidad. Es aquíxcuando el padre pueda y d eb e dar
a sil hijo lo que llamamos, en psicoanálisis, la castración; de
clararle: «Siempre será imposible que un hijo ame a su madre
como otro hombre la ama. No porque tú eres pequeño y yo
grande, sino porque tú eres su hijo, y un hijo y su madre jamás
pueden vivir la unión sexual y engendrar niños».
E l varón
¿Que imagen del cu erp o está en juego para el niño que en tra
en cl E d ip o ? H ablem os del varón. Las pulsiones genitales a cti
vas, que com o hemos visto se arraigan en lo u retra l, siguen
siendo pulsiones parciales penianas, de sentido cen trífu g o en
dirección al objeto del deseo. Se traía de las pulsiones que cl
v arón traspone sobre los o b jeto s parciales que re p rese n ta n , a
su vez, imágenes parciales de su cuerpo, el sexo peniano en
-p a rticu lar, que él desplaza sobre todos los iiist|iimenlos p e rcu
tientes, las a rm a s destinadas al--ataque, a la agresión p e n etran
te, en juegos balísticos, en accio n es sádicas, de rev e n ta m icn to ,
orientadas a las niñas y s u pu estam en te para m atarlas. P ro y ecta
él aquí, hay que decirlo, bien sea su deseo de lanzar un líquido
m ortífero (los e x crem e n to s son aprehendidos co m o malos, p ues
to que el cuerpo (os rechaza), bien sea su deseo de lanzar al[;o
151
c o n lo que liacci; Jicb<ís, g u a n d o y a sao,.. que cslo va a su c c d c r
' a l g u n a vez cu l a . v id a , porque lo el icen los adultos o c ó m p a ^
ñeros tle escuela más g randes. lista alternativa no tiene iiada
ilc con tradictorio. I.os niños que juegan a m a la r pretenden
rotundam ente que aclo seguido el m u e rto resucite. lis decir
«lo hacen por decir», «en b rom a»; * las pulsiones, en fantasmas,
no son i«realidad».’3 Y en cim a, oyej h ablar del nacimiento dc un
bebé: ¿de dónde vino? ¿ Y la m u e rte ? lilla loca a personas del
entorno del niño. ¿Adónde vam os? Cumulo el niño eslá en
pleno período edípico, la vida y la m u e rte son la cuestión más
importante. Renunciará entonces a sus juegos agresivos peína
nos, ni menos a los que 1 1 0 eslán reglam en tad os eiv juegos casi
sociales. Y ello gracias a Ja prohibición del inc.eslo, que debe .
se r pronunciada lanío en relación con los herm anos como c o n '
las hermanas, es decir, lanío hom osexual co m o heterosexual.
Los varones trasponen la. agresión peniaua de tipo centrífugo,
inconsciente o p rccon scien tcm en to deseada, sobre la actividad
manual, la actividad intelectual, la actividad de lodo su cuerpo.
Indica e industriosa. Por la palabra del padre y su ejemplo de
respeto a las m ujeres, a su m u je r y a sus hijas, el varón capta
la diferencia entre su deseo urelroan al de adueñarse del c u e r
po del otro, dc palm earlo ag resivam ente para sentirse viril (algo
sem ejante al celo de los anim ales), y el hecho de dar un día
la vida, llegada la elección del a m o r asociarlo al deseo; con el
sentido dc la responsabilidad que c o m p ro m e te a los amantes
e n lr c sí y después a los genitores, aquellos que han traído al
mundo un niño y que se c o m p ro m e te n , uno y otro, a educarlo
hasta su mayoría de edad. C uando esto es d ich o p or el padre,
a su hijo, se trata de la iniciación d el hijo ¡¡ara la vida hum ana,
l.a castración edipica es eso. «T e p ro h íb o tu m a d re, p o rq u e e s '
m i m u je r y te ha traído al m u n d o . Las dos cosas son im p ortan
tes. T us h erm a n a s te están p ro h ib id a s se x u a lm e n te igual qu e tu
m a d re. Por mi jíarte, 1 1 0 me he j a s a d o nj con mi madre, tu
abuela palcrna, ni con tus tías, que son mis herm anas; tu m a
dre 1 1 0 se ha casado ni con «u padre, tu abuelo materno, ni
con sus hermanos, etc.» M
Dc este modo el niño oirá lo que va a introducirlo en el
orden de la humanización genital. Aquí la escuela también ten
dría que d esem peñar un papel, hablando de la diferencia cutre
la pulsión genital humana, ligada al a m o r y el celo l'ecundador
de los animales, que obedece a un instinto ciego de acoplamien
to entre m acho y hembra, sin am o r, sin sentido de la respon
sabilidad y de! com prom iso, aunque ciertos animales observen
27. L o s n i ñ o s d e l o t r o sc.-to ( n m l ) i é n l i n e e n n l a r t t c ( I r e s ta d o m i n a c i ó n
y c r .l c d e s p i c a n : :il m e n o s ¡d r.n m u y f r e c u e n t e e n t r e h e r í a n n o s y J i c r i r m -
nn.s ( f o r m a d e s u l n a y . ' i r !;i 1 c p i c s i ó n d e Ins p u l s i o n e s i n c e s t u o s a s q u e s o n
1:011 ¡c u j e s ) .
. .. i., w n w « iiM ii> 3. v il « im il. 1.3 ( . i i i u n t o , i«i a c ii > M ii iu « i'
liñudará ■i> ' n'a si deja el llorar familiar y pido él mismo ingre
sar cri liu :niutlu, si ello es económ icamente posible; y. si
’ íkV"lo i:s. cotí l:i iyiul¡iT8(i la! Sóeiedad. Pero I» petición lm tle'
provenir del niño. No porque la situación se» difícil se debe,
siilvo excepción, separar al niííof tle su familia. Hay «pie esperar
a (|iie el propio niño lo pitia, lis en el sello de la familia donde
ha de resolverse el lldipo. .
I.
l.ti niña
155
• a
. , . *•.
* • ••,i ;-,*>»!
' «-k »».. •. 1•• • » - - *•
! , iíiciil'e,‘ á f's o y í n á í v a lio sa que m a m á , él v e rá q u e s o y yo^quicti
m e j o r lo c o m p r e i u l e , q u e su m e j o r e s p o s a s e rí a y o » ; a lo' c u al
sé iñude e l í i e c h o (.le q ue e s la e x p re s ió n de d e s e o s In icia.el p a
d re lo m a a ;m e i m d o im ca riz e m b u s t e r o , a r t e r o , c a l u m n i a d o r ,
m á s o m e n o s . o s t e n t o s o re s p e c to de la m a d r e . P o r e je m p lo ,
c u a n d o el p a d r e lle^a a c a s a : «Olí, m ira , m a m á lia salido, no
sé doiíd.c e s t á , no sé s i ' v o l v e r á p a r a la ce n a » . O i r á s ch iq u illas
fan ta se an h a s ta la m i t o m a u í a h a b e r {¿listado a h o m b r e s q ue se
han p e rm itid o in tim id a d e s sexu ales a su r e s p e c t o , fa n ta s m a s
que n u n ca v e rb a liz a n a n te su m a d r e : e stá n d e s t i n a d o s a d e s
p e r t a r los c e lo s del p a d r e , p ara que él haya o t r o t a n t o c o n ellas,
o t r o lan ío si no m á s que esos s u p u e s to s h o m b r e s que ellas
d icen h a b e r lo y r a d o s e d u c ir. Cu s u m a , las a c t i t u d e s p e rv e rsa s
de la niña son m u c h o m ás vern aliz ad a s que las a c t i t u d e s p e r
v e rsas del v a r ó n , q ue son m u ch o m á s vividas sin s e r vern ali
zadas. Ya se sa b e , las niñ as tienen la lengua m u y la rg a, y su
a s tu c ia al s e rv ic io de su fin (o « h a m b r e » ,* s i e m p r e m á s o m e n o s
o ral en su {jen italidad ).
lisio se d ebe a (pie las niñas ha n d e s c u b i e r t o q u e su p o d e r
tle s e d u c c ió n r e s id e eu su a c e p t a c ió n d e no t e n e r el p e n e y en
su ¡leseo d e q u e u tro se la d é: no p a ra ten er el p en e, sino para
ser d ueñas ** d e q u ie n lo tiene y p u e d e así s a l¡ s /a c e r la s . ¿Qué
b lan co m e j o r q u e su p a d re, o el a m a n t e tle la m a d r e , aquel que
s a tisfa ce a su m a d r e ? ¿C ó m o d i s c r i m i n a r e n lr e e s t o s fa n ta s m a s
c o n ta d o s p o r las ch iq u illas, y la r e a l id a d ? Mn los p e rió d ico s
leemos c o n t i n u a m e n t e h istorias de s e d u c ció n se x u a l y re c i b i
m o s m u c h a s en las c o n s u lta s . ¿ C ó m o d is c e r n ir lo v e r d a d e r o de
lo falso? lis m u y sim p le. May una e n o r m e d if e r e n c i a e n tre la
m a n e ra en q ue h a b la , co n detalles re a lis ta s, u n a ch iq u illa que
ha sido v e r d a d e r a m e n t e o b je to do un s e d u c to r , y la que m i t o , -
mani/.a. P o r d e s g r a c i a , esto s la n t a s m a s e n g a ñ o s o s p a r a los ailul-í
los im plican en,' o c a s io n e s secu elas sociales t r a u m á t i c a s para
lodos; y tmlos lo i p sico a n a lista s han tenido . q u e t r a t a r m u je r e s
cuyo s f a n t a s m a s cd íp ic o s verb alizatlos h ab ían p r o m o v i d o la
cred ib ilid ad del e n t o r n o , y t r a s t o r n a d o y e s t r o p e a d o su ,vida.
O, p o r el c o n t r a r i o , niñas qne, s o m e t id a s p o r o b r a tle su im
p ru d e n cia s e d u c t o r a a los asaltos tle h o m b re s f a m ilia r e s o para-
la m iíia res , no h an podido h ablar tle ello a li e m p o , porq ue se
sentían a la ve/, cu lp a b le s y orj>ullosas tle d e s p e r t a r la a ten ción
ile nú atlullo. Una vez m ás, pienso (pie seria m u y im p o r ta n t e el
pa p el tle la es c u e la eu cuanto a d a r a los niños la ley de la ¡no-
h i b i d ó n d e reUiciunes sexuales en tre a d u lto s y niñus, a lin tle
que puedan d is ti n g u ir en lre sus f a n ta s m a s y la realid ad y de
que, si el niño se ve so m etid o re a l m e n te a lina s itu a ció n tan
i ’.;
- a] hogar, la querida dc papá," : >mo ccn los niños que oyen
madres rquejarse de ella a 's u s am ig as.'N o por ello ba
■ ■? a j-s u s
, disminuido la necesidad que ¡aún tiene el niño dc la prolección
(le sus padres, en lodo caso dc la protección dc adultos que
lo sostengan; tiene necesidad dc tutela educadora para las di
ficultades que van a surgir ante el en la sociedad. La prohibi
ción dc su deseo genital en familia lo catapulta a un deseo dc
.jugar, con los niños de su edad| hacia amistades auxiliares con
seres humanos dc su sexo, marcados por la misma dura prue
ba que él en relación con sus padres, lint re los humanos del
otro sexo, ansia conquistar objetos de los que, enamorado, es
tará orgulloso de obtener familiaridades sensuales y sexuales,
y si es posible un a m o r compartido; pero entonces chocará con
la rivalidad dc los <le su mismo sexo por el mismo .objeto. El
desplazamiento social del Edipo matiza la vida social dc los
niños, en particular en la escuela, aunque si: encuentren en
fase de lalcncia cu cuanto a la preocupación sexual genital
como tal. Las preocupaciones afectivas sexuadas y la búsqueda
narcisista de placeres parciales 1 1 0 cedcu jamás.
M uchos niños lian vivido mal su l-.dipo o su salida del lldipo
p o r falta de ima castración, quiero d e c ir cu and o queda sin ver-
balizar la prohibición tle la realización dc! deseo sexual en fa
milia, la cu al libera el deseo para su realización fu era del medio
fam iliar. P o r falla de ocasiones frecu en tes do e s t a r con o lio s
niños, cu an d o en los días festivos los p ad re s los retienen c o n
sigo, p ro cu ra n ten er a n im ales dom éstico s, tnnlo p ara am arlos
c o m o para co lo ca r lo s b a jo su dependencia. C a lo s, perros, ani
males dc co m p a ñ ía , liainsters, e incluso laminen, ah o ra, c a b a
llos que g ustan m u c h o a los niños c u a n d o son m an sos. Por
o lr a parte, c s lo no significa que tales niños, con el tiempo, no
irán a «salir del a p rie to » y resolver su Lldipo; pero esto o c u rri
rá m ás adelante, p o rq u e los anim ales son co m o sus objetos
transicionales de a n ta ñ o , que los enlazaban im aginariam ente a
su m adre-pecho. E s lo s anim ales a los que gustan m im a r, a ca ri
cia r, y cuyo afecto se gran jean , sobre los que m an d an o por
los que se hacen te m e r, son para d i o s ob jetos transicionales
dc su relación sensual difusa con los p adres previa a la reso
lución del E d ip o : a n tes dc haberse dado cuenta dc que con los
p adres a m a d o s no había esperanza del lado del porvenir fe
cundo y del deseo genital. Este apego a tos animales puede,
ad em ás, c o n v e rtirse en m eta dc sublim aciones que, más tarde.
153
se continuarán en una vocación ligada al inundo animal. No
q uiero decir que (oda buena relació n con los anim ales sea para
los seres humanos cl signo de iuia imagen del c u e rp o no salida
de la relación cdtp ica. I’p to s L ssi e sto sucede cu a n d o so tr ata
de animales a los que e l 'am or, de su a m o aísla de sus con géne
res. por la necesidad narcisis|:i del niño de c o n ta r con un co n
fidente ajícclivo y mudo. '
Después del lídipo, en el períod o dn lalcncia, cl papel de
los adultos, padres, ed ucad ores, ra d ica lm e n te diferente del de los
amigos y co m p añ e ro s, sigue siendo m uy im potlan lc p a ra los ni
ños en las situaciones de fr a ca so , de co n traried ades narci-
sísticas, de difíciles trances en su s amistades y a m o r e s . Cuán
do cl niño se siente afligido, la m a n e r a ele re a c cio n a r de los
adultos puede ayudarlo o culpaljiliznrlo. El niño es sensible a
la escucha discreta de la p resen cia c a s ta , sensible del adulto
que, s in 'r e p r o c h e s ni discursos m o ra lista s, lo e scu ch a . Ganar
confianza en sí mism o, incluso en y [ l o r sus fracasos, es posible
para el niño cu and o sus padres son átenlos y co m p a siv o s, y
sobre lodo seguros de sí mismos. Un padre que dice a su hijo:
■Lo conseguirás, porque eres mi hijo y el hijo de tu m a d re, y
porque somos buenas personas, por. lo. tanto tú tam bién eres
una buena persona, aunque en este m o m en to para ti sea difí
cil», no es un p adre que ■ serm on ea» [«/mYc la in m o l e »] sino
un padre que sostiene cl ánim o [«sontenir le m o ra l» ]: y el
niño tiene necesidad de eslo lanío c o m o fie ser felicitado sin
ceram ente. Lo m ismo para la niña que se mortifica y se queja
auto su madre: «Los chicos no me quieren, soy fea, nunca en-
c o n lra i e marido. — Sí, cariño — resp o n de una m adre c o m p a s i
va— . en co n tra rá s un excelente m arid o porque cíes una excelente
hija. Tu padre es estupendo y ten e m os una hija estu p en da. Por
cl momento lias fracasado, pero la p ró x im a ver. le irá bien, p o r
que eres una excelente m u ch a ch a» . Y aclo seguido le expone
las ca ria s de Iriunfo con que ella' cu e n ta en cl ¡negó tle la vida.
Sólo por el recon ocim ien to de los p adres de sus propios valo
res y, al mismo tiempo, por el a m o r y la confianza que le de
muestran, el niño se siente valorizado y sostenido para su pe
rar sus fracasos con confianza en sí m ism o, ligada p re cisa m e n
te al hecho de ser cl hijo tle estos m ism o s padres.
lista confianza, este afactp y este interdi casto, podem os d e
cir, da los padres hacia sn hijo, son ¡rrcniplazablc.s despiu's del
lidipo. Porque cl aféelo de sus p adres es de loda necesidad
para el niño en cl m om ento m ismo en que1, isabicntlo que la
intimidad sexual y sensual coil ellos está prohibida para sie m
pre, cree que ya no tiene ningún valor a sus ojos, q u e ' y a ’iió
lo aman y que incluso lo rechazan, lil discurso 11101 alizádór, ■
tanto como las inIimidades tle una ternu ra c o n s o la d o r a ,! serán
nocivos a coi lo o largo plazo, porque el niño debe d e s p r e n d e r
se cada vez más de la dependencia p aren: I. I:!l difícil papel
■~ie ios autillos os contribuir a .. .ic progreso liüenjdor p:;:' ; r c -
diúción de su au téntico afecto. ' 1 .
1A0
' . . ’¡ *•
es fucnlu ti.-, u-i t*p.jc:s.í:ii;* üif'i.r-.-nt-: qnii hemos llumotío sc-
cimdnriu,'' es el 'impedimenta, ¿p ara );is .-pulsiones sexuales, en
sociedad, de persistir sin una ley hu m an izad a: dc resu ltar, por
así decirlo, animales y cumíy-mstiutivas (el «¡N o lo liice a pro
pósito!» del niño). JZn lo sucesivoVel niño d eb erá c o n tr o la r sus
deseos y liuccr la diferencia entre* el p en sar y el actu ar. Apremie
a a ctu a r en nombre propio, lo'cdul con stitu y e su identidad de
sujeto en el grupo social. Su responsabilidad queda co m p ro m e
tida en sus conductas. Se siente obligado a ella p o r sí mismo,
a riesgo de perder las apariencias a sus propios ojos si no es
amo de su deseo y si actúa p or efecto de impulsos (pie lo aco
meten sin que com prenda sus motivaciones.
A p a rtir del m om ento de la castración edípica, el niño debe
saber co n scien tem en te, en la realidad, que su deseo, en lo que
tiene de genital — com o el de todos los seres humanos, adultos
y niños, sin distinción tle raza ni edad— , así como el placer
ile la intimidad cuerpo a cuerpo sexual y de fecundidad con los
parientes cercanos, le están vedados definitivamente y para
siempre. Debe ren u nciar a sus prim eros objetos heterosexua
les y homosexuales, padre, madre, abuelos, herm an os, herma
nas. que son objetos incestuosos, como ellos mismos renuncian
también a la realización de sus fantasmas sensuales a su res
pecto. Ahora bien, preciso es saber, y todo niño lo siente, que
lt> t¡ue le luí sostcniilo no es si no nn fin in cestu o so , tlurnnle
todo el tiem po tía su p ro m o ció n hitmcmizaeiorti. Después de su
nacimiento, sus deseos y motivaciones estab an focalizados por
la madre, el padre y los parientes cercan o s. P ero ah ora desem
boca en tan glande angustia de rapto y de violación evisceran-
te. o de castración y asesinato, según su sexo, según la domi
nante pasiva o activa de sus pulsiones, según su ideal también
y los placeres sensuales esperados de ln receptividad o de la
emisividad, los dc la violencia de sus p ro pias pulsiones, que,
para sobrevivir, debe ren u n ciar a la e ró tic a y a la ética inces
tuosa de su narcisismo primario, lin e fecto , lo que hasta en
tonces caracterizaba la dinámica d e l 'd e s e o de los niños que
mezclan fantasma y realidad, era el ser sostenidos sil» saberlo
por su deseo incestuoso, dirigiéndose, sin saberlo, hacia la ex
clusividad ile 1 - deseo genital del padre del sexo opuesto, sin
renunciar por ello ni a su narcisismo fundam ental de sujetos
ni a su destino futuro de fecundidad c o m o individuos, v ■
Cuando, sin percatarse los padres, las pulsiones eróticas "in
cendiarias del niño obtienen satisfacción en un cuerp o a cu er
po que él se ingenia en conservar, ya sea con caricias o acbs:,
laudóse en su cam a, situación tan p e rtu rb a d o ra eróticamente;'
como los castigos corporales que él los fuerza a aplicarle,’., el
niño co rre el riesgo de una regresión y de no m an len er1.1Ia’:
¡ . - i l i c s i ó n entre la i t u: d e l cuerpo y el esquema corporal c o -
i t i .. ; diente a su ■■ esa cohesión " • le perm ite a la vez '
seguir siendo s u j c l o . i l c . s u bisturí,. y conqu.i.Mar su s tatu s (le
^ h u m a n o . - E s t e s ta t u s tic hum ano , las c r í a s de hombres lo ctfn-
‘ quistan n s em e ja n za de susfpadros. Pero no com p rciulcn rjnc la
única sem ejan z a h u m anizado ra es la aceptación de las leyes _
. ...que rigen el e je r cicio de las pulsiones en cl a c tu a r e n tre h um a
nos. Creen que esta sem ejanza liiminnizadora consiste en imi
tar, m im e tiz a r las m a n e ra s de los ad ulto s, co m o si los «chillos
in te rp re ta rá n un papel que ellos m ism os tienen que re p ro d u cir
p o r su cu cn taJ ¿ P r o c e d e r á e sto de las tra m p a s del lenguaje ver
bal p o r lo que tiene de estereotip ad o , a b arca n d o todos los roles,
y de la de los gestos de la civilidad?
Las palab ras p ro n u n cia d a s por los adultos son las m ismas
que las utilizadas p o r los niños, pero, siendo diferente su e x
periencia, no significan una vivencia de idéntico nivel. Sólo a
través de la imagen del cu e rp o que s u b y a cc bajo las verba liza-
d o n e s del niño (y que él nos p ro cu ra en los dibujos hechos en
sesión, y sobre lodo en los c o m e n ta r io s que formula a su res
pecto) es posible c o m p r e n d e r este fenómeno de ambigüedades
y malentendidos e n tre niños y ad ultos.” Hay millares de ejem
plos. Citemos sólo uno: «a m a r» p ara un niño en la edad oral,
es p o n e r en la boca co m o se hace con cl alimento; despuiis, a
p a rtir del destete, «a m ar» se significa no por el canibalism o
o la m o r d e d u ra , sino por su m ím ica, el beso. IJien ed ucad o, el
beso del niño se im pon e el h a c c is c silencioso, y el niño, utili
zarlo rilu a lm e n lc en familia. En cu a n to a los besos llamados
de nodrizas, aplicados n u d o s a m e n te so b re las mejillas o las
nalgas del chiquillo, ¿quién osa p e n sa r que son, para ellas y
ellos, tina alusión a los goces del can ib alism o al propio tiempo
que del flato que preludia a la d e feca ció n ? Otro ejem plo : me
a cu e rd o de una reunión mundana en que, tras h aber ido los
niños a s alu d ar a los invitados, dos de ellos in tercam b iaron sus
reflexiones: «Pues oye, la señora que llaman la peñérala, ¡cóm o
moja cu and o b e sa!» . Con toda natu ralidad , esta señora les ha
bía d ado un beso m o jado a causa de su dentadura. Pero un
padre h orro riz ad o re ac cio n ó : «¡C allaos, no sabéis lo que estáis
diciendo!». |Malicia de las p alabras! *
E n su lucha p o r co n s e rv a r a su m an era la sem ejanza con
el adulto, p o r co n q u is ta r su -status hum ano, e.l neurótico repri
m e las pulsiones no castrados da los diferentes estadios, sin
p o d e r ni actuarlas ni fantasma¡Í7.ai los, hasta aplastar con ellas
. a l d e se o m ism o. Ello constituye, a la vez,' su sufrim iento y su
dignidad.
Aquí reside tambiiín la d iferencia con las psicóticos, cuyn
29. Un niño (le octio años que lo ¡gnnrnha, Informado por su mndic
sobre In forma cu que había uncido, i emxhmi'i liorroi izado: «Nacer no
es decente, |sc tas ve todas desnudas!» (cíe).
* l l n i t c r , besar, se emplea vulpai iiiculc para denominar cl acl o so.tual
genital. [T.J
narcisismo yn no su fre tic ln ptti'didn 'ílé'ímh sem ejanza hum ana
concerniente ni placar ¡le nc/unr sus pulsiones. I’nrn él yn no
juega la tlislilición entra fattfasntalizar y / tensar , fnnlnsniatitar
y actuar en ln rcaliilnil. ’
Si por narcisism o, al producirse las diversas casi ra d o n e s el
niño renuncia a las maneras p rim e ra s di: goce: |>óia sa tisfa ce r
sus ]>ulsioncs, ello también se tlebc a que los limítanos adultos
son para él, cuando es pequeño, tina ¡utaRcn de til misino valio
so; digo bien: los adultos de am b o s sexos, antes tle la c a s t r a
ción p rim aria; después, el adulto modelo de un solo sexo. Cuan
do el niño se en cuen tra en la ca s tr a ció n edípica, la ¡m acen de
lo que-'él creía tener que devenir para afirm ar su identidad,
deja de ser la semejanza y ahora es una total identificación al
padre de su sexo, lomando su lugar, poderes y prerrogativas.
Advierte en tonces que, liasla ahí, se había encañado. A lo que
tiene <7mi, identificarse es a la identificación de la sumisión del
progenitor a la Ley, y no n ln iinn¡¡en del progenitor ni a su
m o d o afectivo de presentarse ante los otros y ante él m is m o .
Es de o tr o sujeto, castrado c o m o él en relación con sus
deseos incestuosos, tic quien el su je to niño debe recibir el re
conocim iento anticipatorio del valor e ró tico — a sus ojos m o
men tán eam en te eclipsarlo— de su cu erp o , de su sexo, tle su
persona, de su dignidad tle hombre o de m u je r en devenir: por
que, lia^n lo que h:\f>a, no puede cu m p lir sus deseos, hasta en
tonces incestuosos y para él inseparables eleI hecho tle a m a r a
sus padres o tle ser amado por ellos. Ya no sabe, ya no c o m
prende lo que es el p lacer de a m a r y de ser am ado.'
Ahora bien, la castración edípica so br ev ien e en ln vida de
los niños en el m o m en to de la cnitln de los dientes de leche.
Cuando se miran en el espejo se juzgan d esastrosos, y muy
a menudo se les dice: «¡Oh, qué feo estás a sí!».10
La caída de dientes en los sueños de adultos es una forma
imaginaria común tle la angustia de ca s tr a c ió n . La caída de los
dientes, esos dientes mediadores de las pulsiones orales activas
y sádicas, ha signarlo en el esquema co rp o ra l la aceptación
30. r.s necesario une alguien. \ajeno a ln familia. Ic asegure rpie 511
rostro y su persona siguen siendo capaces ilc despullar amor y deseo.
No ser c omo su madre para una niña, o c o mo sir p.iriic para un vairtn,
110 llegar a tener unn apariencia semejante a la de ellos, confiere al niño
.su SI al us de sujeto y le asegura que se convertirá cu el hombre o la
mujer que su nacimiento presagiaba. I-s i mport ant e explicárselo bien
(también eslo serta misión de la escuela); porque li'asla entonces, los
niños viven con la ilusoria esperanza de ser en el futuro una copia erarl a
de su inoileln. y esta esperanza ellos la han voleado en su iosU'0 de niño
o en sus conductas, siempre validados por el placer o el displacer que
suscitaban en sus padres. Abura es cuando se les puede revelar rl sen
tido a veces contradictorio que implica el l i m i t a r a S u s padics y ama r
los o ser amados' por ellos, cuando ama r no tiene, siim el sentido de
-gustar- [ " f n i r , : p t n t u i « \ a quienes uno ama. Sin la iiiteiMacMn de la
piobilnriúu de! incesto, g u s t a r * es ambiguo y puede i e' : . l ! ar perverso.
A44
✓
c d íp ic a , l;i m u t a c i ó n del n a r c i s i s m u p r im a r io en n a r c is i s m o se-*
c u n d a r i o . A n te s del 1£lIijjo. la re c u la c i ó n d c la e c o n o m ía libidi-
nal in c o n s c ie n te p o d ía s e r d e s c r i t a cuino u n a lioincusiasis e n t r e
el líl lo, el Y o y el Yu id eal, p r e s e r v a d a p o r un p r c - S u p c r y ó ;
e s t a e c o n o m í a se m o d if ica , p o r q u e el Yu ya 110 tiene Y o I d e a l :
un Ideal del Yo, que no e s tá r e p r e s e n t a d a pejr una p e r s o n a
e x i s t e n t e ; lia o c u p a d o el 'lu g a r del fm a a l c a n z a r que d a b a s o s
ten a las m o t iv a c i o n e s c o n s c ie n te s e in co n sc ie n te s del desiro. Si
su p e rs o n a c o n t i n ú a e x is tie n d o , c re c ie n d o , ya i i i j es p o r un pro-
S u p c r y ó e m p a r e n t a d o c o n la e n tid ad tu t e l a r que velaba p o r
c o n t r o l a r los a c t o s del niño y do la que él d e p en d ía . .Aliqra, es
un S u p e ry ó a r t i c u l a d o s o b re los fa n ta s m a s que el niño m i s m o
so c r e ó en el m o m e n t o de su deseo im po sible h a cia el o b j e t o
i n c e s tu o s o , f a n t a s m a s c a s t r a d u r e s u m o r t í f e r o s p a ra el v a ró n
(■*|la bolsa o la v id a !» ) , f a n t a s m a s de h o m b r e s r a p t o r e s de su
c u e r p o o tle v io la ció n e v is c e r a tlo r a tle su se x o p a ra la niña, vio
la ció n que p u e d e te n e r p o r e j e c u t o r a a una m u j e r c ó m p li c e tle
un h o m b r e . E s t e S u p e r y ó , h e r e d e r o in c o n scie n te a la vez tío 1
p r e S u p e r y ó y tle los f a n t a s m a s p ro v o c a d o s p o r la p ro h ib ició n
del in cesto , tiene el e fe c to tl m a m iz a d o r tle im p u ls a r al niño
a salir del c í r c u l o e s t r e c h a m e n t e f a m ilia r p a r a c o n q u i s t a r en
la realid ad s o cia l o b j e t o s lícito s, o m i s bien ,no. p ro h ib id o s a su
deset) a m o r o s o y s e n su al tle c o n n o t a c ió n g enital. Que este d e se o
no sólu no e s t á p ro h ib id o , sino que es licito y válido si no se
a p lic a a la p e r s e c u c i ó n de o b j e t o s in c e s tu o s o s , lie' aq uí lo q ue se
d e b e v e rb a li z a r a los niños.
A e stas c o n q u i s t a s que los valorizan fr e n te a los v a ro n e s y
c h ic a s tle su e d a d su a p lic a r a n los añ os tle lateuoia en los niños
(pie han r e c i b i d o la c a s t r a c i ó n . I.a a d o le s c e n c ia , c o n el e m p u j e
fisiológico de la p u b e r t a d , relanza el tleseo en sus m a n i f e s t a d o - ' ,
nes a nivel de los g en itales y tle los a fe c t o s tle a m o r p o r o b je-'i
los d e sea b le s, lisio c o n f ir m a , re f o rz á n d o lo , el n a rc is is m o secun-
dai io que in cila 'al m u c h a c h o o a la jo v e n c jta a v a lo r iz a rse en
s o cie d a d : a la vez p a r a -r e fo rz a r su propia im agen y p a ra c o n
q u i s ta r el d e r e c h o de un e n c u e n t r o c u e r p o a c u e r p o c o n el
o b j e t o de a m o r , tr iu n f a n d o so b re los rivales, liste fa n ta s m a
tle salir e x it o s o en c u a lq u ie r ev en tu alid ad tle relació n a m o r o s a
y sexual n o in c e s tu o s a so stie n e el n a r c is i s m o s e c u n d a r io tlel
s u j e t o a p a r t i r tle la fase de latencia y m á s aún d espu és tle la
p u b ertad .
Asi pi t es , es la b a r r a b i e n p u e s t a p o r el p a i l i e y la m a d r e s o
b r e i:l d e s e o ele s u h i j a o h i j a c u m a i n c e s t u o s o lo t¡ue l i b e r a las
e n e r g í a s l i b i d i n a l c s i lel n i ñ o p a r a s u v i d a l u c r a d e la ¡ ( tmili a.
lista p roh ib ic ió n , a la que ellos d e clara n e s t a r s o m e tid o s la n ío
c o m o el niño > un tiem p o en n o b le ce al niño y lo biloca cu el
misino nivel ie tod o s los ; ^ ■•t.ulanos. I.e p erm i: :1 libre juc-
|;o i l e s u s I s i . - u e S e n Só i . i c - a p a r ti r d e l 1 1 ■■n.nlo en que
Si: ex; .esa tluillro d e las r e r l . i . . ¡ e s i l t : e s 1 . m o m e n t o los ju e g o s,
~ con sus reglamentos, pasan u se r iii^torianlisiinos;, y también
la aceptación de que el juego es m u ch o más divertido si no se
hace tram p a, aunque a vecijs 1 1 0 g an ar sea terriblemente duro,
cu ando resulta que bien la* suerfé, bien la destreza, liaceu que
el que gana sea el otro. E slo sé m a n ife sta rá aun cíe otra m a
nera. El p lacer se dirige hucia..el esfuerzo, el trubaju, el apren
dizaje de lodo lo que permite -entender el inmuto, lua pursunus,
las leyes naturales, las leyes del c o m e rc io entre los hombres,
y lodo lo que valoriza al niño entre los de su misma edad, que
ah ora son para di mucho más im p o rta m o s que papá, m amá,
h erm an o s y hermanas. Aquí es im p o rtan te que papá-mamá so
porten el hab er perdido runcha de su im portancia para su hijo.
Si "quieren enseñar a su hijo el respeto que éste les debe, sólo
lo conseguirán liándole cl ejemplo tle re s p e ta r su persona. Su
hijo, en cualquier caso, noWes «debe» nada. El (o ella) — una
vez convertidos en padre o m a d re — harán a sus hijos lo que
sus padres hayan hecho por él (o p or ella).
Si, en cambio, lus padres reivindican, en el período de la-
leneia y más aún en la adolescencia, una deuda de a m o r y de
reconocimiento, hay perjuicio para su hijo; y, por los efectos
a largo plazo de esta culpabilidad, perjuicio para sus nietos.
Ciertos padres pervertidores hablan sin c e s a r de los sacrificios
que habrían hecho por sus hijos: estos «sacrificios» son inhe
rentes, en realidad, a su responsabilidad de padres, y no gene
ran por tanto ninguna deuda de sus hijos a su respecto.
El periodo de lalencia com p ren d e p rim eram en te una lateri
cia fisiológica. El volumen de las zonas genitales, proporcional
mente tan importante en el recién nacido, co m o lo es la cabeza
en relación con el cuerpo, sigue siendo el mismo para el cuerpo
ile una niña o varón de ocho o nueve años. El empuje púbera],
acom p añ ad o por el rápido desarrollo de los órganos genitales
y de los caracteres secundarios de la sexualidad, trae nueva
mente a lo imaginario las representacion es del deseo conocidas
en el m om ento cíe la inminente c a s tra ció n edípiea: com o si «51
y la adolescente tuvieran que revivir en unos pocos días o se
manas las etapas significantes de su evolución desde la infancia
hasta el Edipo.
Las aptitudes tecnológicas y culturales, adquiridas durante
el periodo de lalencia para el placer narcisista y tam bién, en
ocasiones, para triunfar sobre un o una rival, se reestructuran
y se uricnian hacia lo que llam an vocación. Es el deseo de
niela más lejana de consagrar sus fuerzas o de arm arse para
desem peñar un papel en la s o c i e d a d . «Salir» es la palabra m á
gica de los adolescentes.
D esearían asu m ir sus n ecesid a d es y vivir fuera del hogar fa
m iliar, no sólo para e sta r d is p o n ib le s y ser liares tle ft c r u e n t a r
am igo* i su sexo y del sin v i g i l a i ¡c:.\ ¡>o tam bién '>ara
ton le en la v i l l a c i v . . a y s u c i a l . E! del ti a b a j o •
165
'«■Att vK I rn%l/lf\
>bicnido,^sca .«atrvf
cual ri »
■'I t i i f e ' á ? » 'N & ífeiw & f«
«•¡csfucr^ ííV -
- « . . l.* l > V- A\^M **VRn . “. . • • » . • ■* • • # * i'» » r < - A i » 9l A . ' v - m - I .. ■_ v . * . .. . — - * T
con-
■ • •< i «. f. . ,. t ., ( ? . I.«Ü:
■ .: : -; •portan íc’ clcscmp7có'5véi<iiflcií! tÍriíiiíAtícji^ p ara los jóvenes, y mu- i*ft
... . * ’ ■ ellos reg resan p o r ‘erió-'a'VriV^tTarcisif nio^firejjoniláL-Lsi iinposi- [ S
' bilitlad ilícita d c ^ c s a i p n r ín‘í.lo s?iiatlrav g ah sn K l» dinero con el j, /
*J' ' ,:x"propio* rrabSjo^o’ciavá-ei’ sc.nlifló d c 5lá vida in liercn lc a las pul- !
siones genitales, y c o n t r a d i c e las pulsiones -anales del h a c e r que
’ . valorizarían at a d o lesce n te 'c u t r e los ule Sin ed a d si en contrara
■ trabajo . E sto exp lica ren gra n ..p a rte ó la .p e q u e ñ a delincuencia
juvenil que p a re c e ge n e ra liz a rse , y tradu ce las difíciles,circuns-
laneias que atraviesa nuestra; ju v e n tu d . ¿C ó m o d isponer de di
nero para vivir b ajo un lecho personalizado y p o d e r llevar a él
al objelo deseado, vivir de a «los, en p areja, si no es posible
tr a b a j a r ? ¿C ó m o o b te n e r el p la c e r necesario p a ra c o n s e rv a r el
propio narcisism o si sólo e stá n autorizados los ^deseos pasivos
— de paciente e sp era — , cu an d o no hay trab a jo ? El deseo pasivo
no h o nra al v aró n que quiere c o n q u is ta r a una jo v e n cita , y tien
de a privilegiar la m e r a a p arie n cia a t r a c t i v a 'e n 1é sta. Los deseos
pasivos articulados con las pulsiones pregenilales, por ejemplo
el erotism o olfativo, son el pegam en to, el é l c r y, más ca ra , la
co caín a; el ero tism o oral es b eber, la d ro g a; el e ro tism o anal,
la imaginación falsam en te c re a t iv a en vacío, y m u ch o s son los
jóvenes sumidos en e sta s reg resion es pasivas.
Felizmente, hay aún .posibilidad de utilizar pulsiones activas, ’
socializadas: la m ú sica, el baile, el a m o r y el d escubrim iento
tle la naturaleza, los d e p o rte s ; pero esto tam bién c u e sta dinero,
y de alií la e n o rm e dificultad a clu al, incluso p a ra jóvenes que
han pasado las h o rca s candirías de las diversas c astrac io n e s y
que han sido hum anizados p o r la educación, pero que al llegar
a la adolescencia se en cu en tran sin intereses cu ltu rales ni es co
lares y, jóvenes adultos ya, viven en medio de una dificultad
social que no les p erm ite a s u m ir su propia subsistencia ni su
desarrollo sexual, co n el sentido que les daría fo r m a r pareja,
aun parejas transitorias. Ahora bien, la regresión de las pulsio
nes activas anales, con la angustia fie la desesperanza, conduce
a la violencia.
IM
>■*■ '-■* \.r •• • ’ ...ü", ;
- i r ' : ; - i - t; ¡ . fgp. «!«| j t ü j i j t i .ji-.i i , u ,n
tü:*'i-Sfer¿; *«Y Y , f o Y k-'n - 1 " , v''
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vH .» t p : , ' .. .ti. tjj . ji. ií . - -> .(v ¡o -. • «u <j S.uit! ti«f
Va rt’ .i.t 1 *|r.í.*.« » I I..'; , f. J •,
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escen ario, en el m a n te n im ie n to de los recu erd o s c o n tr a la natural
e ro sión del olvido, en la b ú sq u ed a de significantes de q ue nada ha
ca m b ia d o .
Referencias bibliográficas
L íi g é n e s is c id in c o n s c ie n t e
L a f u n c i ó n tic la i g n o r a n c i a , a l
Sara Paín
10 6
Capítulo IX
I3.
1(37
definible según las m o d a li d a d e s p ro pias d e l u n c io n a m ie m o , le n u ria n
t o d o s una legalidad ú n ica q u e sería 1 ; ' " e n d e u d a c o m ú n a la
reequilibración e c o n ó m i c a , y p o r ende un e ^ u d o también d e desequi
librio original, ju s t if i c a d o p o r la term o d in á m ica . Solo que' n o es
evidente q u e los f e n ó m e n o s tiendan hacia el equilibrio, sino q ue m á s
bien lo e n c u e n t r a n c o m o u n a cc id e n te en el p ro ceso de tra n sfo rm a
c ió n . P a re c e r ía m á s bien q u e , a pa rtir d e un desorden m í n im o , se
p r o d u c e un d e so rd en máxinv¡), o sea una c a tá s tro fe , no ta n to para
volver a un e stad o d e equilibrio sino para pasar a o tr o estad o, c u y a
a p arien cia equilibrada n o es m ás q u e ignorancia.
E l p ro ceso d e ap ren d izaje es un p ro ce so q ue se genera en la
inquietud .y la en gen d ra. L a multiplicidad y la polivalencia de los
diversos sistemas q u e se co n ju g an en el aprendizaje g arantizan ese
esta d o de inquietud p e r m a n e n te , pues no es probable que to d o s los
ó rd e n e s in tcrvin icn tcs a lca n ce n un mismo estado de equilibrio al
m ism o tiem p o .
E l ap ren d izaje p u e d e definirse de una m an era m u y general co m o el
p r o c e s o d e tran sm isión del c o n o c im ie n t o . N o hay, p ro p ia m e n te
h ab la n d o , a u to a p re n d iz a je , pues las e stru c tu ra s m entales no a c tú a n
en cl v a c ío . P o r v a c í o se entiende aq u í esa ausencia del o tr o p o r
d o n d e el bebé a b a n d o n a d o d esap arece. El bebé que juega a m o v e r sus
m a n ilo s d elan te d e sus o jo s no h ace m á s q ue co n tin u a r el esp ectácu lo
inte resan te que le o f r e c e el adulto al a te n d e r a su higiene, y si es
so rd o ese ju eg o no e stará a c o m p a ñ a d o p or el gorjeo c o n el q ue el
o y e n t e se c o m p l a c e en r e c r e a r el p a rlo te o m a te rn o .
P u e d e haber, en c a m b i o , a u to d id a c tis m o , p o r el cual cl sujeto se
tran sform a en su p ro p io m a e s tro o se da a sí mismo las co n d ic io n es
de e x p e r i m e n ta c ió n q u e le p erm itirán saca r conclusiones. P ero
e n c o n tr a r e m o s siem p re, en la base de tales actitu d es, un p ro ceso de
id en tificació n c o n o t r o ca p a z de servir de m o d elo p erm an en te de
posibles i n te rc a m b io s co g n o scitiv o s, y al cual el sujeto reto rn a para
legitimar los aprendizajes q u e p o r esta v ía pudiera haber co n clu id o .
E l térm in o ap ren d izaje no a b arca rá aq u í los c o m p o r ta m i e n t o s
p ro d u c id o s p o r la c o o r d in a c i ó n de c o n d ic io n a m ie n to s, tend ien te a la
a d a p ta c ió n de u na m o d a lid ad innata a las variaciones am bientales, ni
a los m e c a n is m o s p o r los cuales un m ie m b ro adulto de una especie
estimula a un m iem b ro m ás joven para el e n tren am ien to de una
c ap acid a d esp ecífica. S olo será usado en cl sentido estricto de la
IOS
organización o p c ' ^ r i a d e un có d ig o , esto es, las reglas p o r las cuales
■ se puede generar ».0 nificado. A p re n d e r a usar los c u b ie rto s , a p ren d er
a hablar, ap ren d er a calcu lar m e d ia n te n ú m e ro s son ejem p lo s d c esa
transmisión de c o n o c im ie n t o . '»•
E n el ser h u m a n o los c o n te i i id o s ^ c o n c r e to s a d s c rip to s a las
estru ctu ras de c o n o c im ie n t o son m ín im o s y la gran m a y o r í a de las
| m odalidades d e c o m p o r t a m i e n t o s<J adquieren a través del aprendizp-
; je. A sí, un caballo cam in a desde q ue n ace, y la torp e za q u e a p a re ce
j en un principio es ráp id am en te superada p o r una c o o r d in a c i ó n dc
; m o vim ien to s ya p ro g ra m a d o s ; el c a c h o r r o h u m a n o , en c a m b i o ,
: “ ap ren d e”' a cam in ar, p o rq u e los m o v im ien to s d c los p ro g e n ito re s
| sosteniendo al niño d c pie y h acién d olo b alan cear su cesivam en te de
: u na a o tra pierna c o n s t i tu y e n un aprendizaje cu y a carencia d e m o r a y
1 deform a la m a rc h a e re c ta . L a am pliación d e la base de su s te n ta ció n y
la tendencia a inclinarse para disminuir el riesgo dc ca íd a sellarán la
m odalidad de la m a rc h a de los niños sem iab an d on ad o s, q u e están
' obligados a te ntar la m ovilización a imagen d e la m o viliza ció n adulta,
1 sin m a y o r ay u d a para realizar los p rim eros d esp lazam iento s.
¡ Puede hab er ev id en tem en te una sub stitu ción del e s t í m u lo que
j actú a para d esen caden ar un reflejo prim ario (s u c c ió n , p arp ad eo,
m u e ca de sonrisa) a la m a n e ra de los reflejos c o n d ic io n a d o s , pero el
i aprendizaje no se c o n s t i tu y e p o r la simple co o rd in a c ió n d c c o n d i c i o
nam ientos p e rfeccio n ad o s, sino q u e los tran sform a en c o m p o r t a m i e n
to s significantes, utilizables en un o rd en virtual. E v c n tu a l m e n te
; algunos reflejos neo-natales, c o m o el de Babinski. d esap arecen , sea
i p orq u e c o n stitu y e n tan solo residuos atávico s, sea p o rq u e el e n to rn o
I n o les confiere ninguna o p o rtu n id a d de e n tr e n a m ie n to .
E l aprendizaje es siempre un a c to de trasvasam ien to de c o n o c i
m ien to , y ese c o n o c im ie n t o es siempre de o t r o . N o se p u e d e ap ren
d er algo que no sea para o tr o algo sabido. Para a p ren d er a abrir y
I cerrar u na p u erta, la p u erta d ebe estar ya allí y alguien debe
manipularla. El girar de la puerta sobre sus g ozn es para e f e c tu a r el
desplazamiento circular pu ed e ser interp retad a p o r un nifio y aplica
da p or él a la c o n s t ru c c ió n de algún móvii. E s evidente, sin em barg o,
! que este niño no inventa ni a nivel te ó rico , ni a nivel p r á c t i c o un
p ro ced im ien to té c n ic o -c ie n tífic o q ue la h u m an id ad n ece sitó b astan te
tiem po para p o n e r a pu n to .
C u a n d o un adu lto o c u lt a fren te al b e b é un ob jeto o lo desplaza de
u n lugar a' o t r o , m o n t a un e s p e c tá c u lo c o m p l e ta m e n t e d istin to al que
se p r o d u c e cu an d o el n iñ o se desplaza en brazos del a d u lto , aunque
h a y a t a m b ié n en este caso un c o n ti n u o m o v im ien to y o cu lta m ie n to
m u t u o d e los o b je to s en tr e sí. E n el p rim e r caso el ad u lto tapa un
o b j e t o y sabe c ó m o se hace1’; es este saber y Ia‘ inten ció n q u e anima el
a c t o lo q u e va a p erm itir al b eb é seguir los m o v im ien to s e in terp retar
su s resu lta d os. E l h e c h o de p o s e er la estru c tu ra -e stru ctu ra n te idónea
p ara e lab o rar la ex p e rie n c ia es fu n d a m e n ta l para que la interp reta
c i ó n ten g a lugar, pero no es suficiente para generar p o r ella misma el
e s p e c tá c u lo original.
L a s e stru c tu ra s h abilitadas en el sujeto le p e rm ite n aprender
aquello q u e es c o n o c id o y a p o r la especie. E l caso ejem p lar es el del
lenguaje: el niño posee u na e stru c tu ra gramatical que le perm ite
r e c o n o c e r rá p id am en te en la lengua m a t e r n a las m o d alid ades singula
re s d e la exp resión de las c a t e g o rí a s más generales. P ero sin el
ap ren d izaje de esta lengua en la cual la estru ctu ra se ha plasmado
h is tó ric a m e n te , t o d o uso del lenguaje es imposible. E l lenguaje;
e n to n c e s , no se ap ren de, sino que se p osee: Sin e m b a rg o , sus reglas
n o p u ed en ser deducidas sino a p oste rio ri y a través d e las lenguas
c o n c r e t a s sobre las cuales se interesa la lingüística. L a lengua, en
c a m b i o , es necesario ap ren d erla del q u e la c o n o c e y la em plea.
P u e d e argum entarse q u e es lógico q u e u n a lengua d e b a aprenderse,
p u es se tra ta de una c o n s t r u c c ió n h u m a n a , en t a n t o que los
fe n ó m e n o s p erceptibles no d eb erían te n e r que pasar p o r el aprendiza
j e , en el sentido de c o n o c im ie n t o tran sm itid o . A sí, p o r ejem plo, que
los o b je to s se caigan de arriba hacia abajo es una co n clu sió n que el
niño p o d ría sacar sin ay ud a de o t r o q u e ya sabe. P ero no es evidente
q u e en las experiencias esp o n tán ea s de c a íd a el bebé p ueda seguirla
t r a y e c to ria y verificar q ue el o b je to c a í d o es el mismo que el objeto
en su lugar de origen. Es necesario q ue el niño c o n s t a t e las idas y
venidas del objeto en m a n o s del ad u lto y que luego lo arroje una y
o tr a vez para que el ad u lto se lo alcan ce. El niño co m p ren d e KT
c o n s e r / a c i ó n del ob jeto a través de la reversibilidad de la trayecto ria
y la permanencia del sen tido de la tray e c to ria a través de la
p erm an en cia del objeto c a í d o , p-=:ro para ello necesita un iníerme-
el t r a y e c t o que va del “ p u m b a” al
1 iü
El co n o c im ie n to del o tr o no es so la m e n te del o tro p o rq u e es o tro
el q ue lo posee, sino p o rq u e en el aprendizaje este o tro es c o n o c id o o
p o r lo m e n o s re c o n o c i d o co m o ,.p oseéd o r de saber. Así, no solam en te
no se aprende d e la simple experieh'cia so b re las cosas si no hay un
intermediario o un testigo, sino que el su jeto estará más o m en o s
dispuesto á adquirir el co n o c im ie n to del o t r o en razón del grado jde
confianza que le m erezca. En general, los niños pequeños dan m u y
p o c o crédito al saber de sus pares, p ero con vierten en m o d e lo a
im itar los c o m p o rta m i e n t o s de un ch ico m á s grande.
Volviendo a la definición de aprendizaje co m o “ el p ro ce so de
transmisión de c o n o c im ie n t o s" , p o d e m o s am pliarla u b ican do los dos
polos entre los cuales se p ro d u c e la tran sferen cia de saber: uno está
con stitu ido p o r la instancia del o tro del c o n o c im ie n to , o sea aquel
q ue sabe, y el segundo está co n stitu ido p o r la instancia del sujeto del
co n o c im ie n to , quien va a devenir tal precisam ente a causa de la
transmisión, pues to d o c o n o c im ie n to , au n q ue sea de un saber que se
refu ta, instaura u na sujeción a una cu ltura, entendiendo p or cultura
una peculiar m odalidad de con stru ir la realidad hum ana.
El c o n o c im ie n t o , q u e co n stitu y e el p atrim o n io del o t r o , no puede
ser heredado p o r el sujeto de golpe y en bloque. Se lo adquiere a
través de u na elaboración con ju n ta def q u e enseña y del que aprende.
Y cu an d o d ecim o s “ el que enseña” , no nos referimos al m aestro
solam ente, sino a cualquier interm ediario, formal o informal, perso
nal o impersonal, que sea cap az de vehiculizar una forma de saber.
T o d o c o n o c im ie n to se transmite e n to n ce s a través de una e nseria,
término q ue es a la vez a p ó c o p e del de enseñanza, p ero que
preferim os p o rq u e subraya el ca rá cte r de ejem plo, emblema, m u estra
o señal que tiene tod o tipo de c o m p o r ta m i e n t o con res p ec to al
c o n o c im ie n to del cual deriva.
O bligatoriam ente, la enseñanza tran sm ite e! c o n o c im ie n to de una
manera parcializada y discontinua. La relación que hay entre estas
dos instancias es suficien tem en te ambigua co m o para que la ignoran
cia se infiltre en el intervalo. No se tra ta simplemente de la ,
transmisión de co n o c im ie n to s falsos, sino de la dotación de enseñas [
que transmiten c o n o c im ie n to s diferentes de aquellos que supuesta
m ente representan. A sí, p o r e j e m p l o , se supone que el m aestro
enseña la m a te m á tic a . Es verdad q u e la enseña: da de ella una
muestra. En prim er lugar p o r q u e elige u n a d e las posibles m an eras de
de base diez, luego p o r q u e elige un m é t o d o de cálcu lo , una serie de
p ro b lem as a r q u c típ ic o s y los sintagm as .sinos que describen las
o p e r a c io n e s a efectu arse ( “ pedirle al c o m p a ñ e r o ” , “ llevarse” ). Y ni
siquiera p o d em o s decir q u e en to d o s los casos se tra ta de elecciones,
pu es están m ás bien a su m id a s c o m o p a rte de un ritual q u e co n fiere al
co n o c im ie n t o transm itido el c a r á c t e r de ab so lu to, p resen tan d o el
sistema decimal de n ú m e r o s e n te r o s c o m o “ n ú m ero s n aturales” . L a .
ilusión de absoluto del c o n o c i m i e n t o que se im p arte está sostenida
p o r la falta de in fo rm a c ió n a ce rca de có m o tales c o n o c im ie n t o s se-
c o n s tru y e n : así un m a p a es o fre c id o al niño sin ninguna referencia al
q u e h a c e r del c a r tó g ra f o , de m an era q u e uno de ellos p u d o ex clam ar,
frente a un m apa del siglo X V I : “ ¡C ó m o ca m b ió el m u n d o desde
e n to n ce s ! ” Le fue m ás fácil pensar que la forma del co n tin en te
p o d í a cam biar, y no la fiabilidad en los geógrafos. De la misma
m anera los p rofesores d an la cifra que co rres p o n d e a la altura de la
m o n ta ñ a sin asegurarse q u e sus o y e n t e s en tien d en la frase “ sobre el
nivel del m a r ” y có m o es posible p on d erarlo en cualquier p u n to de la
tierra. P or eso la m a y o r p a r t e de los ch ico s que c o n te s ta n “ bien” al
cu estio n ario piensan q u e se trata d e la longitud de la ladera, pero esto
es el m aestro el que n o lo sabe. En el nivel universitario, co m o cada
cá te d ra re c o rta el c o n o c i m i e n t o c o m o le conviene y lo enseña co m o
un to d o sin pon er d em asiad a ate n c ió n en las fro n teras y en las
su p erp osicion es con o t r a s “ m a t e r i a s ” , el resultado es un m o saico mal
en sam b lad o, 1 1 1 1 archip iélago de ideas sin tráfico en tre ellas. El
aislamiento evita las c o n tr a d ic c io n e s .
Un estudio sistem ático de cuáles son los c o n o c im ie n t o s - y , por
ende, las ignorancias— tran sm itid o s a través de las enseñas está toda
vía p or hacerse. No se tra ta so lam en te de la denuncia de la ideología
que impregna toda a c c ió n e d u ca tiv a , sino de la fu n ción y los mecanis
m os propios a la c o n s t r u c c ió n de enseñas y a su ritualización. Pues si
la elabo ració n del c o n o c i m i e n t o se realiza p or un esfuerzo de cons
tru cció n de una objetividad c o h e re n te , al volverse enseña re to m a los
co n te n id o s sim bólicos a b a n d o n a d o s o reprim idos. B aste p e n s a r e n la
enseñanza de la resta, ejem p lificad a altern ativ am en te c o m o “ sustrac
c i ó n ” (se saca) o c o m o “ d iferen cia” , d on d e pedirle “ u n o ” al
“ c o m p a ñ e r o ” porque “ 1 1 0 se p u e d e ” co n vierte un 5 en un 15, aunque
lógicam ente si se pide “ u n o ” de b e ría resultar un 6. Y si se trata de
112
“ u n o ” y no “ u n ? ” T o d a esta av en tu ra d e lo arbitrario que irracio na-
liza una o p e r a c k ló g ic o -m atem átic a p o r e x c e le n c ia d e b ería p o n e r
n os en la pista d e la complejidad y d e la originalidad de la en señ an za,
co m o m ecanism o d e perversión en .la tran sm isió n . L a ideología es en
to d o caso un e f e c to d e e stru ctu ra, fn icn tras q u e aquello q ue el
co n o c im ie n to vehiculiza está más c e r c a d e la n oción de “ m e n ta li
d a d ” , q ue M. V o v ellc ( 1 9 8 2 ) define p a ra la historia, pues u na
'm e n ta lid a d se fo rm a y es su ccp tib lc de transmisión a través de
c o m p o r ta m i e n t o s y discursos precisos.
A u n q u e h ay cie rto s c o m p o r ta m i e n t o s , so b re todo dirigidos a la
jov en g eneración , esp ecíficam en te p ro p u e s to s co m o enseñas, t o d o
aquello que u n sujeto realiza se vuelve en señ a p a r a otro sujeto, y c a d a
ser h u m an o es un ejem plar de la esp ecie. L a te n d e n c ia a ed u car es un
equivalente funcional del instinto, n o p o r c ie rto a causa de sus
m e d io s o de sus objetivos puntuales, e m i n e n t e m e n t e culturales, sino
p o r la función que cum ple en la r e p r o d u c c i ó n de los individuos
p arecid os a sus an cestros. E n e f e c to , el c a c h o r r o humano viene al
m u n d o d esp o seíd o de c o m p o r t a m i e n t o s e s p e c íf ic o s que le p e rm iti
ría n r e c o n o c e r y e n c o n tra r sus a lim e n to s , c o m u n ic a rs e , co n stru irse
un abrigo y hasta e n c o n tra r la pareja q ue 1c conviene. L o s escaso s
im pulsos de defensa territorial y sus p o b re s a r m a s de re c o n o c i m ie n t o
o lfa to r io van a atrofiarse rá p id a m e n te p o r tra ta tiv a s co n ciliatorias y
p o r los p erfu m es-d e to c a d o r. L a p o b r e z a d e co n te n id o s previos está
largam ente co m p e n sa d a p o r la e n o rm e c a p a c id a d de elaboración de
signos que posibilitará ráp idam ente r e c o n s t r u i r u n universo de signifi
c a c ió n co d ificad a.
Es evidente q u e la falta de c o n te n i d o s p rev io s estables es cau sa y
e fe c to de la h istoricidad h u m an a. A s í, un lenguaje universal in scrip to
en los c r o m o s o m a s no p od ría a d e cu ars e a los cam b io s culturales, ni
sería su ficien te m e n te plástico para dar c u e n t a de las nuevas s it u a c i o
nes, ni p od ría cum plir su fu n c ió n d iferen cial entre cu ltu ras e
individuos. Si el h o m b r e naciera, c o m o el h o r n e r o , c o n una s e c u e n cia
posible de m o v im ien to s y r e c o n o c i m ie n t o s te n d ien tes a c o n s tru ir su
albergue, la multiplicidad de a rq u ite c tu ra s ad a p ta d a s a las n eces id a
des del clima, de la ép oca, de la técn ica y hasta del capricho cr e a tiv o
no ten d ría lugar. D otad o de in stru m en to s inteligentes que p osibilitan
la acu m u lació n de experiencia de g en eración en generación a través
1 13
del aprendizaje, la historicid ad es posible, así c o m o la diferencia a
través de la cual el c o m p o r t a m i e n t o de un sujeto se vuelve significan
te del lu g a r h is tó rico q u e o c u p a .
C u a n d o d ecim o s q u e el p ro ce so de aprendizaje es el equivalente
fun cion al del instin to, no n o s referim o s al instinto de conservación,
c o n el cu al c o rri e n te m e n t e las actividades cognitivas han sido c o n e c
tadas. C o m e r c o n cu ch illo y ten e d o r nada tiene q ue ver con la
necesidad d e alim e n tarse , sino q u e se presenta co m o una modalidad
de a lim e n ta ció n q u e, en sí, no engorda. L o s h áb itos alim enticios no
tienen t a m p o c o nada q ue ver c o n la salud, de m a n e ra que ni los
h orario s, ni la c o c c i ó n , ni la sucesión de los p lato s, ni la p ostu ra que
se a d o p ta para c o m e r son las m ás ad ecu ad as para el fu n cion am ien to
del o rg an ism o , incap az d e r e c o n o c e r las sustancias q ue podrían
en ven en arlo. E l a rte cu lin ario , que hace del h e ch o de c o m e r un placer
y un lujo, no sirve para co n se rv a r al sujeto sino para rep ro d ucir la
especie y se r e c o n o c e j u s t a m e n t e en tal o cual m an era de co m e r.
E l sujeto q u e “ c o m e c o m o la g e n te ” será r e c o n o c i d o p o r su grupo
de p e rte n e n c ia c o m o u n o de sus pares, y el grupo será a su vez
i d e n tificad o , entre o tr a s cosas, p o r sus h áb itos culinarios.
E l aprendizaje, ligado estre c h a m e n te a la r e p r o d u c c i ó n de sujetos
sem ejan tes, entra co m o p ro ceso en la esfera de la sexualidad. No
basta e n to n c e s re p ro d u c ir un organismo m o r f o ló g i c a m e n t e idéntico
a p to para u n fu n cio n a m ie n to “ h u m a n o ” : es necesario reproducirlo,
tod av ía, c o m o sujeto d e u na cu ltu ra , esto es, sujetarlo a los m and atos
de la cu ltu ra . El m ie m b ro d e la especie h u m an a no es reco n o cib le por
su m o rfo lo g ía , sino m ás bien p o r su p articip ació n en un sistema de
c o m p o r ta m i e n t o s significantes que co rresp o n d en a un código c o n s
truido h is tó ricam en te . T ales signos no están inscriptos de antem ano
en el equipo g e n é tico , sino que tienen a su vez q ue ser recon stru id os
p o r m e d io del aprendizaje.
L a en señanza, au n q u e cu m p la una fu n ción instintiva, no escapa a
la carencia de signos e sp e c íf ic o s para la a cc ió n , definitoria de la
m o dalidad instintiva en el h o m b re . E s decir que para que un adulto
enssf.e, este acto tie n e , q ue estar co d ificad o a través de acciones
p a v ic u la re s y v alorizad o d e n tro cid universo de una cu ltura. L a carga
eme cío nal d ep ositad a en el h ech o de tener un hijo o una hija y de
h acer de estos seres personas serr.-rjantes a los d em ás m iem b ros de la
sociedad a la cual s.=; p e rte n e c e o la cual se tiende es elaborada en
1i4
1 forma m u y distinta según la cultura de q u e se trate y de acuerdo con
las funciones asignadas a la mu.ternidad, a la p aternid ad , al padrinaz
go, a la t u t o r ía , al p re c e p to r a d o ^ ‘■a las d e m á s modalidades en las
i cuales se rep arte la responsabilidad social de la rep ro d ucción.
S egu ram ente cie rto s sen tim ien tos m u y generales de regocijo y de
' angustia an te el bebé recién n acid o, co m o la alegría qu'e provocan sus
| primeras respuestas p ro p iam en te h u m an as, tienen que ver con una
dim ensión narcisista que está en la base de la significación de la
legitimidad y de “ ser parecido a ” que define al niño desde el primer
: m o m e n to . P ero es evidente también que esa ansiedad difusa no tiene
! c o m p o r ta m i e n t o s precisos prefigurados, sino que está canalizada a
' través de una serie de rituales de higiene, de juegos, de una fonación
! p articular, a través de los cuales el bebé p u ede realizar sus capacida-
¡ des inteligentes.
T a n to en la co n stru cc ió n d e la enseña com o en el proceso
' individual de aprendizaje intervienen c u a tro niveles básicos de elabo-
! ració n , a saber: el organism o, el cu e rp o , la o rgan ización inteligente y
I la organización simbólica. P o r supuesto que se trata aquí de una
i descripción psicológica, es decir que los asp ecto s intersubjetivos y
' so ciológicos se consideran ya plasm ados y significados en los niveles
diferenciables ca p a ces de inscribir c o n o c im ie n t o . Se trata en esta
! o casión de cen tra rse en el proceso de c o n s t r u c c ió n de un sujeto por
i la in term ed iación de o tro c o n c r e t o , que posee el código de interpre-
! tación del universo h u m an o. C om o este c o n o c im ie n t o (y la ignoran
cia que lo rasga co m o la ausencia que el enigma su p on e) es histórica y
' socialm en te posible, será el mo tivo de r e fle x ió n de la última parte de
' esta indagatoria sobre la función de la ignorancia.
El organismo puede definirse fu n d a m en talm en te co m o p rogram a
ción. L a sabiduría del organismo está integrada co m o una m em oria
asentada sobre la m o rfo lo g ía a n a tó m ic a de los distintos órganos. El
fu n cion am ien to se p ro du ce p or una serie jerarq u izad a e integrada de
' c o m p o r ta m i e n t o s d esen caden ad o s p or signos e.xteroccptivos e intéro-
ceptivos. Tales “ ce p c io n e s” se p ro du cen la m a y o r parte del tiempo
sin la intervención de la con cie n cia, y las reacciones orgánicas
producidas no son co n trolab les por el su jeto, ya sea el m o n to de la
adrenalina en la sangre o la ad ap tació n retiniana a la entrada de luz.
L o s límites de regí!¡ación del organismo están m arcad os por su propia
p ro gram ació n . Fuera de la cuai le es imprescindible demandar una
1 15
V
✓
con los significantes tra n sm itid o s p o r el cu e rp o exclu sivam en te,
in c o r p o ra d o s a la exp resiv id ad del sujeto, le perm itirán, cu an d o se
t ra te d e c o n o c i m i e n t o s tran sm itid o s im p erso n a lm e n te, tran sfor
m arlos eñ e s p e c tá c u lo in teresan te . E l placer de la lectu ra depende
j u s t a m e n t e de la posibilidad d e identificdrse c o n un a u to r apasionado
p ara ap ropiarse d e su t e x t o y rein terp retarlo h istrió n icam en te,
au n q ue se t r a te del t e x t o de un teorem a m a t e m á t ic o . Y no se tra ta
so la m e n te de la m o d u l a c i ó n del lenguaje, sino del entusiasmo que
p u ed e d e sp ertar la c o m p r o b a c i ó n exp erim en tal de una coincidencia,
c o m o la q u e c o n s t i tu y e , p a ra el triángulo, el p u n to d e intersección de
las diagonales, o para la divisibilidad, el h e ch o de que to d o s los
m ú ltip lo s d e 9 sean n ú m e ro s cu y a s cifras sum an 9 . L a co m p ro b a ció n
d e estas maravillas (y en to d a c o m p ro b a c ió n está el cu erp o que se
a fan a, que p r o y e c t a , q u e m id e, que palpita) a n te c e d e a o tr a dim en
sión, la del p o r q u é d e la necesidad de tales ca r a cte rís tic a s, d onde es
n ecesario c o n v e n c e r, es d ecir, triu n far p o r el arg u m e n to .
E l :c u e r p o ; c o n : e l cu al se apren d e es aquel q u e el espejo restitu y e,
n o para dar'/fó rm a al b ebé universal am ad o p o r sus padres, sino al
p e q u e ñ c ' q u cjd ú p lica .;e l; g e sto , de m an era q u e -e s p ropio porq u e es
a b so lu ta m e n te .‘ d o m in a d o p o r el sujeto. E s t e d om in io es especular
p u es e v id e n te m e n te es el c u e r p o el límite real del a ctu a r. E l h ech o de
q u e el c u e rp o sea a la vez el in stru m en to del aprendizaje y la imagen
y o i c a , le co n fiere u n p o d e r d e síntesis del ser y el saber, pues una de
las dim ensiones d e r e p re s e n ta c ió n del sujeto sería la d e la suma de sus
saberes, c o m o disponibilidad d e a cc ió n . L a relación entre la identidad
personal y la disponibilidad co rp o ra l se vuelve m u y im p orta n te en
p sico-geriatría, d o n d e estad o s confusionales re s p e c to a la identidad
vienen p re ce d id o s d e una falta de ad ecu ació n progresiva a las
lim itacion es p ro p ias d e la edad, hacien d o m u y difícil las adquisicio
n es de c o n d u c t a s c o n s e c u e n t e s c o n las co n d icio n es nuevas.
L a c o o r d in a c i ó n se n s o -m o to ra p ro d u c e un esquema virtual perm a
n ente que sirve d e paradigma de identificación de los objetos por
asimilación, c o n posibilidades de diferenciarlos en función de la
a c o m o d a c i ó n q ue tra n sfo rm a los esquemas ten ien d o en cu en ta las
e s e n c i a s de la realidad. L a co o rd in a ció n de tales esquemas en un
sistema de o b jetiv ació n integrado se realiza m ed ian te las estructuras
.inteligentes, a través de sus tres niveles sucesivos: p ráctico , c o n c re to
y ib;-,"nal. A sí, es .muy d iferen te adquirir la d estreza suficiente para
1 18
servirse d e una ja rra , c o m p re n d e r la necesidad de inclinarla para que
el agua c o m ie n ce a salir, p o d ín *rep resen tar p o r el dibujo la relación
e n tre el nivel del agua y la inclinación de la jarra (los más chicos
co n serv an el paralelismo entre la base de la ja rra y el nivel del agua),
y finalmente calcular el ángulo de inclinación a partir del cual el agua
c o m e n z a r á a salir, estab leciend o lina tabla de corresp on d en cias entre
can tidad de agua, altu ra del recipiente y ángulo de inclinación.
T o d a enseña, sea p ropu esta com o tal en un acto educativo, sea
fav orecid a en su c a r á c t e r de ejem plo p o r !a dem an d a dc escu ch ar o dc
m irar, sea simplemente co m o c o m p o r ta m i e n t o real asumido por un
testigo c o m o m o d elo , puede siempre ser rem itida al c o n o c im ie n to del
cu al se deriva y hacia cu y a generalización tiende. Pero no siempre
está clara la moraleja q u e el sujeto saca de la enseña. P o r las
ambigüedades que ella presen ta, pero tam bién porque m u ch as veces
la estru c tu ra supuesta en el sujeto para c o m p re n d e r la enseña según la
lógica c o n la cual fue co n ceb id a no está habilitada. No siempre una
lectu ra distorsionada o in c o m p le ta de la enseña co n stitu y e un
aprendizaje e rró n e o ; c o m ú n m e n te c o n s titu y e una transición necesa
ria para llegar al c o n o c im ie n to . A sí, es posible que de la frase co m p le
ta de un cu e n to “ la m am á osa se fue de paseo co n su h ijito ” , el chi
quito no retenga más que “ m am á, paséio” , pero esta primera a p ro x i
m a c ió n le es suficiente para c o n t e x t u a r la interpretación que hizo del
relato . De la misma m an era representará la frase con un dibujo m e
diante d os círcu lo s c o n o jo s (red on d eles) y un h ocico (red on d el cen
tral), siendo su único recurso para m o stra r que están de paseo dibujar
la casa lo más lejos posible.
M ientras la enseña se refiera a un co n o c im ie n to y éste pueda ser
re p ro d u c id o , su función es eficaz. Resulta una traba en el aprendizaje
c u a n d o la enseña es o frecid a co m o el co n o c im ie n to mismo, co n un
c á r á c t e r absoluto, que no p erm ite, ya no su crítica, ni siquiera su
g eneralización. Más grave aún para el proceso de transmisión resulta
la identificación de! co n o c im ie n to con el que lo transmite, pues,
a u n q ue sea su autor, el m aestro siempre habla en nombre de una
lógica, de una co h eren cia que no le pertenece. Sólo el delirante puede
creerse dueño de su propio discurso, sólo el psicópata puede
hacérselo creer a los demás. Si alguna Mafaidita preguntara a su
m aestro cóm o se sabe que llovía el 25 de m a y o de 1 8 1 0 , podría
e n co n tra r respuestas del tipo “ porque yo se lo digo’’, “ porque dice
I 19
<!o
m a y o r í a alu d iría a liiarius, testim o n io s iim p iiogiático* y cjj¡jíü»at tíi
> de é p o c a , a u n q u e m u y ¡j o c o s sc p r e o c u p a i de d ar a los ch ico s una
o p o rtu n id a d d e a c c e d e r a la d o c u m e n t a c i ó n h istó rica.
E s t a d im e n s ió n , q u e m a r c a la rela ción del sujeto c o n el cotnoci-
« m ie n to , n ó se inscribe en la elab o rac ió n m ism a d e la objetividad, sino
q ue se t ra n s m i te p o r la enseña sobre o t r a e s t ru c tu ra , d o n d e se elabora
la significación del c o n o c i m i e n t o y las re la cio n e s d e p o d e r.
Referencias bibliográficas
120
-------- --------------------------------------------------------------------------------------------------------
GR
< A M A T I C A Y D lw iM A T I C A 1
121
f ) Mi no y Dávila editores S.lv.l..
Ilnlívnr 547, 2do. A C. l \; l 06 í > TeI: .112-2 174 -Hítenos Aires
I .ii reproducción lolal o parcial tic esle libro en f orma idéntica o modifi cada por
ci i:111 |ii i;- medi o mecáni co o el ect róni co, incliiyeiKlo fotocopia, grabación o
cualquier sistema de. al ma c e nami ent o y recupernci ónde inIdrmaci ón no autorizada
poi los editores, viola derechos reservados.
I S UN 167-51-11
I M l ’R F . S O i-N A R G E N T I N A
1
Cuando el aprendizaje
es un problema
Silvia Blcichm ar
José Antonio Castorina
Graciela Frigerio
MontsciraL dc la Cruz
Silvia S ch le m e n so n
Silvia Blcichmar
Siivia S c h le m c n s o n
- :AvrrarHWBPiT~
c a d a s e r h u m a n o tiene d e re ch o a svi p ropia tragedia, que la
'trag ed ia no es y a sólo p atrim o n io d c los re y e s y los dioses. líl
p sico an álisis h a d e m o c ra tiz a d o la trag ed ia, vale decir que si
u s t e d e s to m a n en c u e n t a las g rá ú d e s ^ p r o p u c s t a s de F re u d ,
en tre o tra s la del Edipo. c o m p r e n d e r á n q u e ta n lo el parricidio
c o m o el incesto h a n d ejad o de s e r p a trim o n io de los dioses pura
s e r aquello que n o s o c u r r e a todos los m o r ta l e s todos los di;\s,
y ello no en su c a r á c t e r d e destino, pero si de algo q u e nos m u eve
en el interior del m u n d o y n os s e p a r a r a d ica lm e n te d e o tr a s
esp ecies, p or decirlo d c algú n m odo, en c u a n t o a u n a tragedia
posible a s u m i d a o u n d r a m a a su m id o . •
Y esto en el m a r c o de u n a d is c u s ió n a c t u a l , en ta n lo hoy
p o d em o s s o m e t e r a c a u c ió n -lo voy a ir p la n te a n d o a lo largo de
mi trab ajo -, a p a rtir de u n a serie de co n v icc io n e s teó ricas y de
u n a serie de p ro b le m a s que se e s tá n fo rm u lan d o en el m u n d o
de las c ien cias, el c a r á c t e r de d e te r m in a c ió n fa talista con el cu al
se p en só m u c h a s v e c e s la c u e s tió n de la c o n stitu ció n d c la
subjel ividad. lis en ese eonlexl o que co m ei r/.aria p or decirles q ue
si h ay algo que m a r c a e s la co n fe ren cia o in te rc a m b io que quiero
ten er hoy c o n u s t e d e s es la idea de que, a diferencia de lo q ue se
p en só en o tr a s é p o c a s en relación a la c o n s t i tu c i ó n su b jetiva,
"infancia no e s d estino", y ello n o s re m ite al p ro b lem a de les
o ríg e n e s..
Prim era c u e s ti ó n e n to n c e s p a r a abrir: to d as las teorías que
p re tend en ofrecer u n cu e rp o co h e re n te r e s p e c to de la inteligen
cia, se p lan tean los oríg en es del p e n s a m ie n to .
Aún hoy se sigue en un gran debate, en el cu al hay liguras
importantes que ustedes conocen -C h o tn sk y, por ejemplo-, en las
cuales reaparecen problcmasque hace veinte años parecían zanjar los,
respecto de lo innato y lo adquirido; y en el interior del freudismo
también se re!lejan e stas contradicciones, no hay u n a propuesta
única del psicoanálisis. E sto nos obliga, m e obliga a mi m ism a, a
tomar partido por alguna de las opciones propuestas. ^
De m odo sim ple, la c u c s l ió n se ria la siguiente: ¿ e s el
p e n sa m ie n to algo qtie co n stitu y e el p a trim o n io del sujeto d esd e
el p u n ió tle vista biológico, es decir d e sd e s u n acim ien to misino,
o es el efeelo de las i m p ro n t a s de c u l t u r a q u e atraviesan al sujelo
c'ii los tiem p o s d e s u e s t r u c t u r a c i ó n ? P a ra decirlo d e u n a m a n e r a \
m á s sim ple: ¿ s e n a c e o n o s e n a c e co n re p r e s e n t a c io n e s ?
F r c u d fue o s c i l a n t e co n re s p e c t o a e s t o . D entro del
fre u d ism o , el p r o b l e m a de i n n a t i s m o vs. c u l t u r a tiene vigencia,
1 1 0 sólo en el p o s fre u d is m o . sin o en el interior m i s m o de la o b ra
P
a g u a de la canilla, o a g u a d e pozo co n el p ro b le m a del có lera, c o s a
q u e a u n a n im a l no le o c u r r i r í a . P o rq u e la significación en tró en
la c o n s t r u c c i ó n del objelo. P ero al m ism o tiempo, e s te a g u a
! g u a r d a re s to s d e la s p r i m e r a s s a tis fa c c io n e s co n las cu a le s
i fu ero n in s crip to s los p r i m e r o s objetos. *
” " C on esto quiero plantear lo siguiente: por un lado, que cj
inconsciente como tal. com o producto de cultura, como lo espe
cíficamente h u m a n o altamente sofisticado, como aquello que
está ligado a la sexualidad en térm inos no genitales (no con
finalidad reproductiva), definido por identidades de percepción,
es decir por el reencuentro permanente con indicios de lo real
que reinvisten, reactivan huellas, en contraposición con el yo o
con el preconsciente como u n a lógica en la cual se juegan las
categorías aristotélicas, en su relación, son condición del pen
sam iento lógico tal como lo conocemos. Porque si u n sujeto sólo
5tuviera el pensam iento lógico, cuestión que podríam os compar-
1ir con los anim ales (por ejemplo cuando mi perro ve que acierta
hora abro la heladera y él. tiene hambre, mueve la cola; pero en
otro momento abro la heladera y no me da bolilla), ahí hay todo
u n a construcción lógica, pero esta construcción lógica tiene una
i característica totalmente diferente, y es que no está m arcada por
j el interrogante "me dará o no me dará", es una lógica de la
f .. i.- certeza, en tanto la lógica aristotélica es la lógica de la duda, del
’\ j tercero excluido, de la contradicción.
•’ • ' Ubicando este aspecto, les diría que cuando yo me preocu-
i po por la diferencia enl re Ira s torno y síntoma, si un trastorno del
1 pensam iento de la inteligencia es un déficit estructural o una
inhibición, abro acá u n problem a que radicaría en lo siguiente:
las fallas de base para el aprendizaje, tales coi no la no constitución
de la lógica identitaria o de la lógica aristotélica, con las
categorías de la clasificación, de la temporalidad, la n e g a c ió n jio
son inhibiciones: son problem as que remiten a lo no constituido
d e iyo T yq u e tienen que ser resuellos para que aparezca, por un
lado la posibilidad de organización de esla lógica, y por otra
parle, la organización de u n ser que pueda preguntarse por sí
m ism o y por el universo, u n lugar donde instalarse el sujeto.
Lo que no se puede instalar es cierto modo de la percepción
o (!<• ¡a sensibilidad: son dos cosas distintas. Estoy hablando de
ia que peí te el a c c e s o a la ciencia, e s a lógica no p uede plan
te a rs e sino a p a r l i r de u n sujeto q ue e s t á em plazado en algún
lu g ar del yo y q u e e s t á diferenciado del in c o n s cie n te . E n to n c e s ? }
los t ra s t o r n o s g ra v e s dc la c o n s titu c ió n p s íq u ic a que produ cen
tra s to r n o s del p e n s a m i e n to y de la I n te lig e n c ia son problem as
de la e s t r u c t u r a del su jeto que dcbfin s e r ab o r d a d o s co m o tales.
E s t o p a r a mí quiere d ecir lo sig u ien te: e s tan nocivo un
p sico a n a lista q u e a u n niño que e s t á e n e s a s co n d icion es le
in l c r p r e ta r a p e n s a n d o q ue el in c o n c ie n te es ü n a especie d c X
ca te g oría a priori, y que él se e s t á d efen d ien d o de ese fa n ta s m a
a p a r t i r d e e s e t r a s t o r n o , c o m o u n p s i c o p e d a g o g o , un
fonoaudiólogo o u n p sico m o lrícisla q u e i n t e n t a r a la reeducación
p arcial de c a d a u n o de e slo s s í n t o m a s . E s decir, tenem os que
c o n s t r u i r u n a teoría de la subjetividad en la c u a l la problem ática
del co n o cim ien to en tre en su especificidad. El p sicoanálisis no '
p u ed e r e s p o n d e r d esd e la lógica co m b in a Loria, no tiene la m enor
posibilidad, n o e n t r a en su ca m p o . El p s ic o a n á lis is se p reo cu p a
por las p r e m i s a s de b a s e del fu n cio n a m ie n to psíquico, con lo
cu al n u e stro a p o r te p u ed e s e r ése. D ejan d o d e .l a d o todo
im perialism o del co n ocim ien to del objeto, e n este c a s o los
tra s to r n o s del aprend izaje, lo que p u ed e d ecir el psicoan álisis es
que p a ra que h a y a pulsión epistemofilica, p a r a que h aya interés,
p a r a que h a y a intei"pclación, de la realid ad , tiene que e s t a r J
con stitu ido el s u je to de alg u n a m a n e r a .
Segundo problema: para que esta intcqDclación lenga
algún sentido,' para que evoque algo, tiene que estar el incons
ciente funcionando. La lógica hum ana, tal como la conocemos,
es consecuencia de la existencia de los dos sistemas.
E n tercer lugar, ni las categorías de tiempo y espacio son
apriorísticas desde la posición del psicoanálisis ni el resLo de las
categorías lógicas. Que haya una perspectiva innatista del
espacio no quiere decir que esta 'perspectiva no estalle a partir
de la inclusión de lo inconciente. C on esto quiero decir lo
siguiente: pienso que la posibilidad dc categorías innatas tcmporcPV
espaciales, como las plantearía cierto eslructuralism o actual, 1
no es que sean incorrectas; en mi opinión tienen un estallido a
parlir de que la percepción hum ana hace ingresar la cucslión
de la relación libidinal al semejante. Por eso yo insisto en que a
en la p rim e ra in fan cia, el e s p a c io e s aquello q u e m e s e p a r a cié nn
. m a d r e , y el tiem p o e s aq uéllo q u e mee. en el e n c u e n t r o c o n el
f o l i o , o c o n el o b je to ‘a n h e l a d o . . #
P or s u p u e s t o q u e mi p e n o tiene la c a t e g o r í a de tiempo, en
la m e d i d a e n q u e s u c o n d ic io n a m i e n t o le h a c e sen tir que a las
o c h o de la m a ñ a n a o a la s se is de la t a rd e tiene q ue co m er, pero
e s t o no im p lica la c a t e g o r í a d e tiem p o en los té n n ín o s q ue
e s t a m o s h a b la n d o : u n tiem po q ue se Abré c o m o u n intervalo de
. h is to riz a c ió n e n t r e u n p a s a d o y u n fu tu ro , q ue h a c e que m e
p r e g u n t e c ó m o v oy a en v ejece r, y c ó m o n a c í. E s u n a ca te g o ría
d e j a j e m p o r a l i d a d d if e re n le je l tiem p o se a c h i c a y se ala rg a de
f a c u e r d o a l a viv en cia , al im agin ario é s te q u e p ro d u c e in te r
c e p t a c i ó n del tie m p o y del e s p a c io c o m o ap rioris. Lo m ism o
o c u r r e c o n la c u e s t i ó n d e la e sp a c ia lid a d . Q u e los n iñ o s a u t i s t a s
s e g olp een m e n o s q u e los n iñ o s n e u r ó t i c o s , q u e los n iñ o s
s a lv a je s s e l a s t i m e n m e n o s q u e los n e u r ó t i c o s es notab le,
p o r q u e el e s p a c io e n t r a d e n tro de u n a c a te g o r í a distinta p a r a el
. s e r h u m a n o , a p a r t ir de q u e s e c o n s t i tu y e u n a c o o r d e n a d a de
re fe re n c ia ¿leí y o. El e s p a c i o es lo q u e n o s u n e en e s te m o m e n to ,
y ta m b ié n lo q u e n o s s e p a r a , es la d i s t a n c ia q ue h ay en tre yo y
los s e r e s q u e rid o s q u e e s t á n lejanos.
E s t a s c a t e g o r í a s l e m p o r o -e s p a c i a le s e s t á n d a d a s p orqu e
s e h a co n s titu id o en mi algo que h a c e a mi p r e s e n c ia significante
e n cl m u n d o .
Algo m á s p a r a t e rm i n a r , los p re rre q u icito s e s t r u c tu r a l e s
del ce r e b r o s o n e n t o n c e s , en mi opinión, insuficientes p a r a
h a c e r sobrevivir al s e r h u m a n o .
E s t o s p re r r e q u i c i to s e s t r u c t u r a l e s del cereb ro sólo so n
s o p o r te s p a r a la fa b ricac ió n del su jeto h u m a n o tal co m o lo
c o n o c e m o s en el in te rio r de los v ín c u l o s libidinales con el olro.
f s i s e t r a t a e n t o n c e s d e p e n s a r la p ro b le m á tic a c!e la inteligencia
a p a r t ir del p s i c o a n á li s i s , lo q u e . a b r e la poten cialid ad de la
in telig en cia e n el n iñ o es, p or u n lado, el h e c h o de que el otro
in s cr ib e e l e m e n l o s q u e no lien en re s o lu c ió n a nivel de la
biología, o q u e no tie n e n re s o lu c ió n a nivel de la Inm ediatez de
la n a t u r a l e z a . Pero p or o tra p a rte , q ue el s e r h u m a n o se
la autopresen !ón d c la vida. ' -
H ace poco tiempo pensé, p a ra salir d c esla problemática lan
compleja que h a y entre cu ál es el valor d e los niños p a r a los padu-s
-s o b r e lodo en relación al tem a d c adapciones, y a los nuevos
problemas que se ab ren con la.’ ingcyjeria g enética- pensé lo
siguiente: el niño es u n ofelimitadó. en el sentido de Párelo.
Ofeliinidad es u n concepto que Párelo a c u ñ ó para plantear la c a r a c
terística dealgo que no ¿ s puro valor d e u s o . que n o e s l á regido total
m ente por el valor de cam bio, sino que le d a la característica d c lo
deseado. l£l niño tiene la característica de lo deseado. Mientras los
seres h u m a n o s nazc an y se con stitu yan a parlir de estos deset >s del
otro, de estas cantidades, que los co m p u ls a n a trabajar, a ligar, a
elaborai'psíquicamente estímulos de los cu ales no pueden h u ir pero
al mismo tiempo no puede satisfacer, los seres h u m a n o s seguirán
regidos m í n im a m e n t e por cierto s p a r a d i g m a s que los p s i c o a n a - J
listas creem os que h em o s construido. Los p arad ig m as sobre los que
trabajam os creo que tienen un c a r á c t e r universal respecto de la
historia de la hu m an id ad . Los h om bres, co n ciertas variaciones,
siguen am an d o, odiando, m á s allá de las distintas sociedades.
No h a c e falla p e n s a r m u c h o en Uuly M acb elh p ara h a b la r
de u n a d a m a que fue e x p u ls a d a de c ie rta c a s a de gobierno. La
co m p a r a c ió n p lan tea q ue los f e n ó m e n o s del pod er m á s allá de
s u s c a r a c t e r í s t i c a s , a m i n o r a d o s o a g ig a n ta d o s por. la represión
so b r a n te de la co rru p ció n y del d e te rio ro del sis te m a , sig u en
teniendo u n a vigencia h is tó rica y c o n stitu tiv a .
Pero si el h o m b re ro m p e todos los n e x o s que lo ligan d e sd e
el n a cim ie n to al se m e ja n te , e s t a r e m o s frente a u n fenóm eno
to talm en te nuevo. No e s p a r a a te rr o r iz a r s e tam p o c o , c o m o lo
p la n te a n c ie rta s c o m e n t e s religiosas, creo que al m e n o s t e n
d ría m o s que m a n t e n e r u n a m í n im a d iso ciació n q u e no h a g a de
n u e s t r a é tic a u n a m o ral, o de n u e s t r a m oral u n a ética e n el
sentido m á s estricto. De no a t e r r o r i z a m o s frente al p re se n te o al
futuro que viene re s p ec to a la infancia. C reo que no d e b e m o s
p la n t e a r n o s que los n u e v o s d e s c u b r im i e n to s aniquilen al h o m
bre. C reo que d eb em o s en fre n ta rlo s b ajo s los m o d o s que n ú e s ! ro
c a r á c t e r de sujeto social n os p e rm ita h ace rlo , y seguir c o n s e r
v and o n u e s t r a pulsión ep istem olilica frente a ¡a s ta re a s que
vienen. Pero e n e s e p ro c e s o m u c h a t o n te ría v a a c a e r , y los p a r a
d ig m a s v a n a t e n e r q u e s e r a liñ a d o s . P o r e so . s e g u ir p e n sa n d o
en la u n iv e rsid a d , se g u ir p e n s a n d o e n tr e lo d o s n o s o tro s, c o n s i
dero que y a e s u n a t a r c a etica.
P reg u n ta s
(
lies. La investigación que hizo la cátedra precisamente sobre
migraciones, si no me equivoco lo que m ostraba es que los niños
su b u rb a n o s m igrantes tenían p rob lem as m uy graves de
conocimiento, m ientras que río lo tcfi'iian los n iñ os pauperizados
del cinturón de las grandes urbes industriales que provenían de
familias proletarias. ■' • ■ ■_
A dónde voy con esto: la lógica del proceso secundario se
juega, por u n a parte del laclo de la represión originaria, y esto yo
lo intenté m anifestar claramente como u n paradigm a de base.
Pero al m ism o tiempo, la represión secundaria está ligada a la
represión edípica. E n el sentido del Edipo complejo, tal como
Frcud lo describió, que implica ya u n a lógica, la lógica del amor
y el odio, de lo bueno y lo malo, u n a lógica binaria, de la
castración. El Edipo complejo tiene la característica de que
instaura la diferencia con la represión secundaria. Qué quiere
decir, la famosa am nesia infantil de la que hablaba Frcud. En
realidad las prim eras experiencias no las olvidamos porque
tampoco las recordamos, en realidad están inscriptas. Esta es la
diferencia que pretendo hacer entre memoria y huella mnémica.
El inconsciente es un m ontón de inscripciones, no es la memoria
de nadie, la memoria es siempre del sujeto. E s una función del
sujeto que implica siempre u n a temporalidad. Cuando u n niño
quiere casarse con el papá o la m am á lo interesante que tiene la
estructura edípica es que esto tiene un a enunciación verbal, los
niños lo formulan. El deseo cdipico como Edipo complejo es
formulado.
U na pacientita mía en México, divina, hija de argentina y
mexicano, cuando decía que se iba a casar con el padre, la madre
le decía que no se podía y ella contestaba, "en la Argentina no se
pudia". U n año después, cuando la madre io contaba, ella se
enojaba m uchísim o, porque este había sido sepultado. Esto es
lo que caracteriza ¿1 Edipo, como Edipo complejo, es para mí lá
única organización realmente olvidada, y de esto proviene toda
la cuestión de la am nesia de Freud. en el sentido de que sólo se
puede olvidar lo que fue consciente. Y lo que fue consciente no
es lo de los prim eros tiempos de la vida, sino lo que estuvo
articulado por una lógica del lenguaje, u n enunciado, pero no
algo que n u nc a lo fue. Esto es secundariam ente reprimido, y es
c e n t r a l m e n t e io q u e L rab aja ci análisis„dei n e u r ó t i c o . P o rq u e lo
o r ig in a r i a m e n t e rep rim id o n o lo podrú a b a j a r n u n c a , p orq u e
i n u n c a fue " r e p r e s e n l a c l ó n p a la b r a " e n c u a n t o a r t ic u la c ió n
j) sig n ifica n te .
1 • Lo q ue c a r a c t e r i z a a l a s fam ilias m i g r a n t e s e s la r u p t u r a de
c i e r t a s p a u t a c l o n e s d e b a s e d e s u c u l t u r a d e p ro v e n ie n c ia y su
im p o s ib ilid a d de i n s c r i b i r s e en las n u e v a s . C o n lo c u a l u n o
p o d r í a p l a n t e a r s e qup h a y u n a p r o f u n d a s u b v e r s i ó n d e las
m o d a l i d a d e s c o n la s c u a l e s la d is t in t a s c u l t u r a s p a u t a n las
r e g l a s ed íp icas. .
E jem p lo p a r a p e n s a r , h a s t a d o n d e yo lo h e visto e n tr e los
tzotzilcs, en M éxico , la s d i s t i n t a s g e n e r a c i o n e s d u e r m e n e n el
m i s m o e s p a c io , p ero la c o c i n a y el b a ñ o tien en q ue e s t a r a fu e ra .
E s t á a b s o l u t a m e n t e p ro h ib id o c o c i n a r y e v a c u a r e n el lu g ar
d o n d e s e d u e rm e .
A h o r a , los tzotziles p a s a n a la c u l t u r a u r b a n a , p ierd en los
r e f e r e n t e s m ítico s e s t r u c t u r a l e s . E n t r a n a v iv ien d as q u e no
c o n s e r v a n la s p a u l a s c u l t u r a l e s a n te r io r e s , pero t a m p o c o las
p a u t a s d e los s e c t o r e s d e s a r r o l la d o s , q u e h a n p a u t a d o de otro
m o d o el E d ip o ( n u e s t r a c u l t u r a lo q u e p r e s c r i b e e s j u s t a m e n t e
l a s e p a r a c i ó n d e la geriitalidad). E s t o c r e a algo del o rd en d c lo
c o n f u s i o n a l q u e p o d r í a m o s p e n s a r ligado a la re p re s ió n s e c u n
d a r i a y no p rim a ria . Lo tiro c o m o u n a p u n t a p a ra p e n s a r.
E l otro e l e m e n to q u e c r c o q u e e s a l t a m e n t e p r e o c u p a n t e es
el p r o b l e m a d é la id en tid ad , en t a n lo identidad en crisis p o r la
t r a n s c u l t u r a c i ó n . U n d e s c e n s o so cial ta m b ié n es u n a tr a n s c u l -
t u r a c i ó n , n u e s t r a s c a p a s m e d i a s p a u p e r i z a d a s ta m b ié n e s t á n
e n t r a n s c u l t u r a c i ó n , a c t u a l m e n t e . E s t o g e n e r a e n o r m e s proble
m a s t a m b ié n del p e n s a m i e n t o . C u e s t ió n q u e s e vin cu la co n los
id e a l e s , p r o b l e m á t ic a del c o n o c im ie n t o c o m o valo r e n n u e s t r a
s o c i e d a d . E n fin, les largo u n a c a n t i d a d de p ro b l e m a s porque
c r e o q u e a p a r t ir de e s to p o d e m o s e m p e z a r a o rg a n iz a r c o n s t e l a
c i o n e s d c sen tido . C u a n d o y o a rt ic u lo u n d iag n ó s tic o tengo m u y
e n c u e n t a in situ la c u l t u r a de p ro v e n ie n c ia , no p a r a ha cerlo
e n t r a r c o m o v ariable e x p l i c a t i c a ni c a u s a l , sin o p a r a ten er en
c u e n t a las fo rm as s in g u l a r e s e n q u e las c o n s t e l a c i o n e s p síq u icas
s e h a n organizado.
psicopedagt :a
I «
E s u n a a legría te n e rju n to a nosotro s a uno ele n uestras'
pro feso res m á s qi leridos d e la C a sa , y d e los m ás conocidos
tam bién, q u e e s "Tono" C asto rin a. D ebo com entarles q u e
e s m uy q u erid o p o r nosotrqs no sólo p o r el nivel teórico
q u e todos reco n o cem o s e n él. sino p o rq u e al s e r el
S ecretario d e Investigaciones da la Facilitad d e PsicoUxjiu,
e s uno d e los re p re s e n ta n te s q u e m á s p ro m u ev e las
in q uietudes üw estigativas d e c a d a u n a d e las cátedras, y
q u e e n esp ecia l e n relación a la n u estra , ha sido un
p e rm a n a n te estim ulo p a ra el desarrollo del trabajo en la
especialidad.
Silvia S c h l c m e n s o n
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Capítulo segundo
La capacidad
para estar a solas1 (1958)
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32 D. W . W IN N ICO TT
L a soledad real
Mis lectores se h ab rán dado cu en ta*d e que 1 1 0 estoy refi
rié n d o m e al hecho de e s t a r realm en te solo; Asi, habrá perso
n a s incapaces dc e s t a r a solas. E s c a p a a la imaginación la
intensidad de sus su frim ien to s. No obstante, son muchas las
p e rso n a s que, antes dc salir de la niñez, ya han aprendido
a gozar de la soledad y que incluso llegan a v alo rarla-com o
u n o dc sus bienes m á s preciosos.
L a capacidad p a ra Ja soledad es susceptible de presentar
s e b ajo dos asp ecto s: o bien co m o un fenómeno sumam ente
«refinado» que a p are ce en el desarrollo dc la persona d es
p u é s d e la instauración de las relaciones triangulares o, p or
el co n trario , co m o un fenómeno do las primeras fases de la
vida que m erece un estudio especial p o r tratarse dc la base
so b re la que se edificará la cap acid ad para el tipo de soledad
d escrito en p rim er lugar.
EL PROCESO DE MADURACIÓN EN EL NIÑO 33
Paradoja
Pasarem os a enunciar seguidamente el punto principal del
presente estudio: si bien la capacidad para estar solo es fruto
de diversos tipos de cxpcríencíasTs^o una de ellas es f u n d a
mental, sólo hay una que, de no darse en grado suficiente,
impide el desarrollo de dicha capacidad; se trata de la ex p e
riencia, vivida en la infancia y en la niñez, de estar solo en
p resen cia de la m a d re. Así, pues, la capacidad para estar solo
se basa en una p arad oja: e s ta r a solas cuando otra persona se
halla presente.
Ello lleva implícita una relación de índole bastante espe
cial: la que existe entre el pequeño que está solo y la madre
real o sustitutiva que está con él, aunque lo esté representada
m om entáneam ente p o r la cuna, el cochecito o el ambiente
general del entorno inmediato. Quisiera proponer un nom
bre para este tipo especial de relación.
A mí, personalm ente, m e gusta emplear el término rela
ción d el ego, ya que ofrece la ventaja de contrastar con bas
tante claridad con el término relación del id, tratándose esta
última de una complicación que aparece con periodicidad en
lo que podríamos denom inar «la vida del ego». La relación
del ego se refiere á la relación entre dos personas, una de
las cuales, cuando menos, está sola; tal vez las dos lo estén,
pero, de todos modos, la presencia de cada una de ellas es
im portante para la otra. Creo que si comparamos el signifi
cado de tos verbos «gustar» y «amar», veremos que el pri
m ero se refiere a una relación del ego, mientras que el segun
do tiene más que ver con las relaciones del id, ya sean sin
ambages o en forma sublimada.
Antes de p roceder a desarrollar estas dos ideas a mi ma
nera, quisiera re c o rd a r al lector de qué modo sería posible
re fe rim o s a la capacidad para estar solo sin salimos de la
trillada fraseología psicoanalítica.
Después de la cópula
Tal vez sea justo decir que después de una cópula sati
factoría cada uno de los componentes de la pareja está solo
y contento con su soledad. E l ser capaz de gozar de la soledad
al lado de o tra persona que también está sola constituye de
p or sí un indicio de salud. La ausencia de la tensión del id
puede producir angustia, pero la integración de la persona
lidad en el tiempo permite al individuo esperar a que la ci-
D. W. WINNICOTT
La escena originaria ^
C abría d e c i r que la capacidad del individuo p ara e s ta r a so
las depende d e su aptitud para asim ilar los sentimientos sus
c i t a d o s p o r la escena originaria. E n esta escena, el niño per
c ib e o im agina una relación violenta en tr e los padres y, si se
t r a t a de un niño n orm al, de un niño que es cap az de dominar
lo que en ella hay de odio y ponerlo al servicio de la m as
tu rb a c ió n , en to n ces la asimilación no o fre ce rá problemas. En
l a m as tu rb ac ió n , la responsabilidad total de la fantasía cons
c ie n te e inconsciente es acep tad a p o r el niño, que es la ter
c e r a person a en u na relación triangular. E l h echo de poder
e s t a r solo en circu nstan cias com o éstas denota madurez del
d esa rro llo e ró tico y potencia genital o, si se t ra ta de una
n iñ a, la corresp on d ien te capacidad de recepción; denota la
fusión de los impulsos e ideas agresivos y eróticos y, asimis
m o , da a en te n d er la existencia de una tolerancia de la am
bivalencia; ju n to a todo esto habría, n atu ralm en te, la capa
c id a d del individuo p ara identiñearse con los dos componen
te s de la p a re ja padre-madre.
E l planteam iento en estos térm inos o en o tro s es suscep
tible de co n vertirse en algo de u na com plejidad casi inñnita,
deb id o a que la capacidad p ara e s t a r solo es casi sinónimo
d e m ad u rez emocional.
í
r Se c o m p re n d e rá ahora p or qu<^es im p ortan te que haya al- *
guien disponible, alguien que esté presente, si bien sin exigir
nada. Una vez producido el impulso, la experiencia del IcJ pue- -
¿''de re s u lta r fru ctífera y el objeto podrá con sistir en u na p arte
o la totalidad de la persona presente; es d ecir: la m ad re. Sólo
en estas condiciones es posible que el niño viva una e x p e
riencia que dé la sensación de ser real. L a base de una vida
en la que la realidad ocupe el lugar de la futilidad la c o n s ti
tuye un gran nú m ero de experiencias sem ejantes. El individuo
que ha podido c r e a rs e la capacidad para e s t a r solo s e r á c a
paz, en todo m o m en to , de redescubrir el impulso p erso n al;
impulso que no se desperdiciará ya que el hecho de e s t a r
solo es algo que, parad ójicam en te, da a e n T í n ^ r —
* *"
' 38 a. W. WINNICOTT
Resumen
Mar el ego i n m a d u r o -
R o sario O n eg a R u i:
K isicam ente co g n itiv a. Piaget recibió también una influencia significativa <Jel
^sicoanálisis. c o m o después se verá, pero antes harem os una incursión por
.ras co n cep cio n es teóricas que tienen su im portancia histórica, algunas de
'Mas tan p intorescas co m o influyentes en su ép oca, co m o la teoría de la
recapitulación del gran Stanley Hall.
El influyente p sicólogo am erican o elaboró la teoría de que el niño al
¡ ' -eccr recap itu la la historia filogenética de la humanidad y de la cultura de la
raza en la que n ació. P rop orcionó una particularísim a idea sobre los juegos
1ue obligó a la escu ela am erican a de psicología infantil de los prim eros años
'“'el siglo a realizar exó tico s estudios estadísticos sobre ju egos y antropología,
que posteriorm ente cayeron en total desuso e ignorancia.
Para Hall ( 1 9 0 4 ) existe un orden evolutivo en el desarrollo de los juegos
ue debe en co n trar un paralelism o con creto con los grandes períodos de la
evolución del hom bre sobre la tierra. Este paralelism o también está basado
¿orno para W undt en la actividad y no en el pensam iento que se desarrolla en
js ju egos. Para Stanley Hall la finalidad del ju ego es la de liberar a la
-'specie de los «resid u o s» que estas actividades ancestrales representan en la
evolución de las form as de actividad humana y potenciar que el niño se
.icorpore a las form as propias de los animales superiores, tal co m o les co-
Tesponde por su posición en la escala filogenética.
Con ironía, Piaget se preguntaba 1945, si los soldaditos de plom o libera
rán al niño de su tendencia agresiv a, le prepararán para-ser un buen soldado o
'z com p en sarán de algún traum a belicoso, y es que hasta la elaboración del
psicólogo de G inebra no podem os hablar de una verdadera construcción teó-
. ica sobre el ju e g o infantil. •
i
C A P ITU L O 2
J U E G O Y P E R S O N A L ID A D
El padre del psicoanálisis dedicó menos tiempo y obra al tema del juego
del que podría pensarse a la luz de las repercusiones que su teoría lia tenido
en los aspectos psicoafectivos del desarrollo humano en general y de las
concepciones sobre las propiedades terapéuticas del juego en particular.
Sólo hay que pensar en la literatura que se ha escrito desde principio' de
siglo, para encontrar en qué medida desproporcionada se ha interpretado la
im portancia de ciertos comentarios y observaciones realizadas por Freud so
bre el ju ego de los niños.
Hem os realizado un cuidadoso examen de la obra de Freud desde 1898
hasta 1 9 3 2 y hemos recogido todas sus alusiones al juego infantil, y de esta
form a podem os ver que su pensamiento sobre este tenia cambió significativa
m ente a m edida que iba elaborando su teoría sobre los; fundamentos
profundos de la vida psíquica y su interpretación sobre el papePde los instin
tos y de los principios dinámicos y económ icos.
Para el Freud de finales del siglo X IX y principios de los años X X , el
ju e g a está ligado a los sueños a través del recuerdo de emociones placenteras
que luchan.por expresarse. Es el Freud del «principio del placer», esto es, el
que considera que el motor de la vida psíquica hay que buscarlo en la tenden
cia instintiva al go ce, y más doncretamente al placer sexual. Así en 1898, en
el capítulo denominado «Otros sueños típicos», de la obra La interpretación
de los su eñ o s, Freud habla del origen lúdico de ciertos sueños que se refieren O-
a acciones imposibles para el ser humano, com o volar, y encuentra que éstos \
tienen su origen en los juegos de vaivén y deslizamiento al que los adultos \i
suelen acostum brar a sus propios hijos o sobrinos. C
F reud habla de la conexión (separable por medio del análisis) de los
elem entos afectivos y ciertas representaciones de naturaleza simbólica que se
expresan a través de los sueños, los síntomas y. el juego. El pensamiento
sim bólico estará ligado, en estas lechas, a la idea de expresión de los ;ifectos
*i* ( / L 11 r o c j y ,r>■ f ■- f r c ''• '* ¡
32 , 1 11 1 n <9 R o sa rio ( n i e g a H uí:
v éstos. ii su vez, conectados con el motor instintivo tlcl carácter sexual J e los
individuos o principio del placer. Esta conexión no fue refutada posteriormente,
y así ha quedado com o un supuesto que, débilmente manifestado por Freud. ha
dado tradición a la idea que relaciona juego, instinto y mundo onírico.
L a sigu ien te m ención al ju ego que en contram os en Fread es en I 9 0 I . en.
el capítu lo I X del libro P s ic o p a t o lo g ía d e la v id a c o t id ia n a . Con referencia a i .
la sin to m ato lo g ía o exp resión del inconsciente en las actuaciones cotidianas. ‘
relata F rcu d el contenido inconsciente de los ju eg o s de adultos tales c o m o -'
«las p ren d as», en las cuales a decir de éste, que cita a su vez al novelista
Fontan e. en la actu ació n y en los objetos que se elijen co m o prendas podem os
descub rir la naturaleza de las relaciones libidinosas de las personas. X o s r
ju eg o s in clu yen un m ensaje inconsciente reprim ido y éste no es otra co sa que
la exp resió n del principio del placer que dom ina la actuación de la vida
co g n itiv a, a fe ctiv a y social.
En este m ism o sentido, encontramos más tarde una nueva referencia al juego
en el libro E t c h iste y s u r e la c ió n c o n lo in s c o n s c ie n t e (1905)^ Aqjjí_aparece. por
primera vez, de form a más específica, «la repetición» com o elem ento constante
en la interpretación psicoanalítica de los juegos. En los juegos se repite algo
jm terior. E sta repetición está causada por la búsqueda placentera del reconocí- ,
miento, de lo conocido. Critica Freud a Groos que abandone la tesis de la alegría
co m o resultado del placer del reconocim iento y la sustituya por la idea de
alegría c o m o producto del poder de superación de una dificultad, j ^ ju ic in de
Freud la alegría de «poder hacer» es una alegría secundaria, _que está ligada al
placer del recon ocim ien to de algo va c onocido y a la disminución del gasto
psíquico que ello supone. N oolvidem os.que. Freud concibe en cierta medida al
individuo c o m o un ah ogad o r de energía p sicológica.
T an to p ara Freud co m o para G roos, el instinto es la colu m n a vertebral del
ju e g o . L a d iferen cia está en que uno ve el instinto en el cam in o del futuro, el
p re e je rcicio que prepara al niño para ser un adulto y el otro ve el instinto en
con tin u a referen cia al pasado: recuerdo y recon ocim ien to de placeres anti
guos de m u n dos perdidos.
De 1 9 0 5 es tam bién la obra que Freud escrib e en un intento de sintetizar
su p ensam ien to sobre el mundo de la in fan cia, y que ha dado lugar a una
p ersp ectiv a de la p sicología del niño, que ve a éste co m o un «perverso poli
m o rfo », en sus propias palabras. U na ten d en cia francam ente adultom órfica
que aún tien e una p resencia entre fciertos au tores p sicoanáliticos con tem - <
p orán eos.
En el fam oso libro Tres ensayos para una teoría sexual (1 9 0 5 ) , encontra- J
m o s, en el en sayo segundo, mía referen cia a los ju eeo s sexuales, basados otra
vez en el m ovim ien to regular y repetitivo que se puede observar, a v eces, en ^
algunos niños. R e la c iona esta tendencia de los niños, con la particular sim pa
tía de é s to s por obietos com o trenes, ferro carriles en general y vehículos, y
con los deseos de ser conductores de trenes que los niños suelen manifestar.
Según dice Freud. si se producen desagrados asociados a estos deseos lúdicos
de los niños, ésta será la causa de posteriores trastornos cuando de mayores
se presenten vóm itos, m areos y otros síntomas relacionados con los viajes en _
tren o en coch e. A la altura de 1905. jjara Freud era claro que el niño pequ.eñoj |J 1
tenía una vida sexual intensísima y que esto se reflejaba no sólo en sus juegos '
sino en posteriores trastornos y síntomas. ¡y
En el artículo de 1906 sobre el teatro y sus personajes, vuelve de nuevo a
hacer una incursión en el tem a del juego, que ahora veremos relacionar, com o
por ¿ tro lado es ya clásico desde Schiller y Spencer, con la vida artística.
Aquí encontram os la primera alusión de Freud al efecto catártico de los
juegos infantiles.
O tra vez en la línea de la evocación de placeres anteriores o de viven
\
cias inconscientes o reprimidas, el drama teatral tiene com o finalidad despertar
la piedad y el am or, provocando así una catarsis de las em ociones. Esta .
catarsis gue produce la contem plación de la obra dramática o trágica se
realiza en la medida en que ésta procura el acceso de forma imaginaria a
f u e r e s de placer y de goce yacentes en nuestra vida afectiva.
C oncretam ente, dice Freud. que la contem plación apreciativa de una re
presentación dram ática cum ple, en el adulto, la misma lunción que el juego
desem peña en el niño, al satisfacer su perpetua esperanza de poder hacer
cuanto los adultos hacen. El niño en el ju ego se identifica con los personajes
que representa igual que el adulto lo hace con los personajes del dram a, cosa
aue i ambos les hace vivir la ilusión de ser más importantes de lo que creen ser.
o r un extraño m ecanism o de condensación psicológica, el niño reprodu
-\c
recuerdo, lo que actualiza estas em ociones que el juego reproduce y en las
que se produce una catarsis de las mismas.
I En 1 9 0 7 , de nuevo en el texto de una conferencia pronunciada sobre «el
p$eta y sus ensueños diurnos», encontram os otra referencia al juego. Allí dice
Freud que la ocupación favorita y más intensa del niño es el ju ego, y que j\C/
acaso sea lícito afirm ar que todo niño que ju ega se conduce com o un poeta,
creándose un mundo propio, o más exactam en te, situando las cosas de su
jigindo en un orden nuevo) y grato para él.
| Entre 1 9 0 6 y 1 9 1 2 se encuentran referencias al juego y al arte en diversos
apículos, en el sentido de relacionar determinados com portam ientos más o
■leños lúdicos interpretados co m o síntomas neuróticos y en orden a explicar
(^term inadas tendencias inconscientes. En definitiva, a la naturaleza del sím-
tijblo en general com n una extraña m ezcla de significantes y significados y
añadidos de restos nem otécnicos que son expresión de la vida íntima em ocio
nal del sujeto.
*34 R o sario O n ega R u i:
íi! j u e g o in fa n t il v h i c o n s t r u c c i ó n s o c ia l d e l c o n o c i m i e n t o 35
l
36 R o sa rio Ortega R u iz
Wiiinicoll habla del «playing». esto es. del «estar jugando». Se plantea
que el origen del juego está en el mundo de los afectos profundos: la capaci
dad lúdica. o capacidad para jugar, está vinculada a la constitución de la vida
afectiva del sujeto, y ésta es a su vez origen de sus capacidades cognitivas.
Winnicott considera que. a partir del establecimiento de los vínculos afec
tivos. el niño pequeño podría sentirse lo bastante seguro como para alterar el
significado de ciertos objetos y poder usar éstos con un significado no literal,
esto es, usarlos «com o si» fueran otra cosa.
Sobre la base del reconocimiento de la madre com o ser diferenciado -y
sólo cuando esto es así-, el niño podría tomar ciertos objetos del exterior
com o objetos simbólicos. Los juguetes y objetos simbólicos elegidos por el
niño para sus primeros juegos llegarían a contener de alguna forma el recuer
do del afecto que el niño ha establecido en sus relaciones maternales y, así,
ciertos objetos, un osito por ejemplo, pasarían a convertirse, sin dejar de ser
un objeto real, en el representante de las emociones que el vínculo materno
provoca en él. S[ esta operación ocurre en la forma esperada y el niño estable
ce una buena relación con su madre y realiza este trasvase simbólico del
vínculo materno a ciertos objetos, precozmente cargados de significación
afectiva, cl niño habrá realizado un proceso afectivo con un objeto que llama
«transicional». No hay que decir que el objeto transicional para este niño
concreto del que hablamos sería el «osito» y que evidentemente para cada
niño son objetos particulares, a los cuales se apegan de alguna manera espe
cial durante estos primeros 12 meses de vida.
Señala Winnicott cómo el «osito» de juguete sobre el cual se cumple este
delicado proceso psíquico, no pierde para el niño nunca las características de
objeto real, perfectamente reconocible por éste, y mantiene que esto significa
que sobre un significado se acumula otro significado; el osito, sin dejar de
significar «juguete» (acción, sensación, manipulación), significaría además
algo del afecto y emoción que le une a su madre.
Esta acumulación de significados es a la vez un indicador del nacimiento
del símbolo como estructura superior del pensamiento; vemos, por tanto, que
para Winnicott el origen del símbolo está en el vínculo afectivo y en la
manipulación que se realiza con objetos elegidos a los que se les superponen
determinadas emociones y sentimientos. De la acción a la interiorización es
el camino que propone y documenta Piaget. W innicott establece el camino
inverso de la interibrización de afectos a la acción con los objetos. Éste es un
punto de particular interés si se piensa en el papel del juego en el desarrollo
de la función simbólica.
Esta teoría implica que el juego de los niños participa de las estructuras
cognitivas y afectivo-emocionales en una unidad de desarrollo que, como vere
mos posteriormente, han explicado bien autores com o Vygotski y Bruner.
CAPÍTULO 3
L A N A T U R A L E Z A C O G N IT IV A DE LO S JU E G O S
i T
der cosas. ,
Wallon, como Piaget, mantiene un respeto por la interpretación proyecti- ■
va del juego realizada por el psicoanálisis y, cuando analiza el tipo de afecto
que c ircula en el juego, concede a Freud que son emociones de naturaleza ' 1' i
I T i I
ambivalente las que están presentes, refiriéndose a las investigaciones de 11''
Isaac (1946), que muestran las conexiones entre el comportamiento lúdico y
los sentimientos escatológicos. También Wallon va a encontrar que lo repre
sentado en los juegos, de la imitación, hace referencia a la vida de los adultos.
Los niños imitan a los adultbs para indagar y descubrir los lazos profundos de
las relaciones entre la gente. Considera que estos deseos indagatorios que el
niño aporta a los juegos les dan una cierta intimidad y ocultamiento, a la vez
que una cierta ostentosidad o exhibicionismo manifiesto por parte de los tr;
niños. En síntesis, quizás lo más interesante del gp»n psicólogo francés res ‘¿Pjt
pecto de este tema es su convicción de que entre juego y desarrollo hav un
^paralelismo natural; la presencia en el juego dé elementos afectivos, la imita
c i ó n como basamento de la función asimiladora de los juegos, y su
vY'vU
V jjreconocimiento de que el simbolismo es quizá lo que mejor los define.
l i t ’S i i n o O rti'X ii R u i :
I
mos afirmar, el egocentrismo intelectual no es tan prominente en la mente de {'
los niños de esta edad, el carácter Subjetivista de los juegos seguramente i
debería ser revisado.
Definitivamente enuncia así la diferencia estructural entre el juego y el
pensamiento serio:
j El subjetivismo.
vista, toda acción está desde el principio socialmentc marcada. Tanto el juego
com o el resto de la actividad nunca son independientes del contexto social
que rodea al sujeto. El juego no es más autotélico que la conducta seria,
porque ésta tampoco es autotélica de hecho; desde el más pequeño gesto a la
más compleja actividad, la influencia del entorno social a través de la expe
riencia de relación, marca el comportamiento y el desarrollo.
c a espontaneidad.
...no nos queda otra vez sino distinguir dos polos: un polo de actividad verda
deramente espontánea, ya que no es controlada y un polo de actividad controlada
por la sociedad o por la realidad: el juego es una asimilación de lo real al yo por
oposición al pensamiento 'serio' que equilibra el proceso asimilador con un aco
modo a los demás y a las cosas (P iaget 1946, p. 202 de la edición de 1961).
■ 3 ) El placer.
meta, un resultado útil. El placer es. dice Piaget. la cara afectiva del auiotelis-
gio. y supone la eliminación de la meta como motor de la acción.
El criterio del placer como rasgo definitorio del juego tampoco es un
criterio diferencial específico, sino un nivel en un gradiente. Ccmo la espon
taneidad. el placer representa la finalidad intrínseca del juego. Veamos cómo
lo enuncia:
El juego es una actividad ‘para el placer' mientras que la actividad seria tiene
por meta un resultado útil, independientemente de su carácter agradable... El matiz
más exacto es sin duda aquél que, en términos parecidos. Freud ha expresado por
la oposición del 'Lustprinzip' y del ‘RealitSspíinzip'... En resumen puede reducir
se el juego a una búsqueda de placer, pero con la condición de concebir esta
búsqueda como subordinada en sí misma a la asimilación de lo real al yo (Piaget
1946, p. 203 de la edición de 1961).
Hemos podido comprobar (Ortega, 1988) cómo, aunque los juegos son acti
vidades placenteras en sí, algunos requieren un gran esfuerzo, incluso en
algunos se producen verdaderos sufrimientos, lo cual no evita la pasión y el
deseo de jugarlos. Consideramos que este deseo es más de naturaleza cognitiva,
epistémica, como diría Vygotski, que afectivo-emocional, si por ello se entiende
compensatoria del yo. La pasión por el juego y sus reglas internas tiene más que
ver con el deseo de saber y de saber hacer, de controlar a través de procedimien
tos lúdicos parcelas de realidad a las cuáles no tienen habitualmente acceso los
niños, más que con el deseo de perderse en el principio imaginario del placer
puro. Los niños no pierden el contacto con la realidad cuando juegan sino que la
transforman para comprenderla, para digerirla mejor.
_E1 placer del juego no tiene por qué separarse del placer por la actividad y ,
j)or la meta. Los juegos tienen metas, ajgunas verdaderamente concretas, pero' * 1
son metas sometidas al sentido interno, siempre cognitivo, de la actividad; lo
cual no es negar el valor afectivo de los juegos sino unificarlo en una totali
dad. El sujeto no es, en su contacto con el mundo, afectividad más
conocimiento, sino conocimiento y afectividad al unísono.
Aquí también se puede comparar este criterio con una observación de Freud,
según la cual el pensamiento simbólico (en el sentido del simbolismo inconsciente
54 Rosario O nega R u i:
i
Es de señalar que el pequeño comienza con una situación imaginaria que inicial
mente está muy cerca de la situación real. Reproduce exactamente esta última. Por
ejemplo, una niña que está jugando con una muñeca repite casi de modo idéntico
todo lo que su madre hace con ella. Esto significa que en la situación original las
reglas operan de forma condensada y abreviada ( Vygotski 1934, 79, p. 156).
O cuando afirma:
Pero lo que importa para el juego es la regla interna, propia, personal {Vygotski
1933/80, p. 271).
La resolución de conflictos.
Nos interesa de forma particular traer aquí las concepciones que sobre el
juego ha mantenido lo que llamaremos la escuela soviética tle psicología del
desarrollo; los estudios de Fradkina (1946). Zaparozhets (1948), Sokolova
(1973), Mijailenko (1975), Galperin (1976) y Elkonin (1980) entre otros, que
son el resultado de las orientaciones generales y de la filosofía psicológica
del gran maestro de la psicología rusa, L.S. Vygotski.
Conocemos pocos textos originales y extensos del propio Vygotski sobre
el juego, pero aunque cortos, estos trabajos son muy claros y precisos. Res
ponden con puntualidad al estado de la cuestión en su tiempo, y: las críticas y
reflexiones que éste realiza a los estudios existentes, tanto referidos a los
clásicos sobre los instintos, el preejercicio y la teoría psicoanalista, como a
la teoría piagetiana son muy interesantes. Sus aportaciones tienen un interés
especial en la delimitación conceptual sobre el origen y la naturaleza de la
actividad lúdica. Es verdad que los cincuenta años que medida desde la
formulación de estas ideas a nuestro tiempo tienen un peso importante, y
tanto la terminología como concepciones concretas deben ser re$pnnuladas;
lo cual no obsta para que las ideas que ahora vamos a reseñar nos parezcan de
un interés fundamental para comprender las actividades lúdicas y*su papel en
el desarrollo humano. 1 |j||
Dada la escasez de documentación original nos parece importante advertir
que esta reseña está realizada en base a las siguientes fuentes documentales;
^ el capítulo que sobre el juego incluye el libro compendiado por Colé, Scrib-
ner< John-Steiner y Souberman denominado «El desarrollo de lqs procesos
•/y Psicológicos superiores» (1979) (dicho capítulo, en palabras de los responsa
bles de la compilación, fue una conferencia pronunciada en 1933 por el autor
en el Instituto Pedagógico de Leningrado y publicada en 1966); la extraordi-
J -
60 Rosario Ortega R u i:
Considera Vvsotski tiue antes ilo lr»c tros H niño nn se perniit'' miN I
1_/C/ I ' —• '■ r'yr-oo O ’J ,P
58 i R osario O rtega Ruiz
C o c ■>- • , , -■ s ' HO -_r o
¡2* ‘o - —’ , o / ‘2-J" i i .’ ’
naiia reseña que sobre el pensamiento psicológico de Vygotski publicó Ri-
viére en los números 27-28 de la revista Infancia v A prendizaje (1984); los
capítulos del propio Vygotski en el libro dc Luria, Leontiev y Vygotski
P sicología v P ed a g o g ía (1986); así com o las referencias continuas que Elko-
nin. Leontiev y Luria hacen del pensamiento de Vygotski.
^ E l ju eg o es una necesida d, ti
ser una elaboración que surge a partir de una necesidad no resuelta, que el
ambiente deja sin satisfacción, en el co njunto de acciones adaptativa: que el
niño realiza cuando aún no tiene capacidad de comprender la frustración
como impedimento para un logro.
1
a causa do la irreversibilidad de su pensamiento, el uso de las cosas en otro
sentido que el que la cosa tiene: cuchara para comer, pelota para rodar,
puertas para entrar y salir, cajones para ser abiertos, un libro^para ser hojeado,
etc. Los objetos poseen una fuerza molivadora inherente respecto de la acción
del niño. Esta fusión entre los objetos y la acción está causada porjajiaturale-
za de los impulsos o deseos personales y las capacidades perceptivas del
niño. A esta edad la percepción está integrada en la acción, En el juego, los
objetos pierden su fuerza determinante. El niño ve una cosa pero actúa en
cierta medida prescindiendo de la sugerencia perceptiva d e jo que ve, logran
do así una situación en la que empieza a actuar con independencia de lo que
la situación le impone. L aacción progresiva sobre los objetos, tomados como
lo que no son, va haciendo que se realice la separación significante/significa
do que todo símbolo incluye. Vygotski pone ejemplos concretos sobre la
dificultad de los niños pequeños para aseverar algo que es manifiestamente
falso en presencia actual de la cosa. En las investigaciones sobre el juego de
Elkonin podemos ver cómo se comprueban empíricamente estas afirmaciones
(Elkonin, 1980). Una esnecie de repugnancia cognitiva prohíbe al niño asegu
rar que algo es lo que no es si está presente la evidencia perceptiva (el objeto
por ejemplo).
Es en la edad preescolar cuando el niño comienza a ser consciente de la
diferencia entre el campo de la significación y el campo visual o perceptivo,
entre lo que se piensa y lo que se dice; la diferencia entre lo que es y lo que
podría ser, lo que parece y lo que es. Es a partir de esta edad en la que el niño
puede acceder cognitivamente a la mentira, cuando comienza a comprender
que las cosas no son exactamente lo que él piensa de ellas; ni su pensamiento
se corresponde con realidades objetivas y admite que el pensamiento puede
separarse de la acción y por tanto cambiarse u ocultarse.
ELverc'aí'' o juego simbólico comienza cuando hay una cierta separación
entre la acción y el pensamiento y éste dirige las acciones sobre los objetos.
Con un poco de profundidad puede levantarse una hermosa y compleja men
tira. Las reglas del pensamiento dirigen toda acción verdaderamente lúdica.
El juego proporciona un estadio transicional en la dirección de la separación
de la acción y el significado. Un palo se convierte en un caballo y esto es
interior a la comprensión de que una cosa es un caballo y otra la palabra
caballo. Los juegos elementales de representación de una cosa por otra intro
ducen al niño en el camino de la arbitrariedad de los elementos del discurso
nental, que termina expresándose adecuadamente a través del lenguaje.
Vygotski sale al paso de los que relacionan juego infantil y juego animal.
Para él no podrían nunca ser equiparables en la medida en que el origen del
uego es la acción, y ésta depende de las estructuras perceptivas, que son
-radicalmente distintas en el ser humano y en el animal, porque desde el
comienzo de la vida la razón social dirige y mediatiza la actividad humana.
El juego infantil y la construcción social del conocimiento 63
aoültas que tienen un carácter oculto o más o menos prohibido (bodas, ritos,
e ). Estos argumentos son manejados por Elkonin como base para su teoría
<J '}ue el juego es un producto de la complejización del trabajo a lo largo de
la historia de la humanidad.
En los últimos períodos históricos, la actividad laboral del hombre se ha
i1' ersificado y especializado de tal manera que la infancia ha quedado sepa
rada de dicha actividad. A su vez. el período de inmadurez y de preparación
C reativa para incorporarse al mundo laboral se ha prolongado mucho. Hay
c añadir a este argumento la importancia del símbolo en la evolución de la
cultura y la tecnología. Un mundo de sím bolos sociales rodea a los niños
rt-.-ntras se les impide su acceso directo al mundo de los adultos. Estos
i ’.ores son los que han determinado históricamente que ei juego y la activi
dad infantil se segreguen como formas simbólicas de carácter independiente.
Aunque no queda claro cuál es el papel de la función afectiva dentro del
j; 70. se intuye en la teoría de Elkonin una concepción global sobre el papel del
juego en el desarrollo que lo vincula a la influencia del entorno y a las formas
e. f/ontáneas de aprender reproduciendo experiencias no comprendidas.
Ju e g o y o n to g é n e s is.
( ' i
La importancia del iueeo en el desarrollo individual_u ontogénesis se
corresponde con la importancia del juego en el desarrollo de la especie o
t. génesis; ambas son índices de la complejización, primero de los sistemas
lló r a le s, económ icos y sociales de la evolución del hombre, y segundo, de
lü complejidad de la estructuración del desarrollo individual atendiendo a la
i lusión de la cultura en la organización psicológica del individuo.
Recordemos (Riviére, 1984) que, para la escuela soviética, la educación y
el desarrollo son formas de culturización y de incorporación de la historia de
1. .íumanidad, su cultura y sus leyes, a la vida mental del sujeto. La adquisi-
r' "'n de los procesos mentales superiores es el resultado de la intencionalidad
d<* los seres humanos sobre sus crías, y del interés educativo y socializador
i, ¿ los adultos tienen sobre los niños.
En la psicología soviética del desarrollo, el juego tiene un origen filogené-
ticu que se relaciona con la evolución de los medios de producción y el
l ¿arrollo técnico de las.sociedades. N o podía ser de otro modo en un modelo
(* análisis marxista. El origen ontogenético del juego hay que buscarlo en el
tipo particular de relación con los objetos y con las personas que los niños
l ablecen bajo la orientación de los adultos.
Piensa Elkonin que aunque gran parte del uso de los objetos que descri
ben Kohlcr (1935) y Piaget (1926), es de naturaleza utilitaria, otros usos no
..i de carácter pragmático, sino que son el resultado J e aplicar un significa-
íntimo (personal) al ejercicio con el objeto, de tal manera que al uso
E! jtwyo infantil y la construcción social del conocimiento hl
■S
relación. Propone el juego y sobre todo e l simbolismo lúdiccj como ur) marco
instrumental de carácter representativo.
El adulto tiene un papel de orientación, ah irle dando al niño las_ pautas . •
para que realice su propia trayectoria de complejización del s í í t í d c q y de su
estructura (de la relación significante/significado) y del contenido (los temas®1'
que se representan). F1 niño accede primero a la representación simbólica y
posteriormente a la conciencia sobre la representación que está realizando. El
juego es un campo de e ntrenamíento en la adquisición de esa conciencia. Es
la conciencia de orientación de la actividad humana como una actividad
social, el instrumento mental que se aprende en los juegos simbólicos.
,
(CX
Los objetos del exterior tienen un papel en el juego desde el momento en
que se insertan en la actividad orientadora y de búsqueda cognitiva que es
éste, pero esa inserción está regida por la finalidad del sentido que la acción
lúdica tiene.
Durante los primeros tres años de vida se realiza una preparación de esta
actividad orientadora que es la acción lúdica. A partir de los tres años aproxi
madamente. el juego de representar papeles tiene su máximo desarrollo, por
la protagonización e intercambio social que a través de ia ficción se produce
en estos juegos. Este tipo de juego resulta imprescindible en el desarrollo de
la comprensión social de los niños.
contexto y la experiencia vivida. Los niños no son más imaginativos uue los
adulto¿ La imaginación se enriquece con el conocimiento \ la práctica.
Las primeras reproducciones simbólicas de acciones son con aquellos^
objetos que previamente han servido para construir acciones con la ayuda de
un adulto. Es falso que la carencia de orientación sea estimulante para la
construcción imaginativa.
vpi Apoyado por el adulto, el niño transfiere acciones realizadas con unos
determinados objetos a otros objetos y situaciones, ensayando asíja transgre
sión del uso habitual de las cosas y abriendo las posibilidades de éstas a usos
imaginarios nuevos.
Pone nombre lúdico a los objetos sólo después de haber operado con
ellos y de que el adulto le haya dado nombre lúdico.. Existe pues_una^depen
dencia semántica de la acción y de la cultura. El principio de que la actitud es
anterior a la representación se cumple en el uso lúdico de los objetos.
¿pf’Se adjudica a sí mismo nombre lúdico sólo después de que el adulto le
haya atribuido a él un nombre lúdico. o a propuesta de él. La fase culminante;
del juego simbólico es la capacidad de jugar a representar personalmente
papeles, protagonizando personalmente los roles.
lin las distintas épocas de la historia, según fueran las condiciones sociohistóri-
F i ¡ucfio infantil y la construcción social del conocim icnio 71
~ 77 ( -j,"— .> . 2 —
cas. geográficas y domésticas concretas tle la vida, los niños practicaron juegos de
diversa temática. Son distintos los temas de los juegos dc los niños de las distintas
clases, de los pueblos libres y de los pueblos oprimidos, de los pueblos nórdicos y
de los meridionales, de los qué habitan en terrenos bajos o en desiertos, de los hijos
de obreros industriales, de los pescadores, de los ganaderos o de los agricultores.
Elkonin (1980). p. 32.
Al igual que todas las funciones del conocimiento (el juego y la imaginación)
surgen originariamente de la acción. Vygotski (1934/79). p. 143. .
Pero no se trata de la ciega acción del sujeto con el objeto, sino de un tipo
particular de relación con los objetos que los niños establecen bajo la orienta
ción de los adultos^
En el juego, las cosas pierden su fuerza determinante. El niño ve una cosa pero
actúa prescindiendo de lo que ve. Así, alcanza una condición en la que el niño
empieza a actuar independientemente de lo que ve. Vvpqiski (1934/79). p. 148. ___
desde cl momento crt que hay un referente común (las reglas) al que acudir
para resolver cualquier conflicto entre los jugadores. Esto es válido tanto para
los llamados, por Piaget (1 9 4 5 ). juegos de reglas (las canicas por ejemplo)
como para los juegos simbólicos; jugar a «casitas» puede ser muy diferente
para cada niña, a la vez que hay elementos universales: la reproducción de roles
sociales familiares.
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•r —V
A n a M aría R adrizzani Goñi
y A n a González
El niño y el juego
I
Las operaciones infralógicas espaciales
y el juego reglado
Editorial CATARI
Buenos Aires
1
.S.B.N. 950-799-000-3
) Editorial CATARI
¡ueda hecho el depósito que m arca la ley 11.723
mpreso en la A rgentina / Printed in Argentina
Hstribuye: .
¡ATARI Chile 470 1» "E" • Tel.: 362-1365
361-2427
A mis hijas Constanza, Verónica y Magdalena
A.M. Radrizzani Goñi
15
Parte I
Psicogénesis del Comportamiento Lúdico
1. Significación cognitiva del juego
27
w
'¿-¡miro / ,r>
i
t -------- --
E stos esq u em as co n serv an jiel juego de ejercicio el placer funcional^.
ejercerse en el vacío y no persiguen ninguna fin a M a d de ad ap tarse
a ia realidad. Del juego simbólico conservan la capacidad de evocación^
t decir, de ap licarse a objetos su stitu to s del habitual, o bien se ejercen
f'-\ ningún soporte m aterial. _
Desde el sexto subestadio sensorio-m otor h a s ta la aparición del
pen sam ien to lógico concreto, surgen nuevas form as de símbolos lúdicos.
D urante el período de la inteligencia rep resen tativ a, preoperatoria,
P ia g e t d is tin g u e dos n iv e le s de o rg a n ización s u fic ie n te m e n te
d ueren ciad os en tre sí que perm iten establecer u n a clasificación de los
j, gos sim bólicos:
r
ión s im ple d e un objeto a otro: un mismo objeto es tomado
co m o sig n ¡fica n te p ara distintos significados. Por ejemplo!) el niño
to m a el p a q u ete de cigarrillos y lo desplaza sobre la m esa haciendo el
ru id del tre n .
d) J u e g o d e im itación que consiste en una asim ilación d el cuerpo
p ro p io a o tro o a objetos cualesquiera: el niño se identifica con diferen tes
p erso n ajes asim ilándolos en teram en te a su yo, como an tes asim ilaba
un objeto a otro. “E l gesto im itativo ju eg a el papel de sim bolizante y
el p erson aje evocado es el simbolizado. Él símbolo ap arece como el
producto de u n a colaboración, que se h a hecho generalizable en tre la
asim ilación lú d ica y la im itación.. . ” (4). M agdalena dice: “Soy m am á”,
to m a a su m a d re de la mano y le dice: “Vení, hija, vam os a h acer
co m p ras”, o to m a la cartera y dice: “Me voy al consultorio”, im itando
a su m a d re .
f 9J C o m b in a c iQ m sM m bólicas p q ria d a s (a partir de los 3 -4 años):
u n a vez co n stitu id o el símbolo en su generalidad se producen verdad
e ra s com b inacion es simbólicas:
íf”f¡§i C om b in acion es simples de reproducción de escen as reales a
d esarrollo s m á s extendidos. El niño p arte de combinaciones simples
que van de la transposición de escen as reales parciales a desarrollos
ca d a vez m á s extendidos, h asta lleg ar a la construcción de verdaderas
e scen as co m p lejas en teras. Se produce tam bién la invención de seres
im a g in a rio s que reúnen elem entos de imitación y asim ilación defor
m a n te , én d osis variables.
, v f ) C om b in ación es com pensadoras: el niño intenta en estos compor
ta m ie n to s lúd icos corregir la realid ad m ás que revivir la experiencia
p or p lacer.
V eró n ica y M agd alen a concurrieron a un parque de diversiones; al
d ía sig u ien te piden reg resar y se les dice que no. Al rato hacen en el
cu a rto de ju e g o s una “reproducción” del parque de diversiones y
re p a rte n e n tr a d a s y dinero a sus fam iliares p ara que todos puedan
co n cu rrir.
^ C f l m b in acion es liquidadoras! elpiño realiza en este tipo de juego
lo que no se a tre v e ría a h acer en la realidad.
A n te situ a cio n e s dolorosas él niño puede in stru m en tar conductas
co m p e n sa d o ras, como en el caso an terio r, o bien puede resign arse a
a c e p ta rla s : en este caso revive la situación desqontextuándola del
contenido d esag rad ab le e in ten ta asim ilarla incorporándola a otras
co n d u ctas p ro p jas; reproduce, ta l como se dieron en la realidad, las
29
m
e sc e n a s en la s q u e el yo h a sido am e n a z a d o, in ten tan d o a si v e n c e rla s
y p o d e rla s a s im ila r . A F lo re n cia no le g u s ta que le laven el cabello,
llora y r e n ie g a c a d a vez que esto sucede; ju g an d o con su s m u ñ e ca s,
rev iv e la a cció n d e b a ñ a rla s y lav arles el cabello d icién d o les: “No
llo ren , v an a e s t a r lin d a s”.
C o m b in a c io n e s sim b ó licas a n ticip adoras: el n iñ o 'in te n ta ace p
ta r u ñ ir in d ic a c ió n , un consejo, un a orden, a n ticip a n d o sim bóli
ca m e n te la s c o n s e c u e n c ia s que sobrevend rían en caso de d esob ed ien
cia o d e s a c a to . .
A M a g d a le n a se le im pone la orden de no co m er c a ra m e lo s ese día,
pu es la n o ch e a n te r io r h a b ía vom itad o. Luego de la ce n a d ice: “A P a u la
su m a m á le dio m u ch o s c a ra m e lo s porque se p ortó bien y no fue al
d octo r y se s ie n te b ie n ”.
i
32 r
C
1. Influencia social sobre el comportamiento ético
k 35
9
| E s u n a m o ral que subordina la m oral del bien a una m o ral fundada
en el v a lo r de la regla e x te rio r y del seudo sen tim ien to del deber.
U n caso ejem p lar de este tipo de socied ad es fue la sociedad
I e s p a r ta n a , cuyo modelo de vida “residía en la é tica de la obediencia y
^ la a u to a n u la c ió n an te los in te re se s del E sta d o , regulándolos a tra v é s
Je los e s ta m e n to s o cofrad ías de g u errero s m ed ian te los elogios y las
I sa n cio n e s so ciales" ( 1 1 ). -
, E l h is to ria d o r M. I. F in ley tra n scrib e un p árrafo de L a s L ey es de
P la tó n p a r a e xp licar el funcion am ien to de e s ta s sociedades e sta m e n
tale s, fu n d a d a s en el predom inio de las rela cio n e s de p resión. E l texto
i es p u esto en b oca de un ate n ie n se , quien le d ice a un e sp a rta n o : “U n a
J e las m á s p e rfe cta s de v u e s trá s leyes es e s a que prohíbe te rm in a n -
em e n te a v u e stro s jóven es el inq u irir si cu a lq u ie ra de e lla s es ju s ta
^ n o”. ,
! E x is te n tre s c a r a c te rís tic a s fu n d am en ta le s que signan la existen -
ia de ta le s so cied ad es y de los sistem as socio-políticos que les son
'n h e re n te s :
1 ) “E1 te m o r de e lev ar al p oder a hom bres com peten tes ( ...) p a r a d ar
.a p re fe re n c ia a los te m p eram en to s irascib le s y poco ilu strad o s,
ácid os p a r a la g u e rra m ás bien que p a ra la p az” ( 1 1 ).
2 ) “E s q u iv a n a la ley, como esquiva un niño la m ira d a de sus
n i ) - - • .
e n l a m e d i d a e n q u e l a r e c i p r o c i d a d y ,; p o r . f e n d e ,- .e J r e s p e t o m u t u o
c o n d u z c a n a la b ú s q u e d a p e r m a n e n te d e l b ie n c o m ú n y a u n c u e s-
t i o n a m i é n t o : : . c o n s t a n t e . , a c e r c a . d e ¿ la c o n c e p t u a l i z a c i ó n ■d e e s e b i e n '
c o m ú n ;- i d e a l .i n a s i b l e y - .le ja n o ; i p e r o , a l m is m o t i e m p o , p o s ib le :d e
c o n c r é c i o n e s >p á r c i a l e s a tra v é s d e n lo s a c to s , e f e c tiv o s ^ c o n c r e to s ,
c o t i d i a n o s y v a l e r o s o s d e s e r e s h u m a n o s c o n c a p a c i d a d d e h o n e s t id a d ,-
e m p a t ía y .a n im a d o s p o r ü n d e s e o d e b ú s q u e d a c o n s t a n t e .d e l a V e rd a d ,
.-¡■i A p a r t i r d e l p a r a l e l i s m o e x i s t e n t e e n t r e : e l d e s a r r o l l o m o r a l y . ;l a
e v o l u c ió n i n t e l e c t u a l .(q u e a c a b a m o s d e : d e s c r i b i r ) , ;a n a l i z a r e m o s .a
c o n t i n u a c i ó n l a e v o l u c i ó n d e l c o m p o r t a m i e n t o 'd e l n i ñ o . r e s p e c t o d e l a
p r á c t ic a d e la s r e g la s y d e la c o n c ie n c ia d e la s m is m a s : r.¡ ; i ¡f r ío i
• iii -b-'u n :p ír .u J V > t o S f !¡ ísítvki*?ch r./i-s
1- e s ta d io : d e O a 5-6 a ñ o s y m ed io
•I
■Juran te el primer año de vida se detecta la existencia de regulari
dades motoras, de regias o costumbres motrices o de esquemas
ritixalizados que surgen a p artir de la asimilación de cualquier objeto
a esquem as de acción ya existentes, asimilación que se realiza en
función de los deseos del niño y sin intención adaptativa. Estos
esquem as ritualizados anuncian la aparición futura de los símbolos.
Si no se puede hablar de reglas propiamente dichas, esto se debe
fundam entalm ente afdos razones: [ . i)<
íf^Spho hay juego en común, y la regla surge por la necesidad de j-
legislar acerca de las relaciones interpersonales, y • :
^ S fla asimilación de los objetos al yo se realiza en función de los
propios deseos; por lo tanto rio puede surgir ningún sentimiento de
sumisión a algo superior al yo, condición también necesaria .tara la
aparición de la regla. :
Con el apogeo del pensamiento egocéntrico a nivel representátivo
(a p á rtir de los 2 años), caracterizado por la indiferenciación del sujeto
y del objeto, asi como por la confusión del punto de vista propio con el
de los otros, el sujeto se to m a pasivo de recibir la influencia exterior
de modelos y de conjunto de reglas codificadas.
Son conductas interm ediarias entre las conductas socializadas y
las puram ente individuales del primer año y medio de vida; surgen
como posibles apenas se perfila, hacia finales del primer año,! una
necesidad de socialización que aún está muy lejos de alcanzar un
intercam bio de cooperación. '' ■ ’
. El niño intentá im itar las reglas que “ve” ejecutar a los mayores, '
pero las asimila a esquemas individuales. Cuando juega junto á ótvos l
no le interesa vigilár el cumplimiento de las reg las;'d é ahí ;qvé
m anifieste un concepto muy particular acerca de “ganar”: significa
ju g a r p ara sí mismo, desarrollar su destreza, experim entar ün placer
"m otor o bien “respétar” la regla a título de ejercicio interesante y no
de realid ad obligatoria/ : . i-
2* estadio: de los 6-7 años hasta los 9-10 a ño sJp ^ c> f'riüfl''1**
■
s Con los inicios de la coop eración cooperación guS-S.ejekgresa'en
iv.< m a dé intención, los sujetos comienzan a exp erim en tarla necesi-
\; o o ,n .
3 Qe s t a d i o : a p a r t i r d e lo s 10 a ñ o s, té rm in o m e d io , h a s t a los 1 2
13 a ñ o s '
' n ' o •' ‘ ’ ’ ?i '
De la heteronomía propia del pensamiento preoperatorio e inicios
del operatorio concreto surge, progresivam ente, una m oral autónoma.
L a reg la del juego es considerada por el niño no ya como externa y
sa g rad a, en tanto es im puesta por los adultos, sino que se le impone
ir i
como resultado de u n a libre decisión entre los miembros de esa
“com unidad lúdica”, y por lo tanto digna de respeto, pues es producto
del acuerdo mutuo'. L a regla debe pues ser respetad a si se quiere ser
leal.
Al perder la “ley” el carácter de sagrada y de ser em anada de una-, •
autoridad superior, el niño acepta entonces la posibilidad de transfor- , •
m arla a voluntad, siem pre que ella surja de la voluntad general. Las j
reglas nacen “del h acer junto a otros” y de la necesidad de reglam entar
ese h acer.
“L a reg la colectiva es en prim er lugar algo exterior al individuo y,
por consiguiente, algo sagrado; después se interioriza poco a poco y . J
ap arece en esta m ism a medida como el libre producto del consentí-'
m iento m utuo y de la conciencia autónom a”.
L a r e g la o s pues u n a construcción progresiva y autónoma;_de
coercitiva, exterior y considerada como una “verdad revelada”, se
modifica y adapta a las tendencias del grupo. “Al m odificar las reglas,
es decir, al convertirse en legislador y soberano en esta democracia
'5
que sucede hacia los 1 0 - 1 1 años a la gerontocracia anterior^ el niño
jid q u iere l.a/conciencia de la razón de ser de las leyes” (3).
L a re g la de obligación, superada ahora por la r e g la j e cooperación,
se convierte en una ley m oral efectiva.
L a característica esencial de la cooperación es conducir al niño a la
4H
práctica de la reciprocidad y a la generosidad en sus relaciones con los
compañeros de juego. -
o .
' t !(l* • •
49
Parte III
Las operaciones infralógicas espaciales
y el juego reglado
1. Características del juego reglado
t
lita resolver exitosamente, por ejemplo, la construcción de “collares”
(lineales o cíclicos), teniendo en cuenta un orden de sucesión de colores
y/o de form as. El éxito está asegurado tanto en la realización del orden
directo como en el del inverso.
jz . — —
yn
>*-"r ■ 7
1 <
—— ----—--------------»— ít> ''■//(
O II)\E1
r sistema de las Operaciones
' • proyectiuasj)11 conservando’ *lo con
quistado por la operatoríedad topoíógica, atiende a las relaciones
referidas a las posiciones relativas de los elementos de las figuras o de
i é s t a s en sus diversos vínculos, pero todo esto en relación con un
1 observador determinado o un plano comparable a su plano visual. ;
L a s configuraciones antes topológicas se elevan ahora al rango de
figujas (por conservación de las formas), respetando asilas posiciones
respectivas y las distancias aparentes que las separan, pero estas tres
conquistas siempre permanecen relativas a un punto de vista conside
rado. E ste sistema mantiene a la recta como úniro elemento constante
en sus construcciones. i '
L a s operaciones proyectivás son:
(___D
/ N
11
\ /
1
1 D
C 1 l)
1
X
'
* \
s
U_____ k \ /
A
62
H I lljtEVlsistemn enc/úfen-solidario del anterior implica una coor
dinación de los emplazamientos mismos en relación con los cuales los
objetos se desplazan. L a puesta en relación del móvil en sus sucesivos
em plazam ientos y desplazamientos confiere a los objetos un tamaño
constante, así como también las distancias recorridas se mantienen
invariantes. E sta s relaciones permiten la construcción del sistema de
referencia de las coordenadas espaciales. Tales operaciones, conser
vando la recta proyectiva, incluyen la conservación de las paralelas,
los ángulos y las distancias, llegando así a una construcción cada vez
m ás acabada del espacio, en un sistem a de referencias general y fijo:
el sistem a de las coordenadas espaciales. ., v.. •
Los sistem as euclídeo y proyectivo, al articularse entre sí, logran
la coordinación de las diferentes figuras y no sólo de las partes vecinas
de las m ism as, lo que permite la conservación tanto de las formas, en
el transcurso de los cambios de puntos de vista, como de las distancias
o tam añ os, durante los desplazamientos.
. L as operaciones euclídeas son: ... ■
■' ' •••'• •' ; V
. U>Adición y sustracción de elementos: las operaciones de este tipo
perm iten reunir y dispciar las diferentes partes constitutivas de una
determ inada figura considerada. De esta m anera se asegura la
conservación de ese tpdo, tanto a título de emplazamiento como a
título de la figura del objeto ubicado.
'i ‘2 )< K tnp la zam ien tos y d esp la z a m ien to s: esie a g r u p a . , n e m u peí >ni-
Introducción
A p a r tir del surgim iento de un pensam iento reversible, móvil,
d escen trad o del propio punto de vista, el in terés del niño se o rien ta
h acia activ id ad es con ca ra cte rística s específicas referidas al in te r
cam bio social, a la investigación intelectu al, al respeto por las n orm as
65
establecidas, etcétera. Su in terés lúdico encuentra en ql juego reglado
una expresión que satisface e sta demanda. — ^
Nos propusimos investigar qué posibles beneficios cognitivos
podrían obtenerse con el ejercicio de estos juegos.
Como resultado de esta investigación descubrimos que las re
sp u estas exitosas implicaban el reflejamiento y la reorganización de
“diferentes tipos de operaciones intelectuales. Además, el com portam
iento elegido por los niños al en fren tar las situaciones lúdicas se nos
m ostró como válidof índicador^para determ inar niveles de organi
zación de las estru ctu ras cocnitivas y modos de .expresión de su
dinám ica afectiva.
L a p ráctica de los juegos reglados, m ás allá del beneficio cognitiyo
que señ alam os, rep resen ta una situación válida para favorecer el
desarrollo de un a moral autónom a.
É s ta s situaciones lúdicas perm iten ejercitar la discusión, la r
flexión crítica, el cuestionam iento de criterios de justicia-injustici
así como la capacidad de ad ap tarse a normas establecidas y aceptad:
por todos. E sta m oral autónom a, basada en la necesidad de recipr
cidad, respeto m utuo y cooperación, es un modo de ejercer la libertí
personal insertán dola en el ejercicio de la libertad del otro.
A nalizarem os juegos en los que intervienen las operaciones in--
fralógicas espaciales; en cada uno de ellos presentarem os el m aterial
y el reglam en to correspondiente. Seguidam ente explicarem os los
sub sistem as topológico, proyectivo y euclídeo que sustentan su reali
zación exitosa, así como los niveles de comprensión de la lectu ra o
explicación del reglam ento, p ara finalmente ca ra cte riz a rla s respues
tas de los diferentes niveles de estructuración cognitiva.
Podem os clásificar los juegos analizados en: a) Ju eg os de letras:
D ilem a, B u ca n ero , Topw ords, Debate, Boggle, R ap igra m a , F ó k er de
letras.
b) Ju eg o s espaciales propiam ente dichos: Variantta, 5 en fila,
R euersi, A salto al castillo, TÁ -TE-TO P, Molino, Combate espacial,
B loqueo.
D IL E M A
1) Materiales
“Un tablero, fichas que representan las letras con sus diversos
valores y portaletras”.
2) Reglamento
“Prim ero se mezclan las fichas con la cara hacia abajo, al costado
del tablero; empezará a ju g ar quien saque la letra más próxima al
principio del alfabeto. Cada jugador sacará ocho fichas para colocarlas
en su soporte.
El prim er jugador combina dos o más de sus letras formando con
ellasu na palabray colocándolas sobre el tablero en sentidohorizontal
o vertical. U na de las letras de la primera palabra debe cubrir el
cuadro central del tablero marcado con un signo de interrogación. No
pueden formarse palabras en sentido diagonal.
Hecha la jugada el jugador cuenta y anuncia su puntaje. En
seguida saca del montón la misma cantidad de fichas que empleó en
su jugada, manteniendo siempre ocho fichas en su soporte.
El juego pasa hacia la izquierda. El segundo jugador, y así sucesi
vam ente cada uno, agrega una o m ás letras a las ya colocadas, con el
fin de form ar palabras nuevas. Las letras empleadas en una jugada
deben ser colocadas en una sola fila horizontal o vertical y deben
form ar una palabra completa. En caso de avecinarse con letras ya
colocadas en filas adyacentes, deben formar en combinación con todas
estas letras palabras completas, a m anera de las palabras cruzadas.
E l jugador se anota el valor de todas las palabras formadas o modifi
cadas por su juego.
^ 3 ) C o m p re n s ió n d e l reg la m e n to
i .
j L a d ecod ificación que de este reglam en to h a g a el niñ o, y a se a leído
p or él o e x p licad o p or el ad u lto , es indicador de un d e te rm in a d o nivel
de d e s a rro llo . E s decir, la in terp reta ció n se g m e n ta d a (por su cesiv as
c e n tra c io n e s p a rcia le s y u x ta p u e s ta s )j)J a in te rp re ta ció n de la to ta li
d ad de l a s n o rm a s y el resp eto por el cu m p lim ien to recíp roco de
a q u é lla s s e r ía n in d icad o res de n iv eles y a p re o p e ra to rio s y o p erato rio s
de p r i m e r o s e g u n d o n iv el resp ectiv am en te.
68
C u and o los com p ortam ien tos cognitivos representativos concep
tu ales se hallan organizados según el modelo de función co n sti
tu y en te, el niño responde de m an era unidireccional e irreversible.
¿Q ué interpretación g e n e ra l, global y sin crética realiza de este
conjunto de norm as? El juego consiste, p ara estos niños, en fo rm ar
d iferen tes u n id ad es-p alabras, m ás allá de si éstas pertenecen o no a
un código social com partido. Son unidades-palabras más ce rca n a s al
símbolo (m otivado e individual) que al signo (convencional y a rb i
trario ). Pueden inven tar “p ala b ra s” (yuxtaposición de sonidos) quq
ca rezcan de significado.
C u and o los procesos de equilibración m axim izadora se producen
en el seno de estas e stru c tu ra s categoriales provocando su com pleta-
m ien to o cierre, se abren n u ev as posibilidades de composición de sus
com p ortam ien tos cognitivos: el sistem a operatorio concreto, cu ya
expresión lógica se h alla en la estru cu tra de agrupam iento. E s te
p en sam ien to reversible, m óvil, capaz de an ticip ar transform aciones,
de a r b itr a r diferentes recu rso s p ara a lc a n z a rla solución exitosa an te
u n a situ ación problema de deducir relaciones conceptuales en tre
d iferen tes significantes (p alab ras), etcétera, posibilita In co m p re n
sión y el respeto de todas las norm as leídas, al mismo tiempo que abre
la creativ id ad h acia un n úm ero cada vez m ayor de estrategias co m
p ro m etid as en la resolución del juego.
E l afianzam iento de este proceder operatorio se va dando en form a
p a u la tin a y progresiva, y a que es inherente al proceso constructivo de
la inteligen cia.
E n el¡fprimer nivel operatorio con criu jr el niño puede ce n tra rse en
la coordinación e in terp retación adecuada de algunas de las leyes
re g la m e n ta ria s; por ejem plo, entiende que tiene que formar p a la b ra s
a p a r tir de sus letras y em p lazarlas “de alguna m anera” en el tablero.
E l problem a que irá resolviendo p au latinam en te será el de los req u i
sitos que deben cu m p lim en tar estos emplazamientos.
P o r el con trario, en ejfSegundo nivel operatorio concreto,,el niño
puede aten d er al mismo tiem po la formación de palabras a p a rtir de
las le tra s con las que él cuen ta y el uso adecuado del tablero de acu erd o
con la s n orm as establecidas.
c A M 1 S A S a ca esta letra M
que está de más
Cm)
E
S
A
70
d) Dificultad ante el uso del comodín: si bien se pone contento
cuan 3 o lo tiene, no sabe usarlo pues necesita establecer concreta
mente una correspondencia término a término entre el sonido y el
signo que lo representa. El comodín entonces representa un “espacio
vacío” al que no puede otorgarle un significado.
e) M uestra alegría cuando le tocan en suerte letras de alto puntaje,
que luego no sabe cómo utilizar puesto que son las más difíciles (X, Z,
Q, K).
f) Procede por regulaciones para la ubicación de las diferentes
letras en la palabra: no puede anticipar la inclusión o envolvimiento
de las letras comprendidas entre la inicial y la terminal de una
palabra, por lo que va corriendo un lugar para arriba o para abajo,
p ara la derecha o para la izquierda_cad¿Jetra ya ubicada, cuando le
faltan espacios para las letras restantes.
Ejemplo:
c
C A
A S
•) p A S A 2’) P A S A
C A M 1 S A
La palabra ALMAS podría
L haber sido escrita utilizando
M la segunda A de CAMISA, ya
que esos lugares presentan
A cuadros premiados.
S
tlf
h)>Una vez e s c r ita una p alab ra, é sta le ofrece e sc a sísim a s posibili-
’ ades de s e r co m p le ta d a p ara fo rm ar o tra s. C uando lo h a c e , é sta s son
las d o s ^ o n d u c ta s posibles:
j 2 j /T r a n s f o r m a u n a p alab ra en su p lu ral:
1 FLO R 2 FLO R ES
T o d a s e s ta s co n d u ctas reflejan la con stru cción de la s operaciones
„jDoíógicas.
E s to s p ro ced im ien to s que resp etan p artición y a dición p a rtitiv a,
''rd en de u b ica ció n , recip ro cid ad de la s v ecin d ad es, re la cio n e s sim é tri
ca s de i n t e r v a lo s y m u ltiplicación biunívoca y cou n ívoca de elem entos
de re la c io n e s , sólo se efectivizan de próxim o en p róxim o en su
■ ''te r a c tu a r con los objetos; de ah í que dichos co m p o rta m ie n to s re su l
ten p o b res, lim ita d o s, in su ficien tesy mUy costosos p a ra la adecuación
_ la n o rm a tiv a d e este juego. .
C o n s id e ra m o s co n train d icad a la u tilización de e ste reg lam en to
ron niños p re o p e ra to rio s. E stim am o s que el m a te ria l del juego puede
brfr a sim ilad o a o tro s m ás sencillos, como por ejem plo S o p a d e ingenio,
;nde c a d a ju g a d o r form a con sus le tra s a lg u n a s p a la b ra s sin te n e r
’H a c ió n e sp a c ia l u n a s con las o tras.
c A L. Z A D 0 S
E X T R A Ñ A R
E X T R A Ñ A R 0 N
V E R
V E R T I
C 0 N V E R T I
C 0 N V E R T I D 0
í_ p lF o r m a r v a r ia s p a la b r a s e n u n a m is m a ju g a d a , e m p la z a n d o s u s
l e t r a s d e m a n e r a ta l q u e q u e d a n c o m b in a d a s co n la s y a e m p la z a d a s ,
t a n to en s e n tid o h o r iz o n ta l co m o v e r tic a l, y c o n s tru y e n d o a s í v e rd a d e
r a s r e d e s d e s ig n if ic a c ió n :.
74
E je m p lo :
A S
T R A B A J 0
Al colocar S y N para
U N P formar SANO, logra al
s 0 L T A R mismo tiempo las
palabras AS, UN.
A A
R N
D
0
76
M
A
XP
R ER c a r e c e n de
E X C E D E DT s ign ificad o
P A R T 1 R El
E X C' E D E
P A R T 1 R
p 0 L 1 Z 0 N T E
0 S A S A
R E G A R R
T S 1
A E Z
L L
1) M ateriales .
2 ) Reglam ento
“ E l p r i m e r j u g a d o r a r r o ja los t r e c e d ad o s e in m e d i a ta m e n te coloca
el reloj de a r e n a en posición de tiem po. Si la t i r a d a es c o n sid erad a
m a l a p u e d e r e p e t i r el tiro h a s t a t r e s veces pero no p u ed e t o c a r el reloj.
U n a v e z a r r o j a d o s los d ad o s y p u e s t o el reloj, el j u g a d o r p roced e rá a
f o r m a r p a l a b r a s c r u z a d a s (com o la s y a con ocidas de los periódicos).
U n a v e z fin a lizad o el tiem p o no p od rá t o c a r los d ado s, l a s p a l a b r a s
i n c o n c l u s a s se a n u la n y se p ro c e d e al p u n ta je .
G a n a r á el j u e g o el p rim e r o que logre la c a n t id a d de p u n tos fijados
con. a n t e r i o r i d a d . Que p u e d en s e r 2 0 0 , 3 0 0 , e t c é t e r a . ”
79
I. C om p orta m ien to s o rn a » iz a d o s según » » a estructura d e a g r
p a m ie n to topológica
a) L a a u s e n c i a tic- t a b l e r o f a c i l i t a q u e el n i ñ o c o n s t r u y a p a l a b r a
a i s l a d a s ; a v e c e s no r e c u e r d a la c o n s i g n a d a d a p o r f a l t a d e e s q u e m a s
de a s im ila ció n q u e le p e r m i t a n sig n ifica r la s op eracion es de in
t e r s e c c i ó n ( m u l t i p l i c a c i o n e s ) p o r lo q u e no p u e d e r e s p o n d e r a u n a d e
l a s l e y e s f u n d a m e n t a l e s d el r e g l a m e n t o . " '
E j e m p l o : en v e z d e f o r m a r p a l a b r a s d e l a s i g u i e n t e m a n e r a :
P E S A
O S O
c o l o c a c a d a u n a en u n r e n g l ó n s i n i n t e r c e p t a r l a s
p E S A
s A P 0
0 S 0
c A M
A L
L E
A S
d) P r e f i e r e u t i l i z a r la i n t e r s e c c i ó n de l e t r a s de m a y o r p u n t a j e p a r a
la f o r m a c i ó n d e p a l a b r a s en s e n tid o h o r i z o n t a l y v e r t i c a l :
E jem p lo:
C A Z O N R
R A
O C A Z O N
A O
N N
1) M a t e r i a l e s
2) Reglam ento
P o r ejemplo:
W 2 ht M ^
1) Materiales
“54 fichas blancas con letras y su? valores respectivos y 54 fichas
negras en iguales condiciones; 2 tableros cuadriculados para colocar
fichas."
2> Reglamento
. “Un jugador comienza tomando la letra que ha elegido y la nombra
enívoz alta, colocándola en su tablero cuadriculado; a su vez el segundo
jugador toma de su color la misma letra y la^coloca en su tablero;
seguidamente este segundo jugador elige otra letra que le convenga
p ara formar la palabra y también la menciona para que el primer
jugador la ubique en su tablero. A continuación le toca el turno al
prim er jugador, y asi sucesivamente. •
¡.Las letras pueden cam biarse de ubicación dentro del tablero si
re su lta ra conveniente para formar palabras.
|E1 juego finaliza cuando se han elegido sucesivamente la s2 5 letras
p ara completar el tablero correspondiente.
Aquellas letras que no se han podido utilizar para form ar palabras
se retiran del tablero.
Se suman los puntajes de las palabras formadas vertical y horizon
talm en te, y si una letra es utilizada en dos palabras se considera su
puntaje dos veces; solamente son válidas palabras que figuren en el
diccionario, no pudiendo utilizarse nombres propios, apellidos y
abreviaturas.
‘Si eventualm ente un jugador logra una palabra de cinco letras,
duplica los puntos de la palabra.
Obviamente, el objeto del juego consiste en acum ular el mayor
D Ü n t a je posible; el que lo obtiene, gana la partida." ,
t
.os agrupamientos duclídeo-proyectivos se ven claram ente refle-
s en las conductas exitosas de los sujetos en este juego.
E je m p lo :
1. A V A R 1) LAVA 6)
A L 0 2) LAGOS 7)
C¡ IJ 1 i: N 3) LAVAR ^ 3)
0 S j 4) SKDA RON
s i: 1) A S SI: DAS 9)
5) GUIE OS
D e sp u é s d e fo rm a r p a la b ra s co m p le ta s (1 , 2, 3 , 4 ) in te rca la n d o
le tr a s (L , J ) en sentido v e rtica l, se produce la p a la b ra A L E JA .
P o s te r io rm e n te in tercalan d o u n a le tr a (O, S ), se fo rm an p a la b ra s en
d ife re n te s se n tid o s: LO, RON, O S, U S E . E sto es posible p or la adición
y s u s tr a c c ió n de elem en to s (le tra s ) en el todo que es la p a la b ra . Al
m ism o tie m p o , la recip rocid ad de la s re fe re n c ia s se o b serv a en
d ife re n te s d ire ccio n e s, por ejem plo, en OS y en U S E : la S es v ecin a de
O y al m ism o tiem po es vecina de U y E , no siendo é s ta s v e cin a s e n tre
sí, y a q u e S m a r c a la relación “e n tre ”; a s í se pueden f o rm a r p a la b ra s
en a m b o s se n tid o s: OS (h o rizon tal) y U S E (v e rtica l). Lo m ism o sucede
en L O y R O N .
E l en v o lv im ie n to de in terv alo s o d is ta n c ia s h u b o de te n e rse en
c u e n ta p a r a fo rm a r A L E J A p artien d o de LA V A R, G U IE N y S E D A S .
Del m ism o m od o deben re s p e ta rs e los in te rv a lo s p a r a fo rm a r OS y
U S E p a rtie n d o de LA G O S, G U IE N y S E D A S . E l to m a r un elem en to
com o i n t e g r a n te de dos p a la b ra s en d is tin ta o rie n ta ció n es explicado
ta m b ié n p o r lo s a g ru p a m ie n to s 7) y 8 ): m u ltip licació n co u n ív oca de
e le m e n to s y re la cio n e s.
L a s m u ltip lica c io n e s b iu n ívocas de elem en to s y re la cio n e s , que
p o sib ilitan l a co n stru cció n del sis te m a de la s c o o rd e n a d a s e sp a cia le s,
son los a g ru p a m ie n to s que p erm iten e s ta b le ce r co rre sp o n d e n cia s
té rm in o a té rm in o e n tre la s le tr a s y d ecid ir si se p u ed en fo rm a r o no
p a la b r a s en lo s esp acio s con tiguos a la s le tra s y a u b ic a d a s.
C om o c o n d u c ta s o b serv ables en los n iñ os de e ste n iv e l, se d e sta ca n
<as s ig u ie n te s : a n te u n a le tr a de alto p u n ta je d ich a p o r el a d v e rsa rio
>;s c a p a z d e m o d ificar las p a la b ra s co n stru id a s p o r él h a s t a el
<58
momento para tratar de colocarla: también, una vez concluida la
posibilidad de nombrar 25 letras, puede cambiar la total iclnd de las
palabras de su tablero, para incluir la mayor cantidad posible de
letras que, hasta el momento, le quedaban “sueltas", poniendo especial
cuidado en incorporar aquellas de mayor puntaje. Además, está
atento a elegir letras de menor puntaje entre las que quedan sin
nombrar cuando, próximo a finalizar el juego, tiene ya todas sus
palabras armadas. Esta clase de lección también la tiene en cuenta
cuando, quedando lugares vacíos, es imposible en esta configuración
continuar multiplicando relaciones para formar palabras en dos
direcciones a la vez. Procede de esta manera porque el valor de las
letras no incluidas debe ser restado del puntaje total.
P o r todo lo expuesto, se deduce claram en te que este juego sólo
puede s e r in teresan te p ara el niño que dispone de una operatoriedad
eu clídeo-proyectiva. Puede ap reciarse un m ejoram iento significativo
de los proced im ien tos em pleados a medida que avanza la coordinación
y g en eralización de los ag ru pam ien tos correspondientes al segundo
nivel o p erato rio .
P o r el co n trario , con la s operaciones topológicas el niño podrá
fá cilm e n te form ar p alab ras en su tablero teniendo en cu en ta, por vez,
un a sola dirección, y considerando exclusivam ente las le tra s de las
p a la b ra s p or él pensadas, no preocupándose por ubicar las le tra s que
le va diciendo su ad versario. Le es muy difícil (y casi siem pre
im posible) u b icar las le tra s que el otro elige.
U n a v ez producida u n a p alab ra, es raro que la modifique
a g reg án d o le elem entos (agru pam iento 1 ), así como también le se rá
im posible m u ltip licar biunívoca y counívocam ente elementos y re la
ciones, com o se explicaba an teriorm en te (ejemplo de A L E JA , LO ,
R ON , e tc é te ra ). Con las le tra s antes elegidas, un sujeto de este nivel
h u b iese podido, por ejem plo, producir un tablero así:
L A R G 0
S U E N A
A S A
89
m
M o ja n d o sin e m p la z a r V, O, S, E, .J, D.
90
I
«
BOGGLE
1) M a t e r i a l e s
“El juego incluye una caja do plástico, 16 dados de letrasy un reloj
de arena."
«P
2) Reglamento
P ara comenzar el juego, uno de los participantes agita la caja de «r
plástico p ara mezclar los dados y hacerlos acomodarse al azar en la
báse de ésta. Luego se retira la tapa, se pone en funcionamiento el
reloj, y y a estam os en el juego propiamente dicho. Se tra ta de que, en
el tiempo que permite el reloj, cada jugador debe escribir la mayor
cantidad posible de palabras utilizando las letras que quedaron a la
vista. E s ta s palabras serán válidas si reúnen ciertas condiciones:
— Deben tener un mínimo de cuatro letras.
— L a palabra debe estar formada por letras adyacentes (por fila,
columna o diagonal).
^r-No se puede usar el mismo dado dos veces en la misma palabra.
r
— No se permiten nombres propios, ni palabras en otro idioma.
Una vez que el tiempo permitido ha finalizado, viene la etapa del
control y anulaciones. Cada participante debe leer en voz alta las
palabras que ha encontrado, procediéndose a elim inar: 1 ) las que
estén mal escritas, 2 ) las que no reúnan lascondicionesexpuestasm ás
arriba, y 3) las que también hayan escrito otros participantes. Es decir
que|cada participante se queda únicamente con aquellas palabras
correctas que sólo él encontró. Gana el partido el participante que, en
sucesivas rondas, sea el primero en reunir 4 0 puntos.” \
• • A T
3) A n á lisis de las operaciones infralógicas espaciales
P artim o s de un ejemplo concreto para analizar las operaciones en
la base de este juego:
A 1 A 0
L N O V
A W O
m J f- <
List ando el tablero así con stitu id o so pueden fo rm ar e sta s p alab ras:
N O G A L , LA G O , TA LA , LAM O , ALGO, M ALA, M ANGO, M ANIA,
G A LA , L IA N , L A M E, A L T A , LAN A, LIN O , ALM A, AG O N IA, M ANO,
GOM A, M O NA.
P a r a fo rm a r la p alab ra M ANGO o ALANO se debe h a ce r o bien una
adición o bien u n a su stracció n de letra s, dependeH e cuál se a la que se
h a y a tom ad o como p alab ra inicial. Si se tom a MANO com o p a la b ra
in icial, se d eb erá ad icion ar G p a ra log rar MANGO. P or el co n tra rio ,
si se p a rte de la p alab ra M ANGO se deb erá s u s tra e r u n a le tra (G) p a ra
co n stru ir M ANO.
L os a g ru p am ien to 3.) y 4): “reciprocidad de las re fe re n c ia s” y
“en volvim ien to (inclusión) de los in terv alo s o d is ta n c ia s”, que r e
q u ieren re s p e ctiv a m e n te : a) to m a r como punto de p a rtid a d iferen tes
re fe re n c ia s sin a l te r a r el todo dado, logrando así d iferen tes u n id ad es
sig n ificativ as, y b) co n se rv a r los interv alo s e n tre los pu n tos e x tre m o s,
tien en la posibilidad de co n stru ir, a p a rtir de la a d y a ce n cia de las
le tr a s L, G , A, O, p ala b ra s ta le s como LAGO o ALG O.
L os ag ru p am ien to s m u ltip licativo s biunívocos y counívocos se
ponen de m an ifiesto de igu al fo rm a que en los juegos a n te rio rm e n te
m en cio n ad o s.
E n cu an to a los em p lazam ien to s y d esp lazam ien to s lo específico de
e ste ju eg o , a d iferen cia de los a n terio re s h a s ta aquí an alizad o s, se
refleja en u n a de las leyes del reg lam en to en cu an to a la co n sign a que
debe re s p e ta rs e p a ra fo rm a r la s p ala b ra s: “la s p a la b ra s deben e s ta r
fo rm a d a s p or le tra s a d y a ce n te s (por fila, colum na o d iag o n al), no
p ueden s e r d e sp lazad as en el tra n scu rso de la j u g a d a ..., no se puede
u s a r el m ism o dado dos v eces en la mi sm a p a l a b r a . E s t a s re g la s , que
se refieren a la form ación de p a la b ra s a p a rtir de le tra s a d y a c e n te s ,
im p lican d iferen tes d esp lazam ien to s m en tales en tod as las d irecciones
p osib les (d e re ch a -iz q u ie rd a , iz q u ie rd a -d e re ch a , a d e la n te -a tr á s y
v ic e v e rs a , en sen tido v e rtica l, h orizo n tal y oblicuo).
C a d a u n a de la s le tra s puede se r u tiliz a d a p a ra la form ación de
d ife re n te s p a la b ra s y en órd en es de em p lazam ien to s to ta lm e n te
d istin to s. P o r ejem plo: en LA G O , la le tra G ocupa el te rc e r lu g a r y la
O el c u a rto , m ie n tra s que en GOMA, e s ta s dos p a sa n a o cu p a r el
p rim e ro y el segundo lu g a r re sp e ctiv a m e n te .
E s n e ce sa rio co o rd in ar p u ntos de v is ta ta n to p a ra el reco n o
cim ien to de la s l e tr a s (la s cu a le s, al m o verse la ca ja p lá s tic a , qu ed an
u b ica d a s en cu alq u ier posición) como p a ra d e scu b rir p a la b ra s to
92
m a n d o d i f e r e n t e s puntos de v i s t a p a r a los r e s p e c t i v o s e m p l a z a m i e n
t o s do l a s l e t r a s q u e l a s c o n s t i t u y e n : el c a m in o r e c o r r i d o en A G O N I A
y N O G A L p u e d e t o m a r s e c o m o e j e m p l o de lo q u e e s t a m o s d icien d o :
O
>
A
l
r
L N ^O V
4
—>
A IN O X
m D l- <
H
T O PW O R D S
1) M ateriales
"Un tab lero , 7 2 fichas con letras, 4 p o rta le tra s.”
2 ) R egla m en to
“Usted y su s oponentes toman una letra de pila. El que tiene la
le tra m ás ce rca n a a la A juega primero. Devuelva a la pila ía letra y
vuelva a m ezclarlas.
C ad a uno tom a siete fichas con letras. .
El que ju e g a primero debe formar una p alab ra de dos o más letras
que ocupe por lo m enos uno de los cuatro casilleros especiales situados
en el centro del tablero (estos cuatro casilleros especiales son los que
no tienen esq u in as).
E n su tu rn o , juegue una o más le tra s p a ra fo rm ar una palabra
n u eva co n ectad a a una ya puesta en el tablero, o cam bie una palabra
y a escrita p or o tra. Todas las letras ju g ad as en su turno deben estar
en la m ism a fila de cuadrados, horizontal o v ertical. Cuente y anote su
p u n taje, desp u és tome letras de la caja p ara reem p lazar las usadas.
Cómo fo rm a r palabras:
— Puede fo rm a r palabras que se lean verticalm en te u horizon
talm en te (no diagonalm ente) y sólo si están con ectad as a una palabra
que ya está en el tablero.
— Puede a p ila r letras encima de la§ que ya están sobre el tablero
p a ra tra n sfo rm a r una palabra en otra. Por ejemplo: p o n erla letra C
sobre la P en la palabra PORTAR p ara tran sfo rm arla en la palabra
C O RTAR. No se podrá superponer m ás de una le tra en una misma pila
en un solo tu rn o . Tampoco se podrá superponer u n a letra sobre la
m ism a letra. L a s pilas no podrán ten er m ás de cinco fichas de altu ra.
Al cam b iar u n a palabra ya form ada sobre el tablero, debe quedar
d escu b ierta p or lo menos una letra de la p a la b ra preexistente for
m and o p arte de la nueva palabra. No se podrá cu b rir por completo una
p a la b ra ya form ad a.
— Podrá fo rm a r una palabra nueva y cam b iar u n a palabra a n te
rio r en un m ism o tu m o.
— No se p od rá simplemente ag regar una S a u n a p alab ray a escrita
p a ra fo rm ar su p lu ral. Se podrá, sin em bargo, fo rm a r u n a palabra que
con te n g a la l e tr a S y ubicarla de man era tal que p luralice una palabra
94
preexistente. Se anol;u;in punl.es por palabras.
P a l a b r a s ile g a le s :
— n o m b r e s propios;
— a b r e v i a t u r a s y símbolos;
— prefijos y sufijos que no te n gan v a lo r propio;
— p a l a b r a s q ue no se e n c u e n tr e n en el d iccion ario (de l e n g u a
españ ola). >
Objeción a una palabra:
— Usted podrá objetar una palabra que un oponente h a puesto si
piensa que contiene un errorde ortografía o si cree que •'$ una palabra
ilegal. L a palabra debe ser objetada antes de que otia palabra sea
jugada.
— Si la palabra objetada es ilegal, el jugador que la haya formado
qu itará las fichas del tablero y podrá formar otra palabra o pasar.
U sted podrá pasar su turno en cualquier momento que lo desee
durante el juego.
D urante su tum o, usted podrá cambiar una de sus letras por una
nueva. Sólo debe poner boca abajo la ficha que desee cam biar, tomar
o tra de la pila y luego mezclar la primera. Como penalidad perderá su
turno. El juego habrá terminado cuando todas las letras hayan sido
ju g ad as, cuando ninguno de los jugadores pueda formar una palabra
en el tablero con las letras que le quedan o cuando todos los jugadores
hayan pasado su turno consecutivamente en el orden correspon
diente. Aquel que lleve el puntaje sum ará el total y comunicará a cada
'ju gador su puntaje final. Deben restarse 5 puntos del total de cada
jugad or por cada letra que no haya utilizado.
G an ará el jugador que haya sumado la mayor cantidad de puntos.”
I) R 2) R 3) 4) N 5)
£ _E E _E_
Z_ ]_ J T T_
A A A A
6) M 7) M 1 8) M
E E
T_ T T
A A S A" A S A D 0
9) M 10) M
E E
T T
A S A D O A S A D 0
E S L E S
V 1 A J E
• 0
V 1 1A | J E V I E J O
P L E N 0 97
-e»......... »'tviui: rsj .0
.•••• necesario uno o! niño haya comen. .10 a construir ln,;
o d o r a c i o n e s e u c l í d e o - p r o y o d ivas.
C o n n i ñ o s dol p r i m o r n iv el o p e r a t o r i o s e p u e d e c s c r i b i i u n a ú n i c a
p a l a b r a d e b a s e , a p a r t i r d e la c u a l s e g e n e r a n t o d a s l a s t r a n s f o r m a
c i o n e s p o s i b l e s , e n c i m a n d o l a s l e t r a s t , u e h a y a n t o c a d o en s u e r t e a los
jugadores. .
Pijcmplo:
V 1 A J E
V 1 E J 0
Pi L E N 0
P L A N O
P U E D 0
P L A T 0
C L A R 0
P O K E R DE L E T R A S
1) M ateriales
“ U n t a b l e r o d e j u e g o ; 1 4 0 f i c h a s d e l e t r a s c o n s i g i l o s del p o k e r y d e
c o m o d i n e s ; 4 p u p itre s con ta b lilla s de p u n t u a c ió n y 1 2 pivotes.”
2) Reglamento
a) Versión Jú n io r
b) V ersión S é n io r
i
)
punto de term inar, palabras por com p letar con letras puestas y a sobre
el tablero.
De mutuo acuerdo, los jugadores establecen qué tipo de palabras
podrán formar.
El jugador que abre la partida form a una palabra de dos o m ás letras
y la coloca sobre el tablero, una letra en cada casilla, haciendo coincidir
como mínimo una de ellas con alguna de las cuatro casillas ocupadas por
el símbolo que le ha tocado en suerte y que es también el símbolo de sus
letras. Como todas las palabras que se formen durante la partida, esta
p rim era palabra puede colocarse horizontal o verticalmente y h a de
leerse de izquierda a derecha o de arrib a abajo. Cada uno de los restantes
jugadores formará igualmente su prim era palabra haciendo coincidir
como mínimo una de sus letras con alguna de las cuatro casillas
ocupadas por el símbolo que le h a tocado en suerte y que es también el
símbolo de sus letras.
A p artir de la segunda ronda cada jugador podrá formar palabras
enlazándolas con una o más letras de las colocadas tanto por él mismo
como por los demás jugadores. Adiferencia también de la primera ronda,
podrán componerse en cada jugada ta n ta s palabras como cada uno
desee.
C ada jugador en. su tum o realiza consecutivam ente estas tres
accion es:
— Coloca una o más letras sobre el tablero p ara form ar alguna
p ala b ra o ta n ta s como pueda a p a rtir de u n a o m ás letras ya colocadas;
— Se an ota los puntos correspondientes, y
— S a ca de su montón ta n ta s le tra s como h aya colocado sobre el
tab lero , de m an era que tenga siem pre 7 le tra s en su pupitre.
Si un jugador no puede o cree que no puede colocar ninguna letra sobre el
tablero, pasará el tumo a su compañero sin formar ninguna palabra y sin
puntuar;contodo,anteshabrápodidocambiar2desusletrasporotras31étras
de su montón, dejando aquéllas debajo dél mismo. '
L o s comodines pueden reem p lazar cualquier letra para form ar
u n a o v arias palabras. U na vez colocado sobre el tablero en una casilla
co n creta, sustituyendo una le tra d eterm in ad a y sólo esa letra, el
comodín quedará allí h asta el final de la partida, sin poder ser
sustituid o por ninguna letra.
L a s condiciones para form ar las p alab ras coincide con las ya
señ alad as de la Versión Jú n io r. '
A cab a la partida cuando term ina el tu m o en el que al menos un
10 C
J—
I
U
jugador ha alcanzado o superado los 1 0 0 puntos, o no ha podido re
cu p erar de su montón tan tas letras como había coloc.ido sobre el
U
tablero. E s decir, el jugador que cierre el juego ha de ser el mismo que
h aya empezado también el último. P ara conocer el resultado final, ca
da jugad or se descuenta 2 puntos por cada letra y 5 puntos por cada
U
comodín que le queden.
Quien sume más puntos es el vencedor.”
U
r 3) A nálisis de las operaciones infralógicas espaciales
1
<E ste juego participa de características reglamentarias de juegos ya
U
descritos anteriormente, tales como Dilema y Rapigrama. Al igual que
en el Dilem a, las palabras formadas permanecen disponibles como
punto de partida para constantes combinaciones. A semejanza con
U
R apigram a, el sujeto puede incluir (a partir de la segunda jugada) la
totalidad de sus letras. Lo puede hacer si se produce la construcción de
nui|vas palabras, respetando siempre la composición en ambos sentidos,
U
cuando las letras están contiguas en emplazamientos horizontales y
verticales. •
En cuanto a la obtención del puntaje, este juego ofrece situaciones
facilitadoras para aumentarlo considerablemente en cada jugada, ya
que se dan las posibilidades siguientes:
a) u sa r todas las letras del propio portaletras para formar no ya una
palabra, sino varias a partir de las diversas posibilidades que muestra
el táblero; ' ' ■"
fc) los participantes podrán establecer qué tipo de palabras serán
aceptadas, es decir, si se incluyen o no nombres propios, siglas,
abreviaturas, etcétera, así como también si se excluyen o no palabras en
idioma extranjero, etcétera; '
c) este juego no cuenta con letras de difícil uso tales como J , K, Ñ, Q,
X , Z, por lo que los participantes tienen más posibilidades de utilizar la
totalidad de las letras de su pupitre;
d) se multiplica el puntaje dé cada palabra por 2 ó por 3 de acuerdo
a que las letras de la nuevp palabra pertenezcan ya sea al mismo palo,
ya sea al mismo color, etcétera.
Respecto de la composición de los resultados numéricos tanto parciales
como totales, las operaciones aritm éticas enjuego presentan la siguiente
diferencia:
103
T a n to en D ilem a como en ¿\(!i)i¿>r<nna se van adicionando sim p le
m e n te los v alo re s p arciales de cad a ju g a d a , y fin alm en te se adicionan
tod os los p a rcia le s p a ra o bten er el p u n ta je total (en D ilem a puede
o c u rrir, de acu erd o con em p lazam ien tos o casio n ales, que deba m u lti
p lic a rs e el v alo r de u n a le tra o de u n a p a la b ra por 2 ó por 3).
P o r el co n tra rio , en P o k er d e letras la com posición del pu n taje se
re a liz a de la sigu ien te m an era: en ca d a ju g a d a se adiciona el nuevo
p u n ta je al a n te rio r y debe co n sign arse ese resu ltad o final en u n a
ta b lilla d ividid a en tre s sectores: u n id ad es del 0 al 9, decen as del 10
al 9 0 , y c e n te n a s del 10 0 al 3 0 0 :
O O O OOOOOOOOO oooooooooo
. . .. '1
E l sujeto dispone de clavijas, que i n s ta la r á en los lu g ares co rre s
p o n d ien tes aten d ien d o a los valores re la tiv o s de la can tid ad obtenida.
P o r ejem p lo, si h ab ía alcan zad o 9 4 p u n to s h a s t a el m om ento y en la
n u e v a ju g a d a h u b iera logrado 2 5 p u n to s, el re su lta d o , 119 p u n tos,
q u e d a rá a s í co n sign ad o : ' *
100 10 9
O O O
c
A
N
0 p 0 s 1 C 1 0 N
1
0
N •
correcta
0
c
A
0 P 0 s l C l 0 N
1
O
N
incorrecta
E s to por la reg la ortográfica que lo determ ina.
105
P a r a fav o recer la concepUialización o rto g rá fica , a tra v é s de a b s
t r a c c io n e s em p írica s y reflexionantes, podría solicitárseles a los
j u g a d o r e s que reflexionen acerca de qué tienen en común d e te rm in a
d a s p a la b r a s p a r a que puedan llegar a d e scu b r ir y form u lar la ley.
C oncluida la p a rtid a podríamos e n c o n t r a r n o s frente a este tablero:
P 0 T R 0
R R
H U E S 0 H
M P H 1 E L 0
H U 1 R E U M
1 0 L E G A L E s B
E S V R
D E N 0 M B R 0
R L 1 B R E S
A E
t,
ion
ai
j E N F IL A
1) M a teria les
2 ) R eg la m en to -
oooooooooo
o©booo©ooo
.oooooooooo
oooooooooo
ooooooooóo
oooooooooo
oooooooooo
oooooóoooo
oooooooooo
oooooooooo Dibujo 1
O O O O O
A, A\ B’, C, D’,
B, N T,
<_______ :— ------------- i
El
D,
II,
o
o
OOOOQ etcétera
fichi enemiga
•I
. Si bien es capaz de un pensamiento operatorio, es decir, reversible,
el modo de proceder de próximo en próximo resta posibilidades de
composiciones diversas. Por ejemplo, no percibe fácilmente como
posible agregar, en la línea que está construyendo, un elemento en el
extremo opuesto del último colocado, ya que la distancia o intervalo
entre tales elementos supera el proceder de próximo en próximo:
O tro co m p o rtam ien to observable es el que re s u lta de la no super i-
ción de p ertu rb acio n es que le p resen ta su a d v e rsa rio cuando r e ite
ra d a m e n te é ste le h a bloqueado sus probab les “5 en fila”: "d e s p a rra
m a ” a rb itra ria m e n te fichas aislad as en el tab lero que rep resen tan
p érd id as p erju d iciales de elem en to s, y a que no in te rce p ta n cam inos
del ad v e rsa rio ni pueden s e r eficazm en te u tiliz a d a s por él en nuevas
co n stru ccio n es, pues están d istrib u id as en fo rm a d esord en ad a sin
resp o n d er a n in g u n a e s tra te g ia que lo co n d u z ca al éxito.
C en trad o en su propio ju eg o , d escu id a (no to m a en cu en ta) el del
a d v e rsa rio , “olvid a” b loq uear los cam in o s de su co n trin ca n te y tom a
con cien cia de ello cuando se e n cu e n tra a n te lo irrem ed iab le: 4 fichas
de su a d v e rsa rio en fila y los 2 e x tre m o s vacíos. P u ed e tam bién
su ced er lo co n tra rio : cen trad o en el ju ego del otro p a rticip a n te , b u sca
sólo h a c e r f r a c a s a r sus ju g a d a s y “olvida” su s p ro p ias posibilidades de
a lc a n z a r el objetivo de 5 fich as en fila.
L a g en eralizació n y consolidación de la s o p eracio n es topológicas
g en eran equ ilibraciones “m a y o ra n te s” que a b re n posibilidades de
co m p en sacio n es n u evas a n te la s p ertu rb a cio n e s que el juego im plica;
es a s í que alre d e d o r de los 7 u 8 años los niños son cap aces y a de
co m en zar a p e n s a r sim u ltá n e a m e n te en co n s tru ir s e rie s de “5 en fila”
en sentido h orizo n tal y v ertical a la vez, sin a lc a n z a r la resolución en
fo rm a d iag o nal.
L a s e s tr a te g ia s m ás eficaces que atie n d e n al m ism o tiem po los
p lan es propios y los del a d v e rsa rio , las d iv e rs a s o rien tacion es (v e rti
cal, h o rizo n tal, o b licu a), los elem en to s co m u n es a v a ria s filas posibles,
e tc é te ra , sólo pueden su rg ir en sujetos que h a y a n acced id o al nivel de
la o p e ra to rie d a d eu clídeo-proyectiva.
S u g erim o s p rop on er e ste ju eg o a niños de 6 -7 a ñ o s q u e y a disponen
de u n a o p e ra to rie d a d topológica, pero h acie n d o u n a m odificación al
re g lam en to : se fo rm arán la s 5 fich as p ro p ias en fila, p ero resp etan d o
ú n icam en te la s d ireccion es h o rizo n tales y v e rtica le s.
112
REVERSI
1) M a teria les •
“64 fichas, que son b lan cas de un lado y negras del dorso, un
tab lero ”
2 ) R egla m en to
OOOIOQ 1:. :8 \.
IJ
e n c e r r a d a s en el ta b le ro (lobas dol a d v e r s a r i o e n t r o dos p ro p ia s ,
s i t u a c i ó n q u e r e s u l t a de t r a n s f o r m a c i o n e s h e c h a s en o t r a s j u g a d a s ,
i n t e n t a , a l h a c e r e s t e d e s c u b r im ie n to , p a s a r l a s a p ro p ia s , “o lv id a n d o ”
q u e l a s t r a n s f o r m a c i o n e s sólo deben e f e c t u a r s e en fu n ción de la
ú l t i m a f i c h a c o lo c a d a .
P r o c e d e en f o r m a u n id ire c cio n a l, es d e c ir, a t i e n d e a e m p l a z a m i e n
tos h o r i z o n t a l e s o v e r t ic a le s y, tal c o m o s e ñ a l a r e m o s en el ju e g o
a n t e r i o r , 5 e n f i l a , le r e s u lt a im posible a t e n d e r a la s p o sicio n e s de la s
líneas d ia g o n a le s.
D e b id o a l a no c o n s tru c c ió n del s i s t e m a de la s c o o r d e n a d a s e s p a c i a
les, n o p u e d e p e n s a r s i m u l t á n e a m e n t e en l a s t r a n s f o r m a c i o n e s que se
p r o d u c e n e n s e n t i d o h oriz o n ta l y v e r t i c a l , a p a r t i r del ú ltim o e m p l a
z a m i e n t o e f e c t u a d o . S e c e n t r a en la s t r a n s f o r m a c i o n e s que o c a s io n a
e s t a f i c h a e n la ú n i c a dirección por él p e n s a d a . D e a h í que no to m e
c o n c i e n c i a d e l a s o t r a s m o d ificacion es p o s ib le s que g e n e r a e s t a ficha
y m e n o s a ú n si el o tro e x tr e m o del i n t e r v a l o r e p r e s e n t a d o p o r u n a
fi cha p r o p i a se h a l l a alejado por v a r i o s l u g a r e s o c u p a d o s p o r fich as
ajenas.
E s t o e s c o n s e c u e n c i a ta m b ié n de u n a de l a s c a r a c t e r í s t i c a s p ro p ia s
de los n i ñ o s d e e s t a e d a d , la de p ro c e d e r de p r ó x im o en p r ó x im o . E s por
eso q u e t a m p o c o pui_fie p la n ific ar e s t r a t e g i a s , sino sólo c e n t r a r s e en
la j u g a d a e f e c t i v a y a c t u a l . P o r ello t r a t a en c a d a j u g a d a de p a s a r a
.jr o p ia s la m a y o r c a n t i d a d posible de f i c h a s de su a d v e r s a r i o , a u n q u e
-isto i m p l i q u e c o n s e c u e n c i a s n e g a t i v a s p ilr a a l c a n z a r el é x ito final.
A p a r t ir d e los 9 -1 0 años, gracias a la construcción de los agru pa-
.nientos euclídeo-proyectivos que le aseg u ran el m anejo operatorio del
spacio en to d a s las direcciones al mismo tiem po, debido al sistem a de
las co o rd en ad as esp aciales, el niño puede ir in teg ran d o progresivam ente
uodas y c a d a un a de la s perturbaciones que le presen tan las reglas de este
lego, a s í conno las diversas situaciones que g en eran la s ju g a d a s de su
"'dversario. E s tam b ién capaz p au latin am en te de ju g a r planificando
siste m á tica y an ticip ad am en te un conjunto de e stra te g ia s que impliquen
eneficiosas situ acio n es para sí. Situaciones ta le s como em p lazar fichas
vopias en lu g arespriv ileg iad o s:lo s4 vértices del cuadrado (representado
ñor el ta o le ro del juego), sus 2 diagonales y su s 4 lados. E s capaz de
^rescin dir de la can tid ad de fichas qué! p a sa a propias en u n a ju g a d a en
nción de los beneficios futuros que esto p u ed a provocarle: a) la
conquista d e lu g a re s privilegiados, b) m ay o r can tid ad de fichas del
ad v ersario a s u disposición p ara ser tran sfo rm a d a s en propias.
P o r todo lo e x p u e sto , este ju e g o re s u lta e s p e c ia lm e n te a tractiv o
p a r a los niños que disponen do un franco nivel o p eratorio euclúleo-
p r o y e c tiv o . No o b s ta n te, en niños que ya h a y a n construido fo r m a s
r e v e r s i b l e s de p en sam ie n to , pero sin ex ced er el dominio topológico,
e s t e j u e g o favorece el proceso co n stru c tiv o dol s i s t e m a de la s co o rd e
n a d a s e s p a c ia le s , lo que le a b rir á la posibilidad ele p e n sar, a la vez, en
la s d ire ccio n e s h o riz o n tales, v e r t ic a le s y d iag o n ales.
A m e d i d a que se operen equilibraciones m a x i m iz a d o r a s , los niños
p o d r á n p ro c e d e r de a cu e rd o con e s t r a t e g i a s q ue resp on dan a un plan
p r e v i o , p lan que lejos de ser rígido y eg océn trico se to r n a r á móvil en
fu n ció n de las s itu acio n es que v a y a n cre á n d o se t a n t o por s u i n t e r
v e n c i ó n com o por la de su c o n tr i n c a n te .
ASA LTO AL CASTILLO
1) M ateriales
2) R eglam ento
Í
) las 2 fichas que representan a los "soldados sitiados”, ubicadas
ualquiera de los nueve lugares correspondientes al castillo,
len desplazarse avanzando o retrocediendo en tbdaslas direcciones.
Tanto los soldados sitiados como los asaltantes debeii m antener
c o n s t a n tu la d i s t a n c i a o in te r v a lo p a r a p o d e r d e s p l a z a r s e sin c a e r en
co n trav en cio n es.
Si el s o l d a d o s it i a d o d e s e a d e s p l a z a r s e o e l i m i n a r fich a s de s u
a d v e r s a r i o d e b e r á , en ol p r i m e r c a s o , d e s p l a z a r s e d.e! l u g a r en el q u e
e s t á e m p l a z a d o h a s t a o tro co n tigu o que e s té libre, sig u ien d o c u a l q u i e r
lire ce ió n . E n el s e g u n d o c a s o , c u a n d o d e s e a s u p r i m i r del ju e g o f ich a s
de s u o p o n e n t e , p o d r á h a c e r l o s i e m p r e q ue e n f r e n t a d o a u n a fich a de
su a d v e r s a r i o q u e d e d e t r á s de é s t a un l u g a r vacío.
C o n u n a f i c h a y e n u n a m i s m a j u g a d a el su je to p u e d e c o m p o n e r
v a r i o s d e s p l a z a m i e n t o s con el objeto de “c a p t u r a r ” v a r i o s “a s a l t a n t e s ”
s i e m p r e y c u a n d o se cu m p la n la s co n d icio n es i m p u e s t a s por el
e g l a m e n t o . A s í , p u e s , v a a d ic io n a n d o t a n t o e le m e n t o s (f ic h a s ) co m o
• 'i r i p l n x a m i e n t o s ( c a s i l l e r o s ) , y p u e d e l l e g a r en a l g u n o s c a s o s
O viceversa
I 1
i
se v en r e s t r i n g i d a s por la» n o r m a s r e g l a m e n ta r ia s , si ca re c e de un
p l a n a n t i c i p a d o r que le p e r m i t a efeciivizar e s t r a t e g i a s a d e c u a d a s de
s u c e s i o n e s de d e s p l a z a m i e n t o s y em p laz am ien tos, e n c o n t r a r á que un
a l t o p o r c e n t a j e de sus fichas p asan a co n v ertirse en e lem en to s
in m ó v i le s , perdiendo a sí su cap acid ad de a ta q u e . P o r o tr a p a rte ,
t a m b i é n debe s e r c ap a z el su jeto de p rov o car la con qu ista de u n a de
s u s f i c h a s por p a rte del a d v e rs a ri o , y a que en fu tu r a s j u g a d a s este
f r a c a s o p a r c ia l puede o ca sio n arle situaciones v e n ta jo s a s que le p e r m i
t a n p o r ejem plo o cu p ar posiciones dentro del castillo.
L o s s u je to s que han su p e r a d o un estab lecim ien to de re la cio n es de
p r ó x i m o en p ró xim o pueden p e n s a r en la to talidad de los e m p l a z a m
i e n t o s y de los posibles d e s p la z a m ie n to s ; de a hí que r e c u r r a n a p lanes
q u e c o n te m p le n m o v er to d a s las fichas, en los tu rn o s que les c o rr e
s p o n d e n , p a r a a c e r c a r l a s al C astillo, al mismo tiempo que in te n ta n
e v i t a r d e j a r d esp ro te gid as a las fichas propias que e s tá n e n fre n ta d a s
a l a s del en e m ig o. L a d esprotección se produce cu a n d o e s t a ficha
p r o p ia e s t á seg u id a de un lu g a r vacío.
L o s n iñ o s de 9 - 1 0 años que h u b ie ran comenzado a c o n s tru ir el
s i s t e m a de l a s c o o rd en a d as e sp a cia le s no se e n c u e n t r a n aún p r e p a r a
d o s p a r a la elaboración de e s t r a t e g i a s como las que s e ñ a lá b a m o s
an teriorm en te.
E s t i m a m o s que esto se debe fu n d a m e n ta lm e n te a dos ra zo n es:
a ) la c o n stru cc ió n de los ejes de coordenadas no e s t á aún g e n e r a li
z a d a a c u a l q u i e r contenido, p o r lo que d eberá p ro d u cirse un proceso
de r e f l e j a m i e n t o y reo rg a n iza ció n que a seg u re las co m p en sacio n es
a n t i c i p a d a s de to d a s las p e rtu rb a c io n e s referid as a con ten id os de
e m p l a z a m i e n t o s y d e s p la z a m ie n to s esp aciales;
b) las e stra te g ia s exito sas en este juego im plican un m anejo
a cab ad o de lo posible, pues p a ra poder alcan zar el objetivo (espe
c ia lm e n te como soldado a sa lta n te : conquistar las 9 posiciones del
ca stillo o elim in ar del juego las 2 fichas de los soldados sitiados) debe
te n e r en cu en ta que su jugad a efectiva actual rep resen ta un momento
d e n tro del plan total, plan que se irá modificando de acuerdo con las
situ a cio n es im previstas que el adversario pueda provocar.
E s t a s lim itaciones producidas por la insuficiente generalización
del sis te m a de los ejes de co o rd en ad asy por la dificultad en el manejo
de lo “posible” se ponen de m anifiesto en algunos com portam ientos
que h em os observado en niños de estas edades (9 -1 0 años):
121
a ' lx>s "soldados a saltan tes" a l a n z a n , en general, por la linea media,
quedando p a ra los últimos Iunios las lidias ubicadas en la zona laleral;
cuan do , finalmente,deciden qIdesplazamien to de é s ta s.y a que son las únicas
posiMi ;sc le s e r movidas, se con vienen p rácticam en te en su totalidad en fichas
“ n m e r t a s ”, pues al qued ar rodeadas por espacios vacíosy„enfrentadas a fichas
en e m ig as son n ece sariam e n te el ¡m inadas de acuerdo con las reglas del juego.
b) No pueden planificar estrategias m á s allá de la ju g ad a presente, por lo
q u e sólo tom an en cu e n ta la situación provocada por el movimiento de la
ú l tim a ficha movida.
c)JCn general, se c e n tr a n en una sola dirección. El soldado sitiado, por esta
ra zó n , suele conquistar sólo u n a ficha del ad versario aunque h a y a v a n a s a su
disposición.
d) Cuando perciben m á s fie u na alte rn a tiv a de conquistay deben optar por
u n a u otra, gen e ra lm e n te la elección es arb itraria , y no discriminan la ju gad a
m á s apropiada en función del éxito f^nal.
CASTILLO
nSR j i h . u i . i i w i - 1 ■■ v W Ü - A f T
)■ ¥
*
T A -T E -T O P
V
1) Materiales
“U n a b a s e de pl ást i co con 16 orificio.', la c ua l t i en e u n a c a n a l e t a
p a r a c o l o c a r l a s b o l i t a s ; G4 b o l i t a s ( 3 2 c hi r a s y 3 2 os c ur a s ) ; 16 pal i t os
pl á s Li c o s q u e s e i n s e r t a n en los a g u j e r o s de l a b a s e ' ’.
2) Reglam ento
■ “E l o b j e t i v o de e s t e j u e g o es u b i c a r c u a t r o b o l i t a s en l í n e a r e c t a ,
h o r i z o n t a l , v e r t i c a l o d i a g o n a l m e n t e , t o da s en un nivel o en c a d a uno
de l os c u a t r o n i v e l e s posi bl es.
E l j u g a d o r q u e a l c a n z a e s t o e s el g a n a d o r .
L o s j u g a d o r e s dec i den q u i é n j u e g a p r i m e r o , é s t e e l i ge un color,
c q l o c a u n a b o l i t a en un pal i t o, y l uego c a d a j u g a d o r , a s u t ur n o , col oca
svis b o l i t a s en un pal it o vací o o por e n c i m a de u n a b o l i t a y a col ocada.
E K j u e g o c o n t i n ú a h a s t a que un j u g a d o r m u e s t r a que t i e n e u n a l í ne a
r e c t a de c u a t r o b o l i t a s y de e s t e modo g a n a el part i do.
C u a n d o j u e g a n c ua t r o , en p a r e j a s , el j u e g o es en r o t a c i ó n, los do un
e q u i p o j u g a n d o j u n t o s p a r a f o r m a r u n a l í n e a r e c t a de c u a t r o bol i t a s .
E n tre e l l os no p u e d e n h a b l a r ni s e ñ a l a r e s t r a t e g i a s una vez c o m e n
zado el j u e g o .
| H a y 5 p o s i c i on e s p a r a g a n a r en el T A - T E - T O P :
| - 4 b o l i t a s de un m i s m o col or en u n a m i s m a va r i l l a.
B S —4 bolitas de un mismo color en diagonal, pero todas ocupando la
prim era, segunda, tercera o cuarta posición.
—4 bolitas en forma diagonal y de un mismo color, ocupando una
de ellas la cu arta posición de una varilla, otra la tercera posición de
otra varilla, otra la segunda y otra la primera.
—4 bolitas de un mismo color en 4 varillas distintas pero paralelas.
Todas las bolitas en la misma posición, primera, segunda, tercera,
cu arta. 1
Ejem plo:
127
c) E s t a c a r a c te rís tic a del p en sam ien to infantil (que p e rsiste aún
a n te situ acio n es com p lejas en el inicio del segundo nivel operatorio
co n creto ) de c e n tra rs e e sp o n tán e a m e n te en u n a sola relació n y sólo
con m arcad o s esfu erzos poder a cce d e r a la sim u lta n e id a d de re la
ciones, da como resu ltad o que el sujeto concenti'e su aten ció n en una
sola de la s d ireccio n es posibles: horizon tal o v e rtica l, de izqu ierd a a
d erech a o de d erech a a izquierda, desatendiendo casi siste m á tica m e n te
las o rien tacio n es en d iagonal y los órd en es de ubicación en diferen tes
niveles en relacio n es cre cie n te s o d ecrecien tes.
d) C arecen de la m ovilidad suficiente p ara a n tic ip a r u n a nueva
con stru cción a p a r tir de elem en to s y a em plazados que, al fo rm a r p arte
de u n a sucesión re ctilín e a de elem en tos, eran propicios p a r a form ar
T A -T E -T O P , posibilidad que su ad v ersario fru stró a n te s de que
a lca n z a ra n a co n clu ir la serie con los cu a tro elem en tos propios.
Al igual que en A sa lto a l castillo, en este juego se une a un franco
m anejo o p erato rio euclídeo-proyectivo del espacio la n ecesid ad de
e la b o ra r e s tra te g ia s posibles lo su ficien tem en te m óviles como p ara
co m p en sar las co n tin u as p ertu rb acion es que cad a opositor p resen ta.
P ero en este juego la com plejidad a u m e n ta debido ta n to a la inclusión
de la te rc e ra dim ensión como al orden de ubicación en d iferen tes
niveles.
C on sid eram o s co n ven ien te, porlo ta n to .la u tiliz a ció n de esteju ego
en niños que se h allan en vías de g eneralización del s is te m a de las
co o rd en ad as esp acia le s y que disponen de un buen d e sa rro llo de las
e s tr u c tu r a s ló g ico -m atem áticas; a m b a s con q u istas les p e rm itirá n
e la b o ra r e s tra te g ia s que incluyan d iversos grados de com plejidad.
i
128
C O M B A T E E S P A C IA L
1) M ateriales
“Un tablero, 4 platillos, 3 p ares, 2 flotillas, una e s c u a d r a /’
2) R egla m en to
“Se coloca la base p lástica portajuego como pantalla divisora entre
los dos ad versarios, debiendo q u edar la p alab ra ‘Com bate e sp a cia l’ en
la p arte de abajo y poder colocar los platillos como se indica en el
m ism o dibujo.
Los grupos (platillo, 1 rojo; par, 2 verdes; flotilla, 3 am arillo s, y
escu ad ra, 5 blancos) deberán re sp e ta r los colores y las form as que se
indican en la p an talla, y éstos se colocarán en cualquier lu g ar del
tablero, teniendo en cuenta que ninguno de ellos debe e s ta r en un
cuadro adjunto del otro.
C om ienza el juego, y el p articip an te n- 1 anuncia en voz a lta tres
blancos, al m ism o tiempo que los reg istra en su anotador p a ra control.
Si estos disparos hicieron cen tro en las naves espaciales, el p a rtici
p an te n'-’ 2 dirá “blanco” y el tipo de nave y sa ca rá del tablero el platillo
abatido y así sucesivam ente h a s ta que uno de los dos co n trin can tes
quede sin naves.
En caso de que todas las n aves sean ab atid as y los dos ju g ad ores
ten gan igual núm ero de disparos, la p artida quedaría ta b la s.”
129
1 2 4 5 6 7 8 9 10
A O
•
13 O
D O O \ J
**\
lí O \ i
F o V i
G m \^/ o
H o
1
o oo o
J m
rojo O blanco
O verde O amarillo ..
X oX
X oX
X 0
O
B
o
o
o c.
El elem ento A debe se r m u ltip licad o por cada uno de los e lem en to s
de las dos serie lin eales (A x B x C y A x B! x C ,). L a relación e n tre e sto s
e lem en to s debe m a n te n e r a su vez in te rv a lo s sim étricos: e n tre A y B ,
e n tr e B y C, en tre A y B , y C t y la s relacion es e n tre B y B, y e n tre C
y C ,. E s decir, debe m an ten er^ in te rv a lo s sim étricos en el ord en de
u b icación de los elem en tos a lo largo de u n a lín eay co n se rv a r al m ism o
tiem p o in terv alo s sim étrico s cre cie n te s que son en gen d rad o s p or la s
dos relacio n es a s im é tric a s de v a lo r progresivo.
E s claro deducir que, carecien d o del sistem a de las co o rd e n a d a s
e sp a c ia le s, son m ú ltip les las p ertu rb a cio n e s que se su scita n d u ra n te
el d esarro llo del ju eg o , a n te las c u a le s el sujeto no puede a r b i tr a r
p ro ced im ien to s que lo con d uzcan a com pensaciones e x ito sa s ; sólo
p u ed e lle v a r a cabo p roced im ien tos conducentes a reg u lacio n es p a r
cia le s que en torp ecen el d esarro llo fluido y continuado del ju eg o .
A n aliz a re m o s a co ntin uación los e rro re s y olvidos fre cu e n te s en los
132
que se incurre al no d isponer del dominio espacial que este sistem a
aseg u ra.
L as conductas que p asam o s a consignar las hem os recogido gracias
a observaciones h ech as en niños de ap roxim ad am en te 9 a 10 años, que
dem ostraron h ab er construido sólidam ente las nociones de horizontal
y vertical y eran cap aces de un m anejo apropiado de las coordenadas
esp aciales en juegos tales como D ilem a, R a p ig ra m a , etcétera. Sin
em bargo, enfrentados a esteju eg o apreciam os desfases en cuanto a la
coordinación sim u ltán ea de d iferentes direcciones, coordinación que
es asegu rad a por la m ultiplicación biunívoca de elem entos. Estos
niños no han alcanzado la generalización de ese sistem a a cualquier
contenido que así lo req u iera. De ah í que los procesos de abstracción
reflexionante, con sus dos m om entos de reflejo y reorganización,
conllevan un tiempo d u ran te el cual los sujetos vuelven a com porta
m ientos “b eta” (posibilidad de com pensar p erturbaciones, aunque en
form a parcial y m ediante regu lacion es, com pensaciones que pasan a
co n stitu ir esquem as propios de asim ilación conceptual o de acción).
E sto sucede a pesar de que habían ya alcanzado com portam ientos
“g a m a ” (anticipación de las perturbacion es) en situ acion es isomórfi-
cas, aunque cu alitativam en te quizás menos complejas. He aquí algunos
de esos com portam ientos:
a) Sigue con el dedo el recorrido de la recta n om inada por un
núm ero y el de la nom inada por una letra tanto p ara en co n trar el
código del lugar que d esea a ta c a r como p ara decodificar el lu gar que
a ta c a su con trin cante, y a que no puede realizar ese recorrido con la
v is ta y a distancia.
b) No puede tom ar en consideración, al mismo tiem po, un número
im p ortan te de v ariab les tale s como: 1 ) la multiplicación de los ejes
v erticales y horizon tales, 2) con sign ar en uno ¿ 2 los tableros reali
zados a tal efecto el lu g ar o em plazam iento elegido p a ra a ta c a r a las
n av es enem igas, 3) leer en su propio tablero el em plazam iento atacado
p or su contrincante, 4 ) d escu b rir la form a y orientación de la flota
^nem iga, 5) resp etar como in tervalos vacíos los em plazam ientos
contiguos a las naves hu ndidas que y a no necesita n om b rar pues por
reg lam en to deben p erm an ecer vacíos, etcétera.
c) E s frecuente que olvide ta n to el lugar que atacó (“¿qué te dije?”,
“¿cu ál te dije an tes?”) como el que le señaló el adversario en su ataque
(“¿qué me dijiste?”). O tra situación que origina confusión es la referida
a la elección de tableros: cuál debe u tilizar p ara consignar los ataques
133
TT'
que dirige a su enemigo y en cuál debe “leer” el código del ataque
enemigo a las propias naves.
d) Como consecuencia del punto b), el niño regresa a com porta
mientos de próximo en próximo ante reiterados fracasos. En lugar de
a ta c a r estratégicam ente diferentes lugares dispersos en el tablero
establece m ultiplicaciones biunívocas de elementos de próximo en
próximo: m ultiplica cada una de las le tra s porcada uno de los números
en forma consecutiva.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
A X X X X X X X X X X
B X X X X X X X X X
©
C X X X X X X X X X X
1
D X X X X X
o
E X
o X X X X
F X X X X X
G X
H X X
1 X X
J X
134
M O L IN O
1) Materiales
"Un tablero, 9 fichas negras y 9 fichas blancas.”
2) Reglamento
“Cada jugador, en forma alternada, va colocando sus fichas, tra
tando de situar 3 en línea recta, horizontal o vertical.
Una vez colocadas las fichas, se avanza una por vez al círculo
inmediato libre por las rayas verdes, tratando de situar las 3 en línea.
Lógicamente, el esfuerzo de un jugador por lograrlo es obstaculizado
por el contrario, que siguiendo la misma m archa e idéntica finalidad
destruye el juego.
; Cada vez que un jugador logra colocar 3 en línea, come una ficha
(adversaria (generalm ente la que le facilite el éxito de su avance); no
;se puede comer una ficha de un ‘molino’ (3 fichas en línea) formado.
Gana la partida quien coma antes 7 fichas del contrario, o no le
permita ningún movimiento.”
136
Ejem plo 1:
vcróc
138
BLOQUEO
1) Materiales
‘Tablero de juego, 36 piezas (18 am arillas y 18 rojas).”
2) Reglamento
“El jugador debe tra ta r de bloquear los movimientos del contrario
y colocar en juego la mayor cantidad de fichas propias. Aquel que logre
mediante astucia e inteligencia inmovilizar todas las piezas de su
oponente ganará la partida.
Los jugadores hacen un sorteo previo de colores. Salen jugando las
amarillas.
Se coloca la ficha en cualquier lugar del tablero.
v La flecha de la ficha indica un espacio delante de ella que se
considerará reservado y podrá ser utilizado para el movimiento deesa
ficha; por lo tanto, ninguna ficha (ni roja ni am arilla) podrá ocupar ni
señalar ese mismo espacio.
En caso de que la ficha sea colocada en los bordes del tablero
señalando hacia afuera, debe hacerlo en forma perpendicular, que
dando reservado autom áticam ente el espacio del lado opuesto.
L a ficha podrá salir del tablero para en trar por el lado opuesto en
ese espacio reservado, y en ese caso la dirección de lá flecha ya no tiene
que ser perpendicular al tablero, sino que puede h acer el giro que más
le convenga p ara su juego.
Los jugadores deben ir colocando, una a una, por su turno, todas las
fichas dentro del tablero, tratando de bloquear al contrario y de crear
nuevos espacios que permitan la entrada de nuevas fichas.
En un momento del juego ya no se podrán introducir imás fichas en
el tablero y será necesario entonces que el jugador mueva sus fichas
hacia sus espacios reservados.
Al mover sus fichas, su flecha se coloca en ladirección que convenga
al jugador, siempre que así se señale un lugar no reservado por otra
ficha (propia o del contrario). No existiendo lugares libres, la flecha de
la ficha movida puede apuntar a una ficha propia, pero nunca a una
ficha del adversario (figura 1 ). (V er figu ra en la p ágina siguiente)
Al mover una ficha, nunca debemos hacerla g irar 1809, es decir que
la flecha quede mirando hacia el mismo lugar que ocupaba antes. Si
en el transcurso de la competencia el jugador se da cuenta de que el
139
ce ceo / \
Q e Offl©
\ /
l )s OGÍ3
k V
\ /
Figura 1
c o n tra rio tiene m al colocada una fich a (por e sta r señ alan d o un espacio
re se rv a d o por o tra ), la re tira , al to ca rle su tu rn o , y luego efectú a el
m ovim iento que le corresponde.
H ay u n a ju g a d a que podría re a liz a rse ind efin idam ente y de esa
m a n e ra re s ta rle in te ré s al juego (fig u ra 2 ).
® 0 L
UUL
( )OC Figura 2
circu lar sea el único que el jugador pueda realizar, por tener sus o tra s
fichas im posibilitadas, entonces podrá rep etir la jugada tre s veces
segu id as; y si persiste el bloqueo p e rd e rá .”
Aj + A’ | = B’
B + B' = C
Figu ra 3
u /□ @ Q ®\
m
\ ______ ✓ r m w :
Í1 M r )c o r r j
f.u \
©
\ ______ / w : r ) ®
^ rojo Q amarillo
ama
Figura 4
143
•I) E n u o lu im ie n to o in clu sión d e loa in terv a lo s o d is t a n c ia s : n
d is ta n c ia o in te r v a lo e n tre los p u n to s e x tr e m o s del ta b le r o ( r e p r e s e n
ta d o s p o r s u s b o rd e s ) e s tá c o n s titu id a p o r co n ju n to s d e in te r v a lo s
p a r c ia le s c o m p u e s to s por e s p a c io s llen o s y v a cío s, in te r v a lo s que
n e c e s a r ia m e n t e d e b e rá n s e r co n s e rv a d o s. P o r e jem p lo , c u a n d o no
q u e d a n m á s e s p a c io s d isp o n ib les en el ta b le ro , no p u e d e n s e r e m p la
z a d a s n u e v a s fic h a s , ta l com o lo s e ñ a la el r e g la m e n to ; p o r lo ta n to , la
ú n ica p o sib ilid a d que r e s t a es la de d e s p la z a r fich a s p ro p ia s y a
e m p la z a d a s . C u a n d o u n a de é s ta s es d e sp la z a d a h a c ia un e s p a c io
p rop io, q u e a su v ez tie n e d isp on ib le a lg ú n e sp a cio c o n tig u o , e s te
in te r v a lo o d is ta n c ia se c o n s e rv a . T a l in te rv a lo e s tá c o n s titu id o p o r la
fich a y su e s p a c io co n tig u o (r e s u l ta un su b ob jeto re s p e c to del o b jeto
to ta l ) (v é a s e a g ru p a m ie n to 1).
P o r el c o n tr a r io , si la fich a se d e s p la z a h a c ia un e s p a c io v acío
p ropio q ue c a r e c e de e sp a cio v acío c o n tig u o , d e b e rá e n to n c e s (p o r
im p o sició n r e g l a m e n ta r ia ) s e ñ a la r u n a fich a p ro p ia . E l in te r v a lo
co m p re n d id o e n tr e los p u n to s e x tr e m o s del objeto (fich a m á s e s p a c io
c o rr e s p o n d ie n te o cu p ad o p o r o tr a fich a p ro p ia ) se c o n s e r v a , p e ro de
m a n e r a d ife r e n te al ca so a n te r i o r (fich a m á s e sp a cio c o n tig u o lib re ).
E je m p lo :
F ig u ra S
L a c o n s titu c ió n d e e s te in te r v a lo (q u e co m p o n e u n su b o b je to ) s e ve
m o m e n t á n e a m e n t e m o d ifica d a : e s tá a h o r a c o n fo rm a d a p o r d os e m
p la z a m ie n to s (f ic h a s ), uno de los c u a le s e s p a r te i n t e g r a n t e de dos
in te r v a lo s (s u b o b je to s ) d ife re n te s .
144
P o r el co n tra rio , cu an d o la fich a que r e s u lta de la in te rse cció n do
dos in te rv a lo s es d e s p la z a d a (com o lo m u e s tr a Ta fig u ra 6 ), los
in te rv a lo s co n stitu tiv o s de los subobjetos v u e lv e n a la com posición
inicial (fich a m ás esp acio v acío con tigu o q ue le p e rte n e ce ).
E s te ju e g o p la n te a u n a situ a ció n a lta m e n te com p leja, que no
hem os d escu b ierto en o tr a s a ctiv id a d e s lú d ic a s re g la d a s , y es la
sig u ien te: “E n caso de que la ficha se a co lo ca d a en los b o rd e s del
tab lero señ alan d o h a c ia a fu e ra , debe h a ce rlo en form a p e rp e n d ic u la r
qued an d o reserv a d o a u to m á tic a m e n te el e sp a cio del lad o o p u esto (A
o B)" lfig u ra 7).
/ \
Figura 6
u
✓ ' / x /' ■X / X
X X
0
X / x
O -
Cü Q
A \ " ’N / ------ X
X / X / v. y
GO G
\ / N
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X ' X / X. . . J
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/ ------ \
\ / Y / X ' X \ /
/ \ / ------ V / V / ------ X / \
{ ------'I
\ / X ' X / \ / X /
o
/ \ / X / ;- x / \ / \
X / \ x / \— / N /
I
I
Fvun 7
B
Ax C
D
etc.
y el espacio señalizado
29 lo multiplico por:
F ig u ra 8
Dicha con stru cció n es p rogresiva, por lo que estim am o s que e ste
juego re s u lta inabordable p a ra niños m á s p equ eñ os de 11, 12 ó 13
años. E l s is te m a de coordenadas del que debe disp oner el niño p a r a
en fren tar el ju e g o con recu rso s ad ecuad os debe oto rg arle la posibili
dad de co o rd in a r indefinidam ente los d esp lazam ien tos y los in te r
valos, am p liand o sin c e sa r el siste m a de origen; es d ecir, p artien d o de
ciertos em p lazam ien to s privilegiados que sirven de origen a l conjunto
de los sig u ien tes, ej sujeto con stituye un s is te m a que en g en d ra un
medio hom ogéneo com ún a todos los objetos, m edio que engloba no sólo
los objetos en su s posiciones m o m en tán eas, sino en todas su s p o si
ciones su ce siv a s o posibles, relacion and o siem pre esto s em p lazam ien
tos los unos en relación a los otros.
117
V A R IA N T T A
1) M a te r ia le s
“S e is c a r t o n e s o p u z z le s con m o tiv o s d is tin to s y se is ju e g o s de 16
p ie z a s c a d a u n o , q u e c o rre sp o n d e n a los m o tiv o s d e los c a r t o n e s .”
2 ) R e g la m e n to
A) P u z z le -L o te r ía
“C a d a ju g a d o r re c ib e un c a r tó n , y to d a s la s p ie z a s de V a r ia n tta se
c o lo c a n so b re la m e s a , con el m o tiv o h a c ia ab ajo . L u e g o d e m e z c l a r la s
b ie n , el q u e d irig e el ju e g o la s co lo ca, sin v e r el m o tiv o , s o b re la p a rte
i n t e r i o r d e la t a p a del ju e g o y v a s a c a n d o u n a por v e z , m o s t r á n d o l a a
lo s ju g a d o r e s y e n tre g á n d o la a quien le c o rr e s p o n d a el m is m o dibujo.
Q u ie n llen e a n t e s el c a rtó n s e r á el g a n a d o r .”
B ) P u zzle con m o d e lo
“C a d a ju g a d o r co lo ca su c a rtó n sob re la m e s a con el m o tiv o h a c ia
a b a jo y lu eg o elig e p a r a a r m a r u no de los m o tiv o s im p r e s o s en la ta p a .
T o d a s la s p ie z a s se co lo can so b re la m e s a con el m o tiv o v is ib le , y a u n a
v o z d e co m ie n z o c a d a ju g a d o r r e t i r a la s p ie z a s c o r r e s p o n d ie n te s h a s t a
a r m a r el m o tiv o e le g id o . E l p rim e ro en c o m p le ta rlo e s el g a n a d o r .”
C) P u z z le co n d a d o
“C a d a ju g a d o r e lig e un c a rtó n . L a s p ie z a s c o r r e s p o n d ie n te s a los
c a r t o n e s e le g id o s s e co lo can so b re la m e s a con el m o tiv o h a c i a ab a jo .
C a d a ju g a d o r t i r a el d ad o p o r tu rn o , d e s c u b re u n n ú m e ro d e p ie z a s
ig u a l a l n ú m e ro d el d ad o (si un ju g a d o r s a c a u n 3 tie n e d e r e c h o a to m a r
3 p ie z a s ) y u tiliz a ú n ic a m e n te la s q u e c o n c u e rd e n con s u c a r t ó n ; la s
r e s t a n t e s la s m e z c l a con la s q u e q u e d a ro n en la m e s a , y a s í s u c e s i v a
m e n t e el tu rn o p a s a al p ró x im o ju g a d o r, g a n a n d o q u ie n p rim e ro
c o m p le te to d a s la s p ie z a s de s u c a r t ó n .”
3) A n á lis is d e l a s o p e ra c io n es in fr a ló g ic a s e s p a c ia le s
L o s n iñ o s q u e d isp o n e n de u n a o p e ra to r ie d a d to p o ló g ic a p o d rá n
r e s o l v e r e s te ju e g o a c tu a n d o con d iv e rs o s p ro c e d im ie n to s , c u y a v a r i e
d a d d e p e n d e r á de l a s e q u ilib ra cio n e s m a x im iz a d o r a s a l c a n z a d a s en
e s t e s u b s is te m a :
T a l e s p ro c e d im ie n to s te n d rá n en co m ú n c a r a c t e r í s t i c a s in h e r e n -
148
m *3
Figura 1
i-i
3CPT
re su lta n im p rescin d ib les p ara aquellos niños que a rm a n el m odelo a
p a rtir de cu a lq u ie r em p lazam ien to y co n tin ú an adicionando p a rte s no
n e ce sa ria m e n te co n tig u a s h a s ta co n s tru ir la figura to tal. Com o e je m
plos de e s ta s dos cla se s d istin tas de co m p o rtam ien to , v é a n se la s
fig u ras 2 y 3 , que m u e stra n la se cu e n cia de los e m p la z a m ie n to s
realizad o s por los niños, al in te n ta r re p ro d u cir el modelo que c o n s ta
en la fig u ra 1.
C uan d o el niño h a con stru id o el siste m a de las co o rd e n a d a s
e sp a cia le s lo g ran d o al m ism o tiem po la coordinación de los d ife re n te s
p untos de v is ta , co n stru y e un esq u em a an ticip ad ar que le p e rm ite
a lc a n z a r com b in acion es de im ág en es que se apoyan en la com posición
de em p la z a m ie n to s y d e sp lazam ien to s posibles y por en de, son c a
p aces de p e n s a r sobre el resu ltad o de la s tran sfo rm acio n es p a ra
a d e cu a rse al m odelo dado.
En el caso p a rtic u la r que nos ocupa a h o ra , el reflejam iento de e ste
su b siste m a o p e ra to rio eu clíd eo-p royectivo se ap recia en c o m p o rta m
ientos que le a s e g u ra n el éxito con m ín im a s te g u la cio n e s, p orq ue el
niño dispone de co m p en sacio n es co n cep tu ales re p re se n ta tiv a s a n te
las p e rtu rb a cio n e s que se le p re se n ta n , y a que puede:
2° 9° 10° 3*
a) P a rtir el continuo espacial rep resen tad o por el modelo dado en
16 cu ad rad os de igu ales dim ensionesy adicionarlos de m a n e ra tal que
la totalid ad alcan ce la forma del cuadrado propuesto como modelo.
b) P roced er con m ínim as regulaciones o a n tic ip a r los em p laza
m ientos de cu alq u iera de los cu adrados-elem en tos, sin necesidad de
seg u ir un orden de próxim o en próxim o.
c) T o m ar varios elem entos que n ecesita p a ra su producción para
luego organ izarlos a p a rtir de cu alquier referen cia.
d) M u ltiplicar biunívoca y counívocam ente los elem en to s y las
relacio n es referid as al color, la form a, las direcciones, la s posiciones
y los tam añ o s p resen te s en cada uno de los cu ad rad os que debe ubicar
en correspon d encia con los que conform an la to talid ad .
Figura 3 ■
P en sam o s que ju egos como éste contribuyen a fa v o re ce r los proce
sos de gen eralización de las operaciones topológicas y la construcción
de op eracion es euclídeo-proyectivas que, a tra v é s de equilibraciones
m axim izad o ras alcan zad as por com pensaciones de l a s p ertu rb a- <5
151 <§
<§
£
‘f
d o n e s , p e r m itir á n q ue el su je to c o n s tru y a un s is te m a de r e f e r e n c ia s
e s ta b le , ta l co m o el d e la s c o o rd e n a d a s e sp a cia le s. E s te s is t e m a , co m o
y a h e m o s v isto , le a s e g u r a al niño un m an ejo de la s r e la c io n e s in tr a
e in te r o b je ta le s en un e sp a cio ú n ico efectivo y v ir tu a l, te n ie n d o en
c u e n t a al m ism o tie m p o la s p o sicio n e s de d e r e c h a -iiq u ie r d a , a r r i b a -
a b a jo , a d e l a n t e - a t r á s .
Conclusiones
Nos p areció in te re sa n te com u n icar e s ta s reflexiones a ce rc a del
valordel ju ego en la vida del n iñ o ,y a que e su n quehacer, un len gu aje,
u na form a de expresión que, elegido esp o n tán ea y p lacen teram en te
por el niño, re p re se n ta a la vez una a lte rn a tiv a válida p a ra fa v o re ce r
su desarrollo cognitivo.
Pensam os que, a p esar de esto, el juego es m u ch as veces d esv alo ri
zado y despreciado como recurso posible en la situación de a p re n d i
zaje.
En la escu ela, por ejemplo, se ju eg a en el recreo, en las h o ra s libres,
r a veces en la clase de gim nasia, pero se lo prohíbe en las h o ra s de
en señ an za de las m a te ria s “se ria s” e “im p o rtan te s” como m a te m á tica ,
lengua, e tcé te ra . “¡Deje de ju g a r y p reste aten ción !” es u n a orden
frecuente que se escu ch a en las au las, m ie n tra s el m aestro exp lica el
contenido de en señ an za. ¿P or qué no p e n sa r cómo can alizar esas
gan as, esos deseos, esa energía de ju g a r, utilizando ju egos que
respondan al contenido que el m aestro d e se a que su s alum nos ap ren -
j dan?
Si en lu g a r de e n c a ra r una ta re a tan ard u a , ab urrid a y ted iosa,
ca ra cte riz a d a por la “transm isión de inform aciones”, ta re a por otro
lado m uy difícil de cu m p lir en sus objetivos, se p en sara en la posibili
dad de c re a r situ acion es en las que se p erm itiese que el sujeto ap ren d a
con g a n a s y co n stru y a a la vez sus conocim ientos, creem os que órd en es
como la señ alad a an terio rm e n te ya no ten d rían ocasión de su rg ir.
L as d ram atizacio n es, los juegos reg lad o s, la invención co lectiv a o
individual de soluciones posibles a n te d eterm in ad o s problem as son
algu n as de las activid ad es que pueden ejercerse en las a u la s, com o
procedim ientos poiibles, p ara que los niños investiguen, form ulen
hipótesis, prueben e stra te g ia s, afirm en o nieguen resu ltad o s, es d ecir,
puedan a p ren d er con in terés y deseo, contenidos que las m á s de las
veces están m uy lejos de ser a tractiv o s.
No h ay recon strucción posible si no ex iste una p revia construcción.
1
A n te la s p e rtu rb a c io n e s q u e los niños p uedan e x p e r im e n ta r con los
ob jetos con los c u a le s in te r a c tú a n si é sto s re s u lta n s u f ic ie n te m e n te
a t r a c t i v o s y d e s e a b le s de s e r in co rp o ra d o s a su s e s q u e m a s , e s p o n t á n e
a m e n te in te n ta r á n e f e c tiv iz a r co m p o rta m ie n to s c o m p e n s a d o r e s , q u e
los co n d u cirá n a la c o o rd in a ció n de e sq u e m a s o a su d ife r e n c ia c ió n , a
su in te g ra c ió n o a la c o n s tru c c ió n de un n u ev o e s q u e m a o a la
re c o n s tru c c ió n del m is m o e s q u e m a p ero en un p lan o s u p e rio r.
A c u m u la r re g la s o n o r m a s de p ro ce d im ie n to s im p u e s to s d e s d e
a fu e ra , d a to s , fe c h a s, a c o n te c im ie n to s , e tc é te r a , en el m e jo r dé los
c a so s p e r m i tir á “c o m p u ta r i z a r ”-m e m o riz a r ta le s in fo rm a c io n e s , p e ro
c o n trib u ir á m ín im a m e n te al d e sa rro llo afectiv o , co g n itiv o y s o c ia l-
m o ral del s e r p e rs o n a . U n a vez leim o s en un c a rte l u b icad o en el
e s c e n a rio del salón de a c to s de un colegio: “L a V e rd a d os h a r á lib r e s ”.
No s e rá la in fo rm a ció n ni la re p e tició n del s a b e r del o tro lo q u e ll e v a r á
a r e c o n s tr u ir la s v e rd a d e s y a d e s c u b ie rta s por g e n e ra c io n e s p a s a d a s ;
tam p o co p ro m o v e rá n la p o sib ilid ad de que ca d a e d u ca n d o se c o n v ie r t a
en su jeto a ctiv o q u e e la b o re la h is to ria , re c re e el p a s a d o y a c tú e
c o m p ro m e tid a y a c ti v a m e n te en el p re s e n te p a r a t r a n s f o r m a r el
fu tu ro .
E l ju e g o , y el ju e g o r e g la d o en p a rtic u la r, en ta n to q ue a c tiv id a d
m o v iliz a d o ra de a s p e c to s d e la d in á m ica c o g n itiv a -a fe c tiv a d e los
su je to s , en ta n to q u e r e p r e s e n ta t iv a de los in te r e s e s de los n iñ o s ,
p u ed e s e r p e n sa d o com o r e c u r s o ed u ca tiv o válido p a r a s e r u tiliz a d o en
la s a u la s .
L a in v en ció n de r e g la s , la s situ a c io n e s p ro p u e s ta s por el m a e s t r o
p a r a s e r r e s u e lt a s de d ife r e n te s m a n e ra s , los co n te n id o s a los q u e c a d a
ju e g o a lu d e p ued en s e r m e d io s m u ch o s m á s e fica ce s p a r a el a p r e n d i
z a je de u n d e te rm in a d o co n te n id o e s c o la r p o r p a r te del n iñ o q u e la
re p e tició n se rv il de la le cció n "le íd a in c o m p re n s ib le m e n te ” e n u n
m a n u a l, en un te x to c u a lq u ie r a o en un “a p u n te ” h e ch o a p a r t i r de
co n clu s io n e s que e la b o ró o tr o , g e n e ra lm e n te un a d u lto (el m a e s t r o ,
alg u n o d e los p a d r e s , u n h e r m a n o m a y o r ...).
L o s n iñ o s de d e te r m in a d a ed ad pueden in v e n ta r c o m p lic a d a s y
e x te n s a s ju r is p r u d e n c ia s , en la s que e s tá n in clu id a s s a n c io n e s a la s
tr a n s g r e s io n e s , s a n c io n e s en la s que im p e ra un c rite rio de j u s t i c i a , de
a p re n d iz a je , de re p a ra c ió n y de su p e ra ció n : se c a s tig a p o rq u e el a c to
d el tr a n s g r e s o r r e p r e s e n ta u n beneficio e x c lu s iv a m e n te p e rs o n a l q u e
p e rju d ic a a c a d a uno d e los r e s ta n te s m ie m b ro s de la c o m u n id a d
lú d ica ; si el niño d e s e a c o n tin u a r p erten e cie n d o a e s t a c o m u n id a d , su
ISfi
p roced er d e b e rá a ju s ta r s e a cán o n es que le p e rm ita n in s e r t a r su
propio b eneficio en el b eneficio de la co m u n id ad to ta l: con clu í re í juego,
d iv e rtirse y a p re n d e r .
Sin e m b a rg o , e s to s le g isla d o re s y ju e c e s de h e ch o , p ero no de
d erech o, no son c a p a c e s de a s im ila r (in c o rp o ra r, re c o r d a r y a c tu a r)
re g la s tan sim p le s com o: “a n te s d e p y b s ie m p re se e scrib e m y n u n ca
n ”, “siem p re se e scrib e con m a y ú scu la al co m ien zo de la o ració n ",
e tc é te ra . L a s b e n d ita s re g la s o rto g rá fica s q u e los m a e s tro s tan te m
p ra n a m e n te in te n ta n e n s e ñ a r con el p ro p ó sito de m e jo ra r la d e s a s
tr o s a o rto g ra fía de la m a y o r ía de n u e s tro s niños de la e sco la rid a d
ta n to p rim a ria com o s e c u n d a ria re p re s e n ta n co n flicto s im p o sib les de
s e r su p erad o s.
¿Cóm o se e x p lic a e s te fenóm eno? In d u d a b le m e n te é s te , com o todo
ap ren d izaje, es u n a s itu a ció n com pleja que m o v iliz a rá m u ch o s a s p e c
to s de la p e rs o n a lid a d , p ero creem o s que si en lu g a r de s e r e x p u e s ta s
com o in fo rm acio n e s en b loque que deben s e r re c o rd a d a s “a s í, ta l cu al"
sin la in te rv e n ció n de un ra z o n a m ie n to lógico d ed u ctib le, si en lu g a r
de esto, p u es, se le p e rm itie ra a los niños a lc a n z a r su p ro p ia deducción
y co n stru cció n , q u iz á s o tro s e ría el re su lta d o . V ale la p e n a in te n ta rlo .
L a realid ad y a n os d e m o stró que el cam in o m em o rístico re co rrid o y
vu elto a re c o r r e r cie n to ; de v eces nos con du ce a un d estin o eq uivocado.
In v e stig u e m o s en la b ú sq u e d a de otros p o sib les.
L a s in fo rm a cio n e s tr a n s m itid a s en b lo q u es c e rra d o s d eben ta m
bién se r a s im ila d a s por el niño como un todo co m p acto que debe ser
reco rd ad o ta l cu al le fu e ra exp u esto , n e g á n d o se le p e rm iso s p a ra
d e scu b rir los n e x o s c a u s a le s y la s re la c io n e s e x is te n te s e n tre los
d istin to s d a to s. E s to no sólo provoca d e te n cio n e s en el d e sa rro llo
cogn itivo (p a rá lis is ), sino que m u tila la c a p a c id a d de c re a tiv id a d del
su jeto , p ues le im p id e a b o rd a r d iferen tes ca m in o s p a r a e n c o n tr a r la
solución a un p ro b le m a dado.
D e s g ra c ia d a m e n te , e s ta s p a la b ra s: d ete n ció n del d e s a rro llo in
te le c tu a l, p a rá lis is c o g n itiv a , m utilación de la c a p a cid a d c r e a tiv a , no
son sólo p a la b ra s , d e scrib en a co n te cim ie n to s re a le s q u e p adecen
m u ch o s de n u e s tro s e d u ca n d o s. D eseam os p ro fu n d a m e n te q ue todos
los p ro fesio n ales que de u n a u o tra m a n e ra e s ta m o s co m p ro m etid o s
con el q u e h a c e r e d u c a c io n a l, el proceso de a p re n d iz a je y s u s t r a s t o r
n o s, reflexio n em o s s e re n a y cie n tífica m e n te a c e r c a de cóm o re v e r tir
e s te sis te m a e in v e stig u e m o s s e ria m e n te p a r a p ro p ic ia r cam b io s
resp a ld a d o s en co n ce p to s te ó rico s sólidos. N o s h e m o s e n co n tra d o con
157
algunos m a e s tro s que nos d em o straro n que esta ta r e a es posible.
D entro de la ideología del siste m a que p reten d em os c a m b ia r, el
sab e r se ad q u iere en la m edida en que repito y actú o lo que el “o tro ”,
el m a e stro , m e enseñ ó: “no lo sé, no me lo e n señ aro n ”, es la re sp u e s ta
frecu en te que p roducen los niños a n te problem as que se les p re se n ta n .
C uando les d ecim o s: "no im p o rta, hacelo como a-vos te p a re z c a ”, nos
responden que eso es im posible, com o si la fa n ta sía fu e ra : "cu an d o yo
pienso, las c o sa s se resu elven m a l; cuando repito lo que el m a e s tro m e
dijo, en to n ces s í que la s co sas re su lta n bien”. C reem o s que este,
lam en tab le ra z o n a m ie n to y sen tim ien to sólo sirve p a ra fo m e n ta r la
d ep en d en cia, c o h a r ta r la esp on tan eid ad y favorecer se n tim ie n to s de
in seg u rid ad , re s u lta d o s opuestos a todo ideal de ed ucación .
L a s p a la b ra s sob ran an te e sta evalu ación escolar re a liz a d a re cie n
tem e n te en un se x to g rad o de u n a escu ela común de e s ta c a p ita l. H e
aq u í la r e s p u e s ta de C aro lin a, u n a de la s alu m n as:
1) “C a lcu la r el d .c.m . y el m .c.m . e n tre los n ú m eros 2 1 , 4 2 y 6 3 .”
2) “In d ic a r el co n ju n to de m últiplos y el. conjunto de d ivisores de los
sig u ien tes n ú m e ro s: 8 , 12 y 15.”
C aro lin a re s u e lv e :
1)
2 1 [2 1 , 4 2 , 6 3 , 8 4 , 105, 1 2 6 ] etc. 126 N O E S LO
4 2 [4 2 , 8 4 , 1 2 6 ] etc. m.c.m . QUE SE LE
6 3 [6 3 , 1 2 6 , 1 8 9 ] etc. PID IO
(e v a lú a la
21 [ 1 ,3 ,7 ,2 1 ] 21 m a e s tra )
4 2 [1 , 2 , 3 , 6 , 7 , 2 1 ] d.c.m .
6 3 [ 1 , 3 , 7 , 9 , 2 1 , 63]
8 : [8 , 1 6 , 2 4 , 3 2 ]
8 : [8 , 4 , 2 , 1] al re v é s, de m en o r a m ayor (e v a lú a la m a e s tra )
12: [ 1 2 , 2 4 , 3 6 , 4 8 ]
12: [ 1 2 , 6 , 4 , 3 , 2 , 1] al rev és, de m en or a m a y o r (idem )
15: [1 5 , 3 0 , 4 5 , 60]
15: [1 5 , 5 , 3 , 1] al revés, de m en o r a m ayor (id em )
£.
|
. . . XM
h ip otético-d edu ctivo que se npova en esquem as com b in ato rio s y en
o p e ra cio n e s in h eren tes a la lógica proposicional.
D e sta ca m o s ad em ás el valor del ju ego como fa cto r in te rv in ie n te en
el d e sa rro llo del com p ortam ien to m o ral autónom o del niño. D e sce n
trad o de su propio punto de v ista y liberado p ro g re siv a m e n te del
a u to rita ris m o verbal propio de la m oral h eteró n o m a, el niño se rá
cap az de c o n stru ir form as de p e n sa r y de a c tu a r b a sa d a s en la
co op eración , la reciprocidad, la solidarid ad y el resp eto m utuo.
El beneficio que rep resen ta el ju eg o en este d esarro llo m oral se
verá co n cre ta d o en la m edida en que se favorezca en los niños la
posibilidad de:
a) C r e a r y tra n sfo rm a r las reg las de los juegos co n sid eran d o como
v álid as sólo aq uellas que conduzcan al bien común y que cu en ten con
el co n sen so gen eral.
b) C o n stru ir criterios p ara d e te rm in a r el c a r á c te r de lo ju sto o
in ju sto en las diferente situ acio n es conflictivas que su rjan en el
d esarro llo de los juegos, p erm itién d o seles a p a rta rs e de la le tra de la
ley si con ello se p reserva su esp íritu .
c) C o la b o ra r en la elaboración colectiva de e s tra te g ia s p a ra s u
p e ra r la s dificultad es que se van p resen tan d o en el d esarro llo del
juego.
d) R e sp e ta r y h a ce r re sp e ta r el cum plim iento de las n o rm a s u n a
vez e sta b le cid a s y san cio n ar las tran sg resio n es de acu erd o con su
tra s ce n d e n c ia .
El ju e g o e n tre p ares o e n tre el niño y el adulto re p re se n ta u n a
a ctiv id a d lo su ficientem en te in te re sa n te como p a ra e rig irse en m o to r
del d e sa rro llo .
C u an d o e s ta situación lúdica se produce en tre el niño y el ad u lto ,
é ste debe e s ta r a le rta p a ra no c a e r en situaciones fa lsa s de m en tid a
estu p id ez o ig n o ran cia en la s que, a m p arad o por un sen tim ien to de
a p a re n te b o nd ad , consiente el triunfo del niño m o stran d o u n a a ctitu d
tan co n d escen d ien te y perm isiva que no h ace m ás que e n cu b rir un
se n tim ie n to n arcisístico de su p eriorid ad y om nipotencia rev elad o r de
u n a co n d u cta inm oral que sólo produce efectos p erju d iciales, y a que
el niño p ercib e e s ta situación en form a consciente o in co n scien te.
El a d u lto , a la vez que debe fav o recer la expresión de lo que el niño
puede y sa b e , debe ser lo su ficien tem en te hábil como p a ra co la b o ra r
con el joven sujeto p ara que éste pueda to m a r co n cien cia de su s
e rro re s , s e a ca p a z de rep ararlo s y p ueda an ticip ar, de acu erd o con su s
1GO
posibilidades, con du ctas que le aseguren éxito?.
FJ adulto deber;» ser cuidadoso lam bién ante la riqueza que
rep resen ta este in strum ento, el juego, para 110 malograrlo,con virtiendo
e sta situación en una form a expresiva m ás de au to ritarism o verbal,
de som etim iento a las imposiciones reg lad as y de determ inación
rígida de lo que se “debe" pensar y h acer y de lo que “debe” ser
considerado in teresa n te por el niño.
El juego crea un espacio y un tiempo psicológico apto para perm itir
que su rja en el niño un sentim iento de gozo, a le g ría y placer, al poder
e x p re sa re n esa situación susgenuinos deseos e in tereses. Su práctica
con tribu irá a la construcción de un modo de s e r solidario, optim ista,
em prendedor, p ersev eran te en el esfuerzo por su p erar dificultades,
com prom etido investigador de la realidad, buscador de form as de
expresión y efectivización de sus intereses; un modo de ser empático
que disfruta h acien d o! trabajando, jugando e tc é te ra ) ju n to a otros, sin
p erd er su cap acid ad de e sta r a solas.
Por eso nos preocupa tan to el niño que no cu en ta con libido
disponible p ara ju g a r, ya que adem ás de ser e s ta conducta indicadora
de una patología del desarrollo, tal actitu d le re sta posibilidades
con stru ctiv as en todas las á re a s de expresión de su ser persona.
El juego es una actividad elegida de acu erd o con los propios
in tereses y deseos del individuo. Se supone que la elección dei
q uehacer profesional y laboral reconoce, en tre otros, estos aspectos de
la propia personalidad como intervinientes en tal decisión.
Nos p reguntam os qué razones existirán p a ra exp licar el cambio de
actitu d que observam os en tre el com portam iento de los niños ante el
juego y la p ostu ra que adopta gran parte de la población adulta frente
al trabajo.
¿P or qué si el niño se divierte y disfruta ju gan do, muchos adultos
m u estran frente al trabajo actitudes de desgano, ap atía, abulia,
irresponsabilidad, au sen cia de creatividad y de un sentim iento de
reciprocidad, de colaboración y de solidaridad?
Creem os que dos posibles cau sas e starían m otivando tal cambio:
Por un lado, la elección de ese quehacer profesional y/o laboral se
llevaría a cabo al m argen de los verdaderos intereses del sujeto,
predom inando en tal elección los intereses de una sociedad exitista,
con sum ista, en la que el valor de la persona está dado en función de
la posesión de objetos m ateriales “valiosos” m ás que en el desarrollo
esforzado y continuo de ser “sí mismo”.
161
P o r otro laclo, las socied ad es fu n dad as en las relacion es de presión
y en el p roced er de u n a m oral h eteró n o m a dan lu gar a un h a c e r en el
que se je ra rq u iz a la “p ro d u ctiv id ad ” y el consum o de bienes m a te r ia
les, dejando m uy poco espacio p a ra la activid ad reflexiva o rie n ta d o ra
de los a cto s y d ecisiones del su je to ; la id entidad de la p erson a se va
con stru yen d o a sí a p a rtir de un deseo del individué de ser y h a c e r lo
que los d em ás quieren que sea y h ag a.
E s te tipo de socied ad es c r e a , ad e m á s, situaciones lab o rales in
fra h u m a n a s, ya que p a ra s a lv a g u a rd a r la “p roductividad” y la e x p a n
sión económ ica del grupo de p oder se ju stifica el m enosprecio por la
vida h u m a n a .
C reem o s que estos dos tipos de situ acio n es: elecciones p ro fesio n a
les y/o lab o rales re a liz a d a s in d ep en d ien tem en te de los in te re s a s
propios del su jeto, y la in flu en cia de sociedades b a sa d a s en la s
relacio n es de p resión , serían fa cto re s de suficiente peso p a ra que
algu n os ad ultos p ierd an ese sen tim ien to original de gozo y p la ce r que
solían e x p e rim e n ta r de niños d u ra n te sus juegos.
El trab ajo se co n v ierte a s í en u n a activid ad tediosa y d e s g a sta n te ,
al p erd er su cu alid ad de “in te r e s a n te ” y de se r realizado en función de
a lc a n z a r la propia su peración y la de la com unidad a la que se
p erten ece.
En la m edida en que ca d a uno p articip e en la tran sfo rm ació n del
siste m a de e n se ñ a n z a rígido y en ciclop ed ista que en g en eral p a d e
cem os, p a ra d a r cab id a al su rg im ien to de modelos ed ucacion ales que
p erm ita n la form ación de su jeto s Rapaces de e x p re s a r su s conflictos,
su s co n trad iccio n es y su s in te re s e s, que puedan a tre v e rse a p e n s a r y
a a c tu a r sin m iedo, sólo a s í s e rá posible re v e rtir e s ta situación.
C re e m o s n ecesario tam bién que el adulto re e n cu e n tre ca d a d ía un
sen tim ie n to de a le g ría y p la ce r que su ste n te su activid ad re fle x iv a y
c re a d o ra a n te el trab ajo . E s d ecir, que re cu p e re , si lo perdió, y re c re e
co n s ta n te m e n te su cap acid ad de ju g a r , de a p re n d e r a ju g a r y de ju g a r
p a ra a p re n d e r a ser.
1(>2
BIBLIOGRAFIA •P
«TI
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163
* -
« *
« -1
IN D IC E
P r e fa c io .......
I n tro d u c c ió n
P a r te I
P s ic o g é n e s is d e l c o m p o r t a m ie n t o l ú d i c o ............................
P a r te II
L a p s ic o g é n e s is d e l c r it e r io m o r a l en el n i ñ o ...................
1. Influencia social sobre el com portam iento é tic o .........
2. El niño y la escuela: ¿autonom ía y creatividad o
h eteron om ía y su m isió n ?............................................................
3. Del egoce'ntrismo a la reciprocidad: desarrollo moral y
evolución in te le c tu a l...................................................................
Parte III
• ,' # S
E l niño y el juego.
ii.
Próxima aparición
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11
CA PÍTU LO 1
A n a González
leves lógicas y serían a sim ilad o s/sig n ificad o s según las creen cias, los in tere
ses v la p articu la r cu ltu ra individual, subjetiva, p ro v o ca n d o desajustes, e rro
res o c o n o c im ie n t o s insuficientes e in co m p le to s.
El o tro co n c e p to , el de la zo n a d e d e sa rro llo p ró x im o , tam bién co n trib u
yó a c re a r en m í un esp acio p a ra la re fle x ió n . D ice Vygotsky (1 9 9 1 ) que la
zo n a de d esarro llo p ró xim o
[...] ciertas representaciones a las que llamamos significantes, sobre otras re
presentaciones (significados) que se originan en la necesidad comunicativa
de evocar significaciones ausentes mediante acciones observables por otros.
Sirven a la función de compartir mundos internos.
Es d ecir que los sím bolos son re p re se n ta cio n e s sob re rep resen tacio n es: a
lfis rep resen taciones g en erad as p o r la actividad p erceptiva se le agregan otras
que las con d icion an y las in te rp re ta n . Estas últim as son abstraídas del eje rci
cio de los p ropios esq uem as en d iferen tes c o n te x to s , co n diferentes ob jetos
que g en eraro n respuestas, re a c cio n e s , en los o tro s. De esta e x p e rie n cia en
la que se conjugan estos tres asp ecto s m e n cio n a d o s es de donde se ab strae
el significado de las accio n e s sim bólicas, las que cu m p len una dualidad fun
cional, lúdica y / o co m u n icativ a.
34 TRATA M IENTO PSICO PED AG Ó G 1CO
La fu n c ió n com u n icativa d e l ju e g o
E s ta fu n c ió n d e c o m u n ic a c ió n la e je r c e el n iñ o fu n d a m e n ta lm e n te a
través d e l ju e g o . E l ju e g o s im b ó lic o es u n a e x p r e s ió n n a tu ra l e n la q u e el
n iñ o d esp lie g a ta n to sus ca p a c id a d e s cognitivas c o m o su d esa rro llo afectivo
y s o cia l.
N os p re o c u p a u n n iñ o q u e n o ju e g a , p o rq u e q ueda sum id o en soled ad ,
paralizad o, aislad o n o s o lo d el m u n d o q u e lo ro d e a (sin p o sibilid ad de in
te rca m b io s q u e a se g u ra n su vida p sic o ló g ica ) sin o aun im p o sib ilita d o de
d ialo g ar c o n sus p ro p io s c o n te n id o s in te rn o s , lo q u e im plica la co n stitu ció n
de u n p siq u ism o e m p o b r e c id o , frág il v re strin g id o . P od ría d ecirse q u e la
im p osibilid ad d e ju g a r h a sta o b tu ra ría la fo rm a c ió n de p en sa m ien to s si re
co n o c e m o s q u e e n e sta fo r m a c ió n m u ch o tien e q u e ver el esfu erzo efectivo
del su je to p ara sa tisfa cer sus n e cesid a d e s, rea liz a n d o los ro d eo s p ertin e n tes
para q u e su a c c io n a r se e n m a rq u e d e n tro de lo p o sible y lo satisfactorio.
C u a n d o el n iñ o ju e g a , a rm a sus e scen a s, sigue sus reglas -e g o c é n tric a s , o
im itativ as-ad ap ta tiv a s- y a lc a n z a e l fin p ro p u e sto , a veces im p o n ie n d o su
p u n to d e vista e g o c é n tr ic o , es d e c ir c o n fu n d ie n d o su p ercep ció n subjetiva
con la re a lid a d o b je tiv a . Si b ie n esto es esp era b le en d eterm in a d o nivel de
d esa rro llo , tie n d e p ro g re siv a m e n te a d esa p a rece r al a ce rca rn o s a u n a o rg a
n izació n o p e ra to ria d el p e n s a m ie n to . Si p revalece m ás allá de los seis o siete
años, se h a c e n e c e s a ria la in te rv e n c ió n d e un o tro q u e actúe co m o m ed ia
d or e n tre su fa n ta sía y la re a lid a d , y así p o d rá ir aju stand o sus respuestas y
cre ar ta n to s ig n ifica n te s a p ro p ia d o s a los sig n ificad os que d esea co m u n ica r
co m o re sig n ifica r s ig n ifica d o s q u e in ic ia lm e n te fu e ro n confusos, co n tra d ic
torios o d esaju stad os.
R e cu e rd o e l caso d e un n iñ o q u e se sum ía en sen tim ientos de te rro r cu an
do d eb ía sep ararse d e su m a d re , c o m o si p aten tizara un sen tim ien to de irre a
lidad de sí m ism o o d e d e s g a rro al p ro d u cirse esta sep a ra ció n . Ese e r a el
sign ificad o q u e él a trib u ía al sig n ifica n te , es decir, a esa acción de despedir-
se-separarse. E ste n iñ o d e d iez a ñ o s q u e c o n ta b a c o n un cierto d espliegu e
de co n d u cta s sim b ó lica s, sin e m b a rg o n o p o d ía d esarro lla r ju e g o s d ram áti
cos ni ad ap tarse al a p re n d iz a je e sc o la r según reglas co n v en cio n ales. La falta
de co n s ta n c ia d el o b je to a fe ctiv o im p e d ía la con serv ació n del o b je to , c o n
quista te m p ran a de la in te lig e n c ia sen sorio-m otriz. La institución esco lar es
p ecial a la q u e c o n c u r r ía ta rd ó la rg o tiem p o p ara g e n era rle la n ecesid ad de
utilizar-crear sig n ifica n tes sim b ó lico s q u e co m u n ica ra n sus p ensam ientos, sus
sen tim ie n to s, su p a rtic u la r m o d o d e significar-se v significar la realid ad , y
gran d e ta m b ién fu e el e sfu e rz o y el co m p ro m iso de todos los ad u ltos d e la
in stitu ció n p o r e n te n d e r los sig n ifica d o s e in te rv e n ir para crear, c o n él, n u e
vos sig n ificad o s m ás c e rc a n o s a la realid ad objetiva.
36 T R A TA -M IE N T O P SIC O P E D A G Ó G IC O
Bibliografía
Coll, C.; P a la c io s ,J. y M a rch esi, A. (co m p s.) (1 9 9 3 ): Desarrollo psicológico y edu
cación II, M ad rid , A lian za.
Coll, C. y otros ( 1 9 9 3 ) : El constructivismo en el aula, B a rce lo n a , G raó.
38 T R A T A M IE N T O P S IC O P E D A G Ó C IC O
El c o n c e p to d e aprendizaje
S e g ú n P ia g e t, los p r o c e d im ie n to s se e n c a d e n a n u n o s c o n o tro s , s o n
te m p o r a le s , p o r e sto se tie n e c o n c ie n c ia d e e llo s . P a ra q u e e x is ta riq u e z a
v v a rie d a d d e p ro c e d im ie n to s se n e c e s ita q u e r e a lic e n o u tilic e n tra n s fo r
m a c io n e s . N o se in te g ra n u n o s c o n o tro s , s in o q u e se e n c a d e n a n s e c u e n -
c ia lm e n te .
, A m b o s, estru ctu ra s v p ro c e d im ie n to s , son d os p o lo s in sep a ra b les d e la
activid ad cognitiva. 1.a riqu eza de las e stru c tu ra s d e p e n d e de la c o h e r e n c ia y
co m p le jid a d de las in te g ra c io n e s y n o d e su ca n tid a d , m ien tra s q u e los p ro
c e d im ie n to s sí d e p e n d e n de su varied ad y n ú m e ro .
C ad a e s tru c tu ra es el resu ltad o d e la c o n s tr u c c ió n p ro c e d im e n ta l y c a d a
p r o c e d im ie n to usa a lg u n o s de los a s p e c to s de las e stru c tu ra s . P ia g e t p o stu
la q u e la c ie n c ia p ro v ien e de las e s tru c tu ra s , y la te c n o lo g ía , de los p r o c e
d im ie n to s . Este ju e g o e n tre p ro c e d im ie n to s y e stru ctu ra s n o s lleva a revisar
los c o n c e p to s a c e rc a d e los m e ca n ism o s q u e in te rv ie n e n e n to d o este p r o c e
so co n stru ctiv o : la a b stra cció n r e fle x io n a n te y la g e n e ra liz a c ió n .
L a a b stra cc ió n re fle x io n a n te a través d el re fle ja m ie n to e x tra e y re fle ja e n
e l n iv el s u p e rio r las d ife re n c ia c io n e s q u e lu e g o son re o rg a n iz a d a s en e ste
n u ev o p la n o re su lta n d o , así, las in te g ra c io n e s . E sto se d a s im u ltá n e a m e n te
c o n el p ro c e s o de g en era liz a ció n c o n stru ctiv a . Este c o n siste en e n g e n d ra r
nu evas fo rm a s y nuevos co n ten id o s, o se a nuevas estru ctu ra s. S e p ro d u ce así
u n a a sim ila c ió n c o n d ife re n c ia c io n e s y re in te g r a c io n e s , p o r lo q u e e l c o n o
c im ie n to g a n a n o solo e n e x te n sió n sin o e n c o m p re n sió n .
S i se c o n s id e ra el ap ren d iz a je u n p ro c e s o c o n u n a s e c u e n c ia de fases su
cesivas, los p ro c e d im ie n to s son la m a n e ra c o n c r e ta d e m a te ria liz a r esta se
c u e n c ia . L o s p ro ced im ie n to s, si b ie n s o n d ife re n te s, p o se e n c a ra cte rística s
co m u n e s:
L a im a g e n c o r p o r a l e n e l p r o c e s o d e a p r e n d i z a je
P ia g e t h a b la d e u n e s q u e m a c o r p o r a l q u e se va c o n s tr u y e n d o e n
in te ra c c ió n c o n el m e d io . Las e stru ctu ra s in n atas o rg an izan el psiq u ism o
d esde el n acim ien to y p e rm ite n que ex ista d esd e el p rin cip io u n a c o n d u c ta
o rd e n a d a . Estos esq uem as sen so rio m o to res, a través de la re p e tició n , posibi
litan al sujeto e n tra r en co n ta cto con el m e d io , c o n los objetos. E ste p ro ce so
es factib le p o r el ju e g o de asim ilació n -aco m o d ació n , que son las fu n cio n es
organ izad o ras y eq uilib rad oras de la vida m en tal.
*
[...] toda nueva construcción se hace posible gracias a la generalización pro
gresiva de construcciones anteriores, que perm ite primero independizar los
procedimientos de los contenidos a los que se aplican y luego, ser parte inte
grante de una construcción nueva al coordinarse con otros procedimientos
que han sido, a su vez, independizados de sus respectivos contenidos. V
• ton o d e base,
• la ad a p ta ció n d e la a ctitu d al gesto,
• el c o n tro l d e jo s m o v im ien to s segm en tarios,
• selecció n de los m o v im ien to s n ecesario s y útiles p ara la eje cu ció n de
un acto .
El niño sabe aquello que tien e que h a ce r p ero en la articulación que existe
en tre la idea de re a liz a r el a cto m o to r y su ejecu ció n hay una p ertu rb ació n
q ue provoca la im posibilidad d e h a ce rlo (d isp raxia).
P ara e jecu ta r un m o v im ien to co n sen tid o an tes d e la función p u ra m e n te
perceptiva estará en ju e g o el d e se o de h a ce rlo , lu ego h a rá falta el ap arato
m o to r que lo facilite y, p o r ú ltim o , la eje cu ció n del p ro y ecto p sico m o to r.
F ren te a un tra sto rn o , p o r e jem p lo , en el p ro ceso del aprendizaje de la lecto-
escritu ra, el e n fo q u e p sico p e d a g ó g ico así c o n ce b id o atiend e no solo a los
asp ectos in telectu ales y afectivos sino tam bién a las posibilidades de h a ce r
(la organ ización de las p raxias m an u ales y digitales, la co o rd in a ció n de es
quem as, la c o r r e c ta p ren sió n , la actitu d p ostural, e tc .).
LA INSTANCIA D E L C U E R P O EN E L T R A TA M IEN TO PSICO PED AG Ó G ICO 47
Bibliografía
Enseñantes
«Papá me enseñó» - «Yo aprendí»
34
••pensaba» a sí mismo, la confianza que en él tenía para poder
enseñar, la importancia que daba a lo enseñado, así como lo
que esperaba de su hija, la confianza que en ella depositaba en
relación con lo que iba a poder aprender, la alegría y el placer
que a él le proporcionaba el estar con su hija haciendo aquello,
conformaban el terreno donde su hija iría a aprender).
Por eso Silvina dice: «cuando papá me enseñó», que es
diferente a decir «cuando yo aprendí», formulación con la que
se concluye todo aprendizaje.
P ara llegar a «yo aprendí», precisó partir de «él me
enseñó». Nuestro idioma nos permite ver cómo la form ula
ción «yo lo aprendí» (a él) es imposible. Si bien él me enseña
(a mí) yo no «lo» aprendo (a él).
Entre el enseñante y el aprendiente se abre un campo de
diferencias donde se sitúa el placer de aprender. El enseñante
entrega algo, pero para poder apropiarse de aquello, el apren
diente necesita inventarlo de nuevo. Experiencia de alegría,
que se facilita o perturba, según cómo se coloque el enseñante.
Enseñantes son los padres, los hermanos, los tíos, los}
abuelos y demás integrantes de la familia, .así como maes-'
tros, m aestras y compañeros en la escu elai
Si bien los objetos o máquinas pueden llegar a tener una
función enseñante, la persona enseñante, con todas sus
características singulares, más allá de sus cualidades peda
gógicas, es prioritaria, ya que m as im portante que el conte
nido enseñado es cierto molde relacional que se va im pri
miendo sobre la subjetividad del aprendiente. /
P a ra que la niña pudiera apropiarse del placer de
autoría necesitó de un en señ an te que la invistiera de la
posibilidad de ser aprendiente y le o torgara el lu g ar de
sujeto pensante.
El carácter subjetivante del aprendizaje muchas veces es
olvidado y ciertos profesores y padres pretenden despertar el
deseo de aprender de los niños y jóvenes, apelando a que
«estudiares necesario para alcanzar un t r a b a j o mejor»,«para
ganar dinero» o «para ser reconocido socialmente». Se
desmiente así lo que lam entablem ente la sociedad actual
ofrece y, lo que es más grave, se desvirtúa el acto y el objeto
del aprender,1dejando a m uchos niños y adolescentes fuera
de la posibilidad de reconocer su propio deseo de aprender.
M á s que enseñar (m ostrar) contenidos de conocimiento,-2
ser enseñante significa abrir un espacio para aprender.
Espacio objetivo-subjetivo donde se realizan dos trabajos
sim ultáneos:
• Construcción de conocimientos.
• Construcción de sí m ism o, como sujeto creativo y pen:
sante.
1Este tema, asociado con lo que llamo ‘«ética del éxito», está desarrolla
do en mi libro Los idioma.', del aprendiente.
- Consúltese en ei capítulo I I I de la presente obra la diferencia entre
“información”, “conocimiento", “saber” y “aprender”.
36
limador sano, pero para aprender a h ab la r (subrayo el
término aprender como constructor no sólo del objeto apren
dido sino tam bién del sujeto) el niño necesita de adultos que
lo consideren un semejante capaz de h a b la r y entender, aun
cuando sólo vocalice. T ales adultos enseñantes desean que el
niño aprendiente hable, aun anticipando que cuando apren
da a h ablar podrá d iscutir sus indicaciones y hasta m ostrar
oposición a la s ideas de otros.
Enseñam os y esto es prioritario, pero el niño aprende solo:
en. esta aparente paradoja está, la clave de todo proceso
saludable de aprendizaje. \
Y a estam os percibiendo cómo se va n interrelacionando
aprender y procesos de diferenciación. D e l m ism o modo que
enseñar y favorecer (soportar) que el aprendiente no nos
necesite-más,—
Aquello que señalábam os en relación con el padre y la
madre como enseñantes puede extenderse a los profesores.
S i bien los m aestros necesitan poseer información, su
función nó es principalm ente tra n sm itirla sino propiciar
herram ientas y un espacio adecuado (lúdico) donde sea
posible la construcción del conocimiento.
A l tener un papel fundam ental como enseñantes lo tienen
también como agentes subjetivantes. Pueden intervenir
solidificando aspectos patógenos que vienen desde la fam ilia
del propio niño o, por el contrario, propiciando movimientos
saludables.3
L a im pronta de la m odalidad enseñante de los maestros
permanecerá a lo largo de la vida de su s alum nos, en cuanto
al autorreconocimiento4 como seres pensantes y autores de
su historia.
37
E l d e s e a r y la c o r p o r e id a d e n el a p r e n d iz a je
«Yo tenía muchas ganas de aprender» fj
¿Qué es lo primero que S ilv in a recuerda sobre sí m ism a
cuando necesita definir el aprender? L a s g a n a s de a n d ar en
bicicleta. ELdesear. La^energía.deseante es m ucho m á s que .
el motor del aprender, es .el. terreno.donde se nutre. ,
L a s «ganas», son de a n d ar en bicicleta, no de aprender a
andar en bicicleta. E l aprender se introduce entre la s gan as
y el andar. S in em bargo, no es un sim ple medio, ni una
técnica para conseguir hacer a lgu n a cosa.
A diferencia del re sp ira r u otra función orgánica que
vienen p rogram adas biológicamente, el andar en bicicleta,
así como el cam inar, el escribir y los dem ás conocimientos
requieren de un aprendizaje. E s precisamente por eso que V
los procesos de aprendizaje son constructores de autoría. Lo ) 1
esencial del aprender es que sim ultáneam ente se construye../ 1
el propio sujeto, f
¿C u á l es el plus que el aprender otorga? A quello m ás
profundo, subjetivante que permanece (m ás allá del olvido
del contenido aprendido) y se tra sla d a a todo el accionar del
sujeto aprendiente: es el placer de dominar... la bicicleta
instrum ento-lápiz-escritura-conocim iento. Placer de d iri
gir, de autonomía. Placer de sup erar los lím ites de velocidad
que el organism o permite, placer de trascender el tiempo y
el espacio. Placer de m overse sobre la tierra sin pisarla.
Placer por apropiarse de su autoría productiva.
El.jugar, el aprender y el trabajo creativo se nutren de la - X /
m ism a sa v ia y se apropian del m ism o saber- sabor. 5 o
A sí, para que las «ganas de a n d ar en bicicleta» puedan
operar otorgando a la tarea de andar en bicicleta la p a s io n a -,
lidad lúdica, el plus de alegría, la «experiencia de vivencia de
satisfacción»,M a experiencia de realización subjetiva se
Q u é e n t r e g a el e n s e ñ a n te
«Papá me dio una bici, más chica que la de él»
:¡9
Si de-prestar atención se tratara, el pedido sería que presta
ra atención en ella, en su deseo de andar en bicicleta y ver
cómo lo iba haciendo. N o le indicó sentarse diciendo: «Prestá
atención, Silvina, m irá, así se anda en bicicleta», ni después
dio vueltas subido a su enorme bicicleta frente a los ojos
azorados de ella, «No te m uevas Silvina, m añ an a vas a andar
vos y yo me voy a sentar p ara decirte si lo hacés bien».
C u án ta s supuestas patologías que se adjudican al niño y
llevan nombres enigm áticos como A .D .D . o A.D .H .D ., no son
m ás que déficits de atención de los propios estudiosos de las
necesidades de los niños.
C ó m o e n t r e g a el e n s e ñ a n t e
«Papá me dio una bici, más chica que la de él.
Me ayudó a subir. La bici sola se cae,
la tenés que sostener andando.
Papá sostenía la bicicleta».
E l padre de S ilv in a sostenía la bicicleta-instrumento-cono-
cimiento-proceso constructivo. N o sostenía a la niña por la
cintura, ni por las piernas, ni m enos aún por la cabeza. A s í
facilitó la apropiación de la autoría.
Claro que para que el enseñante consiga sostener, la
.bicicleta (herramienta-concepto-construcción de conocimien
to-espacio creativo-espacio de aprendizaje) y no al niño por
el cuerpo, necesita saber neutralizar la im portancia de su
figura y p ara ello precisa, a su vez, estar m edianam ente ,
seguro de sí m ism o y tener su s propios proyectos. E s decir,
no depender de su aprendiente o del éxito de su aprendiente...
Lugar de las técnicas
La bici sola se cae,
la tenes que sostener andando»
E l l u g a r d e l d e s a fío e n el a p r e n d iz a je
«A mí me da. miedo andar sin meditas»
En todo aprendizaje se pone enjuego cierta cuota de temor.
Temor que no siempre debe adscribirse al miedo al cambio
sino que es propio del encuentro con la responsabilidad que
la autoría supone.
E l desafío del encuentro con lo nuevo y de hacerse respon
sable de haberlo procurado es inherente al aprendizaje. E l
deseo suele ir vestido con el ropaje del miedo.
Por. otra parte, la culpa (inconsciente) por conocer8 sólo
puede elájbórarse y superarse a p artir de la responsabilidad.
H acerm e -responsable de aquello que conozco. Responder
por eílo. ■ ^ ¡I
'^ Q u a n d o ?otro dirige m i andar, nadie me p reguntará por
, q u é ;e le g ía te camino. S i elijo y h a sta construyo m i propio
,N-qaminó apan dar, necesitaré explicar y explicarm e por qué.
ctes.éb de conocer (la pulsión epistem ofílica) supone el
^OHtf&eto con la carencia, la sa lid a de la omnipotencia. A lg u
nos problem as de aprendizaje tienen un anclaje en cierta
dificultad p ara conectarse con la propia carencia, con la
fra gilid ad h um ana. U n a sociedad que tiende a endiosar a
niños y jóvenes, puede provocar problem as de aprendizaje al
esperar paradójicam ente todo de ellos, quitándoles la res
ponsabilidad que la autoría supone.
A l e g r í a d e l d e s c u b r im ie n t o d e la a u t o r ía
>; _-3Véase capítulo «La culpa por conocer», en Alicia Fernández, La sexua-
~lidaXt~Ltrapad.a de la señorita maestra, Buenos Aires, Nueva Visión, 1992.
d) Los padres y los m aestros como enseñantes, para poder
enseñar, necesitan n utrir su propio deseo de aprender, ya
que el deseo genuino de enseñar sólo puede considerarse un
derivado del deseo de aprender. A q u í se sitúa una cuestión
im portante a tener en cuenta para que enseñar no se deslice
hacia seducir.
43
tando, no le sirvió cuando era chico, por eso tiene que tenerlo
siempre a su lado p ara poder descansar. Por el contrario, si
esa persona «se olvidó» del osito, si no lo necesita más,
si puede ir a descansar sin él, quiere decir que el osito sirvió.
E l lu g a r del enseñante tiene m ucho que ver con esto.
S ilv in a necesita nom brar al papá para poder empezar a
explicar qué es aprender, pero para finalizar la explicación,
ya no necesita h ab la r de la figura enseñante y no dice «me
enseñó» : dice «aprendí».
Em pieza con «papá me enseñó», dándole cierto protago
nismo, y finaliza con «yo aprendí», con la alegría de la
apropiación , del hacer propio y de la autoría.
Volvam os a S ilv in a y su herm anita, quienes p ara explicar
el aprender necesitaron diferenciarlo del ju g a r p ara luego
referirlo a él. A s í es: siendo el espacio del aprender el m ism o
que el espacio del jugar, no es lo m ism o ju g a r que aprender.
44
Creer y crear. Arriesgarse a hacer de los sueños textos visibles
y posibles. Sólo será posible que los maestros puedan generar
espacios del jugar-aprender para sus alumnos, cuando ellos
simultáneamente los construyan para sí mismos.
■Jugando se descubre la riqueza del lenguaje, aprendiendo
nos vam os apropiando del m ism o.
Jugando inventamos nuevas historias, el aprendizaje nos
permite historiarnos, ser nuestros propios autobiógrafos,
■«construirse un pasado para proyectarse al futuro».10
J u ga r es poner a trotar la s palabras, la s m anos y los
sueños. So ñ a r despierto, hacer de los sueños textos visibles.
Aprender es reconocerse, creer en lo que creo y crear lo que
creo. A rriesgarse a hacer de los sueños textos visibles y
posibles. Y es así, pues podemos definir el pensar como
aquella capacidad h u m an a de hacer posible lo probable, a
p artir de hacer probable lo deseado.
Poder ser un m aestro «suficientemente bueno» no se logra
con técnica ni con cursos. Requiere un trabajo constante
consigo m ism o p ara construir una postura, un posiciona-
miento como aprendiente, que redundará en los modos de
enseñar. U n buen enseñante es un buen aprendiente. L a
tarea difícil del maestro, de la m aestra, puede tornarse
placentera si trata de hacer consigo m ism o lo que se propicia
para otros.
E l m arke tin g del producto rápido y el éxito fácil, atenta
contra el valor de la autoría y del proceso.
L a escuela, siendo el lu g a r donde alum nas y alum nos se
encuentran con adultos investidos del poder de enseñar
puede p o sib ilita rla potencia creativa del ju g a r y el aprender
del niño. E sto sólo se logra con enseñantes que disfruten del
aprender, d e l ju g a r con las ideas y la s 'p a la b r a s ,'c o n ’ el
sentido del hum or, con las preguntas de sus alum nos. Que no
se obliguen a la urgencia de responder desde la certeza, sino
que consigan construirse nuevas preguntas a partir de las
preguntas de su s alumnos.
46
«destierro», cargado de am argura, solem nidad y ritos obtu
radores del ju g a r y del aprender de m aestros y alumnos.
E sta situación se produce cuando la institución educativa no
significa el quehacer enseñante como un trabajo, ni el
espacio escolar como un espacio de aprendizaje creativo
generando que los m aestros no se autoricen a investir
libidinalm ente su trabajar (enseñar) de la pasionalidad del
ju ga r (aprender).
Si bien la institución no facilita que se realice el traslado
del ju gar (aprender) al trabajar (enseñar) cada maestra,
cada m aestro puede hacerlo por sí misma/o.
Todo autorizarse es siempre una tarea que requiere cierto
desafío a lo instituido.
L a m aestra que no realiza ese necesario traslado se
somete a m itos que le im ponen el lu gar de «segunda madre»
o «tía», adhiriendo el ser mujer a ser m adre y el ser m adre a
ser maestra, quedando fuera de un lu g a r profesional.12.
E scap a así del lu g a r enseñante, aniñándose, infantilizándo-
se, asexuándose, m im etizándose con los niños sin autorizar
se a asum irse como profesional.
E l maestro que no consigue desafiar esos m andatos se
somete a m itos que equivalen a enseñar con femineidad,
asexuándose, hibridizándose.
Por el contrario, cuando el varón consigue trabajar ade
cuadam ente con su m asculinidad, podrá permitirse dejar
aparecer al enseñante tantos siglos sepultado en el varón.
Sabem os que es ésta una difícil labor. E l sistem a educati
vo en el que el m aestro y la m aestra están insertos como
docentes; los m edios de comunicación, con su m odalidad
enseñante cada vez m ás exhibicionista y propiciadora del
consum ism o de inform aciones; y, en tercer término, pero no
menos im portante, el sistem a educativo soportado por esos
profesores, cuando ellos eran niños o niñas imponiendo y
exigiendo el éxito, el producto, desacreditan el valor de la
autoría.
47
Por otra parte, los sectores de poder tratan y significan
cada vez m as al trabajo docente como lo hacen con el
doméstico, sin considerar el valor productivo del mismo, lo
tornan invisible.
M u c h a s mujeres aún hoy están som etidas a m itos que las
obligan a hacer invisible su pensamiento. L a s mujeres que
entran al campo laboral en otras áreas tam bién actúan esos
m andatos, pero cuando la m ujer es m aestra, se potencia. E l
trabajo docente, tal como la tarea de am a de casa (aún en el
presente m ayoritariam ente adscripto a las mujeres) se hace
invisible: sólo se ve cuando no se cumple. Puede reclam arse
su ausencia, pero no sé reconoce su presencia.
Por otra parte, los salario s que reciben la s m aestras y los
m aestros en nuestros países latinoam ericanos son tan bajos
que no sólo denuncian el valor que la m ayoría de los gobier
nos le dan a la educación sino que tam bién si el m aestro no
se reposiciona tiene un efecto descalificante a nivel de la
subjetividad del profesional como persona y de la persona
como profesional.
E l m aestro y la m aestra tienen entonces ante sí un desafío
de transform ación difícil y a su vez sum am ente gratificante.
48
• Considera dicotómicamente: emotividad-pasiviclad-
dedicación-prolijidad como características fem eninas y ac-
tividad-agresiuidad-rapidez-«viveza»-desprolijidad, como ca
racterísticas m asculinas.
E v a lu a r : ¿ A q u ié n ? o ¿ A q u é ?
«Papá no llevaba un boletín ...»
«Papá corría a mi lado»
L a evaluación no debe dirigirse al alumno. Necesita situarse
como un an álisis del proceso constructivo del alum no y del
profesor.
Sólo en la m edida en que la m aestra y el m aestro puedan
darles a su s propios errores un valor constructivo, podrán
tam bién otorgarle ese carácter a los errores de sus alumnos.
Silvin a decía: «Papá no tenía un boletín donde anotar:
Excelente, muy. bien, mal». «Papáucorría a mi lado». (Obser
vam os que el padre no pretendía en nin gú n momento que la
niña lo im itara, ni que hiciera lo m ism o que él).
S i el evaluar se piensa como un evaluar a las personas, sea
mejor o peor la técnica, siempre estará en un terreno fallido.
E l evaluar debe ser un acompañar, un analizar, un pensar,
un atender. U n m om ento de descanso p ara pensar en lo que
hemos realizado, en cómo nos sentim os y en qué hemos
aprendido.
E l p a p á e n se ñ a n te
q u e el v a r ó n se a tr e v e a m o s t r a r
50
(en ciertas disciplinas) los alum nos y alum nas se encuentran
m ayoritariam ente con profesoras mujeres. E n la fam ilia,
desde hace ya tiempo, las funciones enseñantes asociadas a
los primeros aprendizajes (comer, cam inar, hablar, control
de esfínteres) fueron tom adas por la s mujeres, dejando a los
varones excluidos de la alegría de descubrirse gestadores del
propio hijo.
A q u í deseo señalar tres aspéctos:
¿ C ó m o t r a b a ja la in t e lig e n c ia
y d e sd e d ó n d e n a c e ?
51
aprenden los que logran aprender es frecuente olvidar tal
im portancia y rem itirse sólo a teorías cognitivistas.
Escucham os com únm ente a padres y profesores decir:
«Tal niño aprende, porque es inteligente».
Se pierde de vista que si está logrando aprender es
tam bién gracias a la interferencia afectiva. T a l como decía el
Principito: «Lo esencial es invisible a los ojos».
Los aspectos de amor y sostén, si bien sólo se hacen visibles
cuando ponen obstáculo, son la condición necesaria para
que cualquier aprendizaje sea posible.
Y tam bién necesitam os darle lu g a r en la propia teoría.
Nadie aprende a clasificar (una de las operaciones centrales
de la inteligencia) a partir de clasificar objetos por color, forma
o tamaño. N i nadie aprende a seriar (otra de las operaciones de
la inteligencia) ordenando objetos de menor a mayor.
Se llega a ello a p artir de otras clasificaciones y seriaciones
del propio sujeto en el mundo, en la m edida en que el niño se
sienta (porque así lo signifiquen sus padres, la escuela y la
sociedad) perteneciente o incluido en una clase (soy hijo
de..., soy mujer, soy varón, soy inteligente), y singularizado
en su diferencia, como único y distinto, seriado de los otros
dentro de esa pertenencia. A s í conseguirá fácilm ente clasi
ficar y seriar objetos, dos operaciones lógicas presentes en
todo aprendizaje a partir de los 6 o 7 años de edad.
Q u é es la in t e lig e n c ia
54
Apéndice al Capítulo I
Alicia:
Me gustaría contarle cuánto su pequeña Silvina me ha acom
pañado por los corredores de la Escuela donde trabajo. Allí
entré como fonoaudióloga, hace cinco años. Fui a buscar en la
psicopedagogía respuestas a cuestiones que fueron emergien
do por el camino.
M i amiga Marly, me trajo para este espacio. Yo la conocí a
usted a través de sus libros. Aquí (en E P siB A ) entre mucha
gente, fui presentada a Eve, a Máximo y a través de uno de sus
artículos, a Silvina.
Tomé a Silvina de la mano y se la presenté a las maestras de
primero a cuarto grado. Nos fuimos apasionando, escuchando
de la propia Silvina su experiencia de aprendizaje.
Sentimos el viento en los cabellos, los brazos en el aire, que
siguieron a la primera sensación que fue de miedo. Vimos
aquella mano que sustentaba la bici, que tenía la sensibilidad
de saber la hora cierta de soltar, incluso conociendo riesgos.
Y fue así que Silvina fue llamada a estar a nuestro alrededor,
recordándonos constantemente asuntos tan preciosos y a
veces olvidados en la escuela.
Sin embargo, cierto día, ¡cuál fue mi espanto! Silvina no venía
sola. Estaba acompañada de otra chiquita. Ésta tenía siete
años y se llamaba Pamela. Tímida. A l hacer su dibujo (pareja
educativa) diseñó una nena pequeña sobre una bici de ruedas
grandes y dijo:
55
)
)
»
V.
:>
)•
>
).
i
Capítulo II
PARA APRENDER,
PONER EN JUEGO EL SABER
i 57
Para, aprender,
poner en juego el saber
59
A sí. d ebem os c o lo c a m o s s im u lt á n e a m e n t e an te dos pro
blem áticas: la n e ce sid ad de p r o f u n d iz a r en io s m o d o s en que
se está d a n d o ta l e n se ñ a n z a y l a re fo rm u la c ió n del lu g a r
social que ta le s p ro fe sio n a le s v ie n e n a ocupar.
E n B u e n o s A ir e s la s in ic ia le s f a c u lt a d e s de p sic o p e d a
g o g ía s u r g ie r o n c o n t e m p o r á n e a m e n t e con la s p r im e r a s
fa c u lta d e s de p sic o lo g ía . E s t e fa c t o r le h a d a d o a los
* p rim e r o s p r o fe s io n a le s e g r e s a d o s la p o s ib ilid a d de n u t r ir
u n ca m p o d e tra b a jo c a s i in e x p lo r a d o p re v ia m e n te . L a
s itu a c ió n en B r a s i l y U r u g u a y , co n d ife re n c ia s, ta m b ié n
n os h a b la d e u n n ú m e ro c a d a v e z m a y o r de p ro fe sio n a le s
q ue se fo r m a n en ta i áre a, s ie n d o im p o r t a n t e s lo s d e s a r r o
llo s te ó rico s y p rá c tic o s q u e d e s e n v u e lv e n . E x i s t e n d ife
re n te s p o s t u r a s en r e la c ió n c o n c u á l e s el objeto y c u á l es
el cam p o de in te r v e n c ió n d e l a p s ic o p e d a g o g ía , s í bien
tod os c o in c id e n en que é s t a t r a b a j a c o n el a p r e n d e r y s u s
fra c tu ra s.
E n este c a p ítu lo y los s ig u ie n t e s t r a t a r é de p re c isa r cuál
es m i p o sició n a l respecto.
A n te s n ecesito e x p licar a lg u n a s cu e stio n e s im p re s c in d i
bles p a ra co n te x tu a r y e n t r a m a r la s id e a s posteriores.
A l a s cu estiones a) y b) r e s p o n d e r é e n e lp r e s e n t e capítulo.
a la c u e stió n c) en el sigu ien te, y a la s d), e) y f) en los
p o ste rio re s.
E n p s ic o p e d a g o g ía sign ificó u n g ir o de g ra n im p o r ta n c ia el
c u e stio n a m ie n to de la reeducación pisicopedagógica, que en
61
g e n e ra l e stá só lo a l se rv ic io de l a e x ige n c ia de u n a a d a p ta
ción m e c a n ic ista .
A s u vez, d e sd e o tr a s c o rrie n te s en educación, ta m b ié n se
h a se ñ a la d o la n e c e sid a d del e n fo q u e clínico. A s í, u n gru p o
de p ro fe sio n a le s que tr a b a ja n co n lo que lla m a n “form ación
de fo rm a d o re s”,22 en la d é c a d a de 1990 h a n ve n id o fu n d a
m e n ta n d o el enfoque c lín ic o p a r a tr a b a ja r con lo s m ae stro s
y profesores, a fin de a y u d a r lo s a re fle x io n a r sobre s u s
p rácticas.
C la u d in e B la n c h a r d L a v ille , dice:
i
llegó tarde
V ~ ' \
( porque )
se le rompió el auto
1
E s una situación p a rticu la r
Enunciad o B:
le prestó un juguete
a su amigo
65
Enunciado C:
i
se m ueve m ucho v no atiende
!
vy
E s una « situación varticuiar»
transform ada en «general»
Construcción teórica
67
tuviese sonidos, no tendría melodía. L a teoría tiene que ver
con esas pausas, momentos en que nos detenemos para
reconocer aquello que estamos produciendo.
L a construcción teórica es producto de una posición en la
cual nosotros podemos colocarnos para responder a la pre
gunta: «¿Qué he venido haciendo?»
Muchas veces se cree que la teoría debería responder a la
pregunta: «¿Qué tengo que hacer?». Entiendo que este modo
de situarse no ayuda ni a nuestra.construcción teórica, ni a
nosotros, ni a quienes pretendemos ayudar.
E l análisis y la reflexión sobre lo que venimos haciendo
abre un espacia de pregunta así como la posibilidad de
pensar. Perm ite situarse con autoría. Necesito del otro para
la respuesta, pero principalmente de mí mismo como un otro
de mi propia pregunta.
E n cambio, la pregunta: ¿qué debo hacer?, no me incluye
como autor, reenviándome a una posición de dependencia.
H acer pensable nuestra práctica es un propósito común a
toda construcción teórica, pero adem ás coincide con expropio
objeto de la intervención psicopedagógica. Pues la psicope
dagogía tiene como propósito abrir espacios objetivos y sub
jetivo s de autoría de pensam iento. Hacer pensables las
situaciones. Cosa que no es fácil, pues el pensamiento no es
solamente producción cognitiva, sino que es un entrelaza
miento inteligencia-deseo, dramatizado, representado, mos
trado y producido en un cuerpo. Por eso mucho más impor
tante que los contenidos pensados ,27 es el espacio que posibi
lita hacer pensable un determinado contenido. A ese lugar
estaremos dirigiendo nuestra intervención, nuestra mirada.
Los espacios de autoría de pensamiento no quedan cons
truidos de una vez y para siempre, sino que necesitamos
estar transformándolos y reconstruyéndolos permanente
mente. L a teorización se da en un lugar que a su vez también
está en construcción, lugar «entre», que se relaciona con el
2‘ U n a diferencia entre la m irada psicopedagógica y pedagógica tiene
que v e r con este concepto.La psicopedagogía atiendea hacerpensables los
contenidos, en cuanto la pedagogía, atiende- a -la interrel ación entre
los contenidos.
63
espacio transicional conceptualizado por Winnicott,28 co
mo espacio de creatividad y del jugar:
Ese «entre» es entre la objetividad y la subjetividad- Por lo
tanto no es sólo intrapsíquico. E s un espacio que simultaneí-
za la objetividad y la subjetividad. Ese es el lugar de trabajo
de la psicopedagogía.
El lugar «entre» es también enire la certeza y la duda. Si
sólo tuviésemos certezas, quedaríamos congelados en el
pasado. Si sólo tuviésemos dudas, no podríamos nutrimos de
una base de sustentación p ara continuar trabajando en la
construcción teórica. De allí la importancia,de la pregunta.
Importancia de la pregunta
69
dicotómica, donde todo está separado, cuerpo-mente, recreo-
hora de clase, teoría-práctica, etc. L a realidad no está dico-
tomizada o escindida de esa manera.
Muchas veces me reclam aban (principalmente los m aes
tros, pero también los psicopedagogos) que hablara sobre “la
práctica”. Cuando indagaba acerca de lo que se esperaba con
ese pedido, encontraba un deseo de que yo diera la respuesta a
la pregunta: qué hacer en tales o cuales circunstancias. Partien
do del supuesto o, más aun, colocándome a mí en un lugar del
supuesto saber-poder. E n esas situaciones yo comencé a res
ponder que a lo sumo podría a veces decirles: ¿qué no hacer? y
de allí partir para el análisis de la posición d e s d e d ó n d e
intervenir. Inter-venir, la propia palabra nos ayuda —«venir
entre». ¿E ntre qué? E n tre quien interviene y el otro.
Analizando desde qué posición estamos interviniendo
conseguiremos herram ientas para producir nuevas inter
venciones, en cuanto cambiemos de lugar.
Actualmente, en los grupos de formación de profesores y
de psicopedagogos que coordino, ya desde el inicio dirijimos
la m irada de los participantes hacia su propia producción
aprendiente, entonces la construcción teórica va surgiendo
espontánea y trabajosam ente, con alegría y con angustia por
parte de ellos mismos y ya no aparece el reclamo de que yo
les hable de la práctica, pues los participantes consiguen
realizar descubrimientos en relación con su propia práctica
que, permitiéndoles cam biar de lugar, los ayuda a pensar en
cómo intervenir en el futuro.
L a posibilidad de ser libres en el trabajo creativo surge de
tener un sustrato teórico que permita descubrir, decidir y
elegir cuáles son las técnicas que se van a utilizar. De lo
contrario, las técnicas se transform an en nuevos mandatos
generadores de sometimiento en el enseñante, quien conse
cuentemente no podrá tran sm itir al aprendiente un espacio
de creatividad.
L a teoría cumple la misma función que la red para un
equilibrista. E l equilibrista necesita tener como sustento a
a red para poder inventar nuevas piruetas en el hilo donde
camina. ¿Por qué? Porque si no tuviera esa red,. que le
0
asegura que cuando caiga no va a morir ni a lastimarse, no
podría hacer equilibrio en el hilo por donde tiene que cami
nar. En nuestra práctica, tal como el equilibrista, tenemos
que ir haciendo equilibrio e ir descubriendo cada día nuevas
piruetas. La teoría es esa red que nos sustenta y que nos
permite transitar por ese hilo tan riesgoso que es el camino
de nuestro accionar concreto diario. Sí carecemos de ella, no
va a haber posibilidades de trabajar con autoría, de inventar
nuevos recursos y descubrir qué medio utilizar en cada
ocasión. Me opongo y no consigo dar respuestas técnicas
acerca de qué hacer en cada circunstancia porque eso no es
hablar de la práctica sino una forma de obturar la posibili
dad de hablar de la práctica.
La diferencia entre la red del equilibrista y nuestra red
teórica es que esta últim a tiene que construirla cada uno de
nosotros por sí mismo, usando también los hilos (conoci
mientos) que le proveen los otros.
A su vez, si creemos que la teoría es el lugar por donde
caminar, nos pasará lo mismo que al equilibrista que se le
ocurriere caminar por la red: nos caeremos por los agujeros.
Pensar y reflexionar; a partir de la seguridad-sostén que
nos da la teoría para ir descubriendo., inventando qué hacer
en cada circunstancia.
Escuchemos y pensemos las sabias palabras de Maud
Mannoni:
74
I
I
I
I!
li
I
M
I!
pulsión de dominio, el placer del desafío, a nivel de la
creatividad en el debate de ideas. A su vez es el espacio
grupal donde es posible, tanto para los m aestros como para
los alum nos, rescatar la alegría de pensar juntos.
168
C a p ít u lo V I I I
EL J U G A R C O M O P R O M O T O R D E LA
A U T O R ÍA D E P E N S A M IE N T O
«Todo lo que digo sobre el jugar dé los niños también rige, en verdad para
los adultos, sólo que el asunto se hace de más fácil descripción cuando el
material del paciente aparece principalmente en término de comunicación
verbal...
Se manifiesta, por ejemplo, en la elección de palabras, en las inflexiones de
voz y por cierto, en el sentido del humor.»
Winnicott
]
El ju g ar como prom otor de la
autoría de pensam iento
171
E l jugar nos perm ite hacer la experiencia de tom ar la
realidad del objeto p ara transform arla o, lo que es lo m ism o,
de transform ar la realidad aceptando los lím ites que nos
impone. E l pensam iento nace allí tratando de resolver ese
desafío.150
L a capacidad
de estar a solas
E sta r a solas...
Acom pañar en sí, a su otro
■encontrarse a sí m ism o como un otro.
Cuando éram os chicos,
jugábam os a la s visitas.
De este rincón, yo hacía m i casa,
de aquél vos h acías la tuya
i.ío p ara e3te tema, no podemos dejar de leer los textos: La fabricación
del juguete, R.Rodulfo, y Reflexiones sobre el proceso creador, E. Pa
vlovsky.
151 Eduardo Pavlovslcy, Reflexiones sobre el proceso creador, Buenos
Aires, Ed.Proteo, 1976.
172
y era tan lindo visitarse
porque habíam os creado dos casas
y así disfrutábam os tanto
del ¡hola! como del ¡hasta luego!
Alegría y desafío
174
(espacio del juego, de la creatividad) que posibilitó encon
trarle al ju gar su carácter subjetivante, ¿por qué no se
conceptualizó un tiempo transicional? Quizás porque se
necesitaba hacerlo desde el aprender, ya que el aprendizaje
es tiempo, es devenir.
E n los tiempos telemáticos actuales observamos la pobre
za narrativa propia de los nuevos objetos o juguetes yjuegos
con los que los jóvenes interactúan.
. H oy se hace m ás im perioso que nunca posibilitar la
escucha y la palabra a los jóvenes y niños.
E l ju g a r como posibilidad de «relatar (se) e inventarse (se)
historias y personajes, p asa a prim er lu gar
Cuando un niño juega, realiza esta tarea de construcción
y reconstrucción permanente. Cuando un padre relata algo a
su hija, o cuando una madre lee un cuento o canta una
canción van propiciando «esa parte permanente» como hilos
ya conocidos con los que se pueden tejer nuevos tejidos.
p i ’vZ'i«£-*» 7 ^ t f í « s ' t f w f - > ? * j'u w» t
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Bibliografía:
C'ytíisny ú e h ií^ e
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Dispraxia
xia está vinculado a la función
El compromiso cognitivo en la 1SP ^ ^ pjaget, \afunciónfigurativa, que
operativa de la representación del objeto. ^ baj° f°rma de imágenes, y
permite la evocación de las huellas senson ^ ^ transformaciones que pue-
la función operativa, que permite r e p r e s e n t a r ^ ^ representación psíquica del
den ejercerse en el objeto son c o m p l e m e n t a n ^ eg c¡ente generará fundamen-
objeto. En la dispraxia, una función operativa ^ el efecto de una acción,
talmente incapacidad anticipatoria P^^,1^ es dinámicas del propio cuerpo,
las consecuencias de un acto, las posi astados sucesivos en función de
La representación mental del objeto, en sus ^
una fuerza ejercida sobre él, se torna impe ^ impedirá al niño anticipar
La discontinuidad sutil de la r e p r e s e n ^ coraportamiento impreciso
las acciones posibles sobre el objeto y exp ^ ^ calidad de la experiencia
y errático. Por otra parte, coloca en cues ^ ej dispráxico y cómo afec-
sensoriomotriz como base del c o n o c u n i e n desarrollo de las operacio-
tará esta discontinuidad en la r e p r e s e n t a c i ó n ^ ¡as transformaciones
nes lógico-matemáticas, sustentadas justam
concretas aplicadas a los objetos.
78 TRATAMIENTO PSICOPEDAGÓGICO
Disgnosia
Discronía
Saber decir, saber hacer, saber cómoy por qué: el dom inio del conocimiento en
y sus diferentes niveles (discursivo-procedimental y conceptual) es otro aspecto
■ a ser considerado, cuando analizamos la arm onía en el funcionamiento
^ cognitivo. N o existe “un saber” único, sino niveles de apropiación del cono
to
3 ------------------------------------
DIFICULTADES CRÓNICAS EN EL APRENDIZAJE: DÍSARMONÍAS COGNITIVAS 85
cimiento, al que accedemos por vías diferentes. Podemos hablar sobre asun
tos cuya realización práctica t a i vez i g n o r a m o s , tal como la lectura de un
manual de instrucciones (discursivo) no n e c e s a r i a m e n t e garantiza dominar
el manejo de una m áquina (procedimental). Asimismo, afirmamos cosas
cuya razón desconocemos, tal como que “el auto se ahoga si lo arrancamos
en frío ” (funcionam iento de motores de ignición: conceptual) y aunque
alguien dom ine este conocimiento sobre motores, resultará difícil enseñar
le su manejo si no contamos con un a u t o m ó v il para esto (procedimental).
La articulación y coexistencia de estos niveles, diferentes y adquiridos por
distintas vías en relación con un mismo dominio, resultan útiles en nuestro
análisis del funcionamiento cognitivo.
C L ÍN IC A P S IC O P E D A G Ó G IC A D E L O S T R A S T O R N O S
D EL D ESA RR O LLO
Clemenáa B araldi
E l aprender
Cuerpo y palabra
E l juego
Ahora bien, ¿de qué se trata esta cuestión central? ¿Qué es lo que busca
el niño haciéndonos de pronto decir “no sé”? L o que busca es precisamente
corroborar que el O tro no está completo (y no está completo porque él está
en una posición de dejar eñ falta a ese Otro). Necesita saber que el Otro no
sabe todo para poder dar algún curso a su propio deseo de saber Estam0°
hablando, por supuesto, de una búsqueda oscilante. Con idas y venida5 I S
precisa. Donde, de alguna manera, se busca lo mismo que se teme ™
Cuando pregunto a Carlos si sabe por qué se encuentra en mi consulto
rio, me responde negativamente. En una entrevista anterior su madre hab'
referido las dificultades del niño para adquirir la lectoescritura y el cálcul^
Carlos no sabe n i por qué viene ni qué le pasa. N o sabe que no sabe °
-S i vos no sabés, ¿quién puede saber? -interrogo.
-Ella —afirma m irando a la madre.
Si el saber está en el Otro, el sujeto no puede embarcarse en la aventura
de construirlo. Simplemente se es para el Otro. Será necesario soportar el
desprendimiento que supone no completar, no serlo todo para el Otro, para
poder pasar del yo soy al yo pienso.
- En este tiempo la maniobra se orientará a posibilitar este pasaje que de
no hacerse, impedirá que cualquier metodología o técnica exilie al infante
de su voluntad de ignorar. Mientras no hagamos una operación clínica refe
rida a la posición de este niño, por más que intentemos enseñar, no hay aquí
quién se apropie de esto que se aprende. ’ ”
; Podríamos, sí, reforzar en el infante una resolución formal a esta dificul
tad. Ejercicio no poco frecuente en la práctica, al cual se arriba por dejar de
lado estas cuestiones referidas a los distintos tiempos constitutivos del apren
dizáje en el sujeto, tiempos en los que estamos intentando profundizad
Caso clínico
Quisiera narrar ahora un caso clínico porque creo que es la dínica, como
dice Leandro de Lajonquiere, nuestro referente obligado.
La madre de M aría dice estar muy angusüada cuando llega a la consul
ta Sin embargo, no hay signos de sufrimiento ni preocupación, tal vez su
expresión dibuje el fastidio. Su hija repite primer grado y pese al trabajo
de los numerosos terapeutas que la asisten no puede aprender a leer m a
escribir. . . ,
Los anillos que cubren sus manos casi no dejan espacio para que sus de
dos articulen. Las pulseras, los aros, el maquillaje hablan de un sinuoso tra
bajo para cubrir cada pedazo del cuerpo.
Cuando María me conoce en la sala de espera, me pide un alfajor, antes
de saludarme o de saber quién soy. “Eso hace -argumenta la madre-, me pide
y me pide galleólas, caramelos... He llegado a comprar un helado que des
pués tira”.
partes: las m anos para dibujar, los ojos para mirar, la boca para hablar. ” “Es
toy enferma de la cabeza y de la mano”, responde la niña.
Es esta la im agen que tiene de sí, lo que Dolto llama la imágen incons
ciente del cuerpo. Y es esta la imagen que quiero curar.
Sabemos que el estadio del espejo comienza con una secuencia inaugu
ral: el infante, confrontado con su imagen en el espejo, vuelve la cabeza ha
cia la madre para pedir que su mirada (articulada a la palabra) sancione como
propia y valiosa aquella im agen de sí. E l niño debe adivinarse allí donde no
está (del lado del espejo) e identificarse con esa imagen sancionada por el
Otro. N os vemos según fuim os mirados. -j í
Para M aría es necesario que ahora un Otro repare esta im agen daña
da. Trato de contener su im paciencia y asevero que aquí, Conmigo, su
m ano -n o me parece enferm a- podrá juntar todos y cada uno de los peda
zos para armar una figura. U na expresión de júbilo ilum ina su caray me pide
que repita lo que ya había enunciado: “María, yo sé que vos podés”.
Apoyada en su posición transferencia! intervengo en distintos tramos del
tratamiento devolviendo una idea que pueda reparar este cuerpo despeda
zado casi en tantas partes como las personas que la vinieron asistiendo antes
de llegar aquí: una fonoaüdióloga, una psicopedagoga, una psieóloga y una
maestra particular..
E n el plano de la hoja M aría no puede completar producción alguna, sube
y baja de la silla, deambula. Yo en cambio permanezco inmóvil., proponien
do que mi cuerpo estable se constituya en referente de permanencia. N o le
pido que se siente, simplemente continúo dibujando, porque sé que M aría
me m ira y se m ira en mí. Se mira y me dice que dibuje “una nena”. Dibujar,
armar y juntar esta nena (que a veces comienzo yo y otras ella) es también
redibujar, suplir en la superficie del papel lo que ño pudo ser éscrito, dibu
jado, bordado en su propio cuerpo para que éste le pertenezca.
Hay un hacer que imprime, que inscribe, eso que hace. Com o dice Lacan
(1959-1960), “que el alfarero labre el significante con sus m anos más que con
su alma”. Hay que usar las manos para bordear el vacío de la vasija, y es con
las manos que se labra, se escribe un vacío. Este vacío que M aría no puede
soportar en su boca, este vacío que no articula la distancia necesaria entre
ella y su voz para poder escucharse, tal vez este vacío que sü madre intenta
enmascarar cuando su atuendo la envuelve. ' ' 1 * 1
M aría y su mamá sostienen una relación dual, insoportable, donde la irri
tación de una desencadena la de la otra produciéndose un cáós. N o hay di
ferencia.
Cuando el padre puede intervenir se abre un momento crucial en la cons
titución de María, que lo abraza y llora, llora sin palabras, pero el abrazo y el
llanto dicen. C on el tiempo, reconstruyendo esta historia, sup'e que la niña
CLÍNICA PSICOPEDAGÓGICA DE LOS TRASTORNOS DEL DESARROLLO 107
presenciaba situaciones que debía callar. “Tal vez yo tenga la culpa, pero no
me voy a sentir culpable. Yo no quería que bable, no quería que cuente”, dice
la madre.
Lo traumático petrifica al sujeto. La mirada se detiene y él es mirado de
todas partes. La mirada no cae. E l sujeto es mirada.
La mirada de M aría cambia cuando la situación traumática pasa a la es
cena del juego, hacer activamente lo que sufrió pasivamente permite la ela
boración. M aría deja de estar petrificada. E n los recurrentes dibujos de la
nena que construimos, su cuerpo se cura, se arma, y un cuerpo sano puede
perderse para pasar a la abstracción de la letra. M aría firma sus trabajos y en
poco tiempo, ahora que la letra no mira, es María la que lee.
Elegí este caso porque M aría presenta un trastorno en su desarrollo por
que no ha podido realizar en los tiempos convenidos los aprendizajes que'
de ella se esperaban. Las intervenciones clínicas nos permiten reparar su
cuerpo efectuando los cortes necesarios para que desprendiendo los diferen
tes objetos del mismo el sujeto pueda usar las distintas partes como instru
mento. Es condición necesaria que la mirada caiga para que el niño pueda
mirar. Por la vía del dibujo y de la escena lúdica pudo repararse lo que en su
momento no fue armado.
La. escritura constituye un m om ento fundante y fundamental en la
estructuración del sujeto y es ella la que en muchas ocasiones nos permite
anudar lo que antes permaneció desimbricado.
H oy M aría tiene cuerpo -instrum ento imprescindible- y palabra -brújula
insustituible— con los cuales continuar la construcción de sus aprendizajes.
Bibliografía
E L PROCESO DE APRENDIZAJE
EN L A S DETENCIONES GRAVES DEL DESARROLLO
Elida Asso
Percepciones *
Relaciones de objeto
Estados afectivos
Ejemplo clínico
Agustina, una púber que padecía de psicosis grave, mezclaba harina y agua
dentro de un pote hasta lograr una masa que luego retiró dél recipiente.
Valiéndose de una cuchara raspó el pote con la intención de; arrastrar los
restos de la masa a la vez que decía: “Estoy sacando el dolor que hay en el
fondo”. Esta expresión, desde la contratransferencia, nos causó un fuerte
impacto, sobre todo jo rq u e coincidía con el estado interno dé Agustina.
Esta construcción puede ser evaluada com o una metáforá, sin embar
go no es así. La niña proyectaba en los objetos inanim ados uña experien
cia d olorosa que era. expulsada y, p o r lo tanto, n o reconocida. U na
experiencia dolorosa que penetraba en una materia concreta y era ubicada
en el espacio. Las palabras no representaban, eran lo que decían; eran la cosa
en sí. A cambio de representar, de poner en “lugar de”, ese lugar era la
concretización en el objeto, la masa. L o que aparentemente pudiera haber
sido una pasta de harina y agua era el dolor concreto. Se ve cori claridad en
el ejemplo clínico el fracaso de la simbolización.
Ella Freedman Sharpe (1970), en u n trabajo sobre la metáfora, dice:
.. ninguna palabra es metafísica sin antes haber sido física”. A la vez afirma
que no tenemos otras ideas más que las que originalmente surgieron de ob
jetos sensibles externos y de ló que sentimos en nuestro interior. Luego ex
pone que hasta no habér logrado el control de los orificios corporales la
metáfora no puede desarrollarse.
Es interesante la coincidencia con el pensamiento de Tustin (1990):
j!
[ . . . ] u n a fu e n te adicional de m alestar es q u e estos n iñ o s n o tienen el sentido
de h a b e r re g u la d o c o rre cta m e n te los orificios, los agujeros que; discrim inan
entre q u é , c ó m o y c u á n d o . Las cosas e n tra n y salen. E s u n a situaidón de todo
o nad a , c e rra d a o abierta e n la q u e n o f u n c io n a n las sutilezas de la discrim i
n a c ió n [ . . . ] el n iñ o se tapa las orejas, a p rie ta los ojos, b lo q u e a su n a riz o el
ano , e n u n in te n to de co n servar u n b u r d o c o n tro l sob re lo qu e e n tra y lo que
sale. i;
Conclusión
Bibliografía
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C A P ÍT U L O 10
L A IN T E R V E N C IÓ N T EM PR A N A
E N E L CAMPO P SIC O P E D A G Ó G IC O
Haydcfí Echcvenia
Gracias n todos los aportes que lia dado la psicología del desarrollo en
los últimos treinta años se ha producido lina revolución copernicana. Hasta
ese momento existían los aportes de la psicología genética que, en los traba
jos de Piaget en el año 1952, comienza con observaciones desde una edad
muy temprana, los dos meses. Esto tiene un valor importantísimo en el diag
nóstico, la evaluación como intervención, com o así también en un progra
ma de seguimiento. Con los adelantos de la tecnología se han podido realizar
observaciones experimentales muy minuciosas que dan razón a todas aque
llas que realizó Piaget. hace cuarenta años.
Un grupo de investigadores del campo de la psicología del desarrollo se
originó en Inglaterra)', en una etapa posfreudiana, se organiza a través de lo
que se llamó la Escuela de Tavistock. Esta fue la primera que postuló la ob
servación de bebés a través de Esther Bick, pionera en este aspecto y psico
analista de excelente Formación.
Desde el campo psicoanalíúco se organizaron las primeras propuestas de
observación de bebes. La corriente americana que inauguró Sullivan (teo
rías ¡nteraccionistas, teorías del yo, 1953), que también utilizó esta posibili
dad de observación de lactantes tanto en los Estados Unidos como en
Canadá, produjo efectos teóricos en diversos autores americanos, tales como
Emde (1978) y Greenspan (1978). Ellos acrecentaron esta metodología
observacional del bebé y el niño esclareciendo lo que es posible detectar tem
pranamente. Hasta el advenimiento de este tipo de observaciones se pensaba
que hasta los dos meses un bebé era prácticamente un ser inactivo, centrado en
sí mismo.
Estas propuestas observacionistas nos hicieron comprender cómo esto no
es asi. Los investigadores no se plantearon preguntas como: ¿ven los bebés?,
132 TRATAMIENTO PSICOPEDAGÓCICO
¿piensan los bebés?, ¿sienten los bebés? Sino que ellos hicieron un camino
inverso que es el que se hace cuando uno quiere construir una prueba
psicométrica: simplemente elaboraron un inventario de acciones manifies
tas de los seres humanos Frente a determinadas situaciones.
Hay tíes com portam ientos espontáneos que hace ei bebé a partir de
su nacim iento: prim ero, volver la cabeza en la posición de decúbito dor
sal. El bebé hace un giro de noventa grados de su cabedta, siguiendo visual-
mente un objeto.
Este volver la cabeza le sugirió una propuesta a un investigador como Mac-
Farlane (en Hofer, 1975). El se preguntó: ¿hay niveles de discriminación del
bebé? Con la posibilidad de esta posición de decúbito dorsa'i, Fairlaine colo
có protectores mamarios impregnados con leche de distintas madres e inde
fectiblemente todos volvían la cabeza hacia el lado que estaban los protectores
mamarios que correspondían a sus mamás.
Esto lo llevó a trabajar situaciones referidas a las preferencias tempranas
de los bebés. Estas preferencias implicaban un mecanismo cognitivo muy
importante que es la discriminación: el bebé huele dos tipos de leche, pero
discrimina y vuelve la cabeza solamente a aquella que corresponde a su ma
dre. Uno de los pilares en la conceptualización de qué es el aprendizaje es ia
discriminación, función básica sin la cual no podemos abordar el crecimiento.
Si un sujeto no puede discriminar no ha dado el paso inicial de poder apren
der: el mundo se torna caótico y justamente la capacidad cognitiva, por in
termedio de la discriminación, va a circunscribir ciertas situaciones para que
puedan ser aprendidas.
El segundo comportamiento es el succionar. Como ya lo describió Piaget
(1952), también sobre él se construye todo el edificio de lo que es ei conoci
miento, porque el mecanismo de succión es un comportamiento básico fun
cional del aprendizaje inmediato.
Por intermedio de la succión, el bebé va a poder establecer situaciones
de conocimiento muy importantes. Por ejemplo, se podrán discriminar, cuan
do uno hace una observación, ritmos que el bebé implementa.
Investigadores com o Friedlander (1970) trabajaron ios rumos de succión
y comprobaron también las preferencias de lus bebés analizando los ritmos
succiónales en el primer mes de vida.
El tercer comportamiento es la visión (Fantz, 1963). Si bien el bebé que
nace a término nace con el aparato óptico en condiciones de poder realizar
una conexión cara a cara, ojo a ojo, se necesita también una distancia de
aproximación que no exceda los 35 cm. En la posición del amamantamien
to, en la cual la madre conecta su mirada con la de su bebé, los períodos de
pausa se realizan justamente en el momento en que el bebé fija intensamen
te su mirada en la mirada materna.
LA INTERVENCIÓN TEMPRANA EN E l. CAMPO PSICOPEDACOC1CO 133
Faniz (1963) elaboró un¡i cantidad de experiencias que confirmaron es
tos comportamientos precocísimos para los cuales el bebé está adaptado jus
tamente a conectar de manera preferencia! la visión cara a cara como figuras
preferenciaíes frente a la visión de los objetos.
Con estos tres indicadores que se dan desde el primer mes de vida, todo
está preparado para Jos aprendizajes. Lo único que hay que tener en cuenta
es que se ha de disponer de un ámbito adecuado para que puedan ponerse
en funcionamiento. En términos generales, los infantes buscan la estimu
lación sensorial, tienen una apertura permanente hacia el entorno.
A través de estas apreciaciones acerca de las condiciones básicas de la
construcción cognitiva, como sería mirar, succionar y girar ia cabeza, lo que
el bebé quiere, como diría Bnizeltou (1 979), es interesar al otro, dado que
esta es una pauta de apego fundamental en el ser humano. Todos estos tra
bajos no se podrían entender hoy sin el aporte de la teoría del apego (Botvlby,
19G9).
Al bebé lo que le importa fundamentalmente es interesar a su madre bio
lógica, también puede ser una persona que se hace cargo del sentimiento
de maternidad.
Esta teoría del apego es la que va a dar el sentido fundamental a dos
conceptos: las relaciones de proximidad y contacto presentes entre ma
dre y cachorro humano. Lo que el bebé necesita fundamentalmente es
interesar a aquel inmediato que siente que le da protección y nutrición
para poder sobrevivir. Por eso el ser hum ano es el ser más social, porque
justamente sin ia asistencia de un otro significativo social no puede exis
tir, no puede realmente desarrollarse, sucumbe a diferencia de otras es
pecies animales mamíferas. Todos nuestros registros biológicos parten de
un tronco común con los mamíferos, obviamente, diferenciado por el
campo simbólico, que es lo que ñus distingue con otras especies del mundo
animal.
Desde el nariniionio, el bebé pone a prueba hipótesis que le permiten
categoi'i/ar el mundo social. Otro gran pensador que ayuda a delinear e l
campo de la psicopedagogía temprana es Bniner (1981), gran lingüista in
glés que Irabaja fmulamcnialmenic el c o n c e p t o (le sentido, relacionado con
el lenguaje y el entorno socioctiliural.
A través de las experiencias que realizó en el campo de lo preverbal con
infantes, pudo llegar también a establecer que io que hace el bebé es una
apertura de interacción significativa que le permite fundamentalmente ela
borar hipótesis de conocimiento, a través de las cuales él va construyendo
invariables. Por ejemplo, un bebé va a discriminar muy bien un rastro que
sonríe de uno que no lo hace. Y a esto también se suma otra investigadora
como Fraiberg (1980) que, a través de todos sus trabajos en interacciones vi
TRATAMIENTO I'SICOPEDAGÓGÍCO
Tratamiento
Con este tipo de recursos que tiene el bebé se acrecientan todas las hipó
tesis posibles para una intervención temprana, es decir el enorme caudal de
registros con que cuenta un ser humano para poder aprender o modificar
comportamientos.
IA INTERVENCIÓN TEMPRANA EN E l. CAMPO PSICOPEDACÓC1CO 135
E l s e l d e tr a b a jo t e r a p é u t i c o t e m p r a n o s e d e b e o r i e n t a r a e l a b o r a r c o n
las m a d r e s n iv e le s d e o r g a n i z a c i ó n d iv e r s o s q u e le s p e r m it a n , a e lla s , o r g a n i
z a r u n e s p a c io p a r a p e n s a r a su n iñ o d e s d e o t r a ó p u c a .
C o n r e s p e c t o a I s s b e b e s y n iñ o s d e l á r e a t e m p r a n a , u n a i n t e r v e n c ió n
d e b e r ía c o n t e m p l a r : á r e a s d e a d e c u a c i ó n v is o m o tr iz , d e c o o r d i n a c ió n m o
triz, d e m a n ip u la c ió n d e á r e a s , d e i n t e r a c c i ó n s o c ia l, d e c o m p r e n s ió n y e x
p r e s ió n d e l l e n g u a je , d e c o n s o lid a c ió n d e la fu n c ió n s im b ó lic a y d e
o r g a n iz a c ió n té m p o r o -c a u s a l.
F i n a l m e n t e se p r o p o n e c r e a r u n á m b i t o d e c r e c i m i e n t o d e ia r e la c ió n
m a d r e -b e b é e n e l q u e s e c o n ju g u e n la s p r o p u e s ta s d in á m ic a s y ¡a o r g a n iz a c ió n
co g n itiv a c o m o e s p a c io s i n t e r r e l a c i o n a d o s p a r a la c o n s t it u c ió n d e l s u je to .
B i b l i o g r a f ía
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Q ii a l c r l y 1 6 , 7 -5 1 .
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o n e to l l i r c e y c a r s o f a g e ”, C h i l d D e v e l o p m e n t , C a l i f o r n i a , U C L A .
W in n ic o t t , D . ( 1 9 6 5 ) : T h e n i a l i i r a h o n a l p r o c e s s a ñ i l t ile f t i c i l i l a h n g e iiv ir o iiiiin n l,
N u e v a Y o rk , I n t e r n a t i o n a l U m v c r s it ie s P r e s s . [ E d . c a s t .: L o s p r o c e s o s d e
m a d u r a c i ó n y e l e n t o r n o f a c i l i t a d o r , B u e n o s A ir e s , P a id ó s , 1 9 9 3 .]
C om unica ción libre
La sociedad «hiperkinética»
y «desatenta» medica lo que produce
273
flexionar sobre nuestra condición humana, preguntar, ju
gar, soñar, inquietarse, querer cambiar.
¿«Niños desatentos o niños desatendidos»? pregunta el
Lic. Jorge Gongalves da Cruz.
H oy nos «atienden» sólo en cuanto consum idores e
hiperkinéticam ente nos acosan con miles de productos
que garantizan nuestra paz, felicidad y éxito escolar.
Entre estos productos con los que nos seducen se encuen
tran drogas legalm ente recetadas (de las cuales sus pro
ductores y adeptos proclam an que no crearían dependen
cia com o las ilegales).
La sociedad globalizada nos desatiende a todos y coloca
como enfermedad lo que los niños todavía pueden denunciar
con su inquietud y falta de atención.
Los niños preguntan, son pregunta. Las preguntas no
escuchadas devienen síntomas.
¿Cómo escuchar sus preguntas antes de medicarlas?
¿Qué sucedió para que cantidad de madres y padres de
niños acepten y soliciten una droga para calmar a sus hijos
o para que sean exitosos?
¿Qué sucedió para que esos maestros, que tienen cinco de
sus veinte alumnos medicados (para que les presten aten
ción), acepten y busquen la justificativa del síntoma de
A.D.D. o A.D.H.D.?
¿Cómo es que ese maestro no se asombra de tan alto
porcentaje: 20% de niños con necesidad de medicación? ¿Lo
aceptan como una «desgracia» del destino que los reunió en
su clase? Las estadísticas de los mismos que produjeron el
diagnóstico hablan sólo de un 2% de la población que podría
recibir el diagnóstico.
¿Cómo puede ser que psicólogos y psicopedagogos se
convenzan tan rápidamente de que ése, el paciente que están
atendiendo, sea «uno de los pocos casos» que sí requieren
medicación. ¿Qué estudios específicos psicopedagógicos rea
lizó para analizar tal afirmación?
En el caso de que haya realizado esos análisis, ¿ha conse
guido enseñar a los médicos derivantes algo sobre lo que la
psicopedagogía ha estudiado últimamente en relación con
274
los nuevos modos de atención y sobre la influencia que los
factores subjetivos tienen sobre el organismo?
¿Ha pensado en la relación entre una sociedad inquietado
ra y la inquietud que los niños a veces sólo pueden mostrar-
denunciar ofreciendo su cuerpo y su inteligencia?
¿Y ese padre, esa madre que llaman a nuestros consulto
rios preguntando si allí hay especialistas en A.D.D.?
¿Y aquella otra madre que me dice en la primera entrevis
ta: «Yo sé que es o más mamá o Ritalina, pero tengo que
trabajar todo el día, mi marido está sin trabajo»? ¿Qué hemos
hecho con ella?
No se trata de sustituir una medicación por otra, ni
siquiera de denunciar aisladamente la sobremedicación de
la infancia. Necesitamos analizar el tipo de pensamiento, el
modo de pensar que acepta como válidos los argumentos en
que se fundamentan quienes determinaron la supuesta
existencia de ese tal trastorno llamado A.D.D. o A.D.H.D.
Para lo cual como mínimo precisamos realizar cuatro opera
ciones de análisis: 1) ¿Cuál es el método (o la posición) que
permite conocer algo del ser humano y específicamente de
sus modos de aprender? 2) ¿Cuál es el concepto de atención
que se maneja, para diagnosticar un déficit en la misma? 3)
¿Cuál es el concepto de «actividad» que se utiliza para hablar
de hiperactividad? 4) También precisamos realizar un aná
lisis sobre cuáles son los determinantes sociales que hoy se
imponen como valores y como enseñanzas.
En relación con la primera pregunta, Daniel Widlócher
escribe:
... E l e s t u d io d e lo s c a s o s i n d i v id u a le s fa v o r e c e e l d e s c u b r i-
m ié n t o , m ie n t r a s q u e lo s m é to d o s e x t e n s iv o s se p r e o c u p a n
p o r a p o r t a r p r u e b a s (...) P r o b a r u n a s e v id e n c ia s e s p e r a d a s es
p o c o d if íc il. E l ca s o s in g u la r se in s c r ib e e n e l d e s c u b r im ie n t o ,
la s o r p r e s a y h a s t a la p a r a d o j a . (...) N a t u r a lm e n t e , u n c a s o
ú n ic o n o in f o r m a s o b re to d o lo q u e q u e r r ía s a b e rs e ...170
275
Actualm ente hasta ciencias duras como la matemática y
la física toman en cuenta la subjetividad del experimentador
y su incidencia sobre lo que observa. No existe «neutralidad»
de observación. A su vez, la matemática ya no interesa para
cuantificar, sino para establecer relaciones y los físicos están
hoy concluyendo que «la realidad ya no es lo físico». Trans
cribiré un fragmento de un coloquio sobre el tema «Las
implicaciones conceptuales de la física cuántica», donde uno
de los participantes, según cita Nasio, dice:
171 Ju a n David N asio ,Los gritos del cuerpo, Paidós, Buenos Aires, 1996.
276
de un organismo, a partir de la inteligencia y el deseo, de
intersubjetividad, que nos funda como humanos.
A veces escucho decir a psicólogos o psicopedagogos que
están atendiendo a un niño que recibió diagnóstico de A.D.D.
o A.D.H.D y toma medicación:
277
sexos...» (Francis Fukuyam a, E l fin de La h isto ria , diez años
después).
278
El sentido es producido
por el acto de interpretación
279
y por tanto el deber, de no manifestar más su sufrimiento, de
no entusiasmarse más por el menor ideal a no-ser el del
pacifismo o el de la moral humanitaria..,174
280
... Los pacientes mismos sometidos a la barbarie de la biopo-
lítica, reclaman en lo sucesivo que sus síntomas psíquicos
tengan una causalidad orgánica...178
178 Ibídem.
179 Ibídem.
180 Trancribí el presente artículo de Jorge Gongalves da Cruz, extraído
de la Revista E.Psi.B.A ., N° 9, Buenos Aires, 1999.
181 Al respecto, puede consultarse Michel Foucault,£/ nacimiento de la
clínica, Edic. Siglo XXI.
281
análisis clínicos... medicará y/o formulará otras indicaciones
terapéuticas (dieta, reposo, cirugía ...). Su «objeto» no es el
enfermo, sino la enfermedad, la persona del enfermo sólo
interviene en tanto que portadora de la enfermedad...
De hecho el médico tampoco habla o interviene por sí
mismo, sino en tanto que representante o funcionario del
discurso médico, su persona debe eclipsarse ante la «objeti
vidad científica» de la que es garante. Ello es cada vez más
claro a partir del hecho que incluso el llamado «ojo clínico»
del médico es cada vez más sustituido por el aparataje de
diagnóstico... la relación central y determinante es entre
institución médica (dispositivo de saber-poder) y enferm e
dad no entre médico y «padeciente».
¿Por qué se ha impuesto esta orientación ? Hay muy
buenas razones para ello :
282
por los que escapa siempre un «resto» : lo que no encuentra
respuesta en el saber médico y se manifiesta como malestar,
sea del lado de los pacientes, sea del lado de los médicos.
Malestar que se canalizará en «medicinas alternativas», en
prácticas de curanderismo, en el recurso a las diversas
psicoterapias, en los debates críticos sobre las prácticas
médicas que se dan entre los propios médicos, etcétera...
No es tampoco un poder homogéneo en razón de aquellos
debates entre médicos, pero también porque la institución
médica se va ordenando, reordenando y diversificando per
manentemente en forma de jerarquías por especialidades,
por ámbitos de ejercicio profesional, etc., y finalmente no es
homogéneo porque no se trata de un sistema cerrado, sino
abierto a las influencias del contexto social y el devenir
histórico: la práctica médica queda desgarrada entre sus
avances técnicos y la constatación, por ejemplo, de que una
inversión de tan sólo U$S 5.- anuales por niño reduciría en
un 50% los niveles de mortalidad infantil al eliminar algu
nas de sus causas más frecuentes con el recurso de la
vacunación, la potabilización del agua...183
Lo que es ciertamente desgarrador si consideramos que
este año, como todos los años, un millón de niños morirán en
América Latina por desnutrición y enfermedades curables
(cólera, diarrea, etc.). Este desgarro fue explicitado en 1996
por el Dr. Jorge Costa e Silva, entonces director de la división
Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud, al
expresar «La gran amenaza de la salud es la pobreza, no se
puede hablar de ella en la miseria» (citado por J.C. Stagnaro
en El niño y el lazo social, Edic. Atuel).
Pero afirmar que las prácticas médicas no son ahistóricas
impone otras consideraciones: en cada época histórica la
institución médica «modeliza» las enfermedades en un com
plejo proceso relacionado con la asignación de recursos, la
determinación de prioridades y las políticas de control social
que también allí se expresan. Este proceso tiene determina-
283
dones sociales y políticas que exceden a la propia institución
médica, la que acaba plegándose y sirviendo a aquellas
determinaciones. Así, en alguna época habrá «médicos»
avalando la quema en la hoguera de los epilépticos -p rin ci
palmente las epilépticas- por estar «poseídas por el demo
nio» y a «efectos de purificar su alma». En otra época la
institución m édica ya consolidada y en su versión moderna
dará fundamentos al asilaje de los «locos», al chaleco de
fuerza, el electroshok , la lobotomía o el chaleco químico.
Durante el nazismo habrá médicos «fundamentando cientí
ficamente» los procedimientos de «purificación de la raza
superior»; en todos nuestros países han formado parte de los
«equipos de trabajadores» en las salas de tortura -d esd e las
comisarías hasta los centros de detención clandestina. ¿Se
trata de aberraciones aisladas o subproductos de la lógica en
que queda entrampada la institución médica?
Esta misma lógica es que la que ha venido determinando
un desplazamiento del poder médico hacia los laboratorios
medicinales.
Desplazamiento que podemos constatar de diversas ma
neras :
284
te nuevas drogas, se investigan sus efectos posibles, se
determina así su utilidad potencial y a partir de ello se
definen enfermedades, síndromes o disturbios para los que
ya se posee la droga adecuada...
Esto se refleja en las sucesivas modificaciones de la
nosografía patológica y psicopatológica tal como se muestra
en las diversas versiones del DSM,184 o en las adoptadas por
la OMS, a través de las sucesivas ediciones del CIE (Catálogo
internacional de enfermedades), cada vez más compatibili-
zado con el primero.
285
sión y cuestionarios que llegan a los docentes y padres,
charlas y reuniones explicativas, clubes de padres de «niños
con ADD» con sus revistas, encuentros y relatos «testimo
niales», profesionales que forman «equipos» para «tratar el
ADD» y viajan al exterior a recibir cursos al respecto,
artículos en periódicos y semanarios.
No voy a detenerme en el anecdotario respectivo. Simple
mente invito a los profesionales interesados en ello a que
vayan haciendo su propio inventario y a que, cuando pue
dan, revisen algunas de las miles de páginas que en Internet
debaten la cuestión desde todos los ángulos.
Sí quiero revisar el capítulo correspondiente del DSM IV
(versión en castellano, Ed. Masson, págs. 82 a 89).
En dicho capítulo primero se proponen las “característi
cas diagnósticas”: se trata de un inventario descripto refe
rente a distractibilidad, impulsividad, manifestaciones de
* inquietud, etc. Se distinguen los casos de distractibilidad
(déficit de atención) “con o sin hiperactividad”.
Luego habla de “trastornos mentales asociados”: Se ofrece
un extenso y heterogéneo listado, sin ningún análisis: el
ADD o ADHD se asocia a “baja tolerancia a la frustración,
arrebatos emocionales, testarudez, insistencia en que se
satisfagan sus peticiones, labilidad emocional, disforia, baja
autoestima, rechazo por parte de los compañeros”. A veces
“trastornos negativistas ” o “de aprendizaje” o de “ansie
dad”, o de “la comunicación” ... A veces coexiste con “una
historia infantil de maltrato, o abandono, o adopción de
exposición a neurotóxicos (ej. plomo) o infecciones (ej. ence
falitis) o exposición ‘in útero’ a fármacos o retraso mental, o
escaso peso al nacer ...” De nuevo una larga lista y ninguna
hipótesis explicativa...
Luego habla de H allazgos de laboratorio. Aquí uno
esperaría encontrarse con algunos argum entos surgidos
de la investigación experim ental. Pero para desazón de
algún lector, sólo se nos dice que no h ay pruebas
de laboratorio que hayan sido establecidas con valor diag
nóstico en la evaluación clínica del ADH D ... y que tam
poco se ha establecido qué déficit cognitivo hace que
286
en algunos casos quienes “padecen ADH D” tengan rendi
m ientos inferiores en algunos item de textos m entales.
Superada nuestra frustración podemos ir al apartado
siguiente titulado: “Hallazgo de la exploración física y enfer
medades médicas asociadas”: ya no nos sorprende que se nos
diga que “no existen características específicas asociadas al
trastorno”.
Pasamos entonces a “Síntomas dependientes de la cultu
ra, la edad y el sexo” : ¿Qué se nos dice? que es cierto que en
algunos países se diagnostica más población con ADD y en
otros menos, en unas edades más y en otras menos, pero que
no se sabe si es por una diferencia en la distribución del ADD
o por diferencias en los métodos diagnósticos.
¿'Cómo cursa la enferm edad? Se nos dice que desde peque
ños se los observa inquietos y movedizos... pero no todos los
inquietos y movedizos se convierten en ADHD, y además
hay quienes “padecen AD D ” sin hiperactividad, y entonces
no son inquietos ni movedizos... Punto.
¿Y el “Patrón familiar”? Sólo se nos dice que si los padres
u otros vínculos cercanos tienen características de ADD, es
más probable que los niños “padezcan” ADD.
¿Y el diagnóstico diferencial? El concepto más j ugoso dice
que el ADHD no se diagnostica si los síntomas se explican
mejor por algún otro trastorno mental, o sea que sería un
“diagnóstico por descarte”.
Eso es lo que extraje del DSM IV...
287
Los niños y jóvenes medicados a partir de un análisis tan
superficial, ¿“son curados” o son “enchalecados química
mente”? ¿Las dificultades para “concentrarse”, “prestar
atención”, “quedarse quietitos” indican un déficit en la
atención en quiénes? ¿En esos niños y jóvenes? ¿En quiénes
deberíamos poder escucharlos, “prestarles atención” (pa
dres, terapeutas, maestros)?
¿No será que esos niños y jóvenes nos hablan, con sus
gestos, de una sociedad, unas instituciones de salud, unas
escuelas y unas familias que padecen un severo “trastorno
por déficit atencional” a sus niños, sus ancianos, sus jóve
nes, sus adultos?
¿No será necesario atenderlos y atendernos, en lugar de
medicarlos y medicarnos?
¿Cómo decidir en qué casos sí puede ser “útil” o “conve
niente” la medicación si no hay comprobaciones neurológi-
cas ni experimentales, ni clínicas, ni estadísticas, ni epide
miológicas?
Por ahora lo que hay es cierta medicación que se vende en
decenas de países a millones de personas, y cuyo consumo
crece geométricamente.
288
que pagar cuando se presta atención? ¿Quién paga, qué paga
y a quién? Estoy formulándome cinco preguntas, todas ellas
necesarias cuando la queja “no presta atención” recae sobre
un niño o un adolescente. Reflexionar sobre estas cuestiones
hoy se hace imprescindible.
La obligación d eprestar atención al maestro (junto a la de
“quedarse quieto”) siempre ha sido colocada por la escuela
tradicional como uno de los deberes principales del alumno.
Los alumnos que no respondían a esos dos sagrados deberes
generalmente no conseguían permanecer en la escuela.
Buen alumno (quieto y atento) se confundía con buen apren
diente.
Actualmente, gracias al trabajo constructivo de muchos
pedagogos, se ha progresado y a partir de allí se cuestiona
qué es un “buen alumno”. Por lo tanto, los maestros consi
guen asociar la posibilidad de aprender de sus alumnos con
el juicio crítico más que con la repetición y la memoria. Sin
embargo, creo que este cambio sólo se da en un plano teórico
conceptual.
También hoy han cambiado las técnicas pedagógicas.
Algunos maestros, psicopedagogos y médicos cambiaron un
pensamiento peor por uno mejor, pero no se han modificado
los modos de pensar (se) de/en esos profesionales, ni la
actitud ante la problemática de qué es aprender ni qué
puede evaluarse como salud o patología en los procesos de
aprendizaje. Algunos maestros y profesores están consi
guiendo, en cierta medida, enseñar con propuestas pedagó
gicas que promueven el cuestionamiento y el juicio crítico.
Sin embargo, ese cambio no ha sido acompañado por un
cuestionamiento más de fondo, no ya sólo pedagógico sino
psico, socio, histórico pedagógico. Por ejemplo, no se ha
reformulado aún el concepto de “atención” ni de inquietud.
Propongo algunas cuestiones:
289
• ¿Qué papel cumple la atención en el aprendizaje?, ¿para
aprender se precisa desatender al contexto, en un aprender
desencarnado de la situación?
290 t
Transcribiré algunos fragmentos del diálogo entre la
psicopedagoga y el niño:
Atención flotante
293
tes que aprenden son los mismos que están atentos al
mundo, sufren con las guerras y los problemas económicos,
cuestionan, critican y hasta están atentos a los avatares del
último capítulo de la serie televisiva. El contexto es texto
desde el cual se atiende.
Necesitamos reflexionar estas cuestiones para hacer un
viraje en nuestros modos de pensar. Hasta ahora sólo
cambiamos, pero pensando desde el mismo lugar en el que
estábamos, muchos temas que hacen al aprender. Hoy se
hace imprescindible y creo que se ha transformado en una
cuestión ética del psicopedagogo, abrir el espacio de pregun
ta acerca de qué se dice cuando se dice que un niño “no presta
atención” y qué se dice cuando se dice que un niño es
hiperactivo. ¿Qué efecto va a tener sobre los padres del niño
tal descripción del m aestro? ¿Qué encadenamiento de cir
cunstancias va a suscitar? ¿Cómo va a entrar esa queja
dentro del mercado consumista?, ¿va a ayudar a pensar o
estará el maestro sin saberlo, aportando un niño más al
consumo de la “Ritalina”? ¿De qué se queja el maestro?, ¿qué
esperan los padres de sus hijos? ¿Qué atención falta?
Atención viene del verbo atender, atender es cuidar.
Digo que se trata hoy de una cuestión ética del psicopeda
gogo porque lo que antes era una descripción (el 52 % de las
madres de Estados Unidos en 1952 encontraban a sus hijos
hiperactivos y distraídos), hoy se ha transformado en un
rótulo que designa una patología y que desatenta-descuida-
damente recibe medicación. Seis millones y medio de niñós
en Estados Unidos tomando Ritalina merecen no sólo un
alerta (ya realizada por la propia OMS), sino también
un recuestionamiento de nuestros modos de pensar.
En varias escuelas de Buenos Aires, Santiago de Chile,
San Pablo, Río de Janeiro, Porto Alegre, cuatro de cada
veinte niños con diagnóstico de A.D.D. están hablando de la
necesidad de precisar el diagnóstico, de ser más explícitos o
más interdisciplinarios al hacerlo. Esto coloca en primer
plano dos cuestiones: una de ética y otra de revisión de
nuestros modos de pensar. ¿Cómo explicar que tantos profe
sionales aceptan una burda descripción de características en
294
el aprendiente como un síndrome, generalmente «medicali-
zado»? Junto a la demanda de atención viene la de «quietud».
¿Cuál es el parámetro de «actividad» para designar hi per ac
tivo a un niño? Si lo que la escuela demanda normalmente es
hipoactividad, toda actividad será considerada hiperactividad.
Excluida del espacio de aprendizaje, segregada, «secreta
da», queda en secreto aun la posibilidad de pensar y promo
ver otros tipos de actividad y atención más acordes con los
aprendizajes que este milenio entrante ya-nos está propo
niendo.
Aprendemos de quien recibe el carácter de enseñante.
Aprendemos cuando podemos confiar (en los otros, en noso
tros y en el espacio). Aprendemos con quien nos escucha.
Aprendemos si nos escuchamos. Aprendemos cuando el
enseñante nos reconoce (nos atiende pensantes).
Quienes hoy aprenden con el valor subjetivante que tiene
el aprendizaje no necesitan olvidarse del sufrimiento propio
y ajeno «para dedicarse al placer de estudiar». Sólo se pueden
cerrar los ojos para afuera, cuando también s^e los cierra para
adentro. La creatividad surge del contacto y elaboración de
la angustia.
Hoy más que nunca los lazos de solidaridad, la presencia
del grupo, del equipo de trabajo, del amigo permiten nutrir
la necesidad de permanencia que acompaña al cambio.
Ante el avance de la tecnología hoy más que nunca se hace
necesaria la presencia de la poesía que alimenta la autoría.
295
Apellido v Nombres
Criterios de evaluación:
Preguntas:
Clínica Psicopedagógica:^
.---Proljíemática de-.. Su
►,- t > < Vv
C, Significación.)
Establece
'X n c ua~d£&^-(contrato^)
/ _
'•[caTáctcrísticasi iar :a
..'PensamieiitOj ~N
3, finíerve ici óiu >
Modalidad
... PJ
Tndi vidua rupai j
Interconsultas .)
V.
^Aprendizaje )
^Acomodación.
! ^
PROCESO CUYA MATSIZ ES VINCULAR Y LUDICA Y
SU RAÍZ CORPORAL:
!
SE A R T IC U L A N C U A T R O N IV E L E S :
* U N O R G A N ISM O H E R E D A D O .
* UN C U E R P O C O N ST R U ID O E S P E C U L A R M E N T E .
* UN A IN T E L IG E N C IA A U T O C O N S T R U ID A .
* E L D ESEO Q UE ES S IE M P R E D ESEO D EL D ESEO
DE O TRO.
A prendiente Enseñante
A p ren dizaje
Según Alicia Fernández:
Fracaso en el aprender
causas:
Internas:) ¡Externas: ^
"Resultados
1
'Problema de aprendizaje síntoma.
*Inhibición cognitiva.
*ProbIema de aprendizaje
reactivo.
bloqueo.
Qyyvá* -- ¡Ti v i'
■ J -t
A f : ■; I
l& d 1in&Yv>iz_'
Problema de Aprendizaje • Síntoma: j.
]
• Par » llegar a su significado hnbrá que recurrir a la historia
per? onal del sujeto. ,\
• Aluile v elude el conflicto. Lo elude para no contactarse con la ^ 0^ '
angiistla, pero al misino tiempo esta mostrando una marca 14
aludiendo al conflicto. Denuncia y renuncia.
• Lo atrapado es la inteligencia algo esta mostrando en relación
al s í ber u ocultar, al conocer o 110 mostrar.
■ ' i . o
Hay un mensaje cncapsulado: el sujeto esta hablando a través \.L; fU
del «líníoina con un código nada comunicable. , err^
kA¡\ &'-■ ^ ^
• Supine transformación, condensación y desplazamiento de la o /f
fundión, una alteración en el pensar. '
* Modalidad de aprendizaje hiperaslmüativa - '
hipoacomodativa, o hipoasimilativa - hiperacomodativa.
Inhibición Cognitiva:
aspectos didácticos,
vinculo con el docente,
los valores escolares y fliares.
problem as cognitivos:
E l sujeto no tiene las herram ientas necesarias p ara ab o rd ar
los contenidos escolares. ,_n
el sujeto cuenta con las herram ientas o estructura necesaria r r _ im
pero no posee la inform ación pedagógica necesaria o carece
de los procedim ientos apropiados.
A . -!
rO
0¿
• Se generan debido a secuencias disfuncionales fam iliares et
■c-
y/o escolares, por conductas concretas que realizan los „
sujetos im plicados. °^c€‘
• E l sujeto no presenta dificultades con respecto a la
construcción de las estructuras necesarias para aprender.
ZmMema&jaúxínsj
• L a causa y perpetuación del problem a se da por factores
cognitivos e interaccionales.
^ P r o c e s o de Diagnóstico Psicopedagógico^
y
Objetivos
Características :
/ , - r<
♦Define la forma de trabajo.
♦ Delimita la intervención planteada.
♦ Supone una apoyatura teórica.
♦ Es móvil pero permanente. ... C < // Ü2L..i
itapas:
TM om ento Inicial: Entrevistas Iniciales.
♦ Indagación por Áreas (a fines didácticos):
* Madurativa.
" * Intelectual.
* Proyectiva.
* Pedagógica.
♦ Análisis del material: * Elaboración de hipótesis.
* Momento de supervisión.
♦ Devolución: * Derivación
* Pronóstico.
* Informes.
Entrevista Inicial
objetivo
ujy. f |
^ f'V -)D"- OJ>.
t .A *
o n o d
preguntamos
Alude - Elude
Quieren cambios ? muestra - oculta
Qué saben ?
Qué perciben ?
preguntamos
Dem anda)
familiar y personal)
posibilidades de cura)
vincular.
vincular.
• Detenerse en analizar como fue la elección del colegio (si hubo cambios
ii
Análisis de Entrevista
discriminada
¡Objetiv os ¿ “►Transmitir los resultados diagnóstico ^ ord en ad a
"dosificada.
Observar las reacciones y capacidad de insight con lo latente.
Orienta en las indicaciones terapéuticas.
@
i r
Informar sobre algo que vienen a buscar.
® Trabajar sobre las fantasías de enfermedad y cura.
0 Permite cerrar un proceso y ayudar al consultante a verse
con más criterio de realidad, con mayor objetividad.
® [Técnica!
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U V '1 & ¡ r . J, f
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