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GUERRA CONTRA EL BUROCRATISMO1

Por: Crnel. Ing. Armando Pérez Betancourt y Dr. Carlos Díaz Llorca

Nace un burócrata

Recuerdo que cuando era pequeño, mi abuela, una mujer sin sexto grado pero una
magnífica educadora, le decía a sus amistades que "yo era muy bueno en las
matemáticas, que cuando yo fuera grande iba a saber de números".

Matizando el hecho según la época, debo aclarar que cuando mi abuela se refería a las
matemáticas no estaba hablando de derivadas e integrales, sino de las cuatro
operaciones fundamentales. Ella quería que yo trabajara con los números. En verdad lo
que sucedía es que en la época existía un personaje muy famoso, admirado y reconocido
por todos que era el "Tenedor de Libros", que llevaba las operaciones contables de
bodegas, farmacias y otros negocios.

El Tenedor de Libros por lo regular era un Contador Profesional graduado de las


Escuelas de Comercio, como un técnico medio de hoy, por cierto esas escuelas
formaban muy buenos profesionales. El Tenedor se ocupaba de registrar las cuentas en
los libros contables que se exigían. O sea, él le decía a los diferentes comerciantes lo
que ingresaban y lo que gastaban, así como cuál era la diferencia: la ganancia.

Dada la popularidad de este personaje de la época y mi orientación a "los números", mi


abuela fue inculcando en mí la vocación por la Contabilidad, aún sin saber ni ella ni yo
que cosa era eso. La Contabilidad en ese momento era algo famoso, algo bueno, y, lo
más importante, una rápida fuente de ingresos para el hogar. Uno estudiaba Comercio y
con cierta juventud existía la posibilidad de conseguir un trabajo en una oficina.

Fue así que a los 15 años ingresé en la Escuela de Comercio y a los 16 estaba trabajando
en una empresa capitalista, mientras pasaba a estudiar por la noche, ¡de 08:00 a 12:00
de la noche!. Qué distinto, amigo lector, a como son las cosas hoy. Hoy se estudia sin
mucho sacrificio, el Estado Socialista garantiza esa seguridad para todos.

Si le soy franco, yo en ese momento me sentía una gente importante. Lo mismo era
Secretario del Director, que trabajaba en la Recepción y Caja Chica, que en Ventas,
Nóminas, Costo, Cuentas por Cobrar y por Pagar, que anotaba las operaciones contables
y los cuadras con los submayores en una vieja máquina National 3000 que teníamos en
la oficina. ¡Qué satisfacción, realmente me sentía realizado!.

Después llegó la nacionalización y me sentí aún más realizado. Pasé a ser Contador de
dos de los cuatro establecimientos que tenía la Casa Matriz. Cerré los libros como
empresa capitalista y abrí los nuevos libros según lo establecido en el "Sistema
Uniforme de Contabilidad". ¡Qué felicidad, Contador en una empresa estatal socialista!.

(1) tomado del proyecto de libro “LOS CAMINOS OCULTOS DEL AMOR”, Lo que todo empresario cubano debe conocer.

A los 20 años ya era Jefe Económico, trabajaba con "El Árabe", y tenía a mi disposición
el control de 20 000 productos en Almacén y una cuenta bancaria por $17 millones de
pesos. Uno de mis momentos más felices era sentarme en mi silla ejecutiva, detrás de
mi buró, encender un buen tabaco Montecristi, que en aquellos tiempos no daba cáncer,
y empezar a pasar los diferentes comprobantes al Diario y al Mayor; ya los Estados
Financieros los había hecho y los había entregado al Banco. También disfrutaba y llega-
ba hasta gozar cuando el Banco me hacía una Auditoría y les demostraba que mis
operaciones financieras estaban OK. ¡Que gusto, que placer!.

Así las cosas, continúo en mi trabajo, que cada día me hacía más feliz. Creo que en mi
vida jamás he dado tanto por el trabajo, ni he sido más creativo que en aquella época.
Por examen de oposición logro ingresar en la Universidad de La Habana, lógicamente, a
la carrera más bonita que existía, la de Contador Público. Iba a terminar de cerrar mí
círculo profesional, a titularme como universitario.

No había terminado la carrera y en eso llega a la Escuela para su análisis el triste y


doloroso afamado documento del 5 de Mayo. Este documento niega al Sistema
Uniforme de Contabilidad, dice que van a cambiar las relaciones entre empresas y que
aparecerá un nuevo Sistema (¿?). Que yo sepa ese nuevo sistema nunca llegó; era
imposible, las bases de ese documento no permitían sistema alguno porque él en sí
mismo era antisistémico.

Pero, unido a este documento aparece una nueva categoría donde descubro que yo soy
parte de ella: burócrata. En ese momento todos mis valores se vinieron abajo; yo que
creía que lo que hacía era una cosa buena, la mejor del mundo, que socialmente era útil,
de pronto resultó que esto no era así. Pasé a ser un leproso, una gente que enfermaba
con organigramas y papeles, algo así como el SIDA pero, mientras el SIDA no tiene
cara, el burócrata sí: los contadores, los economistas, los abogados, etc., etc. O lo que es
lo mismo, todo el que trabaje detrás de un buró.

Realmente mi carrera me gustaba y sabía que las bases de ese documento eran erróneas
y tenían que ser rectificadas en algún momento (como lo confirmó la vida años más
tarde), por tal razón decidí terminar la carrera. Aunque, el título que iba a recibir tendría
una definición nominal de mi carrera, porque lo cierto es que con ese título "nacía un
burócrata".

Con la frustración que había recibido y un poco para reivindicar mi imagen, así como
elevar mi autoestima, matriculé en la CUJAE para hacerme ingeniero 1. El título de
burócrata era demasiado peyorativo y tenía que buscar la forma de negarme a mí
mismo. Con estos nuevos estudios y transcurrido el tiempo, donde mi juventud fue
siendo menor y mayor la madurez, pude comprender mejor esta categoría y llegar a
convencerme de que no era malo sentarse detrás de un buró y escribir un libro como
éste para hablar de los burócratas, la burocracia y el burocratismo.

La burocracia como teoría

Pienso que para criticar la burocracia hay que conocerla en toda su dimensión, no sólo
tener un acercamiento empírico al problema sino saber sus bases o fundamentos
teóricos, porque ella existe como conjugación de la teoría y la práctica.

1
Aquí se fusionan las dos carreras de los autores.
La burocracia es casi tan vieja como la sociedad, pero la teoría de la burocracia dentro
del sistema de dirección y gestión empresarial se consolida en la década del '40 como
respuesta al mecanicismo de las teorías de Taylor y Fayol, así como al romanticismo de
la teoría de las relaciones humanas de Elton Mayo.

Aunque Ud. no lo quiera creer la burocracia como teoría de dirección nació de la


necesidad de contar con un mayor orden en las empresas, así como producto de las
reivindicaciones de los trabajadores por un tratamiento imparcial. Surgió como
respuesta a la crueldad y caprichos típicos de las prácticas administrativas de la época.

La burocracia es un modelo de organización enmarcado dentro del enfoque


estructuralista de la dirección, que es propio para que el trabajo se realice racionalmente
mediante una división funcional de las tareas y estableciendo una jerarquía que opera de
acuerdo a un conjunto de normas y procedimientos, para alcanzar los fines propuestos.

Es común en Cuba pensar que burocracia es sinónimo de papeleo que frena soluciones
rápidas y de funcionamiento aferrados a procedimientos e ineficiencias de la empresa.
Es decir, se entiende bajo este concepto los defectos del sistema y no al sistema en sí.

El principal teórico y creador del modelo de organización burocrático fue Max Wéber,
sociólogo alemán, que al darle cuerpo a esta teoría describe como sus principales
características las siguientes:

1.- Es una organización consolidada por normas escritas.


2.- Se basa en una división sistemática del trabajo.
3.- Establece los cargos según el principio jerárquico.
4.- Fija reglas y normas técnicas para el desempeño de cada cargo.
5.- La selección de las personas se basa en el mérito y en la clasificación y no en
preferencias personales.
6.- Se basa en la separación entre la propiedad y la administración.
7.- Requiere que sus recursos estén libres de cualquier control externo.
8.- Se caracteriza por la profesionalización de sus participantes.

Para Wéber el burócrata es la persona que sigue los procedimientos establecidos y sirve
a los objetivos de la organización.

Muchos otros teóricos se han ocupado de criticar el modelo de Wéber, señalarle sus
principales problemas, y desarrollar nuevas propuestas pero, sobre las bases de los
mismos. Uno de estos críticos es Robert K. Merton que le presenta los defectos
siguientes:

1.- Despersonificación de las relaciones: las personas no son consideradas como tales,
sino como representantes de los cargos.

2.- Sobrevaloración de las normas: dejan de ser un medio para convertirse en objetivos
absolutos que obvian la flexibilidad.

3.- Centralización de las decisiones: decide el que ocupa el cargo de mayor nivel
jerárquico.
Merton dice que esto no lo previó Wéber y trae otras consecuencias secundarias, como
son:

1.- Rigidez en el comportamiento de los participantes.


2.- Exagerado apego a los reglamentos.
3.- Excesivo formalismo.
4.- Exhibición de señales de autoridad.
5.- Dificultad en la atención de clientes y posibles conflictos entre público y
funcionarios.
6.- Tendencias de los participantes a defenderse contra presiones externas.
7.- Conformismo.
8.- Resistencias.

Otras consecuencias secundarias se le pudieran señalar a este tipo de organización, en


mi criterio son:

1.- El no considerar o ignorar la organización informal, que surge como consecuencia


de ser prácticamente imposible definir a priori el total de reacciones derivadas del
comportamiento humano. Las relaciones de sentimientos, intereses y necesidades
son inherentes a las personas y estas no son tenidas en cuenta.

2.- La burocracia es frágil, se debilita poco a poco, las presiones externas y la


organización informal atacan fuertemente el compromiso de los subordinados en el
cumplimiento de las reglas. Es en este sentido por lo que la burocracia necesita
protección contra las fuerzas externas de manera que pueda cumplir con los
objetivos definidos.

3.- Cuando los jefes son dirigentes y no líderes se derivan conflictos que tienen su
máxima expresión en un alto nivel de resistencia pasiva.

Muchos de estos problemas conllevan a que la empresa u organización se anquilose


esperando definiciones de los niveles superiores, se desarrolla entonces una "cultura de
la espera" y por lo tanto se frena la creatividad y el desarrollo a la renovación y a la
innovación.

Creo que los elementos expuestos son más que suficientes para tener una visión de las
principales características que prevalecen en una organización burocrática. Mucho y
muchos han escrito sobre este tipo de organización, no me gustaría terminar sin citar
que Alvin Gouldner reconoce que no existe un solo modelo de burocracia sino que
distingue al menos tres tipos: la fingida, la representativa y la punitiva.

Según Gouldner las principales características de estos modelos son las siguientes:

- la fingida: es aquella en que las normas le son impuestas desde fuera. En las cuales no
participan ni la administración, ni los trabajadores y su control es deficiente. En este
tipo de burocracia se reafirman valores negativos por la posibilidad de violar las
reglas impuestas.

- la representativa: las reglas las elaboran especialistas con autoridad y son aceptadas
por los trabajadores, ya que ellas integran los valores predominantes en la
organización. Estas reglas pueden ocasionar tensión pero no conflictos, por cuanto
sus valores son compartidos por todos y originan un espíritu de solidaridad, así como
de rechazo a los infractores.

- la punitiva: las reglas las impone la administración o los trabajadores para presionar a
la otra parte. Por ejemplo, controles muy severos en general. En este caso se impone
la autoridad y como reacción trata de destacarse la infracción, la que es fuertemente
castigada.

Dice Gouldner que estos tres tipos de burocracia pueden coexistir en diferentes grados y
crear un cuarto tipo, un tipo mixto de burocracia que recoge la esencia de cada una de
ellas y que crea una situación compleja.

Por otro lado, Katz y Kahn consideran que los modelos de Taylor (administración
científica), de Gulick (administración pública) y de Weber (estructura burocrática)
conforman la "teoría de la máquina", ya que la organización, aunque integrada por
personas, es considerada como una máquina para cumplir una tarea.

La burocracia en acción

No ha sido estilo de este libro el teorizar mucho sobre lo que han escrito otros autores.
En algunos casos "clásicos", sin embargo, como en este creo que era necesario hablar
previamente de algo que se trabaja con demasiada simplificación y que desvaloriza
ciertas profesiones y actividades.

Debo destacar que el modelo de estructura burocrática de Weber como sistema en sí no


se puede evaluar de malo, es un sistema social racional "puro" que parte del presupuesto
de que las reacciones y el comportamiento humanos pueden preverse y definirse en
normas racionales y legales escritas. El presupuesto en mi apreciación es erróneo pero el
sistema, como teoría racional, es "puro".

Así las cosas, en Cuba la burocracia no es sólo el enunciado de un término peyorativo,


sino la forma en que se organizan las entidades y empresas. Es una forma de organizar
las uniones, las empresas, los establecimientos y las brigadas. Parte de los objetivos
globales que se quieren alcanzar y los va dividiendo en partes menores hasta llegar al
puesto de trabajo, donde hace definiciones muy precisas que quedan expresadas en un
Manual de Normas y Procedimientos, o en un Calificador de Cargos, o en cualquier otro
documento, en última instancia, en criterios propios orientados por el jefe. Recordemos
que en la organización burocrática decide el que mayor nivel jerárquico tiene.

Las personas que conforman el cuerpo administrativo de la organización, que participan


en la concepción de las definiciones precisas de los trabajos, o en el control de los
mismos, o en su ejecución, dependiendo de su posición en la jerarquía, y que siguen las
reglas impuestas en función de los objetivos, son los burócratas. El burócrata no puede
verse en un sentido despectivo, es una persona que actúa según las reglas que presupone
el comportamiento humano. El burócrata no es un simple tramitador de papeles que
frena las soluciones rápidas. No, eso es un error grave. El burócrata actúa según las
reglas establecidas para alcanzar los objetivos. Son cientos los ejemplos que puedo citar
de trabajadores, que nadie asemeja a un burócrata, que en su desempeño laboral tienen
que cumplir reglas muy rígidas que no pueden violar bajo ninguna circunstancia.

Y,... ¿qué es lo criticable de una organización basada en una estructura burocrática?

Todo aquello que se deriva de sus deformaciones y de las consecuencias secundarias


que de ellas se arrastran: el burocratismo.

Burocracia y burocratismo no son lo mismo. Burocracia ya dije que es un enfoque


estructuralista dentro de la dirección. Burocratismo es la manifestación de un conjunto
de rasgos negativos que se derivan de un mal empleo de las reglas establecidas por la
burocracia. Más precisamente, para mí, el burocratismo es una actitud mental, una
forma de ver los hechos del comportamiento donde prevalece el formalismo.

No podemos ver el burocratismo como una condición implícita a una organización


burocrática, aunque la imposibilidad de poder regular todo el comportamiento humano y
el no poder tener en cuenta la organización informal, la organización burocrática se
vuelve un caldo de cultivo del burocratismo.

Una manifestación de burocratismo puede verse fuera de una organización burocrática.


Recuerdo que una vez estaba en mi casa y empecé a sentirme un poco mal, creí que la
presión se me había subido y decidí ir al consultorio médico. En aquel momento yo
tenía puestas unas bermudas y ante el hecho me pongo una camisa y voy a ver a la
enfermera para que me tome la presión. Cuál no sería mi asombro, cuando antes de
preguntarme que me pasaba, la enfermera me informa que al consultorio yo no podía ir
en bermudas.

Realmente, más que sentirme informado, sentí que me habían regañado. ¿Quién
estableció esta regla? Qué yo sepa nadie. ¿Es que yo con mis bermudas le faltaba el
respeto? Que yo sepa no, yo llegué di los buenos días y me senté disciplinadamente, la
atendí como se merecía, más aún cuando puede ser mi hija. ¿Qué he hecho? me
pregunté, ¿he pecado? En mi reflexión posterior evalué que lo que ella había querido era
imponerme su autoridad y con tal propósito creó una medida disciplinaria para
sancionarme. Esto es una manifestación de burocratismo fuera del contexto
sociocultural que se vive actualmente en nuestro país.

Otras actitudes similares se derivan del exceso de formalismo, frases como "eso no está
en mi contenido de trabajo", "esta información no está en el modelo establecido", son
frecuentes porque las organizaciones definen puestos de trabajo y procedimientos de
manera muy rígida. El no estar orientado al cliente es otra derivación del burocratismo,
que conlleva a utilizar mayormente el tiempo en la solución de problemas internos, en
extensos planes de trabajo llenos de tareas sin importancia, en inútiles reuniones, que
veneran la centralización, y no es la actividad fundamental por la cual existe la
organización: su misión.

Dentro del burocratismo prevalecen algunos personajes que cuando tienen criterios y
autoridad llegan a desarrollar su propia teoría organizativa, ellos son: los bobos y los
burros. La bobocracia y la burrocracia son enemigos temibles de la excelencia, porque
derivan en comportamientos totalmente irracionales.

La bobocracia desarrolla dos tipos de bobos: los que se hacen y los que lo son, siendo el
primero el más temible de los dos. El bobo aparente, sabiendo que las reglas son las
bases por las cuáles el debe guiar su comportamiento las impone o las crea
"ingenuamente".

El bobócrata real es un instrumento del nivel superior. Hay jefes a los que les encanta
estar rodeados de bobos, de gente sin criterios y el bobócrata le hace frente a todas las
instrucciones que le dan y las cumple ciegamente.

Una vez, haciendo un recorrido por un grupo de Almacenes con el fin de evaluar la
posibilidad de automatizar el control de inventario en una provincia, me encontré que en
todos los almacenes habían sido ubicados al frente de los mismos personas que no
tenían dos dedos de frente, ni tenían la menor idea de lo que era un almacén. Si no
tenían el nivel educacional necesario, estaban enfermos de los nervios y en un caso nos
encontramos un jefe de almacén retrasado mental, increíble. Esto fue cierto compañeros,
no se rían, ustedes no lo creerán pero yo se los aseguro.

La burrocracia es más temible cuando goza de autoridad y reconocimiento dado por


alguien o por algún hecho significativo.

El ejemplo anterior de los Almacenes está asociado a un trabajo realizado por un


burrócrata. Este señor había definido desde La Habana un sistema computacional de
cómo se debía operar para optimizar el manejo del abastecimiento en su organismo,
minimizando el gasto de transporte. El sistema modelado era una maravilla, pero,... no
tenía en cuenta las condiciones que existían en sus almacenes, no contemplaba que los
productos en el exterior no los compra su organismo, no consideraba que la carga del
barco la decide el Primer Oficial en función de la que tenga disponible en puerto y en
cómo distribuirla en sus bodegas, tampoco sabía que la definición del puerto al llegar el
barco a Cuba se define en función de las disponibilidades portuarias que se tengan, etc.,
etc., etc. Vaya, que este burrócrata si llega a hacer realidad su sueño hubiera ocasionado
grandes pérdidas al país.

Otro ejemplo burrocrático. Ahora mismo, en el momento en que estoy redactando este
artículo me encuentro con la situación siguiente: en mi zona se definió que el pan lo
llevaran mensajeros a la casa y esto se ha estado cumpliendo, lo cual es una magnífica
idea. Pero, después de meses se descubre que es lógico que el mensajero no trabaje los
domingos (en otra organización no burocrática quizás sí es lógico que se trabaje todos
los días). Sin embargo, al parecer algún burrócrata decidió que el pan del domingo se
entregara antes y esa entrega nos la han estado haciendo los miércoles durante dos
semanas, cuestión que me obliga a tener un control de la rotación de los inventarios del
pan (un FIFO) con el propósito de que el pan que me coma el lunes, que es el que me
debían haber entregado el domingo, me lo pueda comer con más o menos frescura. Con
estas ideas, que como se darán cuenta no son nada productivas ni están orientadas al
cliente, en lugar de aumentar la satisfacción producen disgusto.

Uno de los trasfondos que tiene el burocratismo es el cultural. El tener que actuar según
las reglas, o como ya expresé, según la "teoría de la máquina", crea un sabor amargo
que hace cambiar el sistema de valores de muchas personas que comenzaron a trabajar
con buenos propósitos. Uno de esos valores es el deseo personal de ser ascendido, cosa
que es normal, pero, en una organización que es muy formal esto depende de las
decisiones de los niveles superiores y en este sentido la burocracia alienta el
"arribismo".

El "arribista" es una persona que toma como principio el viejo refrán de que "él que a
buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija". El deseo de triunfar, la ambición, de
algunas personas llevan a las manifestaciones más increíbles, desde el querer destacarse
en las tareas, hasta sembrar cizaña, pasando por la traición como es lógico. Ejemplos
hay muchos.

La introducción de elementos de una organización informal en otra excesivamente


formalizada produce toda la serie de deformaciones que son criticadas a la estructura
burocrática. La insatisfacción por el trabajo del empleado honesto y bien intencionado
tiene sus raíces al presenciar el ascenso fugaz del "cortesano". Al cortesano ya lo
presentaré en otro momento, como el "manipulador", sus objetivos son los mismos,
trabaja en virtud de su propio interés y son hábiles en las artes de buscar complacer a
otros, sobre todo a los superiores. Estos señores son primos hermanos del "arribista".
Todos son oportunistas y deben ser detectados y destruidos de inmediato.

Guerra contra el burocratismo

Muchos otros ejemplos se podrían enunciar como situaciones no propias de una


organización burocrática pero sí derivados de la rigidez de sus normas o reglas.

Ahora, sí es evidente que existe una contradicción entre el modelo burocrático y el


comportamiento que tenemos en nuestras organizaciones, ¿cuál es la solución?

La resistencia de la burocracia al cambio nos lleva al perfeccionamiento empresarial. La


incertidumbre y los cambios son características del sistema empresarial en el mundo
actual y esto es incompatible con las estructuras burocráticas que rigen nuestros
organismos y empresas, así como en otros países, el burocratismo es un problema
mundial. Ninguna organización logrará el éxito necesario en instituciones donde
prevalezcan normas rígidas y la rutina, que nieguen la innovación y la creatividad.
Luego el objetivo será abandonar el modelo burocrático.

Abandonar el modelo burocrático significa abandonar la idea de "esto no se puede


hacer", es abandonar la idea de "no perturbe la armonía", "esto no está en el plan", "el
ministerio orienta que esto debe hacerse así". Es decir, es romper esquemas, es
desempolvarse, es abandonar cualquier frase matadora que nos inhiba y nos haga odiar
nuestro trabajo, que nos haga sentir horriblemente mal, que nos haga pensar que "decir
la verdad" es un pecado grave porque como tal aparece en nuestra evaluación anual.

Pero, abandonar el modelo burocrático no es un proceso fácil ni sencillo, es un


problema de tiempo que requiere de ir haciendo transformaciones culturales en los
grupos humanos, requiere cambiar la forma de pensar y actuar. Luego, necesariamente
habrá burócratas y burocracia para rato y no podemos verlo con sentido peyorativo
porque desvirtuaría la esencia de muchos profesionales que tienen que trabajar en este
campo por requerimientos de la organización.
Por tiempo será necesario tener jerarquías que formen el cuerpo administrativo de la
organización y sigan las reglas impuestas en función de los objetivos propuestos.

¿Qué hacer entonces?

Contrarrestar los efectos negativos que se derivan de este modelo de organización.

La dinámica y la flexibilidad deben ser las características del comportamiento de los


participantes. Estar claros que existen cosas que son universales pero no únicas, que los
enfoques y los métodos evolucionan como evoluciona la vida de una persona.

Las normas y los procedimientos tienen que existir para regular los roles pero no tan
rígidos, tan específicos, que inmovilicen o se conviertan en una camisa de fuerza, que
hagan del hombre una máquina. Todo el mundo tiene que saber cuales son sus objetivos
y funciones dentro de la organización pero, también tienen que conocer cuál es la
misión, o razón de ser, y dentro de que políticas actuar de manera que todo sea
coherente.

Las organizaciones necesitan controles pero el control no puede convertirse en un freno,


en una traba, en un objetivo por sí mismo. La mejor forma de controlar es actuando cara
a cara frente a los problemas y mejor aún previéndolos, un problema previsto y
combatido a tiempo no llega a ser jamás problema. Actuando de esta forma el papeleo
nunca será perjudicial, nunca será la forma de actuar de los burócratas.

La orientación del trabajo de la empresa a los clientes es un problema de principio en su


funcionamiento, sin esto no podrán subsistir en un mundo que cada día es más agresivo
desde el punto de vista competitivo.

La inconformidad contra toda manifestación de absolutizar las reglas, de convertirlas en


dogmas, en símbolos estereotipados, debe ser la primera de las reglas, si es que
queremos evitar trastornos de personalidad o "sicosis ocupacional". El conformismo, el
arribismo, el cortesanismo y cualquier otra conducta que frene el logro de la misión
tienen que encontrar su respuesta de forma rápida dentro de la organización.

Y,... ¿qué otra cosa se puede hacer?

Lo más difícil, luchar contra cualquier forma de burocratismo. Lo más difícil, porque
recuerden que dije que el burocratismo es un exceso de formalismo, pero también, es
una actitud mental, una forma de evaluar las cosas o de comportarse.

Aveces las personas tienen manifestaciones de deformaciones burocráticas y no se dan


cuenta. Algunas parejas tienen manifestaciones burocráticas en su conducta sexual y no
lo saben. Sin embargo, uno de los miembros de la pareja, por un problema cultural tal
vez, tiene patrones, reglas, ideas dominantes, que le sirven de punto de referencia para
aceptar o no ciertas conductas de su consorte y así aparecen las frases matadoras: "se
puede" o "no se puede". Esto, amigo, aunque Ud. no lo crea, es una manifestación de
burocratismo mental, que es muy difícil de erradicar.
Lo mismo nos sucede en el trabajo diario de nuestras organizaciones, nos comportamos
como resultado de ideas dominantes y somos incapaces de ver el mismo problema desde
otros ángulos, con una mentalidad más abierta.

Este fenómeno lo podemos ver en un ejemplo sencillo. Hoy en día todos sabemos que el
mundo ha cambiado, ha desaparecido el campo socialista, estamos en presencia de un
mundo unipolar. Ante esta situación Cuba tiene que lograr encontrar nuevos mercados y
alternativas, entre estas, la empresa mixta representa una posibilidad real de obtener
financiamiento externo que nos garantice el desarrollo y beneficios reales para nuestro
pueblo. Pero observamos como traidores, idiotas y confundidos con una mentalidad
burocrática critican estas opciones.

No aceptan cambios necesarios, quieren mantener el dogma y de esta manera contribuir


a eliminar el Socialismo, a que desaparezca la Revolución y la Patria.

El burocratismo es una enfermedad difícil de erradicar y el mejor antídoto es el que Ud.


sea capaz de ponerse.

Y, además,... ¿hay algo más que se pueda hacer?

Lo ideal es abandonar la organización burocrática, pero esto no es una cosa de hoy para
mañana, hay muchas barreras que eliminar. De una forma u otra tenemos que seguir
trabajando con estructuras jerárquicas.

Sin embargo, esto no quiere decir que no existan soluciones, una de ellas es la
socialización del trabajo empresarial y es precisamente en el sistema socialista donde
están creadas todas las condiciones para ello, el crear valores que permitan combinar el
compromiso y la descentralización. Desarrollar tales cambios es una tarea de gigantes
porque hay que cambiar las formas de pensar y de actuar y esto es un problema de
tiempo. Pero, si no empezamos hoy jamás lograremos el cambio.

También tenemos que disminuir en términos nominales la burocracia, primero que no


crezca, luego irla simplificando hasta lo necesario. cuando la gente que trabaja detrás de
un buró esté en la cifra crítica de lo necesario, cuando la relación gente en la
concreta/gente en la periferia esté en el valor ideal, entonces unido a lo anterior
habremos creado la condición necesaria para comenzar el Perfeccionamiento
Empresarial.

El camino está claro, la orientación de nuestro trabajo tiene que estar dirigida a la
"declaración de guerra contra el burocratismo", pero una guerra sin tregua. toda
manifestación de burocratismo tiene que ser atacada fuertemente en el campo de batalla.
Atacada, sabiendo lo que tenemos que atacar, que no es precisamente la existencia de
determinados procedimientos y reglamentos que norman racionalmente nuestra
actividad, que no son las personas que de la forma más noble tienen como función
apoyar el trabajo que a diario realizamos. Atacar todo exceso de formalismo, toda
manifestación contraria al logro de la misión asignada, todo lo que conspire contra la
eficacia y la eficiencia. A partir de ahora este tiene que ser nuestro grito de guerra ¡SIN
TREGUA, CONTRA EL BUROCRATISMO!

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