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Desarrollo psicológico en adolescentes: depresión y sexualidad;

consecuencias de una responsabilidad no guiada.


Para iniciar, podemos entender que la adolescencia es una etapa entre la niñez y la
edad adulta, que cronológicamente se inicia por los cambios puberales y que se
caracteriza por profundas transformaciones biológicas, psicológicas y sociales,
muchas de ellas generadoras de crisis, conflictos y contradicciones, pero
esencialmente positivos. No es solamente un período de adaptación a los cambios
corporales, sino una fase de grandes determinaciones hacia una mayor
independencia psicológica y social. Es difícil establecer límites cronológicos para
este período; de acuerdo a los conceptos convencionalmente aceptados por la
Organización Mundial de la Salud, la adolescencia es la etapa que transcurre entre
los 10 y 19 años, considerándose dos fases: la adolescencia temprana (10 a 14
años) y la adolescencia tardía (15 a 19 años).
La adolescencia temprana se caracteriza por el crecimiento y desarrollo somático
acelerado, inicio de los cambios puberales y de los caracteres sexuales
secundarios. Preocupación por los cambios físicos, torpeza motora, marcada
curiosidad sexual, búsqueda de autonomía e independencia, por lo que los
conflictos con la familia, maestros u otros adultos son más marcados. Es también
frecuente el inicio de cambios bruscos en su conducta y emotividad.
La adolescencia tardía se caracteriza porque en esta fase se ha culminado gran
parte del crecimiento y desarrollo, el adolescente va a tener que tomar decisiones
importantes en su perfil educacional y ocupacional. Se ha alcanzado un mayor
control de los impulsos y maduración de la identidad, inclusive en su vida sexual,
por lo que está muy cerca de ser un adulto joven.
La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico,
infeliz, abatido o derrumbado. La mayoría de nosotros se siente de esta manera de
vez en cuando durante períodos cortos. La depresión clínica es un trastorno del
estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración
interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más.

Los signos y síntomas frecuentes de depresión en los niños y adolescentes son


similares a aquellos en los adultos, pero puede haber algunas diferencias.

En los adolescentes, los síntomas pueden comprender tristeza, irritabilidad,


sentirse negativo e inútil, ira, bajo rendimiento o poca asistencia a la escuela,
sentirse incomprendido y extremadamente sensible, consumir drogas de uso
recreativo o alcohol, comer o dormir demasiado, autolesionarse, perder el interés
por las actividades habituales y evitar la interacción social.
La depresión afecta su capacidad para seguir con su vida diaria y disfrutar de la
familia, los amigos, el trabajo y los momentos de esparcimiento. Los efectos de la
depresión en la salud van más allá del estado de ánimo: esta es una enfermedad
médica grave con muchos síntomas, incluidos los físicos.

A menudo, los niños y los adolescentes con enfermedades crónicas enfrentan más
retos que sus compañeros sanos al pasar por la adolescencia. Las enfermedades
crónicas pueden afectar el desarrollo físico, cognitivo, social y emocional, y
también pueden afectar a los padres y los hermanos. Debido a estas limitaciones,
los niños y los adolescentes corren un mayor riesgo que sus compañeros sanos
de desarrollar una enfermedad mental.

Los niños y los adolescentes con enfermedades crónicas se ven afectados por
muchas formas de estrés. Los padres y los proveedores de atención médica
deben estar atentos a los signos de depresión, ansiedad o de algún tipo de
trastorno de adaptación (un grupo de afecciones que pueden ocurrir cuando
alguien tiene dificultad para afrontar un acontecimiento estresante en la vida) en
los jóvenes y sus familias.

Las personas que tienen depresión, sin importar su edad, corren un mayor riesgo
de tener ciertas enfermedades físicas.

Por ejemplo, las personas con depresión tienen un mayor riesgo de enfermedades
cardiovasculares, diabetes, accidentes cerebrovasculares, dolor y enfermedad de
Alzheimer. Diversas investigaciones también sugieren que las personas con
depresión pueden tener un mayor riesgo de osteoporosis. Las razones del mayor
riesgo de otras enfermedades en las personas con depresión aún no están claras.
Un factor de riesgo para algunas de estas enfermedades puede ser que muchas
personas con depresión podrían tener menos acceso a una buena atención
médica. También podrían tener mayor dificultad para cuidar de su salud (por
ejemplo, buscar atención médica, tomar los medicamentos recetados, comer bien
y hacer ejercicio).

A nivel mundial existen estudios que reportan que un número importante tanto de
niños como de adolescentes presenta algún problema emocional o de conducta, de
los cuales, el 16% presentaban de cuatro a más síntomas. Los problemas que se
presentaron con mayor frecuencia fueron: la inquietud (19%), la irritabilidad (17%),
el nerviosismo (16%), el déficit de atención (14%), la desobediencia (13%), la
explosividad (11%) y la conducta dependiente (9%).
Por otro lado, la Encuesta Mexicana de Salud Mental Adolescente reporta que los
trastornos más frecuentes en jóvenes de 12 a 17 años de edad fueron las fobias
específicas y la fobia social. Al realizar los análisis por sexo, los trastornos con
mayor prevalencia en las mujeres fueron las fobias, la depresión mayor y el trastorno
negativista desafiante. Mientras que, para los hombres, los trastornos más
prevalentes después de las fobias fueron el trastorno negativista desafiante, el
abuso de alcohol y el trastorno disocial.
Los resultados mostraron que las mujeres presentaron un mayor número y
prevalencia de trastornos. Del mismo modo, la evidencia empírica es consistente en
reportar que los problemas conductuales se presentan con mayor frecuencia en
hombres y los emocionales en las mujeres, pero esto son solo datos, estadísticas,
no creo que exista un parámetro o una regla de cuestión de género que designe
que tú, cómo mujer biológica estés ‘sufriendo’ más o menos, que yo, como un
hombre biológico. Solamente se quiere entender que la depresión en adolescentes
es real y hasta incluso invisibilizada.
En cuanto a la evidencia sobre los factores que se asocian a la presencia de
problemas emocionales y de conducta en niños y adolescentes, la literatura indica
que estos se pueden agrupar en individuales, sociales y familiares. Cada uno de
estos impacta de manera diferente, y los factores familiares han mostrado ser un
predictor importante, específicamente las conductas de los padres, como son las
prácticas parentales: las prácticas parentales se definen como aquellas conductas
que los padres utilizan para socializar a sus hijos, y pueden agruparse en dos
categorías: apoyo y control. El apoyo parental se refiere a la cantidad de soporte y
cariño que expresan los padres hacia sus hijos. Los resultados de diversas
investigaciones son consistentes al reportar que un alto apoyo parental se relaciona
con un menor número de problemas tanto emocionales como de conducta. El
control parental es definido como el conjunto de límites, reglas, restricciones y
regulaciones que los padres tienen para sus hijos, y el conocimiento de las
actividades que estos realizan. Las investigaciones sobre esta práctica parental han
mostrado resultados poco claros, ya que, por un lado, hay datos que apoyan la
afirmación de que el control afecta de manera positiva la conducta de los hijos, sobre
todo cuando se refiere a estrategias de supervisión de los hijos y, por otro lado, se
le asocia de forma negativa con la presencia de problemas cuando se utilizan
estrategias intrusivas para controlar la conducta.
Concentrándonos en los factores sociales, hoy en día donde la superficialidad y las
redes sociales se complementan y sobresalen al alcance de adolescentes, se
idealizan cuerpos no reales creando así estereotipos. Con lo anterior, no es de
sorprender que un adolescente sea propenso a contraer desórdenes alimenticios,
entre ellos:
La bulimia (trastorno de la alimentación de origen neurótico que se caracteriza por
períodos en que se come compulsivamente, seguidos de otros de culpabilidad y
malestar, con provocación del vómito) o
La anorexia (se caracteriza por una imagen corporal distorsionada y el miedo
injustificado a subir de peso. Los síntomas incluyen tratar de mantener un peso por
debajo de lo normal mediante la inanición o el ejercicio excesivo).
Se estima que la depresión puede contraer situaciones compulsivas donde debido
a la falta de serotonina se activen impulsos sexuales. Como el pensamiento de un
adolescente no tiene madurez y no presenta conocimientos básicos de educación
sexual, es propenso a contraer enfermedades de transmisión sexual como:
Herpes (es una infección causada por un virus herpes simple (VHS). El herpes bucal
provoca llagas alrededor de la boca o en el rostro. El herpes genital es una
enfermedad de transmisión sexual (ETS). Puede afectar los genitales, las nalgas o
el área del ano).
Gonorrea (Infección bacteriana de transmisión sexual que, si no se trata, puede ser
causa de infertilidad).
Virus del Papiloma Humano (usualmente, el papiloma humano es inofensivo y
desaparece por sí solo, pero algunos tipos del virus pueden causar verrugas
genitales o cáncer.
Virus de Inmunodeficiencia Humana (El VIH ocasiona el SIDA y, además, interfiere
con la capacidad del cuerpo de combatir infecciones. El virus se puede transmitir
mediante el contacto con la sangre, el semen o los fluidos vaginales infectados).
https://ccp.ucr.ac.cr/bvp/pdf/adolescencia/Capitulo%20I.pdf
file:///C:/Users/Erick%20Gael/Downloads/Dialnet-
ControlParentalYProblemasEmocionalesYDeConductaEnA-4035676.pdf
https://revistas.um.es/analesps/article/view/87501/84241
https://www.ivanesalud.com/factores-biologicos-de-la-depresion/
https://www.lavanguardia.com/salud/20120302/54263167038/depresion-
entorpece-celulas-cerebrales-afecta-memoria.html

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