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¿Como responde una SAS ante terceros?

Una de las características propias de las sociedades de capital como las S.A.S. es
que sus accionistas responden únicamente hasta el monto de sus aportes y no
son entonces responsables por las obligaciones tributarias, laborales o de
cualquier otra índole que se generen dentro de la sociedad. En otras palabras, el
patrimonio personal del accionista no se ve, en principio, afectado de ninguna
manera por las operaciones que desarrolla la sociedad.

Sin embargo, toda regla general tiene su excepción y es que la misma Ley que
creó las S.A.S. establece que “cuando se utilice la sociedad por acciones
simplificada en fraude a la ley o en perjuicio de terceros, los accionistas y
administradores que hubieren realizado, participado o facilitado los actos
defraudatorios, responderán solidariamente por las obligaciones nacidas de tales
actos y por los perjuicios causados…”.

Lo anterior significa que si bien cualquier persona natural o jurídica puede


constituir una S.A.S. y ser responsable hasta el monto de su respectivo aporte, si
se logra demostrar que la persona creó la sociedad con fines fraudulentos como
instrumento para engañar a terceros, se levantará ese velo corporativo que
protege a los accionistas en las S.A.S. para que sean obligados a responder
personalmente por los perjuicios causados por su actuar.

Con esto lo que el legislador pretende es proteger a los terceros de buena fe,
sancionando a aquellos que crean una S.A.S. de mala fe, defraudando, abusando
del derecho y burlándose del ordenamiento legal.

Este procedimiento es conocido como la desestimación de la personalidad


jurídica de la sociedad, dónde a través de una demanda ante la Superintendencia
de Sociedades, el tercero interesado solicita la declaratoria de nulidad de los actos
defraudatorios y la desestimación de la personalidad jurídica por utilizar la
sociedad en fraude a la ley o en perjuicio de terceros.

El proceso se tramita a través de un proceso verbal y una vez probado el fraude y


la declarada la nulidad de los actos como consecuencia, si el capital de la
sociedad no alcanza para responder por las obligaciones, los daños y los
perjuicios causados, los accionistas participes en el fraude responderán con su
patrimonio personal. Es importante tener en cuenta que solo en estos casos la
responsabilidad de los accionistas se extiende más allá del monto de sus
respectivos aportes.

Si bien en las sociedades por acciones simplificadas (SAS) es viable acordar


condiciones distintas a las generales que prevé el Código de Comercio para la
distribución de dividendos, la Superintendencia de Sociedades precisó que existe
una premisa imperativa que se debe respetar.

Esta disposición señala que la utilidad a disposición de los socios es la que resulta
luego de que la compañía atiende todos los gastos y obligaciones que la ley ha
dispuesto sobre el flujo obtenido de la actividad comercial. (Lea: Facultades
jurisdiccionales de Supersociedades permiten conocer fraudes de empresas
fachada o de papel)

Así las cosas, los accionistas solo cuentan realmente con utilidad cuando la
compañía ha cumplido con los intereses derivados de los préstamos financieros,
por lo que en ningún caso podría pretender un accionista que se privilegie el
reparto de su dividendo sin que la sociedad haya descontado antes de su flujo el
costo financiero.

Tampoco puede repartirse el dividendo si sobre la SAS gravitan unos impuestos


cuya base gravable es la utilidad operacional, o desconocer el costo de la
depreciación de los activos que afectarán a futuro la operación de la empresa.
(Lea: SAS pueden crear acciones no previstas en la ley)

Evidentemente, cada uno de los cargos que se descuentan de la utilidad


operacional responde a garantías de permanencia de la sociedad a las cuales los
accionistas deben ceder, frente a su interés de obtener beneficios derivados de su
inversión. (Lea: Ampliación de facultades al representante legal de la SAS debe
inscribirse en cámara de comercio)
En conclusión, mientras no se hayan determinado las utilidades sobre un balance
cierto y aprobado por el máximo órgano social, no se puede distribuir ningún valor
bajo el concepto de utilidades, ya que antes de que finalice el ejercicio no existe
certeza de si habrá utilidades y cuál será su monto, por lo que, si no son
justificadas, mal podrían distribuirse de manera anticipada.

Adicionalmente, el concepto enfatizó que tampoco procede dicho reparto si no se


han liquidado las pérdidas de ejercicios anteriores y menos aún si no se hacen
previamente las apropiaciones respectivas para las reservas, como lo establece
el Código de Comercio.

Un concepto legal importante; Las sociedades (empresas) tienen personalidad


jurídica propia, esto quiere decir, que son personas legales sujetas por sí mismas
a derechos y obligaciones, en consecuencia, su personalidad es separada de sus
accionistas, de sus empleados o proveedores.

El dinero que la empresa gana y sus utilidades son de la empresa; y la empresa


tiene la obligación de pagar impuestos sobre dichas utilidades.

El concepto es claro, NO ES POSIBLE SACAR DINERO DE LA EMPRESA SIN


PAGAR IMPUESTOS. Deja a un lado la costumbre de “empresa pobre,
empresario rico” y pon orden en la empresa. 

Drenar a la empresa, vivir de la empresa sin fortalecerla, trae como


consecuencia que la empresa no tenga para pagar sus impuestos o cubrir sus
compromisos. Y allí está la línea peligrosa.

Es en consecuencia importante tener orden y manejar los recursos de la empresa


independiente de los accionistas, ajustándose en todo momento al presupuesto
de ingresos de la sociedad.

Esto aplica evidentemente a los recursos que los accionistas sacan. En este tema
hay que tener orden y realizar una planificación inteligente, que maximice los
recursos.

Por esta razón les ponemos aquí algunos comentarios vinculados a distintos
esquemas de retiro de dinero de una sociedad:

Pago de dividendos a los accionistas


Una forma tradicional de recibir el recurso es mediante el pago de
dividendos. Dividendo es pago realizado a los accionistas como distribución de
utilidades de la empresa. Al pago los accionistas deben pagar impuestos sobre la
renta. En ese caso la empresa no recibe deducción del impuesto sobre la renta
corporativa por los pagos de dividendos, excepto si dichos montos ya han
pagado impuestos y se reciben de la Cuenta de Utilidad Fiscal Neta.

Los pagos de dividendos se decretan mediante reunión ordinaria de socios.

Cobrar un sueldo de la empresa


Otra forma de recibir recursos es cuando los accionistas (o dueños) cobran sueldo
de la empresa. Esta circunstancia se da de hecho, cuando los accionistas se
encuentran en el día a día de las operaciones y si la empresa puede pagarla. 

Pero existen ocasiones en que el monto a pagar es excesivo al grado de


desfondar la empresa. Si te preguntas ¿cuánto sería un sueldo razonable?, quizás
la respuesta la encuentres si te fijas en cuánto te costaría pagarle a un tercero que
haga lo mismo que tu haces.

El monto debe estar determinado por el tamaño de la empresa y ser razonable.


Sacar lo necesario para dejar sobrantes para que la empresa pueda crecer
mediante re-inversión de utilidades.

En todo caso es necesario la debida alta en el IMSS y el contrato laboral claro


que detalle funciones y relaciones de subordinación dentro de la empresa.

Prestar recursos monetarios a la empresa


Es común que sean los accionistas los que en ocasiones le prestan dinero a la
empresa, en este esquema el accionista se convierte en el banquero y en ese
caso, la empresa paga intereses al accionista, mismos que deben de tener
tratamiento de pago de interés para efectos fiscales.

Comisionista por ventas


Aquellos accionistas que cierren ventas y tengan clientes de la empresa entre su
círculo de conocidos. En ese caso, es posible cobrar una comisión por dichas
ventas. Ese retiro se podrá hacer mediante el tratamiento de asimilados a
salarios o bien de actividad empresarial.

Vender insumos o materiales a la empresa


Cuando uno de los accionistas le vende cosas a la sociedad, se puede dar el caso
de que alguien tenga alguna distribución de algo que requiere la empresa y se lo
vende con un margen de utilidad por conseguir dicho producto o servicio.

En estos casos, incluso, si el negocio lo hace un familiar y un no socio, podría


tributar en el RIF para obtener más beneficios fiscales.  

Arrendar bienes muebles o inmuebles


Este es un esquema muy utilizado de retiro de recursos de la empresa de forma
legal. En este esquema es conveniente tomar en consideración cuáles son los
activos que tiene el accionista que la empresa requiere y que sean rentados a un
precio razonable.

De parte del accionista esta actividades es empresarial de ingresos por


arrendamiento, por lo que su tributación puede ser en actividad empresarial y
profesional.  

Servicios profesionales independientes


Dentro de esos servicios profesionales pueden contemplarse asesorías en
diversidad de áreas a la empresa, por ejemplo, ventas, mercadotecnia o temas de
consultoría administrativa. El accionista se constituye en asesor de la empresa y
por esa razón tiene un ingreso.

Es importante que el servicio sea de acuerdo a las capacidades particulares del


accionista y deberá de existir un contrato de prestación de servicios y expedir el
accionista comprobante de honorarios.

Esperamos que ésta información te haya sido de mucha utilidad. 

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