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Cuestiones de filosofía del hombre

La presente tesis quiero mostrar algunas nociones fundamentales de lo que es la


filosofía del hombre. En ella se hará un acercamiento al origen del hombre y su relación
con la teoría de la evolución. A continuación descubriremos la génesis del hombre, la
unidad de la persona humana: Cuerpo y Alma. Y terminaremos haciendo referencia a la
muerte y la inmortalidad.

a) -El origen del hombre, la teoría de la Evolución.


Hasta el siglo XIX no se disponía de otra explicación del origen del universo más que la
bíblica: Dios creó todo de una vez, tal y como ahora lo conocemos. Pero a partir del
siglo XVIII se produjeron avances en la ciencia biológica que pusieron en jaque esa
interpretación.
-Darwin, propuso la explicación evolucionista: las especies se transmutan unas
en otras, a causa de la lucha por la existencia y la selección natural con el
triunfo de los más fuertes o mejor adaptados para la sobrevivencia en el medio
natural.
-La explicación evolucionista resultó mejorada y reforzada con el
descubrimiento de las leyes de la herencia genética, por Mendel y Morgan: los
caracteres genéticos se heredan de padres a hijos, y se perpetúan; sólo varían si,
por alguna causa, se produce una mutación, un error en la transmisión del
código genético.
-Hoy en día el evolucionismo es aceptado como la explicación científica del
origen de nuestro mundo, proponiéndose distintas interpretaciones sobre el
mecanismo que la rige:
a) Las afinalistas, que la atribuyen al azar. La teoría afinalista más difundida en
la actualidad es la neodarwiniana o sintética: las mutaciones genéticas
casuales, combinadas con la selección natural, explicarían la diversidad de
especies vivientes.
b) Las finalistas, que ven una inteligencia ordenadora orientando el proceso. la
necesidad biológica, y no tenemos ningún sentido.
Pero se requiere demasiada “fe” para atribuir a la ciega casualidad, jugando con miles
de millones de elementos, el origen de sistemas tan complejos y perfectos como los que
constituyen a los vivientes. Ya muchos biólogos lo dicen, y prefieren la explicación
finalista, la cual valora adecuadamente el hecho de que la evolución es ortogenética:
(tendencia innata en la vida para evolucionar).
En la alternativa entre azar y finalidad, la elección razonable es por la última: en la
base de la vida hay un admirable proyecto, como admiten hoy muchos biólogos.
Esto plantea una importante pregunta filosófica: ¿cómo puede lo más imperfecto
producir lo más perfecto? De Finance lo explica por la creatividad o fecundidad del ser
creado que, en el fondo, participa en la fecundidad de la Primera Causa (La evolución
es un proceso en que, en fuerza del mismo acto creativo, el ente finito va desarrollando
sus posibilidades intrínsecas hacia límites insospechados. Lo creado es un mundo
evolutivo en el que cada grado de ser surge a su hora, en virtud del acto creador
eterno).
Todo ha empezado con la materia, pero una materia portadora de atributos variadísimos,
“preñada” de posibilidades. En la portentosa evolución desde el protozoo hasta el
hombre, hay algo que no pueden demostrar ni explicar las ciencias naturales; pero la
filosofía busca las razones necesarias para que los fenómenos empíricos resulten
inteligibles. Si un solo error podía haber frustrado el complejísimo plan evolutivo,
¿cómo es que no se produjo tal error? Sólo la metafísica (y no las ciencias positivas)
nos da respuesta a esta pregunta.

b) -Génesis de la persona humana.


Según la ciencia actual ha habido una biogénesis (un salto de las
macromoléculas a los primeros seres vivos unicelulares). No conocemos con detalle
cómo se produjo este salto o emersión de la vida. La célula encierra vida múltiples
sustancias materiales, y en su núcleo, los admirables cromosomas, portadores y
transmisores de la herencia genética. A pesar de la constante de invarianza genética, se
han producido mutaciones genéticas evolutivas hasta llegar al hombre. Clasificación
sistemática de especies: Aparecen 250.000 especies vegetales (autótrofos; se alimentan
de materia inorgánica) y más de un millón de especies animales (heterótrofos; se
alimentan de materia orgánica).
- Unicelulares (hace 3000 millones de años)
- Pluricelulares (2000 millones de años más tarde)
Simios -- bípedos. Aparece en África del Sur, el Austrolopitecus (bípedo y
tallador de piedras y hueso). Hace unos 3 millones de años, apareció el Homo Africanus
(postura más recta, dentadura omnívora, mandíbula más reducida y cerebro más
grande). Homo Habilis (tallador de piedra, cazador, carnívoro, hace viviendas
elementales). Homo Erectus, de la misma familia es el Homo Sapiens (manos flexibles,
frente elevada, mandíbula fina, cerebro abombado, forma grupos familiares y étnicos,
etc...).

¿Monogenismo o Poligenismo?
Desde el punto de vista de la palentología, parece que provenimos de diversas
parejas homínidas que evolucionaron independientemente (Poligenismo), pues los
restos evolutivos, se han encontrado en lugares muy diversos. Pero estos restos son muy
escasos e incompletos, y, en consecuencia, resulta difícil interpretarlos. La moderna
genética obliga a pensar en el monofiletismo: todos provenimos del mismo "filum"
biológico El 1º hombre, tuvo en su núcleo de células los mismos cromosomas que
nosotros.

Desarrollo del Psiquismo humano


La aparición del Homo Sapiens-Sapiens es el fin de la evolución biológica. Pero
se ha iniciado otra evolución, todavía más admirable, que nos remite al componente
espiritual del hombre: la evolución cultural. El origen de esta evolución está en la
presencia decisiva de la inteligencia, de la reflexión, de la libertad humana y de sus
consecuencias: la creatividad, intuición estética, sentimiento de lo sublime, curiosidad,
invención, historia, el derecho, religión, la moral, etc...
La socialización, por simpatía y reciprocidad, aparece desde que el hombre es
hombre, jugando un gran papel en su desarrollo cultural. Este proceso de socialización e
intercambio ha producido el desarrollo psíquico del hombre, posibilitado por el
lenguaje, transmitido por la educación, para la búsqueda en común de la verdad.

c) -La unidad de la persona humana: Cuerpo y alma.


El hilemorfismo como comprensión de la unidad del hombre y de su superioridad
espiritual.
Existe algo a lo que llamamos “alma”, pero, ¿qué es?
-Descartes: una sustancia completa que interactúa con el cuerpo (otra sustancia
completa).
-Spinoza, Leibniz: una sustancia completa que no interactúa con el cuerpo (otra
sustancia completa).
-Hegel: cuerpo y alma son dos aspectos de una única realidad. Actualistas,
conductistas: el alma no existe. Empiristas, positivistas: no se sabe nada de eso.
Aristóteles y Santo Tomás: Todo en este mundo es hilemórfico, está compuesto
de materia y forma sustancial. La forma del vegetal es su alma vegetativa,
principio de su vitalidad vegetativa; la del animal es su alma sensitiva, principio
de su vitalidad sensitiva. La materia, incluso organizada, sin el principio vital
último (el alma) que actualmente le dé vida es un cadáver, equívocamente
llamado cuerpo.
En el hombre: el alma espiritual es la forma sustancial que comunica su ser al cuerpo.
Ella es el principio unitario que constituye al hombre como tal, que determina la
unidad esencial de todo el hombre. Ella hace de la materia su cuerpo. Es la forma
sustancial única (no hay varias almas en cada uno, como pensaba Platón) que produce y
unifica todas las funciones vitales del hombre: vegetativas, sensitivas y racionales.
¿Cuál es su origen? El alma humana es creada por Dios en el primer instante de la
existencia de cada hombre.
El alma (espiritual) no puede proceder de la materia, porque nadie da lo que no tiene.
¿De dónde viene?
 Platón (¿del Demiurgo o es eterna?),
 Plotino (por emanación del “alma del mundo”), los gnósticos (de los ‘eones’).
 Primitivos pensadores cristianos (del alma de los padres)
 Avicena (creada por los ángeles)
 Evolucionistas (por evolución de la materia, con saltos cualitativos).
 Filosofía cristiana, desde el s. XIII: Dado que lo espiritual no puede proceder de
la materia, el alma humana tiene que ser creada inmediatamente por Dios.
Creación significa que Dios es causa total del ser, y que la creatura depende totalmente
del Creador. El hombre es persona, querida por Dios en sí misma (no en razón del todo
de la especie, como los animales) y el fundamento de esta personalidad es el de su ser:
su alma. Cuando Dios crea un alma está elevando el acto generador de los padres.
Tomás lo expresaba así: Los padres son causa eficiente real pero instrumental, Dios es
la causa eficiente principal. “La naturaleza que prepara el cuerpo y Dios que crea el
alma no obran como dos causas independientes, sino de acuerdo, y a la manera de un
principio único.”
Por nuestra tendencia a pensar el obrar de Dios al modo del nuestro (antropomorfismo)
corremos el peligro de pensar la creación de cada alma de una manera inmediata y
puntual, sin reparar en que la actividad creadora de Dios es una y simple, un solo acto
eterno (simultáneo, no temporal) de su voluntad que abarca y sostiene todo el cosmos y
todo el tiempo, con todo lo que contienen.
¿Cuándo? Dado que el alma es la forma sustancial de la materia del hombre y ésta no
puede ser tal sin la forma sustancial, el alma tiene que existir desde el primer momento
de la concepción del ser humano. La célula germinal ya está cromosómicamente
dotada: es un cuerpo orgánico que de por sí se desarrollará en un ser con todas las
facultades humanas.
¿Cómo? Por acción directa de Dios. No por milagro, pues la acción creadora de Dios
está inscrita en el curso ordinario de la naturaleza humana: Es el modo normal del
concurso de Dios con las criaturas racionales y libres, con los seres humanos en cuanto
personas. Sin embargo, la aparición del alma humana es un fenómeno cualitativamente
distinto de todos los otros fenómenos en que aparece algo “nuevo” en el proceso
evolutivo, porque lo que ,ahora aparece es un ser espiritual.

-La muerte y la inmortalidad


1) Inmortalidad del alma: Hay razones metafísicas, cosmológicas, psicológicas y
morales para afirmar la inmortalidad del alma y para presentir confusamente la
conveniencia de una vida personal íntegra en el más allá.
Con la muerte se corrompe evidentemente el cuerpo. ¿Y el espíritu? La respuesta no la
puede dar la ciencia, sino sólo la filosofía.
1. Argumento metafísico: a) El alma es inmortal por su misma naturaleza. En efecto,
ella es una sustancia (incompleta) inmaterial, en consecuencia, no tiene partes, es
simple: a diferencia de las cosas materiales, no se puede descomponer, ya que no
es compuesta. b) ¿Puede ser aniquilada? Nada se aniquila en realidad. Sólo Dios,
que da el ser, podría retirarlo. Pero, ¿por qué iba a hacerlo? Sería contra la bondad
del Dios personal.
2. Argumento cosmológico: ¿Qué sentido tendría una evolución ortogenética y
teleológica (hacia el hombre) que desembocase en la nada?
3. Argumento psicológico: Quedaría frustrada la tendencia innata del hombre hacia
la felicidad total, plenitud de verdad, bondad y amor.
4. Argumento moral: En esta vida no existe la ajusticia plena: personas inocentes
padecen la injusticia y los criminales salen impunes. Tiene que existir otra vida
después de ésta, y la justa retribución.
Toda esta argumentación presupone que existe Dios, y que es bueno y poderoso, como
se demuestra en Teología Natural.
¿Cómo será esta inmortalidad: con el cuerpo o sin él? La filosofía sólo puede ver la
conveniencia de lo primero, dada la naturaleza del alma (es esencialmente forma del
cuerpo), pero no asegurarlo. La Revelación ha completado nuestros conocimientos del
“más allá” (“Creo en la resurrección de los muertos”).
2) La muerte: En las sociedades occidentales, dominadas por el capitalismo y la
mentalidad inmanentista y hedonista, ha cambiado la actitud externa y social ante la
muerte. Se la ha banalizado, alejado y deshumanizado. Sólo el hombre se pregunta por
el significado de la muerte, de la que, evidentemente, no tenemos experiencia directa,
aunque sí tengamos conciencia de su progresivo acercamiento.
¿Qué significado puede tener para nuestra filosofía este hecho que se anuncia
definitivamente con el cese de actividad cerebral, del que no tenemos experiencia
directa, pero que va siendo preparado por la enfermedad y el envejecimiento? La razón
nos conduce a un sereno optimismo: la evolución del cosmos ha llegado al hombre, ser
personal, capaz de conocer y amar; no puede acabar con la muerte: el Dios personal y
amoroso que la ha conducido hasta nosotros nos descubre el sentido de toda realidad.
La muerte es, más bien, el cumplimiento de la vida humana. La persona como tal no
queda totalmente aniquilada como opinan (sin ninguna prueba) los materialistas. No
será una vida como la de aquí, sometida a las limitaciones espacio-temporales, sino en
la plenitud de la verdad, del bien y del amor. Una muerte total (aniquiladora de la
persona) eliminaría el sentido de la vida presente (Marcel, Unamuno); una vida ulterior
y plenamente justa, en cambio, confiere esperanza y sentido a la vida presente. ¿Es esto
un consuelo ficticio, la extrapolación a la filosofía de unas creencias cristianas? No.
Tenemos razones filosóficas para hablar así.
La certeza del morir hace seria y responsable la vida: he de morir yo solo, sin cosas
que me parapeten. La historia (personal y universal) muestra con la muerte su carácter
lineal. Cada uno vive una sola vez (la reencarnación no existe). Todo amor humano
digno de este nombre nos abre a la trascendencia, a la comunión universal que se apoya
en el “Tú absoluto” (Ser definitivo y Amor), que es Dios (Marcel). La muerte nos iguala
a todos los hombres ante Dios.

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