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Tratamiento psicológico del drogodependiente

Introducción
La dependencia a sustancias tóxicas afecta a todos los estratos de la sociedad ya
desde la antigüedad buscando actuar sobre el nivel de conciencia y el estado de
ánimo. En las sociedades primitivas se consumían en ceremonias de tipo ritual y
religioso, concediéndoseles un carácter socializador. Solían ser a bajas
concentraciones y por vía oral. En la actualidad sin embargo, cada vez se
desarrollan drogas más potentes y puras. Asimismo las vías de administración se
han multiplicado, hecho este que facilita su consumo y aumenta la rapidez de
llegada al sistema nervioso central. Hoy día las drogodependencias son una de las
causas más importantes de disminución del rendimiento laboral y escolar,
accidentes, intoxicación durante horas laborales, ausentismo, delitos violentos y
robos. Los adolescentes son el grupo etario más afectado y el sexo masculino el de
más riesgo.

 Las sustancias de abuso más consumidas por el hombre son la nicotina y el


alcohol.

Influyen multitud de factores de tipo de salud, económico y legal en las


toxicomanías, hasta tal punto que han determinado que la sociedad centre su
atención fundamentalmente en aquellas sustancias de carácter ilegal y
administración parenteral.
Aún así las sustancias de abuso más consumidas por el hombre siguen siendo
la nicotina y, todavía con mayor capacidad para desestructurar al sujeto, el
alcohol.

Definiciones
Cuando hablamos de droga nos referimos a toda sustancia farmacológicamente
activa sobre el sistema nervioso central que, introducida en un organismo vivo,
puede llegar a alterar las funciones psíquicas básicas y del comportamiento.
Actualmente se utiliza como sinónimo de sustancia psicoactiva que tiene un efecto
dañino para el sujeto que la consume. Cuando la sustancia es prescrita por un
médico con propósitos terapéuticos, pasa a denominarse fármaco o medicamento.

  Las drogasson sustancias farmacológicamente activas sobre el SNC que,


introducidas en un organismo, pueden llegar a alterar las funciones psíquicas
básicas y del comportamiento.

Intoxicación.
Comportamiento inadaptado asociado con ingestión reciente de sustancias. Los
efectos de la intoxicación por cualquier sustancia pueden ser variables entre los
distintos individuos, y dependen de factores como dosis, circunstancias y
personalidad de base.
Abstinencia.
Síndrome psicoactivo sustancia-específico después de la interrupción del consumo
intenso. Implica tolerancia e indica dependencia.
Tolerancia.
Se necesita más sustancia para llegar a la intoxicación o la misma cantidad de una
droga provoca menor efecto con el consumo regular.
Abuso.
Patrón de uso de sustancias inadaptado que provoca problemas reiterados y
consecuencias adversas.
Dependencia.
Necesidad psicológica o física de continuar consumiendo una sustancia. La
dependencia de una droga puede ser física, psicológica o de ambos tipos. La
psicológica se caracteriza por una compulsión continua o intermitente de consumir
la sustancia. La física se caracteriza por la tolerancia, una necesidad de percibir la
sustancia para prevenir la aparición del síndrome de abstinencia.

Sustancia Intoxicación Abstinencia

Deseo compulsivo de
Somnolencia, lenguaje
droga, náuseas, vómitos,
farfullado, alteración de la
mialgias, lagrimeo,
atención o de la memoria,
Opioides. rinorrea, midriasis,
analgesia, anorexia,
piloerección, sudoración,
disminución impulso sexual,
diarrea, fiebre, insomnio,
hipoactividad.
bostezos.

Perspiración, escalofríos,
taquicardia, convulsiones,
midriasis, HTA, náuseas,
Disforia, fatiga, trastornos
vómitos, fiebre, temblor,
Anfetaminas o del sueño, agitación,
arritmia, anorexia, pérdida de
cocaína. deseo compulsivo de
peso, sequedad bucal,
droga.
impotencia, irritabilidad,
alucinaciones, hiperactividad,
agresividad, ideas delirantes.
Náuseas, vómitos,
debilidad, hiperactividad
Lenguaje farfullado,
Sedantes, autónoma, ansiedad,
incoordinación, marcha
hipnóticos o irritabilidad,
inestable, alteración de la
ansiolíticos. hipersensibilidad a luz o
atención y la memoria.
sonido, temblor, insomnio,
convulsiones.

Adicción: Implica dependencia psicológica, comportamiento caracterizado por la


búsqueda de droga, dependencia física y tolerancia, y deterioro asociado a la salud
física y mental. Es un término no científico eliminado de la nosología oficial.

Vías de administración
Influye sobre una serie de factores como la velocidad con que la sustancia llega al
cerebro, modifica el riesgo de dependencia y opera de forma relevante sobre la
aparición de cuadros de intoxicación.

 Ingestión: Es la más lenta y de menor riesgo de intoxicación y

dependencia. Está mediatizada por la existencia de primer paso hepático.

 Mascado: Se absorbe gracias a la ingestión y a la absorción a través de la

mucosa de la boca. Es más rápida que la simple ingestión.

 Vía inhalatoria: La sustancia inhalada llega en pocos segundos al cerebro.

La dependencia es muy intensa y de instauración rápida.

 Vía intranasal: Se absorbe a través de la mucosa nasal.

 Vía intravenosa: Es la que proporciona al consumidor mayor rendimiento

coste efecto para el consumidor. El riesgo de sobredosis es elevado así

como de intoxicación e infección.

 Vía intramuscular o subcutánea: Son en general poco usadas porque

son aquellas a las que el consumidor recurre al inicio, antes de pasar a

otras vías de mayor eficacia y por lo tanto de mayor riesgo.

  En la vía inhalatoria la sustancia inhalada llega en pocos segundos al cerebro.


Dependerá también la vía utilizada de la droga consumida. El opio se fuma. La
heroína se inyecta o se inhala y es una sustancia exclusivamente de abuso. Las
sustancias opioides de la farmacia se consumen por vía oral, aunque algunas son
inyectables.

Tipos de drogas
Se clasifican según si el origen es natural o sintético, por su estructura química,
por los efectos que produce sobre el organismo y su conducta, así como por su
legalidad o ilegalidad.

1. Alcohol.

2. Alucinógenos.

3. Anfetaminas o simpaticomiméticos de acción similar.

4. Cafeína.

5. Cannabis.

6. Cocaína.

7. Fenciclidina y arilciclohexilaminas de acción similar.

8. Inhalantes.

9. Nicotina.

10.Opiáceos.

11.Sedantes, hipnóticos y ansiolíticos.

Tratamiento
Los procedimientos terapéuticos en el abuso de sustancias varían en función de
cada una de ellas, de las características del paciente, la disponibilidad de apoyo
social, del centro de trabajo y de la composición del equipo terapéutico.
El objetivo común a todos es la abstinencia, junto al establecimiento del bienestar
físico, psíquico y sociofamiliar. Se puede empezar tanto en el ámbito ambulatorio
como hospitalario en caso de déficit en el soporte social, presencia de enfermedad
grave o abuso importante.

Las terapias más utilizadas son la cognitivo-conductual, la conductista, la


interpersonal, de pareja, familiar y de grupo.
  En drogodependientes las terapias más utilizadas son la cognitivo-conductual, la
conductista, la interpersonal, de pareja, familiar y de grupo.

Cuando un drogodependiente acude en busca de ayuda es necesario establecer un


clima de confianza y aceptación. La actitud del terapeuta debe de ser de
comprensión y en la evaluación inicial habrá que valorar su motivación (a veces no
hay autentica intención de dejar el habito), los problemas derivados del consumo
(consecuencias en el trabajo, con la familia, legales) y la patología asociada. El
abordaje será multidisciplinar contando con equipos que reúnen psiquiatras,
psicólogos, trabajador social, maestro, pedagogo, internista, para dar una
respuesta sea en el ámbito individual como social.
Para el tratamiento hay que tener en cuenta los múltiples factores que han
originado la enfermedad para adecuar las soluciones a cada caso concreto. Se
divide en dos partes:

 La preventiva que persigue reducir el número de personas que empieza el

consumo de tóxicos a través de cambios de hábitos (aprendizaje educativo).

Es dirigida a familias y sobre todo a la escuela donde el individuo está en un

proceso plástico y es susceptible de adquirir conductas que se oponen al

consumo (dieta equilibrada, ejercicio físico, actividades alternativas). Una

intervención más especifica actúa sobre los factores que se asocian al abuso

de drogas: familias inestables, paro, edad de inicio en el uso, nivel de

integración social bajo, antecedentes familiares de abuso. En el núcleo

familiar habría que cambiar comportamientos como mala comunicación,

actitud represora, desinformación o sobreprotección.

 La interventiva que utiliza dos protocolos distintos. El programa “libre de

drogas” que encontramos en los hospitales de día, los ambulatorios y las

unidades de desintoxicación tiene como objetivo el abandono de la

dependencia. Necesita un soporte profesional especializado en adicciones y

una motivación inequívoca para alcanzar la abstinencia. Solo será posible en

presencia de un ambiente familiar que no tolera el consumo, de alternativas

a la drogadicción, y con un compromiso total ante el tratamiento.

Careciendo de estos factores tendremos que recurrir al programa de

“reducción de daños” gracias al cual el paciente intentará alcanzar el

objetivo más ambicioso entre los siguientes: reducir la frecuencia y dosis


del consumo, adquirir hábitos más saludables, abandono de

comportamientos peligrosos, disminuir la conflictividad familiar, atender a

las enfermedades contraídas.

La parte interventiva a su vez podemos dividirla en varias fases:

o De preparación: Es el primer encuentro y su función es responder a

la demanda del paciente teniendo en cuenta el diagnóstico y su

problemática. La entrevista se hará a solas y en un clima de empatía

y a parte de la valoración de la motivación otro objetivo es informarlo

sobre las características del tratamiento (debe ser consciente que

tendrá que cambiar las condiciones ambientales y personales si

quiere abandonar definitivamente el consumo) y sensibilizarlo a que

forme parte activa en el proceso.

La familia es fundamental en todo el camino terapéutico para la

búsqueda de posibles soluciones; a ellos les tendremos que

proporcionar un apoyo psicológico y psicoeducativo para que puedan

entender y aceptar la enfermedad. La evaluación tendrá que

considerar la historia pasada y actual sobre el consumo, las

complicaciones que han seguido, las características psicológicas del

paciente y las enfermedades físicas asociadas.

o De desintoxicación física: Normalmente se hace con medios

farmacológicos. Es la premisa básica para iniciar cualquier proceso

psicoterapéutico. En esta fase podemos analizar las fantasías del

paciente con respecto a la misma (muchos piensan que a partir de

este momento ya pueden controlar el consumo) para poder

analizarlas y ponerlas en clave de realidad. Pueden utilizarse también

programas libres de fármacos que aplican tratamiento psicosocial.

o De diagnóstico complementario: Se avala de la utilización de

tests para evaluar la capacidad intelectual (RAVEN), la personalidad


(M.M.P.I.), la afectividad, además del pronóstico y la orientación

terapéutica. Algunos estudios demuestran la mayor presencia de

psicopatología en estos pacientes (sobre todo ansiedad, depresión y

hostilidad) que habrá de ser tratada de forma conjunta a la

dependencia.

o De intervención psicoterapéutica: Objetivo principal es la

deshabituación psíquica del sujeto. No se puede ajustar todos los

casos a un modelo predeterminado. Cada paciente planteará un

problema diferente (familiar, con la aceptación de las normas, con la

propia forma de ser) que se tendrá en cuenta a la hora de elegir el

tratamiento. En general los objetivos a alcanzar en cada labor

terapéutica son favorecer la capacidad creativa, estimular el

desarrollo de la personalidad, proporcionar conductas adaptativas,

mejorar las relaciones interpersonales, la capacidad de diálogo y

critica.

En el marco de la psicoterapia individual han demostrado eficacia la psicoterapia


de apoyo y la dinámica breve. La primera tiene indicación cuando, pensando en un
marco de actuación limitado, queremos facilitar un proceso de evolución
espontaneo o resolver un periodo de crisis. Es idónea para la mayoría de los
drogodependientes independientemente del tipo de droga consumida porqué
permite reducir la tensión emocional, analizar objetivamente la condición del
enfermo y reforzar las situaciones de estabilidad.
La psicoterapia breve es de limitada aplicación porqué la mayoría de los individuos
no cumplen con los requisitos necesarios (capacidad de delimitar el problema, de
establecer una buena relación, de analizar la realidad, de insight, psicopatología
poco severa). Su finalidad es resolver un conflicto patógeno esencial evitando la
dependencia regresiva y utilizando la clarificación intelectual, el apoyo y el
consejo.
La terapia grupal es de utilidad para trabajar las relaciones, la comunicación y el
autoconocimiento. Permite que se dinamice la adopción de compromisos públicos y
que se adquiera conciencia de enfermedad al implicarse frente a los demás.
Otros objetivos de este tratamiento son:

 Identificar los factores de riesgo.

 Analizar las recaídas.


 Aprender a utilizar conductas alternativas.

 Evitar los estímulos relacionados con el consumo.

 Mejorar la autoestima.

 Aprender a reconocer las necesidades de los demás.

 Asumir responsabilidades.

 Aceptar la presencia de normas.

 Identificar y resolver problemas.

 Desarrollar un pensamiento critico.

En grupos de drogodependientes es fundamental el establecimiento de normas a


priori que deben de ser aceptadas por todos los participantes. Las reglas más
comunes son la abstinencia de la droga, regularidad en la asistencia, respecto de
los horarios, no acudir si están intoxicados, confidencialidad y no distorsionar la
actividad del grupo. Su incumplimiento tendrá los castigos correspondientes.
Existen dos niveles de trabajo grupal. En el primero, el más conflictivo, se trabajan
principalmente las conductas encaminadas a alcanzar la abstinencia mientras que
en el segundo se centrará la atención sobre la reestructuración de la personalidad.
Solo se excluyen aquellos cuya condición psicológica es tal que podría dificultar la
dinámica de trabajo.
La técnica utilizada dependerá de los pacientes y la formación del terapeuta,
siendo las más empleadas la de autoconocimiento y el psicodrama. La de
relajación permite enfrentarse a problemas de ansiedad, insomnio, agitación sin la
necesidad de recurrir a tratamientos farmacológicos.
Los grupos de autoayuda permiten aumentar la autoconfianza y alientan hábitos
apropiados reforzados por la aprobación de los mismos componentes. Se utilizan
como modelos ex adictos que representan un ejemplo de éxito del tratamiento.
En cualquier drogodependencia se aplican los principios descritos teniendo en
cuenta algunas características que se muestran en la tabla nº 3.

Droga
Consideraciones
consumida

Dependencia importante. Se asocian intervenciones


Anfetaminas:
familiares, individuales y de grupo.
El mejor tratamiento para alguien que haya experimentado
Alucinógenos: vivencias desagradables por la intoxicación de alucinógenos
es proporcionarle protección y seguridad.

La mayor dificultad es la intensidad del craving. Se puede


limitar su consumo si se asocia el mismo a estímulos
negativos. Se utilizan programas operantes a nivel individual
y grupal. Las intervenciones individuales se centran en la
dinámica previa al consumo, los efectos positivos de la droga
y la demostración de la existencia de alternativas para
Cocaína:
alcanzar los mismos objetivos. En las reuniones de grupo
(Narcóticos Anónimos) se comparten experiencias personales
y se aplican técnicas de resolución de problemas. La
alternativa más eficaz para deshabituar estos pacientes es
un tratamiento psicoterapéutico intensivo con dos sesiones
semanales en ambulatorio.

El modelo cognitivo conductual en el paciente


drogodependiente
Este modelo considera la drogodependencia un patrón de conducta aprendido y
mantenido por reforzadores positivos sociales (aprobación de los compañeros),
fisiológicos (reducción de la ansiedad), y psicológicos. Los factores responsables
del consumo de drogas son variables y no específicos del uso de las mismas. El
tratamiento debe dirigirse a los factores de mantenimiento dado que los
precipitantes pueden tener poca relevancia una vez establecida la adicción.
Un esquema de procedimiento terapéutico para el paciente drogodependiente
podría ser el siguiente:
 Análisis de las condiciones favorecedoras del consumo y de las deficiencias

conductuales.

 Elección de los refuerzos para las nuevas conductas.

 Extinción de las conductas relacionadas al consumo.

 Supresión de la función desencadenante de ciertos estímulos como puede

ser la ansiedad gracias al empleo de la desensibilización sistemática.

 Creación de conductas alternativas.

 Creación de autocontrol (indispensable para el tratamiento de estos

pacientes).

 Introducción del ambiente social en el tratamiento.

Hay tres objetivos principales en este procedimiento terapéutico:

 La reducción de las propiedades reforzantes de las drogas a través de

técnicas aversivas (técnica de aversión química, de aversión verbal)

que conlleva la asociación de un estímulo nocivo a la conducta que lleva al

abuso.

 El aprendizaje de conductas incompatibles con el abuso gracias

a entrenamiento asertivo, contractos conductuales (se refuerzan

buenas aptitudes interpersonales del paciente con la ayuda de personas de

su entorno), observación de modelos. Con esto pretendemos enseñar

como pautas de actuación más adaptadas ofrecen más satisfacción de la

vida.

 La modificación del entorno ofreciéndole el mayor refuerzo cuando no

está intoxicado.

En pacientes hospitalizados se puede utilizar el sistema de fichas con el cual se


ganan puntos por conductas adecuadas y lo pierden con las que son
contraproducentes por el tratamiento.

Terapia familiar
Si se considera la drogodependencia como síntoma dentro del grupo familiar hay
que intervenir sobre la familia para crear las condiciones necesarias para que el
cambio no sea vivido como peligro. Interviniendo a este nivel podremos conocer el
funcionamiento del grupo, abordar otros problemas como la angustia, el dolor, el
desconcierto que pueden dificultar la mejoría.

 Si la drogodependencia afecta al grupo familiar hay que intervenir sobre la familia
para crear las condiciones necesarias para que el cambio no sea vivido como
peligro.

El abordaje se basa en señalizaciones sobre los problemas, encontrados por la


observación directa, visto que la descripción verbal por parte de los miembros no
es suficiente. Habrá que utilizar el espacio de la familia observando donde se
ubican sus miembros (en búsqueda de alianzas y aislamientos), que reglas existen
entre ellos, si hay limites entre el sistema conyugal y filial y cuales son sus
características. Los indicios no verbales pueden confirmar o no lo que un miembro
dice. Las preguntas serán pragmáticas y vueltas a descubrir lo que hacen con
respecto a las conductas de los demás.

Tratamiento farmacológico y psicológico de las


adicciones
En el ámbito de las adicciones, los dos tipos principales de tratamientos, la
farmacoterapia y las terapias psicológicas, se han desarrollado de forma paralela
pero con trayectorias independientes. De forma consecuente, a pesar del
desarrollo de farmacoterapias de potencia considerable, como la introducción de la
buprenorfina y la naltrexona para la adicción a opiáceos y al alcohol (Rósner et al.,
2010), los estudios sobre su uso y eficacia no han contemplado, en general, el
papel que el contexto del tratamiento (factores psicológicos como el
condicionamiento clásico a contextos o situaciones) tiene en los resultados
terapéuticos. Así mismo, se ha demostrado la efectividad de varias terapias
psicológicas en las adicciones, pero frecuentemente han sido evaluadas sin incluir
el factor farmacológico en los respectivos estudios, incluso en casos en los que
existirían farmacoterapias de comprobada eficacia.

 En el ámbito de las adicciones, los dos tipos principales de tratamientos son la
farmacoterapia y las terapias psicológicas.

Según Secades-Villa y Fernández-Hermida, existen actualmente suficientes


investigaciones que avalan la eficacia de las intervenciones psicológicas en el
tratamiento de las drogodependencias, aunque muestran mejores resultados
dentro de programas multicomponentes que incluyen intervenciones
farmacológicas.
Debido a los múltiples factores que están relacionados con el desarrollo y
mantenimiento de la conducta adictiva, es importante utilizar estrategias
multicomponentes que incluyan tanto terapias farmacológicas como
intervenciones psicológicas.
A partir de los resultados de los estudios revisados, cabe concluir que las
farmacoterapias para la deshabituación muestran resultados terapéuticos
limitados, debido probablemente a su acción focalizada en determinados aspectos
del Trastorno por dependencia de sustancias, en detrimento de los procesos
psicológicos que intervienen y que pueden influir de manera decisiva en la
conducta adictiva.
Así mismo, la misma evidencia indica que los resultados terapéuticos pueden ser
ampliados, incrementados y extendidos (en relación, en especial, a la prevención
de recaídas) si se combinan las formas más efectivas de terapia psicológica y de
farmacoterapia, lo que da apoyo a la elección de una aproximación terapéutica
multidimensional por medio de la cual reducir las limitaciones que actualmente
presentan los tratamientos únicamente farmacológicos o psicológicos.
Respecto al tratamiento de elección para la dependencia del alcohol, como terapia
psicológica aplicada de forma aislada destaca la eficacia de la Intervención
Motivacional Breve, así como también el acamprosato y la naltrexona
administrados de forma aislada (Rósner et al., 2010).
Revisiones actuales concluyen, no obstante, que la terapia más efectiva para
aumentar el tiempo de abstinencia y mejorar la adherencia al tratamiento, es la
compuesta por la administración combinada de fármacos (naltrexona) y de la
terapia cognitivo-conductual.
Respecto al tratamiento de elección para la dependencia a la nicotina, es
recomendable el tratamiento combinado de terapia cognitivo-conductual y
tratamiento de sustitución farmacológica (parche de nicotina), para obtener
mayores porcentajes de abstinencia.
Respecto al tratamiento de elección para la dependencia a estimulantes, y puesto
que aún no se ha demostrado definitivamente la eficacia de ningún fármaco, cabe
señalar que el tratamiento combinado de terapia cognitivo-conductual junto con la
administración de disulfiram ha sido el más eficaz.
Respecto al tratamiento de elección para la dependencia a opiáceos (heroína),
parece recomendable la aplicación del programa de sustitución y mantenimiento
con metadona o el tratamiento con naltrexona junto con la administración de la
terapia de conducta familiar y de pareja, para así mejorar la retención en el
tratamiento y obtener mayor disminución en el consumo por parte los pacientes.
ALCOHOL
 Introducción
El alcohol es una sustancia que actúa sobre el Sistema Nervioso Central (SNC) de
forma tóxica y como depresor, independientemente de la situación clínica de
enfermedad mental o ausencia de ella en la que se encuentre el sujeto.

 El alcohol es una sustancia que actúa sobre el Sistema Nervioso Central (SNC) de
forma tóxica y como depresor.

Existen en la actualidad diferentes tipos de alcohol.


Las bebidas consumidas habitualmente por nosotros contienen alcohol etílico o
etanol, término este empleado en nuestro medio prácticamente como sinónimo de
alcohol.

El alcoholismo en sí no connota un trastorno mental específico pero se asocia con


otros trastornos pudiendo hacer una clasificación en tres grupos:

1. Relacionado con los efectos del consumo sobre el comportamiento: abuso y

dependencia de alcohol.

2. Trastornos relacionados con los efectos directos del alcohol sobre el

cerebro: Intoxicación, abstinencia alcohólica, delírium por abstinencia y

alucinosis.

3. Trastornos con efectos persistentes: trastornos amnésicos persistente

inducido por alcohol, demencia, encefalopatía de Wernicke y Síndrome de

Korsakoff.

Definición
Cuando se habla de alcoholismo se está utilizando un sinónimo de adicción al
alcohol. Esta puede ser en forma de dependencia o de abuso. Dependencia
alcohólica: consumo excesivo, nocivo para la salud física y mental. Habría tres
formas diferentes:

1. Consumo contiguo de gran cantidad de alcohol.


2. Consumo excesivo solo durante los fines de semana.

3. Borracheras de días o semanas de duración intercaladas con periodos de

sobriedad.

Abuso de alcohol: Sería el consumo continuado que interfiere con todas las


esferas de funcionamiento de un individuo y suele evolucionar hacia la
dependencia. En este caso nos encontraríamos con un sujeto con un consumo no
lo suficientemente serio como para justificar el diagnóstico de dependencia.

Fisiopatología
Entendiendo el alcohol como una sustancia de abuso se reconoce la capacidad de
la misma para producir alteraciones en la función cerebral de individuo que se
traduce en cambios de humor. Se implican en este proceso la interacción del
alcohol con procesos neuroquímicos que modifican a su vez la acción de distintos
neurotransmisores tales como monoaminas, ácido gamma-aminobutírico, opioides
endógenos, etc. Se añaden además mecanismos relacionados con la recompensa y
refuerzo que provocan las sustancias de abuso sobre sistemas como el
dopaminérgico mesolimbocortical, aumentando la actividad de dicho
neurotransmisor; y sobre el funcionalismo mediado por los péptidos opioides
endógenos, bien por estímulo de receptores, por modificación de las propiedades
de los receptores o por modificación del contenido y la liberación de dichos
péptidos.
Una vez el alcohol es ingerido se absorbe rápidamente en estómago, duodeno
y yeyuno. La velocidad de dicha absorción no es constante, sino que depende
del tipo de bebida consumida y de la rapidez con la que sea ingerida.
Es a través del sistema portal como llega al hígado, sufriendo un proceso de
oxidación del 90%. El resto se elimina a través de la orina o el aire espirado. Como
mecanismos de defensa del organismo frente a la ingestión de alcohol están el
espasmo pilórico y el vómito. La metabolización hepática es por acción de la
alcohol-deshidrogenasa (ADH), por el sistema de oxidación microsómico (MEOS) y
la catalasa.

Diagnóstico, signos y síntomas


El diagnóstico es fundamentalmente clínico y no hay que olvidar que junto a la
posible dependencia o abuso de alcohol también existen otros fenómenos
orientadores tales como la existencia de abstinencia, tolerancia o de deterioro
tanto físico como psicopatológico. En muchas ocasiones son estos hechos los que
se les presentan al médico en la consulta y lo ponen en la pista de un posible caso
de alcoholismo de meses o incluso años de evolución.
En la dependencia alcohólica el paciente tiene cierto deterioro por lo menos en una
de las siguientes áreas: trabajo o escuela, salud, funcionamiento social, relaciones
familiares o problemas legales.
A. Un modelo problemático de consumo de alcohol que provoca un

deterioro o malestar clínicamente significativo y que se manifiesta al menos

por dos de los hechos siguientes en un plazo de 12 meses:

1. Se consume alcohol con frecuencia en cantidades superiores o

durante un tiempo más prolongado del previsto.

2. Existe un deseo persistente o esfuerzos fracasados de abandonar o

controlar el consumo de alcohol.

3. Se invierte mucho tiempo en las actividades necesarias para

conseguir alcohol, consumirlo o recuperarse de sus efectos.

4. Ansias o un poderoso deseo o necesidad de consumir alcohol.

5. Consumo recurrente de alcohol que lleva al incumplimiento de los

deberes fundamentales en el trabajo, la escuela o el hogar.

6. Consumo continuado de alcohol a pesar de sufrir problemas sociales

o interpersonales persistentes o recurrentes, provocados o

exacerbados por los efectos del alcohol.

7. El consumo de alcohol provoca el abandono o la reducción de

importantes actividades sociales, profesionales o de ocio.

8. Consumo recurrente de alcohol en situaciones en las que provoca un

riesgo físico.

9. Se continúa con el consumo de alcohol a pesar de saber que se sufre

un problema físico o psicológico persistente o recurrente

probablemente causado o exacerbado por el alcohol.

10.Tolerancia, definida por alguno de los siguientes hechos:

a. Una necesidad de consumir cantidades cada vez mayores de

alcohol para conseguir la intoxicación o el efecto deseado.

b. Un efecto notablemente reducido tras el consumo continuado

de la misma cantidad de alcohol.

11.Abstinencia, manifestada por alguno de los siguientes hechos:


a. Presencia del síndrome de abstinencia característico del

alcohol (véanse los Criterios A y B de la abstinencia de

alcohol).

b. Se consume alcohol (o alguna sustancia muy similar, como

una benzodiacepina) para aliviar o evitar los síntomas de

abstinencia.

 Tabla 4. Criterios para el diagnóstico trastorno por consumo de alcohol.


Un patrón desadaptativo de consumo de alcohol que conlleva un deterioro o
malestar clínicamente significativos, expresado por tres o más, de los ítems
siguientes en algún momento de un periodo continuado de 12 meses:
Especificar si:

 Con dependencia fisiológica: signos de tolerancia o abstinencia.

 Sin dependencia fisiológica: no hay signos de tolerancia o abstinencia.

La aparición de tolerancia consiste en la necesidad por parte del paciente de


aumentar la ingesta alcohólica para lograr el mismo grado de embriaguez, y suele
indicar dependencia. Existen amplias variaciones en la tolerancia individual al
alcohol, siendo esta leve en la mayoría de las ocasiones. A veces la dependencia se
manifiesta únicamente cuando el sujeto con tolerancia tiene que cesar el consumo
y aparecen síntomas de abstinencia: hiperactividad motora, temblor distal de
manos, insomnio, etc.

  La tolerancia consiste en la necesidad por parte del paciente de aumentar la


ingesta alcohólica para lograr el mismo grado de embriaguez.

Especificar si:

 Con alteraciones perceptivas.

En el abuso de alcohol la intensidad del consumo no es lo suficientemente alta


como para poder diagnosticar dependencia.

A. Un patrón desadaptativo de consumo de alcohol que conlleva un

deterioro o malestar clínicamente significativo, expresado por uno, o más,

de los ítems siguientes durante un periodo de 12 meses:


1. Consumo recurrente de alcohol, que da lugar al incumplimiento de

obligaciones en el trabajo, en la escuela o en el domicilio (p.ej.,

ausencias repetidas o rendimiento relacionados con el consumo de

alcohol; ausencias, suspensiones o expulsiones de la escuela

relacionadas con el alcohol, descuido de los niños o de las

obligaciones de la casa).

2. Consumo recurrente de alcohol en situaciones en las que hacerlo es

físicamente peligroso (p.ej., conducir un automóvil o accionar una

máquina bajo los efectos del alcohol).

3. Problemas legales repetidos relacionados con el alcohol (p.ej.,

arrestos por comportamiento escandaloso debido al alcohol).

4. Consumo continuado de alcohol, a pesar de tener problemas socia les

continuos o recurrentes o problemas interpersonales causados o

exacerbados por los efectos del alcohol (p.ej., discusiones con la

esposa acerca de las consecuencias de la intoxicación o violencia

física).

B. Los síntomas no han cumplido nunca los criterios de dependencia de

alcohol.

 Tabla 5. Criterios para el diagnóstico de abuso de alcohol (DSM IV).


Por último es posible encontrar en consulta un caso de intoxicación aguda
alcohólica que puede acontecer en sujetos dependientes o con abuso, o bien en
personas que no sufren alcoholismo.

A. Ingestión reciente de alcohol.

B. Cambios psicológicos comportamentales, desadaptativos, clínicamente

significativos (sexualidad inapropiada, comportamiento agresivo, labilidad

emocional, deterioro de la capacidad de juicio y deterioro de la capacidad

laboral o social), que se presentan durante la intoxicación o pocos minutos

después de la ingesta de alcohol.


C. Uno o más de los siguientes síntomas que aparecen durante o poco tiempo

después del consumo de alcohol.

o Lenguaje farfullante.

o Incoordinación.

o Marcha inestable.

o Nistagmo.

o Deterioro de la atención o de la memoria.

o Estupor o coma.

D. Los síntomas no se deben a enfermedad médica ni se explican mejor por la

presencia de otro trastorno mental.

 Tabla 6. Criterios para el diagnóstico de intoxicación por alcohol (DSM IV).


No hay que olvidar que una correcta evaluación del caso requiere cierto grado de
sospecha por parte del evaluador. En general tienden a minimizar el consumo y
hay que formular las preguntas de modo que induzcan respuestas positivas. “¿Qué
cantidad de alcohol bebe?”, en vez de “¿Bebe alcohol?” Se puede investigar
interrogando sobre la frecuencia de consumo matutino, la frecuencia de amnesia
durante la intoxicación y la frecuencia con que amigos o familiares instan al
paciente a reducir la bebida. Averiguar también la posibilidad de consumo
concomitante de otras sustancias tóxicas.

Tratamiento
Objetivo principal es la abstinencia junto a la eliminación de barreras emocionales
entre paciente y terapeuta. La relación será, a veces, puesta a prueba por la
ambivalencia que muestran estos pacientes.
Fundamental para el éxito del tratamiento del paciente alcohólico es el
establecimiento de un vinculo terapéutico basado en una relación de confianza.
Para que esto ocurra deben darse las siguientes condiciones:

1. Consideración positiva de la persona: Se acepta a la persona en su totalidad

como sistema dinámico de actitudes y necesidades. Las dificultades se

superan más fácilmente en un ambiente confortable.

2. Empatía: Es la capacidad de ponerse en el lugar del otro.


3. Autenticidad: Representa la necesidad de que el terapeuta sea congruente

con él mismo.

Durante el proceso terapéutico el paciente se enfrentará a diferentes etapas de


cambio que hay que tener en cuenta si se quiere utilizar distintas tácticas según el
momento en que se encuentra. En la tabla 7 aparecen las fases y la tarea que
corresponde al terapeuta en ese momento.
Otro aspecto importante del comienzo del tratamiento es la entrevista necesaria
para aumentar la motivación del paciente: para esto algunos autores utilizan la
técnica de la entrevista motivacional que recurre a estrategias especificas para
alcanzar los objetivos. El terapeuta nunca asume un papel autoritario ni coercitivo,
no se enfrenta al paciente sino discute con él y lo hace participe de las decisiones.
Se devuelve siempre al paciente que puede cambiar y en él está la responsabilidad
del cambio.
En este proceso debe aceptarse que los factores sociodemográficos juegan un
papel importante; es a largo plazo y hay que tener en cuenta las patologías
asociadas y la personalidad del paciente.

Etapa Tarea del terapeuta

Precontemplación (el paciente no


cree tener un problema y accede a Dar información para que pueda ampliar su
tratamiento solo por presión visión.
familiar).

Contemplación (aparece conciencia


Favorecer la predisposición hacia el cambio.
de enfermedad).

Decisión y preparación al cambio. Estrategias de modificación de conducta.

Aumentar la implementación de las


Acción.
estrategias de cambio.
Estrategias que mantengan el cambio y para
Mantenimiento.
prevenir recaída.
Apoyo para la elaboración (que se
Recaída (se ponen en duda los
transforme en elemento productivo del
beneficios adquiridos).
proceso).

Tabla 7. Etapas en el tratamiento del alcoholismo.


Se contemplan tres fases de especial relevancia: La aceptación, la
deshabituación y la consolidación de la abstinencia. En la primera hay que
establecer un clima de confianza para poder discutir los problemas del paciente y
poder valorar el entorno sociofamiliar del mismo. Siempre especificar las normas,
los horarios y la frecuencia de las consultas que vamos a seguir. Considerar
también como hace el paciente la demanda (si hay conciencia de enfermedad, si
es debida a presión de su entorno, si viene el familiar a hacerla) por si es
necesario reconducirla.

 En el tratamiento del alcoholismo se contemplan tres fases de especial


relevancia: La aceptación, la deshabituación y la consolidación de la abstinencia.
En la fase de deshabituación se promueve el cambio de las pautas de conducta
responsables de la dependencia utilizando diversas técnicas, según las
características del paciente, visto que ningún tratamiento por sí solo se ha
demostrado más eficaz que otro. La abstinencia total de alcohol tiene que ser el
núcleo de las intervenciones que pueden ser de naturaleza individual, grupal,
familiar, a orientación psicodinamica, conductista o psicoeducativa.
En la última fase, de consolidación, hay que mantener la abstinencia y los cambios
adquiridos: Se presenta la necesidad de enfrentarse a proyectos de vida nuevos y
la pareja puede entrar en crisis por lo que se podría empezar en este periodo una
terapia especifica para la misma.

La ansiedad que presentan se abordará con técnicas


de relajación, aprendizaje en autocontrol y entrenamiento asertivo.
La psicoterapia que se concentra en las razones que han llevado el paciente a
beber es más efectiva de la que abordan otras cuestiones. Habrá que estudiar en
qué situaciones bebe, cuáles son sus motivaciones y que se espera de esa
conducta para poder ofrecerle hábitos alternativos. Es útil la incorporación en
alguna sesión de un familiar o un amigo.
Con frecuencia se incluye al paciente en terapia grupal (actualmente se pone el
énfasis en la calidad de vida) y los abordajes más comunes son el cognitivo-
conductual y de soporte. Se recomienda el entrenamiento del paciente en
relajación, asertividad, habilidades sociales, resolución de problemas y toma de
decisiones y en la identificación de estímulos que favorecen la recaída. Efectos
secundarios de la terapia de grupo son la aparición de dependencia y las recaídas
generadas por el mismo. Para la reducción de la conducta del beber se utilizan
programas operantes en los cuales los refuerzos positivos pueden ser dinero,
acceso a viviendas mejores y mejoría en las relaciones sociales.
Unos de los grupos más utilizados es el de discusión cuyos objetivos son:
Disminución de los sentimientos de vergüenza y de aislamiento, identificarse con
otros que tienen la misma enfermedad, recibir información sobre la misma,
conocer las propias actitudes con respecto al alcohol, reducir el abandono.
La Asociación de Alcohólicos Anónimos, fundada en 1935, ofrece terapia grupal y
de apoyo a las familias siendo muy efectiva para el éxito del tratamiento. Otra
asociación, la de Al-Anon, se articula a través de sesiones grupales de cónyuges
donde se trabaja la autoestima, los sentimientos de culpa y se le ayuda a tener
una vida más satisfactoria.
Con independencia del tipo de abordaje hay que considerar la posibilidad de una
recaída que será considerada como un evento común del proceso: el paciente la
vivirá con culpa y vergüenza y podrá negar los beneficios hasta entonces
conseguidos. Para prevenirla hay que modificar el entorno que favorece la
conducta del beber (por ej. acudir diariamente a los bares, tener bebidas en casa),
identificar los factores de riesgo como impulsividad, ser impaciente,
autocompasivo, no sumir la responsabilidad del cambio y estrategias de
enfrentamiento para determinadas situaciones.

Modelo cognitivo-conductual en el paciente alcohólico


En general el tratamiento del paciente alcohólico desde el punto de vista cognitivo
conductual debe considerar el análisis detallado de las condiciones del beber y los
reforzadores, de la motivación (una técnica aversiva utilizada para que el sujeto se
motive es la grabación del mismo cuando esta en intoxicación etílica), de la
cantidad bebida (a través de registros). Se utilizan unas series de técnicas cada
una por un objetivo específico:

 Condicionamiento aversivo farmacológico o de imaginación para reducir la

conducta del beber.

 Entrenamiento en relajación y desensibilización sistemática para la

ansiedad.

 Entrenamiento en asertividad, en soluciones de problemas y en

comunicación para mejorar las relaciones interpersonales.

 Administración de contingencias para implicar el entorno en el tratamiento

(el ambiente sirve de refuerzo positivo).

 Procedimientos de autocontrol para mediar el comportamiento.

 En el tratamiento del alcoholismo se deben desarrollar técnicas de procedimientos


de autocontrol para mediar el comportamiento.
 Reinserción social en las drogodependencias
Se trata de dar los apoyos necesarios para que el individuo vuelva a desempeñar
un papel satisfactorio en la sociedad siendo aceptado totalmente por esta. Para tal
fin es necesario concienciar el entorno respecto al tema ya que la reinserción
depende de la imagen que la comunidad se haga del drogodependiente.

  La reinserción social trata de dar los apoyos necesarios para que el individuo
vuelva a desempeñar un papel satisfactorio en la sociedad siendo aceptado
totalmente por esta.

Los principios a seguir en este proceso son evitar la segregación, dirigir el


programa a un grupo más amplio del que padece el problema, circunscribir la
actuación a un territorio concreto y motivar la participación de la comunidad
(muchas veces la comunidad a la que nos dirigimos es ya de por sí conflictiva). Los
pacientes de larga evolución se encuentran frente a un problema de aislamiento
por las mismas consecuencias sociales que el consumo ha provocado, mientras
que en jóvenes tendremos que afrontar la inexistencia de una identificación
correcta ante del consumo y la no aceptación por parte del grupo. En estos últimos
hay que trabajar la identidad y la existencia de grupos alternativos.
Medidas para la reinserción del drogodependiente son:

 Incorporación del tema de la drogodependencia en la red de los servicios

sociales.

 Familias sustitutas.

 Residencias juveniles.

 Programas de sensibilización social.

 Comunidades terapéuticas.

 Talleres ocupacionales.

 Cooperativas.

El desarrollo de programas menos adecuados a las necesidades de los usuarios,


permite suponer que la reincorporación a la familia y la comunidad, una vez
finalizado el tratamiento hospitalario, también podría representar para una mayor
complejidad.
Acerca de este proceso, diversas investigaciones muestran la dificultad que
supone, para los usuarios de ambos sexos, la reconstitución del vínculo que media
entre la comunidad y el individuo consumidor, relación que se encuentra
fracturada y que se traduce en una situación de exclusión (Rodríguez y Nute,
2013).
Otros estudios (Arranz-López, 2010; Buchanan y Young, 2000; Calvo, 2007)
abordan este problema desde la perspectiva de las redes sociales, destacando
cómo estas, a la vez que pueden constituir un factor de cambio decisivo en el
proceso de reinserción, como es el caso de las redes familiares, también pueden
representar una de las mayores dificultades para restablecer el vínculo con las
instituciones formales, como es el caso de las redes de usuarios, debido a que una
consecuencia casi natural de la exclusión del usuario de drogas es la necesidad de
construir redes donde el consumo de sustancias constituya una conducta
naturalizada.

Pisos de reinserción
La oferta de una red de pisos de apoyo a la reinserción, suponen un recurso
específico y concreto dentro del abanico de posibilidades que debe ofrecer un
programa terapéutico en lo que respecta a la reinserción del drogodependiente.
Es un espacio abierto en el que se facilita la adquisición de pautas sociales y se
potencian de una forma progresiva la autonomía y la autorresponsabilidad del
usuario.

Se presentan como recursos de alojamiento para aquellos exdrogodependientes


que han concluido su proceso de rehabilitación, y no disponen de un lugar de
convivencia adecuado, ni de medios suficientes para conseguir su plena
autonomía.
Los pisos de apoyo a la reinserción, atienden en una fase final del proceso de
tratamiento, colaborando en el proceso de incorporación social y de normalización.

  Los pisos de reinserción son un espacio abierto en el que se facilita la adquisición


de pautas sociales y se potencia la autonomía y la autorresponsabilidad del
usuario.

El piso analizará durante un tiempo máximo de un año, a usuarios que han


finalizado programas de deshabituación (tanto en Centros de Tratamiento
Ambulatorio como en Comunidad Terapéutica), consiguiendo unos niveles
aceptables de madurez y control.

Asociación con trastornos depresivos


Hay dos estudios, del grupo Philadelphia y New Haven, que analizan la eficacia del
abordaje psicoterapéutico (cognitivo-conductual, psicodinámico e interpersonal
breve) en pacientes con patología dual. Solo el estudio Philadelphia obtuvo
resultados positivos a favor de la terapia psicodínamica y cognitivo-conductual.
El factor principal que puede dificultar el abordaje psicoterapéutico en estos
pacientes es un trastorno de personalidad (hallado con una frecuencia del 29,5-
65% en varios estudios) sobre todo si tiene rasgos psicopáticos.
La eficacia del tratamiento depende de las similitudes demográficas entre paciente
y terapeuta, comprensión mutua, disponibilidad del paciente al tratamiento,
actitud positiva hacia el paciente.

  La eficacia del tratamiento depende de las similitudes demográficas entre


paciente y terapeuta, comprensión mutua, disponibilidad del paciente al
tratamiento, actitud positiva hacia el paciente.

El Plan Regional sobre Drogas de la Conserjería de integración social, ha elaborado


un protocolo de intervención del trastorno depresivo en pacientes
drogodependientes a impronta cognitivo-conductual. El objetivo principal es
capacitar al paciente para dar respuestas adecuadas de enfrentamiento a la
depresión favoreciendo al mismo tiempo un estilo libre de drogas.
Otros objetivos a alcanzar son:

 Proporcionar un sistema de pensamientos que facilite la generación de

emociones adecuadas y la consecución de objetivos.

 Que discrimine entre pensamientos irracionales y racionales.

 Que identifique sus creencias irracionales.

 Que desarrolle planes de actuación efectivos frente a la aparición de

problemas.

 Disminuir la aparición de emociones negativas.

 Identificar recursos del entorno.

 Comprender la importancia de las actividades sociales.

 Aprender a planificar el tiempo.

Estos objetivos se dividen en dos módulos, el cognitivo y el conductual entre los


cuales se dividirán los pacientes. Se utiliza la terapia grupal (4-8 personas)
aplicando técnicas de reestructuración cognitiva, resolución de problemas,
entrenamiento en autoinstrucciones y autocontrol emocional. El terapeuta tiene un
estilo activo-directivo y proporciona feed-back continuo sobre los objetivos
personales de cada paciente.

Asociación con ansiedad


Numerosos estudios demuestran que existe asociación entre adicción a sustancias
y ansiedad. Para decidir el tipo de tratamiento es necesario evaluar la relación
existente entre los dos trastornos donde la ansiedad:
 Numerosos estudios demuestran que existe asociación entre adicción a sustancias
y ansiedad.

1. Representa un factor de riesgo para el abuso (reforzador negativo).

2. Mantiene el consumo por la desaparición del síndrome de abstinencia.

3. Es consecuencia del consumo por vía directa (efecto de la misma droga) o

indirectamente por el deterioro sociolaboral, familiar y personal que

comporta el mismo.

En la evaluación anterior al tratamiento reunimos información sobre los consumos


(en que cantidad y con que frecuencia), la biografía, el entorno (en busca de algún
factor de riesgo), las habilidades del sujeto, las situaciones que él vive como
amenazantes y pueden desencadenar ansiedad. Con todo esto se planificará la
intervención más adecuada que se divide en dos partes. En la primera, ante y
durante la desintoxicación, se trabajaran los miedos, las expectativas de éxito, las
anticipaciones negativas con relación al procedimiento terapéutico. Se hará una
lista de situaciones ansiogenas para entrenarse en técnicas de enfrentamiento y
resolución de problemas. La familia adoptará un papel protector.
En la etapa de rehabilitación si la ansiedad es anterior al consumo se trabajará con
técnicas de desensibilización sistemática (fobia especifica), exposición con
prevención de respuesta (obsesiones-compulsiones), entrenamiento en habilidades
sociales (fobia social). En el caso que sea estímulo consecuente indirecto, el
paciente, al hacerse consciente de su fracaso en diferentes campos, puede
desarrollar un cuadro ansioso-depresivo que se beneficiará de una intervención
conductual cuyo objetivo es alcanzar pequeñas metas hasta lograr reconstruir el
entorno deteriorado y que así el individuo se percate de que las consecuencias
positivas secundarias a sus conductas están bajo su control.
Si la ansiedad es una variable disposicional (del entorno, por mala dinámica
familiar, o del mismo sujeto por su poca capacidad de enfrentamiento a
situaciones estresantes) tendremos que utilizar técnicas dirigidas a mejorar el
ambiente, las capacidades de enfrentamiento del paciente y reducir la
vulnerabilidad a la ansiedad.
Como puede observarse en las consultas médicas las intervenciones cambian
según la relación que tienen ansiedad y abuso: De aquí la importancia de una
buena análisis funcional.

Asociación con trastornos psicóticos

  Las sustancias más consumidas por los pacientes psicóticos crónicos son el
alcohol y cannabis.
El 10-70% de pacientes psicoticos crónicos consume drogas con más frecuencia
hombres y jóvenes. Las sustancias más consumidas son alcohol y cannabis. La
recuperación de estos pacientes requiere una intervención sobre la motivación, la
familia y las habilidades sociales. De las diferentes propuestas de tratamiento se
muestran los puntos principales:

 Integración de los componentes del tratamiento para el abuso de sustancia

y el trastorno psicótico.

 Evaluación detallada del consumo.

 Estudio de la motivación.

 Utilización de grupos para la terapia: Son de carácter psicoeducativo sea

para los pacientes que reciben información sobre los efectos del consumo y

los factores implicados, sea para las familias. Se sigue un modelo

conductual. Las técnicas más empleadas son de comunicación, expresión de

sentimientos, resolución de problemas e intervención en crisis.

 Entorno libre de drogas: Se beneficia de dispositivos apropiados donde

acuden los pacientes. Es imprescindible en estos sitios el control de tóxicos

en orina para los pacientes de alto riesgo.

 Dividir el tratamiento por etapas: Las sugeridas por Rubio son

precontemplación, contemplación, acción y mantenimiento de la

abstinencia.

 Mantener los cuidados a través del tiempo y en diferentes ambientes. Se

puede recurrir a residencias de corta estancia donde se proporciona apoyo a

las familias, y se practican entrenamiento en habilidades e intervención en

crisis.

 Grupo de autoayuda según modelo biopsicosocial.

 Residencias para los sin techos. Es uno de los recursos que más motiva los

pacientes a tratarse junto a la reinserción laboral.

 Establecimiento de la relación abuso-psicosis.

 El terapeuta tiene un papel de aliado. Ambas partes tendrán que decidir

sobre los objetivos del tratamiento.


El terapeuta que esta tratando pacientes que abusan de drogas y padecen de un
trastorno psicótico no podrá identificar todas las causas que predisponen al
consumo. Hay que tener en cuenta que el abordaje llevará tiempo, que no es útil
adoptar un estilo de confrontación y es mejor negociar con el paciente (sí es
posible hacer acuerdos escritos); Además hay que informar sobre la normativa
legal en cuanto al consumo, no permitir la permanencia en el centro de pacientes
intoxicados, no expulsar definitivamente, incluir a la familia, llevar un registro del
consumo, controlar el dinero, promover grupos de ocio alternativos, favorecer la
motivación (entrevista motivacional, oferta de servicios, estrategias coactivas,
psicoeducación).
En los grupos se trabajarán las habilidades sociales y se dará información sobre la
interacción entre medicación y drogas.

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