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CAUSAS
Los expertos consideran que el desarrollo de la depresión es causado por una
combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. A continuación, se describen
dichos factores en mayor detalle:
Factores genéticos: La depresión es una condición de salud mental que puede heredarse
de los padres. Las investigaciones han revelado que el 40% de las personas
diagnosticadas con depresión tienen antecedentes familiares de este trastorno.
Factores físicos: Cuando las personas sufren de depresión, las partes de su cerebro
responsables de regular el estado de ánimo, el pensamiento, el sueño, el apetito y el
comportamiento no funcionan adecuadamente. Además, las personas con depresión
tienen un desequilibrio en ciertos neurotransmisores.
Ser mujer
Soledad
Carencia de un apoyo social
Experiencias de vida estresantes
Antecedentes familiares de depresión u otros padecimientos de salud mental
Antecedentes personales de otros padecimientos de salud mental
Abuso de alcohol u otras drogas
Problemas en el matrimonio o las relaciones
Dificultades financieras
Cambios importantes en la vida
Problemas de salud o dolor crónico
Exposición a trauma
Ser víctima de abuso y/o abandono
Ser víctima de un crimen
Aunque no todas las personas con depresión padecen los mismos síntomas, son habituales los
siguientes signos:
Irritabilidad o inquietud.
Para afrontar una depresión es necesario cuidar la mente, pero también el cuerpo. Algunas de las
siguientes recomendaciones pueden ser útiles a la hora de superar esta enfermedad:
1. Habla y desahógate.
Elige a un amigo/a o familiar de confianza como confidente, y cuéntale cómo te sientes. Pero ten
en cuenta que ellos sufren por ti, por lo que es importante que busques a un profesional sanitario
o psicólogo para que intente ayudarte.
Aplaza las decisiones importantes, como puede ser un divorcio, un cambio de empleo o contraer
matrimonio, hasta que te sientas mejor. Y de nuevo, habla sobre ellas con otras personas que
conozcan y tengan una visión objetiva de la situación. Otra opción es escribir en un papel cómo te
sientes o qué te preocupa: expresarlo en palabras te ayudará reflexionar sobre ello y a ponerlo en
perspectiva.
3. Sé sincero.
Tanto contigo mismo como con el profesional que te ayude a afrontar tu depresión. No temas
contarle tus preocupaciones y miedos ni preguntarle todo lo que necesites. Exprésale de manera
franca todo lo que sientes, porque así podrá ayudarte mejor.
4. Piensa en positivo.
Mantén la esperanza, muchísimas personas han superado este problema. Plantéate metas
realistas y no seas impaciente: la depresión no desaparecerá de manera súbita, sino que, poco a
poco, los pensamientos positivos irán reemplazando a los negativos.
5. No te encierres en ti mismo.
No te aísles. Aunque no tengas muchas ganas, intenta seguir relacionándote con tus amigos o
familiares, pasa tiempo con ellos y mantén tus actividades de ocio habituales siempre que sea
posible. Seguir activo te ayudará a conservar una actitud positiva.
6. Muévete.
Haz deporte, da un paseo o practica otro tipo de actividades de ocio -como ir al cine o participar
en eventos sociales- con las que antes disfrutaras. Respirar aire puro y el movimiento te ayudarán
a sentirte mejor física y emocionalmente. También es muy aconsejable que alguna de estas
actividades sea en compañía.
Aunque no sientas apetito, no descuides lo que comes. Una dieta variada y equilibrada, rica en
frutas y verduras, te hará sentirte más fuerte. Así mismo, mantener unos horarios regulares de
sueño te ayudará a sentirte más reposado. Si no logras conciliar el sueño, acuéstate igualmente y
escucha la radio o ve la televisión, al menos tu cuerpo descansará. Frecuentemente, durante el
tratamiento de la depresión, el sueño y el apetito comenzarán a mejorar antes de que su estado
de ánimo deprimido desaparezca.
8. Intenta evitar el estrés.
En el día a día, clasifica las tareas en grandes y pequeñas y establece prioridades para cometer lo
que tienes que hacer sin agobiarte. Recuerda que no pasa nada si no llegas a todo.
No caigas en la tentación de recurrir al alcohol o a otras drogas para sentirte mejor, pues, una vez
se haya disipado el efecto de relajación o euforia que provocan estas sustancias, los sentimientos
de tristeza y desesperanza se volverán más intensos.
Acude a todas las citas que tengas con tu doctor, bien sea el psicólogo, el médico de cabecera o un
especialista. Sigue sus recomendaciones y, en caso de que te prescriba antidepresivos, es muy
importante que sigas las instrucciones, que tomes todas las dosis con exactitud y que no
interrumpas el tratamiento por tu cuenta.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son los que se recetan más
comúnmente
Los antidepresivos son medicamentos que se recetan para problemas del estado de ánimo, como
la depresión y la ansiedad, y también para el dolor y la dificultad para dormir. Tal vez tenga que
probar varios hasta que su profesional de la salud encuentre el mejor para usted.
¿Cómo funcionan?
Los antidepresivos ayudan a equilibrar las sustancias químicas del cerebro. Mejoran el humor, la
concentración y el sueño. A veces tardan varias semanas (generalmente de cuatro a seis) en hacer
efecto pleno.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son los antidepresivos más
recetados e incluyen:
Fluoxetine (fluoxetina)
Citalopram
Sertraline (sertralina)
Paroxetine (paroxetina)
Escitalopram
Los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN) son similares a los ISRS. Los
más comunes son venlafaxina y duloxetina.
El bupropión actúa de manera diferente que los ISRS o los IRSN. También trata el trastorno
afectivo estacional y ayuda a dejar de fumar.
Los antidepresivos más antiguos incluyen los tricíclicos, los tetracíclicos y los inhibidores de la
monoaminooxidasa (IMAO). Se recetan menos a menudo que otros medicamentos porque tienden
a causar más efectos secundarios. Sin embargo, a algunas personas les dan mejor resultado.
Náuseas y vómitos
Aumento de peso
Diarrea
Somnolencia
Problemas sexuales
Pasos siguientes
Si usted o alguien que conoce sufre de depresión, hable lo más pronto posible con su profesional
de la salud. Los antidepresivos, la terapia de conversación o una combinación de ambos pueden
ayudar.