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BENEMÉRITA

UNIVERSIDAD
AUTÓNOMA DE
PUEBLA
PREPARATORIA
REGIONAL ENRIQUE
CABRERA BARROSO

ALUMNO:

JOSE ALBERTO RAMOS


ROJAS

MATERIA:

LENGUAJE
TEMA:

MASCARAS MEXICANAS
2º “F” “M”

MASCARAS MEXICANAS

Nosotros como personas tenemos miles de caras, actuamos de diversa


manera para cada situación, somos totalmente diferentes. Con cada persona o
grupo social nos comportamos de diferente manera.

El primer capitulo hace referencia al libro de Octavio Paz de el laberinto de


la soledad, es el segundo capitulo en el aborda diversos temas, principalmente
nos hace referencia sobre como los hombres mexicanos siempre se preocupan
demasiado por su “hombría”, que en términos generales es cumplir o hacer
cumplir nuestra palabra o sea no rajarse.

El mexicano le interesa tener “hombría”, no se debe rajar, porque si esto


ocurre para ellos seria muy malo, seria demasiado terrible pues es como si
dejaran entrar a su intimidad a los demás, y como que los demás van a entrar en
ellos, eso no, nunca deben hacerlo porque que dirán los demás hombres de ellos,
que son unos rajones, hablarían mal de ellos.

Para ellos lo peor que pueden hacer es rajarse en alguna situación difícil o
en alguna otra, podrán humillarse agacharse pero eso si jamás rajarse porque es
como si fuera una traición, los demás le dirían que es un miedoso, un infiel por
hacerlo.

Al mismo tiempo también hace referencia sobre las mujeres, en ese capitulo
nos refiere a que las mujeres somos inferiores, nosotras hemos creado un
ambiente de dureza, hostilidad, los hombres creen eso que nosotras somos
inferiores a ellas, pero obviamente están muy equivocados porque no es así
somos mejores que ellos en muchos aspectos.

Nos habla sobre que en su arisca soledad, espinoso y cortés a un tiempo, todo le
sirve para defenderse: el silencio y la palabra, la cortesía y el desprecio, la ironía y
la resignación. Siempre es demasiado celoso de su intimidad como de la ajena,
nunca quiere que se enteren sobre que es lo que esta pasando dentro de ella, que
piensa, que es lo que en verdad siente.

El lenguaje popular refleja hasta qué punto nos defendemos del exterior: el
ideal de la "hombría" consiste en no "rajarse" nunca. Los que se "abren" son
cobardes. Para nosotros, contrariamente a lo que ocurre con otros pueblos,
abrirse es una debilidad o una traición.

El mexicano puede doblarse, humillarse, "agacharse", pero no "rajarse",


esto es, permitir que el mundo exterior penetre en su intimidad. El "rajado" es de
poco fiar, un traidor o un hombre de dudosa fidelidad, que cuenta los secretos y es
incapaz de afrontar los peligros como se debe.

Aun en la disputa prefiere la expresión velada a la ofensa: "al buen


entendedor pocas palabras". En suma, entre la realidad y su persona se establece
una muralla, no por invisible menos infranqueable, de impasibilidad y lejanía. El
mexicano siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos, también, de
sí mismo.

Generalmente los mexicanos siempre tratan de simular es inventar o, mejor,


aparentar y así eludir nuestra condición, de salir librado. Siempre para nosotros la
disimulación exige mayor sutileza: el que disimula no representa, sino que quiere
hacerse invisible, pasar desapercibido, sin renunciar a su ser, asa nadie sabrá que
existe. Pasará desapercibido, será digamos como alguien invisible que nadie se
da cuenta de su presencia, y al parecer es lo mejor para nosotros, ser invisibles en
ciertos momentos, ocasiones.
El mexicano excede en el disimulo de sus pasiones y de sí mismo, no
pretende demostrar que es lo que mas le agrada en la vida, podremos decir que
no pretende decir cual es su verdadero sueño, muchas veces creemos que es lo
mejor que nadie se entere de lo que en verdad sentimos, cual es nuestra
verdadera pasión.

Todos siempre somos muy temerosos de la mirada ajena, de lo que los


demás ven, como observan, e inclusive de lo que piensen los demás, del que
dirán, eso es otro gravísimo error que comentemos porque gracias a ello no
podemos realizar muchas cosas, por miedo a lo que la gente podrá decir de
nosotros, al igual se reduce, se vuelve sombra y fantasma, eco, como lo mencioné
párrafos antes, digamos que se esconde quiere que nadie note su presencia.

No camina, se desliza; no propone, insinúa; no replica, rezonga; no se


queja, sonríe; hasta cuando canta —si no estalla y se abre el pecho— lo hace
entre dientes y a media voz, disimulando su cantar.

Varias son las facetas del mexicano, ser singular que sin embargo, “siempre
está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos también de sí mismo.” Capaz
incluso de hacer uso del silencio, además de la palabra, como un instrumento de
defensa.

Y a propósito de la palabra, el poeta reflexiona sobre el poder real que la


palabra misma ejerce sobre el mexicano. Conceptos como “rajarse”, revelan el
grado de machismo que todos llevamos dentro. ¡Puto el que se raje! Otro ejemplo,
que sólo en México existe, es el albur. Lenguaje secreto, ingenioso, de fuertes
connotaciones sexuales que agrede, reta, y finalmente, termina por demostrar
nuestro carácter cerrado frente al mundo.

El mexicano usa máscaras para proteger su intimidad, no le interesa la


ajena y por lo tanto, el círculo de la soledad se vuelve a cerrar. La manera
instintiva en la que consideramos peligroso a todo lo que representa lo exterior,
tiene su razón si revisamos la historia de nuestro país. Las derrotas se sufren con
dignidad. Lo anterior, subraya el autor: “No carece de grandeza”.
También muchas veces la vanidad masculina, heredada de los indígenas y
los españoles, se regodea bajo la sumisión, económica, moral y social de la mujer,
creyéndose aun mas. “En un mundo hecho a la imagen del hombre, la mujer es
sólo un reflejo de la voluntad y querer masculinos”, pero a pesar de ello siempre
ha existido una desigualdad aunque traten de ocultarla. Siempre la ha existido en
esta sociedad de machistas que no les toman importancia a nosotras la mujeres,
solo se preocupan por ellos, en primer lugar están ellos después ellos y por ultimo
ellos y nosotras que nos lleve el diablo, porque con que estén bien ellos, nosotras
les valemos gorro, no importa. Desde luego, que el centro de atención de la mujer
es su sexo: “oculto, pasivo. Inmóvil sol secreto”, porque obviamente nos han
inculcado desde niñas que tenemos que ser: delicadas, tranquilas, nada de
levantar la voz, ni la mano, portarse bien, todo lo que digamos así una dama de
realizar.

Y en mi punto de vista todo eso es una simple tontería porque debemos


acatarnos a todo lo que nos dicen, la verdad ellos nos son dueños de nuestras
vidas, somos nosotras, y porque debemos mandar por los hombres la neta no, eso
es incorrecto, debemos luchar para que en verdad exista un equilibrio entre el
hecho de ser hombre o mujer.

Todas estas expresiones revelan que el mexicano considera la vida como


lucha, concepción que no lo distingue del resto de los hombres modernos. El ideal
de hombría para otros pueblos consiste en una abierta y agresiva disposición al
combate; nosotros acentuamos el carácter defensivo, listos a repeler el ataque.. El
"macho" es un ser hermético, encerrado en sí mismo, capaz de guardarse y
guardar lo que se le confía.

La hombría se mide por la invulnerabilidad ante las armas enemigas o ante


los impactos del mundo exterior La doble influencia indígena y española se
conjugan en nuestra predilección por la ceremonia, las fórmulas y el orden.

Sin embargo, también se está consiente de que la mujer, la tierra,


representa la continuidad de la especie, el orden, y la dulzura. De nada sirve lo
anterior, el machismo necesita mujeres impersonales para subsistir. Se respeta el
concepto de la madre, de la mujer abnegada pero no de la persona: la mujer como
protagonista de su historia. Por ello, refranes, canciones populares y conductas
cotidianas, aluden al amor como falsedad y mentira si la protagonista “deja”

Este texto principalmente describe en su totalidad a los mexicanos, la forma


en que reaccionamos al mundo exterior, pero el texto se inclina mas que nada a la
actitud del hombre mexicano, como es que tiene bien puesto el papel de macho y
que no permite que nadie se entrometa a su intimidad, una frase muy típica: ``los
hombres no lloran.

Por lo general a los hombres se les enseña a no ser débiles a no abrirse


como se menciona en el texto, pero cuando se expresan y defienden lo que
piensan es tan fuerte que se ha llegado a revoluciones, como la de 1857, entre
muchas formas mas.

Aunque en la actualidad ese concepto o idea de hombre ya no es tan


pronunciada, regularmente se encuentra más en pueblos o ranchos donde no ahí
mucha diversidad de ideas y formas de pensar, es decir, la forma en la que los
padres educan a sus hijos   es muy igual en todas las familias,   en cualquier
momento y ante cualquier situación salen a relucir ciertas características que los
``machos’’, por el simple echo de ser hombres, no las pueden ocultar casi casi les
salen por instinto.

También se menciona que las mujeres son seres inferiores, y esto se debe
a su sexo, es a algo que se esta destinada desde el día de nacimiento, que los
hombres solo las utilizan como instrumentos y que en realidad no son tomadas en
cuenta para lo formación de una sociedad, es decir, sus pensamientos, ideas,
conocimientos, etcétera, no interesan a los demás, pero obviamente todo esto es
muy falso porque todas nosotras (como mujeres) sabemos que eso no es verdad,
no somos el sexo débil, al contrario nosotras podemos soportar mas que ellos.
Gracias a las actualizaciones las mujeres han salido adelante y sobresalen
en todo tipo de cosas, acciones, trabajos, muchas veces todos los hombres no
hacen sentir mal, humillándonos y haciéndonos sentir como un bicho el cual no
vale mucho y mas sin en cambio ellos valen mucho que son mejores que nosotras,
pero error claro que somos buenas en todo aquello que nos propongamos.

Todos lo mexicanos se me aparece como un ser que se encierra y se


preserva: máscara el rostro y máscara la sonrisa. Tan celoso de su intimidad como
de la ajena, ni siquiera se atreve a rozar con los ojos al vecino: una mirada puede
desencadenar la cólera de esas almas cargadas de electricidad. En suma, entre la
realidad y su persona establece una muralla, no por invisible menos infranqueable,
de impasibilidad y lejanía. El mexicano siempre está lejos, lejos del mundo, y de
los demás. Lejos,   también de sí mismo.

En este capítulo me hace reflexionar, pensar en que todo lo que está escrito
es verdadero, porque aunque muchas veces no nos damos ni cuenta de lo que
está sucediendo, de cómo son en verdad los mexicanos, son unos machistas que
aunque ya existe menos cantidad que anteriormente, los sigue habiendo.

Opino que este es un problema que ha empezado desde tiempos antiguos


en donde a la mujer se le minimizaba, por creer que era el sexo débil, pero he ahí
otra aberración, jamás seremos el sexo débil.

El mexicano, contra lo que supone una superficial interpretación de nuestra


historia, aspira a crear un mundo ordenado conforme a principios claros, a los que
siempre nos inculcan.

Debemos de comenzar a cambiar este tipo de actitud, de ser personas muy


diferentes, cambiar para bien, y si lo hacemos se que se mejorara nuestro país, e
inclusive el mundo entero, porque debemos de tratar de que nuevas generaciones
sean aun mejor, tratar de que ya no exista tanto el machismo, que los hombres
piensen correctamente en lo realmente debe de ser, no pensar en ideas absurdas.
En conclusión este libro nos habla de las distintas formas de comportarnos a
ciertas personas ya sea por su cultura, religión, valores, etc... pero pues yo creo
que cada persona tiene su forma de ser y siempre debemos de mostrar la misma
cara a todas las personas pues así no seriamos personas de varias caras y seria
mejor por que todos nos conoceríamos entre si.

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