Siempre al acusar al sindicato, en nuestro sistema de carácter
acusatorio, habrá un representante del Ministerio Publico, que es el encargado de la persecución penal por parte del Estado (el fiscal), habrá un abogado defensor (asignado por la defensa publica penal o contratado por el sindicado) y por supuesto, deberá estar el juez. Sin embargo, se nos ocurre que pudiésemos hacer alusión a la balanza de la justicia heredada de las civilizaciones egipcia, griega y romana (quien representa la justicia es la mujer que lleva la balanza y esta última-la balanza representa la igualdad) Lo importante es decir que, el tener situado en medio o la parte central al juez, esto en el triángulo procesal significara que él es imparcial en el proceso no está inclinado para ningún lado. En cambio, el fiscal tiene su lado y el defensor también tiene su lado. El defensor debatirá contra los argumentos que presente el fiscal que acusa, lo cual significa que, en el debate, el fiscal y la defensa son contrarios y cada quien quiere demostrar algo. Es importante recordar que, entre todas las atribuciones del fiscal, él está obligado a cumplir con el principio de objetividad, que en lenguaje cotidiano podríamos decir que, él está obligado a defender los intereses del Estado persiguiendo el delito, pero con total objetividad, eso significa que no puede acusar si no ha arribado objetivamente a la convicción de que el sindicado es culpable. El fiscal tiene que apegarse a leyes y reglamentos que le indican los requisitos mínimos que debe llenar para poder acusar, pues de no llenar dichos requisitos, automáticamente estará convirtiendo al Estado en un perseguidor implacable e injusto que aprovechándose del poder que le confieren las leyes, está cometiendo injusticias contra la sociedad y sus miembros, y traicionando su papel constitucional. IMAGEN
Para desvirtuar la posición de inocente del sindicato y, por lo tanto, ser
condenado, este debe ser oído y vencido en juicio y se le debe permitir todas las pruebas de descargo y aquellas que directa o indirectamente favorezcan su pretensión. Debe mencionarse que la presunción de inocencia es una presunción “iuris tantum” que significa que admite prueba en contrario, lo cual, a su vez, significa que, aunque la ley manda a que el sindicado sea considerado inocente y que en esa condición entre al inicio del juicio, también está establecido que esa presunción de inocencia, el Estado puede tratar de desvirtuarla.