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LITERATURA RENACENTISTA
El movimiento cultural denominado Renacimiento hace referencia al renacer del interés por la
cultura clásica grecolatina. Un movimiento en el que se dio un espectacular florecimiento de la
vida artística y cultural que se inició en Italia y en España se dio especialmente en el siglo XVI y
está unido a otro movimiento cultural llamado Humanismo, un movimiento que pasa del
teocentrismo medieval al antropocentrismo renacentista. Surge el interés por el estudio
siendo el hombre el centro de interés.
En el contexto histórico de España, se crea el gran imperio español con Carlos I y Felipe II. La
economía pasó de periodos de esplendor a periodos de bancarrota que desembocaban en
crisis sociales. La nobleza continúa con poder y privilegios y, por otro lado, crece el número de
vagabundos y mendigos. La sociedad es culturalmente plural: conversos, judíos y moriscos
obligados a convertirse al cristianismo para no ser expulsados. Durante el reinado de Carlos I
se acogen las novedades europeas en un ambiente de apertura y optimismo. Sin embargo, en
la segunda mitad del siglo, con el reinado de Felipe II, se impone la intolerancia religiosa y la
literatura trata una temática fundamentalmente religiosa, menos europea y más española.
1. Antropocentrismo.
2. Vitalismo que se manifiesta en el arte y la literatura y contrasta con la idea medieval
de “la vida es un valle de lágrimas”.
3. Racionalismo. Importancia del saber y del estudio para la comprensión del universo y
la naturaleza que nos rodea. El conocimiento nos conduce a la idea del progreso
entendiendo que el conocimiento puede hacer mejor al hombre.
4. Afán de reformas. Las características anteriormente mencionadas nos llevan a la
propuesta de profundas reformas. El deseo de renovación religiosa culminará pronto
en el Cisma de Occidente que supondrá la fragmentación de la iglesia cristiana por el
auge de la reforma protestante promovida por Martin Lutero. Ante estas propuestas
de renovación religiosa, la Iglesia católica convocó el Concilio de Trento. En él se
definieron los dogmas católicos esenciales en un intento de hacer frente al
protestantismo. Esta reacción dará lugar a un movimiento religioso y político llamado
Contrarreforma, en el que desempeñó un papel importantísimo España.
5. Se revaloriza el latín al tiempo que se promueve el uso de las lenguas romances. Se
intenta llegar al máximo número de lectores y por otra, la cultura se va convirtiendo
en un coto cerrado para los entendidos, los humanistas.
6. Gran auge artístico y cultural. Es la época de científicos como Copérnico o Kepler, de
artistas como Rafael, Miguel Ángel, Fray Angélico, Piero della Francesca, Botticelli;
arquitectos como Brunelleschi o Bramante; músicos como Palestrina, Tomás Luis de
Victoria o escritores como Shakespeare, Marlowe, Rabelais, Ronsard, Montaigne, Sá de
Miranda, Camoëns, además de la impresionante nómina de escritores españoles
Literatura renacentista española. Siglo XVI.
2.LÍRICA RENACENTISTA.
La poesía que más popular continúan siendo la lírica tradicional y el romancero
transmitida en los Cancioneros que aúnan la poesía popular y la poesía culta. Se da una
importante influencia italiana de grandes autores como Petrarca, Dante y Boccaccio.
Al ser el Renacimiento un movimiento que le da de nuevo importancia a la cultura
clásica, se recogen de nuevo los mitos y los tópicos latinos más destacados: “carpe
diem” (aprovecha el momento), “collige, virgo, rosas” (recoge, doncella, las rosas) que
anima a las doncellas que disfruten de su juventud antes de “marchitarse”; beatus ille,
feliz aquel que decide irse a vivir al campo para vivir en calma y soledad.
Uno de los temas más utilizados es el amor que contribuye a hacer mejor a las
personas. El amor acerca a los hombres a la belleza absoluta, pura y reflejo de la
divinidad. También aparece el amor como fuente de frustración y dolor porque el
enamorado entiende que puede perder el amor o que le es imposible enamorar a su
dama. Esta doble visión del amor causa el uso de antítesis como fuego/hielo,
día/noche…El amor está relacionado con la descripción de la belleza de la mujer: es
una descripción que se realiza de arriba abajo (cabeza, rostro, cuello, brazos, manos…)
típicamente el cabello es rubio, los ojos azules y la piel clara (aquí podemos encontrar
comparaciones “el cabello como el oro” o metáforas “el cabello es oro”). El rostro
suele relacionarse con objetos de la naturaleza como flores o, en caso de que se quiera
aludir a la frialdad de la amada, con hielo o mármol.
Así como se ve a la mujer como “donna angellicata” (mujer que provoca en el hombre
deseo de superarse a sí mismo), se ve al hombre como “sapientia et fortitudo” referido
a la sabiduría y al valor que se les presupone.
La naturaleza, que no se trata en la Edad Media, se recupera en el Renacimiento como
lugar idealizado (locus amoenus) marco de encuentros amorosos.
A partir del reinado de Felipe II, se da también la temática religiosa mediante la lírica
mística y ascética.
Innovaciones formales:
La poesía renacentista es muy innovadora. En métrica el verso más utilizado es el
endecasílabo. También se utiliza mucho el heptasílabo. Se utilizan muchas estrofas,
especialmente el soneto (ABBA ABBA CDC DCD*). En cuanto a los géneros, también
hay mucha variedad: odas, epístolas, églogas, elegías…
En este soneto se pueden ver claramente los rasgos renacentistas de los que hemos hablado
anteriormente ¿puedes encontrarlos?
El tópico del Beatus ille es muy utilizado por Fray Luis de León: el deseo de la vida retirada y el
acercamiento al campo y la naturaleza. Le da a este tópico una visión cristiana en la que ve el
cielo como suprema liberación. Su estilo tiene tres influencias claras: la literatura clásica, la
religión y la poesía de Garcilaso, especialmente en el uso de la lira (7a 11B 7a 7b 11B). Como
rasgo personal, además del abundante uso de figuras retóricas, aparece el “tú poético” ya que
muchos de sus poemas están dedicados a una segunda persona. Aporta esta característica un
tono conversacional y exclamaciones e interrogaciones retóricas.
MUJERES POETAS
La literatura mística refleja el sentir de los escritores místicos quienes aspiran a comunicarse
directamente con Dios y expresar esa experiencia en prosa o en verso. Su idea parte de que
Dios concede a algunas almas un don al fundirse con ellas y llenarlas de su amor.
Las figuras poéticas más representativas de la literatura mística en España son San Juan de la
Cruz y Santa Teresa de Jesús.
Literatura renacentista española. Siglo XVI.
El objetivo de sus textos es más religioso que literario. Sus poemas se pueden dividir en dos
grupos: los de tipo tradicional (emplea el octosílabo y tiene como modelo los cancioneros,
villancicos o romances) y los de influencia italiana (utiliza el endecasílabo). Este último grupo
compone la cumbre de su poesía mística con sus tres poemas más destacados: Noche oscura
del alma, Cántico espiritual y Llama de amor viva. Noche oscura del alma trata en forma de
alegoría una situación amorosa humana en la que una amada (el alma) sale de noche a buscar
a su amado (Dios). Junto al poema, escribió un texto explicativo en prosa sobre el significado
del poema.
2. A oscuras y segura,
por la secreta escala, disfrazada,
¡oh dichosa ventura!,
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.
3. En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.
4. Aquesta me guiaba
más cierto que la luz de mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
6. En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.
7. El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería
y todos mis sentidos suspendía.
Literatura renacentista española. Siglo XVI.
8. Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
La evolución de su vida y su obra se puede seguir en sus textos de carácter autobiográfico. Fue
una monja fundadora de la orden de las Carmelitas descalzas. Tuvo una intensa y activa vida
religiosa fundando varios conventos, como el de Pastrana, propuesto por la Princesa de Éboli.
Entre sus obras destaca Camino de perfección
3.NARRATIVA RENACENTISTA
el sentido actual del término). La narrativa renacentista se caracteriza por una enorme
variedad de géneros y temas. Además de continuar los relatos sentimentales y caballerescos,
surgen nuevos subgéneros narrativos:
LA VIDA DEL LAZARILLO DE TORMES es una novela realista que surge en medio del
momento de éxito de novelas que ofrecían una visión idealizada de la realidad como los libros
de caballerías y los libros de pastores. La novela surgió en un ambiente de gran crisis
económica y social que provoca un éxodo masivo a las ciudades, donde proliferan la
mendicidad y el pillaje. Por otra parte, influye también en esta novela la creciente
discriminación por cuestiones de “limpieza de sangre” que sufren los “cristianos nuevos”.
Finalmente, la apertura ideológica iniciada por Carlos I y la aparición de las ideas erasmistas
critican el carácter inverosímil de algunas novelas, especialmente los libros de caballerías, de
los que el pícaro es una contrafigura.
El libro relata en primera persona la historia de Lázaro, un personaje de origen humilde,
nacido a orillas del río Tormes, que aprende a sobrevivir gracias a su ingenio y consigue
asentarse como pregonero en Toledo logrando así un hipotético ascenso social.
Se compone de un prólogo y siete tratados de extensión variable. Por el prólogo
sabemos que la narración es formalmente una carta dirigida a un personaje desconocido, al
que apela con el tratamiento de “Vuesa merced”, en la que el protagonista trata de justificar
su “caso”, una situación de deshonor desconocida hasta el final de la obra.
Los tres primeros tratados, más extensos y elaborados, describen las andanzas de un
Lázaro-niño; el tema de cohesión es el hambre y la astucia del personaje para sobrevivir.
A partir del tratado IV, Lázaro va creciendo y mejora su situación hasta llegar a lo que él
llama la cumbre de la buena fortuna.
En el tratado VII se nos presenta como un hombre maduro, casado y que desempeña un oficio
respetable: pregonero. Es original la trabazón de estos siete capítulos, que impide toda
modificación, ya que en ellos se aprecia una evolución psicológica de Lázaro.
Los amos más destacados del protagonista son: el ciego (astuto y avaricioso enseña a Lázaro a
desconfiar de todo. Lázaro lo abandona cansado de pasar hambre y ser golpeado); el clérigo de
Maqueda (apenas da de comer a Lázaro que consigue robar parte de su comida al clérigo, por
lo que es despedido); el escudero (pobre, obsesionado por las apariencias. Pasa tanta hambre
como Lázaro). Otros amos no tan destacados son: el fraile de la Merced o el buldero.
Literatura renacentista española. Siglo XVI.
Utiliza una prosa sencilla, con diálogos ágiles y un vocabulario en el que destacan las
expresiones coloquiales, como corresponde a la condición social del personaje. Hay que
resaltar también la presencia constante de la ironía, que se manifiesta con dobles sentidos,
juegos de palabras y comentarios humorísticos.
El Lazarillo de Tormes está considerada la primera novela moderna e inaugura el género de
novela pastoril que tiene las siguientes características: autobiografía ficticia; niño que trabaja
al servicio de varios amos; carácter picaresco del protagonista; el protagonista tiene afán de
medrar (mejorar en la escala social); explicación de un estado final de deshonor a partir del
pasado del protagonista.
En este tiempo vino a posar al mesón un ciego, el cual, pareciéndole que yo sería para adestralle, me
pidió a mi madre, y ella me encomendó a él, diciéndole cómo era hijo de un buen hombre, el cual, por
ensalzar la fe, había muerto en la de los Gelves, y que ella confiaba en Dios no saldría peor hombre que
mi padre, y que le rogaba me tratase bien y mirase por mí, pues era huérfano. Él respondió que así lo
haría y que me recibía, no por mozo, sino por hijo. Y así le comencé a servir y adestrar a mi nuevo y viejo
amo.
Como estuvimos en Salamanca algunos días, pareciéndole a mi amo que no era la ganancia a su
contento, determinó irse de allí; y cuando nos hubimos de partir, yo fui a ver a mi madre, y, ambos
llorando, me dio su bendición y dijo:
— Hijo, ya sé que no te veré más. Procura de ser bueno, y Dios te guíe. Criado te he y con buen amo
te he puesto; válete por ti.
Salimos de Salamanca, y, llegando a la puente, está a la entrada de ella un animal de piedra, que casi
tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal, y, allí puesto, me dijo:
— Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro de él.
Yo simplemente llegué, creyendo ser así. Y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó
recio la mano y diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor
de la cornada, y díjome
— Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo.
Parecióme que en aquel instante desperté de la simpleza en que, como niño, dormido estaba. Dije
entre mí: «Verdad dice éste, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo soy, y pensar cómo me sepa
valer.»
4. TEATRO RENACENTISTA
Por un lado continúa la corriente religiosa medieval, por otro lado, comienza a surgir un nuevo
drama profano inspirado a menudo en las compañías italianas que recorrían España y en las
obras clásicas, propias del ambiente universitario. El dramaturgo fundamental es Lope de
Rueda: dramaturgo, director y actor. Su principal aportación fueron los pasos, breves escenas
cómicas que se intercalan en obras más largas.
Literatura renacentista española. Siglo XVI.
5.MIGUEL DE CERVANTES
Nació en 1547, mediados del siglo XVI. Su biografía es digna de una novela de aventuras: tras
vivir en varios lugares por la profesión de su padre (cirujano); luchó en la batalla de Lepanto
quedándose manco (de ahí el sobrenombre “el manco de Lepanto”); fue apresado por los
piratas intentando escapar en varias ocasiones sin éxito estando cautivo durante cinco años en
Argel; consiguió volver porque su madre y sus hermanas consiguieron pagar el rescate; al
regresar, sus hermanas fueron acusadas de asesinato; él trabajó como recaudador de
impuestos siendo encarcelado en Sevilla por sospechas a partir de la pérdida de parte de este
dinero (en la cárcel comenzó a escribir su famoso Don Quijote de la Mancha). Tras vivir en
Valladolid, se fue a Madrid donde residió hasta su muerte.
Aunque es mundialmente conocido por su obra narrativa, Cervantes deseaba ser reconocido
como dramaturgo. Surgió un dramaturgo, Lope de Vega, que introdujo técnicas teatrales que
tuvieron mucho éxito, pero que Cervantes no utilizaba. De su obra teatral destacan sus
entremeses (piezas divertidas de un solo acto que se representan en los entreactos de una
obra más larga). A partir de los pasos de Lope de Rueda, Cervantes aporta más profundidad
psicológica a los personajes dándole mucha importancia al personaje del bobo. Entre sus
entremeses destaca El retablo de las maravillas.
Como hemos comentado, es en la narrativa donde Cervantes brilla. Su primera novela
publicada es una novela pastoril llamada La Galatea, novela pastoril (por lo tanto,
protagonizada por pastores con temática amorosa). Novelas ejemplares consiste en doce
relatos cortos publicados en 1613 (ya en el siglo XVII, considerado Barroco). El adjetivo
“ejemplares” acerca esta obra a los “exempla” medievales en los que se trata de extraer una
lección o moraleja, aunque no todas las novelas incluyen la ejemplaridad moral. Algunos de los
títulos más conocidos de esta obra son “Rinconete y cortadillo”, “La gitanilla” o “La española
inglesa”.
Su última obra es Persiles y Sigismunda publicada póstumamente en 1617. Es una novela
bizantina (enamorados viven una serie de aventuras). Cervantes procura que los hechos
narrados sean verosímiles.
Su obra más destaca es, como ya sabemos, El Quijote. Consta de dos partes: la primera se
publicó en 1605 y la segunda en 1615, poco después de que otro autor (Avellaneda) publicara
una falsa segunda parte intentando aprovechar la fama adquirida por la primera parte de la
obra. En las dos, tras unos capítulos introductorios al protagonista le suceden una serie de
aventuras. Hacia la mitad de ambas partes, el protagonista cesa su deambular (en la venta en
la primera parte y en la casa de los duques en la segunda) en donde suceden hechos muy
diversos. El final de las dos partes también es similar: el protagonista, desengañado y
derrotado, vuelve a casa.
Los personajes centrales de la novela son don Quijote y Sancho Panza. Don Quijote: es un
modesto hidalgo de un pueblo manchego, Alonso Quijano, que, loco debido a la lectura de
libros de caballerías, decide convertirse él mismo en caballero andante. Su extraña y
anacrónica figura en la España de comienzos del XVII hace de él un personaje
fundamentalmente cómico. Sin embargo, el diseño de su figura es muy complejo: fuera de su
peculiar locura caballeresca, muestra buen juicio y expone atinadas opiniones sobre muy
diversos asuntos, incluidos los literarios. Rasgo esencial de su carácter es la pertinaz defensa
de sus ideas, incluidas las que proceden de su extraña locura, lo que hace que,
constantemente, sea vapuleado por la realidad.
Literatura renacentista española. Siglo XVI.
El propósito explícito del Quijote es, sin duda, la parodia burlesca de los libros de
caballerías. De hecho, fue leído como un libro exclusivamente cómico durante los siglos XVII y
XVIII. Sin embargo, desde el Romanticismo hasta hoy los lectores de la novela ven en ella una
defensa del ideal el ansia de libertad, el valor, la fe, la justicia, el amor absoluto hacia una
amada inventada (Dulcinea), etc. en un mundo en que los grandes ideales han perdido su
sentido.
El argumento es el siguiente:
Alonso Quijano, un viejo hidalgo rural, se vuelve loco por la lectura excesiva de libros de
caballerías. La locura le determina a buscar aventuras y a defender la justicia, la libertad y el
amor como si de un caballero andante se tratara.
Para convertirse en caballero andante supera varias fases, entre ellas, buscar
un nombre adecuado a su nueva personalidad (Don Quijote de la Mancha), vestirse con una
antigua y oxidada armadura, el casco y los guantes que ha encontrado en el desván de la casa.
Montar en el viejo y delgado caballo (que llamará Rocinante) e iniciar el viaje por los caminos
de la España del siglo XVII, una sociedad en crisis que empieza a olvidar las antiguas historias
de los caballeros andantes (el género había caído ya en la repetición y el agotamiento de sus
recursos narrativos y estéticos). La invención de un amor platónico será otro requisito esencial
para convertirse en caballero; Don Quijote inventa al personaje de Dulcinea del Toboso basado
en una aldeana llamada Aldonza Lorenzo. Desde ese momento, todas sus acciones irán
dirigidas a glorificar el nombre de su hermosa y amada Dulcinea...(que realmente ni es
hermosa ni enamorada)
La primera salida la realiza en solitario. Es en esta salida donde es “armado caballero” en una
venta por un ventero que le cree loco. Intentando hacer el bien, ayuda a un joven que está
siendo apaleado por su amo (en perjuicio del joven) y se enfrenta a un grupo de comerciantes
porque quiere que acepten que Dulcinea es la más bella sin conocerla. Uno de los
comerciantes le pega una paliza y es encontrado por un vecino que le devuelve a su casa. En su
segunda salida, Don Quijote busca un escudero como es preceptivo en un caballero andante.
Lo encontrará en Sancho Panza, uno de los campesinos que trabajan sus tierras. Sancho,
analfabeto, buen conocedor de la sabiduría popular y de los usos y costumbres de su entorno,
se une a Don Quijote bajo la promesa de conseguir riquezas gracias a las victorias de su amo
(en especial, la promesa de lograr y de concederle el gobierno de la ínsula Barataria). El diálogo
entre Quijote y Sancho será la base fundamental de la caracterización de ambos personajes y
uno de los atractivos de la obra.
En esta primera parte, Don Quijote confunde la realidad con su imaginación: lucha contra unos
molinos de viento que cree que son gigantes, ataca a una comitiva pensando que llevan
raptada a una dama, embiste a un rebaño de ovejas imaginando que son un ejército de
caballeros malvados, etc. En casi todas sus peripecias sufre la derrota, recibe golpes y es
tratado con crueldad por las personas con las que se encuentra. En una de sus aventuras
aparece el personaje de Maritornes, una desaliñada prostituta a quien cree enamorada de él.
Finalmente, amigos y familiares de Alonso Quijano (el cura, el barbero y el bachiller Sansón
Carrasco) consiguen que vuelva a casa mediante un engaño (le convencen de que está
encantado).
En la segunda parte, don Quijote y Sancho son conocidos por el éxito que ha tenido la primera
parte de la obra. Don Quijote le propone a Sancho volver a salir y Sancho se obsesiona con la
idea de ser gobernador de la ínsula. Así, se da la tercera salida. Se dirigen al Toboso para visitar
a Dulcinea. Sancho le hace creer que Dulcinea ha sido encantada y convertida en una aldeana.
El bachiller Sansón Carrasco sale en su busca disfrazado del Caballero de los Espejos quien le
propone un duelo a Quijote diciéndole que, si le ganaba, tendría que volver a su casa. Don
Quijote gana al Caballero de los Espejos (Sansón Carrasco) que debe retirarse mientras Quijote
continúa su camino. Vive diversas peripecias, como el encuentro con unos leones; con el
Literatura renacentista española. Siglo XVI.
caballero del Verde Gabán; con un titiritero al que destroza sus títeres hasta ser invitados en
un castillo donde viven unos nobles que se burlan de los protagonistas (entre las burlas, hacen
creer a Sancho que es realmente gobernador de la ínsula). Finalmente se dirigen a Barcelona
donde le vence el Caballero de la Blanca Luna (de nuevo, Sansón Carrasco) donde debe volver
a su pueblo y no volver a salir como caballero durante un año. Al regresar, don Quijote
enferma, abandona su locura, abomina los libros de caballerías y muere de pena.
Para terminar el tema, me gustaría que leyeras con atención este fragmento:
«Hízome el cielo, según vosotros decís, hermosa, y de tal manera que, sin ser poderosos a otra
cosa, a que me améis os mueve mi hermosura; y, por el amor que me mostráis, decís, y aun
queréis, que esté yo obligada a amaros. Yo conozco, con el natural entendimiento que Dios me
ha dado, que todo lo hermoso es amable; mas no alcanzo que, por razón de ser amado, esté
obligado lo que es amado por hermoso a amar a quien le ama. Y más, que podría acontecer
que el amador de lo hermoso fuese feo, y, siendo lo feo digno de ser aborrecido, cae muy mal
el decir “Quiérote por hermosa; hasme de amar aunque sea feo”. Pero, puesto caso que
corran igualmente las hermosuras, no por eso han de correr iguales los deseos, que no todas
hermosuras enamoran; que algunas alegran la vista y no rinden la voluntad; que si todas las
bellezas enamorasen y rindiesen, sería un andar las voluntades confusas y descaminadas, sin
saber en cuál habían de parar; porque, siendo infinitos los sujetos hermosos, infinitos habían
de ser los deseos. Y, según yo he oído decir, el verdadero amor no se divide, y ha de ser
voluntario, y no forzoso. Siendo esto así, como yo creo que lo es, ¿por qué queréis que rinda
mi voluntad por fuerza, obligada no más de que decís que me queréis bien? Si no, decidme: si
como el cielo me hizo hermosa me hiciera fea, ¿fuera justo que me quejara de vosotros
porque no me amábades? Cuanto más, que habéis de considerar que yo no escogí la
hermosura que tengo; que, tal cual es, el cielo me la dio de gracia, sin yo pedilla ni escogella. Y,
así como la víbora no merece ser culpada por la ponzoña que tiene, puesto que con ella mata,
por habérsela dado naturaleza, tampoco yo merezco ser reprehendida por ser hermosa; que la
hermosura en la mujer honesta es como el fuego apartado o como la espada aguda, que ni él
quema ni ella corta a quien a ellos no se acerca. La honra y las virtudes son adornos del alma,
sin las cuales el cuerpo, aunque lo sea, no debe de parecer hermoso. Pues si la honestidad es
una de las virtudes que al cuerpo y al alma más adornan y hermosean, ¿por qué la ha de
perder la que es amada por hermosa, por corresponder a la intención de aquel que, por sólo
su gusto, con todas sus fuerzas e industrias procura que la pierda?»
«Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos. Los árboles destas
montañas son mi compañía, las claras aguas destos arroyos mis espejos; con los árboles y con
las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. Fuego soy apartado y espada puesta lejos.
A los que he enamorado con la vista he desengañado con las palabras. Y si los deseos se
sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna a Grisóstomo ni a otro alguno, el fin de
ninguno dellos bien se puede decir que antes le mató su porfía que mi crueldad. Y si se me
hace cargo que eran honestos sus pensamientos, y que por esto estaba obligada a
corresponder a ellos, digo que, cuando en ese mismo lugar donde ahora se cava su sepultura
me descubrió la bondad de su intención, le dije yo que la mía era vivir en perpetua soledad, y
de que sola la tierra gozase el fruto de mi recogimiento y los despojos de mi hermosura; y si él,
con todo este desengaño, quiso porfiar contra la esperanza y navegar contra el viento, ¿qué
mucho que se anegase en la mitad del golfo de su desatino? Si yo le entretuviera, fuera falsa; si
le contentara, hiciera contra mi mejor intención y prosupuesto. Porfió desengañado,
desesperó sin ser aborrecido: ¡mirad ahora si será razón que de su pena se me dé a mí la
culpa! Quéjese el engañado, desespérese aquel a quien le faltaron las prometidas esperanzas,
Literatura renacentista española. Siglo XVI.
confíese el que yo llamare, ufánese el que yo admitiere; pero no me llame cruel ni homicida
aquel a quien yo no prometo, engaño, llamo ni admito».
«El cielo aún hasta ahora no ha querido que yo ame por destino, y el pensar que tengo de
amar por elección es escusado. Este general desengaño sirva a cada uno de los que me
solicitan de su particular provecho; y entiéndase, de aquí adelante, que si alguno por mí
muriere, no muere de celoso ni desdichado, porque quien a nadie quiere, a ninguno debe dar
celos; que los desengaños no se han de tomar en cuenta de desdenes. El que me llama fiera y
basilisco, déjeme como cosa perjudicial y mala; el que me llama ingrata, no me sirva; el que
desconocida, no me conozca; quien cruel, no me siga; que esta fiera, este basilisco, esta
ingrata, esta cruel y esta desconocida ni los buscará, servirá, conocerá ni seguirá en ninguna
manera. Que si a Grisóstomo mató su impaciencia y arrojado deseo, ¿por qué se ha de culpar
mi honesto proceder y recato? Si yo conservo mi limpieza con la compañía de los árboles, ¿por
qué ha de querer que la pierda el que quiere que la tenga con los hombres? Yo, como sabéis,
tengo riquezas propias y no codicio las ajenas; tengo libre condición y no gusto de sujetarme:
ni quiero ni aborrezco a nadie. No engaño a éste ni solicito aquél, ni burlo con uno ni me
entretengo con el otro. La conversación honesta de las zagalas destas aldeas y el cuidado de
mis cabras me entretiene. Tienen mis deseos por término estas montañas, y si de aquí salen,
es a contemplar la hermosura del cielo, pasos con que camina el alma a su morada primera.»