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UNIVERSIDAD PERUANA UNION

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y EDUCACION

E.A.P DE PSICOLOGIA

APRAXIA

Trabajo presentado en cumplimiento del curso de


NEUROPSICOLOGIA

Profesora: Rosa Velasco Valderas

Alumnas:
- Alave Mamani, Yessica Yesenia
- Álvarez Loli, Edith Gabriela
- Atoche Montenegro, Cecilia Esther
- Ayudante Baldoceda, Ruth Karina
Octubre, 2010.
CONTENIDO

APRAXIA...............................................................................................................................3
I. DEFINICION DE APRAXIA..........................................................................................5
II. COMPONENTES FUNCIONALES...............................................................................5
III. ETIOLOGIA DE LA APRAXIA.....................................................................................6
IV. SISTEMA FUNCIONAL CEREBRAL PRÁXICO........................................................6
V. MODELOS EXPLICATIVOS DE LA APRAXIA.........................................................9
VI. MANIFESTACIONES CLINICAS EN LA APRAXIA...............................................14
I. APRAXIAS MOTORAS...............................................................................................15
1) Apraxias de las extremidades.........................................................................................15
a. Apraxias bilaterales........................................................................................................15
 Apraxia ideomotora.......................................................................................................15
 Apraxia ideacional.........................................................................................................17
b. Apraxia Unilateral..........................................................................................................18
 Apraxia cinética.............................................................................................................19
 Apraxia simpática..........................................................................................................19
 Apraxia callosa..............................................................................................................20
2) Apraxia de cara..............................................................................................................21
a. Apraxia Bucofacial (Oral).............................................................................................21
b. Apraxia Ocular...............................................................................................................22
3) Apraxia Axiales.............................................................................................................22
a. Apraxia Troncopedal.....................................................................................................22
4) Apraxias De Lenguaje....................................................................................................23
a. Apraxia Del Habla.........................................................................................................23
b. Apraxia Verbal...............................................................................................................23
II. Apraxias Espaciales.......................................................................................................24
1) Apraxia Construccional.................................................................................................24
V. Evaluación De Las Apraxias...........................................................................................27
VI. REFERENCIAS:............................................................................................................30
APRAXIA

INTRODUCCION

Las actividades de la vida diaria implican movimientos voluntarios, adaptados a tareas


determinadas. Las actividades y acciones posibles son muchas y la realización de
movimientos adecuados requiere una “ejecución práxica” precisa. Para realizar un acto
aprendido, las diferentes partes del cuerpo deben colocarse de manera particular en una
posición espacial específica – situándose en relación con la naturaleza del acto y con la
posición y el tamaño del objeto con el que el cuerpo debe interaccionar - , en un orden de
movimientos concreto de las diferentes partes del cuerpo que intervienen, y ajustándose a
un tiempo preciso.

En este sistema de funcionamiento motor intencional, se incluyen la capacidad para realizar


correctamente secuencias de movimientos requeridas tras una orden verbal; para imitar un
movimiento; para realizar apropiadamente un movimiento ante la presencia de un objeto, o
para manipular adecuadamente un objeto.

El término “praxia” hace referencia al control deliberado para llevar a cabo la integración
motora en la ejecución de movimientos complejos aprendidos. Es la capacidad para
ejecutar una serie de actos motores aprendidos, que se realizan en respuesta a un estímulo
concreto y destinado a un fin. La ejecución práxica tiene su base en una elaboración
funcional compleja en la que intervienen diferentes componentes neurofuncionales.

El término “apraxia” engloba varios aspectos relacionado con el movimiento y hace


referencia a alteraciones que afectan la ejecución propositiva de actos motores llevados a
cabo intencionadamente y en general fuera de contexto, sin que existan defectos sensitivos,
motores, perceptivos, trastornos de la comprensión verbal, falta de colaboración o deterioro
mental grave.

Steinthal, utilizo este término para referirse a una variedad de trastornos neurológicos,
adquiridos o del desarrollo.

Hugo Liepmann, dio una de las primeras aproximaciones conceptuales, al describir un caso
de un consejero imperial M.T., con un trastorno motor que afectaba a la sucesión de
movimientos coordinados necesarios para la consecución de un fin, sin presentar paresia,
perdida de sensibilidad, acinesia, trastorno del movimiento (distonía, corea, temblor,
balismo), alteración del tono muscular o de la coordinación. La colaboración del paciente y
la comprensión de las órdenes estaban conservadas y no mostraba ninguna alteración
cognoscitiva, de memoria o atención. No podía imitar gestos ni usar objetos con la mano
izquierda y presentaba una lesión cortico-subcortical frontorrolandica y parietal posterior
izquierda con destrucción del cuerpo calloso.

Luria, hace referencia a los sistemas aferentes del movimientos (táctiles, visuales y
cinestésicos) con importante participación en tareas práxicas, y a los sistemas eferentes de
ejecución en la acción con menor implicancia en la praxia.
I. DEFINICION DE APRAXIA

Se refiere a un trastorno en la ejecución de movimientos aprendidos en respuesta a un


estímulo que normalmente desencadena el movimiento, sujeto a la condición de que los
sistemas aferentes y eferentes requeridos se encuentran intactos, y en ausencia de trastornos
atencionales o falta de cooperación.

La apraxia implica ausencia de una serie de dificultades motoras, como parálisis, ataxia y
coreoatetosis, déficit perceptuales, alteraciones graves en la comprensión y deterioro
mental. Esto no excluye que las personas apráxicas puedan tener trastornos motores,
lingüísticos y/o perceptuales adicionales, pero no lo suficientemente graves para justificar
la apraxia.

II. COMPONENTES FUNCIONALES

Para la correcta ejecución práxica, existen patrones motores estables que contienen un
conocimiento implícito de los atributos de los objetos, y cuando se combinan con otros,
originan un programa de control, se activan por esquemas perceptivos, y son la base
implícita de las decisiones motoras. El desarrollo del proceso práxico incluye la recepción y
tratamiento de la información sensorial, el establecimiento de operaciones lógicas de
comparación y la elaboración de engramas inervatorios motores. Dentro de estas acciones
secuenciales, la persona debe seleccionar un plan de acción e inhibir otras acciones no
pertinentes, memorizar el conjunto de esquemas, almacenar los pasos intermedios y
comprobar la ejecución final. Algunas acciones son automáticas y una vez aprendidas e
iniciadas, ya no necesitan de un control voluntario para continuar su ejecución; otras, en
cambio, requieren una nueva construcción y la intervención cognitivas específicas para
configurar el plan.

Las personas con alteraciones práxicas encuentran gran dificultad para desenvolverse en
actividades cotidianas, llegando a veces a la total incapacidad. Generalmente no son
conscientes del problema que presentan, y atribuyen su discapacidad a la hemiparesia
derecha que a veces acompaña al cuadro, lo que influye en su rehabilitación.
III. ETIOLOGIA DE LA APRAXIA

La apraxia aparece como consecuencia de lesiones cerebrales adquiridas focales o difusas


como:

- Traumatismo craneoencefálico
- Accidentes cerebrovasculares
- Enfermedad degenerativa
- Tumores
- Procesos infecciosos o tóxicos

Estas lesiones afectan a alguno de los componentes del sistema funcional cerebral práxico.

IV. SISTEMA FUNCIONAL CEREBRAL PRÁXICO

Este sistema se basa en una compleja organización en la que intervienen diferentes


componentes neurofuncionales. Entre los componentes del sistema funcional práxico, se
encuentran la circunvolución angular y la circunvolución supramarginal izquierdas (áreas
39 y 40 de Brodmann, encrucijada parieto-temporo-occipital) que constituyen el núcleo
central de los procesos práxicos; esta zona permitiría la conversión de los elementos de la
percepción o de la representación en elementos de acción. Es una zona de integración de la
información aferente, exteroceptiva y propioceptiva, y realiza la síntesis de diferentes
modalidades perceptivas: visual, auditiva y somestésica. Su conexión con estructuras
límbicas integra impulsos motivacionales. Se conecta a su vez con áreas prefrontales (que
generan planes y programas de acción, y verifican la ejecución). Posteriores conexiones con
la corteza premotora, el área motora suplementaria y la corteza motora primaria dirigen las
salidas hacia los músculos concretos, organizados en torno a una articulación, que han de
intervenir en el acto motor, hacia el cerebelo y los ganglios basales. Esta unión
anatomofuncional permite tener un conocimiento integrado de los fenómenos polimodales.
A través de las fibras correspondientes del cuerpo calloso, el sistema funcional práxico
continua hacia áreas motoras de asociación y primarias del hemisferio derecho.
La información sensorial recogida permite elaborar una respuesta apropiada y realizar
constantes ajustes durante la ejecución de movimientos. En el lóbulo parietal (áreas 5 y 7)
se encuentran neuronas que se activan selectivamente durante el comportamiento
visuomotor, incluidos en la manipulación y la fijación visual del movimiento. El área 5
participa en los movimientos voluntarios dirigidos a una meta y en la manipulación de los
objetos y el área 7 se encarga de integrar los estímulos visuales y sensoriales. Las neuronas
del área 5 responden preferentemente a estímulos somatosensoriales y visuoespaciales,
generando las correcciones necesarias en cada caso.

Los estudios de neuroimagen permiten la descripción cada vez más precisa del sistema
funcional cerebral práxico y varias investigaciones y varias investigaciones ponen de
manifiesto el papel del lóbulo parietal inferior. Estudios con tomografía por emisión de
positrones (PET), demuestran que el procesamiento de gestos sin significado realizados con
las manos implica a una red neuronal en el hemisferio izquierdo, que incluye estructuras
neurales de las áreas 19, 40 y 5. En la apraxia, los pacientes no solamente presentan errores
en la ejecución de un acto motor, con incapacidad para ejecutar acciones en una secuencia
temporal apropiada, sino que también muestran déficit para comprender, reconocer y
discriminar entre diferentes tipos de actos motores. El lóbulo parietal inferior del
hemisferio izquierdo, entre la circunvolución angular y supramarginal izquierdas, sería el
almacén de las representaciones motoras adquiridas, representación sensorial de los
movimientos, y participaría en la programación de la corteza motora para la ejecución de
los actos.

La corteza premotora en la convexidad en importante para desarrollar las representaciones


motoras e interviene en la adaptación de programas motores ante los cambios del ambiente.
El área motora suplementaria (área 6) está implicada en la organización temporal del
movimiento, en la secuenciación de movimientos múltiples y en tareas motoras que
demandan la recuperación de la “memoria” motora. Tiene una función voluntaria,
programa las secuencias de los movimientos, depende de aferencias sensoriales, puesto que
recibe las descargas parietales antes que las neuronas del área 4 y recibe información
propioceptiva desde la corteza somatosensorial y desde el tálamo. Es muy probable, que la
área motora suplementaria sea la encargada de decodificar las representaciones
espaciotemporales de los movimientos y transformarlas en patrones inervatorios; es un
lugar de transcodificacion de representaciones práxicas en programas motores o en patrones
de inervación de actividades que avivan a la corteza motora. El sistema nervioso almacena
conocimientos de habilidades motoras y cuando hace falta se evocan y realiza la acción. La
lesión del área motora suplementaria izquierda se relaciona con la imposibilidad de realizar
secuencias de acciones tendentes a un fin, así como de efectuar estrategias planificadas.
Cuando las personas piensan sobre actos motores complejos pero no los realizan, el flujo se
incrementa en el área motora suplementaria, pero no en la corteza motora primaria.

La corteza prefrontal desempeña un papel fundamental y forma parte de circuitos que


implican no solo áreas corticales sino también ganglios basales. Los ganglios basales
integran la información de diversas áreas corticales y la proyectan a través del tálamo hacia
la corteza motora, premotora y prefrontal, facilitando el ajuste fluido de los movimientos,
implicándose en los aspectos cognitivos del movimiento; planificación y ejecución de
secuencias motoras. La carencia de control de los aspectos temporales y espaciales durante
la ejecución de los gestos provoca un trastorno en el sistema de producción. Por otro lado,
las lesiones del núcleo lenticular izquierdo cursan con errores práxicos, sobre todo de
movimiento espacial y de perseveración.

Ambos hemisferios cerebrales deben de estar conectados y compartir las diferentes


aportaciones del sistema funcional práxico. Las estructuras blandas subcorticales
intrahemisféricas e interhemisféricas son fundamentales para la correcta ejecución práxica.
El cuerpo calloso relaciona las “formulas del movimiento” del hemisferio izquierdo, con las
áreas motoras del hemisferio derecho. La lesión del cuerpo calloso da lugar a una apraxia
callosa o apraxia frontal, causando incapacidad para imitar o ejecutar ciertos movimientos
con la mano izquierda, pero no con la derecha, y utilización torpe de los objetos.

Ante una lesión cerebral, la aparición o no de apraxia dependerá entre otras cosas, del
patrón de dominancias que la persona tenga para las habilidades motoras, El hemisferio
izquierdo es dominante para los actos motores aprendidos, está relacionado con el análisis
de partes, detalles y el engranaje temporal, y a él se le atribuye la capacidad para controlar
y programar el acto motor. Es importante para la representación de acciones en términos
del conocimiento de la estructura del cuerpo. El hemisferio derecho no puede programar de
forma independiente, pero participa en el análisis visuoespacial de los gestos. Sin embargo,
las descripciones de algunos casos muestran la variabilidad de la organización cerebral, y
en ellos el hemisferio derecho puede sustituir al izquierdo en las instrucciones de acto
motor de las representación del movimiento, o incluso aparecer estas como bilaterales.
Muestra de esto es la recuperación espontanea de la apraxia en personas diestras con
lesiones del hemisferio izquierdo, en los que el hemisferio derecho no lesionado ayudaría
en la programación motora.

V. MODELOS EXPLICATIVOS DE LA APRAXIA

 Modelo de Liepmann

Liepmann, se inspira en la propuesta de K. Wernicke (1876) para la afasia y la traslada al


campo de la acción. El propone que la corteza sensoriomotora izquierda es dominante para
el control del movimiento de ambas manos, a través del cuerpo calloso. Menciona que
habría 5 tipos de lesiones y que ocasiona, las cuales son las siguientes:

- Lesión 1: Lesión Temporo-Parietal que desconecta el centro de la mano derecha de


las aferencias sensoriales, produciendo apraxia en ambos brazos.
- Lesión 2: Lesión de la corteza sensoriomotora que produciría hemiplejia derecha y
apraxia para ambos brazos.
- Lesión 3: Lesión subcortical izquierda (que involucra exclusivamente las
proyecciones al cuerpo calloso).
- Lesión 4: Lesión del cuerpo calloso que produciría solo una apraxia del brazo
izquierdo.
- Lesión 5: Lesión de la capsula interna que produciría solo una hemiplejia
contralateral.

Además de proponer y mostrar evidencia sobre la existencia de un sistema para la


planificación motora, y que este se asienta en el hemisferio cerebral izquierdo, Liepmann
también describió los distintos elementos componentes de este sistema, Dichos
componentes incluyen:

- Formulas del movimiento: son conocidas como secuencias espacio-temporales,


como un conocimiento general del curso a seguir. De naturaleza sensorial, más
comúnmente visual.
- Habilidad de realizar las inervaciones necesarias para un movimiento (patrones
inervatorios): Transformar las fórmulas de movimiento en inervaciones precisas que
permitan una posición adecuada de los miembros.
- Memorias cinéticas de los movimientos: Es una relaciones funcional entre
inervaciones que siguen su curso sin intervención de la orientación, ni de las
imágenes visuales.

 Modelo de Luria

Luria (1977) estudio las alteraciones del movimiento proposicional desde un enfoque
diferente. El considera que la realización de un acto motor involucra una serie de
inervaciones sucesivas, distintas etapas de control para la ejecución de un movimiento
voluntario: a) control aferente, b) control eferente y c) control dinámico.

El primero se refiere al análisis a nivel cortical de las aferencias cinestésicas o


propioceptivas, provenientes de los receptores de los músculos, huesos y articulaciones.
Este permite el control de la posición de cualquier parte del cuerpo, aunque se encuentre
fuera del campo visual. Una lesión en la región postcentral de la corteza impide este
análisis y se traducirá clínicamente en la dificultad del paciente para controlar la posición
de su mano si no cuenta con apoyo visual. A esta alteración Luria la llamo “apraxia
aferente”.

El control eferente es el encargado de garantizar la síntesis de las series de movimientos


complejos que trascurren en el tiempo. Una serie de movimientos, implica una secuencia
coordinada de varios movimiento aislados, La lesión en la región premotora imposibilita
este control e impide a la persona la realización de series hábiles de movimientos, que ya
no se ejecutaran suavemente, sino que cada uno de sus componentes requerirá su propio
impulso aislado, perdiendo la melodía del movimiento; a esta alteración Luria la llamo
“apraxia eferente”.

La última etapa (control dinámico) garantiza el control del objetivo del movimiento,
permite la programación de las acciones, es decir la regulación voluntaria de los
movimientos. Las personas pierden la iniciativa para la realización de movimientos y su
conducta disminuye al nivel más elemental. Este cuadro se llama “apraxia dinámica” y fue
atribuida a la lesión de la corteza prefrontal.

 Otros Modelos

Gonzalez Rothi. L y cols. (1991), propusieron un modelo de procesamiento de praxias que


se inscribe dentro del campo de la neuropsicología cognitiva.

El modelo de procesamiento propuesto por ellos, según el cual la ejecución de movimientos


hábiles aprendidos esta mediada por distintos subsistema En las personas con lesiones
cerebrales se puede alterar, de manera independiente, la producción, imitación y/o
recepción (comprensión) de movimientos proposicionales (gestos).

Rothi y Heilman proponen cierta similitud entre el procesamiento del lenguaje y el de las
praxias. Comparan el área de Wernicke, que programa los actos lingüísticos, con el área de
“engramas motores visuocinéticos”para los movimientos aprendidos. En el uso del lenguaje
todos tenemos experiencias previas, que quedan almacenadas para ser utilizadas en el
momento necesario constituyendo el “lexicón”. De la misma manera también habría un
sistema, en el hemisferio izquierdo, para almacenar las representaciones de los
movimientos aprendidos, “praxicón” (lexicón de las acciones) fórmulas de representación
espacio – motoras. Teóricamente se podría distinguir entre la disfunción causada por la
destrucción de las áreas en las cuales el “praxicón” está representado, y la apraxia que
resulta de la desconexión de estas áreas parietales de las áreas motoras que implementan
estas representaciones.

Algunas formas de apraxia se producirían porque los engramas de memoria gestual


encontrarían dificultades para interaccionar con la parte del cerebro encargada de generar
patrones inervatorios, o porque estos patrones inervatorios no puedan acceder al área
motora. Rothi postula la necesidad de que los procesos de entrada gestual (percepción,
comprensión) y salida gestual (producción, realización) se lleven a cabo a través de dos
subsistemas, el “lexicón de entrada de acciones” (LEA), sistema para recibir información
relativa al código de los atributos físicos, y el “lexicón de salida de acciones” (LSA), un
código de los atributos físicos para que la acción pueda ser llevada a cabo.

El trastorno en la comprensión del gesto se explicaría


relacionado con el input o correspondiente a él, cuando la comprensión se encuentra
conservada pero la reproducción lesionada, la dificultad se centraría en el output. En el
deterioro de la comprensión de gestos con buena ejecución en imitación, la persona puede
acceder al input, pero no puede acceder ni activar el acceso semántico. Es posible no imitar
movimientos que nunca se han visto o hecho, no familiares, a través de la “ruta no
representacional – directa”, sin acceder al almacén de representaciones espaciotemporales
de los movimientos pues no hay memoria de ellos. Durante la imitación de gestos con
significado, el gesto requerido debe ser evocado desde las representaciones guardadas en la
memoria semántica. En cambio, cuando es requerida una imitación de gestos sin
significado, el gesto se elabora exclusivamente a partir de la ruta directa.

Otros autores incluyen en el modelos de Rothi y Heilman el concepto de “esquema


corporal”, considerando necesaria la codificación dinámica de las partes del cuerpo propias
y de los demás para ciertas praxias. El esquema corporal interviene tanto en la ruta lexical
como en la ruta directa en la cual el proceso para calcular la posición dinámica de las partes
del cuerpo es instantánea. La representación gestual contiene la información crítica para
distinguir un movimiento particular aprendido de otro. El output del sistema motor está
guardado en las coordenadas espaciales intrínsecas definidas por el esquema corporal.

Roy y Square, mencionan dos componentes en la praxia: el sistema conceptual y el sistema


de producción.

El sistema conceptual incluye el conocimiento de los objetos y de sus aspectos funcionales,


la utilización y el funcionamiento de utensilios y herramientas; el conocimiento de la
acción independientemente del contexto del objeto y de su función de
“descontextualización” de la acción; y el conocimiento sobre la organización de las
acciones dentro de una secuencia.

El sistema de producción es el responsable de llevar a cabo el programa motor y se encarga


de almacenar y realizar la representación sensoriomotora (espacial y temporal) necesaria
para poder ejecutar la actividad. El sistema conceptual se relaciona con el lóbulo parietal
izquierdo, y el sistema de producción con el lóbulo frontal. Este modelo dicotómico ha sido
apoyado en diversos estudios; sin embargo, el análisis de casos concretos con
especialización hemisférica atípica ha puesto de manifiesto importantes disociaciones
funcionales entre el conocimiento conceptual de la acción y la habilidad para ejecutar
movimientos adecuados.

En el marco de los modelos actuales sobre praxias, algunos trabajos han apoyado que las
mismas estructuras utilizadas para la producción serían las encargadas de discriminar
gestos.

VI. MANIFESTACIONES CLINICAS EN LA APRAXIA

Las manifestaciones clínicas en la praxia constituyen un grupo de alteraciones complejas y


diversas y no existe un acuerdo unánime sobre su clasificación.

De acuerdo con Geschwind y Damasio (1985), hay cuatro manifestaciones clínicas de la


praxia:

- Incapacidad de realizar correctamente un movimiento por orden verbal


- Impedimento para imitar adecuadamente un movimiento realizado por el
examinador
- Incapacidad de realizar apropiadamente un movimiento en respuesta a un objeto
- Incapacidad de manipular un objeto en forma adecuada.

Hay diferencias en cuanto a la clasificación de las apraxias. Por lo común, se han


considerado dos tipos principales de apraxia motora en las extremidades: la ideomotora
y la ideacional (ideatoria), y dos tipos de apraxias asociadas con defectos
visoespaciales: la construccional y la del vestirse. Algunos autores, sin embargo,
consideran que estas dos últimas (construccional y del vestirse) no son apraxias
propiamente dichas, y prefieren incluirlas entre los trastornos espaciales. Otros tipos de
apraxia citados a menudo son la bucofacial (o bucolinguofacial o apraxia oral), la
verbal, la de la marcha, la del tronco (apraxia axial) y la ocular.

Ardila y Rosselli en 1992, presentaron una clasificación general de las apraxias. En ella,
se intenta integrar los diferentes subtipos señalados, considerándose el segmento
corporal comprometido (extremidades, cara o tronco), si se presenta en forma unilateral
o bilateral y, por último, si se trata de una apraxia por trastornos en ejecución de
movimientos (apraxias motoras) o por trastornos de naturaleza espacial (apraxias
espaciales. A la torpeza de movimientos en ocasiones vinculadas al desarrollo o
dificultas en el aprendizaje de actividades motoras, se le llama dispraxia del desarrollo y
se incorpora a los problemas específicos del aprendizaje.

I. APRAXIAS MOTORAS

1) Apraxias de las extremidades

La primera descripción de un caso clínico la llevo a cabo Liepman (1900) en un paciente


con apraxia unilateral de las extremidades derechas. La apraxia de las extremidades ha sido
analizada y estudiada de los miembros superiores y se han distinguido tres variantes: la
apraxia melocinética (o simplemente cinética), la apraxia ideomotora y la apraxia
ideacional.

Cuando a un paciente se le pide que realice o imite un gesto o acción, pareciera necesario
desarrollar primero la idea de la secuencia de los movimientos, para luego organizarlos y
finalmente ejecutarlos. El paciente puede fallar en cualquiera de estas tres etapas; en su
planeación, en su planeación o en su ejecución.

a. Apraxias bilaterales

En éstas, el defecto es observado en ambos hemicuerpos, y no sólo en el hemicuerpo


contralateral a la lesión cerebral. Se distinguen varias formas.

 Apraxia ideomotora

Es un defecto o incapacidad para llevar a efecto un acto motor previamente aprendido. En


este sentido, podría considerarse como una forma específica de amnesia retrógrada, pero,
los pacientes apráxicos no solo tiene dificultad para ejecutar actos previamente aprendidos
si no para realizar actos motores nuevos.
Es decir, no sólo muestran amnesia retrógrada para hacer movimientos ya aprendidos, sino
que presentan una amnesia anterógrada específica.

- Apraxia de las extremidades superiores

Representa el trastorno gestual más observado en pacientes con accidentes vasculares de la


arteria cerebral media izquierda (Poeck, 1986). En este tipo de apraxia los movimientos
simples y complejos, con significado o sin él, también se encuentran alterados, y los
pacientes tienen graves problemas cuando se le pide que imaginen cómo usarían objeto
determinado. La ejecución puede mejorar un poco por imitación o con la utilización directa
del objeto, pero nunca logra una ejecución correcta. Otra característica es que la realización
de movimientos se altera sólo o sobre todo cuando éstos se llevan a cabo fuera del
contexto natural, no necesariamente habrá errores, o por lo menos su ejecución será mucho
mejor. Un paciente pude ser totalmente incapaz de mover la mano para hacer el gesto de
despedirse; no obstante, al terminar la evaluación puede mover la mano de forma correcta
para despedirse del examinador.

Los defectos en la apraxia ideomotora incluyen la incapacidad de ejecutar el movimiento, la


simplificación o la ejecución a medias, el uso de las claves producidas por el mismo
paciente, las respuestas aproximatorias, las autocorrecciones, el empleo de la mano como
instrumento, los errores espaciales de la orientación de los dedos de la mano o de la
relación con otras partes del cuerpo, las verbalizaciones y las onomatopeyas, la exageración
del movimiento, la sustitución de perseveraciones y los errores parapráxicos (De Renzi,
1989; Geschwind y Damasio, 1985; Poeck, 1986). Los movimientos del paciente son
torpes, amorfos, abreviados y deformados; dos o más movimientos forman parte de uno de
uno solo; se incrementan los gestos y las verbalizaciones continuas. Las parapraxias pueden
definirse como movimientos cuyos elementos son mal seleccionados y que se producen en
una secuencia incorrecta (Poeck, 1986).

- Apraxia de la marcha

La alteración de la marcha se caracteriza por espasticidad y dificultad en la ejecución de


movimientos; se le llama también marcha frontal o apraxia de la marcha (Meyer y Barron,
1960). Con frecuencia, se le asocia con el síndrome de hidrocefalia normotensa. La apraxia
de la marcha se caracteriza por la imposibilidad para caminar; el paciente queda como
adherido al piso, sin poder levantar los pies, y por esta razón se le conoce también como
“marcha magnética”. Sin embargo, el paciente puede mover los pues cuando se encuentra
sentado, e incluso pueden caminar si se les dan órdenes elementales, como “levante su pie
derecho, ahora el izquierdo” etc. Frecuentemente se encuentra signo de Babinski bilateral y
pueden también asociarse con la presencia de otros reflejos patológicos.

Se podría distinguir grupos adicionales de apraxia ideomotora, según el movimiento


particular que esté alterado. Así, por ejemplo, se ha descrito una apraxia para escribir
(apraxia agráfica o agrafia apráxica) y una apraxia para reproducir posiciones específicas
con la mano (apraxia de la posición o apraxia de pose). Se trata de formas de apraxia
segmentaria, que implican la incapacidad para realizar un movimiento en particular.

 Apraxia ideacional

Este término se ha utilizado en dos formas un tanto diferentes:

1) Como incapacidad de realizar una serie de actos, un plan ideacional (por ejemplo,
preparar café).
2) Como la imposibilidad de entender cómo se utilizan los objetos (conocimiento de la
acción de los objetos). En este último caso, la apraxia ideacional puede interpretarse
como una agnosia para el uso de objetos, o simplemente como una “apraxia
conceptual” (Ochipa, Rothi y Heilman, 1992; Heilman y Rothi, 1993).

En 1905 Pick describió el primer caso de un paciente con apraxia ideacional, quien
intentaba peinarse con la navaja de afeitar y escribir con unas tijeras. Ochipaet al. , (1992)
Informaron de un sujeto que utilizaba la crema dental como cepillo de dientes y el cepillo
de dientes como crema dental. Este tipo de observación es común en la apraxia ideacional.

Si se considera que ésta es la incapacidad de llevar a cabo una serie de actos, un plan
ideacional, se altera la sucesión lógica de los movimientos, aunque el paciente pueda
ejecutar adecuadamente los elementos de la secuencia; así por ejemplo un paciente que
pretende fumar deberá sacar el cigarro de la cajetilla, colocárselo en la boca, encender le
fósforo encender el cigarro y finalmente y apagar el fósforo. Esta es la consecuencia lógica.

En cambio podría encender el fósforo y apagarlo antes de sacar el cigarro de la cajetilla.


Los actos o secuencias motores complejos son precisamente los que están alterados. La
desorganización de la secuencia se puede observar de varias maneras, ya sea porque el acto
motor queda incompleto y el paciente detiene el movimiento antes de tiempo, o porque
sustituye el movimiento por otro similar (parapraxia) o invierte el orden de la secuencia. El
movimiento se ejecuta correctamente cuando, para su elaboración no es necesario un plan
determinado de sucesión de actos simples. Quienes presentan este tipo de apraxia pueden
imitar movimientos sencillos, pero no secuencias elaboradas. Es raro (aunque no imposible)
encontrar apraxia ideacional independiente de la apraxia ideomotora.

La apraxia ideacional se encuentra, con frecuencia en casos de demencia de tipo Alzheimer


(Cummings y Benson, 1992; Lucchelliet al. ,1993), se asocia con lesiones extensas del
hemisferio izquierdo y con lesiones del cuerpo calloso (Watson y Heilman,1985). Ochipa y
colaboradores (1989) describieron un caso de apraxia ideacional como consecuencia de una
lesión del hemisferio derecho en un paciente zurdo.

El método de evaluación más común para evaluar la apraxia ideacional consiste en pedir al
paciente que haga movimientos complejos que incluyan el uso de objetos. Algunos
estudiosos sugieren que la evaluación de este trastorno debe realizarse siempre con el
objeto real (Poeck, 1986), e incluso se afirma que la incapacidad de utilizar objetos es
indicio clave de que existe este tipo de apraxia (De Renzi y Luchelli, 1988).

b. Apraxia Unilateral

Los defectos en la realización del acto motor sólo se observa en el hemicuerpo contralateral
a la lesión cerebral. Hay varias formas de apraxia unilateral.
 Apraxia cinética

Ésta fue descrita por Kleist (1907) como una apraxia en la ejecución pura del movimiento
y sólo tiene relación con una pequeña porción muscular.

Liepmann (Liepmann y Maas, 1907) la incluyo en su taxonomía junto con la apraxia


ideomotora e ideacional. Se caracteriza por la imposibilidad de realizar movimientos
rápidos y seriados, como presionar repetidamente un botón, tocar el piano, etc. Se considera
que este tipo de apraxia es la perdida de la velocidad y la exactitud del movimiento, aunque
se conserve la intención de llevarlo a cabo. En ocasiones, resulta difícil diferenciarla de una
hemiparesia. Para Hécaen y Albert (1978), la apraxia cinética es un trastorno que se
encuentra entre una paresia y una apraxia.

La apraxia cinética o melocinética se observa por lo regular en un solo miembro superior,


como consecuencia de lesiones frontales (premotoras) contralaterales. El trastorno es más
obvio cuando se examinan los miembros distales, como los movimientos de los dedos.
Luria (1976) considera este tipo de apraxia como la pérdida de la melodía cinética y la
denomina apraxia cinética o eferente. Con frecuencia, se le asocia consta trastornos de
perseveración y respuestas de prensión.

Luria (1976) incluye el concepto de apraxia cinética para aplicar la afasia de Broca (afasia
motora eferente o afasia motora cinética). Quienes tienen este tipo de afasia presenta una
apraxia cinética (o eferente) que afecta los movimientos requeridos para producir el
lenguaje. En otras palabras, de acuerdo con Luria, la apraxia cinética representa uno de los
defectos que subyacen en la afasia de Broca.

 Apraxia simpática

Con este nombre se refirió Liepmann (1900) el trastorno observado con frecuencia en
pacientes con afasia de Broca (o afasia globales) y con hemiparesia derecha. Las
dificultades gestuales de los miembros izquierdos son evidentes tanto a la orden verbal
como por imitación. Se presenta entonces una hemiparesia en la mano derecha y una
apraxia ideomotora sólo en la mano izquierda.
 Apraxia callosa

Este tipo de apraxia observada en pacientes con lesiones del cuerpo calloso, se caracteriza
porque la mano izquierda es incapaz de realizar movimientos guiados verbalmente, a pesar
de manipular correctamente los objetos e imitar adecuadamente los movimientos realizados
por el examinador. No obstante, el sujeto no puede escribir con movimientos, cómo se usa
un objeto. Además, no se puede escribir con la mano izquierda (Hemigrafia izquierda), pero
sí con la derecha y sin mayor problema. La apraxia callosa es uno de los signos del
llamado síndrome de Sperry o síndrome del cerebro dividido. Gazzanigaet al., (1962)
señala incluso la posibilidad de que haya movimientos contrarios entre ambas manos
(dispraxia diagnóstica); así, por ejemplo, se informa de un paciente que trataba de subirse
los pantalones: su mano derecha cumplía las intenciones del sujeto, pero su izquierda
realizaba una acción completamente opuesta, intentando bajarlos.

Geschwinch y Kaplan (1962) informan de un paciente con un gliobastoma en el hemisferio


izquierdo y un infarto de la arteria cerebral anterior izquierda, causante de una lesión a
nivel de la rodilla del cuerpo calloso. Esta persona presentaba apraxia en la mano izquierda
sólo cuando recibía órdenes verbales, pero sabía manipular los objetos e imitaba
correctamente los movimientos con esa mano. No todos los casos de desconexión
interhemisférica que describe la literatura presentan las mismas características en su
apraxia.

Los que aportaron Watson y Heilman (1985) y Liepmann y Maas (1907) representaba una
apraxia con la mano izquierda para cualquier movimiento: por orden verbal, por imitación y
para la manipulación de los objetos. Estas diferencias en la caracterización de la apraxia
han llevado a Heilman y Rothi (1985) a proponer que en ocasiones el lenguaje y los
programas visuocinéticos están restringidos al hemisferio izquierdo, como el paciente de
Watson y Heilman, mientras que en otros casos el lenguaje estaría representado en el
hemisferio izquierdo pero existiría una representación bilateral de los
engramasvisuocinéticos. En otras palabras, el déficit apráxico que corresponde a lesiones
del cuerpo calloso dependería del tipo de dominancia motora y lingüística que manifieste el
paciente.
2) Apraxia de cara

Se han descrito dos formas principales de alteraciones apráxicas bucofacial (también


llamada bucolinguofacial o apraxia oral) y la apraxia oculomotora.

a. Apraxia Bucofacial (Oral)

Fue descrita inicialmente por Jackson en 1874 en un paciente que no podía sacar la lengua
ante una orden verbal pero sí podía utilizarla para quitarse un pedazo de pan del labio. Se
refiere, en consecuencia, a la incapacidad para ejecutar voluntariamente movimientos buco
facial con los músculos de la laringe, la faringe, la lengua, los labios y las mejillas, aunque
se conserven los movimientos automáticos con los mismos músculos. Tognola y Vignolo
(1980) advirtieron que la apraxia buco facial se asocia con lesiones en el opérculo frontal y
parietal y en la ínsula anterior del hemisferio izquierdo.

La apraxia oral puede acompañarse de mutismo. Se cree que el mutismo permanentemente


es producto de una lesión bilateral (Pineda y Ardila, 1992; Sussman, 1983), en tanto que el
mutismo transitorio puede deberse a lesiones unilaterales de la corteza motora inferior
(Alexander, 1989; Schiff, 1983). Starkstein (1988) informaron de un caso de un mutismo
transitorio cruzado en un paciente diestro que había sufrido un infarto isquémico de la
Ínsula derecha. El mutismo permanente puede resultar una apraxia buco facial grave; de
haber lesiones unilaterales, hay una acción compensatoria del área contra lateral no
afectada, responsable de la recuperación.

Alexander (1989) señalaron que el daño en el opérculo frontal, la corteza motora inferior y
la sustancia blanca subyacente producen una alteración compleja en el lenguaje del habla,
la cual se caracteriza por un mutismo inicial asociado con hemiparesia y apraxia oral. La
hemiparesia derecha desaparece, pero no en la parte inferior de la cara; la apraxia oral
mejora lentamente; el habla se recupera poco a poco, aunque la lentificacion, articulación
anormal y sintacsis limitada y en ocasiones incorrecta. El lenguaje escrito también esta
alterado. Luego de varias semanas, suele haber una recuperación notable.
b. Apraxia Ocular

La apraxia ocular u oculomotora - también llamada apraxia de la mirada- se ha encontrado


en pacientes que pueden mover los ojos hacia la derecha o la izquierda , como un arco
reflejo, pero no pueden hacerlo por voluntad propia o por una orden verbal. Este trastorno
fue descrito por Balindt (1909), Holmes (1918) y Poppelreuter (1917) en pacientes con
lesiones parietales posteriores bilaterales y se le llamo apraxia óptica o parálisis psíquica de
la mirada. Se caracteriza por trastornos evidentes en tareas de búsqueda visual y control
rígido (pero no reflejo) de los movimientos de los ojos.

La apraxia ocular es uno de los signos clínicos del síndrome de Balindt o síndrome de
Balindt- Holmes, junto con la ataxia óptica (dificultades para guiar visualmente los
movimientos que se manifiestan en errores al tratar de tocar o agarrar los objetos) y los
defectos en la atención visual.

3) Apraxia Axiales
Son formas de apraxia que comprometen los movimientos con el eje del cuerpo y se llegan
a diferenciar según el movimiento específico que se encuentra alterado; así, la incapacidad
de sentarse correspondería a una apraxia para sentarse, por ejemplo. Sin embargo, es más
sencillos considerarlas en conjunto como apraxias tronco pedales o simplemente axiales.

a. Apraxia Troncopedal

Por lo común, los pacientes con lesiones del hemisferio izquierdo conservan los
movimientos axiales. La apraxia tronco pedal se refiere a la incapacidad de realizar dichos
movimientos, como sentarse, pararse de una manera determinada, etc. Algunos estudiosos
considera que, ante una orden verbal, es menor el numero de errores en los movimientos
axiales que en los de las extremidades ( De Renzo, 1989)
4) Apraxias De Lenguaje

Hay dos formas de apraxias que alteran la producción del lenguaje: una frontal cinética
(también conocida como la apraxia del habla), asociada con la afasia de Broca; y otra
parietal ideomotora (con frecuencia denominada apraxia verbal), relacionada con la afasia
de conducción. Luria (1977), por ejemplo, propuso dos tipos de afasias motora (motora
eferente y aferente) que corresponden a las dos formas de apraxia: la frontal- cinética y la
parietal- ideomotora; consideró que el efecto subyacente tanto en la afasia de Broca (afasia
motora cinética o eferente) como en la afasia de conducción ( afasia motora cinestesia o
aferente) era de tipo apráxico. Quizás lo más apropiado seria llamar apraxia del habla a la
forma frontal cinética, y apraxia verbal a la forma parietal ideomotora.

a. Apraxia Del Habla

La apraxia del habla es un trastorno causado por una alteración en la planeación o


programación de los movimientos secuenciales utilizados en la producción del lenguaje. Se
le considera- con el agramatismo- como uno de los elementos que subyacen en la afasia de
Broca. Se caracteriza por distorsione de los fonemas (desviaciones fonéticas), comicios y
justician de sonidos. La velocidad de la producción está afectada y el lenguaje surge con
dificultades (Rósenle; 1984). Los errores en la producción son inconscientes y el lenguaje
automático es superior . la apraxia del habla puede asociarse o no con la apraxia oral (buco
facial) y/o disartria . Dronkers(1996) estudio un grupo de paciente con defectos en la
planeación de los movimientos articulatorios del habla (apraxia del habla) y otros paciente
sin tales defectos. En todos los primeros pacientes y en ninguna de los segundos se
encontraba una lesión que incluía la ínsula anterior. En consecuencia, se puede considerar
que esta última es la estructura crítica en la planeación y organización de los movimientos
del habla, por lo que puede ser responsable de la apraxia del habla.

b. Apraxia Verbal
El término “apraxia verbal” es un tacto confuso, pues se ha empleado en formas diferentes.
Buckingham (1991) señala dos tipos: la apraxia verbal pre-rolándica y la apraxia verbal
retrorrolandica. Los errores fonéticos son diferentes en ambas formas. A la primera se le
llama comúnmente “apraxia del habla ”. algunas observaciones clínicas y experimentales
apoyan esta distinción. La apraxia del habla frontal representa una apraxia cinetica y se
asocia con la afasia de Broca, en tanto que la forma posrolandica se acompaña de la afasia
de conducción. Incluso se propuso que la apraxia verbal y la afasia de conducción
representan el mismo trastorno en el lenguaje (Ardila y Rosselli, 1990; Brown, 1972; Luria,
1966, 1976). Así, la afasia de conducción seria solo una apraxia ideomotora segmentaria
para los movimientos utilizados en la producción del lenguaje.

II. Apraxias Espaciales

Por lo común, los tipos de apraxias espaciales (apraxia construccional y apraxia del
vestirse) se observan en caso del hemisferio derecho. También son frecuentes en la
patología global difusa, como la demencia de tipo Alzheimer.

1) Apraxia Construccional

A pesar que el término apraxia construccional se le atribuye a Kleist (1923), Poppelreuter


ya había descrito en 1917 la presencia de defectos construccionales en un paciente que
presentaba trastornos del equilibrio, en las habilidades construccionales y en la imitación de
movimientos. Para Kleist, la apraxia construccional es la incapacidad de traspasar de
manera adecuada la información visual a la acción; por lo tanto, es consecuencia de una
desconexión entre los procesos visuales y los cinéticos. Kleist hizo hincapié en las
dificultades espaciales, y las definió como una alteración en las actividades
construccionales, de ensamblaje y dibujo.

En principio, la apraxia construccional se considero una resultante de lesiones cerebrales


extensas, o lesiones bocales izquierdas. Lange (1936) propuso la denominación de
apractangosia pues en rigor no se trata solo de una apraxia o de una agnosia, sino de una
síndrome intermedio, y la relacionó con lesiones de hemisferio derecho; incluso propuso
asociarla con otros defectos espaciales. En los años cincuenta, Hécaen y colaboradores
(1951) demostraron que los trastornos visocontructivos se asocian con lesiones del
hemisferio derecho. Más aun, hay rasgos claramente perceptibles en los dibujos de
pacientes con lesiones en el hemisferio izquierdo. Duesing (1953) sistematizó los errores en
el dibujo en casos de lesiones cerebrales derechas e izquierdas. Aunque los pacientes con
dichas lesiones presentan ciertas características en sus dibujos, éstas no son uniformes. MC
Fie y Zangwill (1960) adoptaron esta distinción, pero llamaron apraxia construccional a los
trastornos en el dibujo por lesiones del lóbulo parietal izquierdo, y agnosia espacial los
trastornos por lesiones en el parietal derecho; más Piercy y colaboradores (1960) mostrsron
que los trastornos en el dibujo no sólo son más frecuentes, sino también más graves en
casos de lesiones del parietal ; más aun, los errores son cualitativamente diferentes. Esto
llevó a proponer que los defectos construccionales en casos de lesiones derechas son una
consecuencia del déficit perceptuales, mientras que los defectos por lesiones izquierdas
resultan de defectos en la ejecución.

Benton y Fogel (1962) analizaron la ejecución lograda por 100 pacientes con daño cerebral
en cuatro tareas construccionales: copia de diseños, construcción de figuras con palitos,
construcción de modelos tridimensionales y diseño con cubos. Las correlaciones fueron
significativas pero no muy altas (del orden de .50 a .60), por lo que pudieron cuestionar la
a homogeneidad del defecto medido a través de estas lo que pudieron cuestionar la
homogeneidad del defecto medido a través de estas cuatro tareas. Ardila, (1998) utilizaron
una muestra de sujetos normales y encontraron tres tareas construccionales (copia de la
figura compleja de Rey-Osterrieth, diseño con cubos y rompecabezas) no se relacionaban
significativamente. La memoria de la figura sin embargo, se relacionao con las otras dos
tareas. Estos resultados demostrarían que la habiliades consruccionalwes son heterogenias.
Lezak (1995) señalo que a pesar de que la habilidad para dibujar y para ensamblar objetos
tiende a parecer puentes su asociación es tan variable que una y otra deben examinarse por
separado. Benton (1990) propuso dos subtipos de apraxia construccional uno relacionado
con los trastornos en la habilidad para dibujar y otro con incapacidad en tareas de
ensamblaje.
La apraxia construccional suele asociarse con lesiones parietales derechos posteriores. Sin
embargo, Benton (1968) observo que muchos pacientes con lesiones frontales derechas
también presentas defectos construccionales. Luria y Tsvetkova (1964) proponen que los
defectos construccionales por lesiones parietales y frontales obedecen a mecanismos
diferentes.: en las primeras hay trastornos de las relaciones espaciales, mientras que en las
lesiones frontales se pierde la capacidad de planeacion.

Se ha señalado con frecuencia que los defectos construccionales son frecuentes sobre todo,
en pacientes con daño cerebral difuso. Por ello, constituye uno de los signos más tempranos
de la demencia de tipo Alzheimer.

De referencia se ha utilizado tres tipos de tareas en el examen de la apraxia construccional:

1) El dibujo ( por copia y por orden verbal)


2) El diseño con bloques (bidimensionales o tridimensionales)
3) La construcción de modelos.

Se considera que existen ciertos errores típicos en la apraxia construccional, como la


mala orientación espacial, la relación inadecuada entre los elementos, el calcado y la
desorganización del conjunto. Sin embargo, dichos errores son más notorios en caso de
lesiones difusas, como en la demencia de tipo Alzheimer.

b. Apraxia Del Vestirse

Denominada por Marie y colaboradores (1992) como planotopoquinesia (acompañada de


otros trastornos espaciales) fue definida por Brain (1941) como un trastorno aislado la
habilidad para vestirse. Durante cierto tiempo también se le consideró como un subtipo de
apraxia ideaciones . Fitzgerald (2002) descubriendo que los trastornos viso espaciales
representan el déficit fundamental subyacente en la apraxia del vestirse.

En este trastorno el sujeto tiene dificultades para saber cómo se usan las prendas de vestir y
para relacionarlas con ciertas partes del cuerpo. Por lo común puede mostrar cierta
perplejidad ante la posibilidad de ponerse algo.
A menudo, el diagnóstico de la apraxia del vestirse se hace con los datos que proporcionan
el paciente o sus familiares. A éste se le puede pedir, sin embargo, que se ponga y se quite
el saco o la camisa. Hay algunas pruebas sencillas que algunos estudiosos suelen aplicas,
como hacer que el paciente se amarre los zapatos o haga el nudo de su corbata; sin
embargo la torpeza con que se realizan l estos movimientos no refleja necesariamente una
apraxia del vestirse, pues no pueden detectarse la presencia de errores espaciales en la
orientación del cuerpo con respecto a una prenda de vestirse.

V. Evaluación De Las Apraxias

En el caso de las apraxias de las extremidades y del rostro es necesario considerar dos
subsistemas subyacentes en el acto motor: el sistema conceptual y el sistema productor
(Roy, 1986). El primero se refiere al conocimiento que el sujeto tiene de las acciones
relacionadas con los objetos; el sistema productos implica la generación de la acción o
movimiento.

El sistema conceptual se puede evaluar mediante de dos tipos de tareas: en primer lugar,
pidiéndole al sujeto que señale los objetos útiles a una función dada; por ejemplo, se le
muestra una acción determinada, como martillar, y se le pide que seleccione el o los objetos
(martillos, zapato, pluma, lápiz) con los cuales se puede realizar dicha acción. El segundo
tipo de tareas aplicadas se refiere al conocimiento de las acciones. Se le muestra al sujeto
un movimiento o una acción con el fin de que determine si es correcto o no; entre los
movimientos se puede incluir uno correcto, otro en el cual se utilice la mano como
instrumento y, finalmente, uno más con errores espaciales.

Cuando se requiere señalar los objetos útiles a una función dad se observa que la mayoría
de los pacientes apráxico señalan los objetos correctos . Cuando se trata de reconocer las
acciones, se sabe que más de 50% de los pacientes identificaron correctamente éstas,
aunque no sean capaces de reproducirlas, lo cual demuestran que en los pacientes apráxico
el problema fundamental se centra en el sistema productor más que en sistema conceptual.
Roy (1986) sugiere, sin embargo, un defecto a nivel conceptual al señalar que muchos
pacientes apráxico tiene dificultades en categorizar los movimientos y que utilizan la mano
como instrumento.

Para evaluar el sistema productor, se le pide al sujeto que realice movimientos tales como
están en el siguiente cuadro:

Tareas típicas utilizadas en la evaluación de las apraxias

APRAXIA DE LAS 3. Sacar la


EXTREMIDADES lengua
Movimientos con significado 4. Colocar la lengua a la derecha
5. Colocar la lengua a la
orden verbal e imitación (MI y MD) izquierda
1. adiós 6. Con la lengua limpiarse la parte superior de los labios.

2.acercarse 7. Inflar las mejillas


3. negación 8. Silbar
4. peinarse 9. Mostrar cómo se da un beso
5. Cepillarse los dientes 10. Con la lengua hacer el sonido de un caballo trotando

6.Serruchar 11. Soplar


7. Cortar con unas tijeras 12. tomar un líquido con un popote.
8. Martillar un clavo APRAXIA OCULO MOTORA
Movimientos sin significado 1. Búsqueda visual
orden verbal e imitación (MI y MD) 2. Seguimiento de objetos.
1. Colocar la mano en el hombro opuesto. 3. Movimientos de los ojos bajo orden verbal.
2. Colocar el dorso de la mano sobre la frente. APRAXIA TRONCOPEDAL
1. Hacer una
3.Colocar la mano sobre el pecho venia
4. Dibujar un ocho en el aire 2. Arrodillarse
5. Hacer un circulo en el aire 3. Caminar hacia atrás
6. Colocar la palma de la mano sobre la cabeza 4. Pararse como un boxeador.
7. Colocar la palma de la mano sobre la
nuca. 5. Bailar
8. Tocarse la barbilla con el pulgar y el 6. Sentarse
índice
APRAXIA IDEACIONAL APRAXIA CONSTRUCCIONAL
Uso de los objetos 1. Dibujo espontánea
1. Preparar el envío de una carta copia

2. Seguir la secuencia necesaria para encender un


cigarrillo 2.Ensamblaje cubos
rompecabeza
3. Preparar el café s
APRAXIA BUCOFACIAL palitos
orden verbal e imitación
1. Hacer cara de que algo huele mal
2. Mostrar los dientes

Los pacientes apráxico tienen dificultades para aprender nuevas secuencias de


movimientos.

Hay algunas variables importantes para evaluar el sistema productor:

1. El propio método de evaluación; iniciar mencionando al paciente que realice


determinados movimientos
2. Se realiza después que el paciente haya errado en la primera y se le pide que use de
manera correcta y real de un objeto
3. Si se equivoca en los dos, se le pide que imite el uso del objeto.

Los movimientos deben ser transitivos e intransitivos; entre estos últimos es deseable
utilizar movimientos simbólicos y arbitrarios. Algunos deben dirigirse hacia el propio
cuerpo y otros hacia fuera del cuerpo.

También es necesario pedir a los pacientes que usen una de las dos manos (unilaterales) por
separados, iniciando con preferencia con la izquierda, y luego las dos manos (bilaterales).

Para evaluar las apraxias se deben examinar movimientos con las extremidades, la cara y el
tronco, y también se debe establecer la presencia de asimetrías entre los dos hemicuerpos.

Las variables a considerar en un paciente apráxico :


1) METODOS
Verbal: gestos, objeto
Imitación: gestos, objeto
2) PARTE DEL CUERPO
Extremidad
Cara
Tronco
3) TIPO DE MOVIMIENTO
Transitivo e intransitivo
Reflexivos y no reflexivos
Simbólicos y arbitrarios
Unilaterales y bilaterales
4) COMPLEJIDAD DEL ACTO MOTOR
5) PERFECCION VS RAPIDEZ
6) COMPRENSION DEL MOVIMIENTO

Entre las pruebas frecuentemente utilizadas en la evaluación de las apraxias, seecuentran:


Finger Tapping Test, Bycycle Drawing Test, Grooved Pegboard; Praxias ideomotoras,
praxias bucofaciales, New England Pantomime Test, etc.

Podemos deducir que los movimientos de los pacientes con apraxias son torpes, amorfos,
abreviados y deformados, hay errores en la orientación espacial y con frecuencia, dos o más
movimientos se integran en uno solo. A veces se exagera o se utiliza la mano como un
instrumento.

En resumen la apraxia representa un tipo de trastorno motor con una frecuencia muy alta en
casos de daño cerebral, especialmente parietal. Sin embargo , puede pasar por
desapercibida sino se realiza un examen completo de ella. Los resultados de una evaluación
juiciosa da como resultado un excelente diagnostico clínico
VI. REFERENCIAS:

- Peña Casanova, J (2007) Neurología de la conducta y


neuropsicología:.panamericana. Madrid- España.
- Ardila y Roselli (2007) Neuropsicología Clinica.: Manual moderno. México.

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