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E.A.P DE PSICOLOGIA
APRAXIA
Alumnas:
- Alave Mamani, Yessica Yesenia
- Álvarez Loli, Edith Gabriela
- Atoche Montenegro, Cecilia Esther
- Ayudante Baldoceda, Ruth Karina
Octubre, 2010.
CONTENIDO
APRAXIA...............................................................................................................................3
I. DEFINICION DE APRAXIA..........................................................................................5
II. COMPONENTES FUNCIONALES...............................................................................5
III. ETIOLOGIA DE LA APRAXIA.....................................................................................6
IV. SISTEMA FUNCIONAL CEREBRAL PRÁXICO........................................................6
V. MODELOS EXPLICATIVOS DE LA APRAXIA.........................................................9
VI. MANIFESTACIONES CLINICAS EN LA APRAXIA...............................................14
I. APRAXIAS MOTORAS...............................................................................................15
1) Apraxias de las extremidades.........................................................................................15
a. Apraxias bilaterales........................................................................................................15
Apraxia ideomotora.......................................................................................................15
Apraxia ideacional.........................................................................................................17
b. Apraxia Unilateral..........................................................................................................18
Apraxia cinética.............................................................................................................19
Apraxia simpática..........................................................................................................19
Apraxia callosa..............................................................................................................20
2) Apraxia de cara..............................................................................................................21
a. Apraxia Bucofacial (Oral).............................................................................................21
b. Apraxia Ocular...............................................................................................................22
3) Apraxia Axiales.............................................................................................................22
a. Apraxia Troncopedal.....................................................................................................22
4) Apraxias De Lenguaje....................................................................................................23
a. Apraxia Del Habla.........................................................................................................23
b. Apraxia Verbal...............................................................................................................23
II. Apraxias Espaciales.......................................................................................................24
1) Apraxia Construccional.................................................................................................24
V. Evaluación De Las Apraxias...........................................................................................27
VI. REFERENCIAS:............................................................................................................30
APRAXIA
INTRODUCCION
El término “praxia” hace referencia al control deliberado para llevar a cabo la integración
motora en la ejecución de movimientos complejos aprendidos. Es la capacidad para
ejecutar una serie de actos motores aprendidos, que se realizan en respuesta a un estímulo
concreto y destinado a un fin. La ejecución práxica tiene su base en una elaboración
funcional compleja en la que intervienen diferentes componentes neurofuncionales.
Steinthal, utilizo este término para referirse a una variedad de trastornos neurológicos,
adquiridos o del desarrollo.
Hugo Liepmann, dio una de las primeras aproximaciones conceptuales, al describir un caso
de un consejero imperial M.T., con un trastorno motor que afectaba a la sucesión de
movimientos coordinados necesarios para la consecución de un fin, sin presentar paresia,
perdida de sensibilidad, acinesia, trastorno del movimiento (distonía, corea, temblor,
balismo), alteración del tono muscular o de la coordinación. La colaboración del paciente y
la comprensión de las órdenes estaban conservadas y no mostraba ninguna alteración
cognoscitiva, de memoria o atención. No podía imitar gestos ni usar objetos con la mano
izquierda y presentaba una lesión cortico-subcortical frontorrolandica y parietal posterior
izquierda con destrucción del cuerpo calloso.
Luria, hace referencia a los sistemas aferentes del movimientos (táctiles, visuales y
cinestésicos) con importante participación en tareas práxicas, y a los sistemas eferentes de
ejecución en la acción con menor implicancia en la praxia.
I. DEFINICION DE APRAXIA
La apraxia implica ausencia de una serie de dificultades motoras, como parálisis, ataxia y
coreoatetosis, déficit perceptuales, alteraciones graves en la comprensión y deterioro
mental. Esto no excluye que las personas apráxicas puedan tener trastornos motores,
lingüísticos y/o perceptuales adicionales, pero no lo suficientemente graves para justificar
la apraxia.
Para la correcta ejecución práxica, existen patrones motores estables que contienen un
conocimiento implícito de los atributos de los objetos, y cuando se combinan con otros,
originan un programa de control, se activan por esquemas perceptivos, y son la base
implícita de las decisiones motoras. El desarrollo del proceso práxico incluye la recepción y
tratamiento de la información sensorial, el establecimiento de operaciones lógicas de
comparación y la elaboración de engramas inervatorios motores. Dentro de estas acciones
secuenciales, la persona debe seleccionar un plan de acción e inhibir otras acciones no
pertinentes, memorizar el conjunto de esquemas, almacenar los pasos intermedios y
comprobar la ejecución final. Algunas acciones son automáticas y una vez aprendidas e
iniciadas, ya no necesitan de un control voluntario para continuar su ejecución; otras, en
cambio, requieren una nueva construcción y la intervención cognitivas específicas para
configurar el plan.
Las personas con alteraciones práxicas encuentran gran dificultad para desenvolverse en
actividades cotidianas, llegando a veces a la total incapacidad. Generalmente no son
conscientes del problema que presentan, y atribuyen su discapacidad a la hemiparesia
derecha que a veces acompaña al cuadro, lo que influye en su rehabilitación.
III. ETIOLOGIA DE LA APRAXIA
- Traumatismo craneoencefálico
- Accidentes cerebrovasculares
- Enfermedad degenerativa
- Tumores
- Procesos infecciosos o tóxicos
Estas lesiones afectan a alguno de los componentes del sistema funcional cerebral práxico.
Los estudios de neuroimagen permiten la descripción cada vez más precisa del sistema
funcional cerebral práxico y varias investigaciones y varias investigaciones ponen de
manifiesto el papel del lóbulo parietal inferior. Estudios con tomografía por emisión de
positrones (PET), demuestran que el procesamiento de gestos sin significado realizados con
las manos implica a una red neuronal en el hemisferio izquierdo, que incluye estructuras
neurales de las áreas 19, 40 y 5. En la apraxia, los pacientes no solamente presentan errores
en la ejecución de un acto motor, con incapacidad para ejecutar acciones en una secuencia
temporal apropiada, sino que también muestran déficit para comprender, reconocer y
discriminar entre diferentes tipos de actos motores. El lóbulo parietal inferior del
hemisferio izquierdo, entre la circunvolución angular y supramarginal izquierdas, sería el
almacén de las representaciones motoras adquiridas, representación sensorial de los
movimientos, y participaría en la programación de la corteza motora para la ejecución de
los actos.
Ante una lesión cerebral, la aparición o no de apraxia dependerá entre otras cosas, del
patrón de dominancias que la persona tenga para las habilidades motoras, El hemisferio
izquierdo es dominante para los actos motores aprendidos, está relacionado con el análisis
de partes, detalles y el engranaje temporal, y a él se le atribuye la capacidad para controlar
y programar el acto motor. Es importante para la representación de acciones en términos
del conocimiento de la estructura del cuerpo. El hemisferio derecho no puede programar de
forma independiente, pero participa en el análisis visuoespacial de los gestos. Sin embargo,
las descripciones de algunos casos muestran la variabilidad de la organización cerebral, y
en ellos el hemisferio derecho puede sustituir al izquierdo en las instrucciones de acto
motor de las representación del movimiento, o incluso aparecer estas como bilaterales.
Muestra de esto es la recuperación espontanea de la apraxia en personas diestras con
lesiones del hemisferio izquierdo, en los que el hemisferio derecho no lesionado ayudaría
en la programación motora.
Modelo de Liepmann
Modelo de Luria
Luria (1977) estudio las alteraciones del movimiento proposicional desde un enfoque
diferente. El considera que la realización de un acto motor involucra una serie de
inervaciones sucesivas, distintas etapas de control para la ejecución de un movimiento
voluntario: a) control aferente, b) control eferente y c) control dinámico.
La última etapa (control dinámico) garantiza el control del objetivo del movimiento,
permite la programación de las acciones, es decir la regulación voluntaria de los
movimientos. Las personas pierden la iniciativa para la realización de movimientos y su
conducta disminuye al nivel más elemental. Este cuadro se llama “apraxia dinámica” y fue
atribuida a la lesión de la corteza prefrontal.
Otros Modelos
Rothi y Heilman proponen cierta similitud entre el procesamiento del lenguaje y el de las
praxias. Comparan el área de Wernicke, que programa los actos lingüísticos, con el área de
“engramas motores visuocinéticos”para los movimientos aprendidos. En el uso del lenguaje
todos tenemos experiencias previas, que quedan almacenadas para ser utilizadas en el
momento necesario constituyendo el “lexicón”. De la misma manera también habría un
sistema, en el hemisferio izquierdo, para almacenar las representaciones de los
movimientos aprendidos, “praxicón” (lexicón de las acciones) fórmulas de representación
espacio – motoras. Teóricamente se podría distinguir entre la disfunción causada por la
destrucción de las áreas en las cuales el “praxicón” está representado, y la apraxia que
resulta de la desconexión de estas áreas parietales de las áreas motoras que implementan
estas representaciones.
En el marco de los modelos actuales sobre praxias, algunos trabajos han apoyado que las
mismas estructuras utilizadas para la producción serían las encargadas de discriminar
gestos.
Ardila y Rosselli en 1992, presentaron una clasificación general de las apraxias. En ella,
se intenta integrar los diferentes subtipos señalados, considerándose el segmento
corporal comprometido (extremidades, cara o tronco), si se presenta en forma unilateral
o bilateral y, por último, si se trata de una apraxia por trastornos en ejecución de
movimientos (apraxias motoras) o por trastornos de naturaleza espacial (apraxias
espaciales. A la torpeza de movimientos en ocasiones vinculadas al desarrollo o
dificultas en el aprendizaje de actividades motoras, se le llama dispraxia del desarrollo y
se incorpora a los problemas específicos del aprendizaje.
I. APRAXIAS MOTORAS
Cuando a un paciente se le pide que realice o imite un gesto o acción, pareciera necesario
desarrollar primero la idea de la secuencia de los movimientos, para luego organizarlos y
finalmente ejecutarlos. El paciente puede fallar en cualquiera de estas tres etapas; en su
planeación, en su planeación o en su ejecución.
a. Apraxias bilaterales
Apraxia ideomotora
- Apraxia de la marcha
Apraxia ideacional
1) Como incapacidad de realizar una serie de actos, un plan ideacional (por ejemplo,
preparar café).
2) Como la imposibilidad de entender cómo se utilizan los objetos (conocimiento de la
acción de los objetos). En este último caso, la apraxia ideacional puede interpretarse
como una agnosia para el uso de objetos, o simplemente como una “apraxia
conceptual” (Ochipa, Rothi y Heilman, 1992; Heilman y Rothi, 1993).
En 1905 Pick describió el primer caso de un paciente con apraxia ideacional, quien
intentaba peinarse con la navaja de afeitar y escribir con unas tijeras. Ochipaet al. , (1992)
Informaron de un sujeto que utilizaba la crema dental como cepillo de dientes y el cepillo
de dientes como crema dental. Este tipo de observación es común en la apraxia ideacional.
Si se considera que ésta es la incapacidad de llevar a cabo una serie de actos, un plan
ideacional, se altera la sucesión lógica de los movimientos, aunque el paciente pueda
ejecutar adecuadamente los elementos de la secuencia; así por ejemplo un paciente que
pretende fumar deberá sacar el cigarro de la cajetilla, colocárselo en la boca, encender le
fósforo encender el cigarro y finalmente y apagar el fósforo. Esta es la consecuencia lógica.
El método de evaluación más común para evaluar la apraxia ideacional consiste en pedir al
paciente que haga movimientos complejos que incluyan el uso de objetos. Algunos
estudiosos sugieren que la evaluación de este trastorno debe realizarse siempre con el
objeto real (Poeck, 1986), e incluso se afirma que la incapacidad de utilizar objetos es
indicio clave de que existe este tipo de apraxia (De Renzi y Luchelli, 1988).
b. Apraxia Unilateral
Los defectos en la realización del acto motor sólo se observa en el hemicuerpo contralateral
a la lesión cerebral. Hay varias formas de apraxia unilateral.
Apraxia cinética
Ésta fue descrita por Kleist (1907) como una apraxia en la ejecución pura del movimiento
y sólo tiene relación con una pequeña porción muscular.
Luria (1976) incluye el concepto de apraxia cinética para aplicar la afasia de Broca (afasia
motora eferente o afasia motora cinética). Quienes tienen este tipo de afasia presenta una
apraxia cinética (o eferente) que afecta los movimientos requeridos para producir el
lenguaje. En otras palabras, de acuerdo con Luria, la apraxia cinética representa uno de los
defectos que subyacen en la afasia de Broca.
Apraxia simpática
Con este nombre se refirió Liepmann (1900) el trastorno observado con frecuencia en
pacientes con afasia de Broca (o afasia globales) y con hemiparesia derecha. Las
dificultades gestuales de los miembros izquierdos son evidentes tanto a la orden verbal
como por imitación. Se presenta entonces una hemiparesia en la mano derecha y una
apraxia ideomotora sólo en la mano izquierda.
Apraxia callosa
Este tipo de apraxia observada en pacientes con lesiones del cuerpo calloso, se caracteriza
porque la mano izquierda es incapaz de realizar movimientos guiados verbalmente, a pesar
de manipular correctamente los objetos e imitar adecuadamente los movimientos realizados
por el examinador. No obstante, el sujeto no puede escribir con movimientos, cómo se usa
un objeto. Además, no se puede escribir con la mano izquierda (Hemigrafia izquierda), pero
sí con la derecha y sin mayor problema. La apraxia callosa es uno de los signos del
llamado síndrome de Sperry o síndrome del cerebro dividido. Gazzanigaet al., (1962)
señala incluso la posibilidad de que haya movimientos contrarios entre ambas manos
(dispraxia diagnóstica); así, por ejemplo, se informa de un paciente que trataba de subirse
los pantalones: su mano derecha cumplía las intenciones del sujeto, pero su izquierda
realizaba una acción completamente opuesta, intentando bajarlos.
Los que aportaron Watson y Heilman (1985) y Liepmann y Maas (1907) representaba una
apraxia con la mano izquierda para cualquier movimiento: por orden verbal, por imitación y
para la manipulación de los objetos. Estas diferencias en la caracterización de la apraxia
han llevado a Heilman y Rothi (1985) a proponer que en ocasiones el lenguaje y los
programas visuocinéticos están restringidos al hemisferio izquierdo, como el paciente de
Watson y Heilman, mientras que en otros casos el lenguaje estaría representado en el
hemisferio izquierdo pero existiría una representación bilateral de los
engramasvisuocinéticos. En otras palabras, el déficit apráxico que corresponde a lesiones
del cuerpo calloso dependería del tipo de dominancia motora y lingüística que manifieste el
paciente.
2) Apraxia de cara
Fue descrita inicialmente por Jackson en 1874 en un paciente que no podía sacar la lengua
ante una orden verbal pero sí podía utilizarla para quitarse un pedazo de pan del labio. Se
refiere, en consecuencia, a la incapacidad para ejecutar voluntariamente movimientos buco
facial con los músculos de la laringe, la faringe, la lengua, los labios y las mejillas, aunque
se conserven los movimientos automáticos con los mismos músculos. Tognola y Vignolo
(1980) advirtieron que la apraxia buco facial se asocia con lesiones en el opérculo frontal y
parietal y en la ínsula anterior del hemisferio izquierdo.
Alexander (1989) señalaron que el daño en el opérculo frontal, la corteza motora inferior y
la sustancia blanca subyacente producen una alteración compleja en el lenguaje del habla,
la cual se caracteriza por un mutismo inicial asociado con hemiparesia y apraxia oral. La
hemiparesia derecha desaparece, pero no en la parte inferior de la cara; la apraxia oral
mejora lentamente; el habla se recupera poco a poco, aunque la lentificacion, articulación
anormal y sintacsis limitada y en ocasiones incorrecta. El lenguaje escrito también esta
alterado. Luego de varias semanas, suele haber una recuperación notable.
b. Apraxia Ocular
La apraxia ocular es uno de los signos clínicos del síndrome de Balindt o síndrome de
Balindt- Holmes, junto con la ataxia óptica (dificultades para guiar visualmente los
movimientos que se manifiestan en errores al tratar de tocar o agarrar los objetos) y los
defectos en la atención visual.
3) Apraxia Axiales
Son formas de apraxia que comprometen los movimientos con el eje del cuerpo y se llegan
a diferenciar según el movimiento específico que se encuentra alterado; así, la incapacidad
de sentarse correspondería a una apraxia para sentarse, por ejemplo. Sin embargo, es más
sencillos considerarlas en conjunto como apraxias tronco pedales o simplemente axiales.
a. Apraxia Troncopedal
Por lo común, los pacientes con lesiones del hemisferio izquierdo conservan los
movimientos axiales. La apraxia tronco pedal se refiere a la incapacidad de realizar dichos
movimientos, como sentarse, pararse de una manera determinada, etc. Algunos estudiosos
considera que, ante una orden verbal, es menor el numero de errores en los movimientos
axiales que en los de las extremidades ( De Renzo, 1989)
4) Apraxias De Lenguaje
Hay dos formas de apraxias que alteran la producción del lenguaje: una frontal cinética
(también conocida como la apraxia del habla), asociada con la afasia de Broca; y otra
parietal ideomotora (con frecuencia denominada apraxia verbal), relacionada con la afasia
de conducción. Luria (1977), por ejemplo, propuso dos tipos de afasias motora (motora
eferente y aferente) que corresponden a las dos formas de apraxia: la frontal- cinética y la
parietal- ideomotora; consideró que el efecto subyacente tanto en la afasia de Broca (afasia
motora cinética o eferente) como en la afasia de conducción ( afasia motora cinestesia o
aferente) era de tipo apráxico. Quizás lo más apropiado seria llamar apraxia del habla a la
forma frontal cinética, y apraxia verbal a la forma parietal ideomotora.
b. Apraxia Verbal
El término “apraxia verbal” es un tacto confuso, pues se ha empleado en formas diferentes.
Buckingham (1991) señala dos tipos: la apraxia verbal pre-rolándica y la apraxia verbal
retrorrolandica. Los errores fonéticos son diferentes en ambas formas. A la primera se le
llama comúnmente “apraxia del habla ”. algunas observaciones clínicas y experimentales
apoyan esta distinción. La apraxia del habla frontal representa una apraxia cinetica y se
asocia con la afasia de Broca, en tanto que la forma posrolandica se acompaña de la afasia
de conducción. Incluso se propuso que la apraxia verbal y la afasia de conducción
representan el mismo trastorno en el lenguaje (Ardila y Rosselli, 1990; Brown, 1972; Luria,
1966, 1976). Así, la afasia de conducción seria solo una apraxia ideomotora segmentaria
para los movimientos utilizados en la producción del lenguaje.
Por lo común, los tipos de apraxias espaciales (apraxia construccional y apraxia del
vestirse) se observan en caso del hemisferio derecho. También son frecuentes en la
patología global difusa, como la demencia de tipo Alzheimer.
1) Apraxia Construccional
Benton y Fogel (1962) analizaron la ejecución lograda por 100 pacientes con daño cerebral
en cuatro tareas construccionales: copia de diseños, construcción de figuras con palitos,
construcción de modelos tridimensionales y diseño con cubos. Las correlaciones fueron
significativas pero no muy altas (del orden de .50 a .60), por lo que pudieron cuestionar la
a homogeneidad del defecto medido a través de estas lo que pudieron cuestionar la
homogeneidad del defecto medido a través de estas cuatro tareas. Ardila, (1998) utilizaron
una muestra de sujetos normales y encontraron tres tareas construccionales (copia de la
figura compleja de Rey-Osterrieth, diseño con cubos y rompecabezas) no se relacionaban
significativamente. La memoria de la figura sin embargo, se relacionao con las otras dos
tareas. Estos resultados demostrarían que la habiliades consruccionalwes son heterogenias.
Lezak (1995) señalo que a pesar de que la habilidad para dibujar y para ensamblar objetos
tiende a parecer puentes su asociación es tan variable que una y otra deben examinarse por
separado. Benton (1990) propuso dos subtipos de apraxia construccional uno relacionado
con los trastornos en la habilidad para dibujar y otro con incapacidad en tareas de
ensamblaje.
La apraxia construccional suele asociarse con lesiones parietales derechos posteriores. Sin
embargo, Benton (1968) observo que muchos pacientes con lesiones frontales derechas
también presentas defectos construccionales. Luria y Tsvetkova (1964) proponen que los
defectos construccionales por lesiones parietales y frontales obedecen a mecanismos
diferentes.: en las primeras hay trastornos de las relaciones espaciales, mientras que en las
lesiones frontales se pierde la capacidad de planeacion.
Se ha señalado con frecuencia que los defectos construccionales son frecuentes sobre todo,
en pacientes con daño cerebral difuso. Por ello, constituye uno de los signos más tempranos
de la demencia de tipo Alzheimer.
En este trastorno el sujeto tiene dificultades para saber cómo se usan las prendas de vestir y
para relacionarlas con ciertas partes del cuerpo. Por lo común puede mostrar cierta
perplejidad ante la posibilidad de ponerse algo.
A menudo, el diagnóstico de la apraxia del vestirse se hace con los datos que proporcionan
el paciente o sus familiares. A éste se le puede pedir, sin embargo, que se ponga y se quite
el saco o la camisa. Hay algunas pruebas sencillas que algunos estudiosos suelen aplicas,
como hacer que el paciente se amarre los zapatos o haga el nudo de su corbata; sin
embargo la torpeza con que se realizan l estos movimientos no refleja necesariamente una
apraxia del vestirse, pues no pueden detectarse la presencia de errores espaciales en la
orientación del cuerpo con respecto a una prenda de vestirse.
En el caso de las apraxias de las extremidades y del rostro es necesario considerar dos
subsistemas subyacentes en el acto motor: el sistema conceptual y el sistema productor
(Roy, 1986). El primero se refiere al conocimiento que el sujeto tiene de las acciones
relacionadas con los objetos; el sistema productos implica la generación de la acción o
movimiento.
El sistema conceptual se puede evaluar mediante de dos tipos de tareas: en primer lugar,
pidiéndole al sujeto que señale los objetos útiles a una función dada; por ejemplo, se le
muestra una acción determinada, como martillar, y se le pide que seleccione el o los objetos
(martillos, zapato, pluma, lápiz) con los cuales se puede realizar dicha acción. El segundo
tipo de tareas aplicadas se refiere al conocimiento de las acciones. Se le muestra al sujeto
un movimiento o una acción con el fin de que determine si es correcto o no; entre los
movimientos se puede incluir uno correcto, otro en el cual se utilice la mano como
instrumento y, finalmente, uno más con errores espaciales.
Cuando se requiere señalar los objetos útiles a una función dad se observa que la mayoría
de los pacientes apráxico señalan los objetos correctos . Cuando se trata de reconocer las
acciones, se sabe que más de 50% de los pacientes identificaron correctamente éstas,
aunque no sean capaces de reproducirlas, lo cual demuestran que en los pacientes apráxico
el problema fundamental se centra en el sistema productor más que en sistema conceptual.
Roy (1986) sugiere, sin embargo, un defecto a nivel conceptual al señalar que muchos
pacientes apráxico tiene dificultades en categorizar los movimientos y que utilizan la mano
como instrumento.
Para evaluar el sistema productor, se le pide al sujeto que realice movimientos tales como
están en el siguiente cuadro:
Los movimientos deben ser transitivos e intransitivos; entre estos últimos es deseable
utilizar movimientos simbólicos y arbitrarios. Algunos deben dirigirse hacia el propio
cuerpo y otros hacia fuera del cuerpo.
También es necesario pedir a los pacientes que usen una de las dos manos (unilaterales) por
separados, iniciando con preferencia con la izquierda, y luego las dos manos (bilaterales).
Para evaluar las apraxias se deben examinar movimientos con las extremidades, la cara y el
tronco, y también se debe establecer la presencia de asimetrías entre los dos hemicuerpos.
Podemos deducir que los movimientos de los pacientes con apraxias son torpes, amorfos,
abreviados y deformados, hay errores en la orientación espacial y con frecuencia, dos o más
movimientos se integran en uno solo. A veces se exagera o se utiliza la mano como un
instrumento.
En resumen la apraxia representa un tipo de trastorno motor con una frecuencia muy alta en
casos de daño cerebral, especialmente parietal. Sin embargo , puede pasar por
desapercibida sino se realiza un examen completo de ella. Los resultados de una evaluación
juiciosa da como resultado un excelente diagnostico clínico
VI. REFERENCIAS: