En su entorno, se puede identificar algo de su concepción religiosa, la creencia de
un infierno. Por la influencia de su madrina, llevándolo primero a misa, que verlo en la calle. Inculcándole, inclusive que se puede condenar en el infierno por ser muy inquieto. Macario y su miedo a la muerte, esa muerte que lo puede conducir al mismísimo infierno, Felipa se lo espanta en jugueteos de cosquillas, además de pedirle a Dios que lo perdone.