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LESIONES MÁS COMUNES EN ALGUNOS DEPORTES

HOMBRO DEL LANZADOR

El término “hombro de lanzador” hace referencia a un conjunto de limitaciones


funcionales que impiden la adecuada función del hombro en deportistas que
realizan gestos de lanzamiento, como jugadores de béisbol, balonmano,
waterpolo, lanzamiento de jabalina; o golpeo de la pelota por encima de la
cabeza, como los jugadores de tenis durante el saque.
Esta afección, que puede cursar con dolor de hombro, debilidad, fatiga
muscular, rigidez e incapacidad para lanzar o para realizar un lanzamiento
correcto, puede tener varios factores causales coexistentes. Estos factores
pueden ser de origen anatómico, fisiológico y/o biomecánico.
La lesión anatómica más frecuentemente encontrada en estos deportistas es la
lesión SLAP del labrum glenoideo. Además, pueden encontrarse lesiones del
manguito rotador, del tendón de la cabeza larga del músculo bíceps braquial o
una inestabilidad glenohumeral adquirida como consecuencia de los
movimientos repetidos de rotación externa extrema realizados en el momento de
armar el brazo para el lanzamiento.
Entre los factores fisiológicos, podemos encontrar desequilibrios en la fuerza
muscular entre la musculatura anterior y posterior del hombro, lo que puede
comprometer la estabilidad y correcto funcionamiento de la articulación. Además,
puede existir rigidez en algunos músculos, como pectoral menor, subescapular o
dorsal ancho, y alteraciones en el rango de movimiento de la articulación
glenohumeral. La alteración más frecuente en este sentido es el déficit en la
rotación interna de esta articulación respecto al brazo no dominante.
Entre los factores biomecánicos, podemos encontrar una mecánica alterada del
lanzamiento o déficits en la cadena cinética. La cadena cinética hace
referencia a la secuencia precisa y coordinada de todo el cuerpo que requiere el
acto de lanzamiento. Por ejemplo, una alteración en la extremidad inferior o
tronco, que proporcionan una base de apoyo y generan parte de la fuerza del
lanzamiento, puede provocar cambios en las demandas biomecánicas sobre el
complejo articular del hombro y aumentar el riesgo de lesión. En este sentido, es
importante el rol de laescápula, cuya función es permitir el correcto movimiento
del hombro y la correcta contracción de la musculatura que lo rodea, además de
ser el eslabón que transfiere la fuerza desde miembro inferior y tronco hacia el
brazo. La alteración de los movimientos escapulares está presente en la práctica
totalidad de los lanzadores lesionados de hombro.
Como puede deducirse, el tratamiento de Fisioterapia dependerá de los
hallazgos obtenidos en una minuciosa exploración de todos los componentes de la
cadena cinética de cada deporte de lanzamiento. De manera general, se buscará
en un primer momento el control de la sintomatología y se hará hincapié en la
función escapular, el equilibrio muscular y el correcto funcionamiento de toda la
cadena cinética.

EPICONDILITIS O CODO DE TENISTA

En la práctica deportiva, la epicondilitis es una lesión frecuente en el codo,


preferiblemente en el brazo dominante. La epicondilitis se ha asociado a la
degeneración y desorganización en las fibras de colágeno de la inserción de los
músculos extensor radial largo y extensor radial corto del carpo principalmente, así
como del resto de musculatura extensora y supinadora. Sin embargo, también
están implicados la cápsula articular y el complejo ligamentario adyacente.
La biomecánica del gesto deportivo en deportes de raqueta como el tenis o
el pádel fomentan la aparición de esta patología. La demanda de rotación interna
de la extremidad superior supone un aumento de las fuerzas internas de rotación a
través del codo. La combinación de fuerzas a valgo más extensión rápida conlleva
fuerzas de tensión sobre la cara media del codo, compresión sobre la lateral y
cizallamiento en el compartimento posterior de la articulación.
Una técnica defectuosa propicia este tipo de lesión, sobre todo en
principiantes. Gestos repetitivos como el golpe de revés (extensión de codo +
desviación cubital de la muñeca, incluso al golpear la bola a contragolpe, cargando
la energía sólo en el antebrazo, en vez de en todo el brazo desde el hombro), o
durante el saque y el smatch en el que se combinen pronación(palma hacia
abajo) y flexión rápida de la muñeca, cargando todo el esfuerzo en los referidos
tendones extensores del antebrazo, provocando tracción excéntrica en su
inserción, con posibles microdesgarros secundarios.
Una pobre estabilización muscular no genera la potencia apropiada desde
el manguito rotador, intentando así compensar con un golpe seco de muñeca o
hipersupinando para dar efecto a la pelota.
Mala técnica de movimiento de pies o escaso movimiento de la cadera en el golpe
provocan que el jugador "llegue tarde" a la pelota, lo que añade tensión al
epicóndilo; y un mal posicionamiento puede provocar un golpeo con el codo
inclinado, lo que aumenta la tensión en los extensores de la muñeca; o con la
raqueta en mala posición, lo que causa más vibración, transfiriéndola al codo y
músculos del antebrazo.
Es muy Importante no olvidar seguir unas correctas pautas de prevención para
evitar la repetición de la lesión como una técnica y material adecuado (tensión
del cordaje, peso de raqueta, bolas blandas para menor vibración), estiramientos
de la musculatura implicada, buena hidratación y tiempo e intensidad del esfuerzo
deportivo según las posibilidades.
RODILLA DEL CORREDOR

El síndrome de la cintilla iliotibial es una de las lesiones más frecuentes que se


producen a nivel de la rodilla. Es por esto que esta patología es coloquialmente
conocida como “rodilla del corredor”.
Consiste en una irritación en la zona lateral de la rodilla que se produce por
fricción entre el tendón de la cintilla iliotibial y el cóndilo lateral del fémur.
Generalmente es incapacitante e impide correr con normalidad, llegando a veces a
prolongarse en el tiempo si no se trata correctamente, y a ser un gran problema.
Es común que el dolor aparezca a los 10-15 min de comenzar a rodar, y que
impida continuar con la actividad. Generalmente se agudiza subiendo o bajando
cuestas o mientras se mantiene un ritmo bajo.
RODILLA DE SALTADOR

La Tendinitis o tendinosis en la rodilla es una patología muy común,


especialmente en el tendón rotuliano, llamada también rodilla del saltador o
tendinosis rotuliana. Como numerosos estudios han demostrado, tendinitis o
tendinosis no es un cuadro inflamatorio, sino que es un problema degenerativo,
por lo que el término tendinitis debería ser sustituido por el de tendinosis.
El tendón, al ser sometido a una tensión y esfuerzo al que no está acostumbrado,
sufre pequeños daños en su estructura. Si no se actúa de forma adecuada en este
período de tiempo, el tendón acabará degenerándose, perdiendo sus capacidades
tensiles y funcionalidad.
Uno de los tratamientos más utilizados en esta patología es la intervención
quirúrgica. En esta se realizan cortes longitudinales en el tendón y se extraen las
zonas más afectadas del mismo. Después de esta intervención, el paciente tendrá
que llevar muletas durante al menos dos semanas, en las que acudirá desde un
inicio alfisioterapeuta, encargado de dirigir la rehabilitación durante al menos
seis semanas.
El ejercicio excéntrico es uno de los métodos más utilizados en las tendinitis y
ha demostrado ser eficaz en su recuperación. El ejercicio excéntrico, somete
al tendón a una tensión que ayudará a la regeneración del tendón, renovando
los tejidos dañados.
Estudios actuales han descubierto que el ejercicio excéntrico obtiene
los mismos resultados que las intervenciones quirúrgicas, habiéndose usado
tras la operación un protocolo de estos ejercicios. Esto debería hacernos
contemplar tratamientos alternativos antes de decidirnos por pasar por quirófano,
ya que tratamientos menos agresivos obtienen resultados similares.
CODO DEL LANZADOR
El dolor del codo, como el dolor del
hombro es una queja frecuente entre
los deportistas que realizan gestos de
lanzamiento, como jugadores
de balonmano, waterpolo o béisbol.
Dada la frecuencia de este problema,
se utiliza el término “codo del
lanzador” para referirse a una serie de
afecciones articulares y periarticulares
que pueden provocar sintomatología
dolorosa en el codo de deportistas que
realizan gestos de lanzamiento, o en
cualquier otra persona que realice movimientos repetitivos en rotación interna y
externa de hombro, con el codo en flexión.
La mayoría de las lesiones del “codo de lanzador” están asociadas al gran estrés
mecánico que se produce en esta articulación al final de la fase de preparación
del lanzamiento e inicio de la fase de aceleración.
Durante estos movimientos, en los que se produce un alto estrés mecánico en
valgo y un rápido movimiento en extensión de codo se produce:
 Un alto estrés tensional en el compartimento interno (ligamento lateral
medial, nervio cubital, conjunto flexor/pronador, apófisis del epicóndilo
medial)
 Grandes fuerzas de cizalla sobre el compartimento posterior (olécranon
y fosa olecraneana)
 Fuerzas compresivas en el compartimento lateral (articulación radio
humeral).
Esta es la base fisiopatológica del síndrome de sobrecarga valgo - extensora y
es el modelo lesional de las lesiones de codo más comunes entre los lanzadores.
Son varias las afecciones articulares que pueden llegar a observarse como
consecuencia de estas demandas mecánicas:
La posición extrema en valgo que se produce sobre la articulación del codo es
estabilizada principalmente por el haz anterior del ligamento colateral medial. El
gran estrés al que está sometido el ligamento en esta posición puede desembocar
en una lesión aguda con ruptura de este ligamento, o en un cuadro crónico en el
que lesiones repetitivas de menor extensión desembocan en
una inestabilidad del compartimento medial del codo, exponiendo al resto de
estructuras a un mayor estrés mecánico. El conjunto de la musculatura
epitroclear puede verse sobrecargado y lesionado en estas situaciones de
inestabilidad y en casos de deportistas en etapa de crecimiento la fuerte tracción
de esta musculatura puede desembocar en una apofisitis epitroclear, de manera
similar a lo que ocurre en la rodilla con el síndrome de Osgood Schlader. El nervio
cubital, en su paso por la fosa olecraneana, puede verse irritado y provocar
una neuritis cubital. En el compartimento posteromedial pueden observarse en
ocasiones osteofitos; fracturas por estrés del olecranon; osteocondritis
disecante en el compartimento lateral y cuerpos libres articulares.
Un detallado examen del deportista es necesario para establecer el diagnóstico y
decidir el tratamiento más adecuado. Tanto en el tratamiento conservador como
en el postquirúrgico de fisioterapia, resulta imprescindible la valoración del
complejo articular del hombro, ya que cualquier déficit funcional de éste aumenta
el estrés mecánico sobre el codo.

FASCITIS PLANTAR

La Fascia Plantar es una banda de tejido situada en la planta del pie que se
origina en el calcáneo y se extiende hasta las cabezas metatarsales. Se divide en
3 fascículos que van a dar estabilidad y van a ayudar al despegue de pie durante
la marcha. Además tendrá un importante papel en la estabilidad y la potencia
durante la carrera.

Es una de las entidades más importantes del miembro inferior, ya que tiene
funciones tales como el soporte del ALI (arco longitudinal interno), estabilización
de los metatarsianos contra el suelo durante la marcha y la carrera y
amortiguación de impactos, entre otras.
La Fascia Plantar se incluye dentro del sistema calcáneo-aquileo-plantar, una
parte fundamental del pie, que interviene, de forma activa y pasiva, en todas
las fases de la marcha (contacto de talón, apoyo medio y despegue).

El grosor normal de la Fascia es de aproximadamente 3-4mm.

Durante la marcha, las fuerzas a las que se somete el pie durante el impacto
pueden llegar a ser 2-3 veces el peso corporal del individuo, y la fascia plantar y el
arco longitudinal son parte del mecanismo de absorción de estas fuerzas.

Cuando el grosor de la fascia aumenta y ésta trabaja en exceso y más elongada


de lo habitual, diremos que existe FASCITIS PLANTAR.
La causa de la fascitis plantar es multifactorial, y puede ocurrir de manera
traumática (golpe, sobreesfuerzo). Sin embargo, la mayoría de los casos son
debidos a tensiones por uso excesivo, un mal funcionamiento biomecánico del
miembro inferior, excesiva pronación o supinación o un inicio rápido de actividad
deportiva.
Los FACTORES PREDISPONENTES más importantes son:
 Sobrepeso.
 Problemas biomecánicos (Pronación del pie durante la marcha, dismetría
de miembros inferiores, hipermovilidad del primer metatarsiano… etc.)
 Problemas musculares (elevada tensión en gemelos y sóleo ó
isquiotibiales, disfunción del tibial posterior, etc.)
 Estar de pie durante largos periodos de tiempo.
 Caminar o correr sobre superficies duras.
 Uso de calzado inadecuado, con horma estrecha y materiales de baja
calidad.
 Hábitos insanos y mala técnica de carrera durante entrenamientos
deportivos.

Los SÍNTOMAS más comunes de la fascitis plantar:


 Dolor en la zona interna del talón, sobre todo en los primeros pasos de la
mañana o después de un tiempo sentado, con imposibilidad de caminar
normalmente hasta que no se “calienta el pie”.
 Dolor en el recorrido del arco plantar.
 El dolor puede irradiarse a la zona posterior o lateral del talón, e incluso
llegar hasta el primer metatarsiano.
 Enrojecimiento e inflamación en la zona plantar y/o interna del talón.

Por todo lo anterior, es importante realizar un buen diagnóstico, y elegir el mejor


tratamiento en función de las características y necesidades de cada paciente.
BIBLIOGRAFÍA

Elbow Injuries in Throwing Athletes: A Current Concepts Review.


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