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TEORÍA DE LA IMAGEN_MAVM 20.

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SESIÓN 4_ACTIVIDAD 4

NOMBRE Y APELLIDOS Carla Vega

¨Las contradicciones en que estamos, la desgracia de un pensamiento que no tiene nada en que comenzar y que se disipa de un
infinito a otro, esta ambigüedad en la que nos diseminamos, sin permanecer nunca, yendo y viniendo sin cesar, ni aquí ni allá, y no
obstante en ninguna parte, curiosos por todo para no detenernos en nada, mundo donde nada es presente ni ausente, donde no hay
proximidad ni lejanía, donde todo se nos escapa dejándonos la ilusión de tenerlo todo, esto es la consecuencia de una oscuridad
dispersa, expandida y como errante, que no hemos tenido la fuerza de mirar fijamente.¨
Maurice Blanchot. La conversación infinita. Arena Libros S.L. 2008

La cultura participativa, el construir en común nuestra historia desmarcada de la autoridad y la institución.


Producir lo que consumimos, generar un intercambio constante que enriquece nuestras experiencias y
alimenta el aprendizaje constante sin clases sin estratos, la posibilidad de recontruir nuestra historia
desplazada del canon, de la autoridad.

El potencial del intercambio en redes sociales parecía llevarnos a ese cuerpo sin órganos que se
desidentifica, interminable, intermitente, en costante mutación, intercambios rizomáticos con
posibilidades infinitas, afectandonos mutuamente para desidentificar nuestro cuerpo aislado y hacer
tangible la maleabilidad de la identidad, los vínculos y los enlazamientos que nos constituyen, un común
activo, participativo, sin estratos.

Hay una estructura que constantemente afecta nuestros deseos, nuestros cuerpos, nuestras potencias. Una
oscuridad expandida y errante que no hemos tenido la fuerza de mirar fijamente. ¨Un modo continuo y
sin reposo de desear y de resistir, de consumir y destruir, de evolucionar y de autoexinguirse¨ (Preciado,
Paul B, Testo Yonki. Espasa Calpe S.A. 2008).

La cultura participativa viene llevándose a cabo desde la problemática de concevirnos como individuas,
sujetos aislados que conscientes de la viralidad de las imágenes buscan acceder a sus 15 minutos de
gloria. En los que el intercambio no se lleva a cabo con una intención de representabilidad de un contexto
si no de verme representada en esa viralización (Dios), ser el propio objeto representado que accede a la
contemplación masiva. La apropiación de una imagen icónica deja de tener sentido comunicativo en
relación a la propia iconicidad que manifestaba la imagen para convertirse en un medio, un modelo que se
aprovecha de la potencia de esa iconicidad para acaparar la atención y convertirse en un momento de
autorrepresentación narcisista.

Hay una necesidad de hacer consciente la estructura de consumo capitalista que atraviesa nuestros deseos.
Mirar fijamente esa oscuridad expandida y como errante. Ser consciente que me contruyo con las otras,
que no soy una figura aislada a quien el resto tiene que aplaudir, conmemorar, enaltecer su ego si no que
en la comunicación nos estamos construyendo mutuamente.

Si nos centramos en el aspecto dinámico de las estructuras, teniendo en cuenta que la repeción es un
punto crucial en su constitución y mantenimiento hacemos consciente que no solo participamos de las
mismas sino que somos una figura clave para su constitución y perpetuamiento por lo que sería crucial
adquirir conciencia de la gran responsabilidad que hay en lo que creamos y compartimos en cada
momento (lo personal es político..).

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