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13 días antes de la llegada del niño Dios:

Ver un hogar lleno de paredes vacías, ventanas grandes y cuartos empolvados, era un poco
agobiante y desolador para una chica de 12 años. Sus padres en medio del desorden, solo estaban
enfocados en que la mudanza no fuera aún más caótica. En tanto, su hija abrumada por un nuevo
inicio, solo le importaba evadir aquella realidad llena de grandes responsabilidades. La pequeña
simplemente quería contemplar un árbol colmado de luces, adornos y regalos; pero esta navidad no
habría ni siquiera buñuelos que deleitar.

A lo largo de su recorrido, un frío y oscuro cuarto le llamó la atención, pues estaba acompañado de
una pila enorme de cajas completamente repletas de artículos sosos. Con ganas de evadir el
desbarajuste, Valentina comenzó la búsqueda de su tan anhelada entrada hacia un mundo lleno de
fantasía, ilusión, sueños y personajes. Luego de un largo rato, tras su pesquisa desenfrenada, logró
encontrarla, sin embargo, en cuestión de segundos:

- ¡¡Booommm!! ¡¡Crashhh!!

Su mundo se vino abajo.

12 días antes de colocar la estrella en el árbol:

Aquella mañana serena, pero no tan agradable, estaba permeada por la preocupación de la culposa
chica, intentando todo lo posible por no dejar rastro de aquella escena del crimen. Después de una
breve pausa, no solo la culpa la invadía, sino también esa malquerencia por poder perder lo único
que en aquel momento la hacía feliz.

Al ser una navidad diferente, los regalos estaban resguardados en la mesa de centro. Valentina un
poco astuta al saber que podía darle solución a sus problemas, ocultó aquel delito donde sabría que
nunca iban a buscar hasta que llegara la noche buena, una bolsa navideña.

Su madre entró a su cuarto, pero la notaba un poco extraña y aburrida. Minutos después en medio
de sus sospechas nota un artículo extraño: una bolsa de regalo puesta en la parte de atrás de las cajas
sobrantes. Se acercó y al ver el desastre que había adentro le ordenó de inmediato:

- ¡Vamos a regalar esto de una vez por todas! -gritó y se la llevó-.

11 días antes de cucharearse lo que queda de la natilla:


Apegada al hecho de no dejar ir su pequeño mundo idóneo, Valentina le insiste a su madre a quien
veía como su mayor enemiga en ese momento, de que no se llevara tan preciado artificio. Su madre
accedió, pero con una condición: encontrar una solución en 3 días.

Con una misión que cumplir ¡manos a la obra!

Apurada por tan semejante desafío, buscó cómplices para llevar a cabo el mejor plan que la sacaría
de tremendo infierno. 30 minutos y sus secuaces habían llegado. Podía no resultar muy seguro, pero
haría todo lo posible por no arruinar aquella navidad. Todo se encontraba en juego, Valentina solo
observaba como hacían el trabajo sucio; cables y tornillos se encontraban regados por todo el suelo.
Horas después con la soga hasta el cuello, sus increíbles secuaces no habían dejado ningún rastro.

Misión cumplida. Su consola Wii, había recobrado vida.

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