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Dolor en la parte superior y media de la espalda

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Generalidades del tema

¿Es para usted este tema?

Este tema proporciona los aspectos generales del dolor en la parte superior y media de la espalda. Si
tiene lumbalgia (dolor en la parte baja de la espalda) o dolor en el cuello, vea el tema Lumbalgia o
Dolor en el cuello.

¿Qué es el dolor en la parte superior y media de la espalda?

El dolor en la parte superior y media de la espalda puede ocurrir en cualquier parte desde la base del
cuello hasta la parte inferior de la caja torácica.

Las costillas están unidas a un hueso largo y plano en el centro del pecho, que se llama esternón, y
están unidas a la espalda y la rodean. Si un nervio de esta zona está pinzado, se irrita o se lesiona,
usted también podría sentir dolor en otros lugares por los que pasan los nervios, como los brazos, las
piernas, el pecho y el abdomen.

La parte superior y la parte media de la espalda (que se llama columna torácica) tienen:

12 vértebras. Estos huesos se conectan con la caja torácica. Conforman la parte más larga de la
espalda.

Discos que separan cada vértebra y amortiguan el impacto cuando usted se mueve.

Músculos y ligamentos que brindan sostén a la columna vertebral.

Vea una imagen de la columna vertebral.

El dolor en la parte superior y media de la espalda no es tan común como la lumbalgia o el dolor en el
cuello, debido a que los huesos en esta zona de la espalda no se flexionan ni se mueven tanto como
los huesos de la parte baja de la espalda o del cuello. En cambio, trabajan con las costillas para
mantener la estabilidad de la espalda y para ayudar a proteger los órganos vitales, como el corazón y
los pulmones.

¿Cuál es la causa del dolor en la parte superior y media de la espalda?


El dolor en la parte superior y media de la espalda podría estar causado por:

Uso excesivo, distensión muscular o lesión en los músculos, en los ligamentos y en los discos que
sostienen la columna vertebral.

Mala postura.

Presión en los nervios espinales por determinados problemas, como una hernia de disco.

Fractura de una de las vértebras.

Osteoartritis causada por la desintegración del cartílago que amortigua las pequeñas articulaciones
facetarias en la columna vertebral.

Dolor miofascial que afecta el tejido conjuntivo de un músculo o de un grupo de músculos.

En raras ocasiones, el dolor podría estar causado por otros problemas, como la enfermedad de la
vesícula biliar, el cáncer o una infección.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas comunes del dolor en la parte superior y media de la espalda son:

Un dolor sordo, ardiente o agudo.

Opresión o rigidez muscular.

Los síntomas más graves que necesitan ser tratados de inmediato incluyen:

Debilidad en los brazos o en las piernas.

Entumecimiento u hormigueo en los brazos, en las piernas, en el pecho o en el abdomen.

Pérdida del control de los intestinos o de la vejiga.

¿Cómo se diagnostica el dolor en la parte superior y media de la espalda?

Su médico primero le preguntará acerca de sus antecedentes de salud, sus síntomas, su trabajo y sus
actividades físicas. Luego le realizará un examen físico. Su médico también podría indicar que le
realicen un examen de diagnóstico por imágenes, como una radiografía o un examen de imágenes
por resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés), para averiguar si, por ejemplo, una fractura
en un hueso o una hernia de disco están causando su dolor.

Es posible que deba realizarse más pruebas para detectar otras posibles causas de su dolor.

¿Cómo se trata?

En la mayoría de los casos, las personas con dolor de espalda de leve a moderado pueden manejar
sus síntomas con:

Analgésicos (medicamentos para el dolor) de venta libre , como acetaminofén (por ejemplo, Tylenol)
y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (por ejemplo, Advil, Aleve, aspirina y Motrin).
Calor o hielo.

Hacer ejercicio.

Terapia manual , como masajes, movilización o manipulación de la columna vertebral.

Pero si su dolor empeora y usted está teniendo dificultades para realizar sus actividades cotidianas,
es posible que deba tomar un analgésico recetado. Rara vez se usa la cirugía para tratar el dolor en la
parte superior y media de la espalda.

¿Cómo puede cuidarse en el hogar?

Hay muchas cosas que puede hacer en el hogar para ayudar a reducir su dolor. Por ejemplo:

Descanse. Si le duele mucho la espalda, tómese un descanso. Pero trate de no dejar que pase
demasiado tiempo para moverse nuevamente. En cambio, regrese a sus actividades lentamente.

Use analgésicos de venta libre, como acetaminofén (por ejemplo, Tylenol) y medicamentos
antiinflamatorios no esteroideos (por ejemplo, Advil, Aleve, aspirina y Motrin). Estos pueden reducir
el dolor y la hinchazón. Sea prudente con los medicamentos. Lea y siga todas las instrucciones de la
etiqueta.

Use una almohadilla térmica o una compresa de hielo. El calor puede reducir el dolor y la rigidez. El
hielo puede ayudar a reducir el dolor y la hinchazón.

Haga ejercicio. Los ejercicios que estiran y fortalecen los músculos de la espalda, de los hombros y
del estómago pueden ayudar a mejorar la postura, a disminuir sus probabilidades de tener lesiones y
a reducir el dolor.

Practique una buena postura. Asegúrese de sentarse o de ponerse de pie con una postura erguida.
No se desplome ni se encorve.

Aprenda maneras para reducir el estrés. Podría probar con respiración profunda y con ejercicios de
relajación o con meditación.

Herramientas de salud

Las Herramientas de salud le permiten tomar decisiones acertadas sobre salud o tomar medidas para
mejorar su salud.

Las Medidas prácticas le ayudan a la gente a participar activamente en la gestión de una condición de
salud.

Manejo del estrés: Ejercicios de respiración para relajación

Preguntas frecuentes

Aprender acerca del dolor en la parte superior y media de la espalda:

¿Qué es el dolor en la parte superior y media de la espalda?

¿Cuál es la causa?
¿Cuáles son los síntomas?

Recibir un diagnóstico:

¿Cómo se diagnostica el dolor en la parte superior y media de la espalda?

Recibir tratamiento:

¿Cuáles son los tratamientos para el dolor en la parte superior y media de la espalda?

¿Qué medicamentos puedo tomar para esto?

¿Qué tipos de cirugía podrían realizarse para el dolor?

¿Hay otros tratamientos que pueda probar?

Cómo vivir con dolor en la parte superior y media de la espalda:

¿Cómo puedo tratar mi dolor de espalda en el hogar?

Causa

En la mayoría de los casos, el dolor en la parte superior y media de la espalda es causado por:

Uso excesivo, distensión muscular o lesión en los músculos, en los ligamentos y en los discos que
sostienen la columna vertebral.

Mala postura.

Dolor miofascial que afecta el tejido conjuntivo de un músculo o de un grupo de músculos.

Por ejemplo, algunas personas se lastiman la espalda cuando:

Se desploman o se encorvan cuando están sentados o de pie.

Practican deportes o trabajan en el jardín.

Tienen una sacudida en un accidente automovilístico.

Reciben un golpe fuerte en la espalda.

Levantan algo demasiado pesado.

Las afecciones que ejercen presión en los nervios espinales también pueden causar dolor. Estos
incluyen:

Osteoartritis. Ocurre cuando se desintegra el cartílago que amortigua las pequeñas articulaciones
facetarias en la columna vertebral. Cuando esto sucede, se genera fricción en los huesos de la
espalda, lo que causa daño y dolor. La osteoartritis es causada por el desgaste normal del cartílago a
medida que envejece.

Una fractura de las vértebras, que puede ocurrir cuando se ejerce mucha fuerza sobre la columna
vertebral. Esta fuerza puede producirse por un accidente automovilístico o ciclístico o por un golpe
directo en la columna vertebral. Una fractura por compresión ocurre cuando una lesión en los huesos
de la columna vertebral hace que se quiebren y colapsen (se compriman) uno sobre otro, como en
una caída. En las personas que tienen osteoporosis, que hace que los huesos se quiebren y se
debiliten, un hueso de la columna vertebral también puede quebrarse y colapsar tan solo por una
lesión menor o simplemente por moverse en forma incorrecta.

Una columna vertebral con forma extraña, como con escoliosis o cifosis. Esto puede hacer que le
duela la espalda. Cuando ve una columna vertebral normal desde atrás, por lo general está derecha.
Pero cuando una persona tiene escoliosis, la columna vertebral se curva de lado a lado, a menudo en
forma de S o C. También puede estar torcida. Cuando una persona tiene cifosis, la parte superior de
la columna vertebral está redondeada y parece una joroba. En los casos graves de escoliosis o cifosis,
una persona podría tener dificultad para respirar.

Una hernia de disco. Esto ocurre cuando uno de los discos pequeños y esponjosos que amortiguan la
columna vertebral sobresale o se rompe y ejerce presión sobre los nervios de la columna vertebral.
Una hernia de disco podría estar causada por el desgaste normal del disco a medida que envejece. O
podría surgir por actividades que realiza una y otra vez que causan mucha vibración o movimiento
(como usar un martillo neumático) o por una distensión intensa y repentina o por una mayor fuerza
en la espalda. En la mayoría de los casos, una hernia de disco ocurre en la parte baja de la espalda o
en el cuello. Puede ocurrir en la parte superior o en la parte media de la espalda, pero esto es poco
frecuente. Vea una imagen de una hernia de disco.

Estenosis espinal . La médula espinal pasa a través de una abertura en los huesos, llamada canal
espinal. La estenosis espinal ocurre cuando dicha abertura se estrecha. En algunos casos, crece
hueso, ligamento y tejido de disco en el canal espinal y ejerce presión sobre los nervios que salen de
la médula espinal. El tejido también puede comprimir e irritar o lesionar la médula espinal misma. En
la mayoría de los casos, la estenosis espinal ocurre en la parte baja de la espalda y en el cuello. Puede
ocurrir en la parte superior o en la parte media de la espalda, pero esto es poco frecuente.

Enfermedad degenerativa del disco. Esta no es realmente una enfermedad sino un término que se
usa para describir los cambios normales que ocurren en los discos vertebrales a medida que
envejece. Con el tiempo, los discos de la columna vertebral se desintegran o se degeneran. Con el
tiempo pueden ocurrir una pérdida de líquido en los discos o pequeños desgarros o grietas en la capa
externa de los discos. La desintegración de los discos puede causar dolor en la espalda o en el cuello,
artritis, estenosis espinal o hernia de disco. Una lesión repentina en la espalda, como en una caída o
en un accidente automovilístico, también podría iniciar este proceso. Este problema puede ocurrir en
cualquier parte de la columna vertebral. Pero en la mayoría de los casos, ocurre en los discos en la
parte baja de la espalda y en el cuello.

En raras ocasiones, el dolor en la parte superior y media de la espalda podría estar causado por otros
problemas, como la enfermedad de la vesícula biliar, el cáncer o una infección.

Síntomas

En general, los síntomas de dolor en la parte superior y media de la espalda pueden:

Generar una sensación de dolor sordo, ardiente o agudo.


Sentirse en un solo punto o sobre una zona amplia.

Comenzar repentinamente o empeorar lentamente.

Ser constantes o aparecer y desaparecer.

Ocurrir con opresión o rigidez muscular.

Empeorar cuando realiza determinadas actividades o se mueve y se sienta de una manera


determinada.

Los síntomas más graves que necesitan ser tratados de inmediato incluyen:

Debilidad en los brazos o en las piernas.

Entumecimiento u hormigueo en los brazos, en las piernas, en el pecho o en el abdomen.

Pérdida del control de los intestinos o de la vejiga.

Cuándo llamar a un médico

En la mayoría de los casos, el dolor de espalda mejora con el tratamiento en el hogar. Por eso, salvo
que tenga señales de una enfermedad grave, una lesión o un ataque al corazón, puede darle un
tiempo a su dolor de espalda para que desaparezca solo antes de llamar a su médico.

Llame al 911 o a otros servicios de emergencia de inmediato si:

Tiene dolor de espalda con dolor en el pecho u otros síntomas de un ataque al corazón. Los síntomas
de un ataque al corazón incluyen:

Dolor o presión en el pecho, o una sensación extraña en el pecho.

Sudoración.

Falta de aire.

Náuseas o vómito.

Dolor, presión o una sensación extraña en la espalda, en el cuello, en la mandíbula, en la parte


superior del abdomen, o en uno o ambos hombros o brazos. Vea una imagen de las zonas donde
pueden sentirse los síntomas.

Sensación de mareo o aturdimiento.

Latidos cardíacos rápidos o irregulares.

Una persona tiene señales de daño en la columna vertebral después de una lesión (como un
accidente automovilístico, una caída o un golpe directo en la columna vertebral). Las señales pueden
incluir:

No poder mover parte del cuerpo.

Dolor intenso en la espalda o en el cuello.


Debilidad, hormigueo o entumecimiento en los brazos, en las piernas, en el pecho o en el abdomen.

Llame a su médico ahora si:

Tiene una nueva pérdida de control de los intestinos o de la vejiga.

Tiene un nuevo entumecimiento en las piernas o entumecimiento en las piernas que empeora.

Tiene una nueva debilidad en las piernas o debilidad en las piernas que empeora. (Esto podría darle
dificultades para pararse).

Tiene un nuevo o mayor dolor en la espalda, junto con fiebre, micción dolorosa u otras señales de
una infección urinaria.

Espera vigilante

La espera vigilante significa observar y esperar. Si mejora por sí sola, no necesitará tratamiento. Si
empeora, usted y su médico decidirán qué acción hay que tomar. Si su dolor de espalda es de leve a
moderado, probablemente mejore por sí solo. Puede probar un tratamiento en el hogar para aliviar
sus síntomas. Si no se siente mejor en 1 o 2 semanas, llame a su médico.

Asegúrese de llamar a su médico de inmediato si comienza a tener otros síntomas o si tiene:

Entumecimiento.

Debilidad.

Fiebre.

Síntomas urinarios, como dolor al orinar.

Dolor que está empeorando.

Dolor que no puede manejar en el hogar.

A quién consultar

Los profesionales de la atención médica que suelen diagnosticar la causa del dolor de espalda
incluyen:

Proveedores de atención primaria. Esto incluye:

Médicos de medicina familiar.

Internistas.

Médicos osteopáticos.

Quiroprácticos.

Fisioterapeutas.

Enfermeras practicantes.
Asistentes médicos.

Médicos de urgencias .

Si su dolor de espalda es grave o duradero, los profesionales de la salud que pueden tratarlo
incluyen:

Cirujanos ortopédicos .

Reumatólogos .

Neurólogos .

Neurocirujanos .

Fisiatras .

También puede obtener atención de:

Acupunturistas .

Masajistas autorizados.

Exámenes y pruebas

Su médico primero le preguntará acerca de sus antecedentes de salud, sus síntomas, su trabajo y sus
actividades físicas. Luego le realizará un examen físico. Su médico también podría indicar que se le
realice un examen de diagnóstico por imágenes para averiguar si, por ejemplo, una fractura en un
hueso o una hernia de disco está causándole dolor.

El tipo de examen de diagnóstico por imágenes que se realice depende del tipo de problema del que
sospeche su médico. Podría realizarse una o más pruebas, por ejemplo:

Una radiografía para detectar lesiones o enfermedades que afectan los discos y las articulaciones de
la columna vertebral.

Un examen de imágenes por resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés) para detectar
lesiones y enfermedades que afectan los discos y los nervios de la columna vertebral, como una
hernia de disco, un nervio comprimido o un tumor. También puede mostrar si alguna parte del canal
espinal se ha estrechado.

Una tomografía computarizada (CT, por sus siglas en inglés) para detectar un tumor, una fractura,
una hernia de disco, un estrechamiento del canal espinal o una infección. También puede mostrar si
la osteoporosis es la causa de una fractura por compresión.

Una gammagrafía ósea para detectar daños en los huesos, un tumor o una infección, o para
encontrar la causa del dolor de espalda de origen desconocido.

Un electromiograma y un estudio de conducción nerviosa para verificar lo bien que están


funcionando la médula espinal, las raíces nerviosas, y los nervios y los músculos que controlan los
brazos y las piernas. Puede ayudar a averiguar qué está causando el dolor, el entumecimiento o la
debilidad en los brazos o en las piernas.

Podrían realizarse más pruebas para detectar otras posibles causas de su dolor.

Generalidades del tratamiento

Hay muchos tratamientos para el dolor en la parte superior y media de la espalda. Lo que funciona
para otra persona podría no ayudarle. Colabore con su médico para averiguar qué es lo mejor para
usted.

El tratamiento para el dolor en la parte superior y media de la espalda se basa en:

La gravedad de sus síntomas.

La medida en que sus síntomas le impiden realizar sus tareas cotidianas.

La eficacia que han tenido otros tratamientos.

Tratamiento para el dolor leve a moderado

En la mayoría de los casos, las personas con dolor de leve a moderado en la parte superior y media
de la espalda pueden manejar sus síntomas con:

Analgésicos (medicamentos para el dolor) de venta libre , como acetaminofén (por ejemplo, Tylenol)
y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (por ejemplo, Advil, Aleve, aspirina y Motrin) para
reducir el dolor. Pero si estos medicamentos no eliminan su dolor, podría necesitar un analgésico
recetado que sea más fuerte.

Calor o hielo para reducir el dolor y la rigidez.

Ejercicio para estirar y fortalecer los músculos de la espalda, de los hombros y del estómago.

Fisioterapia para ayudar a aumentar su flexibilidad, su fuerza y su equilibrio. Su fisioterapeuta podría


enseñarle un programa de ejercicios para que usted pueda realizarlo en el hogar.

Masajes para ayudar a reducir la tensión muscular y el dolor por un tiempo breve y para mejorar el
flujo de sangre.

Manipulación espinal para ayudar a aliviar el dolor y mejorar la función. Puede variar desde masaje y
presión lenta hasta un empujón rápido.

Acupuntura . Implica colocar pequeñas agujas en la piel, en determinados puntos del cuerpo para
estimular la sanación y el alivio del dolor.

La crema de capsaicina podría ayudar a aliviar el dolor.nota 1 La capsaicina es una sustancia que
contienen los pimientos de cayena. La crema de capsaicina se aplica directamente en la piel de la
zona adolorida.

Tratamiento si el dolor de espalda empeora

Si su dolor de espalda no mejora o empeora, es posible que su médico le recomiende:


Medicamentos recetados, como opioides, para ayudar a reducir el dolor.

Relajantes musculares para ayudar a reducir el dolor y la tensión muscular y para mejorar la
movilidad. Estos pueden ayudar con los espasmos musculares graves que se presentan cuando
comienza el dolor de espalda (fase aguda).

Antidepresivos, como duloxetina, para ayudar a tratar el dolor de espalda a largo plazo (crónico).

Inyecciones de esteroides para ayudar a reducir la hinchazón y aliviar la presión sobre los nervios y
las raíces nerviosas. Pero hay poca evidencia que muestre que estas inyecciones pueden ayudar a
controlar el dolor de espalda.

En algunos casos, podría usarse un aparato ortopédico para la espalda para brindarle apoyo a los
huesos de la columna vertebral después de una fractura.

Rara vez se usa la cirugía para tratar el dolor en la parte superior y media de la espalda. Si su médico
le recomienda cirugía, el tipo de cirugía dependerá del problema que tenga. Antes de que decida
realizarse una cirugía, es una buena idea tener una segunda opinión de otro médico. Las opciones de
cirugía podrían incluir:

Cifoplastia o vertebroplastia. Se inyecta cemento óseo por una aguja en la vértebra fracturada para
tratar de estabilizar el hueso. Estas cirugías no se hacen con mucha frecuencia, ya que la mayoría de
las fracturas sanan por sí solas. Y no hay evidencia de que la cifoplastia y vertebroplastia sean
mejores que los tratamientos no quirúrgicos.nota 2

Extracción de hernia de disco. Extrae la parte del disco que está herniada y que está avanzando sobre
el canal espinal. En la mayoría de los casos, las hernias de disco que ocurren en la parte superior y
media de la espalda son pequeñas y no necesitan cirugía. Pero podría necesitar cirugía para una
hernia de disco grande que ejerce presión sobre la médula espinal.

Descompresión espinal por estenosis. Ensancha el canal espinal que se ha estrechado, y alivia la
presión sobre la médula espinal o los nervios. Este procedimiento no se realiza con mucha
frecuencia, debido a que la estenosis espinal en la parte superior y media de la espalda es poco
frecuente.

Tratamiento en el hogar

Hay muchas cosas que puede hacer en el hogar para ayudar a reducir su dolor. Por ejemplo:

Descanse. Si le duele mucho la espalda, tómese un descanso. Pero trate de no dejar que pase
demasiado tiempo para moverse nuevamente. En cambio, regrese a sus actividades lentamente, y
evite todo aquello que empeore su dolor. Los estudios demuestran que el reposo en cama no alivia el
dolor de espalda más que mantenerse activo. Y el reposo en cama por más de un par de días puede
hacer que su dolor de espalda empeore y provoque otros problemas, como rigidez articular y
debilidad muscular.

Use analgésicos (medicamentos para el dolor) de venta libre , como acetaminofén (por ejemplo,
Tylenol) y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (por ejemplo, Advil, Aleve, aspirina y
Motrin). Estos pueden reducir el dolor y la hinchazón. Sea prudente con los medicamentos. Lea y siga
todas las instrucciones de la etiqueta.

Use una almohadilla térmica o una compresa de hielo. El calor puede reducir el dolor y la rigidez. El
hielo puede ayudar a reducir el dolor y la hinchazón. Es recomendable que alterne entre calor y frío
hasta que encuentre lo que le ayude más.

Haga ejercicio. Pregúntele a su médico o a su fisioterapeuta acerca de qué tipos de ejercicio puede
hacer para estirar y fortalecer los músculos de la espalda, de los hombros y del estómago. Estos
músculos ayudan a sostener la columna vertebral. Los músculos fuertes pueden ayudar a mejorar la
postura, a mantener el cuerpo mejor equilibrado, a disminuir sus probabilidades de lesionarse y de
reducir el dolor.

Practique una buena postura. La mala postura genera tensión en la espalda. Asegúrese de ponerse
de pie o de sentarse con una postura erguida, con los hombros y el estómago estirados para soportar
la espalda. No se desplome ni se encorve.

Las siguientes son otras medidas que puede tomar para sentirse mejor:

Vea a un consejero. La terapia cognitivo-conductual puede mostrarle cómo cambiar determinados


pensamientos y conductas para controlar su dolor. Para obtener más información, vea el tema
Detenga los pensamientos negativos: Cómo elegir una manera más saludable de pensar.

Aprenda técnicas para reducir el estrés. El estrés puede empeorar su dolor. Podría probar con
respiración profunda y con ejercicios de relajación o con meditación.

Manejo del estrés: Ejercicios de respiración para relajación

Coma alimentos nutritivos. Consumir abundante calcio y vitamina D podría ayudar a prevenir la
osteoporosis, que puede provocar fracturas por compresión y dolor de espalda. Para más
información, vea el tema Alimentación saludable.

Deje de fumar. Fumar disminuye el flujo de sangre y retrasa la sanación. Si necesita ayuda para dejar
de fumar, vea el tema Cómo dejar de fumar.

Tenga especial cuidado cuando levanta objetos. Si tiene que levantar un objeto, doble las rodillas y
mantenga su espalda recta. Evite girar. Mantenga la carga cerca del cuerpo.

Use un diario del dolor(¿Qué es un documento PDF ?). Anote la manera en que su estado de ánimo,
sus pensamientos, sus patrones de sueño, sus actividades y sus medicamentos afectan su dolor.
Llevar un registro de su dolor puede ayudar a usted y su médico a encontrar las mejores maneras de
tratar su dolor.

Otros lugares en los que puede obtener ayuda

Organizaciones

Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (American Academy of Orthopaedic Surgeons)

www.orthoinfo.aaos.org
Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (EE. UU.) [National
Institute of Arthritis and Musculoskeletal and Skin Diseases (U.S.)]

www.niams.nih.gov

Información relacionada

Dolor de cuello

Enfermedad degenerativa del disco

Escoliosis en niños y adolescentes

Estenosis espinal cervical

Estenosis espinal lumbar

Hernio de disco lumbar

Lumbalgia

Osteoartritis

Referencias

Citas bibliográficas

Gagnier JJ, et al. (2016). Herbal medicine for low back pain: A Cochrane review. Spine, 41(2): 116-
133. DOI: 10.1097/BRS.0000000000001310. Accessed June 17, 2016.

Esses SI, et al. (2011). The treatment of symptomatic osteoporotic spinal compression fractures.
Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons, 19(3): 176-182. Also available online:
http://www.aaos.org/research/guidelines/guide.asp.

Otras obras consultadas

Hansen TJ (2015). Thoracic compression fracture. In WR Frontera et al., eds., Essentials of Physical
Medicine and Rehabilitation, 3rd ed., pp. 211-216. Philadelphia: Saunders.

Mercier LR (2008). The back. In Practical Orthopedics, 6th ed., pp. 143-184. Philadelphia: Mosby
Elsevier.

Créditos

PorEl personal de Healthwise

Revisor médico primarioWilliam H. Blahd, Jr., MD, FACEP - Medicina de emergencia

E. Gregory Thompson, MD - Medicina interna

Adam Husney, MD - Medicina familiar

Revisor médico especializadoKathleen Romito, MD - Medicina familiar


Revisado23 febrero, 2018

Revisado: 23 febrero, 2018

Autor: El personal de Healthwise

Evaluación médica: William H. Blahd, Jr., MD, FACEP - Medicina de emergencia & E. Gregory
Thompson, MD - Medicina interna & Adam Husney, MD - Medicina familiar & Kathleen Romito, MD -
Medicina familiar

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Cómo notar la diferencia entre el desgarro muscular y el dolor de pulmón

Sentir dolor o malestar en el pecho es ciertamente una causa de preocupación, ya que puede ser una
señal de alguna enfermedad pulmonar o cardiaca. Sin embargo, a menudo, los dolores que se
experimentan en el torso superior son causados por problemas menos graves, tales como la
indigestión, el reflujo ácido y la distensión muscular. Saber diferenciar entre el dolor causado por un
problema pulmonar y aquel dolor causado por un desgarro muscular es bastante sencillo si sabes
cuáles son los síntomas comunes que evidencian a cada uno de estos problemas. Si tienes alguna
duda acerca de lo que causa tu dolor de pecho, especialmente si este empeora o tienes factores de
riesgo cardiaco tales como la diabetes, la presión alta, el colesterol alto u obesidad, reserva una cita
con tu doctor lo más pronto posible para que te realice un examen físico.

Parte 1 de 2:

Entender los diferentes síntomas

Ten en cuenta la duración y el tipo de dolor. Por lo general, la aparición del dolor muscular es muy
diferente a aquella del dolor pulmonar. Los desgarros musculares moderados o graves suelen causar
dolor de inmediato, mientras que las distensiones leves suelen tomar uno o más días para evidenciar
dolor. El dolor muscular casi siempre está asociado con un esfuerzo excesivo o algún tipo de trauma,
de modo que la causalidad suele ser obvia. Este tipo de dolor generalmente se describe como agudo
y similar a una descarga eléctrica, además de estar relacionado con el movimiento. Por otra parte, el
dolor pulmonar causado por una enfermedad o condición aparece de manera gradual y está
precedido por otros síntomas, tales como falta de aire, respiración sibilante, fiebre o malestar
general (fatiga).[1] Además, por lo general, el dolor pulmonar no se puede atribuir a un momento o
evento específico y tiende a ser más constante.

Los accidentes automovilísticos, los resbalones y caídas, los traumas deportivos (fútbol, rugby,
hockey sobre hielo) y levantar demasiado peso en el gimnasio son actividades que pueden
desencadenar un dolor repentino.

El cáncer pulmonar, las infecciones e inflamaciones empeoran gradualmente (con el pasar de los días
o meses) y se relacionan con muchos otros síntomas. El neumotórax es una condición pulmonar
potencialmente mortal que surge gradualmente.

Mantente atento a la presencia de tos. Muchos problemas o enfermedades pulmonares pueden


causar dolor de pecho, entre los cuales se encuentran cáncer pulmonar, infecciones pulmonares
(neumonía o bronquitis bacteriana y viral), embolia pulmonar (coágulo de sangre), pleuresía
(membranas pulmonares inflamadas), pulmón perforado e hipertensión pulmonar (presión alta en
los pulmones).[2] Casi todas estas enfermedades y condiciones causan tos o respiración sibilante. Por
otro lado, un desgarro muscular en el pecho o en el torso no desencadenará una tos, aunque podría
causar molestia al respirar profundamente si el músculo está junto a una costilla.

Toser sangre es común en casos de cáncer de pulmón, neumonía avanzada y perforaciones causadas
por un trauma pulmonar. Consigue atención médica de inmediato si ves sangre en tu esputo.

Los músculos asociados con las costillas incluyen a los músculos intercostales, oblicuos, abdominales
y escalenos.[3] Estos músculos se mueven con la respiración, de modo que las distensiones o
desgarros en ellos pueden causar dolor al respirar profundamente, pero no causarán tos.
3

Intenta ubicar la fuente del dolor. Los desgarros musculares en el pecho o en el torso superior son
comunes si entrenas en un gimnasio o practicas deportes. Es común que la molestia generada por
una distensión muscular sea descrita como dolorosa o rígida. Por lo general, esta es unilateral (en un
lado del cuerpo) y se ubica con facilidad al palpar el área que rodea a la fuente de dolor.[4] Por lo
tanto, debes palpar tu pecho para ubicar el área que genera el malestar. Por lo general, cuando los
músculos están lesionados, estos experimentan espasmos y se tensan. Si puedes ubicar el área que
genera el malestar, entonces te enfrentas a un desgarro muscular y no a un problema pulmonar. La
mayoría de los problemas pulmonares generan un dolor diseminado (a menudo, descrito como
agudo) que no puede localizarse en el área externa del pecho.

Palpa cuidadosamente el área de las costillas, ya que generalmente estos músculos se desgarran con
demasiada rotación o inclinación lateral. Si puedes localizar la fuente del dolor intenso cerca de tu
esternón, es probable que te enfrentes a un cartílago roto en las costillas, en lugar de a un simple
desgarro muscular.

Por lo general, los desgarros musculares solo generan dolor cuando mueves tu cuerpo o respiras
profundamente, mientras que los problemas pulmonares (en particular, el cáncer y las infecciones)
pueden causar un dolor constante.

Los músculos que se ubican directamente arriba de los pulmones incluyen a los músculos pectorales
(grupos mayores y menores). Estos músculos pueden distenderse al hacer flexiones de codos o
dominadas o al utilizar la máquina de pectorales en el gimnasio.

Presta mucha atención a los moretones. Quítate la camiseta y la ropa interior y observa tu pecho o
torso cuidadosamente en busca de moretones e irritación en la piel. Los desgarros musculares
moderados o graves involucran un desgarro parcial de las fibras musculares, las cuales sangran en el
tejido adyacente.[5] El resultado es un moretón de color púrpura o rojo que se desvanece con el
tiempo hasta volverse amarillento. Asimismo, la presencia de irritación en el torso podría indicar que
has sufrido un trauma al practicar un deporte o sufrir una caída. Por otra parte, las enfermedades o
problemas pulmonares no involucran moretones visibles, a menos que te enfrentes a un pulmón
perforado como resultado de varias costillas rotas.

Los desgarros musculares leves raramente dejan moretones o irritación como evidencia, aunque, a
menudo, causan un poco de hinchazón localizada.

Además de los moretones, los músculos lesionados suelen contraerse o temblar por algunas horas (o
incluso días) mientras sanan. Estas "fasciculaciones" son mayor evidencia de un desgarro muscular
que de un problema pulmonar.

Tómate la temperatura. Muchas causas comunes de dolor pulmonar provienen de microorganismos


patógenos (bacterias, virus, hongos y parásitos) o irritantes en el ambiente (asbesto, fibras afiladas,
polvo y alérgenos). Por lo tanto, además del dolor de pecho y la tos, un incremento en la
temperatura corporal (fiebre) es muy común en la mayoría de los problemas pulmonares. Por el
contrario, los desgarros musculares casi nunca afectan la temperatura corporal central, a menos que
sean lo suficientemente graves como para causar hiperventilación. Por consiguiente, debes tomarte
la temperatura con un termómetro digital sublingual. Las temperaturas orales promedio tomadas
con un termómetro suelen ser de aproximadamente 36,8 °C (98,2 °F).[6]

Por lo general, las fiebres leves son útiles ya que significan que tu cuerpo intenta defenderse contra
las infecciones.

Sin embargo, las fiebres altas de 39 °C (103 °F) o más, en el caso de un adulto, son potencialmente
peligrosas y deben controlarse de cerca.

Las enfermedades pulmonares crónicas y a largo plazo (cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva
crónica y tuberculosis) solo incrementan la temperatura corporal ligeramente.

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Parte 2 de 2:

Buscar un diagnóstico médico

Separa una cita con tu doctor de cabecera. A menudo, los desgarros musculares sanan por sí solos
después de unos días (o semanas, en el caso de distensiones graves), de modo que, si tu dolor de
pecho o torso permanece por más tiempo del debido o si empeora, entonces debes separar una cita
con tu doctor. Tu doctor revisará tu historial médico, te realizará un examen físico y escuchará tus
pulmones mientras respiras. La respiración sonora (crujidos o sibilancias) es una señal confiable de
que algo bloquea tus vías respiratorias (residuos o fluidos) o las hace más estrechas (hinchazón o
inflamación).[7]

Además de la presencia de sangre al toser y el dolor de pecho al respirar profundamente, otras


señales de cáncer de pulmón incluyen ronquera, pérdida del apetito, pérdida relativamente rápida
de peso y letargo general.[8]

Tu doctor tomará una muestra de esputo (mucosa, saliva o sangre) e intentará cultivarla, tras lo cual
se podrá determinar si existe una infección bacteriana (bronquitis o neumonía). No obstante, lo más
probable es que te saque una radiografía o te realice exámenes físicos para obtener un diagnóstico.

Solicita que te tomen una radiografía. Una vez que tu doctor descarte un desgarro muscular y
sospeche de una posible infección pulmonar, te ordenará sacarte una radiografía de pecho. Esta
radiografía ayudará a visualizar costillas rotas, acumulación de fluido en los pulmones (edema
pulmonar), tumores en el pulmón y cualquier daño en el tejido pulmonar causado por el consumo de
tabaco, irritantes en el ambiente, enfisema, fibrosis quística o episodios anteriores de tuberculosis.
[9]

El cáncer de pulmón avanzado casi siempre se detecta gracias a una radiografía de pecho, pero, en
etapas más tempranas, este puede pasar desapercibido.
La radiografía de pecho también podrá confirmar o descartar cualquier otra causa significativa del
dolor de pecho: una enfermedad cardiaca.

Las radiografías de pecho no mostrarán los desgarros ni las distensiones musculares del pecho o
torso superior. Si tu doctor sospecha que tienes un músculo o tendón desgarrado, podría ordenarte
un ultrasonido de diagnóstico, una imagen por resonancia magnética (IRM) o una tomografía
computarizada (TC).

Una tomografía computarizada crea una imagen trasversal de tu pecho, lo que puede ayudar al
doctor a diagnosticar tu condición en caso de que el examen físico y la radiografía de pecho no sean
definitivos.

Solicita que te realicen pruebas de sangre. Probablemente, tu doctor quiera tomarte muestras de
sangre, aunque casi nunca se utilizan como una forma de detectar una enfermedad pulmonar. No
obstante, el doctor podría decidir que es necesario extraerte sangre. Una infección pulmonar aguda
(bronquitis o neumonía) causará que tus glóbulos blancos se disparen, ya que el sistema inmunitario
los utiliza para matar patógenos, tales como las bacterias y los virus.[10] Asimismo, una prueba de
sangre te dará una idea de la cantidad de oxígeno en tu torrente sanguíneo, lo cual constituye una
medición indirecta de la función pulmonar.

Por otra parte, las pruebas de sangre no pueden confirmar ni descartar un desgarro o una distensión
muscular, incluso si estos son graves.

Las pruebas de sangre no indicarán tu nivel de oxigenación.

Una prueba llamada velocidad de sedimentación puede ayudar a determinar si tu cuerpo sufre estrés
o padece una condición inflamatoria crónica.

Las pruebas de sangre no son tan útiles para diagnosticar el cáncer de pulmón. En cambio, las
radiografías y las biopsias de tejido (muestras) son más útiles en estos casos.

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Consejos

Cuando el dolor está acompañado de tos con sangre, flema o mucosidad descolorida, tos
congestionada y tos persistente, es probable que estos síntomas estén relacionados con un problema
pulmonar.

La irritación pulmonar puede deberse a la inhalación de irritantes, tal como el humo, o por
problemas que irritan los tejidos adyacentes, tal como la pleuresía.

Las condiciones relacionadas con la respiración que pueden causar dolor incluyen al asma, el
consumo de tabaco y la hiperventilación.

A menudo, la hiperventilación ocurre debido a la ansiedad o como una respuesta a una situación de
emergencia.
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