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La reforma de Basilea III viene motivada al observarse que la crisis financiera de 2008 se explica en gran

parte debido al crecimiento excesivo de los valores presentados en los balances de los bancos (y
también fuera de ellos, como en el caso de los productos derivados), y la simultánea caída del nivel y la
calidad de los fondos propios previstos para riesgos. En efecto, muchas instituciones no contaban con
reservas suficientes para hacer frente a una crisis de liquidez. El objetivo de dichas medidas es reforzar
la regulación, la supervisión y la gestión del riesgo de los bancos.

Al igual que el resto de normas del Comité de Basilea, los requerimientos de Basilea III constituyen
mínimos aplicables a bancos con actividad internacional. Los miembros se comprometen a implementar
y aplicar las normas en sus jurisdicciones nacionales o regionales dentro de los plazos establecidos por el
Comité.

A diferencia de Basilea I y Basilea II, ambos centrados principalmente en el nivel de reservas


que los bancos deben mantener para pérdidas bancarias, Basilea III se centra principalmente en
el riesgo de "bank run" (pánico bancario), exigiendo diferentes niveles de capital para las
distintas modalidades de depósitos bancarios y otros préstamos. Basilea III no sustituye, en su
mayor parte, a las directrices ya conocidas como Basilea I y Basilea II; más bien las
complementa.

El acuerdo de Basilea III propone a los bancos aumentar sus reservas de capital para
protegerse de posibles caídas. El capital mínimo de calidad (CET1, Common Equity Tier 1 por
sus siglas en inglés), incluye las acciones ordinarias y los resultados acumulados. El ratio de
capital CET1 pasa del 2% al 4,5%, computado sobre el total de los “activos ponderados por
riesgo”. Este ratio de capital mínimo debe ser mantenido en todo momento por el banco y es
uno de los más importantes.

El llamado Capital Tier 1 incluye, además de las acciones comunes y las utilidades retenidas,
las participaciones preferentes, híbridos de capital y deuda sin pagar.

Por otra parte, Basilea III introduce el concepto de los “colchones de capital”, que los bancos
tendrán que construir gradualmente entre 2016 y 2019, para que pudieran ser utilizados en
futuros tiempos de crisis:

 Colchón de conservación de capital: Equivalente al 2,5% de los activos ponderados por


riesgo y compuesto íntegramente por instrumentos de CET1. Dado que el requisito
mínimo regulatorio es mantener el 4,5% de CET1, deberá añadirse el mencionado
colchón para que el capital de alta calidad ascienda al 7% a finales de 2019.
 Colchón de capital anticíclico de alta calidad: Entre el 0% y el 2,5% de los activos
ponderados por riesgo.
Apalancamiento

Basilea III introduce a partir de 2015 un “ratio de apalancamiento” mínimo propuesto, como
medida complementaria a los ratios de solvencia basados en riesgo.

El ratio de apalancamiento se calcula dividiendo el capital Tier 1 por una medida de la


exposición total no ponderada por riesgo, como los activos consolidados totales medios del
banco (no ponderados). Se espera que los bancos mantengan un ratio de apalancamiento no
inferior al 3% bajo Basilea III.

Liquidez

Uno de los planes más importantes de la reforma de Basilea III es la introducción de dos ratios de
liquidez: el LCR (Liquidity Coverage Ratio) y el NSFR (Net Stable Funding Ratio).

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