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Día de la Independencia Nacional (27 de febrero) Día de la

Bandera Nacional

La Guerra de la Independencia Dominicana fue el proceso histórico que inició


con la proclamación de la República Dominicana y su separación de Haití en
febrero de 1844. Durante los 22 años que precedieron a la independencia, toda
la isla de La Española estuvo bajo el dominio de Haití, a consecuencia de la
ocupación por parte de este país del estado de Haití Español, surgido
fugazmente en 1821 en la parte oriental de la isla.
La separación de Haití fue proclamada en la puerta de la Misericordia luego del
disparo del trabucazo dado por el patricio Matías Ramón Mella en la
madrugada del día 27 de febrero de 1844 y por la infestación de la bandera
tricolor en la puerta de El Conde por el patricio Francisco del Rosario Sánchez,
ambos inspirados por los ideales del fundador de la nacionalidad, Juan Pablo
Duarte. El fin a la ocupación haitiana tuvo buena acogida en los residentes de
la ciudad de Santo Domingo quienes hondearon banderas españolas en su
mayoría y algunas francesas. Como respuesta, Charles Rivière-
Hérard encabezó desde Haití una invasión que fue sofocada por el
general Pedro Santana, secundado por el general Antonio Duvergé en
la batalla del 19 de marzo de 1844 en Azua. Quedaron en el campo más de
1000 haitianos muertos, mientras que los dominicanos solo sufrieron 2
muertos y 3 heridos. No obstante Hérard en su retirada incendió el pueblo de
Azua, fusilando a los prisioneros que había hecho. El 30 de marzo de ese
mismo año las fuerzas dominicanas al mando del general José María Imbert en
compañía de Fernando Valerio en su «Carga de los Andulleros» derrotaron al
ejército invasor haitiano, el cual en su repliegue cometió numerosas fechorías,
robos e incendios hasta llegar a Haití. La primera batalla naval se libró el 15 de
abril de 1844. El resultado de la batalla fue que los dominicanos hundieron tres
buques enemigos, sin perder ni uno solo de los suyos.

En mayo de 1845 el general Pedro Santana asistido por el general Antonio


Duvergé y el general José Joaquín Puello, vencieron a las tropas haitianas en
la Estrelleta y en Beller y capturaron en Puerto Plata a la escuadra haitiana que
había bombardeado esa población causando cuantiosos destrozos. En marzo
de 1849 el presidente de la República de Haití Faustino Soulouque inició su
campaña contra la República Dominicana al frente de un ejército de 18 000
soldados matando a todo el dominicano que encontraba a su paso, haciendo
que las poblaciones se llenaran de terror tratando de refugiarse en la Ciudad de
Santo Domingo ante la violencia desatada por los soldados haitianos. En razón
de esta situación, el presidente dominicano Manuel Jiménez fue derrotado en
su intento de parar la invasión haitiana y se vio obligado a aceptar la decisión
del congreso de la República de llamar al general Pedro Santana en compañía
del general Antonio Duvergé para hacerle frente al ejército invasor. Más tarde
el general Duvergé logró derrotar a los haitianos en la batalla de El Número, y
tres días después de esta batalla el general Pedro Santana derrotó a los
haitianos en la batalla de Las Carreras.
En 1855, el emperador Soulouque invadió de nuevo la República con 30 000
soldados, divididos en tres columnas sembrando el terror e incendiando todo lo
que encontraba a su paso hasta que fueron derrotados en las batallas
de Santomé y en Cambronal huyendo los haitianos en dirección a Haití. Más
tarde fueron reducidos en Sabana Larga. Este triunfo dominicano le valió al
general Pedro Santana el reconocimiento del Senado de la República
Dominicana y el 27 de febrero se celebra lo que se le llama la independencia
dominicana.
Antecedentes

En 1801, Toussaint Louverture, líder de la revolución haitiana, llegó a Santo


Domingo y proclamó la abolición de la esclavitud en nombre de la República
Francesa. Poco después Napoleón envió un ejército que sometió toda la isla y
la gobernó durante unos meses. Los negros y mulatos de la parte occidental de
la isla se alzaron nuevamente en contra de los franceses en octubre de 1802 y
finalmente los derrotaron en noviembre de 1803. El 1 de enero de 1804, los
vencedores declararon a Saint-Domingue como la república independiente
de Haití.
Después de la derrota a manos de los haitianos, una pequeña guarnición
francesa permaneció en la parte oriental de la isla, zona donde la esclavitud fue
restablecida y de la que muchos de los emigrantes colonos españoles habían
emigrado. En 1805, tras coronarse emperador, Jean-Jacques
Dessalines invadió la parte oriental y llegó hasta la ciudad de Santo Domingo,
pero tuvo que retirarse ante la resistencia de un escuadrón naval francés.
Durante su retirada a través del Cibao, los haitianos saquearon las ciudades
de Santiago y Moca, matando a la mayoría de sus residentes.
Los franceses gobernaron en la parte oriental de la isla hasta que fueron
derrotados por los habitantes españoles en la batalla de Palo Hincado el 7 de
noviembre de 1808, hecho que les obligó a concretar la rendición definitiva de
Santo Domingo, el 9 de julio de 1809, bajo la presión de la Marina Real
Británica.
No obstante, las autoridades españolas mostraron poco interés en su colonia
restaurada por lo que este período de la historia se conoce como España Boba.
Este desinterés por la colonia de Santo Domingo se debió a la ocurrencia de
la Guerra de la Independencia Española contra los franceses y al proceso
independentista que surgió en muchas de las colonias españolas en América.
El agotamiento de las riquezas de la colonia provocó el desinterés de la
metrópoli para la producción de nuevas riquezas y bienes. Paralelamente, los
grandes ganaderos llegaron a tener un fuerte liderazgo en el sureste, donde la
«ley del machete» gobernó por un tiempo.
El 1 de diciembre de 1821, el excapitán general y escritor José Núñez de
Cáceres declaró la independencia de la colonia, llamándola Estado
independiente de Haití Español, a la vez que solicitó la incorporación del nuevo
estado a la Gran Colombia.

Invasión y ocupación haitiana (1822-1844)


A tan solo nueve semanas de que Núñez de Cáceres declarara la
independencia, las fuerzas militares de Haití dirigidas por Jean Pierre
Boyer ocuparon la nación. Esto se debió, en gran medida, al escaso apoyo
internacional dado al nuevo estado.
Desde que Boyer tomó posesión de la parte Este de la isla, dispuso una serie
de medidas con el propósito de asegurar su unificación. Una de ellas fue la
abolición de la esclavitud, que benefició alrededor de 8000 esclavos. No
obstante, una vez libertos, fueron obligados a permanecer como trabajadores
en las parcelas de tierra de los antiguos esclavistas, como una manera de
conciliar intereses con este sector oligárquico. Esta nueva forma de producción
agrícola pasó a ser la dominante en toda la isla, constituyendo la principal
actividad comercial y económica.
También impulsó la representatividad electoral de las poblaciones a diversos
niveles y la puesta en vigencia del código civil francés en toda la isla. Impuso el
servicio militar, a la vez que restringió el uso de la lengua española y eliminó
algunas costumbres tradicionales, como las peleas de gallos. En 1827 se dio
una situación crítica para el gobierno, debido a que los ciudadanos se
opusieron rotundamente a pagar impuestos, que fue una de las medidas
decretadas por Boyer. Este apeló entonces al recurso de emitir papel moneda,
iniciándose así un proceso de devaluación del gourde, a la sazón moneda
oficial en ambos lados de la isla. Al mismo tiempo, aumentó el descrédito
internacional del gobierno de Boyer.
Ante esta situación, muchos sectores empezaron a protestar y a conspirar
contra el gobierno dictatorial de Boyer. A nivel contestatario tuvo cierta
importancia la creación de nuevos movimientos integrados por los pequeños
campesinos carentes de mano de obra y recursos financieros adecuados con
los que desarrollar su actividad productiva.
A principios de 1830, el extremo control a que fue sometido el sector de los
comerciantes determinó una fuerte caída de sus actividades, reduciéndose
considerablemente el comercio de productos nacionales y la importación de
artículos manufacturados provenientes del exterior. Esto estuvo vinculado a la
implementación de una de las medidas más fuertes del régimen de ocupación
que fue la prohibición a todos los dominicanos de dedicarse al intercambio
comercial. Esta resolución establecía que solo podían ejercer el comercio las
personas de origen extranjero, los ciudadanos de origen haitiano y los
representantes de casas comerciales internacionales. Toda persona de la parte
oriental que quisiera dedicarse a dicha actividad debía juramentarse primero
como ciudadano haitiano. Con esta medida, se provocó un incremento de los
movimientos conspiradores contra Boyer.
Otro hecho importante que coadyuvó al afán de independencia, lo fue el
enfrentamiento que tuvo la Iglesia católica contra el gobierno de Boyer, ya que
este le confiscó sus terrenos y bienes. También el choque directo con
el arzobispo Pedro Valera repercutió en toda la población, la cual vio en esas y
otras medidas la conculcación de sus derechos políticos, económicos y
sociales.
En síntesis, la limitación de celebraciones de las fiestas religiosas, la
prohibición de los juegos de gallos y de azar, la obligatoriedad de las labores
agrícolas, el no uso del español en los actos y documentos oficiales, el cierre
de la universidad, el reclutamiento militar de todos los jóvenes y el pago de los
impuestos, fueron medidas que contribuyeron al disgusto y a la posterior
revuelta contra el gobierno haitiano. Todo esto fue reforzando la percepción
que de sí mismos tenían los "dominicanos", quienes se sentían diferentes a los
haitianos en idioma, raza, religión y costumbres.

Resistencia
Juan Pablo Duarte un joven educado y auténtico nacionalista fue quien inspiró
y ayudó a dirigir la Guerra de la Independencia de 1844. Duarte, junto con
varios liberales dominicanos fundó en 1838 la sociedad secreta La Trinitaria,
nombrada así haciendo honor a la Santísima Trinidad. Cada grupo iba
reclutando adeptos, manteniendo estricto secreto, con poco o nada de contacto
directo entre sí, con el fin de minimizar la posibilidad de ser detectados por las
autoridades haitianas. Aunque muchos fueron los reclutados, la Trinitaria fue
descubierta, lo que motivó el cambio de su nombre a «La Filantrópica».
En 1843, los Trinitarios se unieron al partido liberal haitiano que derrocó al
presidente Jean-Pierre Boyer. Sin embargo, los Trinitarios que participaron en
el derrocamiento llamaron la atención del sustituto de Boyer, Charles Rivière-
Hérard. Este encarceló algunos Trinitarios y obligó a Duarte a abandonar la
isla. Durante su exilio, Duarte buscó sin éxito apoyo en Colombia y Venezuela.
En diciembre de 1843, los rebeldes le pidieron a Duarte que regresara, ya que
tenían que actuar con rapidez ante el temor de que los haitianos se dieran
cuenta de sus planes de insurrección. En febrero de 1844, como Duarte no
había regresado por encontrarse enfermo, los rebeldes decidieron actuar bajo
el liderazgo de Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, y Pedro
Santana, un rico ganadero que comandaba un ejército privado de sus peones
agrícolas.
En enero de 1844 fue publicada en varias ciudades dominicanas el Acta de
Independencia de la República Dominicana, que manifestaba los motivos por el
cual el pueblo dominicano ya no podía seguir unido al haitiano.
La noche del 24 de febrero de 1844, los principales miembros de La Trinitaria,
se reunieron clandestinamente en casa de Francisco del Rosario Sánchez, y
acordaron los planes y fecha del alzamiento, que fue una sublevación de
carácter revolucionario que tomó el control de la amurallada ciudad de Santo
Domingo. El 25 de febrero, fueron despachados los emisarios rebeldes hacia
las diversas regiones del país, con el claro propósito de dar a conocer las
decisiones tomadas en la reunión.

Guerra por la independencia


El 27 de febrero de 1844, los rebeldes liderados por Sánchez ante la ausencia
de Duarte, tomaron la Fortaleza Ozama en la capital Santo Domingo. La
guarnición haitiana, fue tomada por sorpresa, aparentemente traicionada por
uno de sus centinelas. Otro grupo de insurgentes, liderados por Matías Ramón
Mella llegó hasta la Puerta de la Misericordia donde Mella disparó el legendario
Trabucazo de la Independencia y Sánchez izó inmediatamente la
nueva bandera dominicana al grito de ¡Dios, Patria y Libertad! Había nacido la
nueva república bajo la forma de un gobierno republicano y democrático, en un
pueblo libre que rechazaba cualquier imposición extranjera. El gobierno
provisional presidido por el conservador Tomás Bobadilla organizó rápidamente
un ejército para defender la exitosa sublevación y aplastar la contraofensiva de
las tropas de reacción enviadas por Puerto Príncipe.
En los días que siguieron a la proclamación de independencia, todos los
funcionarios haitianos salieron de Santo Domingo. Tomás Bobadilla y Briones,
un jurista conservador que había participado en la anterior insurrección,
encabezó la junta provisional de gobierno de la nueva república. En marzo de
1844, las tropas haitianas invadieron nuevamente la parte oriental para
restablecer su control, pero se vieron obligados a retirarse después de sufrir
grandes pérdidas. A principios de julio de 1844, Duarte fue instado por sus
seguidores a convertirse en presidente de la República. Duarte estuvo de
acuerdo, pero solo si se hacía por medio de elecciones libres. Esta
circunstancia fue aprovechada por Pedro Santana quien asumió el gobierno
cuando fuerzas militares leales a él tomaron Santo Domingo el 12 de julio de
1844 y procedió a encarcelar a Duarte, Sánchez y Mella.
El 6 de noviembre de 1844, una Asamblea Constituyente redactó
una constitución, basada en los modelos de Francia que establecía la
separación de poderes y los controles legislativos sobre el ejecutivo. Sin
embargo, Santana incluyó el artículo 210, el cual le concedió un poder ilimitado
durante la guerra contra Haití. Esta guerra continuó durante todo septiembre y
noviembre de 1845 donde los haitianos fueron derrotados en las batallas La
Estrelleta y Beller. Las tropas haitianas en esos combates sufrieron más de mil
muertos, miles de heridos y cientos de prisioneros. El 21 de diciembre las
goletas haitianas Unión, Dieu Prótege y Guerriére accidentalmente quedaron
encalladas cerca del Puerto Plata y los dominicanos tomaron 149 prisioneros
sobrevivientes. Santana se mantuvo como presidente hasta 1848, cuando
perdió las elecciones. En 1849, el Presidente haitiano Faustino
Soulouque atacó la nueva república, pero fue derrotado en las batallas de El
Número y Las Carreras. Más de 500 haitianos murieron.

Expedición marítima sobre las costas de Haití


A finales de la década de 1840, el presidente Buenaventura Báez consiguió el
apoyo de marino francés Juan Carlos Fagalde para realizar una ofensiva
marítima que fue trascendental en el afianzamiento de la independencia
dominicana. La flotilla naval hundió barcos haitianos en Los Cayos, además de
incendiar los poblados de Anse-à-Pitre y de Saltrou. También fueron
capturados varios barcos haitianos llenos de provisiones. Según las crónicas
de la época, no hubo ni una baja dominicana en esos aprestos ofensivos.
La flotilla dominicana, mandada por el comandante Fagalde, fue por segunda
vez a las costas de Haití; se fondeó en la Petite Rivière, desembarcó su gente,
poniendo en fuga la guarnición y tomándole dos banderas; redujo a cenizas el
pueblo y dispersó a cañonazos a los habitantes de Dame Marie. Frente a la
población de Los Cayos se entabló un combate naval donde fueron hundidos
varios navíos haitianos y hechos prisioneros sus oficiales. Los navíos
dominicanos retornaron a Santo Domingo cuando se encontraron con un
temporal.
Para 1854 ambos países estaban otra vez en guerra. Durante mayo
la fragata dominicana Cibao y la goleta Buenaventura comandadas por el
General Juan Alejandro Acosta, hicieron un crucero por la costa sur de Haití,
destruyendo el comercio y haciendo desembarcos en la costa. En noviembre
el bergantín dominicano 27 de febrero y la goleta Constitución capturaron al
buque haitiano Clarisé y bombardearon Anse-à-Pitre y Saltrou. La lucha
terminó en 1856.
Día de la Bandera Nacional
La bandera dominicana se inspiró, en cuanto a los colores, en la francesa, sin
embargo, el diseño fue concebido por Juan Pablo Duarte. Mientras que María
Concepción Bona y María Trinidad Sánchez, materializaron la idea del patricio,
confeccionando la primera bandera dominicana.
La bandera de la República Dominicana es el mayor símbolo que representa al
país, y que, junto con el Escudo y el himno nacional, tiene la categoría de
símbolo patrio. Según la Constitución, artículo 31 y 32, tiene una cruz en el
centro que extiende hacia las extremidades y divide la bandera en cuatro
rectángulos: los de arriba son azul (en el lado de la asta) y rojo, y los de abajo
son rojo (en el lado del esta) y azul. En el centro de la cruz va colocado el
escudo de armas de la República Dominicana.
Los orígenes de nuestra bandera se encuentran en la bandera francesa y no
precisamente por la efímera época en que fuimos colonia francesa, sino por la
influencia de la Revolución Francesa en las independencias de América Latina.
Su concepción se la debemos Juan Pablo Duarte, mientras que la Confección
es de María Concepción Bona y María Trinidad Sánchez. La misma a
diferencia Escudo Dominicano, no ha sufrido tantas modificaciones.
La primera distribución de esos colores fue hecha por Juan Pablo Duarte, quien
concibió el diseño original, y el día 16 de julio de 1838 obtuvo la aprobación de
los trinitarios para la confección de la misma. Duarte colocó una franja azul en
la margen superior de la bandera y una franja roja en la inferior, colocando la
cruz blanca al centro de la misma. Posteriormente, esa distribución de los
colores fue cambiada para que los colores (rojo y azul) alternaran tal como en
la actualidad (azúl-rojo, rojo-azúl), esta es la Segunda Bandera Nacional.
El Simbolismo de los colores se lo debemos también a Duarte, quien lo
describió de la siguiente forma:
Azul Ultramar: Representa el cielo que cubre la Patria, que Dios protege la
nación dominicana y los ideales de progreso de los dominicanos.
Rojo Bermellón: Representa la sangre derramada por los patriotas en las
batallas para conseguir la independencia.
Blanco: Representa la paz y unión entre todos los dominicanos.

La bandera dominicana se enarboló por primera vez el 27 de febrero del 1844


en la Puerta del Conde. Las primeras banderas fueron confeccionadas por
varias damas, entre las que se pueden citar a Concepción Bona, María Trinidad
Sánchez, María de Jesús Piña, Isabel Sosa.

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