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Población Ocupada
Población Activa
Población en paro
Población Total
≥ 16 años
Población Inactiva
- Población activa: es la parte de población que ofrece sus servicios al mercado de trabajo.
Pueden estar trabajando (población ocupada) o no (población desocupada o en paro).
- Población inactiva: incluye los individuos que a pesar de poderse ofrecer al mercado de
trabajo, deciden no hacerlo: amas de casa, estudiantes > 16 años, «desanimados», etc.
- Población ocupada: parte de la población activa que realmente trabaja.
- Población parada: parte de la población activa que no trabaja, es decir, población que
quiere trabajar pero no trabaja.
En términos absolutos, los resultados del segundo trimestre de 2020 son (población de 16 y
más años; datos EPA1):
Las tasas más utilizadas para conocer la situación del mercado de trabajo son (datos del 2º
trimestre de 2020):
𝑃𝑜𝑏𝑙𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑎𝑐𝑡𝑖𝑣𝑎
𝑇𝑎𝑠𝑎 𝑑𝑒 𝑎𝑐𝑡𝑖𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 =
𝑃𝑜𝑏𝑙𝑎𝑐𝑖ó𝑛≥16 𝑎ñ𝑜𝑠
× 100 (EPA) = 55,54%
1
Todas las cifras presentadas aquí, siguen la estadística de la EPA y no el paro registrado del INEM
(actualmente SEPE): este segundo depende de la normativa existente que define quién es y quien no es
un parado y, además, es necesario que los parados se registren. Los datos del EPA son las únicas válidas,
además, para realizar comparaciones internacionales.
La Encuesta de población activa (EPA) se realiza desde 1964, siendo la metodología vigente en la
actualidad la de 2005. Se trata de una investigación continua y de periodicidad trimestral dirigida a las
familias, cuya finalidad principal es obtener datos de la fuerza de trabajo y de sus diversas categorías
(ocupados, parados), así como de la población ajena al mercado laboral (inactivos). La muestra inicial es
de unas 65.000 familias al trimestre que equivalen aproximadamente a 160.000 personas.
1
𝑃𝑜𝑏𝑙𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑝𝑎𝑟𝑎𝑑𝑎
𝑇𝑎𝑠𝑎 𝑑𝑒 𝑝𝑎𝑟𝑜 = × 100 (EPA) = 15,33 %
𝑃𝑜𝑏𝑙𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑎𝑐𝑡𝑖𝑣𝑎
Hay que tener en cuenta que el paro se puede generar por pérdida del lugar de trabajo
(destrucción de ocupación, de forma que dentro de la población activa un ocupado se
convierte en parado) o porque un inactivo se incorpora al mercado de trabajo y no encuentra
trabajo (aumento de la población activa, de forma que trabajan los mismos pero el nuevo
activo incorporado no encuentra trabajo). En España, por ejemplo, del 1,28 millones de nuevos
parados en el 2008, 0,62 millones lo fueron del primer tipo y 0,66 del segundo. Tipos de paro:
- Paro friccional: paro producido por las personas que buscan un tipo de trabajo
determinado en un momento determinado, es decir, que incluye los individuos que
están cambiando de ocupación, o los que buscan un trabajo o el primer trabajo.
- Paro estacional: paro como consecuencia del final de trabajos de temporada
(recolección agrícola, turismo, esquí, fiestas de Nadal, rebajas, etc.).
- Paro cíclico: el producido como consecuencia de una recesión económica (crisis) y
desaparece cuando hay un periodo de prosperidad y crecimiento económico, es decir,
de bonanza económica.
- Paro estructural: paro que no se explica por cuestiones cíclicas y que sería
excesivo considerarlo friccional.
Respecto al paro, la tasa de parados entre aquellos con sólo estudios obligatorios es un 70%
superior en los hombres y un 57% en las mujeres. Respecto a los ingresos (ver la Encuesta
salarial del Ministerio de Trabajo), el salario crece a medida que aumenta el nivel educativo.
Ahora bien, España es uno de los países de la OCDE que menos remunera los estudios. Causas:
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El paro merece un interés especial: una situación en que individuos que quieren trabajar no
pueden, provoca una situación de insatisfacción personal y una pérdida de potencial
productivo e incremento del gasto público para el conjunto del país. A continuación se
consideran las teorías más importantes sobre el paro.
Esta teoría supone que la demanda contrata teniendo en cuenta que a más cantidad de
trabajo demandada, menor será el salario que se ofrezca, puesto que el salario que estará
dispuesto a ofrecer el empresario a medida que contrate trabajo, será más pequeño (por los
rendimientos marginales decrecientes del trabajo que supone esta teoría). La oferta de trabajo
es una función positiva del salario; cuanto más alto sea el salario más querrán trabajar los
individuos y más renunciarán a otras actividades como por ejemplo el ocio, etc.
Así, en una interacción entre oferta (individuos) y demanda (empresas) se llega al equilibrio:
el grado de ocupación de equilibrio es aquel donde se cruzan las funciones o curvas
respectivas de demanda y oferta de trabajo. La teoría neoclásica supone que los salarios
(nominales o reales2) son flexibles (pueden subir y bajar sin problema) y, por lo tanto, siempre
se puede lograr un equilibrio de mercado: un exceso ocasional de oferta que provoca
desocupación exige una reducción en los salarios para restablecer el equilibrio de plena
ocupación. Así, el paro es exclusivamente el resultado de un salario excesivo, por encima del
de equilibrio, y se tratará de un paro voluntario, puesto que se podría eliminar si los
trabajadores aceptaran trabajar a salarios (nominales o reales) más bajos.
Los salarios pueden estar por encima de los de equilibrio porque el mercado laboral no es de
competencia perfecta (plenamente flexible, ver lección 7), por la existencia de monopolios
de oferta (sindicados), salario mínimo o prestaciones de paro.
Para los neoclásicos, se tienen que flexibilizar al máximo los salarios (preferiblemente los
nominales) y conseguir que el mercado de trabajo sea perfectamente competitivo. Para
estimular la ocupación se tiene que favorecer la obtención de beneficios por parte de las
2
Salario real = salario nominal – inflación (aumento de precios). Ej: Si el salario (nominal) sube un 3% y
los precios (inflación) suben un 2%, los salarios aumentan, en términos reales, un 1%.
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empresas, reduciendo los costes, principalmente los salariales3. Son políticas de oferta, que
buscan facilitar la producción en las condiciones de costes más favorables para las empresas.
Ahora bien, los neoclásicos indican que, incluso en el mercado más flexible, siempre hay una
cierta tasa de paro, llamada tasa natural de paro, a la que tiende la economía, debido a la
movilidad natural de los mercados, por el tiempo que se tarda a encontrar nuevos trabajos y
porque hay grupos marginales o desanimados que se encuentran en paro permanente.
La teoría neoclásica “tradicional” ha sido desarrollada desde medios del s. XX, con posibles
soluciones al paro:
- Teoría de los salarios de eficiencia: las empresas pagan unos salarios más altos que los
existentes en un mercado de competencia perfecta (donde hay plena ocupación) para
conseguir una productividad más grande (y reducir los costes de rotación de la mano
de obra). Si todas las empresas hacen lo mismo, la tasa de paro será más alta que la
que correspondería a unos salarios más bajos (de equilibrio). Además, los subsidios de
paro o el salario mínimo, incrementan el salario de eficiencia, puesto que son
competidores del salario.
- Teoría de los contratos implícitos: los asalariados estiman más un salario rígido que
una remuneración fluctuante según la coyuntura económica, puesto que desconocen
la situación real de la empresa y el contexto general de la economía. Si varía la
coyuntura económica, la empresa altera el grado de ocupación pero no los salarios, de
forma que éstos no son determinantes de las variaciones de ocupación. Así, en las
recesiones, las empresas ajustan el grado de ocupación (no los salarios) y generan
paro.
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Crítica Keynesiana: los beneficios no siempre crean ocupación; se pueden dedicar a incrementar los
bienes de equipo, afrontar costes financieros, despedir trabajadores, etc. En estos casos, la contención
salarial no hace nada más que deprimir la demanda agregada y no soluciona el paro.
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- Geográfico: se genera paro en determinados territorios mientras que algunas
áreas no se cubren por la falta de movilidad de la mano de obra. En
consecuencia, se tiene que fomentar la movilidad geográfica de los trabajadores.
La cantidad de trabajo demandada por las empresas está determinada por el volumen de
producción de bienes y servicios que esperan hacer en el mercado. El paro está causado por
una insuficiencia de la demanda efectiva, es decir, la demanda real (o efectiva) es menor que
la esperada por los empresarios y, en consecuencia, las empresas reducen su nivel
de producción y de ocupación generando paro.
El paro es involuntario, puesto que no lo desean ni las empresas ni los trabajadores; surge por
el funcionamiento mismo de la economía de mercado (la demanda no siempre iguala la
oferta). Así, la solución tendrá que estar relacionada con los factores que generan crecimiento
económico, no con el mercado laboral. Además, a diferencia de la escuela neoclásica, los
keynesianos consideran que la oferta de trabajo no depende del salario, ya que los individuos
se ofrecen para trabajar independientemente del salario existente, y éstos no son flexibles
a la baja y, si lo fueran, no solucionarían el paro por su incidencia negativa sobre la inversión
(se reduciría por el aumento de la incertidumbre económica ante reducciones salariales) y el
consumo (disminución de la demanda agregada al bajar los sueldos).
Para combatir el paro hay que estimular la demanda agregada (privada y pública). ¿Cómo?:
Keynes prefiere un incremento de la inversión (al consumo) por el efecto multiplicador (es
decir, si se invierte 100 se genera actividad económica o renta por un valor superior; ej: la
construcción de una carretera genera un crecimiento de la renta superior al valor de la
construcción, puesto que la carretera acerca pueblos y aumenta la actividad económica
existente, o antes inexistente, los que trabajan en la construcción gastan la renta en comercios
que, a su vez, gastan esta renta en otros comercios, etc.).
Además, prefiere que la intervención sea pública (mejor, por ejemplo, que bajar impuestos
y esperar a que inviertan los agentes privados) porque la inversión privada depende del tipo
de interés pero, además, de las expectativas de los empresarios (factor psicológico o animal
spirit), negativas normalmente en tiempos de crisis. Lo mismo vale para los consumidores (en
cuanto al estado de ánimo). Así, en periodos de crisis, consumidores e inversos son pesimistas
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y bajadas de impuestos no estimulan ni el consumo ni la inversión. Por eso, el Sector Público
tiene que suplir esta falta de actividad privada.
Hay que decir, que la Escuela institucionalista añade a la solución de aumentar la demanda
agregada para reducir el paro, que existan cambios institucionales (legales) para que los
grupos discriminados accedan al mercado primario o insider (medidas contra la discriminación,
protección sindical, ocupación pública, etc.).