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Contenido
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1 Padres
2 El Titán de Bronce
3 Muerte
4 Enlaces externos
5 Referencias
6 Bibliografia
[editar]Padres
Mariana Grajales, ante el altar familiar, conminó a su esposo y sus seis hijos a
luchar por la independencia de Cuba o morir en el intento, lanzándose ella
misma a la «manigua redentora» para apoyar desde la retaguardia las acciones
de los mambises, como se conocía a los independentistas cubanos. Casi todos
sus hijos, además de su esposo, caerían en la lucha por la independencia de
Cuba.
Antonio Maceo fue uno de los líderes cubanos que rechazó la firma del Pacto
del Zanjón, que puso fin a la Guerra de los Diez Años. Él y algunos
otros mambises (soldados independentistas) se reunieron con el
Mariscal Arsenio Martínez Campos el 15 de marzo de 1878 para discutir los
términos de la paz, pero Maceo protestó estos términos porque no cumplían
con ninguno de los objetivos de los independentistas: ni la abolición de
la esclavitud, ni la independencia de Cuba. El único beneficio era la amnistía
para los que habían luchado y la manumisión para los negros que habían
peleado en el Ejército Libertador. Maceo no reconoció este tratado y no se
acogió a la amnistía. Este encuentro, considerado una de las páginas más
dignas de la historia de Cuba, fue reconocido como "La Protesta de Baraguá".
Como detalle anecdótico puede añadirse que a sus oídos llegaron tímidas
propuestas de hacer una encerrona al general español, de reconocidas
aptitudes militares y diplomáticas, pero las rechazó con tal energía que los
"comunicadores" de la idea prácticamente huyeron de su campamento.
Más tarde Maceo y Calixto García en Nueva York planearon una invasión a
Cuba que dio inicio a la también fracasada Guerra Chiquita en 1879, en la cual
no peleó directamente por haber sido enviado Calixto García delante como jefe
principal, con vistas a evitar la exacerbación de los prejuicios raciales que
actuaban contra Maceo, fundamentalmente a causa de la propaganda
española, que lo acusaba de buscar una guerra de razas, calumnias que
rechazó con indignación en repetidas ocasiones.
Máximo Gómez
General
Apodo El Generalísimo
Contenido
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1 Primeros años
2 La Guerra de los Diez Años (1868-1878)
3 La "Tregua Fecunda" (1878-1895)
4 La "Guerra Necesaria" (1895-1898)
5 Inicios de la República y fin de su vida
6 Legado histórico de Máximo Gómez
7 Véase también
[editar]Primeros años
Luego de sus resonantes éxitos en los campos del Camagüey, del que los
mambises eran prácticamente dueños, con excepción de las ciudades de
Puerto Príncipe (hoy ciudad de Camagüey), Florida y Nuevitas, Gómez fue
enviado a organizar las anárquicas tropas de Las Villas, más al Oeste, con
vistas a llevar a cabo la invasión del Occidente, donde estaba no solamente la
capital del país, sino la base económica del régimen colonial en Cuba: los
ingenios azucareros más productivos, el tabaco y los frutales. Su gestión en
Las Villas fue infructuosa, por el intenso regionalismo dominante y por la
coincidencia de este movimiento con las sediciones de Lagunas de
Varonaprimero y de Santa Rita unos meses más tarde. La negativa de Vicente
García González de marchar desde Las Tunas al occidente a reforzar las
tropas de Las Villas intensificó la indisciplina de las tropas allí dispersas, lo que
entristeció el ánimo de Gómez, quien retornó al Camagüey solamente cuando
el inestable gobierno en armas se lo ordenó.
Mientras Maceo avanzaba con Bandera más al oeste que Gómez, éste llevó a
cabo en el Camagüey un movimiento constante alrededor de la capital
provincial, llamada la "Campaña Circular", que sumó numerosos adeptos de la
juventud camagüeyana, admiradores del gran guerrero. Igualmente llevó a
cabo una campaña en Las Villas, que esta vez sí fue coronada por el éxito.
Anteriormente había sido herido en el cuello durante el primer cruce de la
Trocha Militar de Júcaro a Morón (actual provincia de Ciego de Ávila), un
sistema de cercas, puestos militares y fortines que los españoles habían
declarado inexpugnable. Después de eso casi siempre usaba un pañuelo en el
cuello, con el que lo pintaría el periodista norteamericano Grover Flint en varios
de sus históricos bocetos.
El Viejo, o Chino Viejo, como era conocido Gómez por sus íntimos, se llenó de
pesar al conocer de la caída en combate de Antonio Maceo y junto a él de su
bravo y querido hijo, Francisco "Panchito" Gómez Toro. Su pena la dejó
plasmada en carta a María Cabrales, esposa de Antonio Maceo. Antes ya
había caído José Maceo, el "León de Oriente". Inmediatamente designó como
Lugarteniente al experto Mayor General Calixto García Íñiguez, quien sería el
encargado de llevar las acciones de guerra en todo el departamento oriental.
Gómez se mantuvo durante todo 1897 operando entre Las Villas y Las Tunas,
mientras en Occidente actuaban los generales Lacret y Mayía Rodríguez. El
verano de 1897 fue fatídico para las armas españolas no sólo por el exterminio
a manos de las guerrillas mambisas que las hostigaban hasta de madrugada,
sino por el paludismo, la disentería y otras enfermedades tropicales. Al ser
preguntado por sus mejores generales, Gómez respondió: "¿Mis mejores
generales? Junio, Julio y Agosto."
Los que esperan, están desesperados. Como yo no espero nada, estoy muy
tranquilo con mi inesperada situación, descargado de toda responsabilidad y
gozando del cariño de este pueblo que ahora más que nunca, me lo ha
demostrado, comprometiendo, por modo tan elevado y sentido, mi gratitud
eterna.
...La actitud del Gobierno Americano con el heroico Pueblo Cubano, en estos
momentos históricos, no revela a mi juicio más que un gran negocio... Nada
más racional y justo, que el dueño de una casa, sea el mismo que la va a vivir
con su familia, el que la amueble y adorne a su satisfacción y gusto; y no que
se vea obligado a seguir, contra su voluntad y gusto, las imposiciones del
vecino. La situación pues, que se le ha creado a este pueblo; de miseria
material y de apenamiento, por estar cohibido en todos sus actos de soberanía,
es cada día mas aflictiva, y el día que termine tan extraña situación, es posible
que no dejen los americanos aquí ni un adarme de simpatía.
Gómez fue un bello ejemplo del internacionalismo, pues dedicó la mayor parte
de su vida a su "querida y sufrida Cuba", a la par que un militar admirable por
su valor e intransigencia. Siendo cortés con el enemigo valiente, era implacable
con los cobardes o los indisciplinados de sus propias tropas. Su brillante
estrategia militar, su ejemplo personal y su estilo de mando, célebre por su
severidad, le posibilitaron llevar a cabo campañas (la Invasión y posteriores
campañas) sin precedentes históricos por la disparidad de sus fuerzas tanto en
hombres (de 35'000 a 40'000 mambises contra más de un cuarto de millón de
españoles) como en técnica militar: los mambises no contaban con artillería,
salvo a finales de la guerra, cuando Calixto García asedió a la ciudad de
Holguín con algunos cañones, por cierto tomados al enemigo, sin contar con
las dificultades enormes para hacer llegar expediciones con hombres y armas
para la lucha. Por último, su conducta desinteresada de retiro de los asuntos
políticos, luego del triunfo cubano, también fue admirable en cierto modo, pues
nunca pretendió protagonismo alguno en la vida política civil de Cuba, a la que
en realidad tenía derecho por sus extraordinarios méritos. Aunque fueron
muchos los grandes patriotas cubanos, cuando se cita la trilogía de hombres
fundamentales de la Guerra de Independencia, Máximo Gómez está junto a
José Martí y Antonio Maceo.