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Módulo 3

Unidad 3, 4 y 5
Lectura 3:
Mediación

Mediación, Arbitraje y Negociación


Profesor Rodrigo Mauro
3. Mediación

3.1 Concepto – Aspectos salientes

La Mediación: una solución pacífica a los


problemas.
Dentro de los Métodos de Resolución Alternativas de Conflictos, la
mediación es el más divulgado y utilizado en la actualidad en Argentina,
aunque debe decirse que su difusión y promoción es aún muy deficitaria, y
esto hace que gran parte de la ciudadanía no conozcan su existencia.

La esencia del proceso de mediación, es en principio igual a lo que se ha


desarrollado para la negociación basada en principios, la gran diferencia
radica en la participación activa de un tercero neutral que colaborará con
las partes, para que éstas logren arribar a un acuerdo.

Son muchas las conceptualizaciones de mediación que se han elaborado,


pero probablemente una de las más completa sea la desarrollada por Elena
Highton y Galdys Álvarez, en el libro Mediación para Resolver Conflictos:
“…un procedimiento no adversarial en el que un tercero neutral, que no
tiene poder sobre las partes, ayuda a éstas a que en forma cooperativa
encuentren el punto de armonía en el conflicto”. (1995:195).

De manera más simple ha sido definida por otros autores como una
negociación asistida por un tercero imparcial, en donde las partes buscan
solucionar un conflicto.

Como se podrá observar todas confluyen en destacar el rol del tercero


neutral y la solución del problema en las manos de las partes, quienes se
ubican en una posición de cooperación o colaboración. A partir de ello, y
tomando en cuenta la clasificación desarrollada en la Unidad N° 1 de los
Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos, la mediación se ubica
dentro de los métodos No Adversariales y de Autocomposición.

En ese sentido, el artículo 1 de la Ley de Mediación de la Provincia de


Córdoba N° 8858, si bien no esboza un concepto de este procedimiento,
reconocer a “...la instancia de mediación (…) como método no adversarial
de resolución de conflictos…”. Es decir que el procedimiento de mediación
es una vía pacífica, por la cual las partes, por intermedio del diálogo y la
negociación, con la presencia activa de un mediador, buscarán encontrar

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una solución que sea de mutuo beneficio, para poner fin a una disputa o
conflicto.

Este tercero imparcial, mediador, cumple un rol protagónico en el proceso,


aunque nunca será el que determine la solución al problema. Será un
oyente activo, modelador de ideas, que mostrará el sentido de realidad
necesario para lograr los acuerdos convenientes, por intermedio de
herramientas, técnicas y estrategias, con las que se ha capacitado
profesionalmente para ese fin.

3.2 Ventajas y desventajas del


procedimiento de Mediación - Casos en
que se recomienda - Rasgos esenciales y
características de la mediación:
confidencialidad, neutralidad,
flexibilidad de su estructura, economía
de tiempo y costo, autocomposición,
cooperación y confianza.
Esta herramienta, al igual que el resto de los métodos alternativos de
resolución de conflictos que se han desarrollado, reúne determinadas
características, procurando encontrar soluciones a los problemas que se
pudieran suscitar sin necesidad de tener que recurrir a los estrados
judiciales para delegarles a un tercero, el juez, la decisión final.

Uno de los objetivos centrales de estos métodos, y fundamentalmente el que


se está desarrollando en este módulo, tiene que ver con la idea de que los
ciudadanos se ocupen y comprometan con sus conflictos y las soluciones a
los mismos. Es necesario que la sociedad comprenda que es mucho más
productivo para la convivencia en comunidad, si los problemas o disputas
son solucionados en su nivel más bajo de intensidad, y entre los mismos
actores involucrados, ya que esta forma de resolverlos, permite que las
relaciones sociales que se encuentren afectadas o deterioradas por ellos,
puedan reconstruirse o al menos no dañarse más de lo que ya están. Si la
solución al conflicto llega por la imposición de la decisión de un tercero,
aun cuando esté legitimado para ello, la misma será bajo el paradigma de
ganar-perder, ya que necesariamente ante la decisión de un tribunal de
justicia, el resultado se traduce una el triunfo de una de las partes por sobre
la derrota de la otra. Y la relación social se destruye, siendo muy difícil, y a
veces imposible, reconstruirla.

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Por ello la mediación, como método pacífico de resolución de conflicto,
también persigue esta finalidad de preservar o evitar el deterioro de las
relaciones sociales, afectadas por un conflicto1, y es en consecuencia un
elemento de pacificación social en las sociedades modernas, caracterizadas
por los altos niveles de violencia y agresión.

Las características esenciales de este método son las siguientes:

 Confidencialidad.

 Neutralidad.

 Flexibilidad de su estructura.

 Economía de tiempo y costo.

 Autocomposición.

 Cooperación.

 Confianza.

Confidencialidad.

Es probablemente el principio de mayor importancia en el proceso de


mediación, y fue entendido de esta forma por el legislador siendo el único
que es desarrollado en un artículo específico de la Ley. A los fines de evitar
reiteraciones, el presente punto se desarrolla ampliamente al momento de
analizar los aspectos generales consagrados en la Ley 8858.

Neutralidad.

Está estrictamente vinculada a la actitud del mediador en el proceso, ya que


la neutralidad es una característica en el rol del tercero que no puede estar
ausente bajo ningún punto de vista. Al igual que la confidencialidad, se
encuentra receptado por el marco normativo en su artículo 4 y es
desarrollado en esta lectura en oportunidad de analizar los aspectos
generales consagrados en la Ley; allí remitimos para su estudio.

Flexibilidad de su estructura.

Existen opiniones diversas acerca de si el procedimiento de mediación es


estructurado o no. En relación a esto, la ley provincial no establece una
definición expresa, pero si establece una mínima estructura, sobre todo en
el procedimiento de la mediación judicial.

Pero de lo que no existen dudas, es que aun existiendo una mínima


estructura, es absolutamente flexible y puede ser ajustada según las

1
Recordar la conceptualización de conflicto del módulo 1, desarrollada por Remo Entelman:
“El conflicto es una especie o clase de relación social en que hay objetivos de
distintos miembros de la relación que son incompatibles entre sí” (2005:49)

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necesidad del proceso, por decisión de mediador o de las partes, en la
medida que la misma pueda facilitar el desarrollo de la instancia.

A título de ejemplo se puede mencionar que dentro de la estructura de la


mediación se contempla que se desarrollen sesiones conjuntas o sesiones
privadas, y que generalmente se sugiere que la primera audiencia de
mediación sea en forma conjunta. Ahora bien, puede resultar que el
mediador al tomar conocimiento de la relación entre las partes, y que ésta
sea muy dura o de mucho rechazo, disponga iniciar el proceso con
audiencias privadas con cada partes, para que luego, en el momento que se
considere oportuno, puedan ambas partes sentarse en la misma mesa a
proseguir con la mediación. Incluso puede ocurrir que una de las partes
solicite, para un primer momento, no estar juntos en la audiencia, y esto si
es positivo para dar inicio al proceso, resulta válido.

Es por ello que se plantea que la estructura resulta absolutamente flexible.

De igual modo, una mediación puede desarrollarse en dos, tres o más


sesiones, según la necesidad que surja del mismo proceso. O puede ocurrir,
y no son pocos los casos que así sucede, que en la primera audiencia los
actores rápidamente se pongan de acuerdo, y arriben a la solución del
problema. O que alguno de ellos desista y no quiera participar más, y en
consecuencia se deba dar por concluida la mediación.

En definitiva, las partes son las dueñas del proceso, y en consecuencia, no


se encuentran atadas a una estructura predefinida, y por eso, el mismo
puede ser modificado cuantas veces lo consideren necesario las partes para
fortalecer y profundizar la mediación.

Economía de tiempo y costo.

Ya se ha hablado de que todos estos métodos alternativos son más


económicos que cualquier proceso judicial.

En el caso de la mediación, esa economía es clara en dos aspectos: en los


costos que la misma acarrea para las partes (ya lo veremos claramente al
momento de analizar los honorarios que perciben los mediadores) pero
también es económico en el sentido del tiempo que dura el proceso, son
verdaderos procesos ejecutivos y mucho más si se lo compara con
instancias judiciales que para resolver el mismo tema pueden tardar años y
años, hasta que efectivamente queda firme una sentencia.

En este sentido la Ley 8858 de la Provincia de Córdoba, establece en su


artículo 25, que: “El plazo para la mediación será de hasta sesenta
(60) días hábiles a partir de la primera audiencia. El plazo
podrá prorrogarse por acuerdo de las partes, de lo que deberá
dejarse constancia por escrito, con comunicación al Centro
Judicial de Mediación y al Tribunal actuante.”

Como se puede observar el plazo establecido por la norma para la


Mediación Judicial es reducido, lo que lleva a entender que el proceso

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pretende ser efectivo y en un tiempo breve, más allá de que el mismo pueda
ser ampliado en la medida que el desenlace de la mediación lo justifique y
siempre que sea por acuerdo de las partes intervinientes, lo que reafirma la
característica de flexibilidad en la estructura del mismo.

En relación a los costos que trae aparejado el proceso de mediación, el


marco normativo establece que los honorarios de los mediadores, tanto en
la mediación judicial como en la mediación extrajudicial, se rigen por lo
convenido con las partes (art. 34 y 42 de la Ley 8858). De no existir
acuerdo, la ley establece que “…percibirá las remuneraciones que se
establezcan por vía reglamentaria, teniendo en cuenta las
circunstancias y complejidad de los conflictos que se sometan a
mediación, y que el monto mínimo será de un (1) jus2 por
audiencia” (art.34 Ley 8858). Por su parte el art. 42 de dicha ley, referido
a los honorarios de los mediadores en la mediación extra judicial, remite a
las “...disposiciones relativas a los honorarios de los mediadores
en sede judicial”.

A partir de lo fijado en la ley, la determinación de los honorarios o


remuneraciones de los mediadores será, por regla general, acordada por las
partes, y si no existiese acuerdo se deberá recurrir a lo establecido por el
Decreto Reglamentario N° 1773/2000.

Dicho instrumento, reafirma en primer lugar que rige la regla de fijar las
remuneraciones en virtud de lo que libremente convengan la partes, y ante
la falta de convenio, subsidiariamente establece las siguientes pautas:

“En caso de no lograrse tal convenio, subsidiariamente, regirán


las siguientes pautas:

1) En los asuntos con monto determinado, serán del cinco por ciento
(5%) sobre el monto del acuerdo, no pudiendo exceder de la cantidad de
sesenta (60) jus.
En el supuesto de desistimiento, interrupción o fracaso del proceso de
mediación será del dos y medio por ciento (2,5%) del monto reclamado no
pudiendo exceder en ningún caso de diez (10) jus. Este monto será
completado conforme al primer párrafo si en el término de seis (6) meses
a contar de la fecha que figure en el acta de conclusión de la mediación se
arribara a un acuerdo.

2) En los asuntos con monto indeterminado, el honorario del


mediador será de un (1) jus por la primera reunión y de dos (2) a cuatro
(4) jus por cada reunión ulterior de acuerdo a la complejidad del caso.

2
Valor del "Jus": $ 104,58. http://www.justiciacordoba.gov.ar/site/Asp/Jus.asp .
Consultado mes de abril de 2011.

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3) La parte que no acepte participar en el procedimiento de
mediación judicial, después de la audiencia informativa, deberá abonar
un (1) jus.” (Art. 32 – Dcto Reglamentario N° 1773/2000).

A partir de lo fijado en la reglamentación se deben tener en cuenta dos


aspectos relacionados con la cuestión sometida a mediación, a saber:
Asuntos con monto determinado y Asuntos con monto
indeterminado.

 Asuntos con Monto Determinado: En estos casos, se incorpora


otro elemento a tener en cuenta, esto es si en la mediación hubo
acuerdo o no. A partir de esto, los honorarios se fijarán de la
siguiente forma:

En el caso de que la mediación concluyó sin acuerdo, y se abonan los


honorarios tal como se desarrollaron anteriormente, y ocurriese que las
partes en un plazo de seis meses posteriores al cierre del proceso llegasen a
un acuerdo, deberán completar los honorarios a lo correspondiente para el
caso de cierre con acuerdo.

Esto es así porque se considera que la instancia de mediación resultó idónea


para acercar las posiciones de las partes, y en definitiva, ese elemento fue el
que permitió que pudieran llegar al acuerdo. Y si alguna parte se negase a
cumplir con ello, el mediador podrá recurrir a la vía judicial, teniendo que
demostrar su derecho, lo que es una verdadera complicación.

Tomando en cuenta lo desarrollado hasta aquí, si un proceso de mediación


llegara a un acuerdo por un monto de $100.000.- (monto muy elevado y
que no es común encontrar en instancias de mediación) los honorarios de
los mediadores ascenderán a $5.000.- Pero, si en cambio el monto

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acordado asciende a $5.000.- (que es un valor que es más frecuente
encontrar en estas instancias), la remuneración del mediador ascenderá a
$250, y, probablemente, el trabajo que éste ha desarrollado sea
exactamente igual al caso anterior. Pero en los dos casos, los costos para las
partes, será notoriamente inferior al que correspondería a una instancia
judicial.

 Asuntos con monto indeterminado: En cuanto a este segundo


criterio, y al no tener un elemento objetivo como referencia ya que la
mediación no se inicia reclamando un monto y aun llegando al
acuerdo no surge un monto fijo que se pudiera tomar como
elemente base, la legislación ha establecido un valor por cada
reunión llevada a cabo, de esta manera, los mediadores percibirán el
valor de 1 jus por la primera reunión, y de dos a cuatro jus por cada
una de las reuniones posteriores. Éstos serán determinados según la
complejidad del caso.

Ha sido cuestionado el hecho de establecer un valor menor para la primera


reunión, porque en verdad el trabajo que deba desarrollar el mediador no es
menor en esta que en las otras reuniones. Por el contrario, gran parte del
éxito o fracaso de una mediación puede estar vinculado con lo ocurrido en
esa primera instancia, donde el profesional mediador deberá presentarse a
las partes, desarrollar su discurso inicial, estableciendo las reglas de juego
del todo el proceso, y ganarse la confianza de los actores involucrado.
Además, deberá trabajar activamente, como se verá más adelante, con los
planteos de cada uno de los actores involucrados, etc., por lo que el valor de
esta reunión debería ser igual al previsto para el resto de los encuentros.

Siguiendo este segundo criterio, poniendo como ejemplo una mediación


cuyo proceso involucre tres reuniones, y lo califiquemos como de alta
complejidad la segunda reunión, el valor que percibirá el mediador
interviniente se conforma según el siguiente detalle:

Primera Reunión: $104,58.(1 Jus)

Segunda Reunión: $ 418,32. (4 jus)

Cuarta Reunión: $209.(2 jus)

Total: $731,9.

El valor a percibir será, si no existiese acuerdo de partes en cuanto a la


remuneración del mediador, de $731,9.- en concepto por toda su actividad,
lo que lo hace mucho más económico que el costo que podría acarrear
resolver la misma cuestión en una instancia judicial. Este aspecto se percibe
mucho más claro, si ese proceso se desarrollase todo, como ocurre muchas
veces, en una sola audiencia, y no mediare acuerdo de partes en relación a
los honorarios, donde el mediador percibirá el valor de un jus por todo
concepto.

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Todas estas situaciones expuestas son meramente simbólicas y a los fines
de demostrar la diferencia en el costo económico que tiene la mediación
comparada fundamentalmente con el proceso judicial.

Autocomposición.

Esta característica de la mediación, compartida con otros métodos RAD3


como la negociación o la conciliación, está determinada por quienes son los
responsables de tomar la decisión final.

De esta manera y tal como se lo ha desarrollado en los módulos anteriores,


los métodos autocompositivos se caracterizan por ser las mismas partes las
que arriben a un acuerdo, a una solución al diferendo que tenían. En contra
posición a esto se encontraban los métodos heterocompositivos, como el
arbitraje o el litigio, donde es un tercero el responsable de tomar esa
decisión final.

En la mediación, la participación de un tercero neutral, como es el


mediador, no significa en manera alguna, que las partes pierdan su poder
de decisión. Siempre serán ellas las dueñas de llegar o no a un acuerdo, y el
tercero sólo colaborará, cooperará con ellas, para que puedan lograrlo, pero
jamás será él que tome la decisión final. Por ello se afirma que posee la
característica de autocomposición.

Cooperación.

En este aspecto, se tiene en cuenta la actitud y posición de las partes en el


proceso de mediación.

Las partes no se ubican en posiciones de confrontación, de competencia o


de adversarios, sino que por el contrario, deben mantener una actitud de
cooperación o de colaboración para que el proceso de mediación pueda
prosperar.

Tal como se ha estudiado al desarrollar la Negociación con base en


principios, y de donde surge la esencia del proceso de mediación, las partes
deben buscar conciliar intereses, para lograr un acuerdo que sea beneficioso
para ambas y mutuamente aceptable. Para lograrlo, es indispensable que
las partes participen con una actitud de cooperación en el proceso, caso
contrario, es imposible que el proceso arribe a una culminación exitosa.

El rol del mediador de provocar y facilitar esa posición cooperativa es muy


importante, y puede ser definitivo para que las partes dejen de lado sus
posiciones y procuren conciliar sus intereses, principio fundamental este
para avanzar a un acuerdo.

3
RAD: Resolución Alternativas de Disputas.

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Confianza.

Por último, la necesidad de generar confianza es otro elemento clave en


estos métodos.

Y la misma debe ser interpretada en dos sentidos: por un lado es necesario


que las partes, con la colaboración del mediador, generen un ámbito de
confianza entre ellas, para poder lograr una efectiva conciliación, y también
es indispensable que ambas desarrollen confianza en el método y en la
personas del mediador, que será el agente de la realidad que cooperará
permanentemente con ellas.

Esa actitud de confianza en el mediador, también dependerá del esfuerzo y


el trabajo que él desarrolle desde la primera audiencia, y será clave en el
desarrollo del resto del proceso.

Este último aspecto se encuentra vinculado estrictamente con el principio


de neutralidad que debe garantizar el mediador en todo el proceso, ya que
es a partir de allí que puede generar los lazos de confianza necesarios con
ambas partes.

Un profesional que pierda la neutralidad, afectará directamente la


confianza de las partes o al menos de una de ellas en su persona, y
perjudicará todo lo que prosiga después.

3.3 La Mediación como una negociación


colaborativa.
No Negociar con Base en las Posiciones.
La mediación es un proceso de negociación con la participación activa de un
tercero neutral, el mediador, y aplica como postulados rectores los
consagrados en la denominada Negociación con Base en los Principios, o
Método Harvard de Negociación y que ha sido desarrollado en la Unidad 2.

Muchos autores definieron a la mediación como una negociación asistida,


siguiendo los principios mencionados en la forma de negociación estudiada.

A los fines de comprender este proceso es necesario dejar en claro la


diferenciación entre los intereses y las posiciones, y cómo esto influye en la
situación de cada parte en una negociación o mediación, relacionado con la
importancia de que ellas adopten actitudes cooperativas o colaborativas
para lograr avanza a un acuerdo mutuamente aceptable, dejando de lado
aquellas posiciones duras o suaves que es común encontrar en las
negociaciones que a diario desarrollamos en nuestra vida cotidiana.

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Diferenciación entre Intereses y Posiciones.

A partir de lo expuesto anteriormente, se torna fundamental comprender la


diferencia entre Intereses y Posiciones, ya que el éxito o fracaso de una
negociación o una mediación va a estar definido en virtud de concentrarse
en uno u otro, y así lo sostienen quienes han desarrollado este método.

Es normal que las personas negocien con base en sus posiciones. De esta
manera cada una adopta una posición, generalmente exagerada, que no
representa su interés real, y a partir de allí comienza hacer concesiones, y
entra en un juego de regateo hasta que logra, o no, llegar a un compromiso
con la otra parte.

La posición se refleja en las demandas o posturas concretas y generalmente


es lo primero que se plantea por cada parte en una negociación, mientras
que los intereses son motivaciones que existen detrás de cada posición, son
necesidades, deseos, miedos y preocupaciones. Y son ésos los que tenemos
que buscar conciliar con el otro en una negociación.

Ahora bien, al momento de analizar y valorar un método de negociación, la


Escuela de Harvard establece tres criterios para juzgarlo, a saber: que
conduzca a un acuerdo sensato, debe ser eficiente, y por último, debe, por lo
menos no deteriorar la relación entre las partes. “Un acuerdo sensato puede
definirse como aquel que satisface los intereses legítimos de ambas partes
dentro de lo posible, que resuelve los conflictos de intereses con equidad,
que es durable, y que tiene en cuenta los intereses de la comunidad” (4).

A los fines de lograr ese acuerdo sensato, es necesario que se dejen de lado
las posiciones, y la negociación se concentre en los intereses reales de la
parte. Éstos subyacen detrás de la posición, y es, en verdad, lo que a las
partes les interesa de ese proceso. Seguramente será en esta instancia
donde el mediador deba cumplir un rol preponderante para cooperar con
las partes a los fines de que se aparten de su posición y se concentren en los
intereses.

Cuando la discusión se basa en posiciones, genera que cada parte se


encierre cada vez más en ella, la defienda de los ataques de la otra parte, y a
su vez, la ataque permanentemente y a su posición, lo que hace que el
acuerdo se torne cada vez más lejano y difícil. Puede ocurrir que se llegue a
una resolución del problema, a partir de que cada uno fue cediendo algo en
su posición, pero no podrá considéraselo sensato, ya que no se lo logró
conciliar intereses reales, sino simplemente a través del regateo o de la
división de una cosa.

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4
Fisher Roger, Ury William y Patton Bruce; “Sí…¡de acuerdo! Cómo negociar sin
ceder”; Editorial Norma, Colombia (año 2000).

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Un ejemplo muy claro de esta diferenciación entre posiciones e intereses, y
que es muy común en la talleres y seminarios de capacitación, es el referido
a dos hermanas que querían una naranja, y tuvieron una gran discusión
para definir cuál de las dos se quedaba con ella, hasta que al final acordaron
cortarla a la mitad, y cada una tenía su parte. Una de las hermanas tomó su
media naranja, la peló y utilizó la cáscara para hacer una torta. La otra,
también peló su parte, pero se comió el fruto y deshecho la cáscara. Al final
concluyeron con media cáscara para una y medio fruto para la otra. Pero, si
en vez de concentrarse en la naranja, se hubiesen concentrado en el
verdadero interés que tenían, la cáscara y el fruto, podrían haber terminado
con toda la cáscara para una y todo el fruto para la otra, conciliando los
intereses de ambas, en vez de dividir la posición.

Esto es lo que generalmente se hace en una negociación, dividir la posición,


sin entrar a considerar los intereses de cada parte. Se debe ser duro en
defender los intereses de cada uno, y no en mantenerse en las posiciones.

A los fines de poder descubrir los intereses hay que preguntarse: ¿Por qué?
¿Para qué? ¿Por qué no? y consultar a la otra parte ¿Qué lograría usted con
esto? De esta manera se va a permitir ver más allá de las posiciones. A
partir de estas preguntas, el profesional mediador va a procurar que las
partes comiencen a concentrarse en sus intereses reales, esto es,
necesidades, deseos, temores, etc. y dejen de lado sus posiciones rígidas.

Y esto es aplicable a cualquier tipo de negociación, ya sea una doméstica


como el ejemplo que se describe precedentemente, o en negociaciones
laborales, diplomáticas, o cualquier otra situación que se pueda presentar.

Otro ejemplo, brindado por el propio Profesor Ury, relata una mediación en
la que participó, entre una empresa y el sindicato que representaba a los
empleados de la misma. El punto más difícil de la negociación radicaba en
la tercerización de puesto de trabajo. El directorio quería poder tercerizar
trabajos en otras empresas cuyos empleados no pertenecían al sindicato. La
posición de la empresa sostenía que era absolutamente necesario hacerlo, y
la contraparte se oponía rotundamente. Todo indicaba que el conflicto
terminaría en una huelga. Pero cuando se buscaron los intereses más allá de
las posiciones, y se consultó al directorio por qué necesitaban tercerizar, se
visualizó que el interés radicaba en una mayor flexibilización para satisfacer
las demandas de los clientes cuando subían o bajan, y mejorar su posición
en el mercado global. Por la otra parte, se preguntó al sindicato por qué se
oponían a esa medida: su interés era la seguridad, su miedo o temor era
perder el trabajo. Entonces el problema ya no era la tercerización, sino
cómo conciliar el interés de flexibilidad que buscaba la empresa con el
interés de seguridad laboral del sindicato. A partir de allí, y de que ambas
partes conocían los intereses, se pudo trabajar en la búsqueda de
alternativas y soluciones que buscaran conciliar los intereses de ambas
partes, y donde ambas se vieran beneficiadas, y de esa manera lograr un
acuerdo sensato, eficiente y que preserve la relación entre las partes.

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Por eso uno de los principios fundamentales de esta metodología de
negociación, aplicada a la mediación, es “Concéntrese en los intereses
y no en las posiciones”.

Los profesores que han desarrollado este método, sostienen que la


discusión sobre posiciones produce acuerdos insensatos, es ineficiente y
pone en riesgo la relación. Si además, de la negociación participan varias
partes, y se basan en las posiciones, es todavía peor, y muy difícil de arribar
a una solución.

Cuando los negociadores más se aferren a su posición y más la defiendan,


quedarán cada vez más comprometidos con la misma. A medida que la
discusión avance y más se trate de convencer al otro de la imposibilidad de
cambiar la posición, más complejo y difícil será hacerlo. Cuanta mayor
atención se preste a las posiciones, menor atención se presta a los intereses,
y de esta manera el acuerdo resulta muy difícil. Y si se logra será producto
de concesiones y de una distribución entre las posiciones finales, como el
ejemplo de las hermanas y las naranjas. Y muchas veces ese acuerdo es
menos satisfactorio para ambas partes de lo que hubiera podido ser si se
hubiese intentado conciliar intereses, y por eso es considerado por los
autores como un acuerdo insensato.

También, la negociación planteada en estos términos, puede acarrear como


consecuencia que la misma quede a mitad de camino y no se la pueda llevar
a cabo.

En consecuencia, el rol del mediador en relación a lo desarrollado


precedentemente, se concentrará en orientar el diálogo y la comunicación
entre las partes, a una negociación con base los intereses y no en las
posiciones. Deberá colaborar para que las partes se aparten de sus
posiciones y se concentren en conciliar intereses.

La experiencia relatada por los autores en el libro “Sí…De acuerdo” para


ejemplificar esta situación es muy ilustrativa, y tiene que ver con el
rompimiento de las conversaciones sobre la prohibición de ensayos
nucleares, durante la presidencia de Kennedy en los EEUU. El problema era
cuántas inspecciones anuales se permitirían a la Unión Soviética y a los
Estados Unidos en el territorio de cada uno, para investigar el origen de
movimientos sísmicos sospechosos. La Unión Soviética tomó como posición
final tres y los Estados Unidos insistía en, por lo menos, diez. Y, sobre las
bases de esas posiciones, allí se rompieron las relaciones. Pero
curiosamente, nadie se preocupó por definir con claridad que se entendía
por Inspección. Esto podía ser la visita de una persona por un día, por un
mes, o tres meses. O un equipo de 10 ó 20 personas, etc. Las partes,
preocupadas en sus posiciones, no habían intentado diseñar un
procedimiento de inspección que pudiera conciliar el interés de ambos. Por

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un lado EEUU en la verificación, y por otro el de ambos países, de mantener
las intromisiones a un nivel mínimo.

Cuando se sostiene que una discusión sobre posiciones es ineficiente, se


hace referencia no sólo a la posibilidad de que no se logre un acuerdo, sino
también al tiempo de demora y al costo que él mismo conlleva. Cuando más
extremas sean las posiciones iniciales, más lento será el proceso de
negociación. Y si el mismo se lleva a cabo a través de pequeñas concesiones,
el tiempo en descubrir si un acuerdo es posible, va a ser bastante extenso,
con los costos y esfuerzos que esto acarrea. Además es posible que se
desarrollen tácticas que pretendan hacer más complejo el proceso, como las
demoras, las amenazas de romper y cortar la negociación, la inmovilidad, y
otras similares, que aumentan el tiempo y los costos de un acuerdo.

La negociación basada en los intereses persigue también el objetivo de


preservar la relación entre las partes, ya que la actitud de cada una en ese
proceso es de cooperación y positiva, y persiguen la meta de ganar/ganar
(win-win). Mientras que si se basan en las posiciones, el proceso es un
enfrentamiento de voluntades, cuyo objetivo central es hacer cambiar a la
otra parte de posición, y forzarla a ceder. Esto a menudo genera acuerdos
por el que una de las partes, la que ha cedido, no se siente satisfecha, y la
posibilidad de venganza, de rencor, y emociones similares, tensiona la
relación entre ellas, y a menudo la destruye.

La mediación como método alternativo de resolución de conflicto, comparte


este objetivo de lograr un resultado basado en el paradigma ganar-ganar, en
reemplazo de aquel viejo postulado donde uno buscaba maximizar su
ganancia en base a la derrota de la otra parte. El objetivo es un acuerdo
mutuamente aceptable y con beneficios para ambos.

Imaginemos una negociación en el marco de un proceso de integración


regional entre varios países, y que la misma está basada en las posiciones de
cada uno de los integrantes del bloque. La posibilidad de lograr un acuerdo
es casi imposible. Esto conlleva a que dentro de ese bloque se puedan
concretar alianzas o coaliciones entre algunos de los países integrantes,
pero a los mismos les resultará muy difícil arribar a una posición común, ya
que deberán someterla a un proceso de negociación interno. Y aun
suponiendo que pudieran lograr a esa posición común, es muy difícil, casi
imposible, poder cambiarla en el proceso de negociación con el resto de los
países. Esto pretende demostrar que si existen muchas partes y la
negociación es basada en posiciones es muy difícil su implementación y
muy complejo arribar a un acuerdo sensato.

3.4 El Mediador - Características de un


Mediador eficiente - Tácticas que
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Utiliza - Rol del Mediador - Ética y
responsabilidades del mediador.
Siempre en un proceso de negociación con mérito en las posiciones, los
roles serán duros o suaves según que acepten ceder o no en el dicho
proceso. Así vemos que ante un negociador duro, que sostiene su posición
con rigidez y no cede, la única posibilidad de lograr un acuerdo, aun con las
deficiencias que pueda presentar, es que la otra parte ceda en sus
pretensiones, sea de tipo suave y acepte los términos del otro. Siempre en
este tipo de negociación el juego duro domina al suave.

Si el proceso es llevado a cabo entre partes del tipo suave, es probable que el
mismo sea eficiente, por lo menos en cuanto a lo rápido, y logren ponerse
de acuerdo, ya que ambas partes van a evitar la confrontación y
generosamente van a ceder para lograrlo. El objetivo principal de ambas no
es el acuerdo, sino preservar la relación. Es muy común en las relaciones de
familias o de amigos. El acuerdo puede llegar a no ser prudente o concluir
en situaciones desequilibradas.

Sirve como ejemplo el cuento de O. Henry, citado por Fisher, Ury y Pattón,
respecto a una pareja muy pobre, en que la enamorada esposa vende su
cabellera para poder compra una hermosa cadena al reloj de su marido; y
éste, sin saber, vende su reloj para comprar unas hermosas peinetas a su
amada.

El mediador deberá tener en cuenta estos aspectos sobre las características


de los negociadores, ya que será fundamental que él trabaje sobre ellos a los
fines de poder llevarlos a una actitud de cooperación y colaboración para
lograr arribar a un acuerdo, caso contrario, el proceso de mediación
fracasará si no es posible lograr un cambio de actitud en las partes que se
sientan a negociar en esa mesa.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 15


Las características de estos dos tipos de negociadores quedan
claras en el siguiente cuadro comparativo:

Fisher Roger, Ury William y Patton Bruce; “Sí…¡de acuerdo! Cómo negociar sin
ceder”; Editorial Norma, Colombia (año 2000). Adaptación.

A partir de esto, el perfil que, como negociador, cada una de las partes
adopte en la mediación, deberá ser muy cuidadosamente observado por el
mediador, ya que en virtud de ello, podrá trabajar para provocar en las
partes la necesidad de generar un diálogo basado en los intereses, y no en
las posiciones duras y rígidas o en las posiciones débiles o de cesión
permanente en pos de un acuerdo. No olvidemos que el objetivo de la
mediación es arribar a un acuerdo sensato y sustentable en el tiempo, y no
la imposición de una de las partes sobre la otra.

Esta introducción a las características y rol del mediador debe ser


profundizado en la bibliografía básica, en la obra “Mediación para Resolver
Conflictos”, de las autoras Elena I. Highton y Gladys S. Álvarez (5)

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5
Highton Elena y Alvarez Gladys; “Mediación para resolver conflictos”; Editorial
Ad- Hoc, Buenos Aires (año1995).

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 16


3.5. Preparación de la Mediación:
manejo del espacio, construcción del
escenario, clima, infraestructura,
elementos, diseño preliminar de
estrategia de mediación.
Las condiciones físicas en las se debe desarrollar una mediación son
fundamentales y deben ser cuidadosamente tenidas en cuenta. De igual
modo la preparación del mediador para esa instancia es un elemento que no
puedo ser menospreciado bajo ningún punto de vista.

A los fines de su profundización, se remite a la bibliografía básica, en la


obra de las Dras. Highton y Álvarez, Mediación para Resolver Conflictos,
donde se encuentra ampliamente desarrollado el presente punto.

3.6 Etapas de la Mediación:


a) Organizar la Mediación.
b) Comprensión de las perspectivas de las
partes.
c) Clarificación de intereses y necesidades.
d) Replanteo - Generación de opciones.
e) Lograr un acuerdo.
Las etapas del proceso de Mediación y la Ley 8858.

A continuación se desarrollan las cuatro etapas fundamentales del proceso


de mediación y que se encuentran explicadas con detenimiento en la
bibliografía básica, en la obra “Mediación para Resolver Conflictos”, de
Elena Highton y Gladys Álvarez.

En el presente módulo no se reitera dicha explicación, sino que se intenta


ubicar cada etapa y sus diferentes momentos dentro del procedimiento

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 17


establecido por la ley provincial y de qué manera lo recepta para su
aplicación.

El proceso de mediación se identifica con cuatro


Etapas claras:

Cada una de estas etapas o fases, se compone de diversas acciones que se


llevan a cabo por el mediador y las partes, hasta lograr, si fuera posible, un
acuerdo satisfactorio para ambas.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 18


A los fines de poder llevar adelante la etapa de organización de la
mediación, que como lo indica su nombre, tiene una serie de actividades
que se desarrollan en forma previa al inicio del proceso, la ley provincial de
mediación establece en sus artículos algunos aspectos que hacen a estas
acciones.

En ese sentido el artículo 4 consagra entre los principios del procedimiento


el de “Comunicación Directa de las Partes”, y para dar cumplimiento
a ello, el lugar donde funcione el proceso deberá cumplir con determinados
requisitos físicos, que permitan la perfecta comunicación entre parte y con
el mediador, que además deberán ser tenidos en cuenta por el mediador al
disponer la ubicación de los actores en la sala.

En este sentido, la autoridad de aplicación será la responsable de autorizar


el funcionamiento de los Centros de Mediación, tal como lo expone en el
Título V, Capítulo I, artículo 45: “Las entidades mencionadas en el
Artículo precedente y sus respectivos espacios físicos deberán
estar habilitados, supervisados y controlados por la Dirección
de Métodos Alternativos para la Resolución de Conflictos
(DIMARC), del Ministerio de Justicia de la Provincia de
Córdoba.”

Los requisitos del espacio físico deben tender a garantizar el correcto


funcionamiento del proceso, con las comodidades necesarias y las
instalaciones idóneas para el desarrollo de la mediación.

En esa línea el Decreto Reglamentario N° 1773/00 al reglamentar este


artículo 45 estableció: “Los Centros de Mediación Privados, habilitados
conforme la disposición anterior 1° parte, podrán realizar
mediaciones exclusivamente en los espacios físicos habilitados
por la autoridad de aplicación, a cuyo fin acompañarán un
croquis en el que conste su disposición, acondicionamiento y
dimensiones que a las exigencias que por resolución disponga la
Di.M.A.R.C (6).

La autoridad de aplicación supervisará y controlará los lugares en los que


se realicen mediaciones a fin de verificar que sean independientes de
espacios, donde se desarrollen otras actividades de tipo profesional o
comercial.
Para su habilitación los Centros Privados deberán abonar el arancel que
por resolución de Di.M.A.R.C. se fije. Los fondos respectivos integrarán el
Fondo de Financiamiento regulado por el artículo 57 de la Ley Provincial
N° 8858.”

La segunda parte de esta primera etapa tiene que ver con el discurso inicial
o de apertura del mediador. Es en esta oportunidad donde el medidor
deberá informar a las partes de todo lo relativo al proceso que se inicia, sus
características, el funcionamiento en sesiones conjuntas o privadas, etc.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 19


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6
Di.M.A.R.C.: Dirección de Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos, órgano
dependiente del Ministerio de Justicio de la Provincia de Córdoba, y autoridad de
No existe
aplicación deuna
todoforma única
lo relativo de desarrollar
a la mediación este discurso de apertura, pero a
en la provincia.
los fines de cumplimentar con el requisito del “consentimiento informado”
es necesario que en el mismo el mediador informe a las partes del carácter
voluntario del proceso, tal como lo establece el artículo 1 de la Ley; de los
principios o garantías consagrados en el art. 4 de la misma, y que ya fueron
desarrollados anteriormente.

Es también en esta oportunidad donde el mediador deberá explicar lo


relativo a la confidencialidad e invitar a las partes intervinientes, a la
suscripción del convenio de confidencialidad correspondiente tal como lo
establece el artículo 5 de la Ley y su respectiva reglamentación en el decreto
correspondiente. Estos aspectos ya han sido desarrollados anteriormente;
se remite para su lectura.

Si bien estas fases no se encuentran específicamente consagradas en la Ley,


a los fines de que se puedan dar será necesario que se cumplan
determinados pasos que si están detallados en la Ley.

Algunos de ellos deberán ser desarrollados por los mediadores y otros serán
responsabilidad del Centro de Mediación en el que se lleve a cabo el
proceso.

A los fines de que se celebre esa primera audiencia donde se


cumplan estas fases, será necesario:

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 20


 Designar el mediador interviniente y la aceptación
del cargo por parte de este. (art. 10 y 12). En este punto se debe tener
en cuenta que el mediador deberá excusarse y podrá ser recusado por las
mismas causas previstas para los jueces en el Código de Procedimiento Civil
y Comercial. (art. 29). Pero además la ley también le brinda a las partes la
posibilidad de recusar al mediador sin expresión de causa (art. 30). Y
establece una prohibición expresa en su artículo 31: “No podrá ser
mediador quien haya tenido vinculación por asesoramiento o patrocinio
con cualquiera de las partes intervinientes en la mediación, durante el
lapso de un (1) año anterior al inicio de la misma.”

 Fijar la audiencia por parte del Centro de


Mediación. Artículo 13: “El Centro Judicial de Mediación deberá fijar la
primera audiencia dentro de los diez (10) días hábiles de haber aceptado el
cargo, debiendo notificar a las partes, mediante cualquier medio de
notificación fehaciente.”

 Notificar a las partes cumpliendo los requisitos


establecidos en el Art. 15:

“Todas las notificaciones deberán contener:


a- Nombre y domicilio del destinatario;
b- Fecha de iniciación y finalización del proceso;
c- Indicación del día, hora y lugar de la celebración de la audiencia;
d- Nombre, firma y sello del mediador;
e- El apercibimiento de la sanción prevista en el Artículo 20.”

 Constancia por escrito según lo establecido en el art.


19, que reza: “De todas las audiencias deberá dejarse constancia por
escrito, consignando sólo su realización, fecha, hora, lugar, personas
presentes y fecha de la próxima audiencia.”

Todos estos pasos son indispensables para que las partes puedan llegar a
esa primera audiencia. Pero además, la norma exige otros aspectos a
cumplir, por ejemplo, en el caso de la Mediación Judicial: “Las partes
deberán concurrir al proceso de mediación con asistencia letrada
particular” (Art. 14)

También en el supuesto que la primera audiencia no pudiera celebrarse por


motivos justificados, la ley prevé la convocatoria a una nueva audiencia (art.
16 y 17), y deberán cumplirse nuevamente los pasos de la convocatoria
respectiva.

Y si la mediación definitivamente no se produce por la incomparecencia


injustificada de alguna de las partes, el art. 20 establece “…a favor del
Centro Judicial de Mediación una multa cuyo monto será el equivalente al
valor de dos (2) audiencias.”

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 21


El desarrollo del contenido de la audiencia tal como se lo expone en la
bibliografía de la materia, deberá ser puesto en práctica por el mediador,
para cuyo fin se ha capacitado, y colaborará con las partes para que ellas
puedan y superando los distintos obstáculos e impedimentos que pudieran
ir surgiendo, y de esa manera lograr arribar al acuerdo.

En esta tercera etapa del proceso, lo detallado en el cuadro anterior


determina los pasos y la estrategia que debe llevar a cabo el mediador para
ayudar a las partes a comenzar con la generación de opciones.

El replanteo es la técnica que va a utilizar para dar inicio al torbellino de


ideas, con el objetivo de que las partes expongan todas aquellas opciones
que consideren que puedan brindar solución al problema satisfaciendo las
necesidades de ambas partes.

Como se ha dicho al desarrollar el proceso de negociación basada en


principios, en esta etapa es fundamental generar propuestas sin efectuar
una calificación o clasificación de las mismas, es una etapa cuantitativa y no
cualitativa.

La valoración será realizada con posterioridad cuando con criterios


objetivos y teniendo en cuenta las alternativas se podrá determinar cuál es
la opción más acorde para ambos.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 22


Éste es el objetivo que se persigue en la mediación, y serán siempre las
partes las responsables de arribar o no a un acuerdo.

Concluida la fase anterior, donde el único objetivo es generar todas las


opciones posibles sin analizar cuál es más o menos conveniente para
ambos, se llega a esa última fase, en la cual a todas esas opciones se las va a
pasar por filtro objetivos y personales.

Los filtros objetivos o criterios objetivos se caracterizan por ser ajenos e


independientes de las partes, y permiten determinar cuál de todas las
opciones generadas es, a partir de esos criterios, la más idónea para
convertirse en la solución al problema que presentaron las partes.

Pero también es importante que esas opciones que han sido generadas
entre las partes, puedan contrarrestarse con los denominados filtros
personales.

Estos filtros son de cada parte, con total independencia de la otra, y se


componen por todas aquellas alternativas que las partes poseen fuera de la
mesa de negociación o mediación, y que le permitirán en esa comparación
determinar hasta qué punto le es conveniente o no el acuerdo al que han
arribado. Esas alternativas generan lo que se denomina el
M.A.A.N. o P.A.A.N, esto es, Mejor Alternativa al Acuerdo
Negociado o la Peor Alternativa al Acuerdo Negociado.

Las Alternativas.
Importancia de conocer las alternativas existentes fuera de la
mediación.

Una posibilidad que puede darse en toda negociación, y consecuentemente


en la mediación, y que se vincula con las realidades socio-económicas
imperantes en toda comunidad, es aquella en las que las partes
involucradas se encuentren en una situación muy desigual de poder. Y es
ésta una de las críticas más escuchadas contra los métodos de resolución
alternativas de conflictos.

Si una de las partes se siente lo suficientemente poderosa en relación a la


otra, probablemente se mantenga en su posición, termine forzando a la otra
a aceptar sus condicione e imposiciones, y no se detenga a pensar ni en los
intereses de la otra, ni en opciones de mutuos beneficios, y mucho menos
en criterios objetivos. Su posición de poder de otorga demasiadas ventajas y
no está dispuesto a cederlas.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 23


Ante esta situación de desigualdad de poder, cualquier método de
negociación puede aspirar a lograr dos objetivos: primero, protegerlo
contra un acuerdo que usted debe rechazar, y segundo, enseñarle cómo
aprovechar al máximo las ventajas que pueda llegar a tener, y pueda
satisfacer sus intereses lo mejor posible.

El rol del mediador, buscando lograr una igualdad entre partes, sin que por
ello pierda la neutralidad, será seguramente la tarea principal que deberá
desarrollar para llevar adelante el proceso de mediación. Deberá trabajar
técnicas de empoderamiento y de legitimación, para que las partes negocien
en un pie de igualdad.

Pero además de ellos, también es indispensable que toda persona al


momento de sentarse en una mesa de negociación tenga en claro aquellas
cuestiones que le permitan valorar hasta qué punto un acuerdo debe ser
aceptado o rechazado por inconveniente.

Y esto tiene que ver con las alternativas que se tienen. Es común que al
momento de iniciar un negocio, la parte defina un mínimo del cuál no
puede bajar. Esto es un mínimo en el precio del inmueble o del automóvil
que pretende vender, o el mínimo al que aspira alquilar un departamento, y
así con cualquier otra situación que se le presente.

Pero no siempre el mínimo es un parámetro válido para negociar, ya que es


importante tener en cuentas que alternativas posee fuera de la mesa de
negociación. Y puede resultar que esas alternativas estén muy por debajo de
su mínimo, o que en un breve plazo, el costo de no haber aceptado por
debajo del mínimo termine siendo demasiado elevado.

O puede darse una situación inversa, es decir que las alternativas que se
poseen por fuera de la mesa negociación sean lo suficientemente buenas,
que no le sea conveniente cerrar un acuerdo determinado.

Para poder medir estas situaciones es necesario que se conozca su MAAN,


esto es, la Mejor Alternativa al Acuerdo Negociado. Se trata del criterio con
el que se debe juzgar cualquier propuesta, y es el que va a proteger a la parte
de aceptar términos demasiados desfavorables y de rechazar términos que
sería conveniente aceptar.

El MAAN debe ser flexible, ya que las condiciones pueden ir cambiando y


permita explorar soluciones imaginativas.

Es importante recordar que el MAAN es siempre independiente de la


voluntad de la otra parte, y se encuentra fuera de la mesa de negociación.
Igual que el MAAN, se puede generar un PAAN, esto es la Peor Alternativa
al Acuerdo Negociado.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 24


Conocer estas opciones y alternativas es lo que le permiten a un negociador
no sentarse con los ojos cerrados a la mesa. Es indispensable que se tenga
en claro, cuáles son las alternativas reales.

Llegar al final de un proceso de negociación, y no tener claro las alternativas


al acuerdo, pueden perjudicar a la parte de una manera imposible de rever.

Por lo pronto, no aceptar un acuerdo determinado, confiando en que fuera


de la mesa las opciones son mejores, sin haber efectuado una valoración
realista de esas alternativas, puede significar dejar pasar una oportunidad
que difícilmente se repita.

En conclusión, la utilización del MAAN permite proteger a la


parte contra un acuerdo desventajoso.

Ahora bien, ¿cómo lograr utilizar al máximo las ventajas para lograr un
acuerdo donde pueda obtener el máximo beneficio? Y en la respuesta
nuevamente se debe recurrir a la misma herramienta: el MAAN.

Un aspecto importante en las negociaciones, es determinar el grado de


poder que las partes poseen. Generalmente, el poder es asociado a
situaciones externas, como la riqueza, las conexiones políticas, el nivel
social que ocupa, etc. Y en cierto modo eso influye al momento de las
decisiones.

Pero puede ocurrir que todas esas situaciones no sean correctamente


valoradas por la parte, ya que no ha confeccionado correctamente su
MAAN. Y por otro lado puede ocurrir que una parte, en principio más débil,
tenga un MAAN muy fuerte, por distintas circunstancias, y eso lo posiciona
con un poder mayor para esa negociación. Es decir, mientras mejor sea su
MAAN, mayor será su poder.

Para ello, es necesario que cada parte tenga la capacidad de


elaborar y encontrar su MAAN. Para eso, desde el método de
Harvard se sugieren tres operaciones distintas, a saber:

1) Inventar una lista de acciones que se podrían realizar en caso


de no llegar a un acuerdo.
2) Mejorar algunas de las ideas más prometedoras y convertirlas
en alternativas prácticas.
3) Seleccionar, en forma tentativa, la mejor de estas alternativas.

Una vez cumplidas estas etapas, estará elaborado el MAAN, al momento de


llegar a un acuerdo, solamente se deberá compararlo con las ofertas y
decidir sobre la mayor o menor conveniencia de aceptarlo.

Debe tenerse presente que mientras mejor sea el MAAN, mayor habilidad
se posee para mejorar los términos de cualquier acuerdo negociado.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 25


En muchas ocasiones es conveniente hacer conocer el MAAN a la
contraparte, ya que si la alternativa es mejor de lo que ellos creen,
probablemente ayude a que las ofertas sean mejoradas y además es una
demostración real de poder.

Por el contrario, si la contraparte cree que el MAAN de su oponente en la


negociación es sumamente fuerte, y esto no es real, lo conveniente será que
no lo descubra, ya que el grado de debilidad de la parte quedará de
manifiesto, y esto lo llevará a tener que aceptar acuerdos con beneficios
menores.

Por último se sugiere tener en cuenta el MAAN de la otra parte. Si bien


nunca lo sabrá con certeza, salvo que la parte lo exponga, es importante
analizar las alternativas que los otros tienen fuera de la mesa de
negociación, y con ello determinar el mayor o menor poder que poseen para
esta cuestión puntual.

Puede ocurrir que ambas partes posean alternativas muy atractivas, por lo
que es posible que el mejor resultado de la negociación se efectivamente no
llegar a un acuerdo. Una negociación es exitosa si ambas partes descubren
en forma amigable y eficiente que para los intereses de ambas la solución
está fuera de la mesa, explorando otras posibilidades.

En conclusión, el MAAN es la herramienta más efectiva de entenderse con


un negociador aparentemente poderoso.

Un buen MAAN puede ayudar a negociar con base en los méritos. Puede
convertir los recursos en poder efectivo en la negociación si puede
encontrar y mejorar sus alternativas fuera de la mesa.

Mientras mayores sean las posibilidades de una parte de dejar la


negociación con facilidad y optimismo, mayor será su capacidad para influir
en el resultado de la misma.

Ahora bien, si las partes logran llegar a un acuerdo, la ley establece


determinadas condiciones para la suscripción del mismo. En ese sentido el
artículo 22 establece: “De mediar acuerdo, total o parcial, se
labrará un acta en la que se dejará constancia de los términos
del mismo y la retribución del mediador, debiendo ser firmada
por todos los intervinientes en el proceso. El mediador deberá
entregar al Centro Judicial de Mediación copia del acta dentro
de los tres (3) días de logrado el acuerdo. “

Ese acuerdo podrá ser homologado, momento a partir del cual tendrá el
mismo valor de una sentencia, y podrá en consecuencia, ser ejecutado por el
procedimiento de ejecución de sentencia. (Arts. 23 y 24)

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 26


La homologación del acuerdo deberá ser solicitada por cualquiera de las
partes, y si el Tribunal entendiese que el mismo afecta la moral, las buenas
costumbres o el orden público, podrá denegarla y devolver el acuerdo al
mediador para que junto con las partes, en una nueva audiencia, procedan a
subsanar las observaciones o en su defecto dar por terminado el proceso.
Pero no podrá el Tribunal, bajo ningún punto de vista, modificar el acuerdo,
ya que no tiene esa facultad.

Cabe destacar que el procedimiento que se ha desarrollado desde el marco


normativo, es en referencia al proceso de Mediación Judicial.

3.7 Reuniones conjuntas y privadas


(Caucus) - Diferenciación y oportunidad
de utilización de cada una.
El proceso de mediación se podrá desarrollar en sesiones o
audiencias conjuntas, es decir, con la presencia de todas las
partes, o podrán desarrollarse sesiones privadas, con cada una
de las partes.

La sesiones privadas debe respetarse igualdad de posibilidades para todas


las partes intervinientes y de esa manera no poner en riesgo la
imparcialidad del mediador.

Es una herramienta fundamental para el mediador, que le permite obtener


y explorar información sobre los intereses de esa parte, que no es
conveniente hacerlo delante de la otra. Además, el mediador deberá contar
con autorización expresa para poder trasladar esa información a una sesión
conjunta. Este punto del programa, deberá ser profundizado desde la
bibliografía básica, fundamentalmente en las situaciones que es
conveniente pasar a sesiones privadas.

4. Técnicas y herramientas
que se utilizan en Mediación
4.1 Distinción entre Posiciones,
intereses y necesidades - Intereses
comunes, diferentes y opuestos -
Pirámide de las necesidades.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 27


La distinción entre las posiciones, los intereses y necesidades es una de las
características de la negociación colaborativa. Este tipo de negociación,
también conocida como Método de Negociación Basado en Principios, y que
fuera ampliamente desarrollado en la Lectura N° 2, es el espíritu que en su
procedimiento persigue la Mediación. En la presente lectura fue abordado
(en el punto 3.3 Mediación Colaborativa) al cual se remite. Además debe ser
profundizado desde la bibliografía básica.

4.2 Opciones y alternativas.


Las opciones y alternativas son aspectos centrales en las estrategias de un
negociador, y de igual manera en aquellas personas que se sientan en una
mesa de mediación, no debe olvidarse que en definitiva esta última es una
negociación asistida.

Firmar un acuerdo sin analizar ni conocer las alternativas que cada parte
posee, es como firmar un acuerdo a ciegas, de allí la importancia de las
mismas.

A los fines de no ser reiterativo, le recuerdo que el presente tema se


encuentra comprendido en el desarrollo de la Unidad N° 3. Mediación. 3.6.
Etapas de la Mediación. IV Lograr un acuerdo.

4.3. Intervenciones concretas del


Mediador: Lenguaje afirmativo y lenguaje
interrogativo – Parafraseo – Re encuadres -
Connotación positiva – Legitimación - Diferentes
clases de preguntas – Agenda - Habilidades: Escucha
activa, agente de la realidad, apela a las limitaciones
del tiempo, resalta los pequeños avances, estimula la
creatividad, incentiva el estado mental colaborativo,
empleo de metáforas y asociaciones disparadoras,
manejo de información, diseño de propuestas -
Criterios de legitimidad internos y externos,
parámetros objetivos, estándares que se emplean
como filtro de las opciones - Elección de la opción
más conveniente.
En oportunidad de desarrollar las Etapas de la Mediación (Unidad 3.
Mediación. 3.6 Etapas de las Mediación.) se fueron incluyendo en el mismo
varios de los aspectos correspondientes a este punto, ya que en definitiva,
todas las tácticas o herramientas que el mediador aplique en el proceso se
identifican con momentos y etapas puntuales de la mediación. Además las

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 28


mismas deberán ser profundizadas en la bibliografía básica, especialmente
la obra Mediación para Resolver Conflictos, de las Dras. Haighton y
Alvarez.

4.4 M.A.A.N. y P.A.A.N.


Las alternativas como elemento fundamental de la negociación y en el
mismo sentido de la mediación, han sido desarrolladas con profundidad en
el punto 3.6. Etapas de la Mediación. IV Lograr un acuerdo, y a su lectura se
remite.

4.5 Acuerdo - Redacción de actas -


Cómo guiar a las partes hacia el acuerdo
parcial o total - Asistencia letrada -
Revisión y seguimiento - Clases de
acuerdos - Operatividad y formalización.
El acuerdo es la forma óptima de concluir una mediación, y siempre serán
las partes las responsables de arribar o no al mismo. El mediador será un
gran colaborador, pero nunca será él quien decida cuál es el mejor acuerdo
o solución. Este punto se desarrolla más profundamente en el punto 3.6.
Etapas de la Mediación al cual se remite. Igualmente en la bibliografía
básica se encuentra desarrollado con gran amplitud.

4.6. Co-mediación - Concepto, ventajas,


modalidades - Interdisciplinas.
A los fines de fortalecer el trabajo de los mediadores en cada proceso, está
prevista la figura de un co-mediador, fundamentalmente en los casos que
por su complejidad se estime conveniente.

El co-mediador deberá cumplir con los requisitos previstos en la Ley 8858,


para los mediadores extrajudiciales, es decir, que pueden poseer cualquier
título universitario. Ésta es una gran ventaja en el proceso de mediación, ya
que permite trabajar con dos mediadores de diferentes profesiones, lo que
ayuda a tener una lectura interdisciplinaria del conflicto, y por otro lado,
manejar información técnica que por la profesión del abogado no posea.

El presente tema deberá ser profundizado desde el texto de la ley y su


decreto reglamentario, como así también desde la bibliografía básica citada.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 29


5. Aspectos Legales
5.1.
Ley Provincial de Mediación Nº 5.858
Decreto Reglamentario 1771/00
Decreto Reglamentario 1173/00
Acuerdo Reglamentario Nº 555 serie “A”
(Tribunal Superior de Justicia).

Marco Normativo de la Mediación en la Provincia


de Córdoba.

En el punto siguiente se desarrollan temas vinculados a los siguientes


puntos del programa: 5.3 Carácter voluntario. Causas mediables.
Excepciones.- 5.4. Principios que consagra la ley. Oportunidad.

Aspectos Generales.

La mediación en la provincia de Córdoba está reglada por la Ley Provincial


N° 8858 y su Decreto Reglamentario 1773/00. También debe tenerse en
cuenta la Acordada 555 Serie A del Tribunal Superior de Justicia que
reglamenta aspecto preferentemente operativos en relación a este método
de resolución alternativas de conflicto.

El dictado de la ley data del año 2000, aunque con anterioridad a esa fecha
se estaban implementando en Córdoba un programa piloto cuya
reglamentación surgía de diversas acordadas del Tribunal Superior de
Justicia.

La ley provincial dictada en el año 2000 ha significado un gran avance para


la mediación, aun cuando en la actualidad es necesario que se trabaje en su
modificación y actualización.

A continuación se procederá a realizar un análisis de los aspectos generales


consagrados en dicho marco normativo, que no pretende ser un detalle
interpretativo y minucioso de cada artículo. Solamente se resaltaran
aspectos centrales de la ley, principios generales y algunos artículos
puntuales, que son considerados de gran importancia.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 30


Posteriormente se efectúa un análisis del procedimiento de mediación,
siguiendo las etapas que se desarrollan en la bibliografía obligatoria, y su
recepción en el marco normativo.

5.2 Mediación Judicial y Extrajudicial.


Ámbito de aplicación.
En términos generales la ley definió dos tipos de mediación en la Provincia
de Córdoba: la Mediación Judicial y la Extrajudicial. Esto ha sido
reivindicado por importantes autores como una gran medida, ya que “…La
medicación puede servir para auxiliar la labor judicial pero es también un
método de pacificación social en el que pueden embarcarse los
particulares. A partir de esa distinción se crean esferas de acción para el
poder judicial, para el poder político y para los particulares, abriendo un
abanico de posibilidades.” (7)

De esta manera, en el texto normativo encontramos todo el Título Segundo


que desarrolla la Mediación Judicial y el Título III que reglamenta la
Mediación en Sede Extra Judicial.

5.3 Carácter Voluntario – Causas


Mediables - Excepciones.
Un primer punto que determina un aspecto muy importante de la ley, y que
fortalece la institución de la mediación es el hecho de que la ley en su
artículo primero declara de Interés Público Provincial la utilización,
promoción, difusión y desarrollo de la instancia de mediación.

“Artículo 1. INSTITÚYESE en todo el ámbito de la Provincia de Córdoba


y declárese de interés público provincial la utilización, promoción,
difusión y desarrollo de la instancia de mediación con carácter voluntario,
como método no adversarial de resolución de conflictos, cuyo objeto sea
materia disponible por los particulares, que se regirá por las disposiciones
de la presente Ley.” (Ley 8858)

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7
Diez Francisco y Gachi Tapia, “Herramientas para trabajar en Mediación”,
Editorial Paidós (1999).

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 31


Los efectos de esta declaración se traducen en un compromiso para el poder
político. Un compromiso superior con la mediación, que lo obliga a ser el
Estado el propulsor y promotor de la difusión y puesta en marcha de este
mecanismo. No es solamente reconocer el derecho de los particulares de
poder recurrir a la mediación, sino que va más allá, y además de reconocer
ese derecho, existe una obligación del Estado de difundir, promocionar y
desarrollar la mediación en toda la Provincia.

La ley en su artículo primero, reconoce expresamente a la instancia de


mediación con carácter voluntario, marcando así una diferencia central
con el proceso judicial. Si bien, como veremos más adelante, el mismo texto
establece excepciones a este principio, determinando en qué casos la
mediación será obligatoria, debe desatacarse que esa obligatoriedad se
limita a concurrir a la primera audiencia de mediación en sede judicial,
previendo una multa para quien no asistiese. Sólo es obligatorio la
concurrencia luego de ella; cualquier de las partes o el mediador mismo
puede levantar o dar por concluida la instancia, incluso retirarse de la
mismo o no asistir a ninguna de las audiencias posteriores. Y en ningún
caso y bajo ningún motivo la obligatoriedad puede aplicarse a la necesidad
de llegar a un acuerdo.

Dentro de la clasificación de los métodos de resolución de conflictos como


Adversariales y No Adversariales, en relación a la posición de las partes, se
consagra expresamente a la mediación como un método no Adversarial,
donde las partes se encuentran en posición de colaboración o cooperación,
y no como un adversario al que se debe vencer. Se reconoce el principio
rector de “ganar-ganar” sobre el “ganar o perder” característico de la
instancia judicial.

A partir del primer artículo de la ley provincial se puede advertir que los
legisladores buscaron darle un espacio importante a la mediación como
herramienta de resolución alternativa de conflictos, reconociendo en ella un
elemento de complementación con el sistema judicial, y nunca se lo pensó
como una sustitución del mismo, cuyos efectos están direccionados en
aumentar las posibilidades para que la ciudadanía pueda resolver sus
conflictos a través de distintos procesos, y reducir la cantidad de casos que
no se resuelven porque no se tiene acceso al servicio de justicia.

Y por último, este primer artículo brinda una definición expresa de las
causas o temas que pueden ser mediables al consagrar como principio
general todas aquellas cuestiones “…cuyo objeto sea materia
disponible por los particulares…”. Es decir que todo lo que entre en
la órbita privada de las personas y sobre las cuales tengan facultades de
disponerlas, podrán ser sometidos en caso de conflicto a mediación. Por el
contrario, todo aquello que afecte el orden público o que sea de interés
general, o donde se encuentre en juego un bien general no podrá ser
decidido por las partes en una instancia de mediación y en esos casos, se

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 32


deberá irremediablemente recurrir a instancias judiciales. Sobre este
aspecto se volverá más adelante.

Excepciones a la voluntariedad.

Se desarrolló precedentemente que en este primer artículo se consagra


expresamente al proceso de mediación como voluntario, principio rector
de todos los métodos de resolución alternativas de conflictos, pero también
se definieron algunas excepciones a esa voluntariedad, que es necesario
analizar y comprender en su justa medida.

En ese sentido en el artículo 2 se dispuso expresamente lo


siguiente:

EXCLUSIÓN

“Artículo 2. Excepcionalmente será de instancia obligatoria en toda


contienda judicial civil o comercial en los siguientes casos:

a) En contiendas de competencia de los jueces de primera instancia civil y


comercial que deban sustanciarse por el trámite del juicio declarativo
abreviado y ordinario cuyo monto no supere el equivalente a cinco mil
pesos (204 jus);

b) En todas las causas donde se solicite el beneficio de litigar sin gastos;

c) Cuando el Juez por la naturaleza del asunto, su complejidad los


intereses en juego, estimare conveniente intentar la solución del conflicto
por la vía de la mediación.”

El intento de solución del conflicto por vía de la mediación, realizada en


sede extrajudicial a través de un mediador o Centro de Mediación público o
privado, debidamente acreditado, eximirá a las partes del proceso de
mediación en sede judicial.

Es importante que se comprenda, y por ello la necesidad de desarrollarlo


puntualmente, qué es lo que comprende este artículo 3. Se ha dicho
anteriormente que esa obligatoriedad se limita a concurrir a la primera
audiencia de mediación en sede judicial, previendo una multa para quién
no asistiese. Efectivamente la ley establece con carácter de excepción,
en consecuencia en el principio general continúa siendo la voluntariedad, la
concurrencia obligatoria a la primera audiencia de mediación en sede
judicial, previéndose en el art. 20 la imposición de una multa a la parte que
no comparezca injustificadamente.

Tal como lo manifiestan Norberto Barmat y Silvia Rivero en la ley


comentada que publicaron en el año 2001, “…la obligatoriedad se refiere

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 33


solo a la concurrencia, pero habiendo comparecido, cualquiera de las
partes o el mediador podrá dar por terminada la mediación desde la
celebración de la primer audiencia. En ningún caso existe obligatoriedad
de arribar a un acuerdo.” (8)

En el debate parlamentario realizado en oportunidad de la aprobación,


mucho es lo que se ha discutido en este punto, ya que el solo hecho de
establecer la obligación de asistir a una mediación, significa, para algunos
legisladores, una contradicción con la esencia de la mediación y sostenían
estos la necesidad de mantener sin excepción alguna la voluntariedad de la
misma

Que la instancia de mediación sea obligatoria para determinadas causas, en


razón de su monto, naturaleza o complejidad, considero que da
cumplimiento a dos razones centrales. Por un lado, se puede encontrar para
esos temas una forma más ágil, rápida y efectiva para resolver la contienda
que se ha planteado, y de esta manera evitar juicios que tarden años en
poner fin a esos a los mismos.

Y también es una forma de otorgarle mayor valor a esta herramienta de


resolución alternativa de conflictos, y favorecer a partir de las instituciones
su promoción y difusión para que la sociedad se vaya familiarizando con las
mismas. No se debe olvidar que al momento del dictado de la ley, año 2000,
estos procedimientos eran absolutamente novedosos, salvo por algunas
pruebas pilotos desarrolladas previamente.

Incluso al día de hoy no es un herramienta lo suficientemente conocida por


el común de las personas, incluso aquellos vinculados a la vida judicial,
entonces el hecho de obligar a las partes a tener que asistir a la primera
audiencia, acompañados por sus respectivos letrados, es un forma de
ponerla en práctica pero además de difundirla y promocionarla.
Fundamentalmente si se toma en cuenta el inc. C de este artículo segundo,
donde se otorga facultades al juez para que en todo caso que por su
naturaleza y complejidad, él considere prudente intentar resolverlo por
medio de acuerdo entre partes.

Incluso el último punto del artículo en cuestión viene a confirmar lo que se


está exponiendo, ya que si en algún momento, en sede extrajudicial, se
intentó buscar la solución por este medio, y no ha tenido resultado positivo,
con solo presentar el certificado que acredite tal situación exime a las partes
de concurrir nuevamente a mediación.

En conclusión, la Provincia de Córdoba adoptó en este aspecto un sistema


mixto, ya que tal como se ha expuesto precedentemente, la regla principal
es la voluntariedad pero con determinadas excepciones.
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8
Norberto Daniel Barmat y Silvia Rivero. “Ley Provincial de Mediación N° 8858
y su reglamentación. Comentada, Anotada, Concordada. Marcos Lerner
Editora Córdoba (2001).

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 34


Causas Excluidas de la Mediación.

En oportunidad de analizar el artículo 1 de la Ley, se destacó que todo


aquello “…cuyo objeto sea materia disponible por los particulares…” es
posible ser sometido a mediación.

Pero también se establecieron expresamente determinadas causas que se


excluyen de la posibilidad de ser resueltas por esta vía, y se encuentran
enumeradas en el artículo 3 de la Ley.

“Artículo 3. QUEDAN excluidas del ámbito de la mediación las siguientes


causas:

a. Procesos penales por delitos de acción pública, con excepción de las


acciones civiles derivadas del delito y que se tramiten en sede penal.
Las causas penales donde se haya instado la constitución de actor civil y
en las cuales el imputado no se encuentre privado de su libertad, podrán
ser sometidas a mediación en el aspecto civil, una vez vencidos los
términos de la oposición a la constitución del mismo, sin que ello implique
la suspensión de término alguno;
b. Acciones de divorcio vincular o personal, nulidad matrimonial,
filiación, patria potestad, adopción; con excepción de: las cuestiones
patrimoniales provenientes de estas, alimentos, tenencia de hijos, régimen
de visitas y conexos con éstas;
c. Procesos de declaración de incapacidad y de rehabilitación;
d. Amparo, hábeas corpus e interdictos;
e. Medidas preparatorias y prueba anticipada;
f. Medidas cautelares;
g. Juicios sucesorios y voluntarios, con excepción de las cuestiones
patrimoniales derivadas de éstos;
h. Concursos y quiebras;
i. En general, todas aquellas cuestiones en que esté involucrado el orden
público o que resulten indisponibles para los particulares.”

A partir de la redacción del inciso 1 del artículo 3, se entiende que todos los
procesos penales por delitos que dan lugar a la acción privada previstos en
el Código Penal quedan incluidos en el ámbito de la mediación, ya que la ley
excluye solamente a los delitos de acción pública.

Debe destacarse que si el delito es de acción pública queda excluido


expresamente de la posibilidad de ser resuelto por la vía de la mediación,
pero si puedo mediar lo referido a las acciones civiles derivadas de ese
delito, aun cuando las mismas se tramiten en sede penal.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 35


Por otro lado, es un derecho de las personas contraer matrimonio como
divorciarse, el reconocimiento de su identidad, adoptar, etc., pero “…el
ejercicio de tales derecho solo adquiere status jurídico y adecuación legal
cuando el Estado así lo declara mediante una resolución judicial”.
(Barmat-Rivero. 2001:40)

Así como el Estado, por medio de la autoridad competente, declara y


reconoce el matrimonio entre dos personas, de igual modo deberá existir el
pronunciamiento del mismo Estado para modificar esa situación jurídica.
Pero sí pueden ser sometidos a mediación aspectos puntuales vinculados a
esas situaciones, particularmente aquellos que se relacionan con cuestiones
patrimoniales, y que perfectamente pueden ser acordados por las partes,
como son alimentos, tenencia de hijos, régimen de visita, etc.

También se excluyen expresamente del proceso de mediación todas las


medidas preparatorias y prueba anticipada, como así también las medidas
cautelares. Este tipo de medidas, como son el embargo preventivo,
inhibición general de bienes, anotación de litis, etc. “…son actos destinados
a garantizar el resultado de los juicios. Normalmente se adoptan sin
escuchar a la parte contra la cual se dirigen” (Gay Barbosa –
Magris.1998:16), es por ellos que resulta claro que queden excluidas de la
mediación. (9)

De igual modo, las acciones correspondientes a las garantías


constitucionales, como son amparo o hábeas corpus, son remedios jurídicos
que el sistema ha previsto para responder con mayor rapidez que, incluso,
un proceso de mediación, por lo que sería contradictorio con la esencia de
esta vía, que es dotar de mayor celeridad y eficiencia al procedimiento para
resolución de conflictos.

En el último párrafo de dicho artículo se establece un principio general muy


claro y amplio, excluyendo del ámbito de la mediación a todas aquellas
cuestiones en que esté involucrado el orden público, o que sea indisponible
para las partes. Y siempre que sea necesario el pronunciamiento del Estado,
ya sea porque es facultad del mismo reconocer o modificar determinadas
relaciones jurídicas, o porque el interés general de la sociedad así lo
ameriten.

Hoy se encuentra en discusión si es posible la existencia de la mediación


penal, al respecto las opiniones se encuentran divididas, entre aquellos que
ven en la misma, una forma de lograr una solución ágil y eficiente, tomando
en cuenta diversos aspectos, entre ellos la ineficiencia de la pena. Otros
consideran importante preservar el pronunciamiento del Estado a los fines
de restablecer el orden jurídico quebrado pero además como señal
ejemplificadora para el resto de la sociedad.
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9
Gay Barbosa y Magris, “Mediación”, Marcos Lerner Editora Córdoba (1996)

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 36


Sin duda que el tema es muy complejo y amerita un análisis más profundo y
detallado que no corresponde a este material, pero se considera necesario
dejar sentado la su existencia.

5.4 Principios que consagra la ley.


Oportunidad.
Otro punto que se considera importante desarrollar del marco normativo
provincial, está relacionado con los principios y garantías del proceso de
mediación, consagrados expresamente en la ley.

Principios

“Artículo 4. El procedimiento de mediación deberá asegurar:

a- Neutralidad;

b- Confidencialidad de las actuaciones;

c- Comunicación directa de las partes;

d- Satisfactoria composición de intereses;

e- Consentimiento informado.”

Los principios y garantías consagrados en el artículo 4 citado


precedentemente, deben ser informados y explicados a las partes que
concurran a la instancia de mediación en el discurso inicial. Es decir que a
partir de la primera acción del mediador en el procedimiento propiamente
dicho de la mediación, debe informar y además explicar cada uno de los
principios y garantías que la ley establece para el mismo.

Neutralidad.

La neutralidad consagrada en el primer inciso de este artículo está


dirigida al mediador, y se traduce en la falta de compromiso que lo acerque
a algunas de las partes. No podrá emitir opiniones o valoraciones acerca de
lo dicho por cada parte, o adoptar cualquier decisión o posición que
signifique incidir en la forma o en el contenido de la resolución del
conflicto.

No se debe olvidar que la voluntariedad permite que cualquiera de las


partes pueda desistir del proceso de mediación en cualquier momento, y la
falta de neutralidad manifiesta por parte del mediador puede ser el factor

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 37


desencadenante para que la parte afectada decida no continuar del proceso
y retirarse de la mesa de mediación.

El mediador no puede, bajo ningún punto de vista, perder la neutralidad en


el proceso del que forma parte, y si esto ocurriera, debería él mismo al
percibir esa dificultad, apartarse del proceso, de manera que no afecte la
credibilidad del proceso y de esa manera poder continuar con el mismo, con
la participación de otro mediador.

Confidencialidad de las actuaciones.


Todo lo dicho o expresado en una mesa de mediación, debe quedar en la
mesa de mediación, y nada de ello debe ser trasladado fuera de la misma, ni
utilizado por ninguno de los participantes en el proceso, en una instancia
posterior.

Esta garantía abarca a todos las personas que de alguna manera han
tomado intervención en el proceso, incluso si se hubiera previsto la
presencia de observadores, éstos también quedan comprendidos en este
punto, tal como lo establece el Decreto Reglamentario N° 1773/00.

La confidencialidad es uno de los principios fundamentales del proceso que


se está analizando, y el legislador lo entendió de esa manera, a punto tal que
de todos los principios consagrados en la norma el único que es
desarrollado en un artículo específico es la confidencialidad.

De esa manera en el artículo N° 5 de la Ley, se expresa que:

Confidencialidad

“Artículo 5: EL procedimiento de mediación tendrá carácter confidencial.


Las partes, sus abogados, el o los mediadores, los demás profesionales o
peritos, y todo aquél que intervenga en la mediación, tendrán el deber de
confidencialidad, el que ratificarán en la primera audiencia de la
mediación mediante la suscripción del compromiso.
No deberán dejarse constancias ni registro alguno de los dichos y
opiniones de las partes ni podrán éstos ser incorporados como prueba en
un proceso judicial posterior. En ningún caso las partes, el o los
mediadores, los abogados, los demás profesionales y peritos y todo aquél
que haya intervenido en un proceso de mediación, podrán absolver
posiciones ni prestar declaración testimonial sobre lo expresado en dicha
mediación.” (Ley 8858)

De este artículo surge la obligación de suscribir un convenio o acuerdo de


confidencialidad en la primera audiencia que se lleve a cabo. En la misma,
el mediador deberá en el discurso inicial hacer saber a las partes y a todos

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 38


los intervinientes que el proceso en marcha tiene carácter confidencial, y
que en virtud de ellos, invita a todos a suscribir el respectivo convenio, que
será posteriormente archivado por el centro de mediación en el que
transcurre el proceso junto con el legajo del caso en cuestión.

Además, y tal como lo expone el párrafo segundo, no debe quedar registro


de nada de lo dicho y opiniones que se hubieran expresado en el proceso,
pero nada dice de las notas o apuntes que las partes, el mediador o los
observadores hubieran tomado en el transcurso del proceso. Pero como
todos están incluidos en el convenio de confidencialidad, más allá de que la
ley no exige la destrucción de esa información, la misma no puede ser
incorporada como elemento probatorio en un proceso judicial posterior, y
todos los que han participado, quedan excluidos de absolver posiciones o
prestar declaración testimonial.

En varias ocasiones, han sido citados mediadores que habían participado en


procesos que no llegaron a acuerdo, y que posteriormente, ejerciendo el
derecho que les corresponde, una de las partes llevó adelante una acción
judicial. Ante esas situaciones los profesionales notificados se excluyeron de
presentarse como testigos, en virtud del convenio suscripto oportunamente.
En verdad, no deberían ni siquiera hacer sido notificados, ya que los
debería haber excluido el propio tribunal de oficio, pero al efectuase la
misma, y ante la presentación del convenio en cuestión, automáticamente
fueron desafectado del proceso judicial.

En relación al Convenio de Confidencialidad, el Decreto


Reglamentario N° 1773/00, estableció los requisitos que deberá
contener el mismo, a saber:

“Artículo 5°: El compromiso de confidencialidad deberá contener:


a. Nombre y apellido de las partes y número de causa;
b. Fecha de suscripción del compromiso;
c. Expresión clara y precisa de que nada de lo dicho, conocido,
ocurrido o información obtenida por medio de la documentación
aportada, deberá ser revelada, excepto casos en que se ejerza o se haya
ejercido violencia contra un menor, o se hubiere transgredido lo dispuesto
en las convenciones sobre derechos del niño ratificadas por la República
Argentina;
d. Firma, aclaración y número de documento de identidad de todos
los intervinientes en el proceso de mediación;
e. Se deberán confeccionar tantas copias como participantes haya en
el procedimiento de mediación, debiendo entregar a cada uno copia
autorizada.” (Decreto Reglamentario N° 1773/00).

Obsérvese que por medio del decreto reglamentario se incorpora una


excepción a la confidencialidad que no está prevista en la Ley. En el inciso C
se establece como excepción a la confidencialidad, cuando se tuviera
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 39
conocimiento de situaciones de violencia que afecten a menores, o se
hubiera violado las convenciones sobre los derechos del niño ratificadas por
Argentina.

La excepción que se incorpora se circunscribe solamente al ámbito de


protección legal de la minoridad, en virtud de convenios internacionales
que en el sistema jurídico argentino adquieren supremacía frente a las
normas nacionales, en virtud de lo establecido por la Constitución Nacional
en los artículos 31 y 75 inc. 22. Pero es cuestionable, y así lo ha observado
gran parte de la doctrina, el hecho de que el instrumento que fija la
reglamentación excede el alcance de la Ley que reglamenta. Y por lo tanto la
excepción allí consagrada, podría ser considerada inconstitucional en virtud
de lo dicho anteriormente.

A partir de consagrarse está excepción al deber de confidencialidad, surge


un interrogante al cual el marco normativo no ha dado respuesta, y tiene
que ver con cuál debe ser la actitud del mediador, cuando al desempeñar su
rol en un proceso, tomase conocimiento de la existencia de un delito grave.

Son diversas las respuestas a este interrogante. Algunos alegan el derecho al


secreto profesional, y por lo tanto la posibilidad de mantener la
confidencialidad. Por otro lado, algunos marcos normativos, como por caso
la Ley de Mediación de Santiago del Estero, contiene una excepción más
amplia que la prevista en Córdoba, expresando: “...el mediador quedará
relevado del debe de confidencialidad, cuando tomare conocimiento de la
tentativa o comisión de un delito que de lugar a la acción pública, o de la
existencia de delitos contra la honestidad de un menor o estado de
violencia o peligro del mismo.”

Una situación intermedia, es considerar que “…el mediador podrá


merituar en el caso concreto si la gravedad de un delito llegado a su
conocimiento, que aún se está consumando, amerita omitir su deber de
confidencialidad, en resguardo de otros bienes jurídicos que merecen
mayor protección”. (Barmat-Rivero. 2001:56).

Con el desarrollo del principio de confidencialidad se da por terminado el


Título I de la Ley 8858, y a partir del título siguiente se establecen los
procedimiento de la mediación judicial en primer lugar, y luego el proceso
previsto para la mediación extrajudicial en el Título III. Posteriormente el
Título IV se refiere a la autoridad de aplicación y el V hace referencias a los
Centro de Mediación, tanto públicos como privados. Y por último los
Títulos VI y VII relacionados con disposiciones generales y transitorias
respectivamente.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 40


Mediación en Sede Extra Judicial.

La Ley 8858 establece en su artículo 37 que: “Habrá mediación en sede


extrajudicial cuando las partes, sin instar proceso judicial
previo, adhieran voluntariamente al proceso de mediación para
la resolución de un conflicto, ante un mediador, centro de
mediación público o privado habilitado a tal fin.”

Y en relación al procedimiento establece que se regirá por todo lo dispuesto


en relación a la mediación en sede judicial y que se ha desarrollado
precedentemente.

A diferencia de lo previsto para la mediación judicial, el artículo 39


establece que el efecto del acuerdo será el mismo que tiene un convenio
entre partes, e igual validez independientemente del centro de mediación y
del mediador.

Y seguidamente en el art. 40 prevé para la homologación que:


“Cualquiera de las partes podrá solicitar la homologación del
acuerdo ante el Juez en turno con competencia en la materia,
con las previsiones del Artículo 80 de la Ley Nº 8465 y el
Artículo 4 de la Ley Nº 8226. El trámite de homologación estará
exento de tasa de justicia, aportes y todo otro gasto.”

Para el resto de lo referido a la ejecución del acuerdo una vez homologado


se aplica lo previsto para la Mediación Judicial.

Otra diferencia que se presenta en relación a la Mediación Judicial, tiene


que ver con los requisitos para actuar como mediador en sede extra judicial,
ya que para este último se exige poseer cualquier título universitario,
además de haber aprobado la capacitación para mediadores y estar
matriculado. (Art. 41)

Mientras que en sede judicial se exige el título de abogado, además de la


capacitación como mediados y estar matriculado.

Para todo lo demás se rige por lo establecido para la mediación judicial y


que ha sido desarrollado precedentemente.

Otros aspectos considerados en la ley provincial.

Por último y concluyendo con el análisis del marco normativo debe


considerarse algunos aspectos más que quedan comprendidos dentro del
mismo.

En ese sentido, es importante destacar que el Art. 43 establece la autoridad


de aplicación, fijando que: “El Ministerio de Justicia, a través de la
Dirección de Métodos Alternativos para la Resolución de Conflictos

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 41


(DIMARC), será la Autoridad de Aplicación de la presente Ley, teniendo a
su cargo las siguientes atribuciones…” y efectúa una enumeración de las
distintas funciones que el corresponden a la DIMARC, entre las que son
importantes destacar las previstas en relación a los mediadores en toda la
provincia, en los siguientes incisos:

“d. Otorgar matrícula a los mediadores mencionados;

e. Determinar las condiciones de admisibilidad y pautas de valuación


para la obtención por parte de los solicitantes de la matrícula habilitante;

f. Organizar el Registro de Mediadores y llevar un legajo personal de cada


uno de ellos;

g. Solicitar información al Tribunal Superior de Justicia sobre la cantidad


de causas que tramiten por ante el Centro Judicial de Mediación y
cualquier otro dato relevante a los fines estadísticos;

h. Recibir denuncias por infracción de mediadores en su actuación;

i. Aplicar a través del Tribunal de Disciplina las normas éticas para el


ejercicio de la mediación y controlar su cumplimiento;

j. Aplicar a través del Tribunal de Disciplina sanciones de apercibimiento,


multa, suspensión y cancelación de la matrícula de los mediadores y
Centros de Mediación, según la gravedad de la falta;…”

En relación a los centros de mediación, fija las funciones del Centro Judicial
de Mediación, en el art. 53 y 54, luego de reconocer la existencia de centros
privados de mediación que deberán ser habilitados por dicha Autoridad de
Aplicación y el Centro Público de Mediación en la órbita del Poder
Ejecutivo, y cuya función central de este último es que “…desarrollará
programas de asistencia gratuita para personas de escasos recursos…”
(art. 46)

Por último, dentro del título “Disposiciones Generales” se encuentra la


creación del “Tribunal de Disciplina”, que “…se encargará del conocimiento
y juzgamiento de las infracciones a los regímenes ético y disciplinario, de
los mediadores aplicando las sanciones que correspondan conforme a la
naturaleza, gravedad del hecho y antecedentes del infractor.” (Art. 55)

El reconocimiento a los jueces de paz legos como mediadores en sus


respectivas jurisdicciones, es un gran anhelo y una herramienta de gran
trascendencia para acercar la mediación a todos los rincones de la Provincia
de Córdoba, y sobre todo en aquellas pequeñas comunidades del interior,
pero lamentablemente no tiene aún el desarrollo y la promoción suficiente.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 42


5.5. Designación del Mediador - Pasos y
Plazos del procedimiento.
El procedimiento previsto para designar los mediadores y sus
consecuencias, se encuentran desarrollado en el punto 3. Mediación. 3.6.
Etapas de la Mediación, a cuya lectura se remite, ya que en definitiva, el
marco legal toma como base el proceso previsto para la mediación, lo
consagra y regula positivamente en la Ley 8858. Para su profundización
debe acudirse también al texto de la ley.

5.6 Formularios que exige la ley y


requisitos de los mediadores.
En muchos casos se criticó la ley 8858 y su decreto reglamentario por ser
demasiado detallista, aunque en la práctica debe reconocerse que ha
resultado positivo ese exceso de detalles. Estos aspectos están
contemplados en oportunidad de desarrollar el punto 3.6. Etapas de la
Mediación, y debe ser complementados con el texto de la ley y de su decreto
reglamentario.

5.7 Asistencia letrada - Rol del Abogado


en la Mediación - Honorarios.
La asistencia letrada de las partes es obligatoria en la mediación judicial,
atento a que se ha iniciado una demanda judicial, y se encuentra en proceso
esa instancia, y las partes para llegar a ello cuentan el patrocinio de un
abogado, los mismos participan con las partes de las distintas audiencias de
mediación.

En el supuesto de no contar con presencia del abogado, el mediador no


puede abrir el proceso, y deberá convocar a una nueva audiencia y se lo
tomará como no comparecido.

En la mediación extrajudicial el patrocinio letrado es voluntario.

Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 43


Conclusiones.

La mediación significa un cambio de paradigma muy importante en la


sociedad. Es modificar patrones de conductas y culturales arraigados en
nosotros, y por ello es tan compleja su instrumentación, cuando las
disposiciones legales sean de muy buen nivel, más allá de los defectos que
se pueden encontrar y que han sido destacados precedentemente.

Es muy difícil entender que cada ciudadano debe hacerse cargo de sus
problemas y conflictos, y tratar de enfrentarlos para resolverlos, sin tener
que recurrir a la decisión de un tercero, que es, de alguna manera,
desligarse de la responsabilidad de tener que pensar en la solución conjunta
con la otra parte de ese problema.

Lamentablemente, la cultura del diálogo no es una práctica muy común en


sociedades donde, día a día, vemos más fuerte como la violencia comienza
tornarse como algo natural, y ya no nos sorprenden las noticias que nos
brinda los medios periodísticos, aceptamos que son las reglas de juego.

Bien, desde este lugar se pretende que Ud., como futuro profesional,
conozca que existen otras formas de resolver los conflictos, que puede
ayudar a disminuir los niveles de intensidad y violencia en la convivencia
diaria con nuestros familiares, amigos, socios y simplemente vecinos, donde
resolver el problema no significa que no gane y otro pierda, sino que ambos
salgan satisfecho con la resolución que se adopte, y sean protagonistas de
ella.

En términos generales, la Ley de Mediación de la Provincia de Córdoba es


considerada positiva, aun cuando a más de 10 años de su dictado es
necesario que se analice su reforma en varios aspectos, pero nos brinda una
herramienta fundamental en estos procesos. Seguramente se podrá
plantear que falta difusión, promoción, capacitación en la sociedad, pero
será parte de vuestra responsabilidad como profesionales, brindar a cada
cliente la posibilidad de solucionar algunos de sus problemas por un
método alternativo y pacífico de resolución de conflictos.

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