Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Trabajo Fin de Curso
Trabajo Fin de Curso
1 Introducción.
1
Ideario del Instituto Universitario de investigación Jovellanos para estudios avanzados sobre política y
economía. Universidad Católica de Valencia
Página 1 de 52
Luego las que llaman fuentes de la
riqueza pública no son otra cosa que el
arte de aplicar el trabajo de una nación al
producto de su riqueza. Y bien, ¿qué hará
una nación para adquirir esta pericia y
para perfeccionar el arte de aplicar sus
capitales y sus brazos a la producción de
la riqueza? Instruirse en los conocimientos
conducentes a esta perfección. Luego la
principal fuente de la prosperidad pública
se debe buscar en la instrucción2. Como
podemos ver el pensamiento de Don
Gaspar, que se plasma en este bello
cuadro del Maestro Aragonés de
Fuendetodos, que se encuentra expuesto
en el Museo del Prado, todavía, no tiene respuesta. Muchas son las
obras pintadas de Jovellanos pero si tuviera que elegir alguna no
duraría en elegir esta.3
2
Jovellanos Introducción a un discurso sobre la Economía civil y la instrucción pública, 1796. La edición
de este discurso ha sido realizada por don Joaquín Ocampo y Vicent Llombart y pertenece al Tomo Xº de
las obras completas de don Gaspar de Jovellanos. Instituto Feijoo , Ediciones KRK, Oviedo, 2008, pp 886 -
901
3
Retrato de Jovellanos en 1798 Francisco de Goya, Museo del Prado
Página 2 de 52
jurisconsulto, la lleva directamente hacia ellos. A este desengaño sigue
naturalmente otro, debido también al mismo estudio. 4.
I Biografía
4
Jovellanos Introducción a un discurso sobre la Economía civil y los a instrucción pública, 1796.
5
Fernández Álvarez M. Jovellanos el patriota. Quinta edición, Madrid, Editorial Espasa, 2008, pp, 40-43
Página 3 de 52
beneficio le presentó su tía Isabel Jove Ramírez que era la abadesa del
monasterio benedictino de San Pelayo.
Todo esto le hizo cambiar sus ideas, y además de los citados nobles
fue decisiva la intervención de su preceptor Arias de Saavedra, de
manera que dejó para mejor momento el viaje Galicia para hacerse
cargo de la canonjía de Tuy. Cambió la casulla y el breviario por la toga.
A partir de ese momento puso la mira en una de las plazas de alcalde
del crimen que habían quedado vacantes en las audiencias de la
península. El 31 octubre de 1767, la Cámara del Consejo de Castilla,
presidida por Aranda, le propone en primer lugar para alcalde de la
Página 4 de 52
Cuadra de la Audiencia de Sevilla. El rey afecta, y rubrica el siguiente
decreto <nombro a don Gaspar Melchor de Jovellanos y Ramírez>. De
cuanto antecede no cabe la menor duda de que nuestro joven personaje
tuvo que enterarse inmediatamente de la grata noticia; pero su
oficialidad llegó el 23 de noviembre momento este en que escribe al
conde de Aranda aceptando el cargo.6
6
Caso González J. M. Jovellanos. Primera edición, Barcelona, Editorial Ariel, 1998, pp, 18 -29.
Página 5 de 52
orillas del río, etc. Ordenó también levantar el primer plano de la ciudad
en 1771
7
Ruiz de la Peña Solar A. A. Director de la Página Web que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
dedicada a Don Gaspar de Jovellanos y del Instituto Universitario Feijoo de estudios del siglo XVIII la
Universidad de Oviedo.
Página 6 de 52
Castilla propuso al rey el 31 de Enero 1774 que Jovellanos a para la
plaza de Oídor de la Real Audiencia de Sevilla, Carlos III le nombra
mediante decreto publicado el 28 de febrero haciéndose este efectivo el
15 de marzo siguiente8
8
Caso González J. M. Ibidem, p, 53.
9
Cristóbal Ramos Tel Retrato del magistrado Gaspar de Jovellanos 1770. Museo nacional de artes
decorativas, Madrid
10
Ceán Bermúdez Memorias para la vida del Excmo. señor D. Gaspar Melchor de Jovellanos, y noticias
analíticas de sus obras (Madrid, 1814)
Página 7 de 52
Algo sobre las Tertulias. En las
tertulias que hemos citado y en otras
muchas a las que asistió Jovellanos, y
que son características de esta época
además de hablar de política, de exponer
ideas sobre los autores leídos, flirtear con
las damas no olvidemos a la prima
hermana de Pablo de Olavide, la señorita
Gracia Estefanía. Era costumbre que el
anfitrión de donde se celebraba la tertulia
invitase a sus invitados a tomar bien
fuera café, té o chocolate. Sin duda su biógrafo Ceán Bermúdez nos
ayudará. Jovellanos, le envía la receta del chocolate a un amigo lord
Holland en 1809, e incluso pide en 1799 una remesa de Astorga, donde
le dicen que es mejor: «Espero, por tanto, que usted me haga labrar un
quintal a su satisfacción, acerca de lo cual nada tengo que prevenir, pues
gusto que sea bueno, y en lo demás [el precio] sea como fuere». También
nos indica: «Ayer a mediodía tropecé con mis ingleses, y desde luego los
conocí dispuestos a cuanto insinúa el primo. Convídelos a café». En el
cumpleaños de 1796 «concurrieron mil gentes. Al fin se les dispuso un
refresco en el cuarto de la torre, de vinos, licores, dulces y frutas en
abundancia». Al hilo de estos nuevos consumos, se había desarrollado
una incipiente industria estatal, que abastecía de delicadas tazas y
jícaras11 —seis se hallan en el inventario de su equipaje tras su muerte.
La jícara12 que figura en esta página es una muestra de esa incipiente
industria. Estas piezas junto con otras son características de esta época
y se encuentran en numerosos museos.
11
La Luz de Jovellanos Exposición Conmemorativa del bicentenario de la muerte de Gaspar Melchor de
Jovellanos (1811 -2011) Museo Casa Natal de Jovellanos Comisariado Universidad de Oviedo. Instituto
Feijoo de Estudios del Siglo XVIII (IFES XVIII).Comisarios Lorenzo Álvarez E. Ocampo Suárez-Valdés J. Ruiz
de la Peña Solar A .p, 138.
12
Jícara Siglo XVIII Museo Nacional de Artes
Página 8 de 52
1796, Jovellanos anota: «le regalo el Smith en inglés; él, su rapé; tierna
despedida».
13
Caja de rapé Hacia 1787-1858. Fábrica de Alcora. Museo Nacional de Artes Decorativas. Madrid
Página 9 de 52
destruir el Antiguo Régimen con su irónica pluma, y el otro, quien más
había realizado para alumbrar una nueva época con su obra El contrato
social. Son unos años en los que se está incubando la Revolución
Francesa, a la que la norteamericana había dado aliento. Sin duda,
también algo nuevo estaba germinando en el Imperio español.
Hemos visto que Jovellanos fue muy pronto llamado a formar parte
de las Reales Academias, signo evidente de su temprana conquista de la
corte. Ninguno de los prohombres ilustrados sostenía, hacia 1780, tan
brillantes perspectivas de triunfo y de éxito como el patricio asturiano.14
14
Fernández Álvarez M. Ibidem, pp, 95 -100.
Página 10 de 52
y en la cúspide del poder, Floridablanca ha iniciado una etapa de
involución política. Los acontecimientos revolucionarios franceses
atemorizan a los sectores reformistas y se ejerce una censura férrea que
acaba con los tímidos ensayos del periodismo crítico. En este contexto,
Jovellanos es enviado a Asturias, comisionado por el Ministerio de la
Marina. En una decisión que tiene todos los visos de ser una venganza
urdida por sus enemigos de la Corte, al defender públicamente a su
amigo Cabarrús, que había sido acusado de malversación de fondos en
el Banco de San Carlos. De poco sirvió la gallarda actitud de Jovellanos
defendiendo al amigo; a raíz de este suceso, se rompen las cordiales
relaciones con Campomanes de forma casi violenta, volcando en los
Diarios toda la amargura que lo atenazaba al comprobar que hombres
como Lerena -uno de los principales instigadores de la operación-
manejaban ahora las riendas del poder.
15
Grabados sobre herramientas mineras en M. Morand, L’art d’exploiter les mines de charbon de terre.
De l’extraction, de l’usage et du commerce de charbon de terre, París 1777 Biblioteca Nacional de
España
Página 11 de 52
Ya vemos que don Gaspar no fue a Gijón sólo para ver a la familia y
pasar unos meses de descanso. Llevaba la comisión de poner en
marcha las obras de la nueva carretera de Oviedo a Gijón, que
formaban parte del proyecto general de la carretera de Castilla. A
impulsos de la ciudad de Gijón había solicitado la Diputación del
Principado en 1777, este trozo de carretera general. El proyecto de
obras fue delineado por los arquitectos José San Martín y Manuel
Reguera González. Lo aprobó el Consejo de Castilla, con audiencia de
su primer fiscal Campomanes, y lo mandó ejecutar en un decreto de 22
marzo 1782, al mismo tiempo que se pedía a don Gaspar, que por
encontrarse casualmente en el país, tratase con el Regente y con los
arquitectos de lo conveniente a la ejecución de la obra y dar principio a
ella, según se le comunicó directamente por el Consejo el 27 marzo.
Nada más llegar al principado inicia las obras y junto con Reguera tras
haber creado la oportuna Junta. Muestra del desvelo de Jovellanos por
Asturias lo encontramos en las siguientes líneas e imágenes:
16Las
ventajas
competitivas que otorgaba
a Asturias la
disponibilidad del recurso
energético sobre el que
descansaba la revolución
industrial, el carbón
mineral, serían el punto
de partida para una
industrialización
especializada en los
sectores siderúrgico y
metalúrgico. Estos
últimos, partiendo de las Reales Fábricas de municiones y armas de
Trubia, Oviedo y Grado, crearían externalidades ventajosas para inducir
la aparición de otros ramos fabriles orientados a la demanda civil —
16
La llamada «minería vecinal» o «minería de paisanos», realizada por los propios campesinos en
explotaciones a cielo abierto y empleando útiles y equipos rudimentarios, desconocía los principios de la
«arquitectura subterránea» y los equipos de extracción propios de la minería industrial.
A diferencia de la minería preindustrial o pre capitalista representada por las explotaciones vecinales,
que constituía una prolongación de las faenas agrarias y que se desarrollaba a cielo abierto, las
explotaciones industriales se acomodaban a los principios de entibación y extracción propios de la
«arquitectura subterránea. Grabados sobre explotaciones mineras, en Recueil de planches sur les
sciences, les arts liberaux et les arts mechaniques avec leur explication, París 1768 Biblioteca Nacional
de España
Página 12 de 52
calderería, manufacturas mecánicas, astilleros...—. Por su parte, el
carbón abundante y barato permitiría surtir de energía a otras industrias
ligeras, con la consiguiente reducción de costes de producción. Por último,
el carbón habría de convertirse en una materia prima que, exportada a
otras regiones, impulsaría una marina mercante carbonera que
convertiría a Gijón en un gran puerto industrial
Ahora bien, dado que toda aquella estrategia partía del carbón
mineral, la puesta en valor de la hulla asturiana debería de resolver
previamente tres problemas: los referidos a los costes de extracción, a
los de transporte, y el relativo a su utilización en los altos hornos. En el
primer caso, la «minería vecinal» y a cielo abierto que se venía
practicando con desconocimiento de los principios de la «arquitectura
subterránea» y de la mineralogía corría el peligro de encarecer la
extracción y de agotar los mejores yacimientos. En el caso del
transporte desde bocamina a los puertos de embarque, la utilización de
la hulla asturiana tenía serias dificultades para competir con la inglesa
que, pese a los aranceles que gravaban su importación, resultaba más
barata. Para afrontar ambos problemas, Jovellanos formulará
propuestas novedosas: formar cuadros técnicos, abrir una carretera
carbonera y, finalmente, imitar los «caminos de hierro» utilizados en
Escocia. El tercer problema aludido se refería a la aplicación de la hulla
a los altos hornos o «fundición a la inglesa». Este paso requería obtener
por destilación y desazufrado de la hulla el coque metalúrgico. Los
ensayos en los hornos de carbonización de Trubia y Langreo acabaron
en fracaso, expresión del atraso técnico en que se movía nuestra
industria. Las comisiones científicas y de espionaje industrial enviadas
por la Armada, entre los que figuraban varios jóvenes oficiales de esta ,
Jorge Juan y Antonio de Ulloa, a Inglaterra para intentar transferir las
tecnologías químicas y mecánicas de las fundiciones en alto horno, no
habían dado resultado. De ahí el interés de Jovellanos por potenciar los
estudios de mineralogía en el Real Instituto Asturiano.
Página 13 de 52
actuaría como redistribuidor de los géneros coloniales que hasta
entonces entraban por La Coruña y Santander.
Página 14 de 52
embajador en la corte de San Petesburgo llenó de aflicción al gijonés el
cual habida cuenta de su tristeza escribe lo que precede «Cuanto más lo
pienso, más crece mi desolación. De un lado lo que dejo; de otro, el
destino a que voy; mi edad, mi pobreza, mi inexperiencia en negocios
políticos, mis hábitos de vida dulce y tranquila. La noche, cruel». Quizás
haya llegado ya el momento de decir que nuestro Ilustrado, era un
magnífico escritor que no hacía en momento alguno ascos a la poesía.
19
Paret. Enciclopedia Virtual del Museo del Prado
20
Luis Paret y Alcázar Modelo para tarjeta de visita 1797 Biblioteca Nacional de España
21
La Luz de Jovellanos Exposición Conmemorativa Ibidem p,157
Página 15 de 52
Lo que el propio Jovellanos no podía suponer es que su gestión, al
frente del Ministerio, iba a ser yugulada mucho antes de comenzar a ver
sus frutos. Ocho meses más tarde (noviembre 1797-agosto 1798), cesa
en sus funciones y, a partir de ese momento, la adversidad y la
injusticia van a cebarse en su persona y en la de todos aquellos
hombres afines a sus ideas. Como bien afirma Caso González, «su
fracaso significó el fracaso final de la política ilustrada, ya que quienes le
derribaron eran precisamente los conservadores o reaccionarios que poco
después, en marzo de 1801, intentarán destruir a todo el grupo a base de
destierros, procesos y persecuciones». Las víctimas son numerosas: el
ministro Saavedra, amigo de Jovellanos, el también ministro y sucesor
de Saavedra, Urquijo, los obispos de Cuenca y Salamanca, el poeta
Meléndez Valdés, la condesa de Montijo y un largo etcétera compuesto
por eclesiásticos, escritores, aristócratas y servidores del Estado,
reclutados entre los sectores ideológicos preliberales y reformistas.
Página 16 de 52
ejecutarla con rigor. Sorprendido el señor don Gaspar en su cama, antes
de salir el sol, le hicieron vestirse y que entregase sus papeles. Todos se
pusieron en dos baúles, excepto los del archivo de su casa, y se
remitieron a la secretaría de Estado. Se le prohibió el trato con sus
amigos y parientes, que deseaban verle y consolarle, y sólo se le permitió
el preciso con algunos criados, para disponer lo que había de llevar en el
viaje y prevenir lo conveniente al arreglo de su casa. Estuvo encerrado en
ella el día trece, presenciando el acto de sellar su selecta librería, y antes
de amanecer el día catorce le sacaron de Gijón, dejando a sus habitantes
anegados en lágrimas y penetrados de gran sentimiento, especialmente
muchas familias pobres a quienes socorría y dejó mandado siguiesen
socorriéndolas a su costa. Fue conducido con escándalo y escolta de
tropa sin entrar en Oviedo, hasta León, y le depositaron en el convento de
los religiosos recoletos de San Francisco. Sin comunicación ni aún de los
parientes que allí tenía por espacio de diez días, esperando nuevas
órdenes de la Corte. Al cabo de ellos, le condujeron por Burgos, Zaragoza
y otros pueblos a Barcelona, sin permitir que nadie le hablase en el
camino, a pesar de que lo solicitaban personas respetables y
condecoradas compadecidas de su inocencia, que le estimaban por su
buen nombre y opinión. Le hospedaron en el convento de la Merced con el
mismo rigor y privación de trato y allí se despidió con lágrimas de
Lasaúca, que le había acompañado en el coche, admirado de la grandeza
de ánimo con que había sufrido unas vejaciones que no había podido
evitar; y después le embarcaron en el bergantín correo de Mallorca,
habiendo llegado a Palma, capital de aquella isla, antes de mediodía, fue
llevado a la antesala del capitán general, y recibidas sus órdenes, le
condujeron inmediatamente a la cartuja de Jesús Nazareno, que está en
el valle de Valdemuza, distante tres leguas de aquella ciudad; y entró en
el monasterio el día 18 de abril a las tres de la tarde y a los treinta y seis
de un viaje largo, molesto y vilipendioso».22
22
Ruiz de la Peña Solar A. A. Director de la Página Web que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
dedicada a Don Gaspar de Jovellanos y del Instituto Universitario Feijoo de estudios del siglo XVIII la
Universidad de Oviedo.
Página 17 de 52
inspiran mi inocencia y mi confianza en la justicia de Vuestra Majestad
no me hubiese confortado y hecho superior a ella?23
23
Caso Machicado T. La «muerte civil» de Jovellanos (Mallorca, 1801-1808) (Conferencia pronunciada o
en el Castillo de Bellver, Mallorca, el día 21 de marzo de 2003) Gijón, 2004 Fundación Foro Jovellanos del
Principado de Asturias, 20.
Página 18 de 52
acelerarla. En otro tiempo sería temible; pero, atendida nuestra dura y
lamentable situación, se deja naturalmente desear con vivas ansias.
24
Jovellanos. G. M. Obras completas, ed. crítica, introducción y notas de José M. Caso González, tomo
I: Obras literarias, 1984; Correspondencia: tomos III (1986), Oviedo, Instituto Feijoo de Estudios del
Siglo XVIII, Ilustre Ayuntamiento de Gijón. p, 518.
25
Caso Machicado T. Ibidem,pp,21 y22
Página 19 de 52
González, Jovellanos, que no había cesado como Consejero de Estado,
disfrutaba de un buen sueldo, que utilizará para el arreglo su
habitación y para la compra de libros, fundamentalmente. Tenía un
cuarto para dormir y trabajar, una sala- comedor y otra habitación más,
además de las que utilizaban su mayordomo, Domingo García de la
Fuente, su secretario, Manuel Martínez Marina, su cocinero, Ramón de
la Huerta y Juan Malleu, el sirviente. Encargó una mesa y un catre de
maderas embutidas, disponía de cubiertos de plata, compró en Palma
una escribanía también de plata y adornó con varios cuadros su
habitación; encargó a Barcelona, Madrid y Francia libros y periódicos,
suscribiéndose incluso a las Variedades de ciencias, literatura y artes de
Quintana y a la Gazeta francesa, además de recibir la Gazeta de Madrid.
A todo eso hay que añadir el préstamo de manuscritos y ediciones
antiguas. Así es como lee y traduce a Raimundo Lull. Entonces se ve
precisado a hacer estanterías para colocar todos los ejemplares y
encuaderna él mismo los libros en rústica, o los envía al convento de
capuchinos a encuadernar. Forma, así, su tercera biblioteca (la primera
la había tenido en Sevilla, la segunda en Madrid). En su cuarto había
tertulias y comidas en común, pues con él comen los oficiales de la
guardia y el gobernador incluso, y algunos invitados más. Al castillo
suben a visitarle la generala, la regenta, la intendenta, las mujeres de
los oficiales de la guardia y señoras de la buena sociedad palmesana.
En fin, concluye Caso González: Jovellanos no será feliz (¡cómo va a serlo
un preso inocente!); pero consigue ser respetado y admirado, no por vía de
la hipocresía y de la adulación, sino por la de la dignidad personal.26
Lunes, 3.- En cama hasta después del chocolate. Lectura de la mayor parte
del libro De la orden de caballería, de Lull, que parece ser tomado del título De
los caballeros, de las Partidas del rey don Alfonso, si ya no de los usos del tiempo,
o de los mismos orígenes de que tomó aquella obra. […] Después, paseo
larguísimo por son Quint, a las casitas nuevas con monsieur Du Breuil. En el
camino se hallaron las Gacetas francesas hasta el 8 de febrero, que se reservan para
mañana, y entretanto se leyó en Juan y Ulloa.
26
Caso González, J.M. Vida y obra de Jovellanos, 2 vols., Gijón, 1993-1994 (fascículos coleccionables
del dominical de El Comercio).p, 541.
Página 20 de 52
8 de mayo.- Se leyeron ocho gacetas francesas que llegan hasta el 13 de abril
y confirman más y más los temores de guerra. Se sacó un extractico sobre
etimología y la continuación se pusieron algunas reflexiones. Se dictó carta al padre
capuchino Villafranca, a quien se enviaron a encuadernar en pergamino todos los
libros que no lo están; y se reconoció la biblioteca de Sixto Senense. Por la tarde no
se trató de pasear por el viento recio. Subieron la mujer e hija del capitán
Hediger, a quienes no hubo que dar sino naranjas, porque Don Domingo
estaba en la ciudad. Después subió el general con su sobrino, conde de
Formiguera, grande apasionado del de Campomanes que en otro tiempo defendió
los derechos de su casa y fue su tutor.
Por fin el día 5 de abril de 1808, tras siete años de reclusión, a las
ocho de la tarde, el capitán general entregó a Jovellanos la orden de
libertad, firmada por el rey Fernando VII. En el despacho que ponía
fin a su prisión decía literalmente lo siguiente " El rey nuestro señor don
Fernando VII se ha servido alzar a Vuestra Excelencia el arresto que
sufre en ese castillo de Bellver y Su Majestad permite a Vuestra
Excelencia que pueda venir a la corte."28.En una palabra Gaspar
Melchor de Jovellanos deja de ser un reo de Estado.
27
Jovellanos G.M. Diario (Antología). Edición, introducción y notas de José Miguel Caso González,
Planeta, Barcelona, 1992.
28
Jovellanos G. M. Obras completas, t. IV, pág. 496, n. º 1.710.
Página 21 de 52
Nuestro personaje observa los preparativos bélicos que se han
realizado y que Palafox ha sido ya nombrado brigadier al objeto de
dirigir las operaciones de la defensa de la ciudad. Se atreve a bajarse
del coche en el que da una vuelta por Zaragoza y es aclamado por el
pueblo diciendo que le necesita. Palafox le concede pasaporte y
protección y el 28 logra reemprender el viaje, llegando sin más tropiezo
el día uno a Jadraque. Habida cuenta de su estado de salud marcha
enseguida hacía Trillo al objeto de tomar las aguas para reponerse un
poco. Estando allí es requerido por el general Murat y el gobierno para
que se presente a la mayor brevedad posible en Madrid, pero manifiesta
la imposibilidad de hacerlo debido a su Estado de salud.
29
Caso González J. M. Jovellanos. pp, 247 -251.
Página 22 de 52
Aquí en esta Junta se ve la maestría de don Gaspar, anula la
prepotencia del Consejo de Castilla que pervivía. Ante el avance de
Napoleón hacia Madrid, los componentes de la citada Junta abandonan
Madrid a la vez que se ha elegido una comisión para los negocios
urgentes compuesta por: Floridablanca, el marqués de Astorga, Antonio
Valdés, Jovellanos, el conde de Contamina y Martín de Garay los cuales
se trasladan a Sevilla tras pensar que Badajoz, donde en un principio se
pensó que se trasladaría, no era seguro. De forma que Jovellanos volvía
a la Sevilla que había abandonado hacía más de 30 años y donde había
iniciado su carrera.
Página 23 de 52
Asturias, reflejando su profunda tristeza en carta que escribe a Lord
Holland el 8 de marzo: «la primera noticia que nos dieron fue la de estar
Asturias ocupada por los franceses. Un rayo del cielo no habría herido
más fuertemente mi corazón. No ciertamente por el entero naufragio de mi
pobre fortuna, sino porque siempre me había consolado en tantas
desgracias como llovían sobre mí, la idea de que si España perecía,
Asturias sería la última en recibir el yugo. Todo, pues, pereció para mí; ya
no tengo ni bienes, ni libros, ni hogar, y ni siquiera tengo patria, que tal
nombre no quiero dar a una pequeña porción de país donde ni se
defiende con rabia y furor la libertad, ni con justicia y gratitud el honor y
el decoro de los que tanto han trabajado por ella». 31
II La obra de Jovellanos
31
Ruiz de la Peña Solar A. A. Ibidem
Página 24 de 52
A lo largo de estas páginas ha intentado con mayor o con menor
fortuna realizar un resumen de lo que fue la vida de don Gaspar de
Jovellanos.
32
VV.AA. Jovellanos El Hombre que soñó España, Primera edición, Madrid, Ediciones Encuentro 2012.
Página 25 de 52
Concepto de Historia
33
Hervás y Panduro L, Historia de la vida del hombre, Tomo II, Parte 1ª, Madrid, 1789, pág. 180.
34
Chacón Delgado P. J. El concepto de Historia en España (1750-1850) : Araucaria: Revista
Iberoamericana de filosofía, política y humanidades, Nº 17, 2007 , págs. 187-211
Página 26 de 52
estos sucesos”. Proceloso camino para llegar, sin culminar del todo, a la
triple definición moderna y perfectamente homologable con los
presupuestos de la Sattelzeit koselleckiana que anunciaba el
Diccionario de María Moliner (1ª edic. 1966-1967) y que el de Seco,
Andrés y Ramos nos ofrece ya limpiamente desde su primera edición de
1999: “1. Conjunto de todos los hechos ocurridos en tiempos pasados.
2. Narración. 3. Conocimiento o ciencia”. Los dos primeros significados
serán los propios del periodo 1750 a 1850 en España, puesto que el
tercero, correspondiente a la historia científica el conocimiento del
origen, progresos, leyes y usos y costumbres de las diferentes naciones
que han poblado el mundo en los siglos antiguos y modernos”,
pertenece ya a la segunda mitad del XIX.
35
Lanz de Casafonda, M Diálogos de Chindulza: sobre el estado de la cultura española en el reinado de
Fernando VI, 1761, edición digital en CORDE (RAE) de la de Francisco Aguilar Piñal, Universidad de
Oviedo, 1972, pág. 57
36
Alcalá Galiano A., Historia de la literatura española, francesa, inglesa e italiana en el siglo XVIII
(Lecciones pronunciadas en el Ateneo de Madrid, redactada taquigráficamente por D. Nemesio
Fernández Cuesta), Madrid, cita tomada de Manuel Moreno Alonso, Historiografía romántica... op. cita,
pág. 286
Página 27 de 52
cabía introducir milagros o leyendas; el carácter estrechamente
monarcológico de los relatos, protagonizados por los reyes y sus
reinados; y la intervención de la Providencia.
37
Chacón Delgado P. J. Ibidem.
Página 28 de 52
memorias, apenas se encuentra cosa que contribuya a dar una idea
cabal de los tiempos que describen. Se encuentran, sí, guerras,
batallas, conmociones, hambres, pestes, desolaciones, portentos,
profecías, supersticiones, en fin, cuánto hay de inútil, de absurdo y de
nocivo en el país de la verdad y la mentira. Pero ¿dónde está una
historia civil, que explique el origen, progresos y alteraciones de nuestra
constitución, nuestra jerarquía política y civil, nuestra legislación,
nuestras costumbres, nuestras glorias y nuestras miserias?” . O, dicho
de otro modo, una historia que se detenga “en el examen de la oculta
máquina que dirigía aquellas famosas empresas, quiero decir, en la
Política con que nuestros Reyes, y grandes Generales dispusieron y
facilitaron el logro de sus altos pensamientos. Mucho menos se han
detenido en la descripción de los lugares, y de los sitios donde
sucedieron aquellas cosas, del genio, y costumbres de sus habitadores,
de los intereses recíprocos que animaban a los diferentes Estados, y
Provincias de que constaba nuestro continente, de sus Leyes, forma de
Gobierno, Ciencias, Comercio, y Artes, sin cuyo conocimiento falta la
parte más esencial de la Historia de los pueblos y de los Reinos” .
Se trata, por tanto, de una historia que ya no tiene que ver sólo
con la metodología empleada (historia crítica), sino con el contenido que
se le quiere dar y con los presupuestos sociológicos de quienes la
elaboran: “si interesan estos nuevos campos es porque, en definitiva, se
quiere poner de relieve el papel de la gente que en ellos actúan; se
quiere buscar una nueva respuesta a la pregunta de quién hace la
Historia” . Es lo que establece Forner en su Discurso sobre la historia de
España, donde “exige el estudio de la historia de las leyes y costumbres,
de la economía y de las artes, del comercio, de la constitución pública...
(...) En consecuencia, la historia tenía que responder a las
preocupaciones e inquietudes de los ilustrados y su visión del pasado
debía valorarse según la axiología que vivían: tolerancia, cultura y artes,
felicidad pública, libertad civil, bienestar económico”38 .
38
Maravall, J.A “Estudios de la historia del pensamiento español, siglo XVIII, Madrid, Mondadori, 1991,
pág. 118.
Página 29 de 52
consideración de la historia como ciencia social, la explicación ajena al
dominio teológico, el regalismo y la admiración por algunos modelos
extranjeros, principalmente Giannone, Montesquieu, Voltaire y Hume .
La historia civil así definida es identificable, como decimos, con la
historia filosófica, de modo que muchos de sus presupuestos ya nos
permiten hablar indistintamente, de historia civil o filosófica.
39
Forner, J, P Discurso sobre el modo de escribir y mejorar la historia de España (c. 1788), edición de
François López, Barcelona, Labor, 1973, pág. 142.
Página 30 de 52
a materias concretas y particulares. Esta particularidad del Derecho fue
lo que llevó a Jovellanos a preferir la ciencia de la Economía Política.
Pero como hemos dicho nos vamos a ceñir a los escritos en los
que Jovellanos reflexiona sobre el derecho. Sin duda, son los más
interesantes. Entre todos destaca el discurso pronunciado por don
Gaspar en 1780 con motivo de su ingreso en la Real Academia de la
Historia, el cual será analizado más profundamente como hemos
dicho... La doctrina jurídica que desde entonces va a desarrollar
Jovellanos sobre el derecho se complementaría e intentaría llevar a la
práctica en el plan de estudios que proyectó para el Colegio Calatrava
en 1790. No podemos olvidar que don Gaspar en su época sevillana
había coincidido con Olavide en el momento en que esté desarrollaba
los planes de estudio de la Universidad Hispalense, entre los que sin
duda estaba el de los estudios de derecho. Como textos
complementarios se deben destacar dos cartas escritas por Jovellanos a
los catedráticos de la Universidad de Oviedo Antonio Fernández de
Prado, en 1795, y a Juan Nepomuceno Fernández San Miguel en
1797.40
Página 31 de 52
las ideas que entonces recorrían Europa me refiero a las difundidas por
el marqués de Beccaría a través de su obra De los delitos y las penas,
obra esta que fue traducida al español diez años después de su
publicación concretamente en 1764. Se debe destacar su introducción,
para la instrucción pública, sin perjuicio de las leyes del reino y su
puntual observancia41
41
Friera Álvarez Ibidem .p,90
42
Álvarez -Valdés Y Valdés. M. Jovellanos: Vida Y Pensamiento Oviedo Ediciones Nobel 2012, p 633.
Página 32 de 52
diciembre 1795, afirma: De este estudio [el de la ética] es inseparable el
del Derecho natural, pues en rigor los dos forman una sola ciencia,
reducida a enseñar los deberes del hombre moral hacía Dios, hacia sí
mismo y hacia su prójimo […]. De aquí se pasaría al derecho social o
público universal, que no sería otra cosa que una extensión del primer
estudio [puerta sociedades] es deben sujetarse siempre a los principios
del Derecho social.
43
Álvarez -Valdés Y Valdés Ibidem, p, 634 -635.
Página 33 de 52
Jovellanos, no podemos olvidar que vive en el Siglo Ilustrado, si
bien era un hombre de pensamiento tradicional, defiende la teoría
pactista de Hobbes, y en vísperas de la Revolución Francesa y dice "si
los hombres se han asociado, se han reconocido una soberanía, si le han
sacrificado sus derechos más preciosos, lo han hecho sin dudar para
asegurar aquellos bienes cuya posesión les arrastraba el voto general de
la naturaleza".
44
Sánchez Blanco F. El Absolutismo y las Luces en el reinado de Carlos III, Primera Edición, Madrid,
Marcial Pons, Ediciones de Historia. 2002.pp, 195 -198
Página 34 de 52
El discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia de
Jovellanos. Por fin llegó a lo que iba haber sido y será mi exposición de
fin de curso en clase, cuando empecé a estudiar el tema me di cuenta
de mi ignorancia supina sobre la Ilustración en España y sobre la figura
de Gaspar Melchor de Jovellanos, sinceramente no me parecía honesto,
el saltar lo que acabo de citar. Algo me empieza a sonar ya, lo que no
quiere decir que haya dejado de ser un supino ignorante de la
Ilustración y del autor.
Página 35 de 52
Me acuerdo de una frase que oí hace muchos años, en una
conferencia al Profesor Tierno Galván, que literalmente decía lo
siguiente: los pueblos que ni estudia y recuerdan su historia están
llamados a repetirla, quiera Dios, que no sea éste el caso de nuestra
patria.
Continúa su discurso
manifestando: La necesidad de
reunir el estudio de las leyes al de
la historia; pero la prueba más
concluyente se deberán tomar del
íntimo y particular enlace que hay
entre la historia de cada país y su
legislación. Sigue diciendo, nos
gobernamos a día de hoy por leyes
no sólo hechas en los tiempos más
remotos de nuestra monarquía,
sino también en las épocas que
corrieron desde su fundación
hasta el presente. 45
45
Ser es necesariamente parecer y los ilustrados del siglo XVIII quieren ser europeos. El uso de esta
indumentaria masculina de origen francés se impone en toda Europa en el siglo XVIII, y en España con
especial fuerza con la llegada de los Borbones. Desplaza a la indumentaria castiza reivindicada por los
majos, cubiertos con capas y tocados con sombrero de ala ancha, redecillas o monteras.
La casaca, prenda de origen militar, permitía cabalgar con comodidad. Cuando su uso se generaliza el
patrón se complica e incluye generosas entretelas que proporcionan volumen, delicado forro y
abundantes botones, meramente decorativos. A finales de siglo, por influjo inglés, el diseño va
simplificándose. Anónimo Traje de finales del s. XVIII: casaca, calzón y chupa. Hacia 1785-1790 Museo
del Traje, CIPE. Madrid
Página 36 de 52
códigos antiguos y modernos, y estudiar en el inmenso cúmulo de sus
leyes en sistemas civil que siguió la nación por espacio de trece siglos.
Desde mi punto de vista nada más cierto porque el jurista siempre al
enfrentarse al texto legal debe buscar su razón de ser lo que se
denomina la "ratio legis", es muy difícil comprender alguna norma si
desconocemos el por qué está en el ordenamiento legal del Estado,
máxime en el nuestro, pero no sólo por ahora ya en el siglo XVIII, tras la
Guerra de Sucesión, ya teníamos territorios de nuestra patria, que
tenían legislaciones específicas, hasta ver el derecho foral Navarro o el
Alavés. El jurista debe saber cuáles el origen de esas normas o de esas
leyes, por eso nuestro Código Civil, pergeñado ya por Napoleón
Bonaparte en ese mismo siglo, recoge lo que los juristas denominamos
Responsabilidad Civil o Aquíliana, que simplemente es una norma del
Derecho Romano, que obligaba al que al que hiciere daño a otro a
indemnizarle en la cuantía del citado daño.
46Seguidamente
nuestro personaje inicia un
bello paseo a través de la historia de nuestro
Derecho de la Alta Edad Media. Comienza
hablando de los visigodos, gerente feroz y
belicosa, que arrojó de su seno el septentrión
para ser sucesivamente enemigos aliados
súbditos y destructores del imperio romano.
Gentes estas invadieron varias provincias del
imperio y que rápidamente se extendieron por
Europa y llegaron a España y aparte de las de
las Galias. Trajeron sus leyes y costumbres, y
aunque el trato con los romanos les había
hecho adoptar su religión y participar de su
cultura, no olvidaron su ferocidad, Ni su
dominante inclinación a la independencia y a
las armas. La política de los primeros príncipes que dominaron España
pretendió conciliar el interés del pueblo conquistador con la utilidad del
conquistado para ello repartió tierras... Para que no se perdiese las leyes
que debían obedecer unos y otros, Eurico hizo una compilación de las
costumbres góticas y Alarico mandó realizar una compilación y publicar
un código de leyes romanas. El Codex Eurici, que fue la primera ley
germánica escrita dirigida por un galorromano León. Así vivieron los
46
En el siglo XVIII las medias no eran una prenda a descuidar, pues se prestaba entonces notable
atención a las ceñidas pantorrillas masculinas: cuando resultaban demasiado delgadas, se colocaban
postizos que mejoraban su forma. Media de Siglo XVIII Fundación Museo Evaristo Valle. Gijón
Página 37 de 52
españoles, siendo su condición muy diferente ya que cada uno podía
gozar u obedecer a distintas leyes. Sobre este sistema se estableció la
dominación visigoda, pero enseguida, sus príncipes se dieron cuenta del
peligro que se corría no era posible la división legislativa existente, e
intentaron hacer de los dos pueblos uno solo. Les dieron primero una
misma creencia para unir los ánimos divididos entre la verdadera
religión, la idolatría y el arrianismo; con posterioridad tras los Concilios
de Toledo permitieron los recíprocos matrimonios para confundir o
mezclar las familias; desterraron los números romanos para que todos
usarse en nombres juntos; y en fin le sometieron a la misma ley para
igualar su condición política.
Página 38 de 52
logra fijar la suerte de esa pequeña nación, acogida su sombra, para
qué no volviese a temer jamás las cadenas que le preparaba el
sarracenos. Don Alfonso el Católico, su yerno, y su nieto Fruela,
agregaron al nuevo reino de Asturias la mayor parte de Galicia y
Vizcaya, y aun de Portugal y Castilla. Don Alfonso el Casto, su bisnieto,
llevó sus victorias hasta las orillas del Tajo, en su reinado de 50 años
brillaron igualmente la gloria de sus armas y la sabiduría de su
gobierno, logró restituir la antigua constitución a su esplendor
primitivo.
el uso de 47Renueva
aquellas asambleas,
que él mismo
tiempo Cortes y
concilios y en ellas
grandes y prelados
arreglan los
negocios del mayor
Estado y de la
Iglesia. Se restituye
la autoridad a las
leyes godas, que
son conocidas en esos tiempos como el Fuero de los Jueces, y con ella se
gobiernan negocios públicos y privados. Desde ese momento, todos los
lugares que se iban agregando a la corona de León recibían para su
gobierno las leyes godas. Jovellanos indica en su discurso que los
primeros reyes de Asturias desearon restablecer la constitución
visigoda. Más según él, este designio era impracticable: una
constitución perfeccionada en el espacio de dos siglos, y cuyo objeto era
conservar un imperio extendido, mantener un gobierno pacífico y reunir
dos pueblos diferentes, ya no se podía acomodar al nuevo estado.
47
Las escribanías eran un objeto de especial importancia para el hombre de letras del siglo XVIII, y con
frecuencia se regalaban. Ésta estaba en el estrado de su casa, según documenta Somoza en 1891.En
Bellver se hizo con otra, de plata «de gusto americano». Tengamos la seguridad que don Gaspar
utilizaría una aparecida esta para escribir el discurso que comento. Anónimo Escribanía de Jovellanos
Colección particular
Página 39 de 52
Magistralmente Jovellanos realiza el paso de la corona de los
Reyes Asturianos con sus constituciones, a lo que será el Reino de León
nacido de la unión de españoles y extranjeros, que de todas partes
acudieron a vivir a su sombra y a combatir al sarracenos, entonces
como premio a las victorias, los grandes señores de la Corte, los nobles,
los caballeros extranjeros, y voluntarios que asistían a los Reyes en la
lucha, obtenían de ellos lugares y términos sin más obligaciones que el
de poblarlos y concurrir con sus personas y las de sus vecinos a la
defensa del Estado. Su piedad y celo por la religión se extendió también
en iglesias y monasterios. Así nació aquella constitución casi feudal que
descubrimos en la historia de los primeros tiempos.
Página 40 de 52
misterios para todos aquellos a quien la historia ha descubierto los
arcanos de la antigüedad..
Página 41 de 52
príncipe. El erario era pobre, los tributos pocos y temporales, los
recursos difíciles y siempre pendientes del arbitrio de las Cortes. ¿Qué
era, pues, el Príncipe en esta constitución, sino un jefe subordinado al
capricho de sus vasallos?
Página 42 de 52
que lo salva la autoridad de los pueblos municipales de forma que las
Partidas, se recibieron como una legislación complementaria. Los
jurisconsultos que ayudaron a su redacción y que eran de la escuela de
Bolonia, copiaron en ella no sólo las leyes de Roma sino también las
opiniones de los jurisconsultos de Italia. De manera que se puede decir
que nada contribuyó tanto como las Partidas a remover nuestra
jurisprudencia. Desde ese momento no se pudo comprender el texto
legal sin la interpretación del Digesto y del Codigo, que era no sólo su
principal sido su único objeto.
Página 43 de 52
Fue Carlos I, instado por las Cortes, y de su orden trabajaron en
el los doctores Alcocer y Escudero pero tampoco pudieron acabarla. Al
fin don Felipe II encargó estos trabajos a los licenciados Arrieta y
Atienza y se logró publicar lo que se conoce con el nombre Nueva
Recopilación por pragmática de 14 marzo de 1567. Pero entretanto
¿quién se atreverá a interpretar estas leyes sin saber los tiempos en que
se hicieron? Confesemos, pues, de buena fe que si la historia no se
puede tener un cabal conocimiento de nuestra constitución y nuestras
leyes y confesemos también que sin este conocimiento no debe
lisonjearse el magistrado de que sabe derecho nacional.
Conclusiones
Página 44 de 52
embajador ante la corte de San Petersburgo, Jovellanos rechaza el cargo
y escribe a Godoy fundamentando el porqué, se anexa fotografía de la
carta de renuncia manuscrita.
Página 45 de 52
frustraciones se nos dice viernes a viernes que se va a promulgar una
Ley de Unidad de Comercio. Qué pensaría Jovellanos que se quejaba
porque existían muchas normas y cada pueblo o ciudad tiene una
legislación específica, si se entregase que hoy solamente para el
comercio existen cerca de 40,000 leyes en España.
31 diciembre 2012
Página 46 de 52
Cronología
Página 47 de 52
1790 Reglamento para el Colegio de Calatrava, una de las obras cumbres en la
modernización de las estructuras educativas en España.
1792
Muere Antonio Ponz, impulsor del proyecto inicial de las «Cartas del viaje de Asturias»
de Jovellanos.
Aranda sustituye a Floridablanca como ministro de Estado. Se edita la tragedia Munuza
en Madrid.
1794 El 7 de enero tiene lugar, en Gijón, la apertura oficial del Real Instituto Asturiano de
Náutica y Mineralogía, ejemplo acabado del modelo educativo y pedagógico de la
Ilustración española. En el mes de abril concluye en Gijón la redacción del Informe en el
expediente de Ley Agraria.
1795 Jovellanos pública la Noticia del Real Instituto Asturiano, en la imprenta ovetense de
Francisco Díaz Pedregal, mientras surgen problemas con los aparatos de la Inquisición,
que vigila el funcionamiento y desarrollo del Instituto.
Sale la primera edición exenta del Informe en el expediente de Ley Agraria, en la
imprenta madrileña de Sancha, bajo la responsabilidad de la Sociedad Económica
Matritense.
1796 Jovellanos envía a la Academia de la Historia la versión definitiva de la Memoria para el
arreglo de la policía de los espectáculos y diversiones públicas, que no se publicará
hasta 1812.
1797 El 15 de octubre, estando todavía en Asturias, recibe la noticia del nombramiento de
embajador en Rusia. Pone fin a su larga estancia en el Principado, donde había llegado
en 1790.
Página 48 de 52
1808 Tres días después de la abdicación de Carlos IV en Fernando VII, una Real Orden de 22
de marzo, firmada por el ministro José Antonio Caballero –instigador principal de los
siete años de su cautiverio- levanta el secuestro de Jovellanos y le devuelve la libertad.
El precario estado de salud obliga a Jovellanos a viajar a Jadraque, para tomar las
benéficas aguas de Trillo, mientras la sublevación iniciada el 2 de mayo se extiende por
todo el territorio peninsular.
Jovellanos es incitado a seguir la causa de José I, por medio de sus amigos
afrancesados. Rechaza el nombramiento de ministro del Interior que le ofrece Urquijo
(José I llega a nombrarle el 7 de julio) y afirma su posición personal abrazando la causa
de los sublevados.
El 25 de septiembre se constituye en Aranjuez la Junta Central. Ante el avance de las
tropas francesas, la Junta se traslada a Sevilla a finales de año. Muerte de
Floridablanca.
1809 En medio de evidentes contradicciones y luchas internas, la Junta Central trabaja en la
convocatoria de Cortes. Jovellanos equidista de quienes quieren asegurar el
mantenimiento de sus privilegios (nobleza y clero) y quienes quieren plantear reformas
radicales.
1810
En febrero se disuelve la Junta Central. El día 26 Jovellanos embarca hacia Asturias,
llegando al puerto gallego de Muros el 6 de marzo. Entre los meses de julio y
septiembre escribe su Memoria en defensa de la Junta Central. En ella combate
Jovellanos las calumnias divulgadas contra sus miembros y denuncia la ambición y la
envidia que mueven las decisiones del Consejo de Castilla y del Consejo de Regencia.
El 24 de septiembre se inician las sesiones preparatorias de Cortes en la Isla de León.
1811
En enero muere Juan Arias de Saavedra, el gran protector de Jovellanos a lo largo de su
vida. En junio, expulsados de Asturias los franceses, Jovellanos emprende el viaje hacia
el Principado, llegando a Gijón el 7 de agosto. Pide ayuda para restaurar su querido
Instituto en ruinas y poder reabrirlo a las enseñanzas.
Ante la vuelta de las tropas francesas a Gijón, Jovellanos se ve obligado a huir en el
bergantín Volante zarpando el 6 de noviembre rumbo a Galicia. Un fuerte vendaval
obliga el barco a refugiarse en el pequeño abrigo de Puerto de Vega, el día 14. Unos
días después, contrae una pulmonía, falleciendo el día 28 en casa de su amigo Trelles
Osorio. En 1815 los restos de Jovellanos fueron trasladados a Gijón.
Página 49 de 52
Bibliografía.
Álvarez -Valdés Y Valdés. M. Jovellanos: Vida Y Pensamiento Oviedo
Ediciones Nobel 2012.
Página 50 de 52
Lanz de Casafonda, M Diálogos de Chindulza: sobre el estado de la
cultura española en el reinado de Fernando VI, 1761, edición digital en
CORDE (RAE) de la de Francisco Aguilar Piñal, Universidad de Oviedo,
1972, pág. 57
Página 51 de 52
48
48
Jovellanos sostiene en una mano un ejemplar del Informe de ley agraria, su obra más querida y la que
le haría merecedor de un lugar destacado en la historia del pensamiento económico español y europeo.
En él, además de introducir en España las tesis liberales de Adam Smith, proponía un ambicioso
programa de reforma agraria que guiará la política agraria liberal de la centuria siguiente. Anónimo,
antiguamente atribuido a Goya Retrato de Don Gaspar Melchor de Jovellanos Hacia 1797.Fundación
Lázaro Galdiano
Página 52 de 52