0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
4 vistas3 páginas
El documento resume las etapas del proceso de industrialización en Argentina entre 1930 y 1976. Se dividió en tres etapas: industrialización espontánea entre 1930-1945, industrialización peronista entre 1946-1955, e industrialización desarrollista hasta 1976. La industrialización sustituyó importaciones y promovió industrias livianas. El peronismo profundizó el proceso e intervino más la economía. Sin embargo, el modelo tuvo problemas con la balanza de pagos debido a su dependencia de importaciones y falta de capacidad exportadora industrial.
El documento resume las etapas del proceso de industrialización en Argentina entre 1930 y 1976. Se dividió en tres etapas: industrialización espontánea entre 1930-1945, industrialización peronista entre 1946-1955, e industrialización desarrollista hasta 1976. La industrialización sustituyó importaciones y promovió industrias livianas. El peronismo profundizó el proceso e intervino más la economía. Sin embargo, el modelo tuvo problemas con la balanza de pagos debido a su dependencia de importaciones y falta de capacidad exportadora industrial.
El documento resume las etapas del proceso de industrialización en Argentina entre 1930 y 1976. Se dividió en tres etapas: industrialización espontánea entre 1930-1945, industrialización peronista entre 1946-1955, e industrialización desarrollista hasta 1976. La industrialización sustituyó importaciones y promovió industrias livianas. El peronismo profundizó el proceso e intervino más la economía. Sin embargo, el modelo tuvo problemas con la balanza de pagos debido a su dependencia de importaciones y falta de capacidad exportadora industrial.
Análisis de Mitos, etapas y crisis en la economía Argentina
Mario Rapoport
El Proceso de Industrialización (1930-1976)
La Gran Depresión iniciada en 1929 fue una crisis que sacudió la
economía a nivel mundial. En la Argentina impacta, no solo en la esfera económica, sino que su influencia afectará estructuralmente al país, puesto que pone en jaque el hasta entonces exitoso “modelo agroexportador”, como también, el orden institucional democrático, donde desde el golpe de Estado de 1930 que derroca al radical Hipólito Yrigoyen, las Fuerzas Armadas tendrán un rol preponderante en la actuación política del país, gobernando o “arbitrando” en tanto los procesos democráticos adopten medidas contrarias a sus valores. Desde 1880 Argentina se insertó en la economía mundial bajo la tutela de Gran Bretaña, como exportadora de productos primarios e importadores de productos manufacturados. Pero desde 1929 en adelante sufre una recesión generalizada en la economía, la caída de salarios y el deterioro de los precios internacionales en las materias primas: por lo que debe repensar su modelo económico para tratar de sortear una crisis de carácter mundial. El fin del modelo agroexportador marca el inicio de una Argentina de carácter mas industrial, periodo que se extenderá desde 1930 hasta 1976. El proceso de industrialización argentino se puede dividir en tres etapas. Entre 1930 – 1945 es el proceso de industrialización “espontanea”, que abarca la denominada “Década Infame”, donde se produce una suerte de restauración oligárquica, la vuelta al fraude electoral (“fraude patriótico”). La Industrialización Peronista (1946-1955), que marca el final de la Década Infame y da lugar a la hegemonía de un nuevo partido nacional que busca su legitimidad en una coalición/alianza de clases entre sectores del ejército, sectores burgueses ligados al desarrollo industrial y el movimiento obrero organizado. Caracterizada un desarrollo industrial basada en el incentivo al consumo y el fortalecimiento del mercado interno. Y el modelo industrializador desarrollista, cuyo principal mentor es Arturo Frondizi, el cual buscaba desarrollar la industria pesada, que tendrá diversos matices hasta 1976. A diferencia de la Argentina entre los años 1880 – 1930, en los que el sector más dinámico de la economía fue el sector agropecuario, la industria será el impulsor del crecimiento económico. Cambiará también el grado de intervención del estado en la economía, puesto que el gobierno liderado por Agustín P. Justo impondrá control de cambios, juntas reguladoras y medidas de corte proteccionistas. La Industrialización por Sustitución de Importaciones fue el modelo adoptado por el cual la Argentina fomentó la Industria liviana (industria textil, metalurgia liviana). Las ramas que mostraron expansión y crecimiento fueron los ligadas a la industria textil, como también la incipiente industria automotriz (aunque en un estadío de ensamblaje de partes importadas) la industria de la construcción y la producción de maquinarias, artefactos eléctricos y electrodomésticos. Con la irrupción del Peronismo, el proceso industrializador se profundizará, pero tendrá como características distintivas la ampliación del mercado interno y la participación creciente de los sectores asalariados en la distribución del ingreso. El intervencionismo por parte del estado peronista será mayor en la economía, puesto que llevó a cabo la nacionalización de los sectores claves de la economía y de los servicios públicos. A través del IAPI generó una transferencia de ingresos de la renta agraria en favor de desarrollar la industria liviana y fortalecer el consumo y el mercado interno. El peronismo logrará una distribución más equitativa del ingreso, junto con la ampliación en derechos sociales y la activa participación de la clase obrera en la política. Sin embargo, el modelo industrializador peronista sufrirá ciertos cambios: los mismos se pueden percibir en los dos planes quinquenales llevados a cabo por los dos gobiernos peronistas. Entre el periodo 1950-52 el modelo mostrará señales de agotamiento: un proceso inflacionario creciente y la escases de divisas llevarán a Perón a un viraje más desarrollista en la economía, puesto que buscará fomentar con más ímpetu los sectores ligados a la industria pesada. Si bien la coyuntura económica estaba mejorando promediando el año 55, el mismo es derrocado por la llamada Revolución Libertadora. El problema que tuvo y tiene Argentina con su producción industrial tiene se basa principalmente en su balanza de pagos: el desarrollo industrial demanda a su vez una fuerte inversión en bienes de capital, por lo que necesita volcar sus divisas en maquinarias y energía para su funcionamiento. Esto genera un déficit comercial en la balanza de pagos al incremento substancial de las importaciones. Sumado, además, que si bien el modelo agroexportador se quebró hacia 1930, y el PBI industrial superó al agropecuario hacia 1944, la industria Argentina careció siempre de capacidad exportadora. El principal sostén de la industria, básicamente, fueron las divisas producidas por el sector agropecuario. La industria desarrollada en la Argentina siempre tuvo como frontera el mercado interno: desde entonces Argentina alternara momentos de expansión y contracción cíclicos de su economía, en los cuales se produce un aumento de la producción, suba de salarios y pleno empleo; con momentos de fuertes escaladas inflacionarias, fuga de capitales, estrangulamiento del sector externo y, por lo tanto, devaluación de la moneda. Si bien a lo largo de este periodo se marcan ciertos problemas y contradicciones en la economía argentina, es claro que es preferible un modelo industrializador que tenga como metas el pleno empleo y un cierto horizonte de desarrollo productivo, a un modelo de simple acumulación y especulación financiera, el cual llevó desde 1976 a la Argentina a un proceso de decadencia sostenido. Hasta la fecha, a pesar de ciertas épocas de bonanza económica, Argentina no deja de tener indicadores alarmantes en relación a su economía y nivel de vida en general.