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Ekklesia, la reunión de personas llamadas hacia afuera

Mt. 16.13-19

Cuando Jesús dijo por primera vez que edificaba su Iglesia, la palabra usada por él fue “eclésia” (en
griego ekklesia). Pero, ¿qué viene a ser la eclésia?

Según algunos tratados de Tyndale uno de los traductores de la Biblia, al inglés, y otros datos
históricos en el tiempo de Jesús, la eclésia era un grupo de ciudadanos romanos, llamados entre el
pueblo común para una misión especial entre los pueblos conquistados, con el objetivo de implantar
una cultura y establecer el reino que ellos representaban en el territorio hacia donde eran enviados.

Pero la verdadera fuerza de Roma no venía sólo de la conquista por las armas, sino de su estrategia
para conquistar el corazón del pueblo hasta el punto de hacerlo desear poseer el título de ciudadano
romano.

Por lo tanto, basado en el contexto de lo que era la Ekklesia romana en ese momento Jesús, habló
sobre el establecimiento de la Iglesia, es como cuando hablo de la higuera, El usó la higuera para
ilustrar lo que El es y nosotros en El, Juan 15:1-6 así también cuando hablo de la ekklesia Él no
estaba hablando sobre el establecimiento de un edificio, mucho menos de una reunión religiosa. Él
estaba hablando de un grupo de personas que funcionaban en la tierra como agentes de su reino
para conquistar el corazón de otras personas hasta el punto de hacerlas desear también ser
ciudadanos del reino del Señor.

Etimológicamente la palabra griega Ekklesia está compuesta de dos raíces “EK”, que significa para
afuera, y “KLESIA”, que significa llamados, es decir técnicamente significa reunión de personas
llamadas hacia afuera.

Él está usando este término para definir de manera ilustrativa lo que sería su Ekklesia
edificada sobre Él mismo que es la roca.

De la misma manera hoy tenemos que explicar un poco de lo que era la ekklesia en el contexto
histórico y estratégico romano para asociar a la enseñanza del Señor Jesús sobre su eclésia. Sin
embargo sus discípulos sabían a que se estaba refiriendo.

Entonces, veamos cómo la ekklesia romana funcionaba.

1. Agentes secretos.
En primer lugar, los miembros de la ekklesia funcionaban como agentes secretos. Muchas veces, el
imperio romano enviaba a sus emisarios como agentes secretos a las ciudades conquistadas para
infiltrarse en medio del pueblo y enviar informaciones importantes a Roma.

Entonces esos hombres que formaban parte de la ekklesia se mudaban a esas ciudades y allí
establecían negocios y actividades como el comercio, prestación de servicio, educación, y todo lo
demás, con el objetivo de estar lo más cerca posible de la realidad del pueblo. El objetivo de Roma
era tener miembros de la ekklesia en todas las actividades de la sociedad, actuando de manera
discreta, pero buscando los intereses del reino.

Entonces cuando Jesús dijo que estaba estableciendo su ekklesia, también él tenía en mente tener a
sus agentes, que somos nosotros, infiltrados en cada actividad dentro de la sociedad. En Mateo
28:18…¿Cómo hacemos discípulos en todas las naciones? Enviando ¡infiltrados!

Por eso, Él estableció su Iglesia; Él lo llamó para ser parte de su eclésia, porque Él necesitaba a
alguien entre tus familiares, en tu lugar de trabajo, en la colonia, el residencial, el condominio
donde tú resides, en tu barrio, en tu ciudad y en tu nación.

Fuimos enviados como agentes de la extensión de su reino, infiltrados en todas partes, esto debe
llenarnos de emoción y de responsabilidad,  si no entiendes esto, solo querrás tener un estilo de
vida que te traiga paz por un lado y no problemas por el otro, querrás vivir como te parece, y
mezclaras el mundo a tu parecer, como sucede con muchos. Tener una vida común y estar
infiltrado  no significa vivir una vida mundana, significa estar mezclado en este mundo para
influenciar en ellos.

Por eso debemos vivir una vida de santidad, por dos razones uno porque Dios quiere evitarnos el
sufrir de las consecuencias, y dos porque la única esperanza de este mundo es el poder de Cristo,
para liberarlos de su esclavitud, entonces el mejor ejemplo de esa libertad somos nosotros.

2. Agentes neutralizadores.

En segundo lugar, los miembros de la eclésia funcionaban como agentes neutralizadores. Muchas
veces Roma usaba la eclésia para neutralizar la reacción de los pueblos conquistados ante las
órdenes y decretos del rey. En cada actividad importante de la sociedad, un agente del reino tendría
que estar infiltrado allí.

Tú necesitas también entender que hemos sido llamados por Dios para neutralizar la acción y los
planes del diablo. Mira lo que el Señor tenía en mente sobre nosotros: «Vosotros sois la sal de la
tierra» (Mt 5.13).

Muchos piensan que la razón de ser la sal es solo para condimentar, para hacer la comida más
agradable. Pero no fue sólo eso lo que Jesús quiso decir. La sal debe dar sabor, pero también la
servía para que los judíos echen sobre el excremento de su deposición, en realidad ese era el
contexto al que se refería Jesús Por lo tanto, cuando Jesús dijo que tu eres la sal de la tierra, Él
estaba diciendo: «son enviados al excremento de la tierra, para matar los gérmenes, para
transformar la sociedad».

Nuestro lugar es en las tinieblas. Si no nos enviamos a las tinieblas, no tenemos ninguna utilidad.

Este es el propósito de la eclésia: influenciar e implantar la cultura, los valores del reino de Dios
aquí en la tierra. Esta eclésia trastornó el mundo (Hechos 17:6) y logró penetrar en la casa de César
(Filipenses 4:22).
Esta era la idea del Señor: establecer una iglesia que pudiera infiltrarse en la sociedad e implantar
los valores y la cultura de su reino.

En la iglesia de Corea, los hermanos cambiaban a otro condominio con el propósito de abrir una
célula. Al establecer su eclésia, el objetivo del Señor es que esta ejerza influencia. Somos agentes
de influencia.

3. Agentes financiados por el reino

Una de las cosas que Roma hacía cuando enviaba la ekklesia es que cada miembro de ella era
financiado por el Imperio Romano. Ningún miembro de la eclésia se preocupaba por su sustento,
porque Roma lo sostenía.

Mientras usted está cumpliendo los propósitos del reino de Dios, Él le dará la provisión que necesita
para hacer lo que Él le mandó. El imperio nunca mandaba a sus enviados y los abandonaba. Así
también, Dios nunca nos envía a una misión y nos abandona allí.

Muchas veces, no estamos teniendo financiamiento del reino porque no estamos cumpliendo los
propósitos del reino. La Palabra nos asegura que, si ponemos el reino de Dios, los intereses de Dios,
en primer lugar, todo lo que necesitamos, nos serán dados. (Mt 6,25-33)

Nosotros somos la eclésia establecida por el Señor para el establecimiento de su reino. Debemos
actuar como tal, influenciando donde estamos, neutralizando las fuerzas enemigas y teniendo
certeza del sustento divino.

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