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IMPROCEDENCIA

Artículo 61. El juicio de amparo es improcedente:

I. Contra adiciones o reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;


II. Contra actos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
III. Contra actos del Consejo de la Judicatura Federal;
IV. Contra resoluciones dictadas por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación;
V. Contra actos del Congreso de la Unión, su Comisión Permanente o cualquiera de sus cámaras en
procedimiento de colaboración con los otros poderes que objeten o no ratifiquen nombramientos o
designaciones para ocupar cargos, empleos o comisiones en entidades o dependencias de la
Administración Pública Federal, centralizada o descentralizada, órganos dotados de autonomía
constitucional u órganos jurisdiccionales de cualquier naturaleza;
VI. Contra resoluciones de los tribunales colegiados de circuito;
VII. Contra las resoluciones o declaraciones del Congreso Federal o de las Cámaras que lo constituyen, de
las Legislaturas de los Estados o de sus respectivas Comisiones o Diputaciones Permanentes, en
declaración de procedencia y en juicio político, así como en elección, suspensión o remoción de
funcionarios en los casos en que las Constituciones correspondientes les confieran la facultad de
resolver soberana o discrecionalmente;
VIII. Contra normas generales respecto de las cuales la Suprema Corte de Justicia de la Nación haya emitido
una declaratoria general de inconstitucionalidad en términos de lo dispuesto por el Capítulo VI del
Título Cuarto de esta Ley, o en términos de lo dispuesto por la Ley Reglamentaria de las Fracciones I
y II del Artículo 105 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;
QUE HAYAN SIDO DEROGADAS
ACCION DE INCOSTITUCIONALIDSD
CONTROVERSIA CONSTITUCIONALIDAD
DECLARATORIA GENERAL DE INCONSTITUIONALIDAD
IX. Contra resoluciones dictadas en los juicios de amparo o en ejecución de las mismas;
X. Contra normas generales o actos que sean materia de otro juicio de amparo pendiente de resolución
promovido por el mismo quejoso, contra las mismas autoridades y por el propio acto reclamado,
aunque las violaciones constitucionales sean diversas, salvo que se trate de normas generales
impugnadas con motivo de actos de aplicación distintos. En este último caso, solamente se actualizará
esta causal cuando se dicte sentencia firme en alguno de los juicios en la que se analice la
constitucionalidad de las normas generales; si se declara la constitucionalidad de la norma general,
esta causal no se actualiza respecto de los actos de aplicación, si fueron impugnados por vicios propios
XI. Contra normas generales o actos que hayan sido materia de una ejecutoria en otro juicio de amparo,
en los términos de la fracción anterior;
XII. Contra actos que no afecten los intereses jurídicos o legítimos del quejoso, en los términos establecidos
en la fracción I del artículo 5o de la presente Ley, y contra normas generales que requieran de un acto
de aplicación posterior al inicio de su vigencia;
XIII. Contra actos consentidos expresamente o por manifestaciones de voluntad que entrañen ese
consentimiento;
XIV. Contra normas generales o actos consentidos tácitamente, entendiéndose por tales aquéllos contra los
que no se promueva el juicio de amparo dentro de los plazos previstos.
LAS NORMAS GENERALES SON DE NATURALEZA AUTOAPLICATIVAS (desde que inicia
su vigencia causa una afectación a la esfera jurídica de los gobernados que se encuentran en los
supuestos de esta, sin necesidad de un acto concreto de aplicación) (PLAZO PARA IMPUGAR
NORMA AUTOAPLICATIVA 30 DÍAS HÁBILES) O HETEROAPLICATIVAS (no causan
perjuicio al inicio de su vigencia se necesita un acto de aplicación directo al quejoso para que este
puede legitimarse)
No se entenderá consentida una norma general, a pesar de que siendo impugnable en amparo desde el
momento de la iniciación de su vigencia no se haya reclamado, sino sólo en el caso de que tampoco
se haya promovido amparo contra el primer acto de su aplicación en perjuicio del quejoso.
Cuando contra el primer acto de aplicación proceda algún recurso o medio de defensa legal por virtud
del cual pueda ser modificado, revocado o nulificado, será optativo para el interesado hacerlo valer o
impugnar desde luego la norma general en juicio de amparo. En el primer caso, sólo se entenderá
consentida la norma general si no se promueve contra ella el amparo dentro del plazo legal contado a
partir del día siguiente de aquél al en que surta sus efectos la notificación de la resolución recaída al
recurso o medio de defensa, si no existieran medios de defensa ordinarios en contra de dicha
resolución, o de la última resolución recaída al medio de defensa ordinario previsto en ley contra la
resolución del recurso, aun cuando para fundarlo se hayan aducido exclusivamente motivos de
ilegalidad.
Si en contra de dicha resolución procede amparo directo, deberá estarse a lo dispuesto en el capítulo
respectivo a ese procedimiento;
XV. Contra las resoluciones o declaraciones de las autoridades competentes en materia electoral;
XVI. Contra actos consumados de modo irreparable;
XVII. Contra actos emanados de un procedimiento judicial o de un procedimiento administrativo seguido en
forma de juicio, cuando por virtud del cambio de situación jurídica en el mismo deban considerarse
consumadas irreparablemente las violaciones reclamadas en el procedimiento respectivo, por no poder
decidirse en tal procedimiento sin afectar la nueva situación jurídica.
Cuando en amparo indirecto se reclamen violaciones a los artículos 19 ó 20 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, solamente la sentencia de primera instancia hará que se consideren
irreparablemente consumadas las violaciones para los efectos de la improcedencia prevista en este
precepto. La autoridad judicial que conozca del proceso penal, suspenderá en estos casos el
procedimiento en lo que corresponda al quejoso, una vez concluida la etapa intermedia y hasta que sea
notificada de la resolución que recaiga en el juicio de amparo pendiente;
CUANDO es consecuencia legal y necesaria del acto reclamado
XVIII. Contra las resoluciones de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, respecto de las cuales
conceda la ley ordinaria algún recurso o medio de defensa, dentro del procedimiento, por virtud del
cual puedan ser modificadas, revocadas o nulificadas.
Se exceptúa de lo anterior:
a) Cuando sean actos que importen peligro de privación de la vida, ataques a la libertad personal fuera de
procedimiento, incomunicación, deportación o expulsión, proscripción o destierro, extradición, desaparición
forzada de personas o alguno de los prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, así como la incorporación forzosa al Ejército, Armada o Fuerza Aérea nacionales;
b) Cuando el acto reclamado consista en órdenes de aprehensión o reaprehensión, autos que establezcan
providencias precautorias o impongan medidas cautelares restrictivas de la libertad, resolución que niegue la
libertad bajo caución o que establezca los requisitos para su disfrute, resolución que decida sobre el incidente
de desvanecimiento de datos, orden de arresto o cualquier otro que afecte la libertad personal del quejoso,
siempre que no se trate de sentencia definitiva en el proceso penal;
c) Cuando se trate de persona extraña al procedimiento.
EL TERCER EXTRAÑO EQUIPARADO ESTARÁ EXENTO DE DEFINITIVIDAD O DE CUMPLIR EL
REQUISITO DE DEFINITIVIDAD, SIEMPRE Y CUANDO EN EL JUICIO CORRESPONDIENTE YA NO
ESTÉ EN APTITUD / CONDICIONES DE PROMOVER RECURSOS O MEDIOS ORDINARIOS DE
DEFENSA
A CONTRARIO SENSU . SI ESTÁ EN APTITUD, QUE LO HAGA
d) Cuando se trate del auto de vinculación a proceso.
Cuando la procedencia del recurso o medio de defensa se sujete a interpretación adicional o su fundamento legal
sea insuficiente para determinarla, el quejoso quedará en libertad de interponer dicho recurso o acudir al juicio de
amparo;
XIX. Cuando se esté tramitando ante los tribunales ordinarios algún recurso o medio de defensa legal
propuesto por el quejoso que pueda tener por efecto modificar, revocar o nulificar el acto reclamado.

XX. Contra actos de autoridades distintas de los tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, que
deban ser revisados de oficio, conforme a las leyes que los rijan, o proceda contra ellos algún juicio,
recurso o medio de defensa legal por virtud del cual puedan ser modificados, revocados o nulificados,
siempre que conforme a las mismas leyes se suspendan los efectos de dichos actos de oficio o mediante
la interposición del juicio, recurso o medio de defensa legal que haga valer el quejoso, con los mismos
alcances que los que prevé esta Ley y sin exigir mayores requisitos que los que la misma consigna
para conceder la suspensión definitiva, ni plazo mayor que el que establece para el otorgamiento de la
suspensión provisional, independientemente de que el acto en sí mismo considerado sea o no
susceptible de ser suspendido de acuerdo con esta Ley.
No existe obligación de agotar tales recursos o medios de defensa, si el acto reclamado carece de
fundamentación, cuando sólo se aleguen violaciones directas a la Constitución o cuando el recurso o
medio de defensa se encuentre previsto en un reglamento sin que la ley aplicable contemple su
existencia.
Si en el informe justificado la autoridad responsable señala la fundamentación y motivación del acto
reclamado, operará la excepción al principio de definitividad contenida en el párrafo anterior;
XXI. Cuando hayan cesado los efectos del acto reclamado; JURISPRUDENCIA: 2009004
XXII. Cuando subsista el acto reclamado, pero no pueda surtir efecto legal o material alguno por haber dejado
de existir el objeto o la materia del mismo; y
XXIII. En los demás casos en que la improcedencia resulte de alguna disposición de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, o de esta Ley
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Artículo 64. Cuando las partes tengan conocimiento de alguna causa de sobreseimiento, la comunicarán de
inmediato al órgano jurisdiccional de amparo y, de ser posible, acompañarán las constancias que la acrediten.
Cuando un órgano jurisdiccional de amparo advierta de oficio una causal de improcedencia no alegada por alguna
de las partes ni analizada por un órgano jurisdiccional inferior, dará vista al quejoso para que, en el plazo de tres
días, manifieste lo que a su derecho convenga.

EL TRIBUNAL DE REVISIÓN O DE SEGUNDA INSTANCIA ADVIERTA DE OFICIO UNA CAUSA DE


IMPROCEDENCIA QUE NO FUE INVOCADA POR LAS PARTES DEL JUICIO EN LA PRIMERA
INSTANCIA NI ESTUDIADA DE OFICIO POR EL TRIBUNAL DE PRIMERA INSTANCIA, EL
TRIBUNNAL DE REVISIÓN (2DA INSTANCIA) ANTES DE RESPNDER DARA VISTA AL QUEJOSO
PARA QUE MANIFESTE LO QUE A SU DERECHO CONVENGA
En amparo directo, la calificación de los conceptos de violación en que se alegue la inconstitucionalidad de una
norma general se hará únicamente en la parte considerativa de la sentencia.

Artículo 65. El sobreseimiento no prejuzga sobre la constitucionalidad o legalidad del acto reclamado, ni sobre
la responsabilidad de la autoridad responsable al ordenarlo o ejecutarlo y solo podrá decretarse cuando no exista
duda de su actualización.
Artículo 70. El incidente de reposición de constancias de autos se tramitará a petición de parte o de oficio, en
ambos casos, se certificará su preexistencia y falta posterior. Este incidente no será procedente si el expediente
electrónico a que hace referencia el artículo 3o de esta Ley permanece sin alteración alguna, siendo únicamente
necesario, en tal caso, que el órgano jurisdiccional realice la copia impresa y certificada de dicho expediente
digital.
Artículo 71. El órgano jurisdiccional requerirá a las partes para que, dentro del plazo de cinco días, aporten las
copias de las constancias y documentos relativos al expediente que obren en su poder. En caso necesario, este
plazo podrá ampliarse por otros cinco días.
El juzgador está facultado para investigar de oficio la existencia de las piezas de autos desaparecidas, valiéndose
para ello de todos los medios de prueba admisibles en el juicio de amparo y ley supletoria.
Artículo 72. Transcurrido el plazo a que se refiere el artículo anterior, se citará a las partes a una audiencia que
se celebrará dentro de los tres días siguientes, en la que se hará relación de las constancias que se hayan recabado,
se oirán los alegatos y se dictará la resolución que corresponda.
Si la pérdida es imputable a alguna de las partes, la reposición se hará a su costa, quien además pagará los daños
y perjuicios que el extravío y la reposición ocasionen, sin perjuicio de las sanciones penales que ello implique.
SENTENCIAS:

Artículo 73. Las sentencias que se pronuncien en los juicios de amparo sólo se ocuparán de los individuos particulares o
de las personas morales, privadas u oficiales que lo hubieren solicitado, limitándose a ampararlos y protegerlos, si
procediere, en el caso especial sobre el que verse la demanda

El Pleno y las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como los Tribunales Colegiados de Circuito, tratándose
de resoluciones sobre la constitucionalidad o convencionalidad de una norma general y amparos colectivos, deberán hacer
públicos los proyectos de sentencias que serán discutidos en las sesiones correspondientes, cuando menos con tres días
de anticipación a la publicación de las listas de los asuntos que se resolverán.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Consejo de la Judicatura Federal, mediante acuerdos generales,
reglamentarán la publicidad que deba darse a los proyectos de sentencia a que se refiere el párrafo anterior.

Cuando proceda hacer la declaratoria general de inconstitucionalidad se aplicarán las disposiciones del Título Cuarto de
esta Ley.

En amparo directo, la calificación de los conceptos de violación en que se alegue la inconstitucionalidad de una norma
general se hará únicamente en la parte considerativa de la sentencia.

JURISPRUDENCIA: 2016425
CONTENIDO DE LA SENTENCIA:
Artículo 74. La sentencia debe contener:

I. La fijación clara y precisa del acto reclamado;


II. El análisis sistemático de todos los conceptos de violación o en su caso de todos los agravios;
III. La valoración de las pruebas admitidas y desahogadas en el juicio;
IV. Las consideraciones y fundamentos legales en que se apoye para conceder, negar o sobreseer;
V. Los efectos o medidas en que se traduce la concesión del amparo, y en caso de amparos directos, el
pronunciamiento respecto de todas las violaciones procesales que se hicieron valer y aquellas que, cuando
proceda, el órgano jurisdiccional advierta en suplencia de la queja, además de los términos precisos en que
deba pronunciarse la nueva resolución; y
VI. Los puntos resolutivos en los que se exprese el acto, norma u omisión por el que se conceda, niegue o sobresea
el amparo y, cuando sea el caso, los efectos de la concesión en congruencia con la parte considerativa.

El órgano jurisdiccional, de oficio podrá aclarar la sentencia ejecutoriada, solamente para corregir los posibles errores del
documento a fin de que concuerde con la sentencia, acto jurídico decisorio, sin alterar las consideraciones esenciales de
la misma.
Artículo 75. En las sentencias que se dicten en los juicios de amparo el acto reclamado se apreciará tal y como aparezca
probado ante la autoridad responsable. No se admitirán ni se tomarán en consideración las pruebas que no se hubiesen
rendido ante dicha autoridad.
No obstante, lo dispuesto en el párrafo anterior, en el amparo indirecto el quejoso podrá ofrecer pruebas cuando no
hubiere tenido oportunidad de hacerlo ante la autoridad responsable. Adicionalmente, en materia penal, el juez de distrito
deberá cerciorarse de que este ofrecimiento en el amparo no implique una violación a la oralidad o a los principios que
rigen en el proceso penal acusatorio.

El Órgano jurisdiccional deberá recabar oficiosamente las pruebas rendidas ante la responsable y las actuaciones que
estime necesarias para la resolución del asunto. En materia penal, se estará a lo dispuesto en la última parte del párrafo
anterior.

Además, cuando se reclamen actos que tengan o puedan tener como consecuencia privar de la propiedad o de la posesión
y disfrute de sus tierras, aguas, pastos y montes a los ejidos o a los núcleos de población que de hecho o por derecho
guarden el estado comunal, o a los ejidatarios o comuneros, deberán recabarse de oficio todas aquellas pruebas que
puedan beneficiar a las entidades o individuos mencionados y acordarse las diligencias que se estimen necesarias para
precisar sus derechos agrarios, así como la naturaleza y efectos de los actos reclamados.

Artículo 76. El órgano jurisdiccional, deberá corregir los errores u omisiones que advierta en la cita de los preceptos
constitucionales y legales que se estimen violados, y podrá examinar en su conjunto los conceptos de violación y los
agravios, así como los demás razonamientos de las partes, a fin de resolver la cuestión efectivamente planteada, sin
cambiar los hechos expuestos en la demanda.

Artículo 77. Los efectos de la concesión del amparo serán:

I. Cuando el acto reclamado sea de carácter positivo se restituirá al quejoso en el pleno goce del derecho
violado, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación; y
II. Cuando el acto reclamado sea de carácter negativo o implique una omisión, obligar a la autoridad responsable
a respetar el derecho de que se trate y a cumplir lo que el mismo exija.

En el último considerando de la sentencia que conceda el amparo, el juzgador deberá determinar con precisión los efectos
del mismo, especificando las medidas que las autoridades o particulares deban adoptar para asegurar su estricto
cumplimiento y la restitución del quejoso en el goce del derecho.

En asuntos del orden penal en que se reclame una orden de aprehensión o autos que establezcan providencias
precautorias o impongan medidas cautelares restrictivas de la libertad con motivo de delitos que la ley no considere como
graves o respecto de los cuales no proceda la prisión preventiva oficiosa conforme la legislación procedimental aplicable,
la sentencia que conceda el amparo surtirá efectos inmediatos, sin perjuicio de que pueda ser revocada mediante el
recurso de revisión; salvo que se reclame el auto por el que se resuelva la situación jurídica del quejoso en el sentido de
sujetarlo a proceso penal, en términos de la legislación procesal aplicable, y el amparo se conceda por vicios formales.

En caso de que el efecto de la sentencia sea la libertad del quejoso, ésta se decretará bajo las medidas de aseguramiento
que el órgano jurisdiccional estime necesarias, a fin de que el quejoso no evada la acción de la justicia

En todo caso, la sentencia surtirá sus efectos, cuando se declare ejecutoriada o cause estado por ministerio de ley.
Adherente: recurrente que se adhiere a la revisión principal
Cuando es recurrente principal no se le suple la deficiencia de la queja
CAPÍTULO X

Sentencias

Artículo 73. Las sentencias que se pronuncien en los juicios de amparo sólo se ocuparán de los
individuos particulares o de las personas morales, privadas u oficiales que lo hubieren solicitado,
limitándose a ampararlos y protegerlos, si procediere, en el caso especial sobre el que verse la
demanda.

El Pleno y las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como los Tribunales
Colegiados de Circuito, tratándose de resoluciones sobre la constitucionalidad o
convencionalidad de una norma general y amparos colectivos, deberán hacer públicos los
proyectos de sentencias que serán discutidos en las sesiones correspondientes, cuando menos
con tres días de anticipación a la publicación de las listas de los asuntos que se resolverán.

Párrafo reformado DOF 17-06-2016

La Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Consejo de la Judicatura Federal, mediante


acuerdos generales, reglamentarán la publicidad que deba darse a los proyectos de sentencia a
que se refiere el párrafo anterior.

Párrafo adicionado DOF 17-06-2016

Cuando proceda hacer la declaratoria general de inconstitucionalidad se aplicarán las


disposiciones del Título Cuarto de esta Ley.

En amparo directo, la calificación de los conceptos de violación en que se alegue la


inconstitucionalidad de una norma general, se hará únicamente en la parte considerativa de la
sentencia.

COMENTARIO: El primer párrafo del precepto que se comenta recoge el principio fundamental
del juicio de amparo de la relatividad (también conocido en la doctrina y en la jurisprudencia
como “Fórmula Otero”), que limita los efectos de la sentencia de amparo que otorga la
protección de la justicia federal, a los individuos particulares o a las personas morales, privadas
u oficiales, que hubieren promovido el juicio de amparo.
Tal disposición constituye concomitantemente una manifestación del principio “res inter allios
judicata”, que significa que la cosa juzgada que deriva de una sentencia no perjudica ni favorece,
sino a las partes que litigaron o a los terceros debidamente representados en el juicio.

De lo que se sigue que la sentencia ejecutoria que se pronuncie en el juicio de amparo sólo tiene
efectos sobre las personas (físicas y/o morales) que participaron en el mismo, y que si dicha
sentencia concedió la protección de la justicia federal, entonces los efectos y consecuencias de
esa concesión, sólo benefician a la persona del quejoso.

Es importante hacer notar, que en el párrafo en comentario se señala que la sentencia


protectora debe limitar sus efectos al caso especial sobre el que verse la demanda; sin embargo,
debemos aclarar que tratándose de sentencias que otorgan la protección constitucional contra
una norma general reclamada en la vía de amparo indirecto, los efectos de la citada protección
no se limitan al acto concreto de aplicación de la norma general declarada inconstitucional, sino
que se extienden a cualquier acto de aplicación futuro que de esa misma norma general se
hiciera o pretendiera hacer en perjuicio del mismo quejoso. En otros términos, la concesión del
amparo contra una norma general reclamada en la invocada vía de amparo indirecto, tiene el
alcance proteger al quejoso contra la aplicación presente y futura de esa norma general, es
decir, que esa norma general jamás podrá ser aplicada al quejoso.

Con mayor razón, si la norma general reclamada en amparo indirecto es de naturaleza


autoaplicativa, la protección constitucional implica la cesación de cualquier efecto de dicha
norma en la esfera jurídica del quejoso.

En apoyo de las anteriores consideraciones es de citarse, la siguiente tesis de jurisprudencia:

Época: Novena Época


Registro: 192846
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo X, Noviembre de 1999
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: P./J. 112/99
Página: 19

“AMPARO CONTRA LEYES. SUS EFECTOS SON LOS DE PROTEGER AL QUEJOSO CONTRA SU
APLICACIÓN PRESENTE Y FUTURA.- El principio de relatividad de los efectos de la sentencia de
amparo establecido en los artículos 107, fracción II, constitucional y 76 de la Ley de Amparo,
debe interpretarse en el sentido de que la sentencia que otorgue el amparo tiene un alcance
relativo en la medida en que sólo se limitará a proteger al quejoso que haya promovido el juicio
de amparo. Sin embargo, este principio no puede entenderse al grado de considerar que una
sentencia que otorgue el amparo contra una ley sólo protegerá al quejoso respecto del acto de
aplicación que de la misma se haya reclamado en el juicio, pues ello atentaría contra la
naturaleza y finalidad del amparo contra leyes. Los efectos de una sentencia que otorgue el
amparo al quejoso contra una ley que fue señalada como acto reclamado son los de protegerlo
no sólo contra actos de aplicación que también haya impugnado, ya que la declaración de
amparo tiene consecuencias jurídicas en relación con los actos de aplicación futuros, lo que
significa que la ley ya no podrá válidamente ser aplicada al peticionario de garantías que obtuvo
la protección constitucional que solicitó, pues su aplicación por parte de la autoridad implicaría
la violación a la sentencia de amparo que declaró la inconstitucionalidad de la ley respectiva en
relación con el quejoso; por el contrario, si el amparo le fuera negado por estimarse que la ley
es constitucional, sólo podría combatir los futuros actos de aplicación de la misma por los vicios
propios de que adolecieran. El principio de relatividad que sólo se limita a proteger al quejoso,
deriva de la interpretación relacionada de diversas disposiciones de la Ley de Amparo como son
los artículos 11 y 116, fracción III, que permiten concluir que en un amparo contra leyes, el
Congreso de la Unión tiene el carácter de autoridad responsable y la ley impugnada constituye
en sí el acto reclamado, por lo que la sentencia que se pronuncie debe resolver sobre la
constitucionalidad de este acto en sí mismo considerado; asimismo, los artículos 76 bis, fracción
I, y 156, que expresamente hablan de leyes declaradas inconstitucionales por la jurisprudencia
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; y, finalmente, el artículo 22, fracción I, conforme
al cual una ley puede ser impugnada en amparo como autoaplicativa si desde que entra en vigor
ocasiona perjuicios al particular, lo que permite concluir que al no existir en esta hipótesis acto
concreto de aplicación de la ley reclamada, la declaración de inconstitucionalidad que en su caso
proceda, se refiere a la ley en sí misma considerada, con los mismos efectos antes precisados
que impiden válidamente su aplicación futura en perjuicio del quejoso. Consecuentemente, los
efectos de una sentencia que otorga la protección constitucional al peticionario de garantías en
un juicio de amparo contra leyes, de acuerdo con el principio de relatividad, son los de proteger
exclusivamente al quejoso, pero no sólo contra el acto de aplicación con motivo del cual se haya
reclamado la ley, si se impugnó como heteroaplicativa, sino también como en las leyes
autoaplicativas, la de ampararlo para que esa ley no le sea aplicada válidamente al particular en
el futuro.”

En cambio, cuando la norma general es controvertida en la vía de amparo directo, a través de la


expresión de conceptos de violación conducentes a demostrar su inconstitucionalidad, y así es
considerada por el tribunal colegiado de circuito, la protección de la justicia federal se limita al
caso concreto, porque dicha protección se concede en contra de la sentencia definitiva, laudo o
resolución que puso fin al juicio que se haya reclamado en la demanda respectiva, y no en contra
de la norma general, porque ésta no puede ser reclamada como un acto destacado en la
demanda de amparo directo.

Sobre la temática expuesta en el párrafo anterior, es de citarse la siguiente tesis jurisprudencial,


que si bien interpreta disposiciones de la abrogada Ley de Amparo, lo cierto es que dada la
similitud de dichas disposiciones con las que sobre la materia en estudio contiene la vigente ley,
es dable considerarla aplicable en la actualidad, a saber:
Época: Décima Época
Registro: 2005144
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 1, Diciembre de 2013, Tomo I
Materia(s): Común
Tesis: 2a./J. 145/2013 (10a.)
Página: 579

“AMPARO DIRECTO CONTRA LEYES. ALCANCE DE LOS EFECTOS DE LA SENTENCIA CONCESORIA


POR LA APLICACIÓN DE UNA NORMA ESTIMADA INCONSTITUCIONAL.- De los artículos 158 y
166, fracción IV, en relación con el 80, todos de la Ley de Amparo vigente hasta el 2 de abril de
2013, se advierte que los efectos que deben darse a la sentencia concesoria en un juicio de
amparo directo, por considerar que es inconstitucional la norma aplicada en el acto
originalmente impugnado en el juicio natural o en la sentencia reclamada -controvertida vía
excepción mediante los conceptos de violación, o como un medio de control heterónomo de la
defensa de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a través de la aplicación de
una jurisprudencia obligatoria (invocada por la parte quejosa, o en suplencia de la queja
deficiente en términos del artículo 76 Bis, fracción I, de la ley citada)-, se encuentran limitados
a la resolución reclamada, es decir, la concesión sólo puede tener por efecto la anulación del
acto, no así de la ley, pues ésta no puede ser un acto destacado impugnable en la demanda de
amparo directo, sino sólo constituye un argumento más para decidir sobre su
constitucionalidad, por lo que la restitución al quejoso en el pleno goce de la garantía individual
violada a que se refiere el tercer numeral mencionado, se traduce en restablecer las cosas al
estado en que se encontraban antes de la emisión de la sentencia, resolución o laudo
reclamados, obligando a la autoridad responsable a dejar insubsistente ese acto y, en su lugar,
a emitir uno nuevo en el que no se aplique la norma general relativa, sólo en el caso concreto,
lo que significa que puede aplicarse nuevamente contra el agraviado en diversos
procedimientos, máxime que la reforma constitucional de junio de 2011, en materia de
derechos humanos, no cambió en ese aspecto la sistemática del juicio de amparo directo; tan
es así que incluso se establecieron las formalidades para la declaratoria general de
inconstitucionalidad, pero no se variaron los efectos limitados referidos.”

También es importante señalar que el principio de relatividad que nos ocupa ha sido objeto de
una reinterpretación a raíz de la reforma del seis de junio de dos mil once al artículo 107
constitucional, porque al haberse ampliado el espectro de protección de los derechos humanos
a través del juicio de amparo, para incluir derechos colectivos y/o difusos, entre los que se
encuentran derechos económicos, sociales y culturales, es claro que los efectos de la protección
constitucional otorgada al quejoso o a los quejosos que promovieron el juicio reclamando un
acto de autoridad violatorio de alguno de esos derechos, no podría limitarse invariablemente a
la esfera jurídica de los promoventes, sino que podrá extenderse a personas que no litigaron en
el juicio de amparo, atendiendo a la naturaleza colectiva del derecho violado.

Ejemplo de lo anterior, sería el caso en que se concediera el amparo a una persona que
promovió el juicio contra un acto que autorizó un desarrollo habitacional en una zona natural
protegida, que implicaba un impacto ambiental severo a dicha zona, de la cual se benefician no
solamente el quejoso, sino los vecinos que radican en las inmediaciones de la zona, pues en este
supuesto los efectos de la protección constitucional, que implican invalidar la autorización
constitutiva del acto reclamado, van a beneficiar no solamente al quejoso, sino también a los
vecinos que vienen disfrutando de los servicios ecológicos que brinda la zona natural protegida.

Las consideraciones expuestas en torno a la reinterpretación del principio de relatividad, tienen


sustento en la siguiente tesis:

Época: Décima Época


Registro: 2016425
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 52, Marzo de 2018, Tomo I
Materia(s): Común
Tesis: 1a. XXI/2018 (10a.)
Página: 1101

“PRINCIPIO DE RELATIVIDAD. SU REINTERPRETACIÓN A PARTIR DE LA REFORMA


CONSTITUCIONAL DE 10 DE JUNIO DE 2011.- A partir de la reforma de junio de 2011 al juicio de
amparo se amplió el espectro de protección de dicho mecanismo procesal, de tal manera que
ahora es posible proteger de mejor forma los derechos fundamentales que tengan una
dimensión colectiva y/o difusa. Así, el juicio de amparo que originalmente fue concebido para
proteger derechos estrictamente individuales y exclusivos, ahora también puede utilizarse para
proteger derechos con una naturaleza más compleja. Por esa razón, recientemente esta Primera
Sala ha reconocido la necesidad de reinterpretar el principio de relatividad de las sentencias de
amparo, puesto que mantener la interpretación tradicional de dicho principio en muchos casos
acabaría frustrando la finalidad sustantiva del juicio de amparo: la protección de todos los
derechos fundamentales. Por lo demás, la necesidad de dicha reinterpretación se ha hecho
especialmente patente en casos recientes en los que esta Suprema Corte ha analizado
violaciones a derechos económicos, sociales y culturales, puesto que si se mantuviera una
interpretación estricta del principio de relatividad, en el sentido de que la concesión del amparo
nunca puede suponer algún tipo de beneficio respecto de terceros ajenos al juicio, en la gran
mayoría de los casos sería muy complicado proteger este tipo de derechos en el marco del juicio
de amparo, teniendo en cuenta que una de sus características más sobresalientes es
precisamente su dimensión colectiva y difusa. Con todo, las consideraciones anteriores no
significan que la reforma constitucional de 10 de junio de 2011 haya eliminado el principio de
relatividad, sino solamente que debe ser reinterpretado. En este orden de ideas, esta Primera
Sala entiende que el principio de relatividad ordena a los tribunales de amparo estudiar en las
sentencias únicamente los argumentos de las partes -supliéndolos si así procediera- y, en su
caso, conceder el amparo sólo para el efecto de que se restituyan los derechos violados de los
quejosos, sin que sea relevante para efectos de la procedencia del juicio el hecho de que una
sentencia estimatoria eventualmente pudiera traducirse también en alguna ventaja o beneficio
para personas que no fueron parte del litigio constitucional. Lo anterior implica que los jueces
de amparo no pueden ordenar directamente en sus sentencias la protección de los derechos de
personas que no hayan acudido al juicio de amparo, sin embargo, es perfectamente admisible
que al proteger a los quejosos, indirectamente y de manera eventual, se beneficie a terceros
ajenos a la controversia constitucional.”

El segundo párrafo del precepto que se comenta, obliga al pleno, a las salas de la SCJN, así como
a los tribunales colegiados de circuito, a publicar los proyectos de sentencias que versen sobre
la constitucionalidad o convencionalidad de una norma general y amparos colectivos, cuando
menos con tres días de anticipación a la publicación de las listas de los asuntos que se
resolverán.

El subsecuente párrafo obliga a la SCJN y al CJF a reglamentar la publicidad que deba darse a los
proyectos de sentencia antes referidos.

Sobre el particular existe el siguiente acuerdo del Pleno de la SCJN, que se transcribe sólo en la
parte conducente a los puntos de acuerdo, omitiéndose la transcripción de la parte
considerativa, en aras de la brevedad y por ser bastante claros los aludidos puntos de acuerdo:

“ACUERDO GENERAL NÚMERO 7/2016, DE CUATRO DE JULIO DE DOS MIL DIECISÉIS, DEL
TRIBUNAL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, POR EL QUE SE
REGLAMENTA LA PUBLICIDAD DE LOS PROYECTOS DE SENTENCIA TRATÁNDOSE DE
RESOLUCIONES SOBRE LA CONSTITUCIONALIDAD O CONVENCIONALIDAD DE UNA NORMA
GENERAL Y AMPAROS COLECTIVOS.

ACUERDO:

PRIMERO. En los proyectos de resolución de amparos directos en revisión, de amparos


indirectos en revisión y de amparos directos de la competencia de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación en los que se proponga abordar el estudio de constitucionalidad o
convencionalidad de una norma general, con independencia de que el planteamiento respectivo
se hubiere formulado en la demanda o se introduzca con posterioridad, así como en amparos
colectivos, se observará lo previsto en el artículo 73, párrafos segundo y tercero, de la Ley de
Amparo.
SEGUNDO. La publicación de los proyectos de resolución mencionados en el punto primero que
antecede deberá realizarse al difundir la lista en la que se integren, con la anticipación de cuando
menos tres días hábiles a la fecha señalada para la celebración de la sesión respectiva, sin contar
el de la publicación ni el de la sesión.

TERCERO. La versión pública del proyecto de resolución de que se trate será generada por el
Secretario de Estudio y Cuenta respectivo, quien la remitirá a la correspondiente Secretaría de
Acuerdos, a efecto de que ésta sin mayor trámite la ingrese al vínculo relativo del Portal de
Internet de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación.

TRANSITORIOS:

PRIMERO. Este Acuerdo General entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario
Oficial de la Federación.

SEGUNDO. Publíquese el presente Acuerdo General en el Diario Oficial de la Federación, en el


Semanario Judicial de la Federación y, en términos de lo dispuesto en los artículos 70, fracción
I, de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, y 71, fracción VI, de la
Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, en medios electrónicos de
consulta pública.”

Asimismo, el CJF ha expedido el siguiente acuerdo sobre el tema que nos ocupa:

“ACUERDO GENERAL DEL PLENO DEL CONSEJO DE LA JUDICATURA FEDERAL, POR EL QUE SE
ADICIONA EL SIMILAR QUE ESTABLECE LAS DISPOSICIONES EN MATERIA DE ACTIVIDAD
ADMINISTRATIVA DE LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES, RELATIVO A LA PUBLICIDAD DE
PROYECTOS DE SENTENCIA TRATÁNDOSE DE RESOLUCIONES SOBRE LA CONSTITUCIONALIDAD
O CONVENCIONALIDAD DE UNA NORMA GENERAL Y AMPAROS COLECTIVOS.

ACUERDO
“ÚNICO. Se adiciona un Título Sexto al "Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura
Federal, que establece las disposiciones en materia de actividad administrativa de los órganos
jurisdiccionales", para quedar como sigue:

"TÍTULO SEXTO

PUBLICIDAD DE LOS PROYECTOS DE SENTENCIA

CAPÍTULO ÚNICO

Artículo 248. En los proyectos de resolución de amparos indirectos en revisión y de amparos


directos de la competencia de los Tribunales Colegiados de Circuito en los que se proponga
abordar el estudio de constitucionalidad o convencionalidad de una norma general, y amparos
colectivos, con independencia de que el planteamiento respectivo se hubiere formulado en la
demanda o se introduzca con posterioridad, se observará lo previsto en el artículo 73, párrafos
segundo y tercero, de la Ley de Amparo, Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Salvo cuando los proyectos de que se
trate, únicamente propongan la inoperancia de los agravios respectivos.

Artículo 249. La publicación de los proyectos de resolución, mencionados en el artículo anterior,


debe realizarse al difundir la lista con la anticipación de cuando menos tres días hábiles a la
fecha señalada para la celebración de la sesión respectiva, sin contar el de la publicación ni el
de la sesión.

Artículo 250. La versión pública del proyecto de resolución de que se trate será generada por el
secretario de Tribunal de Circuito que elaboró el proyecto de resolución, quien la remitirá a la
Secretaría de Acuerdos, a efecto de que ésta sin mayor trámite la ingrese al vínculo relativo del
SISE."

TRANSITORIOS
PRIMERO. El presente Acuerdo entrará en vigor a los tres días siguientes al de su publicación en
el Diario Oficial de la Federación.

SEGUNDO. Publíquese el Acuerdo en el Diario Oficial de la Federación y para su mayor difusión


en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; así como en el portal del Consejo de la
Judicatura Federal en Internet.”

Por no ser tema de nuestro curso no se hace comentario en torno al párrafo cuarto del artículo
en estudio.

El párrafo último del precepto en comentario, establece que en la vía de amparo directo el
estudio de los conceptos de violación en que se alegue la inconstitucionalidad de una norma
general, se hará únicamente en la parte considerativa de la sentencia.

Lo anterior es así porque de conformidad con lo dispuesto en el artículo 170, fracción I, párrafo
primero de la Ley de Amparo, el juicio de amparo en la vía directa sólo procede en contra de
sentencias definitivas, laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictadas por tribunales
judiciales, administrativos o del trabajo.

Por consiguiente, en el amparo directo no es dable reclamar, en forma destacada, es decir,


señalar como acto reclamado una norma general, ni tener como autoridad responsable a la que
emitió la norma general.

Luego entonces, acorde con lo que dispone el artículo 175, fracción IV, segundo párrafo, de la
misma Ley de Amparo, que regula lo relativo a los requisitos de la demanda de amparo directo,
cuando se impugne la sentencia definitiva, laudo o resolución que puso fin al juicio, por
estimarse inconstitucional la norma general aplicada, tal planteamiento sólo será materia de los
conceptos de violación de la demanda, sin señalar como acto reclamado la norma general,
debiéndose llevar a cabo el estudio y calificación de dichos conceptos de violación en la parte
considerativa de la ejecutoria que resuelva el juicio de amparo directo.

En esa tesitura, resulta que si en la ejecutoria aludida se estima inconstitucional la norma


general aplicada en el acto reclamado, la protección de la justicia federal se concedería sólo en
contra del acto reclamado, no así en contra de la norma general estimada como
inconstitucional, porque como ya se comentó, la referida norma general no puede ser señalada
como acto reclamado en la vía de amparo directo.

Artículo 74. La sentencia debe contener:


I. La fijación clara y precisa del acto reclamado;



II. II. El análisis sistemático de todos los conceptos de violación o en su caso de todos los
agravios;
III. II. La valoración de las pruebas admitidas y desahogadas en el juicio;
IV. Las consideraciones y fundamentos legales en que se apoye para conceder, negar o
sobreseer;

V. Los efectos o medidas en que se traduce la concesión del amparo, y en caso de amparos
directos, el pronunciamiento respecto de todas las violaciones procesales que se hicieron valer
y aquellas que, cuando proceda, el órgano jurisdiccional advierta en suplencia de la queja,
además de los términos precisos en que deba pronunciarse la nueva resolución; y

VI. Los puntos resolutivos en los que se exprese el acto, norma u omisión por el que se
conceda, niegue o sobresea el amparo y, cuando sea el caso, los efectos de la concesión en
congruencia con la parte considerativa.

El órgano jurisdiccional, de oficio podrá aclarar la sentencia ejecutoriada, solamente para


corregir los posibles errores del documento a fin de que concuerde con la sentencia, acto
jurídico decisorio, sin alterar las consideraciones esenciales de la misma.

COMENTARIO: Este precepto alude al contenido de la sentencia que se pronucie en el juicio de


amparo; sin embargo, desde nuestro punto de vista la regulación no es exhaustiva ni explícita.

En efecto, es cierto, que la sentencia debe llevar a cabo la fijación correcta del acto reclamado,
que deben analizarse sistemáticamente todos los conceptos de violación, o bien, tratándose de
una sentencia que se dicte en un recurso de los previstos en la Ley de Amparo, deben analizarse
con ese mismo rigor, todos los agravios.

Tampoco se discute que la sentencia debe exponer las consideraciones y fundamentos en que
se apoye para conceder o negar el amparo, o en su caso, sobreseer en el juicio, y que en el
supuesto de que se conceda el amparo, deben precisarse los efectos o medidas de dicha
concesión, así como que la sentencia debe concluir con puntos resolutivos que señalen con
precisión el acto, norma general u omisión, por el que se conceda, niegue o sobresea en el juicio,
congruente con lo que se haya externado en la parte considerativa, pero lo cierto es que la
sistemática en el dictado de una sentencia incluye otros aspectos o temas que no son incluidos
en forma expresa por el legislador, a saber:

Lo primero que debe analizar el tribunal de amparo es su competencia para resolver el juicio de
amparo, o bien el recurso correspondiente, dado que si no es competente, declarará su
incompetencia, sin examinar, obviamente, los demás temas que incluye el precepto en estudio.

Después debe verificar si existe o no existe el acto reclamado, porque si no existe, esto es, si no
se demostró su existencia en el juicio, entonces procederá el sobreseimiento del juicio, sin
necesidad de estudiar los conceptos de violación, acorde con lo que dispone la fracción IV del
artículo 63 de la ley. Sobre el particular es oportuno citar la siguiente tesis de jurisprudencia:
Época: Séptima Época
Registro: 239006
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Volumen 24, Tercera Parte
Materia(s): Común
Tesis:
Página: 49

“SOBRESEIMIENTO. NO PERMITE ENTRAR AL ESTUDIO DE LAS CUESTIONES DE FONDO.- No


causa agravio la sentencia que no se ocupa de los razonamientos tendientes a demostrar la
violación de garantías individuales por los actos reclamados de las autoridades responsables,
que constituyen el problema de fondo, si se decreta el sobreseimiento del juicio.”

Si se acredita la existencia del acto reclamado, procederá el juzgador de amparo a analizar las
causas de improcedencia del juicio que, en su caso, hayan planteado las partes, o las que,
advierta de oficio dicho juzgador.

Si encuentra que se actualiza alguna causa de improcedencia, procederá a sobreseer en el juicio,


según lo establecido en la fracción V del artículo 63 de la ley.

En el supuesto de que no se actualicen la o las causas de improcedencia hechas valer por las
partes, hará el estudio correspondiente en la parte considerativa de la sentencia y en uno de los
puntos resolutivos deberá negar el sobreseimiento correspondiente.

Si no se actualizan causas de improcedencia o de sobreseimiento, entonces sí entrará al estudio


de fondo de la litis constitucional, a través del análisis sistemático de los conceptos de violación.

Ahora bien, qué significa o qué debemos entender por “examen sistemático de los conceptos
de violación” o en su caso de los agravios.

Para responder al cuestionamiento anterior, es importante señalar que de acuerdo con el nuevo
modelo de substanciación y resolución de los juicios de amparo seguido en la Ley de Amparo
vigente, la abreviación y concentración son principios rectores de ese nuevo modelo, lo que
implica que los juicios de amparo deben resolverse de manera que las controversias, juicios, o
procedimientos de los que deriven los actos reclamados, no prolonguen indefinidamente dichas
controversias, juicios o procedimientos, a través de la promoción de diversos amparos
sucesivos.

Para tal fin, se instrumenta que el juzgador de amparo debe analizar en forma exhaustiva y de
modo preferente, los conceptos de violación de fondo sobre los de forma, pues con ese
proceder la controversia, juicio o procedimiento del que deriva el acto reclamado se resolverá
en forma definitiva con la promoción de un solo juicio de amparo.
Es oportuno referir que por conceptos de violación de fondo se entienden aquéllos que atacan
el acto reclamado en cuanto al derecho substancial afectado en el mismo, de suerte que si los
conceptos de violación de fondo son fundados, se restituirá al quejoso en el goce de ese derecho
substancial en forma total, es decir, de manera lisa y llana.

Ahora bien, sólo en el supuesto de que no sea dable analizar los conceptos de violación de
fondo, porque las violaciones de carácter procedimental que se invocan en los capítulos de
queja son de tal magnitud que impiden resolver con certidumbre jurídica el fondo substancial
controvertido en el acto reclamado, entonces se procederá al estudio de esos conceptos de
violación formales o procesales, por lo que de resultar fundados se concederá la protección
constitucional para el efecto de que se reparen esas violaciones procesales; inclusive, cabe
añadir, que la fracción V del precepto en comentario, obliga al órgano jurisdiccional a estudiar
en el amparo directo todas las violaciones procesales invocadas por el quejoso, así como las que
en su caso advierta de oficio el tribunal colegiado en los casos en que procede la suplencia de la
queja deficiente conforme a lo establecido en el artículo 79 de la ley.

Sirven de orientación a las consideraciones que anteceden, las siguientes tesis:

Época: Décima Época


Registro: 2013705
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 39, Febrero de 2017, Tomo III
Materia(s): Común
Tesis: XXIV.2o.7 K (10a.)
Página: 2307

“MAYOR BENEFICIO JURÍDICO. ACORDE CON EL DISEÑO NORMATIVO INMERSO EN LOS


ARTÍCULOS 79, ÚLTIMO PÁRRAFO Y 189 DE LA LEY DE AMPARO, DEBE APLICARSE AL RESOLVER
EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO Y EL RECURSO DE REVISIÓN.- El artículo 79, último párrafo,
de la Ley de Amparo establece que la suplencia de la queja deficiente sólo opera por violaciones
procesales o formales cuando se advierta que en el acto reclamado no existe algún vicio de
fondo. De lo que se sigue que, cuando la naturaleza del acto reclamado lo permita, esa hipótesis
normativa debe llevar al juzgador de amparo a privilegiar el examen de los planteamientos que
se prevean como materia del juicio de amparo indirecto, inherentes a vulneraciones de fondo
provenientes del acto cuya constitucionalidad se cuestiona, frente a las de índole procesal o de
forma. Circunstancia que si bien se presenta para el supuesto de la suplencia de la queja
deficiente, por mayoría de razón, debe imperar cuando existe causa clara de pedir que dé lugar
a ello. Interpretación jurídica que, inclusive, guarda congruencia con el sistema normativo
dispuesto en el artículo 189 de la misma ley, en la parte atinente a que en el juicio de amparo
directo también debe privilegiarse el estudio de los aspectos de fondo por encima de las
cuestiones procesales o formales, con excepción de que invertir el orden traiga consigo mayor
beneficio jurídico para el quejoso. Luego, en coherencia con ambas hipótesis, éstas pueden
aplicarse, en razón del diseño normativo que regulan (mayor beneficio jurídico), al resolver el
juicio de amparo indirecto y el recurso de revisión interpuesto contra la sentencia pronunciada
por un Juez de Distrito, con el propósito de solucionar la cuestión de fondo y dejar de lado
situaciones procesales o formales que puedan llegar a presentarse, con excepción de que
invertir el orden de estudio correspondiente, produzca más beneficio, desde lo jurídico, al
inconforme, fin último inmerso en ambas disposiciones legales.”

Época: Décima Época


Registro: 2011713
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 30, Mayo de 2016, Tomo IV
Materia(s): Común, Administrativa
Tesis: XVI.1o.A.88 A (10a.)
Página: 2759

“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN EN EL AMPARO INDIRECTO. EN OBSERVANCIA AL PRINCIPIO DE


MAYOR BENEFICIO, NO OBSTANTE QUE SE DECLAREN FUNDADOS LOS RELATIVOS A LA
INCOMPETENCIA DE LA RESPONSABLE, DEBEN ANALIZARSE TAMBIÉN LOS DE FONDO, CUANDO
EL ACTO RECLAMADO DERIVE DE UN TRÁMITE ADMINISTRATIVO QUE NECESARIAMENTE DEBE
RESOLVER LA AUTORIDAD COMPETENTE.- El derecho de acceso real, completo y efectivo a la
administración de justicia, previsto en el párrafo segundo del artículo 17 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, incluye el principio de mayor beneficio jurídico,
conforme al cual, los órganos jurisdiccionales federales deben atender los conceptos de
violación que conduzcan a la concesión del amparo y a la eliminación de la totalidad de los
efectos del acto reclamado para no retardar, con apoyo en tecnicismos legales, el ejercicio de
ese derecho y propiciar que se resuelva en el menor tiempo posible y en definitiva el fondo de
los asuntos en los que el acto de autoridad será declarado inconstitucional. Con base en esa
premisa, no obstante que el órgano jurisdiccional de amparo declare fundados los conceptos de
violación relacionados con la incompetencia de la autoridad que emitió el acto reclamado, en
su caso, también debe analizar, en acatamiento a dicho principio, el resto de los motivos de
inconformidad relacionados con el fondo del asunto, esto es, con el mérito de las razones que
sustenten el acto, cuando éste derive de un trámite administrativo que necesariamente debe
resolverse por la autoridad competente, la cual está obligada a prescindir de los aspectos que
se declararon ilegales, debido a que el cumplimiento de la sentencia de amparo constituye una
cuestión de orden público que deben acatar todas las autoridades, inclusive las que no hubieran
intervenido en el juicio constitucional.”

En la fracción V del artículo que se estudia, se establece la obligación del tribunal de precisar,
en caso de que se conceda la protección constitucional, los efectos y medidas para los cuales
se concede dicha protección, lo cual obedece al propósito de dejar claro para las partes y
particularmente para las autoridades responsables, los actos que obligadamente tendrán que
realizar para restituir al quejoso en el goce del derecho humano violado, y así evitar que en el
cumplimiento a la ejecutoria de amparo correspondiente, existan defectos o bien excesos en tal
cumplimiento, en detrimento de los derechos del quejoso, de terceros y en perjuicio de la
administración de justicia.

Asimismo, en la referida fracción, se obliga a los tribunales colegiados de circuito a que


analicen la totalidad de las violaciones procesales que invoque el quejoso en su demanda de
amparo directo, así como aquellas que advierta de manera oficiosa en los amparos en que sea
dable la suplencia de la deficiencia de la queja. Cabe añadir que de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 174 de la Ley de Amparo, si las violaciones procesales no se invocaron en un primer
amparo, ni el tribunal colegiado correspondiente las hizo valer de oficio en los casos en que
proceda la suplencia de la queja, no podrán ser materia de concepto de violación, ni de estudio
oficioso en un juicio de amparo posterior.

Por otra parte, en la fracción VI de este mismo numeral, se alude al principio de congruencia
que debe existir entre los considerandos y los puntos resolutivos de la sentencia, de manera que
estos últimos reflejen lo determinado en los consideraciones correspondientes y que
concluyeron con la decisión de conceder o negar el amparo, o bien sobreseer en el juicio., habida
cuenta que los puntos resolutivos deben estar regidos invariablemente por las consideraciones
respectivas.

Al respecto, es oportuno invocar la siguiente tesis jurisprudencial:

Época: Sexta Época


Registro: 394457
Instancia: Tercera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Apéndice de 1995
Tomo VI, Parte SCJN
Materia(s): Común
Tesis: 501
Página: 331

“SENTENCIAS. SU AUTORIDAD SE EXTIENDE A LOS CONSIDERANDOS.- En términos generales, la


parte resolutiva de la sentencia, por sí misma, es la que puede perjudicar a los litigantes y no la
parte considerativa, pero este principio debe entenderse unido al de congruencia, según el cual
los considerandos rigen a los resolutivos y sirven para interpretarlos. Consecuentemente, los
argumentos de la sentencia, por sí mismos, no causan agravio a los interesados, cuando se
demuestra que no han conducido a la resolución ilegal.”

Inherente también al principio de congruencia resulta precisar el acto o actos por los cuales se
concede o se niega el amparo, así como por los cuales se sobresee en el juicio, a efecto de evitar
confusiones en la interpretación de la sentencia.

En el último párrafo del numeral en estudio, se prevé la institución de la aclaración de sentencia,


misma que inicialmente fue introducida al juicio de amparo por la jurisprudencia de la SCJN; sin
embargo, ahora en esta ley se consagra de la siguiente manera:

Primero, la aclaración sólo procederá de oficio y exclusivamente respecto de sentencias que


tengan el carácter de ejecutorias.

Para la correcta aplicación de la institución habrá que considerar a la sentencia tanto como
documento, como acto jurídico decisorio, y posteriormente considerar que el documento
sentencia debe ser siempre congruente con la sentencia como acto jurídico decisorio.

Empero, cuando en el documento existen incongruencias, errores, contradicciones,


obscuridades, defectos u omisiones, que no afectan la esencia de la decisión, ni las
consideraciones legales en que ésta se apoya, debe procederse a realizar los ajustes,
correcciones, aclaraciones con el objeto de subsanar tales incongruencias, errores u omisiones.

Ahora bien, aun cuando la disposición legal que se comenta establece que la aclaración de
sentencia sólo procede de manera oficiosa, lo cierto es que el Pleno de la SCJN ha señalado en
la tesis de jurisprudencia que a continuación se transcribe, que ello no impide que las partes
puedan proponer dicha aclaración.

Época: Décima Época


Registro: 2008583
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 16, Marzo de 2015, Tomo I
Materia(s): Común
Tesis: P./J. 2/2015 (10a.)
Página: 22
“ACLARACIÓN DE SENTENCIAS DE AMPARO. LA CIRCUNSTANCIA DE QUE SÓLO PROCEDA DE
OFICIO, NO IMPIDE QUE PUEDAN PROPONERLA LAS PARTES.-Conforme al párrafo último del
artículo 74 de la Ley de Amparo, la aclaración de sentencias sólo procede de oficio y respecto
de ejecutorias, ya que no constituye un recurso o medio de defensa a través del cual se pueda
modificar, revocar o anular la decisión correspondiente, sino que es un mecanismo para aclarar
conceptos ambiguos, oscuros o contradictorios, subsanar alguna omisión, o corregir el error o
defecto material de la ejecutoria, para hacerla coincidente como acto jurídico y como
documento. Sin embargo, esa circunstancia no impide que las partes puedan proponerla, pues
si bien es cierto que no están legitimadas para ello, también lo es que el órgano jurisdiccional
emisor puede hacer suya la petición respectiva cuando lo estime procedente; esto es, la
posibilidad de que las partes propongan una aclaración de sentencia permite al órgano
jurisdiccional conocer los posibles errores o imprecisiones materiales cometidos en aquélla
para, en su caso, aclararla oficiosamente, a fin de lograr su debida ejecución y garantizar el
derecho fundamental a una impartición de justicia completa, sin que ello implique que
necesariamente deba pronunciarse sobre la procedencia o improcedencia de la aclaración, pues
el Presidente del órgano jurisdiccional válidamente puede desechar la solicitud por falta de
legitimación del promovente si, una vez que el secretario de acuerdos dio cuenta con ella ante
el órgano, ninguno de sus integrantes estima pertinente hacerla suya.”

Artículo 75. En las sentencias que se dicten en los juicios de amparo el acto reclamado se
apreciará tal y como aparezca probado ante la autoridad responsable. No se admitirán ni se
tomarán en consideración las pruebas que no se hubiesen rendido ante dicha autoridad.

No obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, en el amparo indirecto el quejoso podrá ofrecer


pruebas cuando no hubiere tenido oportunidad de hacerlo ante la autoridad responsable.
Adicionalmente, en materia penal, el juez de distrito deberá cerciorarse de que este
ofrecimiento en el amparo no implique una violación a la oralidad o a los principios que rigen
en el proceso penal acusatorio.

Párrafo reformado DOF 17-06-2016

El Órgano jurisdiccional deberá recabar oficiosamente las pruebas rendidas ante la responsable
y las actuaciones que estime necesarias para la resolución del asunto. En materia penal, se
estará a lo dispuesto en la última parte del párrafo anterior.

Párrafo reformado DOF 17-06-2016

Además, cuando se reclamen actos que tengan o puedan tener como consecuencia privar de la
propiedad o de la posesión y disfrute de sus tierras, aguas, pastos y montes a los ejidos o a los
núcleos de población que de hecho o por derecho guarden el estado comunal, o a los ejidatarios
o comuneros, deberán recabarse de oficio todas aquellas pruebas que puedan beneficiar a las
entidades o individuos mencionados y acordarse las diligencias que se estimen necesarias para
precisar sus derechos agrarios, así como la naturaleza y efectos de los actos reclamados.

COMENTARIO: El primer párrafo de este artículo consagra una regla fundamental en el juicio de
amparo, consistente en que el acto reclamado debe apreciarse tal y como haya quedado
probado ante la autoridad responsable.

Esta regla general tiene como consecuencia otra regla relativa a que: en el jucio de amparo no
se admitirán pruebas diversas a las rendidas ante la autoridad responsable y que ésta haya
tenido a la vista al pronunciar el acto reclamado.

Las reglas referidas tienen como sustento que el juicio de amparo no es una instancia abierta
que de oportunidad al quejoso para que aporte pruebas que no haya rendido ante la autoridad
responsable a pesar de haber tenido la oportunidad de hacerlo, sino que constituye un juicio de
mera revisión a efecto de constatar si el acto reclamado es o no constitucional, con base en los
mismos datos y pruebas que haya tenido a la vista la autoridad responsable para emitir el acto
impugnado.

No obstante lo anterior, en el párrafo segundo se establece como excepción el caso en que el


quejoso no haya tenido oportunidad de rendir pruebas ante la autoridad responsable, pues en
este supuesto, sí le será permitido ofrecer pruebas ante el juez de amparo, con la precisión de
que esta excepción sólo será operante cuando se trate de un amparo indirecto.

Ejemplo de lo anterior sería el caso en que el amparo sea promovido por un tercero extraño a
un juicio o procedimiento, pues al no haber participado en dicho juicio o procedimiento, se vio
imposibilitado para ofrecer pruebas ante la autoridad responsable.

En la última parte de este mismo párrafo, se señala que para la materia penal se deberá atender
a la oralidad y a los principios que rigen en el proceso penal acusatorio.

Lo anterior implica que el juez de distrito, para resolver el juicio de amparo, sólo deberá atender
a los datos de prueba que hayan sido presentados en forma oral ante el juez de control para la
emisión del acto reclamado, estando vedado para el juez de amparo analizar directamente la
integridad de los registros o datos de prueba que obren en la carpeta de investigaciión que no
hayan sido presentados en la forma antes descrita ante la autoridad judicial.

Es ilustrativa de lo anteriormente comentado la siguiente tesis de jurisprudencia:

Época: Décima Época


Registro: 2018561
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 61, Diciembre de 2018, Tomo I
Materia(s): Común, Penal
Tesis: 1a./J. 50/2018 (10a.)
Página: 206

“AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO. POR REGLA GENERAL, EL JUEZ DE DISTRITO, PARA


RESOLVER EL JUICIO DE AMPARO PROMOVIDO EN SU CONTRA, NO DEBE REQUERIR DE OFICIO
LA CARPETA DE INVESTIGACIÓN.- El artículo 19 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, reformado mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de
junio de 2008, establece que en el auto de vinculación a proceso se expresará el delito que se
impute al acusado, el lugar, tiempo y circunstancias de ejecución, así como los datos que
establezcan que se ha cometido un hecho que la ley señale como delito y que exista la
probabilidad de que aquél lo cometió o participó en su comisión. Así, conforme a las reglas del
sistema penal acusatorio, el Juez de Control, para determinar que existen elementos para iniciar
un proceso contra el imputado, sólo debe considerar la formulación de la imputación y los datos
de prueba expuestos por el Ministerio Público en la audiencia correspondiente, porque tiene
vedado revisar la carpeta de investigación para el dictado de esa resolución; sin embargo, tal
impedimento desaparece, entre otros supuestos, cuando durante el debate solicita tener a la
vista algún registro de la investigación contenido en dicha carpeta, para advertir alguna
inconsistencia en los argumentos de las partes. Además, el artículo 75, párrafo primero, de la
Ley de Amparo establece que en las sentencias que se dicten en los juicios de amparo el acto
reclamado se apreciará tal como aparezca probado ante la autoridad responsable, por ende, no
se admitirán ni se tomarán en consideración las pruebas que no se hubiesen rendido ante dicha
autoridad para comprobar los hechos que motivaron o fueron objeto de la resolución
reclamada; de ahí que, el Juez de Distrito, al resolver el juicio de amparo promovido contra el
auto de vinculación a proceso, no debe requerir de oficio la carpeta de investigación, porque
ello originaría una resolución con elementos que no fueron rendidos ante el Juez de Control,
sino que debe atender únicamente al contenido de la audiencia referida, sin que sea óbice que
el tercer párrafo del artículo 75 citado faculte al juzgador de amparo para recabar oficiosamente
las pruebas rendidas ante la responsable y las actuaciones que estime necesarias para la
resolución del asunto, porque en materia penal dicha facultad está limitada a que tal solicitud
no implique una violación a los principios que rigen el proceso penal acusatorio, lo que acontece
precisamente cuando el Juez de Distrito requiere la carpeta de investigación para resolver el
juicio de amparo indirecto; sin embargo, en caso de que el Juez de Control haya tenido a la vista
algún registro de la investigación, que le permitió resolver determinada controversia o la
situación jurídica del imputado, no existirá impedimento legal para que únicamente dicha
constancia de la carpeta de investigación se remita en vía de informe justificado al Juez de
Distrito, porque constituye una excepción, a la regla general, y aun en ese supuesto de
excepción se cumplirá con el precepto indicado, en virtud de que el juzgador apreciará el acto
reclamado como fue debatido ante el Juez de Control, en atención a los principios de
contradicción e inmediación contenidos en el artículo 20 de la Constitución Federal, los cuales
permiten el equilibrio entre las partes para sostener y debatir la teoría del caso respectiva.”

En el tercer párrafo de esta disposición legal se impone al órgano jurisdiccional de amparo la


obligación de recabar oficiosamente las pruebas rendidas ante la responsable y las actuaciones
que estime necesarias para la resolución del asunto, con el objeto de que se tengan los
elementos de información necesarios para resolver sobre la constitucionalidad o
inconstitucionalidad del acto reclamado.

Esta disposición implica lo siguiente: que el quejoso queda exento de la carga de aportar ante
el tribunal de amparo las pruebas que se tomaron en cuenta para dictar el acto reclamado, en
las que funda sus argumentos de inconstitucionalidad.

En segundo término implica que en el caso del amparo indirecto, no podrá celebrarse la
audiencia constitucional, ni por consiguiente dictarse la sentencia correspondiente, hasta que
obren en el juicio las pruebas antes referidas, inclusive, cabe agregar, que el incumplimiento de
la autoridad responsable a remitir esas pruebas que tomó en cuenta para pronunciar el acto
reclamado, se sanciona en la Ley de Amparo, en los términos siguientes:

Artículo 260. Se sancionará con multa de cien a mil días a la autoridad responsable que:

II. No rinda el informe con justificación o lo haga sin remitir, en su caso, copia certificada
completa y legible de las constancias necesarias para la solución del juicio constitucional
u omita referirse a la representación que aduzca el promovente de la demanda en
términos del artículo 11 de esta Ley;

(Lo resaltado no es de origen)

En el último párrafo de este artículo 75, se reitera la obligación antes dicha, pero con mayor
extensión, pues se establece que tratándose de actos que tengan como consecuencia privar de
la propiedad o de la posesión y disfrute de sus tierras, aguas, pastos y montes a los ejidos o a
los núcleos de población que de hecho o por derecho guarden el estado comunal, o a los
ejidatarios o comuneros, deberán recabarse de oficio todas aquellas pruebas que puedan
beneficiar a las entidades o individuos mencionados y acordarse las diligencias que se estimen
necesarias para precisar sus derechos agrarios, así como la naturaleza y efectos de los actos
reclamados, lo que implica que en estos supuestos el tribunal de amparo se convierte en un
verdadero tutor de los derechos de las entidades e individuos mencionados, pues se le conmina
a recabar pruebas que BENEFICIEN a los sujetos de derechos agrario mencionados, lo cual, desde
nuestro punto de vista, rompe gravemente con la neutralidad e imparcialidad que en todo
momento debe conservar el juzgador.

Desde luego que no se desconoce que la finalidad de la disposición en comentario, es tutelar a


una clase social que tradicionalmente ha sido considerada como vulnerable, por el retraso
social, educativo y económico en que permanecen las entidades e individuos referidos, por lo
que es dable estimar que si promueven un juicio de amparo por sí mismos, se encontrarán en
una clara desventaja; sin embargo, estimamos que el remedio para esta situación no es convertir
al juez de amparo en abogado de los sujetos de derechos agrario, sino establecer formalmente
que la Procuraduría Agraria tendrá la obligación de asumir la defensa de estos grupos e
individuos, a través de los abogados con los que cuenta la institución, dejando a su cargo toda
la responsabilidad de la conducción de la defensa de los derechos e intereses de las mismas.

Artículo 76. El órgano jurisdiccional, deberá corregir los errores u omisiones que advierta en la
cita de los preceptos constitucionales y legales que se estimen violados, y podrá examinar en su
conjunto los conceptos de violación y los agravios, así como los demás razonamientos de las
partes, a fin de resolver la cuestión efectivamente planteada, sin cambiar los hechos expuestos
en la demanda.

COMENTARIO: La institución que regula este numeral se conoce como “la suplencia de la
deficiencia del error”, porque la primera parte de dicho numeral, literalmente se limita a
imponer al tribunal de amparo la obligación de corregir los errores u omisiones que en la cita de
los preceptos constitucionales y legales haya incurrido el quejoso en su demanda de amparo.

Sin embargo, en la siguiente parte, se alude a la facultad de examinar en su conjuto los


conceptos de violación, o en caso de recursos, los agravios esgrimidos, así como los demás
razonamientos de las partes para resolver la cuestión efectivamente planteada, con la condición
de que no se cambien los hechos expuestos en la demanda.

Al respecto, la SCJN ha establecido que esta facultad se identifica con lo que la doctrina procesal
clásica identifica como la “causa de pedir”, con la particularidad de que en el caso del juicio de
amparo, atento a lo que señala esta disposición, para considerar la “causa de pedir”, aun en los
amparos de estricto derecho en los que no es posible la suplencia de la deficiencia de la queja
(que se estudiará en el artículo 79 de la ley), basta que el quejoso exprese con claridad cuál es
la lesión o agravio que estima le causa la ley o el acto que impugna, y los motivos que originan
tal agravio o lesión.

Sobre la temática referida tienen aplicación las siguientes tesis de la SCJN, con la aclaración de
que si bien ambas tesis son de fecha anterior al inicio de la vigencia de la Ley de Amparo
publicada el dos de abril de dos mil trece, las mismas resultan aplicables en la actualidad ,dada
la semejanza que existe entre los artículos de la anterior y de la actual ley sobre la temática
abordada.

Época: Octava Época


Registro: 206644
Instancia: Tercera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo XIII, Marzo de 1994
Materia(s): Común
Tesis: 3a. V/94
Página: 68

“SUPLENCIA DEL ERROR. EL ARTICULO 79 DE LA LEY DE AMPARO AUTORIZA AL JUZGADOR NO


SOLO A SUPLIR EL ERROR EN LA CITA DEL ARTICULO VIOLADO, SINO TAMBIEN EN LA
DENOMINACION DE LA GARANTIA LESIONADA.- Es cierto que el artículo 79 de la Ley de Amparo
establece la posibilidad de que las autoridades jurisdiccionales suplan la deficiencia en la cita de
los preceptos constitucionales y legales que se estimen violados, pero tal facultad no se
circunscribe únicamente a la corrección del error en la cita de la garantía violada, sino que se
autoriza al juez de amparo a analizar en su conjunto los conceptos de violación expresados por
el quejoso, concediendo el amparo por la violación efectivamente planteada, sin cambiar los
hechos expuestos en la demanda. Esto quiere decir que para que se pueda estudiar un concepto
de violación aun en un amparo administrativo contra leyes, que es de estricto derecho, es
suficiente que se exprese con claridad la causa de pedir, señalándose cuál es la lesión o agravio
que el demandante estima le causa la ley impugnada, y los motivos que originan tal agravio. La
falta de mención del precepto exactamente aplicable no es bastante para estimar inexistente o
inoperante el concepto de violación, ya que el artículo 79 de la Ley de Amparo autoriza al
juzgador a suplir el error en la cita o invocación de la garantía violada, tanto en su denominación
como en el precepto constitucional que la contenga. Por lo tanto, expresados los hechos del
caso, y la lesión que se estima se recibió, es posible que el juzgador examine cuál es el derecho
aplicable.”

Época: Novena Época


Registro: 191384
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XII, Agosto de 2000
Materia(s): Común
Tesis: P./J. 68/2000
Página: 38

“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. PARA QUE SE ESTUDIEN, BASTA CON EXPRESAR CLARAMENTE EN


LA DEMANDA DE GARANTÍAS LA CAUSA DE PEDIR.- El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación considera que debe abandonarse la tesis jurisprudencial que lleva por rubro
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. REQUISITOS LÓGICOS Y JURÍDICOS QUE DEBEN REUNIR.", en la
que, se exigía que el concepto de violación, para ser tal, debía presentarse como un verdadero
silogismo, siendo la premisa mayor el precepto constitucional violado, la premisa menor los
actos autoritarios reclamados y la conclusión la contraposición entre aquéllas, demostrando así,
jurídicamente, la inconstitucionalidad de los actos reclamados. Las razones de la separación de
ese criterio radican en que, por una parte, los artículos 116 y 166 de la Ley de Amparo no exigen
como requisito esencial e imprescindible, que la expresión de los conceptos de violación se haga
con formalidades tan rígidas y solemnes como las que establecía la aludida jurisprudencia y, por
otra, que como la demanda de amparo no debe examinarse por sus partes aisladas, sino
considerarse en su conjunto, es razonable que deban tenerse como conceptos de violación
todos los razonamientos que, con tal contenido, aparezcan en la demanda, aunque no estén en
el capítulo relativo y aunque no guarden un apego estricto a la forma lógica del silogismo, sino
que será suficiente que en alguna parte del escrito se exprese con claridad la causa de pedir,
señalándose cuál es la lesión o agravio que el quejoso estima le causa el acto, resolución o ley
impugnada y los motivos que originaron ese agravio, para que el Juez de amparo deba
estudiarlo.”

Artículo 77. Los efectos de la concesión del amparo serán:


I. Cuando el acto reclamado sea de carácter positivo se restituirá al quejoso en el pleno goce del
derecho violado, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación; y

II. Cuando el acto reclamado sea de carácter negativo o implique una omisión, obligar a la
autoridad responsable a respetar el derecho de que se trate y a cumplir lo que el mismo exija.

En el último considerando de la sentencia que conceda el amparo, el juzgador deberá


determinar con precisión los efectos del mismo, especificando las medidas que las autoridades
o particulares deban adoptar para asegurar su estricto cumplimiento y la restitución del quejoso
en el goce del derecho.

En asuntos del orden penal en que se reclame una orden de aprehensión o autos que
establezcan providencias precautorias o impongan medidas cautelares restrictivas de la libertad
con motivo de delitos que la ley no considere como graves o respecto de los cuales no proceda
la prisión preventiva oficiosa conforme la legislación procedimental aplicable, la sentencia que
conceda el amparo surtirá efectos inmediatos, sin perjuicio de que pueda ser revocada
mediante el recurso de revisión; salvo que se reclame el auto por el que se resuelva la situación
jurídica del quejoso en el sentido de sujetarlo a proceso penal, en términos de la legislación
procesal aplicable, y el amparo se conceda por vicios formales.

Párrafo reformado DOF 17-06-2016

En caso de que el efecto de la sentencia sea la libertad del quejoso, ésta se decretará bajo las
medidas de aseguramiento que el órgano jurisdiccional estime necesarias, a fin de que el
quejoso no evada la acción de la justicia.

En todo caso, la sentencia surtirá sus efectos, cuando se declare ejecutoriada o cause estado
por ministerio de ley.

COMENTARIO: Ya hemos comentado anteriormente que cuando la sentencia pronunciada en el


juicio concede el amparo, es menester precisar en un considerando los efectos y/o alcances de
la protección constitucional, siendo el segundo párrafo de este numeral el que establece que la
precisión de los alcances del amparo, debe hacerse en el último considerando de la sentencia.

Pues bien, en el artículo que ahora se comenta se precisan los efectos que puede tener la
protección constitucional, a saber:

1.- En la fracción I, se prevé que cuando el acto reclamado es de carácter positivo, es decir,
cuando el referido acto consistió en un hacer, o también dicho, en una acción de la autoridad,
afectando un derecho humano sobre el cual no tiene facultades para ello, o bien, teniendo
facultades para afectar ese derecho, la acción que realizó no cumple las formalidades exigidas
por la Constitución General de la República para llevar a cabo tal afectación, el efecto del
amparo será invalidar el acto reclamado, restableciendo el estado de cosas existente hasta antes
de la violación cometida, restituyendo de esta forma al quejoso en el goce del derecho humano
violado.

En otros términos, la restitución que debe hacerse al quejoso implica no solamente nulificar o
privar de efectos el acto reclamado, sino que cuando las consecuencias del citado acto trajeron
una mutación del estado de las cosas, deberá restablecerse ese estado existente antes de que
se actualizaran las consecuencias del acto reclamado.

2.- En la fracción II, se dispone que cuando el acto reclamado sea de carácter negativo, o
constituya una omisión, los efectos del amparo serán los de respetar el derecho de que se trate
y de cumplir lo que ese derecho le exija a la autoridad responsable.

Ahora bien, precisa explicar que un acto negativo significa que la autoridad niegue al quejoso
acceder a un derecho humano, afectando, por consiguiente, su esfera jurídica; mientras que un
acto omisivo, significa que la autoridad se abstiene de cumplir con una obligación que le impone
el respeto al derecho humano del quejoso.
Abundando sobre el tema de la restitución que debe tener la sentencia estimatoria de amparo,
la Primera Sala de la SCJN en la tesis que enseguida se incluye, ha determinado que la reparación
integral de derechos humanos conlleva obligaciones tanto positivas como negativas a cargo de
las autoridades responsables, porque la moderna teoría de los derechos fundamentales
entiende que éstos no sólo comportan prohibiciones que se traducen en obligaciones negativas,
sino que también establecen obligaciones positivas y presuponen la existencia de deberes
generales de protección a cargo de las autoridades estatales; que por ello, cuando se ha violado
un derecho que impone a la autoridad la obligación de realizar una conducta positiva, la
restitución no puede conseguirse simplemente anulando el acto de autoridad, sino obligando a
ésta a que realice la conducta que está ordenada por el derecho en cuestión. La tesis a la que
nos referimos es la siguiente:

Época: Décima Época


Registro: 2014344
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 42, Mayo de 2017, Tomo I
Materia(s): Común
Tesis: 1a. LI/2017 (10a.)
Página: 471

“REPARACIÓN INTEGRAL ANTE VIOLACIONES A DERECHOS HUMANOS. LA RESTITUCIÓN DEL


DERECHO VULNERADO QUE SE ORDENE EN EL JUICIO DE AMPARO CONSTITUYE LA MEDIDA DE
REPARACIÓN PRINCIPAL Y CONLLEVA OBLIGACIONES TANTO NEGATIVAS COMO POSITIVAS A
CARGO DE LAS AUTORIDADES RESPONSABLES.- Esta Primera Sala advierte que la restitución del
derecho violado es la medida de reparación asociada históricamente con el juicio de amparo. Al
respecto, los tratadistas clásicos en amparo han entendido que los efectos de una sentencia
estimatoria de amparo consisten en anular el acto reclamado y sus consecuencias, con lo cual
se consigue regresar las cosas al estado en que se encontraban antes de la violación. Esta
manera de entender la sentencia de amparo se conecta con una aproximación tradicional a los
derechos fundamentales, de acuerdo con la cual éstos se limitan a imponer obligaciones
negativas a cargo de las autoridades estatales. Sin embargo, esta Primera Sala considera que
cualquier aproximación que se quiera proponer en la actualidad sobre la forma de reparar la
violación a un derecho fundamental a través de su restitución, debe partir de que la moderna
teoría de los derechos fundamentales entiende que éstos no sólo comportan prohibiciones que
se traducen en obligaciones negativas, sino que también establecen obligaciones positivas y
presuponen la existencia de deberes generales de protección a cargo de las autoridades
estatales. De esta manera, cuando se ha violado un derecho que impone a la autoridad la
obligación de realizar una conducta positiva, la restitución no puede conseguirse simplemente
anulando el acto de autoridad, sino obligando a ésta a que realice la conducta que está ordenada
por el derecho en cuestión. Lo anterior es acorde con lo dispuesto por el artículo 77 de la Ley de
Amparo vigente, el cual señala que cuando "el acto reclamado sea de carácter positivo se
restituirá al quejoso en el pleno goce del derecho violado, restableciendo las cosas al estado
que guardaban antes de la violación"; mientras que en los casos en los que "el acto reclamado
sea de carácter negativo o implique una omisión", la restitución consistirá en "obligar a la
autoridad responsable a respetar el derecho de que se trate y a cumplir lo que el mismo exija".
En conexión con esta forma de reparar la vulneración a los derechos, la propia Ley de Amparo
otorga amplios poderes a los jueces de amparo para dictar las medidas necesarias para lograr la
restitución del derecho. El citado artículo 77 señala expresamente que el juez de amparo podrá
establecer en la sentencia estimatoria "las medidas que las autoridades o particulares deban
adoptar para asegurar su estricto cumplimiento y la restitución del quejoso en el goce del
derecho". En este sentido, la fracción V del artículo 74 que establece que la sentencia de amparo
debe contener "los efectos o medidas en que se traduce la concesión del amparo", debe leerse
en conexión con lo dispuesto en el citado artículo 77, el cual precisa que la finalidad de esas
medidas es lograr la restitución del quejoso en el goce del derecho violado, aunque a la luz de
la aludida comprensión amplia de ese concepto.”

En el segundo párrafo de este precepto, al cual ya se hizo referencia con anterioridad, se


establece que el juzgador deberá adoptarlas medidas que las autoridades y particulares deban
adoptar para asegurar el esctricto cumplimiento de la sentencia y la restitución al quejoso en el
goce de su derecho.

En el criterio que a continuación se invoca, se establece que la facultad que se otorga a los
tribunales de amparo de especificar para cada caso las medidas que las autoridades o
particulares deban adoptar para asegurar el estricto cumplimiento a la sentencia que concede
la protección constitucional y la restitución del quejoso en el goce del derecho, se justifica y por
lo tanto no es inconstitucional ni inconvencional, porque no toda violación de derechos es igual,
por lo que el efecto de las sentencias no puede ser uniforme, sino que acorde con las
consideraciones que llevaron a otorgar el amparo, debeadptarse las medidas necesarias para
tutelar de la manera más efectiva los derechos de las personas. La tesis a la que nos referimos
es la siguiente:

Época: Décima Época


Registro: 2018212
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 59, Octubre de 2018, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: 2a. XCIV/2018 (10a.)
Página: 1051
“SENTENCIAS DE AMPARO. EL SEGUNDO PÁRRAFO DE LA FRACCIÓN II DEL ARTÍCULO 77 DE LA
LEY DE AMPARO, AL PREVER LO RELATIVO A LA PRECISIÓN DE SUS EFECTOS, ES
CONSTITUCIONAL Y CONVENCIONAL.- El precepto citado, al ordenar que el juzgador determine
con precisión los efectos de la concesión del amparo, "especificando las medidas que las
autoridades o particulares deban adoptar para asegurar su estricto cumplimiento y la restitución
del quejoso en el goce del derecho", es constitucional y convencional, al tener como fin que se
dicten las medidas necesarias para la efectiva restitución en el goce del derecho que se estime
violado, correspondiendo al juzgador precisar la forma en que habrá de lograrse. Pretender que
los efectos de toda sentencia de amparo sean los mismos, implicaría negar la naturaleza del
juicio constitucional como el instrumento más importante de protección de los derechos
fundamentales; en ese sentido, no toda violación de derechos es igual, por lo que el efecto de
las sentencias no puede ser uniforme, sino acorde con las consideraciones que llevaron a
otorgar el amparo y que permitan tutelar de la manera más efectiva los derechos de las
personas. Es por ello que el párrafo aludido impone a los Jueces el deber de ser precisos en las
medidas a adoptarse para el cumplimiento de una sentencia ejecutoria.”

Artículo 78. Cuando el acto reclamado sea una norma general la sentencia deberá determinar si
es constitucional, o si debe considerarse inconstitucional.

Si se declara la inconstitucionalidad de la norma general impugnada, los efectos se extenderán


a todas aquellas normas y actos cuya validez dependa de la propia norma invalidada. Dichos
efectos se traducirán en la inaplicación únicamente respecto del quejoso.

El órgano jurisdiccional de amparo podrá especificar qué medidas adicionales a la inaplicación


deberán adoptarse para restablecer al quejoso en el pleno goce del derecho violado.

COMENTARIO: En el primer párrafo de esta disposición, se establece que cuando el acto


reclamado sea una norma general, la sentencia deberá determinar si es constitucional o si debe
considerarse inconstitucional.

Al respecto, debe precisarse que esta determinación sobre la constitucionalidad o


inconstitucionalidad de la norma, sólo procede cuando la norma general ha sido impugnada en
la vía de amparo indirecto, porque en esta vía sí es dable entablar un verdadero “juicio de
inconstitucionalidad” contra la norma general, misma que será señalada como acto reclamado
en la demanda de amparo correspondiente, y como autoridad responsable a la autoridad que
emitió la norma general impugnada.

En cambio, en la vía de amparo directo, acorde con lo que dispone el artículo 175, fracción IV,
segundo párrafo, de la Ley de Amparo, cuando se impugne una norma general aplicada en la
sentencia definitiva, laudo o resolución que haya puesto fin al juicio, tal planteamiento será
materia únicamente del capítulo de conceptos de violación de la demanda, sin señalarse como
acto reclamado la norma general, ni por consiguiente señalarse como autoridad responsable a
la que emitió la norma general impugnada.

En el segundo párrafo del precepto que se comenta, se prevé lo que la doctrina jurisprudencial
ha denominado como “efecto extensivo”, mismo que se explica a continuación:

1.- El primer presupuesto para la aplicación de este principio es la impugnación de una norma
general en la vía de amparo indirecto.

2.- El segundo presupuesto es que la sentencia que se pronuncie en el juicio de amparo declare
la inconstitucionalidad de la norma general impugnada.

3.- El tercer presupuesto es que la norma declarada inconstitucional, se encuentre inmersa en


un sistema o conjunto de normas vinculadas entre sí, de manera tal que no sea posible sostener
la aplicación de las normas vinculadas con aquella que fue declarada inconstitucional, en razón
de que la validez de las primeras depende de la propia norma invalidada por inconstitucional,
debiéndose señalar que la inaplicación de todas estas normas solo serán en relación con la
esfera jurídica del quejoso, atendiendo al principio de relatividad del juicio de amparo.

También resulta oportuno mencionar que el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
ha identificado el principio del “efecto extensivo”, con el modelo de “Invalidación Indirecta”,
mismo que se explica en la tesis jurisprudencial que más adelante se insertará.

Para entender la operatividad del modelo aludido, debe considerarse que también existe el
modelo de “Invalidación Directa”, en el cual el tribunal de control constitucional decreta, en una
sentencia, que cierta norma o normas resultan inconstitucionales por transgredir el contenido
de un precepto constitucional o legal.

En cambio, en el modelo antes referido de “Invalidación Indirecta”, la invalidez de una norma o


de un grupo de ellas se origina a partir de la extensión de los efectos de la invalidez de otra.

Ciertamente, la condición necesaria para que se extiendan los efectos de invalidez de una norma
declarada inconstitucional, debe ser la relación de dependencia de validez entre esta norma y
otra u otras del sistema, conforme a los siguientes criterios:

a) Jerárquico o vertical, según el cual la validez de una norma de rango inferior depende de
la validez de otra de rango superior.
b) Material u horizontal, en el que una norma invalidada afecta a otra de su misma jerarquía,
debido a que ésta regula alguna cuestión prevista en aquélla, de suerte que la segunda ya
no tiene razón de ser.
c) Sistemático, o de la “remisión expresa”, que consiste en que el texto de la norma
invalidada remite a otras normas, ya sea del mismo ordenamiento o de otro distinto.
Cuando remite expresamente, su aplicador debe obtener su contenido a partir de la
integración de los diversos enunciados normativos que resulten implicados en la relación
sistemática; de este modo, la invalidez de la norma se expande sistemáticamente por vía
de la integración del enunciado normativo.
d) Temporal, en el que una norma declarada inválida en su actual vigencia afecta la validez
de otra norma creada con anterioridad pero con efectos hacia el futuro.
e) De generalidad, en el que una norma general declara inválida afecta la validez de la norma
o normas especiales que de ella se deriven.

Los anteriores criterios de clasificación de factores para dilucidar la aplicación del “efecto
extensivo” o de “invalidación indirecta” de las normas, tiene su origen en la tesis de
jurisprudencia del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que a continuación se
inserta:

Época: Novena Época


Registro: 164820
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXXI, Abril de 2010
Materia(s): Constitucional
Tesis: P./J. 53/2010
Página: 1564

“CONTROVERSIAS CONSTITUCIONALES Y ACCIONES DE INCONSTITUCIONALIDAD. CRITERIOS


PARA DETERMINAR LA INVALIDEZ INDIRECTA DE LAS NORMAS.- Para declarar la invalidez de una
norma jurídica puede acudirse al modelo de "invalidación directa", en el cual el órgano
constitucional decreta, mediante una resolución, que cierta norma o normas resultan inválidas
por transgredir frontalmente el contenido de una norma constitucional o legal. Sin embargo, no
es el único modelo, pues existe el de "invalidación indirecta", en el cual la invalidez de una norma
o de un grupo de ellas se origina a partir de la extensión de los efectos de la invalidez de otra.
Este modelo está previsto en el artículo 41, fracción IV, de la Ley Reglamentaria de las Fracciones
I y II del Artículo 105 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. La condición
necesaria para que se extiendan los efectos de invalidez de una norma declarada invalida es la
relación de dependencia de validez entre esta norma y otra u otras del sistema, acorde con los
siguientes criterios: a) jerárquico o vertical, según el cual la validez de una norma de rango
inferior depende de la validez de otra de rango superior; b) material u horizontal, en el que una
norma invalidada afecta a otra de su misma jerarquía debido a que ésta regula alguna cuestión
prevista en aquélla, de suerte que la segunda ya no tiene razón de ser; c) sistemático en sentido
estricto o de la "remisión expresa", el cual consiste en que el texto de la norma invalidada remite
a otras normas, ya sea del mismo ordenamiento o de otro distinto; cuando remite
expresamente, su aplicador debe obtener su contenido a partir de la integración de los diversos
enunciados normativos que resulten implicados en la relación sistemática; de este modo, la
invalidez de la norma se expande sistemáticamente por vía de la integración del enunciado
normativo; d) temporal, en el que una norma declarada inválida en su actual vigencia afecta la
validez de otra norma creada con anterioridad, pero con efectos hacia el futuro; y, e) de
generalidad, en el que una norma general declarada inválida afecta la validez de la norma o
normas especiales que de ella se deriven.”

No pasa desapercibido que la jurisprudencia preinserta deriva de una ejecutoria pronunciada


en una acción de inconstitucionalidad, y no dictada en un juicio de amparo; sin embargo, dicha
tesis jurisprudencial se estima aplicable a la disposición legal que se comenta, por la similitud
de contenido que esta última guarda con la fracción IV, del artículo 41, de la Ley Reglamentaria
de las fracciones I y II del artículo 105 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

Finalmente, se hará alusión a un caso en que la inconstitucionalidad de una norma, cuya


declaratoria deriva de un juicio de amparo indirecto en revisión, se extendió a otras normas por
mantener una relación material u horizontal con la primera.

Es el caso en que se consideró inconstitucional el artículo 33 de la Ley para la Celebración de


Espectáculos Públicos en el entonces Distrito Federal, que contiene la prohibición absoluta de
la reventa, por considerarse que dicha prohibición afecta el derecho a la libertad de comercio e
industria. Tal declaratoria de inconstitucionalidad, se extendió a los artículos 25, fracción XI de
la Ley de Cultura Cívica del entonces Distrito Federal, que estuvo vigente hasta el 4 de diciembre
de 2018, y al artículo 25, fracción XI de la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México, vigente
a partir del 5 de diciembre de 2018, porque tales normas generales prevén como infracciones
contra la seguridad ciudadana, ofrecer o propiciar la venta de boletos de espectáculos públicos
con precios superiores a los autorizados, pues dichas normas regulan los tipos de sanción
administrativa que complementan la prohibición de la norma declarada inconstitucional en
forma expresa en el juicio de amparo.

El caso antes referido, fue resuelto por el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa
del Primer Circuito, en la ejecutoria pronunciada en el amparo en revisión 174/2017, dela que
derivó la tesis aislada que a continuación se transcribe:

Época: Décima Época


Registro: 2021869
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 77, Agosto de 2020, Tomo VI
Materia(s): Común, Administrativa
Tesis: I.6o.A.29 A (10a.)
Página: 6023

“EFECTOS DE LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ARTÍCULO 33 DE LA LEY PARA LA CELEBRACIÓN


DE ESPECTÁCULOS PÚBLICOS EN EL DISTRITO FEDERAL. DE ACUERDO CON LO PREVISTO EN EL
ARTÍCULO 78 DE LA LEY DE AMPARO, DEBE EXTENDERSE A LAS NORMAS CUYA VALIDEZ
DEPENDE DE DICHO PRECEPTO.- De acuerdo con el artículo 78 de la Ley de Amparo, si se declara
la inconstitucionalidad de la norma general impugnada en el juicio de amparo, los efectos deben
extenderse a todas aquellas normas y actos cuya validez dependa de la propia norma invalidada,
acotando que éstos se traducirán en la inaplicación de las normas relacionadas únicamente
respecto del quejoso; por lo que una vez declarada la inconstitucionalidad de una norma,
corresponde al tribunal de amparo realizar el análisis sobre la existencia de normas
dependientes. Para esto resulta útil acudir, por analogía, a la doctrina jurisprudencial del Más
Alto Tribunal generada con motivo de la aplicación del artículo 41, fracción IV, de la Ley
Reglamentaria de las Fracciones I y II del Artículo 105 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, específicamente a la jurisprudencia P./J. 53/2010, de rubro:
"CONTROVERSIAS CONSTITUCIONALES Y ACCIONES DE INCONSTITUCIONALIDAD. CRITERIOS
PARA DETERMINAR LA INVALIDEZ INDIRECTA DE LAS NORMAS.", conforme a la cual, la relación
de dependencia de validez entre la norma declarada inconstitucional y otra u otras del sistema,
debe responder a los siguientes criterios: a) jerárquico o vertical, según el cual la validez de una
norma de rango inferior depende de la validez de otra de rango superior; b) material u
horizontal, en el que una norma invalidada afecta a otra de su misma jerarquía debido a que
ésta regula alguna cuestión prevista en aquélla, de suerte que la segunda ya no tiene razón de
ser; c) sistemático en sentido estricto o de la "remisión expresa", el cual consiste en que el texto
de la norma invalidada remite a otras normas, ya sea del mismo ordenamiento o de otro
distinto; cuando remite expresamente, su aplicador debe obtener su contenido a partir de la
integración de los diversos enunciados normativos que resulten implicados en la relación
sistemática; de este modo, la invalidez de la norma se expande sistemáticamente por vía de la
integración del enunciado normativo; d) temporal, en el que una norma declarada inválida en
su actual vigencia afecta la validez de otra norma creada con anterioridad, pero con efectos
hacia el futuro; y, e) de generalidad, en el que una norma general declarada inválida afecta la
validez de la norma o normas especiales que de ella se deriven. En este tenor, toda vez que este
órgano colegiado declaró inconstitucional la prohibición absoluta de la reventa prevista el
artículo 33 de la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos en el Distrito Federal, al afectar
el derecho a la libertad de comercio e industria, por no pasar la grada de necesidad del test de
proporcionalidad, debe considerarse que dicha ley tiene una relación material u horizontal con
el artículo 25, fracción XI, de la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal, vigente hasta el 4 de
diciembre de 2018, y con el artículo 25, fracción XI, de la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de
México, publicada el viernes 29 de diciembre de 2017, vigente a partir del 5 de diciembre de
2018, actualmente abrogada, que prevén como infracciones contra la seguridad ciudadana,
ofrecer o propiciar la venta de boletos de espectáculos públicos con precios superiores a los
autorizados, pues dichas normas regulan los tipos de la sanción administrativa que
complementan la prohibición del artículo 33 de la Ley para la Celebración de Espectáculos
Públicos en el Distrito Federal, razón por la cual deben extenderse los efectos de la
inconstitucionalidad de ésta a los preceptos antes señalados, al guardar una relación material u
horizontal.”

En adición a lo anterior, procede señalar como ejemplo de aplicación del “efecto extensivo” el
siguiente ejemplo hipotético: si en una sentencia de amparo inderecto se declara
inconstitucional un impuesto, por estimarse que viola el principio de equidad previsto por el
artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal; los efectos de esa declaratoria deben
extenderse a todas las normas que prevén obligaciones vinculadas al pago de ese impuesto; por
ejemplo, las normas que establezcan la base gravable, la forma de cálculo, la declaración para
efectos del pago, la periodicidad de ese pago, las deducciones que de dicho pago puede hacer
el contribuyente.

Como se advierte, las obligaciones antes enunciadas se vinculan en forma horizontal o material
con la norma declarada inconstitucional que prevé el impuesto aludido.

Un caso de “efecto extensivo” conforme al criterio jerárquico o vertical, sería en el supuesto de


que se declare inconstitucional una ley en sentido formal y material, y que los efectos de esa
declaratoria se extiendan a los reglamentos que de dicha ley hayan derivado.

Artículo 79. La autoridad que conozca del juicio de amparo deberá suplir la deficiencia de los
conceptos de violación o agravios, en los casos siguientes:

I. En cualquier materia, cuando el acto reclamado se funde en normas generales que han sido
consideradas inconstitucionales por la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación y de los Plenos de Circuito. La jurisprudencia de los Plenos de Circuito sólo obligará a
suplir la deficiencia de los conceptos de violación o agravios a los juzgados y tribunales del
circuito correspondientes;

II. En favor de los menores o incapaces, o en aquellos casos en que se afecte el orden y desarrollo
de la familia;

III. En materia penal:


a) En favor del inculpado o sentenciado; y

b) En favor del ofendido o víctima en los casos en que tenga el carácter de quejoso o adherente;

IV. En materia agraria:


a) En los casos a que se refiere la fracción III del artículo 17 de esta Ley; y
b) En favor de los ejidatarios y comuneros en particular, cuando el acto reclamado afecte sus
bienes o derechos agrarios.

En estos casos deberá suplirse la deficiencia de la queja y la de exposiciones, comparecencias y


alegatos, así como en los recursos que los mismos interpongan con motivo de dichos juicios;

V. En materia laboral, en favor del trabajador, con independencia de que la relación entre
empleador y empleado esté regulada por el derecho laboral o por el derecho administrativo;

VI. En otras materias, cuando se advierta que ha habido en contra del quejoso o del particular
recurrente una violación evidente de la ley que lo haya dejado sin defensa por afectar los
derechos previstos en el artículo 1o de esta Ley. En este caso la suplencia sólo operará en lo que
se refiere a la controversia en el amparo, sin poder afectar situaciones procesales resueltas en
el procedimiento en el que se dictó la resolución reclamada; y

VII. En cualquier materia, en favor de quienes por sus condiciones de pobreza o marginación se
encuentren en clara desventaja social para su defensa en el juicio.

En los casos de las fracciones I, II, III, IV, V y VII de este artículo la suplencia se dará aún ante la
ausencia de conceptos de violación o agravios. En estos casos solo se expresará en las sentencias
cuando la suplencia derive de un beneficio.

Párrafo reformado DOF 17-06-2016

La suplencia de la queja por violaciones procesales o formales sólo podrá operar cuando se
advierta que en el acto reclamado no existe algún vicio de fondo.

COMENTARIO: Como lo analizamos al inicio del curso, uno de los principios fundamentales del
juicio de amparo es el de “estricto derecho”, que implica que al resolver un juicio de amparo el
juzgador deberá limitar el estudio del acto reclamado, al contenido de los argumentos jurídicos
expuestos por el quejoso oportunamente, ya sea en el escrito de demanda o en un escrito de
ampliación de demanda, para determinar si el acto reclamado es o no inconstitucional.

No obstante lo anterior, también comentamos que en el quinto párrafo de la fracción II del


artículo 107 de la Constitución Federal, se dispone la obligación para el juzgador de amparo de
suplir la deficiencia de los conceptos de violación (expuestos en la demanda de amparo o, en su
caso, en la ampliación de la misma), o de los agravios vertidos en los recursos que se interpongan
contra actos y resoluciones pronunciados en el juicio de amparo.

El constituyente dispone en la porción normativa preinvocada, que la suplencia de la deficiencia


de la queja se hará en los términos de la ley reglamentaria (Ley de Amparo).
De esta forma, encontramos que la rigidez que significa el principio de “estricto derecho”, se ve
flexibilizada o atemperada con la institución en estudio, pues de acuerdo con el significado
literal de la expresión “suplencia de la deficiencia de la queja”, entenderemos que el juez de
amparo está facultado para emprender el estudio del acto reclamado, con el propósito de
verificar si resulta o no inconstitucional, con amplitud absoluta, realizando una revisión oficiosa
y exhaustiva, de los fundamentos, consideraciones y motivos del acto impugnado, lo que
conduce a superar las carencias, limitaciones y errores que se adviertan en los conceptos de
violación o, en su caso, en los agravios.

Esto es, si la impericia, negligencia, descuido o de plano, la irresponsabilidad, del abogado o


asesor jurídico del quejoso, refleja una ineficiencia de técnica jurídica, el órgano jurisdiccional
de amparo, deberá subsanarla para declarar la inconstitucionalidad del acto reclamado si
encuentra razones para ello, aun cuando los motivos de inconstitucionalidad en que se funde
esa decisión no hayan sido invocados por la parte quejosa.

Por otra parte, la Primera Sala de la SCJN, en la tesis aislada que a continuación se transcribirá,
ha estimado que con la institución de la suplencia de la queja, se logra una eficaz protección de
los derechos humanos violados y sus garantías, al considerar que, por una serie de
circunstancias de carácter histórico, social y/o jurídico, en esos supuestos se requiere especial
protección; que los supuestos de suplencia de la queja que prevé el artículo en comentario, se
caracterizan por presentar posiciones asimétricas entre las partes, y, en consecuencia, se asume
que una de ellas cuenta con menores recursos (ya sea educativos, sociales, económicos o de
cualquiera otra índole) ocasionándose una disparidad que repercute en su derecho de acceso a
la justicia, por lo que ante tal disparidad, la suplencia de la queja funciona como un mecanismo
que permite a las partes encontrarse en un plano de igualdad y hacer efectivo lo dispuesto por
el artículo 1o. constitucional.

La tesis que contiene las consideraciones precedentes es la siguiente:

Época: Décima Época


Registro: 2018831
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 61, Diciembre de 2018, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: 1a. CCI/2018 (10a.)
Página: 413

“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE PREVISTA EN EL ARTÍCULO 79 DE LA LEY DE AMPARO.


PERMITE A LAS PARTES ENCONTRARSE EN UN PLANO DE IGUALDAD Y HACER EFECTIVO LO
DISPUESTO POR EL ARTÍCULO 1o. DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS.- En el artículo 79 de la Ley de Amparo se acogen distintos supuestos que el
legislador, en ejercicio de su libertad configurativa, consideró que requerían especial
protección, ya sea por la calidad de la persona o por el grupo al que pertenecen (menores de
edad), la materia de que se trata (penal, agraria, laboral), porque su posición en el proceso
involucra una concreta debilidad o vulnerabilidad (una violación evidente de la ley que lo haya
dejado sin defensa), o bien se afecten ciertas instituciones (el orden y desarrollo de la familia).
Así, con la suplencia de la queja se pretende que, a causa de una deficiente argumentación
jurídica, no se produzca una violación mayor dejándose a la persona en estado de indefensión,
dadas las particulares condiciones en las que se encuentra. Asimismo, la lógica de la suplencia
de la queja deficiente implica la protección a ciertos supuestos concretos y específicos: el
legislador ha estimado adecuado atemperar los tecnicismos del juicio de amparo para lograr
una eficaz protección de los derechos humanos violados y sus garantías, al considerar que, por
una serie de circunstancias de carácter histórico, social y/o jurídico, en esos supuestos se
requiere especial protección. En definitiva, los supuestos de suplencia de la queja que prevé el
artículo 79 aludido se caracterizan por presentar posiciones asimétricas entre las partes, y, en
consecuencia, se asume que una de ellas cuenta con menores recursos (ya sea educativos,
sociales, económicos o de cualquiera otra índole) ocasionándose una disparidad que repercute
en su derecho de acceso a la justicia. Ante tal disparidad, la suplencia de la queja funciona como
un mecanismo que permite a las partes encontrarse en un plano de igualdad y hacer efectivo lo
dispuesto por el artículo 1o. constitucional.”

El concepto de suplencia de la queja deficiente

“26. La suplencia de la queja es una institución procesal que se justifica por la necesidad de
equilibrar el proceso, especialmente cuando se trata de favorecer a determinados sectores de la
sociedad, históricamente desaventajados.

27. La esencia de la suplencia es pues la búsqueda del equilibrio procesal; una suerte de
nivelación previa a resolver la cuestión planteada, mediante la cual el Juez puede realizar los
ajustes necesarios, en la medida de las posibilidades del caso, con la finalidad de que las partes
en el litigio puedan acceder al mismo de una forma más equitativa y, por ende, más justa, en
relación con el momento en que acudieron al proceso.

28. Si esto es así, entonces podemos sostener que la suplencia está sujeta a una racionalidad: la
búsqueda de la igualdad procesal, que, como se sabe, es uno de los más importantes principios
procesales. En el proceso penal la igualdad procesal se conoce como "igualdad de armas"
(equality of arms en la tradición anglosajona y Waffengleichheit, en la tradición europea
continental) y supone la existencia de un mandato según el cual, cada parte del proceso penal
debe poder presentar su caso bajo unas condiciones y garantías judiciales que permitan
equilibrar los medios y posibilidades de actuación procesal, de tal manera que no se genere una
posición sustancialmente desventajosa de una de las partes frente a la otra, como la que de
hecho se presenta entre el ente acusador (Ministerio Público) y el acusado, a favor del primero
y en detrimento del segundo.(6)

29. Este principio aboga no sólo por la posibilidad de contender frente a la otra parte en igualdad
de condiciones, sino también por procurar la participación del acusado en el proceso, en
condiciones que enmienden el desequilibrio entre los medios de que dispone éste y de los que
dispone el Ministerio Público, los cuales son claramente superiores. El principio de igualdad de
armas o igualdad de medios, supone entonces que la carga probatoria del acusador es
proporcional a sus medios, y que las reglas de ejercicio del principio contradictorio, en virtud de
esa carga, buscan equiparar la participación en el proceso penal, tanto, optimizando lo más
posible las garantías de la defensa, como, incrementando la exigencia del cumplimiento de la
labor probatoria del acusador.

30. Los ajustes que deben hacerse mediante la suplencia de la queja, por otro lado, los determina
previamente el legislador democrático, esto es, no son una actividad que el juzgador pueda hacer
sin limitaciones o sin seguir alguna pauta pre-establecida. La racionalidad de la suplencia,
basada en el principio de igualdad procesal, queda en la mayoría de los casos advertida
previamente por el legislador, por ello, es menester que el Juez se ajuste a ella, a menos que
advirtiera una grosera o absurda implementación legal al respecto. En consecuencia, si un
juzgador introduce un ejercicio semejante a la suplencia en una situación no determinada por el
legislador, entonces podría alterar la racionalidad, y podría afectar la igualdad procesal, al
introducir una ventaja indebida a favor de alguna de las partes.”

Referida la noción general sobre la suplencia de la deficiencia de la queja, procede ingresar al


estudio de cada una de las fracciones que componen el numeral en comentario:

Fracción I.- La suplencia de la deficiencia de la queja cuando el acto reclamado se funda en


normas generales declaradas inconstitucionales por la jurisprudencia de la SCJN o de los plenos
de circuito, opera tanto en la vía de amparo directo como en la vía de amparo indirecto.

Para que proceda la suplencia aludida en ambas vías de amparo, no es necesario que se señalen
como autoridades responsables a las que intervinieron en el proceso de creación de las normas
inconstitucionales, ni que se señalen éstas como acto reclamado, máxime que en el amparo
directo la impugnación de normas generales sólo debe ser materia de los conceptos de violación
y de la parte considerativa de la sentencia (ver penúltimo párrafo, de la fracción I, del artículo
170 de la Ley de Amparo).

Sin embargo, para que opere la suplencia es menester que el juicio de amparo sea procedente
respecto del acto de aplicación de la norma general declarada inconstitucional.
Por consiguiente, en este supuesto de suplencia de deficiencia de la queja, no importa que el
juicio de amparo resulte improcedente respecto de la norma general (en el caso de que se haya
reclamado, lo cual sí es posible realizar en la vía de amparo indirecto), porque en este supuesto
lo único que procedería sería sobreseer en el juicio en cuanto a la norma general, más no
respecto del acto de su aplicación, en contra del cual se concedería la protección constitucional.

Los comentarios precedentes tienen apoyo en las siguientes tesis de jurisprudencia:

Época: Novena Época


Registro: 175752
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXIII, Febrero de 2006
Materia(s): Común
Tesis: P./J. 4/2006
Página: 8

“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE PREVISTA EN EL ARTÍCULO 76 BIS, FRACCIÓN I, DE LA


LEY DE AMPARO. OPERA, AUNQUE NO SE HAYA PLANTEADO EN LA DEMANDA LA
INCONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY.- De los procesos legislativos que culminaron con las
reformas a los artículos 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y del
entonces 76 de la Ley de Amparo, publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 19 de febrero
de 1951, el 16 de enero de 1984 y el 7 de abril de 1986, así como del texto del actual artículo 76
Bis, fracción I, de la ley citada, se advierte que si el acto reclamado se funda en leyes declaradas
inconstitucionales por la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, debe
suplirse la queja deficiente aunque en la demanda no se hayan reclamado dichas leyes, ni se
haya señalado como autoridades responsables a los órganos legislativos correspondientes o
denunciado algún vicio de constitucionalidad de la norma en que se apoya o sustenta el acto. La
suplencia debe consistir en juzgar que el acto reclamado se apoya en una disposición
inconstitucional en los términos establecidos por la jurisprudencia, con todas sus consecuencias
jurídicas, para cumplir con la intención del Poder Reformador de garantizar la constitucionalidad
de los actos de autoridad.”

Época: Novena Época


Registro: 170583
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXVI, Diciembre de 2007
Materia(s): Común
Tesis: P./J. 105/2007
Página: 13

“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. CONDICIONES PARA QUE OPERE RESPECTO DE ACTOS


CONCRETOS DE APLICACIÓN DE LEYES DECLARADAS INCONSTITUCIONALES POR
JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN (AMPARO INDIRECTO Y
DIRECTO).- La suplencia de la queja deficiente en el caso de jurisprudencia sobre
inconstitucionalidad de leyes no sólo se actualiza con respecto a la ley viciada (en amparo
indirecto), sino también en cuanto a sus actos de aplicación reclamados (tanto en amparo
indirecto como en directo). Esto es, para que opere en ambas vías, la suplencia de la queja
deficiente respecto del acto concreto de aplicación, únicamente se requiere que el juicio de
amparo sea procedente respecto a dicho acto, por lo tanto es viable: 1) sin que sea necesario
reclamar la ley respectiva; 2) sin importar que, en caso de reclamarse la ley, ésta haya sido
consentida, y en general, sin necesidad de que el amparo resulte procedente en relación con
dicha norma legal; y, 3) sin importar que el quejoso haya expuesto planteamientos para
demostrar la inconstitucionalidad de los actos reclamados. De tal suerte que tanto en el amparo
indirecto como en el directo, es posible el estudio de constitucionalidad de la ley aun cuando
ésta haya sido consentida o incluso en caso de que no haya sido reclamada, pues ello sólo
impediría el otorgamiento del amparo contra la ley misma, pero no contra los actos de su
aplicación, más aún cuando éstos han sido impugnados en tiempo, y en consecuencia no han
querido ser tolerados por el agraviado.”

Fracción II.- En esta fracción se prevé la suplencia de la queja en favor de tres grupos: los
menores, los incapaces y la familia, cuando se afecta su orden y desarrollo

En cuanto a la suplencia de la deficiencia de la queja en favor de los menores e incapaces, debe


señalarse que opera en toda su amplitud, sin importar la naturaleza de los derechos familiares
que se controvierten en el juicio de amparo, así como con independencia del carácter con el que
intervengan en el expresado juicio.

En lo que corresponde a la suplencia de la queja en favor de la familia, es de señalarse que la


misma opera cuando en el juicio se vean trastocadas las relaciones entre los miembros de la
familia o cuando están en juego instituciones de orden público, lo que no implica una protección
de los miembros del núcleo familiar en lo individual, sino a las relaciones existentes entre ellos
y en los derechos y obligaciones subyacentes a las mismas.

Así, en los juicios sobre divorcio, la suplencia de la queja en el juicio de amparo, al margen de
buscar la eficaz tutela de cualquiera de los derechos de los hijos menores de edad, buscará que
la ruptura de la relación familiar que deriva del matrimonio, carezca de un impacto
jurídicamente diferenciado sobre cada uno de los cónyuges, a través de la eliminación de
posibles actos de discriminación u otros obstáculos que impidan desproporcionada o
irrazonablemente a los progenitores ejercer sus derechos de maternidad y paternidad, así como
la compensación de la eventual pérdida de oportunidades que hubiese sufrido una de las partes
durante y con motivo del matrimonio.

En cambio, en los juicios sucesorios intestamentarios cuya finalidad esencialmente consiste en


la división y adjudicación de los bienes del autor de la sucesión a favor de los herederos, quienes
tienen el deber de soportar las cargas de la herencia, es claro que sólo se encuentran en juego
intereses económicos y que las consecuencias que pudieran producirse no lesionan al grupo
familiar, pues no varían su configuración o el orden existente, sino que redundan en cuestiones
estrictamente patrimoniales, por lo que no opera la suplencia de la queja con base en la última
parte de la fracción II del artículo 79 de la Ley de Amparo.

Las ideas contenidas en los párrafos anteriores, tienen sustento en las siguientes tesis de
jurisprudencia de la Primera Sala de la SCJN, a saber:

Época: Décima Época


Registro: 2018093
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 59, Octubre de 2018, Tomo I
Materia(s): Común
Tesis: 1a./J. 42/2018 (10a.)
Página: 773

“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE PREVISTA EN EL ARTÍCULO 79, FRACCIÓN II, DE LA LEY


DE AMPARO. SU PROCEDENCIA DEBE ANALIZARSE CASO A CASO, CUANDO LA RESOLUCIÓN
RECLAMADA SEA LA QUE DECRETA LA DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO MATRIMONIAL.- El artículo
citado prevé la suplencia de la queja a favor de tres grupos distintos: los menores de edad, los
"incapaces" y la familia, en aquellos casos en que se afecte su orden y desarrollo. Ahora, si bien
el matrimonio no es sinónimo de familia, sí da lugar a una forma o modelo específico de familia.
En estos términos, en un sentido amplio, es evidente que la disolución del matrimonio conlleva
inevitablemente una afectación al orden y estabilidad del núcleo familiar, pues modifica su
dinámica interna y hace cesar los derechos y obligaciones que los cónyuges tenían a partir de
dicha institución. No obstante ello, no todos los aspectos referentes a un divorcio afectan en
sentido estricto a la familia, sino que ello dependerá de que se vean vulneradas las relaciones
entre sus miembros o de que se encuentren en juego instituciones de orden público como los
alimentos. Así, para comprender las relaciones que efectivamente se consideran protegidas
como parte del orden y desarrollo de la familia, es pertinente recordar que este supuesto de
suplencia de la deficiencia de la queja no existía en la Ley de Amparo abrogada, cuyo artículo 76
Bis, fracción V, únicamente preveía dicha figura a favor de menores de edad e "incapaces". Esto
resulta relevante porque, considerando que los intereses de los menores de edad solían verse
afectados en asuntos familiares cuyos litigios normalmente se entablaban por sus progenitores,
la suplencia de la queja se entendió con un alcance amplísimo, de modo tal que los derechos de
las niñas, niños y adolescentes involucrados en conflictos familiares fuesen tutelados de manera
adecuada y autónomamente. Así, resulta evidente que la causal de suplencia de la queja a favor
del orden y desarrollo de la familia puede empalmarse, en juicios de divorcio, con un número
importante de decisiones que recaen sobre los menores de edad, como lo referente a sus
alimentos, custodia, visitas y convivencias con los padres, y la patria potestad. Ahora bien, la
suplencia de la queja también opera a favor de la familia, de modo que existe un espacio residual
de relaciones jurídicas que pueden estar en juego y cuya existencia y relevancia deberá
constatarse caso a caso, sin llegar a comprender la posibilidad de impedir el divorcio, pues se
desconocería el papel preponderante de la voluntad de la parte que ya no desea seguir unida
en matrimonio, ni la de resolver cuestiones estrictamente patrimoniales. Considerando lo
anterior, dicha figura debe operar de modo que quienes juzguen eviten que la ruptura de las
relaciones surgidas de esa forma específica de familia, derivada del matrimonio, carezca de un
impacto jurídicamente diferenciado sobre cada uno de los cónyuges. En este punto resulta
fundamental la eliminación de posibles actos de discriminación u otros obstáculos que impidan
desproporcionada o irrazonablemente a los progenitores ejercer sus derechos de maternidad y
paternidad, así como la compensación de la eventual pérdida de oportunidades que hubiese
sufrido una de las partes durante y con motivo del matrimonio.”

Época: Décima Época


Registro: 2020924
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 71, Octubre de 2019, Tomo I
Materia(s): Civil, Común
Tesis: 1a./J. 65/2019 (10a.)
Página: 1153

“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE PREVISTA EN EL ARTÍCULO 79, FRACCIÓN II, DE LA LEY


DE AMPARO, EN TRATÁNDOSE DE LA AFECTACIÓN AL ORDEN Y DESARROLLO DE LA FAMILIA.
NO PROCEDE EN LOS JUICIOS SUCESORIOS INTESTAMENTARIOS.- El artículo citado prevé la
suplencia de la queja a favor de tres grupos distintos: los menores de edad, los "incapaces" y la
familia, en aquellos casos en que se afecte su orden y desarrollo. Ahora bien, a fin de determinar
si en un juicio sucesorio intestamentario opera la suplencia de la queja con base en la protección
a la familia, es menester dilucidar cuándo se está en presencia de casos en que se vulnera su
orden y desarrollo, siendo que estaremos en ese supuesto cuando se ven trastocadas las
relaciones entre los miembros de la familia o cuando están en juego instituciones de orden
público, lo que no se traduce en la protección de los miembros del núcleo familiar en lo
individual, sino a las relaciones existentes entre ellos y en los derechos y obligaciones
subyacentes a las mismas. Por tanto, si la finalidad del juicio sucesorio intestamentario consiste
esencialmente en la división y adjudicación de los bienes del autor de la sucesión a favor de los
herederos, quienes tienen el deber de soportar las cargas de la herencia; es claro que sólo se
encuentran en juego intereses económicos y que las consecuencias que pudieran producirse no
lesionan al grupo familiar, pues no varían su configuración o el orden existente, sino que
redundan en cuestiones estrictamente patrimoniales, por lo que no opera la suplencia de la
queja con base en la última parte de la fracción II del artículo 79 de la Ley de Amparo; lo anterior,
siempre y cuando en el juicio sucesorio intestamentario no se encuentren inmiscuidos derechos
de menores de edad o "incapaces", pues es evidente que en tales supuestos la suplencia de la
queja opera en su mayor amplitud. No es obstáculo a la conclusión anterior, el hecho de que en
ese tipo de juicios es necesario analizar si el accionante acreditó su entroncamiento con el autor
de la sucesión de manera que pueda determinarse si tiene o no derecho a la herencia, pues lo
cierto es que el reconocimiento o desconocimiento del grado de parentesco que se dice une al
presunto heredero con el de cujus sólo surte efectos en relación con el juicio de petición de
herencia, esto es, para saber si está en aptitud de obtener alguna porción de los bienes del autor
de la sucesión por tener el carácter de heredero. Lo anterior, sin embargo de ninguna manera
puede ser susceptible de modificar el vínculo filial o el estado civil de alguna persona.”

Asimismo, la suplencia de la deficiencia de la queja a favor de menores e incapaces, no sólo


obliga a corregir los errores e ineficacia de los conceptos de violación o de los agravios, sino
también la obligación del juez de amparo de proveer de oficio todas las pruebas conducentes a
demostrar los derechos de los menores e incapaces en aras de proteger tales derechos;
inclusive, si en la demanda de amparo se incurre en el error de no señalar como autoridades
responsables a las que intervinieron en el proceso de creación de una norma general, y es
propósito del quejoso menor o incapaz reclamar esa norma general, el órgano jurisdiccional de
amparo, de manera oficiosa deberá llamar a juicio a dichas autoridades.

Lo previamente referido, tiene sustento en las siguientes tesis jurisprudencial y aislada de la


SCJN:

Época: Novena Época


Registro: 175053
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXIII, Mayo de 2006
Materia(s): Civil
Tesis: 1a./J. 191/2005
Página: 167

“MENORES DE EDAD O INCAPACES. PROCEDE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA, EN TODA SU


AMPLITUD, SIN QUE OBSTE LA NATURALEZA DE LOS DERECHOS CUESTIONADOS NI EL
CARÁCTER DEL PROMOVENTE.- La suplencia de la queja es una institución cuya observancia
deben respetar los Jueces y Magistrados Federales; suplencia que debe ser total, es decir, no se
limita a una sola instancia, ni a conceptos de violación y agravios, pues el alcance de la misma
comprende desde el escrito inicial de demanda de garantías, hasta el periodo de ejecución de
la sentencia en caso de concederse el amparo. Dicha suplencia opera invariablemente cuando
esté de por medio, directa o indirectamente, la afectación de la esfera jurídica de un menor de
edad o de un incapaz, sin que para ello sea determinante la naturaleza de los derechos familiares
que estén en controversia o el carácter de quien o quiénes promuevan el juicio de amparo o, en
su caso, el recurso de revisión, ello atendiendo a la circunstancia de que el interés jurídico en
las controversias susceptibles de afectar a la familia y en especial a menores e incapaces, no
corresponde exclusivamente a los padres, sino a la sociedad, quien tiene interés en que la
situación de los hijos quede definida para asegurar la protección del interés superior del menor
de edad o del incapaz. Se afirma lo anterior, considerando la teleología de las normas referidas
a la suplencia de la queja, a los criterios emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
así como a los compromisos internacionales suscritos por el Estado mexicano, que buscan
proteger en toda su amplitud los intereses de menores de edad e incapaces, aplicando siempre
en su beneficio la suplencia de la deficiencia de la queja, la que debe operar desde la demanda
(el escrito) hasta la ejecución de sentencia, incluyendo omisiones en la demanda, insuficiencia
de conceptos de violación y de agravios, recabación oficiosa de pruebas, esto es, en todos los
actos que integran el desarrollo del juicio, para con ello lograr el bienestar del menor de edad o
del incapaz.”

Época: Novena Época


Registro: 200667
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo II, Diciembre de 1995
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: 2a. CXIV/95
Página: 361

“AMPARO CONTRA LEYES. MENORES O INCAPACES. SI NO SE SEÑALARON COMO


RESPONSABLES A LAS AUTORIDADES QUE LAS EXPIDIERON Y PROMULGARON, DEBE
REPONERSE EL PROCEDIMIENTO A EFECTO DE QUE EL JUZGADOR CONSTITUCIONAL, EN
SUPLENCIA DE LA QUEJA, PROVEA LO NECESARIO PARA QUE ESTAS SEAN EMPLAZADAS.- Esta
Suprema Corte de Justicia, actuando en Pleno, estableció jurisprudencia en el sentido de que
debe sobreseerse en el juicio de amparo contra leyes, si en la demanda respectiva no se señaló
como responsables a las autoridades que expidieron y promulgaron la norma reclamada, dado
que, jurídicamente, no cabe examinar la constitucionalidad de actos de autoridades que no
fueron llamadas a juicio, según se advierte de la tesis 115, publicada en la página 211, Primera
Parte del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación de 1917 a 1988, con el rubro: "LEYES,
AMPARO CONTRA. AUTORIDADES RESPONSABLES NO SEÑALADAS."; sin embargo, tratándose
de controversias en que pudieran afectarse derechos de menores de edad o incapaces, el Juez
de amparo, fundándose en la fracción V del artículo 76 bis de la ley de la materia, debe suplir la
queja deficiente, proveyendo lo necesario para que dichas autoridades no designadas sean
emplazadas a juicio, disminuyendo así la natural desventaja en que los menores o incapaces se
encuentran frente a la contraparte en los juicios en que se discuta sobre sus derechos, de modo
que al no proveerse sobre este aspecto, lo procedente es ordenar reponer el procedimiento a
fin de que se proceda en los términos descritos.”

Fracción III.- La suplencia de la deficiencia de la queja en la materia penal a favor del inculpado
o sentenciado, a que se refiere el inciso a) de esta fración,

Época: Décima Época


Registro: 2009593
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 20, Julio de 2015, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Penal, Común
Tesis: 1a./J. 9/2015 (10a.)
Página: 635

“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. EL HECHO DE QUE EL ARTÍCULO 79, FRACCIÓN III,


INCISO B), DE LA LEY DE AMPARO NO LA PREVÉ A FAVOR DE LA VÍCTIMA U OFENDIDO DEL
DELITO CUANDO ACUDE AL RECURSO DE REVISIÓN COMO TERCERO INTERESADO, NO IMPLICA
UNA TRANSGRESIÓN A LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES O CONVENCIONALES.- En el juicio
de amparo, la implementación de la suplencia de la queja deficiente supone la existencia de un
mandato según el cual, cada una de las partes (quejoso, autoridad responsable y tercero
interesado), debe poder presentar su caso bajo condiciones y garantías judiciales que permitan
equilibrar los medios y las posibilidades de actuación procesal, de manera que no se genere una
posición sustancialmente desventajosa de una frente a la otra, como la que se presenta entre la
autoridad responsable y el quejoso, a favor de la primera y, en detrimento del segundo. Ahora
bien, este tipo de ajustes sólo puede predeterminarlos el legislador, pues el juzgador los lleva a
cabo con las limitaciones que la ley le impone. Así, la situación procesal del tercero interesado
en el juicio de amparo es concordante con la de la autoridad responsable, por la conexión
jurídica de sus intereses comunes, por ello, el legislador pensó en dirigir la suplencia a favor del
quejoso, ya que es la única parte en desventaja en la litis constitucional y, por ello, no habría
podido dirigirla a la autoridad responsable ni al tercero, porque ninguna de estas dos partes se
encuentra en desventaja con relación al quejoso. Por otra parte, para definir si debe o no
suplirse la queja al tercero interesado, no se cumplen las exigencias metodológicas inherentes
a la aplicación del principio pro persona, porque no existe una oposición entre los derechos de
las víctimas y los de los indiciados y procesados, ya que obedecen a lógicas distintas: para la
parte quejosa indiciada o acusada, debe buscarse el respeto irrestricto de los derechos
inherentes al debido proceso; para las víctimas, su derecho a la participación en el proceso, la
restitución y reparación de sus bienes lesionados por el delito, así como la posibilidad de acceder
a la verdad y, en particular, a la búsqueda de la justicia. De ahí que el hecho de que el artículo
79, fracción III, inciso b), de la Ley de Amparo no prevea la suplencia de la queja deficiente a
favor de la víctima u ofendido del delito cuando acude al recurso de revisión como tercero
interesado, no implica una transgresión a los principios constitucionales o convencionales,
porque es una norma adjetiva que solamente persigue la finalidad de equilibrar dos fuerzas de
las partes en el juicio de amparo, que el legislador democrático supone desiguales: la quejosa y
la autoridad responsable. Por lo demás, no es que el artículo no reconozca los derechos de las
víctimas y no hubiere pensado en ellas como candidatas a la suplencia de la queja deficiente,
pues precisamente el artículo referido les reconoce esa prerrogativa; lo único que el legislador
busca, al acotar esa posibilidad a los casos en los que aquéllas sean quejosas o adherentes, es
el respeto a la racionalidad de la institución procesal de la suplencia, esto es, la igualdad
procesal.”

Fracción IV.- Tratándose de materia agraria existen dos situaciones:


a) Los casos en que el amparo se promueva contra actos que tengan como efecto la privación total o parcial, en
forma temporal o definitiva, de la propiedad, o disfrute de los derechos agrarios a los núcleos de población
ejidal o comunal (artículo 17, fracción III).
En este sentido, será procedente solamente cuando exista alguna afectación o a sus derechos agrarios, la
suplencia no deberá llegar al extremo de aceptar su procedencia cuando los actos reclamados no afecten los
derechos agrarios de los promoventes, se requiere que su naturaleza sea netamente agraria, tal como lo prevé
la siguiente tesis jurisprudencial:
Época: Décima Época
Registro: 2000034
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 4
Materia(s): Común, Administrativa
Tesis: 2a./J. 23/2011 (10a.)
Página: 3198

“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN LOS JUICIOS DE AMPARO EN MATERIA AGRARIA. PARA QUE OPERE ES
NECESARIO QUE LOS ACTOS RECLAMADOS AFECTEN O PUEDAN AFECTAR DERECHOS AGRARIOS DE LOS
PROMOVENTES. De la interpretación sistemática de las disposiciones contenidas en el Libro Segundo de la Ley
de Amparo, particularmente de sus artículos 212, 217, 218 y 227, se colige que la suplencia de la queja deficiente
en los juicios de amparo en materia agraria en que sean parte como quejosos o como tercero perjudicados las
entidades o individuos que menciona el artículo 212, así como en los recursos que interpongan con motivo de
dichos juicios, sólo opera cuando los actos reclamados tengan o puedan tener por efecto privar total o
parcialmente, en forma temporal o definitiva, de la propiedad, posesión o disfrute de sus derechos agrarios a
un núcleo de población sujeto al régimen ejidal o comunal, esto es, cuando afecten sus derechos agrarios, ya
que la ratio legis del indicado Libro Segundo es tutelar a los núcleos de población ejidal o comunal y a los
ejidatarios o comuneros en sus derechos agrarios, así como en su pretensión de derechos, también agrarios, a
quienes pertenezcan a la clase campesina, por lo que dicha suplencia no debe llegar al extremo de aceptar su
procedencia si los actos reclamados no afectan los derechos agrarios de los promoventes. Así, es insuficiente el
hecho de que el juicio de amparo lo promueva un núcleo de población ejidal o comunal, o tenga el carácter de
tercero perjudicado, para que opere la suplencia de la queja deficiente a que se refiere el artículo 76 Bis, fracción
III, en relación con el diverso 227, ambos de la Ley de Amparo, pues se requiere, indefectiblemente, que los
actos reclamados sean de naturaleza netamente agraria y como tales afecten o puedan afectar sus derechos
agrarios.”
b) En favor de los ejidatarios y comuneros en particular, cuando el acto reclamado afecte sus bienes o derechos
agrarios, en este supuesto deberá suplirse la deficiencia de la queja y la de exposiciones, comparecencias y
alegatos, así como los recursos que se interpongan con motivo de estos juicios
Es importante señalar que la suplencia de la queja deficiente no solamente será procedente a favor de los
ejidatarios y comuneros en particular, sino también a favor de aquellos que busquen el reconocimiento de sus
derechos agrarios. Lo anterior tiene la finalidad de proteger los derechos de las personas que consideran les
asiste ese carácter o calidad, por lo que el juzgador, mediante la superación de las deficiencias de los argumentos
plasmados en los conceptos de violación y en los agravios expuestos o de su omisión, podrá tener certeza y
resolver con razonada convicción lo procedente.
Esta suplencia se efectuará cuando cause beneficio a la parte quejosa o recurrente de manera congruente con
su propia naturaleza jurídica, independientemente de que la parte quejosa o la tercero interesada sean personas
que pretendan obtener el carácter o calidad de ejidatario o comunero. Lo anterior tiene sustento en la siguiente
tesis de jurisprudencia:
Época: Décima Época
Registro: 2009789
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 21, Agosto de 2015, Tomo I
Materia(s): Común
Tesis: 2a./J. 102/2015 (10a.)
Página: 1151

“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN MATERIA AGRARIA. NO SÓLO PROCEDE A FAVOR DE EJIDATARIOS Y


COMUNEROS EN PARTICULAR, SINO TAMBIÉN DE QUIENES BUSCAN EL RECONOCIMIENTO DE SUS DERECHOS
AGRARIOS. El espectro normativo protector creado en el ámbito del juicio de amparo en materia agraria, los
diversos criterios que con un sentido social ha emitido la Suprema Corte de Justicia de la Nación en sus diversas
integraciones y el marco jurídico sobre derechos humanos resguardado por el artículo 1o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, sirven de sustento para llevar a cabo una interpretación extensiva del
artículo 79, fracción IV, inciso b), de la Ley de Amparo, que conduce a establecer que la procedencia de la
suplencia de la queja deficiente a ejidatarios o comuneros no sólo procede para quienes tienen reconocido ese
carácter o calidad, sino también para quienes pretenden que se les reconozcan sus derechos agrarios. Esto es,
una de las finalidades de dicha institución legal es que más allá de las cuestiones técnicas que puedan
presentarse en un asunto, se protejan los derechos de las personas que consideran les asiste ese carácter o
calidad y no es, sino a través de la superación de las deficiencias de los argumentos plasmados en los conceptos
de violación y en los agravios expuestos o de su omisión, que el juzgador puede tener certeza y resolver con
razonada convicción lo que proceda; sin soslayar que la aplicación de la suplencia de la queja deficiente, en
todos los casos, debe llevarse a cabo siempre y cuando cause beneficio a la parte quejosa o recurrente, en
congruencia con su propia naturaleza jurídica. Lo anterior con independencia de que las partes quejosa y tercero
interesada estén constituidas por personas que pretenden obtener el carácter o la calidad de ejidatarios o
comuneros, ya que dentro de las finalidades primordiales de la tutela también está resolver, con conocimiento
pleno la controversia, y no únicamente colocarlos en una situación de igualdad procesal durante la tramitación
del juicio de amparo, de manera que en los casos en que quienes pretenden que se les reconozca el carácter o
la calidad de ejidatarios o comuneros tengan, a su vez, el carácter de quejoso o tercero interesado,
respectivamente, deberá suplirse la queja deficiente, sin que ello implique una asesoría técnico-jurídica en favor
de una parte y en detrimento de otra.”

Fracción V.- Con relación a la materia laboral, se aplicará la suplencia en favor del trabajador
independientemente de su regulación laboral o administrativa entre el empleador y el empleado. Para que esta
suplencia opere de los planteamientos formulados en los conceptos de violación de la demanda de amparo, o
en los agravios expresados en el recurso correspondiente, deberá atenderse los siguientes elementos:
1.- La calidad de trabajador del sujeto que promueve el amparo o interpone el recurso.
2.- La naturaleza jurídica del acto reclamado, materia de la controversia en el juicio de garantías, que se
determina por el bien jurídico o interés fundamental lesionado con dicho acto, es decir, cualquier afectación
directa o indirecta a los derechos fundamentales establecidos en el artículo 123 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos.
Para que opere esta institución de la suplencia de la deficiencia de la queja, no importará el origen del acto que
se reclame, podrá surgir de un conflicto obrero-patronal, de un acto administrativo, de una ley o de un
reglamento. Esto podemos encontrarlo en la jurisprudencia que se inserta a continuación:
Época: Novena Época
Registro: 168545
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXVIII, Octubre de 2008
Materia(s): Constitucional, Laboral
Tesis: P./J. 105/2008
Página: 63

“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN MATERIA DE TRABAJO. OPERA EN FAVOR DEL TRABAJADOR CUANDO
EL ACTO RECLAMADO AFECTE ALGÚN INTERÉS FUNDAMENTAL TUTELADO POR EL ARTÍCULO 123 DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL. Al establecer el artículo 76 bis de la Ley de Amparo las hipótesis en que se aplica la
suplencia de la queja deficiente en cada una de las materias en las que procede el juicio de amparo, precisa que
en materia de trabajo dicha suplencia sólo opera a favor del trabajador. Así, para establecer cuándo en un juicio
de amparo en esta materia debe suplirse la queja deficiente de los planteamientos formulados en los conceptos
de violación de la demanda de amparo, o bien, de los agravios expresados en el recurso correspondiente, debe
atenderse preferentemente a dos elementos, a saber: 1) a la calidad del sujeto que promueve el amparo o
interpone el recurso, quien debe ser trabajador; y, 2) a la naturaleza jurídica del acto reclamado materia de la
controversia en el juicio de garantías, que se determina por el bien jurídico o interés fundamental que se lesiona
con dicho acto, es decir, debe afectar directa e inmediatamente alguno de los derechos fundamentales
consagrados en el artículo 123 de la Constitución Federal que surgen de la relación obrero-patronal y sus
conflictos. De esta manera, para que el órgano de control constitucional esté obligado a aplicar la institución de
la suplencia de la deficiencia de la queja, sólo debe atenderse a los dos elementos anteriores, sin importar el
origen del acto reclamado, es decir, si deriva de un conflicto obrero-patronal, de un acto administrativo, de una
ley o de un reglamento, por lo que si en el caso, un trabajador impugna un acto que afecta un bien jurídico o
interés fundamental consagrado en su favor por las normas constitucionales, como lo son las garantías mínimas
de seguridad social previstas en la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del
Estado, debe concluirse que procede suplir la deficiencia de la queja.”
Fracción VI.- En otras materias, operará esta institución en lo relativo a la controversia en el amparo cuando se
advierta alguna violación evidente de la ley que haya dejado sin defensa al quejoso o al particular recurrente,
por afectar los derechos consagrados en el artículo 1° de la Ley de amparo. Lo anterior sin que implique
afectación a las situaciones procesales donde se dictó la resolución reclamada.
Aun cuando no se exprese el concepto de violación o el agravio, siempre que exista una exista una irregularidad
procesal grave y manifiesta en la controversia del amparo, no resuelta en el procedimiento de origen y que
afecte al quejoso o recurrente, será procedente la suplencia de la queja deficiente, la intención de ello es que
la parte contraria no se beneficie de esta indefensión en virtud de que la autoridad haya actuado de forma ilegal,
lo que permite que el Juez ejerza un discernimiento en cada caso concreto, tal como se explica en esta
jurisprudencia:
Época: Décima Época
Registro: 2009936
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 22, Septiembre de 2015, Tomo I
Materia(s): Común
Tesis: 2a./J. 120/2015 (10a.)
Página: 663

“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. SU PROCEDENCIA EN OTRAS MATERIAS, AUN A FALTA DE CONCEPTO DE


VIOLACIÓN O AGRAVIO, CUANDO SE ADVIERTA VIOLACIÓN GRAVE Y MANIFIESTA DE LA LEY. La regulación
establecida en el artículo 79, fracción VI, de la Ley de Amparo faculta al juzgador de amparo para suplir la
deficiencia de la queja en materias diversas a las que el propio numeral prevé, ante una irregularidad procesal
grave y manifiesta en la controversia del amparo, no resuelta en el procedimiento de origen, que afecte al
quejoso o recurrente, aun ante la ausencia de concepto de violación o agravio al respecto, ya que revela la
intención del legislador de no permitir que una de las partes se beneficie a costa de la indefensión de su
contraria, como consecuencia de una actuación ilegal de la autoridad, permitiendo al Juez ejercer un
discernimiento en cada caso concreto, en atención a la materia y sujeto de que se trate, lo cual es congruente
con el artículo 107, fracción II, antepenúltimo párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.”
VII. Cualquier materia, en favor de las personas que por las condiciones de pobreza o marginación se encuentren
en clara desventaja social.
La Segunda Sala, expone el caso de las personas con discapacidad a quienes deberá aplicarse la suplencia de la
deficiencia de la queja, pues este grupo ha sido histórica y socialmente vulnerable, de tal manera que
atendiendo a los compromisos internacionales que tiene nuestro estado mexicano, se deben adoptar las
medidas necesarias que reduzcan estas desventajas estructurales, lo cual debe aplicarse indispensablemente
en aquellas personas con discapacidad, así como cualquier otro grupo vulnerable que se encuentra en
desventaja social.
No solo se debe atender a sus peticiones y reclamos prescindiendo de la exigibilidad de tecnicismos o
formalismos, sino que, al operar la suplencia de la queja deficiente, los tribunales deben otorgarles voz, pues
debido a las condiciones de vulnerabilidad y desventaja estos grupos no suelen ser escuchados.
Época: Décima Época
Registro: 2022415
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Publicación: viernes 13 de noviembre de 2020 10:24 h
Materia(s): (Común)
Tesis: 2a. L/2020 (10a.)

“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. DEBE APLICARSE EN FAVOR DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD, EN
TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 79, FRACCIÓN VII, DE LA LEY DE AMPARO. Hechos: Una persona con discapacidad
promovió juicio de amparo directo para impugnar las Reglas de Operación 3.2.1 del Programa de Desarrollo
Humano Oportunidades y 3.3 del Programa de Apoyo Alimentario, vigentes en 2014, solicitando al Tribunal
Colegiado de Circuito del conocimiento y, posteriormente, a la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, que supliera la queja deficiente en su favor, atendiendo a su condición de discapacidad. Criterio
jurídico: La Segunda Sala del Alto Tribunal determina que es procedente suplir la queja deficiente en favor de
las personas con discapacidad, en términos de la fracción VII del artículo 79 de la Ley de Amparo, misma que
prevé su actualización en beneficio de quienes, "por sus condiciones de ... marginación se encuentren en clara
desventaja social para su defensa en el juicio". Justificación: Lo anterior, pues la finalidad de la fracción
normativa en cita consiste en asegurarse de que las condiciones desfavorables en que se encuentran
determinados grupos sociales en nuestro país no se traduzcan, a su vez, en desventajas procesales y de acceso
a la tutela jurisdiccional efectiva. En ese sentido, la suplencia de la queja opera en favor de las personas con
discapacidad, al pertenecer a uno de los grupos histórica y socialmente más vulnerables del país. Máxime
cuando ello resulta congruente por los compromisos internacionales de mejorar la situación de las personas con
discapacidad, a través de la adopción de medidas positivas para reducir las desventajas estructurales que
padecen tales personas. En ese sentido, es evidente que un trato jurisdiccional preferente resulta del todo
justificado en tratándose de personas con discapacidad; de ahí que no sólo se debe atender a sus peticiones y
reclamos prescindiendo de la exigibilidad de ciertos tecnicismos o formalismos, sino que, al suplir la queja
deficiente, los tribunales deben coadyuvar a “dar voz” a quienes frecuentemente no son escuchados por su
condición de vulnerabilidad.”

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