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XX. Contra actos de autoridades distintas de los tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, que
deban ser revisados de oficio, conforme a las leyes que los rijan, o proceda contra ellos algún juicio,
recurso o medio de defensa legal por virtud del cual puedan ser modificados, revocados o nulificados,
siempre que conforme a las mismas leyes se suspendan los efectos de dichos actos de oficio o mediante
la interposición del juicio, recurso o medio de defensa legal que haga valer el quejoso, con los mismos
alcances que los que prevé esta Ley y sin exigir mayores requisitos que los que la misma consigna
para conceder la suspensión definitiva, ni plazo mayor que el que establece para el otorgamiento de la
suspensión provisional, independientemente de que el acto en sí mismo considerado sea o no
susceptible de ser suspendido de acuerdo con esta Ley.
No existe obligación de agotar tales recursos o medios de defensa, si el acto reclamado carece de
fundamentación, cuando sólo se aleguen violaciones directas a la Constitución o cuando el recurso o
medio de defensa se encuentre previsto en un reglamento sin que la ley aplicable contemple su
existencia.
Si en el informe justificado la autoridad responsable señala la fundamentación y motivación del acto
reclamado, operará la excepción al principio de definitividad contenida en el párrafo anterior;
XXI. Cuando hayan cesado los efectos del acto reclamado; JURISPRUDENCIA: 2009004
XXII. Cuando subsista el acto reclamado, pero no pueda surtir efecto legal o material alguno por haber dejado
de existir el objeto o la materia del mismo; y
XXIII. En los demás casos en que la improcedencia resulte de alguna disposición de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, o de esta Ley
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Artículo 64. Cuando las partes tengan conocimiento de alguna causa de sobreseimiento, la comunicarán de
inmediato al órgano jurisdiccional de amparo y, de ser posible, acompañarán las constancias que la acrediten.
Cuando un órgano jurisdiccional de amparo advierta de oficio una causal de improcedencia no alegada por alguna
de las partes ni analizada por un órgano jurisdiccional inferior, dará vista al quejoso para que, en el plazo de tres
días, manifieste lo que a su derecho convenga.
Artículo 65. El sobreseimiento no prejuzga sobre la constitucionalidad o legalidad del acto reclamado, ni sobre
la responsabilidad de la autoridad responsable al ordenarlo o ejecutarlo y solo podrá decretarse cuando no exista
duda de su actualización.
Artículo 70. El incidente de reposición de constancias de autos se tramitará a petición de parte o de oficio, en
ambos casos, se certificará su preexistencia y falta posterior. Este incidente no será procedente si el expediente
electrónico a que hace referencia el artículo 3o de esta Ley permanece sin alteración alguna, siendo únicamente
necesario, en tal caso, que el órgano jurisdiccional realice la copia impresa y certificada de dicho expediente
digital.
Artículo 71. El órgano jurisdiccional requerirá a las partes para que, dentro del plazo de cinco días, aporten las
copias de las constancias y documentos relativos al expediente que obren en su poder. En caso necesario, este
plazo podrá ampliarse por otros cinco días.
El juzgador está facultado para investigar de oficio la existencia de las piezas de autos desaparecidas, valiéndose
para ello de todos los medios de prueba admisibles en el juicio de amparo y ley supletoria.
Artículo 72. Transcurrido el plazo a que se refiere el artículo anterior, se citará a las partes a una audiencia que
se celebrará dentro de los tres días siguientes, en la que se hará relación de las constancias que se hayan recabado,
se oirán los alegatos y se dictará la resolución que corresponda.
Si la pérdida es imputable a alguna de las partes, la reposición se hará a su costa, quien además pagará los daños
y perjuicios que el extravío y la reposición ocasionen, sin perjuicio de las sanciones penales que ello implique.
SENTENCIAS:
Artículo 73. Las sentencias que se pronuncien en los juicios de amparo sólo se ocuparán de los individuos particulares o
de las personas morales, privadas u oficiales que lo hubieren solicitado, limitándose a ampararlos y protegerlos, si
procediere, en el caso especial sobre el que verse la demanda
El Pleno y las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como los Tribunales Colegiados de Circuito, tratándose
de resoluciones sobre la constitucionalidad o convencionalidad de una norma general y amparos colectivos, deberán hacer
públicos los proyectos de sentencias que serán discutidos en las sesiones correspondientes, cuando menos con tres días
de anticipación a la publicación de las listas de los asuntos que se resolverán.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Consejo de la Judicatura Federal, mediante acuerdos generales,
reglamentarán la publicidad que deba darse a los proyectos de sentencia a que se refiere el párrafo anterior.
Cuando proceda hacer la declaratoria general de inconstitucionalidad se aplicarán las disposiciones del Título Cuarto de
esta Ley.
En amparo directo, la calificación de los conceptos de violación en que se alegue la inconstitucionalidad de una norma
general se hará únicamente en la parte considerativa de la sentencia.
JURISPRUDENCIA: 2016425
CONTENIDO DE LA SENTENCIA:
Artículo 74. La sentencia debe contener:
El órgano jurisdiccional, de oficio podrá aclarar la sentencia ejecutoriada, solamente para corregir los posibles errores del
documento a fin de que concuerde con la sentencia, acto jurídico decisorio, sin alterar las consideraciones esenciales de
la misma.
Artículo 75. En las sentencias que se dicten en los juicios de amparo el acto reclamado se apreciará tal y como aparezca
probado ante la autoridad responsable. No se admitirán ni se tomarán en consideración las pruebas que no se hubiesen
rendido ante dicha autoridad.
No obstante, lo dispuesto en el párrafo anterior, en el amparo indirecto el quejoso podrá ofrecer pruebas cuando no
hubiere tenido oportunidad de hacerlo ante la autoridad responsable. Adicionalmente, en materia penal, el juez de distrito
deberá cerciorarse de que este ofrecimiento en el amparo no implique una violación a la oralidad o a los principios que
rigen en el proceso penal acusatorio.
El Órgano jurisdiccional deberá recabar oficiosamente las pruebas rendidas ante la responsable y las actuaciones que
estime necesarias para la resolución del asunto. En materia penal, se estará a lo dispuesto en la última parte del párrafo
anterior.
Además, cuando se reclamen actos que tengan o puedan tener como consecuencia privar de la propiedad o de la posesión
y disfrute de sus tierras, aguas, pastos y montes a los ejidos o a los núcleos de población que de hecho o por derecho
guarden el estado comunal, o a los ejidatarios o comuneros, deberán recabarse de oficio todas aquellas pruebas que
puedan beneficiar a las entidades o individuos mencionados y acordarse las diligencias que se estimen necesarias para
precisar sus derechos agrarios, así como la naturaleza y efectos de los actos reclamados.
Artículo 76. El órgano jurisdiccional, deberá corregir los errores u omisiones que advierta en la cita de los preceptos
constitucionales y legales que se estimen violados, y podrá examinar en su conjunto los conceptos de violación y los
agravios, así como los demás razonamientos de las partes, a fin de resolver la cuestión efectivamente planteada, sin
cambiar los hechos expuestos en la demanda.
I. Cuando el acto reclamado sea de carácter positivo se restituirá al quejoso en el pleno goce del derecho
violado, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación; y
II. Cuando el acto reclamado sea de carácter negativo o implique una omisión, obligar a la autoridad responsable
a respetar el derecho de que se trate y a cumplir lo que el mismo exija.
En el último considerando de la sentencia que conceda el amparo, el juzgador deberá determinar con precisión los efectos
del mismo, especificando las medidas que las autoridades o particulares deban adoptar para asegurar su estricto
cumplimiento y la restitución del quejoso en el goce del derecho.
En asuntos del orden penal en que se reclame una orden de aprehensión o autos que establezcan providencias
precautorias o impongan medidas cautelares restrictivas de la libertad con motivo de delitos que la ley no considere como
graves o respecto de los cuales no proceda la prisión preventiva oficiosa conforme la legislación procedimental aplicable,
la sentencia que conceda el amparo surtirá efectos inmediatos, sin perjuicio de que pueda ser revocada mediante el
recurso de revisión; salvo que se reclame el auto por el que se resuelva la situación jurídica del quejoso en el sentido de
sujetarlo a proceso penal, en términos de la legislación procesal aplicable, y el amparo se conceda por vicios formales.
En caso de que el efecto de la sentencia sea la libertad del quejoso, ésta se decretará bajo las medidas de aseguramiento
que el órgano jurisdiccional estime necesarias, a fin de que el quejoso no evada la acción de la justicia
En todo caso, la sentencia surtirá sus efectos, cuando se declare ejecutoriada o cause estado por ministerio de ley.
Adherente: recurrente que se adhiere a la revisión principal
Cuando es recurrente principal no se le suple la deficiencia de la queja
CAPÍTULO X
Sentencias
Artículo 73. Las sentencias que se pronuncien en los juicios de amparo sólo se ocuparán de los
individuos particulares o de las personas morales, privadas u oficiales que lo hubieren solicitado,
limitándose a ampararlos y protegerlos, si procediere, en el caso especial sobre el que verse la
demanda.
El Pleno y las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como los Tribunales
Colegiados de Circuito, tratándose de resoluciones sobre la constitucionalidad o
convencionalidad de una norma general y amparos colectivos, deberán hacer públicos los
proyectos de sentencias que serán discutidos en las sesiones correspondientes, cuando menos
con tres días de anticipación a la publicación de las listas de los asuntos que se resolverán.
COMENTARIO: El primer párrafo del precepto que se comenta recoge el principio fundamental
del juicio de amparo de la relatividad (también conocido en la doctrina y en la jurisprudencia
como “Fórmula Otero”), que limita los efectos de la sentencia de amparo que otorga la
protección de la justicia federal, a los individuos particulares o a las personas morales, privadas
u oficiales, que hubieren promovido el juicio de amparo.
Tal disposición constituye concomitantemente una manifestación del principio “res inter allios
judicata”, que significa que la cosa juzgada que deriva de una sentencia no perjudica ni favorece,
sino a las partes que litigaron o a los terceros debidamente representados en el juicio.
De lo que se sigue que la sentencia ejecutoria que se pronuncie en el juicio de amparo sólo tiene
efectos sobre las personas (físicas y/o morales) que participaron en el mismo, y que si dicha
sentencia concedió la protección de la justicia federal, entonces los efectos y consecuencias de
esa concesión, sólo benefician a la persona del quejoso.
“AMPARO CONTRA LEYES. SUS EFECTOS SON LOS DE PROTEGER AL QUEJOSO CONTRA SU
APLICACIÓN PRESENTE Y FUTURA.- El principio de relatividad de los efectos de la sentencia de
amparo establecido en los artículos 107, fracción II, constitucional y 76 de la Ley de Amparo,
debe interpretarse en el sentido de que la sentencia que otorgue el amparo tiene un alcance
relativo en la medida en que sólo se limitará a proteger al quejoso que haya promovido el juicio
de amparo. Sin embargo, este principio no puede entenderse al grado de considerar que una
sentencia que otorgue el amparo contra una ley sólo protegerá al quejoso respecto del acto de
aplicación que de la misma se haya reclamado en el juicio, pues ello atentaría contra la
naturaleza y finalidad del amparo contra leyes. Los efectos de una sentencia que otorgue el
amparo al quejoso contra una ley que fue señalada como acto reclamado son los de protegerlo
no sólo contra actos de aplicación que también haya impugnado, ya que la declaración de
amparo tiene consecuencias jurídicas en relación con los actos de aplicación futuros, lo que
significa que la ley ya no podrá válidamente ser aplicada al peticionario de garantías que obtuvo
la protección constitucional que solicitó, pues su aplicación por parte de la autoridad implicaría
la violación a la sentencia de amparo que declaró la inconstitucionalidad de la ley respectiva en
relación con el quejoso; por el contrario, si el amparo le fuera negado por estimarse que la ley
es constitucional, sólo podría combatir los futuros actos de aplicación de la misma por los vicios
propios de que adolecieran. El principio de relatividad que sólo se limita a proteger al quejoso,
deriva de la interpretación relacionada de diversas disposiciones de la Ley de Amparo como son
los artículos 11 y 116, fracción III, que permiten concluir que en un amparo contra leyes, el
Congreso de la Unión tiene el carácter de autoridad responsable y la ley impugnada constituye
en sí el acto reclamado, por lo que la sentencia que se pronuncie debe resolver sobre la
constitucionalidad de este acto en sí mismo considerado; asimismo, los artículos 76 bis, fracción
I, y 156, que expresamente hablan de leyes declaradas inconstitucionales por la jurisprudencia
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; y, finalmente, el artículo 22, fracción I, conforme
al cual una ley puede ser impugnada en amparo como autoaplicativa si desde que entra en vigor
ocasiona perjuicios al particular, lo que permite concluir que al no existir en esta hipótesis acto
concreto de aplicación de la ley reclamada, la declaración de inconstitucionalidad que en su caso
proceda, se refiere a la ley en sí misma considerada, con los mismos efectos antes precisados
que impiden válidamente su aplicación futura en perjuicio del quejoso. Consecuentemente, los
efectos de una sentencia que otorga la protección constitucional al peticionario de garantías en
un juicio de amparo contra leyes, de acuerdo con el principio de relatividad, son los de proteger
exclusivamente al quejoso, pero no sólo contra el acto de aplicación con motivo del cual se haya
reclamado la ley, si se impugnó como heteroaplicativa, sino también como en las leyes
autoaplicativas, la de ampararlo para que esa ley no le sea aplicada válidamente al particular en
el futuro.”
También es importante señalar que el principio de relatividad que nos ocupa ha sido objeto de
una reinterpretación a raíz de la reforma del seis de junio de dos mil once al artículo 107
constitucional, porque al haberse ampliado el espectro de protección de los derechos humanos
a través del juicio de amparo, para incluir derechos colectivos y/o difusos, entre los que se
encuentran derechos económicos, sociales y culturales, es claro que los efectos de la protección
constitucional otorgada al quejoso o a los quejosos que promovieron el juicio reclamando un
acto de autoridad violatorio de alguno de esos derechos, no podría limitarse invariablemente a
la esfera jurídica de los promoventes, sino que podrá extenderse a personas que no litigaron en
el juicio de amparo, atendiendo a la naturaleza colectiva del derecho violado.
Ejemplo de lo anterior, sería el caso en que se concediera el amparo a una persona que
promovió el juicio contra un acto que autorizó un desarrollo habitacional en una zona natural
protegida, que implicaba un impacto ambiental severo a dicha zona, de la cual se benefician no
solamente el quejoso, sino los vecinos que radican en las inmediaciones de la zona, pues en este
supuesto los efectos de la protección constitucional, que implican invalidar la autorización
constitutiva del acto reclamado, van a beneficiar no solamente al quejoso, sino también a los
vecinos que vienen disfrutando de los servicios ecológicos que brinda la zona natural protegida.
El segundo párrafo del precepto que se comenta, obliga al pleno, a las salas de la SCJN, así como
a los tribunales colegiados de circuito, a publicar los proyectos de sentencias que versen sobre
la constitucionalidad o convencionalidad de una norma general y amparos colectivos, cuando
menos con tres días de anticipación a la publicación de las listas de los asuntos que se
resolverán.
El subsecuente párrafo obliga a la SCJN y al CJF a reglamentar la publicidad que deba darse a los
proyectos de sentencia antes referidos.
Sobre el particular existe el siguiente acuerdo del Pleno de la SCJN, que se transcribe sólo en la
parte conducente a los puntos de acuerdo, omitiéndose la transcripción de la parte
considerativa, en aras de la brevedad y por ser bastante claros los aludidos puntos de acuerdo:
“ACUERDO GENERAL NÚMERO 7/2016, DE CUATRO DE JULIO DE DOS MIL DIECISÉIS, DEL
TRIBUNAL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, POR EL QUE SE
REGLAMENTA LA PUBLICIDAD DE LOS PROYECTOS DE SENTENCIA TRATÁNDOSE DE
RESOLUCIONES SOBRE LA CONSTITUCIONALIDAD O CONVENCIONALIDAD DE UNA NORMA
GENERAL Y AMPAROS COLECTIVOS.
ACUERDO:
TERCERO. La versión pública del proyecto de resolución de que se trate será generada por el
Secretario de Estudio y Cuenta respectivo, quien la remitirá a la correspondiente Secretaría de
Acuerdos, a efecto de que ésta sin mayor trámite la ingrese al vínculo relativo del Portal de
Internet de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación.
TRANSITORIOS:
PRIMERO. Este Acuerdo General entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario
Oficial de la Federación.
Asimismo, el CJF ha expedido el siguiente acuerdo sobre el tema que nos ocupa:
“ACUERDO GENERAL DEL PLENO DEL CONSEJO DE LA JUDICATURA FEDERAL, POR EL QUE SE
ADICIONA EL SIMILAR QUE ESTABLECE LAS DISPOSICIONES EN MATERIA DE ACTIVIDAD
ADMINISTRATIVA DE LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES, RELATIVO A LA PUBLICIDAD DE
PROYECTOS DE SENTENCIA TRATÁNDOSE DE RESOLUCIONES SOBRE LA CONSTITUCIONALIDAD
O CONVENCIONALIDAD DE UNA NORMA GENERAL Y AMPAROS COLECTIVOS.
ACUERDO
“ÚNICO. Se adiciona un Título Sexto al "Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura
Federal, que establece las disposiciones en materia de actividad administrativa de los órganos
jurisdiccionales", para quedar como sigue:
"TÍTULO SEXTO
CAPÍTULO ÚNICO
Artículo 250. La versión pública del proyecto de resolución de que se trate será generada por el
secretario de Tribunal de Circuito que elaboró el proyecto de resolución, quien la remitirá a la
Secretaría de Acuerdos, a efecto de que ésta sin mayor trámite la ingrese al vínculo relativo del
SISE."
TRANSITORIOS
PRIMERO. El presente Acuerdo entrará en vigor a los tres días siguientes al de su publicación en
el Diario Oficial de la Federación.
Por no ser tema de nuestro curso no se hace comentario en torno al párrafo cuarto del artículo
en estudio.
El párrafo último del precepto en comentario, establece que en la vía de amparo directo el
estudio de los conceptos de violación en que se alegue la inconstitucionalidad de una norma
general, se hará únicamente en la parte considerativa de la sentencia.
Lo anterior es así porque de conformidad con lo dispuesto en el artículo 170, fracción I, párrafo
primero de la Ley de Amparo, el juicio de amparo en la vía directa sólo procede en contra de
sentencias definitivas, laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictadas por tribunales
judiciales, administrativos o del trabajo.
Luego entonces, acorde con lo que dispone el artículo 175, fracción IV, segundo párrafo, de la
misma Ley de Amparo, que regula lo relativo a los requisitos de la demanda de amparo directo,
cuando se impugne la sentencia definitiva, laudo o resolución que puso fin al juicio, por
estimarse inconstitucional la norma general aplicada, tal planteamiento sólo será materia de los
conceptos de violación de la demanda, sin señalar como acto reclamado la norma general,
debiéndose llevar a cabo el estudio y calificación de dichos conceptos de violación en la parte
considerativa de la ejecutoria que resuelva el juicio de amparo directo.
V. Los efectos o medidas en que se traduce la concesión del amparo, y en caso de amparos
directos, el pronunciamiento respecto de todas las violaciones procesales que se hicieron valer
y aquellas que, cuando proceda, el órgano jurisdiccional advierta en suplencia de la queja,
además de los términos precisos en que deba pronunciarse la nueva resolución; y
VI. Los puntos resolutivos en los que se exprese el acto, norma u omisión por el que se
conceda, niegue o sobresea el amparo y, cuando sea el caso, los efectos de la concesión en
congruencia con la parte considerativa.
En efecto, es cierto, que la sentencia debe llevar a cabo la fijación correcta del acto reclamado,
que deben analizarse sistemáticamente todos los conceptos de violación, o bien, tratándose de
una sentencia que se dicte en un recurso de los previstos en la Ley de Amparo, deben analizarse
con ese mismo rigor, todos los agravios.
Tampoco se discute que la sentencia debe exponer las consideraciones y fundamentos en que
se apoye para conceder o negar el amparo, o en su caso, sobreseer en el juicio, y que en el
supuesto de que se conceda el amparo, deben precisarse los efectos o medidas de dicha
concesión, así como que la sentencia debe concluir con puntos resolutivos que señalen con
precisión el acto, norma general u omisión, por el que se conceda, niegue o sobresea en el juicio,
congruente con lo que se haya externado en la parte considerativa, pero lo cierto es que la
sistemática en el dictado de una sentencia incluye otros aspectos o temas que no son incluidos
en forma expresa por el legislador, a saber:
Lo primero que debe analizar el tribunal de amparo es su competencia para resolver el juicio de
amparo, o bien el recurso correspondiente, dado que si no es competente, declarará su
incompetencia, sin examinar, obviamente, los demás temas que incluye el precepto en estudio.
Después debe verificar si existe o no existe el acto reclamado, porque si no existe, esto es, si no
se demostró su existencia en el juicio, entonces procederá el sobreseimiento del juicio, sin
necesidad de estudiar los conceptos de violación, acorde con lo que dispone la fracción IV del
artículo 63 de la ley. Sobre el particular es oportuno citar la siguiente tesis de jurisprudencia:
Época: Séptima Época
Registro: 239006
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Volumen 24, Tercera Parte
Materia(s): Común
Tesis:
Página: 49
Si se acredita la existencia del acto reclamado, procederá el juzgador de amparo a analizar las
causas de improcedencia del juicio que, en su caso, hayan planteado las partes, o las que,
advierta de oficio dicho juzgador.
En el supuesto de que no se actualicen la o las causas de improcedencia hechas valer por las
partes, hará el estudio correspondiente en la parte considerativa de la sentencia y en uno de los
puntos resolutivos deberá negar el sobreseimiento correspondiente.
Ahora bien, qué significa o qué debemos entender por “examen sistemático de los conceptos
de violación” o en su caso de los agravios.
Para responder al cuestionamiento anterior, es importante señalar que de acuerdo con el nuevo
modelo de substanciación y resolución de los juicios de amparo seguido en la Ley de Amparo
vigente, la abreviación y concentración son principios rectores de ese nuevo modelo, lo que
implica que los juicios de amparo deben resolverse de manera que las controversias, juicios, o
procedimientos de los que deriven los actos reclamados, no prolonguen indefinidamente dichas
controversias, juicios o procedimientos, a través de la promoción de diversos amparos
sucesivos.
Para tal fin, se instrumenta que el juzgador de amparo debe analizar en forma exhaustiva y de
modo preferente, los conceptos de violación de fondo sobre los de forma, pues con ese
proceder la controversia, juicio o procedimiento del que deriva el acto reclamado se resolverá
en forma definitiva con la promoción de un solo juicio de amparo.
Es oportuno referir que por conceptos de violación de fondo se entienden aquéllos que atacan
el acto reclamado en cuanto al derecho substancial afectado en el mismo, de suerte que si los
conceptos de violación de fondo son fundados, se restituirá al quejoso en el goce de ese derecho
substancial en forma total, es decir, de manera lisa y llana.
Ahora bien, sólo en el supuesto de que no sea dable analizar los conceptos de violación de
fondo, porque las violaciones de carácter procedimental que se invocan en los capítulos de
queja son de tal magnitud que impiden resolver con certidumbre jurídica el fondo substancial
controvertido en el acto reclamado, entonces se procederá al estudio de esos conceptos de
violación formales o procesales, por lo que de resultar fundados se concederá la protección
constitucional para el efecto de que se reparen esas violaciones procesales; inclusive, cabe
añadir, que la fracción V del precepto en comentario, obliga al órgano jurisdiccional a estudiar
en el amparo directo todas las violaciones procesales invocadas por el quejoso, así como las que
en su caso advierta de oficio el tribunal colegiado en los casos en que procede la suplencia de la
queja deficiente conforme a lo establecido en el artículo 79 de la ley.
En la fracción V del artículo que se estudia, se establece la obligación del tribunal de precisar,
en caso de que se conceda la protección constitucional, los efectos y medidas para los cuales
se concede dicha protección, lo cual obedece al propósito de dejar claro para las partes y
particularmente para las autoridades responsables, los actos que obligadamente tendrán que
realizar para restituir al quejoso en el goce del derecho humano violado, y así evitar que en el
cumplimiento a la ejecutoria de amparo correspondiente, existan defectos o bien excesos en tal
cumplimiento, en detrimento de los derechos del quejoso, de terceros y en perjuicio de la
administración de justicia.
Por otra parte, en la fracción VI de este mismo numeral, se alude al principio de congruencia
que debe existir entre los considerandos y los puntos resolutivos de la sentencia, de manera que
estos últimos reflejen lo determinado en los consideraciones correspondientes y que
concluyeron con la decisión de conceder o negar el amparo, o bien sobreseer en el juicio., habida
cuenta que los puntos resolutivos deben estar regidos invariablemente por las consideraciones
respectivas.
Inherente también al principio de congruencia resulta precisar el acto o actos por los cuales se
concede o se niega el amparo, así como por los cuales se sobresee en el juicio, a efecto de evitar
confusiones en la interpretación de la sentencia.
Para la correcta aplicación de la institución habrá que considerar a la sentencia tanto como
documento, como acto jurídico decisorio, y posteriormente considerar que el documento
sentencia debe ser siempre congruente con la sentencia como acto jurídico decisorio.
Ahora bien, aun cuando la disposición legal que se comenta establece que la aclaración de
sentencia sólo procede de manera oficiosa, lo cierto es que el Pleno de la SCJN ha señalado en
la tesis de jurisprudencia que a continuación se transcribe, que ello no impide que las partes
puedan proponer dicha aclaración.
Artículo 75. En las sentencias que se dicten en los juicios de amparo el acto reclamado se
apreciará tal y como aparezca probado ante la autoridad responsable. No se admitirán ni se
tomarán en consideración las pruebas que no se hubiesen rendido ante dicha autoridad.
El Órgano jurisdiccional deberá recabar oficiosamente las pruebas rendidas ante la responsable
y las actuaciones que estime necesarias para la resolución del asunto. En materia penal, se
estará a lo dispuesto en la última parte del párrafo anterior.
Además, cuando se reclamen actos que tengan o puedan tener como consecuencia privar de la
propiedad o de la posesión y disfrute de sus tierras, aguas, pastos y montes a los ejidos o a los
núcleos de población que de hecho o por derecho guarden el estado comunal, o a los ejidatarios
o comuneros, deberán recabarse de oficio todas aquellas pruebas que puedan beneficiar a las
entidades o individuos mencionados y acordarse las diligencias que se estimen necesarias para
precisar sus derechos agrarios, así como la naturaleza y efectos de los actos reclamados.
COMENTARIO: El primer párrafo de este artículo consagra una regla fundamental en el juicio de
amparo, consistente en que el acto reclamado debe apreciarse tal y como haya quedado
probado ante la autoridad responsable.
Esta regla general tiene como consecuencia otra regla relativa a que: en el jucio de amparo no
se admitirán pruebas diversas a las rendidas ante la autoridad responsable y que ésta haya
tenido a la vista al pronunciar el acto reclamado.
Las reglas referidas tienen como sustento que el juicio de amparo no es una instancia abierta
que de oportunidad al quejoso para que aporte pruebas que no haya rendido ante la autoridad
responsable a pesar de haber tenido la oportunidad de hacerlo, sino que constituye un juicio de
mera revisión a efecto de constatar si el acto reclamado es o no constitucional, con base en los
mismos datos y pruebas que haya tenido a la vista la autoridad responsable para emitir el acto
impugnado.
Ejemplo de lo anterior sería el caso en que el amparo sea promovido por un tercero extraño a
un juicio o procedimiento, pues al no haber participado en dicho juicio o procedimiento, se vio
imposibilitado para ofrecer pruebas ante la autoridad responsable.
En la última parte de este mismo párrafo, se señala que para la materia penal se deberá atender
a la oralidad y a los principios que rigen en el proceso penal acusatorio.
Lo anterior implica que el juez de distrito, para resolver el juicio de amparo, sólo deberá atender
a los datos de prueba que hayan sido presentados en forma oral ante el juez de control para la
emisión del acto reclamado, estando vedado para el juez de amparo analizar directamente la
integridad de los registros o datos de prueba que obren en la carpeta de investigaciión que no
hayan sido presentados en la forma antes descrita ante la autoridad judicial.
Esta disposición implica lo siguiente: que el quejoso queda exento de la carga de aportar ante
el tribunal de amparo las pruebas que se tomaron en cuenta para dictar el acto reclamado, en
las que funda sus argumentos de inconstitucionalidad.
En segundo término implica que en el caso del amparo indirecto, no podrá celebrarse la
audiencia constitucional, ni por consiguiente dictarse la sentencia correspondiente, hasta que
obren en el juicio las pruebas antes referidas, inclusive, cabe agregar, que el incumplimiento de
la autoridad responsable a remitir esas pruebas que tomó en cuenta para pronunciar el acto
reclamado, se sanciona en la Ley de Amparo, en los términos siguientes:
Artículo 260. Se sancionará con multa de cien a mil días a la autoridad responsable que:
II. No rinda el informe con justificación o lo haga sin remitir, en su caso, copia certificada
completa y legible de las constancias necesarias para la solución del juicio constitucional
u omita referirse a la representación que aduzca el promovente de la demanda en
términos del artículo 11 de esta Ley;
…
(Lo resaltado no es de origen)
En el último párrafo de este artículo 75, se reitera la obligación antes dicha, pero con mayor
extensión, pues se establece que tratándose de actos que tengan como consecuencia privar de
la propiedad o de la posesión y disfrute de sus tierras, aguas, pastos y montes a los ejidos o a
los núcleos de población que de hecho o por derecho guarden el estado comunal, o a los
ejidatarios o comuneros, deberán recabarse de oficio todas aquellas pruebas que puedan
beneficiar a las entidades o individuos mencionados y acordarse las diligencias que se estimen
necesarias para precisar sus derechos agrarios, así como la naturaleza y efectos de los actos
reclamados, lo que implica que en estos supuestos el tribunal de amparo se convierte en un
verdadero tutor de los derechos de las entidades e individuos mencionados, pues se le conmina
a recabar pruebas que BENEFICIEN a los sujetos de derechos agrario mencionados, lo cual, desde
nuestro punto de vista, rompe gravemente con la neutralidad e imparcialidad que en todo
momento debe conservar el juzgador.
Artículo 76. El órgano jurisdiccional, deberá corregir los errores u omisiones que advierta en la
cita de los preceptos constitucionales y legales que se estimen violados, y podrá examinar en su
conjunto los conceptos de violación y los agravios, así como los demás razonamientos de las
partes, a fin de resolver la cuestión efectivamente planteada, sin cambiar los hechos expuestos
en la demanda.
COMENTARIO: La institución que regula este numeral se conoce como “la suplencia de la
deficiencia del error”, porque la primera parte de dicho numeral, literalmente se limita a
imponer al tribunal de amparo la obligación de corregir los errores u omisiones que en la cita de
los preceptos constitucionales y legales haya incurrido el quejoso en su demanda de amparo.
Al respecto, la SCJN ha establecido que esta facultad se identifica con lo que la doctrina procesal
clásica identifica como la “causa de pedir”, con la particularidad de que en el caso del juicio de
amparo, atento a lo que señala esta disposición, para considerar la “causa de pedir”, aun en los
amparos de estricto derecho en los que no es posible la suplencia de la deficiencia de la queja
(que se estudiará en el artículo 79 de la ley), basta que el quejoso exprese con claridad cuál es
la lesión o agravio que estima le causa la ley o el acto que impugna, y los motivos que originan
tal agravio o lesión.
Sobre la temática referida tienen aplicación las siguientes tesis de la SCJN, con la aclaración de
que si bien ambas tesis son de fecha anterior al inicio de la vigencia de la Ley de Amparo
publicada el dos de abril de dos mil trece, las mismas resultan aplicables en la actualidad ,dada
la semejanza que existe entre los artículos de la anterior y de la actual ley sobre la temática
abordada.
I. Cuando el acto reclamado sea de carácter positivo se restituirá al quejoso en el pleno goce del
derecho violado, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación; y
II. Cuando el acto reclamado sea de carácter negativo o implique una omisión, obligar a la
autoridad responsable a respetar el derecho de que se trate y a cumplir lo que el mismo exija.
En asuntos del orden penal en que se reclame una orden de aprehensión o autos que
establezcan providencias precautorias o impongan medidas cautelares restrictivas de la libertad
con motivo de delitos que la ley no considere como graves o respecto de los cuales no proceda
la prisión preventiva oficiosa conforme la legislación procedimental aplicable, la sentencia que
conceda el amparo surtirá efectos inmediatos, sin perjuicio de que pueda ser revocada
mediante el recurso de revisión; salvo que se reclame el auto por el que se resuelva la situación
jurídica del quejoso en el sentido de sujetarlo a proceso penal, en términos de la legislación
procesal aplicable, y el amparo se conceda por vicios formales.
En caso de que el efecto de la sentencia sea la libertad del quejoso, ésta se decretará bajo las
medidas de aseguramiento que el órgano jurisdiccional estime necesarias, a fin de que el
quejoso no evada la acción de la justicia.
En todo caso, la sentencia surtirá sus efectos, cuando se declare ejecutoriada o cause estado
por ministerio de ley.
Pues bien, en el artículo que ahora se comenta se precisan los efectos que puede tener la
protección constitucional, a saber:
1.- En la fracción I, se prevé que cuando el acto reclamado es de carácter positivo, es decir,
cuando el referido acto consistió en un hacer, o también dicho, en una acción de la autoridad,
afectando un derecho humano sobre el cual no tiene facultades para ello, o bien, teniendo
facultades para afectar ese derecho, la acción que realizó no cumple las formalidades exigidas
por la Constitución General de la República para llevar a cabo tal afectación, el efecto del
amparo será invalidar el acto reclamado, restableciendo el estado de cosas existente hasta antes
de la violación cometida, restituyendo de esta forma al quejoso en el goce del derecho humano
violado.
En otros términos, la restitución que debe hacerse al quejoso implica no solamente nulificar o
privar de efectos el acto reclamado, sino que cuando las consecuencias del citado acto trajeron
una mutación del estado de las cosas, deberá restablecerse ese estado existente antes de que
se actualizaran las consecuencias del acto reclamado.
2.- En la fracción II, se dispone que cuando el acto reclamado sea de carácter negativo, o
constituya una omisión, los efectos del amparo serán los de respetar el derecho de que se trate
y de cumplir lo que ese derecho le exija a la autoridad responsable.
Ahora bien, precisa explicar que un acto negativo significa que la autoridad niegue al quejoso
acceder a un derecho humano, afectando, por consiguiente, su esfera jurídica; mientras que un
acto omisivo, significa que la autoridad se abstiene de cumplir con una obligación que le impone
el respeto al derecho humano del quejoso.
Abundando sobre el tema de la restitución que debe tener la sentencia estimatoria de amparo,
la Primera Sala de la SCJN en la tesis que enseguida se incluye, ha determinado que la reparación
integral de derechos humanos conlleva obligaciones tanto positivas como negativas a cargo de
las autoridades responsables, porque la moderna teoría de los derechos fundamentales
entiende que éstos no sólo comportan prohibiciones que se traducen en obligaciones negativas,
sino que también establecen obligaciones positivas y presuponen la existencia de deberes
generales de protección a cargo de las autoridades estatales; que por ello, cuando se ha violado
un derecho que impone a la autoridad la obligación de realizar una conducta positiva, la
restitución no puede conseguirse simplemente anulando el acto de autoridad, sino obligando a
ésta a que realice la conducta que está ordenada por el derecho en cuestión. La tesis a la que
nos referimos es la siguiente:
En el criterio que a continuación se invoca, se establece que la facultad que se otorga a los
tribunales de amparo de especificar para cada caso las medidas que las autoridades o
particulares deban adoptar para asegurar el estricto cumplimiento a la sentencia que concede
la protección constitucional y la restitución del quejoso en el goce del derecho, se justifica y por
lo tanto no es inconstitucional ni inconvencional, porque no toda violación de derechos es igual,
por lo que el efecto de las sentencias no puede ser uniforme, sino que acorde con las
consideraciones que llevaron a otorgar el amparo, debeadptarse las medidas necesarias para
tutelar de la manera más efectiva los derechos de las personas. La tesis a la que nos referimos
es la siguiente:
Artículo 78. Cuando el acto reclamado sea una norma general la sentencia deberá determinar si
es constitucional, o si debe considerarse inconstitucional.
En cambio, en la vía de amparo directo, acorde con lo que dispone el artículo 175, fracción IV,
segundo párrafo, de la Ley de Amparo, cuando se impugne una norma general aplicada en la
sentencia definitiva, laudo o resolución que haya puesto fin al juicio, tal planteamiento será
materia únicamente del capítulo de conceptos de violación de la demanda, sin señalarse como
acto reclamado la norma general, ni por consiguiente señalarse como autoridad responsable a
la que emitió la norma general impugnada.
En el segundo párrafo del precepto que se comenta, se prevé lo que la doctrina jurisprudencial
ha denominado como “efecto extensivo”, mismo que se explica a continuación:
1.- El primer presupuesto para la aplicación de este principio es la impugnación de una norma
general en la vía de amparo indirecto.
2.- El segundo presupuesto es que la sentencia que se pronuncie en el juicio de amparo declare
la inconstitucionalidad de la norma general impugnada.
También resulta oportuno mencionar que el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
ha identificado el principio del “efecto extensivo”, con el modelo de “Invalidación Indirecta”,
mismo que se explica en la tesis jurisprudencial que más adelante se insertará.
Para entender la operatividad del modelo aludido, debe considerarse que también existe el
modelo de “Invalidación Directa”, en el cual el tribunal de control constitucional decreta, en una
sentencia, que cierta norma o normas resultan inconstitucionales por transgredir el contenido
de un precepto constitucional o legal.
Ciertamente, la condición necesaria para que se extiendan los efectos de invalidez de una norma
declarada inconstitucional, debe ser la relación de dependencia de validez entre esta norma y
otra u otras del sistema, conforme a los siguientes criterios:
a) Jerárquico o vertical, según el cual la validez de una norma de rango inferior depende de
la validez de otra de rango superior.
b) Material u horizontal, en el que una norma invalidada afecta a otra de su misma jerarquía,
debido a que ésta regula alguna cuestión prevista en aquélla, de suerte que la segunda ya
no tiene razón de ser.
c) Sistemático, o de la “remisión expresa”, que consiste en que el texto de la norma
invalidada remite a otras normas, ya sea del mismo ordenamiento o de otro distinto.
Cuando remite expresamente, su aplicador debe obtener su contenido a partir de la
integración de los diversos enunciados normativos que resulten implicados en la relación
sistemática; de este modo, la invalidez de la norma se expande sistemáticamente por vía
de la integración del enunciado normativo.
d) Temporal, en el que una norma declarada inválida en su actual vigencia afecta la validez
de otra norma creada con anterioridad pero con efectos hacia el futuro.
e) De generalidad, en el que una norma general declara inválida afecta la validez de la norma
o normas especiales que de ella se deriven.
Los anteriores criterios de clasificación de factores para dilucidar la aplicación del “efecto
extensivo” o de “invalidación indirecta” de las normas, tiene su origen en la tesis de
jurisprudencia del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que a continuación se
inserta:
El caso antes referido, fue resuelto por el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa
del Primer Circuito, en la ejecutoria pronunciada en el amparo en revisión 174/2017, dela que
derivó la tesis aislada que a continuación se transcribe:
En adición a lo anterior, procede señalar como ejemplo de aplicación del “efecto extensivo” el
siguiente ejemplo hipotético: si en una sentencia de amparo inderecto se declara
inconstitucional un impuesto, por estimarse que viola el principio de equidad previsto por el
artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal; los efectos de esa declaratoria deben
extenderse a todas las normas que prevén obligaciones vinculadas al pago de ese impuesto; por
ejemplo, las normas que establezcan la base gravable, la forma de cálculo, la declaración para
efectos del pago, la periodicidad de ese pago, las deducciones que de dicho pago puede hacer
el contribuyente.
Como se advierte, las obligaciones antes enunciadas se vinculan en forma horizontal o material
con la norma declarada inconstitucional que prevé el impuesto aludido.
Artículo 79. La autoridad que conozca del juicio de amparo deberá suplir la deficiencia de los
conceptos de violación o agravios, en los casos siguientes:
I. En cualquier materia, cuando el acto reclamado se funde en normas generales que han sido
consideradas inconstitucionales por la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación y de los Plenos de Circuito. La jurisprudencia de los Plenos de Circuito sólo obligará a
suplir la deficiencia de los conceptos de violación o agravios a los juzgados y tribunales del
circuito correspondientes;
II. En favor de los menores o incapaces, o en aquellos casos en que se afecte el orden y desarrollo
de la familia;
b) En favor del ofendido o víctima en los casos en que tenga el carácter de quejoso o adherente;
a) En los casos a que se refiere la fracción III del artículo 17 de esta Ley; y
b) En favor de los ejidatarios y comuneros en particular, cuando el acto reclamado afecte sus
bienes o derechos agrarios.
V. En materia laboral, en favor del trabajador, con independencia de que la relación entre
empleador y empleado esté regulada por el derecho laboral o por el derecho administrativo;
VI. En otras materias, cuando se advierta que ha habido en contra del quejoso o del particular
recurrente una violación evidente de la ley que lo haya dejado sin defensa por afectar los
derechos previstos en el artículo 1o de esta Ley. En este caso la suplencia sólo operará en lo que
se refiere a la controversia en el amparo, sin poder afectar situaciones procesales resueltas en
el procedimiento en el que se dictó la resolución reclamada; y
VII. En cualquier materia, en favor de quienes por sus condiciones de pobreza o marginación se
encuentren en clara desventaja social para su defensa en el juicio.
En los casos de las fracciones I, II, III, IV, V y VII de este artículo la suplencia se dará aún ante la
ausencia de conceptos de violación o agravios. En estos casos solo se expresará en las sentencias
cuando la suplencia derive de un beneficio.
La suplencia de la queja por violaciones procesales o formales sólo podrá operar cuando se
advierta que en el acto reclamado no existe algún vicio de fondo.
COMENTARIO: Como lo analizamos al inicio del curso, uno de los principios fundamentales del
juicio de amparo es el de “estricto derecho”, que implica que al resolver un juicio de amparo el
juzgador deberá limitar el estudio del acto reclamado, al contenido de los argumentos jurídicos
expuestos por el quejoso oportunamente, ya sea en el escrito de demanda o en un escrito de
ampliación de demanda, para determinar si el acto reclamado es o no inconstitucional.
Por otra parte, la Primera Sala de la SCJN, en la tesis aislada que a continuación se transcribirá,
ha estimado que con la institución de la suplencia de la queja, se logra una eficaz protección de
los derechos humanos violados y sus garantías, al considerar que, por una serie de
circunstancias de carácter histórico, social y/o jurídico, en esos supuestos se requiere especial
protección; que los supuestos de suplencia de la queja que prevé el artículo en comentario, se
caracterizan por presentar posiciones asimétricas entre las partes, y, en consecuencia, se asume
que una de ellas cuenta con menores recursos (ya sea educativos, sociales, económicos o de
cualquiera otra índole) ocasionándose una disparidad que repercute en su derecho de acceso a
la justicia, por lo que ante tal disparidad, la suplencia de la queja funciona como un mecanismo
que permite a las partes encontrarse en un plano de igualdad y hacer efectivo lo dispuesto por
el artículo 1o. constitucional.
“26. La suplencia de la queja es una institución procesal que se justifica por la necesidad de
equilibrar el proceso, especialmente cuando se trata de favorecer a determinados sectores de la
sociedad, históricamente desaventajados.
27. La esencia de la suplencia es pues la búsqueda del equilibrio procesal; una suerte de
nivelación previa a resolver la cuestión planteada, mediante la cual el Juez puede realizar los
ajustes necesarios, en la medida de las posibilidades del caso, con la finalidad de que las partes
en el litigio puedan acceder al mismo de una forma más equitativa y, por ende, más justa, en
relación con el momento en que acudieron al proceso.
28. Si esto es así, entonces podemos sostener que la suplencia está sujeta a una racionalidad: la
búsqueda de la igualdad procesal, que, como se sabe, es uno de los más importantes principios
procesales. En el proceso penal la igualdad procesal se conoce como "igualdad de armas"
(equality of arms en la tradición anglosajona y Waffengleichheit, en la tradición europea
continental) y supone la existencia de un mandato según el cual, cada parte del proceso penal
debe poder presentar su caso bajo unas condiciones y garantías judiciales que permitan
equilibrar los medios y posibilidades de actuación procesal, de tal manera que no se genere una
posición sustancialmente desventajosa de una de las partes frente a la otra, como la que de
hecho se presenta entre el ente acusador (Ministerio Público) y el acusado, a favor del primero
y en detrimento del segundo.(6)
29. Este principio aboga no sólo por la posibilidad de contender frente a la otra parte en igualdad
de condiciones, sino también por procurar la participación del acusado en el proceso, en
condiciones que enmienden el desequilibrio entre los medios de que dispone éste y de los que
dispone el Ministerio Público, los cuales son claramente superiores. El principio de igualdad de
armas o igualdad de medios, supone entonces que la carga probatoria del acusador es
proporcional a sus medios, y que las reglas de ejercicio del principio contradictorio, en virtud de
esa carga, buscan equiparar la participación en el proceso penal, tanto, optimizando lo más
posible las garantías de la defensa, como, incrementando la exigencia del cumplimiento de la
labor probatoria del acusador.
30. Los ajustes que deben hacerse mediante la suplencia de la queja, por otro lado, los determina
previamente el legislador democrático, esto es, no son una actividad que el juzgador pueda hacer
sin limitaciones o sin seguir alguna pauta pre-establecida. La racionalidad de la suplencia,
basada en el principio de igualdad procesal, queda en la mayoría de los casos advertida
previamente por el legislador, por ello, es menester que el Juez se ajuste a ella, a menos que
advirtiera una grosera o absurda implementación legal al respecto. En consecuencia, si un
juzgador introduce un ejercicio semejante a la suplencia en una situación no determinada por el
legislador, entonces podría alterar la racionalidad, y podría afectar la igualdad procesal, al
introducir una ventaja indebida a favor de alguna de las partes.”
Para que proceda la suplencia aludida en ambas vías de amparo, no es necesario que se señalen
como autoridades responsables a las que intervinieron en el proceso de creación de las normas
inconstitucionales, ni que se señalen éstas como acto reclamado, máxime que en el amparo
directo la impugnación de normas generales sólo debe ser materia de los conceptos de violación
y de la parte considerativa de la sentencia (ver penúltimo párrafo, de la fracción I, del artículo
170 de la Ley de Amparo).
Sin embargo, para que opere la suplencia es menester que el juicio de amparo sea procedente
respecto del acto de aplicación de la norma general declarada inconstitucional.
Por consiguiente, en este supuesto de suplencia de deficiencia de la queja, no importa que el
juicio de amparo resulte improcedente respecto de la norma general (en el caso de que se haya
reclamado, lo cual sí es posible realizar en la vía de amparo indirecto), porque en este supuesto
lo único que procedería sería sobreseer en el juicio en cuanto a la norma general, más no
respecto del acto de su aplicación, en contra del cual se concedería la protección constitucional.
Fracción II.- En esta fracción se prevé la suplencia de la queja en favor de tres grupos: los
menores, los incapaces y la familia, cuando se afecta su orden y desarrollo
Así, en los juicios sobre divorcio, la suplencia de la queja en el juicio de amparo, al margen de
buscar la eficaz tutela de cualquiera de los derechos de los hijos menores de edad, buscará que
la ruptura de la relación familiar que deriva del matrimonio, carezca de un impacto
jurídicamente diferenciado sobre cada uno de los cónyuges, a través de la eliminación de
posibles actos de discriminación u otros obstáculos que impidan desproporcionada o
irrazonablemente a los progenitores ejercer sus derechos de maternidad y paternidad, así como
la compensación de la eventual pérdida de oportunidades que hubiese sufrido una de las partes
durante y con motivo del matrimonio.
Las ideas contenidas en los párrafos anteriores, tienen sustento en las siguientes tesis de
jurisprudencia de la Primera Sala de la SCJN, a saber:
Fracción III.- La suplencia de la deficiencia de la queja en la materia penal a favor del inculpado
o sentenciado, a que se refiere el inciso a) de esta fración,
“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN LOS JUICIOS DE AMPARO EN MATERIA AGRARIA. PARA QUE OPERE ES
NECESARIO QUE LOS ACTOS RECLAMADOS AFECTEN O PUEDAN AFECTAR DERECHOS AGRARIOS DE LOS
PROMOVENTES. De la interpretación sistemática de las disposiciones contenidas en el Libro Segundo de la Ley
de Amparo, particularmente de sus artículos 212, 217, 218 y 227, se colige que la suplencia de la queja deficiente
en los juicios de amparo en materia agraria en que sean parte como quejosos o como tercero perjudicados las
entidades o individuos que menciona el artículo 212, así como en los recursos que interpongan con motivo de
dichos juicios, sólo opera cuando los actos reclamados tengan o puedan tener por efecto privar total o
parcialmente, en forma temporal o definitiva, de la propiedad, posesión o disfrute de sus derechos agrarios a
un núcleo de población sujeto al régimen ejidal o comunal, esto es, cuando afecten sus derechos agrarios, ya
que la ratio legis del indicado Libro Segundo es tutelar a los núcleos de población ejidal o comunal y a los
ejidatarios o comuneros en sus derechos agrarios, así como en su pretensión de derechos, también agrarios, a
quienes pertenezcan a la clase campesina, por lo que dicha suplencia no debe llegar al extremo de aceptar su
procedencia si los actos reclamados no afectan los derechos agrarios de los promoventes. Así, es insuficiente el
hecho de que el juicio de amparo lo promueva un núcleo de población ejidal o comunal, o tenga el carácter de
tercero perjudicado, para que opere la suplencia de la queja deficiente a que se refiere el artículo 76 Bis, fracción
III, en relación con el diverso 227, ambos de la Ley de Amparo, pues se requiere, indefectiblemente, que los
actos reclamados sean de naturaleza netamente agraria y como tales afecten o puedan afectar sus derechos
agrarios.”
b) En favor de los ejidatarios y comuneros en particular, cuando el acto reclamado afecte sus bienes o derechos
agrarios, en este supuesto deberá suplirse la deficiencia de la queja y la de exposiciones, comparecencias y
alegatos, así como los recursos que se interpongan con motivo de estos juicios
Es importante señalar que la suplencia de la queja deficiente no solamente será procedente a favor de los
ejidatarios y comuneros en particular, sino también a favor de aquellos que busquen el reconocimiento de sus
derechos agrarios. Lo anterior tiene la finalidad de proteger los derechos de las personas que consideran les
asiste ese carácter o calidad, por lo que el juzgador, mediante la superación de las deficiencias de los argumentos
plasmados en los conceptos de violación y en los agravios expuestos o de su omisión, podrá tener certeza y
resolver con razonada convicción lo procedente.
Esta suplencia se efectuará cuando cause beneficio a la parte quejosa o recurrente de manera congruente con
su propia naturaleza jurídica, independientemente de que la parte quejosa o la tercero interesada sean personas
que pretendan obtener el carácter o calidad de ejidatario o comunero. Lo anterior tiene sustento en la siguiente
tesis de jurisprudencia:
Época: Décima Época
Registro: 2009789
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 21, Agosto de 2015, Tomo I
Materia(s): Común
Tesis: 2a./J. 102/2015 (10a.)
Página: 1151
Fracción V.- Con relación a la materia laboral, se aplicará la suplencia en favor del trabajador
independientemente de su regulación laboral o administrativa entre el empleador y el empleado. Para que esta
suplencia opere de los planteamientos formulados en los conceptos de violación de la demanda de amparo, o
en los agravios expresados en el recurso correspondiente, deberá atenderse los siguientes elementos:
1.- La calidad de trabajador del sujeto que promueve el amparo o interpone el recurso.
2.- La naturaleza jurídica del acto reclamado, materia de la controversia en el juicio de garantías, que se
determina por el bien jurídico o interés fundamental lesionado con dicho acto, es decir, cualquier afectación
directa o indirecta a los derechos fundamentales establecidos en el artículo 123 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos.
Para que opere esta institución de la suplencia de la deficiencia de la queja, no importará el origen del acto que
se reclame, podrá surgir de un conflicto obrero-patronal, de un acto administrativo, de una ley o de un
reglamento. Esto podemos encontrarlo en la jurisprudencia que se inserta a continuación:
Época: Novena Época
Registro: 168545
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXVIII, Octubre de 2008
Materia(s): Constitucional, Laboral
Tesis: P./J. 105/2008
Página: 63
“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN MATERIA DE TRABAJO. OPERA EN FAVOR DEL TRABAJADOR CUANDO
EL ACTO RECLAMADO AFECTE ALGÚN INTERÉS FUNDAMENTAL TUTELADO POR EL ARTÍCULO 123 DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL. Al establecer el artículo 76 bis de la Ley de Amparo las hipótesis en que se aplica la
suplencia de la queja deficiente en cada una de las materias en las que procede el juicio de amparo, precisa que
en materia de trabajo dicha suplencia sólo opera a favor del trabajador. Así, para establecer cuándo en un juicio
de amparo en esta materia debe suplirse la queja deficiente de los planteamientos formulados en los conceptos
de violación de la demanda de amparo, o bien, de los agravios expresados en el recurso correspondiente, debe
atenderse preferentemente a dos elementos, a saber: 1) a la calidad del sujeto que promueve el amparo o
interpone el recurso, quien debe ser trabajador; y, 2) a la naturaleza jurídica del acto reclamado materia de la
controversia en el juicio de garantías, que se determina por el bien jurídico o interés fundamental que se lesiona
con dicho acto, es decir, debe afectar directa e inmediatamente alguno de los derechos fundamentales
consagrados en el artículo 123 de la Constitución Federal que surgen de la relación obrero-patronal y sus
conflictos. De esta manera, para que el órgano de control constitucional esté obligado a aplicar la institución de
la suplencia de la deficiencia de la queja, sólo debe atenderse a los dos elementos anteriores, sin importar el
origen del acto reclamado, es decir, si deriva de un conflicto obrero-patronal, de un acto administrativo, de una
ley o de un reglamento, por lo que si en el caso, un trabajador impugna un acto que afecta un bien jurídico o
interés fundamental consagrado en su favor por las normas constitucionales, como lo son las garantías mínimas
de seguridad social previstas en la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del
Estado, debe concluirse que procede suplir la deficiencia de la queja.”
Fracción VI.- En otras materias, operará esta institución en lo relativo a la controversia en el amparo cuando se
advierta alguna violación evidente de la ley que haya dejado sin defensa al quejoso o al particular recurrente,
por afectar los derechos consagrados en el artículo 1° de la Ley de amparo. Lo anterior sin que implique
afectación a las situaciones procesales donde se dictó la resolución reclamada.
Aun cuando no se exprese el concepto de violación o el agravio, siempre que exista una exista una irregularidad
procesal grave y manifiesta en la controversia del amparo, no resuelta en el procedimiento de origen y que
afecte al quejoso o recurrente, será procedente la suplencia de la queja deficiente, la intención de ello es que
la parte contraria no se beneficie de esta indefensión en virtud de que la autoridad haya actuado de forma ilegal,
lo que permite que el Juez ejerza un discernimiento en cada caso concreto, tal como se explica en esta
jurisprudencia:
Época: Décima Época
Registro: 2009936
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 22, Septiembre de 2015, Tomo I
Materia(s): Común
Tesis: 2a./J. 120/2015 (10a.)
Página: 663
“SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. DEBE APLICARSE EN FAVOR DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD, EN
TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 79, FRACCIÓN VII, DE LA LEY DE AMPARO. Hechos: Una persona con discapacidad
promovió juicio de amparo directo para impugnar las Reglas de Operación 3.2.1 del Programa de Desarrollo
Humano Oportunidades y 3.3 del Programa de Apoyo Alimentario, vigentes en 2014, solicitando al Tribunal
Colegiado de Circuito del conocimiento y, posteriormente, a la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, que supliera la queja deficiente en su favor, atendiendo a su condición de discapacidad. Criterio
jurídico: La Segunda Sala del Alto Tribunal determina que es procedente suplir la queja deficiente en favor de
las personas con discapacidad, en términos de la fracción VII del artículo 79 de la Ley de Amparo, misma que
prevé su actualización en beneficio de quienes, "por sus condiciones de ... marginación se encuentren en clara
desventaja social para su defensa en el juicio". Justificación: Lo anterior, pues la finalidad de la fracción
normativa en cita consiste en asegurarse de que las condiciones desfavorables en que se encuentran
determinados grupos sociales en nuestro país no se traduzcan, a su vez, en desventajas procesales y de acceso
a la tutela jurisdiccional efectiva. En ese sentido, la suplencia de la queja opera en favor de las personas con
discapacidad, al pertenecer a uno de los grupos histórica y socialmente más vulnerables del país. Máxime
cuando ello resulta congruente por los compromisos internacionales de mejorar la situación de las personas con
discapacidad, a través de la adopción de medidas positivas para reducir las desventajas estructurales que
padecen tales personas. En ese sentido, es evidente que un trato jurisdiccional preferente resulta del todo
justificado en tratándose de personas con discapacidad; de ahí que no sólo se debe atender a sus peticiones y
reclamos prescindiendo de la exigibilidad de ciertos tecnicismos o formalismos, sino que, al suplir la queja
deficiente, los tribunales deben coadyuvar a “dar voz” a quienes frecuentemente no son escuchados por su
condición de vulnerabilidad.”