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Capítulo 10: El cerebro: cuerpo y mente

Sin cuerpo no hay mente

El cuerpo suministra una referencia básica a la mente. Ante una amenaza, nuestro cerebro la
detecta y elabora una serie de respuestas, selecciona una y reduce el riesgo de la amenaza,
pero este proceso es mucho mas complejo. La detección del peligro por el cerebro consiste en
una serie de cambios en ciertas partes del organismo (cambios locales) y en el organismo total
(cambios globales), ocurriendo ambos en el cuerpo y en el cerebro.

Se suele separar a cerebro y cuerpo como dos estructuras independientes. Aunque percibir no
es solo la recepción por parte del cerebro del estímulo. El organismo se modifica activamente,
por lo que el cuerpo no es totalmente pasivo ante esto. El motivo por el que ocurren las
interacciones con el entorno es que el organismo necesita mantener el estado de equilibrio
funcional (homeostasis). El organismo actúa constantemente sobre el entorno para sobrevivir,
por lo que percibir es tanto actuar sobre el entorno como recibir señales del entorno.

El concepto de mente se ha mudado desde un lugar etéreo e inconcreto a su residencia actual


en el cerebro. Desde un punto de vista evolutivo, afirmar que la mente depende de las
interacciones entre cerebro y cuerpo es excesivo. La mente surge de la actividad de los
circuitos neurales formados a través de la evolución a partir de requisitos funcionales del
organismo y solo existe la mente normal si esos circuitos contienen representaciones básicas
del organismo. Pero la mente no está en el cuerpo, sino que el cuerpo no solo aporta al
cerebro el soporte vital y los efectos modulatorios, contribuye con un contenido que es parte
esencial para la correcta operación de la mente normal.

Si una persona detecta una amenaza inicia unas complicadas series de reacciones químicas y
neurales. Algunas de estas reacciones suceden en el cuerpo y otras en el cerebro pero no
somos capaces de diferenciar cual suceden en una y otra parte. Solos somos conscientes de
que estamos en peligro.

El self es un estado biológico que se reconstruye rápidamente, no es una entidad dentro de


nuestro cerebro que observa todo. Cada organismo tiene un self, excepto aquellos en los que
una enfermedad cerebral ha creado más de uno o anulado el único self normal. Este nos
confiere subjetividad a nuestra experiencia.

Diversos sistemas cerebrales y el cuerpo deben estar activos continuamente para que se
produzca el self, si se cortan todos los nervios el estado corporal cambiaría radicalmente, así
como la mente.

Tanto las representaciones que el cerebro construye para describir una situación como los
movimientos que se forman para responder a esta situación dependen de interacciones entre
cuerpo y cerebro. El cerebro construye representaciones variables del cuerpo a medida que
esta va cambiando por las influencias químicas y neurales. Estas representaciones pueden ser
conscientes o inconscientes.

Los sucesos mentales resultan de la actividad neuronal en el cerebro, es indispensable que las
neuronas relaten antes el esquema y funcionamiento del cuerpo.

La idea de que la mente surge de un organismo más que de un cerebro es compatible con
varias teorías:

-el cerebro se desarrolló evolutivamente para asegurar la supervivencia del organismo


-para asegurar esa supervivencia, se necesitaba representar el mundo externo en términos de
las modificaciones que esta causa en el organismo

Esta representación abarca:

-la representación de estados de regulación en el hipotálamo y tallo cerebral

-la representación visceral de la cabeza, pecho y abdomen, además de los músculos y la piel

-la representación de la estructura musculo esquelética y su movilidad

La piel representación de la piel y de la estructura musculo esquelética desempeñan un papel


muy importante además de diferenciar la forma, superficie, textura y temperatura de los
objetos. Desempeña un rol muy importante de regulación homeostática.

El complejo somatosensorial cerebral representa nuestra estructura corporal en referencia a


un esquema del cuerpo en el que hay partes centrales, apendiculares y una frontera corporal.
Una representación de la piel es la manera de significar la frontera del cuerpo. Este mapa
dinámico esta distribuido en varias zonas por medio de patrones coordinados de actividad
neural. A nivel del tallo y del hipotálamo esta conectada a regiones del cerebro en las que se
dispone de organizaciones topográficas mas especializadas, las cortezas insulares y
somatosensoriales. La representación sensorial de todas las partes con potencial de
movimiento está conectada a distintos sitios y niveles del sistema motor, cuya actividad puede
causar actos musculares. El conjunto de mapas es somato-motor.

Estas estructuras existen, pero no son garantizadas de que operan como se ha descrito o que
tengan ese papel. Si no tuviésemos ese dispositivo, no seriamos capaces de indicar la
localización del dolor en un lugar concreto del cuerpo.

Somos mas conscientes del estado corporal de lo que admitimos. A medida que los sentidos
evolucionaban, la atención necesaria para la percepción evolucionó con ellos, dejando la
percepción del cuerpo atrás. Para la percepción, el sistema somatosensorial y motor trabajan
conjuntamente con los sistemas sensoriales.

Cuando un objeto es tocado, hay dos tipos de señales locales de nuestra piel: una que se ocupa
de la forma y textura y otra que activa las zonas del cuerpo por el contacto de este. El sistema
somatosensorial también esta implicado, como ya hemos descrito, ya que puede generar un
valor emocional.

El cuerpo como referente básico

Las representaciones primordiales del cuerpo nos ofrecen un marco espacial y temporal. La
representación de lo que construimos como espacio tridimensional se origina en el cerebro a
partir de la anatomía corporal y los movimientos del entorno. La realidad externa nos llega a
través de las perturbaciones.

Esas representaciones primordiales desempeñan un papel en la consciencia. Suministran un


culeo para la representación neural del self, otorgando una referencia basical al cuerpo para lo
que pasa en el organismo. Hay numerosos estados del organismo representados en mapas
interconectados, y cada uno sirve de anclaje al self para que exista en cualquier instante.
El self neural

El entendimiento de la base neural del self puede aclarar el proceso de la subjetividad, que es
un rasgo decisivo de la consciencia. El self y la subjetividad que engendra son necesarios para
la consciencia en general y no solo para la consciencia individual. Pero estas no son los
aspectos más importantes, el proceso de formación de imágenes, la lucidez y la excitación
necesarias para la formación de estas imágenes, son tan importantes como el self, que es el
conocedor de esas imágenes. Pero el problema de la base neural y el de la formación de
imágenes no están, neural y cognitivamente, en el mismo nivel. No podemos tener un self si
no tenemos vigilia, excitación y formación de imágenes pero podemos estar despiertos y
excitados y tener al mismo tiempo un self deteriorado.

Al usar el concepto self no se sugiere que todos los contenidos de nuestra mente sean
inspeccionados por un único dueño y vigilante que esté localizado en algún lugar concreto en
el cerebro. Nuestras experiencias tienden a poseer una perspectiva consistente, como si en
realidad hubiese un solo dueño y mentor de la mayoría de los contenidos. Esta perspectiva
arraiga en un estado biológico, repetido y estable.

La base neural para el self consiste en la reactivación de dos grupos de representaciones:

-un grupo concierne a los acontecimientos clave de la vida del individuo. Esto atañe a un gran
número de hechos categorizados que definen a la persona.

-el otro grupo consiste en las representaciones primordiales del cuerpo del individuo. No solo
las que informan sobre el estado del cuerpo en general, sino también lo que ha pasado
últimamente, justo antes de los procesos provocados por la percepción del objeto y después
de su percepción. Esto comprende los estados corporales de fondo y de los estados
emocionales. La representación colectiva del cuerpo constituye la base del concepto self. Las
señales corporales ayudaron a formar un concepto básico de self y este concepto proporcionó
la referencia fundamental para todas las demás cosas que tuvieron lugar en el organismo. El
self es reconstruido de manera continua.

Nuestro self solo se entera del ahora un tiempo después. El presente se convierte en pasado y
para cuando nos interesamos en él, este ya ha pasado y estamos en otro presente.

A medida que se forman las imágenes de una nueva entidad percibida en las capas corticales,
el cerebro reacciona a estas. Las señales originadas en esas imágenes son transmitidas a los
núcleos subcorticales y a las regiones corticales, y estos lugares contienen disposiciones para
responder a ciertos tipos de señales. El resultado final es que se activan representaciones
disposicionales en núcleos y regiones corticales y estos inducen unos cambios al estado del
organismo. Estos cambios, paralelamente, alteran la imagen corporal, perturbando el self.

El self no hace que sepamos que nuestro organismo está reaccionando, pero el proceso
metaself podría saberlo, siempre que el cerebro creara algún tipo de descripción de la
perturbación del estado del organismo que resulta de la respuesta cerebral ante la presencia
de una imagen; que dicha descripción generara una imagen del proceso de perturbación, y que
la imagen del self perturbado se desplegara simultáneamente con la imagen que originó la
perturbación.

Tener una sola imagen es insuficiente, incluso si tenemos la consciencia y la atención, porque
estas dos son propiedades de un self cuando experimentamos imágenes, es decir, mientras
estamos siendo conscientes de las imágenes.
Un objeto que es representado, un organismo en reacción ante ese objeto representado, y un
estado de self mientras cambia debido a la respuesta del organismo ante el objeto son
mantenidos en la memoria operativa y examinados en las capas corticales sensoriales
primarias.

La subjetividad se produce durante el último paso, cuando el cerebro no sólo está produciendo
imágenes de un objeto ni de las respuestas del organismo al objeto, sino un tercer tipo de
imágenes, las de un organismo en el acto de percibir y responder ante un objeto y responder a
él. La subjetividad se origina en este tercer tipo de imagen.

El dispositivo neural mínimo capaz de producir la subjetividad requiere entonces de capac


corticales primarias sensoriales, regiones de asociación corticales sensoriales y motrices y
núcleos subcorticales. Este dispositivo no necesita lenguaje, teniendo los seres humanos una
capacidad narrativa de segundo orden, proporcionada por el lenguaje, y pueden crear
narraciones verbales a partir de narraciones que no lo son.

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