Argumentación Jurídica. Lic. Jimi Alberto Montero Olmedo.
LECTURA 14. «Tratado de la argumentación (primera parte)», Chaim
Perelman. 1.- Explique brevemente el abandono de la retórica en la modernidad y por qué se privilegió un tipo de racionalidad científico-matemática, así como el resurgimiento de la retórica y su importancia. Es importante, para entender el desarrollo histórico de la retórica en los tiempos recientes, recordar el enfoque que se le da a la actividad retórica, desde sus inicios. La retórica siempre ha estado profundamente ligada con la persuasión: representa el arte de convencer al otro. Hasta ahí, no hay nada llamativo, pero si contraponemos el actuar retórico al actuar lógico de, por ejemplo, los filósofos, entenderemos en donde radica la “aversión” que se tendrá por la retórica durante la Edad Moderna. Desde el punto de vista estrictamente lógico, un argumento que es verdadero y válido al mismo tiempo, convence por sí mismo a quien lo escucha, por lo que, desde esta perspectiva, la actividad de la retórica solo resulta útil cuando los argumentos en sí mismos no resultan suficientes para convencer. Este modo de pensar fue el que imperó en la Edad Moderna, contrario a lo que acontecía en la Edad Media. Y, si reflexionamos un poco, tiene bastante sentido. El cambio de paradigma propio de la Edad Moderna propone alejarse cada vez más de cuestiones espirituales, y buscar respuestas comprobables a lo que acontecía alrededor. El desarrollo de la racionalidad científico-matemática que inició con el Renacimiento y encontró su apogeo entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, tiene una marcada tendencia a privilegiar los razonamientos lógicos, a partir de criterios meramente científicos, influenciados enormemente por doctrinas positivistas. Posteriormente, el desarrollo de las sociedades democráticas, aunado al cambio de paradigma que se dio a mediados del siglo XX, después de ver los peligros de los pensamientos estrictamente científicos, y la obviedad de las sensaciones y las emociones, permitió el resurgimiento de la retórica con una fuerza similar a la que gozaba durante la Edad Media. La retórica dejó de ser una asignatura meramente estilística, y se le reconoce el fundamental papel que juega, mediante la persuasión y la argumentación, en los ámbitos político, económico e informativo.
2.- Explique algunas de las relaciones que existen entre el orador y el
auditorio. El concepto de auditorio puede variar, dependiendo de quién se proponga definirlo, pero desde un punto de vista eminentemente retórico, representa el conjunto de personas a las que el orador pretende convencer. En ese sentido, el auditorio no se limita ni se constriñe únicamente a las personas que el orador tiene Chávez Macías Angel Ernesto. 28 de abril de 2021. Argumentación Jurídica. Lic. Jimi Alberto Montero Olmedo.
en frente al hablar, sino que es un concepto más complejo. Y justo en virtud de lo
anterior, el orador debe ser capaz de relacionarse con él de distintas maneras, y desde distintas perspectivas, toda vez que la interacción no es la misma con todos los auditorios. Inicialmente, resulta fundamental que el orador conozca a su auditorio, que esté consciente del tipo de auditorio al que se dirigirá, para que pueda congeniar con ellos. También es importante que el orador interactúe con su auditorio. En ocasiones, la pasión del orador resulta tal, que éste se centra únicamente en su discurso, y no ejecuta las técnicas necesarias para hacer partícipes a los integrantes del auditorio. Se suele creer que un discurso apasionado bastará para llamar la atención del oyente, y eso es cierto, pero el discurso no solo busca ser escuchado, sino que su intención es influir en el pensar del auditorio, y eso solo se logra interactuando con este.
3.- Explique qué debemos entender por auditorio universal.
Aplicando la teoría de los conjuntos, el auditorio universal es aquel “conjunto universo”, integrado por todos los elementos capaces de formar parte un auditorio (o sea, integrado por todas las personas). Este es un concepto importante sobretodo para los filósofos, ya que sus argumentos y sus propuestas pretenden ser consideradas como universalmente válidas, a partir de razonamientos y ejercicios lógicos. La idea de un auditorio universal exige del discurso la suficiente fuerza de convicción para convencer a los lectores, independientemente de su situación y sus pormenores en el tiempo, en el espacio y en la sociedad.