Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
automovilistas, o motociclistas, para promover un cambio cultural que nos permita respetar al
prójimo y transitar tranquilos por las calles y rutas de la ciudad
En definitiva, debemos respetarnos mutuamente y no olvidarnos que hay momentos que somos
conductores y en otros, somos peatones.
Conducir, supone encarar situaciones que obligan a adoptar precauciones derivadas del uso de la
vía pública.
Algunos ciudadanos cumplen y otros no. Entre los que cumplen unos lo hacen por temor y otros
por convicción. Éstos últimos ya saben lo que es la cultura ciudadana y aprendieron a ser libres sin
olvidar es respeto a los otros.
Muchos de los accidentes que se producen en la carretera o en la ciudad se podrían evitar si las
personas controlaran su agresividad cuando se suben en un vehículo. Algunos se sienten
protegidos y desatan su furia cuando conducen, otros son conductores temerarios e
irresponsables que necesitan correr y otros inseguros en su conducción, y todos ellos peligrosos al
volante
Se pretende, pues, que desde la Educación Vial se puedan promover cambios positivos, a nivel de
modificación, creación o refuerzo de actitudes viales positivas, adecuación de los
comportamientos sociales e individuales y, por último, fomento de los conocimientos que mejoren
la adquisición de actitudes de respeto y estilos de conducta vial adecuada.
No todos los peatones son iguales o afrontan los traslados de igual manera. Como bien sabes, hay
personas que tiene ciertos grados de discapacidad que les dificulta los desplazamientos: los
invidentes, los sordos, los que tienen dificultades motóricas o van en sillas de ruedas… Todos ellos
reclaman una señalización adecuada, una eliminación de barreras arquitectónicas y de mobiliario
urbano y un respeto, comprensión, solidaridad y ayuda.
El ámbito de lo vial ha de ir girando hacia la seguridad vial total que reclama la responsabilidad
compartida y comprometida de todos los usuarios de las vías. Tenemos que sentirnos parte del
entorno, comprometidos con las normas viales y dispuestos a cambiarlas desde nuestro interior,
con la asimilación de actitudes y valores; y desde el exterior, actuando con comportamientos que
favorezcan la convivencia, la empatía, la mejora del entorno, de las relaciones interpersonales y la
movilidad segura. De este modo, estaremos diseñando el camino de ciudad más humanas,
habitables, sostenibles, eficientes y ecológicas.
El objetivo es que los ciudadanos aprendan a actuar no solamente por la obligación de la norma o
de la señal, sino porque emocionalmente han asumido esas normas y señales como algo positivo y
bueno para la movilidad y la seguridad vial.
Se pretende, pues, que desde la Educación Vial se puedan promover cambios positivos, a nivel de
modificación, creación o refuerzo de actitudes viales positivas, adecuación de los
comportamientos sociales e individuales y, por último, fomento de los conocimientos que mejoren
la adquisición de actitudes de respeto y estilos de conducta vial adecuada.
Los usuarios de las vías de tránsito tienen la responsabilidad de respetar las normas y de tomar
medidas para reducir el riesgo mediante acciones tales como el uso del cinturón de seguridad y del
casco, y respetar los límites de velocidad.
La seguridad vial es por tanto una importante inquietud mundial social, económica y está
relacionada al desarrollo y a la salud pública. Y debido a que el número de automóviles que circula
por las vías de tránsito es cada vez mayor en un gran número de países, el problema podría
empeorar en forma precipitada. Existe una necesidad urgente de efectuar mayores esfuerzos para
reducir estas innecesarias lesiones y decesos. Muchos de los accidentes de tránsito son causados
por factores que son conocidos y que pueden prevenirse.
Estos incluyen conducir a alta velocidad o bajo la influencia del alcohol; no utilizar el cinturón de
seguridad, asientos para niños o cascos; falta de respeto hacia los usuarios vulnerables, entre ellos
peatones y ciclistas, y una infraestructura vial insegura. Nosotros sabemos cómo hacer frente a
estos factores. Pero debemos achicar la brecha entre saber y hacer. Algunos estudios demuestran
que los países que han establecido un objetivo de reducción de víctimas viales poseen un registro
de seguridad vial mejor y una menor cantidad de víctimas fatales que aquellos que no lo han
establecido. Fijar objetivos ayuda a motivar a la gente a llevar a cabo una acción, y a ganar apoyo
político e institucional.
técnicas de control de velocidad, así como mejores prácticas en los pasos a nivel;
apoyar los esfuerzos en materia de seguridad vial realizados en todas las regiones
exhortamos a las autoridades y otras partes interesadas a nivel nacional y regional a crear y
mantener un alto nivel de conciencia, así como a incrementar la cooperación con las campañas
establecidas destinadas a lograr una mayor visibilidad de las actividades en materia de seguridad
vial en nuestro país.