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David Chávez. Una mirada al borracho que quiere ser alcalde de la capital.

Por Salomón Alexander Ávila Corea.

Los últimos acontecimientos en la vida política de Honduras, han puesto en tela de juicio la
capacidad de algunos aspirantes a cargos públicos, mismos que con sus acciones coartarían el
derecho al progreso de los hondureños y comprometerían el desarrollo de la nación.

En otros tiempos, el buen comportamiento de aquellos que aspiraban dirigir los destinos del país y
de los municipios, era menester para que en las mentes y corazones de los ciudadanos se abriera
la posibilidad de darles su apoyo al momento de ir a elecciones, y para esa magna fecha donde
todo era algarabía y regocijo entre los miembros de cualquier partido político, se celebraba
también que quien los representaba era un caballero o dama con reputación casi intachable o al
menos de aceptable ídem. Lo anterior nos lleva a preguntarnos;

¿Quién es David Chávez desde la óptica profesional?

¿Quién es David Chávez adentro de su partido político?

¿Es David Chávez el alcalde que el Distrito Central necesita?

El mérito o demerito del aspirante a edil capitalino, los sinsabores que dejará en un pueblo abatido
por la corrupción de un narco partido si llegara ser alcalde.

«Dime con quien andas y re diré quién eres», es sabido por todos que Chávez Madison ha
conocido la buenaventura de una familia de buenos recursos económicos, su educación en dos de
los mejores colegios de la capital (Chávez, David, 2019) y recibido como abogado de la UNAH. Lo
que hablaría de un joven prometedor.

Cabe comprender que su buena formación es de destacar notablemente, pero ha sido la cercanía
y conveniencia familiar al partido de gobierno que le ha valido ocupar puestos de alto nivel en la
República de Honduras. Su alto perfil profesional no ha sido en manera alguna útil para la nación,
que sumida en las garras de un gobierno dirigido por una institución que ha hecho más las veces
de organización criminal donde los representantes de las instituciones públicas en su mayoría son
lacayos de un presidente que se ha refugiado en el poder que le otorgamos los ciudadanos para
hacer de las suyas en contubernio con personajes como David Chávez.

«El partido que ha gobernado Honduras desde 2010 se ha convertido en una federación que acoge
a políticos y funcionarios involucrados en empresas ilícitas, desde madera hasta narcotráfico y
malversación de dineros públicos» así inicia el artículo que en InSight Crime relata la manera en
que cerca de los terrenos de la familia Hernández (la familia del presidente de Honduras) se
desmantela una plantación de cerca de hectárea y media de selva de amapola y marihuana
(InSight, 2019).

El ascenso de Chávez adentro de su partido va ligado a una vida de desenfreno, donde el alcohol y
las drogas se dejan ver en las reuniones de los gallos del Partido Nacional, lograr escalar el peldaño
más alto en la administración de dicha institución que ha dado a luz a sinvergüenzas de la talla de
Rafael Leonardo Callejas, Juan Orlando Hernández, Porfirio Lobo Sosa, Celin Discua, etc. Esto
hecho a partir de involucrarse en el desarrollo y establecimiento el poder del narcogobierno.
«Muerto el perro, se acaba la rabia» sería el mejor dicho que quedara al actual orden de cosas
donde Chávez Madison busca tomar la titularidad de la alcaldía.

Su aparición borracho en el cierre de campaña del domingo 21 de noviembre de 2021 fue la punta
de lanza para que quienes tienen un criterio deductivo y crítico comprendan que no es la persona
que necesitamos para dirigir la administración de la capital, cuyos recursos quedarían a la
disposición de un tipo sumamente emocional y borracho, llevándonos al fracaso garrafal (si es que
ya no estamos en ello), sin tomar en cuenta su actuación del domingo podremos ver otras
apariciones junto al aspirante a la presidencia Tito Asfura, quienes bajo los efectos del alcohol
atendieron las obligaciones de sus campañas.

¿Es este el tipo de personas que emplearemos para que sea el edil capitalino? No, si lo vemos
desde el punto de vista profesional, no hay reclutador alguno que brinde trabajo a una persona
que citada a una entrevista se presente en visible estado alterado de su conciencia, bajo los
efectos de cualquier droga (entiéndase incluso alcohol).

Con todo lo anteriormente dictado, la invitación moral y propia de cada ciudadano será siempre
pensar bien el domingo 28 de noviembre de 2021 a quien le daremos la llave de la capital, para
que nos dirija, represente y lleve a un progreso que hemos pedido desde hace mucho tiempo en
un país que ha ido en declive por una institución ligada al narcotráfico.

Pensemos con detalle lo que realmente merecemos, y actuemos como seres pensantes que
desean un futuro mejor para su nación.

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