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EN SALA CONSTITUCIONAL

Exp. N° 11-0984
MAGISTRADA PONENTE: CARMEN ZULETA DE MERCHÁN
El 2 de agosto de 2011, fue recibido en esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, proveniente de la Sala N° 10 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas, el oficio N° 533-11 del 28 de julio de 2011, mediante el
cual se remitió el expediente signado con el alfanumérico 10-Ac-3006-11 (numeración de esa
Corte), contentivo de la acción de amparo ejercida, el 14 de julio de 2011, por el abogado
R.M., inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el nro. 39.042, en su
condición de defensor privado del ciudadano J.G.C.Q., venezolano, mayor de edad, titular de
la cédula de identidad nro. 21.070.673, contra la decisión dictada, el 22 de marzo de 2011, por
el Tribunal Vigésimo Segundo de Primera Instancia en funciones de Control del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, que: 1) declaró sin lugar las excepciones
establecidas en el artículo 28, numeral 4, literales d y e del Código Orgánico Procesal Penal,
vigente para ese entonces, interpuestas en fase preparatoria; y 2) negó la solicitud de nulidad
absoluta de la privación judicial privativa de libertad.
Dicha remisión se realizó en virtud del recurso de apelación pura y simple que intentó, el 25 de
julio de 2011, el abogado R.M. contra la decisión dictada, el 20 de julio de 2011, por la Sala N°
10 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas,
que declaró inadmisible la demanda de amparo propuesta.
El 8 de agosto de 2011, se dio cuenta en Sala y se designó ponente a la M.D.L.E.M.L..
El 22 de septiembre de 2011, el abogado R.M. consignó escrito ante la Secretaría de esta
Sala Constitucional con los fundamentos de la apelación.
El 17 de enero, 23 de mayo y 2 de octubre de 2012, el abogado R.M. solicitó pronunciamiento.
El 19 de marzo de 2013, se reasignó la ponencia a la M.D.C.Z.D.M..
El 2 de mayo de 2013, el abogado R.M. solicitó pronunciamiento.
En reunión de Sala Plena del 8 de mayo de 2013, se eligió la Junta Directiva de este Tribunal
Supremo de Justicia, quedando la Sala Constitucional constituida de la siguiente manera:
G.M.G.A., en su condición de Presidenta, F.A.C.L., como V., y los Magistrados y M.L.E.M.L.,
M.T.D.P., C.A.Z. de M., A.D.R. y J.J.M.J..
El 24 de septiembre de 2013, el abogado R.M. solicitó pronunciamiento.
El 17 de octubre de 2013, en reunión de Sala Plena, en virtud de la ausencia temporal del
Magistrado F.A.C.L., se acordó que el ejercicio temporal de la Vicepresidencia de esta Sala
Constitucional recayera en el Magistrado J.J.M.J. así como la incorporación del Magistrado
suplente L.F.D., quedando constituida en consecuencia la Sala por la Magistrada G.M.G.A.,
en su carácter de P.; el Magistrado J.J.M.J., en su carácter de V.; y los Magistrados L.E.M.L.,
M.T.D.P., C.Z. de M., A.D.R. y L.F.D., ratificándose en la ponencia a la Magistrada C.Z. de M.,
quien con tal carácter suscribe el presente fallo
El 5 de febrero de 2014, vista la reincorporación del Magistrado F.A.C.L. por haber finalizado
la licencia que le fue concedida, esta Sala Constitucional quedó constituida de la siguiente
manera: Magistrada D.G.M.G.A., Presidenta; Magistrado F.A.C.L., V.; y los Magistrados
D.L.E.M.L., M.T.D.P., C.Z. de M., A.D.R. y J.J.M.J..
El 13 de marzo de 2014, el abogado R.M. solicitó pronunciamiento.
Realizado el estudio individual del expediente, esta Sala procede a decidir, previas las
siguientes consideraciones:
I
FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL
El abogado R.M., en su condición de defensor privado del ciudadano J.G.C.Q., interpuso
acción de amparo contra la decisión dictada, el 22 de marzo de 2011, por el Tribunal Vigésimo
Segundo de Primera Instancia en funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, bajo los siguientes argumentos:
Que “[l]a causa donde resulto (sic) detenido mi cliente comenzó a investigarse en fecha 26 de
Diciembre (sic) del (sic) 2010. En fecha 5 de Enero (sic) del (sic) 2011(a más de 10 días de
iniciada la investigación) (sic) mi cliente acudió a la sede del ministerio (sic) público (sic) a los
fines de pedir información sobre el por qué fue allanada su residencia, siendo detenido por
funcionarios del Cuerpo de investigaciones (sic) Científicas, Penales y C. por órdenes de la
fiscal 78 del Ministerio Público, sin estar cometiendo un delito en flagrancia, ni a previa orden
Judicial de detención; En fecha 6 de Enero (sic) del (sic) 2011 el tribunal vigésimo segundo de
control (sic) de la circunscripción (sic) judicial (sic) del área (sic) metropolitana (sic) de caracas
(sic) emite orden de privación preventiva de libertad en contra de (sic) mi defendido
vulnerando la garantía constitucional a la Libertad (sic), en una decisión que vulnera el debido
proceso, la tutela judicial efectiva y la garantía constitucional a la libertad”.
Que “…en fecha 14 de febrero del (sic) 2011 esta defensa interpone excepciones de
conformidad con el artículo 28 ordinal 4 letras d y e del código (sic) orgánico (sic) procesal
(sic) penal (sic), fundamentada en la ilegítima privación de libertad del imputado.
Seguidamente en fecha 22 de Marzo (sic) del (sic) 2011 se pronuncia el tribunal vigésimo
segundo de control sobre las excepciones opuestas…”.
Que “…se ejerce recurso de apelación de auto, el cual fue admitido en fecha 15 de abril del
(sic) 2011 por la sala (sic) 2 de las cortes (sic) de apelaciones (sic) del circuito (sic) judicial
(sic) penal (sic) del área (sic) metropolitana (sic) de caracas (sic), y contestado por la
representación fiscal…”.
Que “…en fecha 23 de mayo del (sic) 2011 la sala (sic) 2 de las cortes (sic) de apelaciones
(sic) del circuito (sic) judicial (sic) penal (sic) del área (sic) metropolitana (sic) de caracas (sic),
se pronuncia declarando sin lugar el recurso de apelación ejercido, evadiendo su
responsabilidad jurisdiccional al no tomar en cuenta que se vulneraron normas de orden
publico (sic) (detención ilegal por inconstitucional) (sic) y al no aplicar el Control (sic) Difuso
(sic), sin hacer respetar la supremacía de nuestra carta magna (sic), tal y como expresamente
ordenan los artículos 19 del Código Orgánico Procesal Penal y 7, 44 ordinal 1, 25, 26 y 334 de
la Constitución Nacional, sosteniendo los mismos criterios errados expuestos por el Juez de
control (sic) y la Fiscal del ministerio (sic) público (sic), al colocar una decisión judicial NO
VINCULANTE por encima de una garantía constitucional  (garantía a la libertad)…”.
Que “[f]undamentan el juez de control (sic) y la sala (sic) 2 de las cortes (sic) de apelaciones
(sic) del área (sic) metropolitana (sic) de caracas (sic) en una sentencia NO VINCULANTE
(sic) donde señalan que las detenciones inconstitucionales practicadas por los organismos
policiales, tienen su limite en la detención judicial, por supuesto que la sala (sic) constitucional
(sic) con esa ponencia sentencio (sic) que la detención policial inconstitucional tenía sus
límites en la decisión del juez (sic) de control (sic), (cualquier recurso por violación de la
garantía a la libertad en el citado caso debió ejercerse sobre la decisión del juez (sic) de
control (sic) y no sobre las actuaciones policiales, esto en referencia a que los abogados
defensores del citado caso ejercieron erróneamente recurso (sic) de amparo sobre las
actuaciones policiales, cuando lo correcto debió ser el ejercicio del recurso (sic) de amparo
sobre la decisión judicial del juez (sic) control (sic) por inconstitucional al dejar detenidos a los
ciudadanos, sin haber sido detenidos en flagrancia y sin previa investigación penal. Se
observa en la causa aquí recurrida que el juez (sic) control (sic) y la corte (sic) invocan la
decisión emitirá por el tribunal (sic) supremo (sic) de justicia (sic), la cual no tiene nada tienen
(sic) que ver con la presente causa y donde se amparó una detención policial que vulnera la
garantía a la libertad; …una privación judicial de libertad decretada por un órgano
jurisdiccionales (sic) no es ilegítima, por que (sic) deviene de un órgano competente para
decretarla, pero si la misma es violatoria a las garantías constitucionales si no se observa el
contenido el del (sic) artículo 44 numeral 1 de la Constitución, entonces dicha DECISIÓN
PASA A SER ILEGITIMA y es el caso que está planteado en el presente recurso y que los
jueces no resolvieron evadiendo el Control (sic) Difuso (sic) que confiere la ley…”.
Finalmente, el accionante solicitó la admisión de la acción y la nulidad del auto de privación
preventiva de libertad dictado contra su representado.
II
DE LA SENTENCIA APELADA
El 20 de julio de 2011, la Sala N° 10 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas declaró inadmisible la acción de amparo constitucional
interpuesta por el abogado R.M., actuando como defensor privado del ciudadano J.G.C.Q.,
bajo los fundamentos siguientes:
A los fines de decidir esta Sala previamente observa:

De lo parcialmente transcrito, puede evidenciarse que, según lo afirma el accionante, la presente acción
de amparo está dirigida contra la decisión dictada por el Juzgado Vigésimo Segundo (22°) de Primera
Instancia en funciones de Control de este Circuito Judicial Penal, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, que expresa:

Ahora bien, del examen de las actas se observa que cursan las siguientes actuaciones:

(…)

Del examen de las actas indicadas, así como del contenido del escrito contentivo de la acción de
amparo, se evidencia que cursa ante el Juzgado Vigésimo Segundo de Primera Instancia en funciones
de Control, una causa seguida en contra (sic) del ciudadano J.G.C.Q. por la presunta comisión del
delito de HOMICIDIO CALIFICADO EN LA EJECUCION (sic) DE UN ROBO CON ALEVOSIA (sic),
previsto y sancionado en le (sic) artículo 406 ordinal 1° en concordancia con el artículo 83 del Código
Penal.

En tal sentido constata la Sala del escrito de acción de amparo interpuesto por el accionante es en
contra de (sic) la decisión de medida privativa judicial preventiva de libertad en contra (sic) del
ciudadano J.G.C.Q.. Sobre estos particulares, observa la Sala:

PRIMERO

El artículo 44 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que la persona


imputada ‘será juzgada en libertad, excepto por las razones determinadas por la ley y apreciadas por el
juez o jueza en cada caso’.
En el caso de autos, contra el ciudadano J.G.C.Q., el Juzgado Vigésimo Segundo de Primera Instancia
en funciones de Control de este Circuito Judicial Penal, dictó prisión preventiva por la presunta
comisión del delito de HOMICIDIO CALIFICADO, previsto y sancionado en el artículo 406 del Código
Penal, con la forma de participación prevista en el artículo 83 ejusdem.

Contra tal determinación cabría recurso de apelación conforma a la activación del mecanismo procesal
de la impugnación objetiva prevista en el artículo 447 numeral 4 del Código Orgánico Procesal Penal,
el cual no fue ejercido, pues constata la Corte que el Juez presunto agraviante en decisión de fecha 22
de marzo del presente año, afirmó que el imputado no ejerció el recurso de apelación en contra de (sic)
la decisión de fecha 6 de enero del año 2011, en la cual decreto (sic) medida privativa judicial
preventiva de libertad.

En este sentido la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en fecha 28-07-2000, conforme
a la cual:

‘…’

En este caso ocurre entonces que el imputado acepto (sic) la prisión preventiva al no haber apelado de
la misma, lo que haría inadmisible la presente acción de amparo. Así se decide.

SEGUNDO

Sin embargo el accionante también cuestiona aunque de manera genérica el mantenimiento de la


detención del imputado J.G.C.Q. por el Juez de Control.

En este sentido nada ha producido para acreditar, que con fundamento al artículo 264 del Código
Orgánico Procesal Penal, haya solicitado la revisión de la prisión preventiva y el requerimiento haya
sido denegado arbitrariamente por el Tribunal. Tampoco ha conculcado el Juez de Control la
disposición prevista en el artículo 250 del Código Orgánico Procesal Penal.

Resulta entonces que a falta de solicitud de revisión de la prisión preventiva el accionante consiente
tácitamente en ella y por cuanto la misma no infringe el orden público, desarrollando los artículos 49,
numerales 3° y 26 de la Constitución referentes a la justicia expedita o razón habilidad (sic) de la
duración de los procesos.

En estos términos lo ha planteado el Tribunal Supremo (sic) en Sala Constitucional, De (sic) lo que se
colige que dicha solicitud y la resolución del Juzgado de la declaratoria sin lugar de la misma por parte
del Juez de Instancia, produce el efecto jurídico que contiene el artículo 264 del Código Orgánico
Procesal Penal, como sería que la negativa por parte de (sic) tribunal de revocar o sustituir la misma
no tiene apelación, y esto es así por cuanto la activación del mecanismo procesal antes mencionado,
permite al imputado solicitar su revisión o sustitución de la medida judicial de Privación Preventiva de
Libertad las veces que lo considere necesario, y así lo ha reiterado la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en los siguientes términos: ‘…’.

De lo anterior se desprende que el encuadrar dicho pedimento y la resolución sin lugar del mismo por
parte del Juez de Instancia, produce el efecto jurídico que contiene el artículo 264 del Código Orgánico
Procesal Penal, tal como (sic) sería que la negativa por parte de (sic) tribunal de revocar o sustituir la
misma no tiene apelación, y esto es así por cuanto la misma norma legal, permite al imputado solicitar
su revisión o sustitución de la medida judicial de Privación Preventiva de Libertad las veces que lo
considere necesario, y así lo ha reiterado la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en
los siguientes términos: ‘…’.
La afirmación anterior conlleva a la constatación de la inadmisibilidad de la acción de amparo
conformen (sic) al numeral 4° del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales.

TERCERO

En relación a las imputaciones que hace a que su defendido no fue detenido en flagrancia, y es
susceptible de nulidad, se observa que de las apelaciones ejercidas en lo tocante a las excepciones in
limini litis, e impugnación de la prorroga (sic) adicional de los quince días, concluyeron a los efectos de
nulidad absoluta, que los actos mantienen su validez constatando de las actuaciones el cumplimiento de
las formalidades de ley, razón por la cual la causal de inadmisión de la acción conforme al numeral 5°
del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales.

Así las cosas, tenemos que la norma antes señalada consagra la solicitud de revisión que consiste en el
medio procesal ordinario e idóneo al que puede acudir el imputado J.G.C., una vez agotada la doble
instancia a través del ejercicio del recurso de apelación, para que el juez de instancia revoque o
sustituya la privación de libertad que pesa en su contra, motivo por el cual quienes aquí decidimos,
atendiendo a lo antes expuesto, consideramos que en el presente caso, en lo que respecta a las
audiencias de la Acción de Amparo Constitucional invocada por el Abogado ROQUE MORA es
oponible la causal de inadmisibilidad contenida en los ordinales 4° y 5° del artículo 6 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales por contar con el medio procesal
ordinario e idóneo, contenido en el artículo 264 del Código Orgánico Procesal Penal, y en
consecuencia se DECLARA INADMISIBLE, la ACCION (sic) DE AMPARO CONSTITUCIONAL,
intentada contra la medida privativa judicial preventiva privativa de libertad de fecha 6 de enero del
presente año. Y ASÍ SE DECLARA.

III

DE LA COMPETENCIA

Debe previamente esta Sala determinar su competencia para conocer de la presente apelación, y a tal
efecto observa que conforme al contenido del artículo 25 numeral 19 de Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, esta Sala Constitucional es competente para conocer las apelaciones contra las
sentencias que recaigan en los procesos de amparo constitucional autónomo que sean dictadas por los
Juzgados Superiores de la República, salvo que se incoen contra la de los Juzgados Superiores en lo
Contencioso Administrativo.

Ahora bien, en el caso sub iudice la sentencia apelada fue dictada, el 20 de julio de 2011, por la Sala N°
10 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, actuando
en funciones constitucionales como Tribunal de primera instancia, con respecto a la acción de amparo
interpuesta contra la decisión del Tribunal Vigésimo Segundo de Primera Instancia en funciones de
Control de ese Circuito Judicial Penal, y tomando en cuenta la reiterada jurisprudencia sobre este
aspecto, así como lo señalado en la vigente Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia y el artículo
35 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, esta S. resulta
competente para conocer de la presente apelación, y así se declara.

IV

CONSIDERACIONES PARA DECIDIR


Preliminarmente, debe la Sala pronunciarse sobre la tempestividad o no de la apelación interpuesta y,
al respecto, se observa lo siguiente:

Consta en autos que el abogado R.M. ejerció apelación, pura y simple, el 25 de julio de 2011, contra la
decisión de inadmisibilidad dictada, el 20 de julio del mismo año, por la Sala N° 10 de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas. En consecuencia, el
recurso de apelación fue ejercido dentro del lapso previsto en el artículo 35 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, por lo que dicha impugnación fue interpuesta
tempestivamente. Así se declara.

Previamente, esta S. considera necesario reiterar el criterio establecido en sentencia No. 442 del 4 de
abril de 2001, caso: Estación Los Pinos, en la cual se precisó que habiéndose establecido en la ley un
plazo de treinta (30) días para que el tribunal de alzada decida la apelación de la sentencia de amparo
constitucional, este plazo debe considerarse como preclusivo para que las partes consignen cualquier
escrito relacionado con la causa. En el presente caso, se puede evidenciar que el 8 agosto de 2011, se
dio cuenta en Sala del presente expediente y fue designado Ponente, y consta en autos que el accionante
consignó el escrito de fundamentación de la apelación el 22 de septiembre del mismo año, ante la
Secretaría de esta Sala Constitucional, con lo cual resulta extemporáneo, y en consecuencia esta Sala
pasa a pronunciarse en atención al contenido de las actas que constan en el expediente. Así se decide.

El accionante denuncia la presunta la violación a los artículos 26, 44 y 49 de la Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela, con ocasión a la decisión dictada, el 22 de marzo de 2011, por el
Tribunal Vigésimo Segundo de Primera Instancia en funciones de Control del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas, que declaró sin lugar las excepciones establecidas en el artículo
28, numeral 4, literales d y e del Código Orgánico Procesal Penal, vigente para ese entonces,
interpuestas en fase preparatoria, así como negó la solicitud de nulidad absoluta de la privación
judicial privativa de libertad.

A los fines de resolver el presente recurso, es necesario precisar las siguientes consideraciones:

Consta al folio treinta y dos del expediente la decisión dictada por la Sala N° 2 de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, en relación al recurso de
apelación ejercido, el 29 de marzo de 2011, por el abogado R.M., en su carácter de defensor del
ciudadano J.G.C.Q., contra la decisión dictada, el 22 de marzo de 2011, por el Juzgado Vigésimo
Segundo de Primera Instancia en funciones de Control del mismo Circuito Judicial Penal.

Asimismo, esta Sala Constitucional, por notoriedad judicial, tiene conocimiento de que el 7 de junio de
2011 el abogado R.M., en su carácter de defensor privado del ciudadano J.G.C.Q., interpuso solicitud
de avocamiento ante la Sala de Casación Penal de este Máximo Tribunal, con fundamento en la
decisión dictada, el 22 de marzo de 2011, por el Juzgado Vigésimo Segundo de Primera Instancia en
funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, según se verifica
de la página web del Tribunal Supremo de Justicia a través del siguiente enlace: 
http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scp/Noviembre/422-81111-2011-A11-212.html.

Posteriormente, el abogado R.M., en su carácter de defensor del ciudadano J.G.C.Q., interpone acción
de amparo el 14 de julio de 2011, contra la decisión dictada, el 22 de marzo de 2011, por el Juzgado
Vigésimo Segundo de Primera Instancia en funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, de la cual correspondió conocer a la Sala N° 10 de la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, que la declaró inadmisible mediante
decisión dictada, el 20 de julio de 2011, con fundamento en los cardinales 4 y 5 del artículo 6 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales.
El 25 de julio de 2011, el abogado R.M., en su carácter de defensor del ciudadano J.G.C.Q., ejerce
recurso de apelación contra la decisión de inadmisibilidad dictada por la Sala N° 10 de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, que corresponde conocer a
esta Sala a través del presente asunto.

Visto el referido iter procesal, esta S. constata que, efectivamente la acción de amparo interpuesta por
el abogado R.M., es inadmisible toda vez que, el 29 de marzo de 2011, ejerció recurso de apelación
contra la sentencia dictada, el 22 de marzo de 2011, por el Tribunal Vigésimo Segundo de Primera
Instancia en funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, hoy
accionada en amparo, lo cual denota que la acción ejercida está incursa en la causal de inadmisibilidad
estipulada en el artículo 6.5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, pues, el recurso de apelación ejercido por el abogado R.M., el 29 de marzo de 2011,
es un medio ordinario preexistente y eficaz para obtener el examen de la sentencia impugnada que era
la pretensión concreta del accionante.

Finalmente, observa esta S. que el abogado R.M., además del recurso de apelación previsto en el
Código Orgánico Procesal Penal, interpuso solicitud de avocamiento con ocasión de la decisión
dictada, el 22 de marzo de 2011, por el Tribunal Vigésimo Segundo de Primera Instancia en funciones
de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas. Siendo ello así, resulta
evidente que el abogado R.M. empleó un catálogo de mecanismos dispuestos en el ordenamiento
jurídico con la única finalidad de plantear en formas distintas su inconformidad con la sentencia
dictada, el 22 de marzo de 2011, por el Tribunal Vigésimo Segundo de Primera Instancia en funciones
de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas. De tal suerte que esta Sala
considera propicio reiterar que, si bien el derecho a la defensa es de amplísimo contenido, el ejercicio
de las facultades consagradas en el ordenamiento jurídico no puede constituirse en un abuso procesal
que incida en perjuicio de la realización de la justicia, y así se le hace saber expresamente al aludido
profesional del derecho.

Sobre la base de los razonamientos expuestos, esta S. declara sin lugar el recurso de apelación ejercido
por el abogado R.M., en su carácter de defensor del ciudadano J.G.C.Q., y confirma en los términos
expuestos en el presente fallo la decisión dictada, el 20 de julio de 2011, por la Sala N° 10 de la Corte
de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, que declaró inadmisible
la acción de amparo constitucional. Así se decide.

DECISIÓN

Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Constitucional, administrando
justicia en nombre de la República por autoridad de la Ley, declara:

PRIMERO.- SIN LUGAR la apelación interpuesta pura y simple, por el abogado R.M..

SEGUNDO.- CONFIRMA, en los términos expuestos en el presente fallo, la decisión dictada, el 20 de


julio de 2011, por la Sala N° 10 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, que declaró INADMISIBLE la acción de amparo constitucional interpuesta
por el abogado R.M., en su condición de abogado defensor del ciudadano J.G.C.Q., contra la decisión
dictada por el Tribunal Vigésimo Segundo de Primera Instancia en funciones de Control del referido
Circuito Judicial Penal.

P., regístrese y remítase el expediente al tribunal de origen.


Dada, firmada y sellada en el Salón de Sesiones de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, en Caracas, a los 17 días del mes de junio de dos mil catorce (2014). Años: 204º de la
Independencia y 155º de la Federación.

La Presidenta,

GLADYS M. GUTIÉRREZ ALVARADO

                           Vicepresidente,      

Francisco A. Carrasquero López

Los Magistrados,

Luisa EstelLa Morales Lamuño

                                                                     MarcoS Tulio Dugarte Padrón

CARMEN ZULETA DE MERCHÁN

                    Ponente

ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES

JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER

El Secretario,

José Leonardo Requena Cabello

Exp.- 11-0984

CZdM/

Quien suscribe, Magistrado M.T.D.P., salva su voto por disentir del fallo que antecede en el cual se
declaró sin lugar la apelación interpuesta por el abogado R.M. y se confirmó, en los términos expuestos
en el fallo, la decisión dictada, el 20 de julio de 2011, por la Sala N° 10 de la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, que declaró inadmisible la acción de
amparo constitucional interpuesta por el referido abogado, en su condición de defensor del ciudadano
J.G.C.Q., contra la decisión dictada por el Tribunal Vigésimo Segundo de Primera Instancia en
funciones de Control del referido Circuito Judicial Penal, con fundamento en las razones que se señalan
a continuación:

De autos se evidencia que el accionante denuncia la violación del derecho a la libertad, a la tutela
judicial efectiva y al debido proceso por cuanto fue detenido 5 de enero de 2011, cuando acudió por sus
propios medios a la sede del Ministerio Público a los fines de pedir información sobre el por qué fue
allanada su residencia y fue en esa oportunidad que tuvo conocimiento que la investigación en su contra
se inició el 26 de diciembre de 2010. Asimismo denunció que en esa oportunidad fue detenido por
funcionarios adscritos al Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y C. por órdenes de la Fiscal
Septuagésima Octava del Ministerio Público.

Denunció el accionante que la detención se realizó sin haber sido sorprendido cometiendo un delito en
flagrancia, ni con una orden judicial de detención previa, ya que fue el día 6 de enero de 2011, cuando
el Tribunal Vigésimo Segundo de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, emitió la orden de privación judicial preventiva de libertad en su contra.

El fallo del cual se disiente declara la inadmisibilidad de la acción de amparo con fundamento en que la
parte accionante ejerció recurso de apelación contra la sentencia dictada, el 22 de marzo de 2011, por
el Tribunal Vigésimo Segundo de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, hoy accionada en amparo, señalando que la acción ejercida está incursa en la causal de
inadmisibilidad estipulada en el artículo 6.5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, por el uso de un medio ordinario preexistente y eficaz para obtener el examen de la
sentencia impugnada, adicionalmente señala que además del recurso de apelación, interpuso solicitud
de avocamiento con ocasión de la referida decisión, lo que a criterio del fallo que antecede es prueba de
que el abogado defensor, empleó un catálogo de mecanismos dispuestos en el ordenamiento jurídico con
la única finalidad de plantear en formas distintas su inconformidad con la sentencia impugnada en
amparo.

Quien disiente, advierte que la jurisprudencia pacífica de la Sala ha dejado claro que para la aplicación
de las distintas causales de inadmisibilidad de la acciones de amparo, debe verificarse que no haya una
vulneración del orden público constitucional, en el presente caso, se denunció la violación de derechos
constitucionales de eminente orden público, como lo es el derecho a ser juzgado en libertad, que
involucra primordialmente, el derecho constitucional a la libertad personal, pues tal como se indica en
el fallo del cual se disiente, se denuncia que el accionante fue aprehendido sin que se estuviese ante una
situación flagrante, con lo cual, lo procedente era -en principio- el juzgamiento en libertad, y luego la
verificación de esta denuncia ya que de ser cierta pudiera acarrear la nulidad de la actuación policial,
lo que es de eminente orden público.

En efecto, es importante destacar que la libertad es un valor superior del ordenamiento jurídico
consagrado en la Carta Magna, pero también un derecho fundamental que funge como presupuesto de
otras libertades y derechos fundamentales. De esto se deriva que tal derecho, el cual se encuentra
estrechamente vinculado a la dignidad humana, tiene un papel medular en el “edificio constitucional”
venezolano, siendo que el mismo corresponde por igual a venezolanos y extranjeros (Ver. sentencias de
esta Sala números 1.744 del 9 de agosto de 2007; y 2.046 de 5 de noviembre del 2007, de esta Sala).

Sin embargo, como todo derecho fundamental el mismo puede limitarse con ciertos supuestos
excepcionales. En efecto, esta S. en sentencia No. 492 de 1 de abril de 2008 (caso: D.C.M.H., señaló
que:

No obstante lo anterior, cabe destacar que si bien el derecho fundamental a la libertad personal es la
regla general, es el caso que el propio texto constitucional permite que el mismo pueda verse limitado
en ciertos supuestos excepcionales, como lo son los establecidos taxativamente en el artículo 44.1 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Dicha norma establece:

‘Artículo 44. La libertad personal es inviolable, en consecuencia:


1. Ninguna persona puede ser arrestada o detenida sino en virtud de una orden judicial, a menos que
sea sorprendida in fraganti. En este caso será llevada ante una autoridad judicial en un tiempo no
mayor de cuarenta y ocho horas a partir del momento de la detención. Será juzgada en libertad, excepto
por las razones determinadas por la ley y apreciadas por el juez o jueza en cada caso (…)’ (Subrayado
del presente fallo). En sintonía con la citada norma constitucional, el legislador patrio ha consagrado el
principio de afirmación de libertad en el texto del artículo 9 del Código Orgánico Procesal Penal, según
el cual:’Artículo 9º. Afirmación de la libertad. Las disposiciones de este Código que autorizan
preventivamente la privación o restricción de la libertad o de otros derechos del imputado, o su
ejercicio, tienen carácter excepcional, sólo podrán ser interpretadas restrictivamente, y su aplicación
debe ser proporcional a la pena o medida de seguridad que pueda ser impuesta. Las únicas medidas
preventivas en contra del imputado son las que este Código autoriza conforme a la Constitución’. Del
texto de las citadas disposiciones normativas, se pueden distinguir varios aspectos, todos relevantes en
cuanto al referido derecho a la libertad: 1.- La libertad es la regla. Incluso las personas que sean
juzgadas por la comisión de delitos o faltas deben, en principio, serlo en libertad. 2.- Sólo se permiten
arrestos o detenciones si existe orden judicial, salvo que sea la persona sorprendida in franganti. 3.- En
caso de flagrancia, sí se permite detención sin orden judicial, pero sólo temporal, para que en un plazo
breve (48 horas) se conduzca a la persona ante la autoridad judicial. Igualmente, debe afirmarse que el
artículo 44.1 del Texto Constitucional dispone una obligación en salvaguarda del derecho: la de
intervención de los jueces para privar de libertad a una persona. De hecho, la garantía del juez natural
presupone la existencia de un juez. El Poder Judicial se entiende, al menos así ha sido el resultado de la
evolución de las instituciones públicas, como el garante de los derechos, protegiéndolos del aparato
administrativo del Estado, al cual se le reservan otras tareas (sentencia n° 130/2006, de 1 de febrero, de
esta Sala)

.
Del análisis del artículo 44 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así
como de la sentencia parcialmente transcrita, se puede inferir, que en nuestro ordenamiento
jurídico sólo se permite dos posibilidades para restringir la libertad personal, a saber, que la
persona sea sorprendida in franganti cometiendo un delito o que medie sobre ella una orden
judicial (de aprehensión o captura emitida por una autoridad judicial), en consecuencia,
cualquier situación que se produzca contrariando lo aquí estipulado es absolutamente
inconstitucional y esa circunstancia no puede ser avalada por ningún órgano jurisdiccional de
la República.
Con respecto a las restricciones del principio de la libertad personal, ya esta S., en sentencia
No. 972 del 9 de mayo de 2006 (caso: J.I.R.D., señaló que:
…El artículo 44, cardinal 1, de la Constitución de 1999 dispone:

La libertad personal es inviolable, en consecuencia:

1. Ninguna persona puede ser arrestada o detenida sino en virtud de una orden judicial, a menos que
sea sorprendida in fraganti. En este caso será llevada ante una autoridad judicial en un tiempo no
mayor de cuarenta y ocho horas a partir del momento de la detención. Será juzgada en libertad, excepto
por las razones determinadas por la ley y apreciadas por el juez o jueza en cada caso. La constitución
de caución exigida por la ley para conceder la libertad de la persona detenida no causará impuesto
alguno’. La norma constitucional que se transcribió recoge expresamente el derecho fundamental a la
libertad personal y contiene los aspectos más relevantes que garantizan el ejercicio y respeto de ese
derecho. Así, de su lectura e interpretación literal se deriva, en primer lugar, que la libertad es la regla.
Incluso las personas que sean juzgadas por la comisión de delitos o faltas deben, en principio, serlo en
libertad. En segundo lugar, y en lo que especialmente incumbe al caso de autos, sólo se permiten
arrestos o detenciones –incluso aquellos preventivos- si existe orden judicial, salvo que la persona sea
sorprendida in fraganti. En este último caso de flagrancia, sí se permite detención preventiva sin orden
judicial, pero sólo temporal, para que en un plazo muy breve, no más de cuarenta y ocho (48) horas, se
conduzca a la persona ante la autoridad judicial. De manera que la norma, tal como expuso esta S. en
anteriores oportunidades (entre otras, en reciente sentencia no. 130 de 1-2-O6), impone como garantía
del derecho fundamental a la libertad personal e, incluso, como garantía del juez natural, la reserva
obligada de la medida excepcional de privación de libertad a la autoridad judicial. Tal intervención
implica que estén proscritas constitucionalmente, salvo que medie el supuesto de flagrancia, las
limitaciones a la libertad personal por parte de órganos de naturaleza administrativa, los cuales deben
colaborar como órganos auxiliares de justicia, mas no pueden sustituirse en ciertas potestades
exclusivas del órgano jurisdiccional, entre otras para la imposición de limitaciones a la libertad
personal. En esa oportunidad, esta Sala estableció: ‘El Poder Judicial se entiende, al menos así ha sido
el resultado de la evolución de las instituciones públicas, como el garante de los derechos,
protegiéndolos del aparato administrativo del Estado, al cual se le reservan otras tareas. Precisamente
a ese aparato administrativo, enorme y por lo general más dotado en personal y recursos materiales que
el judicial, se le encomienda una labor básica en relación con la justicia: la de colaborar con ella. Las
fuerzas de policía son, en realidad, imprescindibles en la labor de los tribunales penales. Las policías
aprehenden a personas en el mismo momento en que se les observa cometiendo el hecho tipificado como
punible o investigan para dar con los sospechosos y solicitar del tribunal que les permita capturarlos y
ponerlos luego a sus órdenes. Los jueces, así, juzgan a quienes los órganos policiales suelen traer ante
ellos. Sin órganos de policía el sistema de justicia estaría incompleto. Negar a los cuerpos policiales el
poder para efectuar detenciones cuando en sus tareas diarias observan cómo algunas personas violan
la ley o cuando se esfuerzan en investigar para descubrir quién lo ha hecho, implicaría vaciar de
contenido su misión, en franco perjuicio para la colectividad. Lo que no puede permitirse es que los
órganos policiales cuenten con el poder para ser ellos mismos los que sancionen o que se les permita
alargar las detenciones antes de poner a las personas frente a los jueces. Tal vez sólo en sociedades
extremadamente refinadas los cuerpos policiales pueden proporcionar garantías suficientes. La misión
de los órganos de policía es, entonces, fundamental (la seguridad de los ciudadanos) y sus medios deben
ser proporcionales, pero no puede ocultarse que, por su magnitud, la Administración (de la que la
policía forma parte) es la que necesita control para evitar los excesos en que pudiera incurrir en el
ejercicio de sus poderes. Ahora bien, la relevancia de las competencias de los cuerpos policiales no
elimina su carácter de órganos auxiliares de los órganos que imparten justicia (los jurisdiccionales).
Los órganos de policía tienen competencias que no son de auxilio judicial, como la vigilancia callejera,
el control del orden público, la advertencia a la ciudadanía sobre su proceder indebido, entre otras. Su
sola presencia es motivo, cuando trabajan correctamente, para dar tranquilidad a la colectividad. Lo
que no tienen autorizado es, so pretexto del control del orden público y de la seguridad ciudadana,
detener personas. Los dos únicos supuestos en que pueden hacerlo ya se han mencionado: si son
capturadas in fraganti en la comisión de un delito o si un juez dicta una orden en tal sentido para que
sea ejecutada por la Administración’. En síntesis, y como se expuso, a partir de la Constitución de 1999
la regla constitucional es que la privación de libertad requiere siempre de previa orden judicial y que,
sólo como excepción, los órganos policiales pueden efectuar detenciones preventivas si el sujeto
infractor es sorprendido in franganti o bien si han sido autorizados por un juez, y siempre que esa
medida no se extienda por más de cuarenta y ocho (48) horas…

. (Resaltado del presente fallo).


Lo que pretende quien disiente, no es más que poner en relieve, una serie de presupuestos
que siempre deberán configurarse para restringir la libertad personal, independientemente de
cuál sea la medida de que se trate, advirtiendo en todo caso que cada medida puede requerir
de presupuestos específicos de procedencia, es decir, como se señaló supra que la persona
sea sorprendida in franganti cometiendo un delito en todos sus supuestos (ver. sentencia No.
2580 del 11 de diciembre de 2001 Caso: N.A.P.B., o que medie sobre ella una orden judicial
(de aprehensión o captura emitida legalmente por una autoridad judicial competente), es decir,
que no se cometan arbitrariedades por parte de los órganos policiales a la hora de detener a
una persona, sin que se cumplan los presupuestos aquí establecidos.
En el constitucionalismo actual, ha cobrado gran importancia la categoría de los valores
superiores del ordenamiento jurídico, expresados como tales en las Constituciones, los cuales
informan todo el sistema jurídico y rige los procesos de aplicación e interpretación del
derecho, en tal sentido, cualquier acto dictado que menoscabe a estos derechos
fundamentales entre los que destaca la libertad personal, debe ser declarado nulo.
En el presente caso, la mayoría sentenciadora convalidó una serie de irregularidades que no
comparte de quien diverge, en efecto, sostuvo la mayoría que “…además del recurso de
apelación previsto en el Código Orgánico Procesal Penal, interpuso solicitud de avocamiento
(…) Siendo ello así, resulta evidente que el abogado R.M. empleó un catálogo de mecanismos
dispuestos en el ordenamiento jurídico con la única finalidad de plantear en formas distintas su
inconformidad con la sentencia…” y luego señala que “…considera propicio reiterar que, si
bien el derecho a la defensa es de amplísimo contenido, el ejercicio de las facultades
consagradas en el ordenamiento jurídico no puede constituirse en un abuso procesal que
incida en perjuicio de la realización de la justicia, y así se le hace saber expresamente al
aludido profesional del derecho”.
No puede quien discrepa pasar por alto, que el accionante fue aprehendido en la sede del
Ministerio Público por funcionarios adscritos al cuerpo de investigaciones penales, al que
acudió de forma voluntaria, sin que se le haya mostrado la orden judicial previa, siendo
alegado esta misma situación, ante el Juez de Control y la Corte de Apelaciones, sin que haya
habido una respuesta respecto a la forma en que fue aprehendido contraria a las
disposiciones de la ley adjetiva penal, siendo que el Juez de Control al momento de la
presentación del aprehendido y la Corte de Apelaciones al conocer del recurso de apelación,
estaban obligados a restituir la situación jurídica infringida por haberse apartado de lo
establecido por el ordenamiento jurídico venezolano.
Aunado a ello, debieron los órganos de administración de justicia, hacer cumplir la obligación
constitucional del Ministerio Público, el cual debe en el uso de la acción pública cumplir con
apego al orden jurídico, ya que no es causa de justificación la presunción de culpabilidad para
vulnerar el derecho a la libertad de las personas.
En el orden de ideas expuesto, en caso de producirse una aprehensión fuera de los supuestos
contenidos en el artículo 44 constitucional, hace que tal actuación o acto sea inconstitucional y
nulo de nulidad absoluta (artículo 25 del Texto Fundamental), por lo que tal arbitrariedad no
puede ser sostenida ni convalidada por autoridad judicial alguna, pues, se insiste, aquello que
nace nulo por inconstitucional no puede ser reconocido por el derecho como válido.
De allí, que la detención ilegítima, esto es, la producida sin que la persona sea sorprendida in
fraganti cometiendo un delito o que medie orden judicial previa, no produce efecto alguno y no
puede ser validada por el juez, dada su inconstitucionalidad, y mucho menos, los extremos
necesarios para que la detención se produzca, pueden ser considerados como meros
formalismos (no esenciales), pues, se insiste, para que se produzcan límites a la libertad
personal es absolutamente necesario que se den los extremos exigidos por la Constitución
(artículo 44) y toda actuación o acto que se realice en inobservancia de las garantías
constitucionales, deben ser necesariamente declarados nulos, pues el propio artículo 25 de la
Carta Magna, postula la inexistencia jurídica de todo acto contrario a la Constitución y que
vulnere derechos o garantías constitucionales.
En sintonía con lo anterior, no puede ningún órgano del Poder Público convalidar un acto
dictado bajo el manto de inconstitucionalidad, es decir, dictar un acto en contra de lo
establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la ley. Tal
prohibición se encuentra consagrada expresamente en el artículo 25 eiusdem, que señala:
…Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados
por esta Constitución y la ley es nulo; y los funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo
ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos, sin que
les sirvan de excusa órdenes superiores…

.
Razón por la cual, la Sala debió ordenar la verificación de la situación denunciada -la supuesta
aprehensión sin orden judicial- ya que de ser cierta, se violentó al accionante el debido
proceso específicamente la libertad personal consagrados como derecho fundamental por
nuestra Carta Magna.
Queda así expresado el criterio del Magistrado disidente.
Fecha ut retro.
La Presidenta de la Sala,
GLADYS MARÍA GUTIERREZ ALVARADO
 
El Vicepresidente,
                F.A.C.L.
Los Magistrados,
LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO    
MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN
                                                                                  Disidente
CARMEN ZULETA DE MERCHÁN
ARCADIO DELGADO ROSALES
JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER
             
El Secretario,
JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO
Exp. Nº 11-0984
MTDP/ 

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