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La Escritura de Los Cuerpos Materiales y Evanescentes en Novelas de Escritoras Mexicanas Del Siglo XX
La Escritura de Los Cuerpos Materiales y Evanescentes en Novelas de Escritoras Mexicanas Del Siglo XX
y evanescentes en novelas
de escritoras mexicanas del siglo XX
T he writing of material and evanescent bodies in novels by female
M exican writers in the XX century
Gloria María Prado-Garduño*
eISSN 2448-6302
Luis E. Escamilla-Frías**
* Universidad Iberoamericana, México
Resumen: A partir de una doble perspectiva que enmarca teóricamente los estudios
de género y de literatura en los que se puntualizan diferentes concepciones del cuerpo,
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nales mediante transmutaciones, metamorfosis, defectos físicos, invalidez, enferme-
dades e intervenciones quirúrgicas con o sin propósitos estéticos, mediante el deseo.
Palabras clave: análisis literario; literatura latinoamericana; literatura contemporá-
nea; novela; escritura; mujer artista
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Abstract: From a dual standpoint that theoretically frames gender and literature stu-
dies, in which various body conceptions are described, about its external materiality
and its interiority, five novels by female Mexican writers, born in the 1960’s, 1970’s,
1980’s, are analyzed: El cuerpo en que nací [The body I was born in] (2011) by Gua-
dalupe Nettel (1973); El cuerpo expuesto [The exposed body] (2013) by Rosa Beltrán
(1960); El animal sobre la piedra [The animal upon the rock] (2008) by Daniela Tara-
* Universidad Iberoamericana, zona (1975); Rímel [Eyeliner] (2013) by Karla Zárate (1978); and, Temporada de hura-
México
** City University of New York, canes [Hurricane season] (2017) by Fernanda Melchor (1982). From a hermeneutical
Estados Unidos
Correo-e: gloria.prado@ibero.mx methodologic approach, it is revised how in these works, creativity makes it possi-
https://orcid.org/-0002-0000
5481-4513 ble to embody fictional bodies by means of transmutations, metamorphoses, physi-
Recibido: 15 de enero de 2020
Aprobado: 22 de mayo de 20200
cal defects, disability, diseases and surgical interventions with or without aesthetical
ends, by means of desire.
Keywords: literary analysis; Latin American literature; contemporary literature;
novels; writing; women artists
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Introducción un horizonte compuesto por diferentes perspecti-
vas que permiten hacer una suerte de mapeo del
El cuerpo es un tópico que se perfila, desde las cuerpo ficcional en el que no hay distinción entre
portadas de novelas y otras modalidades de crea- el femenino y el masculino en su re-creación y
ción literaria ficcional hasta las tramas mismas, agencia social y política.
como hilo conductor o protagonista en la obra
de escritoras mexicanas nacidas en las últimas
décadas del siglo XX. El presente artículo rea-
liza una aproximación teórico-literaria a cin-
co novelas en las que el cuerpo juega un papel
Marco teórico
preponderante, sin dejar de lado la construcción
estructural y discursiva de los textos. No podemos obviar el hecho de que los estudios
La selección del corpus analizado se hizo en actuales sobre el cuerpo ejercen una impronta
función de la importancia que se le concede al en la escritura de estas autoras. Debido a ello,
tema del cuerpo como protagonista y a los cuer- hemos acudido a un marco teórico constituido
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pos de los personajes a lo largo de la trama. Las por propuestas sobre dicho tema así como a la
novelas elegidas, El cuerpo en que nací (2011), teoría literaria. A lo largo del presente texto, se
de Guadalupe Nettel (1973); El cuerpo expuesto incorporan citas y razonamientos tomados de tal
(2013), de Rosa Beltrán (1960); El animal sobre marco teórico, con las que se soporta y refuerza
la piedra (2008), de Daniela Tarazona (1975); la argumentación y discusión crítica que se plan-
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Rímel (2013), de Karla Zárate (1978); y Tempo- tean. Metodológicamente, se procede analizando
rada de huracanes (2017), de Fernanda Melchor las novelas elegidas desde una perspectiva litera-
(1982), tienen en común la preocupación por ria, en relación con el cuerpo y el entorno social
la concepción de cuerpos no heteronormados, en el que se inscriben.
razón por la cual son considerados por la socie- Pero, ¿de qué cuerpo se trata?, ¿del que ima-
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dad como por los entornos en los que actúan ginamos, el que se ve reflejado en el espejo, el
como no convencionales. material —piel, carne, músculos, huesos, vísce-
Llamaron especialmente nuestra atención ras, conductos sanguíneos, aparato digestivo,
tales obras por los enfoques y la configuración reproductor—?, ¿el fisiológico, el cuerpo porta-
de los cuerpos ficcionales. Éstos presentan ras- da, aquel que se usa para ser exhibido, admira-
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gos peculiares, como la ambigüedad, las defor- do o rechazado desde fuera o dentro?, ¿el cuerpo
maciones, las carencias y padecimientos físicos sano, vigorizado, enfermo, discapacitado, defec-
que sufren los personajes o los cuerpos mismos tuoso, bello, torturado, violado, descuartizado,
como protagonistas, así como los afectos y con- desollado?, ¿el cuerpo del asesinado?, ¿el que
ductas que propician. No pretendemos decir que está ante la vista, desnudo, semidesnudo, obje-
tales características y cualidades sean exclusivas to del deseo, recreado por quien ansía poseerlo?,
de los textos elegidos, simplemente decidimos ¿cuerpos como los concebimos, contemplamos o
que podíamos trabajarlos a profundidad. nos negamos a hacerlo?.
El corpus abarca novelas publicadas de 2008 Con respecto a tales interrogantes, hemos de
a 2017, esto es, a lo largo de una década del referirnos, entre otros aspectos, a aquello que
siglo actual, lo que nos permitió realizar compa- consideramos ‘la materialidad’ corporal, es decir,
raciones pertinentes entre ellas con respecto al la materialidad a la vista o en el imaginario de
abordaje del tópico del cuerpo y su configura- esa carne envuelta por la piel. Jean-Luc Nancy
ción. Desde nuestra recepción, tales obras crean afirma lo siguiente:
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ble. Si se lo penetra se disloca, se lo agujerea, tral. La protagonista escribe un libro en el que da
se lo desgarra. El cuerpo no está vacío. Está lle- cuenta de que siempre ha sido diferente de otros:
no de otros cuerpos, pedazos, órganos, piezas, “Nací con un lunar blanco, o lo que otros llaman
tejidos, rótulas, anillos, tubos, palancas, fue- una mancha de nacimiento, sobre la córnea de
lles. También está lleno de sí mismo mi ojo derecho” (Nettel, 2011: 11). Tal defecto
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(2017: 13). la signará toda la vida, a lo que hay que aña-
dir el hecho de que es alta y desgarbada y que en
Las citas anteriores, lejos de aclararnos del todo un momento de su historia vive en Francia como
lo que debemos entender por ‘cuerpo material’, mexicana. Todo ello irá configurando su cuerpo
complejizan aún más las dudas respecto a la material, distinto y rechazable con respecto, en
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comprensión que, en términos generales, tene- un principio, de los demás niños, de los adoles-
mos acerca de lo que denominamos ‘cuerpo’. Si centes después, y más tarde, de los adultos cer-
seguimos la línea de pensamiento de ambos filó- canos. Sin embargo, tras una serie de vicisitudes,
sofos cuando buscan dar cuenta de la materiali- de la exploración externa y de algunas partes
dad corpórea, nos percatamos de que realmente internas de ese cuerpo físico, material, preciso,
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resulta difícil poder definirla de manera concre- no deseable, no obstante, tan presente e ineludi-
ta, ya que de lo que están hablando es de orga- ble, reflexiona:
nismos complejos, como lo deja en claro Nancy,
que no sólo se determinan física y biológicamen-
1 Los conceptos ‘metaficción’ y ‘autoficción’ son propuestos
te, sino de un ‘proceso de materialización’ que
y desarrollados teóricamente por Manuel Alberca y Linda
se va dando a lo largo del tiempo, según Butler. Hutcheon. El primero sostiene que “[l]a autoficción sería,
pues, una novela, en la que el autor, bajo su mismo nom-
Si atendemos a tales propuestas podemos
bre propio, se introduce como narrador y/o protagonista. No
ahora preguntarnos, para volver al inicio, qué obstante, autoficción no significa para su ‘inventor’ libertad
de inventar la vida, sino de buscar la verdad de la vida y de la
cuerpos materiales se configuran específicamen-
identidad a través de un relato con los recursos propios de la
te en las cinco novelas de escritoras mexica- novela del siglo XX” (Alberca, 2012: 4). Por su parte, Linda
Hutcheon propone: “[m]odern metaficction which themati-
nas nacidas en las últimas décadas del siglo XX
zes its own fiction-making processes signals a contesting of
que aquí estudiamos. Se puede afirmar que en ‘realism’ of this kind. Perhaps it even means a return to what
might be considered the mainstream of a tradition of narra-
estas ficciones se proponen cuerpos materiales,
tive freedom, for it embodies its own theories, demands to be
evanescentes, trasmutados, metamorfoseados, taken on its own terms” (2013: 39).
con peso, se torna evanescente. A este respecto, lunar blanco en el ojo, y de los cambios tanto
conviene recordar la propuesta de Jean-Luc Nan- internos como externos que le fueron ocurrien-
cy, quien sostiene: do. La escritura constituye una forma de liberar-
se de la presión social y psicológica que se ejerce
El cuerpo es extraño [étranger] al espíritu sólo sobre ella. El recurso del que se vale es metafic-
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si esta extrañidad [étrangèreté] —y esta extra- cional, esto es, ficción dentro de la ficción, corpus
ñeza [étrangeté]— se inscriben en el corazón literario con una evidente relación autorreferen-
de la intimidad egoica y le permite así relacio- cial que le imprime un sello autoficcional referi-
narse consigo mismo [à soi] al tiempo que se do al propio cuerpo de la escritora, lectura de la
relaciona con el mundo (en verdad, estas dos escritura dentro de la escritura que tanto la auto-
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relaciones son indisociables) (2017: 11). ra ficcional como el receptor tienen que realizar
en una constante puesta en abismo.2
Tal como experimenta la protagonista de la nove-
la, se trata de la sensación de estar desaparecien- 2 El término ‘puesta en abismo’ (mise en abyme) fue propuesto
do. Finalmente, la joven decide “habitar el cuerpo primeramente por André Gide en Los monederos falsos: “el
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que da cuenta de los acontecimientos que lo lle- mejor, en suma, permanezca en casa alejado de
varon a la situación en que se encuentra. Tales la gente y que lea mucho, entre otros textos, El
eventos son de muy diversa índole, y van des- origen de las especies, de Charles Darwin. El vín-
de la producción de un programa de radio hasta culo entre los dos personajes no puede ser más
la transcripción de relatos de distintos persona- claro, no sólo por las teorías científicas del inves-
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jes que deseaban que sus historias se difundie- tigador británico, sino por el aspecto físico, aní-
ran. Tales anécdotas dan cuenta de problemas de mico y patológico de ambos. Lo que se evidencia
salud, aspectos físicos extraños, discapacidades, con las recomendaciones de los doctores es que
en fin, de personas cuyos cuerpos eran diferentes la sociedad en la que se desenvuelve el protago-
al ideal de perfección concebido por las socieda- nista no es inclusiva y margina aquellos cuerpos
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des a las que pertenecían. Aparece también como que considera abyectos, del mismo modo que se
personaje de ficción Charles Darwin, de quien el hizo con la obra y el propio Darwin en su tiempo.
protagonista escribe una biografía en la que lo De este modo, en una puesta en abismo, son
describe con un cuerpo deteriorado, ojos tristes, configurados los cuerpos del protagonista, de
enfermizo e hipocondríaco. Nos encontramos, Darwin, de los diferentes personajes de las histo-
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entonces, con la escritura dentro de la escritura, rias radiofónicas, más los fragmentos de cuerpos
y dentro de otras escrituras, varias y, más tarde, que el personaje principal colecciona: huesos,
una reescritura en internet, mediante hipertex- uñas, cabello, sangre seca, dientes… Cuerpos
tos, en una continua puesta en abismo. todos, pero sólo externos, aunque esa exterio-
El protagonista declara: “desde niño tuve la ridad tenga graves repercusiones interiores. En
desgracia de provocar desconfianza. Una suspi- este sentido, consecuentemente con la relación
cacia que va de mis gustos particulares [entre exterioridad-interioridad, Jean-Luc Nancy rela-
otras características, es homosexual] a mi físico” ciona el cuerpo con el pensamiento:
(Beltrán, 2013: 93). Tal recelo se debe a que se
trata de un enano “que recordaba [mi] origen en De ahí que no tenga sentido hablar de cuerpo
cada porción de mi cuerpo” (Beltrán, 2013: 93), y de pensamiento separadamente uno del otro,
con una inteligencia supranormal: “Mi cuerpo como si pudiesen ser subsistentes cada uno por
que nací, da fe de manera abismada de lo que —Mudé de piel como las serpientes.
ocurre y le ocurre por medio de la escritura que —Pero no eres una serpiente.
se hace cuerpo, cuerpo de la escritura, en el que —¿Entonces?
va incorporando las historias orales que se tor- —Una iguana o un lagarto. Mira tus pupilas.
nan corpus escrito. Éste se relata de nuevo por —¿Y la desaparición de mi sexo?
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pasados por la intermedialidad cibernética. rioridad: “[R]espiro de otra manera. Mi caja torá-
cica no se hincha como antes y ese movimiento
Metamorfosis y transmutación ha cambiado de ritmo. La garganta me palpita, al
Dos novelas más, El animal sobre la piedra igual que la lengua, los pálpitos van acompasa-
(2008), de Daniela Tarazona, y Rímel (2013), dos con el aire que me entra al cuerpo” (Tarazo-
de Karla Zárate, presentan al cuerpo como na, 2008: 65). Sin perder la memoria de su otra
protagonista. forma física, la mujer vive su situación actual
El animal sobre la piedra se diferencia de las comparando ambas desde una primera persona,
otras cuatro obras en que aquí no se habla de como ocurre en las anteriores novelas. Después
un defecto o malformación congénitos. La prota- le crecen una suerte de espinas a lo largo de los
gonista es una mujer que no ha sido rechazada brazos, empieza a sentir la “certeza de sus vísce-
ni marginada socialmente; no obstante, tampo- ras” (Tarazona, 2008: 73) y se percata de que tie-
co se relaciona con otras personas y vive junto ne un interior:
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pensar no cambian, aun cuando el resto del cuer- sí mismo” en ese movimiento de ida y vuelta del
po lo haga de modo absoluto, interna y externa- estado original al actual, a partir de los cambios,
mente, lo que conduce a un extrañamiento tanto formas y apariencias que va experimentando. El
para ella como para el lector. La mujer continúa final de la novela plantea un enigma a este res-
describiendo, con toda conciencia de sí: pecto, ya que el lector no sabe, como tampoco la
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protagonista, qué ha ocurrido a ciencia cierta, y
las articulaciones han ganado en piel y mis el hecho permanece como algo inexplicable.
rodillas han desaparecido bajo la carne. Quiero En realidad, a pesar de la metamorfosis que
decir que la piel que las cubre se engrosó hasta lentamente va sufriendo, no hay nadie que pue-
el punto en que no se distingue la articulación da cuestionar a la mujer, ya que el hombre y su
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de los huesos. [
] mi mutación no es particular, mascota aceptan los cambios con total y abso-
todos los animales que mutan asumen las cua- luta naturalidad. Tampoco hay actores políticos,
lidades que estrenan. Para mí es igual (Tarazo- económicos, religiosos o de otra índole; es como
na, 2008: 77). si no existiera nadie más y estuviera sola en el
mundo. Por tanto, únicamente ella percibe la
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La cita anterior remite al texto Dar piel, de Jean- diferencia de su cuerpo, y aunque va describien-
Luc Nancy, en el que el autor sostiene: do en primera persona lo que le ocurre no hay
una reflexión crítica al respecto, sólo extraña-
La piel y todas las pieles, aquella de los ojos, miento. De ahí que no podamos igualarla con los
de las lenguas, de los pelos, de los dientes, protagonistas de las otras novelas, pero es intere-
aquellas que se moldean y las que se erizan, sante proponerla como un contraste en relación
las pieles que se presienten y las que se con los otros cuerpos, que son motivo de recha-
acarician, las pieles muy finas de los labios, zo y discriminación social, ya que aquí no se dan
de los escrotos, de las orejas o de las ventanas tales situaciones, por el contrario, ella es en todo
nasales, las pieles robustas de las espaldas y caso quien las evita. Si pensamos que tal vez, por
de los glúteos, las pieles que vibran y aquellas indicios que se dan en el relato pero que no que-
que se hunden, las que se levantan y las que dan del todo explicitados, lo que le ocurre es un
sudan, todas ellas comparten una diferencia supuesto brote psicótico, como se decía al princi-
que no es el orden de los dos géneros, sino de pio, de permanecer en la ciudad donde vivía con
David Le Breton sostiene que “toda definición […] Las curvas y las rectas. Las texturas. Sabes
de belleza, aunque sea muy amplia, incluye, aun cuánto espacio ocupas en el espacio” (Zárate,
sin saberlo, una connotación, no es una natu- 2013: 25). Como puede inferirse de las descripcio-
raleza sino un convencionalismo del mundo, se nes anteriores, se trata de dos cuerpos distintos y
encuentra en una atribución de sentido, es decir, no sólo uno; no obstante, ambos se inscriben en
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de una condición social y cultural” (2015: 27).3 ideales andróginos de belleza. Los rasgos facia-
La novela de Karla Zárate presenta interven- les y del resto del cuerpo externo difieren ostensi-
ciones sobre el cuerpo, pero tal vez también trans- blemente. De ahí que el enigma acerca de lo que
mutaciones de los/la/el personaje de un género a ocurre entre los protagonistas persista hasta el
otro. El cuerpo de Kin es blanco, sin pecas: final de la historia.
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como la mayoría de su banda, flaco (se le pueden
Cuerpos abyectos, marginación contar las costillas), feo, con las mejillas cubier-
y pulsión de muerte tas de granos y los dientes chuecos, pero los ojos
En Temporada de huracanes (2017), Fernanda claros, la nariz “de negrito” y los pelos duros y
Melchor crea un universo totalmente diferente al crespos (Melchor, 2018: 116). Este personaje es
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de las novelas anteriores, ya no citadino, de clase deseado por varios de sus amigos, principalmen-
social media o alta, en el que la situación econó- te por Brando, así como por la Bruja, pero a la
mica no es la preocupación mayor que atenaza a vez detestado por su madre, ya que se droga, se
los protagonistas. En este entorno rural de extre- emborracha, tiene relaciones sexuales con otros
ma pobreza, en el que campean las necesidades hombres y no se dedica a nada fuera de eso.
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de toda índole, la suciedad, la prostitución en su Resulta interesante la prosopografía del Luis-
expresión más degradada, la violencia intra y mi, quien tiene un origen afrodescendiente, aun
extrafamiliar, la autodestrucción por las drogas cuando su cabello es rubio. Esta circunstancia
y el alcohol, las prácticas de una sexualidad indi- despierta la admiración de sus compañeros. Pro-
ferenciada y destructiva, el engaño y la falta de bablemente, su nombre y apócope (no se sabe
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autoestima, los cuerpos se mueven signados por si realmente así se llama), además de que canta
la desnutrición, el dolor, la flagelación, la tortu- muy bien, apuntan al popular artista Luis Miguel.
ra, el peligro y el homicidio. Más que vida, lo que Es evidente que la fascinación por el color de su
prevalece es la aniquilación: pelo, a pesar de las facciones que delatan su
ascendencia, lo coloca en una situación social-
Quién sabe por qué le daba tanta tirria a Bran- mente superior a la de los demás, lo que respon-
do ver eso; [
] tal vez porque en el fondo todo de a esa actitud frecuente en México de admirar
eso de besarse con los gansos [los ingenieros la piel blanca, el cabello y los ojos claros.
petroleros que buscaban a los jovencitos] le La vida y características del resto de los habi-
parecía algo asqueroso, un atentado innoble a tantes del pueblo, mujeres, hombres, niños,
su hombría, y cómo era posible que el Luismi niñas, no se diferencia mucho de las de la banda
se atreviera a besar a la loca esa [el/la Bruja] del Luismi, sus congéneres y las prostitutas. Las
frente a todos, si Brando siempre había pensa- condiciones dominantes de pobreza, alimenta-
do que Luismi era un bato bien derecho, bien das, como se deja ver en varios momentos, por la
da siempre con la misma ropa mugrienta, oscura mancha oscura que de pronto aparecía sobre
y el rostro tapado, alta, gruesa, con ojos negros su bata y empapaba la sábana de la cama (Mel-
penetrantes, camina sola por las calles del pue- chor, 2018: 100).
blo. Tal descripción resulta enigmática y a la vez
repugnante. Más tarde, casi al final de la histo- Amarrada de las muñecas, en un mutismo abso-
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ria, el lector descubre que se trata precisamente luto, yace sobre la camilla mientras el personal
de un hombre homosexual disfrazado de mujer del hospital espera la llegada de la policía o que
que paga a los jóvenes que forman parte de la confiese quién le había dado qué, dónde lo había
pandilla del Luismi para tener relaciones sexua- botado, cómo se llama ella, qué edad tiene, el
les con ellos. nombre de su novio, dónde vive. Ni siquiera emi-
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segundo piso y derribar la puerta que encierra el no reconocía como suyo” (Melchor, 2018: 101). Y
ambicionado secreto. Debido a estas circunstan- la razón por la que no lo reconoce es porque ade-
cias, el poder de este personaje es enorme. más de no sentir nada, cuando consigue:
La Bruja había continuado con las artes cura-
tivas aprendidas de su madre, capaces de ali- levantar la cabeza y enfocar la mirada, se
viar, de preservar la salud y ahuyentar la muerte. encontró con un pubis enrojecido y trasquilado
Por ello, es solicitada para toda clase de inter- que no se parecía nada al suyo, y no concebía
venciones, no directamente sobre el cuerpo, sino que toda esa carne de ahí le perteneciera, toda
por medio de pócimas, brebajes, ‘limpias’ y una esa piel amarillenta y erizada como el pellejo
serie de ‘remedios’ de esa naturaleza. Entre otras de los pollos muertos y abiertos en canal en el
cosas, practica abortos a partir de la ingestión mercado (Melchor, 2018: 101).
de filtros que prepara. Esto ocurre en el caso de
Norma, quien es conducida hasta ahí por Cha- Tal situación puede relacionarse con la propues-
bela, madre del Luismi, ya que está embarazada ta de Julia Kristeva acerca de la ‘abyección de sí’:
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que la Bruja, además de participar de la abyec- estructuran sus obras coinciden en su configu-
ción de los otros, resulta al final realmente un ración, principalmente los relativos al tiempo, la
cuerpo muerto. trama y el espacio, mediante trasposiciones tem-
La novela completa es una denuncia de la sor- porales y espaciales, figuras poéticas que van
didez, miseria, discriminación, corrupción, que entramando un discurso fragmentario, polifóni-
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prevalecen en muchas de las regiones de nues- co, pleno de intertextualidades diversas con la
tro país, a partir de un trabajo con el lenguaje música, la pintura (écfrasis) y otras manifesta-
que recrea literariamente las formas de hablar y ciones artísticas tanto cultas como populares, así
expresarse de esa sociedad en la que se lleva a como con registros metaficcionales, autoficciona-
cabo la acción, y que contrasta totalmente con les y puestas en abismo.
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los estratos sociales que figuran en las otras cua- En el caso de El cuerpo en que nací, El cuer-
tro novelas aquí estudiadas. po expuesto y Temporada de huracanes se pue-
de percibir claramente una denuncia social de la
marginación y exclusión de cuerpos que no res-
ponden a los modelos extranjerizantes impuestos
Conclusiones La Colmena 106
en nuestra sociedad. En Rímel, por el contra-
rio, los cuerpos son refigurados de acuerdo con
Como se mencionó al principio, el cuerpo se per- tales cánones, mediante la cirugía estética y apli-
fila como protagonista desde el título mismo de caciones al rostro: pestañas postizas, rímel y
algunas de las novelas que constituyen el corpus maquillaje. Por tanto, más allá del aspecto espe-
elegido para este artículo. Las narradoras cuya cíficamente literario, estas novelas apuntan a
obra se abordó se distancian en veintidós años referentes reales que hablan de una sociedad
en cuanto a sus fechas de nacimiento. Sin embar- injusta, no inclusiva, racista y discriminadora.
go, en lo referente a la creación y publicación de En este sentido, El animal sobre la piedra se dife-
las novelas estudiadas transcurren sólo nueve. rencia de las otras cuatro obras, ya que no hay
Todo ello conduce a una reflexión acerca de esta tales referentes ni una crítica al entorno social
temática y su tratamiento literario, que suscita en el que se lleva a cabo la acción, a pesar de
cuestionamientos en relación con una postura que el cuerpo sí se constituye como el protagonis-
política y de agencia de estas escritoras, quienes ta. Con ello se inscribe en esa preocupación que
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Gatto (coords.), Ficciones del cuerpo, México, La Cifra Edi- Sus intereses versan sobre teoría y crítica literaria, hermenéutica,
torial/Universidad Autónoma Metropolitana, pp. 31-66. psicoanálisis y estudios de género. Entre sus últimas publicacio-
Nancy, Jean-Luc (2003), Corpus, Madrid, Arena Libros. nes se encuentran: “Del cuerpo anómalo a la imposibilidad de la
pareja: cuentos de Guadalupe Nettel” (Cuadernos del Hipogrifo.
Nancy, Jean-Luc (2016), Dar piel, Quito, Trashumante.
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Nettel, Guadalupe (2011), El cuerpo en que nací, México, Ana- o quimera? Rímel, de Karla Zárate” (Romance Notes. Escritoras
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Tarazona, Daniela (2008), El animal sobre la piedra, México,
Almadía. Luis E. Escamilla Frías. Maestro en Letras Modernas, estu-
Zárate, Karla (2013), Rímel, México, Suma de Letras. diante del PhD en Latin American Iberian and Latino Cultu-
res, en The Graduate of Center of City University of New York
(CUNY), Estados Unidos. Sus intereses académicos son: violen-
cia estructural capitalista y neoliberal, género y mascunidades,
literatura latinoamericana de los siglos XX y XXI. Entre sus publi-
caciones recientes se encuentra: “El reino desplegado. La mirada
oblicua en la trilogía fronteriza de Yuri Herrera” (Visitas al Patio,
núm. 12, 2018).
Correo-e: lescamillafrias@gradcenter.cuny.edu