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La Provisió n

Dios nunca va a establecer a alguien en un lugar sin primero darle la provisión.

Dios te dice: “(x) yo te llame y junto con el llamado viene la provisión, no te preocupes por la
provisión. El sueño que yo deposite en tu corazón, yo lo pago, yo te lo voy a cubrir. Lo único que
necesito de ti es que confíes en mí, que deposites tu fe en mí”.

A medida que tú vas creyendo, las cosas van a ir apareciendo, apareciendo, apareciendo.

Dios hizo al hombre del polvo de la tierra, le dedico tiempo, soplo en el hombre aliento de vida. En
el huerto de Edén había un rio que tenía cuatro brazos, es decir; aquí hay un rio y de ese rio salen
cuatro partes, y ese rio que pasaba por el huerto era lo que producía el oro, piedras preciosas,
diamantes, rubíes, el ónice, el carbunclo, todas las piedras preciosas las producía ese rio.

Cuando Dios hizo al hombre, Dios formo al hombre y lo puso en Edén. Dios no lo hizo
directamente en el Edén, uso la materia prima del Edén, pero Dios lo hizo en su cámara secreta.
Por eso la Biblia dice, y puso Dios al hombre en el huerto, porque no estaba puesto, no estaba allí.
Lo hizo Dios en su cámara secreta y después lo puso. Pero cuando Dios formo a la mujer, la hizo
junto a estos ríos, que son los que producen las riquezas, es decir, la mujer está cercana a las
riquezas que producían esos cuatro brazos que venían de un rio.

Esto tiene su tipología, es un rio apostólico donde surgen cuatro brazos que son las cuatro oficinas
ministeriales.

Entonces ¿Qué pasa? Que a la mujer, después que Dios la forma se la presenta al hombre, porque
la mujer estaba interna en el hombre. Por eso es que Dios saca a la mujer es del hombre, ósea el
primer ser en quien Dios hizo la cesaría no fue en una mujer, fue en un hombre porque de allí la
saco.

Entonces, la voz interna del hombre, era la mujer interna, pero el hombre dejo de oír a la mujer
interna. Entonces Dios dijo: “Vamos hacer las cosas más fáciles, te la voy a sacar, para que por lo
menos la veas y la escuches”. Y la saco del hombre, y se la presento al hombre, “esta es ve, carne
de tu carne y hueso de tus huesos”. Y se le llama la varona porque del varón fue tomada.

Pero quien le puso nombre a Eva no fue Dios, fue el hombre, fue Adán el que le puso nombre a la
mujer. Adán fue el que dijo: “Tú te llamaras Eva”.

Porque la altura en la que tú lleves a tu mujer, se determina el nombre que tú le has dado, ósea,
tú defines la altura en la que ella va estar, ella será lo que tú quieres que tú seas, la mujer va hacer
lo que tú quieres que tú seas, es decir; si tú quieres un cambio de ella, genéralo tu primero,
cuando tú lo generes, ella generara el cambio.
Hay un principio, y es algo que voy a arreglar aquí, porque el que sirve es el grande, en los
principios del Reino, pero el que es servido es el pequeño. Así que usted es el grande hoy.

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